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CONTROL SANITARIO DE LOS SEMILLEROS HORTÍCOLAS.

En esta tercera parte de los semilleros hortícolas hablamos del control sanitario;
un aspecto fundamental.

Un buen control sanitario en un semillero es  fundamental

La sanidad del semillero hortícola, compromete en primer lugar la productividad


del mismo y posteriormente el adecuado desarrollo de los cultivos tras el
trasplante.

Respecto al primer punto, debemos tener en cuenta que durante la germinación, la


emergencia y el desarrollo inicial, las plántulas son especialmente susceptibles a
la infección de patógenos, y ello se debe básicamente a los exudados liberados
durante la germinación de las semillas que proveen al patógeno edáfico de una
base nutritiva que facilita la patogénesis, y a que los tejidos jóvenes tienen una
escasa resistencia constitutiva a las enfermedades.

Además, la alta densidad de plántulas y las condiciones ambientales del semillero,


hace posible unas elevadas incidencias de enfermedades. 

Las medidas preventivas, son para muchas enfermedades, la única actuación


posible, como es el caso de las virosis. Así, el sustrato de cultivo, la semilla y el
agua de riego han de estar exentos de fitopatógenos, en tanto que las bandejas,
instalaciones y herramientas deben haber sido desinfectados adecuadamente.
Debemos tener en cuenta que las principales fuentes de inóculo en un semillero
son, además del material implicado directamente en la producción de la planta y
las instalaciones, el suelo circundante, los restos vegetales infectados y las malas
hierbas.

Los costes unitarios adicionales por adoptar estas medidas de control sanitario en
los semilleros, son en realidad insignificantes, comparadas con las pérdidas
económicas que conllevaría no hacerlo de una manera adecuada.

Enfermedades de los semilleros.

En general se conocen como enfermedades de semilleros a distintas patologías,


que tienen como característica común el presentarse en los primeros estados del
desarrollo de la planta, ocasionando la muerte o caída de las plántulas, o dando
lugar a plantas de escaso desarrollo y nulo valor comercial. Se distinguen los
siguientes síntomas o complejos sintomáticos, asociados a las mismas.

1. Podredumbre de semilla y muerte de plántulas en preemergencia . Se trata de


marras de nascencia, que también pueden tener otras causas (fisiológicas,
ambientales o genéticas), por lo que su diagnóstico requiere el aislamiento del
fitopatógeno de la semilla podrida, o de los tejidos necrosados de la incipiente
plántula. 
2. Caída de plántulas en postemergencia . El primer síntoma es una necrosis más
o menos
Caída de plántulas en postemergencia

3.  restringida de raíz y/o hipocotilo, acompañada de marchitamiento de la parte


aérea. La plántula cae sobre el sustrato, y la necrosis termina extendiéndose
por toda la plántula.

Lesiones subletales. En estas plántulas la evolución de los síntomas anteriores se


detiene en necrosis restringidas al córtex radical o al hipocotilo, que generan
plántulas de menor desarrollo que las sanas. Estas infecciones pueden
evolucionar posteriormente y, en todo caso, se trata de plántulas más propensas a
posteriores problemas patológicos y más vulnerables, frente a condiciones
ambientales estresantes.
- Agentes causales.

Algunos virus que se trasmiten a través de la semilla, pueden llegar a producir


síntomas y daños en plántulas del semillero. Por ejemplo, el virus del mosaico de
la calabaza, cuyo porcentaje de transmisión por semilla podría llegar a ser muy
alto, puede causar daños en semilleros de calabaza y melón. También ciertas
bacterias fitopatógenas transmitidas por semilla, pueden afectar a los semilleros.
Así, afecciones por Pseudomonas syringae , han sido diagnosticadas en
semilleros de tomate y de melón.

Las principales enfermedades producidas por hongos son las siguientes:


 Pythium spp.- 

Las plástulas jóvenes afectadas presentan un estrangulamiento del hipocotilo que


progresa desde el cuello, doblándose la plántula y quedando tumbada sin perder
el color verde, mientras que, al principio, no se detecta ninguna alteración o
podredumbre en el sistema radicular. Cuando afecta a plantas con varias hojas
verdaderas, la afección se caracteriza por una pudrición blanda del cuello, de
aspecto acusoso y color pardo-amarillento, que estrangula levemente al tallo. A
medida que la enfermedad avanza, en el sistema radical se observa una
podredumbre blanda pardo-amarillenta cada vez más extendida, que termina con
una desorganización y disgregación de las raíces.

