Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El enfoque ecológico establecido por Bravo, busca comprender cómo las comunidades
humanas existentes se relacionan con su entorno, resolviendo desafíos como la escasez
de tierras cultivables y las adversidades climáticas. Sostiene que Mesopotamia se
consideraba un oasis en contraste con las tierras desérticas circundantes. Aunque la
precipitación era escasa, la región era privilegiada debido a la abundancia de agua
proporcionada por los ríos Éufrates y Tigris. Sin embargo, la gran cantidad de agua no
controlada planteaba un problema, ya que las inundaciones sumergían áreas cultivadas y
amenazaban los asentamientos humanos. CITAR
La planicie mesopotámica, situada entre los ríos Tigris y Éufrates, que forma de las
actuales Siria, Turquía e Irak, se gestó a través de un proceso de sedimentación debido a
la presión de la Meseta Irania y el desierto arábigo. Sin embargo, estos ríos tuvieron un
comportamiento erosivo diferente. Mientras que el Tigris abrió un cañón profundo,
dificultando los desbordamientos, el Éufrates depositó materiales de arrastre en ambos
márgenes y en su propio lecho, resultando en niveles de agua superiores a los terrenos
circundantes en algunos tramos. Esta condición aumentó el riesgo de inundaciones y la
formación de zonas pantanosas de mal drenaje, lo que provocó la salinización del suelo
y redujo las posibilidades de habitabilidad. A pesar de estas condiciones, los primeros
asentamientos urbanos en Mesopotamia se establecieron en las márgenes izquierda y
derecha del Éufrates y el Tigris, respectivamente. CITAR
Es así que el espacio histórico trasciende la noción geográfica para integrar realidades
sociales. Se configura por la interacción de factores variados, como políticos,
económicos, ideológicos y culturales. En las sociedades próximo-orientales tempranas,
la construcción de este espacio fue producto de necesidades defensivas y económicas,
catalizando la formación de estados territoriales y sistemas comerciales rudimentarios.
Los cambios sociales y las tendencias de urbanización y civilización, fueron más el
resultado de una interacción compleja y multifacética que solamente la condición
geografía regional.
Bravo sostiene que la cuestión del origen sumerio plantea interrogantes tanto desde el
punto de vista lingüístico como étnico e histórico. Aunque se ha debatido si la cultura
sumeria era autóctona o introducida por un grupo externo, la arqueología no ha
proporcionado pruebas concluyentes de una ruptura clara con la cultura material
anterior. Los nombres de los ríos y ciudades sumerias parecen ser de origen semítico, lo
que ha llevado a sugerir que la cultura sumeria era en realidad de ese origen. Sin
embargo, el descubrimiento del archivo de Lagash ha indicado que la lengua sumeria no
era semítica, sino que pertenecía a un tronco lingüístico desconocido. Se han planteado
hipótesis sobre el origen sumerio en la cuenca del Indo o en otras regiones como Elam o
el Mar Caspio, pero aún no se ha llegado a una conclusión definitiva. CITAR
El segundo foco de estudio son los semitas, cuyo lenguaje cubre una amplia gama de
lenguas incluyendo el acadio, hebreo, árabe, fenicio, entre otras. La extensión y
diversidad del semítico ha generado fragmentación y ha impedido la cohesión política
de sus componentes.
Finalmente, se analiza las poblaciones que emergieron en Asia occidental a fines del III
milenio a.C. A pesar de la pérdida de su identidad lingüística original debido a la
migración y adopción de nuevos usos, su presencia es evidente en la diversidad de
lenguas que hoy identificamos como indoeuropeas.
Entre estos primeros estados, se encuentra Sumer, que sugiere una evolución cultural y
el surgimiento de la civilización. Aunque se debaten los orígenes, se propone que la
inmigración sumeria a Mesopotamia en 3200 a.C., introdujo elementos culturales claves
como el arado, la escritura y el templo. Durante el final del IV milenio, existen tres
grupos humanos en la Baja Mesopotamia (sur), pero el grupo sumerio domina y asimila
parte de las culturas de los otros grupos. Este proceso de imposición y asimilación
representa una simbiosis cultural que establece los cimientos para el desarrollo del
estado y la civilización. CITAR
Entre sus ciudades principales se destaca Ur, situada entre la actual ciudad de Bagdad
(Irak) y el extremo del golfo Pérsico. El pueblo sumerio desarrolló una notable actividad
económica, basada en el trueque, que consistía en el intercambio de bienes de acuerdo
con las necesidades de las partes. Con el tiempo éste se hizo ineficiente, y empezaron a
usar lingotes de oro con sello real, creando el concepto de moneda. La medición
matemática del tiempo se fundamentó en el sistema sexagesimal, algo que se mantiene
hasta el día de hoy en la medición del tiempo y en algunos casos de la geometría, como
los grados de una circunferencia. Desarrollaron un sistema para medir el peso, el pie
para medir la longitud y la docena para la contabilidad. En honor a sus dioses
construyeron monumentales torres de ladrillo, llamados Zigurat, que también fueron
aprovechados como observatorios astronómicos. Fueron los primeros astrónomos de la
historia. La pirámide social establecía que el Rey era la autoridad máxima, poseía poder
absoluto y ejercía como intermediario entre los dioses y el pueblo. Más abajo estaba el
grupo dirigente, entre los que se encontraban los sacerdotes reales, jefes militares,
grandes propietarios y comerciantes. Luego las personas libres, campesinos, ganaderos,
mercaderes y artesanos, y por último en la base, los esclavos y prisioneros de guerra.
