Está en la página 1de 110

STP - Seminario de Teoría Psicosocial

EDUBP | PSICOP | t e r c e r c u a t r i m e s t r e
í n dic e

 presentación 3

 programa 4
contenido módulos

 mapa conceptual 5

 macroobjetivos 6

 agenda 6

 material 7
material básico
material complementario

 glosario 8

 módulos *
m1 | 11
m2 | 25
m3 | 63

* cada módulo contiene:


microobjetivos
contenidos
mapa conceptual
material
actividades
glosario

 evaluación 110

impresión total del documento 110 páginas !

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.2


presentación

El Seminario de Teoría Psicosocial forma parte de los contenidos curriculares


del plan de la Licenciatura en Psicopedagogía. En consecuencia, el diseño de la
misma se sustenta en los conocimientos previos impartidos y aprendidos.

Para comenzar a desarrollarla los invitamos a ver el video de presentación de la


materia.

Podrá visualizar el video presentación desde su plataforma

La propuesta desde la asignatura está orientada a realizar una lectura crítica de


la relación individuo-grupo-sociedad, que considere la construcción de un pen-
samiento histórico y relacional acerca del sujeto en la vida cotidiana a partir del
campo problemático que delimita la misma y de su posición con relación a las
demandas que se definen dentro del campo del aprendizaje.

El enfoque implica un proceso gradual del recorrido crítico que permita la enun-
ciación y delimitación del objeto de estudio, caracterización de las tensiones
de la trama social (individuo-grupo-institución) y la elaboración de herramientas
conceptuales para la construcción del conocimiento de la producción social.

Finalmente, se constituye fundamental el conocimiento y estudio de los conte-


nidos del Seminario de Teoría Psicosocial, al considerar que la misma permite
relacionar la producción de un saber teórico-práctico necesario en la formación
del profesional psicopedagogo en la definición de los modos de intervención
psicosocial del mismo.

Las líneas que se proponen refieren a:

• Introducción- Historia y campo de la psicología Social (Módulo 1)


• Teoría Psicosocial. Vicisitudes del enfoque teórico. (Módulo 2)
• Conocimiento Social. Problemas y Desafíos sociales (Módulo 3)

Está invitado a iniciar este recorrido en el que lo acompañaré y asesoraré toda


vez que lo necesite.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 3


p r o g ram a

Módulo 1: Introducción- Historia y campo de la Psicología Social

Unidad 1: Delimitación de un Campo problemático


Enfoques, perspectivas y líneas teóricas. Supuestos: historicidad y constructiv-
ismo. Reconstrucción histórica del campo, tendencias y principales referentes.
Aporte de las ciencias Sociales. Enfoque y perspectiva psicosocial. Concepción
de Sujeto: desarrollo psíquico y social. La relación Individuo-Sociedad-Realidad.

Unidad 2: Proceso de Socialización


Proceso de inducción social. Interpretación de los componentes psicosocia-
les: internalización, identificación, norma y lenguaje. Socialización primaria y
secundaria. Instancias y agentes de socialización: instancias y agentes.

Módulo 2: Teoría Psicosocial. Vicisitudes del enfoque teórico

Unidad 1: Sujeto y Sociedad – Vida cotidiana


Sujeto y subjetividad, construcción de subjetividades. Interacción sujeto-socie-
dad: el vínculo y la relación social. Función y finalidad de las instituciones. Inter-
acción Sujeto-institución-grupo: actitudes, creatividad y cambio. Crítica a la vida
cotidiana: procesos tipificadores, desnaturalización de lo ideológico. La familia y
su estructura. Modelos y funciones familiares. Psicopatología del grupo familiar.

Unidad 2: Sujeto, Familia y Vida Cotidiana


El conocimiento de la vida cotidiana. La cotidianidad, características y organiza-
ción. Sujeto y vida cotidiana: organización social.

Módulo 3: Conocimiento Social. Problemas y Desafíos sociales

Unidad 1: Proceso Grupal


Finalidad y operatividad de los grupos. Lo grupal como campo de acción. Con-
texto grupal e institucional de la socialización. Grupo primario y grupo secun-
dario. Grupos de referencia y pertenencia. Relación e importancia con la cons-
trucción de la realidad: las representaciones sociales El sentido común y las
tipificaciones. Sujeto y Realidad. Construcción Social de la realidad social.

Unidad 2: Grupo Operativo


Grupo operativo: conceptualización y caracterización. Concepto de Esquema
conceptual, referencial y operativo. Momentos de la situación grupal. Roles y
concepto de Portavoz. Sistema de roles: mecanismos de adjudicación y asun-
ción de roles grupales.

Unidad 3: Aproximación conceptual y aplicada de la Intervención Psicosocial


Lectura y reflexiones sobre la prácticas desde un enfoque psicosocial ante nuevos
desafíos. Aspectos de la intervención psicosocial. Herramientas y recursos.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.4


m a p a c o nc e pt u al

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 5


m a c r o o b j e t ivos

a) Comprender los procesos vinculares que intervienen en la conformación de


los grupos en los contextos de enseñanza-aprendizaje
b) Reconocer la importancia del futuro rol profesional de agente orientado a
promover y facilitar una modificación creativa ante una situación social con-
creta en el marco de los procesos de aprendizaje.
c) Prepararse para participar en equipos interdisciplinarios responsables de
abordaje, elaboración, dirección, ejecución y evaluación de planes y proyec-
tos educativos.
d) Comprender y reconocer las herramientas conceptuales y metodológicas
que define a la Psicología Social.
e) Reconocer la importancia de promover y favorecer un espacio crítico y compren-
sivo que permita abordar diversos aspectos que configuran las representacio-
nes sociales que constituyen Sujetos/Realidad en el marco de la vida cotidiana.
f) Reconocer y analizar los procesos vinculares que permiten al sujeto relacio-
narse, y los modelos sociales que influyen en la formación de la identidad
individual y grupal.
g) Comprender y evaluar el lugar y sentido de las relaciones sociales, las insti-
tuciones y el sistema social, en el proceso de transformación de la sociedad.

a g en da

Porcentaje estimativo por módulo, según la cantidad y complejidad de conteni-


dos y actividades.

MÓDULOS PORCENTAJES ESTIMADOS


1 25%
2 45%
3 35%
Total 100%

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.6


Representación de porcentajes en semanas:

SEMANAS MODULO 1 MODULO 2 MODULO 3


1
2
3
4
5
6
7
8
9
10 Primera etapa evaluación
11
12
13
14
Segunda etapa
15
evaluación

m a te rial

Material básico:

• Material desarrollado en los apartados “Contenidos” de cada módulo y


enlaces específicos señalados en los mismos.

Material complementario:

• BERGER, P. & LUCKMANN, T. (1991). Construcción Social de la Realidad.


“Los fundamentos del conocimiento de la vida cotidiana”; “La sociedad como
realidad objetiva”; y “la Sociedad como realidad subjetiva”. Amorrortu. Bs As.
• IBÁÑEZ-GRACIA, T. (1994) “La construcción del conocimiento desde una
perspectiva socioconstruccionista”. En Revista Universidad de Guadalajara,
La Nueva Psicología Social. Dossier. pp. 21-26.
• IBÁÑEZ-GRACIA, T. (Coord.)(1989) El conocimiento de la realidad social,
Sendai, Barcelona.
• KHUN, T. (1962) Estructura de las revoluciones científicas. Introducción.
Fondo de Cultura Económico. Madrid
• MORIN, E (1995). Introducción al pensamiento complejo. Capítulo 3. Ed
Kairos. Barcelona
• MOSCOVICI, S. (1986-2000). Psicología Social I. Prólogo y Capitulo I. Paidos.
España

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 7


• GONZALEZ REY, F (2005) Subjetividade, Complexidade E Pesquisa Em
Psicologia. Cengage.
• GONZALEZ REY, F (2013) El Sujeto Y La Subjetividad En Psicología Social.
Noveduc. Buenos Aires.
• QUIROGA A (2005) Crisis, procesos sociales, sujeto y grupo: Desarrollos
en psicología social a partir del pensamiento de Enrique Pichon-Riviere. Ed
Cinco. Buenos Aires
• QUIROGA A, (2010). Concepción de sujeto. Clase dictada en la Maestría de
Trabajo Social Universidad Nacional de Entre Rios. Mayo de 2010. Extraído de
https://es.scribd.com/document/142911575/Clases-Ana-Quiroga-Mayo-2010
• BARÓ, I (1989), Sistema, grupo y poder. Capítulo 3. Ed Uca. Buenos Aires
• Corte Ibáñez, Luis de la (2000). La psicología de Ignacio Martín-Baró como
psicología social crítica.
• JANIN, E (2013) Intervenciones en la clínica del niño. Espacio Escolar. Ed
Noveduc. Buenos Aires)
• MONTERO, M. (1994). Construcción y Crítica de la Psicología Social.
Anthropos. Bs As.
• MONTERO, M. (2008). Hacer para transformar. Paidos. Bs As.
• RIVIERE, E. (1985). El proceso grupal: del psicoanálisis a la psicología
social. “Prólogo”, y “Aportes a la didáctica de la psicología social.” Nueva
Visión. Bs As.
• ROLLA, E (1964) Los grupos operativos en la enseñanza. Revista de
Psicología. Vol. 1, pp91-94
• Una representación de su obra. Revista de Psicología General y Aplicada,
Vol. 53 (3) Jul, 437-450

g l osario

Enfoque interaccionista simbólico: hace referencia a un ser que es «actor de


sus actos», en el sentido de que su comportamiento o conducta no son mera-
mente «reactivas», sino que aporta un plus de originalidad que responde a lo que
solemos entender por decisión o voluntad.

Enfoque socioantropológico: es el carácter de lo que es subjetivo, es decir,


propio del modo de sentir o de pensar del sujeto y no del objeto en sí. El indi-
viduo subjetivo considera al objeto (lo externo) sólo a través de su concien-
cia. Subjetividad se opone a objetividad.

Epistemología: rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento,


básicamente sería la “ciencia que estudia la ciencia”. La epistemología, como
teoría del conocimiento, se ocupa de problemas tales como las circunstan-
cias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a la obtención del cono-
cimiento, y los criterios por los cuales se lo justifica o invalida, así como la defin-
ición clara y precisa de los conceptos epistémicos más usuales.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.8


Grupo operativo: de acuerdo a Riviere (1980) hablamos de grupo operativo en
tanto conjunto restringido de personas que, al estar ligadas por variables trans-
formadas en constantes, tales como el espacio y el tiempo, se articula un carácter
de mutua representación interna, que permite que los integrante se propongan,
implícita y explícitamente una tarea que conforma su finalidad, interactuando así,
a través de complejos mecanismos de asunción y adjudicación de roles.

Grupo: refiere a la interacción de dos o más personas en las que los intereses
que surgen confluyen y reclaman su canalización en una circunstancia concreta,
lo que puede corresponder a intereses reales de los propios individuos como así
también a un interés falso, inducidos por un estado de alienación social.

Intervención psicosocial: una disciplina dentro de la Psicología Social que trata


de comprender, predecir y cambiar los procesos psicosociales para mejorar la
calidad de vida.

Objetivación y anclaje: La Objetivación consiste en transformar categorías


abstractas en algo concreto, realidades físicas o imágenes. Por su parte el Anc-
laje consiste en un proceso de categorización en el cual se le da un nombre a
personas, grupos o cosas.

Psicología social psicológica: El objeto de la psicología social es la moralización


del individuo que por tendencia natural es egoísta. Su concepción monista (los
instintos como único medio para explicar la conducta) es, típico de la época.

Psicología social sociológica: Toma la noción de interdependencia, individuo


– sociedad y el concepto de sugestión – imitación. Plantea la psicología social
como el estudio del interjuego psíquico entre el hombre y su medio ambiente, la
sociedad (interacción social).

Psicología social: rama de la psicología que estudia los fenómenos sociales


desde el comportamiento cognitivo y afectivo de un sujeto como consecuen-
cia de su entorno/contexto social, y la trama de relaciones que lo atraviesan y
constituyen como tal, así estudia la manera en cómo piensa, siente y actúa el
ser humano influido por la presencia o ausencia de otras personas en su medio
ambiente. Investiga las organizaciones sociales y trata de establecer los patro-
nes de comportamientos de los sujetos, los roles que desempeñan y todas las
situaciones que influyen en su conducta.

Representación Social: una modalidad particular de conocimiento cuya función


es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos.
Es un corpus organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas
gracias a las cuales los hombres hacen inteligible la realidad física y social, se
integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberan los
poderes de su imaginación.

Salud – enfermedad: Posicionándonos desde el paradigma de la comple-


jidad entendemos a la salud y la enfermedad como un proceso continuo, en
donde un polo no existe sin el otro, es decir, nunca estamos del todo sanos o
del todo enfermos. Entender el proceso de salud-enfermedad como un continuo
implica abordar al ser humano en su complejidad, tomando aspectos biológi-
cos, psicológicos y sociales sin quedarnos en un reduccionismo dicotómico. A
estos, e integran otras dimensiones para su análisis más completo, tales como
la importancia de la comunidad, los aspectos políticos socioeconómicos y los
modos y estilos de vida ligados a la producción cultural.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 9


Sentido común: son los conocimientos y las creencias compartidos por una
comunidad y considerados como prudentes, lógicos o válidos. Se trata de la
capacidad natural de juzgar los acontecimientos y eventos de forma razonable.

Socialización: se lo define y entiende como proceso de inducción social,


mediante el cual el ser humano aprende, en el transcurso de su vida, los elemen-
tos socioculturales de su contexto, los integra a la estructura de su personalidad,
bajo la influencia de experiencias y de agentes sociales.

Socialización primaria: es la primera por la que el individuo atraviesa en la niñez;


por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad. La socialización
secundaria es cualquier proceso posterior que introduce al individuo ya sociali-
zado a nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad (Berger y Luckmann).

Socialización secundaria: Cualquier proceso posterior que induce al individuo


ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de una sociedad. Es la
internalización de submundos institucionales (realidades parciales que contras-
tan con el mundo de base adquirido en la socialización primaria) o basados
sobre instituciones.

Subjetividad: hablamos de subjetividad en términos del procesamiento de la


información que cada individuo realiza teniendo en cuenta su modo de sentir o
de pensar. Ante la relación entre sujeto-objeto, es así que consideramos que el
individuo, subjetivo, considera al objeto (lo externo) sólo a través de su concien-
cia, es por ello que la subjetividad se opone a la objetividad.

Teoría de la complejidad: es una categoría científica en formación —fundada, en


gran medida, sobre la teoría del caos— que se aplica a los sistemas complejos de
la realidad. La asociación entre las dos teorías se debe a sus planteamientos críticos
sobre procesos causales y no lineales y a sus comportamientos no deterministas.

Vida cotidiana: es estudiada por las ciencias sociales en tanto producción y


reproducción de sentidos y valoraciones acerca de lo experimentado. La agenda
de un día en la vida de una comunidad, donde hay una distribución de tareas,
basada en la división del trabajo y muy estratificado por edades: niños, adoles-
centes, jóvenes, adultos y mayores, donde cada grupo hace lo mismo durante
todos los años de su grupo de edad y esto es escuela o trabajo. De acuerdo a la
importancia de comprender el alcance de las interacciones sociales, es decir lo
dentro de la realidad de la vida cotidiana se comparte con otros, siendo la situ-
ación “cara a cara” la más importante de las experiencias de interacción social y
del que derivan todas las demás situaciones de interacción.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.10


m ó d u los

m1

m1 microobjetivos

• Comprender y reconocer las herramientas epistémicas-conceptuales e


históricas en lo que respecta al objeto y método que define a la Psicología
Social desde el enfoque psicosocial.

• Reconocer las diferencias existentes entre los conceptos de realidad y


socialización con relación a la tensión que define el objeto de estudio de la
disciplina.

m1 contenidos

Introducción- Historia y campo de la Psicología Social

Antes de iniciar la lectura del módulo, sugerimos realizar la actividad 1.

Bienvenido al Seminario de Teoría Psicosocial. En esta oportunidad iniciamos el


desarrollo del módulo 1 que nos ocupa la presentación de las consideraciones
teóricas para dar inicio al marco histórico - conceptual que guiará el desarrollo
del presente espacio, al mismo tiempo de sentar las bases históricas que permi-
tan vislumbrar el conjunto de herramientas teóricas para el acceso y compren-
sión de los modos y transmisión del hacer-pensar-sentir con relación al empren-
der acciones del conocimiento dentro del campo de la Psicología Social.

Iniciaremos un recorrido de diversas líneas introductorias que giran en torno a la


comprensión de los diferentes elementos y componentes que definen el presente
campo disciplinar. Siendo así, se plantea previo al desarrollo histórico que dio su
origen, un recorrido sobre los constructos teóricos implicados en la misma historia.

Antes de comenzar los invitamos a ver el video correspondiente a este módulo.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 11


Podrá visualizar el video presentación desde su plataforma

Quizás ésta, no sea la primera vez que usted se encuentra con contenidos vincu-
lados a la psicología social en particular y al campo de la psicología en general.
En esta oportunidad nos aproximaremos a conocer y definir dicho campo disci-
plinar desde el desarrollo histórico-epistemológico del mismo.

Así, en primer lugar, partimos teniendo presente que en las dos últimas décadas
el estudio social de las diferentes ciencias, ha señalado que las revoluciones
científicas no pueden explicarse por la simple aparición de una teoría mejor,
validada y argumentada sólo de criterios científicos. Así pues la ciencia como la
cultura son constructoras de y construidas por procesos sociales.

Por lo que, tanto los procesos sociales como la comunicación, la negociación y el


conflicto, están implicados en la construcción social, de la ciencia, de los procesos
culturales y de la subjetividad humana, constituidos desde un sistema abierto.

Con respecto a los contenidos del presente módulo, el objetivo principal que nos
proponemos es que Ud. pueda comprender que la psicología social, al igual que
toda disciplina científica, se enmarca en la vida cotidiana de los sujetos y se define
en el marco de un conocimiento provisorio, sobre la construcción del análisis crí-
tico de la realidad, tanto objetiva como subjetiva, donde cada sujeto es productor
y reproductor de la estructura social de la cual forma parte. En este sentido, la
construcción de los procesos sociales permite tanto el desarrollo y evolución de la
concepción de sociedad como así también el desarrollo de los diferentes procesos
culturales que atraviesan al hombre en toda su dimensión social.

En términos epistemológicos, desde una perspectiva histórica, a lo largo del


siglo pasado, la hegemonía de la ciencia clásica se orientó a la desintegración
en la concepción de la sociedad, posicionando paralelamente, una imagen de
sociedad, ingenua, basada en la cognición como determinante en la representa-
ción de la realidad (o mundo objetivo).

Así, podemos hablar de diferentes modelos de paradigmas, en cuanto al modo


de comprender el conocimiento científico, en tanto saber sólidamente funda-
mentado. Por lo cual, la identidad de cualquier campo científico y la posibilidad
de diferenciarse de otras disciplinas se funda en la alternativa de recortar, en el
amplio espectro del saber humano, un sector de problemas que le son propios.
Existen campos científicos mejor delimitados y otros cuyos límites resultan toda-
vía confusos, pero que están en permanente construcción.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.12


En el prefacio de su libro La estructura de las revoluciones científicas, Thomas S.
Khun, señala su vivencia personal con relación a que lo más importante, luego
de pasar un año en una comunidad compuesta principalmente de científicos
sociales, refiere al conocimiento de problemas imprevistos sobre las diferencias
entre tales comunidades y las de los científicos naturales. Expresa que se asom-
bró ante el número y el alcance de los desacuerdos patentes entre los científicos
sociales sobra la naturaleza de problemas y métodos científicos aceptados.

Estas cuestiones nos permiten visualizar el centro del debate epistemológico


que históricamente ha caracterizado la búsqueda de una identidad por parte de
la psicología en general y de la psicología social en particular. Dicho debate a
menudo ha tomado la forma de una disputa en la que la psicología es reclamada
desde el ámbito de las ciencias naturales, así como también de las sociales.

Previo a enfocarnos en el campo de la Psicología Social, quizá resulte necesario


aclarar que el objeto de estudio de una ciencia no es un objeto empírico, sino
conceptual, un objeto abstracto, delimitado desde el punto de vista epistemoló-
gico, y no desde la suma de temas y problemas que esa ciencia trata de resolver.

Así pues, en términos específicos, las distintas respuestas que históricamente se han
dado a la pregunta “¿qué es la psicología social?” sólo cobrarán sentido en la medida
en que podamos ir vinculándolas con las cosmovisiones y modelos de paradigmas
de los cuales emergen en determinados contextos socioculturales e históricos.

En los años 70, ante el desarrollo de diferentes rupturas epistemológicas, se


desmorona el pensamiento científico de la modernidad y se da inicio a una
nueva revolución de paradigmas orientada a la complejidad. En este sentido se
comienza a proponer una visión de mundo, no sostenido ya por el determinismo,
abriendo inquietudes a otros campos del saber.

A partir de las últimas dos décadas estamos hoy frente a la epistemología de la


complejidad que trae consigo la referencia a la inevitabilidad de las dificultades
empíricas y lógicas, y de todo aquello que genera incertidumbre y que en defini-
tiva caracteriza la existencia humana.

Así, el pensamiento complejo se orienta y requiere de la auto observación, y


la autocrítica, lejos del dogmatismo de la certeza, basado en un pensamiento
situado en un tiempo y espacio, buscando las posibilidades estratégicas donde
el lenguaje y el discurso, no son instrumentos pasivos sino un medio vital, una
construcción activa más connotativa que denotativa.

Si bien el paradigma clásico proponía que el mundo de la ciencia es el objeto, y el


mundo de la subjetividad pertenece a la filosofía, desde la complejidad el sujeto
como observador, constructor, actor se define desde una perspectiva procesual.

Así en el campo de las ciencias como la psicología social, y teniendo en


cuenta los aportes de Morín (1995), sobre el mismo proceso de conoci-
miento, se plantea que más allá de buscar lo certero y unitario, es necesario
encontrar un método que detecte el papel constructivo del conocimiento y
del lenguaje lo que implica un rol activo por parte del sujeto cognoscente.
Así, existirían múltiples realidades en tanto existan las múltiples lecturas posi-
bles de cada fenómeno; en base a esto, la capacidad de objetivar del ser
humano consiste precisamente en convenir y producir, desde el colectivo
social, un imaginario común de construir su realidad.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 13


En virtud de lo anterior debemos ser conscientes en primer lugar, que no somos
meros reproductores pasivos de una realidad independiente de nosotros, al
mismo tiempo que saber que no tenemos la libertad absoluta para elegir la cons-
trucción de la realidad que vivenciamos en nuestra cotidianidad. En segundo
lugar, y a consecuencia de lo anterior, nuestros actos y acciones no responden
a una realidad objetiva con la que nos podamos justificar.

Podemos decir que la realidad es una construcción imaginaria compartida, un mundo


simbólico creado en la interacción del sujeto con el mundo del que es parte. Así deci-
mos que las acciones de los sujetos, son resultado en la relación social con otros.

En resumen, posicionados desde una perspectiva epistemológica que nos per-


mita asumir a la realidad como algo que construimos, con base en nuestros
sentidos, ideas, y nuestra manera de ver el mundo.

Lineamientos históricos sobre la Psicología social

En términos históricos se acuerda con la mayoría de los autores en que la psico-


logía social no existe, ni en forma ni en contenido, sino hasta antes de finales del
siglo XIX. Puntualmente aparece en 1908, con las publicaciones de dos manua-
les: uno en Londres, Introducción a la psicología social, de McDougall, y otro en
Nueva York, Psicología social, de Ross, que se reconocen como dos tendencias
en la evolución de la disciplina.

Ambas evidencian ya el debate entre individuo vs sociedad (grupo). Así se con-


figura la psicología social, llamada psicológica, que pone el acento en los pro-
cesos individuales, resaltando el papel de los procesos cognitivos, la motivación
y, en general, los procesos intra-psíquicos. Los marcos teóricos más frecuentes
son el socio-cognitivismo y el conductismo social. La metodología predominante
es el experimento en laboratorio.

La otra vertiente, la psicología social sociológica enfatiza los aspectos sociales.


Los marcos teóricos más frecuentes son el interaccionismo simbólico, las teorías
del intercambio y de los grupos de referencia. Metodológicamente, utiliza estu-
dios comparativos y observacionales, guiados por aportes de la Antropología.

Para muchos psicólogos sociales, la interacción entre personas significa un pro-


ceso permanente de influencia recíproca, de ahí que centren en la «influencia»
el concepto que define la psicología social. Ahora bien, la «influencia» debe ser
entendida en un sentido amplio, debe abarcar tanto la influencia que las perso-
nas tienen sobre las conductas de otros como sobre sus creencias, opiniones,
sentimientos e intenciones y dejar a un lado los significados restringidos del
término, como, por ejemplo, el otorgado por algunos psicólogos sociales que
plantean el conformismo y la condescendencia.

De acuerdo a las ideas expuestas, es necesario valorar los siguientes plantea-


mientos en relación a la psicología social: (Gergen, 1989, 1996; Ibáñez, 1997;
Cabruja, 1998, citados en Ibañez 2000):

• Anti-fundacionalismo: no es posible construir ninguna forma de conocimiento,


científico o no, sobre una base firme y segura. El conocimiento se afirma
sobre supuestos epistemológicos, metodológicos y ontológicos que siempre
son cuestionables y dependientes de las contingencias socio-históricas.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.14


• Asimilación de las nociones de Poder y Verdad: toda forma de discurso con pre-
tensiones de verdad, y muy especialmente en nuestro tiempo el discurso cientí-
fico, constituye, ante todo, un instrumento al servicio del poder y la dominación.

• Deconstruccionismo: en consecuencia con los postulados previos, la tarea


fundamental de una Psicología social crítica debe ser la de poner en ten-
sión los fundamentos y las formas de conocimiento propias de la Psicología
hegemónica, asentada sobre el viejo enfoque empirista de la ciencia, así
como los “efectos de poder” que se derivan de la misma. A esa tarea más
destructiva que constructiva (tan característica del talante posmoderno) se
le llama “de-construcción”.

Evolución histórica de la Psicología Social Aplicada

En la evolución de la psicología social se da un dinamismo interno, unos cam-


bios que se generan desde dentro. Así existen modificaciones en cuanto a una
tendencia a lo básico y una tendencia a lo aplicado (esta última es rechazada
después de la segunda guerra mundial porque no alcanzó la deseada integra-
ción entre la teoría y la práctica, y entonces se toma la tendencia hacia lo básico
que consistirá en hipótesis extraídas de la teoría y no se tienen en cuenta las
necesidades sociales). La evolución histórica de la psicología social está ligada
a cambios sociales. La historia de la psicología social aplicada no puede enten-
derse sin la historia de la psicología social y viceversa.

Linealidad acumulativa: la evolución histórica de la psicología social no se da de


una forma lineal (una teoría anterior es seguida de otra,...). Esta linealidad no se
da: no hay una única línea o forma para entender la psicología social, sino que
hay diferentes formas a un mismo tiempo.

Origen común: consiste en buscar un origen común para desarrollar las teorías
(todas las teorías no parten del mismo origen)

Esquema del desarrollo histórico: existen dos confrontaciones:

Racionalismo vs. Empirismo:

Empirismo: para poder entender el mundo cada uno ha de experimen-


tar directa o indirectamente.
Racionalismo: para poder entender el mundo tenemos, por naturaleza
unos sistemas cognitivos.

Individualismo vs. Colectivismo (sociedad):

Esta relación es la que nos permite confirmar lo dicho en párrafos precedentes, gene-
ralmente el empirismo se relaciona con el individualismo, y el racionalismo se rela-
ciona con el colectivismo, por lo general. Pues bien, se justifican así las dos formas
de entender la psicología social en sus orígenes con las siguientes características:

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 15


Psicología social psicológica:

Relacionada con el empirismo y el individualismo. Características:

• Individualismo: el individuo es la unidad de análisis.

• Autonomía personal: las variables personales son muy importantes


• Se usa una metodología experimental (herencia del empirismo).
• Universalismo de sus leyes en términos probabilísticos: aceptando un margen
de error, se admite que los sujetos se comporten igual en distintos contextos.
• Independencia de los sujetos: el sujeto conocedor y el sujeto conocido son
independientes (Así, la realidad observada y la del observador son indepen-
dientes y se pueden distinguir). “No existe una implicación del científico” (de
sus valores...)

Psicología social sociológica:

Se relaciona con el colectivismo y el racionalismo. Características:

• Unicidad individuo-sociedad: el individuo se disuelve en la sociedad, hay unas


mismas leyes para ambos. Es por ello que la unidad de análisis es la sociedad
• Determinismo social: las condiciones sociales influyen más que las caracte-
rísticas individuales en las interacciones
• Identidad epistemológica: el científico influye sobre aquello que investiga (es
condicionado por sus valores).
• Se rechaza cualquier metodología que implique intervenir, se trata de una
metodología no deductiva.

Estas características de ambas posturas nos permiten comprender que desde


su constitución, la psicología social se ha visto inmersa en la polémica individuo-
sociedad. Los términos de dicha polémica permiten percibirlos como si fueran
independientes, olvidando que entre ambos se dan relaciones recíprocas.

Esto quiere decir que frente a la Psicología y la Sociología, que básicamente se


convierten en las dos grandes vertientes disciplinares que atraviesan el campo
teórico-epistémico de la Psicología Social, han acaparado casi en exclusivi-
dad los elementos de este debate, así ésta última ha procurado su resolución
optando por una óptica y una perspectiva determinada: la de la interacción entre
ambos elementos, no sin grandes esfuerzos y tensiones.

Llegados a este punto, lo invitamos a ver el siguiente video : https://


www.youtube.com/watch?v=cSyLRY3tz44

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.16


Podrá visualizar el video desde su plataforma

En este momento, como cierre podemos plantear los enfoques más característi-
cos de la Psicología Social, sostenidos a lo largo del tiempo que se diferencian
en tanto forma de abordaje del campo y objeto de estudio.

• Enfoque socioantropológico: desde el pensamiento humanista,


• Enfoque del interaccionismo simbólico, desde la importancia y valoración de
los procesos relacionados al lenguaje en toda su dimensión.
• Enfoque psicosocial, que consiste en el análisis de las necesidades de los
sujetos en una organización social determinada.

Aporte de los enfoques Socio-antropológico e Interaccionista simbólico

El enfoque socioantropológico filosófico, inscripto en la corriente de pensamiento


del humanismo marxista, aporta su teoría de la vida cotidiana al campo de la
psicología social en tanto que contempla que la misma se constituye a partir de
dos componentes que configuran la vida cotidiana: la estructura de la personali-
dad y la estructura de las objetivaciones. La primera refiere a que el individuo se
encuentra desde el nacimiento en relación activa con el contexto del que forma
parte y el hecho que su personalidad es individual. Con relación al segundo com-
ponente, las objetivaciones corresponden a las diferentes capacidades de las
personas cuando se exteriorizan, es decir mediante el sistema de lenguaje, de
hábitos y de usos de diferentes objetos. La apropiación de estos sistemas permite
que se estructure la vida cotidiana y asimismo la existencia de la sociabilidad.

Por lo mencionado, desde el enfoque socioantropológico, ser parte de la coti-


dianidad se sintetiza en la relación del individuo con las formas de actividades y
sistemas expresadas en la vida diaria.

Por otra parte, con respecto al aporte de la corriente Interaccionista simbólica,


tomamos la segunda generación de la misma, partiendo de los trabajos desarro-
llados por Berger y Luckmann, quienes consideran que la realidad se construye
a partir de la dialéctica establecida precisamente entre esta realidad que está
construida, se está construyendo, y el propio conocimiento de esta realidad que
poseen sus autores-actores.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 17


De esta manera, pensar en la construcción social de la realidad (Berger y Luc-
kmann, 1980) se trata de demostrar que toda la realidad social no es otra cosa
que una construcción de la misma sociedad, donde cada sujeto es quien cons-
truye su propia naturaleza, él es el que se produce a sí mismo y esa construcción
será, por necesidad, siempre una empresa (construcción) social.

En este sentido, el proceso de construcción social de la realidad será la cotidia-


nidad la que tiene el papel primario indudablemente, ya que en ella se concretan
las acciones, incidentes, y accidentes del ser y el existir. Lo cotidiano se instituye
a través de un conjunto de comportamientos, emociones, rituales, que acompa-
ñan el día a día de los diferentes sectores constitutivos de la trama social.

Vida cotidiana y socialización

Lo que usted comprenderá con los diferentes lineamientos teóricos, del presente
módulo, refiere al conocimiento que orienta la conducta en la vida cotidiana,
puesto que la realidad de la vida cotidiana se organiza alrededor del “aquí” de
mi cuerpo y el “ahora” de mi presente, estos son los focos de atención que se
presta a la realidad de la vida cotidiana y constituyen lo “real” de mi conciencia.

A ello se suman otros fenómenos que no están aquí y ahora, lo cual significa
que se experimenta la vida cotidiana en grados diferentes de proximidad y aleja-
miento, tanto espacial como temporal.

De acuerdo a la importancia de comprender el alcance de las interacciones


sociales, es decir dentro de la realidad de la vida cotidiana se comparte con
otros, siendo la situación “cara a cara” la más importante de las experiencias de
interacción social y de la que derivan todas las demás situaciones de interacción.

Existe una situación en la cual el otro es completamente real, con su presencia,


ésta puede ser próxima o remota y varía de acuerdo a la “distancia” que se vaya
tomando del otro. Sin embargo, existen situaciones en las que “el otro real” se
puede constituir lejano y anónimo, lo que se denomina “opinión pública”.

