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Principio

de progresión
Introducción
El principio de progresión es uno de los pilares fundamentales
en el entrenamiento físico, la rehabilitación y cualquier
programa de mejora del rendimiento. Se basa en la premisa
de que para obtener mejoras continuas en la condición física o
el rendimiento, es necesario incrementar gradualmente la
carga de trabajo o el estímulo de entrenamiento. Este
incremento debe ser adaptativo, es decir, ajustarse a las
capacidades actuales del individuo para fomentar el
desarrollo físico sin incurrir en riesgos de lesiones o
sobreentrenamiento.
Aplicación del principio de
progreción
1. Aumento gradual de la intensidad: Ya sea en el levantamiento de pesas, en el running o en cualquier otra
disciplina, es importante aumentar la intensidad de tu entrenamiento de forma progresiva. Esto puede
significar incrementar el peso levantado, la distancia recorrida, la velocidad, etc., poco a poco.

2. Periodización del entrenamiento: Divide tu programa de entrenamiento en períodos con diferentes objetivos
(por ejemplo, fuerza, resistencia, velocidad) y ve aumentando la dificultad conforme avances en cada fase.

3. Descanso y recuperación: También es importante progresar en la forma en que manejas tu descanso y recuperación.
A medida que aumentas la intensidad de tu entrenamiento, necesitas asegurarte de darle a tu cuerpo el tiempo
adecuado para recuperarse.

4. Monitoreo y ajuste: Lleva un registro de tus entrenamientos, tu progreso y cómo te sientes. Si notas que
estás estancada o que estás experimentando fatiga excesiva, puede ser necesario ajustar tu plan de
entrenamiento.
Ejemplo

Imagina a un ciclista que comienza entrenando para un gran fondo, una


carrera de ciclismo de larga distancia que suele superar los 100
kilómetros. Al inicio de su entrenamiento, su enfoque es acumular
millas lentamente, a1umentando su resistencia. La progresión podría
verse así:
- Semana 1: El ciclista empieza con salidas cortas, de
aproximadamente 20 kilómetros, a un ritmo cómodo, tres veces
a la semana.
- Semana 2: Aumenta la distancia de cada salida a 30
kilómetros y mantiene la frecuencia de tres veces a la semana.
- Semana 3: Introduce una salida larga de 40 kilómetros el fin
de semana, manteniendo las otras dos salidas en 30 kilómetros.
- Semana 4: Aumenta la salida larga a 50 kilómetros y las otras
dos salidas a 35 kilómetros.
Este proceso de aumentar gradualmente tanto la distancia como el esfuerzo
permite que el cuerpo se adapte al estrés adicional, mejorando la capacidad
aeróbica, la resistencia muscular y la eficiencia en el uso de energía. A lo largo
de meses, este ciclista podría llegar a aumentar las salidas largas hasta
superar los 100 kilómetros, preparándose adecuadamente para el gran
fondo.

Este enfoque gradual asegura una mejora continua evitando el riesgo de


lesiones por sobreentrenamiento o un aumento repentino en el volumen de
entrenamiento, aplicando de manera efectiva el principio de progresión.
Muchas gracias

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