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Resumen Textos del Cronograma 2022:

El Cercano Oriente: Problemas de Reconstrucción Histórica


LIVERANI, Mario, 1995, El Antiguo Oriente. Historia, Sociedad y Economía, Crítica, Barcelona,
pp.19 – 35.

Capítulo 1: El Antiguo Oriente como Problema Histórico

La Imagen Mítica
Los descubrimientos arqueológicos han sacado a la luz muchas civilizaciones olvidadas. En Europa la
imágenes que se tenía de estas sociedades eran de carácter mítico, absoluto y preconcebido, en vez de
histórico y documentado. El principal canal de una memoria de oriente es el Antiguo Testamento, pero muy
homogeneizado por la intención ideológica de sus recopiladores y redactores. Por otra parte, es una gran
fuente que debe tomarse de forma precavida. La arqueología, en un inicio busca el “ambiente histórico del
Antiguo testamento, para argumentar que “la biblia tenía razón”, por lo que estas primeras investigaciones
eran imparciales. Otra fuente importante sobre estas sociedades son los autores clásicos, como Heródoto,
aunque nuevamente con una mirada sesgada, y en oposición a la sociedad “occidental”, que representaban el
“ideal” de sociedad. Con el tiempo surgieron posturas que planteaban a la sociedad “oriental” como la
“cuna” de la sociedad moderna., lo cual también es cuestionable, ya que la historia no surge de una vez, sino
que se adaptan a las estructuras de la sociedad en la que se producen. Oriente no es el Eslabón originarios”,
porque estuvo precedido por fases previas o protohistóricas, escandales para el desarrollo, pero es un objeto
importante por su colocación histórica, como umbral de importantes procesos que forman parte de nuestra
cultura.

Las Tendencias Historiográficas


La falta de un rastro historiográfico antiguo hace de la historia del antiguo Oriente una materia joven,
bastante libre de condicionamientos tradicionales y abiertos a nuevos campos de conocimiento. La mayoría
de los investigadores de antiguo Oriente son Arqueólogos y filólogos, no hay tantos historiadores. Lo que
hace que la gran mayoría de trabajos publicados tengan un carácter de síntesis general de la situación
existente. El historiador del antiguo oriente se ve obligado a convertirse en arqueólogo de campo y filólogo.
Sobre todo, en las fases protohistóricas, que ha sido difícil a la hora de reconstruir sociedades complejas.

Unidad, Variedad, Núcleo y Periferia


Sin duda, toda la región del Oriente Próximo se mantiene unida por unos lazos culturales, político y
comerciales muy fuertes, pero cada zona mantiene siempre unos rasgos originales muy marcados. Así pues,
en el interior de la región se reproduce esa polarización entre compacidad y diversidad, entre núcleo y
periferia.

El Problema Cronológico
Acerca de la cronología antigua existen dos tipos de dataciones. Una datación arqueológica, caracterizada
por cifras redondas (c. 3700-3300 a.C.) y una datación más propiamente histórica con cifras precisas (704-
681 a.C.). El procedimiento arqueológico tiene caracteres objetivos y científicos, y tiende a reconstruir la
ubicación cronológica de los hallazgos antiguos unos con respecto a otros, y respecto al presente. El
procedimiento histórico es de carácter cultural, y tiende a reconstruir los antiguos sistemas de datación y las
antiguas secuencias cronológicas, para relacionarlos después con nuestro sistema y nuestra secuencia.
Para ambos procedimientos, el primer paso consiste en ubicar los elementos a datar en una relación
recíproca de anterioridad y posterioridad o también de contemporaneidad (cronología relativa); un segundo
paso es anclar la secuencia de relaciones así obtenida en uno o varios puntos fijos, transformándolo en una
secuencia de fechas (cronología absoluta).
En Mesopotamia se identifican los años de tres maneras: Con un funcionamiento epónimo (héroe o persona
que da nombre a un pueblo); Con un “nombre de año” (por ejemplo, “año en que se construyeron las
murallas de Sippar”); Con el número de orden a partir del año de coronación.

SAID, Edward W. Orientalismo, Debolsillo, Barcelona, pp. 19-54


El orientalismo es el modo de relacionarse con oriente basado en el lugar especial que este ocupa en la
experiencia de Europa Occidental. Oriente es la región en la que Europa ha creado sus colonias más grandes,
ricos y antiguos, fuente de civilizaciones y lenguas, contrincante cultural e imagen más profunda y repetidas
del otro.
Orientalismo en el siglo XVIII: institución colectiva que se relaciona con Oriente, que consiste en hacer
declaraciones sobre él, adoptar posturas con respecto a él, enseñarlo, urbanizarlo y decidir sobre él, es un
estilo occidental que pretende dominar, reestructurar y tener autoridad sobre Oriente. Proviene de una
relación muy particular que mantuvieran Francia y Gran Bretaña con Oriente que hasta principio del Siglo
XIX se había limitado a India y a las tierras bélicas.
La relación entre Occidente y Oriente es una relación de poder y de complicada dominación en la cual
Occidente ha ejercido hegemonía sobre Oriente. La estrategia del orientalismo ha dependido de una
supervisad de posición flexible que relaciona a Occidente con Oriente, sin que Occidente pierda ventaja.
El orientalista tiene datos de Oriente, pero está fuera de este desde un punto de vista existencial y moral.
Todo el orientalismo pretende reemplazar a Oriente, pero se mantiene distante a él.

Egipto. Introducción. Fuentes para su estudio. Marco geográfico. Poblamiento.


Neolítico. Época tinita. Origen del estado. Reino Antiguo.

PARRA ORTIZ, José Miguel, 2009, introducción, En: Parra Ortiz, J.M. El Antiguo Egipto, sociedad,
economía y política. Madrid. Marcial Pons, pp 15 – 36

Introducción:
“Egipto es un don del Nilo”
Las peculiaridades del caudal fluvial del Nilo fueron muy importantes a la hora de definir la técnica agrícola
de los egipcios. Estos comprendieron que el modo más fácil para cultivar la tierra era reforzando diques
naturales y complementarlos con otros, para crear así estanques artificiales de poca profundidad, que se
llenaban por si solos con las crecidas del Nilo. De esta forma los campesinos se apresuraban a labrar la tierra
y sembrarla antes que el calor la endureciera.
La inundación coincidía de forma aproximada con un suceso astronómico importante (el orto heliaco de la
estrella sirio). A partir de este fenómeno y de la crecida que llegaba, los egipcios crearon un calendario solar
llamado “civil”. El año administrativo para ellos comenzaba con la estación de akhet (la inundación), a la
que seguía la de peret (la salida, época de siembra) y la de shemu (la sequía, época de cosecha). Cada
estación estaba compuesta por cuatro meses de 30 días cada uno. Este total de 360 días, generaba un desfase
de 5 días, y a pesar de ser conscientes del mismo, durante la época faraónica no hicieron nada para
corregirlo.
Conscientes de su propia historia los egipcios recogían en sus archivos listados con los nombres, años,
meses y días de reinado de cada soberano, en ocasiones con alguna referencia a algún acontecimiento
destacado de cada año, además de la mención a la crecida del Nilo.
Manetón fue un sacerdote egipcio durante el reinado de Ptolomeo II Filadelfo (309-246 a.c.), que escribió un
texto acerca de las dinastías egipcias.
La principal influencia de Manetón en la egiptología moderna es su división de los soberanos del valle del
Nilo en dinastías numeradas que, aun siendo un sistema ajeno al modo de pensar egipcio, se ha convertido
en estándar para todos los egiptólogos. a pesar de falsear partes de la historia egipcia, las dinastías resultan
cómodas de manejar.
Siguiendo la división cronológica de Manetón, el desarrollo del Egipto Faraónico se divide en 30 dinastías,
desde Menes, fundador del estado y primer faraón, hasta Nectanebo, ultimo soberano egipcio.
Los especialistas modernos han agrupado el conjunto en periodos: Tinta (I y II Dinastías), Reino Antiguo
(III y IV Dinastías), Primer Periodo Intermedio (VIII-X Dinastías), Reino Medio (XI-XIII Dinastías),
Segundo Periodo Intermedio (XIV-XVII Dinastías), Reino Nuevo (XVIII-XX Dinastías), Tercer Periodo
Intermedio (XXI-XXIV Dinastías), Baja Época (XXV-XXX Dinastías).
De este modo la historiografía occidental considera a la Historia faraónica como formada por tres periodos
durante los cuales el poder del estado se dejaba sentir a todo lo largo del Valle del Nilo (Reino Antiguo,
Medio y Nuevo), entre los que se intercalaban tres periodos intermedios de decadencia generalizada,
originada por la ausencia del faraón. En la actualidad, esta imagen está cambiando, y los periodos
intermedios se ven más como momentos de cambio, y no de hundimiento económico y cultural. El texto de
Manetón contiene datos históricamente correctos, aun así, tiene deficiencias al plantear un desarrollo
histórico lineal, con las dinastías sucediéndose una tras otras, cuando realmente durante periodos
intermedios hubo dinastías contemporáneas.
La cuestión de los nombres de los faraones tiene su importancia, porque los soberanos egipcios terminarían
teniendo una titulatura compuesta por cinco diferentes. En la titulatura el monarca expresaba los elementos
que conformarían su política o las cualidades que deseaba demostrar le adoraban. Por este motivo era
anunciada a sus súbditos durante la ceremonia de la coronación y luego comunicada a los funcionarios
mediante despachos oficiales.
Diferentes estudios, a partir del interés europeo por Egipto, brindo conocimientos tales como que la lengua
egipcia forma parte del tronco lingüístico afroasiático (camito-semita) y que durante más de cinco mil años
de historia documentada sufrió diversos cambios. En principio se pueden distinguir dos grandes divisiones:
el egipcio temprano (3000-1300 A.C., pero que continúo usándose en textos religiosos formales hasta el
siglo III D.C.) y el egipcio tardío (1300 A.C. 1300 D.C.). El egipcio temprano se divide en egipcio antiguo
(lengua del Reino Antiguo y el Primer Periodo Intermedio), egipcio medio (la lengua del Reino Medio y
hasta finales de la XVIII Dinastía) y egipcio medio tardío o egipcio de tradición (la lengua de los textos
religiosos desde el Reino Nuevo hasta el final de la época faraónica). La lengua es algo vivo que evoluciona,
pero en una sociedad sin alfabetizar la capacidad de escribir es un elemento de poder y, como tal, muy
conservador. En consecuencia, a finales del Reino Medio, la lengua escrita y la lengua hablada eran
distintas.
El Jeroglífico era utilizado para los monumentos, el Jeroglífico Cursivo para textos formales y religiosos en
papiros, el Hierático era la escritura cursiva con muchas ligaduras utilizada en para los textos cotidianos en
ostraca y papiro, el Demótico era una escritura muy cursiva utilizada para todo y casi por completo alejada
de los jeroglíficos, su origen está relacionado con el hierático, y el Copto era una lengua egipcia con
caracteres alfabéticos y vocablos.
Parte del interés en la historia por el antiguo Egipto ha contribuido a que se conozca con cierta profundidad
y con ella la importancia que tuvo en el desarrollo histórico de la cultura occidental, aunque solo sea por su
influencia sobre los comienzos de la cultura griega y la que posteriormente tuvo esta sobre la romana. Las
visitas de los griegos a Egipto para formarse fueron frecuentes, destacan Platón y Heródoto.
Asimismo, hay una gran impronta del judeocristianismo en occidente y, por medio de su influencia en el
mundo sirio-cananeo, también en ella dejaron su impronta los egipcios, como sabemos desde siempre por la
biblia, así como también por los registros arqueológicos. La religión Judía siempre ha sido considerada la
precursora del monoteísmo, hasta que egiptólogos descubrieron la reforma religiosa llevada a cabo por el
Faraón Akhenaton, quien prohibió el culto a todos los dioses egipcios excepto Atón, el disco solar.
Muchas son las influencias que perduran de Egipto, lingüísticas, religiosas, culturales, etc.

NAVAJAS JIMENEZ, Ana Isabel, 2009. La prehistoria. Del paleolítico a la época de Nagada II. En:
Parra Ortiz, J.M. El Antiguo Egipto, sociedad, economía y política. Madrid. Marcial Pons, pp 37 -63

Capítulo 1: La Prehistoria del Paleolítico a la Época de Nagada II:


El Paleolítico:
Los primeros hallazgos arqueológicos demuestran movimientos de poblaciones en territorio egipcios desde
la época paleolítica. A partir del 10.000 A.C. el Nilo se fue haciendo más regular, lo cual permitió que la
superficie inundada cada año fuera retrocediendo y el desierto se fuera extendiendo.
Según estos indicios ambientales los humanos se vincularon a dos elementos fundamentales: los puntos de
agua (los cuales atraían igualmente a los animales) y lugares de fácil acceso a materias primas para la
fabricación de sus herramientas de piedra. Los principales asentamientos de la época responden a estas
características.
Durante el Paleolítico Superior (17.000 A.C.) se produjeron cambios sustanciales en el aprovechamiento del
entorno. Los grupos pequeños de unas veinte personas aprovechaban los recursos que proporcionaban los
ríos, Vivian a expensas de las especies de peces del Nilo. El pescado, en algunos casos, se lo ahumaba para
poder almacenar y consumir en otro momento. Los enterratorios eran individuales y colectivos, y se
colocaban a los cuerpos en posición fetal. Una buena parte de los cadáveres tenían señales de muertes
violenta.
A partir del 10.000 A.C. las lluvias en el verano aumentaron, lo que dio inicio al Holoceno en el Sahara
Oriental. En esta época la presencia de humanos se concentró en el Sahara, de hecho, entre el 9.000 y 7.000
A.C. no se encontraron restos de ocupación en las orillas del Nilo. Los asentamientos saharianos tienen
cronologías de entre los 8.300 y 5.000 A.C., hasta que el aumento de temperaturas desertifico el territorio.
En esta época los grupos vivían en torno a las playas, en asentamientos de ocupación regular o semi
permanentes, y algunas plantas empezaron a desempeñar un papel importante en la alimentación (Sorgo).
Por otra parte, la producción cerámica distinta a la previa hace especular el contacto con Próximo Oriente,
así como la introducción de animales domesticados propios del suroeste asiático (La oveja y la Cabra).

El Neolítico:
La llegada del sistema productivo Neolítico a Egipto no se tradujo en una sedentarización completa de las
poblaciones ni en la aparición de núcleos de población comparables a los que se desarrollaron en
Mesopotamia por esas mismas fechas. La agricultura se convirtió en una práctica económica
complementaria de la ganadería y el aprovechamiento de recursos del rio. La ganadería imprimió un carácter
nómada a estas poblaciones, que durante el año se iban desplazando en busca de los mejores pastos. Los
asentamientos Neolíticos que se han constatados eran sobre todo estacionales, algunos utilizados durante
largas temporadas a lo largo del año y reutilizados a lo largo del tiempo.
En los estratos de ocupación más modernos aparecieron las primeras estatuillas de arcillas con forma de
bóvido y antropomorfas, además de un rostro humano modelado también en arcilla. La escasez de ajuar
funerario es una constante a lo largo de todo el periodo predinástico en las tumbas del Delta del Egipto
(norte), opuestas a las tumbas del Alto Egipto (Sur).
Poco se sabe del sistema de organización y de creencias de estas poblaciones neolíticas. Desde el punto de
vista social, es posible que estuvieran agrupadas en bandas y grupos familiares relacionados por lazos de
sangre que, a juzgar por los restos arqueológicos conservados, compartían los recursos de la comunidad.
El Calcolítico: las culturas Badariense y Tasiense.
Hacia el 4.500 A.C. aparece en Egipto Medio la cultura Badariense, se extiende en el tiempo hasta el 3.900
A.C., coetánea con el inicio de Nagada I.
Se desconoce la procedencia de esta población, porque sus conexiones con grupos del desierto occidental no
están claras y parece probable que procedieran del Próximo Oriente. Los principales yacimientos Badariense
se encuentran en la orilla oriental del Nilo, extendidos a lo largo de 30km, y su cultura se conoce gracias a
su necrópolis, en donde los muertos parecen haber tenido un mayor cuidado que en el Neolítico, y se puede
divisar una diferencia en calidad y cantidad entre los diferentes restos, lo que demostraría un cierto grado de
jerarquización. La cultura material Badariense refleja que se había llegado a alcanzar una técnica de trabajo
muy elaborada. La cultura Tasiense también aparece muy extendida en la zona, aunque en un inicio se creyó
que le precedía a la Badariense, aunque se descubrió que la Tasiense es un fenómeno propio del del desierto,
a diferencia de la Badariense.

El Periodo Predinástico:
En el Norte surgió la cultura del Bajo Egipto mientras que en el sur la cultura del Alto Egipto conocida
como Nagada.
Aunque ambas regiones tenían formas de vida similares, un hecho característico y diferenciador entre ambas
son las necrópolis. La riqueza desplegada en las tumbas del sur no se encuentra en el norte, o son más
escazas y similares a los enterramientos del neolítico. Con los lugares de hábitat ocurre lo opuesto.

La Cultura del Bajo Egipto (3.900- 3.400 a.c.)


Maadi se extiende en el tiempo desde el 3.900 A.C. al 3.400 A.C. aproximadamente, fecha que coincide con
el fin de Nagada II en el Alto Egipto. Las estructuras típicas en Maadi son de tres tipos: Chozas ovaladas
con muros de madera recubiertos, y techos soportados por postes de madera. Por otro lado, estructuras
rectangulares, en cuyo interior hay hogares rodeados de piedras y jarras de almacenamiento parcialmente
enterradas en la tierra. Por último, en el sector este de Maadi se descubrieron cuatro estructuras subterráneas
excavadas en la roca.
En los asentamientos se descubrieron una gran cantidad de granos correspondientes a especies domesticadas
(Trigo, espelta, cebada, etc.), y huesos de vacuno, cabra, ovejas y cerdo, al igual que diversos peces del Nilo.
Destaca la industria lítica con la elaboración de cuchillos bífidos de entre 8 y 15 cm. Las producciones
cerámicas se hacían con fines domésticos.
En esta época los enterramientos de individuos adultos en los lugares de hábitat son un hecho excepcional.
Los bebes recién nacidos y fetos se enterraban bajo las casas, o en vasijas de cerámica. Los individuos
enterrados en los cementerios se enterraban en fosas ovales sin ningún tipo de acondicionamiento y en
posición fetal. Estas tumbas destacan por no tener ajuar funerario, o muy escaso.
El lugar de hábitat arroja más información acerca de una comunidad agro pastoril que mantenía contacto con
el Levante, más que con el Alto Egipto. La relevancia de estos contactos se deja ver en las cerámicas de
importación, así como otros productos de madera y producciones líticas.

El Alto Egipto: La Cultura Nagada I (o amratiense)


Contemporáneas a la cultura del bajo Egipto, hacia el 4000 A.C. empezaron a surgir en el sur diversas
poblaciones que tenían muchos rasgos en común con los Badariense del norte hasta el sur, es decir en una
extensión considerable. LA uniformidad cultural que presentan los asentamientos es la más antigua de la
historia de Egipto, que desde ese momento mostrara una continuidad en el tiempo hasta la unificación de su
territorio.
La época de Nagada I se caracteriza por una gran expansión de los asentamientos al largo del Alto Egipto,
que de hecho aumentan con respecto a épocas anteriores. La cultura de Nagada I ha dejado pocos rastros de
lugares de hábitat, conociéndose lo fundamental de la cultura gracias a las necrópolis. Esto se cree a que los
poblados tenían un carácter estacional.
Las estructuras más comunes que se han encontrado han sido las chozas circulares con muros sustentados a
base de postes de madera y de juncos revestidos con arcilla, estiércol y escombros de adobe.
La actividad económica fundamental de estas poblaciones era la ganadería. Los huesos de bóvidos, cabras,
ovejas y cerdo aumentan, mientras que los de las especies salvajes disminuyen en número (el aporte de la
caza a la dieta diaria es ya meramente ocasional). La actividad ganadera debió generar la necesidad de
desplazarse en busca de pastos para el ganado, mientras que la agricultura y la pesca se podrían haber
practicado de forma estacional, como complemento a la primera actividad.
En las necrópolis de Nagada I predominan los enterramientos individuales, aunque aparecen algunos
colectivos. En esta época aparecen ataúdes de madera. Y los cuerpos aparecen en posición fetal. Las
prácticas de los enterramientos son más elaboradas, aunque aún no se puede hablar de un cambio sustancial.
Es posible que parte del ajuar funerario que se introducía en la tumba hubiese pertenecido al difunto en vida
y el resto se fabricase una vez muerto para ese acontecimiento. Entre los ajuares aparecen los primeros vasos
realizados en piedra, además de figuras antropomorfas realizada en terracota, tanto femeninas como
masculinas. El significado de las figuras de terracota no está claro. Tradicionalmente se suele considerar que
estas figuras femeninas tienen que ver con la fecundidad y con la capacidad de procreación.
Según se desprende del estudio de los ajuares funerarios, parece existir un cierto grado de jerarquización
social, con tendencia al acaparamiento de bienes de prestigio en manos de ciertos miembros del grupo, con
independencia de su sexo o edad. Como es el caso de un tipo de cerámica especial, realizado con arcilla
aluvial de una calidad excelente. Sobre estas cerámicas se realizaron las primeras representaciones figuradas
de Egipto.
Otro grupo menos números es el compuesto por escenas más complejas, en donde se observan imagen de
animales salvajes y figuras humanas.
En la época de Nagada I el sistema de jefatura ya estaba plenamente asentado, siendo el parentesco el
criterio que prevalecía para todo tipo de relaciones, tanto en el interior de la comunidad como en el exterior
de la misma. En esas sociedades el líder sería un pariente más, aunque con prerrogativas mayores. Además,
sería el encargado de garantizar la cobertura de todo tipo de necesidades para la comunidad, algo que se
traduciría tanto en la redistribución de alimentos como de los bienes de prestigio.

El Alto Egipto: La Cultura de Nagada II (gerzense)


En esta época se observan cambios importantes, tanto tecnológicos como económicos, que supusieron un
paso más hacia una mayor complejidad en las estructuras sociales, proceso que se empieza a observar sobre
todo dese Nagada IIC.
Desde principios de Nagada II la cultura gerzense se fue extendiendo hacia el norte. En la zona próxima a El
Fayum, surgieron importantes localidades que se conocen sobre todo por sus cementerios. En el Delta
también se observa un importante desarrollo. Se observa en todas estas estructuras rectangulares realizadas
con adobes. Además, se ha encontrado en uno de los sitios una instalación circular realizada en arcilla en
donde se fabricaba cerveza.
En este periodo se produjeron cambios importantes, en primer lugar, en las estructuras urbanas, las cuales
estuvieron ligada a la sedentarización definitiva de la población. Lo más interesante de este complejo se
encontraba en la multitud de huesos de cabras y ovejas jóvenes, así como de diversos animales salvajes y
peces. Es posible que estos animales fueran el centro de determinados rituales, puesto que su caza ya no
tenía un significado alimenticio desde hacía tiempo.
Un hecho común a todos los lugares habitados en este periodo es el cambio con respecto a la principal
actividad económica desarrollada, que en Nagada II fue la agricultura. Y así se demuestra no solamente por
la gran cantidad de semillas y frutos que se han encontrado en los yacimientos, sino también por la aparición
de lugares donde se procesaban alimentos, como cervecerías y algunos hornos, que servían para tostar
granos y así manipularlos más fácilmente, además de la fabricación de recipientes cerámicos de gran
tamaño.
La Población no tuvo que volverse más sedentaria vinculándose mucho más al rio. No es de extrañar que los
asentamientos que aparecen en ente periodo estén todos próximos al Nilo. A partir de Nagada II es que la
población egipcia comenzó a basar su economía plenamente en las actividades agrarias, complementándolas
con las actividades ganaderas, invirtiéndose los términos vigentes hasta entonces.
Es posible que el excedente de producción agrícola pueda explicar el surgimiento de un grupo de población
especializado en funciones ajenas a la producción de alimentos, es así como surgen diferentes grupos de
artesanos especializados que trabajan a tiempo completo en la fabricación de cerámicas, sílex, vasos de
piedra, etc. Se daba un paso a la diversificación social.
En las necrópolis de esta época se han comprobado cambios interesantes y manifestaciones funerarias
nuevas. En este periodo desaparece por completo la costumbre de envolver al muerto con piel de animal, y
se frecuenta el uso de ataúdes de madera. También aparecen distintos ritos como el degollamiento del
cuerpo, y la mutilación del mismo. Durante Nagada II se diversifican las practicas funerarias. Existió
además una tendencia a la distribución de los enterramientos por sectores. Así, las tumbas más ricas se
agruparon no solo en el interior de los conjuntos funerarios más grandes sino también en lugares específicos,
como capillas, u otras edificaciones que demostraban estatus y diferenciación social. En esta etapa aumenta
la producción de recipientes de cerámica de pasta blanca, la cual es de mayor calidad. Otra Industria que
tuvo un auge importante fueron los recipientes de piedra de diversas clases, como la caliza, el mármol, etc.
En sílex continuo la fabricación de cuchillos con mangos más elaborados como de marfil o madera, así
como también el uso del cobre se va a extender en la fabricación de cuchillos, hachas y accesorios como
brazaletes. Los productos en oro y plata se hacen presente en esta época, y los ajuares funerarios empiezan a
incluir objetos de mayor calidad.
Puede decirse que hacia Nagada IIcd el panorama sociopolítico egipcio consistía en comunidades
estructuradas en forma de jefaturas poderosas, que contaban con una elite importante y una diversificación
social importante. Esto va a ser fundamental en la posterior creación de un Estado unificado, algo que va a
ocurrir en Nagada III.

CERVELLO AUTUORI, Josep, 2009, La aparición del estado y la época tinita. En: Parra Ortiz, J.M.
El Antiguo Egipto, sociedad, economía y política. Madrid. Marcial Pons, pp. 64 -124

Capítulo 2
La Aparición del Estado y la Época Tinita

La Aparición del Estado en Egipto y la “Unificación”


Nagada IIc-d: El contexto arqueológico de la aparición del Estado en Egipto.
Se acelera el proceso de jerarquización social, formación de elites y jefaturas locales, además de la
especialización del trabajo, y con ello una sociedad más compleja. Son la antesala cultural de los rasgos del
mundo faraónico, además de la emergencia del Estado.
Van a destacar tres centros a las orillas del Nilo:
- Hieracompolis: (El más meridional de los tres): Es en un inicio el centro más activo. Va a tener una gran
riqueza en recursos minerales (valles wadis), así como también van a poseer el control del flujo de materias
primas procedentes del corazón de África (marfil, ébano, oro, pieles, etc.). Las tumbas de la elite de este
centro van a poseer bienes de prestigios de diferentes regiones. Por otra parte, se caracteriza por la
producción de cerámica, pan y cerveza. Hay en el sitio un importante recinto cultural, el más antiguo del
valle del Nilo. Los restos en el sitio sugieren que se celebraron sacrificios de animales (domésticos y
salvajes) con distintas significaciones.
En el sitio se encuentran tres lugares de enterramiento, dos para la elite, y uno para la gente común.
Aparecen aquí las primeras momificaciones, preludio estructural de la época dinástica. En las distintas
tumbas aparecen diferentes pinturas que hacen alusión a la caza, la guerra, el dominio y el ritual.
- Nagada: (En el centro): El proceso de jerarquización también se acelera, lo cual se deja ver por los templos
o palacios de gran planta rectangular. En los enterratorios se encuentran diferencias en los ajuares, así como
en las estructuras, la gente común tenía fosas circulares y menos equipadas, a diferencia de las de la elite que
tenían una gran dimensión y riqueza en los ajuares.
- Abydos: (El más septentrional): En este sitio aparecen zonas de hábitat, necrópolis y zonas industriales.
Aparecen una gran necrópolis situada 2km dentro del desierto, que abarca todo el IV milenio,
cronológicamente hablando, y su importancia está en que aquí se pasó de sepultar a las elites locales a los
primeros Faraones de Egipto unificado (I y II Dinastía). En los enterratorios se han encontrados diferentes
ajuares funerarios, como vasos pintados con signos jeroglíficos, que indican no solo la diferenciación social,
sino la presencia de un Estado incipiente, gobernado por una Elite poderosa y un “Rey”.
Desde finales de Nagada II e inicios de Nagada III todo el valle del Nilo presenta patrones de asentamiento y
de enterramientos y una cultura material y simbólica homogénea, de tradición alto egipcia. Esta unificación
cultural precede y prepara la posterior “unificación política”.

La Aparición del Estado en Egipto: Aspectos Sociopolíticos.


Campagno parte del registro etnográfico y etnohistórico. Allí donde no hay estado, las sociedades se
estructuran y rigen por el parentesco como elemento definidor y vertebrador de las relaciones sociopolíticas.
Los vínculos entre parientes se rigen en todos los aspectos de la vida de la comunidad, debe haber una
reciprocidad y no deben perjudicarse, la práctica del parentesco implica, pues, un deber de generosidad, de
solidaridad, de ayuda mutua ente los integrantes de la situación social cuya existencia regula. Implica
también un interminable juego de dones y contradones en el que el receptor siempre se halla en deuda
respecto del dador.
En estas sociedades parentales, el jefe es el primero de los parientes y debe cumplir con sus obligaciones de
solidaridad y generosidad, de ayuda y reciprocidad con el resto de la comunidad y la buena marcha del
mundo. Es el prestigio el que confiere el cumplimiento de estos preceptos y obligaciones lo que lo legitima
como jefe.
Parentesco y Estado son incompatibles. El estado no puede surgir de manera natural a partir de una jefatura
no-estatal. Para que surja el estado se debe romper con la realidad parental, puesto que el estado es el
ejercicio legítimo de la violencia, esa ruptura debe buscarse en el ámbito de la guerra. Por lo tanto, la guerra
entre distintas comunidades puede dar lugar a los primeros comportamientos propios del estado.
Los conflictos que surgen en Nagada II dan lugar a prácticas de tipo estatal, ya que la elite no solo elimina a
un competidor y se apodera de sus recursos, sino que somete a esa otra comunidad a una tributación
permanente, por lo cual cuenta con más medios para seguir expandiéndose y reforzando su posición. Con el
tiempo se sumará a este incipiente estado la burocracia, la función judicial, entre otros aspectos propios del
estado. El parentesco lejos de desaparecer, seguirá articulando las relaciones en el interior de las
comunidades aldeanas, ahora sometidas al estado. El antiguo jefe comunal da paso al rey estatal.
Estos procesos se van a dar en Nagada IIc-d en los “proto-reinos” de Hieracompolis, Nagada y Abydos.
Estos tres centros habrían vencido y anexionado las aldeas más próximas. Estos posteriormente entrarían en
una dinámica de relación o conflicto entre ellos. El primero en desaparecer, al ser anexionado por
Hieracompolis fue Nagada. Este y Abydos se mantuvieron más en el tiempo, y no hay prueba de que
entrasen en conflicto, incluso tenían una cierta conexión cultural. Posteriormente van a anexionarse a
comienzos de Nagada III, en el llamado “proto-reino del Alto Egipto, lo que llevaría a un proceso de
expansión que conduciría al Estado Faraónico.

Nagada IIIa-b: La Unificación: (3.300-3100 A.C.)


En el área de Hieracompolis se concentra la población en un único hábitat, y surge la ciudad de Nekhen. Los
cementerios de la elite se trasladan al cementerio de sus antepasados. Estas tumbas se caracterizaban por
sarcófagos de cerámica, con diferentes amuletos de plata, oro, hojas de obsidiana, etc. Algunos de los
productos que se colocaban eran importados de Palestina.
En Abydos por otro lado se pasa a tumbas de adobe rectangulares, con sarcófagos de madera, con losa para
la base de los mismos, así como vasos de piedra, cobre, lapislázuli, cerámica importada de palestina, etc.
en Abydos aparece la tumba U-j, la cual tiene unas grandes dimensiones, y su importancia radica no solo en
su tamaño, sino que ahí se encuentran los testimonios más antiguos de escritura egipcia encontrados.
Durante este periodo los contactos del reino del Alto Egipto con Elam y la Baja Mesopotamia experimentan
su momento de mayor esplendor, para luego interrumpirse.

Los Documentos de la Unificación:


Durante Nagada IIIb (3.200-3.100 A.C.), el reino del Alto Egipto emprende su camino a la unificación
político militar de las “Dos Tierras”, expandiéndose por el sur hasta Elefantina y la primera catarata, y por el
norte hasta el Mediterráneo. El Delta era de especial interés para los reyes del sur por su contacto con el
Próximo Oriente, además de por su tierra fértil.
Los registros que indican esta unificación se encontraron en los mangos de unos cuchillos, y en una paleta,
que hacían mención, simbólicamente a este periodo. Los documentos de la unificación tratan
fundamentalmente cuatro temas, la dialéctica orden-caos, la caza, la guerra y el ritual. En los más antiguos,
la realiza no está presente de forma explícita, los más recientes, por otro lado, muestran al rey como el eje de
acción y composición.
La paleta de Narmer es considerada como el documento que simboliza la culminación de la unificación
política de Egipto y la instauración de la monarquía dual histórica. Esta paleta simboliza un punto y aparte
en la historia antiguo Egipto. Representa el final de una larga tradición simbólico-iconográfica, luego de esta
las paletas decoradas o mangos de cuchillos dejan de ser usadas como medios de expresión de la ideología
real. Por otro lado, la paleta representa también el punto de partida de una realidad nueva. El motivo de la
masacre del enemigo, central en la ideología faraónica como símbolo de eliminación del caos, adquiere aquí
su forma canónica y el rey aparece tocado por primera vez en el mismo monumento con la corona blanca del
Alto Egipto y la corona Roja del Bajo Egipto. Esto significa que se están poniendo las bases del estado
unificado dual.

La Época Tinita (I y II Dinastías)


Estado dual, titulatura y listas reales.
El Rey Narmer fue quien completo la unificación política de Egipto. La culminación de la unificación y el
reinado de Narmer fueron sentidos por los egipcios como hechos importantes en la constitución cultural,
propias de un orden predestinado.
La monarquía dual dio expresión política a la tendencia egipcia de entender el mundo como un conjunto de
dualidades equilibradas. El principio dual fue proyectado por sobre el territorio, y se concibió un estado
formado por dos mitades complementarias, el Alto y el Bajo Egipto. A cada una de las mitades se les
asociaron dioses y símbolos, muchos de estos eran propios del Alto, pero fueron repartidos.
Los registros comienzan a aparecer en etiquetas analíticas de marfil o madera, y son encontradas en las
tumbas. Por lo general reflejan “hechos” particulares de un año. Estas etiquetas son propias de la Época
Tinta, y desaparecen a principios del Reino Antiguo. Otra forma de documentación son las listas reales, que
reúnen los diferentes nombres y reyes. Esta tradición continua hasta la II Dinastía.

Menfis y los Complejos Funerarios Regios de la Época Tinita:


Las dos primeras dinastías son conocidas con el nombre de “tinitas” por su lugar de origen, pero gobernaron
el país desde Menfis. Paralelamente a la construcción de complejos funerarios en Abydos, durante la I
Dinastía, se construyó una necrópolis en Menfis.
La razón principal de la expansión del reino del Alto Egipto a fines del Predinástico tanto hacia el sur, como
al norte, fue la voluntad de controlar directamente las vías de llegada de materias primas y bienes de
prestigio procedentes de África y el próximo oriente. Así también en lo que refiere al control del Delta
Occidental, este permitió la incorporación de tierras nuevas y fértiles bajo el mando del Rey y de la elite.
Una vez asegurado el control, gracias a la unificación, la noción cultural de prestigio fue trasladándose del
ámbito de los bienes muebles al de los complejos funerarios regios, que, por su nuevo tamaño y
complejidad, los remplazaron en su carácter de marcadores sociales de la realeza. El mantenimiento de los
cultos funerarios y las tumbas reales, implicaba una gran movilización de recursos agropecuarios, lo cual
llevo a una creación, por parte de la monarquía, de fincas agrícolas, ganaderas e industriales en el interior
del nuevo estado unificado.
El excedente de la producción de estas fincas se destinaria al abastecimiento de la corte y el estado. Aun así,
la fuente fundamental de recursos del estado era la tributación. Las comunidades aledañas dentro del reino
trabajaban para abastecerse a sí mismos, y para hacer frente a las exigencias tributarias. Aun así, el estado
interfería poco en las relaciones internas de la aldea, que seguían con la lógica parental para organizarse. El
tributo era comunal. Había un subdepartamento del tesoro encargado del almacenamiento de recursos
recaudados, una parte de estos se redistribuía, y otra parte se llevaba a centros de procesamientos de
materias secundarias, como aceites, vino, cerveza, pan, etc. En la cima del aparato administrativo del estado,
debajo del rey, se encontraba el visir, que tenía tres poderes, ejecutivo y administrativo, judicial, y simbólico
(referido al cuidado de la persona sagrada del rey). Los títulos de más poder eran ostentados por miembros
de la familia, o clan real, ya que la elite seguía esta lógica parental.