Cuando hablamos de interacción social, observamos que en el marco de la realidad


aprehendemos en un continuum de tipificaciones que se vuelven progresivamente
anónimas a medida que se alejan del “aquí” y “ahora” de la situación “cara a cara”.

De acuerdo a Berger y Luckmann (1980), en un polo están los otros con los que
interactúo intensamente y en el otro polo hay abstracciones sumamente anó-
nimas que por su misma naturaleza nunca pueden ser accesibles a un “cara a
cara”; dando lugar a lo que llamamos estructura social.

De acuerdo al conocimiento de la vida cotidiana, se constata que la


misma está llena de objetivaciones que son las encargadas de posibili-
tarlas. En la base de las mismas la significación es un caso especial de
objetivación y se refiere a la producción humana de signos, agrupados
en sistemas: gesticulatorios, movimientos corporales pautados, etc. En
esos casos el lenguaje es el sistema de signos más importante de la
sociedad humana, así las objetivaciones se sustentan primariamente por
la significación, lo que hace que la comprensión del lenguaje sea esen-
cial para cualquier comprensión de la realidad de la vida cotidiana.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.18


Bajo esta dimensión de análisis del lenguaje, se observa que los fenómenos que
objetivamos, mediante la significación y las experiencias pueden preservarse a
través del tiempo y transmitir a generaciones futuras. Sumado a esto, se puede
trascender por completo la realidad de la vida cotidiana, al construir edificios de
representación simbólica que parecen dominar la realidad del día a día, como
gigantescas presencias de otro mundo. Aquí pueden mencionarse la religión, la
filosofía, el arte y la ciencia.

En cada sujeto, el acopio social de conocimiento establece diferenciaciones Así,


dicho conocimiento sobre la propia ocupación y el propio mundo es muy abun-
dante y específico, mientras que el mundo ocupacional de los otros es muy
esquemático. Lo que determina el mencionado acopio refiere a cómo el cono-
cimiento de la vida cotidiana se estructura en términos de relevancia, determi-
nando los propios intereses como así también la situación de relación social en
la que el sujeto se encuentra dentro de la sociedad.

De acuerdo a la perspectiva que asume la asignatura, y dentro de los objetivos


del módulo que se relacionan con la carrera, partimos de considerar como prin-
cipal aporte el proceso por el cual se llega a ser sujeto dentro de una sociedad,
sin omitir la importancia de la incidencia de la producción cultural, el ambiente
define un rol importante en dicha relación.

Así pues, el ser humano en proceso de desarrollo se interrelaciona no sólo con


un ambiente natural determinado sino también con un orden cultural y social
específico mediatizado para él por los otros significantes a cuyo cargo se halla.

Entonces, esta forma específica en la que se moldea la humanidad, está deter-


minada por dichas formaciones socioculturales, y así decimos que el sujeto se
produce a sí mismo.

El desarrollo común del organismo y el yo humano en un ambiente social determi-


nado se relaciona con la vinculación peculiarmente humana entre el organismo y
el yo. Así, la autoproducción del sujeto es siempre y por necesidad, una empresa
social, producida con la totalidad de sus formaciones socioculturales y psicoló-
gicas. De allí surge el propio orden social, como producción humana constante,
realizada por los sujetos en sus interrelaciones y en el curso de la continua exter-
nalización. En este sentido el orden social no se da en el ambiente natural. No
forma parte de la “naturaleza de las cosas” y no puede derivar de las “leyes de la
naturaleza”. Existe solamente como producto de la actividad humana.

Nuestra conciencia retiene solamente una pequeña parte de la totalidad de las


experiencias humanas, la que una vez retenida se sedimenta. En la función del
lenguaje, él mismo se define (en este marco) como el depositario de una gran
suma de sedimentaciones colectivas, que entonces se adquieren como conjun-
tos cohesivos y sin reconstruir su proceso original de formación.

Esto último quiere decir que se objetiviza este mundo a través del lenguaje y del
aparato cognoscitivo basado en el lenguaje, es decir lo ordena en objetos que
han de aprehenderse como realidad. Así éste mundo se internaliza de nuevo
como verdad objetivamente válida en el curso de la socialización.

La transmisión del significado de una institución se basa en el reconocimiento


oficial de ella como solución permanente a un problema permanente de una
comunidad dada.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 19


Asimismo se encarnan en la experiencia individual por medio de los roles. Al
desempeñar roles, los individuos participan en un mundo social y al internalizar
dichos roles, ese mismo mundo cobra realidad para ellos subjetivamente. El
origen de los mismos reside en el mismo proceso fundamental de habituación
y objetivación que el origen de las instituciones. Los roles aparecen tan pronto
como se inicia el proceso de formación de un acopio común de conocimiento
que contenga tipificaciones recíprocas de comportamiento. Todo comporta-
miento institucionalizado involucra roles.

Así, podemos acordar que los roles representan instituciones ya que posibilitan que
ellas existan, una y otra vez, como presencia en la experiencia real de individuos.
Cada rol brinda acceso a un sector específico del acopio total de conocimiento que
posee la sociedad. Esto implica una distribución social del conocimiento.

La sociedad se entiende como un continuo proceso dialéctico compuesto de


tres momentos: externalización, objetivación e internalización. Participar en su
dialéctica es estar en la sociedad. El sujeto es inducido a participar en esta
dialéctica y el punto de partida es la internalización, que es la aprehensión o
interpretación inmediata de un acontecimiento objetivo en cuanto expresa sig-
nificado. Constituye la base para la comprensión de los propios semejantes y
para la comprensión del mundo como realidad significativa y social. Comienza
cuando el individuo asume el mundo en el que ya viven otros.

https://www.youtube.com/watch?v=UPSRGWfsO1k

Podrá visualizar el video desde su plataforma

La socialización se define como el proceso de inducción amplia y coherente de


un sujeto en el mundo objetivo de una sociedad o en un sector de él.

Así hablamos de socialización primaria como la primera que el individuo atra-


viesa en su niñez y por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad, se
efectúa en circunstancias de enorme carga emocional: el niño aprende y acepta
los roles y actitudes de los otros significantes, los internaliza y se apropia de
ellos. El yo es una entidad reflejada. Acepta los roles y el mundo de los otros
ubicándose en un mundo determinado. La socialización primaria crea en la con-

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.20


ciencia del niño una abstracción progresiva que va de sus roles y actitudes de
los otros específicos, a los roles y actitudes en general.

La sociedad, la identidad y la realidad se cristalizan subjetivamente en el mismo pro-


ceso de internalización y se corresponde también con la internalización del lenguaje,
el que constituye el contenido y el instrumento más importantes de la socialización.

La socialización primaria “finaliza” cuando el concepto del otro generalizado se


ha establecido en la conciencia del individuo. Ahora ya es miembro efectivo de
la sociedad. La socialización nunca es total y nunca termina.

Por otra parte hablamos de socialización secundaria con relación a cualquier


proceso posterior que induce al individuo ya socializado a nuevos sectores del
mundo objetivo de su sociedad. Refiere a la internalización de submundos ins-
titucionales. Su alcance y su carácter se determinan por la complejidad de la
división del trabajo y la distribución social concomitante del conocimiento. Bási-
camente es la adquisición del conocimiento específico de roles arraigados en
la división del trabajo. Ésta puede prescindir de la carga emocional del niño
(socialización primaria), y proceder con la sola dosis de identificación mutua que
interviene en cualquier comunicación entre seres humanos. La educación cons-
tituye un ejemplo inmejorable de la socialización secundaria.

Con respecto a cómo deben desarrollarse procedimientos de mantenimiento de la


realidad para salvaguardar cierto grado de simetría entre la realidad objetiva y la sub-
jetiva, encontramos dos tipos de mantenimiento de la realidad: de rutina y de crisis.

El vehículo más importante de este mantenimiento es el diálogo, lo que incluye lo


que la gente conversa entre sí más las emanaciones de la comunicación no oral
que rodean al habla. La gran parte del diálogo cotidiano mantiene la realidad sub-
jetiva, la que adquiere solidez por la acumulación y coherencia del diálogo casual.

La socialización implica la posibilidad de que la realidad subjetiva pueda transfor-


marse. La transformación se aprehende subjetivamente como tal. Las transformacio-
nes que parecen totales se denominan alternaciones. En este sentido la alternación
requiere procesos de re-socialización que se asemejan a la socialización primaria.

El prototipo histórico de la alternación es la conversión religiosa como así también


la vida en contextos de encierro. Sin embargo podemos pensar en alternaciones
seculares tales como áreas del adoctrinamiento político y en la psicoterapia.

La alternación comporta una reorganización del aparato conversacional. El


requisito más importante es disponer de un aparato legitimador para toda la
serie de transformaciones.

En la re-socialización el pasado se re-interpreta conforme con la realidad pre-


sente. En la socialización secundaria el presente se interpreta de tal modo que
se halla en relación continua con el pasado.

Con todo lo mencionado, para finalizar, cuando nos remitimos a pensar sobre la
construcción social de la realidad, destacamos diferentes elementos que estruc-
turan la tríada realidad interpretada /significado subjetivo /mundo coherente y que
son: a) la conciencia, que define la intención y la búsqueda de objetos; b) el mundo
intersubjetivo, que se comparte con los demás; c) la temporalidad, como carác-
ter básico de la conciencia (orden temporal); d) la interacción social, que crea
esquemas tipificadores; e) el lenguaje, como elemento clave objetivo (externo al
individuo) que facilita la estructuración del conocimiento en términos de relevancia.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 21


A continuación lo invitamos a realizar la actividad 2.

Invitamos a realizar la primera parte de la evaluación.

m1 material

Material Básico

• Material desarrollado en el apartado “Contenidos” y enlaces específicos


señalados en el mismo.

Material complementario

• BERGER, P. & LUCKMANN, T. (1991). Construcción Social de la Realidad.


“Los fundamentos del conocimiento de la vida cotidiana”; “La sociedad como
realidad objetiva”; y “la Sociedad como realidad subjetiva”. Amorrortu. Bs As.
• IBÁÑEZ-GRACIA, T. (1994) “La construcción del conocimiento desde una
perspectiva socioconstruccionista”. En Revista Universidad de Guadalajara,
La Nueva Psicología Social. Dossier. pp. 21-26.
• IBÁÑEZ-GRACIA, T. (Coord.)(1989) El conocimiento de la realidad social,
Sendai, Barcelona.
• KHUN, T. (1962) Estructura de las revoluciones científicas. Introducción.
Fondo de Cultura Económico. Madrid
• MORIN, E (1995). Introducción al pensamiento complejo. Capítulo 3. Ed
Kairos. Barcelona
• MOSCOVICI, S. (1986-2000). Psicología Social I. Prólogo y Capítulo I. Paidos.
España

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.22


m1 actividades

m1 | actividad 1

Para comenzar

1- Realice una búsqueda en medios virtuales sobre los desarrollos epistemoló-


gicos referidos a las ciencias sociales. Elabore en un cuadro las conexiones
que se reflejan con la historia general de la disciplina Psicología social y los
diferentes enfoques que la definen.

2- Realice un cuadro comparativo que exprese los diferentes enfoques de la


psicología social.

m1 | actividad 2

Los aportes de la Teoría Psicosocial

1- Al tener en cuenta las orientaciones predominantes de la disciplina, ¿qué


importancia reviste la relación entra la construcción de la realidad y el pro-
ceso de inducción social del sujeto?
2- A su criterio y fundamentando, ¿Cuáles serían urgencias sociales circuns-
criptas al campo de la psicología social?
3- De acuerdo con los objetivos de la carrera Licenciatura en Psicopedagogía
y teniendo en cuenta el marco introductorio de los contenidos del presente
módulo, ¿Qué aporta la psicología social a la construcción de su rol profesional?

m1 glosario

Epistemología: rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento,


básicamente sería la “ciencia que estudia la ciencia”. La epistemología, como
teoría del conocimiento, se ocupa de problemas tales como las circunstan-
cias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a la obtención del cono-
cimiento, y los criterios por los cuales se lo justifica o invalida, así como la defin-
ición clara y precisa de los conceptos epistémicos más usuales.

Psicología social: rama de la psicología que estudia los fenómenos sociales


desde el comportamiento cognitivo y afectivo de un sujeto como consecuen-
cia de su entorno/contexto social, y la trama de relaciones que lo atraviesan y
constituyen como tal, así estudia la manera en cómo piensa, siente y actúa el
ser humano influido por la presencia o ausencia de otras personas en su medio
ambiente. Investiga las organizaciones sociales y trata de establecer los patro-

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 23


nes de comportamientos de los sujetos, los roles que desempeñan y todas las
situaciones que influyen en su conducta.

Psicología social psicológica: El objeto de la psicología social es la moralización


del individuo que por tendencia natural es egoísta. Su concepción monista (los
instintos como único medio para explicar la conducta) es, típico de la época.

Psicología social sociológica: Toma la noción de interdependencia, individuo


– sociedad y el concepto de sugestión – imitación. Plantea la psicología social
como el estudio del interjuego psíquico entre el hombre y su medio ambiente, la
sociedad. (Interacción social).

Enfoque socioantropológico: es el carácter de lo que es subjetivo, es decir,


propio del modo de sentir o de pensar del sujeto y no del objeto en sí. El indi-
viduo subjetivo considera al objeto (lo externo) sólo a través de su concien-
cia. Subjetividad se opone a objetividad.

Enfoque interaccionista simbólico: hace referencia a un ser que es «actor de


sus actos», en el sentido de que su comportamiento o conducta no son mera-
mente «reactivas», sino que aporta un plus de originalidad que responde a lo que
solemos entender por decisión o voluntad.

Socialización: se lo define y entiende como proceso de inducción social,


mediante el cual el ser humano aprende, en el transcurso de su vida, los elemen-
tos socioculturales de su contexto, los integra a la estructura de su personalidad,
bajo la influencia de experiencias y de agentes sociales.

Socialización primaria: es la primera por la que el individuo atraviesa en la niñez;


por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad. La socialización
secundaria es cualquier proceso posterior que introduce al individuo ya sociali-
zado a nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad (Berger y Luckmann).

Socialización secundaria: Cualquier proceso posterior que induce al individuo


ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de una sociedad. Es la
internalización de submundos institucionales (realidades parciales que contras-
tan con el mundo de base adquirido en la socialización primaria) o basados
sobre instituciones.

Vida Cotidiana: es estudiada por las ciencias sociales en tanto producción y


reproducción de sentidos y valoraciones acerca de lo experimentado. La agenda
de un día en la vida de una comunidad, donde hay una distribución de tareas,
basada en la división del trabajo y muy estratificado por edades: niños, adoles-
centes, jóvenes, adultos y mayores, donde cada grupo hace lo mismo durante
todos los años de su grupo de edad y esto es escuela o trabajo

De acuerdo con la importancia de comprender el alcance de las interacciones


sociales, es decir lo dentro de la realidad de la vida cotidiana se comparte con
otros, siendo la situación “cara a cara” la más importante de las experiencias de
interacción social y del que derivan todas las demás situaciones de interacción

Teoría de la complejidad: es una categoría científica en formación —fundada, en


gran medida, sobre la teoría del caos— que se aplica a los sistemas complejos de
la realidad. La asociación entre las dos teorías se debe a sus planteamientos críticos
sobre procesos causales y no lineales y a sus comportamientos no deterministas.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.24


m2

m2 microobjetivos

• Identificar, definir y profundizar los diferentes pensamientos teóricos con-


templados en el enfoque psicosocial.
• Reconocer y analizar los procesos vinculares en el marco de la vida coti-
diana y su relación con los conceptos de sujeto y subjetividad.
• Comprender y evaluar el lugar y sentido de las relaciones sociales, grupales e
institucionales en el proceso de formación de la identidad individual y grupal.

m2 contenidos

Bienvenidos al módulo 2 de contenidos teóricos del Seminario de Teoría Psico-


social. En esta oportunidad invitamos a Ud. a profundizar los aspectos claves
que definen al enfoque psicosocial en el marco de la disciplina Psicología Social.
Así, el objetivo general que persigue el desarrollo del presente módulo, es que
Ud. pensando desde el rol profesional del Licenciado en Psicopedagogía, com-
prenda la importancia de estudiar las relaciones que se establecen en lo que
respecta al vínculo entre la construcción conceptual del Sujeto y su subjetividad,
y la vida cotidiana, en las instituciones y, en las prácticas que se expresan las
relaciones sociales que configuran las formas de pensamiento y comportamien-
tos socialmente compartidos.

Al igual que el módulo anterior, los invitamos a ver el video de presentación de


este segundo módulo.

Podrá visualizar el video presentación desde su plataforma

Podríamos partir comentando que en el desarrollo de la perspectiva psicosocial,


es el psicoanálisis, como disciplina que emerge desde la psicología de las pro-
fundidades, el que sienta las bases del mismo.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 25


A continuación lo invitamos a elaborar la actividad 1.

Si bien, a lo largo de la historia, diferentes autores aportaron al campo y cons-


trucción de la Teoría Psicosocial, ahora podemos nombrar a Erikson, Horney,
Bleger, entre otros. En nuestro medio, esos aportes profundizaron una concep-
ción construida desde la práctica y la conceptualización, y tienen su origen en el
pensamiento de Enrique Pichon-Rivière. (Quiroga, 2005)

Dicha conceptualización toma como punto de partida el pasaje del psicoanálisis a


la denominación de “psicología social”. Esto lleva a delimitar un campo de diferen-
tes fenómenos a analizar problematizando un espacio en el que podamos pensar
al sujeto definido como esencialmente social, determinado por su experiencia en la
conjunción de su vida psíquica y los fenómenos grupales e institucionales.

Por una parte contamos con fundamentaciones de delimitaciones referidas a qué


entendemos por la psicología social y a cómo se circunscribe el enfoque psico-
social. Por otro se considera la presente área curricular, y se tiene en cuenta el
marco introductorio en términos históricos-epistemológicos Ante esto, se hace
necesario partir de una noción de sujeto constructor de sentido y constructor
de realidades, concepción que conlleva una necesidad que se definan momen-
tos de replanteamiento de decisiones y búsqueda de salidas más constructivas,
tanto en los mismos sentidos, como en lo que respecta a las realidades y a los
contextos que cada uno atraviesa y de los cuales forma parte.

En este aspecto, nos orientamos a definir el sentido subjetivo, comprendiendo al


mismo como el conjunto de emociones que se integran en los diferentes procesos y
momentos de la existencia del sujeto, apareciendo constituidos en una cualidad que
es parte de la emocionalidad que caracteriza al sujeto en esa zona de la experiencia.

En base a esto el sistema de sentidos expresa la forma en que las necesidades


del sujeto se organizan en el curso de su relación con el otro y con el mundo.
Pensar en los contextos de encierro nos permite considerar que la organización
de estas necesidades tiene un momento histórico y un momento actual, insepa-
rables en el sostenimiento de la subjetividad y su experiencia.

De acuerdo con Gonzalez Rey (2005), acordando con Castoriadis, la formación del
sujeto está ontológicamente definida por estados de necesidad, donde lo biológico
y lo cultural son parte de un proceso de subjetivación específicamente humano;
constitutivos de una realidad diferente. Sin embargo, ese proceso que caracteriza
al sujeto individual, no alcanza para explicar los procesos sociales, ya que en estos
últimos aparecen otras dimensiones que no están presentes en lo individual.

Ante la búsqueda imperiosa de construir categorías teóricas que den cuenta de


tal complejidad, se puede considerar que la naturaleza del fenómeno subjetivo
no se presenta de manera externa, o interna, si no que se da simultáneamente en
ambos niveles, atravesada por la historia y las posiciones de cada sujeto, ambas,
están siempre conectadas de forma directa con el contexto socio-histórico, la que
en sentido no lineal, configura la subjetividad mediante el sentido y la significación.

Cuando analizamos al sujeto concreto en su contexto, estamos frente a un pro-


ceso en el cual las relaciones de comunicación que caracterizan el momento
actual del sujeto en dicho espacio, se enfrenta a los sentidos subjetivos que

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.26


caracterizan su experiencia individual. Esto quiere decir que dentro de dichas
relaciones, las dimensiones de sentido socialmente producidas, se especifican
en las formas únicas en la historia individual.

El sujeto que asumimos, es un sujeto constituido social e históricamente, pero


no sólo en la historia de las formaciones discursivas, sino que él mismo está
comprometido de forma simultánea con los discursos que atraviesan los distin-
tos espacios sociales en que vive; que son parte de su lenguaje, de diferentes
formas en sus contextos de acción.

Recuperar al sujeto en nuestras prácticas y en nuestra investigación, pre-


supone instaurar el diálogo con él, es decir, facilitar su búsqueda y sus
construcciones y, sobre todo, que consiga sentirse bien desde el lugar
en que está, para lo cual ese lugar tiene que virar como un referente
importante para su vida y acciones sociales.

Recuperar al sujeto de aprendizaje supone comprender a la persona como gene-


radora de subjetivación, como momento de ruptura que participa en las diferentes
opciones que se derivan de esa ruptura. Por tanto, la comprensión del tema de la
subjetividad desde una perspectiva histórico-cultural está indisolublemente aso-
ciada a la idea del sujeto. El sujeto es un sujeto portador de una subjetividad que
expresa su historia personal en una síntesis de sentidos y significados que tiene
como forma de organización la personalidad. Sin embargo, esa personalidad deja
de ser un instancia interna determinista, asociada a invariantes situados en momen-
tos pasados de la historia individual, para convertirse en un sistema configurado
que existe en una dimensión procesual en tensión permanente con las produc-
ciones actuales del sujeto. La personalidad, al igual que el sujeto, representa una
instancia generadora de sentidos, los cuales son inevitables dentro del contexto de
acción del sujeto. Sin embargo, estos sentidos no se imponen a la acción de aquel,
sino que son parte del proceso generador que acompaña la acción.

En este marco, hace a la especificidad de la disciplina el análisis y comprensión de


una relación, caracterizada como dialéctica y fundante: dada entre el orden socio-
histórico y la configuración, construcción y desarrollo de la subjetividad, así como
el espacio y mediaciones que la efectivizan. Se trata de una relación recíproca por
su característica dialéctica, al tener en cuenta que el orden social es condición de
existencia del sujeto, de lo humano en tanto relaciones objetivas necesarias.

Es fundamental para el profesional psicopedagogo, partir por preguntarse ¿qué


es la psicología social?, ¿qué construimos? ¿Cómo actuamos? Estos y muchos
otros interrogantes se configuran en torno a un objeto complejo que refiere a una
multiplicidad de factores, procesos y relaciones que lo determinan y condicionan.

Como se mencionó líneas arriba, uno de los objetivos que persigue el desarrollo
del presente módulo, es que Ud., pensando desde el rol profesional del Licen-
ciado en Psicopedagogía, comprenda la importancia de estudiar las relaciones
sociales que se gestan en la vida cotidiana, en las instituciones y en las prácticas
que se expresan las relaciones sociales que configuran las formas de pensa-
miento y comportamiento socialmente compartidos.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 27


En este contexto, se habla de espacios conceptuales y de representaciones de los
fenómenos sociales en tanto ciencia, cultura, ideologías, mitos, etc., que configu-
ran, estructuran e interpretan las experiencias de los sujetos en su cotidianidad.

De acuerdo a Quiroga (2005), poder comprender y analizar la complejidad


que define las mencionadas relaciones, exige orientar nuestro rol indagando
las formas de organización, de comunicación, de modalidades de vínculos, y la
importancia del grupo en sí.

Lo mencionado hasta aquí contempla que el sujeto es el resultado de un proceso


social; dicha condición emerge entre la estructura objetiva y los procesos sub-
jetivos, donde la primera está interiorizada en los sujetos a partir de la socializa-
ción que se naturaliza en la vida cotidiana. Dicha naturalización impide visualizar
los determinantes y condicionantes de diferentes fenómenos sociales, como por
ejemplo el proceso de aprendizaje que genera que los diferentes aspectos de los
fenómenos se presenten como algo natural.

Es decir que pensamos lo social como un campo en el que diferentes prácticas


y disciplinas, se relacionan con sus discursos acerca del fenómeno de apren-
dizaje. Asimismo permiten la comprensión a partir de un debate dinámico, que
contempla las circunstancias vitales y los determinantes sociales que actúan.
Este debate supone que el campo social refiere a un fenómeno complejo que
debe ser comprendido desde la misma teoría de la complejidad de Edgar Morin.
Se hace necesario contar con el aporte de las distintas ciencias y disciplinas
sociales que permitan acompañar la labor profesional desde la complejidad;
encontrando especificidad en responder interrogantes tales como génesis y
desarrollo del sujeto su identidad y su interacción social en tanto articulación
entre lo socio-histórico y su psiquismo.

Bajo esta lógica, desde la psicopedagogía, se pueden abordar los problemas


que se definen como fenómenos subjetivos en los que los conceptos de subje-
tividad y sujetos permiten comprender que la sociedad tiene implicancias en la
organización y en los contenidos de la vida psíquica. Posicionan al sujeto como
un ser de necesidades que se satisfacen socialmente, y que se vale del medio
social como sus instituciones para tal fin.

Enfoque psicosocial: vínculo y grupo

Dentro de la dialéctica que considera la experiencia del sujeto, se jerarquizan dife-


rentes mecanismos que forman parte de la misma, nos referimos a procesos de
identificación, internalización, comunicación y aprendizaje. Estos procesos e ins-
tancias son fundamentales en el proceso de estructuración de la personalidad de
la constitución subjetiva, del vínculo y el grupo, expresados en tanto movimientos
que refieren a las experiencias del sujeto, por las que produce, desarrolla, sostiene,
y transforma sus relaciones sociales con interdependencia de la representación,
comunicación y, modalidades vinculares y de grupalidad que sostiene.

Por eso, se afirma desde el enfoque psicosocial, que la psicología social emerge
como una crítica a la vida cotidiana, en tanto supuesto de un sujeto concreto,
productor, e instituyente de lo social; sujeto de la necesidad organizado material
y simbólicamente entre las necesidades y posibilidades de satisfacer desde sus
relaciones y experiencias concretas.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.28


En este momento se recomienda la lectura del siguiente material titulado
“Crítica a la vida cotidiana desde la Psicología Social” IC 1. Dispo-
nible en: https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-
cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf

En el mismo usted podrá observar una caracterización y articulación teórica-


práctica con relación al concepto de vida cotidiana.

Cabe mencionar y aclarar que el sujeto no es solo un sujeto relacionado, sino


que hablamos de un sujeto que se produce y desarrolla en praxis social, es
decir que es resultado de la interrelación entre individuos, grupos, instituciones
y clases. Plantear el concepto de praxis, señala que el hombre por su condi-
ción de ser de necesidades, se constituye a partir de su subjetividad, psíquica y
socialmente, por lo que es sujeto producido, emergente de procesos sociales,
institucionales y vinculares; síntesis de su trayectoria social, familiar y personal.

Ahora bien, al tratar de analizar las causas que determinan, conllevan y subyacen
en la concepción de sujeto que se aboga, acordamos que no resulta pertinente
hablar de un afuera social, y un adentro psíquico. Sino que será en el interjuego
sujeto–mundo, lo externo se hace interno, y éste a su vez se transforma en su
opuesto, ya que lo interno se externaliza. El núcleo por abordar es la relación entre
intrasubjetividad e intersubjetividad, uno de los ejes del pensamiento Psicosocial.

Al afirmar que el hombre es esencialmente ser-en el mundo, en relación dia-


léctica con él, y al caracterizar al psiquismo como sistema abierto al mundo
desde su inicio, constituyéndose en y por su ser, en un universo material, social,
vincular, estamos planteando implícitamente hipótesis acerca de la contradic-
ción salud- enfermedad. Intentaremos establecer los términos en que se des-
pliega esta problemática.

Como hemos señalado, la reflexión que motivamos refiere a considerar al indivi-


duo como sujeto de la praxis, en tanto sujeto de una relación de recíproca entre
la determinación y transformación de una realidad que lo trasciende y la que a
su vez modifica y produce. Así se plantea desde el enfoque psicosocial que la
salud, en tanto proceso, supone y requiere un análisis de las formas concretas
de existencia que toma la relación sujeto-mundo; en la que la acción responde
a una adaptación activa a la realidad, que tenga en cuenta necesidades, condi-
ciones concretas y potencialidades.

El análisis a su vez, conlleva a observar a un sujeto desde los vínculos, sus


comportamientos, conducta, el hacer y su representación del mundo así como
indagar el grado de plasticidad y operatividad, recursos subjetivos que están al
servicio del aprendizaje en tanto aprehensión de la realidad.

La interpelación que puede mediar y profundizar el profesional psicopedagogo


permite una visión progresivamente integradora de hechos y relaciones, nuevas
articulaciones, así como reconocer quiebres, vacíos y ausencias; indagando
sobre la creatividad, potencialidad de recorrer caminos alternativos, de apertura
al cambio del sujeto de aprendizaje. Cabe mencionar que no será solo el sujeto el
interpelado, sino que por el contrario, se deberá focalizar en el escenario donde
se posiciona el sujeto, en el orden social, que lo define, constituyen (instituciones,
grupos y formas vinculares) en tanto espacios de sostén o de padecimientos.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 29


En síntesis, el profesional de la psicopedagogía, se preguntará sobre si ese
orden favorece el aprendizaje, o por el contrario lo obstaculiza, tendiendo a ins-
talar el estereotipo que fracturen la relación entre sujeto y realidad.

Lo invitamos a realizar la Actividad 2.

Socialización y encuadre institucional

En este marco desde el enfoque psicosocial, pensamos sobre el encuadre insti-


tucional, posicionándonos en la comprensión de que el individuo es portavoz de
una situación protagonizada por los miembros de un grupo social (su familia),
con los que está comprometido desde siempre y a los que ha incorporado a su
mundo interior a partir de los primeros instantes de su vida.

La psicología social se esfuerza por salvar en cada hombre ese conflicto que lo
desgarra interiormente, capacitándolo para integrar su individualidad, su “mismi-
dad” con ese mundo social al que pertenece y que lo habita.

La labor del investigador social consiste en indagar las dificultades que cada
sujeto tiene en un grupo determinado que puede ser su familia, la empresa
donde trabaja, la comunidad a la que pertenece.

Las herramientas desde la psicología social nos permiten tratar de lograr la com-
prensión y el reajuste de los mecanismos de seguridad de los sujetos, que se
expresan como situación de encontrarse a salvo, con defensas frente al azar.

Al pensar sobre las conductas del individuo en sociedad y sobre los grupos
sociales, el hilo conductor (Ana Quiroga, 2010) es el proceso de aprendizaje, en
tanto necesidades, proyectos y las misiones de las comunidades que operan en
un contexto social.

El enfoque entiende al aprendizaje como una relación instrumental entre el sujeto


y la realidad, es decir, un vínculo que se genera por medio de prácticas que no
solo forman una imagen “interna” de la realidad (tanto preconceptual como con-
ceptual) sino que además modifican las acciones del sujeto y al mundo. Esta
relación signada por la necesidad, en torno a la cual el sujeto realiza un recorte
significativo del mundo como “objeto de conocimiento”. La necesidad conlleva a
que el objeto aparezca como problemático para el sujeto.

Esto supone crisis y rupturas en el sujeto ya que las estructuras con las que se
vincula con el objeto son una parte constituyente de su identidad, de modo que el
conocimiento desencadena situaciones de confusión y movilización de esquemas.

La relación sujeto-mundo puede ser más abierta, más plástica, dialéctica, o por el
contrario se convierte en estereotipada, empobrecida, dilemática. La noción de
dialéctica cumple un papel fundamental: la oposición entre sujeto y objeto que
supone la relación de aprendizaje aparece como un par antinómico que debe ser
integrado en un nuevo nivel de organización superadora. Supone además una
visión integral del sujeto ya que implica entenderlo “en acto” con su contexto.

Incluir el proceso de aprendizaje en un período histórico-cultural implica que el


sujeto es síntesis de una historia social e individual. Su conocimiento se organiza

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.30


en formas organizativas discontinuas pero sucesivas, es decir, siempre se tiene
un sustrato anterior que condiciona y posibilita la relación con el objeto

No obstante, en cada una de estas etapas las acciones son condicionadas por
el contexto social; el hecho que el hombre sea esencialmente sujeto de la praxis
lo define como sujeto esencialmente cognoscente. Las limitaciones a esta posi-
bilidad de ser sujeto cognoscente están fundamentalmente marcadas desde el
orden social. Ese orden social se internaliza y se transforma en un obstáculo
interno o en una posibilidad interna, porque el orden social puede ser facilitador
u obstaculizador.

El criterio de salud que hemos esbozado, la concepción de sujeto, y el análisis


crítico de la cotidianidad han guiado, en los últimos años nuestra inserción en
términos de análisis e intervención en la salud mental, a la que entendemos
como construcción social.

Muchos de estos conceptos, que desarrollan la concepción de Riviere, han emer-


gido en una práctica que debe desplegarse en un mundo en el que, como lo
informa la OMS con estadísticas contundentes, crecen en forma exponencial pato-
logías como la depresión, los trastornos alimentarios, el pánico y la ansiedad, las
adicciones, las distintas modalidades de sobreadaptación y formas de subjetividad
en que todo es banalizado: los vínculos, el propio destino, la propia existencia.

Sujeto - Familia, vida cotidiana, y Salud-enfermedad.

Podemos considerar que, de acuerdo con el nuevo orden mundial que nos atraviesa
se vislumbra un amenazante horizonte social. Nos referimos al desarrollo de sen-
timientos y vivencias de inexistencia, aislamiento social, discriminación, y estigma
entre otros, emergiendo de tal manera sufrimiento y malestar psíquico inenarrable.

