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UNIVERSIDAD OMI CENTRO DE INVESTIGACIÓN

DOCTORADO EN EDUCACIÓN

ASIGNATURA: PROBLEMAS FILOSÓFICOS Y


SOCIOLÓGICOS DE LA EDUCACIÓN.

MATERIAL DEAPOYO

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Tema 1. La Filosofía de la Educación. Una Visión desde sus Clásicos.

1.1. La filosofía de la educación y la reflexión sobre su naturaleza,


esencia y valores.
1.2. Objetivos de la filosofía de la educación.
1.3. Las teorías sobre la esencia humana y la educación.
1.4. El objeto de estudio de la Filosofía de la educación.
1.5. Funciones y tareas de la Filosofía de la educación
1.6. Los clásicos de la filosofía de la educación.
1.7. Platón y sus aportes a la educación actual.
1.8. John Locke y la vigencia de sus postulados.
1.9. Jean Jacques Rousseau como el padre de la educación progresista
moderna. Su impronta en la actualidad.
1.10. John Dewey y su visión de la sociedad para la educación.
1.11. Jean Piaget y la importancia del interactuar con el ambiente para el
aprendizaje.
1.12. La función reproductiva de la educación en Bourdieu.
1.13. La educación liberadora en Freire.

La filosofía de la educación y la reflexión sobre su naturaleza, esencia y


valores. Objetivos de la filosofía de la educación. Las teorías sobre la esencia
humana y la educación.
Filosofía de la Educación: es la disciplina que estudia el comportamiento de la
educación a la luz de las leyes que regulan el desarrollo de la sociedad humana,
desde que el hombre apareció en la tierra, hasta el momento actual y de las que
gobierna cada formación económica-intermedio social en particular; disciplina que
además, estudia las diferentes concepciones del mundo y la formas como ellas
conciben el hecho educativo, en sus elementos y movimientos fundamentales.

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La filosofía de la educación trata de comprender o interpretar la educación en
relación con la realidad sin perder el punto de vista de esta realidad, reflexiona sobre
su naturaleza, esencia y valores de la educación.
La filosofía de la educación tiene por objetivos:
✓ Determinar la esencia y significado de la educación
✓ Determinar los fines de la educación en función de la vida.
Con respecto a los planteamientos sobre la esencia humana, podemos señalar dos
posiciones, según dos autores.
✓ Según RIZIERY FRONDIZI, existe sólo dos teorías sobre la esencia humana:
La esencialista y la existencialista.
✓ Según SUCHODOLSKI, existen dos concepciones: La Concepción Idealista,
metafísica que se manifiesta mediante el esencialismo y el existencialismo y
La concepción Marxista de la esencia humana.

Las teorías sobre la esencia humana y la educación.


Las teorías filosóficas que se plantean no fueron ni serán nunca un producto de la
casualidad o hecho fortuito. Sino que debe entenderse, dependen del desarrollo
histórico de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales, también de las
concepciones filosóficas generales del hombre, de su naturaleza y de su papel en
la vida social.
En cuanto a la del hombre, la concepción Idealista se manifiesta básicamente en
dos formas:
a) Mediante el análisis de la denominada "Esencia Humana".
b) Mediante el análisis de la denominada "Existencia Humana

".El análisis de la "Esencia Humana"


Esta teoría es la más antigua y la más utilizada. Se caracteriza por ser metafísica e
histórico con respecto a las ideas y definiciones.
Señala que la existencia humana es fija desde los tiempos primitivos. La pedagogía
de la esencia, dominante en el pasado, sobre todo en la antigüedad y la edad media,

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va desde Platón, hasta los neotomistas de hoy. Aquí el hombre tiene una esencia o
naturaleza inmutable y eterna, por lo tanto son metafísicas e históricas.
Por mirar hacia el pasado se les llama también tradicionalistas. Si el hombre tiene
una esencia inmutable, los fines de la educación tienen que ser también inmutables,
universales, absolutos e iguales en todas partes. En sus consecuencias prácticas la
educación será repetitiva, autoritaria, pasiva, tendrá mucha importancia el
conocimiento, los planes de estudio serán fijos. Se rechaza el espíritu crítico, la
iniciativa, la creación y la rebeldía. Se busca imponer la verdad. Su método es la
clase magistral. La obediencia se transforma en temor. Sus principales exponentes
modernos son: Jacques Maritaín y Roberto Hutching.
El primero es un neotomista que ofrece mucho interés en nuestra América. En el
marco de esta concepción general hubo distinciones, sin embargo todas las
concepciones diferenciales mantienen la convicción de que existe para todo hombre
un grupo de elementos constitutivos que determinan su "llegar a ser", que se
manifiestan de modo distinto en su concreta existencia empírica.
Sobre la base de esta concepción metafísica surgieron las aspiraciones de
determinar: Qué es el hombre en concreto y qué constituye su "verdadera esencia";
es decir aspiraciones a juzgar al hombre concreto, según "su esencia".
Por ejemplo los racionalistas, afirmaban la invariabilidad de la naturaleza humana
mediante la enseñanza de las "ideas innatas" y por esto la educación sólo puede
entenderse como una ayuda a la especial disposición innata (Descartes). Con
aparente antagonismo, los sensualistas, señalaban que la idea del niño, constituía
una "tabula rasa" de experiencias, no comprendieron en absoluto el proceso
evolutivo histórico del hombre. La suma de estas experiencias era importantes para
el proceso evolutivo individual, pero no variaba nada fundamental mente de la
estructura del hombre. No tenía importancia para el "género", no tenía pues historia
tenía sólo una biografía (Jhon Locke).
Por otro lado, el pragmatismo se contrapuso al racionalismo, pero lo hicieron no por
ser históricos, sino por su "carácter abstracto" y por su rigidez.
El pragmatista negó la historia como proceso objetivo y no alcanzó tampoco a
comprenderla. Acepto el desarrollo de las capacidades individuales en la vida y no

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concibió el desarrollo de la humanidad. Cuando habló de la historia, lo hizo sólo en
las categorías de la escuela del éxito individual.
Por eso los pragmáticos no se distinguen de los racionalistas, sino que se revelan
propiamente corno un racionalismo extrovertido.
La filosofía de la cultura, arranca de la filosofía de Hegel. Su discípulo más
caracterizado en la educación fue Dilthey, quién en sus obras expone el proceso de
formación del "mundo histórico" y el proceso de desarrollo histórico del hombre. Sin
embargo constituyó sólo un resurgimiento de la concepción metafísica, aunque con
un disfraz histórico. El verdadero contenido de la filosofía de la cultura fue buscar
eternas constantes de la naturaleza humana, que se ocultan en el curso del
desarrollo histórico.

El análisis de la existencia humana:


Esta corriente se opone desde el renacimiento a la teoría esencialista. El
existencialismo trata de las corrientes filosóficas que se sitúan en el periodo de la
actuación del marxismo y cuyas fases de desarrollo más importantes están en el
siglo XX. Comprende todas aquellas corrientes que no quieren solventar el
problema de la enseñanza, sobre la base de las concepciones apriorísticas del
hombre, sino en la consideración del contenido existente de la vida humana.
Esta corriente señala también, que en el orden humano la existencia precede a la
esencia. Los valores humanos surgen, en el proceso histórico y. se enriquecen con
el desarrollo cultural y tienen un carácter cambiante. La filosofía educativa
existencialista no tiene un fin único y universal, sino una multiplicidad de fines
cambiantes que varían según las circunstancias históricas y geográficas y aún de
un individuo a otro. Concibe la verdad como un proceso en constante
perfeccionamiento a lo largo de la historia. El proceso educativo no tiene un fin más
allá de sí mismo, él es su propio fin.
Es importante el proceso educativo y todo lo que favorezca al crecimiento. Le
interesa el futuro y concibe a la educación en constante cambio y permanente
experimento. A esta concepción se les llama también experimentalistas, naturista,
instrumentalistas, progresista, etc. Sus antecedentes se encuentran en Rousseau,

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Froebel, Pestalozzi. A principios de este siglo dieron origen a la Escuela Nueva y a
la Escuela Activa, así como al pensamiento de Montessori. Su aparición causó
resistencia en todos los niveles, pues se creyó que venía a destruir el sentido mismo
de la educación y de sus fines y que ponía en peligro la moral aceptada. Según
Dewey los principios de continuidad e interacción no pueden separarse, la unión de
ambos criterio; de la medida del valor de una experiencia, consecuencias prácticas,
se toma en cuenta las peculiaridades individuales, flexibilidades del plan de
estudios, del horario, de los métodos, los contenidos educativos y el momento en
que se lee. No interesa tanto lo que se aprende sino la medida que se crece. Los
cursos son monográficos, la actividad dirigida por el intelecto. Los planes y la
evaluación serán hechas por los alumnos, etc.
La concepción idealista de la "esencia humana" se esforzó en oponerse a la
concepción de la existencia real del hombre. Este hecho llevó a una interesante
evolución de la concepción existencialista y al debilitamiento de la posición
esencialista. La concepción existencialista del hombre se manifiesta de modo cada
vez más potente, en las diversas variaciones del naturalismo pedagógico, en la
pedagogía liberal, en la pedagogía funcional psicoanalítica y en la pedagogía
pedocéntrica. Conduce a veces a la liquidación de la actividad educativa, a la pasiva
indicación de una maduración irracional del niño.
En el siglo XX se llevó a cabo una lucha al interior del esencialismo entre los que
interpretan los conceptos de cultura personalidad como conceptos normativos, que
extraen sus fuerzas de la concepción del "hombre eterno" o de los "eternos valores
Culturales" y aquellos que creen en que, estos conceptos expresan exclusivamente
el impulso creador de la vida, que se manifiesta en la voluntad y en la inclinación
del individuo. Esta lucha afectó a los círculos cada vez más amplios y la tendencia
existencialista logra realizar una escisión en el campo esencialista. Es en este siglo
se comenzó a desarrollar la pedagogía existencial cristiana, especialmente
protestante.
Como consecuencia de lo mencionado, la concepción tradicional de la esencia del
hombre, es cada vez mas atacada por aquellos quieren determinar al hombre sobre
la base de su existencia. El modo de concebir esta existencia es liquidando a la

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superestructura normativa, tal como quería la teoría tradicional de la esencia del
hombre.
Finalmente pese a la lucha constante de ambas concepciones, existen
coincidencias en la convicción de que la educación debe precaverse de
revoluciones. Esta coincidencia de la pedagogía existencialista con la pedagogía
esencial tradicional expresa la profunda coincidencia de las dos concepciones de
l hombre, que fueron formulados por el pensamiento burgués y que debían fundar
el orden social capitalista como justificado y eterno. Así mismo, para ambas existe
una oposición profunda entre la teoría y la práctica. También ambas encuentran que
la filosofía de la educación ejerce una casi jurisdicción sobre la pedagogía.
En la teoría de la esencia por medio de un proceso síntesis o generalización, en la
teoría de la existencia, por un proceso de construcción pragmática.
A la esencia metafísica del hombre que hemos visto anteriormente, Marx opone la
idea de que, la esencia del hombre es el trabajo, puesto que el trabajo ha creado al
hombre.
En el trabajo del hombre está su propia esencia. Trabajo que se distingue del trabajo
animal, porque produce su propio medio de subsistencia de modo voluntario
conciente y universal. Pero el trabajo que ha creado al hombre se ha dividido y con
ello ha dividido al hombre, lo alienado a la sociedad de clases. Por lo que la
pedagogía Marxista se presenta como una forma y método de la reintegración del
hombre en el trabajo, en oposición al trabajo que lo ha dividido.
Por otro lado la esencia humana en el marxismo se configura y evoluciona, en el
proceso histórico de la creación de un mundo humano y de la conquista de este
mundo.
Esta posición se basa en el conocimiento de que, la existencia del hombre se
transforma y evoluciona en el transcurso de actividad determinada por las
necesidades históricas.

El sustento filosófico de la filosofía de la educación: Ontología, Epistemología,


Antropología, Axiología.

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Los clásicos de la filosofía de la educación.

Platón y sus aportes a la educación actual.


