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Introducción:

En el presente trabajo se van a exponer muchas cuestiones que giran entrono a la


literatura digital.

Primero vamos a centrarnos en dar algunas definiciones básicas vistas en clase


para poder entender mejor ciertos puntos del estudio.

Segundo vamos a hablar sobre la literatura digital y la diferencia de la


materialidad asociada hasta ahora con la literatura. Se plantearán las dos maneras de
abordar un texto, ya sea de manera digital mediante algún dispositivo o de manera física
mediante la posesión del libro en sí.

Tercero se va a hablar de las ventajas y desventajas de este cambio en cuanto a


la lectura se refiere. La diferencia de conexión entre un libro y el lector y un lector y un
texto digital, y del papel a desarrollar por parte del lector en cualquiera de los dos
medios.

Cuarto, se va a tratar el papel que cumple el autor de una obra impresa y el de


una obra digital (realizada por medio de programas informáticos).

Y, por último, presentaremos una conclusión que se ha ido elaborando mientras


se producía este trabajo.
El futuro de la era digital: literatura digital.

Para entrar en materia de nuestro estudio aquí presente, es necesario tener en


cuenta el significado de una serie de términos. Por un lado, tenemos el texto que es un
enunciado o conjunto de enunciados escritos que ofrecen la última voluntad del autor,
dejando de lado textos como el oral o el digital, que conllevan ciertos matices. Es un
concepto abstracto, conjuntos de enunciados perfectos que el autor tiene la intención de
difundir. Si hay que reeditar textos editados por el autor, se debe siempre cumplir la
última intención de este. Por otro lado, tenemos el testimonio, que es cada uno de los
objetos manuscritos, impresos o digitales que constituyen la tradición textual de una
obra y pueden ser los códices (tradición manuscrita), libros (transmisión impresa) que
han transmitido un determinado “estado” de texto en un momento determinado. Y por
último la obra, es decir, el conjunto de la recepción de un texto a lo largo del tiempo de
las interpretaciones y lecturas que ha ido acumulando más allá de la última voluntad del
autor. Incluye las traducciones, las adaptaciones, reediciones e iconografía.

A parte de estos conceptos ya mencionado también va a ser muy importante,


para nuestro ensayo acerca de la literatura digital, hablar de la crítica textual ya que es
la ciencia que se dedica a la edición de los textos, tanto antiguos como modernos, a
partir del análisis y el estudio de los testimonios que los han transmitido. La crítica
textual es un ámbito de estudio más amplio y abarca campos de estudio como la
transmisión de los textos (en diferentes soportes y épocas, desde el rollo, el
manuscrito, el impreso…hasta los soportes “orales”, los informáticos…), la
comprensión de los textos, lo que supone los cambios textuales sufridos en el proceso
de su transmisión (a partir de testimonios), que se concreta en “ediciones científicas”:
ediciones facsimilares y paleográficas (testimonios), críticas (texto), divulgativas,
escolares… y la recepción de los textos, lo que explica cómo y por qué motivos han
sido modificados en su recepción, hasta qué punto se ha modificado su naturaleza
textual y se puede hablar de nuevos “textos”, la recepción en otras lenguas, en otros
formatos…No es solo la metodología para editar textos, sino también para intentar
comprenderlos en toda su complejidad.
Cabe destacar que cualquier texto, ya sea digital, oral… siguen un proceso desde
sus orígenes hasta su aspecto final (lo cual vamos a tener muy en cuenta a la hora de
hablar del proceso del texto digital dentro de la literatura digital).

Primero sucede el proceso textual, que es en el que surge la idea dentro de la


mente del autor; segundo, el proceso de transmisión aquí es donde surgen los
testimonios, es decir, los objetos que van a hacer posible la recepción del lector. Estos
son el códice (transmisión manuscrita), el libro (transmisión impresa mediante imprenta
manual, industrial o digital) y el texto digital (transmisión digital, no se refiere solo a la
digitalización, sino también a aquellos difundidos en las redes); y tercero tenemos el
proceso de editorial y de recepción, donde pasamos de los testimonios a la edición y la
interpretación. Gracias a esto, los lectores del presente pueden tener acceso a textos del
pasado o incluso contemporáneos, pero con elementos inmateriales adicionales para
fiabilidad (como críticas o adaptaciones). Dependiendo del tipo cambia el proceso.