Hablamos de una cotidianidad en la que se debilitan los lazos sociales y soli-


darios entre los diferentes grupos, incidiendo negativamente en el desarrollo de
identificaciones, recursos adaptativos y defensivos de los sujetos, rivalizando así
con los otros que nos rodean en un marco cotidiano de rivalidad e intolerancia

Así pues, las posturas narcisistas, el aislamiento, la oposición, el encierro, el


individualismo y el fundamentalismo de pensamientos entre otros, conlleva ine-
vitablemente a expresar condiciones de existencia definidas por la fragmenta-
ción social (y subjetiva) que obstaculiza las condiciones de adaptarse saludable-
mente a lo cotidiano.

En este momento se recomienda la lectura del siguiente material titulado


“La presentación de la persona en la vida cotidiana de E. Goffman”
IC 2 disponible en: https://es.scribd.com/doc/7213035/La-Presentacion-

de-La-Persona-en-La-Vida-Cotidiana

En el mismo se profundiza y se ofrecen elementos para comprender el lugar del


sujeto junto a los otros y su incidencia en la construcción de la realidad objetiva
dentro de la estructura social.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 31


Situados en nuestro contexto, las conductas de movimientos destructivos sustentan
condiciones de crisis generalizadas, de emergencia social y sanitaria que, como se
mencionó líneas arriba, repercuten en los procesos de inducción social del sujeto en
la cultura, alterando los procesos de estructuración y constitución de su subjetividad.

En este contexto, será el grupo familiar, como primera y significativo entorno del
sujeto en el desarrollo de su constitución, el que vehiculice alteraciones relativas
a la mutua representación interna, perjudicando el interjuego de adjudicación y
asunción de roles dentro del grupo de pertenencia, manifestándose por ejemplo
en dificultades de comunicación, malentendidos, exclusiones, secretos, etc. y
definiendo dichas rupturas de interacción con cargas patógenas. Ello da lugar al
desarrollo y aparición de mecanismos defensivos.

La actividad simultánea que se genera entre el integrante del grupo familiar que
exprese la crisis, y su mismo grupo familiar, permitirá comprender la dinámica
que da lugar a la producción de la enfermedad, en un sentido dialéctico, expre-
sada por el malestar y sufrimiento psíquico que fortalece la vulnerabilidad en el
sujeto que enferma.

Dentro del campo de la salud-enfermedad, en tanto proceso social (e histórico),


entendemos que el sujeto que enferma, (por pérdida de equilibrio entre dicho
proceso), se convierte en portavoz de su grupo familiar, manifestando con su
cuerpo y pensamiento ansiedades del grupo.

A partir del enfoque psicosocial, y articulando lo precedente con los objetivos


del módulo en desarrollo, el trabajo teórico-práctico remite a entender que lo
intrasubjetivo contempla la comprensión de lo intersubjetivo, es decir el escena-
rio vincular. En este sentido, de acuerdo a Quiroga (2005), vínculo y familia no
existen per se aislados, por lo contrario, se encuentran inmersos en un universo
social e institucional que normatiza sus prácticas sociales.

A modo de cierre de este módulo, se le invita a realizar la Actividad 3

Invitamos a realizar la segunda parte de la evaluación.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.32


m2 |contenidos IC

información complementaria 1

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 33


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

forma inmediata, las relaciones que los hombres establecen entre


si y con la naturaleza en función de sus necesidades,
con�gurándose así lo que hemos denominado condiciones
concretas de existencia. Cotidianidad es la manifestación
inmediata en un tiempo, en un ritmo, en un espacio de las
complejas relaciones sociales que regulan la vida de los hombres
en una época histórica determinada. A cada época y a cada
organización social corresponde un tipo de vida cotidiana
singular. La vida cotidiana se mani�esta como un conjunto
multitudinario de hechos, de actos, objetos, relaciones y
actividades que se nos presentan en forma "dramática" es decir
como acción, como mundo-en-movimiento.

Palabras claves: Psicología Social, Vida Cotidiana, Subjetividad,


Orden Sociohistórico.

Desde la mirada de la Psicología Social , en la Crítica de la Vida


Cotidiana planteada por Ana P. de Quiroga, abordamos al
hombre en sus condiciones concretas de existencia. Su condición
de seres vivos en su condición de ser de necesidades en
intercambio permanente con el medio. Por esto su vida depende
de que a partir de esas necesidades y en función de ellas,
establezca relaciones sociales con otros produciendo en su
trabajo, los bienes necesarios para satisfacerlas. Los hombres
producen y reproducen su vida en una doble relación con la
naturaleza y con otros hombres.

El objeto, los medios y las formas de producción, así como la


inserción de los sujetos en ese proceso productivo, la distribución
de lo producido y la relación que guarda lo que se produce y su
distribución con las necesidades de los hombres que constituyen
una organización social, determinan sus formas de vida, su
cotidianidad. Este hecho es fundante en tanto es condición de
https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 2/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.34


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

existencia, y desde allí fundante y condicionante a su vez de toda


su experiencia. Esta doble interrelación y su práctica dan lugar a
la emergencia de los procesos psíquicos. Las experiencias
concretas, la acción y la práctica determinan la subjetividad y no
viceversa. Pichon Riviere nos enseña que el hombre va
con�gurándose y transformándose en una relación dialéctica
mutuamente modi�cante; hablamos de una relación hombre-
mundo. También nos dice que esta relación esta motorizada por
la necesidad.

Esto se reedita cotidianamente en nosotros, por esto abordamos


al sujeto en la interioridad de sus vínculos, en el seno de las
tramas de relación en la que sus necesidades emergen, son
decodi�cadas y signi�cadas, cumpliendo su destino vincular y
social de grati�cación o frustración. De�nimos entonces a la
Psicología social como crítica de la vida cotidiana porque aborda
a los sujetos en sus condiciones concretas de existencia. La
indagación de esta cotidianidad permite develar los mecanismos
por los cuales un sistema de relaciones sociales con�gura los
sujetos aptos para sostener esas relaciones y desarrollarlas.

Desde esta perspectiva podríamos de�nir a la vida cotidiana


como el espacio y el tiempo en que se mani�estan, en forma
inmediata, las relaciones que los hombres establecen entre si y
con la naturaleza en función de sus necesidades, con�gurándose
así lo que hemos denominado condiciones concretas de
existencia. Cotidianidad es la manifestación inmediata en un
tiempo en un ritmo en un espacio de las complejas relaciones
sociales que regulan la vida de los hombres en una época
histórica determinada. A cada época histórica y a cada
organización social corresponde un tipo de vida cotidiana.

https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 3/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 35


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

La vida cotidiana se mani�esta como un conjunto multitudinario


de hechos, de actos, objetos, relaciones y actividades que se nos
presentan en forma "dramática" es decir como acción, como
mundo-en-movimiento. Vida cotidiana es la forma de
desenvolvimiento que adquiere día a día nuestra historia
individual. La vida cotidiana nos muestra un mundo subjetivo,
que yo experimento, pero a la vez, ese mundo es intersubjetivo,
social, compartido, "mi mundo" es un mundo que vivo con otros.

Por su parte Guy Deborg , retomando la signi�catividad del


término, plantea que el estudio de la vida cotidiana sería una
empresa ridícula si no propusiera explícitamente transformarla . …
la crítica y la recreación constantes de la totalidad de la vida
cotidiana deben emprenderse bajo condiciones de la presente
opresión, y con el objetivo de arruinarlas. El carácter
transformador que propone la psicología social entendida como
"crítica de la vida cotidiana" es claramente parecido a lo
propuesto por Quiroga, al compartir el hecho que desde la
indagación de la vida cotidiana, se debe operar, sabotear y
cambiar las formas de relaciones que se imponen desde lo
hegemónico y que moldean la cotidianidad de los sujetos que la
componen. Es necesario cambiar esta forma de organización por
otra que de cuenta de la particularidad de lo cotidiano de los
sujetos justamente.

… Desde la mirada de Quiroga, la vida cotidiana se halla aquí


mismo. …aprovechar la mínima oportunidad para romper con la
apariencia de pseudocolaboración, diálogo �cticio que se han
instituido entre el conferenciante "en persona" y sus
espectadores. …esta misma conferencia como tantas otras
disposiciones del empleo del tiempo y de las cosas consideradas
"normales" que ya no se perciben y que nos condicionan

https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 4/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.36


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

�nalmente. Esto es semejante a los conceptos de la psicología


social cuando nos dice que se instala un mecanismo irre�exivo en
la cotidianidad, y la acción no se concientiza, y los hechos no son
intuidos en su originalidad, no son examinados. Esos hecho son
simplemente aceptados como parte de un todo conocido,
autoevidente, como lo "que simplemente es" .Los hechos que se
nos presentan y vivimos no son cuestionados, son lo real por
excelencia, incuestionable.

Deborg plantea que existe una voluntad mani�esta de ampararse


en la formación del pensamiento basada en la parcelación
arti�cial de campos a �n de rechazar el concepto inútil, vulgar y
molesto de "vida cotidiana". Semejante concepto encubre un
residuo de realidad catalogada y clasi�cada con que a que
algunos les repugna enfrentarse, pues constituye al mismo
tiempo el punto de vista de la totalidad e implicaría la necesidad
de un juicio global y una política. …la di�cultad para reconocer
siquiera el terreno de la vida cotidiana… …sino que supondría en
ese momento la consideración de toda renovación revolucionaria
de la cultura y de la política. Esta aseveración del autor coincide
con que la crítica de la vida cotidiana que se propone desde la
psicología social (Quiroga) es un interrogar, es correr el velo de la
familiaridad a los fenómenos y las relaciones, en la búsqueda de
sus leyes internas, de su esencia.

Casanova Rodríguez en su análisis de La vida cotidiana desde la


perspectiva de la psicología tiene una mirada muy parecida a la
de Quiroga, Lefevbre, Deborg, y se posiciona para su análisis en
la Psicología social. Intenta la autora estudiar el objeto de análisis
desde el ángulo de la Psicología social en referencia a ello,
sostiene que se trata de un enfoque transdisciplinario que
permite abordarlo de una manera mas compleja y enriquecedora.

https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 5/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 37


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

Ella reconoce al hombre como protagonista de la construcción y


transformador de esa realidad social. Esto coincide con el
pensamiento de la P. Social pichoniana cuando nos dice que el
sujeto es productor y reproductor de su vida. Las relaciones
políticas, las ideologías dan pie a la aparición de las clases
sociales. En esta estructura se organiza la vida cotidiana de cada
individuo y depende de que sea capaz de construir y reproducir
su propia realidad social, o sea, su propia subjetividad.

A�rma que lo individual deviene de lo social y en esto toma se


Pichon Riviere el concepto de sujeto "el hombre es un ser de
necesidades que solo se satisfacen socialmente en relaciones que
lo determinan. Nada hay en el que no sea resultante de la
interacción entre individuos, grupos y clases". Detecta a las
necesidades como dinámica de la psiquis y las relaciona a las
experiencias de satisfacción e insatisfacción. Detecta que la
necesidad es lo causal, lo inevitable, lo que impulsa…y lo
considera junto con los vínculos punto de partida para indagar en
la vida cotidiana, en el comportamiento de los hombres.

Detecta en la psicología social una doble relación en las acciones


de los hombres concretos, históricos, particulares, que se
mantiene en tiempo y espacio inmediatos con otros hombres y
con la naturaleza en función de búsqueda y satisfacción de sus
necesidades. Vida cotidiana es entonces el ámbito de
satisfacción de las necesidades particulares de los hombres
concretos, como ser de necesidades. Sostiene que
permanentemente los hombres buscan explicaciones a los
distintos hechos y acontecimientos que ocurren en la realidad.

Según el autor cubano Martín, se entiende como vida cotidiana "a


la expresión inmediata en un tiempo, ritmo y espacio concretos,
del conjunto de actividades y relaciones sociales que, mediadas
https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 6/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.38


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

por la subjetividad regulan la vida de una persona, en una


formación económico social determinada es decir un contexto
histórico social determinado".

Nos está esto lejos de lo propuesto por Ana Quiroga cuando dice
podríamos de�nir a la vida cotidiana como el espacio y el tiempo
en que se mani�estan, en forma inmediata, las relaciones que los
hombres establecen entre si y con la naturaleza en función de sus
necesidades, con�gurándose así y con la naturaleza en función
de sus necesidades lo que hemos denominado condiciones
concretas de existencia. Independiente de cualquier ideología,
�losofía, religión, la vida cotidiana es la vida de la persona, su
existencia misma, es la historia de cada sujeto en un aquí y
ahora… coincide con los postulados de la psicología social
pichoniana en que existe un grado de naturalización y de
acostumbramiento impuesto desde el sistema de relaciones para
no ver la realidad. Y con el hecho que existe cierto un grado de
familiaridad acrítica como enuncia Ana Quiroga.

Es necesario desocultar lo oculto, penetrar en la apariencia y


alcanzar la esencia de los hechos. Recorren el texto conceptos
pichonianos como que la realidad se muestra y se oculta en lo
cotidiano, que se oculta en la representación social que sistema
hace de esos hechos y se muestra en los hechos. "Existe en la
vida la posibilidad de cambiar la familiaridad acrítica de la vida
cotidiana" Coincide con Ana Quiroga cuando dice que la crítica
de la vida cotidiana es el análisis objetivo y cientí�co de la
condiciones concretas de existencia y se despliegan en la crítica
del orden social, la crítica de las organizaciones sociales, la crítica
del vínculo, la crítica y análisis de roles adjudicados y sumidos por
la persona en las diferentes esferas de su vida.

Te puede interesar: Inteligencia emocional para

https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 7/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 39


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

desempleados

Criticar la vida cotidiana es hurgar en la profundidad de los obvio,


de lo incuestionable, en establecer una ruptura ante los mitos que
se han ido estableciendo de sociedad en sociedad, patrones que
han ido pre�jándose de acuerdo a toda una arbitrariedad
preestablecida de manera irre�exiva……romper estas estructuras
es algo complicado , exige modi�cación y entrenamiento. Se
pregunta cual es el mejor momento para que se produzca una
crítica de la vida cotidiana y dice que en la aparición de un
con�icto que genera re�exión sobre algún hecho de nuestra vida,
o un momento de crisis justamente porque esta rompe la
familiaridad encubridora de los hechos y permite cambiarlos.

La crítica de vida cotidiana desde la psicología social nos aporta


en primer lugar, la posibilidad de vivenciar y experimentar la
realidad, conocerla y situarla, en segundo lugar observar, y
romper con la familiaridad acrítica, en tercer lugar problematizar
es decir establecer la distancia optima que nos permita
conceptualizar esa realidad comprender la situación
problemática y en cuarto lugar transformar y elabora estrategias
de abordaje y transformación de esa realidad. Se trata de poder
situar al hombre en un aquí y ahora de acuerdo a cada realidad
vivida, sin dejar de tener en cuenta la ya transitada. Para hacer
esto disponemos de algunos recursos: el diálogo y la escucha, la
idea de no esperar ni desear una vida sin con�ictos, la tolerancia
como respeto a o diferente, y la responsabilidad como agentes de
cambio.

Esta reestructuración de la subjetividad esta condicionada por


exigencias adaptativas: unas a nivel cognoscitivo, que son las
adaptaciones que sufre el hombre al intentar dar respuesta a
nuevas circunstancias. Y las otras a nivel afectivo que son las
https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 8/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.40


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

adaptaciones o resistencias que sufre el hombre al enfrentarse a


cosas nuevas desconocidas hasta ese momento. Estas dos
exigencias adaptativas las asocio a lo que Pichon nos enseña
cuando nos habla de los miedos básicos que cada uno de
nosotros podemos padecer ante una circunstancia nueva: ellos
son el miedo a la pérdida y el miedo al ataque, con explicaciones
similares a las de Casanova Rodriguez para cada una de ellas.

Esta crítica de la vida cotidiana que se propone desde la


psicología social es un interrogar, es correr el velo de la
familiaridad a los fenómenos y las relaciones, en la búsqueda de
sus leyes internas de su esencia. Esto introduce la conciencia y la
re�exión allí donde había mecanismos de acción irre�exiva y
representación acrítica. Esta "crítica" se lleva a cabo
experimentándola, viviéndola, ya que la práctica es primer
momento del proceso de conocimiento. Por otro lado rompiendo
la familiaridad acrítica, con el mito de lo obvio y lo natural, y con
el sistema de representaciones que la muestra como real y
autoevidente.

Por su parte Pedro L Sotolongo Codina en su análisis, da cuenta


de la existencia de una relación entre la ciencia y la vida
cotidiana, compleja y contradictoria. Los nexos sutiles entre la
ciencia y la vida cotidiana-plantea- quedan como invisibilizados
por toda una serie de mediaciones que se interponen entre ellos y
los que deben aprehenderlos. La ideología es decir el conjunto de
ideas que van organizando y organizándose en función de
intereses, encubre lo cotidiano, lo distorsiona, en tanto muestra
como "la realidad" la única forma de vida posible decodi�cada de
acuerdo a esos intereses. En este punto coincide con los aportes
sobre la incidencia de las ideologías en el proceso de
naturalización. Sotolongo Codina continúa planteando que en la

https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 9/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 41


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

aprehensión de la vida cotidiana como objeto de indagación,


existen hiatos (es decir fosos, cavidades separadoras) que
di�cultan la aprehensión de "lo Social".

Será difícil encontrar a alguien que no reconozca que el contenido


de esa sociedad de ese "lo social", proviene, se genera, es
producido, de modo recurrente, es decir una y otra, y otra vez… de
la fuente del transcurrir de la vida cotidiana de esa sociedad (de
la que se trate en cada caso concreto). Las interacciones sociales
con los demás, todos ellos como integrantes e integrados en las
diversas comunidades sociales que componen la sociedad es el
que produce y reproduce la vida social. Este concepto de
producción y reproducción de la vida es semejante al de la
psicología social plateado por Quiroga, desde la mirada
pichoniana. En este contexto se reconoce la necesidad de conocer
lo más posible ese accionar, aprehendiéndolo, develándolo, es así
que es necesario conocer ese inter-accionar comunitario de los
hombres reales y concretos productores y reproductores de sus
diversos contenidos sociales. El hombre va con�gurándose y
transformándose en relación dialéctica mutuamente modi�cante
con el mundo.

Introduce el autor el concepto de macro social y micro social


haciendo referencia a las grandes estructuras objetivas de
relaciones sociales y a las subjetividades individuales, que según
Quiroga dan cuenta del mundo externo y el mundo interno en
permanente relación. Sotolongo Codina plantea que estas se
articulan sin contraponerse ni subordinarse uno al otro. Que lo
macro y lo micro provienen de una misma "fuente", la praxis
cotidiana interpersonal- social e histórica- de los hombres y
mujeres reales. Finalmente que lo macro y lo micro en la praxis
cotidiana se van plasmando y concretando, siempre, a través del

https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 10/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.42


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

desenvolvimiento de uno u otro patrón de interacción social de


esa vida cotidiana.

El contexto social no es marco o recipiente estructural que tenga


existencia aparte de esa praxis cotidiana y de esas
subjetividades sociales, sino que el contexto social es producido y
reproducido (o modi�cado) por la especi�cidad de esa praxis
concretadas en sus patrones de interacción en que están
involucrados los hombres y mujeres concretos y reales de la
sociedad de que se trate. Por lo que "la praxis no se ubica en el
contexto", sino que "una u otra praxis produce su contexto
reproduciendo o modi�cando constantemente por ella misma".
Cabe destacar -según Quiroga- que esta particular organización
témporo-espacial el modo de vivir se transforma en un
mecanismo irre�exivo, no consciente. En tanto ese mecanismo
irre�exivo se instala en la cotidianidad, en tanto la acción no se
concientiza, los hechos no son intuidos en su originalidad, no son
examinados.

Los hechos son aceptados como parte de un todo conocido,


autoevidente, como lo "que simplemente es". Los hechos que se
nos presentan y vivimos no son cuestionados, son lo real por
excelencia, incuestionable. La ideología es decir el conjunto de
ideas que van organizando y organizándose en función de
intereses, encubre lo cotidiano, lo distorsiona, en tanto muestra
como "la realidad" la única forma de vida posible decodi�cada de
acuerdo a esos intereses. Se naturaliza lo social, que no es
natural ya que es social y puede cambiar, se generaliza lo
particular, borrando los registros particulares, de sujetos en
distintas condiciones concretas de existencia y se eterniza lo que
es histórico.

https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 11/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 43


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

Por su parte Henri Lefebvre , analiza al hombre empírico… …el


hombre de las necesidades, el hombre insatisfecho y satisfecho…
. Este hombre de la necesidad trabaja y vive; sufre las
consecuencias de una organización determinada de la "sociedad
civil". Subyace en este concepto que nos enseña Pichon Riviere
cuando dice que el hombre va con�gurándose y transformándose
en relación dialéctica mutuamente modi�cante con el mundo y
nos dice también que esta relación esta motorizada por la
necesidad. La vida cotidiana se de�ne por el encuentro delos
productos y de las necesidades, los productos allí se transforman
en bienes.

La crítica de la vida cotidiana no se identi�ca con el consumo, no


desprecia la esfera de la producción; en efecto el trabajo
productivo donde el trabajador adquiere una parte de sus
necesidades y aspiraciones que trata de satisfacer… por esto su
vida depende de que a partir de esas necesidades y en función
de ellas, establezca relaciones sociales con otros
plani�cadamente produciendo en su trabajo, los bienes
necesarios para satisfacer sus necesidades. Criticar la vida
cotidiana no signi�ca denigrarla y rebajarla, por el contrario…es
discernir lo que en ella es riqueza substancial y lo que
actualmente es empobrecimiento ¿alienación?.

A partir de este momento, y no sin di�cultades y crisis, lo más rico


se vuelve lo más pobre, y lo que parecía sólo pobre aparece en su
riqueza. La psicología social descorre el velo de la familiaridad-
dando apertura a la conciencia- a los fenómenos y las relaciones,
en la búsqueda de sus leyes internas, de su esencia.

La crítica de la vida cotidiana pretende una contribución modesta


a la "subversión" de los elementos de lo humano… ….la crítica de
la vida cotidiana debería llegar en nombre de la praxis a
https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 12/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.44


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

conceptos operacionales, a criterios que permitan discernir las


necesidades válidas, de las que no lo son y surgen de la pura
facticidad. …las ciencias y las técnicas penetran en la praxis
global y provocan o encuentran allí necesidades.

La crítica de la vida cotidiana en relación al concepto de


alienación parte de dos análisis distintos, uno de ellos es que hay
en lo humano existe un elemento natural (biológico, �siológico,
"vital") y un elemento social (adquirido, consciente) y así un
con�icto y una unidad entre ambos elementos. El análisis
dialéctico debe retomar la relación hombre-naturaleza… los
hombres producen y reproducen su vida en una doble relación
con la naturaleza y con otros hombres.

La crítica de la vida cotidiana debe restablecer de lo humano en


sus modalidades múltiples…Esto deriva en la alienación del
hombre natural por el hombre social y cultural (las necesidades
desviadas o falsas, las motivaciones abstractas, las ilusiones de
la conciencia sobre las necesidades) y la alienación del hombre
social por el hombre natural (la reaparición de lo instintivo, de lo
biológico, la �siológico). El otro se muestra como la subjetividad
se conquista existe, luego se engaña y, separándose se pierde,
(se aliena).

La alienación se vuelve omnipresente y de�ne las


determinaciones o determinismos como las libertades y los
grados de libertad. La ideología es decir el conjunto de ideas que
van organizando y organizándose en función de intereses,
encubre lo cotidiano, lo distorsiona, e implemente mecanismos
propios para determinar, escindir, y fragmentar al sujeto de lo que
para el es lo cotidiano, o ha adquirido un nivel de signi�cación
real en su vida. El concepto que las necesidades son bajadas de
lo alto lo veri�ca la crítica de la vida cotidiana, la clase obrera no
https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 13/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 45


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

tiene otras necesidades que la burguesía asimila, asimila las


necesidades que le vienen de arriba abajo a través del
capitalismo.

Te puede interesar: Psicoanálisis y prácticas socio-educativas

Las necesidades derivan por este rodeo del nivel alcanzado por
las fuerzas productivas. Vida cotidiana es el horizonte de nuestra
experiencia el horizonte no es "el todo posible", es aquello que
ofrece el orden socio histórico para ese grupo social, el horizonte
nos preexiste, nuestra subjetividad va a ser organizada en base a
ese horizonte que se impone desde el orden socio histórico. Sin
embargo las mismas necesidades se sienten de diferente manera
en la burguesía y en el.

La mujer de la burguesía sale casi fuera de la cotidianidad a


través de lo falso en estado casi puro. La mujer proletaria está
inmersa en la o sumergida en la cotidianidad. Las condiciones
concretas de existencia impuestas por el sistema capitalista las
formas de producción, y distribución de las riquezas, de�nen los
alcances de la satisfacción de las necesidades de las clases
oprimidas, desposeídas. La crítica de la vida cotidiana es la crítica
o denuncia de las clases oprimidas a este sistema y el intento de
cambiar las estructuras sociales que le dan forma .

H. Lefebvre nos dice al respecto, que la vida cotidiana está


formada por el esparcimiento, la vida familiar y el trabajo. La vida
cotidiana implica estos tres elementos estos tres aspectos. Es su
unidad y su totalidad, la que determina al individuo concreto.
Como lo de�ne la psicología social las áreas de la vida cotidiana
son tres, el trabajo, la familia y el tiempo libre. Estas tres áreas y
su representación grá�ca se relacionan entre sí, como ocurre la
https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 14/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.46


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

realidad de tal manera que de�nen en la intersección de estos


tres círculos representativos, la gestación o posibilidad de ser del
sujeto saludable. El problema humano es, entonces, doble: por
una parte organización racional del trabajo, por otra,
organización racional del esparcimiento, y ante todo, de las
"distracciones compensatorias" en las que los trabajadores
puedan expresar su personalidad.

En la Sociología de la vida Cotidiana planteada por Agnes Heller,


la autora desde una mirada más �losó�ca, aporta herramientas
que suman al análisis.

Agnes Héller de�ne a la vida cotidiana como la vida de todo


hombre, en ella se ponen todos sus sentidos, sus capacidades
intelectuales, sus habilidades, sus sentimientos, pasiones, ideas,
ideologías. El hombre de la cotidianidad es activo y goza, obra y
recibe, es afectivo y racional. Coincide con los aspectos
constitutivos postulados en la Psicología Social pichoniana
diciendo que "son pares orgánicas de la vida cotidiana el trabajo,
la vida privada, las distracciones y el descanso, la actividad
social… Nos dice que estos constituyentes de la vida cotidiana se
modi�can o presentan cierta jerarquía dependiendo de las
diferentes estructuras económico-sociales.

La vida cotidiana tiene siempre una jerarquía espontánea


determinada por la producción por el lugar, por la sociedad. A
cada época histórica y a cada organización social corresponde un
tipo de vida cotidiana. Sigue diciendo que el hombre nace inserto
en su cotidianidad y esta otorga a la individualidad un margen de
movimiento diferente en cada caso. Cita a Marx cuando dice que
cada hombre tiene la posibilidad de construirse una jerarquía
consciente, dictada por su propia personalidad, dentro de la
jerarquía espontánea. Aporta desde el pensamiento de Ghoete
https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 15/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 47


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

con el pensamiento de "regimiento de la vida" haciendo


referencia a la posibilidad de esta jerarquía de la cotidianidad
a�rmada por la individualidad consciente. Cada cual debe
apropiarse a su modo de la realidad e imponerle el sello de su
individualidad. En de�nitiva es regimiento de la vida en el sentido,
que es función de la individualidad del hombre.

La forma concreta de sometimiento al poder (de la naturaleza) es


siempre mediada por las relaciones sociales… La vida cotidiana
no está "fuera" e la historia sino en el "centro" del acaecer
histórico: es la verdadera esencia social… …es la vida del individuo
el individuo…el individuo es siempre y al mismo tiempo ser
particular y ser especí�co. La particularidad social se caracteriza
por la unicidad y la irrepetibilidad son estos hechos ontológicos.

Las necesidades humanas se hacen siempre conscientes en el


individuo como necesidades del Yo. La dinámica básica de esa
particularidad humana es la satisfacción de esas necesidades.
Coincidente con los conceptos de la P. Social pichoniana se ve
aquí que la necesidad motoriza la relación del hombre con la
naturaleza, del hombre en relación con otros hombres en
búsqueda de sus satisfacciones, y en esta doble relación va
con�gurándose su subjetividad. …todo hombre actúa siempre
como individuo concreto y en una situación concreta. La autora
considera a como cualidades humano especí�cas los
sentimientos y las pasiones, por su existencia…

Todo hombre tuvo siempre una relación consciente con esa


comunidad; en ella se formó su conciencia colectiva o "conciencia
del nosotros" y también se con�guró su misma "conciencia del
Yo" . El nacer proyectado en la cotidianidad sigue signi�cando
que los hombres asumen como dadas las funciones de la vida
cotidiana y las ejercen paralelamente. La realidad social nos
https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 16/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.48


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

preexiste, nacemos insertos en ella y la asumimos


irre�exivamente como la única válida. Las colisiones entre
particularidad y especi�cidad no suelen ser conscientes en la vida
cotidiana, ambas se someten la una a la otra "mudamente".

La autora introduce el concepto de ética, diciendo que las


exigencias y las normas de la ética componen la intimación. La
ética como motivo (moral) tiene como función la inhibición, la
culturización de las aspiraciones de la particularidad. Cuanto
mayor es la importancia de la moralidad, el compromiso personal,
la individualidad y el riesgo en la decisión sobre la alternativa
dada, tanto más fácilmente se yergue ésta por encima de la
cotidianidad. Los con�ictos extremos y puramente morales se
producen en los casos en que la motivación moral se hace
determinante y su impulso, su �nalidad y su objeto se han de
entender como servicio ala elevación hasta lo especí�co. Las
formas de elevación por encima de la vida cotidiana que
producen objetivaciones duraderas son el arte y la ciencia.

Enuncia que las características de la vida cotidiana son la


espontaneidad y dice que esta no sólo se expresa solamente en
la asimilación del comportamiento consuetudinario y del ritmo
dela vida, sino también en el echo de que esa asimilación va
acompañada por motivaciones efímeras en constante alteración,
en constante aparición y desaparición. Nos dice que en la vida
cotidiana el hombre actúa sobre la base de la probabilidad, en el
plano de la posibilidad: entre sus actividades y las consecuencias
de estas hay una relación objetiva de probabilidad. Indica que la
acción realizada sobre la base de la probabilidad indica el
economicismo de la vida cotidiana.

En la manipulación de las cosas la identi�cación espontánea de


"acertado" y "verdadero" es aproblemática.
https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 17/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 49


30/7/2018 Crítica a la vida cotidiana desde la psicología social | Revista Vinculando

La autora introduce el concepto de fe y con�anza diciendo que


desempeñan en la vida cotidiana una función mucho más
importante que en las demás esferas de la vida. Tanto la fe como
la con�anza se despliegan en ámbitos diferentes y en
condiciones diferentes, la fe religiosa suele ser más intensa y más
incondicional y la con�anza adquiere signi�cación más intensa en
la ética o en la política. En la vida cotidiana estos dos
sentimientos ocupan más espacio y que según la autora se
necesitan mediando, en mayor o menor número de situaciones de
la vida cotidiana. Asegura que como el pensamiento cotidiano es
pragmático cada una de nuestras actividades cotidianas va
acompañada por alguna fe o alguna con�anza.

Nos caracteriza a la vida cotidiana como generalización excesiva,


y que en la práctica, no refuta los juicios, mientras que basados
en ellos podemos obrar y orientarnos.

Otro elemento que desarrolla cuando dice que no hay vida


cotidiana sin imitación, imitamos otros en el trabajo y en distintas
áreas de la vida cotidiana. La cuestión es ver si somos capaces
de producir un campo de libertad individual de movimiento dentro
de esa imitación, o de deponer completamente las costumbres y
con�gurar nuevas actitudes. Otro elemento es la entonación,
entendemos esto como con el concepto de entonarse criollo en
donde uno produce en el otro cierto grado de entusiasmo o
atmosfera tonal tendiente a la generalización excesiva en el
terreno emocional. Todos estos momentos característicos del
pensamiento cotidianos son necesarios para que el hombre sea
capaz de vivir la cotidianidad. Otro elemento que detalla es la
extrañación del hecho de extrañar, de añorar y nos dice que la
vida cotidiana no es extrañada por necesidad, a consecuencia de
su estructura, sino sólo en determinadas circunstancias sociales.

https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/critica-a-la-vida-cotidiana-la-psicologia-social.html?format=pdf 18/43

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.50


EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 51
m2 |contenidos IC

información complementaria 2

La presentación de la persona en la vida cotidiana


ERVING GOFFMAN

Editorial Amorrortu, Buenos Aires, 1981

1 El escenario de la actuación social: proyección del yo y vulnerabilidad situacional

Cuando el individuo proyecta una definición de la situación al presentarse ante otros, debemos
tener en cuenta que los otros, por muy pasivos que sean, proyectarán a su vez eficazmente
una definición de la situación en virtud de su respuesta al individuo y de cualquier línea de
acción que inicien hacia él. (...)

De todos modos, en la medida en que los otros actúan como si el individuo hubiera transmitido
una impresión determinada, podemos adoptar una actitud funcional o pragmática y decir que
éste ha proyectado «eficazmente» una determinada definición de la situación y promovido
«eficazmente» la comprensión de que prevalece determinado estado de cosas.

En conjunto, los participantes contribuyen a una sola definición total de la situación, que
implica no tanto un acuerdo real respecto de lo que existe sino más bien un acuerdo real sobre
cuáles serán las demandas temporariamente aceptadas. (...)

Sin embargo, durante el período en que el individuo se encuentra en la inmediata presencia de


otros, pueden tener lugar pocos acontecimientos que proporcionen a los otros la información
concluyente que necesitarán si han de dirigir su actividad sensatamente. (...)

