REVISTA

LA LECTURA
 la lectura y
ía revolució n digital
Me imagino que, después de su
invención en el siglo IV, éuando se
popularizaron los tipos móviles de
Johannes Gutenberg en elsiglo I
generando cambios sociales y polí-
ticos profundos, se daban las
discu- siones como ias que se dan
hoy en día respecto al libro digital,
hipertexto e Internet. Discusiones
similares, a las que me imagino, se
hacían al interior del clero, sobre la
muerte del libro como se conocía
hasta entonces: hecho a mano, be-
llameme ilustrado y decorado, y
con contenidos de interés para la
élite ne eruditos. Me imagino que
los más radicales vaticinaban la
muerte del libro.
En efecto, el libro de ese enton-
ces murió para dar paso a un libro
diferente. Podríamos decir que su-
frió una mutación que afectó inclu-
so su propia definición. Pasó de
ser un objeto único, hecho a mano,
para ser producido por una máqui-
na; las ilustraciones y decoraciones
u•nin r.znuuicco uzooomDirectora del Centro
y Servicios de Informació n CESI. Universidad
' el Valle.
finamente elaboradas fueron reem-
plazadas por ilustraciones que fue-
ran fácilmente reproducibles
ydise- ñadas con una mentalidad
pragmá- tica; y finalmente, lo más
trascen- dental, es que los
contenidos em- pezaron a incluir
temas de interés general y con
propósitos de alfabe- tización
como las enciclopedias y los
diccionarios.
Traigo a colación el ejemplo
del libro ysus transformacionesde
otros siglos como antesala a la
discusión sobre II lectura en esta
época de revoluciones de la era
dela informa- ción.
El ejemplo del libro como
obje- to es un ejemplo sólido, para
re- flexionar sobre la lectura, dado
que, casi sin discusión, se acepta
que un libro se debe leer. Esto no
es nece- sariamente cierto para las
revistas, folletos, periódicos,
manuscritos, cartas, comics y todo
tipo de mate- rial impreso que no
sólo leemos, sino que miramos,
repasamos, es- tudiamos o
revisamos.
Podríamos incluso decir, que a
pesar de la aparición de casetes de
libros leídos en voz alta, la forma
como leemos los libros no
havaria- do desde la aparición del
libro como tal.
Pues bien, ‹qué es un libro?
Un libro, según el diccionario, es
un cojunto de hojas manuscritas o
im- presas formando un volumen.
La palabra libro viene ne líder, que
era la corteza del árbol utilizada
para escribir. Así que, según esta
defini- ción, un libro cligital, o sea,
un libro almacenado en un
computador y desplegado en una
pantalla no es un libro, hasta que
éste es impreso en papel. Un libro
sin papel no es libro, incluso a
pesar de que el con- tenido del
libro digital sea exacta- mente el
mismo.
Quizás, me pregunto yo, la
defi- nición de libro hace énfasis
en el medio utilizado para
producirlo, es decir, el papel, por
el tipo de activi- dad que genera:
la lectura.
Si la definición de libro se cen-
trada en su objetivo, es decir:
comu- nicar ideas escritas, nos
veríamos enfrentados a tener que
decidir que icasi todos los medios
escritos son
 libros! o incluso que del libro digital,
sí es un libro!
Es apenas natural que nos ne-
guemos a definir un archivo
digital como un libro, dado que
nadie acep- taría que unos tipos
ordenados para proclucir una
página son la página misma. Para
nosotros, la pá gina impresa hace
parte del libro, má s no cualquier
subproducto de su proceso de
producció n. El libro digital, se
podía ver como un paso má s en
la producció n del libro, o incluso,
siendo amplios de criterio, como
un libro virtual, más no como el