Ahora bien, con los principales conceptos explicados vamos a adentrarnos en la


literatura digital. Esta literatura está pensada y diseñada para ser ejecutada e
interpretada por medio de cualquier tipo de dispositivo electrónico, y de hecho
contrario, si su lectura no se realiza de manera digital o se lleva a otro forma, esta
perderá su sentido y su significado inicial (Gaínza, 2017) (ya que, si desde un principio
se elabora en este formato digital, es porque se busca una difusión en el formato
original).

La literatura digital va a presentar una nueva estructura en comparación a la


estructura de un libro impreso, puesto que la literatura digital va a ser mucho más
interactiva y se va a dotar de la hipertextualidad. Este tipo de novelas van a incorporar
consigo una serie de enlaces que a su vez te van a llevar a más enlaces. Muchos de estos
enlaces te van a redirigir a otros textos, a lo que llamaremos hipertextos, es decir, que la
literatura digital potencia la existencia de estos hipertextos, mientras que la literatura en
formato impreso los limita. En la literatura digital el lector va a desempeñar una nueva
función, ya no solo la de leer la obra e interpretarla con lo dado, sino que esta vez, el
lector va a interactuar con la obra a través de estos enlaces. Incluso, por este mismo
hecho de tener la capacidad de elección en cuanto a los enlaces que abre, va a formar
parte también de la construcción de la obra. De esta manera, el autor y el lector
comparten la tarea del desarrollo de la obra. (Gaínza, 2017).

Por otro lado, la escritura digital, se emplea para componer esta literatura digital
con la ayuda de recursos electrónicos que van a marcar diferencia como un nuevo
método de composición de obras. Este tipo de escritura mejora la producción, la
trasformación y la transmisión de la información y el conocimiento a través de ella
(Fernández, 2011).

Ante esto, cabe mencionar otro punto que surge a partir de esto y que hay que
tener muy en cuenta: el segundo plano al que pasa la materia misma de la literatura que
hasta ahora (hasta la llegada de la era digital) había sido la única concebida. La parte
material de la literatura, el libro, llegó a ser sinónimo de literatura ya que no existía la
literatura si no existía el propio libro (Adell, 2004). Algunas disciplinas como la
historia, la crítica de la literatura e incluso la teoría literaria consideran que esta parte de
materialidad es fundamental. La literatura había sido hasta entonces aquello que un libro
contiene. Posteriormente se dieron varios casos de literatura experimental como, por
ejemplo, las vanguardias. Pero a pesar de esto, la literatura independientemente de su
“natural” materialidad va a ser intrínseca a los signos convencionales de su entorno.
(Kozak, 2015, pág. 93)

Por literatura digital entendemos que es una especie de método literario que se
beneficia de la informática para llevar a cabo la producción y, de igual manera la
recepción. Por su puesto va a seguir muy presente la experimentación verbal, aunque la
tecnología haya hecho todo más sencillo a la hora de producir obras, mucho más
fructífera su globalización y mucho más enriquecedora su composición gracias a nuevas
técnicas como el uso del lenguaje visual y el lenguaje sonoro. (Kozak, 2015, pág. 93)

A pesar de que, en la actualidad, la literatura digital esté cada día más presente y
que sea un tipo de literatura conocida mundialmente siguen teniendo cierto predominio
las obras impresas ya que siempre ha sido el aspecto natural de la literatura. La
materialidad en la literatura digital debería hacerse más evidente, ya que remite a los
sentidos y no solo se va a guiar por cuestiones imaginativas como pasa con los libros.
De esta manera, la materia de la literatura digital es mucho más interactiva puesto que
se usan lenguajes artísticos para poder abarcar imágenes que muestran dimensiones,
movimiento y colores. También se nos van a mostrar sonidos que involucran alturas y
ritmos. Y, por último, personajes que interactúan mediante movimientos. Este tipo de
literatura también se conoce como literatura ergódica, ya que requiere un especial
esfuerzo por parte del lector (Aarseth, 2004) (Kozak, 2015, pág. 94).

Ante la popularidad que fue adquiriendo la literatura digital y el uso de las


pantallas como medio de transmisión surgió la problemática del fin de los libros físicos.