Dado el hecho de que un individuo proyecta eficazmente una definición de la situación cuando
llega a presencia de otros, cabe suponer que dentro de la interacción quizá tengan lugar
hechos que contradigan, desacrediten o arrojen dudas sobre esta proyección. Cuando ocurren
estos sucesos disruptivos, la interacción en sí puede llegar a detenerse en un punto de
confusión y desconcierto. Algunos de los supuestos sobre los cuales se habían afirmado las
respuestas de los participantes se vuelven insostenibles, y los participantes se encuentran en
el seno de una interacción cuya situación había sido equivocadamente definida y ahora ya no
está definida en modo alguno. En tales momentos el individuo cuya presentación ha sido desa-
creditada puede sentirse avergonzado, mientras los demás se muestran hostiles, y es posible
que todos lleguen a encontrarse incómodos, perplejos, desconcertados, experimentando el tipo
de anomia que se genera cuando el pequeño sistema social de la interacción cara a cara se
derrumba.

Al colocar el acento en que la definición de la situación proyectada por un individuo tiende a


proporcionar un plan para la actividad cooperativa subsiguiente -al prestar énfasis a este punto
de vista de la acción - no debemos pasar por alto un hecho decisivo: cualquier definición
proyectada de la situación tiene un carácter moral particular. Es este carácter moral de las
proyecciones el que nos interesa principalmente en este trabajo. La sociedad está organizada
sobre el principio de que todo individuo que posee ciertas características sociales tiene un
derecho moral a esperar que otros lo valoren y lo traten de un modo apropiado. En conexión
con este principio hay un segundo: un individuo que implícita o explícitamente pretende tener
ciertas características sociales deberá ser en realidad lo que alega ser. En consecuencia,
cuando un individuo proyecta una definición de la situación y con ello hace una demanda
implícita o explícita de ser una persona de determinado tipo, automáticamente presenta una
exigencia moral a los otros, obligándolos a valorarlo y tratarlo de la manera que tienen
derecho a esperar las personas de su tipo. También, implícitamente renuncia a toda demanda
de ser lo que él no parece ser, y en consecuencia renuncia al tratamiento que sería apropiado
para dichos individuos. Los otros descubren, entonces, que el individuo les ha informado
acerca de lo que «es» y de lo que ellos deberían ver en ese «es».

No se puede juzgar la importancia de las disrupciones que causan problemas de definición por
la frecuencia con que aquéllas tienen lugar, ya que aparentemente ocurrirían con mayor
asiduidad aun si no se tomaran precauciones constantes. Encontramos que se emplean de

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.52


continuo prácticas preventivas para evitar esas perturbaciones, y también prácticas correctivas
para compensar los casos de descrédito que no se han podido evitar con éxito. Cuando el
sujeto emplea estas estrategias y tácticas para proteger sus propias proyecciones podemos
referirnos a ellas como «practicas defensivas»; cuando un participante las emplea para salvar
la definición de la situación proyectada por otro, hablamos de «prácticas protectivas» o
«tacto». En conjunto, las prácticas defensivas y protectivas comprenden las técnicas
empleadas para salvaguardar la impresión fomentada por una persona en presencia de otras.
Se debería agregar que si bien podemos mostrarnos dispuestos a aceptar que ninguna
impresión fomentada sobreviviría si no se empleasen las tácticas defensivas, estamos quizá
menos dispuestos a ver cuán pocas impresiones sobrevivirían si aquellos que las reciben no lo
hicieran con tacto. (...)

Debajo de toda interacción social parece haber una dialéctica fundamental. Cuando un
individuo se encuentra con otros quiere descubrirlos hechos característicos de la situación. Si
tuviera esa información podría saber qué es lo que ocurrirá, y estaría en condiciones de dar a
conocer al resto de los presentes el debido cupo de información compatible con su propio
interés. Para poner plenamente al descubierto la naturaleza fáctica de la situación sería
necesario que el individuo conociera todos los datos sociales pertinentes acerca de los otros.
Sería necesario que conociera, asimismo, el resultado real o el producto final de la actividad de
las demás personas durante la interacción, así como sus sentimientos más íntimos respecto de
su propia persona. Raras veces se tiene acceso a una información completa de este orden; a
falta de ella, el individuo tiende a emplear sustitutos -señales, tanteos, insinuaciones, gestos
expresivos, símbolos de estatus, etc.- como medios de predicción. En suma, puesto que la
realidad que interesa al individuo no es perceptible en ese momento, este debe confiar, en
cambio, en las apariencias. Y, paradójicamente cuanto más se interesa el individuo por la
realidad que no es accesible a la percepción, tanto más deberá concentrar su atención en las
apariencias. El individuo tiende a tratar a las otras personas presentes sobre la base de la
impresión que dan acerca del pasado y el futuro. Es aquí donde los actos comunicativos se
transforman en actos morales. Las impresiones que dan las otras personas tienden a ser
consideradas como reclamos y promesas hechas en forma implícita, y los reclamos y promesas
tienen un carácter moral. El individuo piensa: «Utilizo las impresiones que tengo de ustedes
como un medio de comprobar lo que son y lo que han hecho, pero ustedes no deben llevarme
por un camino equivocado». Lo peculiar acerca de esto es que el individuo tiende a asumir esta
posición aunque crea que los otros no tienen conciencia de muchos de sus comportamientos
expresivos y pueda esperar que los explotará sobre la base de la información que recoge
acerca de ellos. Puesto que las fuentes de impresiones usadas por el sujeto observador
entrañan una multitud de normas relativas a la cortesía y al decoro, al intercambio social y al
desempeño de la tarea, podemos apreciar otra vez cómo la vida diaria se halla enredada entre
líneas morales discriminatorias.

Adoptemos ahora el punto de vista de los otros. Si quieren comportarse como caballeros y
jugar limpio con el individuo darán poca importancia consciente al hecho de suscitar
impresiones sobre sí mismos, y actuarán, en cambio, sin engaños ni estratagemas,
permitiendo que el individuo reciba impresiones válidas sobre ellos y sus esfuerzos. Y, si
prestan atención al hecho de que son observados, no se dejarán influir indebidamente por
esto, satisfechos de saber que el individuo obtendrá una impresión correcta y será justo con
ellos. Si quisieran influir en el tratamiento que les dispensa el individuo -y esto es algo que
cabría oportunamente esperar -, tendrán a su disposición un medio caballeresco de hacerlo.
Sólo necesitan guiar su actividad en el presente de modo que sus futuras consecuencias sean
de un tenor que induciría a un individuo justo a tratarlos ahora en la forma que quieren ser
tratados; una vez hecho esto, solo les queda con fiar en la perceptibilidad y rectitud del
individuo que los observa.

A veces quienes son observados emplean, por supuesto, estos medios adecuados para influir
en el trato que les da el observador; pero hay otro camino más corto y eficaz para influir en el
observador. En vez de dejar que la impresión que suscita su actividad surja como un derivado
incidental de ésta, puede reorientar su marco de referencia y dedicar sus esfuerzos a la crea-
ción de impresiones deseadas. En lugar de lograr ciertos fines por medios aceptables, puede
tratar de producir la impresión de que logra ciertos fines por medios aceptables. Siempre es

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 53


posible manipular la impresión que el observador usa como sustituto de la realidad, porque el
signo que sustituye la presencia de una cosa, no siendo esa cosa, puede ser empleado a falta
de ella. La necesidad que tiene el observador de confiar en las representaciones de las cosas
crea la posibilidad de tergiversación.

Hay muchos grupos de personas que piensan que no podrían seguir actuando en la esfera de
los negocios -sea cual fuere la índole de su actividad- si tuvieran que limitarse a los medios
caballerescos para influir en quien los observa. En un momento u otro de su ciclo de actividad
creen que es necesario reunirse y manipular directamente la impresión que producen los
observados se convierten en un equipo de actuantes, y los observadores en el auditorio. Los
actos que parecen ser hechos sobre los objetos se transforman en gestos dirigidos al auditorio.
El ciclo de actividad se dramatiza.

ERVING GOFFMAN

Behaviour In Public Places: Notes On The Social Organization Of Gatherings

The Free Press, Nueva York 1966, pp. 83-88

Dos rituales de la interacción cotidiana en la modernidad: desatención cortés y


distancia de rol

2.1 Desatención cortés (civil inattention)

En situaciones en las que los copresentes no participan de n foco común de interacción o


conversación, es posible que alguna persona someta a un intenso escrutinio a los demás y
refleje su opinión a través de expresiones faciales o gestuales por ejemplo, la «mirada de
odio» que un sureño blanco arroja gratuitamente a los negros que pasan a su lado.

Es posible también tratar a las personas como si no estuvieran presentes, como objetos que no
merecen más que una leve ojeada. Si la actitud de la persona es tal que se altera su propia
apariencia como resultado de la presencia de otros, podemos hablar de un «trato de no
personas»; son ejemplos de nuestra sociedad el trato que se dispensa en ocasiones a niños,
sirvientes, negros o enfermos mentales.

Este tipo de trato debe ser diferenciado de otra clase de comportamiento, que se estima más
adecuado en muchas situaciones y que denominaremos «desatención cortés». El componente
esencial es que cada copresente presta una atención visual suficiente para demostrar que
aprecia la presencia del otro (y que se admite abiertamente esta atención), pero que, al apar-
tar con rapidez la mirada, se da a entender que no hay un motivo especial de curiosidad.
Cuando esta cortesía es representada por dos transeúntes la desatención cortés toma la forma
de un cruce de miradas que se mantiene hasta una distancia aproximada de ocho pies y que
termina con un desvío de la vista cuando están a la misma altura, una forma de apagar las
luces. En cualquier caso, estamos con probabilidad delante de la forma más delicada de ritual
interpersonal, expresión que regula constantemente el intercambio social de las personas.

Mediante el ritual de desatención cortés, la persona muestra que no alberga razón alguna para
desconfiar de los demás, serles hostil o tratar de evitarlos. (Al extender esta cortesía, se abre
a un tratamiento similar por parte de los demás). Esto demuestra que no tiene nada que
ocultar o evitar al ser mirado o al ser visto mirando, y que no está avergonzado de sí mismo o
del lugar o la compañía con la que se encuentra. (...)

La moral de un grupo al contemplar esta mínima cortesía -ritual cortés que tiende a tratar a
los presentes como participantes de una situación y no en términos de otro rasgo socialse
pone a prueba cuando hace presencia alguien con una fuerte divergencia en su estatus social o
en su apariencia física. La clase media inglesa por ejemplo, se enorgullece de prestar a per-
sonajes famosos o infames el privilegio de la desatención cortés en público, así ocurre cuando

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.54


los niños de la realeza pasean por los parques con poca gente a su alrededor. En la sociedad
americana, uno de las grandes pruebas a las que se enfrentan los discapacitados físicos es el
escrutinio al que son sometidos en sitios públicos, en una invasión de su intimidad invasión
que actúa como amplificador de sus atributos indeseables.

ERVING GOFFMAN

Encounters. Two Studies In The Sociology Of Interaction

The Bobs Merrill Company, 1961, pp. 93-96

2.2. Distancia de rol (Role distance)

La participación en una situación cara a cara requiere de cada persona un nivel de control
sobre si misma, que incluye tanto la capacidad de ajustar y controlar los movimientos físicos
como la aptitud para dar y recibir comunicaciones. El fracaso para mantener el equilibrio del
rol situacional hace sufrir al sistema como un todo. La función de cada persona es mantener su
propio equilibrio; a su vez, puede haber participantes cuya tarea primordial es moderar la
actividad y salvaguardar el equilibrio de los otros.

Muchos sistemas incluyen mecanismos para controlar las contingencias sin que medie una
amenaza real. Sin embargo no hay sistema que sea ajeno a una posible perturbación, y al-
gunos sistemas concretos son campos muy apropiados para el análisis de estas contingencias,
por ejemplo, los quirófanos.

Si un jinete puede ser descalificado de una competición si no sabe montar, a un niño se le


puede impedir subir a un tiovivo si carece de bono o si no hay nadie que se haga responsable
de su seguridad. Hay una diferencia obvia entre la cualificación exigida para desempeñar un rol
y los atributos que se requieren para representarlo de forma satisfactoria, una vez que ha sido
adquirido.

Montar en un tiovivo con tres o cuatro años es, aparentemente, un desafío manejable que
aporta al niño una ocasión para demostrar sus capacidades. El jinete penetra por completo en
el rol que está desempeñando con la máxima concentración. Aquí, ser es hacer, y lo que se
designa «jugar a» se distingue por la seriedad de su realización.

Podemos destacar tres elementos involucrados: una aceptada vinculación al rol; una
demostración de la cualificación y capacidad para desempeñarlo; y un activo y espontáneo
envolvimiento en la actividad del rol. Me referiré con el término “abrazar” a la situación que
englobe estos tres rasgos conjuntamente. Abrazar un rol es desaparecer en el yo virtual de la
situación, ser visto por completo en términos de la imagen y confirmar expresivamente que
uno lo acepta. Abrazar un rol es ser abrazado por él.

Volviendo al tiovivo, comprobamos que cuando los niños tienen cinco años la situación se
transforma. Montar en el tiovivo ya no es suficiente y esto debe demostrarse mediante una
cuidadosa consideración del papel que se desempeña. Un muchacho lleva el compás de la
música golpeando con los pies o las manos el caballito, algo que indica que la situación está
bajo absoluto control. Otro puede cambiar de caballo sin tocar con los pies la plataforma. Otro,
sujetándose con solo una mano a la barra, estira su cuerpo hacia atrás al máximo mientras
contempla el cielo sin muestra aparente de vértigo. Nótese que con estas acciones el jinete no
trata de minimizar algún inconveniente de la situación, sino el rol en su conjunto. La imagen
proyectada de sí, fruto exclusivo de su participación en la actividad, su yo virtual en el
contexto, es una imagen que aparentemente rehúye manipulando activamente la situación.
Este comportamiento intencional o no, sincero o afectado, apreciado por los presentes o no, es
una cuña entre la persona y su rol, entre el hacer y el ser. Denomino distancia de rol a esta
expresión intencionada para separar al yo de su rol putativo El mensaje que se transmite es
que la persona no niega el rol, si no el yo virtual implicado en el rol de quien lo representa

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 55


El término «distancia de rol» no se refiere a los comportamientos que no contribuyen a la
parte substancial de la tarea de un rol, sino a aquellos comportamientos vistos por los
presentes como relevantes para evaluar la vinculación del actor a su rol, y que descubren que
la persona siente cierta desafección o resistencia hacia el rol.

ERVING GOFFMAN

Frame analysis. An essay of the organization of experience.

Harper and Row, Nueva York 1984, cap. II, pp. 20-39

Los marcos de interpretación de la experiencia

3.1. Los marcos primarios

En las sociedades occidentales cuando las personas reconocen un acontecimiento, sea el que
sea, implican en su respuesta (y emplean de hecho) uno o más marcos o esquemas de
interpretación que denominaré marcos primarios. Los llamo primarios porque la aplicación de
estos esquemas no depende ni remite a una interpretación «original»; un marco primario
puede convertir un aspecto de la situación que pudiera haber pasado desapercibido en algo
especialmente significativo.

Los marcos primarios varían en su grado de organización. Algunos se presentan como un


completo sistema de postulados y reglas; otros -muchos otros- no tienen aparentemente un
sistema articulado, sino que reflejan el saber popular o una perspectiva difusa. Cualquiera que
sea el grado de organización, cada marco primario permite localizar, percibir, identificar, defi-
nir y clasificar un aparente número infinito de acontecimientos. Es posible que no tengamos
conciencia de esta organización y también es posible que el marco no pueda explicar su propio
desarrollo; sin embargo, estos pormenores no impiden la facilidad y corrección con que son
aplicados.

En nuestra vida diaria entendemos una distinción entre dos grandes grupos de marcos
primarios. Los marcos naturales identifican acontecimientos que carecen de orientación, direc-
ción o guía, estrictamente físicos. Estos acontecimientos se perciben determinados por
completo desde el principio al fin. No hay ni una intervención intencional, ni un actor que con-
duzca la situación. No hay éxito ni fracaso ligado a estos hechos, ni tampoco se desprenden
sanciones o gratificaciones. Prevalece un determinismo total. Puede entenderse que estos
fenómenos se deben interpretar en un marco «fundamental» y que algunas premisas como la
conservación de la energía, o la existencia de un tiempo único son compartidas por todos. Las
ciencias físicas o biológicas son dos impecables ejemplos de los marcos naturales. Un ejemplo
ordinario es el parte meteorológico.

Los marcos sociales sirven para interpretar acontecimientos que incorporan el deseo, la
intención, un esfuerzo inteligente, una mediación viva, el ser por excelencia el ser humano.
Este ser es muy vulnerable; puede ser amenazado, engatusado, adulado y desairado. Podemos
llamar «hechos guiados» a sus desempeños. Los hechos someten al actuante a «estándares» y
valoraciones sociales de sus actos basadas en su honestidad, eficiencia, economía, seguridad,
elegancia, tacto, buen gusto, etc. Hay un continuo control, más visible cuando la acción es
inesperada y se requiere un esfuerzo compensatorio adicional. Los motivos y las intenciones
están implicados y su conocimiento ayuda a seleccionar qué marco de interpretación debe ser
aplicado. Empleamos el término causalidad para referirnos al efecto ciego de la naturaleza y al
efecto intencionado de la persona, el primero visto como una cadena infinita de causas y
efectos y el segundo como algo que se inicia con una decisión mental.

Sabemos que la actividad mental inteligente tiene capacidad para penetrar en el curso del
mundo natural aprovechando su determinación de origen, con la condición de que se respete

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.56


su equilibrio ecológico. Se puede afirmar que, con la excepción de la fantasía o el
pensamiento, toda actividad está sujeta a condicionantes naturales que no pueden ser
omitidos. Incluso, en una partida de damas en la que el tablero es sólo una representación
mental, no un objeto físico, los jugadores deben manejar información que concierne a
movimientos físicos, un correcto empleo de la voz o un uso adecuado de la mano para escribir.
Por tanto, aunque los acontecimientos naturales ocurren sin concurso de una actividad
inteligente, los hechos inteligentes no pueden desempeñarse sin contar con el orden natural.
Cualquier esquema de actividad social puede ser parcialmente analizado dentro de esquemas
naturales.

Los actos guiados pueden responder a dos interpretaciones. Una, común a todos los hechos,
corresponde a la manipulación del mundo natural para contrarrestar sus lógicas constricciones,
otra depende de los segmentos de actividad en los que se implique el actor, por lo que son
muy variables. Cualquier juego de damas implica dos condiciones de actuación radicalmente
diferentes: una pertenece en exclusiva al mundo físico, al manejo del vehículo físico, no al
signo; la otra pertenece al ámbito de las posiciones opuestas, exigidas por el juego, es decir,
al mundo social. (...)

En suma, percibimos los acontecimientos en términos de un marco primario y este marco


primario que empleamos es válido para describir el hecho al que se aplica. Cuando amanece
estamos ante un hecho natural; cuando bajamos la persiana para evitar que entre el sol
estamos ante un hecho guiado. Cuando un coronel pregunta por la causa de una muerte,
espera una respuesta que pertenece al mundo de la fisiología; cuando demanda una
explicación sobre las condiciones de la muerte, quiere una respuesta que revele la dramaturgia
social susceptible de describir algún aspecto que tenga que ver con la intencionalidad.

El concepto de marco primario es el primero que necesitamos, aunque no sea por completo
satisfactorio. Es desconcertante que empleemos varios marcos interpretativos al unísono
(cuando deje de llover, reanudaremos el juego). Hay marcos que desde el principio se
imponen para responder a la pregunta ¿Qué sucede?, cuya respuesta es un acontecimiento
descrito dentro de un marco primario. Pero con esto no desaparecen todas las dudas. Las
cuestiones propias del microanálisis quedan sin responder: ¿Qué debe entenderse por
«nosotros», «aquí», «esto»? ¿Cómo se lleva a cabo este consenso implícito? (...)

Mi descripción de los marcos primarios se ha limitado a los aspectos que movilizamos, implícita
o explícitamente, cuando definimos la situación según nuestros intereses. Por supuesto,
podemos realizar interpretaciones equivocadas y fuera de lugar; más adelante trataremos este
tema. Pero los actores utilizan los marcos primarios con corrección casi siempre. La lectura que
realizamos de los acontecimientos diferencia con exactitud los procesos y elementos que la
actividad manifiesta. La vida social está organizada de forma que comprendemos y tomamos
parte de su curso con facilidad. Parece desprenderse un cierto isomorfismo entre la percepción
y la organización de lo percibido, a pesar de que pudieran aplicarse otros principios válidos
para orientar la actividad. Como muchas otras personas en nuestra sociedad, yo suscribo esta
presuposición.

Tomados en su conjunto, los marcos primarios constituyen un elemento central de la cultura


del grupo social. El trabajo de interpretación hace aparecer las principales clases de esquemas,
las relaciones entre ellos y la suma de fuerzas y agentes cuyos dispositivos de interpretación
dejan al descubierto la indeterminación del mundo real. Debemos formarnos una imagen del
marco de los marcos del grupo, su sistema de creencias su cosmología, aunque sea un tema
que los estudiosos de la sociedad parecen eludir. En un territorio como los Estados Unidos,
estas fuentes cognitivas no son compartidas por todos Incluso personas que comparten
similares creencias pueden diferir en determinadas creencias como la existencia de Dios o la
telepatía. (La creencia en Dios y en la sacralidad de sus representantes en la tierra es un tema
de disenso que afecta a la consideración sobre las causas últimas. Los científicos sociales pa-
recen evitar este tema por cuestiones de tacto. (...)

En una sociedad como la nuestra, los marcos primarios naturales o sociales, no sólo son
compartidos por quienes participan en una actividad, sino también por aquellos que la

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 57


observan. Una simple mirada sobre una cosa es suficiente para movilizar un cuadro primario y
desarrollar hipótesis sobre la situación anterior y las secuencias posteriores. Que se preste
poca atención a un acontecimiento no significa que nos despreocupamos de lo que pasa, sino
que el marco que hemos aplicado se ha visto confirmado. Descubrir la relevancia motivacional
de los presentes es un aspecto importante para la relevancia motivacional de quien observa.
La mera percepción es una forma de penetración activa en el mundo cuya importancia parece
obviarse a primera vista.

Bergson trata esta cuestión en un ensayo sobre la risa:

«Es cómica toda unión de actos y acontecimientos, insertos los unos en los otros, que nos
ofrece una ilusión de la vida y una sensación de control mecánico».

«El carácter cómico está penetrado por la rigidez, el automatismo, la insociabilidad, la


distracción».

«Nos reímos siempre que una persona da la impresión de ser una cosa».

3.2. Los marcos secundarios

Las observaciones realizadas sobre los comportamientos en el mundo animal nos permiten
abordar el concepto central del análisis de marcos: Las claves (The key). Entiendo por clave un
conjunto de convenciones por las que una actividad dada, provista de sentido por la aplicación
de un marco primario, se transforma en otra actividad que toma a la primera por modelo pero
que es considerada por los participantes de forma diferenciada Denominaré al proceso de
transcripción (keyng). Existe una deliberada analogía con la práctica musical.

La simple observación de monos y nutrias no permite aproximarse a actividades cercanas al


juego, incluso si el juego nos evoca actividades parecidas. Bateson sugiere la amenaza, la su-
perstición y el ritual. En estos tres casos lo que aparece no es la cosa misma, sino algo en lo
que se inspira. Por el contrario, cuando nos centramos en el comportamiento humano encon-
tramos actividades parecidas a las de los monos y las claves se multiplican. No sólo sabemos
hacer lo que hace un mono, sino que sabemos poner en escena un combate según un
escenario, imaginarlo, describirlo retrospectivamente, analizarlo, etc.

Voy a sugerir una definición detallada de un marco secundario:

a. Se procede a una transformación sistemática de algo que tenia un sentido según un


esquema de interpretación sin el cual el marco secundario estaría desprovisto de significación.

b. Se supone que los participantes saben y reconocen que se ha producido una alteración
sistemática que les hará definir de otro modo lo que sucede.

c. El principio y el fin de la transformación vienen marcados por índices. Por ejemplo,


paréntesis temporales que establecen estrictamente los limites. Los paréntesis espaciales indi-
can el espacio reservado, su extensión y sus limites.

d. Las claves no están restringidas a acontecimientos que se perciben desde una perspectiva
particular. Tal y como podemos comportarnos de forma lúdica en una actividad técnica como la
carpintería, también podemos prestarnos a un ritual como el matrimonio por placer o jugar en
la nieve a ser un árbol que se cae; sin embargo, acordaremos que los acontecimientos perci-
bidos dentro de un esquema natural parecen menos susceptibles a la modalización que los que
se perciben dentro de un marco social.

e. Para los participantes, cualquier actividad lúdica, sea luchar o jugar a las damas, se percibe
como una cosa semejante. Si la transformación que se produce como consecuencia de la
aplicación de una clave altera muy poco la actividad en cuestión, sin embargo transforma
profundamente la definición que un participante dará de lo que pasa. Podemos poner en

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.58


escena un combate o una partida de damas, pero para los participantes lo único que pasa es
un juego. La función primordial de una clave es determinar qué es lo que sucede.

En la medida en que podemos responder a la pregunta qué sucede diciendo por ejemplo: «sólo
juegan», disponemos de un punto de partida para distinguir diferentes tipos de respuesta a
esta pregunta.

No podemos olvidar que ciertas acciones son absorbentes, que hechos que se encadenan e
interactúan pueden cautivarnos y transportarnos, llevándonos a responder: «El rey Arturo ha
desenvainado su espada y está presto a defender a Ginebra», o: «La cría de nutria va a atacar
a su madre», o: “Su alfil amenaza al rey" (frase que puede ser dicha por un espectador que
está a nuestro lado o, si modificamos los pronombres, a un adversario distraído). Estas
respuestas dan cuenta de la experiencia tal y como la viven las personas en su interior.
Pueden llegar tan lejos como lo permite el universo sentido de la actividad, que podemos
denominar su dominio (real). (Sólo algunos dominios pueden ser denominados mundos; en
concreto, aquellos que pueden ser considerados reales o verdaderos).

Otra posibilidad es proponer una visión de sentido común del análisis de marcos que tratamos
de elaborar. Entonces diremos: «En el libro de Scott, el personaje de Ivanhoe hace cosas muy
bizarras», «las nutrias no pelean realmente», «los hombres parecer jugar a algún juego de
mesa».

Si no hay ninguna clave implicada, es decir, si se aplica un marco primario, la respuesta en los
términos de un marco también puede presentar dudas: «No, no están jugando; es una lucha
real». De hecho, cuando se desarrolla una actividad no transformada, las definiciones en
términos de marco sugieren alienación, ironía y distancia. Cuando la clave en cuestión es el
juego nos referimos a la actividad no transformada como la actividad «seria»; como veremos,
no toda actividad seria está sin transformar y no toda actividad sin transformar puede consi-
derarse seria.

Cuando la respuesta se hace de acuerdo con el dominio más profundo de la actividad, el


tiempo juega un rol importante ya que los elementos dramáticos de la acción se desarrollan
progresivamente e implican suspenso una inquieta espera del desenlace -incluso si se trata de
una partida de damas por correspondencia-. Por el contrario cuando la respuesta se hace en
términos de marco, el tiempo parece inmovilizarse o desaparecer y la misma descripción
puede cubrir tanto un breve como un largo período de actividad, desdeñando posteriores
desarrollos. El enunciado «juegan a las damas» deja de lado todos los índices que permiten
comprender la situación de la partida de acuerdo con las posiciones estratégicas de los juga-
dores.

Todo esto nos conduce a la noción de realidad. Decimos que las acciones enmarcadas en
términos de un marco primario son reales o efectivas, o que suceden real o literalmente. Una
clave, por ejemplo, la puesta en escena de una acción, producirá un sentido de que lo que
sucede no es ni real ni literal. Sin embargo, diremos que la puesta en escena ha tenido real-
mente lugar. Una actividad no literal se produce literalmente si se conforma al uso habitual.
Los sucesos reales o efectivos son categorías de categoría híbrida que se componen de
acontecimientos percibidos en un marco primario y acontecimientos transformados que se
identifican de acuerdo con su estatus de transformación. Podemos incluir en la misma
categoría la realidad que se construye retrospectivamente, de la que se toma consciencia
cuando nuestra definición de la situación se descubre como errónea.

Pero esto es demasiado simple. En efecto, hay secuencias de acción que incluyen una
transformación pero que no son consideradas en esos términos. Nuestros ritos de saludo
incluyen a menudo preguntas sobre la salud de otro que no se entienden como demandas
reales de información. También podemos besarnos en estas ocasiones de una forma que tiene
poco que ver con el modelo sexual original. Entre hombres golpearse la espalda no tiene nada
que ver con intenciones belicosas Estas ceremonias sólo indican que dos personas se han
saludado. Un acto literal puede tener componentes figurativos que no son vistos como tales. Si
queremos aprender el marco secundario de un saludo tendremos que acudir al teatro, a un

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 59


curso de protocolo. Para ser cuidadosos, los términos «real», «efectivo» y «literal» los
reservaremos para indicar que una actividad no ha sido transformada más allá de lo que se
considera usual.

m2 material

Material básico

• Material desarrollado en el apartado “Contenidos” y enlaces específicos


señalados en el mismo.

Material complementario

• GONZALEZ REY, F (2005) Subjetividade, Complexidade E Pesquisa Em Psi-


cologia. Cengage.
• GONZALEZ REY, F (2013) El Sujeto Y La Subjetividad En Psicología Social.
Noveduc. Buenos Aires.
• QUIROGA A (2005) Crisis, procesos sociales, sujeto y grupo: Desarrollos
en psicología social a partir del pensamiento de Enrique Pichon-Riviere. Ed
Cinco. Buenos Aires.
• QUIROGA A, (2010). Concepción de sujeto. Clase dictada en la Maestría de
Trabajo Social Universidad Nacional de Entre Ríos. Mayo de 2010. Extraído de
https://es.scribd.com/document/142911575/Clases-Ana-Quiroga-Mayo-2010

m2 actividades

m2 | actividad 1

Enfoques teóricos

Realice una búsqueda en medios virtuales que le permita elaborar un cuadro de


conexiones entre las diferentes líneas y pensamientos teóricos que se enmarcan
en el Enfoque Psicosocial de la psicología social.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.60


m2 | actividad 2

En torno a Pichon Riviere

En el marco de la constitución de la subjetividad y su relación con los aportes del


pensamiento de Riviere:

a- Elabore una definición de sujeto teniendo en cuenta las características de las


relaciones sociales que permiten la expresión de la subjetividad del mismo.
b- ¿Cuáles considera Ud. que serían emergentes sociales que se relacionen
con su tarea profesional como licenciado de psicopedagogía? Y en este
marco, cuáles serían indicadores sobre las dimensiones psicosociales que
propone el enfoque desarrollado.
c- Ejemplifique los puntos anteriores, eligiendo un ámbito de interacción social
enmarcado en la vida cotidiana, que se relacione con el rol del psicopeda-
gogo. Posteriormente describa el mismo teniendo en cuenta los roles que se
ejerzan entre los diferentes actores.

m2 | actividad 3

En torno a una película

En base al film “La Ola”, dirigida por Dennis Gansel, elabore un ensayo que refleje
el análisis del film teniendo en cuenta los siguientes indicadores: subjetividad - con-
diciones concretas de existencia- socialización e institución – salud/enfermedad.

m2 glosario

Subjetividad: hablamos de subjetividad en términos del procesamiento de la


información que cada individuo realiza teniendo en cuenta su modo de sentir o
de pensar. Ante la relación entre sujeto-objeto, es así que consideramos que el
individuo, subjetivo, considera al objeto (lo externo) sólo a través de su concien-
cia, es por ello que la subjetividad se opone a la objetividad.

Socialización: se lo define y entiende como proceso de inducción social,


mediante el cual el ser humano aprende, en el transcurso de su vida, los elemen-
tos socioculturales de su contexto, los integra a la estructura de su personalidad,
bajo la influencia de experiencias y de agentes sociales.

Salud – enfermedad: Posicionándonos desde el paradigma de la comple-


jidad entendemos a la salud y la enfermedad como un proceso continuo, en
donde un polo no existe sin el otro, es decir, nunca estamos del todo sanos o
del todo enfermos.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 61


Entender el proceso de salud-enfermedad como un continuo implica abordar
al ser humano en su complejidad, tomando aspectos biológicos, psicológicos
y sociales sin quedarnos en un reduccionismo dicotómico. A estos, e integran
otras dimensiones para su análisis más completo, tales como la importancia de
la comunidad, los aspectos políticos socioeconómicos y los modos y estilos de
vida ligados a la producción cultural.