libro «real».
Sin embargo, apareció el
hipertexto, que no se puede
clasifi- car como un paso en la
producció n del libro, sino que es
un nuevo pro- ducto en sí mismo.
El hipertexto no se hace con
el objetivo de ser impreso, y de
hecho al imprimirlo, éste pierde
su esen- cia y definició n. El
hipertexto, es decir, la
informació n almacenada en en
medio informá tico que se
despliega en la pantalla, y que
con- tiene textos compuesto por
frag- mentos de texto con nexos
electró- nicos que los conectan
entre sí, presenta una escritura
no secuencial, con posibilidades
de bi- furcació n, que le permite al
lector elegir diferentes itinerarios
median- te la interacció n
informá tica. Esta herramienta
posibilita la construc- ció n de la
estructura de red de un libro, es
decir, el sistema de refe- rencias a
otros libros, otros textos y otras
frases mediante enlaces que
pueden ser o no consultados por información,
el lector.
A pesar de que el hipertexto
se venía trabajando desde los añ os
70, só lo en la década de los 90
hemos visto có mo Internet ha
servido de plataforma para el
desarrollo del hipertexto a nivel
mundial median- te la PGEB.
Los que hemos usado
Internet desde hace algunos
añ os, hemos visto có mo
proyectos ambiciosos como el
Proyecto Gutenberg hicie- ron
esfuerzos por digitalizar las obras
clásicas de la literatura y enla-
zarlas entre sí, y no otro material
como textos de aná lisis crítico o
histó rico, y biografías de los
auto- res. los efectos de estos
proyectos en el proceso de
lectura y en el proceso de
enseñ anza-apredizaje aú n siguen
en estudio.
El hipertexto en Internet tam-
bién ha modificado el papel del
es- critory del lector. El escritor
pierde el poder que tiene en el
esquema tradicional. El lector ya
no es un personaje pasivo que
sigue el hilo conductor que el
escritor decide de antemano; el
lector es un sujeto activo que
debe escoger algú n ca- mino de
lectura, ino hayotraposibi- lidad!
De hecho, este proceso de
seleccionar el camino, se conoce
hoy en día como la navegación en
la red. Pasamos de ser «pasajeros»
lec- tores conducidos por el
escritor, a ser «navegantes» en el
mar del hipertexto. Ademá s, el
lector se vuelve exigente respecto
a la forma como se le presenta la
 y si no le resulta de la cultura del libro. tecnológicas han generado crisis
suficientemente atractiva, sale El hipertexto en en todas las definiciones del
a navegar en busca de nuevos Internet, tal como lo libro la
rumbos. Un material atrac- fue la imprenta en su lectura. Yo diría, que incluso han
tivo en hipertexto, o mejor épo- ca, tiene un gran generado un nuevo libro, y por
aú n, un material hipermedia, poder demo- ende, una nueva forma de leer. lo
es aquel que contiene cratizante de la sabría decir si esto implica que
imá genes, animaciones, informació n y un ten- dremos que volver a
sonidos, textos, mapas análisis de las redefinir el libro y la lectura, o si
sensitivos y enlaces implicaciones políti- generaremos nuevas definiciones
agradablementediseñ ados, y cas de esta nueva para estos nue- vos productos y
que permiten consultar tecnología serían activiclades. Lo que sí sé , es que
informa- ció n que es de objeto de otros las cosas nunca volverá n a ser
interés. De hecho, algunos capítulos de re- igual que antes.
ven en el hipertexto la po- flexió n.
sibilidad de liberarnos de las Es obvio que estas En chino, la palabra crisis
limita- ciones de lo impreso, es la misma palabra
herramientas
que oportttnidad.