Pythium

Rhizoctonia solani.- 

Las plántulas jóvenes afectadas por este hongo, en lugar de estrangulamiento


como en el caso de afecciones por Pythium, presentan un chancro a nivel del
cuello, de color marrón-rojizo que también las hace caer sobre el sustrato. En
plantas con varias hojas verdaderas también se producen lesiones tipo chancro en
el cuello, podredumbre que llega a extenderse por la raíz principal.
Plántula de pimiento con Rhizoctonia

 Phytophthora spp.-

Provoca en las plántulas podredumbres en raíz y cuello de color pardo, a veces


con un leve adelgazamiento localizado del cuello.

Geranio con Phytoptora


Fusarium oxysporum. 

Esta enfermedad produce estrías necróticas en los tallos que alcanza a veces
longitudes superiores a 1 mm, amarillamiento de las hojas basales, y marchitez y
muerte de las plantas. Al realizar un corte transversal a los tallos, se aprecia una
coloración de una parte o de todo el sistema vascular. Sobre las estrías se
observa frecuentemente un moho de color rosa a naranja. Las fuentes de inóculo
más importantes son el suelo, las semillas y las conidias del hongo diseminadas
por la acción del viento, o por salpicaduras del agua de lluvia. En el suelo este
hongo es capaz de conservarse durante años gracias a sus clamidiosporas, cuya
gruesa pared les permite resistir las condiciones más diversas, y ser dispersadas
por los aperos u operarios, así como por el agua de riego y el viento.

Evolución del Fusarium

Los hongos de suelo tienen en común la capacidad de sobrevivir en el suelo, no


protegidos por los tejidos del huésped, mediante estructuras especializadas de
supervivencia (clamidosporas, esclerocios, oosporas, etc) o por crecimiento
saprofítico.
 -Epidemiología y control.

La introducción de estos patógenos en el semillero puede tener múltiples orígenes:


sustrato de cultivo, contenedor reutilizado, estructuras, semilla, agua de riego,
diseminados por el viento, personal, herramientas, a partir del suelo contaminado,
de otros cultivos enfermos, malas hierbas infectadas, o restos infectados de
cultivos anteriores.
        

En un semillero tenemos miles de plántulas juntas; control sanitario

Una vez presentes los patógenos en el semillero, los daños se agravan cuando el
balance entre crecimiento de la planta y del patógeno está desequilibrado,
favoreciendo a este último. Así, las incidencias más altas suelen coincidir con
temperaturas bajas, que, aunque desfavorable también para el patógeno,
prolongan el periodo susceptible del huésped, al retrasar su crecimiento. En este
sentido, cualquier estrés ambiental al que sometamos a la plántula
(encharcamiento, escasa intensidad luminosa, salinidad elevada, desequilibrios
nutricionales, fototoxicidad por plaguicidas, heridas, etc.) incrementarán la
susceptibilidad de la plántula a estas enfermedades.
En cuanto al control, las mejores medidas son las preventivas y un correcto
manejo cultural.

Lo primero es intentar impedir la entrada del patógeno en el semillero. Para ello


las semillas deben estar exentas de patógenos. Las semillas certificadas
oficialmente garantizan cierta santidad fitosanitaria, por ello es siempre
recomendable su empleo.

El personal de semillero es preferible que entre con una bata blanca, y pase la
suela del calzado sobre una alfombrilla con material de dedinfección, que se suele
colocar en la puerta del invernadero.

Una operación relacionada con la adecuación fitosanitaria del sustrato, es la


incorporación al mismo de fungicidas preventivos, tratamiento que puede
desplazar la necesidad de desinfectar el sustrato, cuando esta operación es
realmente necesaria. La desinfección del sustrato se puede realizar mediante
solarización, metan sodio, metan potasio, etc. Los fungicidas se aplican al sustrato
para mejorar el control de problemas específicos.

Para reducir los riesgos de introducción de patógenos en el agua de riego es


recomendable que los depósitos, balsas, pozos y conducciones sean cerrados, o
estén cubiertos a fin de evitar que caiga polvo y restos vegetales, que podrían ser
una fuente de inóculo.

