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Evolución de la Educación, Desafío para Copiapó

Cristian Perez Marín1

La preocupación por la educación ha sido uno de temas más discutidos nacionalmente, pues

involucra a toda la población del país desde sus inicios. Los modelos implementados en el

tímido proceso de academización del Chile colonial, fueron una copia de los modelos

complutense y napoleónico con la Universidad de Santo Tomás y la Universidad Real de

San Felipe (1662 y 1747 respectivamente). Ambas concepciones de modelo, entrarían a

moldear la incipiente sociedad chilena en los albores de la independencia para así formar a

aquellos que dirigirían los designios del Chile independiente. Desde ese momento se

generaron debates y doctrinas, como la del Estado Docente, con sus defensores y

detractores, contribuyendo a la extensión de la educación primaria, hasta llegar a todos los

niños del país.

En estos primeros años las llamadas “escuelas de primeras letras”, pertenecían en su mayor

parte a los conventos, ya que la monarquía española consideraba la educación popular

como una obra de caridad que debían asumir principalmente las órdenes religiosas. Todo

sacerdote tenía derecho a enseñar.

La escuela colonial se caracteriza por la utilización de métodos memorísticos, acompañado

de una disciplina estricta con castigos físicos y sociales (como la humillación pública de los

estudiantes que cometían algún error u omisión). Estos métodos y castigos tuvieron un

largo período de aplicación que generó aceptación y arraigo social (la letra con sangre

entra), incluso prolongándose hasta la primera parte del siglo XX. Es así como el educador

1
Profesor General Básico, Magister en Educación, especialista en Formación y Evaluación de Competencias
Laborales TAFE Queensland SkillsTech (Australia), Coordinador lineamiento de Capacitación Centro de
Mejoramiento Docente Universidad de Atacama.
Darío Salas, recién en 1917, al reseñar los adelantos conseguidos en educación primaria,

señalaba: "hemos ido sustituyendo los métodos verbalistas y mecánicos por otros más

racionales, más objetivos y más en armonía con la naturaleza del discípulo2".

Otro método era el de los certámenes, en los que se proponía un tema y luego se dividía a

los estudiantes en dos bandos, apodados romanos y cartagineses, que se hacían preguntas

unos con otros. El que cometía un error era castigado. El bando que sumaba más aciertos

era proclamado vencedor. Estas competencias se convirtieron en un espectáculo público

cuando empezaron a realizarse los días sábados en el atrio de la catedral, en la Plaza de

Armas o en las plazoletas parroquiales de todo el país donde Copiapó no fue la excepción.

Los asistentes aplaudían a los sabios y se burlaban y abucheaban a los ignorantes.

A principios de la República, la situación cultural y educacional del país era precaria, pese

que la filosofía de la Ilustración consideraba la enseñanza como requisito del progreso, que

"Por la importancia de su ministerio y por el servicio que hacen a la patria, los maestros

deben ser mirados con toda consideración y honor"3, la dignidad del magisterio estaba muy

deteriorada. De hecho, el primer ejemplo de vejación está dado por el caso de un ladrón de

candelabros de la catedral, que recibió del juez la condena a trabajar tres años como

profesor de escuela acá en Copiapó.

Otro antecedente a considerar es el censo escolar que se hace en el Chile independiente, en

enero de 1843 que indicó que la instrucción primaria alcanzaba en todo el país, solo a

10.000 niños, en una población que llegaba a 1.083.801 habitantes.

El problema de la educación era complejo para una República joven, y un primer paso para

mejorar esta situación se dio con la fundación de la Escuela Normal de Preceptores, en

2
Juan Antonio Massone. Darío Enrique Salas Díaz (1881- 1941). Revista Educar. 2003.
3
Juan Antonio Massone. Darío Enrique Salas Díaz (1881- 1941). Revista Educar. 2003.
1841, la primera de América Latina. En 1842 se funda la Universidad de Chile, y se le

entrega a ésta la Superintendencia de la Educación Pública, en todos sus grados. De esta

forma el Estado comenzaba oficialmente a hacerse cargo de la educación en Chile, a través

de un organismo que poco a poco dará forma a un sistema que sigue mutando hasta

nuestros días.