REVISTA DE LA UHIVERSJDAD DEL VALLE / ABRIL DE 1997 / № 16 57

 lectura guíe yo me percatara che ellas.
El presente artículo guarda

y
estrecha relación con esa
inquietud que, sin saberlo,
aqueljoven dejó en mí hace ya

escritura
varios añ os. Abordan en é l los
encuentros y desencuentros pro-
ducidos entre los hábitos de
lectura y escritura tradicionales v
aquellos que surgen como
consecuencia de la llegada de
Encuentros y
algunos programas de
desencuentros
computadora (software), como por
de los jó venes con las
ejemplo los procesadores de tex-
nuevas tecnologías
tos, los video juegos, los procesa-
dores de imá genes, etc'.
Nunca olvidaré el día en que un
Todos los planteamientos que
estudiante me preguntó si podía
expondrá a continuación surgieron
hacer su trabajo de Teorías de la
de una conversación extensiva' con
Comunicación sobre la multimedia
ocho estudiantes de Comunicación
y vo, después de pedirle que me
Social de la Universidad del Valle
repitiera el tema que deseaba
que en ese momento cursaban
abor- dar en su investigació n, me
en- tre segundo y sexto semestre
quedé perpleja porque no sabía de
de la carrera*. En dicha
qué me estaba hablando. Y no lo
conversació n se abordó la relació n
olvidaré porque en ese momento
de los participan- tes con las
medi cuen- ta de las
tecnologías de la comu- nicació n
transformaciones que esta- ban
y de la imagen, incluidos los
sucediendo a mi alrededor sin
medios de comunicación audio-
visualylas nuevas tecnologías de
‹siovnuun cnnvnunc numeros Profesora de la
Escuela de Comunicació n Social de la
la informá tica. Empezaré por
Univer- sidad del Valle expo- ner algunos aspectos
generales de
 eri relación con tales dispositivos,
para luego centrarme en lo concer-
niente a las transformaciones en
sus prácticas de lectura y escritura.
En su gran mayoría, estos jóve-
nes no tienen una relación fuerte
con el universo tecnológico depun-
ta. Para ellos, el acceso a las
nuevas tecnolo ías tiene una doble
impli- cación. La primera de ellas
es una implicación de tipo
económico yse relaciona con la
necesidad de con-
tar con los recursos económicos
suficientes para estar a1 día con los
adelantos en esa materia. La
segun- da es una implicación de
carácter formativo y tiene que ver
con el aprendizaje continuo
exigido de manera imperativa por
los cambios pei“manentes en las
nuevas tecno- logías che la
infomación.
Entre los dispositivos
tecnológi- cos de la comunicación
que más utilizan se encuentran la
radio, el cine, el video, la televisión
ye1 com- putador, aunque el uso de
éste útti- mo se limita al
procesador de tex- tos y en algunos
casos a los juegos de computador.
Este rasgo se acen- túa afín más,
considerando que en su formación
académica el empleo de las nuevas
tecnologías de la in- formática y el
conocimiento de los lenguajes que
les son propios, no ocupan un lugar
preponderante al interior del
programa de estudios‘. ho obstante,
la familiaridad que tie- nen con el
fenómeno de las nuevas
tecnologías se deriva de la presen-
cia recurrente de éstas en las discu-
siones y reflexiones teóricas,1o
cual, seguramente, ha contribuido a des- pertar en
ellos una actitud analítica frente a las
transformaciones que de allí se desprenden.
los medios audiovisuales de co- municación
son considerados por estos jóvenes como
instancias me- diadoras entre los sujetos yla
reali- dad que los rodea. Sin embargo, ellos
cuestionan aquellas situacio- nes en las que los
medios sustitu- yen las propias experiencias de
los individuos y evitan el contacto de unas
personas con otras al propi- ciar el
individualismo, el repliegue al espacio privado y
las relaciones esporádicas o fragmentarias con la
ciudad. Esta preocupación por el contacto con el
otro y con el mundo que los circunda, no les
impide re- conocer que, pese a lo insustituible de
muchas experiencias, las tecno- logías dela
información y de la ima- gen propician a su vez
otro tipo de experiencias que por fuera de ellas
no hubieran sido posibles. De otra parte, en lo
que respecta al ámbito educativo, consideran que
las tec- nologías, al lado de instituciones
reconocidas como la familia y la escuela, son
entes que contribuyen a la formación de las
personas, aun- que señalan el peligro de
establecer una relación de dependencia con
ciertos dispositivos tecnológicos.
En resumen, las apreciaciones de los
estudiantes no tienden a la crítica radical, pero
tampoco a la adhesiónabsoluta.A1consic1erarque
las tecnologías no son en sí mismas ni buenas ni
malas, reconocen que
 el tipo de influencia de éstas solamente tres escritura de textos procesador de
en la vida de las personas programas de textos), el almace- namiento yla
depende del uso que se les computación: el organización de datos j›ase de
dé. De todas mane- ras, procesador de textos, datos), el procesamiento de
aunque se trate de una los juegos gráficos, el procesamiento de
influen- cia positiva, el electrónicos ble imágenes y el jugar electrónico, lo
hecho de que las tecnologías computador, yen que tenemos entonces es un indica-
faciliten ciertas tareas en la unos pocos casos el dor del alto nivel de subutilización
vida académica, profesional procesador de de la tecnología, que se hace aún
o cotidiana de la gente, no gráficos. Si se tie- ne más palpable en el uso discrimina-
significa, para los en cuenta que dentro cto de los programas que manejan
estudiantes, que todas las de los usos más estos jóvenes.
acciones en estos ámbitos frecuentes del Contrario a lo que sucede con
deban estar mediadas por computador se los usuarios experimentados, la
ellas. encuentran el cálculo apropiación por parte de los estu-
Por otra parte, es muy comercial y diantes de las nuevas tecnologías
significa- tivo que estos estadístico (hoja de la información provoca todavía
jÓvenes estudiantes utilicen electrónica), elpro- tensiones entre las formas anterio-
cesamiento y la res de ejecutar sus labores escritu-