KEMP, Barry, 2016, El antiguo Egipto, tres mil años de historia, Crítica, Barcelona. Cap. 1

Capítulo I:
¿Por qué estudiar el Antiguo Egipto?
Una Sociedad Solvente Desde Cualquier Punto de Vista.
El antiguo Egipto es una representación de soluciones a una vida comunitaria de larga duración. Este éxito
se construyó en base a una visión del Estado apoyado en creencias abstractas, en donde los gobernantes
justificaban y actuaban según el mandato de los dioses, los cuales los legitimaban, y garantizaban esta
jerarquía para con toda la sociedad. Estos valores e instituciones permitieron mantener la unidad en el país,
superando las vicisitudes externas e internas. Es por esto que al Estado egipcio se lo puede considerar
solvente.

Una Primera Ventana Abierta a la Mente.


Aplicar el término “religión” al antiguo Egipto es engañoso, pues supone imponer un conjunto de categorías,
y fronteras, en cuanto al pensamiento, y al comportamiento de la sociedad. La religión es religión para
aquellos que creen en una determinada forma de la misma. Para los que no, la religión debería ser
considerada como cultura.

Egipto Reino Antiguo

KEMP, Barry, 2004, El Antiguo Egipto, Anatomía de una civilización, Crítica, Barcelona. Cap. 1

Barry Kemp: Capitulo 1


Los elementos fundamentales de los estados modernos ya se hablaban presentes y en funcionamiento en
Egipto, aunque no hubiera una conciencia objetivo de la que ello implicaba.
Para los egipcios, la sociedad ideal en la tierra era el reflejo fundamental de un orden divino
La ideología egipcia destaco tres temas: la continuidad con el pasado, lo cual se demuestra con las listas de
los reyes fallecidos que los mismos egipcios compilaron, las cuales constituían en unja antigua costumbre de
horrar los antepasados que se basaban en la búsqueda dinástica de una continuidad monárquica que
trascienda los anteriores políticos de la sucesión
La defensa de una unidad territorial místico que estaban por encima de las divisiones geográficas o políticas,
lo cual se demuestra en. Por ejemplo, la lista de Turín, que muestran una idéntica status entre Set y Horus, y
el alto y el bajo Egipto que, a pesar de estar ubicados en distintos lugares geográficos, estaban ambos ligados
al principio y o ideología del equilibrio entre orden y caos.
La estabilidad y prosperidad gracias al gobierno de reyes sabios y periodos, que parte a través de la creencia
mitológica de los Egipto, de que el presente debe regirse con los ejemplos del pasado como fue el caso de
Pepi II demostrando en la lista de Turín, que, aunque fuera tachado de homosexual, dándole una pésima
refutación, no fue excluido de la lista oficial de reyes. Este ejemplo de desorden e injusticia seria de
advertencia y acredito al rey como mantener el orden y la justicia.
Se sabe de un periodo de inestabilidad interna que culmino en una guerra civil entre familias gobernantes de
las Dinastía IX y XI con sede en Heracleópolis y Tebas.
La responsabilidad de librar el caos recae en el soberano. Lo más típico era que la fuente de autoridad y
autenticidad estuviera en el pasado.
Hubo cambios importantes en las ideas les y las formas y debían reflejar los avances intelectuales, lo que
también trasluce en las fuentes escritas.
Set: Alto Egipto Horus: del Bajo Egipto
Los nombres de los dioses se convirtieron en el elemento esencial a partir del cual se ampliaban las
definiciones de la divinidad.
Los textos y las representaciones artísticas reflejan una estética intelectual. Fueron compuestos en la mente
de sus creadores y reflejaban un mundo interior que no era una proyección directa del mundo material. La
geográfica simbólica era el futuro de la imaginación de unas personas
Creían que antes de la I Dinastia, hubo 2 reinos, cada uno con un dios nacional, Horus en el Bajo Egipto y
Set en el Alto. El momento crucial sobre reino cuando el Bajo Egipto derroto al Sur y estableció un reino
unificado, que había tenido una corta duración, dado que otros evidencias sugirieron que la I dinastía
comenzó con la unificación impuesta por el sur.
El factor esencial en la formación del Estado es psicológico, ya que una ocupación de carácter permanente y
trabajador siempre lo misma tierras crean un fuerte sentido de los derechos territoriales que se expresan en
termino míticos y simbólicos. Estos generan un peculiar sentimiento actual a la palabra “soberanía”. En
algunas personas despierta un afán competitivo y los hace ver la posibilidad de obtener un excedente
agrícola y con ello una existencia más satisfactoria. La combinación de ambición y sentido mítico de la
identidad, hizo que los individuos y la comunidades entraron en una situación de posible competencia y
cambio si la naturaleza de la sociedad. La relación estable y personal que se entabla había avanzado, son 2
los factores que habían influido en los Egipcios, el primero, son los recursos naturales y la posibilidades de
acumular depósitos de bienes excedentarios que sientan la base de poder, y el segundo factor que reside en
la mente humana, la imaginación de forjar una ideología que infunda un amplio respeto.
Hieracompolis era en aquel momento uno de los centros más importantes de Egipto y recuerda en apariencia
a Nagada, que a fines del periodo Predinástico experimentarían una notable reducción de tamaño. Esto
señala un cambio fundamental en el carácter de asentamiento y que va ligado a la verdadera expansión del
urbanismo en Egipto que es el paso de los extensos asentamientos de ocupación dispersos a ciudades
rodeadas por murallas de ladrillos y con una densidad de población mucha más elevada.
La paleta de Narmer conmemora la victoria del Faraón Narmer, de principios de la I Dinastía, sobre un
enemigo del norte lleva los iconos del Alto y Bajo Egipto.
En el sur surgió un estado, o un grupo de ellos, siempre en torno a un amplio núcleo de población.
Sobrevivieron en ellos, siguió una mayor expansión de la dominación política y materia, hasta que antes de
iniciarse la I dinastía, se había logrado cierto grado de unidad entre el norte y el sur. En la última parte del
proceso, está clarísimo que el centro de esta actividad era Hieracompolis. Este periodo fue llamado Nagada
III o dinastía 0, y el primer nombre aparece en los principales listas de reyes es Menes. Este pertenece a la
parte final de la formación del estado y fue el primer monarca cuyo reinado quedo documentado como es
debido en los anales.
Se deslumbran los comienzos del sistema de registro y una totalmente moderna escritura, donde se
utilizaban, por ejemplo, animales reales o imaginarios como una alegoría de las fuerzas de la vida. La
sociedad egipcia del periodo dinástico estaba muy jerarquizada. La armonía dentro del estado mandaba
únicamente el monarca y por medio de funcionarios leales llegaba hasta el pueblo. El rey representaba el
papel de supremo mantener del orden que abarcaba la responsabilidad de la justicia, la piedad y la conquista
del desorden.
La dinastía I se inició en un Estado cuyo territorio era tan grande como los estados modernos del Nilo. El
extraordinario logo del estado faraónico fue crear una ideología con numerosos ramificaciones e n las
provincias hablar un marco mítico nacional, pero por debajo, subsistían las identidades locales las tumbas
reales convirtieron en la principal expresión pública de la monarquía. La I dinastía introdujo un cambio
radical. El gran incremento de las riquezas y de la organización del Estado en el Dinástico Antiguo, se
aumentó notablemente el tamaño de las tumbas donde las primeros pasos hacia la escala monumental y un
simbolismo arquitectónico característico. En Abydos se enterraron los reyes de la I dinastía y algunas de la
II. En la Dinastía IV, la pirámide escalonada se trasformó en una verdadera pirámide.

PARRA ORTIZ, José Miguel, 2009, El reino antiguo, En: Parra Ortiz, J.M. El Antiguo Egipto,
sociedad, economía y política. Madrid. Marcial Pons, pp 125 – 179

Capítulo 3: El Reino Antiguo.

La III Dinastía.
Nuevo faraón de las dos tierras, Netjerkhet. Cuando recibió la corona, Egipto ya era un estado unificado,
aunque dependía del viaje bianual del monarca por todo el país para recaudar impuestos. Para cuando su
propio sucesor lo sustituyo como soberano, la monarquía egipcia ya se había asentado en Menfis, y había
puesto las bases para la construcción de los monumentos más increíbles del Reino Antiguo, Las Pirámides.
“La historia de las pirámides es la historia del Reino Antiguo”. Cuando Netjerkhet comenzó a gobernar
Egipto lo hizo con la intención de continuar con la tradición recibida, lo cual se refleja en las primeras etapas
de su complejo funerario, con tumbas discretas (mastaba cuadrada de pocos metros de altura acompañada
por el recinto ceremonial rectangular del palacio funerario). Pero una vez establecido el asentamiento en la
capital, planeo un recinto fúnebre propio del poderío estatal egipcio (pirámide escalonada). Se cambiaron los
materiales de construcción, del adobe se pasó a la piedra caliza, la cual requería más artesanos en la
extracción de la piedra. Esto implicó un aumento en el número de empleados de la corona, todo esto sumado
a los gastos administrativos para el mantenimiento de la corte, que centralizo su recaudación en la capital.
Además, a cargo del faraón estaba un reducido grupo familiar, y personas de la elite (miembros del Pat), y el
primer cargo administrativo en importancia era el del “Visir”, quien controlaba los cuerpos administrativos.
El más distinguido de los personajes en relación a este faraón era Imhotep, arquitecto de la pirámide, y
canciller del rey. Los cambios administrativos de Netjerkhet supusieron un cambio notable en la escritura
egipcia. Siempre restringida a la elite, la escritura se hizo más evidente y comenzó a aparecer en las estelas
biográficas de miembros destacados de la administración. Los distintos avances en la administración, y
control de recursos fueron quizás los responsables de que se pudieran organizar expediciones mineras a
regiones lejanas. La pirámide es un elemento que busca conseguir la vida eterna del faraón mediante el
acceso a las estrellas, todo esto por la relación entre el Dios Horus (deidad estelar) y el soberano egipcio. La
pirámide escalonada es entonces un dispositivo de ascenso, donde subiendo los escalones, el soberano llega
al firmamento. El sucesor de Netjerkhet, Sekhemkhet, continuo la tradición del su predecesor, y comenzó la
construcción de la pirámide cerca de él, aunque quedo inconclusa. Khaba, su sucesor, abandono la
necrópolis de Saqqara (donde se encontraban los dos anteriores), y decidido trasladar su complejo funerario
a Zawiet el-Aryan, aunque mantuvo la idea del primero, este tampoco pudo concluir su pirámide, el
posterior sucesor ni siquiera dejo tumba y el reinado está muy poco documentado. Huni fue el predecesor de
este momento, del cual hay más registros, entre los que se encuentran seis pequeñas pirámides de igual
tamaño, construidas en el sur de Menfis, una en el Egipto Medio y las otras cinco en el Alto Egipto, la
última de ellas en Elefantina, ciudad donde construyo varios edificios administrativos. La elección de una
necrópolis alejada de la capital puede ser con fines económicos (nuevos recursos, tierras fértiles).

La IV Dinastía
El nuevo faraón va a ser Esnefru, quien continua la explotación de las minas del Wadi Maghara, y además
hay incursiones a Nubia y Libia, por otra parte, se construyen grandes barcos y se importa madera de cedro
desde el Líbano. Su política va a buscar incrementar los recursos del estado. Hay una gran explotación
agrícola en el Delta. Abandono el lugar donde se encontraban los restos funerarios de su predecesor, y
comenzó la realización de pirámides de cara lisa. Las innovaciones ideológicas de la IV dinastía se reflejan
en la propia pirámide romboidal de Esnefru, que no solo es de paredes lisas, sino que también posee un
perfil con ángulos.
Se dan diferentes cambios ideológicos, como la aparición del Dios Ra, del cual el soberano depende para
alcanzar el más allá, a su vez la sociedad depende del rey para alcanzar lo mismo. Durante la IV dinastía las
tumbas de la elite se aproximan a las del faraón, como buscando cobijo, demostrando la dependencia al
mismo.
El hijo de Esnefru, Khufu, decidió acercar su tumba a la capital, en Guiza. Esta decisión se da en buena
medida con su culto al dios solar (Ra). Las grandes pirámides, de revestimiento de piedra caliza debía brillar
con la luz del sol al amanecer y al anochecer. La principal característica de la administración de la IV
dinastía es que el cargo del Visir queda reservado para hijos reales. Los constructores de las pirámides de
Guiza se encontraban en las cercanías, al sur de la necrópolis, los restos humanos denotan gran desgaste
físico, sobre todo en la columna y rodillas, por otra parte, los restos indican la presencia de un cuerpo
médico que atendía las necesidades de los mismos. Los recursos para la construcción del complejo funerario
procedían del circuito económico general del país. A lo largo del valle del Nilo, los campesinos cultivaban
terrenos cuyas cosechas eran sometidas a tasación. Los enviados del faraón recogían la parte que les
correspondía de las cosechas y los productos se acumulaban en los almacenes del soberano distribuidos por
todo Egipto. Tras el largo reinado de Khufu, su hijo Djedefre se encarga de ocupar su puesto como soberano
de las Dos Tierras. Duro ocho años, aun así, pudo construir su tumba en Abu Rowash, alejado de la de su
padre. El sucesor de Djedefre no fue su hijo, sino su hermano Khaefre, quien estuvo poco tiempo
gobernando, hasta su muerte. Tras la muerte de este último, el hijo de Djedefre continuo con el poder, Baka,
quien estuvo pocos años hasta que lo sucedió el hijo de Khaefre, Menkauere. Este retorno la necrópolis a
Guiza, construyendo una pirámide pequeña. Shepseskaf, sucesor de este va a echar por tierra el culto a Ra, y
además va a construir una mastaba y no una pirámide, lo que va a diferenciarlo de sus predecesores. En esta
dinastía compleja, destaca hacia el final la figura de una mujer, la reina Khentkaus, la cual pudo haber sido
una regente casada con el primer faraón de la V dinastía, esta fue una mujer sin duda tuvo gran relevancia
política.

La V Dinastía
La V Dinastía egipcia quedo señalada como un momento de gran importancia del culto solar. Userkaf va a
ser el primer monarca de esta dinastía, el cual busco legitimidad (su origen es confuso) posicionando su
complejo funerario cerca de Netjerkhet (III Dinastía). También construyo un templo solar a su lado, lo cual
va a ser replicado por los sucesivos faraones de la V Dinastía. Durante el reinado de Userkaf, y sus
sucesores, la administración y la económica del país sufrieron importantes cambios, con el fin de aumentar
el control del país por parte del soberano. Si durante la IV Dinastía se incorporó el Delta como región
productora, ahora se ocuparon del Medio Egipto. Su lejanía implico que el soberano enviase administradores
permanentes a las distintas provincias, para tener un mejor control. Esto llevo a un crecimiento en la
administración. Así mismo los príncipes (hijos del rey), perdieron importancia en los cargos políticos, y
cobraron más relevancia en el ámbito ideológico y religioso. En la construcción de las pirámides también se
va a diferenciar de la IV Dinastía, donde van a abaratarse los costos en construcción, ya que había más
edificios institucionales que construir, como el templo solar. Además, se tenían que instalar a los nomarcas
en sus capitales, y debían ostentar lujo, ya que representaban al soberano. La mayoría de los faraones de la V
dinastía se instalaron en Abusir, unos kilómetros al norte de Saqqara, el lugar era importante para unos
faraones que hicieron del culto solar un elemento destacado en su ideología, porque se trata del punto más
meridional desde el que se puede ver Heliópolis.
No se sabe dónde se emplazó el templo solar de Sahure, aun así, su complejo funerario es de los mejores
conservados. Sahure realizo el complejo funerario que serviría como modelo para los posteriores.
En este momento es innegable que los templos bajos son puertos cuyas rampas de atraque penetran en una
masa de agua que los rodea. En el templo se observa una característica común del complejo, el juego de
colores con los materiales constructivos: el suelo es de basalto negro (símbolo de la tierra negra, húmeda y
fértil, de la que renace la vida), el zócalo de las paredes es de granito rojo (color del sol) y el resto de los
elementos parietales de amarillenta caliza de calidad. También destaca la decoración del techo, estrellas
amarillas de cinco puntas pintadas sobre un fondo azul oscuro. El objetivo del templo bajo y el de la calzada
de acceso es acoger y hacer llegar al templo alto, asegurándose que nada malo podría penetrar en él, de ahí
las imágenes de la derrota de los enemigos. Además de la pirámide, el otro elemento del complejo funerario
de Sahure es la pirámide satélite. Un muro rodeaba la pirámide principal, la pirámide satélite y el templo
interior, aislando la tumba del soberano del resto del mundo, pero sin impedir verla.
En el antiguo Egipto solo existía un sacerdote: el faraón. Era el único capacitado para poner en contacto y
hacer de intermediario entre el mundo de los dioses y el de los hombres.: Por lo tanto, nadie más podía
oficiar en los cultos de todos los templos de todo el país. Aun así, el monarca delegaba tareas de culto a
funcionarios, esto era posible porque la religión egipcia no era una religión revelada, además no se trataba
de sacerdotes a tiempo completo, que aparecerán en el Reino Nuevo.
Los miembros de la administración que trabajaban oficiando de sacerdotes estaban organizados en cinco
filés, donde cada parte de las mismas servía en los templos durante un mes de cada diez. El salario que
recibían los que trabajaban en los templos provenían de las ofrendas. El objetivo del sistema de filés era
repartir la generosidad del faraón lo más ampliamente posible, de tal modo que el mayor número de
personas recibiera una muestra de ella. Esto era importante, no solo ideológicamente sino también
físicamente, porque las ofrendas eran de abundante carne, algo a lo que la mayoría de la población egipcia
no tenía acceso, o muy escaso. Durante este periodo aumentan considerablemente el número de
autobiografías y referencias a los faraones, a diferencia de la dinastía previa. El soberano es el eje entorno al
que se articula todo en Egipto y su yo administrativo (la Residencia, el Palacio) ha de aparecer en todos los
organigramas, por más que ello suponga en ocasiones una pérdida de efectividad. Lo importante de todo esto
es la razón ideológica, pues de esta forma, todos los que reciben bienes lo hacen directamente del monarca.
Menkauhor Ikauhor, fue el hijo de Niuserre, y faraón sucesor del mismo. En el gobierno de este destaca el
cambio en el teóforo (Nombre de un dios que forma parte del nombre del faraón) de Ra, por el de Horus,
indicando el inicio de un cambio en la relevancia del Dios Ra.
Los textos de las pirámides contienen gran cantidad de menciones y referencias teológicas, religiosas y
mitológicas. El origen del contenido particular de cada formula o recitación se escalona a lo largo del
tiempo, e incluso aparecen antes del surgimiento de las pirámides. Son textos para ser leídos y el encargado
de hacerlo es el sucesor del soberano, Horus, el príncipe heredero, quien tiene como oyente principal al
monarca difunto, Osiris.
La historia de estos dioses trata de que Osiris, rey de Egipto, es asesinado por su hermano Seth, quien lo
descuartiza y reparte sus pedazos. Isis, esposa y hermana de Osiris, recoge los fragmentos, los embalsama y
consigue resucitar su cuerpo lo suficiente como para quedarse preñada de su esposo y dar a luz a Horus.
Este, heredero al trono, se enfrentará a su tío Seth, y lo vencerá. Esta historia se convertirá en el sostén
ideológico de la monarquía egipcia, en donde el rey se identifica con Horus. El rey difunto se convertiría en
Osiris al ser momificado.

La IV Dinastía
Unis fue el último faraón de la V Dinastía, y muchos lo consideran parte de la VI. Teti fue el primer faraón
de esta dinastía, aunque se desconoce su filiación con Unis, se cree que es su relación con Iput, hija de Unis,
la que le da legitimidad dinástica. El complejo funerario de Teti además de encontrarse en la cercanía de los
últimos faraones de la V Dinastía (Como buscando legitimidad), va a ser el modelo de que seguirán el resto
de los soberanos de la dinastía (amontonamiento de piedras recubiertos de una capa de caliza de calidad, con
unas dimensiones de 150 codos de base cuadrada por 100 codos de altura.
Ideológicamente, que los cuatro complejos funerarios construidos durante la IV dinastía tengan pirámides de
idénticas dimensiones y la misma distribución de elementos en su templo de culto es muy importante. Nos
está hablando de que el Estado ésta ya plenamente asentada en Egipto, hasta el punto de que los soberanos
no tienen necesidad de lucirse en sus complejos funerarios, cuya construcción ha dejado ya de ser el
principal eje económico del país. Es como si la ideología de la monarquía hubiera quedado establecida.
Durante este periodo, los monarcas ordenan construir capillas destinadas a su culto por toda la extensión de
sus dominios. El objetivo de esto era hacer más visibles a sus súbditos la existencia del soberano, hacerlos
más conscientes de su existencia, pues no olvidemos que muy pocos era los egipcios que llegaban a ver el
complejo funerario del faraón. Al participar de este modo en el culto al monarca, los altos funcionarios
provinciales dejaban ver a sus administrados su estrecha relación con el soberano y extendían el control del
monarca y su administración. Todo formaba parte de la política de la corona destinada a controlar
finalmente todos los recursos del país.
La explotación del sur y resto del país se realizó mediante el uso de los hwt y los templos provinciales. Los
hwt eran centros administrativos de la corona, que los dotaba de tierras, ganado y personal propios. Por otro
lado, se encargaban de almacenar la producción de sus terrenos agropecuarios. Los hwt están por todo
Egipto. Otro elemento básico propio del mundo rural egipcio eran los niwt, que eran localidades que no
dependían directamente de la corona, pues sus alcaldes no eran funcionarios nombrados por el faraón.
Teti fue asesinado por sus guardias. Pepi I fue el sucesor, que previo estos intentos de asesinatos, y ningún
funcionario de él se enterró cerca. Así mismo sufrió dos intentos de asesinato.
En la VI Dinastía el Estado llegara a estar plenamente consolidado, manteniendo siempre el faraón el control
del país.
Merenre fue el hijo mayor de Pepi I, y su sucesor, de este se sabe muy poco, su complejo funeral se
encuentra al lado del de su padre. Pepi II lo sucedió siendo un niño y estuvo supuestamente noventa y seis
años de reinado. El de Pepi II fue el último complejo funeral con pirámide construido en el Reino Antiguo.
Tras su longevo reinado, las fuentes se vuelven opacas y sus sucesores no se reconocen con certeza.
El punto final del Reino Antiguo lo puso una oscura dinastía, que en las listas manetonianas aparece
duplicada de forma errónea como la VII y VIII Dinastías. Está compuesta por un numero impreciso de
soberanos, que fueron el preludio del Primer Periodo Intermedio.
El Reino Antiguo fue un periodo de constante cambio, con una sociedad relativamente estática.
Desencadenando el proceso evolutivo debido a la construcción de primer complejo funerario real con
pirámide, con el paso de las diferentes dinastías los recursos del país fueron explotados de forma cada vez
más eficiente, comenzando por la región del Delta (IV Dinastía), la zona del Medio Egipto (V Dinastía), y el
Alto Egipto y los oasis (VI Dinastía). Así mismo, el control aumento el tamaño de la administración y
durante el reinado de Pepi II la corona poseía y controlaba los centros de poder distribuidos a todo lo largo
de Egipto. La desaparición del Reino Antiguo es llamativa, pues se produjo en momento en que la
monarquía se encontraba más asentada. En el proceso tuvieron que ver tanto el cambio climático como las
tensiones internas inherentes a cualquier sociedad, en este caso, la mengua en las crecidas y las subsiguiente
disminución de las cosechas, sometidas pese a ello al afán recaudador del Estado, terminaron por
incrementar hasta el punto de ruptura las tensiones sociales existentes y fragmentar el país, convirtiendo en
políticamente autónomas algunas divisiones provinciales creadas por la corona para controlar mejor el valle
del Nilo.

Mesopotamia en el IV Milenio

LIVERANI, Mario, 1995, El Antiguo Oriente. Historia, Sociedad y Economía, Crítica, Barcelona,
caps. 2, 4.

Capítulo 2: Los Caracteres Originales

Realidad Ecológica Y Mapas Mentales


La discontinuidad ambiental es un rasgo estructural de Oriente Próximo, porque supone que regiones con
recursos y vocaciones distintas estén entremezcladas y en estrecho contacto. Para comprender esta red de
relaciones se utilizan los conceptos de punto nodal, frontera y nicho.
El punto nodal es la soldadura de dos zonas distintas, es una zona de contacto entre poblaciones de
diferentes formas de vida. A través de él pasan, en ambas direcciones, experiencias y productos, hombres y
tecnologías. Este paso, implica un cambio en los “códigos” expresivos y de valores con un efecto de
fecundación recíproca, de comparación y ajuste de los resultados. El hecho de que los puntos nodales sean
múltiples y cercanos mantiene un fuerte dinamismo cultural en la región.
El concepto de frontera tiene caracteres más histórico-culturales que ecológicos, más de imagen que de
realidad. La zona fronteriza es la marginal y terminal de un núcleo cultural determinado, al otro lado de la
cual, según los miembros de la comunidad, está la nada o bien lo radicalmente distinto. La zona de frontera
puede ser exterior, aquella que separa una población de otra; o interior, aquella que no se puede marcar en el
mapa, que se encuentra en la diversidad cultural: fronteras lingüísticas o religiosas, de modo de producción,
de modos de vida, de ideologías políticas y de estructuras familiares y sociales.
El concepto de nicho ecológico, subraya el valor de ciertas zonas compactas con una frontera natural que la
separa de otras y que permite desarrollar al máximo sus posibilidades productivas y organizativas.
Oriente Próximo posee una articulación interna y externa por nichos, por lo que alcanza una complejidad
que, por un lado, permite dar razón de la pluralidad de las estrategias de desarrollo y del intercambio
cultural; pero por otro, corre el riesgo de convertirse en un caos. Entonces interviene un proceso de
simplificación de la imagen que resulta esclarecedor en la medida que logra explicar el mayor número
posible de fenómeno históricos. La más vigorosa de estas imágenes es la de un Oriente Próximo que sigue
un esquema de contraposición entre un núcleo y una periferia. El núcleo, el espacio central, está más
habitado y civilizado y su centro ideal es la ciudad, rodeada por una llanura de regadío salpicada de aldeas
agrícolas. La periferia es la franja que rodea esta llanura, con una población más desperdigada e inestable de
pastores, fugitivos y bandidos. (visión mesopotámica).

La Población
La variedad de paisajes que caracteriza a Oriente Próximo se traduce en un poblamiento humano de
acentuada discontinuidad espacial. Por lo general, la población se concentra en las llanuras aluvionales y en
los nichos entre montañas más favorecidos.
A la discontinuidad espacial se suma una discontinuidad diacrónica del desarrollo demográfico. La historia
de cada asentamiento es una sucesión de fases de construcción y destrucción, de ocupación y abandono. En
la historia demográfica regional, hubo una alternancia de fases de desarrollo, en las que prevaleció una
influencia de factores positivos (de producción y reproducción), y fases regresivas.
A veces las crisis se deben a hechos naturales contra los que no hay defensa posible, como terremotos,
sequías, inundaciones e incendios. Pero además existen factores propiamente humano: El primer factor es
cuantitativo y está relacionado con las dimensiones poblacionales de cada población y sus posibilidades de
sobrevivir a una crisis. El segundo factor es propiamente estratégico, de elección entre dos posibles modelos.
Hay un modelo de desarrollo más lento, pero más seguro, que tiende a conservar lo que ya existe, más que al
incremento cuantitativo o a la mejora cualitativa, arraigado sobre todo en pequeñas comunidades
agropecuarias. Por el contrario, hay un modelo de desarrollo más acelerado, adoptado sobre todo en las
ciudades que tiene como rasgos característicos la concentración de los excedentes y la concentración laboral.
También forma parte de este segundo modelo la guerra entendida como la forma extrema de hacerse con
recursos y ampliar el ámbito de control político.

El Desarrollo Tecnológico
No existe una tecnología unitaria en el antiguo Oriente sino más bien una variedad regional, una penetración
y disponibilidad diferenciadas con arreglo a las franjas socioeconómicas. Pese a las crisis y a las caídas en
picado que tienen lugar en varios lugares y períodos, la tendencia de fondo es la puesta a punto de técnicas
cada vez más adecuadas para dominar el medio circundante y a sacar provecho de los escasos recursos
disponibles. La variable tecnológica no es unívoca ni independiente, y se debe referir a las otras variables;
pero es de primordial importancia para apreciar en términos reales los acontecimientos políticos y militares,
los sistemas económicos y las relaciones sociales dominantes.

El Modo De Producción
En lo que se refiere al modo de producción hay que recordar que el análisis marxista, en realidad, se refiere
sólo a la economía capitalista limitándose para las economías antiguas a unas pocas menciones funcionales,
que no profundizan y además varían de unos textos a otros.
En cambio, todavía es válido el propio concepto de “modo de producción”, el cual mantiene su validez para
situaciones sencillas. En particular, sigue siendo fundamental la determinación de los tipos de propiedad de
los medios de producción (sobre todo de la tierra); de la relación entre los medios de producción y fuerzas
productivas; de la entidad de las unidades productivas; y de los modos de centralización de los excedentes.
La combinación de estos factores básicos es lo que caracteriza a la “formación económica de las
sociedades”: en cuyo interior se descubren varios modos de producción, varios sistemas de intercambio, y
varias formas de consumo. Los modos de producción y los sistemas de intercambio, son más bien “tipos
ideales”, instrumentos analíticos, mientras que la formación económica de la sociedad es una reconstrucción
histórica, concreta y variable en el tiempo y en el espacio.
Los modos de producción que prevalecen en el antiguo Oriente son el “palatino” y el “doméstico”. El
primero es el resultado de la revolución urbana, y se caracteriza por la concentración de los medios de
producción en manos de las llamadas “grandes organizaciones” del palacio y el templo; por la condición
servil de los productores ante los detentadores del poder político administrativo; por la fuerte y orgánica
especialización en el trabajo; por un flujo centrípeto y redistributivo de los bienes y la disposición
jerarquizada de los factores productivos. En cambio, el modo “doméstico” es un residuo de la situación de
tipo neolítico y se caracteriza por la coincidencia de fuerzas productivas y posesores de medios de
producción; por una red de intercambios multidireccional y recíproca, por la falta de especialización a
tiempo completo, y por unas unidades productivas y sectores productivos paritarios.

Las Expresiones Ideológicas


En el antiguo Oriente, la historia como sucesión de acontecimientos, suele estar tomada de las inscripciones
reales, las crónicas o anales derivados de ellas. Pero la utilización de estas fuentes se basa en el equívoco.
Este equívoco consiste en el hecho de llamar “textos históricos” a las inscripciones reales, los anales y las
crónicas. Esta literatura no es histórica. En el antiguo Oriente no existe el auténtico género historiográfico.
Las inscripciones reales y los anales son textos de carácter político y celebrativo, son esencialmente
propaganda.
Cada cultura tiene su sentido de la historia, y cada texto, aunque se haya escrito con fines precisos, utiliza
los elementos de esa visión del mundo. Pero precisamente estos dos aspectos; fines políticos y precisos y
peculiar visión del mundo, se suelen obviar al leer las “historias antiguas”.
Las inscripciones celebrativas no contienen hechos históricos sino más bien material de carácter
propagandístico. Lo que no se puede usar como una mina de informaciones sobre hechos, es una fuente más
valiosa de informaciones sobre las ideologías políticas de sus autores y de su contexto cultural.
La cuestión no es discernir qué hay de verdad en los hechos narrados, sino la manera en que se utiliza este
material para reconstruir, los fines y las motivaciones que lo han producido, el repertorio conceptual
utilizado y la imaginación colectiva a la que responden. Se trata de una documentación referente no a los
hechos, sino a las ideologías.

Capítulo 4: La Revolución Urbana

La Especialización Laboral, las Grandes Organizaciones:


El lento desarrollo de la colonización agrícola, las técnicas artesanales, el comercio a larga distancia y los
centros ceremoniales culminan a mediados del IV milenio, con la denominada revolución urbana. Este largo
proceso se dio en la Baja Mesopotamia y especialmente en el centro urbano de Uruk.
La revolución es compleja. El crecimiento demográfico es indudable y requiere condiciones nuevas para
acentuarse de tal forma de un periodo corto. El aumento de la productividad agrícola es la premisa
fundamental que asegura a las comunidades unos excedentes alimentarios gracias a los cuales pueden
mantener especialistas a tiempo completo, creando un polo redistributivo central. El origen de la ciudad es el
origen del estado y de la estratificación socioeconómica.
El salto organizativo consiste en sistematizar la separación entre producción primaria de alimento y técnicas
especializadas, y polarizar esta separación, concentrando a los especialistas en algunas poblaciones más
grandes, proto urbanas, y dejando la tarea de la producción de alimento a las aldeas dispersas.
Hay un flujo de excedentes alimentarios que va a los productores de alimento a los especialistas, de modo
que estos últimos puedan sobrevivir a pesar de no producir alimento. Y hay otro flujo de productos
especializados y servicios que va de los especialistas a los productores de alimento. El mecanismo es
bidireccional por principio, y supone una ventaja para el conjunto de la sociedad, pero las relaciones internas
se desequilibran a favor de los especialistas.
En el vértice del núcleo especializado y urbano se sitúan quienes desempeñan funciones administrativas y
ceremoniales, que garantizan la cohesión de la comunidad y la organización de los flujos de trabajo y
retribución que la atraviesan.
La sistematización de las especializaciones laborales, su concentración espacial y la aparición de polos de
decisión llevan a lo que Oppenheim ha llamado “las grandes organizaciones”: templos y palacios. Las
ciudades son asentamientos en los que hay grandes organizaciones. Entre un templo y un palacio hay una
diferencia importante, porque el templo es ante todo el lugar donde se realizan las actividades de culto, la
“casa del dios” a la que acude la comunidad diaria o periódicamente, a rendir culto a su jefe simbólico
(fiestas); el palacio, en cambio, es ante todo la residencia del jefe humano, el rey con su círculo de allegados
(familia real y corte). Tanto el palacio como el templo son lugares donde se realizan actividades
administrativas, y se acumulan los excedentes en los que se basa el mecanismo redistributivo.
La población se dividió en dos grupos, dentro de lo que se identifica como estado. Por un lado, los
especialistas trabajan con los del palacio y son mantenidos por el palacio mediante un sistema de raciones o
mediante asignaciones de tierras. Desde el punto de vista socioeconómico y político son los más selectos del
estado, pero jurídica y económicamente son “siervos” del rey. Por otro lado, el resto de la población está
formado por las familias de los productores de alimento, es libre en el sentido de que detenta sus propios
medios de producción y trabaja para su propio sustento; pero es tributario del estado, al que debe ceder sus
excedentes alimentarios.

La Ciudad y las Aldeas


La baja Mesopotamia es un nicho de dimensiones mucho mayores, y si no cuenta con el debido
equipamiento, no es muy hospitalaria, porque los grandes ríos con sus tortuosos meandros y sus periódicas
crecidas estacionales dan lugar a un paisaje pantanoso, con aguas estancadas y suelos demasiados
empapados.
Con la creación de los sistemas de canales se permitió obtener rendimientos muchos mayores y estables que
los de las regiones del piedemonte, donde el agua, por lo general, es la de las precipitaciones, menos
abundante y sujeta a los caprichos atmosféricos. Regadío, arado de sembradera, altos rendimientos de la
cereal cultura aseguran al gran nicho bajo mesopotámico una cantidad enorme y estable de excedentes
alimentarios que posibilita la manutención de un nutrido grupo de especialistas y administradores,
concentrados en las ciudades.
Los asentamientos se ubican en estrecha relación con los cursos de agua, por las ventajas del riego y el
transporte, algo esencial para la centralización de los excedentes, que afluyen de los campos a los almacenes
de las ciudades. Además, los asentamientos se disponen de forma jerárquica en por lo menos dos niveles, y
bien pronto en tres. La disposición en dos niveles implica una bipartición entre las aldeas, de pequeñas
dimensiones y dedicadas a la actividad agro pastoral, y las ciudades, donde se concentran las actividades de
transformación, intercambio y servicios.
La urbanización se vio acompañada de un rápido crecimiento de la población. El crecimiento de un centro
urbano provoca un despoblamiento, a veces muy acentuado del campo que lo rodea. La demografía, la
tecnología y la política progresan en estrecha relación, sino que uno de estos aspectos, por sí solo, se pueda
considerar prioritario e independiente. Urbanización también es sinónimo de edificación monumental, como
tutela simbólica y práctica de la prosperidad de la comunidad proto estatal.