Oponiéndose aclarar la naturaleza de la justicia, Platón se preguntaba sobre las
características que una sociedad justa debería poseer, lo cual, a su vez, le condujo
a la descripción de su utopía. En la sociedad que él imaginaba, había unos
guardianes que la gobernaban, y los principales eran los filósofos-gobernantes.
Éstos habían pasado por una educación larga, que Platón describe con algo de
detalle, al final de la cual, mediante el estudio de matemáticas y filoso
fía, sus intelectos habían alcanzado la naturaleza de la realidad absoluta, incluyendo
el conocimiento superior de la "forma de lo bueno". Con la preparación y equipados
con 15 años de experiencia práctica como "sirvientes civiles superiores", eran
capaces de gobernar con justicia y la sociedad estaba en armonía con las "formas"
de la realidad última. Los miembros de la sociedad, cuyas cualidades intelectuales
o intereses no les permitían alcanzar los niveles más altos de educación, eran
tratados justamente al serles asignados deberes y puestos en la vida, que eran
apropiados para sus capacidades concretas.
¿Qué constituye una sociedad justa? ¿Qué conocimiento deben poseer los que
gobiernan para lo hagan sabiamente? Si una persona sabe qué es lo bueno ¿sería
esa persona siempre buena? ¿Qué tipos de conocimiento existen, y se deben
estudiar en alguna secuencia especial? ¿Son las disciplinas abstractas de las
matemáticas y la metafísica las formas de conocimiento más elevadas, y cuál es la
verdad en ellas que las hace verdaderas? ¿Deberían las escuelas responder a las
necesidades de la sociedad, mediante la preparación de los estudiantes para un
papel específico en su vida adulta? Y si es así ¿no entra esta en conflicto con el
pleno y libre desarrollo del potencial de los estudiantes? Estas son solamente
algunas de las cuestiones planteadas por Platón, que los filósofos de la educación
posteriores han tratado de resolver. La manera en que Platón exploraba estas
cuestiones ha sido también de gran interés. EL uso del diálogo socrático ha sido
objeto de estudio; en concreto, se ha producido una gran controversia a raíz del
pasaje de Menón que describe a Sócrates hablando con un esclavo joven y

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alentándole, con preguntas apropiadas, a descubrir por sí mismo una de las pruebas
de los argumentos de la República con la intención de examinar y aprender de la
técnica argumentativa de Platón.

John Locke y la vigencia de sus postulados.


John Locke (1632-1704), pensador inglés, máximo representante de la doctrina
filosófica del empirismo. La obra de Some Thoughts Concercing Education (1963),
en español "Algunos Pensamientos Concernientes a la Educación" de Locke tuvo
un éxito enorme y, probablemente, ayudó a desfigurar la concepción pública de la
filosofía de la educación. Por otra parte, el trabajo filosófico más importante de
Locke, An Essay Concerning Human Understanding (1960), en español "Un ensayo
sobre la comprensión humana" causó poco impacto en la filosofía de la educación
propiamente dicha, aunque sus amplias ramificaciones filosóficas, educativas y
psicológicas fueron increíbles.
El interés de Locke cuando empezó no era diferente del de los filósofos analíticos y
de los epistemólogos del siglo XX: estaba perplejo porque las discusiones, del tipo
de que él mantenía con sus amigos, a menudo, conducían a conclusiones
insatisfactorias. Esto le llevó a la investigación de la manera cómo la mente humana
adquiere "todo el material de la razón y del conocimiento", junto con cómo se
"aprovisiona" de ideas.
Aparentemente, su razonamiento era que si las ideas se les daban una base segura,
las conclusiones alcanzadas después por la razón serían más acertadas.
Locke rechazaba la idea de que el conocimiento fuera innato. Aceptaba que al nacer
la mente era una tabula rasa, una caja vacía o un papel en blanco. La solución de
Locke para el origen de las ideas no era nueva pero sí simple. Sus palabras llegaron
al alma de muchos filósofos, psicólogos y educadores de los dos siglos siguientes,
tales como Rousseau, Pestalozzi y Montessori.
El programa empirista de Locke iba a demostrar cómo todas las ideas complejas se
podían analizar en ideas más simples, teniendo cada una de las cuales, su origen
en la experiencia. Primero, distinguía dos tipos de experiencia, el sentido de la
experiencia exterior, a la cual llamaba sensación y la experiencia interior, a la cual

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llamaba reflexión, pero que se acercaba a lo que los psicólogos más tarde llamaron
introspección.
Él postulaba unos mecanismos mediante los cuales las simples ideas resultantes o
"unidades atómicas" podían unirse y transformarse en complejas; sugería que la
mente tenía un pequeño número de poderes combinatorios innatos: "Una vez el
entendimiento está equipado con estas ideas simples, tiene el poder de repetirlas,
compararlas y unirlas, incluso hasta casi una variedad infinita, y así puede componer
nuevas ideas complejas a su gusto".
En educación una técnica de enseñanza ideada por Pestalozzi (1746-1827) llamada
la "lección objeto" que dominó en las escuelas de finales del siglo XIX, se basaba
en las suposiciones psicológicas de Locke, así como también lo fueron mucho de
los ejercicios sensoriales que María Montessori desarrolló para niños pequeños.
Dos figuras del pensamiento educativo del siglo XX, John Dewey y especialmente,
Jean Piaget, desarrollaron algunas de sus propias ideas como reacción a las de
Locke, y se comprenden fácilmente bajo este contexto

Jean Jacques Rousseau como el padre de la educación progresista moderna. Su


impronta en la actualidad.
Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), filósofo, teórico político y social, músico y
botánico francés, uno de los escritores más elocuentes de la Ilustración.
Se ve a Rousseau como el "liberador del niño y como el "padre" de la educación
progresista moderna, pero su genio romántico hizo que escribiera en un estilo que
resulta un anatema (excomunión) para muchos filósofos analíticos. Su gran obra
educativa Émile (Emilio o De la Educación 1762) está llena de contradicciones, y de
conceptos y argumentos vagos, pero, aun así, ha tenido tanta importancia política,
ha inspirado tantas aventuras educativas, ha estimulado a tantos escritores
posteriores, que no puede ignorarse en ninguna panorámica de la historia de la
filosofía de la educación.
Rousseau se hizo famoso cuando ganó una competencia de ensayos en el cual
argumentaba que, al contrario de la opinión general de su tiempo, los avances en el
arte y en las ciencias no habían conducido a la felicidad del hombre. Se obsesionó

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con una idea básica que inspiró decía él, todo su trabajo posterior; en la página que
abría el Émile, escribía: "Dios hace a todas las cosas buenas; el hombre las
manosea, y éstas se vuelven malas". Rousseau remarcaba que lo que es natural es
bueno, y daba consejos normativos al lector del Émile para "fijar tus
ojos en la naturaleza, seguir el sendero trazado por ella", especialmente en la
crianza de los niños, las leyes de la Naturaleza prevenía, no se deben contradecir.
En Émile, Rousseau desarrollaba la educación naturalista desde que el niño nacía
hasta que se hacía adulto. A Émile se le sacaba de la ciudad para ser criado en el
campo; no se le debía enseñar nada hasta que no estuviese listo para aprender; se
postergaba el aprendizaje mediante libros y los primeros años los pasaba jugando
y dando paseos por el campo y los bosques; no se debía castigar arbitrariamente al
muchacho sino que éste habría de sufrir las consecuencias naturales de sus
acciones; y se debían evitar las maneras y los comportamientos artificiales.

John Dewey y su visión de la sociedad para la educación.


John Dewey (1859-1952), filósofo, psicólogo y educador estadounidense. Nacido
en Burlington (Vermont), Dewey se graduó en Artes en la Universidad de Vermont
en 1879 y se doctoró en Filosofía en la Universidad de John Hopkins en 1884. En
la primera mitad del siglo XX, en Estados Unidos muchos consideraban que el
campo de la filosofía de la educación convivía con la filosofía pragmática de John
Dewey. Desde su muerte en 1952, el pragmatismo ha tenido una historia plena de
altibajos, y se le culpó, durante un tiempo, de causar graves defectos en el sistema
educativo estadounidense, defectos que se convirtieron en problemas
controversiales cuando la Unión Soviética se puso a la cabeza de la carrera espacial
con el lanzamiento de Sputnik. Dewey nació en 1859, el año de la publicación de El
origen de las especies de Darwin, que fue la piedra angular de la postura filosófica
de Dewey. Sus otras bases fueron la metafísica hegeliana, que dejó un "depósito
permanente" en su pensamiento, la psicología evolucionista de William James, los
logros teóricos y prácticos de las ciencias naturales, y una gran preocupación y
reflexión sobre los problemas de la sociedad contemporánea y el papel que la
educación puede representar en la solución de éstos.

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Dewey abandonó el hegelianismo a finales del año 1890 cuando se dio cuenta,
después de leer el trabajo psicológico de James, de que el naturalismo biológico
podía alcanzar, de un modo menos cuestionable, los objetivos que él había
esperado alcanzar con la ayuda de la metafísica alemana. Para Dewey, como para
James, la habilidad humana de pensar había evolucionado. La mente era una
facultad adaptable y tenía un papel funcional que representar en la vida de cada
individuo, que sería guiar una acción inteligente en un mundo cambiante.
Una y otra vez atacaba lo que llamaba "la teoría del conocimiento del espectador".
En Democracia y Educación, Dewey escribía: "En las escuelas, se mira a aquellos
bajo enseñanza, como si estuviesen adquiriendo conocimiento como espectadores
teóricos, mentes que se apropian de los conocimientos mediante energía directa del
intelecto. La palabra "alumno" misma ha llegado casi a significar alguien que no se
dedica a tener experiencias provechosas, sino a absorber los conocimientos
directamente. Algo llamado mente o conciencia es separado de los órganos físicos
de actividad". Dewey recalcaba que el que aprende debe ser activo, un actor o
participante en un mundo siempre cambiante. El aprendizaje se da como resultado
de emprender una acción para resolver problemas apremiantes. Además, el
aprendizaje se da a lo largo de la vida, el aprendizaje es un desarrollo que dura toda
la vida.
En sus escritos sobre educación, Dewey tenía como objetivo buscar y criticar los
ualismos que fundamentaban gran parte del trabajo conceptual anterior sobre el
tema.
Ciertamente, los libros más notables tenían como título los dualismos que Dewey
pretendía echar abajo: El niño y el vitae, La escuela y la sociedad, Interés y esfuerzo
en Educación y Experiencia y educación. En todos estos casos, él decía que se
debería sustituir el dualismo por la síntesis.
La opinión de Dewey no sólo supone un contraste con las propias de Platón.
Acentuando la importancia de la actividad mental (así como la física) en el
aprendizaje, también se oponía a la filosofía de Locke, en la cual la adquisición de
ideas simples a través de la experiencia era un asunto pasivo. Además, en contraste
con Rousseau, Dewey hacía hincapié en que los humanos son seres sociales y

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escribía: "Yo creo que el individuo que es educado es un individuo social, y que la
sociedad es una unión orgánica de individuos. Si eliminamos el
factor social de niño nos quedamos sólo con una abstracción. Dewey se interesó
mucho por cuestiones relacionadas con este tema: la clase como una sociedad
pequeña; la relación entre escuela y sociedad, y entre casa y escuela; y el lugar del
individualismo en la democracia moderna. Para Dewey, no podía haber ningún
aislamiento del joven Émile respecto a sus compañeros.

Jean Piaget y la importancia del interactuar con el ambiente para el aprendizaje.


Jean Piaget (1896-1980), psicólogo y pedagogo suizo, conocido por sus trabajos
pioneros sobre el desarrollo de la inteligencia en los niños. Sus estudios tuvieron un
gran impacto en el campo de la psicología infantil y la psicología de la educación.
Los escritos específicos sobre educación de Piaget fueron pocos, pero su trabajo
en el campo del desarrollo del niño fue revolucionario para los educadores. Piaget
se consideraba a sí mismos, a menudo, más como un epistemólogo genético que
como un psicólogo cognitivo-evolutivo, aunque muchos lo conocen más por su
teoría sobre las etapas del desarrollo cognoscitivo. Además, tenía unas posturas
fisiológicas definidas que dieron forma no sólo a su trabajo empírico con niños, sino
que también trataron de explicar sus descubrimientos. Esencialmente, Piaget era
neokantiano e intentaba "naturalizar" aspectos de la epistemología alemana y de la
metafísica, replanteándolos bajo la luz de la biología evolucionista del siglo XX. Kant
creía que las categorías innatas mediaban toda la experiencia de una
persona; Piaget pensaba que cada individuo las construía a medida que él o ella
interactuaban con el ambiente (de los modos que él había estudiado con los niños).
Piaget rechazaba el empirismo filosófico de Locke y otros; la persona que aprende
es demasiado pasiva: "Como el hombre actúa sobre la realidad y la modifica, llega,
transformando su mundo, a una comprensión que es más profunda de lo que le
pueden ofrecer las reproducciones o copias de la realidad.
Además, puede mostrarse que la actividad cognoscitiva tiene propiedades
estructurales.

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Uno de los problemas más importantes que Piaget intentó explicar consistía en
cómo podía ser que si cada individuo construye sus propias estructuras mentales,
las estructuras de todos los individuos procedan con la misma forma general. Piaget
trató de dar una explicación a esta regularidad en términos de procesos
esencialmente biológicos de asimilación, acomodación y equilibrio. Sin embargo,
varios escritores han demostrado que no tuvo éxito.

La educación liberadora en Freire.