REVisva oE A uní v ERSIDAD DEL VALLE / ABRE L DE 1997 / № 16

59
 con rela-

rales y las nuevas formas de ción a los modos de acceder al co-

operar estas prácticas,
promovidas por el nuevo
dispositivo tecnológico. Mien- tras
que para los primeros el perio- do
de apropiación de la tecnología
ya ha superado sus etapas más
críti- cas -de tal manera que los
avances nuevos en el campo de la
informáti- ca no generan mayores
traumatis- mos en sus rutinas-,
los segundos aún se encuentran
en un periodo de
adaptaciónyajuste,1o cualimpli- ca
para ellos rupturas fuertes en sus
hábitos ne trabajo. Es esto lo que
desarrollará a continuación, al
ha- blar de los cambios en las
prácticas de la lectura y la
escritura como consecuencia del
ingreso del procesador de textos
a las rutinas de trabajo de los
estudiantes de Comunicación
Social.
El libro:
encuentros y
desencuentros entre los
viejos y los nuevos modos
de acceso al conocimiento
la crisis del libro y la lectura
remiten a stu ámbito más ancho
de cambio cii/tiirn/; el Ntre
concepto las nuevas condiciones
del saber con las nuevos formas
de sentir, de la sensibilidad:t,
y ambos con los nuevos modos
‹::te juntarse, es decir, con
las nuevas figtiras de la
g¿¡ygp
Jesíis Martín Barbero'.
nocimiento, lo primero que se vie- ne
a nuestra mente es el reposicio-
namiento del libro como herramien- ta de
producción, conservación y
transmisión del conocimiento.
‹Quién ha ocupado sub lugar? ?Es
absoluto este desplazamiento? Qui- se
comenzar este segmento con estos dos
interrogantes, básicamen- te porque una
de las cosas que más llamó mi
atención a1 conversar con los
estudiantes de Comunicación Social
es la reivindicación que ellos hacen del
libro como tecnología para la
transmisión del saber. Lo interesante
es que ellos en ningún momento
desconocen las poten- cialidades que
para tal efecto tienen las nuevas
tecnologías de la infor- mación con
sus bases de datos, sus pocesadores
matemáticos y esta- dísticos, sus redes
de información, etc.
Me parece pertinente retomar aquí
el concepto de tecnología inte- lectual
propuesto por Pierre Ley, con el cual
este autor designa aque- llas tecnologías
que una civilización utiliza para la
producción, la repro- ducción y la
conservación de los conocimientos.
PlanteaLevy que así como la escritura
desplazó en su momento
a1aora1idad,1ainformáti- ca puede
desplazar a la escritura en tanto
tecnología intelectual domi- nante, lo
cual no implica la desapa- rición de las
tecnologías‘inte1ectua- les’ desplazadas,
sino la pérdida de su estatus anterior.
Lo que presen- ciamos hoy es,
justamente, el cam-

Si nos preguntamos qué ha

cam- biado en los últimos anos
 obtenerlainformación más Estos jóvenes reconocen que
confiable, lo más rápido las formas de interacción social se
posi- ble para tomar la mejor es- tán viendo modificadas gracias
decisión»'. Pues bien, el a la presencia de los medios
desplazamiento puede ser audio- visuales de comunicación
resumido de la siguiente y de las nuevas tecnologías de la
bio del estatus del libro (materiali- zación de
manera: si antes se informati- ca. Sin embargo,
la tecnología de la escritu- ra), ante el
consideraba que el ejercicio abogan por la per- manencia de
predominio de los sabe- res operacionales.
del saber estaba ligado a la ciertos espacios, de forrñas de
Esto significa que si bien la tarea del libro
dispendiosa labor de interacción que no aislan sino que
(y de la escritura en general) era la de acu-
encontrarlo y extraerlo de los unen la gente. El apego al libro es
mular y conservar el saber, los ban- cos de
libros, hoy sucede algo quizás para ellos la posibili- dad
datos no fueron concebidos como una forma
distinto; el conocimiento es de rescatar formas de inter-
para «contener todos los conocimientos
util si es aplicable a la toma acción social desplazadas, como
verdade- ros sobre un sujeto, sino el conjun-
de deci- siones y si es pueden ser los encuentros
to del saber que puede ser utilizable con
obtenido justo en el casuales
sentido práctico. (...) El uso de los bancos de
momento en el que se lo solicita.
datos es ante todo operacional:

6O LECTURA Y ESCRITURA / GIOVANNA CARVAJAL BARRIOS

 (de libros o de personas) cuando
se asiste a una biblioteca, el
contacto con algunos lugares de
la ciudad que puede ser evadido
gracias a los cajeros automáticos,
el fax, el internet, etc. Por eso me
parece que una forma de describir
la relación de estos jóvenes con
las nuevas for- mas de acceder al
conocimiento es la de los
encuentros y los desencuentros.
Un primer tipo de encuentro
es aquel que se da cuando los
jóvenes reconocen las
posibilidades ofreci- das por las
nuevas tecnologías y cuando
asumen que para ello es necesario
aprender a moverse en ese
ambiente, a operar las tecnolo-
gías, a estar conectado. También
es un ejemplo de encuentro el
caso de un joven cuya relación con
la lectu- ra ha sido más bien
conflictiva y para quien la imagen
es el recurso ideal en la
transmisión del conoci- miento.
Otros, menos conformes con esa
tendencia, clirían que eso
depende tanto de las
posibilidades que ofrezca
determinada tecnolo- gía como de
los fines que se bus- quen con su
utilización.
Por otro lado, podemos hablar
de desencuentro en varias
situacio- nes particulares: cuando
el apego a ciertos hábitos de
lectura en el pa- pel impreso
(subrayado de frases importantes,
notas al margen, dibu- jos en los
espacios en blanco,
remembranzas, en fin, todo lo
que se podría hacer sobre el papel
y no se haría en la pantalla) hace
intole- rable la lectura de textos
en soporte electrónico; cuando el sentarse fren- te a la
pantalla del computador a leer exige una
postura estática, de- masiado formal y
rígida; cuando se tiene la tentación de llevar
el libro a otros lugares; cuando la página pa-
rece menos enigmática que la pan- talla
iluminada; en ultimas, cuando se toma
conciencia de que el líbro significa algo
más que el acto de leer.
El desencuentro con la lectura en el
cómputador quizás sea el pre- cio que se
deba pagar por otros encuentros que
también seducirán y atraparán al nuevo
lector. Tal vez los jóvenes tengan esa oculta
con- fianza en las nuevas tecnologías: que
aquello que hoy añoran del libro (aún
cuando éste no se ha ausentado) sea
recuperado gracias a la evolución de los
programas, cuando la desaparición del
soporte impreso sea una realidad yse gene-
ren modos necesariamente distin- tos de
lectura, cuando los portátiles no sean un lujo,
cuando los virus no amenacen con borrar
toda la infor- mación, en fin, cuando no
haya motivos para temer el abandonarse a
las bondades de las nuevas tecno- logías...
De la escritura caligrótica y
mecánica
a la escritc4z'a digitalizada
Como ya se había anotado ante-
riormente, el uso más frecuente que estos
jóvenes hacen del computa- dor, está
relacionado con la escritu-
ra de textos en el procesador de Una afirmación de jóvenes, nos encontramos con que
palabras. Lo que me interesa Alejandro Pis- citelli nos para algunos de ellos escribir
desa- rrollar en esta parte final es la sirve para abordar esta empleando como herramienta el
modi- ficación en las formas de idea: procesador de textos (escritura
escritura (hábitos mentales, «Un determinado elec- trónica) es muy motivante,
sistemas de ope- ración y rutinas cuadro psíqui- co se pues con la pantalla en frente y
de trabajo) a partir del uso mel despliega cuando con la velocidad que permite el
procesador, conside- rando que en escribimos en un tipo teclado logran hilvanar mejor sus
las etapas iniciales de apropiación específico de elemento ideas y desarrollar unaescritura
se producen tensiones que pueden y no en otro. Cierta fluida. Para este tipo de jóvenes
desembocar tanto en un rechazo a expresividad se resulta muy complicado escribir
las nuevas formas de operar la efectiviza cuando la a mano y tre- mendamente
escritura como en una adaptación interacción con la aburridor transcribir textos que
total a ellas, pasando por una herramienta adopta esta no han sido escritos di-
asimilación parcial que con- duce al forma o aquella»’. rectamente en el computador. Sin
uso discriminado del proce- sador Visto desde la
en la producción de textos. experiencia de estos

REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DEL VALLE / ABR!L DE 199Y / № 1 G

6]
embargo, cuando los textos escri-
tos en el procesador se dan por
terminados, siempre son
sometidos a una revisión final,
pero ya sobre el papel impreso.
Está también el caso contrario
de quienes han intentado utilizar
el procesador de textos pero no se
han logrado habituar a é1. La
panta- lla, en vez deser un factor
motivante, es una condición
inhibidora de las habilidades para
la escritura, así es que escriben
siempre sus textos a mano y
posteriormente los trans- criben
en el computador para que
queden bien presentados.
Finalmente, se encuentran
quie- nes hacen un uso selectivo
del procesador, dependiendo del
tipo de texto que se dispongan a
escri- bir. En ese caso, por
ejemplo, se puede mencionar a
un estudiante que prefiere escribir
los textos per- sonales a mano y
los expositivos y referenciales en
el computador; o una joven que
hace todo lo contra- rio: textos
como reseñas, artículos o ensayos
prefiere escribirlos a mano,
mientras sus reflexiones per-
sonales y sus cuentos prefiere ha-
cerlfis en el computador.
lo anterior guardia una estrecha
relación con lo planteado por
Piscitelli cuando sostiene que el pro-
cectimiento de la escritura
electró- nica permite la velocidad
y la ma- leabilidad de la escritura,
en benefi- cio del escritor pero
que al mismo tiempo la
sustitución de la pluma por la
impresora borra la huella de la
subjetividad de quien escribe*. Y
parece ser que hay algo de esto textos y para jugar en él.
en las decisiones que toman los Otra de las dificultades opera- tivas
estu- diantes al relacionar tipos de se le puede presentar a una
textos con determinadas
herramientas para desarrollar la
escritura.
Una de las tensiones más agudas
que se producen en el proceso de
incorporación del computador a
la práctica de la escritura, es la
que se relaciona con el deseo de
culminar ese proceso inicial sin
que aún se haya dado la
modificación de cier- tos hábitos
mentales, necesaria para facilitar la
interiorización de los nue- vos
modos de operar la escritura.
El considerar que con el uso
del procesador de textos es posible
aho- rrar tiempo se puede
convertir en una presión para
cambiar de mane- ra precoz los
hábitos y rutinas de trabajo que
están muy arraigados y que en
ocasiones son obstáculos para el
aprendizaje que se está lle- vando
a cabo. Me refiero, por ejem- plo a
la dificultad que puede repre-
sentar escribir sin haber hecho
an- tes esquemas previos,
compilación de citas
bibliográficas, cuadros
sinópticos, resúmenes, todos
ellos a mano. Naturalmente, con
el tiem- po estas tensiones van
sediento, pero aún así existen
casos de perso- nas que se
declaran francamente incapaces
de escribir textos en el
computador, como le sucede a
uno de los estudiantes de
Comunica- ción Social que
utiliza el computa- dor
principalmente para transcribir
persona que, acostumbrada a escri- bir
sobre una mesa o un escritorio,
clespliega sobre él todo el material
impreso necesario para la escritura de
un texto y de manera recurrente revisa
las páginas escritas, haciendo anexos
donde sea necesario, mo- viéndose por
los distintos puntos del texto sin que
ello represente mayores
complicaciones. A simple vista, este
tipo de procedimientos deben ser
mucho rríás sencillos en el procesador
de textos, pues parte de su función es
facilitar el armado y la reconfiguración
de un escrito. Sin embargo, para una
persona que recién se asome al empleo
6P
de la tecnología esto
puede ser algo difí- cil de
manejar y por ello
requiere de un cierto
grado ne entrenamiento
para superar tales
obstáculos.
Quizás sea allí donde radique
la
posibilidad de que la
práctica de la escritura se
enriquezca y gane para sí
nuevos adeptos: en los
recursos que una
tecnología como el com-
putador -de manera
específica el procesador
LECTURA Y ESCRITURA / GIOVANNI CARVAJAL BARRIOS
de textos- puede pro- veeren
beneficio de la búsqueda de
nuevas formas de escritura que
ade- mas resulten gratificantes
paraquie- nes decidan asumir el
reto de en- contrarlas. Entre
ellas, por qué no mencionar la
posibilidad de saltar el aprendizaje