De la Calidad a la Cantidad
Las grandes organizaciones de los templos y los palacios fueron enormes aparatos redistributivos. Los
excedentes, las retribuciones, los servicios y las mercancías se entrecruzan y compensan a unos niveles de
complejidad que dejan muy atrás a las modestas transferencias de radios familiar y aldea. Con las nuevas
innovaciones se generalizaron los sistemas de pesos y medidas, de numeración, de cómputo y comparación.
Las necesidades administrativas de las grandes organizaciones crearon un mundo agrario sexagesimal, una
división sexagesimal del tiempo, y un sistema fijo de cómputo de los valores y las retribuciones. En suma,
convierten una realidad caracterizada por infinitas variantes individuales en un mundo computable y
programable, despersonalizado y racional.

Garantías y Registros: El Nacimiento de la Escritura


Con los comienzos de la urbanización no se contaba con el instrumento de la escritura. Fue precisamente sus
necesidades lo que llevo a crearla, recorriendo una sucesión bastante rápida de una serie de fases. La
aparición de un sistema de registro escrito es la culminación del proceso de especialización laboral y
despersonalización de las relaciones laborales y retributivas.
El primer paso es el uso del sello como instrumento de convalidación y garantía. Se trata de sellos de
estampilla y forma cuadrangular o redonda, con figuras geométricas o de animales. Su uso equivale a una
firma, y permite identificar al propietario del sello, reconociendo el cuño. El sellado de recipientes y
estancias en el punto de acceso o cierre se volvió un procedimiento habitual. El nudo que cierra el recipiente
o la puerta son sellados con una cretula, es decir, una pella de barro en la que se le imprime el sello del
funcionario responsable.
La administración se convierte en el trabajo más especializado de todos los que se realizan en las grandes
organizaciones. El funcionario administrativo es ante todo un escriba que domina la técnica de la escritura y
ello requiere un aprendizaje muy especial. Los escribas necesitan un adiestramiento que se imparte en
verdaderas escuelas, donde los maestros enseñan a los alumnos el manejo de un repertorio de signos que
consta de cientos de elementos. De estas escuelas sale la elite cultural y política del estado: quienes
controlan la realidad en el plano de las palabras son capaces de controlarla operativamente a escala
socioeconómica.

Política e Ideología de las Formaciones Protoestatales


La especialización laboral lleva a una estratificación socioeconómica de carácter estructural, es decir, no
solo circunstancial y cuantitativa, sino funcional y cualitativa. La estratificación es vertical, porque los
distintos grupos funcionales acceden de forma desigual al reparto de los recursos a la toma de decisiones;
también es horizontal, porque los grupos privilegiados se concentran en las ciudades.
La formación proto estatal es un organismo basado en la desigualdad, significa también una formación de un
núcleo dirigente que asume la responsabilidad de las decisiones y las ventajas de una situación privilegiada;
y formación de una ideología político-religiosa que garantiza la estabilidad y cohesión de la pirámide de las
desigualdades.
El núcleo dirigente tiene que trabajar en dos frentes, el operativo y el ideológico, que desembocan
respectivamente en la formación de una burocracia y un clero. La burocracia es la encargada de la gestión
económica de esa gran empresa que es la ciudad estado. Establece, garantiza y registra la afluencia de
excedentes desde las aldeas a la ciudad, organiza la redistribución de esos excedentes a los trabajadores
especializados, proyecta y realiza las obras de infraestructura agraria y urbana, y emprende el intercambio
comercial con regiones lejanas. En cambio, el clero se encarga del culto diario y reservado, o periódico y
público (fiestas), gestionando la relación con la divinidad, que proporciona la justificación ideal de las
relaciones de desigualdad.
Una tercera función para el funcionamiento del estado es el ejercicio de la fuerza con fines defensivos y de
cohesión interna. Esta defensa incluye campañas ofensivas, en un intento de apoderarse de los productos y
medios de producción de otras ciudades estado o de zonas marginales.

KUHURT, Amélie (2000) El oriente próximo en la Antigüedad I. c 3000-330 a.C. Barcelona: Crítica,
Primera Parte: págs. 33 a 61.

Mesopotamia Durante El Tercer Milenio a.c.

Los pantanos han constituido siempre un factor importante en la historia de la Mesopotamia, pues debido a e
lo difícil que resulta su control, han proporcionado con frecuencia refugio a los rebeldes. Representan
además una importante fuente de recursos: cañas, juntos aptos para la fabricación de techos y productos de
mimbre, alimento como pescados, aves y jabalíes. Además, la palmera datilera, cuyas hojas pueden ser
utilizadas para la construcción, aunque lo más valioso es su fruto. Cabe destacar la ausencia de otras
materias primas necesarias que debían ser importadas. En el sur de Mesopotamia no hay ni metales, ni
árboles que produzcan madera apta para la construcción de grandes edificios y existe poca cantidad de
piedras. Las princípiales actividades comerciales e imperialistas de la Mesopotamia, es la adquisición de
estos bienes. El curso de los ríos que bañan la llanura baja de la Mesopotamia meridional no es siempre
estable, lo que hace que su aprovechamiento para el regadío se convierta en una tarea difícil. Además, se le
suma como problema la salinización del suelo.

Desarrollo de la Vida Sedentaria:


La cultura más antigua relacionada con la Mesopotamia es la de Samarra, que data del sexto milenio AC. En
esta se han descubierto sistemas artificiales de regadío.
Por la misma época se estaba produciendo un desarrollo más al
sur, de un poblado agrícola llamado UBAID.
La fase cultural que sucede a la Ubaid es la URUK (4000-2900) y
viene marcada por cambios en la cerámica: los recipientes sin
adorno fabricados al torno sustituyen la cerámica pintada de
Ubaid.
Los cambios que señalan su aparición vienen determinados más
bien por la presencia de nuevas tecnologías y nuevos materiales,
como por ejemplo el uso del torno, el incremento del uso de
metales, recipientes de piedra tallada, etc.

El Período de Uruk Tardío


Hacia finales de la fase de Uruk (Uruk IV c. 3500-3200) aparecen los primeros documentos escritos en
forma de pictogramas que representan “cuentas”. El cuneiforme que se interpreta como sumerio se
desarrolló a partir de los primeros pictogramas durante el período sucesivo, el URUK III (3200-2900) Al
mismo tiempo aparecen grandes estructuras de grandes santuarios en Eanna y Ani en Uruk.
La aparición de la escritura, las complicadas edificaciones,
el empleo de materiales de importación, las refinadas obras
de arte y el incremento de la población reflejado en las
dimensiones de los poblados, constituyen señales
inequívocas del surgimiento de comunidades urbanas
provistas de estructuras socioeconómicas bien desarrolladas.
Los testimonios indican la existencia de un sistema político
sumamente evolucionado: la figura que domina en muchas
de las escenas representadas es el gobernante de la ciudad.
Además, todo hace notar que las actividades políticas y
religiosas se concentran en su persona. Cabe presumir que
se importaban objetos y materiales de otras zonas por lo que
existía un comercio desarrollado. También existía una base
agrícola amplia.
En la baja Mesopotamia, durante Uruk III (320-2900) las
tablillas están escritas en sumerio. Este sistema de escritura
se desarrolló rápidamente hasta convertirse en un medio eficaz de guardar la memoria de lo dicho. Se
denomina cuneiforme (en forma de cuña) debido a la típica
figura que adoptaría más tarde.

Las Ciudades (2900-2340)


Tenemos mucha documentación para el período siguiente de
URUK, llamado PROTODINÁSTICO (I, II y III). ¿Qué imagen
podemos hacernos de este período? En primer lugar, tenemos el
sistema de asentamientos urbanos, cuya densidad y dimensiones se incrementan desde el período de Uruk.
Reciente hasta el período III de suerte que hacia 2500 el 80% de la población reside en ciudades bastante
grandes de 40 ha (hectáreas). Los numerosos documentos procedentes de la Girsu demuestran que una gran
parte de las tierras del estado pertenecen al rey, otras están asignadas a los templos y otras eran propiedad
privada. El monarca es el “protector” de la comunidad que actúa en el nombre de la divinidad tutelar de la
ciudad, y se ocupa de la construcción y mantenimiento de los templos. La privilegiada relación que el rey
mantiene con la divinidad aseguraba la ayuda de esta, la prosperidad, y bienestar de la ciudad a cambio de la
atención constante del soberano a las necesidades del dios o la diosa en cuestión.
La mayoría de los habitantes de la ciudad, incluido el propio rey, desempeñan algún papel con respecto al
culto divino, ya fuera en calidad de cantor, tejedor, panadero, pastor, o pequeño labrador, cuyos productos
básicos eran utilizados en las ofrendas. El desempeño de cualquier de las funciones necesarias para el dios o
la diosa, y para su casa comportaba la percepción de un “pago”, ya fuera en parcelas de tierra o de raciones
de comida. Probablemente la mayoría de los ciudadanos (varones) estaban obligados a realizar alguna de
estas labores que, con toda seguridad, eran el origen de estatus social. El personal del templo no se
encargaba solo del culto, sino que era una faceta más, dentro de una vida dedicada al comercio, la
producción textil, la labranza, etc. No existían dos esferas (una religiosa y otra profana) sino que eran la
misma cosa.
La vida cortesana de las ciudades mesopotámicas comportaba placeres muy refinados y sofisticados. Dentro
de la corte estaban los encantadores de serpientes, coperos, consejeros, confidentes reales. La esposa del
soberano controlaba las grandes fincas, dirigía su explotación, emprendía actividades comerciales y
mantenía una correspondencia personal con esposas de los mandatarios de otras ciudades. También existían
fincas reservadas a los hijos del rey. Existen razones para creer que un gran número de las funciones del
estado eran desempeñadas por los miembros de la familia real. La guerra era un factor determinante en la
importancia del rey tanto afuera como adentro de su ciudad.
Dentro de la sociedad había dos clases de personas: el sublugal que era un labrador que podía ser sometido a
personas que estaban por encima de el en la escala social, y los iginudo, que estaban por debajo de este y
que eran aprovechados por los primeros. La preeminencia del hombre por sobre la mujer estaba garantizada
por el rey, que ordenaba que la culpable de dirigirse irrespetuosamente a un hombre se le rompiera la boca
con un ladrillo. Los esclavos constituían uno de los muchos artículos cuya adquisición era registrada en los
documentos de compraventa de la época.

Relaciones Entre los Estados


Es evidente que hacia el 2500 diversas ciudades de la alta Mesopotamia y de Siria experimentaron una
expansión muy rápida. Algunas de las ciudades que se desarrollaron en esta zona tiene una extensión de más
de 100 ha, rivalizando con los centros de la Mesopotamia meridional e incluso, en algunos casos,
superándolos.
La Baja Mesopotamia mantenía
entre si unas relaciones distintas,
que no acabamos de entender muy
bien. Según algunas inscripciones
del período PD III, los reyes de
diversas ciudades incluían
ocasionalmente entre sus títulos el
de REY DE KISH. Según parece
este título implicaba que quien lo
ostentaba poseía una especie de
hegemonía no muy bien definida
sobre los otros centros políticos.
Esto indica que quien actuaba con tal se proclamaba como árbitro de los conflictos planteados entre las
diferentes ciudades.
Si bien existía entre las ciudades fuertes lazos culturales, religiosos, artísticos y comerciales, las rivalidades
políticas podrían dar lugar a conflictos serios. Probablemente fuera esa lucha por el predominio la que
provocara la formación de entidades políticas mayores a finales de PD III.

Origen del Estado en Mesopotamia

LIVERANI, Mario (2014) Imaginar Babel. Dos siglos de estudios sobre la ciudad oriental antigua.
Barcelona, Ediciones Bellaterra, cap. 3 y 5.

Capitulo 3: La Época de los Modelos Teóricos

Gordon Childe: La Revolución Urbana y la Herencia Evolucionista


De G. Childe, Liverani va a rescatar que es en los restos materiales de donde constatamos si un asentamiento
puede considerarse o no como ciudad. Puede ser que esta verificación arqueológica no sea suficiente para
sociedades mas actuales en donde hay además de los restos arqueológicos, documentos escritos. Pero sin
duda lo es para la fase de la “revolución urbana”, que se sitúa entre le prehistoria y la historia, y que se
considera como la protohistoria del oriente preclásico.
Por consiguiente, en cuanto a los postulados de Childe, la definición de ciudad que hace este, basada en
pruebas objetivas, se puede aplicar sustancialmente a cualquier región o periodo. Es una definición de
validez universal.

Thorkild Jacobsen y la Democracia Primitiva


Jacobsen se basa en los textos literarios y no tanto en os documentos administrativos y legales, y va a
sostener que la asamblea divina es el “recuerdo” (milenario) de cuando, en un tiempo Prehistórico y
predocumental, los hombres también se gobernaban de forma colegiada, un recuerdo que había llegado hasta
una época en que los órganos democráticos ya no existían o carecían de plenitud de funciones. Jacobsen va a
decir “nuestra documentación parece indicar que la Mesopotamia prehistórica estaba organizada
políticamente con rasgos democráticos, y no autocráticos, como lo estaría después la Mesopotamia
Histórica”. Este va a ser cuestionado, principalmente por el uso de fuentes.

El Imperio de Akkad

LIVERANI, Mario, 1995, El Antiguo Oriente. Historia, Sociedad y Economía, Crítica, Barcelona, cap.
8.

Capítulo 8: El Imperio de Akkad

El Imperio Universal y su Realización


Sargón, rey de Akkad, es un hombre nuevo en el escenario político mesopotámico. Los primeros
monumentos son dedicados en una época en que Sargón ya es rey de Kish, por lo que no hay muchas
noticias de como toma el pode en el norte tras apoderarse de Kish, que considera su capital. La primera fase
de expansión es la gran expedición al sur, hasta el golfo pérsico, con la que vence al Lugalzaggesi, rey de
Uruk, y a los otros ensi de las ciudades sumerias. Al final de esta primera fase ya proclama su soberanía
teórica desde el mar inferior hasta el mar superior, pero reconoce que en realidad los acadios solo detentan el
poder en dirección al mar inferior. Elam y Mari siguen siendo independientes, enfrentados al reino de
Sargón. Distinta es la suerte de Kish y Nippur que el primero es restaurado y convertido en el centro del
Imperio y el segundo recibe la dedicatoria de los monumentos celebrativos, a cambio del aval del nuevo
poder.
Luego de las campañas militares hay una segunda fase de organización del comercio a larga distancia. Más
allá de la desembocadura del Éufrates, en el mar inferior, los comerciantes de los países de Dilmun, Magan
y melukhkna hacen afluir sus navíos y sus productos hasta los muelles del puerto fluvial de Akkad.
Una tercera fase sienta las bases para la acción de sus sucesores. Hay encuentro victorioso con Elam y
Barakhshi, pero estos siguen siendo independientes. Evidentemente, tarde o temprano la expansión de
Akkad tenía que chocar con Elam, donde la Dinastía de asan dominaba sobre un conglomerado carácter
confederal que abarcaba toda la zona suroccidental de la meseta iraní, rivalizando en extensión con el
Imperio de Akkad.
El nieto de Sargón, Naram-sin continúa con las fases de expedición y conquista y en él hay dos fases
documentadas. La primera es cuando llega a la ciudad altomesosopotamica de Talkhat, y declara haber
conquistado el país de Subartu. En la segunda fase Narm-sin destruye Armanum y Ebla, haciéndose con el
control de Amanus, el bosque de cedros y el mar superior. La destrucción de Ebla se relata con especial
énfasis, como una hazaña sin precedentes. La destrucción total de Ebla elimino un rival de Akkad en el
comercio y el control del territorio, impidió que Naram-sin pudiera heredad, por así decirlo, las estructuras
políticas y comerciales que Ebla había dado a Siria.
Después de Naram-sin el Imperio se mantiene en pie, pero comienza a reducir sus dimensiones. Y luego
llegara a su fin, provocado por los Guti, pero como el Imperio ha mantenido una estructura de control más
que de ocupación territorial, es capaz de conservar una extensión considerable hasta la víspera de este fin.

Estructura y Gestión del Imperio


En el caso de Akkad, la ideología imperial ya es firme y monolítica: el dios Enlil directamente, y los demás
dioses indirectamente, conceden al rey de Akkad el dominio sobre todo el mundo hasta sus últimos confines,
formados por el mar que lo rodea todo.
En el proceso de constitución del Imperio la acción militar es un factor crucial. De ahí que prevalezca la
caracterización del rey como fuerte y vencedor, como alguien que no tiene igual ni rival. Naram-Sin además
de rey fuerte, se proclama dio de su tierra, una especia de divinidad tutelar que, desde luego, no pretende
desplazar a los dioses locales, pero al sumarse a ellos provoca una profunda revolución en los valores
tradicionales.
En el núcleo del Imperio del dominio de Akkad se ejercía de un modo compacto, aunque no directo. El
gobierno de las ciudades se deja en manos de los ensi locales, que dependen del rey de Akkad, pero
conservan cierta autonomía. Los ensi de Akkad no son gobernadores, sino dinastas subordinados al
nombramiento imperial. En el aspecto administrativo hay una indudable penetración económica acadia, con
compra de tierras a la corona y la existencia de colonias agrícolas en los territorios del sur, que sustrae
territorio a los templos en su gestión de las tierras públicas, e inicia un proceso de unificación real. En el
ámbito religioso aparece un contraste entre norte y sur. El norte esta presentado por la edificación del rey y
el papel de la diosa de Akkad mientras que el sur está representado por los dioses de las ciudades y la
divinidad sumeria hegemónica, que es Enlil, el dios de Nippur.
Fuera de Mesopotamia los intereses de Akkad eran comerciales. Lo principal es controlar las vías de
comunicación, y esto se puede asegurar mediante la relación de dependencia de los ensi locales, mediante
acuerdos con potencias demasiado fuertes como para ser reducidas a centros subalternos, y por último
mediante la creación de bases fortificadas acadias en territorio indígena.
La solución acadia deja un amplio margen en el propio núcleo del Imperio, sobre todo en el sumerio, para la
rebelión política y la oposición religiosa, y deja en la periferia un amplio margen para el desarrollo de las
entidades estatales locales, subordinadas a los núcleos coloniales acadios y flanqueadas por ellos.
Poblamiento y la Administración
En el pasado se solía afirmar que con Sargón de Akkad el elemento semita predominó sobre el sumerio. Se
sabe ya que en el protodinástico había semitas en Mesopotamia, y que no se propagaron por migraciones
masivas. También se ha demostrado que, en las luchas que enfrentaban a unas ciudades con otras, las
diferencias de composición étnica no tenían un significado especial.
Las inscripciones reales y los textos administrativos hacen uso del acadio. El norte tenía sus tradiciones de
escritura y estaba acostumbrado a su lengua. La administración imperial difundió sus usos y puede que a sus
escribas.
La política de la Dinastía de Akkad tiene un efecto multiplicador. A la conquista del sur por Sargón le siguió
un proceso de colonización, durante el cual unos dirigentes administrativos acadios se instalaron en algunas
ciudades del sur, y unos grupos de campesinos y arrendatarios emigraron hacia tierras antes sumerias.
Las formas de administración – organigramas de las funciones, tipos de documentos y terminología
burocrática- también experimentan variaciones, probablemente debidas a la difusión de las costumbres del
norte. El sumerio y el semítico coexisten, persisten algunas variedades locales de grafías, pero se impone
una escritura imperial de una gran homogeneidad, elegancia y precisión. Es el comienzo de la unificación de
la escritura y la administración en la Mesopotamia central y meridional, que culminara en la época neo
sumeria, a consecuencia de otra unificación política más completa.

El Comercio y la Periferia del Imperio


El comercio protohistórico y los contactos comerciales entre las ciudades sumerias del protodinástico tenían
ya la misma amplitud. Al proyecto e los reyes acadios consistía en hacer que la esfera comercial y la política
coincidieran, y llegar directamente a las fuentes de las materias primas sin asar por la red de intermediación.
Para ello había que apoderarse de las redes comerciales que estaban en manos de Ebla al oeste, de Elam para
la meseta iraní, y en el golfo pérsico giraban en torno al puerto franco de Dilmun. Las expediciones de los
reyes de Akkad fuera de Mesopotamia central y meridional, y una esfera de comercio exterior, ejercido por
los propios acadios o sus socios. La visión centralista de Mesopotamia salvaje y casi despierta, a
disposición posee sus propios sistemas de extracción, primera elaboración y comercio, poseen sus propias
estrategias e intereses. En el norte de siria la destrucción de Ebla provoca el retroceso de la organización
política a unos niveles de mayor fragmentación, sin que Akkad sea capaz de hacerse con el control del
comercio.
El centro de la confederación elamita de donde toma el nombre la Dinastía real, no ha sido localizado con
exactitud, a diferencia de la ciudad de Susa.
El proyecto de los reyes de Akkad de apoderarse de todo el sistema, no se lleva a cabo completamente, pero
si se consideran los territorios que conquistas y los que dejan fuera de uso, puede decirse que la
aproximación real al proyecto es considerable.

Expresiones Artísticas y Literarias de la Realeza


La nueva figura central del rey-héroe acadio queda reflejada en la producción artística y literaria de la época,
y supone un giro en el uso de los monumentos icónicos y epígrafos como medio de difusión y celebración de
los hechos del rey. Las estatuas son muy sencillas, con la figura estática del rey y un zócalo que suele tener
figuras de prisioneros y guerreros caídos, pero la posición central de la imagen real, unida al contenido de
las leyendas y escritos dedicatorios, ponen el acento en la celebración de las hazañas bélicas del rey cuando
en la práctica dedicatoria protodinástica destacaba ante todo la sumisión del monarca a la divinidad.
La narración acadia posee un tono distinto: en ella destaca el papel central y la iniciativa del rey, pretende
demostrar que él es el más fuerte, que no tiene rivales, que no tiene precedentes.

Las Tradiciones Históricas Acerca De Los Reyes De Akkad


Sargón y Naram-Sin se convirtieron en personajes modélicos, personificando el ideal mesopotámico del rey.
Los monarcas posteriores debían confrontarse con este ideal para encontrar en el la justificación de sus
actos. Entre los elementos capaces de estimular la imaginación colectiva, está en primer lugar la idea de
Imperio universal, que da forma política a la idea que se habían formado los mesopotámicos de su posición
central en el mundo. El título del rey de las cuatro partes del mundo se convierte en el titulo estándar para
todos los reyes con ambiciones universalistas, mientras que el título de rey de Kish es reinterpretado como
rey de totalidad. Es un ideal de fuerza, de capacidad para someter por las armas al enemigo, que culmina con
la deificación del soberano. Esta la peculiar parábola del poder de Akkad: surgido de la nada, encumbrado
hasta unas alturas insospechadas, y precipitado de nuevo de la nada.
Sargón representa la fase ascendente y los elementos positivos, mientras que Naram-Sin asume los negativos
y el tramo descendente de la parábola. En Sargón la tradición presenta la historia admirable del hombre
nuevo, de orígenes no reales, capaz de labrarse un futuro y un papel que le proyectan al vértice de las
experiencias políticas y militares: de la nada al control del universo del mundo. En cambio, en el caso de
Naram-Sin la connotación negativa se basa en unos rasgos de impiedad y arrogancia que explican el hecho
de que los dioses le abandonen y se venga abajo la construcción política heredada por él.

Guti, Lullubi y Hurritas


La Dinastía de Akkad, que había unificado Mesopotamia durante casi dos siglos, cayó bajo el empuje de los
Guti. Estos eran un pueblo montañés de Luristán: dragones de la montaña, enemigos de los dioses, un
pueblo que carece de ataduras. Fueron ellos quienes aprovecharon la crisis de agotamiento y
desorganización de los últimos reyes acadios y tomaron el poder en Mesopotamia.
Es probable que el dominio de los Guti se concentrara sobre todo en Mesopotamia central, permaneciendo
contiguo a su país de procedencia. En cambio, las ciudades sumerias del sur, pese a estar cometidas de
alguna forma a la soberanía Guti, recuperaron gran parte de su autonomía. El control ejercido por los Guti
fue menos civil que el acadio, pero también menos opresivo y eficaz, tuvo menos incidencia en la
explotación agrícola, y en las ciudades, en el culto y la administración.

Ebla

PETTINATO, Giovanni, 2000, Ebla, una ciudad olvidada, Trotta, Barcelona, cap. 4, 11 y 12. (Ver
textos)

Ebla, Una Ciudad Olvidada


La región de Ebla no se prestaba a una agricultura intensiva, esto es, de regadío; la producción se basaba
más bien exclusivamente en una economía agrícola de secano. Ebla cultivaba la vid y el olivo. En esta
ciudad también se practicaba la vinicultura.
Se sabe con seguridad que el reino de Ebla tenía que extenderse a otras regiones que les permitieran una
producción agrícola adecuada a sus propias necesidades.
No hay que pensar que la economía eblaítas era esencialmente agrícola o pastoral. Ebla tenía abundantísimas
manufacturas de los más variados tipos de tejidos, tanto de lana como de lino, que exportaba a todos los
otros reinos: la enorme cantidad de lana que tenía a su disposición constituía una fuente de riqueza que los
eblaítas explotaron plenamente mediante una cuidad elaboración. En Ebla se tejían prendas de vestir que
iban desde las túnicas a los abrigos, desde el calzado a las gasas más delicadas y en los más variados colores.
La otra fuente principal de la economía eblaíta la constituía la elaboración de los metales preciosos y
semipreciosos con los más variados fines. Se traficaba con oro y plata, e incluso esta última servía como
medio de pago habitual en las transacciones comerciales. Las elbaítas apreciaban también otros tipos de
metales, como el cobre, el plomo, el estaño, el bronce y electro. En cuanto a los objetos preciosos realizados
con estos materiales son colgantes masculinos y femeninos, yelmos, cinturones, puñales, pendientes,
distintos tipos de brazaletes, cadenitas y broches, diversos tipos de vasijas, copas, vasos y platos.
Los recorridos y los estados a los que llegaban las caravanas cargadas de plata, salían de Ebla y alcanzaban
los más remotos rincones del mundo. Hay documentos que no registran las transacciones comerciales
efectuadas, sino que enumeran los regalos que las caravanas eblaítas llevaban a los distintos estados a los
que llegaban, Los destinatarios de los regalos son soberanos o miembros de las familias reales de estados
amigos, además de funcionarios de alto nivel de esos mismos, de modo que podemos hacernos una idea de
cómo estaban estructurados de los reinos con los que Ebla mantenía relaciones comerciales.
La existencia de tantos reinos tan celosos como Ebla de su independencia política y territorial debía
construir, sin duda, un impedimento, de modo que, si ello era posible, hay que atribuirlo a acuerdos
bilaterales de los que se han encontrado huellas en nuestros textos, testimonio de la sabiduría política de los
gobernantes y de la madurez de los estados implicados.

LIVERANI, Mario, 1995, El Antiguo Oriente. Historia, Sociedad y Economía, Crítica, Barcelona, cap.
7

Capítulo 7: El Mundo de Ebla

La Segunda Urbanización en la Alta Mesopotamia


En la alta Mesopotamia, después de la decadencia del sistema de asentamientos urbanos formados por
influencia de la cultura Uruk, comenzó una nueva fase de urbanización, y esta vez de un modo más estable y
generalizado. Las antiguas poblaciones de Uruk fueron ocupadas por la nueva urbanización, pero algunas
solo fueron abandonadas.

Ebla: Caracteres Sociopolíticos


Al igual que en la ala Mesopotamia, en Siria la urbanización también llego a su grado máximo en el III
milenio, un máximo que, a juzgar por las prospecciones de superficie, nunca fue superado. En Siria
proliferan las aldeas y ciudades que ocupan toda la meseta interior semiárida, además de las escasas áreas de
regadío. El propio tipo de la cerámica caliciforme denota la existencia, por lo menos durante las fases
finales, de producciones palatinas estandarizadas, pero de buena calidad.
Se trataba de un estado grande, con un territorio más extenso que el de los estados mesopotámicos y una
población similar a la de estos últimos, puesto que la mayor extensión compensaba con una densidad menor.
Los templos desempeñan un papel político o económico relevante, ni lo desempeñarían en Siria hasta bien
pasada la Edad del Bronce. La existencia de una sociedad agropecuaria con dirección política difusa era más
evidente, mientras que el papel de la ciudad como centro de colonización agrícola, que en Mesopotamia
estaba vinculado a la irrigación, la centralización de las cosechas y la magnitud de estas últimas, era
inexistente o débil. Había un jefe de estado, un rey con título de en, señor. El papel de la reina, que
permanecía en funciones incluso tras la muerte de su marido, se limitaba sobre todo a aspectos ceremoniales.
El rey estaba auxiliado por un grupo de ancianos, cuyas funciones no se conocen muy bien, y sobre todo por
un grupo de quince o veinte señores, que al parecer controlaban todos los recursos del estado eblaíta. Entre
estos señores destaca la figura de una especia de visir que encabeza la administración.
Con el sistema de raciones, en el palacio se concentran el rey y los ancianos; además un número
considerable de gurús, “dependientes” (varones) y dam (mujeres). También hay grupos y personas que
reciben raciones sin ser dependientes fijos del palacio. Se trata de cuadrillas de trabajadores. La magnitud
del sistema redistributivo se puede deducir de los totales anuales de cereales que afluían anualmente al
palacio, con el problema de que esos totales también pueden ser plurianuales.
Un aspecto particular del sistema redistributivo es su conexión con las festividades religiosas periódicas. Los
templos, que no acumulaban los excedentes, ni dirigían la economía, ni se encargaba de la recaudación de
tributos, eran sin embargo lugares destacados de la redistribución, pues en ellos se celebraban las
festividades.
En síntesis, la gestión del poder fue bastante más moderada y pluralista que en Mesopotamia, con los
ancianos como contrapeso importante del poder real. Esta situación fue el resultado de la combinación de
varios factores sociales e históricos que caracterizaron al área siria.

Ebla: El Comercio y las Guerras


La economía básica del reino de Ebla era agropastoral. La agricultura se basaba en la producción de
cereales, que solo podía contar con las precipitaciones y unos suelos ligeros y superficiales que salpican aquí
y allá la meseta caliza. La producción de excedentes alimentarios para el mantenimiento del palacio era una
operación trabajosa y más aleatoria, dada las variaciones anuales de las precipitaciones y su carácter
estacional.
El ganado gestionado desde el palacio era lanar y bovino, el primeo sobre todo para obtener lana, que
abastecía la industria textil y el comercio de tejidos, y el segundo para las labores agrícolas. Parte del ganado
iba a parar anualmente a la organización palatina para ser redistribuido, sobre todo en las fiestas.
Se puede hablar de una autentica red comercial, con bases fijas en las ciudades que jalonan las rutas. En
cada una de ellas había un karum “puerto”, con un buen número de agregados eblaítas, y una organización
financiera y judicial que daba apoyo a las actividades comerciales. La red comercial eblaíta no era la única
de su tiempo, pero solo de ella poseemos documentación directa.
Se comerciaba sobre todo con tejidos y metales. El comercio era estatal, en el sentido de que el palacio se
hacía cargo de la organización de la red, y dirigía ordenadamente a través de ellas los bienes aportados por
varios, tanto públicos como privados. Todas estas cantidades se registraban en entrada, y luego se
introducían en la red comercial. Los beneficios o bienes obtenidos se volvían a repartir entre las propias
entidades operativas.
La red controlada por Ebla se extendía sobre todo hacia la alta Mesopotamia, donde se podían vender mejor
los productos manufacturados eblaítas y conseguir materias primas. La red del comercio diplomático debió
ser distinta y más extensa que la el comercio administrativo en la red de los karu.
El problema del transporte de los bienes hasta Mesopotamia. El recorrido tropezaba con dos barreras. La
primera era Mari, que controlaba el tránsito en el curso medio del Éufrates. El papel de mari y Elba en el
control de la red comercial fue diferente, pero en parte competitivo.
Ebla llevaba las riendas de la organización de la red, pero mari estaba en una posición clave para la afluencia
de bienes a Mesopotamia. El enfrentamiento entre Ebla y Mari fue prolongado, con fases pacíficas y fases
críticas. A la fase de predominio de Mari sigue una fase de sustancial paridad. La crisis de mari tal vez
estuviera causada por las primeras intervenciones de los acadios.

La Cultura Protosiria
El palacio de Ebla gira en torno a un gran escenario, el patio de audiencias, abierto por un lado a la ciudad y
comunicado por el otro con el interior del palacio, tanto de forma ceremonial como funcional. Si bien el
palacio se parece a los modelos mesopotámicos por la complejidad de sus funciones y la articulación
espacial, resulta muy innovador en sus técnicas de construcción y en la ideología que revela, con poder más
accesible a la sociedad. El templo sirio es la residencia del dios y el punto de referencia de unas ceremonias
celebradas al aire libre. El sacrificio y la fiesta no son episodios de un culto cerrado, realizado por
sacerdotes, sino episodios del gran proceso redistributivo que implican a toda la población. Los dioses son
locales, semíticos occidentales.
Hay una gran actividad intelectual y artesanal que da lugar a una cultura siria inconfundible, poniendo a su
servicio los materiales preciosos que llegan desde distancias enormes, y los modelos mesopotámicos
aprovechables. Hasta la cerámica, que obviamente es de tradición local, posee los dos caracteres típicos de
las fábricas palatinas: el buen gusto y la normalización. Un elemento central de la cultura palatina eblaíta es
la utilización de la escritura cuneiforme como instrumento avanzado de administración y comunicación.
Ebla forma parte del horizonte escriturario de la Mesopotamia central, la tradición de Kish, con la comparte
el empleo de la escritura originalmente sumeria, expresando con ella la lengua local. La necesidad de
enseñar a los escribas, y adaptar la escritura y los instrumentos de aprendizaje al nuevo ambiente lingüístico
local, dieron lugar a los textos escolásticos.

La Segunda Urbanización en Líbano y Palestina


La primera urbanización apenas había afectado a palestina, donde al final del Calcolítico se había dado casos
efímeros como el de Yawa, basados en estrategias distintas de la mesopotámica.
Como en Siria, se establece una red jerarquizada de asentamientos, con ciudades centrales y aldeas en las
que se sigue produciendo la comida. Como en Siria, y en mayor medida, la tribu pastoral mantiene su
pujanza socioeconómica y sociopolítica alrededor de este sistema de asentamientos.
Se trata de ciudades amuralladas, signo evidente de la constante pugna entre los distintos centros políticos
por hacerse con el control del territorio agrícola, los recursos y las rutas comerciales. Las ciudades son algo
más pequeñas que las del norte de siria y alta Mesopotamia, reflejo de unos recursos alimentarios más
escasos.

Egipto Primer Periodo Intermedio

MORENO GARCIA, Juan Carlos, 2009, “El primer período intermedio en Egipto”, en: JOSÉ
MIGUEL PARRA ORTIZ (coord.) EL ANTIGUO EGIPTO Sociedad, Economía, Política, Madrid,
Marcial Pons.

Capítulo 4:

El Primer Periodo Intermedio.


Egipto atravesó casi todo el tercer milenio como un estado unitario donde sus soberanos no parecen haber
encontrado graves problemas para recaudar los tributos con el que realizaron grandes obras arquitectónicas.
Aun así, a finales del milenio el Estado se descompone en un breve espacio de tiempo y es sustituido por
varios poderes regionales enfrentados entre sí, de los que surgirán dos reinos con base en Hieracompolis
Magna y Tebas. Del combate entre ambos surgirá victoriosa Tebas, lo cual dará lugar al Reino Medio.
Inicialmente la teoría predilecta era que el cambio climático arruino los canales de irrigación del estado, y
con esto su poder de recaudación. Nuevos estudios han comprobado que esto no fue así.
Nuevas interpretaciones concluyen que las causas de la crisis del estado egipcio hay que buscarlas en el
interior del país, o en comprender que las causas del colapso no fueron repentinas, sino que el fin del estado
se debió a un colapso estructural.