Han pasado muchos años desde la invención de la imprenta y lo que esta supuso
para la evolución y expansión de la literatura y a su vez de la cultura, el conocimiento y
la individualidad a través de los libros y la literatura. Actualmente nos encontramos ante
nuevos soportes, nuevos medios de transmisión, los cuales existen gracias a la gran era
digital en la que nos hallamos inmersos. A pesar del gran avance tecnológico, siguen
coexistiendo las dos formas de abordar la literatura y sus respectivas lecturas: por un
lado, tenemos el plano gutenberiano, en donde la literatura es plasmada en soportes
físicos, como son los libros, los comics, etc. Y, por otro lado, tenemos el plano digital,
el cual va a hacer posible la lectura de diferentes obras literarias en múltiples
dispositivos electrónicos, gracias al gran avance histórico de internet y de la tecnología
en general. En este entorno digital, que cada vez es más popular y universal, el hecho de
leer ya no está relacionado con el propio papel, por lo que se va a empezar a poner en
cuestión la función y el papel protagonista que desempeñará la hipertextualidad, los
enlaces e incluso las funciones multimedia como sonidos, ilustraciones, videos… y la
literatura deberá afrontar esta digitalización. (Romero, 2014, pág. 64)

Una de las mayores diferencias que existen entre estos dos tipos de lecturas es
que en la lectura tradicional (papel-lector), muchos críticos afirman que esto sugiere un
proceso individual que va a incentivar la creatividad del lector. Esta lectura conlleva una
relación entre la obra y el lector directa, sin ningún factor externo que interfiera en ella
(lo que se encuentra tintado en las paginas del libro es lo que es y no remite a nada más
fuera del texto, como en el texto digital sucede con los hipervínculos). Es por esto por lo
que se dice que esta es la lectura más creativa ya que los lectores tendrán que llevar a
cabo un proceso imaginativo que los lleve a completar el sentido de la obra, y ni aun así
se sabrá si es certero, puesto que en una lectura tradicional nada le puede asegurar ni dar
pistas de que su interpretación sea una de las deseadas por el autor o no. (Romero, 2014,
págs. 70-71)

Por otro lado, la lectura digital se realiza mediante un dispositivo electrónico. Si


se tarta de una lectura online, el lector va a estar influenciado por factores externos a la
obra, factores como comentarios, referencias a otras lecturas relacionadas, bibliografía,
etc. Incluso se pueden incluir estímulos que generarán una experiencia multisensorial. A
diferencia de la lectura tradicional, la experiencia ya no puede ser solo individual, si no
que se va a poder interactuar con otros usuarios mediante comentarios, reseñas, etc. Lo
que va a favorecer al intercambio de información e impresiones sobre el contenido de la
obra. (Romero, 2014, pág. 71)

Resumiendo este pequeño debate entre lectura tradicional y lectura digital, nos
podemos quedar con que, la literatura tradicional conlleva una interacción individual
entre el lector y la obra. Esta lectura va a alentar la capacidad creativa del lector y la
experiencia del sujeto con la obra va a estar cargada de significados, simbología… Sin
embargo, la lectura digital conllevará cierta interactividad multidimensional. (Romero,
2014, pág. 73)

El mundo de la literatura digital ofrece al lector nuevas posibilidades


a través de la pantalla, superando además la distinción entre quien escribe y
crea quien recibe y lee: las TIC nos permiten un acercamiento interactivo al
texto y demandan del lector una mayor implicación en la lectura (Sáez,
2014).

Partiendo del tema expuesto anterior e independientemente de nuestra


inclinación personal a la hora de trabajar una obra (opinión que se dará más abajo) nos
nace la curiosidad de saber cómo leer un texto hipertextual.

Una de las características de la hipertextualidad es que nos ofrece grandes


posibilidades de lectura, ya que existen varios enlaces dentro del hipertexto. Antes de
que existiese la literatura digital, ya se hacían una especie de estructuras hipertextuales
en la literatura impresa como, por ejemplo, la más conocida Rayuela de Julio Cortázar.
Sin embargo, con la existencia de la literatura digital, nos damos cuenta de que esta va a
potenciar grandemente la escritura hipertextual, ya que nos permite la presencia de
muchos más enlaces que un formato impreso. (Gainza, Carolina; Domínguez Jeria,
Paloma, 2017, págs. 48-49)

Volviendo a lo que es la literatura digital, se podría decir, según Gainza que la


literatura digital es aquella que se concibe de manera digital para que se pueda estudiar
o trabajar de manera interactiva en un dispositivo electrónico. La literatura digital no
hace referencia al modo de producción, circulación o recepción, sino que se refiere a su
relación con los medios digitales. Este tipo de literatura requiere de una transformación
estructural, por lo que se va a centrar en el lenguaje de códigos. (Gainza, Carolina;
Domínguez Jeria, Paloma, 2017, pág. 50)