Vida cotidiana: es estudiada por las ciencias sociales en tanto producción y


reproducción de sentidos y valoraciones acerca de lo experimentado. La agenda
de un día en la vida de una comunidad, donde hay una distribución de tareas,
basada en la división del trabajo y muy estratificado por edades: niños, adoles-
centes, jóvenes, adultos y mayores, donde cada grupo hace lo mismo durante
todos los años de su grupo de edad y esto es escuela o trabajo

De acuerdo a la importancia de comprender el alcance de las interacciones


sociales, es decir lo dentro de la realidad de la vida cotidiana se comparte con
otros, siendo la situación “cara a cara” la más importante de las experiencias de
interacción social y del que derivan todas las demás situaciones de interacción.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.62


m3

m3 microobjetivos

• Apropiarse de una actitud crítica y comprensiva que permita abordar diver-


sos aspectos que configuran el proceso grupal en el marco institucional que
constituyen Sujetos/Realidad.
• Valorar críticamente los aportes de la teoría psicosocial a la formación del
psicopedagogo a los fines de posibilitar una intervención responsable y
transformadora.
• Reconocer las herramientas que permitan el abordaje de situaciones propias del
quehacer profesional, a fin de resolverlas de forma fundamentada y pertinente.

m3 contenidos

Con respecto al presente módulo, se le propone conocer herramientas relacio-


nas con la comprensión de los procesos sociales inmersos en la vida cotidiana
de los grupos sociales. De este modo, contará con recursos a la hora de preve-
nir y resolver situaciones a través de la intervención. La misma se va a orientar
a valores, normas y condiciones ambientales que establecerán los parámetros
para dicha intervención por lo que ésta debe ser flexible y con capacidad adap-
tativa para lograr el bienestar del sujeto, su grupo y su comunidad, siendo nece-
saria cierta distancia instrumental para poder regular nuestras emociones y sub-
jetividades. Comprendiendo siempre que la realidad es una construcción social
por ende son los grupos sociales quienes la construyen y modifican o alteran.

En este momento puede usted visualizar el video de presentación realizado por


el docente.

Podrá visualizar el video presentación desde su plataforma

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 63


Sobre los procesos grupales

Desde hace décadas, es típico afirmar que nuestra vida en sociedad está vin-
culada de forma casi insoslayable a múltiples grupos. La experiencia en lo coti-
diano proporciona miles de ejemplos de cómo nos relacionamos y pensamos
en grupos. Básicamente, hoy suena poco probable encontrar alguna faceta de
la vida humana que no contemple, involucre o se vincule a sistemas diversos en
donde se integran los grupos.

Así podemos decir que la psicología de los grupos, enmarcada dentro de la psi-
cología social, configura y aborda al grupo, situándolo en una tensión entre lo
psicológico y lo sociológico a la vez que lo articula.

En esta línea, lo psicológico plantea que el individuo es libre e independiente,


asociándose por su interés en grupos. Desde lo sociológico, el sujeto está deter-
minado por el grupo, a tal punto que es considerado prisionero de los integran-
tes del mismo.

Cuando pensamos desde un punto de vista psicosocial, éste, se posiciona en


sostener la tensión sobre el paso de lo individual a lo social, es decir aceptando
que tanto el grupo hace al individuo como que el individuo hace al grupo.

En este momento se recomienda la lectura del siguiente material de


esta materia: https://documentslides.org/everything-is-okay.html?utm_
source=54925103-martin-baro-grupo-humano. Aquí se define y profundiza
el concepto de grupo IC 1 en un campo amplio relacionado con la psicología
social en términos generales y con el enfoque psicosocial específicamente.

Al plantear el concepto de grupos, independientemente de la clasificación y fun-


ción, lo podemos definir como unidades constituidas por diferentes partes inte-
rrelacionadas e interdependientes y cuyo éxito pasa necesariamente por la inte-
gración de las mismas. Es por esta razón que no es posible estudiar los grupos
humanos, si desconocemos que se relacionan con problemas de interacción
humana. A esto lo abordamos desde un enfoque psicosocial para intentar expli-
car su complejo comportamiento.

Nos incorporamos en la trama de las relaciones de los sujetos, partiendo de los


procesos de interacción que la definen. Interacción entre diferentes “otros” que
se plasman en la socialización, la identificación, proyección, etc.

Desde un primer momento, desde que un individuo nace, es recibido en un


mundo real que preexiste a él mismo, siendo inducido mediante procesos sim-
bólicos mediados por el lenguaje que, por una parte significa sus comportamien-
tos y por otra incorpora la lógica del comportamiento a desarrollar de acuerdo a
las creencias, valores y normas que se configuran en su primera trama social, la
familia. Así, decimos que llega a constituirse en un sujeto social, formando parte
de un sistema cultural, simbólico e imaginario.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.64


El sujeto, conducido por otros, se constituye como tal de acuerdo a las dife-
rentes estrategias grupales que lo atraviesan, definiendo su relación con
la estructura social como reproductor, y posteriormente productor, lo que
permitirá a su vez la configuración de su identidad en contacto con la coti-
dianidad construida. Hablamos de identidad social, individual y colectiva.

Así, es posible observar que el nivel grupal de las estrategias que inducen
al sujeto, están estructuradas y al mismo tiempo son estructurantes del
espacio socio-histórico en el que se definen las necesidades del sujeto
y paralelamente se satisfacen las mismas. De esta manera, en lo grupal
subyace la importancia de la comunicación que permitirá hacer compren-
sible el objeto de estudio de la Psicología Social, en tanto vida cotidiana.

Como se mencionó en módulos precedentes, el sujeto es recibido en un


mundo que le pre-existe, al que es incorporado a su lógica, por lo que
al ser conducido por otros, mediante estrategias grupales, configura en
contactos cotidianos su identidad.

Así, el nivel grupal de las diferentes estrategias de socialización estructura el


espacio socio-histórico que define al sujeto, por lo que la vivencia en la trama
grupal demarcará los argumentos que determinan lo profundo de la vida coti-
diana. En dicho orden socio-histórico se configuran las representaciones socia-
les que permiten enlazar al mismo sujeto y su grupo de pertenencia con la rea-
lidad que construyen.

A partir del párrafo precedente, entendemos que los argumentos de la vida


cotidiana son los que constituyen las representaciones sociales, producidas en
ámbitos domésticos, institucionales, comunitarios y científicos entre otros.

Por lo anterior, cada uno de nosotros, conocemos la realidad mediante expli-


caciones que se extraen de los procesos de comunicación y del pensamiento
social. De esta manera, las representaciones sociales sintetizan todo tipo de
explicaciones enmarcadas en lo social y en consecuencia, hacen referencia a un
tipo específico de conocimiento que juega un papel crucial sobre cómo la gente
piensa y organiza su vida cotidiana: el conocimiento del sentido común.

Estudiamos las RS, ya que constituyen sistemas cognitivos en los que es posible
reconocer la presencia de estereotipos, opiniones, creencias, valores y normas
que suelen tener una orientación actitudinal positiva o negativa. Y es en la dimen-
sión de lo simbólico donde observamos que las RS se orientan como sistemas
de códigos, valores, lógicas clasificatorias, principios interpretativos y orienta-
dores de las prácticas sociales, en otras palabras, lo que llamamos conciencia
colectiva, la cual se rige con fuerza normativa en tanto instituye los límites y las
posibilidades de la forma en que las mujeres y los hombres actúan en el mundo.

Así, con todo lo expresado, decimos que las RS constituyen modalidades de


pensamiento práctico orientadas hacia la comunicación, la comprensión y el
dominio del entorno social, material e ideal. Refieren a una interpretación del
sujeto inserto en un contexto determinado y constituye una simbolización del
objeto representado, como forma de conocimiento social, caracterizada por las
propiedades siguientes:

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 65


a. Es socialmente elaborada y compartida.
b. Apunta a un fin práctico de organización de la información, y de orientación
de los comportamientos y las comunicaciones.
c. Establece una visión de la realidad común (vida cotidiana) de un grupo
social dado.

Posiblemente en este momento usted se pregunta sobre cuál es la función de


las representaciones sociales. A grandes rasgos, tienen funciones declarativas,
instrumentales y explicativas. Donde la primera refiere a describir y dar signifi-
cado al fenómeno social por el que la ciencia popularizada aparece relevante;
el segundo concepto contempla la dimensión de práctica social misma, y la
última proporciona una comprensión cotidiana de sus razones subyacentes. Inte-
grada en sistemas morales preexistentes, las representaciones sociales cumplen
una función de justificación añadiendo fuerza a las convicciones ideológicas.

A modo de ejemplo:

El concepto de “problemas de aprendizajes” dentro de una sociedad puede ser


visto como una representación social porque abarca la introyección que las perso-
nas hacen en su vida cotidiana sobre sucesos concretos y sobre conceptos e imá-
genes que perciben en el entorno en que se desenvuelven y que están mediadas
principalmente por los medios de comunicación quienes se encargan de expandir
toda la información que en relación convenga suministrar para convencer; por eso
se ve a diario en los noticieros y en algunos programas televisivos. Con el paso
de los años y de una época a otra, el concepto y la importancia se transforma
exigiendo nuevos parámetros. Asimismo, todo esto incide en la forma que la gente
tiene de afrontar y entender su vida en este ámbito y en el camino a seguir.

Esto quiere decir que los argumentos constituyen, en un sentido amplio, las repre-
sentaciones sociales de la sociedad. Esto les imprime un carácter específica-
mente social precisamente por ser producidas por sujetos en ámbitos cotidianos.

Asimismo en esta producción de las RS, las mismas están fuertemente deter-
minadas por la organización política, cultural, y económica de las formaciones
sociales. Desde ese marco se elaboran los textos, los mitos, las ideologías y
todo sistema de representación que, a su vez, dependen de las situaciones con-
cretas que experimentan los sujetos de una sociedad, expresando juicios y apre-
ciaciones de la realidad.

A continuación se le invita a elaborar la primera actividad del módulo.

Por último, seguramente usted pudo ya dilucidar que las representaciones socia-
les se adquieren en la interacción de un orden y una temporalidad que varía de
acuerdo a las diferentes circunstancias de cada sujeto, que enlazan los sentidos
y necesidades que dan cuenta de lo que siente, quiere y piensa un sujeto social
ante una determinada realidad concreta.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.66


Enfoque psicosocial e intervención desde la psicopedagogía

Partimos de la concepción que la psicopedagogía se ocupa de las característi-


cas del aprendizaje humano, en tanto el modo de aprender, cómo varía el mismo
y se encuentra condicionado por diferentes factores, entre ellos lo referido a los
procesos culturales que indicen en el desarrollo y constitución de la subjetividad
de los sujetos. A partir de ello, podemos dar respuesta a cómo y por qué se
producen las alteraciones del aprendizaje; cómo reconocerlas y tratarlas, qué
responsabilidad subyace a los diferentes actores de una comunidad; lo que per-
mitirá posicionarnos desde un qué hacer para prevenir y promover procesos de
aprendizaje que tengan sentido para los participantes (Müller 2008).

Pensar desde la psicopedagogía, es tratar de encontrar los “estilos” particulares y las


fracturas que caracterizan la relación con el conocimiento-desconocimiento de cada
uno de los sujetos sin desconocer su condición de ser emergente de un grupo social.

Para Janin (2013) intervenir en psicopedagogía, es tomar parte en el asunto, invo-


lucrarse, tener un lugar ante el sufrimiento. Las prácticas de intervención están
siempre ligadas a una demanda y con la intensión de generar cambios, las mismas
pueden darse en variadas situaciones y relacionarse con una diversidad de nece-
sidades que demandará una nueva lectura de modo que permita contextualizar la
misma como necesidad sostenida desde marcos epistemológicos y metodológicos
que guían la acción dentro de los espacios sociales a los que pertenece el sujeto.

Si bien existen variadas formas de intervención, es necesario tener en cuenta los


aspectos psicosociales desde el contexto familiar de pertenencia, como soporte
subjetivo indispensable, por lo que será la subjetividad de cada sujeto la encar-
gada de atravesar todo proceso educativo.

Así, su rol profesional deberá orientarse a actuar acompañando sujetos en pro-


cesos de aprendizajes, apostando a su realización personal y social y propo-
niendo posibles alternativas de solución.

Todo intento de promover un aprendizaje saludable implica mucho más que la


aplicación de una serie de técnicas sino que además requiere de una perspec-
tiva teórica que se conjugue en la ejecución de acciones concretas.

Abordaje y propuesta de trabajo: El grupo operativo

Como sabemos, Enrique Pichón Riviere, considera a la Psicología social como


una crítica de la vida cotidiana y es en esta permanente interrogación de lo coti-
diano, que se cuestionan nuestras prácticas en tanto tienden a naturalizarse.
En este sentido en cuanto a los conflictos sociales la psicología social no pone
su acento en la familia, lo pone en la interacción entre la familia y la sociedad”
(Pichón Riviere, E., 1985)

El Esquema conceptual referencial y operativo (ECRO) de acuerdo a la definición


de su autor, es un conjunto organizado de conceptos generales, teóricos, referi-
dos a un sector de lo real, a un determinado universo de discurso, que determi-
nan una aproximación instrumental al objeto particular-concreto.

Es importante considerar que la noción de ECRO se funda en el método dialéctico.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 67


Mundo interno / Mundo externo: Los procesos psíquicos se comprenden como
una interrelación entre lo interno y lo externo. (Una suerte de reconstrucción
interna por parte de sujeto de una red vincular externa que produce).

Individuo / Grupo. Necesidad / Satisfacción. Para satisfacer sus necesidades,


el sujeto se vincula con otro. La necesidad es la que produce los vínculos y así
supera la oposición de los contrarios.

Bajo el método dialéctico el ECRO, se define como un esquema conceptual ya


que supone una visión global y totalizadora de la realidad grupal. Es un instru-
mento para la aprehensión de la realidad; donde lo referencial significa al campo
que se quiere abordar, y lo operativo conlleva a la acción, tarea en dicho abor-
daje, es decir el modo en que ese grupo recorrerá un camino orientado siempre
al cambio. En otras palabras, un grupo será operativo solo si produce cambios,
tanto en la historia singular de cada miembro como en el aquí y ahora grupal, lo
que supone que a través de la tarea se elaboren las diferentes ansiedades que
ocasionan situaciones nuevas, lo que conformaría la tarea implícita.

Ante los cuestionamientos e interrogaciones sobre lo cotidiano, se ponen en tela


de juicio lo institucional y sus relaciones.

La institución no es más que otro hecho social donde, de acuerdo a Berger y Luc-
kmann, la transmisión del significado dentro de las mismas se basa en el conoci-
miento social y se transforma en soluciones permanentes para problemas perma-
nentes dentro de una comunidad. Los actores aprenden sistemáticamente estos
significados, lo cual pone en evidencia la necesidad de un proceso educativo que
inscriba sus significados de manera indeleble en la conciencia del individuo.

Castoriadis (1995), dirá que la institución es una red simbólica en la que se


combinan dos variables, un componente funcional y otro imaginario. Así, todas
las instituciones poseen un juego de fuerzas en tensión constante. Por un lado
encontraremos lo instituido que estará dado por lo establecido, lo determinado
y representa una fuerza que tiende a perpetuarse de un modo determinado,
conservador, resignado, en contra de todo cambio. Lo instituyente será aquella
fuerza renovadora que oponiéndose a lo instituido, será portadora de la innova-
ción, el cambio y la renovación.

Grupo

Un grupo es un conjunto restringido de personas que comparten tiempo y espa-


cio a la vez que las mismas se articulan con su mutua representación interna.
Dicho grupo se propone implícita y explícitamente una tarea que refiere a su
finalidad, lo que conlleva a la interacción a través de complejos mecanismos de
asunción y adjudicación de roles.

La psicología social pronunciada por Riviere considera que la meta de los


grupos operativos es aprender a pensar. Donde necesariamente, para aprender
a pensar, el individuo necesita del otro. Pensar, es pensar en grupo.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.68


Sobre los Roles

De acuerdo a Riviere, el rol se considera como un modelo organizado de con-


ducta, que se relaciona con la posición del individuo en una red de interacciones
ligado a sus propias expectativas y a la de los otros. En este sentido y por una
parte, el rol contempla el desempeño de una persona en una situación dada, es
decir la manera en que una persona demuestra lo que se espera de su posición;
y por otra, surge el concepto de status, que refiere a la identificación social que
establece la relación de un individuo con los otros, dentro de la trama de los
vínculos sociales.

Encontramos así, tanto roles formales o prescriptos, que serán aquellos que
están determinados por la posición que ocupa un sujeto en una institución; y
roles informales cuando los sujetos juegan un papel dependiendo de la red de
interacción grupal.

De acuerdo a Rieviere, en el interjuego de roles se destacan como prototipos: El


Portavoz, el chivo emisario, el líder, el saboteador. Donde el portavoz es “el miem-
bro que denuncia el acontecimiento grupal, las fantasías que lo mueven, las ansie-
dades y necesidades de la totalidad del grupo”, es la persona que habla por todos.

El chivo emisario es aquel miembro del grupo en el cual se proyectan aspectos


negativos o atemorizantes. En la otra cara encontramos al líder, en quien los
miembros del grupo depositan solamente aspectos positivos.

El saboteador se encargara de dificultar el cambio y atentará contra la tarea.

Ante el abordaje de un grupo que no es operativo, encontramos al Coordina-


dor. La forma de coordinación de un grupo determinado, dependerá tanto del
estilo personal del coordinador, como de la actividad que ese grupo tenga que
desarrollar y de los objetivos implícitos y explícitos de la institución. El coordina-
dor debe ser un co-pensador, ya que su función consiste en crear, mantener y
fomentar la comunicación, a través de un desarrollo progresivo, donde coinciden
didáctica, aprendizaje y operatividad.

Para cerrar, el grupo operativo es una técnica de enseñanza que inició Riviere
(Quiroga, 2005) la que dice que “es un conjunto de personas con un objetivo
común al que integran operando en equipo”.

El coordinador debe tomar en cuenta el ECRO de cada persona. Es decir el


esquema referencial que constituye una integración unitaria del mundo y del
cuerpo, para así poder construir un ECRO grupal.

El objetivo del grupo operativo es el de modificar, transformar, accionar apren-


dizajes y estructuras de cada uno y del grupo en general. Cabe mencionar en
este punto aquellos ejes que nos permiten llevarlo adelante: la Integración, los
Intereses y los objetivos comunes, la Permanencia, y por último la Motivación.

En este momento se recomienda la lectura del siguiente material de


esta materia: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.853/
pr.853.pdf que contempla y esgrime el modelo de grupo operativo en la
enseñanza escolar IC 1.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 69


Problemas y demanda actuales a la psicología social: herramientas para el psi-
copedagogo

Entendemos que la demanda social es el lugar de inicio en lo que respecta a


la indagación psicosocial. En tal sentido, será lo que se denomina malestar el
primer nivel de registro para acceder y definir la demanda.

Así, pensamos que las demandas de apoyo, intervención, reclamo, etc., se pro-
ducen por un quiebre que expresa desproporción en las relaciones sociales
expresando una tensión que señala cierta necesidad de abordaje.

Leer la demanda conlleva pensar en diferentes niveles de análisis de la misma:

1- Nivel empírico, expresado por los obstáculos visibles, pero no permiten


representación de los mismos (quejas, miedos, etc.).
2- Nivel de desarrollo, que refiere a un nivel técnico de análisis de las dificulta-
des. Orientado a elaboraciones de planes y estrategias.

Básicamente el análisis de la demanda conlleva tareas de observación, escu-


cha, cuestionamientos, que permitan una articulación de lo acontecido, en tanto
vivencias de los procesos grupales en su contexto, que revelan las condiciones
concretas de existencia de los sujetos; de tal manera que superen la simple reco-
lección de datos para acercarse al desarrollo de marcos teóricos sobre aspectos
significativos de los fenómenos que se aborden.

Ahora bien, cuando pensamos en la historia reciente, los cambios sociales defi-
nen un contexto complejo y cambiante, que demanda al científico social a ampliar
su horizonte filosófico, teórico y metodológico en el abordaje de los mismos.

Es así que el estudio de las representaciones sociales permite al profesional de


la psicología comprometerse a la transformación social, es decir, con la ruptura
de prácticas tradicionales que impiden, limitan y coaccionan el papel de las inter-
venciones posibles, y con el objetivo de contribuir a la transformación progresiva
de las estructuras sociales que vulneran, empobrecen y excluyen a los margina-
dos y empobrecidos por el “status quo”.

Entonces, ¿cuál debería ser el papel del psicopedagogo ante los actuales proble-
mas sociales? ¿Qué herramientas/recursos aporta a su rol el enfoque psicosocial?

Por consiguiente, desde la psicología social se debe partir de la realidad actual


para producir conocimientos, es decir, actualizar los marcos de referencia que
orientan su práctica, tomando en cuenta los aportes de la literatura filosófica y
psicológica clásica, pero sin descontextualizar su práctica, produciendo teoría y
conocimiento, como así también herramientas que permitan el abordaje de las
diferentes problemáticas actuales.

En lo expresado anteriormente, nace la pregunta, ¿cómo podría el profesional del


campo social contribuir a una psicología social emergente, de vanguardia en su
propio contexto? En primer lugar, ya es tiempo que rompamos la pasividad intelec-
tual, que tomemos un papel activo en nuestra historia, encarnando un movimiento
científico que contribuya desde su parcela de conocimiento al cambio social.

En este marco, partiendo de la importancia del estudio de la Representación


Social, y teniendo en cuenta las diferentes demandas sociales, planteamos ahora
el pensar específicamente sobre la praxis del campo de la psicología social.
En este marco definimos la Intervención Psicosocial (IPS) como una disciplina
dentro de la Psicología Social que trata de comprender, predecir y cambiar los
procesos psicosociales para mejorar la calidad de vida.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.70


Así usted podrá encontrar que las características de la IPS se relacionan con los
siguientes aspectos:

• Diversidad Paradigmática: sabiendo que un paradigma científico es un con-


junto de reglas que indican cómo se debe hacer una ciencia, y que puede
ser sustituido por otro. Entonces, la ciencia se entiende como un conjunto
de paradigmas que coexisten, lo que conlleva una diversidad teórica y, por
tanto, una diversidad metodológica para hacer ciencia.
• Importancia de la emoción: Reglas culturales de la emoción: la cultura nos
dice cómo expresar ciertas emociones
• De lo simple a lo complejo: pensar desde la Teoría de la Complejidad con-
siderando que existen una multitud de variables que están interactuando.
La complejidad está asociada a la naturaleza de las interacciones, no con el
número de variables.
• Rol Comunitario: la investigación social debe estar orientada a la utilidad
social, investigar para ayudar a la comunidad mediante la intervención.
• Acción y Comportamiento Colectivo: La intervención debe estar orientada al
cambio cognitivo y también al cambio comportamental, se trata de un com-
portamiento colectivo, con una intencionalidad.

Retomando el concepto de IPS, es necesario esclarecer que hay una preocu-


pación por desarrollar una disciplina que contribuya al bienestar de la sociedad
(esta idea se amplía a la ciencia en general). Tres características actuales:

La intervención Psicosocial como objeto de estudio; donde el núcleo de las


investigaciones tiene como finalidad la intervención, estudiando problemas con-
cretos que requieran investigaciones específicas y se desarrollan procedimien-
tos para intervenir y evaluar la intervención.

Al pensar en el compromiso comunitario que orienta toda práctica profesional


en lo social, se parte de que la intervención supone comprometerse profesio-
nalmente a intentar resolver problemas sociales. En toda intervención hay una
carga de valor, intervenimos de una forma y no de otra porque lo consideramos
mejor. Así, se escogen los objetivos que se consideran más deseables que otros y
algunas técnicas de intervención determinadas porque se opina que son mejores
que otras, sobre todo si tenemos presente que no toda intervención se basa en
criterios científicos, ya que hay factores externos de naturaleza física o social que
están interviniendo, tales como valores, normas, condiciones ambientales, etc.

Usted debe pensar que desde esta perspectiva se trata de resolver problemas
sociales teniendo en cuenta; el contexto en el que se está, lo que conlleva a que
se deba adaptar la intervención a dicho contexto y a la colectividad (intervención
hecha por y para el colectivo). Así las transformaciones sociales que se buscan
normalmente tienen que ver con la salud (aumentar la salud a nivel social) y con
la prestación de servicios sociales (mejorar los servicios sociales).

De esta manera, planteamos orientarnos hacia el prevenir y resolver los proble-


mas y necesidades que tiene la comunidad. Es decir, consiste en dotar y fortale-
cer a los sujetos de una comunidad, orientando la solución desde el desarrollo
de acciones que actúen sobre el control del medio y de los cambios sociales. El
principal objetivo que se consigue con esto es prevenir trastornos emocionales
y conductuales y promocionar la salud y el bienestar.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 71


Por todo esto usted sabrá que intervenir desde un punto de vista social, demanda
estudiar la relación entre la persona y el entorno (socio - físico), en otras palabras
hemos de estudiar la conducta.

Básicamente planteamos el principio de emancipación de una psicología com-


prometida con el bienestar, lo que es sencillamente la solución de los proble-
mas prácticos, tanto a nivel individual como supra-individual (grupal, comunitario,
organizacional, etc.). Cuando hablamos de intervenir estamos hablando de una
actividad presidida por la solución de un problema práctico que abordamos con
la inexcusable e imprescindible ayuda de una determinada estructura conceptual.

De esta manera intervenir no refiere a ensayar sobre el papel la posibilidad de que


determinados modelos teóricos funcionen, sino ponerlos en marcha para cambiar
una determinada realidad: “los objetivos planteados en la Intervención Psicosocial
se orientan a reducir o prevenir situaciones de riesgo social y personal, y contribuir
al desarrollo de acciones cuya intención es la solución de problemas concretos que
afectan a individuos, grupos y comunidades” (Hernández y Valera, 2001)

Cabe mencionar que nuestro lugar en la intervención es y no es el “lugar”, ya


que plenamente ubicados en él, puede generar aspectos invisibles de dicha rea-
lidad al resultarnos familiar y cotidiano la situación; por el contrario, intervenir
muy “de afuera” puede permitirnos no comprenderlos. La posible solución a
estos cuestionamientos giran en torno a: poder sostener cierta distancia instru-
mental en tanto control de las propias emociones; hacer explícito nuestro punto
de vista (objetivar); y reflexionar como sujetos emergentes que somos en tanto
producto histórico, social, y de necesidades.

A continuación le invitamos a realizar la actividad 2.

Finalizando con todo lo mencionado, y teniendo en cuenta los diferentes ejes


desarrollados a lo largo de cada módulo, usted ya dispone de recursos teóri-
cos para comprender que la Psicología Social es una construcción de conoci-
mientos, temporal, que se orienta a analizar y abordar las diferentes relaciones
sociales (tramas vinculares) impregnadas de acuerdo a un orden socio-histórico
en que se definen objetos de conocimientos, configurando así representaciones
sociales. Desde esta perspectiva procesal, observamos los lazos que se estable-
cen en los sujetos y la realidad construida.

En resumen, al pensar en los componentes, elementos y propiedades


expresados en el párrafo precedente, entendemos que la vida cotidiana
es el ámbito donde se construyen las tramas sociales ya que refieren a
los diferentes sucesos y vínculos que definen una situación; a la vez este
ámbito (vida cotidiana) está entramado en un orden social-histórico, es
decir que la cotidianidad construida por los sujetos se plasma en un con-
texto que comúnmente llamamos sociedad. Dicho orden está circuns-
cripto al rol que cumplen las instituciones.

En otras palabras, son las instituciones de la sociedad donde se define


y materializa el contexto socio histórico de producción de las tramas vin-

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.72


culares y psicosociales donde se manifiestan los diferentes sentidos que
nos constituyen, tanto como sujetos sociales, como así también nuestras
relaciones con la realidad misma, ya que las representaciones sociales
condensan significados del mundo en el que vivimos.

Invitamos a realizar la tercera parte de la evaluación.

Para terminar tienen a disposición el video de cierre de la materia.

Podrá visualizar el video presentación desde su plataforma

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 73


m3 |contenidos IC

información complementaria 1

Sistema, grupo y poder


Psicología Social desde Centroamérica (II)

Ignacio Martín-Baró

Capítulo 3
El grupo Humano

1. El significado de grupo
La vida cotidiana presenta una gran diversidad de formas como se relacionan
las personas a las que aplicamos el mismo término de grupo. Grupo es una familia y el
conjunto de nuestros amigos, grupo son los alumnos de una escuela, los bañistas en
una playa, los soldados de un batallón y los miembros de una determinada clase
social. Todas estas entidades humanas tienen en común el que involucran a varias
personas; pero, fuera de la pluralidad de individuos, es difícil encontrar algún elemento
común a todas ellas. Grupo es, por tanto, un término muy abstracto que remite a
realidades diferentes. Más aún, el hecho de que se aplique el mismo término de grupo
a situaciones humanas aparentemente semejantes, pero en el fondo muy distintas, nos
alerta sobre el peligro de caer en un puro moninalismo, es decir, en creer que el hecho
de aplicar un término o nombre ya convierte en real lo nombrado. De ahí la necesidad
de lograr una precisión conceptual mayor si pretendemos que el término "grupo" sea
más que un simple nombre y exprese un carácter propio de los fenómenos
psicosociales. Veamos algunos ejemplos:
 Padre, madre y dos hijos adolescentes cenan en silencio, sin hablarse más
palabras que las estrictamente necesarias para pasarse la comida. Ciertamente,
forman un grupo familiar en el acto de cenar juntos. Comparémoslo con otras
cuatro personas, en todo equivalentes, que coinciden en la mesa de una
cafetería en la que sirven comidas rápidas; las cuatro comen sin dirigirse más
palabras que las necesarias para pasarse la sal, la salsa de tomate o las
servilletas. ¿Se trata también en este caso de un grupo?
 Los alumnos de un curso de bachillerato ven en su aula de clase una película
sobre la que tienen que hacer un trabajo escolar. A unas cuadras de distancia,
un centenar de espectadores ve la misma película en un cine público. ¿Puede
hablarse de grupo en el mismo sentido en ambos casos? ¿Forman los
espectadores del cine público un verdadero grupo?
 Por la calle pasa temprano en la mañana un batallón de soldados desfilando y
cantando. Horas más tarde, por la misma calle circula una gran cantidad de
transeúntes. No parece haber mucha duda sobre que los soldados formen un
grupo. Pero, ¿se trata también de un grupo en el caso de los transeúntes?
Se habla de los grupos profesionales de una ciudad o país, como los médicos o
los ingenieros, a pesar de que lo más seguro es que muchos de ellos ni se conozcan
ni se relacionen entre sí. Se alude también al grupo de quienes constituyen una

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.74


determinada clase social, por ejemplo, el proletariado, aunque es posible que ni
siquiera los propios interesados sepan que forman parte de esa clase, es decir, que no
tengan conciencia de ello.
Los ejemplos podrían multiplicarse. Pero el hecho es que, desde los grupos más
pequeños hasta los grupos más amplios, la realidad del grupo como tal es menos
evidente de lo que suele asumir el sentido común. No tenemos inconveniente en
calificar a la familia, los alumnos de la clase o el batallón de soldados como grupos
reales; pero sentimos más dudas a la hora de atribuir el mismo carácter a los clientes
de la cafetería, los espectadores del cine o los transeúntes urbanos. De aquí que la
utilización indiscriminada del término grupo para realidades tan distintas pueda servir
de filtro ideológico que asimile unilateral o distorsionadamente la diversidad de
naturaleza y sentido de los grupos que existen en cada circunstancia histórica y que
tienen un significado social real. Algo así ocurre, por ejemplo, cuando en El Salvador
las grandes corporaciones empresariales incluyen entre las "empresas privadas" tanto
a las grandes industrias y comercios, con más de 300 trabajadores, como al taller de
costura donde trabajan tres o cuatro mujeres, como si se tratara de un solo grupo con
los mismos caracteres e intereses sociales.
El diccionario de la Real Academia (1970, pág, 679) define el término grupo
como aquella "pluralidad de seres o cosas que forman un conjunto, material o
mentalmente considerado". Grupo es, por tanto, un conjunto de varios seres, la unidad
de la pluralidad. Al parecer, el término se origina en el italiano groppo o gruppo, que
era un vocablo técnico para designar la presencia de varios individuos en una obra de
pintura o escultura formando un solo sujeto temático. El término se introduce en
castellano hacia 1734 para designar la reunión de varias personas (ver Corominas,
1967).
Que un grupo debe estar constituido por una pluralidad de individuos es una
condición esencial que nadie cuestiona, aunque haya algunas discrepancias respecto
a los límites numéricos tanto por abajo como por arriba. Así, por ejemplo, no se suele
pensar en un grupo cuando se trata de dos personas: si se habla de un "grupo
familiar", se piensa en padres e hijos y quizás en otros parientes; en cambio, si se trata
únicamente de los cónyuges, se suele hablar de "un matrimonio" más que de un
"grupo familiar". Ahora bien, en principio y tal como lo indica la definición del
diccionario, se podría considerar como grupo casi cualquier pluralidad de individuos,
desde una pareja o grupo de dos hasta la totalidad de la humanidad, "el grupo
humano"; todo depende de la perspectiva adoptada, es decir, del criterio unificador
empleado. De acuerdo con la definición ofrecida, ese criterio puede ser tanto una
consideración material como mental, algo que esté en la misma realidad, como algo
que esté sólo en nuestra cabeza. En otras palabras, tan calificables como grupo serían
aquellos que se encuentran unidos en el espacio y en el tiempo (varios sujetos que se
encuentran en una misma habitación, por ejemplo), como aquellos que simplemente
son unidos por una consideración mental (por ejemplo, los médicos de El Salvador).
Este planteamiento puede ser válido desde un punto de vista lingüístico, pero
no lo es desde un punto de vista psicosocial. Entre "un grupo familiar", "el grupo de
médicos de El Salvador" y "el grupo humano" hay diferencias tan abismales, que
reducirlas al mismo denominador de grupo sólo puede inducir a confusión. Robert
Merton establece una primera distinción entre grupo, colectividad y categoría social

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 75


que puede ayudamos a iluminar este punto. Para Merton (1980, pág. 366), un grupo
sólo lo constituye "un número de personas que interactúan entre sí de acuerdo con
esquemas establecidos". Así, pues, además de la pluralidad de individuos, Merton
establece dos condiciones necesarias para que se dé la unidad que determina que
esos individuos formen un grupo: que interactúen entre sí y que lo hagan de acuerdo
con unos esquemas establecidos o normas. Estas dos características le permiten
diferenciar a los grupos de las colectividades y de las categorías sociales. Constituyen
una colectividad aquellas personas que comparten valores y actúan de acuerdo a unas
normas establecidas, pero que no interactúan entre sí. Por ello, todos los grupos son
colectividades, pero no todas las colectividades forman grupos. Todos los miembros
de un ejército, por ejemplo, pueden formar una colectividad, ya que puede suponerse
que comparten los mismos valores y actúan de acuerdo a unos esquemas
determinados; sin embargo, como no todos ellos actúan entre sí, no pueden ser
considerados como un grupo de hecho. Finalmente, las categorías sociales, según
Merton (1980, pág. 381), son aquellos agregados de status sociales, cuyos ocupantes
no están en interacción; aunque tienen características sociales semejantes -por
ejemplo, la edad, el sexo, el estado civil-, no están necesariamente orientados por
unas normas comunes y peculiares (ver Cuadro 8).
Cuadro 8
Conjuntos humanos según Merton
Normas comunes
Interacción No Sí
No Categoría social Colectividad
Sí ¿? Grupo
Fuente: Merton (1980).

