Análisis crítico sobre la atención en salud mental
El siguiente ensayo tendrá como objetivo plantear la situación de la salud mental
específicamente el trastorno de esquizofrenia en la ciudad de Bogotá, Colombia.
Según la Secretaría Distrital de Salud (SDS), en el 2013 se atendieron en su red
pública de hospitales solo a 7.729 personas y realizó 32.634 atenciones en una ciudad de 7.800.000 habitantes, datos que evidencian un sub-registro que no ayuda a salir de la crisis. “Muchos enfermos están enmascarados en otros diagnósticos. Hay sociópatas en las calles, hay hombres y mujeres con trastornos sin tratar. Si la salud mental se empieza a considerar como un problema de salud pública habrá un verdadero proceso para identificar todos los casos”, dijo Wilson Bustos, subgerente científico del hospital de Kennedy.
La esquizofrenia encabeza la lista con 788 diagnósticos. Esta enfermedad involucra
falsas creencias de ser perseguido o blanco de una conspiración y produce alucinaciones visuales y táctiles, pero las manifestaciones son únicas en cada persona. Según Gloria Nieto, presidenta de la Asociación Colombiana de Personas con Esquizofrenia, fundada hace 15 años como una red de apoyo ante el desconocimiento de la patología, “si se sigue la línea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que prevé que el 1 % de la población está en riesgo, en Bogotá podrían haber unas 78.000 personas en riesgo de padecer esta enfermedad. ¿Dónde están? Lo grave es no saberlo”. Solo esta asociación trabaja con 350 usuarios y familias en la capital cuyos familiares han vivido con esquizofrenia. “Sabemos que muchos nunca han pedido ayuda, no han sido detectados o se han encontrado en su primera consulta con un diagnóstico errado de médicos que desconocen por completo los síntomas”, dice Nieto. Agrega que la atención hacia estas personas en Bogotá es deficiente porque se centra solo en la medicación excluyendo tratamientos como la psicoterapia. “En otros países ya se habla de psiquiatría social en donde los pacientes son atendidos de forma integral y muchos logran llevar una vida normal”. Desde las políticas sociales, el país de Colombia tiene una concepción de estado en donde según el artículo leído, se basa en negociaciones, no se invierte en la salud mental de sus ciudadanos, no es un tema de suma urgencia a tratar por ellos, las políticas creadas no responden a las necesidades de los habitantes. En donde hay un retraso enorme en el tema de salud mental en dicho país.
Desde la comunidad y la demanda, en este país se ha creado la Asociación
Colombiana de Personas con Esquizofrenia, en donde surgió como una red de apoyo ante las constantes demandas de la comunidad por la poca eficacia de los profesionales de la salud pública, al no acertar en los diagnósticos, al no poder realizar un tratamiento adecuado para la patología, hay una atención deficiente en donde si la persona no está con riesgo de suicidio no se le presta la atención necesaria, solo se les ofrece la solución más rápida que es la medicación, pero no va acompañado de una terapia ni conocimientos sobre la enfermedad a la familia.
Desde la dimensión técnica, como mencione anteriormente la salud pública de
Colombia se centra en calmar los síntomas del paciente, es más bien asistencialista. Busca soluciones inmediatas, generalmente la primera opción son medicamentos, quizás por el poco financiamiento que se le da a la salud mental, puede ser por las pocas capacitaciones hacia los profesionales en herramientas que puedan ayudar a trastornos mentales. No es algo concreto él porque es asistencialista pero la comunidad si ha dado cuenta de que la situación es así.
Desde los profesionales, siguiendo la misma línea de que el país no es su prioridad
la salud mental, no han invertido en capacitaciones o no le dan las herramientas necesarias a los profesionales para que ellos puedan hacer lo que estimen pertinente ante un caso específico, esto puede llegar a crear un estado de desánimo en el profesional, en donde se amoldan a lo que le ofrece el trabajo en el que están, porque quizás aunque ellos quieran hacer algo más por la comunidad, no pueden porque esta fuera del alcance de sus manos.
El punto que se debe reforzar desde el modelo comunitario, es el de prevención, ya
que si se tomaran las medidas pertinentes se evitaría que lleguen casos en el último nivel de gravedad. Además también se debe reforzar el trabajo intersectorial, para educar a la población sobre la salud mental, y resolver de mejor manera las múltiples necesidades de los usuarios y sus familias.