La temática de Hegel, Marx, los teóricos críticos, los existencialistas e, incluso,
Freud, se reúnen en la obra del importante educador brasileño Paulo Freire.
Después de actuar como profesor de Historia y de Filosofía de la Educación en la
universidad de Recife, se dedicó al trabajo con adultos analfabetos, que constituyen
una clase empobrecida y alienada de la sociedad de América Latina.
Freire concebía la educación como algo que tiene una función crítica, y por lo tanto,
liberadora. Para cumplirse esa función tenía que darse una educación que fuera
desarrollada por los miembros de la clase oprimida (en colaboración con los
maestros), más que ser algo impuesto sobre ellos. Freire rechazó el concepto
"bancario", en donde el conocimiento se veía como un regalo otorgado por aquellos
que se consideraban a sí mismos poseedores del conocimiento frente a
otros que eran ignorantes. La educación de esta índole era manipulativa. En un
pasaje que refleja su proximidad a los teóricos críticos, Freire escribía que "en la
educación que presenta problemas", la educación que se ocupa de los temas que
surgen de los problemas y necesidades, que los oprimidos han identificado por si
mismos, "los hombres desarrollan un poder de percibir de una manera crítica la
manera en que ellos existen en el mundo con el cual y en el cual se encuentran;
tienen una visión del mundo, no como una realidad estática, sino como una realidad
en proceso, en transformación". Puesto que los seres humanos perciben que el
mundo influye en su modo de actuar con respecto al mundo, y sus percepciones
cambian, también cambian sus acciones: "el maestro-alumno y los alumnos-
maestros se reflejan simultáneamente sobre sí mismos y sobre el mundo, sin

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diferenciar este reflejo a partir de las acciones y, de este modo, establecerá una
forma auténtica de pensamiento y acción". Como consecuencia del "carácter
inacabado del hombre" y del "carácter transformador de la realidad", la educación
debe ser una actividad cambiante y continua: la educación "es, de este modo,
mejorada cada vez en la praxis". Freire seguía a los teóricos críticos cuando éstos
querían rellenar el espacio entre la teoría y la práctica, manteniendo que la acción
está estrechamente relacionada o, incluso, constituye parte del conocimiento, una
creencia que no se aleja demasiado de la de los pragmáticos estadounidenses,
según la cual la razón de ser de las ideas es conducir a acciones fructíferas
. Freire escribió: "Dentro del mundo encontramos dos dimensiones, reflexión y
acción, en una interacción tan radical que si se sacrifica una, incluso, sólo en parte,
la otra sufre inmediatamente. No hay ninguna palabra verdadera que no sea al
mismo tiempo praxis. Así, decir una palabra verdadera es transformar el mundo".
Como se verá más tarde, a partir de esta orientación general sobre la teoría y la
práctica, han surgido críticas serias a la filosofía analítica de la educación
contemporánea. Ya que a pesar de lo que ellos defienden, el análisis de los
conceptos educativos no es ni "objetivo" ni "socialmente neutral", según sostienen
los neomarxistas. No solamente las "palabras verdaderas" conducen a la praxis; el
análisis filosófico de ideas educativas cruciales debe, forzosamente estar conectado
con la praxis, pero es probable que sea una praxis opresiva, salvo que aquellos
implicados estén ya liberados. Freire advertía: "los opresores necesitan acercarse
a la gente a fin de mantenerlos pasivos mediante la subyugación (...). Es
indispensable para los opresores depositar mitos para la preservación del statu
quo". Entre los mitos que Freire menciona, están los mitos del derecho universal a
la educación, el mito de que el orden opresivo es una sociedad libre y el mito de la
igualdad de todas las personas. Es posible que la filosofía analítica de la educación
ayude a fomentar estos mitos.

La función reproductiva de la educación en Bourdieu.


La teoría de la reproducción de Bourdieu y Passeron se refiere al papel de la
educación como reproductora de la cultura, la estructura social y la económica a

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través de estrategias de clase. En su análisis de la sociedad francesa, estos autores
detectan tres estrategias de clase diferentes en relación con la educación: la nueva
clase media invierte en cultura para mejorar su status social; la elite cultural intenta
conservar su posición de privilegio y no perder status; mientas que la clase
dominante en la esfera económica trata de reconvertir parte de su capital
en capital cultural, consiguiendo títulos académicos prestigiosos que le ayuden a
mantener su posición y le den status. De aquí la diferente función social de la
educación en cada clase: la nueva clase media intenta una orientación profesional
de los estudios en detrimento de los tradicionales estudios humanísticos; la elite
cultural defiende éstos; y la clase económicamente dominante intenta vincular los
estudios universitarios al mundo de los negocios, y controlar así las «Grandes
Écoles», oponiéndose al igualitarismo. Cada clase social tiene su ethos , su conjunto
de valores característicos, que determinan sus actitudes hacia la cultura y la
educación. Este ethos tiene, por tanto, gran influencia en el ingreso y permanencia
de los individuos en el sistema educativo, ya que condiciona los estudios del
individuo antes de comenzarlos. Según Bourdieu y Passeron, los programas
escolares tradicionales están cargados de contenidos humanísticos que no tienen
en cuenta las exigencias profesionales del mundo laboral y favorecen a los
estudiantes de clase con mayor nivel cultural, y sobre todo lingüístico En su libro
Les héritiers. Les étudiants et la cultura , Bourdieu y Passeron ponen de relieve las
desiguales probabilidades de escolarización y éxito en el rendimiento académico
según la clase social de pertenencia. La igualdad formal que proclama el sistema
transforma, en realidad, privilegios sociales en méritos individuales. Aun cuando se
impute a la valía individual, son los privilegios
sociales asociados al origen los que determinan el éxito escolar. «La influencia del
origen social perdura a lo largo de toda la escolaridad y se hace especialmente
sensible en los grandes virajes del recorrido escolar» [BOURDIEU & PASSERON,
1973, 38]. Pero esto se enmascara al hacer de la actividad propiamente universitara
(el estudio), la definición de la condición estudiantil, «definición que permite
salvaguardar la idea de que la condición estudiantil es unitaria, homogénea u

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homogeneizante» [BOURDIEU & PASSERON, 1973, 37]. La actitudes culturales,
en cierto modo, se heredan (de ahí el título en francés de esta
obra: «Les Héritiers»), así, los que viven desde su nacimiento en un ambiente
cultural intelectualizado, poseen una cultura afín a la escuela y la universidad,
mientras que la cultura de las clases subordinadas es ajena, e incluso opuesta, a
estas instituciones.
En La reproducción, publicada por los mismos autores seis años más tarde, la
perspectiva es aún menos optimista. En ella se completa el análisis anterior tratando
de mostrar cómo, desde el punto de vista de la institución, todo está dispuesto para
el triunfo escolar de los que por nacimiento poseen la «alta cultura». Ahora, la
escuela es considerada incapaz de producir cualquier cambio social. La educación
se limita a imponer las pautas de autoridad y reproduce el orden social propio de la
sociedad de clases, actuando, además, como mecanismo de legitimación de las
jerarquías sociales a través de las titulaciones. Y lo hace con una sutileza que es lo
que explica su eficacia, pues como lo anterior no es percibido, la institución llega a
contar con la adhesión de los sectores más desfavorecidos.

El objeto de estudio de la Filosofía de la educación. Funciones y tereas de la


Filosofía de la educación
El objeto de estudio de la Filosofía de la Educación se puede enmarcar, en la
actualidad, en dos posiciones, que expresan, también, de alguna manera, la
polémica existente en torno a esta disciplina científica, a la que se ha hecho
referencia.
➢ La Filosofía de la Educación es, para unos, una derivación conceptual, más
o menos sistemática, de una filosofía o sistema filosófico general, que se
aplica a la educación.
➢ Para otros especialistas, es un pensamiento orgánico y sistemático que trata
de fundamentar desde la misma educación, pero en un marco más amplio y
profundo, las prácticas y las teorías educativas.

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En el primer caso, se parte de la filosofía pura y se considera a la Filosofía de la
Educación como una de sus ramas, que tiene a la educación como objeto de
estudio, y no forma parte de la Pedagogía.
En otra corriente, se expresa, claramente, que su interés consiste en estudiar los
problemas educacionales a la luz de la filosofía, acercándose más a la educación,
a la Pedagogía.
Hay que considerar que, tanto, en una tendencia, como, en la otra, la filosofía de la
educación posee un gran peso en la valoración y en la comprensión de los
problemas educativos.
La Filosofía de la Educación no debe abarcar todos los problemas ni de la Filosofía
ni de la Pedagogía. En este particular. También, están de acuerdo ambas escuelas.
A la Filosofía de la Educación no le interesa estudiar, por ejemplo, la dislexia, sino
¿por qué tiene importancia leer bien?; no se preocupa por ¿cómo mejorar las
relaciones entre maestros y alumnos?, pero, se ocupa de ¿en qué consiste la
relación maestro-escuela?; no es su problema, ¿de qué forma integrar la familia a
las actividades de la escuela?, pero, se interesa por precisar, ¿qué valor tiene la
familia en la educación de los hijos?
En realidad, a partir de la interrogante filosófico-antropológica: qué es el hombre y
de la posición que se asuma acerca de la educabilidad, la filosofía de la educación
tiene como objeto de estudio, el determinar: qué es la educación, para qué se educa
al hombre y por qué se educa, y a su vez, servir como guía orientadora para la
definición de todos los demás fundamentos teóricos de la Pedagogía, así como de
sus categorías esenciales. Como se puede apreciar, en el objeto de estudio se
plasman los problemas de los cuales se ocupa, lo que se verán más
adelante.
Este es el ámbito de la Filosofía de la Educación, aunque se pueden incluir otras
interrogantes.
Funciones y tareas
Entre las múltiples funciones que le son inherentes a la Filosofía de la Educación,
se destacan las siguientes: Antropológica, epistemológica, metodológica,
axiológica, teleológica Estas funciones se analizarán en relación con las tareas

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correspondientes.
Al tratar sobre Filosofía de la Educación se impone partir de ¿qué es el hombre?,
¿en qué consiste la esencia humana? Y sobre todo, ¿es el hombre educable? Estas
interrogantes conducen directamente a la función antropológica De ellas se derivan
las tareas a precisar: ¿qué somos?, en el sentido de revelar críticamente los
mecanismos del proceso educativo, cuando este pasa a ser sinónimo de auto-
génesis y auto-formación. Esta función y su correspondiente tarea contribuye a
desarrollar la capacidad intrínseca que posee el hombre para educarse, a partir del
principio: ser hombre es tener que educarse desde la cuna hasta la tumba.
La función epistemológica resulta esencial, pues, esta tiene que ver con los
fundamentos del conocer y sobre todo, con el lenguaje de la ciencia educativa. Ella
posibilita precisar, ¿qué es conocer?, ¿hasta dónde conocemos?, ¿qué es lo
verdadero? Y además, conlleva a ¿cómo conoce el hombre?, ¿con qué
instrumentos?, al asumir también la función metodológica.
Las tareas que se desprenden de esta importante función son las siguientes:
• Analizar el lenguaje educativo. Esto significa someter al análisis minucioso el
lenguaje usado por los docentes. Esta es una faena muy importante para el
filósofo.
• Precisión de conceptos, juicios y razonamientos sobre educación. Resulta
imprescindible definir, claramente: qué es la educación, y a partir de ahí
derivar todos los conceptos y categorías que se emplean en las Ciencias de
la Educación.
• Explicar los diversos modelos pedagógicos: para qué somos. Este particular
implica analizar y valorar los principales modelos antropológicos
contemporáneos que informan y vertebran las diversas teorías educativas
vigentes.
La función axiológica posibilita analizar la naturaleza de los valores (ideales) y
acerca de su formación, desde el punto de vista filosófico: qué debo hacer, qué es
bueno, qué es malo, justo, bello, de dónde extraer normas para actuar.
Esta función está relacionada con la teleológica, pues también tiene que ver con el
para qué se educa al hombre Esta última función nos indica el sentido general del

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proceso educativo-fin y se le asigna la tarea de indagar cuál es la interpretación o
el sentido del proceso educacional.
Los problemas esenciales de la Filosofía de la Educación En íntima relación con las
funciones y las tareas, se aprecian los problemas más generales que afrontan la
Filosofía de la Educación.
El destacado intelectual argentino Rissieri Frondizi considera que la Filosofía de la
Educación, precisamente por su carácter filosófico, no puede descender a los
problemas específicos de la educación y a las cuestiones metodológicas y
didácticas El cómo educar escapa a su ámbito. Son tres los problemas de la
Filosofía de la educación: qué es el hombre: qué es la educación y cuáles son sus
fines o ideales. Como se aprecia, sólo considera las funciones: epistemológicas y
teleológicas, de una manera muy general, pero no explica la función axiológica,
como se hace en este análisis.
Todo lo anteriormente expresado acerca de las funciones y las tareas de la Filosofía
de la Educación puede resumirse en el siguiente cuadro:

Funciones Tareas

Antropológica Precisión acerca de qué somos, en el


(Qué es el hombre) sentido de revelar críticamente los
mecanismos del proceso educativo.
Determinación de la capacidad intrínseca
del hombre para educarse.