La distinción de Merton, que retoman otros psicólogos sociales como Hollander


(1971), establece que no cualquier unidad de una pluralidad debe ser considerada
como un grupo, sino sólo aquel tipo de unidad que se da cuando los individuos
interactúan entre sí y comparten unos esquemas o normas de interacción. Lo valioso
de este planteamiento estriba precisamente en su formalidad, es decir, en el hecho de
buscar una especificidad a la unidad grupal y, por tanto, en precisar que no cualquier
tipo de unidad entre varias personas puede ser considerado como un grupo humano
desde la perspectiva psicosocial. Sin embargo, los criterios concretos mencionados
por Merton son quizás menos claros de lo que pudiera parecer a primera vista. ¿Qué
significa interacción? ¿Supone la interacción un contacto físico o puede hablarse de
interacción siempre que se produzca una relación o un influjo directo entre las
acciones de varios individuos, están o no en contacto físico? ¿Hay interacción, por
ejemplo, entre el director de una empresa y aquellos trabajadores con los que él no
despacha directamente, pero cuya actividad decide con sus planes y órdenes? No se
trata de debatir aquí si la interacción es o no una condición necesaria para la
existencia psicosocial de un grupo: lo que se afirma es que la interacción misma
necesita ser definida si se quiere precisar qué tipo de relaciones entre las personas
generan la realidad de un grupo humano.
Más cuestionable resulta todavía el otro criterio mencionado por Merton: la
comunidad de esquemas de comportamiento. Afirmar que sólo existe un grupo cuando

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.76


se da una comunidad de normas presupone que la realidad comportamental del grupo
es unimodal y funcionalmente consistente, supuesto quizás aceptable en grupos
pequeños, pero muy discutible para grupos más amplios o para grupos complejos. Con
todo, el que una delimitación conceptual de lo que es o no es un grupo nos parezca
más o menos adecuada, no quita la necesidad de especificar alguna delimitación de
tal modo que se precise qué aspectos unificadores dan origen a la realidad grupal y
cuáles no.
El problema fundamental sobre la naturaleza de los grupos reside, pues, en los
criterios de unidad, es decir, en definir aquel carácter integrador de una pluralidad de
individuos que los analistas tradicionales denominaban mente grupal. Son muchos los
criterios propuestos para establecer la naturaleza del grupo humano. A fin de dilucidar
cuál de esos criterios es más adecuado habrá que ponderar no sólo su capacidad para
dar cuenta de la multiplicidad de grupos que históricamente aparecen en cada
sociedad, sino su valor para distinguir entre ellos y para discernir aquellos que de
hecho son más importantes y significativos.
Puesto que todos estamos involucrados en una diversidad de grupos donde
radican y desembocan nuestros intereses, el análisis sobre la naturaleza de los grupos
humanos necesita una particular transparencia ideológica, que no se cifra tanto en
pretender abstraernos de nuestra ubicación histórica, cuanto en asumirla
conscientemente y dar razón de ella. Según Didier Anzieu (1978), la imagen del grupo
despierta en las personas tanto la esperanza de satisfacer sus deseos como la
angustia que surge de la confrontación con los otros. Por ello, como acota Armando
Bauleo (1983, Pág. 17), "el grupo es la construcción ideológica por excelencia, a
través de la cual se pueden poner de manifiesto los diferentes mecanismos en juego
de una ideología". En un país como El Salvador, donde la confrontación social ha
agudizado esa vivencia del grupo como objeto al mismo tiempo de expectativas y de
angustia, el término "organizarse" en grupo ha llegado a significar la incorporación de
las personas a las organizaciones populares o revolucionarias: "estar organizado", ser
"un organizado", se refiere a formar parte de algún grupo insurgente.

2. Enfoques psicosociales sobre el grupo

2.1. Seis criterios para definir un grupo


Las principales caracterizaciones de los grupos en psicología social pueden
sintetizarse, según Marvin E. Shaw (1980), en seis enfoques. Cada uno de los
modelos enfatiza un criterio para la existencia de un grupo, aunque con frecuencia se
añaden otras condiciones necesarias. Los seis criterios privilegiados por estos
modelos son: (a) la percepción de los miembros; (b) una motivación compatible; (c)
metas comunes; (d) una organización; (e) la interdependencia; y (f) la interacción.
a) Para algunos psicólogos, la realidad de un grupo requiere que los individuos
tengan alguna conciencia sobre los vínculos que les unen entre sí. Sólo cuando los
individuos se perciben a sí mismos como relacionados con otros pueden actuar en
función de esa relación, es decir, como miembros de un grupo y no como simples
individuos. Cuando las personas son conscientes de la relación (y actúan en
consecuencia) el grupo empieza a tener realidad psicosocial.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 77


M. Smith y Robert R. Bales serían representantes característicos de este enfoque.
Según Smith, un grupo social es "una unidad consistente en un cierto número de
organismos separados (agentes) que tienen una percepción colectiva de su unidad
y que poseen capacidad para actuar y/o actúan efectivamente de un modo unitario
frente a su medio ambiente" (Shaw, 1980, pág. 21). Como puede verse, Smith
postula dos condiciones necesarias para la existencia de un grupo: la percepción
de la unidad y la acción unitaria. Sin embargo, la percepción sería la condición
primordial para el surgimiento de un grupo, ya que estaría a la base de la acción en
cuanto unitaria y daría origen al grupo, incluso aunque sólo hubiera la capacidad
para una acción de ese tipo.
b) Un grupo humano existe, afirman otros científicos sociales, en la medida en que
responde a las necesidades de los individuos que lo conforman. La condición
esencial para la existencia de un grupo radica en las necesidades y motivaciones
de las personas que les llevan a buscar su satisfacción a través de la relación con
otras personas. Bemard M. Bass (1960, pág. 39), por ejemplo, afirma que un grupo
es aquel "conjunto de individuos cuya existencia como conjunto es gratificadora
para los individuos". De ahí que el grupo familiar tienda a desintegrarse tan pronto
como sus miembros encuentran que ya no responde a sus necesidades: los padres
se divorciarán, los hijos seguirán su propio camino. Así, pues, este enfoque
enfatiza las motivaciones de los individuos; son esas motivaciones las que llevarían
a buscar relaciones con otros y las que, en caso de no ser satisfechas, les
impulsarían a romper las relaciones de conjunto.
c) Para ciertos analistas, el elemento que unifica a una pluralidad de individuos en un
grupo es tener un objetivo común. La diferencia con el modelo anterior es quizás
pequeña, pero importante: en un caso, no se trata de que todos los individuos se
unan por las mismas motivaciones, sino de que las motivaciones propias de cada
individuo sean satisfechas por el grupo, aunque sean distintas. Padre, madre e
hijos pueden tener distintas motivaciones para mantener el grupo familiar, pero los
tres permanecerán como grupo en tanto esas motivaciones sean satisfechas. Por el
contrario, lo que el presente enfoque asume es que la realidad grupal surge de la
búsqueda de un objetivo común, de una misma meta, por parte de varios
individuos. T. M. Mills (1967, pág. 2), por ejemplo, define a los grupos pequeños
como "unidades compuestas por dos o más personas que entran en contacto para
lograr un objetivo y que consideran que dicho contacto es significativo". Varios
trabajadores se unen a fin de confrontar a los propietarios de la empresa en que
trabajan y así lograr una serie de reivindicaciones laborales. Lo que les une en un
sindicato es el objetivo común de conseguir un aumento salarial o mejores
prestaciones, meta que requiere precisamente la fuerza de la unidad grupal.
d) Un buen número de psicólogos y sociólogos mantiene que el elemento unificador
que genera la realidad del grupo no hay que buscarlo tanto en las características
de los individuos -percepción, motivaciones, objetivos- cuanto en la estructuración
organizada de sus relaciones mútuas. El elemento unitario no estaría por
consiguiente en alguna característica común a todos los individuos, sino en un
ordenamiento peculiar y más o menos estable de los vínculos entre ellos. Sherif y
Sherif (1975, pág. 118), por ejemplo, definen al grupo como "una unidad social que
consta de una cierta cantidad de individuos que tienen unos con otros relaciones
de rol y de status, que se han estabilizado en cierto grado en ese momento, y que

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.78


poseen un conjunto propio de valores o normas que regulan su comportamiento, al
menos en asuntos que tienen consecuencias para el grupo". La naturaleza del
grupo no estaría en las partes (los individuos) sino en el todo (el grupo como tal). El
grupo familiar existirá en la medida en que alguien sea esposo, alguien madre y
alguien hijo, o cualquier otra combinación que denote la existencia de unos roles
definidos y mutuamente referidos y unas normas que regulen las relaciones entre
los miembros de la familia.
e) Según muchos, la realidad del grupo surge por la interdependencia de varios
individuos. Este enfoque subraya todavía más el hecho de que para que exista un
grupo no tiene que darse alguna característica común a todos los miembros; la
comunalidad estaría en la vinculación de los individuos entre sí que les hace
dependientes unos de otros. Los miembros de un equipo pueden tener distintas
motivaciones para jugar e incluso perseguir distintos objetivos; pero es claro que
dependen unos de otros, ya que si falta alguno el equipo queda incompleto y lo que
hace cada uno de ellos afecta a todos los demás. Dorwin Cartwright y Alvin Zander
(1971, pág. 60), que desarrollan el planteamiento seminal de Lewin, definen al
grupo como "un conjunto de individuos cuyas relaciones mútuas les hacen
interdedependientes en algún grado significativo". El carácter definitorio de los
grupos sería la interdependencia de sus miembros, lo cual permitiría distinguir tipos
de grupos según la naturaleza y la extensión de esa dependencia mútua.
f) Finalmente, muchos autores consideran que el carácter esencial para la
constitución de un grupo es la interacción de varios individuos: hay grupo cuando
las acciones de las personas están mútuamente referidas, de tal manera que la
acción de uno esté esencialmente vinculada a la acción de los otros y viceversa. H.
Bonner (1959, pág. 4) define al grupo como "un conjunto de personas en
interacción recíproca"; "es este proceso de interacción lo que distingue a un grupo
de un agregado". Como puede verse, Bonner sigue el planteamiento de Merton,
quien propugna que la interacción y las normas constituyen los dos elementos
necesarios para que exista un grupo. La interacción es una forma de
interdependencia y, por lo tanto, asumirla como criterio para la existencia de un
grupo supone una visión más restringida de lo que se puede considerar como
grupo.
Según Shaw (1980, págs. 24-25), todos los enfoques son válidos en la medida
en que señalan algún aspecto de la realidad grupal. Así, por ejemplo, las motivaciones
de los individuos pueden explicar por qué surge un grupo, mientras que las
percepciones de los miembros pueden dar razón de algunos de los comportamientos
grupales. Las motivaciones de un grupo de trabajadores confrontados a una situación
de crisis económica pueden explicar la formación de un sindicato incluso frente a
graves presiones ambientales. De manera semejante, la percepción que tengan de sí
mismos los miembros de una determinada secta religiosa puede hacer más
comprensibles algunos de sus comportamientos. "Pero ninguno de estos aspectos es
necesario, ni tampoco suficiente, para definir qué es un grupo" (Shaw, 1980, pág. 25).
Para Shaw, lo esencial de un grupo es la interacción e influjo mútuos; un grupo lo
constituirían "dos o más personas que interactúan mútuamente de modo tal que cada
persona influye en todas las demás y es influida por ellas".

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 79


Un análisis de los seis modelos sobre la realidad del grupo nos permite
establecer una diferenciación básica entre ellos: por un lado están aquellos modelos
que postulan como elemento unificador la existencia de un carácter común a todos los
individuos que entran como miembros del grupo; por otro, aquellos modelos que
señalan como elemento unificante algún tipo de vínculo entre las partes o miembros
del grupo. Reencontramos, así, las dos formas de solidaridad social señaladas por
Durkheim (1893/1967): la mecánica, fundada en la comunidad de elementos (las
personas piensan, sienten o actúan de la misma manera), y la orgánica, basada en la
dependencia funcional entre los miembros de una sociedad. Los tres primeros modelos
corresponden a un tipo de solidaridad mecánica: el grupo lo formarían la unidad de
percepción, de satisfacción motivacional o de objetivos. Los tres últimos modelos
corresponden más bien a formas de solidaridad orgánica: el grupo dependería de una
organización funcional, de la interdependencia o de la interacción de sus miembros
(ver Cuadro 9).
Cuadro 9
Seis modelos sobre la naturaleza de la unidad grupal
Modelos de "solidaridad mecánica:"
1. Percibirse como miembros.
2. Satisfacción de motivaciones.
3. Un objetivo común.
Modelos de "solidaridad orgánica:"
4. Una organización funcional.
5. La interdependencia de los miembros.
6. La interacción.

Examinaremos dos teorías grupales representativas de cada uno de estos dos


tipos de enfoques: la teoría psicoanalítica de Sigmud Freud como modelo de
"solidaridad mecánica", y la teoría del campo de Kurt Lewin como ejemplo de
"solidaridad orgánica".

2.2. Teoría grupal de Freud: solidaridad mecánica


La teoría de Freud sobre el grupo, relativamente poco usada por los psicólogos
sociales, está expuesta en dos obras: "Tótem y tabú" (1913/1967) y "Psicología de las
masas" (1921/1972). Desde el marco conceptual del psicoanálisis, el grupo tiene que
ser analizado con categorías psicológicas, ya que, como dice el mismo Freud a
propósito del marxismo, "tampoco la sociología, que trata de la conducta del hombre
en la sociedad, puede ser otra cosa que psicología aplicada" (Freud, 1932/1968, pág.
964). Por ello, aunque en su análisis más detallado sobre el grupo Freud parte de los
planteamientos de Le Bon (1895/1972) acerca de la conducta de las masas, termina
reflexionando sobre la configuración del yo individual; de ahí el título completo de su
obra "Psicología de las masas y análisis del yo". En última instancia, Freud considera
que la realidad del grupo debe remitirse a lo que para él constituye el eje articulador
de la configuración humana, el conflicto edípico.
Según Freud, la existencia de los grupos tiene que examinarse a la luz de dos
preguntas: (a) ¿qué es lo que vincula a los diversos miembros con el jefe o cabeza del
grupo?; y (b) ¿qué es lo que vincula a los miembros de un grupo entre si? La

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.80


respuesta de Freud es la misma para ambas preguntas: se trata de vínculos amorosos,
vínculos en verdad libidinosos, aunque los que ligan a los individuos con el jefe son
primarios mientras que los que ligan a los miembros entre sí son derivados o
secundarios. Por eso, la principal distinción que realiza Freud es entre grupos con
jefes y grupos sin ellos; estos últimos constituirían una cierta aberración.
El jefe es a los miembros de un grupo lo que el padre es a los hijos de una
familia. El deseo infantil por lograr para sí a la madre tropieza con la ley del padre, que
impone su derecho exclusivo sobre la madre e impide así la satisfacción directa de las
pulsiones libidinosas del niño. Confrontado con este conflicto edípico, el niño se
identifica con el padre e introyecta su imagen como parte de su propio yo: el padre se
convierte en el modelo interno, el "ideal del yo" que el niño trata de imitar para lograr el
objeto anhelado. Esta identificación con el padre establece un fuerte vínculo afectivo
entre ambos, vínculo no exento de ambivalencia, es decir, de una mezcla de amor y
odio.
Lo que ocurre entre los miembros de un grupo y el jefe constituye una repetición
psicosocial del conflicto edípico. Todo jefe representa una figura paterna, con la cual
se identifican todos y cada uno de los miembros de un grupo, creando así entre ellos
un vínculo libidinoso. Esto ocurre, por ejemplo, en la iglesia católica y en el ejército,
dos grupos "artificiales" que Freud toma como ejemplos, donde se produce la misma
ilusión colectiva: "la ilusión de la presencia visible o invisible de un jefe (Cristo, en la
iglesia católica, y el general en jefe, en el ejército), que ama con igual amor a todos los
miembros de la colectividad" (Freud, 1921/1972, pág. 32; ver Texto 18). Por tanto, el
elemento principal para la existencia de un grupo es la identificación de sus miembros
con un jefe o líder, al cual introyectan como ideal de su yo aceptando de este modo
sus exigencias como si surgieran de ellos mismos.
La identificación primaria con el jefe del grupo sirve de base para la
identificación de los miembros del grupo entre sí. La comunidad de lazos con el jefe
genera una comunidad afectiva. De este modo, la rivalidad y los celos que deberían
existir entre los miembros de un grupo al aspirar todos al mismo objeto se transforman,
mediante una característica formación reactiva, en amor y vínculos fraternos. De ahí
brotaría, según Freud, la exigencia de justicia e igualdad: "ya que uno mismo no puede
ser el preferido, por lo menos que nadie lo sea" (Freud, 1921/1972, pág. 57). Pero así
como la identificación con el jefe es de orden primario, la identificación con los otros
miembros es de orden secundario, dependiente de la existencia de un "ideal del yo"
común. Un grupo es, por consiguiente, "una reunión de individuos que han
reemplazado su ideal del 'yo' por un mismo objeto, a consecuencia de lo cual se ha
establecido entre ellos una general y recíproca identificación del 'yo'" (Freud,
1921/1972, pág. 53).
Cabe preguntarse por qué las personas, una vez resuelto su Edipo familiar,
necesitan buscar otras imágenes paternas con las cuales identificarse, es decir, cuál
es la pulsión que les lleva a buscar nuevos objetos de identificación libidinosa. La
razón estriba en el proceso mismo de identificación por el que se resuelve el Edipo;
este proceso nunca es totalmente satisfactorio, ya que la mezcla conflictiva de amor y
odio que el individuo experimenta hacia el padre no desaparece con la introyección,
sino que se vuelve interna y permanente. De ahí esa búsqueda insaciable de figuras

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 81


Texto 18
Iglesia y Ejército
En la iglesia -y habrá de sernos muy ventajoso tomar como muestra la Iglesia
Católica- y en el Ejército reina, cualesquiera que sean sus diferencias en otros
aspectos, una misma ilusión: la ilusión de la presencia visible o invisible de un jefe
(Cristo, en la Iglesia católica, y el general en jefe, en el Ejército), que ama con igual
amor a todos los miembros de la colectividad. De esta ilusión depende todo, y su
desvanecimiento traerá consigo la disgregación de la Iglesia o del Ejército, en la
medida en que la coerción exterior lo permitiese. El igual amor de Cristo por sus
fieles todos aparece claramente expresado en las palabras: "De cierto os digo que
cuanto le hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a Mi lo hicisteis". Para
cada uno de los individuos que componen la multitud creyente es Cristo un
bondadoso hermano mayor, una sustitución del padre. De este amor de Cristo se
derivan todas las exigencias de que se hace objeto al individuo creyente, y el aliento
democrático que anima a la Iglesia depende de la igualdad de todos los fieles ante
Cristo y de su idéntica participación en el amor divino. No sin una profunda razón se
compara la comunidad cristiana a una familia y se consideran los fieles como
hermanos en Cristo; esto es, como hermanos por el amor que Cristo les profesa. En
el lazo que une a cada individuo con Cristo hemos de ver indiscutiblemente la causa
del que une a los individuos entre sí. Análogamente sucede en el Ejército. El jefe es
el padre que ama por igual a todos los soldados, razón por la cual éstos son
camaradas unos de otros. Desde el punto de vista de la estructura, el Ejército se
distingue de la Iglesia en el hecho de hallarse compuesto por una jerarquía de masas
de este orden: cada capitán es el general en jefe y el padre de su compañía, y cada
suboficial, de su sección. La Iglesia presenta asimismo una jerarquía; pero que no
desempeña ya en ella el mismo papel económico, pues ha de suponerse que Cristo
conoce mejor a sus fieles que el general a sus soldados y se ocupa más de ellos.
Freud, 1921/1972, págs. 32-33.

paternas. Y de ahí también que la identificación con el jefe grupal sea siempre una
derivación psicológica del conflicto edípico.
En resumen, la teoría psicoanalítica mantiene que un grupo surge por la
identificación de unos individuos con otro individuo, el jefe, al que introyectan como
ideal de su yo. En base a esta identificación primaria, común, los miembros de un
grupo pueden identificarse entre sí: frente a una misma imagen paterna, todos ellos
son iguales, hermanos.
El modelo de grupo de la teoría freudiana refleja el esquema simplificado de la
familia patriarcal: como base y centro hay un paterfamilias, alrededor del cual giran los
hijos o miembros del grupo, configurando una estructura radial fuertemente jerárquica.
Hay grupo porque hay identidad de todos los miembros hacia el objeto introyectado, el
jefe. Los vínculos grupales son de orden afectivo, libidinoso, aunque ambivalentes.
Así, junto al amor hacia el jefe está el odio, más o menos reprimido, y que
eventualmente aparecerá en la rebeldía, la insurgencia o la revolución social
(Mitscherlich, 1971): junto a la solidaridad fraterna hacia los compañeros del grupo,
está la envidia y la rivalidad, siempre presta a emerger y que, por lo general, se

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.82


desplazan hacia aquellos otros grupos con los que no hay identidad y a los que se
puede reconocer como extraños.

2.3. Teoría grupal de Lewin: solidaridad orgánica


La teoría de Kurt Lewin sobre el grupo es también, como la de Freud, una
extensión de su concepción acerca de la conducta individual y, de hecho, ha sido más
bien desarrollada por sus seguidores (Lewin, 1951, 1969; Cartwright y Zander, 1971).
Kurt Lewin procedía del mismo Laboratorio de Psicología de la Universidad de Berlín
que en la década de 1920 vio nacer la psicología de la Gestalt. Lewin fue considerado
parte de ese movimiento, aunque desde un principio sus planteamientos se
caracterizaron por una cierta "heterodoxia". Con todo, también su enfoque concede la
prioridad a la totalidad frente a la parte, al sistema frente a los elementos.
A fin de lograr una adecuada representación de los procesos psíquicos, Lewin
utilizó el aparato conceptual de la topología, una especie de matemática no
cuantitativa de las relaciones espaciales, que él adoptó a su conveniencia. El concepto
más fundamental de su topología fue el de "espacio vital", con el que se refiere a todos
aquellos factores psicológicos o circunstanciales que, en cada situación concreta,
pueden determinar la conducta de un individuo. El espacio vital constituye el campo de
fuerzas en el que se mueve en cada momento un determinado individuo. El
comportamiento de una persona será en cada caso función de la particular situación
de las fuerzas en su campo o espacio vital.
En cualquier momento, el espacio vital de un individuo se compone de dos tipos
de factores: la persona y su ambiente psicológico. A este conjunto de factores Lewin
los denomina "regiones" del espacio vital, y cada región ejerce un atractivo o repulsión
sobre la persona, lo que se representa mediante "valencias" positivas o negativas. El
comportamiento de una persona siempre será una función de la interacción entre la
persona y su medio, como lo indica la conocida fórmula lewiniana c = f (p a), donde c
es la conducta, p, la persona, y a, el medio ambiente. Tanto la persona como el medio
en cuanto regiones están divididas a su vez en subregiones o regiones más pequeñas,
es decir, en la diversidad de factores psicológicos presentes en el espacio vital de un
individuo en un momento y situación concretas.
El espacio vital se encuentra en un proceso de cambio constante debido a la
relación entre la persona y su ambiente. Lewin representa este cambio constante como
un campo de fuerzas. La persona tiende a cambiar su ubicación en el espacio vital
(locomoción), es decir, a moverse de una región a otra como consecuencia del
equilibrio o desequilibrio en el sistema de fuerzas. Son los sistemas de tensión los que
generan la conducta dirigida hacia un fin y los que la mantienen hasta que se logra el
objetivo buscado y desaparece la tensión. Tensión no significa para Lewin stress
emocional, sino disposición para actuar. Mientras exista un estado de tensión, el
individuo tenderá a moverse hacia una región con valencia positiva, es decir, a actuar
para lograr un objetivo deseado.
De esta concepción se sigue una interesante hipótesis, que fue estudiada
experimentalmente por una de las primeras alumnas de Lewin, Bluma Zeigarnik:
puesto que la conducta finalista se genera por un estado de tensión y la tensión
permanece mientras no se logre la meta pretendida, las personas tenderán a recordar

10

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 83


más y mejor las tareas sin completar que aquellas ya completadas. Este fenómeno ha
recibido el nombre de efecto Zeigarnik, y su conocimiento y medición ("el cociente
Zeigarnik", que es la relación entre tareas sin completar recordadas y tareas completas
recordadas) ha permitido estudiar la fuerza de las motivaciones personales.
El sistema conceptual desarrollado por Lewin para analizar la conducta
individual se prestaba para analizar también la conducta de grupo. Por un lado, los
grupos podían ser concebidos como regiones del espacio vital de los individuos. Por
otro, los mismos grupos podían ser concebidos como campos de fuerza, espacios
vitales, con los cuales representar su estructura y su dinámica internas. La conducta
del grupo sería, entonces, la resultante del particular sistema de tensión entre los
miembros de un grupo en un momento determinado. Pero así como la conducta
individual constituye siempre una función del estado de fuerzas en un espacio vital, la
conducta grupal sería la resultante no de la acción de uno y otro de los individuos que
componen el grupo, sino del sistema de relaciones entre los miembros del grupo. Así,
la comprensión de lo que un grupo es y cómo actúa habría que buscarla más en el
sistema de relaciones, es decir, en la interdependencia de los miembros del grupo que
en las características de cada uno de sus miembros en particular.
Un grupo no es por tanto una simple pluralidad de individuos, sino un todo
dinámico, un conjunto de relaciones que involucra eso sí a los individuos. La
naturaleza del grupo está en la interdependencia de sus constitutivos y, como en el
caso de los individuos, también el sistema grupal se encuentra en un continuo proceso
de cambio. De ahí la importancia que Lewin concede a la planificación del cambio
social, que él sistematiza en tres fases o estadios: un primer estadio de
descongelamiento de los hábitos establecidos; un segundo estadio de inducción de los
nuevos comportamientos deseados; y un estadio final de "recongelación" de esos
comportamientos recién inducidos hasta establecerlos como hábitos.

2.4. Reflexión crítica sobre las teorías grupales


Es claro que todo un abismo conceptual empírico separa la teoría grupal
psicoanalítica de la teoría del campo. Para Freud es la identificación con un mismo jefe
la que vincula a los miembros del grupo entre sí, mientras que para Lewin lo que les
liga son vínculos de mutua dependencia. En un caso, la unión se cifra en un carácter
común, que Freud considera de naturaleza libidinal, afectiva; en el otro, la unión surge
de la confluencia de necesidades, motivaciones o aspiraciones de los miembros de un
grupo. Pero ambos enfoques ponen de manifiesto con razón que un grupo es algo más
que una superposición de individuos, y que tiene que examinarse aquello que
transforma una diversidad de personas en un grupo humano.
Otro aspecto positivo de ambas teorías es el carácter dinámico que atribuyen a
los grupos humanos. Para el psicoanálisis, esta dinámica hay que buscarla en las
raíces mismas que llevan a los individuos a identificarse con el jefe del grupo,
estableciendo así una relación de ambivalencia, de amor y odio, de cuyo carácter rara
vez se es consciente. Para la teoría del campo el dinamismo grupal surge de la
evolución y cambio en los sistemas de fuerzas al interior del grupo, cambios en los que
no centró su atención Lewin pero que han sido ampliamente estudiados por sus
discípulos.

11

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.84


Junto a estos aspectos positivos, tanto la teoría psicoanalítica como la teoría del
campo sobre el grupo adolecen de graves defectos. Los más importantes, que afectan
también a la mayoría de los modelos grupales utilizados en psicología social, son tres:
(a) la parcialidad de los paradigmas predominantes; (b) la perspectiva individualista; y
(c) el ahistoricismo.
a) Parcialidad paradigmática. Como ya se ha indicado, el modelo paradigmático que
aparece tras los análisis de Freud es el grupo familiar, principalmente en cuanto la
familia constituye el sistema que materializa el conflicto edípico. En el caso de la
teoría del campo, el modelo de referencia fundamental lo constituyó el pequeño
grupo de colaboradores y alumnos que Lewin generaba siempre a su alrededor al
imponer su estilo informal de trabajo y que ulteriormente evolucionó hacia las
formas característica de la "dinámica de grupos" (ver Schellenberg, 1978). En
ambos casos se trata de grupos pequeños, caracterizados por la interacción
directa, "cara a cara", entre sus miembros. La psicología social ha tendido a ver a
todo grupo humano desde la perspectiva de los microgrupos, hasta el punto de que
hablar de grupo casi ha pasado a expresar automáticamente grupo pequeño. Esta
perspectiva ha lastrado negativamente al análisis psicosocial, al perderse de vista
importantes procesos y características que sólo aparecen en los grupos grandes;
se ha bordeado o se ha caído así en el peligro reduccionista de asumir que los
macrogrupos no son más que la reproducción a mayor escala de los grupos
pequeños.
b) Individualismo. El hecho de que tanto el psicoanálisis como la teoría del campo
lewiniana fueran primero y primordialmente concebidas para dar razón de ser del
comportamiento de los individuos condiciona y limita sus posibilidades de análisis
sobre los grupos. El centro de interés sigue siendo el individuo, sobre todo en el
caso del psicoanálisis. Es cierto que la teoría del campo conceptualiza al grupo
como una totalidad y que su análisis se fija en los miembros del grupo en cuanto
tales, es decir, en cuanto relacionados y dependientes entre sí, no en cuanto
individuos. Con todo, las relaciones y dependencias de hecho examinadas siguen
siendo las más de las veces interindividuales o interpersonales con un énfasis
particular en los elementos subjetivos de las relaciones, hecho quizás inevitable
cuando lo que se está analizando son grupos por lo general muy pequeños.
c) Ahistoricismo. Si la crítica sobre el individualismo se aplica más al psicoanálisis
que a la teoría del campo, lo contrario ocurre con la crítica sobre el ahistoricismo.
Por principio, Lewin reduce el espacio vital (de los individuos y de los grupos) a
aquellos elementos que aquí y ahora influyen en un determinado comportamiento.
Ahora bien, esa reducción abstrae a los individuos o a los grupos de su historia, es
decir, de todos aquellos factores y procesos necesarios para dar razón de ser
suficiente sobre los elementos presentes en el espacio vital. Un presente sin
pasado, un aquí sin un allí, termina por convertirse en una naturalización positivista
de lo dado que cierra las posibilidades para comprender el carácter ideológico de
las realidades grupales. Fuera de las dificultades teóricas y empíricas que plantea
la delimitación de lo presente, es decir, el definir dónde terminan las ramificaciones
significativas de los elementos presentes en la realidad de un grupo (cuál es la
frontera entre el espacio vital de un grupo y su medio externo), al reducir los
factores grupales a su aquí y ahora se priva al análisis psicosocial de su referente
básico que no está en la materialidad de las acciones en sí, sino en su

12

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 85


incardinación en procesos e intereses sociales más amplios. Al privar
conceptualmente de su carácter histórico a los procesos grupales se cierra de
antemano la posibilidad a un análisis psicosocial, es decir, a un examen de lo
ideológico en las acciones de grupo. Esto ideologiza el mismo quehacer de la
psicosociología, volviéndola instrumento al servicio de los intereses sociales
dominantes (ver Braunstein, 1979).
Aunque cada una de estas tres objeciones es más aplicable a algunos modelos
que a otros, en conjunto las tres críticas formuladas pueden aplicares con causa a la
línea predominante en la psicología social para el estudio de los grupos humanos.
Esto ha sido más de lamentar en el desarrollo de la llamada "dinámica de grupos" que
de hecho ha sido una dinámica abstracta, de grupos pequeños enfrentados a
circunstancias u objetivos sin mayor importancia social. Colin Fraser y Donald Foster
(1984) han comparado los estudios con grupos de laboratorio a los estudios sobre el
aprendizaje verbal y la memoria con sílabas sin sentido iniciados por Ebbinghaus el
siglo pasado. Por eso han propuesto que a ese tipo de grupos se les califique como
grupos sin sentido o absurdos (nonsense groups), ya que constituyen "un conjunto
temporal de jóvenes desconocidos a los que, ya en su primera unión, se les pone a
resolver un acertijo en condiciones extrañas durante un tiempo mientras se les observa
a través de un espejo de una sola dirección" (pág. 474, citando a J. D. Barker). A los
grupos sin sentido del laboratorio, propios de la "dinámica de grupos", habría que
oponer los grupos sociales, aquellos que, como la familia o el sindicato, la "barra" de
amigos o el partido político, ocurren en la vida "real", tienen una historia y afectan
significativamente a las personas.