dela escritura caligráfica que tanto
se ha cuidado en las es- cuelas y
colegios, pero que cada día recibe
menos atención por parte de los
sujetos productores de textos. El
teclado permite hoy una relación
táctil distinta a la que se deriva de
la
escrituraamano,y esta es una
trans- formació n que, en un
futuro no muy lejano, puede ser
muy signifi- cativa para los
nuevos modos que adopte la
escritura electró nica.
Para cerrar, quisiera dejar plan-
teadas dos inquietudes y un inte-
rrogante que ami modo de ver resu-
menlo que hasta aquí se ha
expues- to que forman parte de
los cami- nos trazados hasta
ahora, en una bú squeda que
apenas comienza.
Empecemos con las inquietu-
des: creo que es necesario explorar
muy a fondo aquella tensió n
entre viejos há bitos de la
escritura cali- gráfica ylas
expectativas que el usua- rio tiene
con relació n a uso del com- putador,
para a partir de allí enten- der la
selectividad del uso de la nueva
tecnología en la ejecución de
proyectos escriturales concretos
(escritura subjetiva e interior fren-
te a la escritura expositiva o ensayís-
tica).
la segunda inquietud se relacio-
na con el peso de los aprendizajes
de la lectura y la escritura tradicio-
nales ema adquisión de ciertas des-
trezas orientadas al uso de las nue-
vas tecnologías de la información.
Si tenemos en cuenta que para
aprender a manejar el computador
es necesario pasar por los conoci-
mientos de la lectura y la escritura
que, en su momento de adquisición
representaron para las personas
una ruptura significativa en sus
hábitos mentales,
valdríalapenapensaraquí si es
justamente el acceso tardío al
mayores traumatismos y rupturas
en esa primera etapa de apropia-
ción, considerando que la presen-
cia de los aprendizajes propios de
la lectura y la escritura convencio-
nal es mucho más acentuada que la
de los nuevos hábitos propiciados
por la nueva tecnología. A esta in-
quietud habría que agregarle la ne-
cesiclad de investigar la incidencia
que tiene en los jóvenes una histo-
ria familiar y escolar con una
fuerte presencia de las tecnologías
de pun- ta, en cuanto al
afianzamiento de ciertas prácticas
de lectura y escri- tura.
Finalmente, creo que queda
en el ambiente la pregunta sobre
los perfiles de aquellos jóvenes
que, una vez agotada la fase de
encanta- miento frente a la nueva
tecnología, persisten en su interés
de adueñar- se de ella y que
además desean continuar en ese
constante apren- dizaje que nos
plantea hoy el ámbi- to de las
nuevas tecnologías. En fin, creo
que el trabajo del investigador no
sería tan fascinante si su campo
de estudio estuviera desprovisto de
interrogantes y de dudas por resol-
ver.
i'dotas
1. Este artículo se inscribe en
una investigación titulada «Jóvenes:
lectu- ra, escritura y medios
audiovisuales»,
computador lo que puede causar
en su libro más allá de la sociología,
Siglo XXI, Madrid, 1979.
3. las dos sesiones del grupo de
discusión se llevaron a cabo en octubre
de 1996. Las edades de estos
jóvenes oscilan entre los 18 y los
23 años. El estrato al que pertenecen
está entre el medio-medio y el
medio-alto.
4. Comparado con otros planes
de estudio como Ingeniería de
Sistemas o Ingeniería electrónica, el
plan de estu- dios de Comunicación
Social no tiene
unfuertecomponentematemático-tec-
nológico ni una aproximación acentua-
da a los lenguajes de la informática.
5. Martín Barbero, Jesús, «Nuevos
modos de leer», Magazín Dominical, €/
Sspectador, No 474, mayo 24 de 1992.
6. levy, Pierre, «La oralidad prima-
ria, la escritura yla informática», Revista
de Consejo latinoamericano de
Cien- cias Sociales, No58, octubre
de 1991.
7. Levy, Pierre, op cit.
S. Piscitelli, Alejandro,«Los hiper-
medios ye1placer del texto
electrónico. Ficción, representación y
tecnología», en la Revista David y
Goliath, lo 58, octubre de 1991.
9. Piscitelli, Alejandro, op. ch.
en la 2. Una de las estrategias de recolec-
Maestría en ción de información empleada en
Comunicaci esta investigación se denomina
ón y Dise-” ño Cultural de la Universidad del Grupo de Discusiónyes desarrollada
Valle. porJ, Ibánez

REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DEL VALLE / ABRIL DE 1997 / № 16