La relación que se establece entre la literatura y este lenguaje de códigos es la


que va a constituir la estudiada literatura digital. La materialidad digital y el lenguaje
juntos, es lo que nos va a llevar a textos digitales con interacción, hipertextualidad… en
estas lecturas, el receptor va a formar parte de la lectura, no solo por la importancia de
su interpretación para conferirle sentido, sino que va a participar activamente y de una
manera mucho más rigurosa por el hecho de que tiene que emplear todos sentidos para
comprender la obra digital llena de enlaces sensoriales. En esta literatura todo tipo de
medio interactivo que se use será empleado por la determinación de un código. Estos
códigos van a ser los encargados de definir cómo y cuándo van a aparecer estos
elementos. Las estructuras textuales de los textos digitales sean literarios, o no, deben su
existencia a la impecable ejecución de los códigos. Estos códigos van a constituir un
lenguaje programable y manipulable.

Según las autoras del artículo, Lev Manovich afirma que:

Cada parte que compone el objeto digital es independiente de las otras, de


tal forma que poseen su propio significado individual, no obstante, al mismo tiempo,
contribuyen al sentido del objeto del que forman parte. Una imagen, un texto escrito,
una animación, una pieza de audio, todas están compuestas por sus propias líneas de
código y, probablemente, utilizan distintos software. Siguiendo este análisis,
podríamos decir que el lenguaje característico de los nuevos medios, o su estética,
esta marcada por la figura del hipertexto (Gainza, Carolina; Domínguez Jeria,
Paloma, 2017, pág. 52).

Por otro lado, George Landow nos lleva a que el hipertexto cumple una función
de puzle, una vez que el lector comienza a trabajar con él. Y, es por esto que el lector va
a requerir de un nivel alto de interacción con el texto para llegar a comprender la obra
en su totalidad. Hay que llevar a cabo un acto de manipulación de parte del lector con el
texto para poder atravesar los máximos caminos posibles que nos brinda dicho texto.
(Gainza, Carolina; Domínguez Jeria, Paloma, 2017, págs. 50-52).

La literatura digital se encuentra bajo un formato experimental, lo que va a hacer


que cuando el lector, primerizo en este tipo de literatura, se adentre en su lectura no va a
tener conocimientos previos y no va a poder crear determinadas expectativas previas en
su conciencia. Si esta literatura estuviese clasificada en alguno de los géneros literarios,
el lector podría hacerse una idea del contenido de este. Como definición general del
término “género” se utiliza la de Swales, la cual dice que dicha clasificación de textos,
esta basada en las pautas estructurales y discursivas impuestas por determinados
expertos. Sin embargo, los escritores de literatura digital van a tratar de romper estos
estereotipos convencionales establecidos con el fin de crear unos nuevos; nuevas
estructuras estéticas, discursivas… pero siempre partiendo de los medios digitales para
elaborarlas. Los elementos digitales más importantes para tener en cuenta a la hora de
abordar una obra de este tipo serían, la hipertextualidad, la materialidad y el diseño.
(Gainza, Carolina; Domínguez Jeria, Paloma, 2017, pág. 53).

Teniendo en cuenta todo lo mencionado en el presente trabajo, nos va a surgir


una gran cuestión, la de el papel que toma el autor en la literatura digital. Ante esta
cuestión debemos mencionar la aportación del filosofo Jean François Lyotard. Este
autor va a decir que la posmodernidad (paradigma en el que se mueve la literatura
digital), es la causante de la ausencia de elementos que antes permitirían una lectura
tradicional de una obra literaria análoga. Los elementos fundamentales que va a
mencionar son la realidad objetiva, la trascendencia creíble, el público, la expresión
subjetiva y el código general encargado de su transmisión. Por lo que, para Lyotard, lo
que supone el hecho de que se omitan estos elementos, dentro de un mensaje que debe
de ser transmitido, es la completa autonomía del texto y como consecuencia la tan
cuestionable “muerte del autor”. (Fumaz, 2012, pág. 114).