3. Una teoría dialéctica sobre el grupo humano


A partir de los análisis y reflexiones anteriores surgen tres condiciones que
debe reunir una teoría psicosocial sobre los grupos humanos más adecuada que los
modelos en uso.
a) Debe dar cuenta de la realidad social del grupo en cuanto tal, realidad no
reductible a las características personales de los individuos que constituyen el
grupo. Sin embargo, en cuanto teoría psicosocial debe ser capaz también de
integrar los aspectos personales, es decir, las peculiaridades de cada grupo que
surgen de los rasgos y particularidades propias de sus miembros. Sólo así el grupo
aparecerá en su carácter dialéctico, como lugar privilegiado donde lo personal
confluye con lo social y lo social se individualiza.
b) Debe ser lo suficientemente comprehensiva como para incluir tanto a los grupos
pequeños como a los grupos grandes. Esto requiere definir aquellos parámetros
esenciales sobre la realidad del grupo que permitan establecer tipologías que
diferencien bien entre unos y otros, pero que no dejen de lado a ninguno de los
grupos más significativos de la vida humana.
c) Debe incluir como uno de sus aspectos básicos el carácter histórico de los grupos
humanos. Ello exige remitir cada grupo a su circunstancia concreta y al proceso
social que lo ha configurado, sin asumir por tanto que grupos formalmente
semejantes tengan el mismo sentido o constituyan una realidad idéntica ni

13

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.86


descartar que grupos diferentes puedan representar fenómenos equivalentes en
contextos y situaciones históricas distintas.
A la luz de estas exigencias, definimos un grupo humano como aquella
estructura de vínculos y relaciones entre personas que canaliza en cada circunstancia
sus necesidades individuales y/o los intereses colectivos. Expliquemos esta definición.
Un grupo es, en primer lugar, una estructura social. El grupo es una realidad
total, un conjunto que no puede ser reducido a la suma de sus constitutivos. Una
familia es más que un hombre, una mujer y un niño; un batallón es más que un
centenar de hombres armados; ese más viene dado en ambos casos por los conjuntos
que forman, las totalidades que constituyen. Esta totalidad del grupo supone unos
vínculos entre los individuos, una relación de interdependencia que es la que
establece el carácter de estructura y hace de las personas miembros. Se habla de una
estructura social primero porque, como ya se ha indicado, condición esencial para la
existencia de un grupo es la participación de varios individuos; pero el carácter social
de la estructura grupal radica precisamente en que surge como producto de la
referencia mutua y necesitante de sus miembros y/o de sus acciones. Hay grupo
familiar en la medida en que la realidad del padre surge por la necesaria relación a la
madre y al hijo; hay batallón en la medida en que un soldado está necesariamente
referido a unos compañeros y a unos oficiales, a unas reglas y a una disciplina.
En segundo lugar, se afirma que la estructura social que es un grupo constituye
un canal de necesidades e intereses en una situación y circunstancia específica. Con
ello se está afirmando el carácter concreto, histórico de cada grupo. El grupo familiar
en la Roma imperial no era el mismo que en las ciudades o burgos medievales o que
el grupo familiar en el contemporáneo estado del Japón. Pero se afirma también que el
grupo es el conducto a través del cual se canalizan necesidades e intereses humanos
sea en Roma, en las ciudades medievales o en el Japón de hoy. En otros términos, el
grupo es una estructura que responde a las necesidades y exigencias de los seres
humanos; hay grupos porque, independientemente de sus formas concretas, el
agruparse es condición esencial para satisfacer las necesidades del hombre. Cada
grupo constituye así la realización, es decir, la configuración histórica de algún
aspecto de las exigencias o potencialidades humanas. De ahí la inmensa variedad de
grupos, desde aquellos directamente orientados a la satisfacción de las necesidades
biológicas más fundamentales, hasta aquellos que resultan como producto de las
opciones más peculiares y exóticas o de coincidencias circunstanciales.
Finalmente, la definición propuesta señala que el grupo canaliza tanto las
necesidades personales como los intereses colectivos. Este punto es crucial desde la
perspectiva psicosocial. Algunos grupos son primordialmente el resultado de las
necesidades peculiares de los individuos que los componen; pero hay también grupos
que son la expresión y la materialización de los intereses colectivos, ya sean los
intereses conflictivos de unos pueblos contra otros o de unas clases sociales frente a
otras. Ahora bien, incluso aquellos grupos que se forman como respuesta a las
necesidades de los individuos constituyen en el fondo la materialización diversificada
de intereses sociales, así como los grupos que responden a intereses colectivos
también materializan y canalizan intereses personales. De este modo, el grupo tiene
siempre una dimensión de realidad referida a sus miembros y una dimensión, más
estructural, referida a la sociedad en la que se produce. Ambas dimensiones, la

14

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 87


personal y la estructural, están intrínsecamente ligadas entre sí. La formación de una
familia nueva puede ser la decisión particular de dos individuos; pero su realización
canaliza unos intereses, unas formas y unas opciones sociales que impregnan al
grupo familiar y lo trascienden. De manera semejante, la constitución de un sindicato
obrero tiende a articular los intereses de los grupos de trabajadores, pero puede
canalizar en ciertos casos intereses personales de algunos de sus dirigentes y aun
servir como instrumento asimilador o de "co-optación" a los intereses patronales. La
misma formación de una clase social no depende en principio de la voluntad subjetiva
de sus miembros, pero alimenta y configura esa voluntad.
El hecho de que todo grupo canalice unas necesidades o intereses no quiere
decir que cada grupo responda a las necesidades o intereses de aquellas personas
que lo componen. Como ya se apunta al mencionar el caso de los sindicatos, uno de
los elementos críticos para comprender la complejidad de los procesos grupales lo
constituye la posibilidad de la alienación, es decir, que el grupo corresponda a
intereses ajenos a los de sus miembros (por ejemplo, a los intereses de la patronal,
contrarios a los trabajadores) e, incluso, a intereses que deshumanizan a los miembros
(ver Texto 19).
Esta concepción del grupo nos lleva a examinar los fenómenos grupales al
interior de la historia de una forma dialéctica. De ahí que los principales parámetros
para el análisis de un grupo sean tres: (1) la identidad del grupo, es decir, la definición
de lo que es y le caracteriza como tal frente a otros grupos; (2) el poder de que
dispone el grupo en sus relaciones con los demás grupos más (3) la significación
social de lo que produce esa actividad grupal.

3.1. La identidad grupal


El primer parámetro para definir un grupo es el de su identidad. ¿Qué es este
grupo? ¿Cuál es el carácter específico que define su unidad como tal, es decir, cuál es
el carácter de su totalidad? Un grupo será una familia, una "barra" de amigos, un club
deportivo, un sindicato, un regimiento militar, los miembros de una secta religiosa, los
integrantes de un colegio profesional. La identidad de un grupo no significa que todos
los miembros posean necesariamente un mismo rasgo; si así fuera, estaríamos de
nuevo incurriendo en aquella visión que postula un elemento común a todos los
individuos para que formen un grupo. Lo que la identidad grupal requiere es que exista
una totalidad, una unidad de conjunto, y que esa totalidad tenga una peculiaridad que
permita diferenciarla de otras totalidades. En otras palabras, la identidad de un grupo
como tal requiere su alteridad respecto a otros grupos.
Tres aspectos conforman básicamente la identidad de un grupo: (1) Su
formalización organizativa, (2) sus relaciones con otros grupos, y (3) la conciencia de
sus miembros (Martín-Baró, 1988a). Estos tres aspectos pueden ser empíricamente
operativizados como indicadores de la identidad de un determinado grupo.

15

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.88


Texto19
El proceso grupal
Debemos partir de la idea de que el hombre de quien estamos tratando es
fundamentalmente el hombre alienado, aunque esa alienación pueda sumir formas y
grados diferentes. En este sentido, sus representaciones y la conciencia que tenga
de sí mismo y del otro están siempre, en un primer momento, fundamentalmente
desviadas de los determinismos concretos que las producen. Siempre hay dos
niveles que operan: el de la vivencia subjetiva, marcado por la ideología, en el que
cada cual se representa como un individuo libre, capaz de autodeterminarse,
"consciente" de su propia acción y representación; y el de la realidad objetiva, en el
que las acciones e interacciones están siempre reducidas y mezcladas por los
papeles sociales que restringen esas interacciones al nivel de lo permitido y de lo
deseado (en función del mantenimiento del status quo). El nivel de la vivencia
subjetiva reproduce la ideología del capitalismo (el individualismo, el self-made-man),
mientras que el nivel de la realidad objetiva reproduce el esquema del sistema, o sea,
la relación dominador/dominado, explotador/explotado... El surgimiento de la
conciencia histórica de una acción social como praxis transformadora significaría que
el nivel de los determinismos concretos rompe las representaciones ideológicas y se
hace conciencia, momento en que desaparecería la dualidad.
En segundo lugar, todo grupo o agrupamiento existe siempre dentro de
instituciones que van desde la familia, la fábrica o la universidad hasta el propio
Estado. En este sentido, es fundamental analizar el tipo de inserción del grupo al
interior de la institución; si es un grupo formado por la institución, con qué funciones y
fines lo ha sido; si ha surgido espontáneamente, qué condiciones se dieron para su
surgimiento, si lo fue para mantener o para oponerse a esa misma estructura
institucional, etc. Por otro lado, supuesto el estado general de alienación, toda tarea
que se proponga el grupo debe presentar, al menos en un principio, un estado mayor
o menor de alienación; por eso, hay que observar cómo opera esa tarea en los dos
niveles de análisis, el de la vivencia subjetiva y el de las determinaciones concretas
del proceso grupal.
Lane, 1985, págs. 84-85.

3.1.1. La formalización organizativa


Todo grupo tiene algún grado de estructuración interna, es decir, de
institucionalización o regularización tipificada de las acciones de sus miembros en
cuanto tales. La formalización organizativa de un grupo se concreta, ante todo, en la
determinación de las condiciones para pertenecer a él. Las normas de pertenencia
podrán ser formales o informales, rígidas o flexibles, estables o pasajeras, pero
siempre habrá unos criterios que determinen en cada momento quién es o puede ser
parte del grupo y quién no. Por lo general, conocemos bien las condiciones para que
alguien sea considerado como miembro de una familia. Sin embargo, el asunto no es
sencillo, ya que las normas de pertenencia familiar pueden variar de cultura en cultura
y aún de situación en situación. ¿Qué línea de parentesco, qué grado de proximidad
sanguínea, qué tipo de relación es requerida para que alguien sea tomado como

16

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 89


miembro del grupo familiar? ¿Es parte de la familia el padrino de bautismo? ¿Lo es el
tío paterno, el primo de la madre o el hijo del primo de la madre? ¿Pertenecen al grupo
familiar sólo aquellos que constituyen el núcleo inducido, o pertenecen también todos
aquellos que, por un lado u otro, tienen vínculos de parentesco? No se trata aquí de
dar respuesta a esta interrogante, que por cierto constituye material de gran interés
para el estudio antropológico de las diferentes formaciones culturales. El punto está en
señalar la importancia de determinar en cada caso la identidad de un grupo, que se
traduce en unas normas de pertenencia y de exclusión al interior de cada sociedad.
En segundo lugar, la formalización organizativa de un grupo requiere una
definición de sus partes, y una regulación de las relaciones entre ellas; en qué medida
un grupo tiene divididas las funciones, sistematizadas las tareas, distribuidas las
cargas y atribuciones. La formalización organizativa puede darse implícitamente, es
decir, sin necesidad de haberla volcado en unos estatutos o reglamentos. Y, por
supuesto, la formalización teórica que aparece en las regulaciones escritas no es con
frecuencia la que mejor refleja la organización real del grupo.
La identidad de un grupo condiciona y trasciende la identidad de cada uno de
sus miembros. El nombre que se otorgue a un grupo no es algo socialmente
insignificante; constituye más bien el sello que testimonia la realidad grupal, la "tarjeta
de visita" que acredita al grupo como tal ante la conciencia colectiva. Pero es evidente
que de nada sirve un nombre sonoro o atractivo si no expresa una realidad social, una
entidad que le diferencie y contraponga a otras entidades grupales. Esa realidad
grupal se da en la medida en que se establece una estructura de vínculos y acciones
interpersonales que concreta al interior de un determinado sector social unas
exigencias o intereses objetivos. Todo grupo, desde la familia o el núcleo de amigos
más íntimos hasta el partido político o la asociación gremial canaliza unos intereses
sociales específicos a los que da mediación concreta en una determinada situación y
circunstancia históricas. Esos intereses sociales pueden ser de carácter más personal
o individualizado o de naturaleza más colectiva, aunque por lo general unos y otros no
se oponen sino que se encuentran articulados; de ahí que la identidad de un
determinado grupo será tanto más clara y su enraizamiento histórico tanto más
profundo cuanto más vinculado se encuentre a los intereses de una clase social.
Cabría preguntarse, por ejemplo, en qué medida los cambios y crisis que experimenta
el grupo familiar en nuestra sociedad se deben a que su identidad "tradicional" ya no
canaliza tan eficazmente como en otros tiempos los intereses de las clases
dominantes.
Uno de los fenómenos más característicos de la sociedad salvadoreña en los
años inmediatamente anteriores al estallido de la guerra civil en 1981 fue la
proliferación de grupos, tanto más llamativa cuanto que una de las características
típicas del estado de opresión y marginación histórica en que había permanecido la
mayoría del pueblo era su falta de organización y participación en grupos sociales.
Esa proliferación de grupos era la prueba de que la creciente toma de conciencia de
diversos sectores sociales sobre sus intereses de clases buscaba su canalización
organizativa en unidades grupales dinámicas, cuya identidad era muy maleable: la
presión de la conciencia social de clase sobre los grupos emergentes los empujaba
hacia unidades cada vez más amplias, menos individualizadas y más clasistas. Así, en
una organización de masas como el Bloque Popular Revolucionario (BPR) se fueron
integrando grupos tan diversos como sindicatos campesinos, un gran gremio de

17

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.90


maestros, un grupo de vendedoras de los mercados y un grupo de pobladores de
tugurios urbanos. En vísperas de la guerra, el BPR se integraría con otras
organizaciones populares paralelas, formando entre ellas una gigantesca
Coordinadora Revolucionaria de Masas que, en una sola mañana y contra todo tipo de
amenazas y obstáculos, pudo poner en las calles de San Salvador una manifestación
de ciento cincuenta mil personas.

3.1.2. Las relaciones con otros grupos


Son las relaciones con otros grupos los procesos históricos concretos a través
de los cuales se configura, primero, y se mantiene después la identidad de cada grupo
humano. Como afirma el viejo dicho castellano aplicándoselo a las personas, "dime
con quién andas y te diré quién eres". Algo semejante cabría decir de los grupos: su
realidad se define frente a los grupos con los que se relaciona, tanto si los vínculos
que establece son positivos como si son negativos, tanto si colabora como si compite
con ellos, tanto si las relaciones son formales como si son informales, tanto si pretende
dominarlos como si se resiste o acepta someterse a ellos. El grupo surge en la
dialéctica intergrupal que se produce históricamente en cada sociedad. Así, una familia
adquirirá identidad frente a las familias ya definidas de donde surge (padres,
parientes, amigos), así como frente a los grupos comunales, laborales y religiosos en
cuyo ámbito se mueve. Un sindicato, por su parte, configurará su identidad frente a la
patronal concreta con la que tenga que enfrentarse así como en la interacción con
otros sindicatos y grupos sociopolíticos.
En última instancia, el aspecto más definitorio de un grupo proviene de su
conexión, explícita o implícita, con las exigencias, necesidades e intereses de una
clase social. Todo grupo desde la familia o el núcleo de amigos más íntimos hasta el
partido político, el sindicato y la asociación gremial, canaliza unos intereses sociales
específicos a los que da mediación concreta en una determinada situación y
circunstancia históricas. Esos intereses sociales pueden ser de carácter más personal
o individualizado o de naturaleza más colectiva, aunque por lo general unos y otros no
se oponen, sino que se encuentran articulados; de ahí que la identidad de un
determinado grupo será tanto más clara y su enraizamiento histórico tanto más
profundo cuanto más vinculado se encuentre a los intereses de una determinada clase
social.
Puesto que la identidad objetiva de los grupos surge de su conexión con unos
intereses sociales (personales y/o colectivos), es posible que existan grupos con una
identidad contradictoria, es decir, grupos formados por miembros de una clase social
que canalizan en contra de sí mismos los intereses de las clases opuestas. El caso
más característico en la historia actual de los países centroamericanos lo constituyen
aquellos grupos paramilitares promovidos por la doctrina de la seguridad nacional, que
sirven de punta de lanza a los movimientos contrarrevolucionarios. Estos grupos se
integran con personas provenientes de los sectores campesinos o marginados
urbanos y se encargan de abortar o combatir cualquier tipo de reivindicación, reclamo
o movimiento opositor de los propios campesinos y marginados. Se produce así la
paradoja de grupos campesinos que, en defensa de los intereses de las clases
dominantes, destruyen todo conato de organización de sus propios intereses de clase
campesina. Por eso, Michael Billig (1976, págs. 263 y ss.) distingue entre los grupos-
en-sí y los grupos-para-sí. Esta distinción es una simple aplicación de la misma

18

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 91


diferencia que se hace sobre las clases sociales (ver Martín-Baró, 1983, pág. 81). Los
grupos-en-sí tienen una existencia objetiva, pero carecen de aquella conciencia que
les permita adecuar su identidad activa y su quehacer a los intereses de la clase social
a la que históricamente corresponden; sólo cuando un grupo adquiere esa conciencia
y trata de adecuar su identidad y sus metas a sus vínculos objetivos, es decir, cuando
se orienta a la canalización de los intereses de la clase de la que es parte, puede
hablarse de un grupo-para-sí. Pero este punto nos introduce ya en el tercer aspecto
constitutivo de la identidad de un grupo: la conciencia de sus miembros.

3.1.3. La conciencia de pertenencia a un grupo


Es importante no confundir la pertenencia de alguien a un grupo con la
conciencia de la persona de pertenecer a ese grupo. En un caso se trata de un hecho
objetivo, verificable a partir de una serie de criterios, mientras que en otro caso se trata
de un saber subjetivo. Esta distinción es crucial respecto a la pertenencia de alguien a
una determinada clase social, hecho objetivo que no arrastra necesariamente la
conciencia de esa pertenencia (ver Martín-Baró, 1983, págs. 78 y ss.). Pertenecer a un
país, a una raza, a una familia, a una clase social, no es algo que, en principio, quede
al arbitrio de la conciencia, al conocimiento e incluso a la volición de cada individuo; es
algo determinado objetivamente, aunque de ello no se tenga ni se quiera tener
conocimiento.
La pertenencia subjetiva de una persona a un grupo supone que el individuo
tome a ese grupo como una referencia para su propia identidad o vida. Por supuesto,
esta referencia puede ser de muchos tipos y de diversa significación. En unos casos,
el individuo se sirve en forma instrumental del grupo para lograr la identidad
socialmente conveniente o para conseguir determinados fines. Puede ser socialmente
prestigioso, por ejemplo, pertenecer a un determinado club de tenis o de hípica, o
conveniente acudir a las fiestas promovidas por los propietarios de la empresa en que
se trabaja, aunque a uno no le guste el tenis, montar a caballo o las fiestas
convencionales. En otros casos, el individuo recibe del grupo las orientaciones,
valores y normas mediante las cuales trata de regular su comportamiento, por lo
menos en aquellos aspectos de la existencia o de la vida social en que se considere
pertinente al grupo (ver Hyman, 1942; Merton, 1980). Así, el individuo que entra a
formar parte de una comunidad cristiana de base intenta configurar su vida de acuerdo
a las opciones y valores acordados y promovidos comunitariamente. En otros casos,
por fin, el individuo se sabe parte de un grupo que le determina y le condiciona tanto si
lo acepta voluntariamente como si no. El joven salvadoreño de origen árabe (turco)
con frecuencia tiene que luchar para independizarse de las exigencias del clan familiar
así como de las expectativas estereotipadas del medio ambiente. En todos estos
casos, el individuo tiene un conocimiento sobre la identidad del grupo del que se
siente parte; pero mientras el individuo que utiliza al grupo para su propio beneficio
mantiene una distancia subjetiva y/u objetiva frente a la identidad grupal, el individuo
que se integra normalmente a un grupo hace propio el carácter de su identidad;
finalmente, la persona que se sabe perteneciente a un grupo por el que se siente
determinada pero del que desearla independizarse y aun no formar parte, se esfuerza
por lograr una identidad que lo desgaje de su grupo.
John Turner (1982, 1984), siguiendo la línea de Henri Tajfel, mantiene que es la
pertenencia subjetiva la que determina la existencia de lo que llama un grupo

19

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.92


psicológico, entendido como "un conjunto de individuos que se sienten y actúan como
grupo” y aceptan de alguna manera esa situación (1984, pág 518). Para Turner, la
identidad y la conducta en cuanto grupales surgen como efecto de la categorización
grupal sobre la definición y percepción de cada persona. De ahí que un grupo
psicológico pueda ser redefinido como "un conjunto de personas que comparten la
misma identificación social o se definen a sí mismas con la misma categoría social de
miembros" (Turner, 1984, pág. 530).
El que la referencia grupal tenga para las personas un carácter normativo o un
carácter instrumental, el que represente una referencia positiva o más bien una carga
de la que querrían liberarse, depende de su identificación con el grupo, es decir, de su
aceptación de lo que el grupo es y de sus objetivos como algo propio. Conciencia e
identificación no son la misma cosa, aunque están intrínsecamente relacionadas. Un
alto grado de conciencia y de identificación suele llevar a lo que se llama un
compromiso profundo de las personas con los grupos, mientras que una conciencia
débil o una falta de identificación llevan a que los miembros no se sientan
comprometidos con el grupo. Conciencia e identificación constituyen, por tanto, un
factor complejo pero sumamente importante para la misma identidad grupal. No es
raro, por ejemplo, que la distinta conciencia e identificación con lo que es o debe ser
un sindicato que tienen la dirigencia y las bases pueda ocasionar problemas a la hora
de actuar frente a la patronal o ante otros grupos sociales.
Entendida la identidad de un grupo desde su formalidad, su relación con otros
grupos y la conciencia de sus miembros, cuál sea el tamaño del grupo, es decir, el
número de individuos que lo compongan, no puede ser parámetro fundamental para
establecer una tipología grupal, ya que no es un dato que determine la esencia del
grupo, aunque represente una condición necesaria para su existencia. Algo similar
puede señalarse respecto a la interacción de los miembros del grupo, tan enfatizada
por la visión individualista de la psicología social. La interacción de los miembros de
un grupo sigue los cauces determinados por los intereses que canaliza, sobre todo si
se considera que la interacción fundamental de un grupo puede no ser entre los
mismos miembros, sino con los miembros de otros grupos, e incluso ser tal que lo que
cuente no sean ni los miembros como individuos ni las formas concretas de
interacción, sino los productos que resulten del contacto entre los miembros o entre los
grupos.
La identidad grupal es una realidad que tiene un hacia fuera y un hacia dentro:
el hacia fuera viene dado por la relación del grupo con otros, mientras que el hacia
dentro es definido por la conciencia que los miembros tienen del grupo y de lo que el
grupo representa para ellos. Ambos aspectos están intrínsecamente relacionados, ya
que lo que es el grupo frente a otros viene dado en buena medida por la conciencia e
identificación que los miembros tengan con él; pero también es claro que la propia
conciencia de los individuos depende esencialmente de lo que el grupo es frente a los
otros y para los otros grupos. Porque también aquí la base objetiva sobre la que se
construye la identidad grupal (identidad asumida) es la identidad que los otros grupos
le otorgaron y permiten (identidad asignada). Parafraseando a Mead, se podría decir
que si el "yo" personal se construye sobre el "mí" social proveniente de los "otros
significativos", el "nosotros" grupal se elabora a partir del "nos" relacional que otorgan
los "otros grupos involucrados". Por ello, la interacción esencial es la intergrupal, no la
intragrupal. Lo que es un grupo históricamente no se sigue de la matriz de costos y

20

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 93


beneficios individuales (Homans, 1950/1971), sino que los costos y beneficios de los
individuos se entienden a la luz de la naturaleza e identidad social del grupo.

3.2. El poder grupal


El segundo parámetro fundamental para la comprensión psicosocial de un grupo
es su poder. Como ya se indicó, el poder no se concibe como un objeto, una cosa que
se posee en determinada cantidad; el poder es más bien un carácter de las relaciones
sociales que emerge por las diferencias entre los diversos recursos de que disponen
los actores, ya sean individuos, grupos o poblaciones enteras. Por eso el poder no es
un dato abstracto sino que aparece en cada relación concreta. Esto significa que el
poder de un grupo hay que examinarlo a la luz de su particular situación en una
determinada sociedad; qué diferenciales de recursos logra en sus relaciones con otros
grupos frente a los aspectos más significativos de la existencia o de cara a los objetos
que como grupo persigue. Así, un grupo será poderoso siempre que consiga tales
diferenciales ventajosos en las relaciones con otros grupos que le permitan alcanzar
sus objetivos e incluso imponer su voluntad a otros grupos sociales.
Puesto que la superioridad en las relaciones sociales se basa en los recursos
disponibles, la diversidad e importancia de los recursos que tenga cada grupo irán
emparejados con su poder real. Un grupo puede ser poderoso por la capacidad
técnica, científica o profesional de sus miembros; otro grupo puede serlo por la ingente
cantidad de recursos materiales a su disposición; otro puede serlo por la riqueza moral
y humana de sus miembros; y otro puede serlo, finalmente, por la naturaleza misma de
los recursos de que dispone. Por supuesto, los grupos más poderosos serán aquellos
que dispongan de todo tipo de recursos: materiales, culturales y personales. Pero es
evidente que, en la dialéctica social, el tipo de recursos puede establecer diferenciales
a favor de grupos minoritarios. La reducida oligarquía que controla El Salvador puede
carecer de capacidad intelectual o de base social; sin embargo, puede comprar
saberes mercenarios o, en el peor de los casos, impedir que la razón o la inteligencia
desempeñen un papel social contrario a sus intereses. Los ejércitos se componen de
personas que carecen de recursos económicos propios; sin embargo, su control sobre
las armas les permite venderse al mejor postor o lograr por la fuerza aquello que no
pueden obtener con la cabeza. Por ello, no se puede decir que exista una
equiparabilidad de recursos, sino que unos recursos posibilitan en forma más universal
que otros el poder de aquellos grupos que los controlan.
El poder de un grupo no es un rasgo que dependa de su identidad ya
constituida, sino que es, más bien, uno de los elementos constitutivos de esa
identidad. Qué sea un grupo, su carácter y naturaleza, depende en buena medida del
poder de que dispone en sus relaciones con otros grupos sociales. La organización o
estructura de un grupo persigue aprovecharse del poder que le posibilitan sus
recursos en orden a lograr unos objetivos, y ello tanto si se trata de un grupo familiar
como de un ejército. Un grupo que carezca de recursos como para imponer sus
objetivos en el ámbito de la sociedad, tenderá a cerrarse en sí mismo y a concentrarse
en una dinámica casi puramente intragrupal. Pero esa misma concentración en lo
interno es consecuencia del diferencial negativo de recursos, de su carencia de poder
social frente a otros grupos. Por ello, los tipos de poder a disposición de los diversos
grupos así como las fuentes de ese poder determinan en buena parte lo que son y lo
que pueden hacer. El cambio, aumento o disminución de recursos en que se basa el

21

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.94


diferencial social que constituye el poder puede alterar en gran parte la naturaleza de
un determinado grupo.
Un aspecto importante lo constituye la autonomía o dependencia de un grupo
respecto a los recursos de que dispone para lograr poder en la vida social. Es claro
que cuanto menos autónomo sea el poder de un grupo, más limitado será su valor y lo
que con él pueda lograr. Hay, por ejemplo, pequeños grupos sindicales en El Salvador
cuya actividad y existencia están en buena medida condicionadas a la benevolencia
patronal, ya que, en la práctica, la legislación salvadoreña permite la destrucción de
los sindicatos de empresa al arbitrio de los intereses de los propietarios. Sólo cuando
un sindicato es capaz de movilizar recursos que afectan seriamente los intereses de la
empresa y que no dependen de ella (por ejemplo, fondos financieros para el
mantenimiento de una huelga, la disponibilidad de abogados, la movilización de la
opinión pública, etc.), puede ese sindicato enfrentar con éxito los despidos masivos, la
utilización de esquiroles, los cierres temporales y otras tácticas patronales que ni
siquiera se detienen ante la eliminación física de los líderes sindicales.

3.3. La actividad grupal


El tercer parámetro básico para la comprensión de un grupo es el de su
actividad. ¿Qué hace un grupo? ¿Qué actividad o actividades desarrolla? ¿Cuales son
sus metas? ¿Cuál es el producto de su quehacer? La existencia y la supervivencia de
un grupo humano dependen esencialmente de su capacidad para realizar acciones
significativas en una determinada circunstancia y situación históricas. Ahora bien, la
importancia de una acción o actividad grupal tiene una doble dimensión: externa, de
cara a la sociedad o a otros grupos, e interna, de cara a los miembros del grupo
mismo. De cara a la sociedad o a otros grupos, cada grupo tiene que ser capaz de
producir un efecto real en la vida social para afirmar su identidad, es decir, para
canalizar la satisfacción de los intereses que representa. De cara a los miembros del
grupo, la acción grupal es importante si obtiene la realización de aquellos objetivos
que corresponden a sus aspiraciones individuales o a una aspiración común.
La conciencia que puedan tener los miembros de un grupo sobre sus intereses
y objetivos comunes no constituye la raíz última del grupo, en particular cuando se
trata de grupos a los que se pertenece por adscripción (por ejemplo, la familia, la raza,
la clase social), y no por logro personal o decisión voluntaria (por ejemplo, un gremio
profesional, un club, un partido político, una orden religiosa). La misma conciencia que
tienen los miembros acerca del grupo, de su naturaleza y sentido social, depende de
las condiciones objetivas del grupo y está condicionada por las exigencias de
supervivencia del grupo como tal cuyos límites se encuentran en lo que se llama "el
máximo de conciencia posible". Ahora bien, si la conciencia sobre los intereses u
objetivos comunes no es la raíz última de los grupos, con frecuencia cataliza su
aparición o su dinamización, orientando la disposición de las personas para realizar
metas comunes o para buscar niveles nuevos y superiores de organización y
estructuración grupales. Así se explica la aparición de grupos basados en una falsa
conciencia sobre objetivos comunes: ése es el caso del campesino que se incorpora a
un grupo paramilitar para combatir a los miembros de su propia clase social,
obnubilado por el espejismo de un nacionalismo anticomunista a ultranza.

22

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 95


La importancia de la actividad para la comprensión de un grupo se entiende
cuando se analiza la naturaleza y funcionamiento de algunos grupos que, como ciertas
corrientes de agua, aparecen y desaparecen según las coyunturas históricas y la
viabilidad práctica de su aporte en cada situación social. En un país como El Salvador,
un buen número de partidos políticos no tienen más actividad que aquella que les es
exigida en los períodos electorales para servir de comparsas en los ceremoniales
"democráticos" que indefectiblemente consagran a quienes representan a los intereses
dominantes. Así mismo, ciertos grupos paramilitares o "escuadrones de la muerte"
perviven mientras su accionar es necesario para avanzar los intereses de la clase
dominante en situaciones de confrontación social que ponen en cuestión el status quo,
pero desaparecen tan pronto como ese accionar arrastra mayores costos que
beneficios -por ejemplo, la pérdida de apoyo internacional o la caída de un
determinado gobierno.
La acción grupal tiene un efecto en la realidad misma del grupo que la realiza,
bien sea consolidándolo, bien debilitándolo y aun llevándolo a su desintegración. En la
medida en que la acción desarrollada sea consistente con el carácter y objetivos del
grupo, éste se fortalece y afianza su estructura. De esta manera, a través de un
accionar constante y efectivo, un grupo puede incrementar sus recursos y su
consiguiente poder, e incluso volverse funcionalmente autónomo respecto a las
instancias o intereses que le dieron origen. No es raro que ciertas asociaciones o
algunos grupos paramilitares que surgen como canalización circunstancial de
intereses muy concretos logren una autonomía tal que les permita sobrevivir
socialmente con independencia y aún en contra de aquellas personas o sectores que
los originaron: la asociación adquiere una institucionalidad que desborda la voluntad u
objetivos de sus fundadores, o el grupo paramilitar se convierte en una pequeña banda
o mafia que utiliza su poder violento ya no con fines políticos, sino para el lucro
particular de sus miembros.
En resumen, identidad, poder y actividad son tres parámetros esenciales para
definir la naturaleza de cualquier grupo. En principio, un grupo surge cuando los
intereses de varias personas confluyen y reclaman su canalización en una
circunstancia histórica concreta. La conciencia de esta exigencia precipita la
cristalización grupal, tanto si esa conciencia corresponde a intereses reales de los
propios individuos como si se trata de una falsa conciencia inducida por un estado de
alienación social. En este sentido cabe afirmar que el grupo es la materialización de
una conciencia colectiva que refleja, fidedigna o distorsionadamente, la demanda de
unos intereses personales y/o colectivos. Pero si el surgimiento de los grupos depende
de alguna forma de conciencia social, su supervivencia depende del poder que
obtenga, poder que debe plasmarse en una estructura organizativa que haga posible
la satisfacción sistemática de sus intereses a través de una acción eficaz al interior de
la sociedad. Por ello, la desintegración o desaparición de un grupo estará vinculada a
la pérdida de su significación social, ya sea que su identidad se desconecte de sus
raíces (ya no responde a los intereses que canalizaba), ya sea que malogre o le sean
arrebatados los recursos en que fundaba su poder, ya sea que se muestra incapaz de
realizar acciones eficaces frente a otros grupos o respecto a las aspiraciones y
necesidades de sus propios miembros.
Un aspecto muy importante para comprender la naturaleza de los grupos es el
hecho de su imbricación múltiple; en cada situación, los grupos se superponen y

23

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.96


entrelazan tanto directamente como a través de sus miembros. Esto genera
identidades grupales parcialmente comunes con fronteras difusas, poderes
compartidos por varios grupos (lo que en ocasiones permite sumar sus recursos, pero
a veces ocasiona disgregación), y acciones cuyo efecto puede repercutir en más de un
grupo aunque varios de ellos no hayan participado como tales en la actividad del caso.
Hay empresas que se asientan sobre grupos familiares, asociaciones que se
identifican con partidos políticos, comunidades o grupos de trabajo que arrastran la
existencia práctica de iglesias u organizaciones sociales más amplias. Desde los
grupos más pequeños, es decir, aquellas unidades caracterizadas como primarias por
la inmediatez de los vínculos que las configuran, hasta aquellos macrogrupos cuyas
relaciones estructurales hunden sus raíces en los fundamentos mismos de la
organización social, cada sociedad presenta una verdadera pirámide de grupos que se
sobreponen y mezclan entre sí como partes de un tornado en permanente actividad.

