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Las enfermedades de las plantas, ya sean causadas por virus, bacterias, hongos,
protozoos o nematodos, son de enorme importancia económica por su impacto en la
producción agrícola. Solo en los cultivos bajo plástico de Almería se “perdían” (se
dejaban de ganar) unos 300 millones de euros anuales a principios de este siglo.
Las fitoalexinas son diferentes de los compuestos antimicrobianos que poseen las
plantas de forma constitutiva como, por ejemplo, los alcaloides. Los alcaloides son
compuestos orgánicos sintetizados por las plantas. Son metabolitos secundarios de las
plantas que generalmente derivan de aminoácidos y, por tanto, son compuestos
nitrogenados.
Los elicitores biológicos pueden ser también muy diversos, como los componentes
de la pared celular de los hongos, enzimas y glicoproteínas. El empleo del quitosano
(quitina desacetilada) en la agricultura está basado en que actúa como un disparador (un
elicitor) de las respuestas de defensa de la planta.
La síntesis de fitoalexinas también se puede inducir por una diversidad de causas que
provocan un estrés general en la planta, como la presencia de iones metálicos, heridas,
luz ultravioleta, etc.)
- Las esporas de muchos hongos fitopatógenos se dispersan por el aíre y pueden entrar
en contacto con las hojas o con los tallos.
- La mayoría de las enfermedades víricas se transmiten a través de insectos que actúan
como vectores (principalmente por las hojas). Los virus también pueden entrar por las
raíces con el agua absorbida por éstas.
- Los insectos también pueden transmitir algunas bacterias y hongos patógenos. Los
hongos y los nematodos, a su vez, pueden transmitir algunos fitopatógenos.
- Los fitopatógenos móviles del suelo, como Pseudomonas y Oidium, son atraídos
quimiotácticamente por exudados de la raíz.
- Las esporas de los hongos que se transmiten por el aire están dotadas de un
mecanismo de adherencia. Así, la adhesión a la superficie de las hojas del tomate de
las conidiosporas del hongo fitopatógeno Botrytis cinerea ocurre en dos etapas.
- Primera etapa: Las conidiosporas hidratadas, pero todavía sin germinar, se adhieren a
la cutícula de las hojas mediante interacciones hidrofóbicas débiles.
- Segunda etapa: Pasadas unas horas, las conidiosporas empiezan a germinar. Junto a
los tubos de germinación se segrega una película fina (de 25 a 60 nm de espesor) que se
adhiere firmemente tanto a superficies hidrofóbicas como hidrofílicas. Esta película, de
fuerte adherencia, está formada por glucosa, galactosamina y proteínas.
- Cuando las hifas del hongo encuentran una cresta, aunque sea de poliestireno,
experimentan una diferenciación morfológica y se transforman en apresorios (unas
hifas más aplastadas) que penetran por el estoma. Si la cresta es inferior a 0,25 µm, o
superior a 1,0 µm, no se da la formación de apresorios.
- Con frecuencia, los tejidos de la planta están sometidos al ataque enzimático del
patógeno. Estos ataques ablandan el lugar de penetración. Algunos ejemplos son el
oidio ceniciento (especies de Erysiphe) y la podredumbre gris (Botrytis cinerea).
Una vez que el patógeno microbiano ha logrado penetrar en la planta, altera las
funciones normales de ésta. Para ello, el patógeno puede producir enzimas degradativas,
toxinas y/o reguladores del crecimiento vegetal.
Así, por ejemplo, en los chancros bacterianos, como el fuego bacteriano de los
perales y manzanos (causados por Erwinia amylovora), se alteran los tejidos vegetales
conductores de agua.
En resumen:
La invasión del patógeno puede causar en la planta una gran variedad de anomalías
morfológicas y fisiológicas.
- Mycoplasma.
- Spiroplasma.
- Corynebacterium.
- Agrobacterium.
- Pseudomonas,
- Xanthomonas.
- Streptomyces.
- Erwinia.
Muchas son parásitas estrictas y no pueden competir con bacterias saprofíticas del
suelo.