Epistemológica- Metodológica: Análisis minucioso del lenguaje usado por


los educadores.
(Qué conoce el hombre
Cómo conoce el hombre) Precisión de las categorías educación y
otras de las ciencias de la educación.

Análisis y valoración de los principales


modelos antropológicos y sus vínculos con
las diferentes teorías educativas.

Determinación de los mecanismos por los


que el hombre obtiene el conocimiento.

Axiológica: Educación en el sistema de valores a los


(Para qué se educa) cuales se debe aspirar.

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Teleológico: Indicación del sentido educativo, o sea del
(Fin) destino del hombre.

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Tema 2. Fundamentos de la Sociología de la Educación.
2.1. La sociología y los estudios de la sociedad contemporánea.
2.2. La sociología de la educación y su comprensión como ciencia de la
educación.
2.3. Educación, Sociología y Sociología de la educación.
2.4. Cultura y sociedad. Dos conceptos básicos e inseparables para la
comprensión del mundo actual.
2.5. La estratificación social y su impronta en la educación.
2.6. Desigualdad y cambio social en el contexto americano.
2.7. Las funciones sociales de la educación.
2.8. Los fines prioritarios de la educación.
2.9. Formación moral de los jóvenes.
2.10. Instrucción intelectual.
2.11. La capacitación para el trabajo.

La sociología y los estudios de la sociedad contemporánea. La sociología de


la educación y su comprensión como ciencia de la educación.Educación y
socialización en la sociedad actual.
Podemos comprender a la sociología como el estudio científico de las relaciones de
grupo que se producen entre los seres humanos, por tanto tiene una visión de
conjunto y un objetivo general: observar y analizar de forma sistemática la
complejidad del desarrollo social y el grado de organización que los humanos hemos
producido a lo largo de nuestra historia. Dichas relaciones sociales se traducen en

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prácticas culturales, en acciones de los sujetos involucrados y sus repercusiones,
tanto como en la construcción de instituciones tales como el Estado, el sistema
educativo, las normas jurídicas por mencionar algunos ejemplos.
La sociología utiliza diferentes métodos de investigación, como el empírico y el
análisis crítico para perfeccionar y desarrollar un conjunto de conocimientos acerca
de la actividad social humana, a menudo con el propósito de aplicar los
conocimientos a la consecución del bienestar social
La educación.
La educación puede definirse como el proceso de socialización de los individuos. Al
educarse, una persona asimila y aprende conocimientos. La educación también
implica una concienciación cultural y conductual, donde las nuevas generaciones
adquieren los modos de ser de las generaciones anteriores.
El término educación se refiere sobre todo a la influencia ordenada ejercida sobre
una persona para formarla y desarrollarla a varios niveles complementarios; en la
mayoría de las culturas es la acción ejercida por la generación adulta sobre la joven
para transmitir y conservar su existencia colectiva. Es un ingrediente fundamental
en la vida del ser humano y la sociedad y se remonta a los orígenes mismos del ser
humano. La educación es lo que transmite la cultura, permitiendo su evolución.
Para Durkheim toda sociedad instrumenta mecanismos de transmisión para adaptar
a las nuevas generaciones a las costumbres, valores, creencias, pautas de
comportamiento, etc., valorados y permitidos socialmente. La educación y en
concreto la escuela cumple para este autor la función de integrar a la vida social, a
partir de la homogenización y de la transmisión de valores universales y validos para
todos los miembros de la sociedad.
En el caso de los niños, la educación busca fomentar el proceso de estructuración
del pensamiento. La educación formal o escolar, consiste en la presentación
sistemática de ideas, hechos y técnicas a los estudiantes. Cabe destacar que la
sociedad moderna otorga particular importancia al concepto de educación
permanente o continua, que establece que el proceso educativo no se limita a la
niñez y juventud, sino que el ser humano debe adquirir conocimientos a lo largo de
toda su vida.

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La sociología.
Jiménez Blanco define el término sociología como una ciencia empírica de la
organización de los grupos humanos, por su parte Clapow la define como el estudio
de las relaciones humanas y sus consecuencias. La sociología es empírica, porque
su metodología se basa en la acumulación de conocimientos sobre fenómenos
concretos, cuantificables y comprobables.
La sociología nos permite entender la estructura y dinámica de la sociedad humana,
en sus diversas manifestaciones, clases, sexo, edad, raza, ocupación, etc., así
como las formas de institucionalización que adquieren a través del gobierno u otras
formas de poder, la política, economía, religión, cultura y nivel educativo, de
individuos pertenecientes a grupos determinados en instituciones y organizaciones
con diferentes formas y grados de vinculación con comunidades.
Examina también cómo individuos y colectividades, construyen, mantienen y alteran
la organización social, el sociólogo se pregunta acerca de los orígenes y
consecuencias del cambio social, cómo se logran los acuerdos sociales, el
consenso o la dominación y su duración o permanencia
La sociología de la educación.
La sociología de la educación es una disciplina que utiliza los conceptos, modelos
y teorías de la sociología para entender la educación en su dimensión social. Es
una de las más jóvenes ramas del saber humano, ya que posee alrededor de sólo
un siglo de existencia y fueron Augusto Comte y Emile Durkheim los que le dieron
vida como ciencia general el primero y como un segmento de las ciencias de la
educación el segundo.
Sociedad y cultura
El concepto o idea de sociedad nos remite invariablemente a las relaciones entre
individuos, ello debido al hecho de que la conducta humana se halla orientada de
innumerables formas hacia las otras personas. Los seres humanos no sólo viven
juntos, sino que cotidianamente se encuentran en interacción, respondiendo unos a
otros, orientando sus acciones en relación con la conducta de los demás y siempre
con un doble fin: allegarse algo que necesitan y ayudar a otros a conseguirlo.

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La sociedad es un concepto que representa siempre un grupo de seres humanos
que cooperan en la realización de casi todos sus intereses, entre los que
encontramos de modo invariable su preservación y mantenimiento. La sociedad es,
pues, un grupo actuante, dinámico que comprende la continuidad
en el tiempo y por ende la existencia de relaciones sociales complejas (culturales e
históricas).
Resulta importante diferenciar la idea de sociedad de la de grupos o asociaciones
Fortuitas o temporales, tales como una multitud congregada en el zócalo, en un
juego de fútbol o los habitantes de un campamento de verano.
El concepto de sociedad sirve principalmente para mantener nuestra atención a un
campo grande de interacciones y fenómenos que deberán considerarse para
alcanzar una descripción de la realidad o hecho social, las variadas y multiformes
relaciones que forman parte de la vida de todo ser humano.
No sólo debemos observar el estudio sociológico de las relaciones sociales, sino
que también podemos definir a la sociedad como un conjunto de instituciones que
representan históricamente la trama de la vida social.
Para poder obtener mayores grados de objetividad y contar con resultados que
expresen la integralidad del objeto de estudio, la sociología no actuará sola, ya que
constantemente recurrirá a estudios provenientes de otras ciencias que le ayudarán
a definir a la sociedad en toda su diversidad y niveles de interacción, como el
cultural, político, económico, psicológico, educativo, etc Los aspectos repetidos de
las acciones humanas constituyen evidentemente la base de cualquier
conocimiento o ciencia social. Los sociólogos han desarrollado dos conceptos
básicos: Cultura y Sociedad, y a pesar de variaciones considerables en la forma
precisa de utilizarlos, estos conceptos definen de un modo general la naturaleza y
límites del objeto de análisis sociológico.
Aunque podamos distinguirlos entre ellos conceptualmente, los fenómenos a que
se refieren no pueden existir independientemente uno de otro; la sociedad no puede
vivir sin la cultura y la cultura sólo existe dentro de la sociedad.
El ser humano es el único animal que posee cultura. En su acepción sociológica

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Cultura se refiere a la totalidad de lo que aprenden los individuos como miembros
de una sociedad; es un modo de vida, de pensamiento, acción y sentimiento.
Las regularidades de la conducta humana no constituyen en sí mismas cultura. La
cultura según el sociólogo George Murdock es en gran medida ‘ideacional’, es decir
que se refiere a las normas, creencias y actitudes de acuerdo con las cuales actúa
la gente. Por otra parte la cultura es aprendida y compartida; tales son los hechos
fundamentales de los que debemos partir para comprender y aplicar el concepto
cultura.
Se ha advertido que los seres humanos no heredan la mayor parte de sus modos
habituales de comportamiento; los adquieren en el curso de sus vidas. La conducta
que es universal pero no aprendida, o peculiar del individuo, no es parte de la
cultura; tanto los reflejos incondicionados como la idiosincracia personal, sin
embargo, pueden ser influidos o modificados por dichos elementos no
culturales(instintivos) de la naturaleza humana.
Recapitulando. El significado científico del término cultura abarca toda clase de
lenguaje, las tradiciones, las costumbres, las instituciones y, como nunca se ha
tenido noticia de un grupo de humanos sin dichas formas o sistemas de
organización y representación, la cultura es la característica distintiva y universal de
las sociedades humanas. De aquí se desprende su importancia como concepto
sociológico y en general para todas las demás ciencias, ya que es un nombre
adecuado para todas las realizaciones características de los grupos humanos.
De esta forma el origen de la cultura como rasgo humano puede encontrarse en su
capacidad para generar o adquirir conocimientos mediante la experiencia, tanto
como para comunicar lo aprendido por medio de símbolos como lo es el lenguaje
humano dentro de su diversidad cultural.
No existe conflicto alguno entre los conceptos de sociedad y cultura, se
complementan uno al otro, su relación es evidentemente estrecha. Cultura sin
embargo, representa una idea más amplia pues incluye a las instituciones, aunque
la sociedad no es un meramente un subdivisión de la cultura, ya que como hemos
comprendido la sociedad no es un conjunto de instituciones, sino la estructura

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completa de instituciones humanas que se relacionan, dependen e influyen entre sí,
que distinguen a un grupo de otro facilitando los medios para su organización,
Medios por conducto de los cuales los individuos enfrentan el mundo que les rodea

Estratificación y clases sociales.


Los conceptos de estratificación y clases sociales son muy similares, ya que
pretenden ayudar a los científicos sociales a describir la forma en cómo están
situados individuos y grupos dentro de las relaciones sociales de producción.
Ambos conceptos hacen referencia a la disposición de los elementos sociales en
diversas capas situadas en diferentes planos de la realidad. También intentan
describir el establecimiento del status en una relación cambiante de jerarquías
dispuestas por su papel o rol dentro de la organización social para la producción.
La sociología norteamericana particularmente la escuela de Parsons y Merton ha
utilizado el concepto de estratificación social para designar el mismo tipo de
desigualdades que llevaron, en cambio, a la sociología europea, principalmente por
la influencia de
Carlos Marx, a hablar de clases sociales y estructura de clases, hecho que ha
llevado a muchos a considerar alternativos o totalmente incompatibles a los dos
términos. Lo anterior debido a que los primeros venían, bajo la influencia de
Durkheim y los funcionalistas, a observar tales desigualdades como producto de la
evolución natural de la sociedad, mientras que el materialismo histórico
(metodología marxista) asume que dichas desigualdades son producto de la lucha
de clases por el poder económico y político.
El concepto en sí siempre tendrá para el científico una implicación jerárquica que
denota una de las principales características de las sociedades humanas, la
desigualdad histórica como elemento estructural de la vida social.
Tal verticalidad estructural desigual posee su mayor expresión en el modo de
producción capitalista, desigualdad que, sin ser científico, es palpable o evidente
hoy para todo individuo en cualquier parte del mundo. Lo anterior no significa que
tal realidad histórica sea absoluta, permanente o inmutable, lo que deseamos
expresar es que el establecimiento de roles y funciones, la división social del trabajo

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en la organización humana no necesariamente deberá implicar una desigualdad
atroz como la pobreza y sus consecuencias para nuestro desarrollo social e
inclusive ecológico; el futuro siempre estará sujeto a la interpretación, creatividad e
imaginación de los seres humanos.
Tal desigualdad que se ha pretendido institucionalizar deviene de la ‘mala’
distribución que se hace de la riqueza producida por el trabajo humano, sin
embargo, la estratificación social nos ayuda a observar y definir una realidad
estructural precisamente en la conformación de grupos verticales que se diferencian
por criterios establecidos y reconocidos: Poder, riqueza, prestigio, domi
nio pero también instrucción formal e informal, estilo de vida, capacidades
intelectuales o físicas, serían polos observables en nuestro análisis.
Entre las formas de estratificación más comúnmente citadas encontramos las
castas, los estamentos y por supuesto las clases sociales Aceptando la idea
‘orgánica’ estructural de la clase social, por la cual ésta es en potencia capaz de
una acción unitaria, el concepto de estructura social y el de estratificación social no
son incompatibles, sino más bien el segundo deberá utilizarse para complementar
al primero. Las relaciones y dimensiones de la estratificación social se interponen y
mezclan necesariamente en cualquier estructura de clases. Los que pertenecen a
un estrato no importando los criterios utilizados para su definición, pueden
pertenecer a clases distintas y con frecuencia pasa que la propia clase social se
encuentra estratificada en su interior.
Podemos entender a las clases sociales como conjuntos grandes de individuos que
se encuentran en una posición similar, un mismo nivel de ingresos por poner un
ejemplo, dentro de las estructuras históricamente determinadas por las relaciones
económicas y políticas fundamentales o esenciales de una sociedad. En la
existencia misma de las clases sociales podríamos observar el origen de las
principales diferencias de poder, riqueza y prestigio entre las personas, aunque se
reconozca como parte de la evolución social, el hecho de que existe en las
sociedades democráticas una igualdad jurídica.
Para el estudio de nuestras sociedades modernas es imperativo el uso del concepto
clase social (como una forma teórica de estratificación social) ya que evidencia dos