Las Raíces del Auge Provincial:


Los centros provinciales cobran gran importancia, con la aparición de múltiples poderes locales que, si bien
algunos tenían data previa, en ningún momento las provincias parecen haber actuado como poderes políticos
independientes o disfrutado de una gran autonomía con respecto al poder central.
Durante la VI Dinastía, se vivió gran inestabilidad, lo que llevo a que los faraones tuvieran que recurrir a
ciertas familias de la elite (casándose por ejemplo con sus hijas), e incorporando a estas familias del Alto
Egipto en las altas magistraturas del reino. La función de intendente del Alto Egipto también cobro gran
importancia en esta época, encargado de recaudar tributos para la corona y de organizar las prestaciones en
trabajo de los habitantes de los nomos.
Se puede evidenciar que había una elite jerarquizada internamente, pero que de cara al exterior expresaba su
posición dominante gracias a que compartía y exclusiva la misma necrópolis y a que participaba del culto a
Heqaib, el antepasado de la familia local de gobernadores y titular de un santuario donde generaciones de
potentados locales presentaron ofrendas.
El elemento militar en la sociedad egipcia del Primer Periodo Intermedio tuvo gran importancia, la fuerza y
no las intrigas políticas entre facciones palatinas permitían imponer la voluntad de un individuo frente a sus
rivales. El carácter provincial de estos combates también sugiera que el final del Reino Antiguo no se
produjo en un contexto de guerra civil general impulsada por bandos palaciegos, sino de luchas ente señores
locales, cuyo poder no parece haber trascendido más allá de los límites de sus provincias respectivas. Estas
guerras revelan el poder de los potentados locales a finales del Reino Antiguo, al ser capaces de movilizar
hombres y recursos suficientes como para desafiar a los faraones. La política deja de ser “nacional” para
volverse local, prueba clara de que los faraones perdieron su tradicional poder central.

Familia Extensa y Nuevos Valores Sociales:


La ideología real pierde la hegemonía, y afloran nuevos valores, propios del ámbito privado, o doméstico.
Las inscripciones de finales del Reino Antiguo y del Primer Periodo Intermedio indican que el propietario
del monumento se preocupó por su familia extensa (abet). Antes en los monumentos se expresaba solamente
menciones sobre acciones de los faraones. La crisis de la realeza en el PPI afecto también a la esfera
ideológica.
Los cambios en la sociedad se ven reflejados en la construcción de las mastabas, las cuales antes eran un
importante símbolo de poder de los faraones, los cuales eran enterrados solos en estos importantes sitios. En
el PPI se va a modificar esto, las mastabas se harán de una calidad inferior, y albergaran a familias de la
elite, y en algunos casos ni siquiera se construían, sino que se enterraban los cuerpos en sitios comunes,
salvo algunas personalidades importantes, y de relevancia a quienes muchas familias de la elite le rendirán
culto. Aun así, el difunto pierde esa entidad sobrenatural, como intermediario entre el mundo de los muertos.
Las autoridades del PPI buscaron legitimar su papel dominante en ausencia de la realeza, incluso adaptaron
ciertos elementos de la ideología faraónica al nuevo contexto local, provinciano, en el que se desenvolvían
sus actividades.
Los ajuares funerarios que eran propios de la realeza empezaron a expandirse al resto de la sociedad, hay
una difusión de los valores de la alta sociedad egipcia. Así mismo, como consecuencia de esto la producción
de bienes suntuarios aumenta.
Hay cierta prosperidad material, que coincide con la expansión de algunos centros urbanos (Edfú), o auge de
otros (Siut). Aun así, la hambruna es moneda corriente, contrario a lo que pasaba bajo el mando de los
faraones. Esto era usado como parámetro acerca de una buena administración. Por otro lado, y con motivos
ideológicos, algunos funcionarios indican que actuaban por mandato de los dioses.
Autoridades Locales y Jerarquía de la Sociedad Provincial
El PPI fue una época donde la sociedad provincial es más visible en las fuentes. Las principales autoridades
provinciales en el Reino Antiguo parecen haber sido los grandes jefes de nomo. Esta denominación continua
hasta el Reino Medio.
El individuo diligente aumenta su relevancia, gracias a decisiones acertadas, y de esta forma conserva y
engrandece la casa paterna, o la importancia de la familia extensa como medio de protección del individuo
en un mundo donde el orden dominado por la realeza ha desaparecido.
Sin la figura del rey, los abusos de la elite poderosa son la base sobre las cuales se sustentaba su predominio,
y as rede de clientelismo.

Luchas Políticas y Consolidación de los Reinos Tebano y Heraclepolitano


El tebano se fragmento en varios centros de poder, con la existencia de numerosos jefes locales, y de una
gran inestabilidad en la dirección de sus asuntos.
El viejo sistema de jefes provinciales, cuya autoridad no iba más allá de los límites de su nomo respectivo,
cedió paso a otro sistema donde unos pocos magnates controlaban varias provincias, y donde algunos de
ellos, como Khuu, dejaron una fuerte impronta personal, incluso en la toponimia, mientras que otros, como
Ankhtifi, exhibieron una independencia que anunciaba la tendencia de las décadas siguientes.
Los tebanos buscaron obtener apoyos de las autoridades locales como vía de expansión. Una victoria tebana
en el norte seguida de actos destinados a ganarse el apoyo de las autoridades locales. Estos conflictos en
busca del poder tebano aparecen en ocho provincias meridionales de Egipto, desde Elefantina a Abydos. Al
norte de esta región el poder Heraclepolitano contaba con el sólido apoyo de varios gobernadores locales
poderosos, lo que dificulto el avance tebano. Del origen del reino Heraclepolitano se sabe muy poco, su
necrópolis fue destruida, probablemente, tras la conquista tebana.
Los soberanos tebanos dedicaron grandes esfuerzos a reorganizar administrativamente su reino,
desmantelada durante el PPI. En el terreno ideológico, los reyes tebanos desplegaron un verdadero programa
legitimador destinado a dotarles de un pasado “respetable” con que justificar su llegada al poder y conferir
prestigio a una dinastía surgida en provincias
Los cambios producidos en el transcurso del PPI parecen ser la consecuencia de un proceso iniciado mucho
antes, a raíz de las reformas fiscales y administrativas introducidas a comienzos de la VI Dinastía. Hay que
buscar en los factores internos, donde la política y los mecanismos de incorporación a la estructurad del
estado de unas elites provinciales en expansión desde la VI Dinastía desempeñaron un papel fundamental

Reino Medio Egipcio

ESPINEL, Andrés, 2009, El Reino Medio en: JOSÉ MIGUEL PARRA ORTIZ (coord.) EL
ANTIGUO EGIPTO Sociedad, Economía, Política, Madrid, Marcial Pons. Cap. V.

Capítulo 5:
El Reino Medio.

Definición, Objetivos y Problemas:


Esta etapa histórica, de unos cuatro siglos, comprende a “grosso modo” las XI, XII y XIII Dinastías
Manetonianas. Su inicio tiene como hito la unión de Egipto por parte de Mentuhetep II, el cuarto rey de la
XI Dinastía, su final sigue siendo objeto de debate. Los investigadores no se han puesto de acuerdo en qué
momento se dividió el Estado unificado del Reino Medio en dos reinos, uno “egipcio” (la XIII Dinastía) y
otro “asiático” la (XIV Dinastía). Esta división dio lugar al Segundo Periodo Intermedio (SPI).

Los Reinados de Mentuhetep II y de Mentuhetep III:


La XI Dinastía incluye indistintamente a los faraones que solo gobernaron el reino tebano, que comprendía
el Alto Egipto, y a sus sucesores que terminaron gobernando todo el país. Las fuentes indican que el
acontecimiento que marca el inicio del Reino Medio fue la victoria del faraón tebano Mentuhetep II sobre el
Reino Heraclepolitano y la consiguiente unificación del país tras más de un siglo de división. Esta victoria
supuso la implantación por todo Egipto de las estructuras administrativas del Reino Tebano, diferentes a las
del Reino Antiguo. El principal cargo en la organización del Reino Medio fue el de “visir”, tras él estaba el
tesorero o “supervisor del sello, encargado de la obtención y reparto de los recursos estatales, y el
mayordomo o “supervisor de la casa”, dedicado a sus registros. La mayoría de las personas que ocupaban
estos puestos eran de origen tebano, aunque hay registro de personas provenientes de Hieracompolis que
ejercieron estos cargos, tal vez en busca de una política de integración.
Luego de la unificación se vivieron momentos de tensión, no solo por parte de los habitantes de
Hieracompolis, sino también por parte de los pueblos aliados a estos. Durante el gobierno de Mentuhetep se
mantuvo cierta política en busca de la unidad, y la integración, con represalias. Aun así, se continuo con una
política similar a la previa la unificación, con un estado que estaba compuesto por una serie de provincias
dirigidas por unos gobernadores con gran poder y libertad de acción. El Nomarca de Tebas, Intef, es un
ejemplo de cuanta libertad de acción e iniciativa propia tenían estos potentados frente a la corona. Entre los
nomarcas era muy común, a lo largo del Reino Medio, la manipulación del pasado con fines legitimadores.
La razón de estas acciones, además de buscar legitimarse, era buscar una forma de emparentarse con los
personajes más importantes del pasado. Por parte del faraón esta búsqueda de legitimación también era
fundamental, ya que la derrota de Hieracompolis era reciente.
La corona era la institución que más necesitaba el reconocimiento de su poder como legítimo. El bando
derrotado era el que más cuestionaba el poder del rey. Mentuhetep II tomo diferentes medidas para reafirmar
su legitimidad, como dejar en claro en monumentos su estrecha relación con el Reino Antiguo, como
sucesor del mismo, por otro lado, busco un acercamiento a tradiciones menfitas y heracleopolitanas, como
arquitectura, dioses, ritos, etc. Este faraón como los siguientes parece que buscaron hacer de Tebas un
importante Centro Cultural, con la construcción de diferentes suntuarios, así como la creación de un
santuario a Amón. Se mantiene una cierta continuidad con la forma de vida en el PPI, con pocos cambios
culturales, y pese a prácticas funerarias heterogéneas o de tradiciones artísticas o cerámicas variadas, no se
puede hablar de una divergencia cultural en el país. Durante el reinado de Mentuhetep III hubo una gran
continuidad con respecto a su predecesor, aunque hay una aparente prosperidad y creciente autoridad que se
ve reflejada en la creciente actividad constructiva. Aunque las actividades de los reyes de la XI dinastía
están acotadas al Alto Egipto había vida en el Bajo Egipto, aun así, es muy difícil conoce sus condiciones y
su grado de integración en el Egipto Unificado.

Una Larga Transición: Desde el Reinado de Mentuhetep IV Hasta el de Senusert I.


Las políticas de los primeros Mentuhetep en relación con la regio debieron limitarse a eliminar nomarcas
poco fieles. Aunque los líderes locales no perdieron la autoridad que poseían desde el PPI, lo que
posteriormente va a traer crisis política entre los reinados de Mentuhetep IV y Senusert I. Tras el reinado de
Mentuhetep III, hay una laguna de siete años donde se cree que gobernó el sucesor de Mentuhetep III,
Mentuhetep IV. Seguido a este periodo seguiría el reinado de Amenemhat I, el cual llego al poder por la
posible falta de descendientes de Mentuhetep. La llegada al poder de este desemboco en una crisis política,
que se prolongó hasta el reinado de Senusert I. uno de los hechos que provoco esta inestabilidad fue el
repentino abandono de Tebas como capital, y creando una nueva (Amenemhat-Itji-Tawy donde se encuentra
la pirámide de Lisht). Con esta decisión el rey debió tomar distancia de la corte tebana, y buscar un lugar
más idóneo para establecer un gobierno más sólido y centralizado sobre Egipto. Lisht está en un lugar ideal
para los objetivos del monarca, ya que esta próximo al lugar donde se unen el Alto y el Bajo Egipto, a la
depresión fértil y rica en caza de El Fayum y también a Heliópolis y Menfis, que fueron los centros
religiosos y políticos más importantes del país durante el Reino Antiguo. El rey busco emular los logros de
esa etapa histórica, a través de una titulatura real, y también en la construcción de un complejo mortuorio
real que imitaba la arquitectura y decoración de los reyes del periodo menfita. Así mismo la intención del
monarca era la de entrar en una nueva era, que no se diferenciaba solo por el cambio en la titulatura, de
linaje o de capital, sino también por un giro en la forma de gobernar el país.
La ausencia de expediciones al extranjero, y la escasez de edificios erguidos por Amenemhat I, son indicios
de problemas políticos. El asesinato de este monarca es un reflejo de la vulnerabilidad de este. El regicidio
indica que había varios herederos que reclamaban la corona. Se van a disputar la misma en un
enfrentamiento, donde los gobernadores estaban del lado del hijo de Amenemhat I, Senusert I. El reinado de
Senusert I fue uno de los más largos e importantes de la XII Dinastía, teniendo en cuenta además que asume
en un momento de total inestabilidad, a la cual logra imponerse derrotando tempranamente a sus enemigos.
Su victoria debió ser contundente, porque le permitió continuar con las medidas centralizadoras de su padre.
En el plano político, decidió colocar en el cargo de Nomarca a personas fieles al Rey. En el ámbito cultura,
se propuso la creación de una nueva tradición artística y literaria que buscaba recuperar la tradición del
Reino Antiguo, y la formación de una nueva. El objetivo de esto era potenciar la lealtad de los nobles y
funcionarios del Rey.
Las políticas de los reyes de la XII Dinastía no solo buscaban la fidelidad de las elites, también buscaron la
integración de del resto de la población al aparato del estado. Esto se llevó a cabo en la construcción de
monumentos, expediciones mineras con gran número de efectivos, así como diferentes proyectos en
distintos puntos del país. Aunque hay una aparente prosperidad en esta época, la sociedad egipcia es muy
vulnerables a los cambios climáticos, al tener una economía básicamente agrícola. El papel de los nomarcas
en estas crisis era fundamental en la distribución de recursos a la población. Aun así, durante este periodo no
parece haber habido cambios sustanciales en las distintas clases sociales, ya que los más ricos seguían
siendo los mismos, así como los más pobres. Los que quizás vivieron un periodo de bonanza fueron las
clases intermedias. En el ámbito cotidiano, según atestiguan algunas fuentes, la sombra de un estado todo
poderoso no tenía tanta injerencia en el plano sociopolítico y económico. La familia era uno de los núcleos
fundamentales de la sociedad egipcia. El peso de la familia y de las redes de clientelismo, entre otros
factores, hacían de la sociedad egipcia del Reino Medio una entidad inmovilista. Aun así, pese a ello, la
promoción social existió, sobre todo en los cargos más elevados del estado (Mentuhetep, el huérfano, es un
buen ejemplo). La clase más compleja y difícil de definir es la media, por la gran variedad en este sector
social, y por las interpretaciones de cada uno de los investigadores a la hora de clasificar. La sociedad
egipcia era muy sexista, tal es así que, por cada representación de una mujer, aparecen 13 hombres, lo que
da una representatividad muy baja. Los documentos suelen limitar a la mujer a su papel de madre, esposa,
hija o sirvienta, ocultando el importante papel socioeconómico, y posiblemente cultural, de la mujer en la
sociedad egipcia.

El Estado en su Madurez: desde Amenemhat II hasta Amenemhat III


Hay una continuidad y finalización en las políticas iniciadas durante los mandatos previos. Sobre todo, el
periodo en el que reino Amenemhat II, donde se evidencia gracias a unos de los documentos más
importantes hallados en este periodo. En el mismo se relatan diferentes acciones de su gobierno, como el
culto a Senusert I y Amenemhat I, donaciones a ciertas festividades y cultos divinos en el Delta, en Tebas y
en el Medio Egipto.
El reinado de Senusert II por otro lado, junto con el de Senusert III, parece haber sido un momento de
inflexión en el desarrollo sociocultural egipcio del Reino Medio, lo que significaría un cambio importante en
la sociedad egipcia de esta época, y la posterior (Segundo Periodo Intermedio). Uno de estos cambios se dio
en la titulatura real y consistió en el empleo de una denominación diferente para los nombres Horus (quien
guía a las dos tierras) y de las Dos Señoras (quien hace aparecer la maat), hasta ese momento iguales. Esta
medida debió ser importante para la ideología real. También se dieron cambios arquitectónicos en los
complejos funerarios, diferenciándose de las tradiciones constructivas del Reino Antiguo. Las
trasformaciones más grandes se dieron en diferentes aspectos culturales de la vida y de la muerte de la
población egipcia. A partir de este momento, la orientación de los muertos cambio y la decoración de los
ataúdes evoluciono, incorporando fachada de palacio o suprimiendo la decoración interior. También
aparecieron los ataúdes antropomorfos y ciertas figuras de función mágica (los ushebtis), al tiempo que
desaparecían los modelos o maquetas funerarios. Estos cambios no se debieron a ordenes reales, sino más
bien a emulación de las prácticas de la corte y de la administración central, que se difundieron por la
población que podía permitirse un enterratorio suntuoso.
A Senusert II lo sucedió Senusert III, el “divino en creación” según su nombre de Horus. Durante este
periodo hubo gran actividad militar en el exterior, así como también se llevaron a cabo diferentes proyectos
constructivos a lo largo del país. Se estableció una nueva administración con nuevas responsabilidades y
cargos burocráticos con el fin de convertir al estado en un organismo más centralizado, cuya estructura se
mantendría hasta el Reino Nuevo. El Estado, dirigido por un único Visir y un único supervisor del tesoro,
quedaba dividido en dos administraciones diferentes, por un lado, la dirigida desde Itji-Tawy (Norte de
Egipto, cerca del Delta) gobernaba el Delta y el Medio Egipto, y “el distrito de la cabeza del sur” que, desde
Tebas (Sur de Egipto), se encargaba de la gestión del sur de Egipto desde Akhmin hasta Elefantina,
incluyendo los dominios de la Baja Nubia. Otra medida importante fue la eliminación del cargo de Nomarca,
salvo algunos casos particulares, lo que supuso la culminación de un largo proceso de centralización de las
provincias. Desaparecen también algunos títulos de gobernadores locales. En este proceso de centralización
destaca la profunda homogeneización de la cultura material por todo el país, y también la redacción de
distintas obras que promovían la lealtad de las elites para con el faraón y el respeto a sus leyes. La elite era
fuertemente influenciada, sobre todo en lo cultural, desde la medida de Senusert I, lo cual, esta apropiación
en cuanto al lenguaje, expresiones entre otras cuestiones, va a ser propio de la elite a lo largo de todo el
Reino Medio.
A lo largo del Reino Medio, y profundizado durante Senusert III, hay una preocupación contante por
construir y mejorar los santuarios divinos, así como realzar a los predecesores de este periodo. Aun así, hay
cierta divergencia entre el culto oficial, y lo que profesaban en privados. Por ejemplo, el culto a varios
potentados locales en Elefantina y Edfú es una prueba de como la iniciativa privada suplió la falta de
respaldo de la corina en determinadas prácticas religiosas. Por otro lado, los misterios de Osiris de Abydos
son una muestra de que a veces coincidía el culto que profesaba el rey y su población.
El culto a Osiris durante este periodo se incrementó considerablemente, volviéndose popular, en gran
medida gracias a que la corona busco potenciarlo. Senusert III busco profundizar en esto a través de
diferentes disposiciones. El culto a Heqaib termino por eclipsare completamente, luego de ser tan popular
durante el PPI y a inicios del Reino Medio, quedando al margen del interés real. En Egipto crecieron cultos
que poco o nada tenían que ver con las iniciativas religiosas reales. Su función religiosa, probablemente
ligada a otras de tipo económico, debió polarizar las creencias locales y quizás también respaldar practicas
económicas al margen de las iniciativas y regulaciones gubernamentales. Amenemhat III, sucesor de
Senusert III, fue uno de los más largos y prósperos de todo el Reino Medio. Momento libre de conflictos
externos, las medidas económicas y administrativas iniciadas más de un siglo antes estaban rindiendo frutos.
La intensa actividad de su política exterior probablemente sea el reflejo de esta circunstancia. Aun así, pese
al éxito de este faraón, se sabe muy poco de su reinado. La importancia política y económica de la capital
como núcleo del estado durante la segunda mitad de la XII Dinastía se observa de forma clara en primer
lugar en que en este periodo se concentra el número de construcciones reales en torno a la capital y El
Fayum. En segundo lugar, la decadencia o abandono de algunas necrópolis provinciales del Medio Egipto
hasta entonces muy importantes como Meir, Beni Hasan, el-Bersheh o Siut. La vida egipcia no parece haber
estado bajo un estado real asfixiante y omnipresente sino por una autoridad lejana. Pese a esa distancia el
estado tenía la capacidad de hacerse presente si era necesario. El poder de la corona era inmenso, esto se ve
reflejado, por ejemplo, en la capacidad de movilización de miles de trabajadores a diferentes puntos de
Egipto. El autor plantea que, aunque las fuentes demuestran el poderío egipcio, hay que tener cuidado con
esto, ya que la ausencia de fuentes puede indicar cuestiones que no son tomadas en consideración por el
investigador

El Final de la XII Dinastía y la XIII Dinastía.


La XII Dinastía termino con los reinados de Amenemhat IV y de la reina Sobeknefru, que gobernaron nueve
y tres años. Los reinados de estos fueron de muy corta duración, en contraposición de los cuarenta y seis
años de su antecesor. Otra característica anómala en este periodo es que una mujer llega al poder por
primera vez al trono egipcio, lo que parece indicar la falta de herederos varones para el trono. El reinado de
Amenemhat IV, conocido sobre todo por sus actividades en el exterior, no parece tener crisis política o
económica. Durante el reinado de Sobeknefru, se da una interrupción de las expediciones a el Sinaí, el Punt
o el Wadi el-Hudi, lo cual muestra una debilidad en su gobierno, o quizás es por su corta duración. La XIII
Dinastía es muy distinta a su predecesora, en cuanto a los mecanismos de transmisión real, que se volvieron
complejos e incluso confusos para los propios egipcios (ni en la argentina del 2001). La lista de faraones de
la XIII y XIV Dinastía se agruparon sin distinción. La XIII Dinastía fue un momento excepcional en la
historia de Egipto, en cuanto a la cantidad de reyes (¡¡¡¡¡¡Hubo más de 60!!!!!!), y en cuanto a la corta
duración de sus reinados (en un periodo de un poco más de 150 años).
La XIII Dinastía no muestra indicios de crisis económicas o sociopolítica, pese a los continuos cambios en el
trono y la falta de capacidad del Estado para llevar grandes obras o expediciones. Varios visires mantuvieron
su puesto pese al cambio de monarca, lo que indica una política continuista. El estado debió mantener una
gran autoridad, en donde la eficiencia, el alcance y la respetabilidad de las instituciones centrales era
importante en la vida cotidiana. Durante la XII Dinastía, por un lado, el estado egipcio logro centralizar todo
el país, minimizando el poder local de los monarcas, y por otro se iba llegando al final del Reino Medio.
Durante la XII y XIII Dinastía se aumentan los extranjeros en Egipto. La partición del país en dos estados
independientes debió provocar una profunda crisis. Este nuevo paisaje va a contar con grandes vacíos de
poder.

La Política Exterior
La política exterior de un país es un reflejo o consecuencia de la política interior. El historiador suele
reconstruir la política exterior a través de documentos concretos, como por ejemplo la Aegyptiaca (Libro de
Manetón), lo cual es un riesgo, pero estos documentos presentan cuestiones como campañas militares, entre
otros aspectos, aun así, conviene constatar esta información con el registro arqueológico.
Política exterior en Egipto:
Nubia:
La política egipcia en la Baja Nubia durante el Reino Medio, puede resumirse en tres etapas: Conquista,
ocupación y abandono. Recién en los últimos años de Amenemhat I, y durante el reinado de Senusert I
tuvieron éxito las iniciativas egipcias de
conquista, en donde los egipcios lograron
apoderarse de la región en dos campañas
militares, donde posteriormente se construirán
diferentes fortalezas en el territorio, para
asegurar su control de lo que era un sitio
estratégico en lo económico como oro, y
minerales, por otro lado significo la puerta de
acceso a las riquezas exóticas africanas como el
marfil, el ébano (madera), y otros animales
salvajes.
Sumados a los objetivos económicos, en el
plano político y militar también se hicieron
presentes, que con castillos protegían a Egipto y
sus conquistas de las poblaciones de la Alta
Nubia. Kush era un estado en donde se
encuentra hoy Kerma, y significo un gran rival a
partir de esta época para Egipto, hasta mediados
de la XVIII Dinastía. Los egipcios tenían bien
estudiados y controlados a estos enemigos. Tras
la muerte de Senusert I, los sucesores
incrementaron las fortalezas debido a la
amenaza kushita. Con Senusert III, esto se
transformaría en una guerra abierta. La
centralidad del estado para esta campaña fue
fundamental para concentrar recursos para anular la amenaza.
El establecimiento en esta región fue un choque cultural importante, donde las poblaciones de la región de la
Baja Nubia, rechazaban a los invasores. Lo cierto es que a partir de este contacto se empieza a conocer más
a esta gente “Pan-Grave” y “medjaiu”, que fueron importantes intermediarios de los egipcios con el resto de
África. Los egipcios mantuvieron un gran control sobre estas gentes, y la población nubia en general. Los
contactos con Kush durante la parte final de la XII Dinastía, pese a estar marcados por la guerra y el
conflicto, debieron basarse en gran medida en la diplomacia y el comercio.

Asia
Con el término “Asia” se entiende el sitio ente el extremo oriental del Delta del Nilo y el norte de Siria. Los
contactos egipcios con este territorio fueron variando. El único lugar donde pudo haber habido una
ocupación permanente fue en el Sinaí, que era el área donde los faraones tenían más contacto. Se cree que
durante el reinado de Mentuhetep II se retomó la explotación de las minas de Turquesa y Cobre de la región.
A partir de la XII Dinastía se encuentran
claras evidencias de las actividades egipcias
en la zona, especialmente Sherabit el-
Khadim y Wadi Maghara. Bajo Amenemhat
III y IV las visitas a la península aumentaron,
y posterior a este ultimo la intensidad de
actividades egipcias en la zona, caen
drásticamente. Los contactos con zonas más
al norte son escasos.
En el Delta (Norte) como en Nubia (Sur), una
de las principales preocupaciones de los
egipcios debió ser regular y evitar la entrada
masiva de población extranjera dentro de sus
fronteras. Inicialmente se llevaron diferentes
campañas de militares a la zona además de
controles. Aunque esto parece no haber
tenido efecto, porque el aumento de asiáticos
en el Valle del Nilo en la segunda mitad de la
XII Dinastía creció.
Así mismo la entrada de asiáticos a Egipto
llevo a una suerte de egiptizacion de la
cultura del levante, que se puede ver
reflejada por ejemplo en la aparición de la
“Escritura Protosinaítica”, una apropiación
local de signos jeroglíficos egipcios. Por otra
parte, también se dieron sincretismos
religiosos, donde las diosas locales se
identificaron con la egipcia Hathor.
Los contactos egipcios con el Levante durante la XII Dinastía, exceptuando Sinaí, se centraron
principalmente en la zona Libanesa, y no en Palestina (que lógicamente estaba más cerca). Esta preferencia
por el Líbano puede estar asociada al deseo egipcio de contactar con determinadas redes comerciales y
acceder a productos (como aceites, madera, lapislázuli o plata) que los centros urbanos de Palestina quizás
no eran capaces de ofrecer en grandes cantidades. Tampoco que fue ignorada, sino que no fue la más
importante. La presencia egipcia en los puertos libaneses fue importante. Los objetos egipcios parecen haber
sido muy valorados, ya que los reyes del área siro-palestina adoptaron con frecuencia motivos de la
iconografía real y religiosa egipcias.
Durante la XIII Dinastía los contactos con Levante aumentan aún más. La creciente apropiación asiática del
lugar no solo permitió la entrada en Egipto de un amplio número de extranjeros, sino también de sus
productos. Esto se ve reflejado en la gran cantidad de cerámicas cananeas.

Los Desiertos y las Poblaciones “Libias”


De los dos desiertos el que acaparo más interés fue el oriental. La explotación de esa región, rica en recursos
minerales (grauvaca, amatista, cobre, galena u oro) e importante estratégicamente para él envió de
expediciones al Sinaí o a Punt, parece hacer sido iniciada a partir del reinado de Mentuhetep III, tal como
indica la inscripción ya mencionada de Henu en el Wadi Hammamat. Uno de los momentos de mayor
actividad en esta zona fue durante el reinado de Senusert (XII Dinastía), cuando se enviaron expediciones
con muchos participantes (hasta 18.000 individuos). Esta gran capacidad de movilización refleja no solo la
gran autoridad del Estado sobre sus súbitos, sino que también aparece la búsqueda de la participación de
buena parte de la población en los proyectos estatales dirigidos por y para el rey. La presencia egipcia en el
desierto occidental a lo largo de todo el Reino Medio es peor conocida. En esta región aparecen actividades
de vigilancia y en la zona de la Tebaida probablemente también religiosas. La información más importante
es proporcionada por los oasis. Estos oasis, cerca del delta, debieron ser importantes áreas agrícolas
relacionadas al menos con la producción vitivinícola. La documentación acerca de los “Libios” es reducida,
y esta escasez de datos lleva a hacer suposiciones sobres u localización. Las poblaciones libias no
constituyeron una amenaza seria para los egipcios salvo momentos muy concretos.

Punt
El conocimiento de los contactos entre Egipto y Punt es limitado. Se sabe que comercializaban productos
exóticos. Los contactos comerciales entre Egipto y este sitio dependieron en gran medida de la capacidad del
Estado egipcio para transportar naces desmontadas, volver a ensamblarlas y fletarlas. Lo que es una
operación costosa, solo ejecutada en momentos de prosperidad. A partir de Senusert I y a lo largo de toda la
XII Dinastía hay constancia del envió desde la rada de Mersa Gawasis de misiones a Punt y al Sinaí. Punt
era un importante actor comercial en el ámbito afro-árabe. Las relaciones entre Egipto y Punt son
marginales, aunque influyeron en la cultura de la elite egipcia. Punt fue un lugar de fascinación y de
atracción para el imaginario egipcio de este periodo.

El Espacio Egeo, Chipre y Anatolia.


Los contactos de Egipto con el egeo son muy poco conocidos, aunque se sabe que durante la segunda mitad
del Reino medio estos contactos crecieron. Lo mismo sucede con los intercambios con Chipre y Anatolia, en
esas dos regiones se encontraron objetos egipcios del Reino Medio, así como en Egipto aparecieron
cerámicas de esas regiones.

CALLENDER, GAE, 2010, El renacimiento del reino medio, en: SHAW, Ian, 2010, Historia del
Antiguo Egipto, Madrid, La Esfera de los Libros, Caps. 7, Págs. 197 – 240

Capítulo 7: El Renacimiento del Reino Medio:

Reino Medio: (2055-1650 a.c.)


Se constituyó una unidad política cuyo núcleo conto en 2 fases: la XI dinastía gobernada desde la ciudad de
Tebas en el Alto Egipto, la XII dinastía, centrada en la región de Lisht, en el Fayum. Estudios recientes,
aporte añaden que la 1ra parte de la XII dinastía también formó parte de este periodo. Durante esta dinastía,
la capital no se trasladó, la actividad del gobierno apenas se redujo, la producción artística no sufrió ningún
declive, y hubo una gran diminución en la construcción de monumentos a gran escala, lo que amplio que los
faraones de esta dinastía no eran tan fuertes como la de la XII y sus periodos de reinados eran buenos. En
este periodo surge una incógnita hacer de si había soberanos que compartían su trono con el sucesor, los
elementos cruciales para este debate fueron las estelas de doble duración, es decir, textos que incluyen los
nombres de dos reyes y menciona una fecha diferente para cada uno de ellos.
La XI Dinastía
El primer soberano en conseguir controlar todo Egipto fue Nebhepetre Mentuhetep II (2055-2004ac) el
incremento de la documentación histórica disponible y en el número de edificios construidos, así como la
evidente prosperidad del país durante la gran parte de su reinado, unido al resurgir y desarrollo de todos las
formas artísticas, son claros indicios de su éxito a la hora de restaurar la paz en el país. Además, cabe
destacar, la importancia de conseguir reunificar las Dos Tierras, la cual fue reconocida por los mismos
egipcios.
Nebhepetre Mentuhetep II
Gobernó su Reino Tebano sin problemas, hasta la guerra civil contra Heracleópolis.
Merykora, el soberano del norte, falleció antes de que Mentuhetep alcanzara su capital, Hieracompolis y con
el murió también la resistencia de su reino. La victoria de Mentuhetep, le proporciono la posibilidad de
reunificar Egipto. La reconquista de Mentuhetep incluyó también decisiones en Nubia que había regresado a
un gobierno nativo. Parte de la estrategia de Mentuhetep para aumentar su reputación antes sus coetáneos y
sus sucesores fue una política de auto edificación, reafirmando así el culto al soberano. Gobernó desde
Tebas, que se encontraba bien situada para controlar a los restantes monarcas, y la mayoría de los
funcionarios eran de la zona. Sus funcionarios tenían un amplio alcance a sus funciones. Aparte del cargo
de gobernador del “Alto Egipto”, se creó el cargo del “Bajo Egipto”. Que tengan el mismo poder al
fortalecerse el poder central, aumentó el control de rey sobre sus funcionarios y se registró el poder de los
nomarcas aparte de disminuir su número y de vigilar su conducta por medio de funciones de la corte real. A
través de este fortalecimiento también se logró restaurar la influencia de Egipto en el exterior, por medio de
misiones o zonas como el Asuán. El encargado de realizar estas misiones era el encargado del Rey.
Construyo numerosos edificios, los cementerios reales siguieron evolucionando en cuanto a su arquitectura,
sus espacios y sus estructuras. El monumento de Mentuhotep II conto con la tradición de las tumbas “saff”
se trató de la primera estructura regia que hizo hincapié en las creencias osiánicas con innovaciones como
galerías abiertas y el uso de terrazas. Se comenzó a usar el Sarcófago, se enfatizan los aspectos
sobrenaturales y osiánicos del rey, pero también hay escena de la vida cotidiana, se cree que a partir de este
momento el culto a Amón comenzó a crecer. Es importante, además, destacar la inseguridad existente en la
época, manifestada bajo la presencia de armas en el ajuar funerario, de hombres no relacionados con el
ejército; y otra es la imagen del difunto en las estelas funerarias de algunos funcionarios, que portan armas
en vez de los símbolos propios de su cargo.

Mentuhotep III y IV
El reinado de Mentuhotep III se caracterizó por un cierto número de innovaciones arquitectónicas. Su
templo que construyo en Tot contenía un santuario triple y es el primero en incorporar los pilones. La
escultura en relieve alcanzó su cenit en el reino medio en este periodo y el tallado de la piedra es
extremadamente delicado. Fue el primer de primer Soberano del Reino Medio en enviar una expedición a la
tierra de Punt (áfrica oriental) para conseguir incienso. Intento proteger la frontera noroeste construyendo
fortificaciones en el delta oriental. Tras la muerte de III en 1992ac accede al trono Mentuhotep IV. Lo más
reconocido de su reinado son las expediciones mineras. El acontecimiento más importante de su reinado fue
él envió de una expedición minera de Wadi Hammamat se convertiría en el primer rey de la XII Dinastía. Al
igual que todos los funcionarios de la XI Dinastía, habría ocupado varios cargos relevantes. El trono pudo
haber pasado al visir como consecuencia de la debilidad del rey y la ausencia de un heredero varón
adecuado.