Otros son patógenos bacterianos oportunistas que viven en el suelo y que solamente
causan enfermedades en las plantas cuando su población alcanza números altos en el
suelo.
Agrobacterium
El género Agrobacterium está muy relacionado con los rizobios, especialmente con el
género Sinorhizobium. Las dos especies de Agrobacterium que se han estudiado con
más detalle son:
- Agrobacterium tumefaciens, que causa los tumores o agallas de corona.
- Agrobacterium rhizogenes, que origina la formación de “raíces tumorales”.
El plásmido Ti:
En las heridas de las plantas se pueden producir acumulaciones benignas de tejido. Sin
embargo en las hipertrofias provocadas por Agrobacterium el crecimiento celular es
descontrolado, por lo que recuerda a los tumores animales.
Los A. tumefaciens provocan este tipo de tumores, o agallas, solo si tienen un plásmido
especial llamado pTi (inductor de tumores). Los A. rhizogenes que inducen raíces
tumorales tienen un plásmido parecido que se denomina pRi (inductor de raíces). Los
plásmidos pTi tienen unas 200 kilopares de bases (kpb) y el T-DNA unas 20 kpb.
Una vez que la bacteria ha infectado la planta a través de una herida, una parte
específica del plásmido pTi, denominada DNA de transferencia (T-DNA), se integra
en el genoma de la planta.
Este fragmento del pTi, porta los genes bacterianos necesarios para que sucedan dos
cosas en la célula vegetal:
- La octopina: [NN-(1,3-dicarboxietil)-L-arginina].
- La nopalina: [NN-(1,3-dicarboxipropil)-L-arginina].
Estas sustancias solo son producidas por las células vegetales transformadas por el T-
DNA y sirven como fuente de carbono y nitrógeno (y a veces de fosfato), para las
células de Agrobacterium. La producción de estos nutrientes especiales, las opinas, es el
beneficio que obtiene Agrobacterium.
La mayoría de las opinas son derivados de aminas secundarias que se forman por
la condensación de un aminoácido con un cetoácido o un azúcar. Los aminoácidos
pueden ser diversos, como la alanina, la arginina, el glutámico, la leucina o la histidina
Reacción de condensación:
La mayoría de las opinas pertenecen a una de las dos grandes clases de opinas.
Para iniciar el estado tumoral, las células de Agrobacterium deben adherirse primero a
alguna herida existente en la planta. Tras la adhesión, la bacteria sintetiza microfibrillas
de celulosa que le ayudan a anclarse al lugar de la herida y formar agregados de
bacterias sobre la superficie de la planta.
onc ops
Los genes vir (de virulencia) codifican para proteínas que intervienen en la
transferencia del T-DNA. La activación de la transcripción de los genes vir requiere la
presencia de ciertos metabolitos que son sintetizados por los tejidos heridos de la planta:
- acetosiringona.
- acido p-hidroxibenzoico.
- vanilina
El producto del gen virD (VirD) tiene actividad endonucleasa y mella el ADN del
plásmido pTi en una región adyacente al T-DNA.
El producto del gen virE es una proteína que se une al T-ADN monocatenario
originado por la actividad endonucleasa de VirD. El complejo VirE / T-DNA-
monocatenario viaja hacia la célula de la planta.
Los genes oncogénicos (onc) del plásmido pTi codican enzimas para la producción
de hormonas vegetales y al menos un enzima clave para la biosíntesis de la opina.
La expresión de todos estos genes conlleva la formación del tumor y la síntesis de la
opina. Los tejidos vegetales transformados no requieren para su crecimiento la adición
exógena de hormonas vegetales.
El plásmido pRi también tiene genes onc. La transferencia del T-DNA del pRi provoca
una mayor producción de auxinas, lo que provoca la aparición de las raíces
tumorales. El plásmido pRi también codifica varias enzimas de la biosíntesis de las
opinas.
VirA
ATP ADP
VirG-P activa la transcripción
de otros genes vir
VirG VirG-P
Mella monocatenaria
VirD
T-DNA
Célula vegetal
VirB
Agrobacterium
VirE