Es necesario también mantener el semillero limpio, para ello es obligado la pronta


eliminación de los restos vegetales desechados, plántulas con síntomas, restos de
sustratos usados y malas hierbas.

La aplicación al sustrato de cepas seleccionadas del género Trichoderma, puede


proveernos de una buena alternativa para el control de muertes de plántulas en los
semilleros. Aunque esto lo veremos con mayor profundidad en posteriores
artículos Trichoderma harzianum es un hongo que también es usado como
fungicia. Se utiliza en aplicaciones foliares, tratamiento de semillas y suelo para el
control de diversas enfermedades producidas por hongos.

Trichoderma

CONTROL BIOLÓGICO DE PLAGAS EN SEMILLEROS HORTÍCOLAS.

Introducción.

El control de plagas en la cuna de los cultivos hortícolas, es delicado y


determinante para el éxito de la cosecha posterior. Los semilleros no pueden
permitirse que las plantas vayan acompañadas de plagas en el momento de
entregarlas al cliente y, tienen que prevenir que se produzcan infecciones de virus
transmitidos por insectos.

Por todo esto, las aplicaciones en algunas ocasiones son diarias y los resultados
no siempre son satisfactorios. Además, la acumulación de plaguicidas provoca
efectos negativos sobre el crecimiento de las plántulas.

Debemos tener un aspecto fundamental que es que, si bien los tratamientos


fitosanitarios previenen o matan a la plaga, “debilitan también a la planta en todos
los aspectos”.
Por la baja tolerancia con respecto a las plagas, los semilleros no han sido los
primeros sitios donde se planteó la aplicación de sistemas de control biológico.

Sin embargo, en los últimos años se ha demostrado en los primeros semilleros


españoles, que un control biológico exitoso es posible, eliminando más del 90 por
ciento de los tratamientos con productos fitosanitarios químicos.

No obstante, cuando se presenta un problema serio de plagas, los enemigos


naturales no serán lo suficientemente rápidos para solucionarlo. 

Indudablemente, los insecticidas químicos o microbiológicos son más apropiados


para apagar los incendios a corto plazo. Sin embargo, si se realiza la mayor parte
del control de plagas mediante agentes biológicos, se pueden guardar los
insecticidas químicos como armas potentes en casos de emergencia.

Los insectos no se vuelven resistentes a sus parásitos o depredadores, no dejan


residuos ni perjudican la salud de los que trabajan en los cultivos, por lo tanto, “la
mejor arma contra los insectos y los ácaros…. son los insectos y los
ácaros…..también en semilleros”.

También debemos tener en cuenta que en Europa, a medida que van pasando los
años, los productos ecológicos tienen cada vez mayor demanda.

Medidas culturales.

El control de plagas no solamente consiste en combatir las plagas (curar) que se


presenten. Incluye un conjunto de medidas, de las cuales la mayoría serán
medidas “preventivas”. Se tratará de aislar el cultivo lo mejor posible de las plagas
que puedan entrar, y se intentará aprovechar al máximo las posibilidades que
ofrecen las trampas de insectos.
Estructura de la nave de producción.
        

Mallas en ventilación lateral y cenital

 Es imprescindible la colocación de malla fina (10 por 20) en las aperturas de
ventilación y en la doble puerta de entrada. A la entrada del invernadero en
muchas ocasiones existen dos puertas, quedando un habitáculo en medio, que en
muchas ocasiones activa al entrar, un ventilador para expulsar la posible plaga
que pueda entrar. Nunca se deben de abrir las dos puertas simultáneamente y han
de colocarse trampas adhesivas entre las dos puertas, para atrapar a los insectos
que han quedado.

En cuanto al material de cubierta, está claramente demostrado que la actividad de


la mosca blanca está muy limitada bajo plásticos que impiden la entrada de luz
ultravioleta. Mientras que hasta hace unos años, los filtros en los plásticos se
solían degradar en aproximadamente 6 meses, ahora se dispone de materiales
mucho más estables, manteniendo su fotoselectividad durante varios años, hasta
el final de la vida útil del plástico.
Doble puerta

Estos materiales de cubierta, no solamente frenan la movilidad de varias plagas,


sino también pueden afectar a la actividad de las abejas y los abejorros, que son
imprescindibles para la polinización y el cuaje de las flores. El hecho de que en
semilleros nunca se trabajará con polinizadores, significa que se puede
aprovechar plenamente las ventajas que ofrecen los plásticos fotoselectivos.