XII Dinastía
Amenemhat I: durante su reinado se realizaron las primeras campañas militares del Reino Medio en Oriente
Próximo. Una de las principales decisiones de este Rey fue trasladar la capital de Egipto desde Tebas hasta
una nueva ciudad: Amenemhat- itj-tawy en la región de Fayum. Esta ciudad debe de haber sido elegida
porque estaba más cerca del origen de las incursiones asiáticas que Tebas. Fundar una nueva capital fue una
inteligente decisión política, ya que la misma indicaba que se trataba de un nuevo comienzo. Esta dinastía
buscaba sus modelos en el Reino Antiguo. Además de promover el culto al soberano, se produjo un lento
retorno hacia un gobierno más centralizado, acompañado de un aumento de la burocracia, se observa un
incremento de la riqueza minera del rey y aumento en la calidad de vida de la clase media, se utilizaron los
ejércitos feudales contra los asiáticos en el delta y se reforzó la región con los “muros del soberano”. La
política en cuanto a Nubia se convirtió en una nueva estrategia de conquista y colonización, con la intención
sobre todo de conseguir materias primas, en especial oro. Se recoge una campaña contra los libios y al
finalizar muere Amenemhat.
Senusert I SINUHÉ
Envió una expedición a Nubia en su décimo año de reinado. 8años después otra que llego hasta la segunda
catarata. Fue Buhen lo que se convirtió en la nueva frontera meridional egipcia, construyo un fuerte
trasformando así la baja Nubia en una provincia de Egipto. Kush (alto nubio) era explotado por su oro,
turquesa, cobre y gemas para joyas y en el norte se intercambió cedro y marfil con Siria. Demostrando todo
lo que había cambiado la política exterior egipcia entre la XI y la XII dinastía. Debido al largo reinado de
Senusert, el estilo regio llego a las distintas regiones con la fuerza suficiente como para hacer retroceder los
estilos regionales. Fue el primer rey en contar con un programa constructivo a partir del cual se edificaron
monumentos en cada uno de los lugares de culto, se produjo un florecimiento de las creencias y practicas
osiánicas. Fueron pocas las mujeres alfabetizadas en el Reino Medio.
Amenemhat II: La paz entre Asía y Egipto era solo selectivo a través del tratado con distintas ciudades. Se
mantenía un comercio constante con el puerto de Biblos, con la ciudad siria de Tuper, mientras que otros
contactos habían sido más bien bélicos. Se produjeron campañas a Kush y Punt. Había grandes cantidades
de esclavos asiáticos, cautivos trabajando en Tebas.
Senusert II: Su reinado fue una época de paz y prosperidad durante el cual se acrecentó el comercio con
Oriente Próximo. No hay registros de campañas militares y su principal logro fue la inauguración del
sistema de irrigación del Fayum. Se erigió un dique y canales que conectaban Fayum con la concentro de
agua de Bohryurse. A partir de este momento se utilizaron diversos lugares de Fayum para construir
complejos reales con pirámides, lo que remarca la importancia que trajo el sistema de irrigación en la zona.
Su reinado quizá merece ser considerado como una de las fases más importante del retrato humano en la
historia del arte Egipto, ya que se amplió la individualidad.
Senusert III: Quizá sea el monarca más visible de Reino Medio. Guerreó en Nubia en 4 ocasiones y de forma
brutal matando a los monarcas nubios, esclavizando a las mujeres y niños, quemando sus campos y
envenenando sus pozos. Esta región fronteriza quedo sellada al reforzarse el inmenso fuerte y mediante la
presencia de guardias todo el día. Estas enfatizan el inestable control de Egipto sobre Nubia. Llevo a cabo
una campaña en Palestina, sus intentos por conseguir que Egipto regresara a una forma de gobierno más
centralizada supusieron un importante reajuste político y social, y su reinado se considera un punto de
inflexión crucial del Reino Medio.
Amenemhat III: Egipto alcanzo su sima cultural. Reforzó las fronteras de Semna y amplio algunas de los
fuertes; se construyeron numerosos templos y santuarios. Actividad minera en la región del Sinaí. Toda esta
actividad industrial es un símbolo de la prosperidad que disfruto Egipto en este periodo, pero también
pudieron haber agotado la economía, si a esta le unimos unas series de malas crecidas del Nilo a finales del
reinado, el resultado fue el declive político y económico. La gran cantidad de esclavos asiáticos a su vez
habían animado al asentamiento de los llamados “Hyksos” en el delta, que terminaron por conseguir el
colapso final del gobierno nativo egipcio. La importancia de Neferuptoh (hermano de Amenemhat III)
sugiere que durante la XIII dinastía las mujeres de la realeza gozaron de una mayor categoría en los grandes
privilegios que obtuvo.
Amenemhat IV
Sobeknefru: fue el rey de Egipto por solo 4 años y se caracterizó por aparecer retocado con características
masculinas intentando quizás colmar las críticas contra un soberano masculino.

XIII Dinastía
Los soberano de esta dinastía continuaron la política de los de la dinastía anteriores y utilizando Itj-tawy
como capital. La burocracia siguió funcionando como lo hacía en la dinastía XII seguía controlando el torno
de la segunda catarata, se midió la crecida del Nilo y continuaron construyendo monumentos regios. Hubo
una continuidad cultural. Durante el reinado de Sobekhotep IV aparecieron síntomas de relieve en Nubia,
que terminaría por escapar del control Egipto y pasar a ser gobernado por un linaje de reyes nubios
asentados en Kerma. Por entonces Egipto se había roto en esferas de influencias que formaron la base del
gobierno del segundo periodo intermedio.

Cambios Políticos en el Reino Medio


Se basaba en la estructura creada en el Reino Antiguo, pero con cambios significativos. El sistema fiscal se
basaba en cálculos sobre la producción de las tierras y canales; se pagaba en especie. Empleados y
funcionarios poderosos estaba exentos de impuestos. Sistema de trabajo obligatorio para hombres y mujeres
que realizaban el servicio militar, en caso contrario lo mataban; exceptuando a los nubios. Poseían un
comercio monopolizado por el Rey. los títulos oficiales mejoraron y pasaron a definir cargos más
específicos. El visir era el principal ministro tras el rey. Hubo un mayor control sobre los individuos y la
mayor obligación del gobierno. Los monarcas empezaron a estar supervisados por los funcionarios del rey.
El puesto de nomarcas se sustituye por el de “Alcalde”, no poseía el mismo poder. Tuvo una administración
separada del palacio, títulos nuevos, más burocracia en la clase media, templos autosuficientes.
Corte Real
El complejo palacial se dividió en “Kop” (domicilio de la familia real); el “Wahy” (donde se realizaban los
banquetes) y el Khenty (o palacio exterior, donde tenían lugar los quehaceres de la corte). Estos tres grupos
de edificios se encontraban dentro de una zona menos digna llamada shena, donde se entregaban provisiones
a los dependientes del palacio. El visir y los funcionarios principales ocupaban el khenty, mientras que el
equipo de servidores quedaba restringido al shena. El supervisor interior del kap parece haber sido el único
funcionario.

Comercio Exterior
Existió una red mediterránea de intercambios artísticos e iconográficos, se importó madera, aceite, vino,
plata y marfil de Siria-Palestina. Se estableció contacto con Chipre y babilonia a través de Siria y hubo
estrechos contactos con la zona sur de Egipto (Nubia, Punt).

Religión y Funerales
La principal novedad es el culto a Osiris, que trajo consigo el acceso de la “gente” común a privilegios
funerarios que antes fueron reales. Se empezaron a decorar los ataúdes. Crece la idea de que todas las
personas poseían un “ba” o fuerza espiritual. No solo el rey. Acceso a la piedad personal. Se inauguró el
complejo de templos de komok. Mejoras en los ataúdes de los nomarcas. se extendió la momificación, pero
no era efectiva por la baja calidad que hacía que no se conserve el cuerpo. Introducción del Shobti de acero,
arcilla madera piedra y cerámica.

Logros Culturales:
Aumento de la escritura y escribas, nuevos informes, costos y tablillas de cuentas, se benefició a Egipto por
el intercambio con Nubia, Asia y El Egeo. Gran precisión en pequeños objetos cotidianos

Mesopotamia Desintegración Fin del III Milenio e Inicio del II Milenio a.C.

KUHRT, AMELIE (2000) El Oriente Próximo en la Antigüedad I c. 3000 -330a-C., Crítica, Barcelona,
páginas 75 a 140.

La III Dinastía de UR (2112-2004)


En la Baja Mesopotamia el poder estaba dividido entre varios dinastas locales; los principales centros eran
Uruk, Lagash, Kish, Agadé y el pueblo de los Guti, en la zona del Rio Diyala.
A finales del último siglo del tercer milenio, en la baja Mesopotamia, surge una nueva entidad política que
había salido victoriosa de las rivalidades entre las diversas ciudades, sustituyendo a Agadé y aprovechando
sus grandes logros y reafirmando vigorosamente el concepto de unidad política baja lo égida de un solo rey.
Esta nueva formación política sumamente centralizada recibe el nombre de “III Dinastia de UR” o
simplemente UR III. También se la nombra como Neosumerio o renacimiento sumerio.
Los orígenes de la Dinastia son muy oscuros. Las inscripciones indican que Utu-Hegal de Uruk intentó
atribuirse la hegemonía sobre las ciudades de la Baja Mesopotamia. Se utilizó el término neo sumerio ya que
en este período se produjo un resurgimiento cultural sumerio. Se desarrollaron notablemente la literatura y la
lengua sumeria. El sumerio parece ser que se desarrolló como una lengua muerta literaria y por lo tanto
culta, patrocinada por los reyes de Ur III. El sumerio era la lengua de la educación y las aspiraciones
burocráticas. Ur III estaba constituida por varias provincias, cada una de ellas gobernada por un ENSI
(gobernador), probablemente reclutado entre los miembros de la aristocracia local. Por debajo del
gobernador estaba el jefe militar (sagin). Durante el período de Ur III funcionaba una compleja estructura
tributaria. Había un sistema de centros de redistribución centralizados, en los cuales cada provincia
depositaba su contribución y a los que recurría el gobierno central para cuestiones como el
aprovisionamiento de os templos o la paga de quienes eran acreedores a la generosidad real o dependían de
una ración. Los documentos legales y de compraventa demuestran de manera inequívoca la existencia de la
propiedad privada. La población vendía huertas, casas y esclavos. Con respecto a la mano de obra, se debe
aclarar que estaban aquellos que se veían obligados a realizar determinadas prestaciones de trabajo a cambio
de las tierras que eles eran concedidas o de las raciones que recibían y los que formaban parte de cuadrillas
de operarios en calidad de asalariados. Existía cierto grado de movilidad social entre los que formaban
cuadrillas de trabajadores y los que realizaban las funciones directivas. Además, los trabajadores podían
poseer parcelas otorgadas por el estado por las que trabajaban parte del año para este.

Monarquía e Ideología del Poder Real

Entre las pocas cosas que sabemos


de los reyes de Ur III, está que
uno de ellos Ur-Nammu, fue
muerto en una batalla, lo cual
demuestra el importante papel
desempeñado por el rey como
guerrero. Otro (Ibbi-Sin), fue
hecho prisionero en el curso de un
ataque de los Elamitas, fue
llevado a Elam, y murió en la
cautividad.
Ur-Nammu emprendió un gran
programa de construcciones en Ur, especialmente en la principal zona de los templos, cuyo magnífico
zigurat data del periodo Ur III.
El rey era considerado fuente de toda justicia y arbitro definitivo. Se ocupaba de los templos, la prosperidad
del país, la justicia y la protección de os débiles.
El sistema de Ur III, se basaba en mantener unidos unos territorios muy extensos, en la capacidad de
promover unas comunicaciones regulares entre ellos, recaudar impuestos y tributos, proteger unas fronteras
muy lejanas, y producir riqueza en forma de productos manufacturados y de excedentes agrícolas regulares.
Durante el reinado de Shun-Sin empezaron a aparecer señales de problemas en los territorios conquistados,
que quizá indiquen una pérdida de control en ellos por parte del poder central y que enseguida alcanzaron las
proporciones de una crisis.
Las bandas de merodeadores aprovecharon el hundimiento de la estructura imperial y probablemente
contribuyeron a empeorar una situación ya de por si crítica. La envestida final de Ur, vendría de parte de
Elam y Shimashki.

Mesopotamia 2000-1600: Los Períodos Paleobabilónico y Paleoasirio.

El período comprendido entre el final de Ur III y la caía de la primera Dinastia de Babilonia (1595 a.C.)
recibe el nombre de Paleobabilónico. En realidad, se refiere a una cuestión lingüística (el acadio que se
desarrolló en esa época en la baja Mesopotamia). En el norte, por el contrario. Los primeros documentos en
dialecto asirio (otra variedad de acadio) son de este mismo período.
El sistema político dominante en esta época es el de una multitud de ciudades-estado independientes que
forman alianzas, intentan atraer a su órbita a otras más pequeñas y compiten entre sí por la hegemonía.

Baja Mesopotamia (2000-1800)


Ishbi-Erra, oficial de Ibbi-Sin, se estableció en la ciudad fortificada de Isin. El nuevo soberano fue
adoptando poco a poco parte de los títulos de Ur III, como el de Rey de los Cuatro Cuartos y fue, en algunos
contextos divinizado. Se da una continuidad de las tradiciones monárquicas y gubernamentales. La
estructura básica siguió siendo la misma. Muchos
elementos de las ceremonias y ritos reales, que
constituyen un rasgo muy destacado de la Dinastia
de Isin, podemos interpretarlos como una imitación
deliberada de los aires imperiales de Ur III por
parte de los reyes de Isin, emulación que resultaba
imprescindible si querían cimentar su posición
como legítimos herederos de los príncipes de Ur
III.
Era frecuente que un monarca, al llegar al trono,
perdonara las deudas para reestablecer un semi-
equilibrio social. Las tablillas que atestiguaban las
obligaciones de los deudores para con sus
acreedores eran reunidas y destruidas, quedando
asó cancelada la deuda.
A pesar de su complicada ideología, la fragilidad
intrínseca del poder de los reyes de Isin se ve
subrayada por la aparición de una Dinastia rival en
Larsa, a unos 100 km al sur. Se trataba de una
Dinastia amorrea, como lo ponen de manifiesto los
nombres de sus reyes y el empleo ocasional de un
título que indicaba filiación tribal.
Las disputas originadas por el agua constituyeron durante bastante tiempo un factor recurrente que
determinó el curso de los acontecimientos políticos de la Baja Mesopotamia. La disputa concluyó cuando los
reyes Abisare (1905-1895) y Sumu-el (1894-1688) de Larsa, efectuaron un movimiento de piza en torno a
Isin, privándolo por completo de agua al desviar los canales hacia el sur, la región de Larsa. El impacto de
este hecho, sumado a la perdida de Ur y con ello del comercio sobre el golfo, y la definitiva pérdida de
control sobre Nippur, fueron la causa de la decadencia de Isin.
Larsa controlaba territorios a orillas del Tigris e incluso más hacia el este, y aunque se convirtió en una
potencia nunca logró ser un estado grande y bien integrado.

Assur Durante el Período Paleoasirio (2000-1800)


Assur se encuentra situada a unos 100 al sur de Mosul, en la margen izquierda del Tigris. Assur se encuentra
en el extremo de la zona lluviosa, lo que significa que la agricultura de la región no depende por completo
del regadío. Se encuentra además en una posición ventajosa para aprovechar las importantes rutas de las
caravanas que iban de norte a sur y de este a oeste.
Assur era el nombre del Dios principal de la ciudad y el de la ciudad misma. El nombre ya aparece en los
textos del período de Agadé, pero como nombre
divino no hace su aparición hasta la fase de Ur
III. El nombre de Asiria deriva de ella.
Es enigmática como llegó Assur a desempeñar el
papel protagonista en la red de relaciones
comerciales con países lejanos.
Parece que Ilushuma atrajo a los mercaderes de
la baja Mesopotamia hacia el mercado de Assur
a cambio de otorgarles privilegios. Assur así
logró ocupar una posición de dominio en el
comercio de estaño con el este, y por lo tanto
servía de centro de distribución al que podían acudir los mercaderes de la Baja Mesopotamia a comprar
estaño y probablemente también a vender parte de su cobre (que venía de la zona del golfo).
Los reyes asirios introdujeron deliberadamente una política tendente a aprovechar al máximo las ventajas de
su posición crucial en las actividades comerciales y aunque las fuentes son escasas, parece que Assur fue
desarrollándose hasta convertirse en una ciudad estado importante poco después del año 2000. Contaba con
importantes santuarios, estaba protegida por una muralla y bien abastecida de agua. Estuvo gobernada por
una Dinastia de reyes locales desde Puzur-Ashur I. Assur se hizo con control de una floreciente red
comercial en Anatolia central entre 1900 y 1830, gestionada por una seria de centros mercantiles asirios
basados en los lazos familiares. La importancia de Assur en este comercio probablemente se debiera a su
estratégica posición en el cruce de las vías de comunicación, que sus reyes aprovecharon astutamente
ofreciendo ciertas ventajas a sus socios comerciales, especialmente a los de la baja Mesopotamia. Las
colonias de Assur en Anatolia contribuyeron a extender el mercado asirio y a estimular la economía del país.
La ciudad estado de Assur Instituciones:
 Rey: llevaba el título de vice regente del Dios Assur (que alude a su rol en el culto). Este título era
para las inscripciones reales solemnes por lo que demuestra su carácter puramente ceremonial. En los
documentos cotidianos el soberano es llamado “Señor” o “príncipe”.
 La ciudad: grupo constituido por los jefes de las grandes familias de mercaderes establecidas en ella.
Todas las grandes cuestiones políticas estaban en las manos de este grupo. Controlaban las relaciones
con los estados de anatolia, ponían en vigor la política comercial colectiva, fijaba impuestos a las
exportaciones que se le cobraban a las caravanas comerciales.
 Limmum: funcionario real elegido anualmente por sorteo que determinaba el nombre del años. Las
personas que podían ser elegidas para este cargo, pertenecían a un grupo selecto, constituido por los
jefes de las grandes familias. Hacía de contrapeso al poder del rey.
Comercio:
El Karum era el puerto o barrio comercial, y el Wabartum el centro residencial de carácter permanente,
aunque de menores dimensiones y con menos autonomía que el karum. En anatolia había tres estados con
los cuales comerciaba Assur. Las relaciones eran muy fluidas. De hechos, los hijos de las familias de
comerciales de Assur iban a establecerse a las ciudades de anatolia, donde dirijan los negocios de la familia.
Las caravanas que transportaban los productos eran bastante pequeñas. Llevaban estaño (por lo general) y
productos textiles y cuando llegaban a anatolia, vendían todo, incluidos los asnos y la mercancía que se
importaba a Assur a la vuelta era sobre todo plata y pequeñas cantidades de oro. Los asirios organizaban
también el comercio de cobre entre los distintos estados anatólicos.

Mari y su Mundo
La ciudad de Mari se encuentra situada a orillas de Éufrates a poca distancia rio debajo de su confluencia
con el Khabur). Se trataba de una importante potencia política entre 1820-1770. La lengua era el semita
emparentada con el acadio. Debido a su situación estratégica en el paso de importantes rutas comerciales,
desempeñaba un papel fundamental como centro de distribución del comercio internacional. Mari era el
principal proveedor de estaño que provenía de oriente.
En Mari había un gran palacio real. Se sabe que los reyes de Mari emprendieron la construcción de sistemas
de regadío para incrementar la producción agrícola y que una de las industrias palaciegas más importantes,
dirigida con la participación activa de la reina, era el tejido.
Había terratenientes ricos, mercaderes, pequeños labradores y colonos y aparceros pobres. Funcionaba un
sistema de raciones y dádivas mediante el cual se remuneraba a los oficiales reales y que constituía una
fuente de ingresos adicional para sus recursos personales. La riqueza del estado procedía de las tasas de
impuestos al tráfico comercial, de los aranceles y peajes, de los derechos de paso y de los gravámenes que
comportaban las concesiones de tierras. Los regalos diplomáticos constituían otra de las fuentes de la
riqueza del rey.
Florecieron además grandes redes comerciales privadas que constituían un sector fundamental de la
economía. Había una estrecha interacción entre los pastores que vivían en las zonas marginales de las tierras
y las comunidades urbanas. Existían distintos grupos dedicados al pastoreo que vivían en determinadas
regiones dentro de las cuales se movían normalmente con sus rebaños en un régimen de trashumancia.
Dentro de Mari había profetas que están por fuera de la institución religiosa.
Para conocer los designios de los dioses se examinaba el hígado de las ovejas, los fenómenos naturales, el
encuentro con animales en lugares insólitos, el movimiento de los planetas, los sueños, etc.

Hammurabi y la Primera Dinastía de Babilonia


Babilonia constituye otro ejemplo de ciudad regida por una Dinastia amorrea que de repente alcanzó un gran
apogeo: empeñándose por un lado en emular a los grandes Imperios anteriores e intentando, por otro,
sobrevivir gracias al establecimiento de una hegemonía política general y mediante la eliminación de sus
competidores, como, por ejemplo, Larsa, Eshnunna, Asiria y Mari.
Hammurabi no era al principio más que uno de los numerosos reyes que seguían a otro señor más fuerte. Su
expansión política no puede datar de antes del trigésimo año de su reinado (1763), pero a partir de ese
momento su poderío se extendió rápidamente. Tras una campaña victoriosa en la región situada al este del
Tigris, vino la derrota del gran Rim-Sin de Larsa que permitió a Hammurabi hacerse de un golpe con el
control de Isin, Uruk, Ur y Nippur, así como con los extensos dominios de Larsa. De ese modo, en poco
tiempo, las principales ciudades de la Baja Mesopotamia, importantes desde el punto de vista de la ideología
real y de su riqueza agrícola y comercial, pasaron a manos de Hammurabi.
La corona pasó a desempeñar un papel importante en el comercio exterior, pero no llegaba a ser un
monopolio, quedando una parte importante de la actividad comercial en manos de particulares. Cuando las
ciudades de Sippar pasaron a manos de Babilonia, recayó en el rey de esta última capital, la responsabilidad
de efectuar los nombramientos de los centros de culto existentes en ellas y de autorizar su remuneración. Los
funcionarios y servidores reales recibían parcelas como parte de pago, mientras que a los militares se les
entregaban haciendas.
Las tierras del rey eran cultivadas por personas que pagaban un tributo anual (biltum), parte en productos
agrícolas, parte en plata. El palacio a su vez proporcionaba a los cultivadores, bueyes, aperos de labranza,
agua para el regadío. Los rebaños del rey eran apacentados por pastores particulares.
Hammurabi es celebre sobre todo por su código, copiado en una gran estela de piedra. La colección de leyes
y prescripciones que contiene es una muestra bastante ecléctica. Además de su función práctica, algunas
creen que desempeñó una función de autoalabanza del Rey ante los dioses (como defensor de la justicia). En
este código se distinguen tres grupos sociales: varón, servidor y esclavo. En el código figuran también una
serie de mujeres dedicadas al culto. Algunas podían casarse, pero no se les permitía tener hijos, para lo cual,
debían proporcionar al marido, una esclava para que tuviera hijos con ella. Algunas de las hijas de las
familias de alto rango, eran dedicadas al dios Shamash de Sippar en calidad de esposas del Dios. Vivían con
sus servidores en una casa dentro del recinto del convento, donde permanecían enclaustradas y solteras. Su
principal deber era rezar por la prosperidad familiar. Intervenían también en los negocios familiares
utilizando agentes externos.
A la muerte de Hammurabi, sus descendientes tuvieron problemas para mantener el control. Además, hubo
sublevaciones. Sin embargo, el Reino de Babilonia, siguió siendo una entidad de peso en la región.

LIVERANI, MARIO (1995), El Antiguo Oriente. Historia, Sociedad y Economía, Crítica, Barcelona,
capítulos 9 a 13.

Capítulo 9: La Edad Neosumeria

El Renacimiento Sumerio
Con la decadencia del poder acadio y luego durante el dominio Guti, las ciudades del sur sumerio (desde
Uruk hasta Ur y Lagash) mantuvieron un considerable grado de independencia. La relajación del poder
central debió ser beneficiosa en el aspecto económico. En el norte el control Guti pudo ser más concreto, al
haber reemplazado a los reyes de Akkad y heredado presumiblemente su estructura administrativa.
En el sur existieron Dinastías de ensi locales que recuperaron la tradición de las ciudades-estado. La lista
real destaca entre todas ellas la cuarta Dinastía de Uruk, pero la documentación epigráfica y monumental de
que disponemos coloca en primer término a la Dinastía de Lagash, conocida sobre todo por la secuencia de
Ur-Baba, Gudea y Ur-Ningirsu.
Esta relativa libertad de acción de las ciudades estado puede explicar el hecho de que el dominio Guti se
mantuviera durante cerca de un siglo. Su fin se debió a un episodio bélico singular, y no planteo dificultades
especiales. Un rey de Uruk, Utu-Hegal movilizo moral y militarmente a sus súbditos, se enfrentó en campo
en campo abierto con el ejercito que había enviado a su encuentro el rey Guti Tirigan y lo derroto.

El Imperio de Ur III: Formación y Organización


Ur-Nammu suplanto a Utu-Khegal (que no pudo mantener su control) y se puso al frente del país con el
título de fuerte, rey de Ur, rey de Sumer y de Akkad. Sumer es la zona meridional, los nombres de sus
ciudades no aparecen, y Akkad representa ahora el norte, asumiendo una posición que antes le había
correspondido a Kish.
Las ciudades del reino de Ur pierden su milenaria autonomía. Al frente de cada ciudad sigue habiendo un
ensi, pero este título no designa ya a un dinasta local, administrados por cuenta el dios de la ciudad. Ahora
se trata de un funcionario de carrera designado por la capital, administrador por cuenta del rey de Ur.
Las inscripciones de Ur-Nammu hablan de actividades pacificas: construcción de templos y zigurats,
excavaciones de canales, ordenación de territorios agrícolas, y apertura de rutas comerciales. Un elemento
importante de esta obra de organización es la publicación de un código de leyes. Ya no se trata de remedia
los desajustes que se hayan podido producir, sino de organizar el modo de administrar la justicia de una
forma sistemática y estable. Ur-Nammu fija la medida normalizada del Sila, la mina y el siclo, establece las
indemnizaciones que hay que pagar en caso de homicidio, delitos sexuales y distintos daños.
La expansión y organización del reino de Ur-Nammu se consolidan con su hijo Shulgi. En sus himnos de
autoalabanza Shulgi insiste en sus dotes pacíficas, sus aptitudes como escriba (saber escribir en sumerio y
acadio, y hablar las cinco lenguas del mundo) juez, administrador y constructor; también insiste en su fuerza
física y en su valor militar.
Para justificar su título de rey de las cuatro partes del mundo, Shulgi aplica una política de ampliación más
allá del núcleo Sumer-Akkad, para tenerlo bien protegido y recuperar el control de las rutas comerciales
gestionadas por los tres puestos avanzados clásico: Susa hacia el este iraní. Asiria hacia el norte y Anatolia,
y Mari hacia Siria. El Imperio, que llega a su máxima extensión a mediados del reinado de Shulgi, todavía
está intacto a comienzos del de Ibbi-Sin, cuando empieza la decadencia. Son cincuenta años de
administración homogénea y paz interior, que contribuyen a convertir la Baja Mesopotamia en una entidad
étnica y cultural inseparable, al margen del siempre posible fraccionamiento político. Se consolida la idea de
que solo puede haber una realeza y de que la verdadera separación política no está entre una u otra ciudad, ni
entre sumerios y semitas, sino entre este conjunto unificado y el mundo bárbaro de alrededor.

La Administración y la Economía
Durante la III Dinastía de Ur la llanura bajo mesopotámica comprendida entre el muro del país y el golfo
pérsico disfruto de un periodo de gran prosperidad, que probablemente había empezado ya con la
semiautonomía de las ciudades sumerias bajo los Guti.
El aumento demográfico y la ordenación urbanística se apoyan en la producción agrícola del país. Lo más
innovador de la III Dinastía de Ur es un evidente afán de racionalización y unificación de la gestión
administrativa de la economía. Además del aumento cuantitativo, hay un aumento cualitativo en el afán por
logran que cuadren la previsión y el resultado, el trabajo empleado y el producto obtenido, mediante el uso
sistemático de parámetros fijos.
Los reyes de Ur pretenden gestionar directamente los recursos de todo el Imperio, que ya no está dividido en
reinos ciudadanos tributarios, sino en simples provincias. A la cabeza de cada provincia hay un gobernador
nombrado por el rey, que se apoya en una burocracia homogénea. Dicha burocracia se mantiene unida
gracias a un intenso ir y venir de mensajeros reales.
La administración conoce las medidas de cada parcela. La calidad del suelo, la incidencia de la salinización,
la distancia entre los surcos, la intensidad de la siembra y la relación entre sedimento y cosecha son datos
que la administración fija y calcula para obtener un estrecho control de la producción. La ganadería ovina se
destina sobre todo a la producción de lana.

La Cultura de los Escribas


La creación de un nutrido cuerpo de escribas administradores, encargados de la programación y el registro
de la actividad económica y redistributiva del Imperio, sirve para impulsar y unificar la cultura de los
escribas. La actividad institucional de los escribas es administrativa, y son mantenidos por la organización
estatal.
La transmisión de la ciencia de los escribas tiene lugar en la escuela. Allí unos escribas expertos enseñan a
unos alumnos de varios niveles el difícil control de repertorio de los signos y el léxico, el uso de las
fórmulas administrativas y jurídicas y el estilo. La escuela es una institución aneja al templo, a la que acuden
jóvenes de la clase dirigente. La unificación del estado a escala pan mesopotámica provoca una
homogeneización de los productos del arte de escribir y un aumento de calidad, sobre todo por la claridad de
concepción y exposición del esquema lógico que genera el documento administrativo.

La Periferia del Imperio


La capacidad del Imperio de Ur para consolidar su núcleo interno contrasta con su escaso poder en las
regiones que lo rodean, todavía algo desestabilizadas por la intervención acadia.
En el sector meridional de la meseta iraní y en el golfo pérsico, tras la desestabilización provocada por las
expediciones armadas acadias contra el sistema elamita encabezado por la Dinastía Awan, se forma un
nuevo equilibrio, en el que el papel del Imperio de Ur es claro, pero marginal.
Más allá del mundo elamita se hallan otras entidades políticas y culturales con las que la Dinastía de Ur
establece contactos solo comerciales, y además mediatos.
La presencia política de Ur es más intensa. La base de Assur está plenamente integrada en el Imperio,
gobernada por un ensi de nombramiento real, pese a hallarse bastante más allá del muro y aislada en un
territorio turbulento y hostil, a juzgar por las reiteradas campañas militares.
Al final del milenio III en Anatolia se producen desplazamientos de población y en algunas zonas una
dramática despoblación urbana.

El Bronce Medio

Capítulo 10: La Crisis de la Segunda Urbanización

La Caída del Imperio de Ur


Al comenzar el reinado de Ibbi-Sin el Imperio de Ur todavía se mantenía unido en toda su extensión, pero
pronto aparecen indicios de una crisis que es al mismo tiempo político y económico. Al mismo tiempo se
producen crisis de producción agrícola y desabastecimiento de las ciudades. Los precios de los principales
productos se disparan debido a su escasez. Los textos literarios le dan a la crisis una explicación doble: se
habla de calamidades naturales, como las crecidas insuficientes del Tigris y el Éufrates, que dificultaban la
irrigación, con la consiguiente carestía. También se habla de incursiones de los pueblos barbaros, por un
lado, los Martu, que evidentemente han franqueado el muro levantado por detenerles, y por otro los pueblos
Gutium y Shimashki bajados de los cargos, que devastan las ciudades del centro (Kish y Adab) y llegan
hasta el extremo meridional (Eridu). Por último, la incursión elamita siembra la restructuración en la
provincia más expuesta, Lagash. Dichos textos literarios, presentan los distintos elementos de la crisis como
el resultado de una decisión general de los dioses de abandonar a sus ciudades y provocar el fin de Ur. Un
ataque elamita a la capital obliga a Ibbi-Sin a encerrarse dentro de las murallas. El asedio se prolonga, y la
ciudad se capitula por hambre. Los elamitas irrumpen en la ciudad y saquean sus inmensas riquezas,
profanando hasta los más venerables santuarios. La destrucción de Ur causo una enorme impresión. Hay
una visión, con ello, de la crisis en dos tiempos: el primero con la crisis general del Imperio y el segundo
con la destrucción de la capital. En ambos casos salen a relucir todos los aspectos de la crisis: ecológicos,
productivos, jurídicos, religiosos, políticos y militares.

Los Martu: Los Nómades y su Papel


Los nómadas semitas occidentales, llamados Martu en sumerio y Amurru en acadio juegan un papel esencial
en la decadencia y caída del Imperio de Ur. Desde hacía milenios se había establecido una relación entre las
ciudades y las tribus de pastores. En la llanura mesopotámica el predominio territorial y político de las
ciudades y de la economía agrícola, así como la propia ordenación hidrológica, habían marginado a los
nómadas, convirtiéndolos en elementos exteriores. En cambio, en la franja siriopalestina, las condiciones
ecológicas habían conservado un sistema más complejo y variado.
Esta franja de siriopalestina de ecología y economía mixta forma un arco y se prolonga en la Alta
Mesopotamia y ha sido definida como zona dismórfica. El dimorfismo social se refiere a cuando en una
misma zona o población se adoptan dos morfologías distintas en distintos periodos del año. Nuestra zona
dismórfica lo es en este sentido, no porque en ella se encuentren tribus de pastores, ciudades y aldeas
agrícolas, sino porque la población posee un área de distribución concentrada en las zonas de regadío
durante la estación seca estival, y desperdigada en los pastos y estepas durante la estación húmeda invernal-
primaveral, siguiendo los ritmos de la trashumancia horizontal, que divide y vuelve a reunir estacionalmente
a los núcleos amplios familiares y gentilicios.
Para los habitantes de las ciudades, los nómadas siguen respondiendo al estereotipo de salvajes carentes de
los más elementales atributos de la civilización (cas y ciudades, agricultura y sedentarismo, tumbas y culto).
Pero las naciones pastorales no solo tienen su propia cultura, sino también una importante dimensión política
y organizativa, que aparece con claridad cuando la documentación permite conocer sus aspectos reales, al
margen de los estereotipos etnográficos antiguos.
Hay varios canales documentales nos proporcionan datos de los Martu. El primero es el onomástico, que nos
revela las características lingüísticas y las propiamente onomásticas. También nos revela, dentro de ciertos
límites, algunas características de la organización tribal, en especial las relaciones de parentesco y de la
religiosidad. El segundo canal documental con las noticias que aparecen en textos administrativos e
históricos de la parte sedentaria. En los administrativos aparecen unos Martu que realizan intercambios con
los habitantes de las ciudades. Sobre todo, pastores y tropas mercenarias, pero también portadores de sus
productos artesanales, sobre todo objetos de metal y curtidos.
Así, la oleada amorrita, en sucesivas etapas y con tendencia a una disipación progresiva, ocupa primero toda
Palestina, luego el norte de Siria y la Alta Mesopotamia, y acaba extendiéndose y perdiendo fuerza en la
Baja Mesopotamia. La llegada de los amorritas supone una quiebra política y cultural que permite la
ascensión del elemento acadio, su implantación definitiva como la lengua escrita, relegando al sumerio a un
papel de lengua culta y de tradición religiosa y literaria. La vieja simbiosis sumerio acadia es reemplazada
por la nueva simbiosis acadioamorrita.

Anatolia e Irán: La Cuestión Indoeuropea


En Anatolia, pese a la diversidad de situaciones regionales, hacia 2300 se produce una fractura cultural, con
una impresionante serie de destrucciones, que suelen ir seguidas de abandonos generalizados y una fuerte
reducción del esquema de asentamientos que había caracterizado a la fase anterior. Una segunda fractura, en
torno a 2000, marca el comienzo de las culturas del Bronce Medio. Durante toda la fase son objeto de
especial atención los nuevos tipos de cerámica que aparecen en el oeste y el este, y las sepulturas de túmulo,
muy ricas y con productos de una metalurgia avanzada.
Los procesos que tienen lugar en las estepas siro arábigas y en las tierras altas anatólicas, pese a su
separación geográfica y sus diferencias ecológicas, son significativamente paralelos en el tiempo, y poseen
aspectos análogos, como la crisis de la urbanización y la penetración de elementos nómadas.
Al este de la meseta anatólicas que habían permanecido casi al margen de la cultura urbana del Bronce
Antiguo, se produce un fenómeno complementario del anatólicos, la difusión hacia el exterior de elementos
culturales, como los tipos de cerámica hecha a mano con el característico engobe rojinegro o negro
pulimentado, y las citadas sepulturas de túmulo con ricos ajuares metálicos.
Generalidad y Variedad de la Crisis
El hecho central de las tres siglos finales del III milenio es la crisis de las grandes culturas urbanas del
Bronce Antiguo. Al parecer el colapso se debe sobre todo a dinámicas internas: exceso de explotación del
territorio, exceso de concentración urbana y palatina de los recursos, e inmovilización de los mismos con
fines de prestigio, en un esfuerzo que, a la larga, lleva al citado colapso. La crisis afecta sobre todo a las
zonas cuya urbanización no puede contar fácilmente con excedentes de alimento. En cambio, la llanura
mesopotámica se libra de la crisis, e incluso trata de protegerse de ella encerrándose en sí misma.
La crisis final del bronce antiguo provoca la decadencia de pueblos que no son elamitas ni indoeuropeos,
situados geográficamente entre los dos grandes grupos en vías de expansión. Estos pueblos habían estado
vinculados a algunas de las grandes culturas del Bronce Antiguo: sumerios en la Baja Mesopotamia,
elamitas en el sur de Irán, hurritas en la Alta Mesopotamia y prehititas en Anatolia central. Estos grupos
lingüísticos, ya minoritarios y en vías de absorción, desaparecen en algunos casos, y en otros se mantienen
durante todo el II milenio.

