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Prueba
Preguntas obligatorias:
1.- Respecto del tema que le tocó presentar, refiérase a: (una plana ambos puntos)
- La relación posible entre este diagnóstico y las dinámicas que subyacen a las
estructuras de personalidad. Plantee en qué contextos de funcionamiento psíquico
basal podemos encontrar este diagnóstico, dando cuenta de sus matices (1 punto)
- Refiera cómo esta forma de padecer involucraría diversas instancias psíquicas (puede
pensar el psiquismo en torno a sus directrices dinámicas, económicas o tópicas, según
Freud, o pensar las problemáticas de la castración, la identificación, la filiación,
defensas, etc.) (1 punto)
En este caso, el complejo de castración según Freud, junto al complejo de Edipo, podrían
interferir en los destinos de pulsión y elección de objeto, que podría suponer un conflicto
desde el punto de vista dinámico, ya que conlleva una dinámica pulsional dualista. En el
caso de la directriz tópica, podría situarse en la formación del ello, el yo, el superyó e
instancias pre-conscientes, conscientes, e inconscientes, en donde se podría dar cuenta de
la noción de identificación o descubrimiento de su sexualidad. En el plano económico, se
ve reflejada la elección de objeto, ya que Freud dice que muchas veces los homosexuales
se quedan estancados en la fase narcisista, dado que no hay un equilibrio en la líbido del
yo y la objetal, por lo que esta podría ser una causa de la homosexualidad. Sin embargo,
dicho todo esto, es necesario recordar que no se debe estigmatizar a la comunidad
LGBTQ+ por teorías antiguas, que sirven para dar una idea general o una idea de cómo se
construye la identidad homosexual, sino que entender el caso a caso y empatizar con el
paciente.
Asimismo, la teoría freudiana apunta a que la psicosis es una pérdida del interés del
mundo externo y que distintas manifestaciones como son los delirios serían citando a
Freud, (1924) “un parche colocado en el lugar donde originalmente se produjo una
desgarradura en el vínculo del yo con el mundo exterior” (p.157). Es por esto que las
manifestaciones delirantes apuntan a un intento de curación y reconstrucción de la
realidad siendo el ello impuesto sobre el yo, lo que finalmente provocaría esta ruptura de
la realidad. Es así como Freud explicaría que la creación de una nueva realidad se realiza en
compensación de la pérdida en lo psicótico. Dentro de la psicosis, la cual contiene la
esquizofrenia, hay una fragmentación del cuerpo, la paranoia que es la construcción de 3
tipos de delirios: el de persecución, erotomaníaco y celos, que utiliza utiliza como
mecanismo la proyección (De Waelhens, 1985, en Manríquez, p.131).
Por su parte Melanie Klein describe sus dos posiciones: esquizoparanoide y depresiva,
expresando que en la esquizoparanoide si no se da la conciliación entre el amor y el odio
hacia un entorno significativo que es gratificante y frustrante a la vez se instalaría la
escisión pegada al rechazo de la pulsión destructiva en un momento donde no hay una
distinción clara del bebe con el objeto- entorno, por lo que el bebe confunde su
identificación proyectiva y si hay una conciliación de amor y odio por exceso de este, la
escisión unida a la negación psicótica se hará patológica y así mismo existirá predisposición
en el bebe a la psicosis (Gonzalez- Pinto, R- s/f).
Las implicancias clínicas que todo lo anteriormente mencionado conlleva a que muchas
veces los pacientes sean víctimas de políticas de internalización, vulnerándose así derechos
humanos fundamentales, por lo que es necesario crear un plan integral, para ofrecerle
apoyo, a través de una atención personalizada viendo el caso a caso. El fin es obtener la
remisión de los síntomas o que se presenten de forma leve.