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fenómenos dinámicos trascendentales en nuestra historia pasada y
contemporánea, por un lado la movilidad social y por otra las revoluciones.
La primera hace referencia al movimiento continuo, permanente de las relaciones
sociales de producción, donde un individuo puede aspirar y de hecho llegar a
pertenecer a una clase social distinta, o bien decaer debido a crisis económicas, de
cualquier forma buscando una vida más acorde con sus intereses y necesidades.
Este proceso de movilidad social es muy complejo pero fácilmente asimilable si
pensamos en las instituciones educativas de nivel superior, que ofrecen el desarrollo
de capacidades, destrezas y habilidades para ascender en la escala de
responsabilidades sociales y por ende a un mayor status social.
La segunda no deberá entenderse sólo en términos de violencia (hecho muy
inusual, ya que se llega a expresar sólo como prueba manifiesta del cambio), sino
a través de la interpretación teórica del cambio social, de la evolución, cambio y
transformación histórica de nuestras sociedades (revoluciones políticas,
humanistas, científicas, tecnológicas, culturales etc).
Revoluciones sociales que nacen de la necesidad por generar cambios que ayuden
a mejorar las condiciones de pobreza y explotación, degradación del medio
ambiente, abandono escolar o bien busquen reformas económicas, políticas con
tendencias democráticas, características ambas del desarrollo capitalista de las
naciones en los últimos dos siglos y porvenir.
Recapitulando. Las clases son grandes grupos de seres humanos que se
diferencian entre sí por el lugar, posición económica y política que ocupan los
grupos sociales en un sistema de producción históricamente determinado;
identificamos o categorizamos las clases sociales por las relaciones en que
establecen con respecto a los medios de producción, relaciones que las leyes fijan
y que se reproducen o regeneran a través del tiempo histórico. De igual forma por
el papel que desempeñan en la organización o división social del trabajo y, por
consiguiente, por el modo y la proporción en que perciben la parte que les
corresponde de la riqueza social que se produce.

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Desigualdad y cambio social.
Podemos por nuestro estudio anterior llegar a la conclusión de que la sociedad está
dividida en capas o clases ordenadas jerárquicamente, acorde con el desarrollo de
sus habilidades y conocimientos, con la pretensión de que ésta funcione o trabaje
de forma coordinada, y también que es la colectividad la que define los rangos o
importancia de cada individuo. Para Marx el ingreso es la forma de medir el nivel de
la escala a la cual se pertenece, para Weber es el poder y para Durkheim es el
prestigio y, no importando de qué manera pretendamos medirlo, lo que se desea
aclarar y dar a entender es que existen estas diferencias y divisiones sociales.
La desigualdad social pese a ser estudiada por todas las corrientes del pensamiento
sociológico desde el siglo XIX, persiste una contradicción estructural del sistema,
aunque existan innumerables ejemplos de grupos y personas que han buscado por
todos los medios disminuirla, erradicarla o suplantarla. Se explica a sí
Misma siguiendo a los economistas y politólogos, mediante la posesión de distintos
grados de poder económico, privilegios e influencias por las diversas agrupaciones
a las que se pertenezca
por origen o mérito, hecho que pondrá de manifiesto la extensión y clases de
desigualdad existentes.
Las diferencias que sobre los grados o niveles de prestigio social se mantienen, nos
lleva a pensar que son en gran medida transmisibles de padres a hijos, también a
través del contacto con otras personas de la misma clase social y por la acción de
las instituciones en el caso de las propiedades o herencia.
Mucho se ha escrito y dicho en relación con el origen de la desigualdad social, pero
más allá de un aposición dogmática, ideológica o partidista, el científico social
observará el origen y causas de dichas desigualdades, poniendo especial atención
en la llamada lucha de clases como factor de conciencia crítica y propuesta de
cambio político-social.
El conflicto se convierte así en el factor dinámico a investigar en todo fenómeno o
hecho social, de especial forma en el análisis del sistema educativo nacional, ya
que en él convergen no sólo diversos intereses y visiones del mundo, sino ideales

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y valores reconocidos socialmente como prioritarios para el desarrollo humano, de
la nación.
El sistema educativo representa también el anhelo por el cambio social hacia el bien
común, ya que proporcionará la formación de conciencia crítica y la ética que
ayude al profesionista a dedicarle tiempo a la investigación sobre la lucha social
tanto de gobiernos e instituciones, como de organizaciones no gubernamentales e
independientes en contra de las desigualdades, la pobreza, el ecocidio de nuestra
madre tierra, la injusticia y la mala distribución de la riqueza generada por el trabajo
humano.
Ahora bien, ¿cómo entiende la sociología el cambio social? El concepto de cambi
o social se encuentra íntimamente ligado al de evolución social o desarrollo social,
tanto en el plano metodológico como en el ideológico; y resulta tan evidente que son
muchos los autores que los utilizan con el mismo sentido, significado, uso o
acepción.
A comienzos del siglo XX la dinámica social poseía diferentes conceptos que
intentaban dejar a un lado las analogías biológicas y fisiológicas (los nexos con el
darwinismo social) o el paradigma de la evolución natural aplicados a los hechos
sociales; la sociedad posee elementos esenciales biológicos pero es la cultura y la
política las que determinan las dinámicas de transformación social, de ahí la
necesidad inmanente de los movimientos sociales por marcar rumbos o derroteros
para el cambio.
Progreso y revolución social son otros de los conceptos que han bañado toda la
producción teórica (por lo menos de la sociología) en el último siglo, sin embargo,
el cambio social posee una connotación más amplia, pues hace referencia a
transformaciones históricas que pueden o no estar ligadas a las estructuras sociales
y que pueden o no ser consideradas benéficas para el conjunto de la sociedad. Por
su parte la palabra progreso hace referencia a un conjunto de cambios que tienen
como objetivo o características la mejora de la situación o hecho social en su
conjunto, ello desde una mirada filosófica, ideológica, teórica determinada,
específica, ya que lo que algunas sociedades o grupos sociales caracterizan como
progreso para otras puede no serlo. Lo mismo sucede con el término revolución que

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en su acepción más elemental hace referencia a cualquier cambio súbito (venga
acompañado o no de violencia) en la estructura societal o en algún rasgo de ella,
pero que se ha utilizado más como concepto de corte ideológico, usado por diversas
corrientes de pensamiento político para caracterizar un tipo de cambio social
estructural en determinado momento histórico
Por ende el concepto de cambio social se utiliza como variaciones en cualquier
aspecto de los procesos o formas sociales. La idea es muy amplia y sirve para
designar el resultado de cualquier variedad del movimiento social. El cambio social
puede ser progresivo o incluso regresivo, también puede ser temporal o
permanente, planificado en una o varias direcciones, o no planeado, benéfico o
perjudicial (véase diccionarios de sociología).
Por último mencionaremos que existen diversos tipos de cambio social y que estos
pueden ser tecnológicos o científicos, culturales, económicos o políticos y que
cualquiera de estos afectará al sistema en su conjunto.

Funciones sociales de la educación.


La educación es sobre todo un fenómeno cultural humano, forma parte de un
proceso histórico colectivo consciente, donde la filosofía, la moral política de
gobernantes y grupos políticos con diversas ideologías concretan el ideal, métodos,
estrategias e instrumentos a utilizar dentro de los procesos sociales deenseñanza y
aprendizaje, orientados y acordes con los ideales históricos contenidos en la
constitución.
Dichos procesos educativos se encuentran históricamente determinados, esto
quiere decir que para llevar a cabo cualquier análisis del fenómeno educativo,
deberán ser tomadas en cuenta las relaciones sociales y las características
ideológicas de los actores involucrados en la lucha por transformar y conducir a la
educación. En este sentido, se reafirma el papel nodal del sistema educativo en la
reproducción del sistema capitalista, su división social del trabajo, la cultura, y las
ideas políticas dominantes mediante la lucha por el poder del Estado.

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De esta forma, hablar de los fines educativos es reflexionar sobre los valores
humanos, la filosofía, la ideología que los sustentan, es hablar de aquello que
deseamos transmitir y adquirir a través del proceso enseñanza-aprendizaje.
Para adentrarse en los procesos históricos de la enseñanza-aprendizaje, el ser
humano se ha preguntado sobre el origen del conocimiento, esto es, el origen de
las dudas que dan pie a más dudas sobre las relaciones, causas y consecuencias
de todas las cosas y fenómenos sobre la tierra. Esta duda y la capacidad de
sorprenderse o maravillarse transformó al ser humano en científico recolector de
datos y experiencias; así la sociedad ha visualizado la necesidad de sistematizar la
adquisición de conocimiento, ordenándolo para hacerlo crecer, para transmitirlo a
las generaciones por venir. Ese cúmulo de conocimiento original comenzó a
transformar el mundo y se convirtió así en un poder político e institucional:
A la escuela se va a recolectar datos y a experimentar, y al igual que el trabajo se
va a pasar de la teoría a la praxis. La filosofía social, en este caso la educativa,
observa así una relación de dependencia entre el desarrollo del conocimiento en el
proceso de enseñanza-aprendizaje, con el desarrollo de la organización social,
productiva o de la civilización.
Es así que sociedad y educación se encuentran íntimamente ligadas, de tal forma
que se podrán observar y debatir las redefiniciones sociales e ideales colectivos
actuales como intentos o luchas políticas académicas e ideológicas que tienen como
fin el que se materialice el esfuerzo, el ideal propuesto y el cambio educativo. La
relación sociedad-educación, sociedad-academia se hace
evidente y nos invita a la reflexión sobre el papel de individuos y grupos en la
historia: En la investigación que se realice para determinar los ideales o fines de la
educación en una de las sociedades históricas o actuales, se pueden distinguir en
una política educativa tres planos o capas, que se combinan o superponen de
manera diferente y en proporciones desiguales: 1) el plano nacional; 2) el plano
correspondiente a cierto “tipo de civilizaciones”, y 3) el plano universal y humano.
En primer lugar se encuentran determinados fines, inmediatos y particulares, ligados
a las condiciones y exigencias vitales de cada colectividad... Pero como hay hechos
que rebasan el área del territorio nacional y que no se limitan a un organismo político

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(Estado o Nación), la política general, y la educación, por lo que implican y que,
rebasando las fronteras, quedan dentro de las áreas espirituales de una
civilización...
Este es el segundo plano que se debe estudiar. Y, por último, el plano de los “valores
universales”, que trascienden las épocas y las fronteras y definen más la especie
humana que un grupo político... Según predominen en una época las tendencias
nacionalistas y humanistas, la organización pedagógica de todos los
grados, reflejando con más fuerza los caracteres y las aspiraciones de un pueblo,
se orientará en el sentido de una afirmación enérgica de nacionalismo, o tenderá a
acentuar el humanismo, es decir, los valores fundamentales que expresan una
naturaleza esencialmente idéntica en todos los hombres.
Al preguntarnos por los fines de la educación damos el primer paso metodológico
que nos permitirá conocer y evaluar hasta cierto punto las metas educativas
institucionales a corto, mediano y largo plazo, la posibilidad de planeación, tanto
como el replanteamiento de objetivos y metas, crisis o cambios sociales que en
principio representan la etapa histórica que quisiéramos analizar. Así, pues, los fines
humanos y sociales se reflejan en los fines educativos a través de las formas que
adoptan o mantienen en cada etapa de su transformación histórica.
Existen dos objetivos o fines generales en la educación, y cada uno se encuentra
relacionado con dos pilares de los procesos de organización institucional educativo.
Los fines primarios están inmersos en los ideales y los secundarios
relacionados directamente con la realidad histórica; los fines primarios representan
en esencia valores humanistas universales y los fines secundarios se encuentran
históricamente determinados. Tres son los fines o necesidades esenciales o
generales prioritarias para la educación:
✓ La formación moral del joven
✓ .La instrucción intelectual
✓ .La capacitación para el trabajo.
Cabe destacar que los ideales que encarna históricamente la educación superior
necesariamente son universales y humanistas, es decir, rebasan los intereses
privados o de grupo y atañen a toda la humanidad.