Esta realidad no es ajena a Atacama, y su evolución ha tenido altos y bajos como los

devenires nacionales en esta materia. Quizás uno de sus notables avances es la fundación de

la Escuela Normal de Preceptores de Copiapó, el 10 de Julio 1905, bajo la dirección de Don

Rómulo J. Peña Maturana, atendiendo a 50 alumnos, quienes se encargarían de formar a los

estudiantes de la región. Esta institución en los dos períodos en que funcionó, pues fue

cerrada por el presidente Carlos Ibáñez del Campo en 1927 y reabierta en 1943, por el

presidente Juan Antonio Ríos Morales, ayudó indudablemente a la educación de quienes

podían acceder a la escuela en las distintas ciudades y localidades de Atacama, los que con

los años fueron aumentando en número e interés por ver en la educación una herramienta

de movilidad social.

Igual que en el resto del país, los esfuerzos por aumentar la cobertura no se hicieron

esperar, y los establecimientos educacionales comenzaron a extenderse a un ritmo que la

formación de profesores no daba a vasto. El Estado tuvo que generar las instancias de

formación acelerada de profesores que cubrieran las plazas que cada escuela demandaba,

con evidentes muestras de carencias docentes y vocacionales. Todo esto se agudiza con la

municipalización de la educación, pues el Estado ya no está directamente vinculado al

magisterio y los recursos y administración de las escuelas pasan a ser parte de los

problemas municipales.
En todos estos años, se ha privilegiado la cobertura, sin embargo, no se ha atendido la

calidad de los aprendizajes, y en educación las dos son igualmente importantes.

Hoy, el sistema educativo regional tiene grandes urgencias que dicen relación con la

calidad de la educación, manteniendo a la región en una posición desventajosa a nivel

nacional. Las principales dificultades apuntan a los resultados de aprendizaje que

históricamente no han podido dar un salto significativo hacia estándares de mayor calidad.

Las causas más directas son las prácticas pedagógicas y la gestión institucional, factores

que en una mirada de oportunidad se transforman en los medios para el mejoramiento de la

educación de Atacama. Las fortalezas dicen relación con una gran población estudiantil que

representa un potencial de desarrollo dúctil y maleable. La evidencia empírica está dada por

los notables logros en ciencia escolar 4, se suma la actualización de la política educativa y el

mejoramiento de la inversión pública en educación. Las oportunidades para el sistema

educativo en una mirada contextual están dadas por el momento económico regional de

desarrollo minero y posicionamiento del mercado internacional de los productos locales

facilitando el apoyo de la empresa a la educación. Las principales amenazas emergen del

desarrollo demográfico y los problemas habituales de los asentamientos humanos en

crecimiento.

Desde este enfoque, se hace necesario pensar en el cómo proyectaremos la educación que

queremos en Atacama y de qué manera estructuraremos los cambios necesarios para

lograrlo. Uno de los puntos que vale la pena destacar en esta visión que queremos darle a la

Educación de Copiapó para el 2050, corresponde a esos proyectos exitosos que en

Educación han dado resultados sobresalientes. Es el caso de “Educación 7 y más aún” que

4
Primeros lugares en los congresos nacionales de ciencia y tecnología organizados por Explora Conicyt los
años 2011 y 2012
tiene su génesis en el Colegio San Lorenzo y su proyecto educativo que se ubica en los

primeros lugares del país en las evaluaciones SIMCE y PSU5.

Pensar en la educación de Copiapó para el 2050 nos obliga a abordar las dos deficiencias

que el sistema educacional regional mantiene: las prácticas pedagógicas y la gestión

institucional.