Las psicosis no esquizofrénicas son trastornos mentales graves que causan ideas y
percepciones anormales. Las personas con psicosis pierden el contacto con la realidad. dos
de los síntomas principales son los delirios y alucinaciones. Los delirios son creencias falsas
tales como los delirios erotomaníaco, de celos o paranoide. Las alucinaciones son
percepciones falsas de carácter auditivo y/o visual, es decir, ver o sentir algo que no existe
en la realidad. Este tipo de psicosis se pueden dar a través de las siguientes
manifestaciones tales como el trastorno delirante, el cual se describe en que el paciente se
caracteriza diferente al esquizofrénico, es decir, existe delirio pero no hay alucinación,
existe un desorden psicótico del pensamiento, las ideas no son extrañas, es decir, son
improbables pero no imposibles, sin embargo, sigue siendo un delirio. Cuando la idea es
extraña e imposible se convierte en una esquizofrenia. En resumen, el trastorno delirante
es una psicosis reactiva o anormal en la que interviene una predisposición personal, es
decir, puede ser una personalidad paranoide y los factores externos que además actúan
como desencadenantes. Todo está relacionado. La personalidad responde de manera
paranoide ante una situación, no hay deterioro de la personalidad. Dentro de los delirios
que se distinguen están el erotomaníaco, cuando la persona piensa que alguien famoso o
reconocido públicamente está enamorado de él/ella. El delirio de grandeza que es cuando
cree tener algún conocimiento importante y más alto que otras personas, el celotípico,
donde el tema central es que cree que su pareja le es infiel siempre, el persecutorio y el
somático, que trata de sensaciones corporales, creen que están infectados por parásitos.
El tipo de delirio más frecuente es el persecutorio y el celotípico es el más prevalente en
hombres. Se da como un delirio crónico. Ahondando en el DSM-V se encuentra el delirium,
el trastorno psicótico debido a afección médica y el inducido por sustancias. En este caso,
las personas que padecen estos trastornos pueden tener síntomas que se pueden ligar a
trastorno delirante, por ejemplo, el inducido por sustancias puede ser parecido pero se
identifica en relación al uso cronológico de esa sustancia, tomando en cuenta el inicio y la
remisión de la creencia delirante.
4.- Respecto de los padeceres psíquicos en la infancia, refiérase a TDAH y TEA como dos
polos de una apreciación de la infancia patologizante. Luego comente el lugar del
cuerpo en la infancia y las posibilidades terapéuticas que abre una visión psicoanalítica
de ambas temáticas (1 punto- 1 plana)
Los trastornos en la infancia son difíciles de diagnosticar ya que los niños se encuentran en
un período de constantes cambios y autoidentificación en el mundo, sin embargo, existen
comportamientos en la infancia que pueden ser divergentes a las expectativas que nos
impone la sociedad productiva en la que vivimos. Desde aquí se pueden hablar de dos
trastornos importantes que se empiezan a desarrollar en esta etapa, el TEA y el TDAH. El
primero, se caracteriza por la presencia de dificultades en tres áreas: la comunicación,
sociabilización y conducta, sin embargo, no es determinante y se debe hacer un
diagnóstico diferencial profundo, ya que se pueden confundir con otros diagnósticos. En
relación a la corporalidad, el niño con espectro autista, muchas veces no tienen
consciencia de su propio cuerpo, por falta de límites corporales, tomando la mano de un
tercero como la suya o ejerciendo presión sobre sí mismo para obtener una cohesión
interna, provocada por una angustia de fragmentación, como también por la separación
con la madre. En este caso el niño con TEA, es muy dependiente de su figura materna,
muchas veces no puede expresar lo que siente y su cuerpo se encuentra “fragmentado”,
por lo que son niños que necesitan una atención especial, principalmente en su vida
cotidiana, ya que no pueden seguir el ritmo de lo que la sociedad quiere que seamos como
individuos productivos, en este sentido, la importancia de la familia, el apoyo
multidisciplinar para tratar al niño y el colegio, toman un papel fundamental, ya que estos
ámbitos deberían poder adaptarse al niño, según sus necesidades y no forzarlo a ser
“normal”, si no que, tener instancias de encuentro con las diversidades que existen entre
ellos. A partir de esto, es difícil generar una terapia psicoanalítica con estos niños, ya que
el niño muchas veces no habla, por lo que se opta por terapias conductuales y fármacos.
Referencias bibliográficas
Freud, S. (1905). Tres ensayos sobre teoría sexual (Vol. 386). Amorrortu Editorial.
Lacan, J. (1972-1973 [1975]). El Seminario 20: Aun . Buenos Aires, Argentina: Paidós.