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Tema 3. El Sentido, los fines y los Problemas Sociales de la Educación
Actual.
3.1. Los fines de la educación en México.
3.1.1. La necesidad de transformar el Modelo Educativo.
3.2. La crisis de la educación.
3.3. La función actual y los retos de la escuela en la educación de
los seres humanos.
3.4. Los problemas de la ciudad y el campo en materia de educación.
3.5. La desigualdad y la pobreza y su impronta en la educación.
3.6. Globalización o mundialización.
3.6.1. Caracterización que adopta en la educación.
3.7. La equidad de género y la educación.
3.8. Principales instituciones educativas.
3.8.1. La escuela.

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3.8.2. La familia.
3.9. La formación para la ciudadanía.
3.10. La resistencia social y la educación.
3.11. Educación y cambio social.

Los fines de la educación en México. La necesidad de transformar el Modelo


Educativo.
Los fines de la educación están establecidos en el Artículo 3º constitucional y se
refieren al desarrollo armónico de todas las facultades del ser humano. Es primordial
que la educación se proponga formar a los estudiantes en la convicción y
capacidades necesarias para contribuir a la construcción de una sociedad más justa
e incluyente, respetuosa de la diversidad, atenta y responsable hacia el interés
general.
Hoy en día, la sociedad del conocimiento exige de las personas mayor capacidad
de interpretación de fenómenos, creatividad y manejo de la información en entornos
cambiantes. La escuela ha dejado de ser el único lugar para aprender y la infinidad
de fuentes de información nos obligan a replantear las capacidades que los alumnos
deben desarrollar en su paso por la educación obligatoria.
Las disciplinas, en torno a las cuales está organizada la enseñanza, siguen vigentes
y son necesarias para organizar sistemáticamente el aprendizaje del español (y de
otra lengua materna, de ser el caso), las matemáticas, las ciencias naturales, las
ciencias sociales, así como la filosofía en el bachillerato, entre otras. Estas
disciplinas conforman el núcleo de conocimientos básicos que se requieren para la

36
comunicación efectiva, el pensamiento lógico y la comprensión del entorno en que
vivimos.
No obstante, el cambio que se plantea está orientado a fortalecer el sentido y el
significado de lo que se aprende. Se propone ensanchar y hacer más sólidos el
entendimiento y la comprensión de los principios fundamentales, así como de las
relaciones que los contenidos guardan entre sí. La memorización de hechos,
conceptos o procedimientos es insuficiente y hoy ocupa demasiado espacio en la
enseñanza. El desarrollo de las capacidades de pensamiento crítico, análisis,
razonamiento lógico y argumentación son indispensables para un aprendizaje
profundo que permita trasladarlo a las diversas situaciones para resolver nuevos
problemas.
Los aprendizajes adquieren sentido cuando verdaderamente contribuyen al pleno
desarrollo personal y social de los individuos.
El desarrollo personal y social incluye los aspectos siguientes:
Apertura intelectual: la adaptabilidad, el aprecio por el arte y la cultura, la valoración
de la diversidad, la promoción de la igualdad de género, la curiosidad intelectual y
el aprendizaje continuo.
Sentido de la responsabilidad: iniciativa, perseverancia, reflexión sobre los actos
propios, integridad, rechazo a todo tipo de discriminación, convivencia pacífica,
respeto a la legalidad, cuidado del medio ambiente, actitud ética y ciudadanía.
Conocimiento de sí mismo: cuidado de la salud, autoestima, conocimiento de las
propias debilidades, fortalezas y capacidades como ser humano y manejo de las
emociones.
Trabajo en equipo y colaboración: comunicación, coordinación, empatía, confianza,
disposición a servir, solución de conflictos y negociación.
Una educación integral, como la que se debe impulsar, es la que hace posible que
el amor a México se traduzca en una convivencia más armónica, en un mayor
respeto a los derechos humanos y el Estado de Derecho, en el aprecio, cuidado y
racional aprovechamiento de nuestra riqueza natural, así como en la capacidad de
hacer valer los principios de libertad, justicia y solidaridad en el mundo global en el
que hoy se desenvuelven las naciones.

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El modelo que se propone busca hacer efectivo el derecho a la educación para
todos. A partir de los principios que dan sustento a la educación inclusiva, postula
la eliminación de las barreras que impiden el aprendizaje y la participación a todos
los alumnos, con especial énfasis en aquellos que presentan condiciones de
vulnerabilidad.
La Reforma Educativa, iniciada en diciembre de 2012, responde a estos
requerimientos; de ahí que la ley haya dispuesto que la SEP hiciera una revisión del
modelo educativo. Con tal propósito, en 2014 la SEP realizó un amplio proceso de
discusión participativa —que constó de dieciocho foros regionales de consulta y tres
reuniones nacionales en los que se recopilaron más de 15,000 planteamientos—
cuyas principales conclusiones confirmaron la necesidad de generar una nueva
propuesta de modelo educativo.
El modelo educativo de tipo vertical hizo posible la construcción de un sistema
educativo nacional que fue pilar del desarrollo de México. Hoy debe reconocerse
que ese modelo no es favorable a la adquisición de las capacidades del siglo XXI,
por lo que la Reforma Educativa aporta los elementos necesarios para construir un
nuevo modelo, a partir de los elementos que aquí se presentan.

La crisis de la educación.
Entenderemos por crisis toda irrupción del curso regular y previsible de los
acontecimientos, perturbación del hábito o costumbre que requiere conciente
atención por parte del individuo o del grupo a fin de reestablecer el equilibrio
perturbado o establecer nuevos hábitos y costumbres más adecuados.
La crisis o desequilibrio del sistema educativo es, en términos sociológicos, una
crisis social, la cual podemos comprender como un momento de gravedad en la vida
social, donde se ha alcanzado un punto en que el cambio es inminente, mas no
necesariamente rápido o inmediato, tanto para bien como para mal, desde una
perspectiva de bienestar humano.
Durante los procesos de cambio o crisis social, la capacidad de dirección de los
mismos es incierta y el único criterio objetivo, de forma concensuada por los

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estudiosos, que se puede utilizar para juzgarla, es el de las consecuencias en la
unión o desunión mayores o menores del grupo o nación.
En nuestra historia contemporánea el México posrevolucionario poseía una
identidad cultural en su forma de hacer política que, hoy día todavía prevalece
arraigada, pero que poco a poco ha caducado en su propia inoperancia e ineficacia:
el corporativismo, el autoritarismo, la lucha por el poder político, el nepotismo, la
corrupción, por mencionar algunas realidades históricas de nuestra cultura política,
están condenadas a su transformación; dicha cultura o proyecto ideológico, modelo
para el desarrollo nacional, es hoy día cuestionado, por decir lo menos, combatido
desde diferentes frentes, uno de ellos, en el que recaen más esperanzas, es el
educativo.
Es importante señalar que en los últimos 40 año, s los gobiernos en México han
mostrado (por lo menos en el discurso) un gran interés por vincular los objetivos y
políticas educativas, con el desarrollo del país, precisamente como estrategia de
atención a los problemas sociales que vivimos. Sin embargo, es la política
económica la que ha marcado el rumbo y los alcances de este en materia educativa.
Observando lo apuntado por Gilberto Guevara Niebla teórico de la educación en
México, diríamos que es la calidad de la educación (principalmente después de
presentado el Proyecto de Modernización Educativa en 1989) el problema más
señalado y debatido al interior de la sociedad. Y pese a ser así es difícil ponerse de
acuerdo respecto a los parámetros que se utilizan para evaluar procesos de
enseñanaza-aprendizaje bajo la lupa de la calidad educativa. Donde unos ven
adaptación de la educación a los requerimientos del aparato productivo, otros
critican la falta de elementos humanistas de carácter cualitativo en los programas y
planes de estudio, donde unos critican que no existen condiciones para una
educación que ayude a resolver prácticamente los rezagos, otros proponen la
formación de competencias y capacidades de análisis y comprensión.
Lo cierto es que en gran medida, y es lo que apunta nuestro autor, los contenidos
llegan a ser obsoletos e irrelevantes para la comprensión e intervención en la
realidad actual y futura, ello sin dejar de reconocer los logros que, por ejemplo en
cobertura básica se han conseguido.

39
En el libro de Gilberto Guevara Niebla se hace una crítica general del sistema de
educación, a tal grado que en sus propias palabras:
Los daños infligidos a la educación pública nacional por esos arreglos –de la emisión
presupuestal a la hegemonía de los intereses corporativos y las razones políticas
de burocracias y autoridades, no hacen ruido–. A diferencia de la contaminación
ambiental, la inseguridad pública o el problema de la deuda, los desastres de la
educación pública son graduales, discretos, indoloros, secretos. Pero a la vuelta de
los años podemos ver y medir la magnitud de esta catástrofe silenciosa.
Catástrofe que se refleja en la baja calidad e irrelevancia de la educación nacional,
que no ha sido capaz de incidir en una menor desigualdad social.
La incorporación de nuevas materias, planteadas como auténticas demandas
sociales, tal como es el caso de la informática, han de suponer cambios o
diversificaciones en el contenido del curriculum. Aquí aparece otra de las razones
que, con mayor peso, avalan la oportunidad de las reformas que se plantean en los
sistemas educativos occidentales.
Ahora bien. La crisis de la educación en México es producto de la crisis de la
estructura socio-económico-política nacional:
En este sentido, la educación en nuestro país refleja con meridiana claridad las
características y contradicciones del sistema socioeconómico y político, cuya
resultante es la preparación de egresados que no satisfacen debidamente las
exigencias del desarrollo científico y tecnológico puesto que la gran mayoría de ellos
han sido formados justamente para que no produzcan conocimientos, sino más bien
los apliquen y respondan a los requerimientos de los grupos que tienen el poder
económico y político.
Sólo en la medida en que promovamos una transformación congruente y efectiva
de todo el sistema socioeconómico y político del país, se podrán elevar los niveles
socioculturales de la población en general y con ello contribuir a la generación y
consolidación de un sistema científico y tecnológico que pueda ayudar a superar los
niveles de rezago educativo que afectan de forma sistémica el desarrollo del país.

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Más adelante ahondaremos enlas propuestas, prioridades o metas educativas que,
de forma imperante, podrán ayudar a superar la crisis educativa que vivimos los
mexicanos y la mayor parte del mundo.

La función actual y los retos de la escuela en la educación de los seres


humanos.
(...) en la investigación que se realice para determinar los ideales o fines de la
educación en una de las sociedades históricas o actuales, se pueden distinguir en
una política educativa tres planos o capas, que se combinan o superponen de
manera diferente y en proporciones desiguales:
el plano nacional;
el plano correspondiente a cierto ―tipo de civilizaciones‖, y
el plano universal y humano. En primer lugar se encuentran determinados fines,
inmediatos y particulares, ligados a las condiciones y exigencias vitales de cada
colectividad (...) Pero como hay hechos que rebasan el área del territorio nacional y
que no se limitan a un organismo político (Estado o Nación), la política general, y la
educación, por lo que implican y que, rebasando las fronteras, quedan dentro de las
áreas espirituales de una civilización (...) Este es el segundo plano que se debe
estudiar. Y, por último, el plano de los ―valores universales‖, que trascienden las
épocas y las fronteras y definen más la especie humana que un grupo político (...)
Según predominen en una época las tendencias nacionalistas y humanistas, la
organización pedagógica de todos los grados, reflejando con más fuerza los
caracteres y las aspiraciones de un pueblo, se orientará en el sentido de una
afirmación enérgica de nacionalismo, o tenderá a acentuar el humanismo, es decir,
los valores fundamentales que expresan una naturaleza esencialmente idéntica en
todos los hombres
Es en los últimos 20 años que ha cambiado radicalmente la configuración del
sistema educativo, pasando de una enseñanza elitista, basada en la exclusión y la
competencia, a una condición de enseñanza general, más integradora, pero incapaz
de asegurar éxito en la mayoría de las etapas de formación para el trabajo, acorde
con el nivel terminal alcanzado por el alumno.