Situar las prácticas pedagógicas desde el perfeccionamiento de aula responsabilizándose de

los resultados, establece un trabajo docente efectivo sobre la realidad de cada curso. Si a

esta acción se suma el acompañamiento y evaluación de desempeño asociadas a los perfiles

de competencia, indudablemente la gestión en aula reflejaría mejores resultados.

Otro aspecto a considerar es modificar la ley que norma la edad de ingreso a los niveles de

Primero básico que hoy permite ingresar niños que hasta pueden tener un año de edad de

diferencia en un mismo curso, lo que daña profundamente la capacidad de aprendizaje de

nuestros escolares. En términos de promoción debe ser requisito obligatorio que todos los

niños promovidos a Segundo básico sepan leer y escribir correctamente. Modificar los

Decretos de evaluación, que permiten hoy que nuestros estudiantes puedan ser promovidos

hasta con dos asignaturas reprobadas, entre ellas lenguaje y Matemática.

En las líneas de gestión directiva, cambiar las Inspectorías Generales y Unidades técnico

pedagógicas, por nuevas y fuertes jefaturas departamentales (Lenguaje, Matemática, Artes,

Ciencias, etc.) a cargo de un Director Académico que potencie la tarea principal de una

escuela: aprender y enseñar.

5
SIMCE año 2012, 4° Básico el segundo lugar a nivel nacional; II medio el 7° lugar nacional; SIMCE inglés
el 1º lugar regional con un 98,2% de alumnos certificados.
En sintonía con el futuro

El rostro de nuestra ciudad está cambiando. Ya no asombra observar grandes y modernas

construcciones que simultáneamente ganan espacios, producto de la fuerte inversión

privada que ve en Copiapó, un atractivo económico que se proyecta hacia el futuro.

Esta transformación que vive nuestra ciudad es reflejo del interés que ha despertado en el

mundo inmobiliario y comercial la explosión económica de la zona, fundamentalmente por

los grandes proyectos mineros. Esas cifras incluyen una fuerte inyección de recursos en

materias como energía, puertos y obras públicas.

Ante este auspicioso escenario, se presenta el desafío de satisfacer la alta demanda de

capital humano calificado que va a requerir la industria para la construcción y operación de

las iniciativas mineras, pero ¿Centraremos nuevamente toda la actividad económica de la

ciudad en la industria extractiva? ¿Dejaremos que el punto de bonanza se concentre en los

20 años que duran los proyectos mineros para luego caer en decadencia?

En este escenario, la Educación Superior de la ciudad juega un papel preponderante. Si bien

es cierto el Gobierno Regional y las grandes compañías mineras invierten gran cantidad de

recursos capacitando a las personas en actividades vinculadas al sector 6, sólo fortalecen

aquellas actividades deficitarias que la misma actividad minera necesita satisfacer. A

excepción de la actividad agrícola que se sustenta en la producción de uva y olivos 7, no

existen iniciativas que impulsen la investigación de otras actividades económicas que

permitan un desarrollo sostenido en el tiempo de la ciudad.

El énfasis de la formación en Educación Superior debe establecerse desde la

reestructuración o creación de carreras profesionales y técnicas que apunten al desarrollo de

6
Política Regional de Formación de Capital Humano para el Desarrollo Social y Productivo de Atacama.
7
Proyectos FONDECYT Nº 1071102 y Nº 7080082.
otras actividades económicas, no sólo vinculadas a la minería: Industrial, Informática,

Turística, Deportiva, Comercial, etc.

La búsqueda de alternativas de desarrollo regional se remonta a los años 70 y en Chile,

varios analistas estaban buscando modelos alternativos al pensamiento dominante. Por

ejemplo, Walter Stohr propuso la clausura espacial selectiva (Stohr y Fraser Taylor, 1981)

y John Friedmann propuso un desarrollo agropolitano (Friedmann y Douglass, 1978).