Capítulo 11: El Periodo Intermedio de Isin y Larsa

Los Estados Provinciales: Demografía y Economía


La moderna historiografía reconstruye el paso de la tercera Dinastía de Ur al periodo de Isin y Larsa bajo el
signo del cambio. A primera vista los elementos de ruptura son evidentes: una desintegración de la unidad
política a la que se ha llamado, emulando la terminología egiptológica, “Segundo Periodo Intermedio de
Babilonia”; un cambio lingüístico, con sustitución del sumerio por el acadio; y una alteración de la
composición étnica, con la incorporación de los amorritas. Se trató de conjurar una continuidad impuesta,
ideológica, sobre todo por parte de los reyes de Isin, que pretendieron presentarse como herederos de Ur,
asumieron su deificación, sus títulos, y sus ambiciones, y elaboraron listas reales en las que aparecían como
directos sucesores suyos.
La población total y la relación ciudad/aldeas permanecen estables. Los reyes siguen desplegando una
intensa actividad edificadora, con murallas palacios, templos y sistemas de canales. Incluso ay un
incremento del interés urbanísticos por parte de los monarcas locales, con respecto a la actuación de los
reyes de Ur en las ciudades de provincias. Por último, hay una clara continuidad en los tipos urbanísticos y
arquitectónicos, tanto en los templos y los palacios reales como en las viviendas familiares.
Bajo el reinado de Ibbi-Sin disminuye el control sobre las provincias, y proliferan las ciudades con
autonomía política. No es una vuelta al viejo no es una vuelta al viajo sistema provincial, pero en cualquier
caso aparecen media docena de estados independientes que compiten entre sí. Isin recoge una parte
importante de la herencia de Ur, pero más al sur Larsa y Uruk son independientes. Al norte se independiza
babilonia, que poco a poco se anexiona otras ciudades, en principio autónomas, entre las que destaca Kish.
Las ciudades que habían sido guardianas de la frontera del Imperio de Ur, Susa al este, Assur al norte y Mari
al noroeste, se consolidan como formaciones políticas más o menos influyentes en la baja Mesopotamia.
La principal estructura de las ciudades es el palacio, sigue habiendo templos con las mismas dimensión, que
conservan su función de células administrativas descentralizadas, y los reyes siguen alardeando de las
restauraciones y ampliaciones de los santuarios ciudadanos más prestigiosos, a lo que se añade ahora un
creciente sentimiento de identificación estatal con el templo de la capital, que ya no está subordinado a los
reyes de Ur, como en el periodo anterior. Las rivalidades entre centros políticos que aspiran al predominio
hacen que el papel religioso y ceremonial central se desplace a las capitales que toman el poder, hasta pasar
definitivamente a Babilonia.
En el periodo de Isin-Larsa el comercio privado también recibe un nuevo impulso. El hecho más importante
es que existe la posibilidad de unir en el mismo circuito segmentos típicamente palatinos y otros típicamente
privados. El comercio consiste en exportar tejidos a Dilmun y de vez en cuando plata y algún otro producto
como aceite de sésamo y pieles, e importar lingotes de cobre de Magan, llevados a Dolmen por mercaderes
orientales.
El Marco Político: Pluralismo y Hegemonías
La Dinastía de Isin pretende asumir el papel de heredera directa del Imperio tras el saqueo de Ur por los
elamitas. Isin es el que en un principio hereda la parte principal del Imperio, limitada a su núcleo interno,
dado que la periferia ya era independiente. El tercer sucesor de Ishbi-Erra es el primero de la seria de reyes
paleo babilonios que declara haber establecido justicia en el país, terminología que alude a las amnistías
fiscales y es un elemento central en la ideología social del periodo.
Mientras el reino de Isin pasa inexorablemente de heredero del Imperio de Ur a pequeño reino ciudadano, el
de Larsa sigue una trayectoria opuesta. Al principio había sido una ciudad-estado situada entre las
posesiones meridionales de Isin y la siempre amenazadora vecindad de Elam.
En el país de Akkad, tras la caída del Imperio de Ur, el viejo y prestigioso Kish había recuperado una
independencia que le había sido arrebatada durante mucho tiempo, primero por Akkad y luego por Ur. Pero,
además de Kish, muchas otras ciudades del norte, como Kazallu, Sippar o Babilonia, lograron una
autonomía más o menos duradera.
En cambio, en el mundo de la periferia hay unos horizontes y una movilidad bien distintos. Al menor peso
de la tradición política ciudadana se suma el elemento amorrita, que aún conserva algo de sus orígenes en
los amplios espacios pastorales de la zona dismórfica.

La Evolución Social y Jurídica


Con el paso del mundo Neosumerio al Paleobabilónico la evolución de las relaciones sociales sufre una
aceleración, debido, al parecer, a la entrada en escena de los amorritas.
Este factor favorece la proliferación de unos fenómenos de evolución interna, resultado de la interacción
entre el sector familiar y el palatino. Estos dos sectores subsisten en estrecho contacto y con frecuentes
transfusiones en ambas direcciones.
Si bien el paso de un puesto de trabajo de padres a hijos no crea especiales problemas al palacio, a la larga
puede hacer que las categorías de dependientes del templo o palacio se conviertan en castas cerradas, cuyos
miembros, impidiendo el acceso de extraños para hacerse con el monopolio tecnológico, pueden tratar con la
administración central desde una posición de fuerza, exigiendo condiciones más ventajosas y reforzando
cada vez más su autonomía.
En el sector de la propiedad familiar se producen dos fenómenos paralelos. La ampliación de la esfera
familiar tiene un origen extraeconómico, al menor en parte. Está relacionada con la llegada de los amorritas,
el desplazamiento hacia el norte del centro de gravedad mesopotámico, y el incremento de las asignaciones
de parcelas a nuevas categorías de dependientes públicos, sobre todo en el sector militar.
El segundo fenómeno tiene que ver con la gestión y la transmisión de la propiedad en el ámbito de la
familia, y es un fenómeno de evolución interna del sistema socioeconómico. La vieja familia extensa e
indivisa está en crisis, y hay una autonomía cada vez mayor del núcleo familiar, que desde siempre ha sido
la célula básica de la explotación de la tierra, y ahora también lo es de la relación de propiedad.
La parte menos empobrecida de la población campesina no propietaria, que puede pagar el canon y trabajar
las tierras por su cuenta, tiene el recurso de la aparcería. Para los núcleos familiares más pobres y
disgregados existe el recurso del trabajo asalariado, una forma de relación agraria implantada en las grandes
propiedades privadas, y sobre todo en las públicas. Un organismo administrativo real recauda impuestos de
los terratenientes, efectúa los cálculos y organiza los trabajos, contrata a los obreros, que pueden ser muy
numerosos y les remunera con salarios.

La Realeza Paleobabilónica
La realeza Paleobabilonica utiliza recursos que ya eran propios de la edad Neosumeria, pero introduciendo
nuevos acentos y matices. La función real se expresa ante la sociedad por medio de unos instrumentos
ideológicos tradicionales: los himnos reales, las inscripciones celebrativas, los códigos y los decretos de
amnistía tiene un claro origen Neosumerio, lo mismo que la práctica de la deificación, que persiste sobre
todo en el sur, aunque limitada a algunos reyes más prestigiosos u osados.
El rey Neosumerio se presentaba a si mimo como un buen administrador, el rey Paleobabilónico aparece
más bien como el buen pastor de su pueblo. De esta forma, no solo adopta una imaginería pastoral de cara a
la nueva población amorrita, sino sobre todo una actitud de desvelo y preocupación por las necesidades de
las capas más pobres de la población, vista como un rebaño que sin la guía y las atenciones del pastor no
sería capaz de sobrevivir.
El rey aparece con una imagen paternalista: padre y madre de los huérfanos, sostén de la viuda, es el que
devuelve el hijo a su madre, la libertad a los esclavizados, el que perdona las deudas, y en general el que
restituye el equilibrio natural al orden social. El principal instrumento de esta política es el edicto de
remisión de las deudas y la consiguiente liberación de los deudores reducidos a servidumbre. El poder
carece de instrumentos adecuados para incidir sobre las causas de la disfunción socioeconómica, y lo único
que puede hacer es incidir sobre las consecuencias.
El rey se presenta como justo con una formulación más orgánica, mediante la publicación de un código de
leyes, siguiendo una tradición inaugurada por Ur-Nammu de Ur, que en ese momento estaba más extendida.
Tanto en el código de Ur-Namm como en el de Eshnunna se incluye una tabla de precios. Estos precios
justos pueden haber influido en las transacciones económicas. El rey interviene entonces restableciendo el
sistema de precios justos y procurando que sean también corrientes.

La Cultura Paleobabilónica
En el periodo Paleobabilónico la escuela sigue siendo el centro impulsor de la cultura mesopotámica. Muy
conservadora, sigue trasmitiendo los mismos instrumentos de trabajo y puntos de referencia y concebidos en
el III milenio. La escuela tiene que ser consciente de los nuevos problemas, el más importante d los cuales es
el paso definitivo del sumerio al acadio como lengua escrita.
Los escribas, en vistas de la muerte del sumerio como lengua hablada, se las ingeniaban para recuperar y
traducir el patrimonio cultural sumerio. Se hacían traducciones, se recopilaban y escribían las grandes obras
de la literatura sumeria, pero era imprescindible para todo escriba que se precie.
Si los periodos acadio y Neosumerio se había caracterizado por el concepto de fundación mítica de lo
existente, el periodo neobabilonico desarrolla el concepto de fundación histórica. Se puede aventurar la
hipótesis de que este desarrollo es más o menos paralelo a la generalización de la transmisión hereditaria, y
también financiera, de los medios de producción, que requiere una demostración histórica de los derechos de
propiedad. Este interés historiográfico produce tres bloques principales de resultados. El primero son las
listas reales, con dos ramas que difieren entre sí. Hay una rama sumeria, expresión de las concepciones
tradicionales y meridionales, representada por la lista real sumeria. Establece una línea única para la realeza,
legitimando así la herencia imperial de Isin. Hay otra rama que podríamos llamar amorrita, que busca los
orígenes de las nuevas monarquías en unas listas de antepasados tribales más o menos legendarios. El
segundo bloque son las colecciones historiográficas de las inscripciones de los reyes de Akkad y Ur III, y de
las cartas reales de Ur III. El tercer bloque, que en parte procede del segundo, es la literatura
pseudohistorica.
Dentro del periodo Paleobabilónico comienza la práctica adivinatoria más extendida eran los presagios. El
esquema del presagio (si… entonces…) se convierte en algo típico de la cultura mesopotámica.

Capítulo 12: El Estado y el Comercio Paleoasirio

Origen y Estructura del Estado Asirio.


El estado asirio tiene un origen de carácter tribal y nómada. Los primeros reyes vivían entiendas, después
hay una secuencia inversa (de hijos a padres) de reyes que eran padres/antepasados.
El fértil triángulo de Asiria está comprendido por el Zab superior y el Tigris, cuya ciudad principal es
Nínive, y la ciudad de Assur que da nombre a Asiria, pero se halla descentrada y aislada bastante más al sur,
son distintos por ecología e historia. El triángulo de Asiria es una zona de poblamiento antiguo y bien
urbanizado, ya que puede contar con suficiente pluviosidad y muchas tierras de cultivo. Posee una población
local de origen hurrita o subarteo. Assur es una ciudad asilada, sin un extenso país interior agrícola situada
en una zona árida, y debe su importancia a su posición fluvial.
Si Nínive y el triángulo asirio tenían vocación agrícola y un intenso poblamiento, Assur poseía vocación
puramente comercial.
La unión política de la ciudad de Assur con el rico triangulo asirio revela el interés que tuvieron las
formaciones imperiales mesopotámicas por esta región. Primero fue el interés acadio por el control de las
redes comerciales periféricas. Luego el proyecto de la III Dinastía de Ur de convertir a los ensi de Assur, en
instrumentos eficaces para controlar las tierras de Subartu.
Luego de algunos reinados, Asiria se halla inmersa en una red comercial que abarca dese la alta
Mesopotamia hasta el suroeste y el centro de Anatolia, documentada por los textos hallados en algunas
localidades anatólicas y sobre todo en el principal punto de apoyo de los mercaderes asirios, el karum, que
se alzaba a las puertas de la ciudad de Kanish, en Capadocia.

El Comercio Paleoasirio
El comercio Paleoasirio se desarrolló en Anatolia con formas complejas y un volumen impresionante, y está
documentado detalladamente por miles de tablillas encontradas en Kanish. El comercio entre Assur y
Kanish es una ocasión única para conocer las modalidades y los fines del comercio a larga distancia, sin que
necesariamente se trate de un caso único.
La intensidad y el volumen del comercio llevo a la superación de la fase de simple ir y venir de caravanas,
pasando a la presencia fija de mercaderes asirios en Kanish y las otras ciudades anatólicas.
El karum (literalmente puerto) es una organización y un asentamiento situado en el exterior de la ciudad
indígena anatólicas. El karum tiene su propia organización y una función reconocida tanto por la ciudad de
Assur como por el reino indígena. Función de garantías de operaciones, y judicial en los pleitos comerciales
entre mercaderes o entre estos y los indígenas. Por último, función de compensación financiera por el pago
de las tasa.
El comercio Paleoasirio en Anatolia es muy claro y sencillo: los asirios exportan a Anatolia tejidos y estaño
a cambio de plata, es decir, lo que hoy llamaríamos dinero constante. Por lao general las ganancias son
reinvertidas en las mismas mercancías para continuar el ciclo.

Los Estados Anatolios


El sistema colonial asirio en Anatolia consta de diez colonias principales y otras diez menores, todas ellas
relacionadas con ciudades indígenas y concentradas en tres zonas: en torno al Éufrates medio y alto, la
llanura de Konya y la curva de Hayls y su valle desde el curso alto hasta la desembocadura. Las
características geográficas de Anatolia llevan a que las ciudades-estado (y por lo tanto colonias Asirias) se
ubiquen en zonas reducidas, en los valles y llanos entre las montañas. Son ciudades de diferentes tamaños y
rangos, independientes entres si, aunque las más pequeñas dependen de las más grandes. En cada ciudad hay
un palacio. Además de aparecer reyes, hay algunos funcionarios indígenas como el “jefe de la ciudadela”,
sobre todo en los sectores que están en relación al comercio. El estatus político de los reyes políticos era de
independencia plena de Asiria.
Los asirios y los anatólicos permanecen separados, pero sus vínculos son estrechos: hay datos de
matrimonios mixtos, y las casas de los mercaderes no se diferencian de las indígenas en la cultura material
ni en los elementos de construcción.

Capítulo 13: La Edad de Mari

Tribus y Palacios en el Éufrates Medio


La función de Mari era como puesto avanzado, y paso obligado entre Mesopotamia y el noreste de Siria. En
la región coexistían en estrecho contacto y se entrecruzan los dos elementos, nómadas y sedentarios, cuyos
puntos de referencia organizativos y políticos son respectivamente la tribu y el palacio. Las relaciones entre
estos dos elementos se analizan en términos de instalación anterior o posterior, de movilidad o estabilidad,
de agresividad o defensa. Ambas formas económico-organizativas se desarrollaron a la par y con influencias
reciprocas, y si la evolución de las estructuras palatinas se puede historizar con más facilidad, el elemento
tribal también su evolución, en parte como respuesta al desarrollo de los palacios. Ambas economías son
productivas, ambas necesitan al otro, e inevitablemente tropiezan la una con la otra en la utilización del
mismo espacio. Hay una agresividad de los nómadas hacia los palacios, pero también una agresividad de los
palacios que tratan de someter a las tribus de pastores.
Durante el bronce medio las tribus de pastores del Éufrates medio y el valle del Khabur hablan la lengua
amorrita, un elemento relativamente nuevo superpuesto al estrato acadio-eblaíta de unos pueblos que
practicaban unas formas económicas similares, basadas en el pastoreo trashumante de cabras y ovejas, y en
la agricultura. El ciclo agrícola se combina bien con el pastoral, porque los principales cultivos son
invernales, y antes del verano dejan espacio para que vuelvan los rebaños. Las tribus y grupos gentilicios
menores tienen sus jefes, designados con términos ajenos al acadio y al organigrama palatino. Se trata de
jefes gentilicios que destacan como caudillos militares y representantes políticos ante el palacio. Los
palacios forman el otro polo. A lo largo de los cursos de agua hay una red de ciudades amuralladas con
templos y palacios, distanciadas entre sí y jerarquizadas. Algunas tienen rey, mientras que las demás son
meros centros administrativos, capitales provinciales. La economía de los palacios se basa, en parte, en la
agricultura practicada en valles de regadío, que son pequeños pero suficientes para abastecer palacios
pequeños y distanciados. Además, se basa en la actividad ganadera de las tribus, y en el comercio de esta
zona. Las tierras del palacio no son tantas como en el resto de Mesopotamia, por lo que no tiene tanto poder.
La situación es advertida, y se agrava cuando bajo el reinado de Shamshi-Adad, busca que los palacios
“viejos” contribuyan con su fuerza de trabajo. Otro factor de crisis son las constantes guerras expansionistas
de Mari, Eshnunna, Asiria y Babilonia.
Hay en el territorio una coexistencia de dos sistemas económicos y políticos, por un lado la tribu, que está
caracterizada por un ritmo lento, tecnologías tradicionales, pocos excedentes, pero bastante protegidas de las
crisis, y por otro lado el palacio, que tiene un ritmo más frenético, hay una explotación máxima, sobre
explotación de las tecnologías y mano de obra con el fin de producir excedente, y hay artesanos de lujo,
debido a todo esto son propensos a las crisis cuando no hay condiciones favorables. La economía del
Éufrates no resiste este esfuerzo creciente, esto va a afectar a todos los palacios.

Shamshi-Adad
En la Alta Mesopotamia, donde hasta finales del siglo XIX se produce un intenso fraccionamiento, surgen
varias iniciativas de conquista y expansión que desembocan en una breve unificación con Shamshi-Adad. En
estas iniciativas de unificación se advierte una evidente movilidad e improvisación, propias de los jefes
amorritas, dotados de una apreciación de los grandes espacios libres que les diferencia de los dinastas
ciudadanos sumerios y acadios, vinculados al control de un espacio agrícola y administrativo preciso y
limitado.
Shamshi-Adad va a conquistar Mari, e instala a su hijo (Yasmakh-Addu) ahí. Administrativamente no hay
cambios, pero el haber sometido a Mari es un hecho importante. Las relaciones y exigencias del rey asirio
sobre Mari van a llevar a gran tensión entre padre e hijo. Shamshi-Adad tiene mucho empeño político y
militar, en el ámbito ideológico asume los títulos de “Rey Fuerte” y “Rey de Akkad”. Así mismo va a
trasladar cierta influencia babilónica a Asiria.

La Edad de Mari: Guerras, Alianzas, Comercio


Los últimos años de Shamsshi-Adad son difíciles, va a tener que afrontar ataques desde el este y el oeste,
teniendo en contra hasta a s hijo que hacía alianzas con los otros reinos. Los ejércitos de Eshnunna van a
llegar a su territorio, y esta guerra termina con acuerdos de paz, que Shamshi no va a respetar, pero acabaría
perdiendo. Ishme-Dagan conserva Asiria, y en el trono de Mari asume Zimri-Lim, entre estos dos se van a
disputar el control de la franja intermedia y del “país alto”, que es indispensable para la economía de Mari,
para Asiria el control de ese territorio es comercial. Zimri-Lim gana, y asilan a Asiria de la Alta
Mesopotamia y del comercio anatólicos, y a su vez Mari extiende su influencia. Los pequeños estados de la
alta Mesopotamia conservan su autonomía, pero se vinculan con Mari. Todo esto se ve reforzado por
diferentes matrimonios de las hijas de Zimri-Lim. El resurgimiento de Mari llevara a la estabilización de dos
grandes frentes políticos: por un lado, el frente del Éufrates formado por Yamkhad, Mari, Babilonia y Larsa,
y por otro, el frente del Tigris con Asiria, Eshnunna y Elam.
Yamkhad y el Bronce Medio Sirio
La nueva cultura “paleosiria” del Broce Medio es más sólida y está más arraigada en el conjunto de la
población. Surgen diversas ciudades amuralladas. Fuera de las ciudades amuralladas, las aldeas conservan la
estructura de comunidades autogobernadas. El rey está instalado en la capital que es una ciudad amurallada.
Los templos van a ser sencillos y solo para el culto, los palacios, por otro lado, van a ser complejos e
incluyen almacenes, salas de trabajo, etc., son los centros impulsores de la cultura paleosiria. La cultura
paleosiria posee puntos de contacto con la mesopotámica.
En el terreno político, desde hace tiempo que ha desaparecido la hegemonía de Ebla y se ha regenerado el
tejido de las ciudades-estado.
Con la generación de Zimri-Lim empieza en Mari una época más tranquila. Hay una estabilización de la
situación política y la llegada al trono de Hammurabi inaugura un periodo de paz y relaciones comerciales
normales. Posteriormente cuando Hammurabi acabe con el Reino de Mari, su vecino Yamkhad gozara de
una situación más tranquila al convertirse en potencia hegemónica en la Alta Siria.

Los Hicsos y el Bronce Medio Palestino


La presencia del Imperio Medio Egipcio en Palestina y Siria meridional y costera no es tan grande, aunque
se han encontrado diversos indicios de su presencia en esta región. Sobre la presencia egipcia en Asia, en los
siglos XIX y XVIII, se creía que podían ser formas de explotación “imperial”, pero eran lazos comerciales.
Biblos fue la ciudad que más estuvo en contacto con Egipto. Los cambios en la relación de Egipto con esta
región van a estar influenciados por el fin de un Egipto unificado, y el inicio del Segundo Periodo
Intermedio. El comercio sigue igual de intenso, pero va a haber una penetración de tribus asiáticas en
Egipto, sobre todo en el Delta. Se va a difundir de esta manera la cultura de Egipto en la región, así como
Egipto va a ser influida por la cultura mesopotámica. Después de este máximo de penetración asiática
vendrá una brusca inversión de las relaciones y el comienzo de la política “imperial” del Imperio Nuevo
egipcio en Asia.

Los Amorreos y el Imperio Babilónico

VERDERAME, Lorenzo, 2013, ¿Un pueblo imaginario? La creación de la identidad amorrea en los
estudios asiriológicos. En Di Bennardis, C., Ravenna, E. y Milevski, I. (eds.). Diversidad de
formaciones políticas en Mesopotamia y el Cercano Oriente. Organización interna y relaciones
interregionales en la Edad del Bronce, Universidad de Barcelona, Barcelona, pp. 41-55.

Los Amorreos: ¿Realidad o Construcción “Histórica”?


Según la historiografía tradicional, los amorreos habrían sido un pueblo o una etnia nómada o seminómada,
que proviene de la estepa siria, y habría penetrado en Mesopotamia a caballo a fines del III milenio e inicio
del II milenio, consiguiendo hacerse con el poder en la crisis de la Segunda Urbanización, que en la Baja
Mesopotamia llevo a la disolución del estado Neosumerio y a la fragmentación del área en ciudades-estado
gobernadas por jefes amorreos.
El conjunto de las definiciones depende de la perspectiva y los datos elegidos por el estudioso, aun así, los
planteamientos en la mayoría de las reconstrucciones se mantienen, y los amorreos figuran como un grupo
definido, identificado e identificable (semi)nómada que penetra en Mesopotamia, con frecuencia mediante
acciones violentas.
Las Fuentes
Las únicas fuentes para trazar una “historia amorrea” son las referencias presentes en las diferentes
tipologías de textos producidos por los escribas mesopotámicos.

Conclusiones
Todas las construcciones de la identidad amorrea en el III milenio se basan en la idea de la transmisión
inmutable de un único termino a lo largo de casi un milenio. El termino mar-tu ha sido acríticamente tomado
como un distintivo étnico. Las descripciones de mar-tu en los textos literarios se han tomado como realidad
histórica, a pesar de su documentación tardía y circunscrita a un único periodo.
Del análisis de las referencias resulta claro que, si en verdad existe una “identidad” o un grupo social, no se
trataría de un grupo que se autodefine como tal, sino de una categoría determinada desde el exterior, ya que
son los Mesopotámicos los que crean tanto el termino como la definición de mar-tu, siendo estas, variables
que se adaptan a los puntos de vista del observador (los mesopotámicos). Las referencias nos muestran los
diferentes usos de mar-tu según el periodo y el tipo de documentación. Deberíamos entonces preguntarnos
quienes eran para los Mesopotámicos estos mar-tu, por lo que los mar-tu están presentes únicamente en su
concepción del mundo y sus documentos. No estaríamos hablando, por tanto, de identidad, sino de la
creación y definición del “otro” o de los “otros” por parte de una comunidad que no desea crear identidades,
sino negarlas.

Liverani, Mario, 1995, El Antiguo Oriente. Historia, Sociedad y Economía, Crítica, Barcelona,
capítulo 10 (Ta arriba)

Legislación Mesopotámica

LAFONT, Sophie, 2008 “Il periodo paleobabilonese: diritto di proprietà, testamenti e vendite di
terre” en LIVERANI, M. y C. MORA (ed.) I diritti nel mondo cuneiforme (Mesopotamia e regioni
adiacenti, ca.2500 - 500 a.C.), Pavia, pp. 209-245 (traducción)

El Periodo Paleobabilónico: Derechos de Propiedad, Testamentos y Ventas de Tierras

Es difícil definir la propiedad en las fuentes cuneiformes, ya que no hay términos acadios ni términos
sumerios que designen el concepto de propiedad. La incertidumbre sobre el concepto de propiedad se refleja
en el estatuto de los bienes inmuebles. Para los bienes muebles, la cuestión es menos evidente, a cauda de la
asimilación natural entre posesión y propiedad. El caso del esclavo es mas delicado, por que no todos los
esclavos son tratados como objeto. El vinculo por deudas es condicional y temporario, y los derechos del
acreedor son limitados por la ley. El esclavo puede ser considerado como un bien mueble según el derecho
civil.
En la época Paleobabilonica hay problemas en la representación de la propiedad privada respecto del
patrimonio público, resulta difícil distinguir las superficies que dependen de la corona de aquellas que
constituyen la propiedad familiar independiente.
Las distintas restricciones tienen como objetivo impedir al titular de actuar libremente con el bien que le ha
sido concedido y recuerdan que el palacio tiene un tipo de dominio eminente sobre las tierras. El rey actúa
en calidad de señor eminente interesado en recuperar la tierra no ocupada. Así, el campo abandonado o libre
a cauda de la muerte del detentor retorna a la corona.
La tierra de servicio se convierte en parte integrante del patrimonio de su titular, hecho que es confirmado
mediante la transmisibilidad hereditaria de la tenencia. La trasmisión hereditaria es practicada y tolerada por
que resulta funcional a los intereses del rey.
La propiedad privada se ha formado a partir del modelo de las concesiones de tierras públicas, precarias de
origen, luego de manera duradera como patrimonio de los poseedores. La hipótesis de un proceso evolutivo
que va de un sistema puramente estatal a la emergencia de un sector privado, no esta confirmado por las
fuentes, que parecen mostrar un movimiento inverso.
La autora plantea que se debe renunciar a distinguir las diversas formas de pertenencia del suelo, ya que los
mesopotámicos no lo hacen, ya que incluso el termino propiedad son concepciones europeas continentales,
que evocan al modelo romano.
Así mismo el termino propietario es generalmente utilizado en singular, aunque existen casos de formas
colectivas de propiedad, publica o privada. La idea de propiedad individual es anacrónica.
SERI, Andrea (2011) Esclavas domésticas durante el período Paleobabilónico en L. Culbertson (ed.),
Slaves and Households in the Near East. Chicago: The Oriental Institute pp. 49-70. (no lo encontré)

Segundo Período Intermedio Egipcio

MORENO GARCIA, Juan Carlos, El segundo período intermedio, en JOSÉ MIGUEL PARRA
ORTIZ (coord.) EL ANTIGUO EGIPTO Sociedad, Economía, Política, Madrid, Marcial Pons. cap.
VI