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Este es un problema muy simple, si se quiere ver así, de forma reduccionista, en
una sociedad que funciona acorde con las leyes del mercado. Por ejemplo,
aumentar el número de individuos que acceden a los distintos niveles de educación,
provocando que muchos, tal vez las grandes mayorías, desciendan en su valor
productivo o económico.
Pensaremos tan sólo en que hace 20 años, una persona con título de bachillerato o
profesional, podía encontraba un trabajo dignamente remunerado, sólo porque eran
grupos reducidos los que accedían a estos niveles de estudios. De igual modo, ha
descendido la motivación del alumno para con sus estudios, tanto como la
valoración que hace la sociedad del sistema educativo, especialmente la que tienen
los padres de los alumnos.
Hace 30 años, la titulación académica aseguraba un estatus social y retribuciones
económicas acordes con el nivel o grado obtenido; actualmente los títulos
académicos no aseguran nada, manteniéndose, sin embargo, otros mecanismos
selectivos dependen cada vez más de empresas privadas, y no de las relaciones
sociales familiares o de la obtención o generación de otros conocimientos llamados
extracurriculares que en definitiva no se imparten en el sistema reglamentado de la
enseñanza escolar o formal.
La evolución del sistema de enseñanza y su éxito más reconocido en el terreno
cuantitativo, han obligado a cambiar el sentido mismo de las instituciones escolares,
motivados o condicionados por la necesidad de adaptación al cambio social, tanto
por los alumnos, como por profesores y padres de familia, que deben (en un sentido
coercitivo, manipulador o de control social) modificar su mentalidad respecto a lo
que modernamente pueden esperar del sistema de enseñanza. Se vuelve así
absurdo el mantener una enseñanza masificada con objetivos que devienen de un
sistema diseñado para una enseñanza de élite o de clases y, en este sentido, por la
fuerza de los hechos históricos, mostrándose una enseñanza que se ha de
diversificar, volviéndose mucho más flexible.
Pensemos así que los retos y función educativa de nuestras sociedades
contemporáneas tendrán que pasar por la reflexión entorno a la permanencia de
ciertos mecanismos tradicionales de la enseñanza, paralelos al cambio o

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modificación de los parámetros y métodos de enseñanza-aprendizaje, que no
necesariamente tendrán que adaptarse totalmente a los requerimientos del aparato
productivo de corte mercantilista o económico. También se debe valorar y reconocer
como insuplantable el papel de la familia y otras instituciones históricas en el
proceso de sociabilización y formación moral de los más jóvenes.

Los problemas de la ciudad y el campo en materia de educación.


Mucho es lo escrito que encontramos en los libros desde la primaria sobre el tema
de la migración del campo a la ciudad. El mensaje encerrado explícito y evidente es
que la producción del campo es la que posibilita el crecimiento y progreso de las
ciudades. La verdad ya no es ésa, el campo o agro mexicano y de muchos pueblos
más que han seguido el modelo de desarrollo industrial ha dejado de ser el sustento
básico y, por ello, se avecinan en el mundo grandes hambrunas, catástrofes
ecológicas y problemáticas sociales.
Al mundo rural se le comprende gracias a su antagónico, que es el mundo urbano.
De hecho, la migración de vastas franjas poblacionales del campo a la ciudad, le
dieron fisonomía al mundo que hoy conocemos. El crecimiento de la Ciudad de
México inició su momento de expansión en la década de 1940 con el industrialismo
en la llamada época del milagro mexicano y alcanza sus niveles más altos entre
1950 y 1970. Todos esos años la ciudad y el país entero creció y se desarrolló a
expensas del sector agrícola, no sólo por las transferencias de materia prima hacia
los centros urbanos, sino porque, además, se le marginó del apoyo gubernamental,
condenándolo al olvido.
En pocas palabras, se perdió realmente la posibilidad de que continuara financiando
el desarrollo del país, agotándose sus recursos, siendo víctima del saqueo, el
despojo y la explotación desmedida.
Al reformarse en la época de Salinas de Gortari el artículo 27 Constitucional, que
señalaba la existencia de la propiedad comunal o ejidos, misma que daba sustento
a la unidad cultural de los pueblos originarios, se allanaba el camino para que tales
tierras pudieran enajenarse, es decir, venderse, propuesta para la modernización a
través de su transformación en pequeña propiedad. Esto trajo consigo una venta

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masiva de tierras, alentando aún más el centimo, lo que provocaría una mayor
concentración de la propiedad (tierras y dinero en manos de pocos), con la
consecuente caída en la producción y un éxodo inimaginable de campesinos a las
ciudades, ello bajo la condena a servir de jornaleros asalariados en lo que antes fue
su propiedad.
La crisis del campo da lugar al fenómeno de la urbanización o crecimiento
desmesurado de las grandes ciudades industriales. El fenómeno comienza con la
Revolución Industrial, y tiene dos causas principales: el crecimiento descontrolado
de la población dentro de la ciudad o explosión demográfica urbana, lo anterior
debido a las bajas tasas de mortalidad debido a la educación y descubrimientos
tecnológicos y médicos, y la explosión demográfica.
La migración del campo a la ciudad se debió a las oportunidades económicas que
les brinda la industrialización. Y es en este sentido que la ciudad se convirtió en el
lugar donde se lleva a cabo prácticamente todo el proceso de producción capitalista.
Es el lugar donde confluye la población porque se requieren de sus servicios
viéndose beneficiadas las personas por la conglomeración poblacional.
La ciudad empobrece al campo. Recordemos que la agricultura es relegada a un
segundo plano por la Revolución Industrial. Y la ciudad no tiene empleo para tanta
gente. La ciudad representa, simbólicamente, a una comunidad o población caótica
donde toda la gente trabaja como hormiguitas en su nido:
toda la gente va y viene de un lugar a otro, sin importarle su mundo, sólo vivir su
propia vida, que pareciera un extraño absurdo, ya que la gente pierde la conciencia
de por qué vive. Como las hormigas que cada una trabaja por sí sola y no entiende
o tiene conciente el todo, perdida la conciencia de que es parte de una colonia,
volviéndose una hormiguita sola, aunque siga trabajando para su colonia.
Son muchos y muy complejos los problemas que se viven en las ciudades, que no
debemos olvidar provienen del abandono del campo. Los principales son la falta de
vivienda y servicios públicos básicos para una existencia digna, la falta de empleo
o empleo muy mal remunerado, la contaminación del medio ambiente, problemas
de cobertura de salud universal, carencia de oportunidades educativas, desgarre

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del tejido social y, por ende, violencia intrafamiliar, grandes niveles de inseguridad
entre muchos otros que aquí sólo hemos de mencionar.
Las soluciones a estos problemas deben buscarse más allá de una necesaria
reordenación urbana. La estrategia de desarrollo urbano debe estar estrechamente
ligada a la estrategia del desarrollo del medio rural. Se vuelve necesario entender
que si queremos brindarnos una solución integral, se debe comenzar por frenar las
migraciones rurales.
Para lo anterior es menester contrarrestar las fuerzas o realidades que provocan la
expulsión del campo, ya que en él no existen las condiciones necesarias y
suficientes para brindar seguridad al arraigo de los campesinos a sus tierras, la
producción agrícola no les garantiza un mínimo de bienestar económico y social, es
decir, a muchos no se les garantiza el mínimo para la sobrevivencia.
Entonces, la problemática tanto del campo como de la ciudad se debe a una política
social que por muchos años ha privilegiado el desarrollo industrial y el crecimiento
de las ciudades, el agro ya no aguanta más, hoy no sólo es incapaz de producir los
alimentos que requiere la sociedad en su conjunto, sino que además ya no puede
ni producir su propio sustento material. Por lo anterior, resulta primordial revertir
estas políticas y volcar todo el apoyo al campo como condición primera e
indispensable para la reactivación económica del país, para la creación de
condiciones suficientes para una vida digna y próspera que permita a cualquiera
vivir del campo. Bajo esta mirada a la realidad, la educación posee un papel clave
en la concientización y sensibilización de la población hacia tales realidades que
posibilitan el que podamos asistir al mercado y comprar todo aquello que
necesitamos para vivir.

La desigualdad y la pobreza y su impronta en la educación.


La desigualdad social viene aparejada a la pobreza que hoy y desde sus inicios
caracterizan al sistema o modo de producción capitalista, que nunca resolvió las
desigualdades estructurales propias de las sociedades estratificadas y controladas
por las clases dominantes.

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La desigualdad social se entiende como las ―diferencias de prestigio, dentro de
una sociedad pretendidamente homogenea, basadas sobre todo en diferencias de
procedencia familiar, convenciones sociales, riqueza, ingresos, influencia política,
educación y moral‖.
De hecho, la posesión de diversos grados de poder social, privilegios e influencias,
ponen de manifiesto la extensión y clases de desigualdad social.
Tales diferencias no son necesariamente heredadas o transmisibles de padres a
hijos mediante las instituciones sociales, y se debe dejar a un lado de esa
concepción, las diferencias raciales y religiosas.
La pobreza, por otra parte, se puede definir como una condición de
déficit de recursos necesarios para alcanzar y mantener el nivel de vida que se
considera decente, civilizado, tolerable a largo plazo sin grandes sacrificios, por
un individuo, una familia, una comunidad local, un determinado segmento o estrato
o clase de la población. Se trata de una condición que es al mismo tiempo
objetivamente medible, histórica y culturalmente relativa, y subjetivamente definida.
De ahí la extrema variedad y ambigüedad de las definiciones de pobreza que se
encuentran en los textos de sociología, economía, política social, demografía, así
como en las estadísticas nacionales e internacionales. La pobreza es la forma más
macroscópica de la desigualdad.
La desigualdad entre las naciones es una de las características que definen mejor
al mundo actual.
Incluso, las grandes diferencias existentes entre los pueblos del mundo,
principalmente en lo referente al acceso a bienes y servicios básicos, son
consecuencia de los procesos económico-productivos que, con diferentes
resultados, se han vivido en las últimas décadas y son producto de los principales
factores que intervienen en los conflictos actuales y las dificultades económicas, los
problemas de acceso a la propiedad de la tierra en el mundo rural, la inestabilidad
política y las religiones.
Según la Organización Mundial de la Salud, son más de 1200 millones de seres
humanos los que no tienen acceso a el agua potable; 1000 millones carecen de
vivienda estimable y existen 840 millones de personas con bajos niveles de

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nutrición, de los cuales 200 millones son menores de cinco años, además, 2000
millones de personas padecen anemia por falta de hierro, 880 millones no tienen
acceso a servicios de salud, y 2000 millones de humanos carecen de la posibilidad
de acceso a medicamentos.
Resumiendo, 80% de la población mundial vive en la pobreza
Muchos autores dividen el estudio de la pobreza que es tan extendida y se relaciona
con innumerables otros fenómenos sociales. De tal forma que, para estudio,
entenderemos por pobreza educativa la carencia de oportunidades para acceder a
ella. Se dice entonces que los pobres educativos forman parte de prácticamente
todas las sociedades del orbe. Debido a lo anterior, tanto la igualdad de
oportunidades como el bienestar son problemáticas prioritarias de las sociedades
que aspiran a ser democráticas o justas. Resulta evidente que en México la
educación dista mucho de ser igualitaria y con cobertura universal, ello sin
considerar, específicamente, las diferencias por regiones. Al mismo tiempo se
señala como problemática y reto principal, la carencia de educación adecuada o
necesaria para el desarrollo de todos los países de América Latina. Lo anterior eleva
a la educación, no sólo en el discurso oficial, a considerarla como sector clave para
la integración y desarrollo de México.
México atraviesa así por un proceso de desarrollo que se ha caracterizado por la
dependencia económica con el exterior. La implicación histórica de este proceso o
realidad histórica, remite a la colonización del continente americano, a la falta de
proyectos de desarrollo nacionales debido al atraso en los sistemas educativos y la
obligada importación de tecnología, esto es, la incapacidad para producir la propia
(otro gran reto educativo).
Este último aspecto nodal para la evolución histórica de la economía nacional
depende directamente del grado de desarrollo del sistema educativo,
particularmente del nivel superior o universitario, y finca las bases de la dependencia
tecnológica y económica con el extranjero. Se han gastado grandes sumas en la
importación de tecnología, así como en la compra de partes y servicios de
mantenimiento, sin mencionar que no siempre tal tecnología cumple con los
requisitos estructurales que exige el medio ambiente natural y social donde se

47
pretende ‗instalar‘, dañando en reiteradas ocasiones las dinámicas culturales de
la estructura o red social cultural, así como a sus ecosistemas.
En 1982, después de una caída mundial del precio del petróleo y durante toda la
década, surge en el escenario mundial un ‗nuevo‘ modelo de desarrollo, concebido
en realidad desde los años setenta, conocido ahora como neoliberal, mismo que
forma parte de las estrategias político-económicas promovidas por las naciones
desarrolladas y los organismos económicos y financieros mundiales, para enfrentar
la necesidad de reestructurar la economía mundial y acabar con las crisis
recurrentes derivadas de las contradicciones históricas del modo de producción
capitalista.