Hoy en día existen programas informáticos (claramente programados por


personas) capaces de elaborar textos literarios e incluso poemas de manera automática,
simplemente siguiendo las pautas que deja el programador en el sistema informático. Y
es precisamente por esto, que se va a tener muy presente las teorías acerca de la muerte
del autor, ya que la creación de estos textos no va a dar importancia al significado, no
habrá una intención previa por parte del autor y el lector tendrá que hacer un ejercicio
particular de interpretación. Cabe mencionar que a pesar de que muchos autores
consideran esto de “la muerte del autor” es cierto que, aunque los programas
informáticos sean capaces de crear nuevas obras literarias, a parte de las personas
encargadas de programar estos sistemas, también va a jugar un papel muy importante,
aquella persona que va a llevar a cabo una selección de estos versos bajo un criterio
estético. A esta persona encargada de esta tarea se le otorgará la función de un coautor,
ya que no es el autor directo de dicha obra, pero sí el que va a realizar esa selección
estética. De esta manera se va a dar una ampliación de la autoría, ya que varias personas
cualificadas para esto van a ser capaces de realizar esta función en las obra digitales e
incluso muchos podrán aportar en una misma obra. Es esta acción, la de clasificación de
contenido la que va a dotar a la obra de literariedad. Cabe decir que existe la posibilidad
de que un programa también se encargue de esta selección, pero no se puede asegurar
que tan exitoso sea en comparación a un experto, teniendo en cuenta que ni los propios
críticos y teóricos que se encargan de valorar la estética de las obras, se ponen de
acuerdo en este tipo de juicio. En este tipo de literatura, el propio lector va a ser parte de
esa amplia lista de coautores ya que las obras en las que se requiera de interactividad
por parte del lector (como la elección de abrir determinados enlaces en lugar de otros)
va a ser este el que vaya trazando el recorrido de la obra. (Fumaz, 2012, págs. 122-123).

Como hemos dicho antes, existen varias teorías acerca del papel del autor, y una
de ellas nos dice que el autor es considerado como una noción previa al texto y es
gracias a esto que el texto va a ir tomando forma, va a ser su punto de partida. Por otro
lado, Barthes va a asegurar que el autor no es previo al texto, al proceso de creación,
sino que este surge al mismo tiempo. (Fumaz, 2012, pág. 123).

En este caso, en el de la literatura digital, el autor surge simultáneamente a la


escritura de dicho texto, ya que no existe una concepción previa de autor. El sentido de
la obra será llevado a cabo mediante el lenguaje, gracias a este, y no por la aportación
de un autor previo. Por este mismo motivo, los sentidos generados a partir de este tipo
de escritura van a ser muy diversos, al igual que sus autores. La mayoría de estos
muchos sentidos ni si quiera serán creados por algún factor interno, sino por la
experiencia del lector al leerlos e interpretarlos. (Fumaz, 2012, pág. 124).

La literatura digital engloba muchas características posmodernas como, por


ejemplo, la fusión de diferentes sistemas de signos con la escritura, la presencia de
marcos temporales, diferentes modos de lectura, interactividad, etc. Llegados a este
punto nos encontramos con la pregunta de ¿hasta qué punto podemos considerar a una
obra digital como literatura digital, entendida como un género literario? Pues bien, la
respuesta es sencilla. Lo que necesita una obra literaria para poder formar parte de la
literatura digital es haberse válido de un programa informático en su proceso de
creación.

La literatura digital abarca varios subgéneros, pero uno de los más innovadores
es el de la escritura automática artificial, que se va a centrar en generar un texto sin
ningún fin, a través de un ordenador, para luego dotarle de sentido a raíz de las
interpretaciones que se hagan de él, o simplemente que tenga valor por su contenido
estético (Cañas, 2010, 145). Este tipo de texto puede producirse mediante la
combinación aleatoria de diferentes palabras, utilización de gramáticas específicas,
combinación de versos completos, de versos menores, utilización de plantillas
rellenables y modelos de probabilidades, que se encargarán de evaluar la sucesión de las
palabras. (Fumaz, 2012, pág. 121).
Conclusión:

Tras haber realizado el presente trabajo, surgen varias cuestiones en torno a él.
Una de las primera cosas que se cuestionan es la posible sustitución de la literatura
impresa por la literatura digital. Surge el debate de si en algún momento la lectura
digital (lectura realizada a través de e-books, ordenadores, tablets, etc.) llegará a
predominar e incluso acabar con la lectura análoga. Pues bien, mi punto de vista aquí es
el siguiente. Aunque es cierto que nos encontramos ante la era con mayores cambios y
avances tecnológicos de la historia vividos hasta ahora, por el momento siguen teniendo
bastante predominio las obras impresas y a mi parecer lo seguirán teniendo hasta dentro
de mucho tiempo. Es verdad, que creo que en un futuro el libro físico desaparecerá, por
motivos de ahorro de espacios ya que no va a ser lo mismo tener tres mil libros en una
estantería de tu casa que tres mil libros en un disco duro. El predominio de la literatura
digital significará mucho más comodidad, algo a lo que el ser humano está
acostumbrado y aspira. Todo avance tecnológico está hecho para mejorar las
comodidades y la calidad de vida del ser humano, por lo que pienso que esto de la era
de los libros digitales sucederá, pero todavía queda mucho para ella, ya que aunque
seamos la especie con mayor facilidad de adaptación y también la que más busca su
comodidad gracias a los recursos que tiene, también es cierto que nos cuesta mucho
soltar algunas de las costumbres que nos han sido heredadas a lo largo de los años y,
como ahora mismo incluso yo diría “no me vas a comparar una biblioteca repleta de
obras maestras con una carpeta en el ordenador creada para este uso exclusivo”, el día
de mañana, si llegase a presenciarlo, que no creo, sería de esas personas que tendrían
todas sus obras favoritas en una carpeta.

Otro punto que marcar dentro de los mencionados en el trabajo es el del grado de
creatividad y de implicación del lector a la hora de afrontar la lectura de la obra. Por un
lado, tenemos a los defensores de los libros físicos, ya que la relación del lector con el
texto es directa y la interpretación por parte del receptor puede llegar a ser mucho más
creativa debido al grado imaginativo que una obra impresa suscita, mientras que una
obra digital, plagada de enlaces lo que va a hacer es aportar a los lectores toda la
información necesaria sin dar lugar a la imaginación.
Ahora bien, a mi parecer la literatura digital si es cierto que puede limitar la
capacidad creativa del ser humano, pero esto va a ser a la hora de interpretar un texto. A
la hora de crear un texto, pienso que el ser humano nunca va a abandonar esa capacidad
creativa que viene arrastrando toda la vida. Por su parte, el texto digital nos va a abrir un
camino muy amplio a nuevos conocimientos ya que, aunque los libros físicos puedan
contener todo tipo de conocimientos inmersos, un texto digital, con algo tan sencillo
como es un enlace, puede abrirte infinitas puertas en un solo documento y tal vez no
ayude a tu progreso creativo, si que puede agrandar tus conocimientos, de manera
ilimitada, sobre alguna materia en concreto.

Por último, habiendo mencionado todo lo dicho en este estudio, podemos


diferenciar, a grandes rasgos, dos tipos de literatura digital. Por un lado, tenemos la
literatura digital creada por un autor, ayudándose de programas informáticos claro está,
pero siendo él el único autor creador de dicha obra, en la que podrá integrar múltiples
enlaces, entre los que el autor tendrá que decidir, consciente o inconscientemente
mediante un proceso de selección, el que más se adecúe a sus preferencias. Y, por otro
lado, tendremos la literatura digital generada total y completamente mediante programas
informáticos azarosos. En este segundo tipo, el papel del autor genera cierto debate ya
que no sabemos hasta qué punto es participe de la creación de la obra. Aunque estas
obras se generen de manera automática, detrás va a existir una persona física encargada
de programar estos algoritmos informáticos. Y, de igual manera existirá un encargado
de dar el visto bueno a estas obras teniendo en cuenta el valor estético.

Ante este hecho, a mi parecer el autor o coautor siempre va a desarrollar un


papel muy importante, por lo que va a ser muy difícil obviar su existencia, y aunque
estas lecturas se pudieran asemejar con un “jardín de los senderos que se bifurcan” ya
que el lector será el que irá decidiendo que direcciones tomar, es el autor el que de igual
manera va a elaborar esos caminos entre los que el lector se va a ver inmerso. Todos los
posibles caminos ya han sido diseñados por el autor o por este ente programador. Esto
nos hace concluir con que, aunque con estos medios se dote tanto al lector como a la
escritura de libre creación e interpretación, lo que si es cierto es que se sigue sometiendo
al texto a una especie de estructura.
Bibliografía:

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%20literatura%20digital%20es%20aquella,ejemplo%20un%20libro
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