Trampas para insectos.

Trampa con feromonas


Una manera sencilla de limitar la entrada de plagas en el cultivo es usar las
trampas. Existen varias trampas muy conocidas y utilizadas en los invernaderos,
como las trampas cromáticas amarillas y azules, las trampas de luz, y las trampas
de feromonas para atrapar polillas.

Las Feromonas sexuales son sustancias químicas segregadas y emitidas por


machos o hembras actúan, lógicamente, sobre el sexo opuesto. A través de las
actuales técnicas se liberan al medio feromonas sexuales que confunden al
macho, haciendo que sea incapaz de encontrar a la hembra.

En muchos semilleros e incluso en invernaderos de producción se colocan están


trampas cromáticas a cierta altura, y consisten en unas placas adhesivas para las
plagas, quedando así atrapadas. Son de color amarillo para la mosca blanca y de
color azul para el trips.

Placa adhesiva para mosca blanca


Trampa cromática contra trips

Sobre las trampas cromáticas y las trampas de luz, deben de estar presentes en
los semilleros en cantidades superiores a lo que se aplica en otros invernaderos,
independientemente del sistema de control de plagas empleado.

 Plantas trampa.

Existen muchos semilleros hortícolas que se han especializado en producir


plántulas ecológicas, ya que como hemos comentado, cada vez es mayor la
demanda de frutos y frutas de este tipo. Además tienen la ventaja de que si bien
no producen tanto como las tradicionales, son de mayor calidad y no tienen ningún
tipo de residuos.

Una técnica que merece una amplia atención de cara al control biológico en
semilleros, es el uso de plantas trampa. La colocación de pequeñas cantidades de
plantas en macetas, que son más atractivas para los insectos plaga que el cultivo,
con el objetivo de ejercer un control sobre ellos, es una técnica de reciente
implantación.
       
Las plantas trampa albergan enemigos naturales de las plagas

La elección de la especie de planta trampa, depende del cultivo que se produce y


de la plaga que se desea controlar. Es importante que la planta elegida sea muy
atractiva para la plaga y sus enemigos naturales, pero que no sea huésped de
virus que pudieran afectar al cultivo.

Hasta ahora, los mayores esfuerzos se han dirigido al control de la mosca blanca
en tomate y pimiento, para lo cual se pueden elegir plantas trampa como tabaco,
girasol o berenjena. Para su buen funcionamiento, hay que tomar en cuenta los
siguientes puntos:

1.  Previo a la siembra del cultivo, se cultivan las plantas trampa, en un sitio


apartado en macetas, hasta que alcanzan un tamaño adecuado, más o menos
de 0,5 metros de altura, preferiblemente con varios tallos por planta
2.  Se introducen las especies deseadas de enemigos naturales en las plantas en
macetas, dos semanas antes de colocar las macetas en el cultivo. Sobre todo
se aplican depredadores versátiles (como los chinches Macrolophus
calliginosus y Orius laevigatus). Dos veces por semana se añade un alimento
especial para chinches depredadores, como huevos esterilizados de polillas,
rociados por las hojas.
3.  Se colocan las macetas en sitios estratégicos, cerca de la entrada al semillero
y las aperturas de ventilación.
4.  Después de la colocación en semillero, hay que seguir con la alimentación para
mantener la fauna auxiliar en las plantas trampa. Eventualmente, se puede
reforzar la presencia de enemigos naturales en estas plantas mediante una
nueva suelta.
5.  Se pueden podar las plantas periódicamente, para evitar que crezcan
demasiado y para asegurar que mantienen una masa foliar adecuada. Se deja
el material podado en el pie de la planta durante varios días, para que los
chinches depredadores vuelvan a las hojas.
6.  Hay que evitar que las plantas trampas entren en contacto con cualquier
insecticida aplicado. Eventualmente se pueden retirar las macetas, en el caso
de tratamientos totalmente necesarios.

PRINCIPALES PLAGAS DE LAS PLÁNTULAS HORTÍCOLAS Y PLANTAS


TRAMPA.