Esta prosperidad de los sumerios atrajo a diversos pueblos nómades. Desde la península
arábiga, las tribus semitas (árabes, hebreos y sirios) invadieron la región mesopotámica
a partir del 2.500 a.C., hasta que establecieron su dominio definitivo.
Los Acadios se ubicaron en los que hoy sería el sur de Irak, entre los ríos Tigris y
Eufrates, abarcando la zona de los sumerios, extendiéndose un poco más al norte.
Establecen como capital a la ciudad de Akkad, ubicada en la baja mesopotamia,
entre Asiria al noroeste y Sumeria al sur. Se imponen en esta región dominando a los
sumerios de la mano de su Rey Sargón, de gran habilidad política y militar. Continúan
con la organización sumeria, adoptando las costumbres, cultura y escritura, aunque
adaptándola a su lengua. Se trata de la primera instancia de un imperio centralizado en
Mesopotamia, superando las disputas entre ciudades-estado y unificando políticamente
la región. Adoptando un enfoque imperialista, Sargón I ejerció control sobre regiones
como Elam y Subartu y aseguró el acceso a las materias primas necesarias para el
desarrollo de Mesopotamia. A pesar de las rebeliones y desafíos sucesivos, el imperio
perduró casi dos siglos hasta alrededor del 2150 a.C. La dominación de los "qutu" o
"guti" fue temporal y selectiva, lo que permitió un "renacimiento sumerio" con la III
dinastía de Ur, aunque con éxito variable. Su tiempo en el poder fue corto, ya que
fueron derrotados y se dividió su región.
El Imperio Nuevo Asirio, que abarcó desde el siglo IX hasta el siglo VII a.C., fue
caracterizado por su política expansionista y su dominio sobre el Próximo Oriente
asiático. Se caracterizó por ser el imperio con mayor expansión territorial en
Mesopotamia, teniendo a Ninive como capital. Bajo los reinados de Assurnasirpal II y
Salmanasar III, Asiria reconstruyó su antiguo imperio, aprovechando su posición
estratégica en las rutas comerciales entre el Golfo Pérsico y el Mediterráneo.
Salmanasar III logró obtener tributos de numerosos reyes y ciudades de la región,
extendiendo el control político de Asiria desde el Mediterráneo hasta Irán. Tiglat-Pileser
III fortaleció aún más el poderío asirio, sometiendo a las tribus vecinas y exigiendo
tributos de las ciudades sirias, fenicias e israelitas. Sin embargo, la resistencia y las
sublevaciones se intensificaron bajo los reinados de Salmanasar V y Sargón II. Aunque
Egipto fue incluido en los dominios asirios durante el reinado de Assurbanipal, las
disensiones internas y las guerras civiles debilitaron el imperio, permitiendo que
Babilonia y el reino medo se aprovecharan de la situación y pusieran fin al dominio
asirio.
El Imperio Neobabilónico, que se desarrolló desde el 612 hasta el 538 a.C., fue
resultado de la consolidación de Babilonia como un reino independiente en el sur de
Mesopotamia. A lo largo del II milenio a.C., Babilonia tuvo que lidiar con amenazas de
Elam al sureste, el País del Mar al sur y, especialmente, con la expansión de Asiria al
norte. Sin embargo, durante el I milenio a.C., Babilonia mantuvo su posición como un
estado vasallo de Asiria. Las disputas internas y la inestabilidad política debilitaron el
poder babilónico, pero los reyes caldeos lograron establecer un reino independiente con
la ayuda de los elamitas. Bajo el reinado de Nabucodonosor II, Babilonia experimentó
un período de esplendor, convirtiéndose en un importante centro comercial. Sin
embargo, tras la muerte de Nabucodonosor, las luchas internas debilitaron el imperio.
Finalmente, en el 538 a.C., Babilonia fue conquistada por el rey persa Ciro II, marcando
el fin del imperio y el inicio del poderoso Imperio Persa.