Globalización o mundialización.
La población de los países pobres o subdesarrollados conoce perfectamente la
riqueza y el desahogo con que viven sus clases dominantes u oligarcas, en
prácticamente todos los lugares del mundo y es consciente de esas desigualdades
(ello gracias a la instrucción escolar y los medios de comunicación masiva).
Actualmente se pretende globalizar la información y las corrientes financieras, pero
no así los derechos de la gente, ni el desarrollo humano. Este conocimiento de la
desigualdad referido a la propia situación de carencia de bienes y servicios básicos,
es generador de niveles altos de frustración, de actitudes de desesperación, de
odios, y violencia, hasta de racismo, siendo nada menos que 3000 millones de seres
humano s (llevando a cabo una generalización de los datos sobre la pobreza), los
que pueden sufrir en el mundo este sentimiento de injusticia.
Es necesario comprender a cabalidad, lo que hoy en día es ya una obviedad, las
interrelaciones e interdependencias humanas en todos sus niveles conforman una
realidad de la cual ningún individuo, grupo o sociedad se puede abstraer. Pero
¿Qué implicaciones traerá esta nueva visión global del mundo a nuestra realidad
histórica?
El concepto de globalización es de uso frecuente y mundial a partir de los de 1980
Hoy en día todos los gobiernos, políticos, sociólogos, antropólogos, filósofos,
periodistas, etcétera, hacen referencia al mundo global y a su influencia

48
―determinante‖ en el devenir histórico de individuos y comunidades. La utilización
generalizada del concepto surge así a partir de los cambios y transformaciones en
los sistemas de comunicación en el mundo, pero también debido a la caída de la
productividad mundial, observada por los economistas en el periodo 1973–1993
(tendencia negativa del desarrollo histórico capitalista que, cabe decir, continúa su
marcha a la fecha).
La globalización es, pues, una realidad política, tecnológica y cultural además de
económica, sostiene Anthony Giddens, uno de los estudiosos de la globalización
más reconocidos en los círculos intelectuales; observando, sin embargo, que ese
proceso de transformación histórica de las fuerzas productivas mundiales tiene
como origen y principal dirección el crecimiento del sistema económico, base de la
estructura productiva y de la reproducción ampliada del capital.
La complejidad de tal proceso de transformación o cambio histórico estructural
conlleva como todo fenómeno social contemporáneo, consecuencias
contradictorias, injusticias, desequilibrios, pero también enormes beneficios.
Pensemos por ejemplo en los profundos cambios en la manera de ver y entender el
mundo; la esfera azul no es sólo la suma de naciones-estado y los procesos de
independencia, dependencia, colonialismo, imperialismo, multilateralismo, guerras
económicas y golpes de estado, etc. , que las caracterizan en su devenir histórico,
sino también las interrelaciones de los individuos en su vida cotidiana, realidad micro
que adquiere una relevancia latente en la comunidad, y de ésta frente al individuo,
el cual ya no se siente diferente o aislado de lo que sucede en cualquier pueblo de
Asia o América.
Podemos afirmar entonces que el mundo se mundializa, hecho que en si mismo
posee una connotación histórica nunca antes asumida o vivida como proceso
universal, global. Fenómeno histórico contemporáneo que, insisto, se observa y
cumple tanto en las relaciones entre comunidades, pueblos y estados, como en la
conciencia y acciones de cada uno de nosotros.
Lo anterior puede ser ejemplificado si pensamos en el sufrimiento de una familia
campesina o trabajadora, en cualquier parte del mundo, producto de las
circunstancias históricas globales y el desarrollo del sistema económico mundial. El

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avance tecnológico y científico así como la pobreza y las contradicciones históricas
del sistema o modo de producción capitalista se ven reflejados, hoy en día, en todo
el mundo.
El fenómeno globalizador tiende irreversiblemente a desarraigar tanto a las
personas como a las ideas. Los conocimientos, la tecnología, la publicidad, los
idiomas, la información, el saber hacer, todo adquiere un valor y una dimensión
universal, se abren espacios para profundizar los vínculos de ayuda, educación e
intercambio, pero al mismo tiempo se restringe la pluralidad y se homogeniza la
cultura. Este último hecho ha provocado que la diversidad y tradiciones culturales
regionales, hablando de los pueblos originarios aquí en México, se pierdan bajo la
égida de la modernización que en grado sumo, históricamente hablando, posee
grandes y graves contradicciones.
En el ámbito educativo y de investigación, por ejemplo, se han conformado
dinámicas de intercambio y participación donde empresas e instituciones
gubernamentales, civiles y multinacionales financian proyectos de investigación
multidisciplinarios, procesos donde los inversionistas o las sociedades productivas,
intercambian información, metodologías y sistemas de informática, tecnología y
mano de obra calificada; científicos provenientes de centros de investigación y
docencia en todo el mundo, siendo la transferencia de tecnología una constante en
la historia del ser humano:
La equidad de género y la educación.
Puede entenderse a la equidad de género como la capacidad de ser equitativos,
justos o correctos en el trato a mujeres y hombres según sus espectivas
necesidades. La equidad de género se refiere así a la justicia necesaria para ofrecer
el acceso y el control de recursos a la población en general por parte del gobierno,
de las instituciones educativas y de la sociedad en su conjunto.
El término o idea de género ha sido definido de varias maneras. Por el lado científico
o teórico de la psicología social y también de la sociología, como una construcción
social e histórica producto del desarrollo cultural, lo cual establecería lo que propio
del hombre y de la mujer, que se aprende y enseña a través del proceso de
socialización.

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Desde otra visión complementaria por supuesto, se entendería como la manera en
la cual los roles, valores, actitudes y realizaciones que afectan tanto a hombres
como a mujeres se construyen socialmente en todo el mundo. La palabra género
designa al mismo tiempo lo que en cada sociedad se distribuye o designa a cada
uno de los sexos, estableciéndose las diferentes relaciones de poder y
subordinación que se viven cotidianamente.
La equidad de género es vital para mejorar las condiciones económicas, sociales,
políticas y culturales de la sociedad en su conjunto, también contribuye a lograr una
ciudadanía más integral y a fortalecer la gobernabilidad democrática.
Dentro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, Proyecto de desarrollo de las
Naciones Unidas, se encuentra el objetivo de promover la Equidad de Género y la
Autonomía de la Mujer. Y, para lograr estos objetivos, se hace necesario que
problemas como el de la pobreza, la falta de accesos a la educación, servicios de
salud y la falta de oportunidades de empleo y trabajo productivo dejen de ser viables
por diferentes causas, algunas ya analizadas.
Por último apuntaremos la necesidad, expresada por diversos estudiosos,
luchadores social es e instituciones interesadas en el tema de género y los
fenómenos con los que está relacionado, de actuar para acabar con la
discriminación por raza o sexo partiendo de tres objetivos básicos o esenciales,
acciones a través de las cuales se posibilitará avanzar en el objetivo general:
1.-Impulsar el desarrollo de las capacidades o potencialidades de la mujer,
habilidades y destrezas inherentes a todos los seres humanos por igual
2.-Facilitar el acceso de la mujer a oportunidades económicas, políticas, sociales y
culturales, derecho inalienable de todo ser humano, al igual que e
3.-Garantizar su seguridad.

Principales instituciones educativas: la escuela y la familia.


La familia.
La familia es la unidad fundamental de la organización social y está compuesta
como mínimo por dos miembros o individuos de diferente sexo (ésta idea ya está
cambiando debido a la aceptación social de modelos de familia entre personas del

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mismo sexo) que conviven de forma estable en la misma vivienda, como
consecuencia de un matrimonio o de una unión consensada (unión libre), que
mantienen relaciones afectivas y sexuales (aunque ésta última no es condición
obligada) y que cooperan regularmente en la reproducción material de su existencia
repartiéndose el trabajo dentro y fuera de la unidad. A lo anterior habría que añadir
que dependiendo del tipo de relación familiar (donde prevalecen los lazos
consanguíneos) y de la elección colectiva que se efectúa en épocas y sociedades
diferentes, es ella misma, la familia, expresión del modo como una determinada
sociedad concibe y valora la familia. La sociología y la psicología social también
afirman que las familias poseen derechos y obligaciones socialmente reconocidos,
junto con su prole.
La sociología de la educación entiende a la familia como la agencia de socialización
más importante en el seno de la sociedad, junto con la escuela. Sin embargo, y en
un sentido general, todas las formaciones sociales en que participan los individuos
se pueden entender como agentes socializadores. De tal forma, tanto la familia
como la escuela y la iglesia, los grupos de pares y los medios de comunicación
masiva, poseen características inherentes a tal proceso social. Lo anterior no
significa que todas las agencias de socialización actúen en la misma dirección, lo
que significa que pueden existir contradicciones entre los valores y normas que le
son propios a cada una (habrá que analizar, por poner un ejemplo, tanto los planes
de estudio como los currículum (explícitos u ocultos) de escuelas de gobierno como
aquellas donde su dirección se ejerce por un grupo privado, religioso, con
tendencias ideológicas no laicas.
La familia es la primera estructura social en la que participan los niños.
Dentro de ésta se satisfacen las necesidades físicas y afectivas, tanto psíquicas
como sociales. La experiencia familiar de los niños al interior de sus familias poseen
consecuencias sociales importantes, ya que implican la creación de hábitos de
comportamiento, valoraciones, sentimientos y actitudes frente al mundo que de
forma determinante influencian el desarrollo de la sociedad en general, tanto como
su vida futura.

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Otro aspecto fundamental en el análisis de la familia es la reproducción del lugar
que ocupa en la estratificación social.
Aunque el individuo pueda a lo largo de su vida subir o bajar en su status social
(particularmente en el sentido económico), es la familia la que determina el estatus
o clase social en que el joven será educado. Lo anterior se vuelve evidente cuando
analizamos el lenguaje utilizado por un niño de clase social alta, al utilizado por un
niño de clase social baja, pero también en las ideas y visiones respecto al mundo
que le rodea. Otro ejemplo lo encontramos en la elección del tipo de sanciones o
correctivos en una y otra clase social. En unos se privilegian los castigos corporales
y en otros las sanciones de tipo emocional.
Para pasar al análisis de la escuela, señalaremos por último algunos rasgos que
han caracterizado a la familia de las ciudades, en contraposición a las familias del
campo. Las primeras ha sufrido una serie de cambios que tienen su origen en las
dinámicas de producción económica, en el seno de las sociedades capitalistas,
donde se privilegia el hacer, por encima del ser, la producción de bienes materiales,
por encima de la producción de bienes espirituales. Es un hecho que las sociedades
modernas han dado pie a la paulatina desaparición de la familia ampliada
(comunitaria), así como a la disminución del número de miembros de la familia
nuclear; se pueden observar mayor número de familias uniparentales (sin la
presencia de uno de los dos padres), tanto como el abandono de de muchas de sus
funciones, al dejar esos roles a personas contratadas para el cuidado de los hijos o
a la misma escuela, dejando a los hijos solos durante la mayor parte del día, sin la
guía y los límites o ejemplos que ellos necesitan para comprender su lugar en la
sociedad, también se a perdido la instrucción de oficios o saberes, tradiciones entre
otros
La escuela.
La educación, como ya se ha dejado en claro, es un fenómeno o hecho social que
surge y se desarrolla en todas las sociedades humanas y cuyas funciones son
determinantes para el logro de los fines sociales, tanto individuales como colectivos.
Y son las sociedades modernas o avanzadas las que desarrollarán o perfeccionarán

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esa educación primaria o primordial mediante la creación de escuelas y otras
instituciones como las universidades y los tecnológicos
El grupo profesional pedagógico así constituido y claramente diferenciado por su
función específica, se desarrolla en el seno de un grupo de intelectuales expertos
que se encargan de la producción y perfeccionamiento de las dinámicas de traba jo
y sus contenidos explícitos, tanto como de la organización, transmisión y circulación
de los bienes materiales y espirituales, que constituyen la herencia social. Su
función es la habilitar a las nuevas generaciones para que éstas aprovechen las
experiencias y descubrimientos que le preceden, preparando a los educandos para
el desempeño de labores esenciales, formando miembros útiles a la sociedad.
Sobra decir que en las sociedades técnicamente avanzadas debido a la división
social del trabajo, la escuela ejerce un papel del todo fundamental.
Al igual que la familia aunque de forma distinta, la escuela transmite valores, normas
y actitudes que transforman a los individuos en personas más complejas,
preparándolos para una sociedad ciertamente más compleja y diversificada. Los
sociólogos y pedagogos modernos suelen llamar a este conjunto de valores y
actitudes no formales Curriculum Oculto.
Esos contenidos no explícitos estarán determinados por los grupos dominantes
tanto fuera (padres de familia) como dentro de las instituciones (directivos y planta
docente) y sus necesidades de corte ideológico, principalmente haciéndose
necesarios para el control social. Este hecho nos evidencia que la escuela que elijan
los padres tendrá mucho que ver en el desarrollo de los niños y adolescentes y no
sólo los planes de estudio dictados por las instituciones gubernamentales
encargadas de regular el trabajo escolar dentro del sistema educativo general.
Un aspecto importante de la instrucción escolar deviene del trabajo grupal que se
lleva a cabo en la escuela. Al interior de esos subgrupos de trabajo, el niño o niña
aprenden diversos roles y habilidades sociales básicas, como la coordinación de las
tareas divididas según capacidades, el respeto al trabajo y a la forma de
pensar de los otros miembros, así como el manejo de conflictos entre otros; y al
igual que en el seno familiar en la escuela se utilizan una serie de castigos y
recompensas que tienden al reforzamiento de actitudes y conductas ―positivas‖ de

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corte formal. Concluimos de esta forma que, aquellos que no tengan la oportunidad
de asistir a la escuela para su formación social, carecerán de esas habilidades
sociales indispensables para su interacción con el mundo; tampoco estarán
preparados para competir en el mercado laboral, al carecer de
ciertas―competencias‖ específicas exigidas por la división social del trabajo en las
sociedades capitalistas.

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Bibliografía

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