Aunque el apartado de plagas lo trataremos con mayor profundidad más adelante,


vamos a hacer un resumen de las principales que afectan a un semillero hortícola,
así como las principales plantas trampa, que se utilizan para cada una de ellas.

· Bemisia tabaci, conocida también como mosca blanca del algodonero, tiene su


origen en las regiones del centro del oriente asiático. 

Recientemente, un biotipo nuevo  se ha extendido, en corto plazo de tiempo, por


diversas  regiones europeas y americanas, originando grandes pérdidas en los
cultivos afectados. Este biotipo, tan agresivo, parece originario de Sudamérica y
añade a la gravedad de los daños directos, el peligro de ser vector de un gran
número de virosis, entre las que se encuentran algunas que afectan al tomate.
Bemisia tabaci

Los adultos, revestidos de una secreción cérea pulverulenta blanca, tienen los ojos
de color rojo oscuro, con dos grupos de omatidias unidas en el centro por una o
dos de ellas. En reposo las alas se pliegan sobre el dorso formando un tejadillo
casi rectangular.

Tabaco

Tenaceto
Como principales plantas trampa se utiliza la caléndula, el tabaco y el tenaceto.

· El trips fue introducido en Almería en 1986, con origen en California causando


daños en algodonero, a través del material vegetal desde Holanda.

Los principales cultivos atacados son el pimiento, berenjena, pepino, judías,


calabacín, sandía, melón y tomate en invernadero. Como cultivos alternativos
destacan el algodonero y los frutales como el nectarino. También ocasiona daños
en plantas ornamentales como rosal, gerbera, clavel, etc.

Trips

   
Los adultos de trips son alargados, de unos 1,2 mm las hembras, y 0,9 mm de
longitud los machos, con dos pares de alas plumosas replegadas sobre el dorso
en estado de reposo. Las hembras son de color amarillento-ocre con manchas
oscuras en la parte superior del abdomen. Esta coloración es más clara en verano
y en los machos. Presentan un aparato bucal rascador - chupador por lo que los
daños se dan en la epidermis de los frutos.
Ajenjo

Como principal planta trampa se utiliza el ajenjo.

· El submarino, minador de las hojas o  Liriomiza Trifolii, es un díptero al igual que
la mosca doméstica, que se desarrolla en el interior de las hojas en cultivos
hortícolas y ornamentales, provocando daños en las estructuras foliares al realizar
galerías o minas.

El huevo es alargado de aproximadamente 0,25 milímetros de longitud, de color


blanco y es depositado por el adulto en el interior del parénquima de la hoja.

Larva de minador produciendo galerías

La larva al principio es casi transparente, la cual se va oscureciendo y adquiriendo


una coloración verde-amarillenta al final de su desarrollo. Tienen forma cilíndrica y
alargada, y son ápodas y acéfalas. En su último estadio de desarrollo pueden
medir hasta 2,7 mm, y viven toda la fase en el interior de la hoja realizando
galerías, que se van ensanchando con el desarrollo de la larva.

Al final del estado larvario, ésta hace un agujero en la epidermis de la hoja para
salir y después pupar.

La pupa es de color amarillo-anaranjado, para posteriormente oscurecer a marrón


dorado. Tiene forma ovalada y puede quedar adherida a la hoja o bien caer al
suelo.

Adulto de Liriomiza

El adulto es una pequeña mosca de 2 milímetros de coloración negra y amarilla,


con alas de color claro.
   
Apio

Como principal planta trampa se utiliza el apio.

· La araña roja (Tetranychus urticae ) es un ácaro tetraníquido, cosmopolita y


muy polífago, dado que afecta prácticamente a todos los cultivos protegidos,
cultivos al aire libre, y gran número de especies de plantas espontáneas.

Las hembras adultas alcanzan un tamaño de 0,5-0.6 mm. de longitud, tienen


coloración variable en función del clima, substrato y edad, pudiendo ser
amarillentas, verdosas, rojas, con dos manchas oscuras situadas en los laterales
del dorso. 

Adulto de Tetranichus urticae

Los machos tienen el cuerpo más estrecho y puntiagudo, son de colores más
claros y de tamaño inferior, 0,3 mm. de longitud.
Síntomas araña roja

El síntoma más característico, es la aparición de punteaduras o manchas


amarillentas en el haz, producido por la desecación de los tejidos. Las manchas
pueden afectar a los frutos que sin llegar a secarlos deprecian su valor comercial.