Aunque existen diferencias considerables entre ellos, tienen en común la búsqueda de un

desarrollo alternativo basado en actores, recursos y capacidades locales.

¿Qué iniciativas de innovación tecnoindustrial desde la educación Superior se generarán

para diversificar la economía de Copiapó?

ARTICULACIÓN PÚBLICO PRIVADA CON ÉNFASIS EN LA EDUCACIÓN

El Gobierno Regional de Atacama empezó en 2009 a desarrollar un estudio cuyo objetivo

es “diseñar una Política Regional de Formación de Capital Humano para el Desarrollo

Social y Productivo de Atacama”, que tiene como fin “establecer las orientaciones de

promoción, fomento y desarrollo de las capacidades de los habitantes de la Región,

incorporando en su formulación y diseño las características específicas de los sistemas

regionales de Educación, Capacitación, Empleo, Ingresos y de Innovación; conforme su

implementación se realice a través de una gestión pública regional integrada”.

De acuerdo a lo establecido en el Segundo Informe que se presentó en mayo del año 2010,

dentro de los principales problemas regionales se detectaron dos que tienen que ver con la
situación que vive la zona y que, según las autoridades y empresarios, se presentan como

las principales áreas que se deben abordar. Estas son, “Precariedad del Sistema Regional de

Educación”; “Precario Nivel de Calificaciones y Competencias de la PEA (Población

Económicamente Activa)”.

Según el documento8, respecto del sistema educacional, se detalla que “en materia del área

del conocimiento de los estudios superiores, la oferta de carreras que son impartidas por las

Instituciones de Educación Superior, configuran un total de 132 carreras, en donde las del

área Tecnológica; Educación; y Administración y Comercio, contemplan más del 74% de la

oferta académica de la educación superior en la Región de Atacama”, y agrega que “otro de

los problemas es la reducida oferta de educación de nivel Superior de Postgrados, que

corresponde solo al 5% del total de carreras ofertadas. Asimismo, de las 132 carreras que se

imparten en Atacama, siete de ellas son ofrecidas fuera de la comuna de Copiapó por parte

de la Universidad de Atacama. Lo cual constriñe la estructura de posibilidades de

formación superior y de postgrado, con lo cual el potencial de generación de KH (capital

humano) avanzado está condicionado”.

En relación al aspecto del bajo nivel de calificaciones y competencias, el estudio indica que

“asimismo, a nivel de la inversión en capacitación, del total de la inversión realizada en

capacitación durante el año 2008, el 60% es Inversión Pública y 40% del sector privado”, y

agrega que “el conjunto de programas ejecutados en Atacama durante el año 2009,

comprendieron a un total de cinco mil 803 beneficiarios a través de los 293 cursos

impartidos, considerando un monto total de inversión de $1.201.743.380 de pesos. Esta

situación se replica en una oferta de formación y capacitación desarticulada entre los

8
Formación de Capital Humano para el Desarrollo Social y Productivo de Atacama, GORE 2010
diferentes organismos e instituciones públicas y las empresas de los diferentes sectores

económicos de la Región”.

La investigación –en su tercer informe entregado en junio del presente año-, arrojó como

propuesta de una visión estratégica de la política, que “desde una perspectiva económica,

en la lógica de crear la articulación y conectividad entre las demandas del sector

productivo, el mercado de trabajo y la provisión oportuna por parte de los agentes de

formación de capital humano, de las competencias (Capacitación) requeridas por la

economía moderna, reforzada en base a los modelos de Cluster o encadenamientos

productivos y de conocimiento nacionales e internacionales para la diversificación

económica, la innovación y el desarrollo, que enriquezcan y actualicen al máximo las

posibilidades de aumentar la competitividad regional”.

Los esfuerzos deben situarse en alianzas estratégicas entre los activos privados - estatales y

las instituciones de Educación Superior, de modo que los períodos de bonanza económica

sienten las bases del desarrollo pleno de la ciudad sin depender de las fluctuaciones del

cobre.

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