4. Tipologías grupales
Existen numerosos intentos por establecer tipologías grupales, es decir, por
diferenciar en esa pirámide de grupos de cada sociedad los tipos más característicos.
Obviamente, la diferenciación sigue las líneas de las características que se consideran
esenciales. De hecho, la diferenciación de grupos más conocida es aquella que
distingue entre grupos primarios y secundarios, distinción basada sobre todo en el
número de miembros, pero también en el carácter de las relaciones entre ellos. El
grupo primario es, por lo general, un grupo pequeño, cuyos miembros mantienen
relaciones personales, basadas en un conocimiento mutuo cercano y una fuerte dosis
de afectividad. El grupo secundario, en cambio, es un grupo grande, y las relaciones
de los miembros siguen patrones impersonales, más o menos institucionalizados como
roles.
Qué sea un grupo grande o pequeño es algo en lo que no hay coincidencia, ya
que resulta difícil si no imposible fijar en abstracto cuándo un grupo deja de ser
pequeño para ser grande. La veintena de pacientes que, en la sala de espera de un
dentista, constituiría una verdadera multitud, en un campo de fútbol seria
prácticamente "nadie", y el centenar de jóvenes que en una manifestación política
podría considerarse un grupo pequeño, en un aula escolar constituye un grupo muy
grande de clase. Con todo, a la hora de establecer determinaciones operativas, en
psicología social se ha solido considerar como "pequeño" un grupo de diez personas o
menos, mientras que un grupo con veinte personas o más por lo general se ha
estimado como "grande".
La distinción entre grupos primarios y grupos secundarios resulta insuficiente e
incluso engañosa si se toma como eje principal de una tipología grupal. El carácter e
importancia social de un grupo determinado no depende tanto de su tamaño o del
carácter más o menos institucionalizado de las relaciones entre sus miembros cuanto
del impacto configurado de su actividad sobre las personas y las estructuras sociales.
Dicho de otra manera, lo que más importa socialmente de un grupo es lo que produce,
no su formalidad en cuanto tal. Por supuesto, el tamaño de un grupo o el carácter de
las relaciones entre sus miembros pueden ser factores muy importantes para la
determinación de lo que un grupo hace o puede realizar, pero no son los elementos
definitorios ni decisivos. El número de miembros de un grupo puede constituir la base

24

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 97


de su poder social (ése es, por ejemplo, el caso de muchos sindicatos) y, ciertamente,
afecta al tipo de relaciones entre los miembros, ya que no es posible mantener
relaciones personalizadas entre muchas personas (ver Hemphill, 1950). Sin embargo,
un grupo pequeño puede disponer en una circunstancia histórica de un poder
incomparablemente mayor que un grupo masivo, y ello tanto para configurar el
carácter de sus miembros como para definir un ordenamiento social. Más allá de lo
que tiene de simbólico, el que El Salvador haya sido conocido como "el país de las
catorce familias" expresa una realidad social en la que la importancia y significación de
un grupo no ha sido determinada por su tamaño ni por el carácter de las relaciones
entre sus miembros, sino por su poder y el impacto de sus actos grupales sobre el
resto de la sociedad. Lo que es el grupo oligárquico en El Salvador no se entiende
mirando su número o las relaciones entre sus miembros, sino sus relaciones de clase.
Didier Anzieu y Jacques-Yves Martin (1968) distinguen cinco categorías
fundamentales de grupos: la multitud, la banda, la agrupación, el grupo primario o
restringido y el grupo secundario u organización. El parámetro fundamental que
recorre esta clasificación es el grado de estructuración interna del grupo; sin embargo,
Anzieu y Martín toman en cuenta otras seis variables -número de miembros, relaciones
entre ellos, duración del grupo, impacto sobre las creencias y normas individuales,
conciencia de sus fines y acciones comunes- que les permiten establecer una tipología
bien definida (ver Cuadro 10). Veamos, brevemente, su caracterización de cada uno
de estos grupos.
Cuadro 10
Clasificación de los grupos humanos
Características
TIPO DE Estructuración Duración Número de Relaciones Efecto sobre Conciencia de Acciones
GRUPO (grado de individuos entre los las creencias y los fines comunes
organización individuos las normas
interna y
diferenciación de
roles)
MULTlTUD Muy débil Desde algunos Grande Contagio Irrupción de Débil Apatía o
minutos hasta emocional creencias acciones
algunos días latentes paroxísticas
BANDA Débil Desde algunas Pequeño Búsqueda del Refuerzo Mediana Espontáneas,
horas hasta semejante pero poco
algunos meses importantes
para el grupo
AGRUPACIÓN Mediana Desde varias pequeño Relaciones Mantenimiento De débil a Resistencia
semanas hasta mediano o humanas mediana pasiva o
varios meses grande superficiales acciones
limitadas
GRUPO Grande Desde tres días Pequeño Relaciones Cambio Grande Importantes,
PRIMARIO hasta diez años humanas ricas espontáneas,
RESTRlNGID innovadoras
O

GRUPO Muy grande Desde varios Mediano o Relaciones Inducción de De débil a Importantes,
SECUNDARIO meses hasta grande funcionales presiones grande habituales y
U varios decenios planificadas
ORGANIZACI
ON

Fuente: D. Anzieu y J.-Y Martín, 1968, pág. 22.

Una multitud se da cuando un buen número de individuos (varios cientos o


miles) se reúne en un mismo sitio sin haberlo buscado explícitamente. Cada cual

25

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.98


busca su satisfacción individual, pero está sometido a la posibilidad de repentinos
contagios emocionales. Según Anzieu y Martin (1968, pág. 12), los fenómenos afectan
a un número todavía mayor de personas que ni se hallan reunidas ni se las puede
reunir fácilmente.
Una banda (en lenguaje salvadoreño, una "barra" o "mara") consiste en aquel
agrupamiento de individuos que "se reúnen voluntariamente por el placer de estar
juntos" cada cual a la búsqueda de quienes son semejantes a él o ella misma (Anzieu
y Martín, 1968, pág.13). La satisfacción que produce la banda se debe a que elimina la
necesidad de adaptarse a las reglas sociales establecidas (por ejemplo, del "mundo de
los adultos"), al mismo tiempo que proporciona seguridad y apoyo afectivos. La banda
no tiene por tanto más objetivo que el de estar juntos en base a la semejanza de los
miembros. Cuando los miembros de una banda empiezan a afirmar valores comunes, a
diferenciar los papeles y a fijarse metas, se transforman paulatinamente en una banda
organizada, es decir, en un grupo primario, ya sea de amigos o de socios.
La agrupación constituye la reunión de individuos, en número que oscila entre
pequeño y grande y con una frecuencia también variable, con unos objetivos
relativamente estables que corresponden a un interés común de los miembros. Fuera
de la búsqueda de esos objetivos comunes, no hay ningún vínculo o contacto entre los
individuos. Hay agrupaciones intelectuales, artísticas, religiosas, políticas, sociales y
otras.
El grupo primario es aquel compuesto de pocos miembros, que buscan en
común los mismos fines y mantienen entre sí relaciones afectivas con una gran
dependencia mutua. En cambio, el grupo secundario u organización "es un sistema
social que funciona según instituciones (jurídicas, económicas, políticas, etc.), en un
sector particular de la realidad social (mercado, administración, deporte, investigación
científica, etc.)" (Anzieu y Martín, 1968, pág. 21).
Si miramos a los grupos desde la triple dimensión de identidad, poder y
actividad con que los hemos caracterizado anteriormente, podemos llegar a una
tipología un poco diferente, que distingue entre grupos primarios, funcionales y
estructurales. Los grupos corresponde a los tres tipos de relaciones sociales que
articulan el quehacer de las personas con las estructuras de una determinada
sociedad (ver Martín-Baró, 1983b, págs. 71-77). Ya decíamos antes que los grupos
constituyen el ámbito privilegiado en que se produce la ideología social, es decir,
donde los intereses sociales se traducen en comportamientos regulados y
sancionados; por eso, las personas incorporan y asumen los principales
determinismos sociales a través de su participación en diversos grupos. El Cuadro 11
sintetiza los rasgos diferenciales de esta analogía grupal.
El grupo primario es fundamentalmente definido en los mismos términos que
ya hemos expuesto y que fueron planteados por Cooley (1909). Sin embargo, es
importante subrayar que el grupo primario no puede entenderse fuera de su contexto
social más amplio; por el contrario la naturaleza del grupo primario consiste en
concretar y ser portador de los determinismos de las macroestructuras sociales. Así, la
familia articula los intereses de las clases dominantes transmitiendo unos valores y
configurando unas pautas de comportamiento propicias al orden establecido. El
producto de las relaciones sociales que tienen lugar en los productos de las relaciones
sociales que tienen lugar en los grupos primarios es la satisfacción de las necesidades

26

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 99


básicas de la persona y la formación de identidad. Ambas cosas van estrechamente
vinculadas como subrayan todas las teorías psicológicas, ya que la persona se va
realizando como tal en la medida en que satisface sus necesidades de todo tipo y de
acuerdo a los patrones que le hacen posible esa satisfacción.

Cuadro 11
Tres tipos de grupos
TIPO DE Identidad Poder Actividad
GRUPO
PRIMARIO Vínculos Características Satisfacción de
interpersonales personales necesidades personales

FUNCIONAL Rol social Capacitación y Satisfacción de


puesto social necesidades sistémicas

ESTRUCTURA Comunidad de Control de los medios Satisfacción de


L intereses objetivos de producción intereses de clases.
Lucha de clases

Los grupos funcionales son aquellos que corresponden a la división del


trabajo al interior de un determinado sistema social. Se trata, por consiguiente, de
personas que cumplen la misma función con respecto a un sistema, personas que
tienen unos mismos roles y ocupan una posición equivalente. El poder de los grupos
funcionales en cuanto tales depende del valor o importancia que su quehacer laboral
tenga en una sociedad, no tanto en términos objetivos como en base a los
mecanismos de distribución de bienes establecidos en el sistema. Así, por ejemplo,
aunque en principio se considere primordial la función de maestro, en la práctica
apenas se le concede un poder social relativamente pequeño.
Finalmente, los grupos estructurales son aquellos que corresponden a la
división más básica entre los miembros de una sociedad de acuerdo con los intereses
objetivos derivados de la propiedad sobre los medios de producción. Las relaciones
que se establecen a partir de control, total o parcial, mayor o menor, sobre los medios
de producción determinan las estructuras más básicas de una sociedad así como esa
confrontación objetiva que se llama lucha de clases. Cada individuo pertenece a una
clase social, independientemente de que sea consciente de esa pertenencia y de que
actúe de acuerdo a los intereses de su clase o no.
Es claro que la pertenencia a grupos primarios, funcionales y estructurales no
es excluyente entre sí, aunque puede serlo en el propio nivel. Toda persona pertenece
siempre a un grupo estructural, y a uno o diversos grupos funcionales y primarios. Un
mismo individuo no puede objetivamente pertenecer a dos clases opuestas (dos
grupos estructurales). Pero sí puede formar parte de dos familias, contar con varios
grupos de amigos y ocupar diversos puestos que le hacen miembro de varios grupos
funcionales (Martín-Baró, 1983b, pág. 77). La pertenencia a un grupo estructural es,
en definitiva, la más determinante de lo que cada persona puede llegar a ser; pero ese
determinismo se actualiza a través de los grupos funcionales y primarios, que
condicionan, orientan y sancionan día tras día el quehacer de los individuos

27

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.100


Resumen del Capítulo Tercero
1. El término grupo se aplica a entidades sociales muy distintas, tanto cuantitativa
como cualitativamente. Según Merton, un grupo consiste en "un número de
personas que interactúan entre sí de acuerdo con esquemas establecidos". En
cambio, una colectividad es un conjunto de personas que comparten valores y
normas, pero no interactúan, y categorías sociales son aquellos ocupantes de un
status social que tienen características semejantes, pero no interactúan ni siguen
las mismas normas.
2. Se han propuesto seis criterios para definir la existencia de un grupo: (a) que los
individuos se perciban a sí mismos como miembros; (b) que los miembros
satisfagan motivaciones compatibles, o (c) que tengan objetivos comunes; (d) que
las relaciones entre los individuos estén organizadas, (e) que las personas sean
interdependientes, o (f) que interactúen entre sí.
3. Estos criterios pueden agruparse en dos tipos: los que subrayan que el grupo surge
por la existencia de algún carácter común entre los miembros ("solidaridad
mecánica") y los que enfatizan el que se dé algún tipo de vínculo entre ellos
("solidaridad orgánica").
4. La teoría grupal de Freud es un modelo de solidaridad mecánica que concibe al
grupo como la unidad de personal alrededor de un único jefe, con el que todos se
identifican y cuya imagen interiorizan como ideal.
5. La teoría de Lewin es un modelo de solidaridad orgánica; el grupo es concebido
como un conjunto de fuerzas resultante de las relaciones entre los individuos que lo
constituyen, y el comportamiento grupal es una función de ese balance de fuerzas
interindividual.
6. Los modelos grupales predominantes en psicología social suelen incurrir en tres
defectos: (a) la parcialidad paradigmática que les lleva a ver el grupo desde alguna
forma de grupo pequeño; (b) el individualismo, que les lleva a centrar su atención
en los individuos como unidad primordial de análisis; y (c) el ahistoricismo, que les
hace ver el comportamiento grupal descontextualizado respecto a la sociedad más
amplia y su histórica especifica.
7. Una teoría psicosocial sobre los grupos debe satisfacer tres condiciones: (a) dar
cuenta de la realidad grupal como tal; (b) abarcar tanto a los grupos grandes como
a los pequeños; y (e) incluir el carácter histórico de los grupos. Así, un grupo
humano puede con aquella estructura de vínculos y relaciones entre personas que
canaliza en cada circunstancia sus necesidades individuales y/o los intereses
colectivos.
8. Tres son los principales parámetros para analizar un grupo humano (a) su
identidad, es decir, lo que es en sí y frente a otros grupos, y su poder en las
relaciones con esos otros grupos; y (e) la actividad social que desarrolla y su efecto
o producto histórico.
9. La identidad de un grupo, lo que un grupo es, se define por el grado y carácter de
su formalización organizativa, por sus relaciones con otros grupos y por la
conciencia que sus miembros tienen del propio grupo.

28

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 101


10. El poder de un grupo es aquel diferencial favorable de recursos que establece
cuando se relaciona con otros grupos en función de unos objetivos, y que le
permite hacer avanzar sus intereses en la convivencia social.
11. Identidad, poder y actividad no son aspectos grupales independientes sino que se
implican entre sí. Además, en cada situación concreta los grupos se encuentran
imbricados, directamente o a través de sus miembros, lo que genera identidades
grupales parcialmente comunes o difusas, poderes compartidos y acciones con
efectos múltiples.
12. La tipología más usada distingue entre grupos primarios, de carácter pequeño y
personal, y grupos secundarios, por lo general de tamaño grande e impersonales.
Pero la definición del tamaño de un grupo para diferenciar entre grupos grandes y
grupos pequeños suele ser arbitraria y no tomar adecuadamente en cuenta la
circunstancia social en que se da el grupo.
13. Anzieu y Martin distinguen cinco tipos de grupos tomando en cuenta seis variables
pero, sobre todo, en función del grado de su estructuración interna. De menor a
mayor estructuración, estos grupos son la multitud, la banda, la agrupación, el
grupo primario o restringido y el grupo secundario u organización.
14. Utilizando las dimensiones de identidad, poder y actividad grupal puede distinguir
entre grupos primarios, funcionales y estructura correspondientes a las relaciones
sociales del mismo tipo que articulan el quehacer social de las personas.

Referencias
Anzieu (1978). El grupo y el inconsciente. Madrid: Biblioteca Nueva.
Anzieu, Didier y Martin, Jacques-Yves(1968). La dynamique des groupes restreints.
Paris: PUF.
Barker, Roger G. (1968). Ecological Psychology: Concepts and methods for estudying
the environment of human behavior. Stanford: Stanford University Press
Bass, Bernard M. (1960). Outsiders. Studies in the sociology of deviance. New York:
Free Press.
Bauleo, Armando (1983). Contrainstitución y grupos. México: Nuevomar.
Billig, Michael (1978). Fascists. A social psychological view of the National Front.
London: Academic Press.
Bonner, H. (1959). Group dynamics. Principles and applications. New York: Ronald.
Braunstein, Néstor A. y otros (1979). Psicología: ideología y ciencia. México: Siglo XXI.
Cartwright, Dorwin y Zander, Alvin (Eds.) (1971). Dinámica de grupos. Investigación y
teoría. México: Trillas.
Cooley, Charles H. (1909). Human nature and the social order. New York: Scribner’s
Sons.

29

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.102


Corominas, Joan (1967). Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Madrid:
Gredos.
Durkheim, Emile (1893). De la división del trabajo social. Buenos Aires: Schapire, 1967.
Fraser, Colin y Foster, Donald (1984). Social groups, nonsense groups, and group
polarization. En Henry Tajfel (Ed.) The social dimension. (Vol. 2 pp.473-497).
Cambridge: Cambridge University Press.
Freud, Sigmund. (1913). Tótem y tabú. Madrid: Alianza, 1967
Freud, Sigmund. (1921). Psicología de las masas. Madrid: Alianza 1972.
Freud, Sigmund (1932). Nuevas lecciones introductorias al psicoanálisis.
Homans, George (1950). El grupo humano. Buenos Aires: Eudeba, 1968.
Hyman, Herbert H. (1942). The psychology of status. Archives of Psychology. 38: 29.
Le Bon, Gustavo (1895). Psicología de las multitudes. Buenos Aires: Albatros, 1972.
Lewin, Kurt (1951). Field theory in social science. New York: Harper.
Martín-Baró, Ignacio (1983a). Polarización social en El Salvador. Estudios
Centroamericanos (ECA). 412, 129-142.
Martín-Baró, Ignacio (1983b). Acción e ideología. Psicología Social desde
Centroamérica. San Salvador: UCA Editores.
Martín-Baró, Ignacio (1988a). La identidad nacional del salvadoreño.San Salvador:
Universidad Centroamericana José Simón Cañas.
Merton, Robert K.(1968). Teoría y estructura sociales. México: Fondo de Cultura
Económica, 1980.
Mills, C.Wright (1967). La imaginación sociológica. México: Fondo de Cultura
Económica.
Mitscherlich, Alexander (1971). La idea de la paz y la agresividad humanas. Madrid:
Taurus.
Schellenberg, James (1978). Masters of social psychology: Freud, Mead, Lewin and
Skinner.New York: Oxford University Press.
Shaw, Martin (1980). Dinámica de grupo. Psicología de la conducta de los pequeños
grupos. Barcelona: Herder.
Sherif, Muzafer y Sherif, Carolyn W.(1969). Psicología Social. México: Harla, 1975.
Turner, John C. (1982). Towards a cognitive redefinition of the social group. En Henry
Tajfel (Ed.) Social identity and intergroup relations. (pp. 15-40). Cambridge:
Cambridge University Press.
Turner, John C. (1984). Social identification and psychological group formation. En
Henry Tajfel (Ed.) The social dimension. (Vol. 2 pp.518-538). Cambridge:
Cambridge University Press.

30

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 103


m3 |contenidos IC

información complementaria 2

Rolla, Edgardo H.

Los grupos operativos en la


enseñanza

Revista de Psicología
1964, vol. 1, p. 91-94.

Este documento está disponible para su consulta y descarga en


Memoria Académica, el repositorio institucional de la Facultad de
Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad
Nacional de La Plata, que procura la reunión, el registro, la difusión y
la preservación de la producción científico-académica édita e inédita
de los miembros de su comunidad académica. Para más información,
visite el sitio
www.memoria.fahce.unlp.edu.ar

Esta iniciativa está a cargo de BIBHUMA, la Biblioteca de la Facultad,


que lleva adelante las tareas de gestión y coordinación para la concre-
ción de los objetivos planteados. Para más información, visite el sitio
www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar

Cita sugerida
Rolla, E. H.(1964) Los grupos operativos en la enseñanza. [En
línea] Revista de Psicología, 1, 91-94. Disponible en: http://www.
fuentesmemoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.853/pr.853.pdf

Licenciamiento
Esta obra está bajo una licencia Atribución-No comercial-Sin obras derivadas 2.5
Argentina de Creative Commons.

Para ver una copia breve de esta licencia, visite


http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/.

Para ver la licencia completa en código legal, visite


http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/legalcode.

O envíe una carta a Creative Commons, 559 Nathan Abbott Way, Stanford, California
94305, USA.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.104


LOS GRUPOS OPERATIVOS EN LA ENSEÑANZA

Edgardo H. Rolla

Partiendo del principio que todo aprendizaje despierta ansiedad por cuanto significa un
inevitable cambio dentro de los esquemas referenciales del individuo, se llegó al empleo
de los grupos denominados operativos, como complemento de la tarea de enseñar y
aprender.
Habría que definir que es un grupo operativo. Se trata de un conjunto de personas que se
reúnen en número no superior a diez o doce; con el conocimiento explicito de una serie
de elementos que han acordado aceptar.
Esos elementos explícitos son: el acuerdo de reunirse, en un lugar, fecha y hora
determinados, y por un lapso también predeterminado para cada reunión y para el
número total de reuniones, así como también la periodicidad de dichas reuniones. Se ha
acordado discutir un tema preciso y también preestablecido a la primera reunión, y se ha
acordado admitir el liderazgo explicito de un individuo al que se le reconocen
determinados niveles de información. Este líder se denomina “coordinador" y debe poseer
cierta información especifica en cuanto al tema que va a discutirse, no siendo necesaria
su gran versación sobre el mismo, y por otro lado debe tener experiencia que le califique
en el ejercicio de su rol de coordinador, en cuanto al arte de manejar la comunicación
dentro de un grupo, y producir la redistribución de canales dentro de la red grupal, a los
fines de que la información circule pragmáticamente, y de ello devenga el esclarecimiento
progresivo del tema en discusión.
El coordinador puede favorecer en parte con su conocimiento especifico del tema,
esclareciendo directamente a través de una re-información, pero, como dijimos, no es
absolutamente necesario. Lo que si es imprescindible es su adiestramiento en el manejo
de la comunicación grupal, ya que como expusimos al comenzar este trabajo, lo que mis
importará en cuanto a la distribución y redistribución de canales de mensajes, es la
emergencia y el trabajo de elaboración de la ansiedad con respecto a determinados
temas o a determinados aspectos de un tema en aprendizaje.
Por otro lado, el grupo ha convenido y existe un acuerdo tácito y también explicito de que
las situaciones personales, o ideologías no conexas directamente con el tema a discutir,
deberán ser evitadas o excluidas. No es posible prever la aparición de un tema
ideológico conexo, por ejemplo, pero es posible señalarlo como un escape a la dificultad
de enfrentamiento con otros aspectos del verdadero tema de discusión, es decir,
señalarlo como una fuga disimulada del verdadero centro de la discusión.
Se entiende bien que la ansiedad es la que se despierta en relación con el cambio de

Revista de Psicología - 1964 - Vol. 1 1

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 105


marco referencial, y que entonces es común a todas esas personas, puesto que todas
ellas están en el aprendizaje de ese tema. Por lo tanto no hace falta el señalamiento de la
emergencia de tal o cual monto de ansiedad durante el desarrollo de las reuniones. Se
supone, diríamos, que la ansiedad emergerá en cualquier momento. Tampoco se intenta
producirla con artificios de suspenso.
Por lo tanto con el señalamiento de los atascamientos, de las situaciones de
apareamiento dentro del grupo, o con la reinformación de un concepto no bien registrado,
se zanjan momentos de dificultad en la elaboración de la ansiedad dentro del grupo. De
ninguna manera se interpreta ni aun individual o grupalmente, motivaciones particulares
para que determinado aspecto de un tema promueva en determinado momento, un brote
ostensible de ansiedad. La interpretación motivacional está proscripta, tanto desde el
punto de vista de la dinámica grupal en si, como de la dinámica individual de cada uno de
los componentes. Si el coordinador entra en interpretaciones de este tipo, el grupo está
falseando el motivo de su reunión, se está falseando una de las "reglas del juego" de la
tarea grupal, que es el conocer específicamente la tarea a desarrollarse. Esto es claro en
la vida de cualquier grupo, si la tarea que se desarrolla no es la que básica y
específicamente se propuso desarrollar el grupo, cuando se constituyó, el grupo se
disuelve.
La interpretación es sin duda el arma del grupo psicoterápico, y que en muchos casos
tiende a prolongar la ansiedad a los fines de que se produzca una verdadera y efectiva
toma de conciencia por parte del grupo o de algunos de sus integrantes, de determinados
vivencias traumáticas en el desarrollo de la dinámica. En el grupo operativo, en ultimo
caso, la comprensión por parte del coordinador, también se hace en base a principios
dinámicos profundos, a la observación de principios dinámicos profundos, pero el
esclarecimiento a que se llega mediante señalamientos o reinformaciones, nunca
adquiere las características, ni debe adquirirlas, de una interpretación motivacional.
En el curso de la enseñanza de la psicología profunda en nuestro Departamento, materia
que de por si despierta un gran monto de ansiedad dado los temas que toca, que tienen
la particular característica de ser universales por referirse genéricamente al ser humano,
es donde he aplicado particularmente este sistema de los grupos operativos.
Con el equipo de cuatro psicólogas graduadas en nuestra escuela, en calidad de jefe de
trabajos prácticos o ayudantes diplomados, se forman grupos de cantidad similar cada
uno de ellos, con los alumnos del curso. La finalidad fue explicitada en cuanto al que
estos grupos se dedican a retrabajar y replantear con críticas, objeciones o nuevas
formas de aceptación, el material teórico informado en la clase central por el profesor.
De acuerdo a mi experiencia es preferible que estos grupos funcionen inmediatamente
luego de producida la información teórica, a los fines de que el tiempo transcurrido no

Revista de Psicología - 1964 - Vol. 1 2

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.106


sea un elemento importante en la producción de la distorsión en la asimilación de los
conceptos. Estos grupos funcionan en la misma Facultad de Humanidades, con una
duración que oscila desde una hora a una hora y quince minutos.
Como el personal colaborador de la cátedra, también sufre el impacto de la información
teórica, el grupo de ayudantes diplomados y jefes de trabajos prácticos se reúne
semanalmente con el profesor adjunto, a los fines de hacer una segunda etapa del
replanteo y retrabajo tanto de la información teórica como del trabajo grupal posterior. En
ellos se funciona exactamente como los alumnos funcionaron con los ayudantes
diplomados, es decir, es un grupo operativo, naturalmente en otro nivel.
Por fin, y con la idea de que todo eso debe volver de alguna manera a la fuente inicial de
suministro, el cuerpo de ayudantes diplomados y jefes de trabajos prácticos y el profesor
adjunto, se reúnen conmigo una vez por mes, en este mismo sistema operativo y en
donde se replantean la información teórica, el sistema de enseñanza, las observaciones
sobre el aprovechamiento de los alumnos, los niveles de aprendizaje, las actividades de
todo el personal de la cátedra y sus relaciones finales y directas conmigo.
Hasta ahora, como resultas de nuestra experiencia, hemos comprobado que con este
sistema se han disminuido notoriamente las dificultades para la comprensión verdadera
de la información teórica, y que nos acercamos al cumplimiento de la real pragmática del
aprender enseñar, que es un ciclo intelectivo que si demuestra ser operante, nos alejará
definitivamente de la práctica ya anacrónica de la llamada clase magistral, en la que la
información tiene características de inoculativa, por cuanto es unidireccional, y el
aprendizaje basado preferentemente en el empleo de la memoria y no de la utilización
del pensamiento por parte de los alumnos.
Creo que básicamente enseñar es, en cualquier tema, enseñar a pensar al alumno, vía
regia por donde se llega al aprender a planear, tomar decisiones, y a un verdadero
sentimiento de autonomía que promueva el arte de comprender. Arte de comprender que
en el psicólogo es clave de toda su tarea.

Revista de Psicología - 1964 - Vol. 1 3

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 107


m3 material

Material básico

• Material desarrollado en el apartado “Contenidos” y enlaces específicos


señalados en el mismo.

Material complementario

• BARÓ, I (1989), Sistema, grupo y poder. Capítulo 3. Ed Uca. Buenos Aires


• CORTE IBÁÑEZ, Luis de la (2000). La psicología de Ignacio Martín-Baró
como psicología social crítica.
• JANIN, E (2013) Intervenciones en la clínica del niño. Espacio Escolar. Ed
Noveduc. Buenos Aires)
• MONTERO, M. (1994). Construcción y Crítica de la Psicología Social. Anthro-
pos. Bs As.
• MONTERO, M. (2008). Hacer para transformar. Paidós. Bs As.
• RIVIERE, E. (1985). El proceso grupal: del psicoanálisis a la psicología
social. “Prólogo”, y “Aportes a la didáctica de la psicología social.” Nueva
Visión. Bs As.
• ROLLA, E (1964) Los grupos operativos en la enseñanza. Revista de Psico-
logía. Vol. 1, pp91-94
• Una representación de su obra. Revista de Psicología General y Aplicada,
Vol. 53 (3) Jul, 437-450

m3 actividades

m3 | actividad 1

En torno a los grupos

a. Acceda al siguiente link y lea la nota periodística que el mismo contiene:


https://www.lanacion.com.ar/2116378-bullying-cada-vez-mas-precoz
b. En base al concepto de proceso grupal, ¿cómo relacionaría el mismo con el
tema tratado en el artículo?
c. Pensando en los adultos que acompañan las trayectorias escolares, ¿por
qué cree que la representación social está en la intersección de lo psicoló-
gico y lo social?
d. Teniendo en cuenta su quehacer como profesional en el campo de la salud y
educación, ¿qué aportaría de los contenidos adquiridos hasta aquí con rela-
ción a la construcción de la realidad, el conocimiento social y su incidencia
en la temática tratada en el artículo periodístico?

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.108


m3 | actividad 2

Algunas precisiones conceptuales

a- Teniendo en cuenta los contenidos desarrollados en el módulo, elabore un


cuadro comparativo entre el concepto de grupo y grupo operativo. Comple-
mente la actividad realizando búsqueda en medios virtuales.
b- Explique la siguiente expresión teniendo en cuenta el concepto de Interven-
ción Psicosocial:

“Los grupos operativos tienen propósitos, dificultades, recursos y conflictos


que deben ser abordados por el grupo mismo, a medida que van apare-
ciendo; un punto importante es la relación con la tarea y en función de los
objetivos que son propuestos.”

c- De acuerdo al siguiente artículo de Manuel Carballeda, Alfredo Juan. (2008) “Pro-


blemáticas sociales complejas y políticas públicas” CS, (1), 261-272.que podrá
encontrar en el siguiente enlace: https://dx.doi.org/10.18046/recs.i1.409

¿Qué aporta la psicología social, desde el enfoque psicosocial, al desarrollo


profesional de psicopedagogo?

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag. 109


m3 glosario

Grupo: refiere a la interacción de dos o más personas en las que los intereses
que surgen confluyen y reclaman su canalización en una circunstancia concreta,
lo que puede corresponder a intereses reales de los propios individuos como así
también a un interés falso, inducido por un estado de alienación social.

Grupo operativo: de acuerdo a Riviere (1980) hablamos de grupo operativo en tanto


conjunto restringido de personas que, al estar ligadas por variables transformadas
en constantes, tales como el espacio y el tiempo, se articula un carácter de mutua
representación interna, que permite que los integrante se propongan, implícita y
explícitamente una tarea que conforma su finalidad, interactuando así, a través de
complejos mecanismos de asunción y adjudicación de roles.

Representación Social: una modalidad particular de conocimiento cuya función


es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos.
Es un corpus organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas
gracias a las cuales los hombres hacen inteligible la realidad física y social, se
integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberan los
poderes de su imaginación.

Objetivación y anclaje: La Objetivación consiste en transformar categorías


abstractas en algo concreto, realidades físicas o imágenes El Anclaje consiste
en un proceso de categorización en el cual se le da un nombre a personas,
grupos o cosas.

Intervención psicosocial: una disciplina dentro de la Psicología Social que trata


de comprender, predecir y cambiar los procesos psicosociales para mejorar la
calidad de vida.

Sentido común: son los conocimientos y las creencias compartidos por una
comunidad y considerados como prudentes, lógicos o válidos. Se trata de la
capacidad natural de juzgar los acontecimientos y eventos de forma razonable.

e v a l uac ión

La versión impresa no incluye la actividad obligatoria. La misma se


encuentra disponible directamente en plataforma.

EDUBP | PSICOPEDAGOGÍA | Seminario de Teoría Psicosocial - pag.110

También podría gustarte