En el envés de las hojas, puede observarse presencia de araña en todos sus


estadios, y tela.  Debido a su alimentación, provoca una disminución de la
superficie foliar, lo cual implica una disminución de la fotosíntesis o intercambios
gaseosos.

Ortiga

Como plantas trampa, se utiliza la ortiga y la albahaca.


Albahaca

   
·  Los áfidos o pulgones constituyen un grupo muy extenso de insectos. Están
distribuidos principalmente por las zonas templadas, habiéndose detectado unas
3.500 especies, de las cuales 500 son plagas de los cultivos. De todas ellas hay
algunas que sólo afectan a un solo cultivo (monófagas), y otras que lo hacen a
gran número de ellos (polífagas).

Generalmente son insectos de cuerpo blando pequeño, aspecto globoso y con un


tamaño medio entre 1-10 mm. Hay pulgones ápteros (sin alas) y alados. Los
primeros tienen el tórax y abdomen unidos, y los segundos perfectamente
separados.

El color puede variar del blanco al negro, pasando por amarillo, verde y pardo. 
 

Adulto de Aphis gossypii

 Los pulgones son insectos chupadores, y están provistos de un largo pico 


 articulado que clavan en el vegetal, y por él absorben los jugos de la planta.
Segregan un líquido azucarado y pegajoso por el ano denominado melaza, e
impregna la superficie de la planta impidiendo el normal desarrollo de ésta.

En la zona final del abdomen, se encuentran situados dos tubitos o sifones, de


distinto tamaño y forma según especie, por el cual segregan sustancias céreas.
Otras especies, poseen en el abdomen glándulas productoras de cera
pulverulenta con la que se recubren, son los pulgones harinosos o lanígeros.

Ajo

Aphis gossypii es actualmente la especie más habitual. Son individuos de


pequeño tamaño, 0,9 - 1,8 mm. Su coloración es muy variable, entre el amarillo,
verde oscuro e incluso negro mate, dándose una amplia gama a menudo presente
en la misma colonia, no presentando esclerificación dorsal. Los cornículos son de
color oscuro, siendo la cauda algo más clara que éstos. Tienen las antenas
relativamente cortas y los ojos rojos.

Como planta trampa se utiliza el ajo.

Agentes de control biológico en semillero.

Los agentes de control biológico que se aplican en el semillero tienen que actuar
rápidamente, y tienen que ser capaces de sobrevivir independientemente del
estado del cultivo. No podemos contar con una amplia masa foliar que albergue la
fauna auxiliar.
En comparación con invernaderos de producción normal, los semilleros sí ofrecen
condiciones de clima más estables, con alta humedad relativa y con temperatura
más moderada.

Además del principal objetivo, el control de plagas en el semillero mismo, también


se puede inocular poblaciones de enemigos naturales de cara al control de plagas
después del transplante, posterior a la estancia en el semillero.

Ácaros depredadores.

Amblyseius cucumeris

Amblyseius    cucumeris. Es depredador de larvas de trips y de ácaros pequeños


como la araña blanca. A su vez, Amblyseius puede servir de alimento para
depredadores más grandes o chinches depredadores. La aplicación consiste en
introducir montoncillos de salvado de trigo distribuidos sobre las bandejas de las
plántulas. El rendimiento de este sistema es mayor cuando el riego se aplica
desde abajo, y disminuye mucho cuando se moja el salvado con fuertes chorros
de agua.

Hymenópteros parásitos.

Las avispas parásitas son muy específicas para una presa definida. Por su
excelente capacidad de búsqueda, pueden actuar cuando los niveles de plaga son
muy bajos. Hay tres especies que frecuentemente se han de introducir en
semilleros, sobre todo de manera preventiva.
Los parásitos mencionados toleran altas temperaturas y bajas humedades, por lo
cual continúan su desarrollo sin problema en la planta, después del transplante al
invernadero de destino. Cuando emergen, enseguida empezarán de nuevo con la
“búsqueda y captura” de la plaga que parasitan.

Eretmocerus mundus

Eretmocerus mundus. Parásito muy específico de la mosca blanca más peligrosa


en cultivos hortícolas, como es Bemisia tabaci. Es capaz de parasitar todos los
estadios larvarios. Además, mata larvas de mosca blanca para alimentarse.
       