Capítulo VI: El Segundo Periodo Intermedio


El final del Reino Medio es impreciso. Lo que se comienza a ver es el final de una monarquía unitaria, y
Egipto se divide en varios centros de poder, lo que llevara a diferentes enfrentamientos internos. Dejando de
lado las grandes inscripciones que aparecen de la época, y centrándonos en el textos administrativos o
vestigios arqueológicos, se ve una cierta continuidad en lo administrativo y la organización del reino durante
las primeras fases de ambos Periodos Intermedios, lo que complica aún más identificar el punto de quiebre.
El Segundo Periodo Intermedio tiende a ser contemplado como una época de cierta continuidad con el Reino
Medio, en cuanto a la presencia documentada de y continua de reyes.
(El autor critica que los historiadores y egiptólogos, de manera inconsciente, han aceptado que los factores
de cambio de la sociedad egipcia solo podían llegar del exterior y que la unidad es un rasgo propio de
Egipto, de tal forma que los periodos donde la fragmentación política es evidente solo pueden ser explicada,
según estos, por la intervención externa que interrumpe la “normalidad” de la historia del país. El autor se va
a diferenciar de estos clichés historiográficos, apoyándose en el estudio arqueológico, y nuevas
metodologías más sofisticadas, para descubrir una realidad variada y compleja)
El Final del Reino Medio
La XII Dinastía es considerada como el periodo clásico (por sus obras de literatura, el arte de gran calidad, y
la expansión a Nubia) de la cultura egipcia y una de sus más brillantes fases históricas, aunque es breve (200
Años), sobre todo en comparación con el Reino Nuevo y el Reino Antiguo. Tras esta fachada de esplendor,
el Reino Medio fue en realidad una época donde las tensiones estructurales que llevaron a la crisis del
Estado faraónico al final del Reino Antiguo solo fueron resultas en parte y de forma precaria, lo que
precipito la caída del Reino Medio. Tal es así que los faraones del R.M. no establecieron en Menfis la
capitalidad del Estado recién unificado, ni tampoco parecen haber sido capaces de asegurar un control
duradero del Delta oriental. Esto sumado a que les dieron menos importancia a los dioses, y a la
arquitectura, a diferencia del R.A. En el plano social, mientras la ideología oficial expresada en los
monumentos funerarios privados del Reino Antiguo llego a eclipsar por completo el papel de las familias
extensas, durante el Reino Medio, por el contrario, las estelas funerarias indican la existencia de complejas
redes de parentesco cuyo alcance llega mucho más allá de los miembros de la familia nuclear del difunto. Y
en la administración, los faraones del Reino Medio parecen haber perseguido la disolución de las bases de
poder de las grandes familias provinciales, que tanta importancia habían tenido en la historia de Egipto
desde comienzos de la VI dinastía. la forma en que lo hicieron fue integrarla en el aparato del Estado y en
diluir el papel del nomo como unidad administrativa en favor de unidades territoriales mucho mayores (las
Waret) o más reducidas, como la ciudad y su distrito inmediato, que aparecen como los núcleos básicos de la
organización administrativa en los títulos de los funcionarios o en las instituciones donde se menciona la
movilización de los trabajadores. Es así como una presencia más débil de las instituciones de la realeza en
provincias, auge de los templos como nuevos polos de poder, la multiplicación de niveles en la jerarquía
administrativa territorial, la cooptación de las grandes familias provinciales en el aparato del Estado y el
desarrollo de la corte, pudieron ser factores que llevaron a la multiplicación de micropoderes locales, y
debilitamiento de la cadena de transmisión de las ordenes reales y a una mayor importancia de las facciones
palatinas y de los intereses de las grandes familias del reino en la elaboración de la política real. Sin olvidar
los costes de una política exterior agresiva hacia Nubia y Levante, incluida la creación de una red de
fortalezas en el área de la segunda catarata del Nilo. Aun así, nada indica una ruptura traumática del país
durante la XIII Dinastía, donde los documentos y ordenes reales se siguieron aplicando con normalidad, y se
habla de una continuidad administrativa. Por otra parte, hay cambios que indican la fragilidad del estado tras
el PPI. Una cuestión es la enorme cantidad de faraones durante la XIII Dinastía. Se cree que un grupo de
importantes familias controló la realeza (no los visires como se creía), imponiendo miembros en el trono de
Egipto conforme a criterios políticos, pactos o luchas por el poder. Estos conflictos políticos no implicaron
un deterioro en la calidad de vida de la población. En cuanto a la administración y funcionamiento dentro
del estado había instituciones como la “kheneret”, que era un campo de trabajo, donde la mano de obra era
reclutada periódicamente por el estado para realizar diversas tareas. Además, parte de la mano de obra era
asignada a la condición de “ihuti”, y la mayor parte de estos eran asiáticos, quizás prisioneros de guerra.
Estos eran labradores obligados a entregar parte de su producción al Estado. En algunos casos estos eran de
una condición social elevada, en otros eran personas que se las empleaba forzosamente en las labores
agrícolas, incluso pudiendo ser comprados, vendidos, o transferidos por el estado a altos dignatarios del
reino como recompensa. Otra institución era el “kap”, era el lugar donde eran educados los príncipes e hijos
de los principales dignatarios del país, reforzando los vínculos entre los futuros soberanos. También se hace
mención a las parcelas entregadas a los sacerdotes como pago por sus servicios. Todo parece indicar que la
causa de la ruptura de la unidad no estaba en lo económico o administrativo del estado, sino que las razones
eran más de tipo político.
La Ruptura de la Unidad del País: El Auge de Tebas y de Avaris/Tell el-Daba
Se ha creído que el final del Reino Medio tuvo lugar cuando los faraones de la XIII Dinastía abandonaron
Itji-Tawy y establecieron en Tebas la capital del reino reducido al Alto Egipto, dando lugar así a la XVII
Dinasta, cuyos últimos representantes iniciarían la guerra que culminaría con la reunificación de Egipto y
con la fundación del Reino Nuevo. El final de la XIII Dinastía coincidiría con la aparición de nuevos focos
de poder político independiente de la autoridad de Itji-Tawy, tanto en el Delta como, en el Alto Egipto en
torno a Tebas, lo que precipitaría el final de la monarquía unitaria. Los diversos reyes tebanos aparecen, en
el SPI, como unos reyezuelos locales más, que con el paso del tiempo afirmarían su poder en el sur antes de
terminar enfrentados a reinos que controlan el Delta u el área menfita (con capital en Avaris/Tell el-Daba o
Hieracompolis Magna). La crisis del RM puede ser caracterizada como la implosión de un reino del que se
independizaron personajes que crearon bases territoriales efímeras. El reino tebano pudo contar con algunas
ventajas, como la presencia del templo dinástico de Amón de Karnak, con su potente papel legitimador,
además no existían rivales serios para la autoridad de los reyes de Tebas. En cuanto al origen de los Hyksos,
estos no aparecieron de la nada, o de una supuesta invasión desde Levante, sino que probablemente su
origen se remonte a poblaciones asiáticas asentadas en el Delta Oriental, donde eran especialistas al servicio
de la corona egipcia, parcialmente aculturados, que desempeñaban funciones muy precisas en la estructura
del Estado egipcio. Todo indica que el estado egipcio instalo en Avaris/Tell el-Daba especialistas asiáticos
en la guerra, la navegación y el trasporte y que desarrollaron una cultura propia que con el tiempo daría
lugar a la formación de una tradición nueva, una población que no era ni egipcia ni cananea. La crisis del
estado egipcio y de su administración centralizada a finales del RM afecto a la capacidad de la corona para
financiar y organizar los contactos comerciales con el exterior, de tal modo que las funciones de una parte de
la población de Avaris/Tell el Daba dejaron de tener razón de ser. Mas que considerar a los Hyksos como
invasores llegados de Egipto desde Levante, las excavaciones arqueológicas permiten proponer una
interpretación donde la particular composición étnica de Avaris termino por producir una población con una
cultura original y que terminara también por participar en la vida política del país mediante una nueva
entidad.
Los Templos, Nuevo Elemento Articulador del Reino Tebano
En el Reino Nuevo la importancia de los templos en la economía está a la par de lo que fueron los “Hwt” en
el Reino Antiguo y las “Kheneret” en el Reino Medio, que se encargaban de la organización del trabajo y la
producción en el valle del Nilo. El origen de esta situación, en donde los templos toman relevancia en el RN,
nace en el Segundo Periodo Intermedio, lo cual permite comprender el poder que tenían los reyes tebanos
para contar con los recursos necesarios para consolidar su reino y terminar conquistando el resto del país.
Los templos hacen su presencia en el escenario Egipto desde el predinástico, e incluso pudiendo haber
limitado el poder de la corona. Los lazos entre los templos, las elites locales y los faraones pudieron salir
reforzados durante los periodos de crisis del poder central, y la autonomía de los suntuarios también. Los
templos del Alto Egipto meridional aparecen como importantes centros de poder económico en el SPI, sin
que la monarquía haya podido refundar instituciones agrícolas como los hwt o las kheneret. El apoyo de los
templos fue fundamental para a consolidar la posición de los reyes tebanos en el Alto Egipto, la permitirles
acceder a los recursos u a las redes de poder controlados por las elites a su frente. Los soberanos por su parte
(ni lentos ni perezoso), contribuyeron a modelar las elites locales y los elementos al frente de los templos.
Horizontes Regionales: La Evidencia de la Cultura Material.
La disgregación territorial del estado egipcio durante el Segundo Periodo Intermedio obliga a investigador a
analizar Egipto en términos de regiones. Estas regiones son: El
Delta oriental más el área de Menfis y el Fayum, El Egipto Medio
hasta Siut, el Alto Egipto y la región de Asuán. Avaris/Tell el-Daba
se convirtió en el centro económico y administrativos del Delta
Oriental, como consecuencia de la consolidación de una nueva
unidad política, cuyos contactos con el resto de Egipto
disminuyeron en gran medida y donde las vías tradicionales de
suministro de materias primas quedaron interrumpidas. Esta
interrupción no se debe a enfrentamientos con los vecinos del sur,
nono del resultado de la menor sofisticación del sistema
administrativo en vigor en el Delta Oriental, limitado a Avaris y su
entorno inmediato. Durante el SPI se advierte una continuidad de
las estructuras administrativas del Reino Medio tardío hasta, al
menos, los comienzos de la XVII Dinastía en Tebas y la XIV
Dinastía o más tarde en el Delta. Así, los títulos que aparecen en las
fuentes (estelas), en el área tebana durante el final de la XIII
Dinastía y la XVII Dinastía son los de “Hijo del Rey”, los de
naturaleza militar y los relacionados con el visir, después, ya a
finales del Segundo Periodo Intermedio, se aprecian cambios en el
sur, coincidentes con la consolidación del reino Tebano. En el
Delta la situación es diferentes, las fuentes son escasas, y los títulos
predominantes al final del Segundo Periodo Intermedio son los de
“Tesorero” y “Escriba”. La desaparición de las designaciones
departamentales características de finales del Reino Medio dio
lugar a dos tradiciones distintas en el Delta y en el Sur, como
consecuencia de los reajustes y de las diferentes necesidades de
ambas zonas con motivo de las guerras que las enfrentaron y que
culminaría con el dominio de Tebas. En cuanto a la región menfita,
en el SPI, aparece un nuevo tipo de cerámica cuyos precedentes se
hallan en el Alto Egipto y no en Menfis, y remontan a la XIII
Dinastía. La cultura del Reino Medio de la ciudad evoluciono sin cambios importantes hasta el advenimiento
tebano, cuando aparece una nueva tipología cerámica coincidiendo con las guerras contra los Hyksos. Lo
llamativo es que a pesar de que esta zona formo parte del reino hykso, los soberanos no levantaron ninguna
estructura a pesar de su enorme importancia simbólica e ideológica. En el Egipto Medio, va a estar ligado a
lo que sucede en el resto del país, en el Reino Medio tendrán una clara influencia norteña, a comienzos del
SPI y de la XVIII Dinastía, la cerámica muestra afinidades con la producción local, y las influencias
norteñas desaparecen tras la XIII Dinastía, pero aparecen otras originadas en el Alto Egipto, región que
posee una fase cerámica propia.
El Reino de Tebas (XVII Dinastía)
Origen Tebano durante el SPI ha dado discusión. En principio se creía que la aparición de reyezuelos en el
Delta y la llegada de asiáticos en el Delta Oriental habrían agravado la crisis de autoridad de los Faraones
del Reino Medio, por lo que ellos decidieron abandonar Itji-Tawy para refugiarse en Tebas, donde habrían
inaugurado la XVII Dinastía, sucesora directa de la XIII Dinastía, y de la legitimidad Dinástica del Reino
Medio. Aunque esta teoría tradicional suena tentadora, hay varias inconsistencias, por eso diversos autores
plantean una transición más compleja espacial y temporalmente en las décadas finales del siglo XVIII A.C.
Los faraones de efímeros de finales de la XIII Dinastía están mal documentados, sobre todo en el Alto
Egipto. Sumado a esto está el hecho de haber sido incapaces de mantener el control administrativo sobre el
conjunto del país, pudo haber entonces varias dinastías locales rivales, una de las cuales pudo ser el reino
tebano, que coexistió unos años con los tebanos al sur y los Hyksos al norte. De esta forma, aunque el reino
rebano no fue el heredero de la XIII Dinastía, si existieron vínculos entre las elites dominantes de ambos
reinos.
El Reino de los Hyksos (XV Dinastía)
Las interpretaciones actuales tienden a abandonar la imagen tradicional de unos Hyksos considerados como
invasores extranjeros o de un Segundo Periodo Intermedio interpretado como una época de declive,
sometimiento y liberación “nacional” sucesivos. La crisis de la monarquía unitaria durante la XIII Dinastía
llevo, al parecer, a que Avaris/Tell el-Daba perdiera su razón de ser en ausencia de un poder central capaz de
organizar las expediciones o las campañas militares que empleaban a la población local. Ello pudo llevar a la
formación de unas elites independizadas del poder central. Es en este momento que se forma un estado
hykso. En este estado se produjo la consolidación y la normalización de una nueva cultura material que toma
elemento egipcios y levantinos. Los cementerios comenzaron a ser edificados en los tells, y se comenzó a
edificar capillas funerarias para los cultos clanicos. Aun así, se da un entorno multicultural. Aparecen nuevas
prácticas como las inhumaciones en las casas, que puede responder a un reforzamiento de la conciencia de
pertenencia a un grupo familiar amplio o podría indicar estatus. Las importaciones de cerámica indican una
reactivación del comercio y una reorientación del mismo. se difunde desde el levante hasta la baja Nubia un
nuevo tipo de jarrita. Con Palestina meridional, los contactos fueron importantes, donde se importaba Vino y
Aceite, y de donde se introdujo el caballo y el carro de guerra. Los reyes Hyksos asumieron solamente
ciertos aspectos de la ideología faraónica y los adaptaron a sus necesidades, del mismo modo que su
administración utilizo solo ciertos títulos de función heredados del Reino Medio, aunque continuo con el uso
de archivos. Los reyes Hyksos fueron incluidos en la lista de gobernantes de Egipto de el canon real de
Turín, aunque de forma significativa, ninguno tiene el título de “Rey del Alto y el Bajo Egipto”, tradicional
de la realeza egipcia. En cuanto a la organización territorial del Estado Hykso, poco se sabe más allá del
yacimiento de Avaris/Tell el-Daba. La zona de Wadi Tumilat constituyo una zona de paso hacia el Sinaí y
Levante, y en él se encontraron rastros de campamentos nómadas que indican el tránsito de poblaciones
entre Asia y el Valle del Nilo. Por otra parte, entre el Delta oriental Mapa de Egipto en el Segundo Periodo Intermedio
y el Alto Egipto hay escasos contactos.
El Inicio de las Guerras entre Tebanos e Hyksos
Cuando el conflicto inicio, ambos se hallaban en el cenit de su poder en sus ámbitos de gobierno respectivos,
con lo que, si recurrimos al contexto regional en que ambos se combatieron, nos hallaríamos ante un
episodio más de las luchas endémicas que enfrentaban entes si a los pequeños levantinos, y donde el control
de los accesos a rutas comerciales importantes pudo haber sido un motivo importante del inicio de las
hostilidades.
Todo parece indicar que la conquista exterior constituyo un pilar fundamental en la consolidación del papel
político de los faraones. La conquista pudo ser una vía interesante de ampliación de la base tributaria y de
los recursos propios de los soberanos tebanos. La conquista permita alcanzar una nueva estatura
internacional y participar de igual a igual en las complejas redes diplomáticas de la época, donde los
intercambios de regalos entre soberanos servían igualmente para precisar la condición de señor o de vasallo.
En estas condiciones, la alternancia de periodos de guerra y de paz era habitual ente los contendientes. De
ahí que las luchas ente Hyksos y Tebanos estén marcadas por la alternancia de periodos de conflicto y paz, y
que las guerras tengan más el aspecto de incursiones en busca de botín que de campañas sostenidas y
planificadas a largo plazo.
El Rey Sequenenre Taa, inicio la lucha contra los Hyksos, pero murió de forma violenta. Su sucesor fue
Kamose, los inicios de su reinado fueron pacíficos, pero a su victoria sobre Teti (un aliado de los Hyksos) en
Nefrusi le siguió la toma de Hardai, en Egipto Medio y una campaña contra Avaris, que termino con la
captura de un gran botín, y el repliegue hacia Egipto Medio. Su sucesor, Ahmose, continuo su campaña,
donde tomo Heliópolis y después la zona más oriental del Delta, antes de lanzarse a la conquista de Avaris.
Sus conquistas le permitieron dominar los circuitos comerciales que tenían los Hyksos, y la construcción de
su palacio. Con él se inicia el Reino Nuevo.

BOURRRIAU, JANINE, 2010, El segundo periodo intermedio (c, 1659 -1550 a.C.) en SHAW, Ian,
2010, Historia del Antiguo Egipto, Madrid, La Esfera de los Libros, Caps. 8, pp. 241 – 287

Capítulo 8: El Segundo Periodo Intermedio: Bourrriau, Janine

El Segundo Periodo Intermedio


Está definido por la división de Egipto, la fragmentación de la dos Tierras. El comienzo de caracterizo por el
abandono de la Resistencia de Lisht, y el establecimiento de la corte real y sede de gobierno en Tebas. El
final de este periodo llego con la conquista de los reyes Hyksos, Avaris en el delta oriental, a manos de
Ahmose perduró durante cuatrocientos años. En el trascurso de durante 6 generaciones tuvieron lugar
profundos cambios culturales y políticos; pero la desunión imperante en Egipto significo que se produjeron
de modos diferentes y a distintas velocidades en cada región.

El Territorio de Avaris
El término de Hyksos se utilizaba para mencionar a los “soberanos de países extranjeros” y se aplicó solo a
los gobernantes de los asiáticos, denoto una categoría inferior a lo de los reyes egipcio, mientras que los
habitantes de Siria- Palestina se los denomina “Aamu”. En Tell el Daba se han encontrado pruebas de que a
comienzos de la XIII ya existía allí la comunidad de asiáticos muy egipteolizados. El carácter no egipcio de
la comunidad se refleja por la disposición de las casas y por el hecho de que las tumbas estaban integrados a
la zona de los vivos más que un cementerio fuera de los asentamientos. El origen de estos asiáticos es muy
difícil de determinar porque su cultura, su ceremonia y la administración se regio por el modelo egipcio. Su
cultura no era estática y no tarda en desarrollarse, adquirir características nuevas y deshacerse de los
antiguos. La expansión inicial de Teel el Daba se vio frenado por una epidemia. Butok ha encontrado dos
fases comunes donde se enterraron muchos cuerpos sin ninguna ceremonia, por lo que a partir de allí el
patrón de asentamiento y cementerios sugiere una sociedad menos igualitaria que antes, haciendo así
evidente su relación con Amoris, la capital de los Hyksos. Se hace referencia al dios Seth, que demuestra
que su culto ya estaba establecido y que era el Dios local de Avaris del mismo modo que Amón era la
deidad titular de Tebas. Nehesy aparece en el grupo que se idéntica como la XIV Dinastía. Fue un alto
funcionario que durante escaso tiempo asumió categoría de Rey de Avaris. Tuvo el reinado de Soberhohep
IV (último rey de la dinastía XIII) es probable que la unidad de poco comenzara a romperse y un evidente
candidato a convertirse en un reinado independiente era la rica y poderosa ciudad de Avaris. La autoridad
del rey Nehesy se extendió por el delta oriental desde Tell el Muqdam hasta Teel el Habua. En Avaris se
conservaba la estructura burocrática egipcia. Según Bietak Nehesy encajo en la cronología relativo de Tell el
Daba, correspondiente a finales de la XIII dinastía. A partir de entonces ningún rey volvió a controlar todo
Egipto hasta la conquista de Avaris. La XIV y XV dinastía tenían su base en el delta oriental y su capital era
Avaris, mientras que las XVI y XVII estuvieron centrados en Tebas, en el Alto Egipto según Ryholt. Bietak
asocia el final de la fase Hyksos en Tell el Daba a la XV dinastía de Manetón, “gobernados extranjeros que
gobiernan 108 años”. Toda la documentación sugiere que la autoridad de esos soberanos era mucho mayor
que la de sus precedentes. Lo sucedieron de padre a hijo y el reinado de 40 años, al menos nos indica que
Avaris estaba gobernado por una autentica dinastía. El cenit del pecado Hyksos fue le reinado de Aauserra A
pesar de que los reyes tebanos lanzaran campaña contra él. Se aprecian signos de renacimiento consciente de
las tradiciones egipcias relativas a los escribas, indispensable para gobernar al modo egipcio. Como
fenómeno cultural los Hyksos han sido descriptos como peculiarmente egipcios. La riqueza de Avaris
procedió del comercio de Palestina, el levante y con Chipre. Comerciaban carros, caballos, barcos, madera,
oro, lapislázuli, plata, turquesa, bronce, aceite grasas, miel. El Avaris afirmaba ser rey del Alto y Bajo
Egipto.

Menfis: La Mansión de Ptah


Los reyes Hyksos, parecen seguir el modelo creado por los reyes de la XII dinastía para gobernar Nubia para
el cual probablemente sugiera que en las instituciones burocráticas y militares. Avaris, era la ciudad natal del
rey Hyksos, el centro de su poder, pero no había modo de gobernar Egipto desde el delta oriental controlar
Egipto significaba controlar el Nilo y todos los soberanos egipcios lo habían hecho desde el vértice del delta,
es decir, la región de Menfis. Nada indica que los reyes Hyksos construyeron monumentos funerarios según
la tradición menfita. La cultura de la comunidad de Menfis, revelado por la cerámica, la arquitectura
demótica lo tapones de barco con impresiones, objetos metálicos y cuentos, es por completo egipcio y
muestra una evolución cultural ininterrumpida desde la XII dinastía. En Menfis no se ofrecía interrupción
cultural desde mediado de la XII dinastía hasta el final del 2 periodo intermedio. En esta época la Residencia
aparece como el único lugar donde había artesanos, escribas y sacerdotes lectores capaces de realizar
imágenes diversas. Todo esto en la zona del Lisht. En todos los anales reales se hace referencia a la creación
de imágenes por parte de los reyes. Al romperse esta tradición cuando la residencia se abandonó y se
instalaron los lazos con Menfis. Se produjo la perdida y la tradición jeroglífica. Esto provocó que la escritura
de las fórmulas utilizados en las inscripciones funerarios cambia, ya que se estaban realizando bajo la
influencia de escribas entrenados en la escritura cursiva hierática mientras que las inscripciones habían sido
creadas por escribas específicamente entrenados en el grabado de inscripciones jeroglíficas en los
monumentos de piedras. En el cementerio de Maiyana, en el estado el oasis del Fayum, se encuentran pieles
de ovejas y el adorno del difunto con hojas y flores rasgos que no eran típicamente egipcios, lo que hace
suponer la existencia de corta vida de una comunidad extranjera diferente a la de Avaris. Unos 130 años
antes de la fase de trasmisión entre el final del 2 periodo intermedio y el comienzo de la XVIII dinastía, el
rey traslado la residencia desde Iytaluy y hacia Tebas.

Cusae: El Límite Entre el Nilo Egipcio y el Asiático


Cusae se encuentre al sur de Hermopolis que fue el centro de la administración de la zona durante el Reino
Medio. Parece que los Hyksos controlaban la ruta desde sako hasta Tumba, entre la 1era y la 2da catarata, lo
que le daba al rey Avaris acceso a aliados (los reyes de Kush) y al oro. A pesar del límite de Cusae, el
intercambio de bienes entre el bajo Egipto y Nubia continúo de forma regular a través de la ruta de los oasis.
Este contacto continuo hasta el comienzo de la XV dinastía Hyksos. Los cementerios de Deir Rifa y
Mostagedda, en orillas afueras del rio, pertenecen al mismo grupo cultural Nubia; pero las diferencias en el
ajuar funerario demuestran que Deir Rifa estaba en contacto con la región de Menfis, mientras que
Mostagedda estaba relacionado con el Alto Egipto los artefactos nubios de ambas localidades son lo bastante
similares como para sugerir que la diferencia entre ellos es de riqueza, categoría y de asociaciones
regionales, su localización sugiere que la regio de Cusae realmente actuó de frontera entre el Alto y el Bajo
Egipto.

Tebas; La Ciudad Meridional: La Aparición de la XVI y XVII Dinastía


Existieron 15 reyes de la Dinastía XVI, de los 5 rodearon su capital en el Alto Egipto. Neferhotep, que
gobernó Tebas, se describe así mismo como un rey victorioso, amado por un ejército, que derrota a los
rebeldes y reconcilia a las tierras extranjeras relevadas. El papel del rey como comandante del ejército se va
volviendo cada vez más importante. Neferhotep pudo haber luchado contra los Hyksos, sus vasallos egipcios
o contra soberanos rivales locales. Existen nueve reyes organizados a la XVIII dinastía. Se piensa que estos
reyes tebanos reconocieron al mismo tiempo que la XV Dinastía Hyksa. El final de la XVII dinastía se da al
fallecer Kamose en su 3er año de reinado. Los valores militares de la época quedan ilustrados por la
popularidad de títulos militares, lo que demuestran la reunión defensiva en torno al rey de una serie de
recursos militares y confirmaron la importancia de las milicias locales de las ciudades durante el resto del
2do periodo intermedio y la inestabilidad fue una característica del Alto Egipto. Tebas perdió contacto con
el Bajo Egipto y se les negó el acceso a los centros de enseñanza de escribas a Menfis. La cultura funeraria
de Tebas evolucionó y se hicieron sarcófagos de forma antropoide con un estilo burdo que hizo que ninguna
sea igual a otro, lo que delato la falta de formación en las rígidas convenciones del arte funerario de antaño.
Los reyes de finales de la dinastía y sus funcionarios gastaron su creciente riqueza en los objetos con los que
se enterraban, más que las tumbas propiamente dichas.

Elefantina y las Fuentes de las Cataratas:


Es posible que durante el punto más bajo del poder de los reyes tebanos Elefantina fuera gobernado de
forma independiente e incluso que los nubios llevaron incursiones contra la ciudad de vez en cuando. El
valor de la Baja Nubia se encuentra en sus entornos, abundantes en dioritas, granito y amatista, su acceso a
las minas de oro y cobre y su estratégica localización en términos de control del Nilo y las rutas del desierto.
En esta época ya existía la frontera entre Alto y el Bajo Egipto, de modo que los suministros procedentes de
bajo Egipto, de modo que lo que suministraba procedentes del Bajo Egipto solo pudieron haber llegado
mediante la ruta de los oasis, que sabemos que se utilizó durante el reinado de papi. A pesar de sus lazos con
el Bajo Egipto los habitantes de losas fuertes se debieron de sentir cada vez más aislada y vulnerables, de
modo que tuvieron que acomodarse al poder militar de la zona, que era del rey Bush. Entre Tebas y los
fuertes, el arco estaba abierto, pero solo si se pagaban impuestos al rey Bush los soberanos tebanos
terminaron por considera intolerable que la región de la cataratas estuvieron controlado por Kermes lo cual
convirtió la reconquista de las fuertes en algo esencial antes de poder dedicarse con seguridad a los Hyksos.

El Reino de Bush:
Rey de Bush= soberano con capital en karma.
La gente de terma no produjo documentos escritos. Su poder se ubica durante el 2do periodo intermedio
hasta que fue conquistado durante la XVIII dinastía. Hasta mediados de la XIII dinastía el rey de Kermo
comercio con los Egipto, comercio administrado mediante las fuertes de los cataratas. Eran criadores de
ganado y guerreros. Es posible que los nubios de Kerma fueran una federación de tribus de la cuales no
todos aceptan la autoridad del rey de Kerma ni la enemistas hacia los reyes tebanos, durante el 2 periodo
intermedio, el comercio floreció entre Karma y Tebas.

Avaris y Tebas en Guerras:


Los reyes tebanos se habían hecho con el dominio de su región, Kama se había recuperado Bue, por lo que
la ruta de oro quedaba para él, los nubios de Karma habían sido rechazadas al sur y la flota de combate
estaba preparada, guerra inminente duro como mínimo 30 años. La guerra no fue continua, eran campañas
cortas y los ejércitos pequeños. El primer enfrentamiento se da durante el reinado de Serenera Taha. En su
reinado se construyó en Deber el Vallar u palacio con un propósito puramente militar en el que coexistieron
egipcio y muchos nubios de Karma. Amaso sucedió a Serenera Taha. Su compaña estuvo lejos de resultar
definitiva y es claro que Avaris no fue atacado y Apipa se negó a entablar con él. Pero se sucedió, Ahmose,
once alas después, comenzó nuevamente a abrir camino hacia el norte. La estrategia de Ahmose fue dejar
Menfis apoderarse de Heliópolis y luego atacar Tello el Habua, lo que supuso cortar la vía de retirada de los
Hyksos por el norte de Sinaí hasta Palestina. y el siguiente movimiento fue atacar Avaris. Tras la victoria de
Ahmose, se produjo un éxodo masivo en Avaris. se sabe que las armas del alto Egipto estaban hechas de
bronce lo que dado ventajas a los tebanos. Los Hyksos introdujeron al caballo y el carro en Egipto.

La Reunificación de las Dos Tierras Durante el Reinado de Ahmose:


El saqueo de Avaris, fue solo el primer paso para asegurar la reunificación de Egipto. A la campaña de
Avaris, le sucedió una al sur de Palestina para conquistar Shoruhen restaurando Ahmose el control Egipcio.
Los últimos años de su reinado se caracterizaron por un enorme programa constructivo en los grandes
centros de cultos. En el periodo posterior al saqueo de Avaris, las fortificaciones y palacio Hyksos se
destruyeron y se construyeron otros similares. El reinado de Ahmose termino no mucho después de la
reconquista. Edificios quedaron sin terminar, pero la unificación trajo grande beneficios. Una riqueza y
habilidad crecientes en Tebas, demostrado en objetos presentes e los enterramientos y donaciones, objetos
que sugirieron unirse aun la XVIII Dinastía.

Hititas

Gurney, O., 1990, Los hititas, Laertes, Barcelona, pp. 72- 92

Texto: Gurney: El Estado y la Sociedad Hitita

El Rey
En los primeros tiempos la muerte de un rey causaba, en general, una crisis constitucional que el juicioso
monarca había tratado de evitar mediante la designación publica de sus sucesor. Esto ha sido interpretado
como un indicio de que la monarquía hitita fue, en sus orígenes, electiva. La inseguridad de la monarquía en
los primeros tiempos puede ser a causa de un conflicto entre los nobles, con sus derechos ancestrales y el
rey, en lucha por establecer el principio de sucesión hereditaria. Lo más plausible es que los reyes hititas se
hayan enfrentado a un sistema matrilineal.
La sucesión real fue por fin regulada por Telepini en el edicto, en el cual se proponía que el primer rey, seria
hijo de una esposa de primer rango, sino un príncipe de segunda rango, y en caso de que no hubiese
príncipe, se tomaría como rey al esposo de una hija de primer rango. Se cree que antes de este edicto el
reinado era víctima de crisis reiteradas, pero después de este hubo garantía de estabilidad, ya que los nobles
ambiciosos no volvieron a desafiar la autoridad del rey.
Los reyes del Viejo Reinado se autodenominaban a sí mismo “gran rey”, con la pretensión del rey hitita de
figurar entre los grandes potencias de la época. En el Imperio posterior Gran rey o tabarna, es reemplazado
por el título de Mi Sol, lo que seguramente se tomó de los reinos de Mitanni y Egipto. El rey hitita no fue
nunca divinizado en vida, pero había un culto instituido a los espíritus de los reyes pasados. El rey era
comandante supremo del ejército, la suprema autoridad judicial y el sumo sacerdote. Como jefe del estado,
era el responsable de todos los tratos diplomáticos con potencias extranjeros. Los deberes militares y
religiosos debía ejercerlos personalmente, pero los deberes judiciales podía delegarlos a subordinados. A
pesar de esto, hay casos en los que campañas militares se dejaban en manos de los generales porque el rey
tenía que estar presente en el espiral para celebrar algún festival.
Las actividades religiosas obligaban al rey a estar presente en todos los centros de culto del reino.
La reina
Heredaba su título solo a la muerte de su predecesora, ya que, mientras viviera la reina madre, la esposa del
monarca solo era la “esposa del rey”. Tenían una personalidad fuerte y poco amigable.

Clases Sociales:
Los parientes del rey, “la Gran Familia” gozaban de privilegios especiales de los cuales abusaban
constantemente, se les reservaban los puestos más altos del estado, como, por ejemplo, “jefe de la guardia
personal”, “jefe de los cortinarios”, jefe de los tesoreros y “jefe de los portadores de centro”.
Los departamentos palaciegos tenían su propia personal, a los cuales Telepinu se refiere como “artesanos,
coperos, guardia personal, cocineros, etc.” refiriéndose a todo el grupo como “pankus”, que puede significar
en este contexto, comunidad entera.
Telepinu ordenó que a futuro los pankus se asegurarse que quien cometieses un crimen, sufriese castigo en
su propia persona, así sea un dignatario de alto rango o el mismo rey. La nobleza fue y siguió siendo siempre
una clase aparte. Mucho de ellos parecen territorios conferidos por el rey y eran ellos quienes suministraban
los carros de combate al ejército hitita. La gente común, en su mayoría era campesina, y existía una clase de
artesanos que trabajaban en las ciudades, como los constructores, tejedores, ceramistas y herreros. Los
ciudadanos eran libres, pero podían ser llamados al trabajo forzado, y como mínimo las personas
pertenecientes al sector artesanal poseían parecían tierras y otros bienes. En cuanto a los sirvientes, el amo
tenía sobre estos derechos limitados, y se les imponen castigos que podían irruir la mutilación corporal en
caso de cometer faltar a pesar de estos, tenían derechos y deberes jurídicos propiedades.

El Gobierno
La organización civil tradicional del país era esencialmente parroquial: Todos las ciudades y comunidades
de valle tenían su propia consejo local de ancianos, los cuales se ocupaban de la administración local y de os
disputas. Solo los grandes centros religiosos dependían enteramente de los templos.
La administración de una provincia incluía deberes tales como los mantenimientos de caminos, edificios,
públicos y templo, el nombramiento de sacerdotes, la celebración de ceremonias religiosas y la
administración de justicia, pero este sistema se volvió imperante cuando el Imperio se expandió y se
empezaron a poner medio y nombrar gobernadores más permanentes e independientes vinculados al
soberano de tratado de lealtad.
Algunos reinos de siria y el Líbano, como los amuni, fueron atraídos hacia el Imperio hitita y se los
consideró reinos vasallos, ya que esos pequeños reinos se venían en posición precaria comparable con Hatti
y Egipto.
Esos nuevos “provincias “del Imperio tenían diferentes status, ya que aquellos en posiciones clave como
Alepo, fueron reservados, para príncipes reales que los gobernaban como vasallos de categorías intima. En
el otro extremo, estaban los “protectorados”, que eran reinos que habían gozado de un prestigio en una
época anterior y se consideraba a necesario conciliarse mediante una independencia similar.
La mayor parte de esos reinos sometidos eran gobernados por vasallos naturales del mismo país, pero que
pasaban a ser vasallos del gran señor hitita. A este se le daba libertad para gobernar su territorio, pero no
podían entablar relaciones con potencias extranjeras mi atraer a su corte a embajadores extranjeros.
Proporcionaba gente para el ejército hitita, debía devolver todos los refugiados de Hatti, pero no podía pedir
que Hatti devuelva los suyos. Como recompensa el rey hitita le garantizaba la protección necesaria contra
enemigos y la sucesión de sus herederos legítimos. Anualmente, el vasallo hacia entrega de un tributo que
reflejaba la relación de poder entre el señor y el vasallo. Los hititas, al desconfiar de la palabra del hombre,
recurrían a la ayuda de los dioses como testigos y guardianes del contrato por medio de juramento.

La Política Exterior
Fuera de sus fronteras, los hititas de los primeros tiempos solo veían enemigos. En el tiempo de
Shuppiluliuma, se había llegado a un alto grado de concentración bajo el control de tres grandes potencias:
Egipto, Babilonia y Mitanni. Esas potencias habían logrado una situación de equilibrio.
En los tratados entre dos grandes reyes, siempre existía igualdad y se establecía una relación de hermandad
que remarcaba la imposibilidad de guerrear entre ambos, y se proponían ayuda tanto ofensiva como
defensiva en caso de guerra. También comprometían a que, en caso de muerte de alguno de los 2 reyes, el
otro asegurase la correcta sucesión. También se propone la extradición de fugitivos. Los soberanos aliados
pueden establecer libremente relaciones diplomáticas con terceros.

Vida y Economía
La gente se dedicaba a la agricultura. El código de la Lery, es le principal fuente sobre la naturaleza de la
sociedad hitita, y este indica que imperaba aquí una economía agraria. Las principales cosechas eran la
cebada y la enconada usada para hacer pan, harina y cerveza. El vino era originario de Anatolia y era
intensamente explotado por los hititas. Había higos, manzanas, alboroques y vísperas, frutos, lino, cobre,
plomo, plata, bronce y hierro (dominaba técnicas algunos artesanos que vendían sus productos a alto
precios). El cobre era la principal exportación de los comerciantes asirios y la plata, que era en abundancia
se utilizaba para las monedas. Anatolia era la región con una gran explotación de minerales, los metales más
comunes en circulación eran el cobre y el bronce que se usaban con frecuencia para las armas y utensilios.
El medio de intercambio en todo oriente Próximo era la plata en barros o anillos y medida por el peso.
Explotaban sus metoles a cambio de tejidos y estaño mesiánicos.

LIVERANI, M. 2006, Mito y política en la historiografía del Próximo Oriente Antiguo, Bellaterra,
Barcelona, pág. 47 – 51. (TP 2)

Uruk: La Primera Comunidad Urbana En El Sur Mesopotámico

Introducción
El tema que nos convoca es la transcendencia histórica de la cultura Uruk, representada por el
emplazamiento arqueológico de Warka en la Baja Mesopotamia -en el actual territorio iraquí- durante el
proceso de la Primera urbanización en el 4to milenio a.C. La selección bibliográfica, para la propuesta de
actividad práctica, consta de un artículo de Guillermo Algaze (2001) La prehistoria del imperialismo: el caso
de Mesopotamia en el período Uruk y un capítulo de la obra de Mario Liverani (2006) Uruk. La primera
ciudad.
Se acentuarán algunos aspectos del tema por lo que algunas categorías e información conexa podrán ser
retomados en las futuras clases, al igual que situaciones comparativas con otras regiones y tiempos
históricos. En primer lugar, realizaré una caracterización de la cultura Uruk, para luego enfocarme en el
comercio regional en el que tal cultura estuvo involucrada para establecer las diferencias entre los enfoques
interpretativos de Liverani y Algaze. Finalmente, realizaré una mención a las posibles continuidades del
tema en relación con el espacio egipcio y presentaré la propuesta práctica para el trabajo áulico del tema.
Caracterización de la cultura Uruk
El período analizado corresponde al Calcolítico (Edad del Cobre) según la periodización arqueológica. La
cultura Uruk se desarrolló en la segunda parte del 4to milenio a.C. y se reconocen en ella dos fases: Uruk
antiguo -3500-3200 a.C.- y Uruk tardío – 3200-3000 a.C.- (Liverani 1995). En el cénit de su desarrollo, la
cultura Uruk tardía comprendía un territorio interior que abarcaba la Baja Mesopotamia y Khuzistan
(sudoeste iraní), un centro urbano preminente: la propia Uruk (con una extensión de alrededor de 100 has),
una zona de semiperiferia (la Alta Mesopotamia) y los puestos comerciales en la zona de las tierras altas
anatólicas e iranias. La ciudad de Uruk es la más representativa del período, sustancialmente porque ha sido
extensamente explorada durante el siglo XX. En función de ello y de la variada información conocida,
iconográfica y arqueológica, se pueden identificar los siguientes desarrollos durante el período Uruk en la
baja Mesopotamia.
 Existencia de gobernantes institucionalizados con roles religiosos, políticos y militares.
 El rol central estatal en la recopilación y distribución de productos estratégicos.
 Una especialización social y ocupacional en el período.
 Cierto control estatal sobre la mano de obra dependiente.
 Nuevas formas de manifestaciones simbólicas de los cambios de naturaleza económica y
sociopolítica.
 La interacción o control, en términos de intercambios desiguales, de rutas comerciales que
posibilitaron la consolidación de una elite dirigente y una economía redistributiva.

Las características señaladas son indicativas del proceso de transición a sociedades históricas, en términos
de Liverani (2006 [1998]) de la aparición de la primera sociedad urbana, compleja y estatizada del Antiguo
Oriente. Independientemente de la categoría utilizada para denominar tal proceso -entre otras: Revolución
urbana; aparición del estado arcaico; origen de la complejidad e inicio de la historia- lo cierto es que tal
proceso maduró y se aceleró durante el período Uruk Tardío distinguido por importantes concentraciones
urbanas (entre otras la propia Uruk), una arquitectura religiosa imponente y el inicio de la escritura.

La Cultura Uruk y el Comercio


Ambos autores dan cuenta de la escasez de ciertos productos en la Baja Mesopotamia que motorizaron los
asentamientos coloniales en la periferia de las tierras altas. La serie de transformaciones durante el período
Uruk requirió del control, según Algaze, de un sistema de intercambios para obtener productos inexistentes
en la Baja Mesopotamia y de bienes de prestigio demandados por las elites para aumentar su influencia y
legitimar su poder.
Algunos de los productos eran la madera para la construcción, esclavos y muy probablemente lana de cabra
(productos que dejan pocos rastros arqueológicos), metales preciosos, bitumen y piedras exóticas
(identificables en el registro arqueológico). Algaze, sostiene que la necesidad de recursos fue un factor
importante en la expansión Uruk, corroborada por evidencia arqueológica en diversos sitios Uruk, que
demuestra que las sociedades del aluvión mesopotámico importaban una mayor variedad de productos en
relación con el período Ubaid anterior.
En tanto los productos exportables más importantes de la Baja Mesopotamia en el período son perecederos
como textiles de lana teñidos (tal como está atestiguado posteriormente); productos agrícolas líquidos de
gran valor: vino, resinas, aceites, ungüentos o varios tipos de grasas de animales (inferido de la gran
cantidad de cerámica Uruk hallada en los sitios locales tales como las jarras de cuatro asas y botellas de
cuello estrecho con pico inclinado). La gran mayoría de estos líquidos, probablemente eran adquiridos por
las avanzadas Uruk en la Alta Mesopotamia, re empacados y exportados a las sociedades periféricas.
El comercio regional en la baja Mesopotamia seguía dos rutas principales, una hacia el Golfo Pérsico y los
enclaves comerciales en las islas de Barhrein (al norte del actual Qatar) articulados con los territorios
actuales de Omán, el sur de Irán y el Valle del Indo. De allí procedían el cobre, piedras duras y objetos de
piedras duras, maderas exóticas y metales preciosos. La otra ruta, remontaba los ríos Tigris y Éufrates hasta
las tierras altas de Anatolia, ricas en madera y plata.
Respecto a quienes controlaron el tráfico comercial de larga distancia en la sociedad compleja del estado
arcaico, Liverani asevera que estuvo dirigido por especialistas (mercaderes) cuya vinculación con la
administración central ha sido fruto de intensos debates. Por un lado, se ha sostenido que el comercio
regional fue estimulado por la necesidad de obtener recursos, mientras que otros interpretan que tal comercio
fue incentivado por el afán de lucro. Esto obedece a dos teorías contrapuestas sobre el comercio
protohistórico. La primera visión -responde a la tesis de Karl Polanyi (1976)- sostiene que era un comercio
administrado por las agencias centrales, con mercaderes funcionarios, precios ajustados y estables. La otra
visión (de tradición liberal clásica) sostiene que era un comercio basado en mecanismos de mercado, con
lugares de mercado, mercaderes “emprendedores libres” y precios determinados por la oferta y la demanda.
Liverani sostiene que ambos refieren a realidades superpuestas y coexistentes en el marco de un circuito
comercial complejo. De hecho, no es contraproducente aseverar que existió un segmento de comercio
administrado por la agencia central en articulación con otro segmento de comercio independiente.