Diglyphus isaea
Diglyphus isaea. Parásito del minador, Liriomiza spp. Se realiza la primera suelta
en cuanto se detectan las primeras galerías del minador.

Aphidius colemani. Esta avispa tiene como presa gran cantidad de especies de


pulgones. Se puede soltar preventivamente, aumentando la dosis en cuanto se
detectan focos de la plaga.

Aphidus colemani

Un método para mantener una elevada densidad de parásitos de pulgón consiste


en la cría de estos enemigos naturales en plantas reservorios. Como planta
huésped se escoge un cereal recién germinado en maceta, en la cual se introduce
un pulgón típico de este cultivo. Dado que estos pulgones sí pueden servir como
presa para las avispas parásitas, se pueden conseguir grandes cantidades de
enemigos naturales que vigilan el cultivo con muy pocas sueltas.

Chinches depredadores.

Los chinches depredadores son muy voraces y versátiles, capaces de eliminar


grandes cantidades de insectos plaga en poco tiempo. Sin embargo, necesitan
tiempo y ciertas condiciones alimenticias para mantenerse en el cultivo.
Dado que las plantas recién germinadas todavía no ofrecen presas vivas o polen
de las flores, como alimento alternativo, hay que alimentarlas dos veces por
semana para facilitar su reproducción.

Hay dos especies importantes:

Orius laevigatus

Orius laevigatus. Actualmente juega un papel muy importante en los cultivos de


pimiento. Es un depredador excelente de trips, pero tiene muchos más insectos
plaga en su dienta. No es capaz de mantenerse en tomate, por las secreciones
pegajosas que se encuentran en toda la planta.

Macrolophus calliginosus. Es un chinche 


Macrolophus calliginosus

verde de 5 mm, depredador de mosca blanca y de otras especies que encuentra


en las plantas. Tiene una preferencia por las plantas con las hojas ligeramente
pegajosas, como el tomate y el tabaco, pero también se reproduce bien en
pimiento y otras plantas con las hojas lisas. Este insecto se presta perfectamente
para su introducción en las plantas trampa.

Nemátodos entomopatógenos.

Contra las larvas de la mosca esciárida o la mosca del mantillo, casi no hay control
químico posible porque viven escondidas en el suelo, protegidas contra los
insecticidas. Aunque están abundantemente presentes en casi todos los
semilleros, no causan daños en la mayoría de las especies hortícolas, pero si en
muchas especies ornamentales.

Steinernema feltitae

El mejor remedio contra esta plaga lo ofrecen los nematodos de la


especie Steinernema feltitae. El nematodo es pequeño y difícilmente visible con
una lupa pequeña. Se introduce en el agua de riego, el nematodo entra en la larva
de la mosca esciárida, y empieza a alimentarse. De su cuerpo salen bacterias que
degradan el tejido del cuerpo del huésped, de tal manera que el nemátodo se
puede alimentar y reproducir cómodamente, mientras que la larva de la mosca
esciárida muere a los pocos días.

Los nemátodos entomopatógeneos son compatibles con muchos productos


fitosanitarios, y pueden ser usados en semilleros y viveros, con un sistema de
control de plagas convencional.

 Productos microbiológicos.

Son bacterias, virus y hongos, formulados como productos fitosanitarios. El


ejemplo más conocido es el Bacillus Thuringiënsis, disponible bajo una gran
cantidad de nombres comerciales, la cual es una bacteria mortal para orugas de
muchas especies.

Bacillus Thuringiënsis

Para uso en semillero destacan los hongos entomopatógenos, Beauveria


bassiana y Verticilium lecanii que crecen a costa de la mosca blanca y el trips.

También presentan buenas expectativas unos virus típicos de Spodoptera exigua,


que causan una elevada mortalidad en poblaciones silvestres en la naturaleza.
Algunas cepas seleccionadas de estos virus se prestan para su inoculación en el
semillero, después de la cual sean capaces de infectar y matar las orugas en el
cultivo, durante varias semanas.
Es decir y a modo de resumen, son muchísimas las actividades que se realizan en
un semillero de plántulas hortícolas, y todo es debido a lo que decíamos
inicialmente; “el agricultor quiere una planta de calidad”, ya que realiza una
importante inversión en la compra de las plántulas de un semillero hortícola.

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