Enfoques de Liverani y Algaze sobre las derivaciones del comercio de larga distancia
La obra de Liverani pretende clarificar, en base a la información disponible, el proceso de formación de la
ciudad y el estado. Para esto, hace hincapié en el factor de la gestión económica, que parece anterior a los
demás factores sociales, políticos e ideológicos. Para ello parte de la teoría sobre el origen del estado
desarrollada por Gordon Childe, para proponer que en la Baja Mesopotamia el factor que impulsó la serie de
transformaciones que condujeron a la estatalidad radicó, esencialmente, en una serie de innovaciones
técnicas del período Uruk antiguo. Éstas hicieron posible la acumulación de excedentes alimentarios y el
despliegue urbanístico y organizativo de la fase Uruk tardío.
Un concepto central en la matriz explicativa de Childe, inspirada en el marxismo, es la idea de que para que
se produzca un salto cualitativo en el modo de producción, es preciso que la sociedad sea capaz de producir
excedentes, vehiculizarlos en la creación de infraestructura y mantener a los especialistas y dirigentes que
dirijan la revolución. En el sur mesopotámico, tal excedente fue proporcionado por la alta fertilidad de las
tierras bajas aluviales. Estos excedentes fueron almacenados y distribuidos por quienes se presentaban como
substitutos de los dioses en la tierra, mediante la administración de los bienes y la dirección de los trabajos
colectivos. En la base de este crecimiento existió un progreso tecnológico (canalización de los ríos,
explotación agrícola organizada en campos largos, arado de tracción animal- arado de sembradera, trilla) que
produjo grandes excedentes de alimentos, posibilitando la acumulación originaria que permitió el despegue.
El templo administró esta revolución, otorgando legitimidad ideológica a la operación de sustracción de
excedentes para destinarlo al uso común.
Uno de los ejes comparativos entre los postulados de Algaze y Liverani radica en cómo analizan ambos
autores el modo en que la emergencia de la civilización temprana en la baja Mesopotamia afectó a las áreas
de contacto que rodean la región.
Algaze se enfoca en demostrar como la emergencia de una civilización temprana en las tierras bajas, afectó
áreas que rodean el núcleo mesopotámico. Para ello parte del enfoque del antropólogo Stanley Diamond
quien postuló que los casos de estados prístinos o primarios – estados que se desarrollan en forma
independiente de influencia exterior- incluyen procesos expansivos externos que suelen ser asimilados como
casos tempranos de imperialismo económico.
En su desarrollo, argumenta que la necesidad de productos inexistentes en la región llevó a procesos de
expansión externa, al establecimiento de avanzadas comerciales -enclaves coloniales o instalaciones
comerciales pequeñas dentro de asentamientos preexistentes- que actuaron como concentradoras de
productos regionales y puntos de distribución de manufacturas procedentes de la región central.
Su tesitura más fuerte es que dichas avanzadas pueden ser caracterizadas como casos de imperialismo
económico. ¿Dónde se para conceptualmente Algaze al referirse al imperialismo? Sigue a los historiadores
ingleses Ronal Gallagher y Jack Robinson quienes ven a las relaciones asimétricas de dependencia como la
raíz de los fenómenos imperiales, independientemente de que impliquen o no relaciones de dominación
política. Para ilustrar su posicionamiento da como referencias casos documentados de imperialismo de la era
moderna, en los que se desarrollaron procesos colonizadores o intrusivos de naturaleza económica, con
avanzadas implantadas en áreas periféricas ricas en recursos. El autor sostiene que la fundación de
avanzadas coloniales -emplazadas geoestratégicamente sobre las intersecciones de rutas y sobre áreas de
concentración de recursos - no son exclusivas de la era moderna, si no que fueron una estrategia utilizada
por los estados prístinos para obtener recursos externos. Algaze reconoce dos tipos de avanzadas:

 Localizadas en áreas de asentamiento preexistente cuya población explotaba los recursos deseados o
controlaba el acceso a tales recursos. Estas avanzadas tendían a ser pequeñas y situadas en el medio
del asentamiento. Ejemplos de estas avanzadas son Hacinebi Tepe (sobre el Éufrates en Turquía) y
Godin Tepe (sobre la ruta del Khorasan en los Montes Zagros, Irán).

 Localizadas en áreas donde no se reconoce una ocupación preexistente, la avanzada Uruk podía
convertirse en una implantación urbana como fue el sitio fue Habuba Kabira (sobre el Éufrates, en
Siria, cerca de Meskene). Evaluaciones recientes del sitio fundado en un espacio sin asentamientos
previos, denotan que el mismo creció durante el periodo Uruk Tardío, desde unas 6 has de extensión
hasta llegar a ocupar un área de 22 has. Entre otros caracteres que han llevado a identificar el sitio y
su población como mesopotámico meridional, se encuentran el plano arquitectónico, las técnicas de
construcción, las cerámicas diagnósticas, procedimientos de producción de cerámicas, prácticas
glípticas (grabados sobre piedras duras, finas o preciosas), iconografías características y un sistema
de contabilidad y registro.
Una cuestión que me parece necesario resaltar del trabajo de Algaze, refiere a la necesidad de revisar
postulados anteriores a la luz de la información aportada por la interpretación de nuevos hallazgos
arqueológicos en la región. De hecho, Algaze reconsidera algunas de sus postulaciones realizadas en sus
obras anteriores tales como:
 Su interpretación anterior acerca de la presencia Uruk a lo largo del alto Éufrates en enclaves de
tamaño urbano y grupos asociados de aldeas agrícolas de sustento situados solo cerca de vados
importantes. Nuevas excavaciones muestran una densidad mayor de sitios de la cultura Uruk en la
región, por lo que sostiene que hubo una verdadera colonización de algunas partes de la cuenca del
alto Éufrates por colonos de Mesopotamia meridional.
 Modifica su interpretación acerca de la importancia del modelo de contacto mediante pequeños
enclaves Uruk dentro de centros preexistentes más grandes. Sostiene que el modelo de interacción
más generalizado era el de Godin o Hacinebi, en tanto que el modelo Habuba Kabira era menos
representativo, a diferencia de lo que había planteado con anterioridad.
 Influencia de los factores sociales y económicos internos en Uruk y en las regiones de expansión a la
hora de explicar las interacciones. Algaze, destaca como un factor importante el patrón de
intercambio asimétrico, en tanto que involucraba el intercambio de productos sin procesar de la
periferia, por productos procesados o semiprocesados del aluvión. Ello habría tenido un impacto
multiplicador en las entidades Uruk en términos de empleo de mano de obra y en la expansión de las
estructuras burocráticas preexistentes por la necesidad de supervisar y mantener al conjunto de
trabajadores semi y dependientes involucrados en el procesamiento de productos exportables (por
ejemplo, los textiles), el abastecimiento a los talleres, el registro y distribución de los productos para
el consumo local y los excedentes. El reforzamiento de las estructuras burocráticas fue de la mano de
la monopolización de la elite de los beneficios del sistema y utilizados para consolidar alianzas,
competir con sus pares y legitimar su poder para imponer condiciones de exigencia hacia la
producción excedentaria de campesinos y otros trabajadores. Asimismo, el proceso de contacto con
culturas exóticas se cargó se sentido ritual como demostración de la capacidad de liderazgo de los
gobernantes.
Respecto al contexto en las sociedades periféricas, la existencia de murallas en muchos de los sitios
intrusivos (Habuba Kabira) sugiere que la coerción fue un elemento central a la hora de implantar tales
colonias. Sin embargo, su sobrevivencia se explica, por cierta cooperación de los locales. Esto responde,
según Algaze, a una falta de previsibilidad de lo perjudicial que resultarían los términos de intercambio
desiguales desde el punto de vista local. En el corto plazo se produjeron procesos de fortalecimiento del
prestigio de los líderes locales dentro de su sociedad, en coincidencia con lo sostenido por Liverani.
Por otro lado, Liverani analiza la relación establecida entre las diversas comunidades en contacto, durante el
período Uruk, esgrimiendo la categoría sistema regional, derivada de la noción sistema mundo desarrollada
por Wallerstein (1979) para comprender el período de expansión colonial europea en la modernidad, desde
un enfoque que abreva en las tradiciones marxistas. Liverani sostiene que son dos los problemas emergentes
que plantea la aplicabilidad del sistema-mundo. El primero es conocer si las interacciones fueron de tal
magnitud, durante el periodo Uruk, como para condicionar el proceso de complejización en curso en la Baja
Mesopotamia. El segundo, es conocer si en la Baja Mesopotamia el desarrollo del centro estuvo
acompañado de un subdesarrollo de la periferia.
Para desarrollar su enfoque parte de la característica diversidad ecológica y especialización económica de las
regiones del Cercano Oriente, señalando la complementariedad entre las zonas de aluvión -donde se
concentra la población y la producción de alimentos- y las zonas montañosas ricas en madera, metales y
piedras.
Durante el período Uruk la aparición del campo largo y el riego planificado implica un nuevo paisaje
económico en el delta pero que en principio no altera las relaciones entre regiones. Lo que si genera una
modificación en tales relaciones son las grandes aglomeraciones urbanas y las necesidades que crean. De allí
sostiene que el motor principal de la urbanización y la estatalidad son los recursos específicos del delta y la
formación a su alrededor de un sistema regional según recursos adicionales. Los recursos que se producían
localmente -cebada, dátil, arcilla, betún, caña, pescado- se complementaban con otros producidos en las
inmediaciones -el pastoreo de ovejas y cabras. En tanto, otros productos requerían intermediaciones a larga
distancia. Allí interviene la 2da cuestión planteada anteriormente que radica en conocer si el desarrollo
proto-estatal de Uruk condicionó un subdesarrollo de la periferia. Según la información existente, Liverani
sostiene que las regiones periféricas experimentaron un desarrollo fomentado por los intercambios con Uruk.
Aunque, en términos organizativos siguieron sendas diferentes, como sociedades de jefaturas y no del estado
al final del período Uruk tardío. Según la interpretación de Liverani ello se debió a condiciones de partida
diferentes y no a las relaciones interregionales. De hecho, plantea que la unión política y organizativa se ve
favorecida, sin perjuicio de la economía local.
Por otro lado, sostiene que en la época que nos ocupa los intercambios involucraron productos que no eran
bienes de consumo primario, de modo que no afectaron al nivel de vida de la población. Explicación que no
satisface, si analizamos la situación desde la perspectiva actual en la que las sociedades periféricas se ven
condicionadas a la pobreza y endeudamiento permanente ante relaciones de intercambio fuertemente
favorables al capital concentrado o la competencia desigual entre productos manufacturados. Sin embargo,
admite que el intercambio regional acentuó la estratificación socioeconómica local fortaleciendo a las
minorías dirigentes (en términos económicos y simbólicos agrego). Este no es un dato menor, desde mi
perspectiva, y en términos comparativos con el presente, puesto que es posible preguntarse ¿de qué modo
habrá afectado a los habitantes locales, la demanda creciente de metales desde el centro Uruk? ¿Habrá
implicado una mayor tensión sobre el tiempo dedicado para la producción para el consumo local y de
subsistencia?
En relación con la complejidad interna en la Baja Mesopotamia, Liverani confronta con la tesitura de Adams
respecto a la coexistencia de variados componentes en la explotación de los recursos locales (agricultura,
horticultura, pastoreo, pesca, volatería) como el factor decisivo para la aparición de las agencias
redistributivas. Liverani, por el contrario, propone que la interrelación de estos componentes podía lograrse
a nivel de intercambio local, sin necesidad de que existieran mecanismos redistributivos (como en la
sociedad igualitaria de la cultura Ubaid en la zona). Continúa, aseverando que fue la aparición del sistema
agrícola del campo largo con riego planificado, lo que determinó la necesidad de una mediación,
movilización laboral y control administrativo en el acceso a los recursos y toma de decisiones.
En relación con la caracterización entre estados primarios o secundarios, ambos autores conceptualizan la
experiencia de Uruk por su carácter primario, ya que por ser la más antigua no pudo inspirarse en otros
procesos anteriores. Mientras que los secundarios son aquellos que se desarrollaron bajo la influencia de
modelos preexistentes o contemporáneos según el modelo difusionista. Liverani propone, ante las
limitaciones comprensivas de los mecanismos originales del proceso de tal modelo, una reconceptualización
de estados primarios y secundarios: primarias serían las experiencias de urbanización y estatización basadas,
sustancialmente, en recursos internos -Uruk- y secundarias las que aprovecharon la acumulación producida
en otro lugar gracias a la complementariedad de recursos. Para Liverani, los casos típicos de difusión de
organizaciones proto estatales son las colonias del Uruk tardío en la Alta Mesopotamia, las colonias
auténticas (Habuba Kebira), avanzadas o puestos comerciales (Godin Tepe) y centros locales con una
organización influida por el modelo Uruk tardío (Arslantepe). En esta línea, caracteriza a Egipto como un
estado primario, más allá de la influencia que la región mesopotámica pueda haber ejercido. El estado
faraónico, asevera Liverani, como también el de Harappa (Valle del rio Indo) tenían sus propios recursos
básicos, se desarrollaron y funcionaron de un modo autónomo.
De hecho, luego de la crisis de la cultura Uruk, sobreviene un periodo de aparente reorganización del
espacio, con pérdida de la centralidad de Uruk y una fragmentación del espacio bajo mesopotámico en
ciudades-estado.
Finalmente, es interesante trazar un paralelo con el desarrollo del estado arcaico en el Valle del Río Nilo,
durante la última fase del 4to milenio a.C., en el territorio del noreste africano. Este proceso también se
caracterizó por la existencia de múltiples centros dinámicos o protoreinos que compitieron entre sí hasta que
finalmente se unifica toda la región en torno al 3000 a.C.

Imperio Egipcio

Galán Allue, José Manuel, El reino nuevo, la construcción de un Imperio. en: JOSÉ MIGUEL
PARRA ORTIZ (coord.) EL ANTIGUO EGIPTO Sociedad, Economía, Política, Madrid, Marcial
Pons. Cap. VII

Capítulo 7: El Reino Nuevo I: La Construcción del Imperio.


Ahmose
Tebas a mediados del siglo XVI A.C. es percibida como la capital del sur de Egipto. Una de las claves en la
consolidación de Tebas como centro de poder político y económico fue el desarrollo del clero local, a la par
que la divinidad principal del lugar, Amón, se convertía en divinidad nacional y dios creador universal al
asociarse con el dios solar Ra y formar juntos el hibrido Amón-Ra. Los nobles que formaban el consejo de
Kamose sostienen que, previo a la campaña militar, la influencia de Tebas va desde Asuán a Hermópolis.
Por otra parte, estos nobles buscaron evitar el conflicto
armado argumentado que ellos poseían el verdadero
Egipto, y que el rey Hykso solo poseía tierras de los
semitas, el Delta. Kamose creía también que ellos eran
los verdaderos egipcios, pero no estaba dispuesto a
compartir el territorio. Lo que va a llevar al
enfrentamiento. (¿Kamose el Hitler de Egipto?). El
sentimiento nacionalista de Kamose, supone el punto
de partida de una política imperialista en busca de
ampliación territorial y el incremento en la recaudación
de ingresos. Esto sumado a su actitud xenófoba. Aun
así, los vínculos con las poblaciones extranjeras
aumentarían: Nubios, Libios y los semitas de Palestina
y Siria. Kamose disfraza su campaña militar de “guerra
santa” (si así lo quiso algún dios, así será). Encima era
re terco, ni bola a los nobles del consejo, que le decían
que se calme, que nadie lo había atacado. Encima decir
es voluntad de Dios, anula toda discusión. Fue Ahmose
quien triunfo en la capital de los Hyksos y unifico las
Dos Tierras bajo su gobierno, haciéndose llamar, el
Rey del Alto y Bajo Egipto (legítimamente esta vez).
Ahmose era hijo de Seqenenra Tao I, y sobrino de Kamose, quien ocupó el cargo de rey tras la muerte
repentina de Seqenenra Tao I. Ahmose nombro a una de sus hermanas como “gran esposa real”, esta se
llamaba Ahmes Nefertari y ejerció un gran poder en influencia sobre Egipto, sobre todo en Tebas. Ella y su
madre Ahhotep, fueron las primeras damas de la realeza en ostentar el título de “esposas divinas” o “esposas
del Dios”, lo que les daba un papel esencial en el culto a Amón y en la administración de los recursos
económicos del templo de Karnak. Las reinas desempeñaban un papel importante en la sucesión al trono a la
hora de legitimar al nuevo faraón, circunstancia que aprovecharon en algunos momentos para ejercer de
forma efectiva el poder que la ideología real les otorgaba.
Una vez sometido el norte, habiendo unificado el alto y el bajo Egipto bajo su mandato y habiendo
asegurado la frontera nororiental, el Rey Ahmose estuvo entonces en disposición de llevar a cabo una
incursión al sur, en Nubia. Esta región tenía una gran área de influencia y controlaba importantes recursos
económicos de gran interés para la corona egipcia, como la extracción de minerales (oro) y las rutas
comerciales que comunicaban con áreas más al sur, en particular con las regiones que los egipcios
englobaban bajo el termino de Punt (actual Eritrea y Yemen).
Amenhotep I
Hijo de Ahmose y su hermana Nefertari. También se casó con su hermana Meritamon. Su primera acción
militar, fuera de los límites del reino, estuvo dirigida a Kush. Aun así, su reinado fue tranquilo, y más
volcado al desarrollo interno del país que en sus expediciones al exterior. Le dio especial importancia al
templo de Amón en Karnak (ya su nombre indica el “que satisface a Amón). Amenhotep I reino durante 21
años.
Tutmosis I
Amenhotep I murió sin descendencia, y le sucedió Tutmosis I, del cual se sabe muy poco de su procedencia.
Tuvo dos esposas Mutnofret y Ahmes. El nombre de este significa “El nacido de Djehut” es decir, del dios
Tot, a quien se asociaba con la luna.
Tutmosis I fue coronado, y siete meses después inicio una expedición a Nubia. El objetivo de las
expediciones en territorio extranjero era fundamentalmente la obtención de materias primas y productos
exóticos por medio del saqueo o de la recaudación de tributos. El principal objetivo de Tutmosis I era
extender las fronteras de Egipto, para que trabajen para el los nómadas, y los habitantes de las tierras
extranjeras.
Habiendo asegurando el sur, el rey emprendió una campaña por Siria-Palestina hasta alcanzar la región de
Naharina, cerca del Rio Éufrates, en la ciudad Siria de Emar. Los habitantes de Palestina, según las fuentes,
eran calificados como nómadas que traían sus productos como si se tratara del tributo del Alto y Bajo
Egipto, y cada año su majestad lo dirigía a Tebas para si padre Amón. Tutmosis I se va a establecer en la
cuarta catarata al norte en la región de Nahariana, estableciendo el límite del dominio egipcio. Se
establecieron así las dimensiones del Imperio Egipto. Tutmosis reino durante unos 12 o 13 años.
Tutmosis II
Tutmosis II era el hijo de Tutmosis I, adopto como esposa a una de sus hermanastras. Al igual que su padre
envió una campaña militar a Nubia, como respuesta a ciertos levantamientos en el territorio, que
aprovecharon el cambio de monarca y la juventud de este para tratar de revelarse. Fueron aplastados por el
rey. Tutmosis realizo construcciones de templos en Egipto y Nubia. Este reino como su padre durante 12
Años.

Hatshepsut
El único hijo varón de Tutmosis II, debido a su corta edad, se estableció que su madrasta ejerciera de
regente. Que era a su vez hija de Tutmosis I y Ahmes (dios
que quilombo). Que la madre fuera regente fue algo común
durante la primera mitad de la XVIII Dinastía. En el séptimo
año del reinado del joven Tutmosis III, Hatshepsut era la
representada como hombre y como el rey de Egipto. La figura
de esta fue representada con la imagen de su padre Tutmosis I,
y se crearon varios mitos a su alrededor, como que el Dios
Atum en persona fue quien la corono como rey de Egipto
delante de Amón. El padre de Hatshepsut, Tutmosis I, es
esencia a la hora de la legitimación del poder de esta. Su
esposo Tutmosis II era totalmente relegado a un segundo
plano. Ella construyo un gran templo funerario para remarcar su posición como monarca. La ubicación
estaba pensada como una clara proclamación política al levantar de al lado del templo funerario de
Mentuhetep Nebhepetre, el gran monarca tebano de la XI Dinastía que unifico el país tras el PPI y estableció
la capital en Tebas, en torno al 2030 A.C. Hatshepsut pretendía que la relacionaran con la línea real más
tebana y tradicional. Las distintas victorias egipcias sobre Nubia desde comienzos de la XVIII Dinastía, y el
consiguiente reordenamiento político y social de la religión, llevaron a una interiorización de lo egipcio en la
región. No se conocen expediciones por Siria-Palestina en los años de gobierno de Hatshepsut, aun así, los
contactos con Egipto no cesaron, prueba de esto es los distintos artículos de procedencia norteña. Así mismo
en las fuentes egipcias comienzan a aparecer nombrados grupos de gente de Creta. Los cretenses estaban
junto con los representantes de las ciudades de Siria-Palestina, y traían consigo caballos, carros, armas y
también vasijas y productos exóticos. Las inscripciones del templo de Hatshepsut indican una clara
sofisticación intelectual que la corte de Tebas alcanzo bajo su reinado. Este desarrollo intelectual y creativo
no solo se hizo patente en los monumentos reales, niño también los privados, en las tumbas, estatuas e
inscripciones de altos dignatarios de la época. Se conocen diferentes construcciones y reconstrucción de
Hatshepsut en diferentes lugares de Egipto, Nubia y la península del Sinaí. Pero es en Tebas donde se
llevaron a cabo las obras arquitectónicas de mayor importancia, esto con el fin de convertir a Tebas en el
principal centro religioso, económico y político de Egipto. Las procesiones eran un aspecto importante en
las prácticas religiosas de la época, pies acercaban al pueblo con la divinidad, generalmente oculta e
inaccesible dentro del templo. La estatua del dios (Amón) viajaba en una capilla portátil, que unos hombres
purificados o sacerdotes transportaban. Durante los 15 años de gobierno compartido de Hatshepsut y
Tutmosis III no hay prueba de rivalidades y tensiones. En los monumentos suelen figurar juntos, aunque ella
marchando delante de él. Después de su muerte el nombre inscrito de la reina y la mayoría de sus imágenes,
comenzaron a ser dañados luego de 20 años de gobierno de Tutmosis III, lo cual llama la atención, porque
no se trata de una venganza, el nombre de ella fue borrado incluso de los monumentos de sus súbditos
(damnatio memoriae). El fenómeno “Damnatio” en monumentos privados de esta época no sigue un patrón
consistente y probablemente responda a razones diversas de tipo más personal, familiar o local.
Tutmosis III
Según los “Anales de Tutmosis III”, nos informa de que dos meses y medio después de la desaparición de
Hatshepsut, Tutmosis III pasaba con su tropa por la fortaleza principal que custodiaba la frontera oriental del
Delta, en dirección a Palestina y Siria en su primera campana de victoria. El objetivo principal de la
campaña era extender las fronteras de Egipto, aunque la motivación que inicio esto fue que unos territorios
de habían revelado. La acción militar se trata de justificar argumentando legítima defensa, como respuesta a
una traición previa. Quizás lo que buscaba el monarca era legitimarse, tras tantos años de corregencia, y
ganarse el apoyo de la clase militar, y el clero de Amón. Aunque seguramente las razones han sido
múltiples, un argumento central de las campañas al exterior, son económicas, y el botín que estas implican.
Durante su gobierno, y tal como deja claro en sus anales, se sucedieron diferentes hechos significativos,
como “la captura de Megiddo” que significo un golpe importante, y donde reafirmo su poder, tal es así que
es considerada la hazaña más importante del reinado. En las fuentes se deja ver que había una suerte de
reciprocidad con los jefes de las ciudades, a través de ofrendas. Las alianzas con sus vasallos de Siria-
Palestina se reforzaban mediante matrimonios y los gobernantes le enviaban sus hijas al rey de Egipto para
que formen parte de su harén 1. Los anales de Tutmosis III indican que en las sucesivas campañas se
capturaron gran número de prisioneros, a los que se sumaron los sirvientes que se le enviaron al rey como
tributo o regalo. La mayoría de estos provenientes de Siria-Palestina. Tebas va a ser el principal destino de
esta mano de obra extranjera, que poco a poco se fue integrando en la sociedad egipcia, sin poder distinguir
su procedencia, incluso algunos de los extranjeros llegaron a ocupar puestos de relevancia en la
Administración.
El dominio de Egipto sobre Nubia siguió siendo efectivo, recaudándose el tributo de forma anual sin
problemas. La estabilidad política y económica se ve reflejada en la ampliación de templos y el
embellecimiento de los mismos. Durante sus 32 años de reinado en solitario, Tutmosis III llevo a cabo una
gran labor constructiva en los principales centros de culto de Egipto y Nubia. Y también se desmantelaron
varias de las capillas de Hatshepsut. No se sabe si Tutmosis III se casó o no con la hija de Hatshepsut,
Neferura. Y si lo hizo fue al final de la corregencia.
Amenhotep II
Tutmosis III tuvo varios hijos, por lo que en vida eligió a su heredero. Amenhotep II, que estuvo como
corregente unos dos años antes de la muerte de este. Aun así, le hecho de que un rey fuera sucedido en el
trono por su hijo no convertía a la monarquía egipcia en hereditaria sin más. En las inscripciones reales de
Amenhotep II se ve la necesidad del monarca de legitimarse como el rey idóneo. El rey aparece como un
“primus inter pares”, destacando por su fortaleza física, su habilidad en el uso de las armas, su valentía en la
batalla, su buen gobierno y su estrecha relación con la divinidad. Amenhotep II aparece como un
continuador de la política y acciones de su padre, llegando incluso a superar las hazañas de su predecesor.
Según sus inscripciones, sus “campañas de victoria” tenían el objetivo de “extender sus fronteras y dar cosas
a los que le eran leales”. Va a castigar y destituir a los gobernantes que le desobedecían, y proteger y
premiar a los leales. Hubo un gran número de prisioneros de guerra y cautivos extranjeros traídos por la
tropa del rey, quienes fueron un factor importante como mano de obra para el desarrollo de la economía y de
1
lugar donde las mujeres recibían visitas, practicaban artesanías, tejían telas para el faraón y se educaban a las jóvenes
muchachas
las obras publicas de la XVIII Dinastía. Menfis siguió siendo el punto de partida y de llegada de las
campañas. Muchos de los altos cargos de la administración de Amenhotep II comenzaron su carrera bajo
Tutmosis III. Amenhotep II reino al menos 26 años. Su madre, Meritra, desempeño el papel de “gran esposa
real” y “esposa del Dios Amón”, relegando a un segundo plano a las esposas del rey. En los últimos años de
su reinado, cuando el futuro rey Tutmosis IV resulto elegido príncipe heredero, pasó a considerarse a la
madre de este, Tiaa, como la esposa principal del rey. Quizás en un intento de evitar que se repitiera la
situación que había llevado a Hatshepsut a ocupar el trono. A partir de ahora los reyes elegirían a sus
esposas por fuera de su familia real (al fin, basta de incesto).
Tutmosis IV
Hijo mayor del rey. Su tutor Heqareshu, quien aparece representado en la tumba de su hijo con el príncipe
Tutmosis sentado sobre sus piernas, se convirtió en un miembro importante de la corte, acompañando al rey
en todo momento y recibiendo el titulo honorifico de “padre del dios”. Se cree que este tutor, por su nombre,
pueda ser de origen extranjero. En el primer año de reinado, Tutmosis IV levantó una estela de granito entre
las patas de la esfinge de Guiza, en la que relata cómo, siendo príncipe, se le anuncio en un sueño que él
sería rey de Egipto. En el año 8 de su reinado, Tutmosis IV emprende una campaña militar en Nubia para
sofocar una revuelta ente la primera y la segunda catarata. Se expresa en la inscripción que fue un éxito la
expedición. El rey había sido informado de la rebelión cuando estaba en Templo de Karnak entregando unas
ofrendas a Amón. Antes de pasar a la acción, el rey consulta a la divinidad sobre la conveniencia de la
expedición y Amón le anuncia el triunfo que ocurriría. Tutmosis acaba derrotando al enemigo en solitario,
solo con un asistente (¿?). El dios guerrero Montu, según las inscripciones en el brazalete de marfil de
Tutmosis IV, le dice al rey “Toma para ti la espada, buen dios, para que puedas golpear las cabezas de todas
las tierras extranjeras”. Es el primer testimonio donde la divinidad toma parte activa en el castigo infligido a
los jefes extranjeros, la propia divinidad incita a la “guerra santa” y proporciona materialmente el arma para
el castigo, convirtiendo al re en un mero instrumento del dios. En cuando la actividad en Siria-Palestina la
autoridad egipcia continúo siendo efectiva en los territorios del norte, desde Nahariana (Mitani), al norte,
hasta la cuarta catarata en Nubia. Según distintas inscripciones se cree que existieron campamentos de
prisioneros de guerra, tanto al norte como al sur, capturados por Tutmosis IV y que fueron utilizados como
mano de obra en el templo. Tutmosis IV se compara con Montu, el dios guerrero tebano, pero también
compara su destreza sobre el carro de batallas con la de la diosa semítica Ashtarté. Y también se ha
comparado con el dios semita Rashpu cuando vadeó el rio Orontes durante su campaña del año 7 por Siria-
Palestina. Los antiguos egipcios no despreciaban a los dioses extranjeros, al contrario, los adoptaban y
esperaban atraerse en su favor las cualidades y poderes de estos, sobre todo cuando se encontraban en sus
dominios. Tutmosis IV debo de reinar 10 o 12 años. Su madre, Tiaa, adopto el título de “esposa del dios
Amón”. Se le conocen cuatro esposas, la “hija del rey” Iaret, Nefertiri, Mutemuia y la princesa de Mitani.
Mutemuia, la madre del futuro rey Amenhotep III, nunca fue reconocida como esposa principal.
Amenhotep III
Hijo del rey Tutmosis IV y una esposa secundaria, Mutemuia, aunque él dice ser hijo carnal del propio dios
Amón-Ra, quien adopto la apariencia del rey Tutmosis y se metió en la pieza de la reina para fecundarla
(¿¿??). Debió tener diez o doce años cuando fue coronado rey. Amenhotep III contrajo matrimonio con
Teye, hija de Yuya y Tuya, una pareja de provincias de poca relevancia. A diferencia de las esposas de los
anteriores reyes, Teye fue representada en numerosas ocasiones. Se convirtió en el complemento femenino
del rey divinizado. El rey incluso le construyo un templo en Nubia. Tuvieron cuatro hijas, que tuvieron un
importante papel en la concepción religiosa e ideológica de la monarquía. Dos de ellas ostentaron el título de
“gran esposa real”. Los hijos varones en cambio no aparecen representados ni mencionados. Teye fue la
madre del sucesor en el trono, Amenhotep IV. Siguiendo la política iniciada por su padre, Amenhotep III se
casó con dos princesas de Mitani. Amenhotep III se casó con varias princesas de todo el reino, y extranjeras,
esto para lograr aliados. Si bien los reyes egipcios estaban dispuestos a aceptar princesas extranjeras en su
harén, se negaban a enviar princesas egipcias a cortes extranjeras ni siquiera para sellar alianzas de
hermandad. En su quinto año de reinado, Amenhotep III llevo a cabo su única campaña militar en Nubia,
con el objetivo de sofocar una rebelión, la cual lograron apaciguar. Años después el “virrey de Nubia”,
Merimose, llevo una expedición en castigo a una región que se negaba a pagar tributo al rey. Este virrey lo
fue durante la mayor parte del reinado de Amenhotep III, siendo fundaméntela en la obtención de oro de
Nubia. La importancia para Egipto de Nubia había crecido en gran manera, no solo en lo económico, sino
también en lo religioso. Amenhotep III reino 38 años. Celebro tres fiestas “Sed”, una celebración de los
comienzos de la monarquía egipcia, que buscaba darle fuerza y autoridad al rey después de haber cumplido
30 años gobernando.
Amenhotep III llevo un intenso programa constructivo en los
principales centros religiosos de Egipto y Nubia, levantando
grandes edificios y estatuas colosales. Se agrando el templo de
Luxor (iniciado por Hatshepsut). Los rituales y las estatuas a los
dioses tenían gran importancia. Tal es así que los vínculos e
interdependencia entre el monarca y la divinidad solar Amón-
Ra se escenificaban de una forma clara. La religión solar se
había desarrollado de forma intensa en el reinado de Hatshepsut
y Tutmosis III. El monarca toma ahora el protagonismo y se
representa a sí mismo como el hijo del sol. El templo de
Amenhotep III fue el más grande que cualquier rey haya
construido, pero ahora solo aparecen los “colosos de Memnon”
en su entrada.
El personaje más importante de la administración real fue Amenhotep, hijo de Hapu. Fue el responsable de
la explotación a gran escala de la cantera de cuarcita en Gebel Ahmar, en el Delta. Incluso las inscripciones
grabas en las bases de sus monumentos invitan a los visitantes a dirigirle las suplicas a él, en vez de a la
divinidad, ya que llegarían de una forma más efectiva a esta. AL final de su carrera sería nombrado
“mayordomo de la princesa y gran esposa real, Setamon” y “portador del abanico a la derecha del rey”.
Además, obtuvo el privilegio de construir su porpio templo funerario junto al monarca.
Los egiptólogos se debaten el si en los últimos años de Amenhotep III hubo una corregencia con su hijo y
sucesor Amenhotep IV.
Amenhotep IV/Akhenaton
Hijo de Amenhotep III y Teye. Su esposa fue la famosa Nefertiti. Nefertiti tuvo un papel esencial en la
ideología de la monarquía. Esta lo acompañó en todas las apariciones públicas, y repitió todas las acciones
que el realizaba, tanto en lo religioso, haciendo ofrendas a la divinidad, como en lo política, premiando a los
subordinados leales, como esposas de altos mandatarios. Se conoce la existencia de al menos seis princesas,
frecuentemente representadas en los monumentos reales, donde se señala a Nefertiti como la madre. En la
XVIII Dinastía no es común que los reyes se representen con sus
hijos varones, y aunque no aparezcan, no significa que no existieron.
Los primeros 5 años de gobierno de Amenhotep IV fueron una
continuación del reinado de su padre, en política interior como
exterior. Se mantuvo la concepción ideológica de la monarquía y su
relación directa con el sol, principalmente en la forma del dios
Amón-Ra y el disco solar Atón. La religión solar se convierte en el
epicentro religioso y político de Amenhotep IV desde los primeros
momentos de su reinado. Ahora se hace hincapié en el aspecto
luminoso de la divinidad (shu), sin representación antropomorfa,
omnipresente y adorado en espacios abiertos. Las ofrendas pasan a
realizarse en amplios patios, contrastando con el sincretismo y
carácter restringido de Amón (“el oculto”). Las figuras del rey y de la
familia real muestran desde el inicio un estilo muy particular, tanto
en el relieve como en la escultura. El cuerpo se estiliza, sobre todo
brazos y las manos, se exageran las curvas de las caderas y el vientre, así como la parte trasera del cráneo.
En el año 5 de reinado Amenhotep IV cambia su nombre oficial, por uno que lo asocie directamente con el
dios Amón: Akh-en-Atón, que significa Espíritu de Atón. Otra drástica decisión fue abandonar Tebas (y
Menfis), para fijar su residencia en el Egipto Medio, en un lugar deshabitado que el llamo Akhetaton
“Horizonte de Atón” (hoy es el-Amarna). Elige este lugar para no ofender a nadie, ni hombres, ni dioses. La
inscripción de la fundación de ese lugar no está fechada en el año 5 del reinado de Akhenaton, sino en el año
5 del reinado conjunto de la triada formada por Atón, Akhenaton y Nefertiti. No se sabe con exactitud por
qué ocurrió el traslado de Tebas (y Menfis) a el-Amarna, por un lado, se plantea que fue porque el clero de
Amón era cada vez más poderoso. Por otro lado, se cree que se pudieron haber trasladado por motivos de
salud pública (peste cananea). Aunque la realidad es que no hay fuentes que corroboren esto.
El abandono de la ciudad después de la muerte de Akhenaton permitió una reconstrucción de la ciudad de
una forma muy precisa por los investigadores, así como también estimar su población entre los 20 mil y 50
mil habitantes. También se encontró aquí la icónica imagen de Nefertiti. Las ideas religiosas que se expresan
acerca de Atón ya habían sido expresadas en épocas anteriores, con himnos a la divinidad solar Amón-Ra.
Por otro lado, la concepción de un solo dios creador de rodas las cosas, padre de todo, origen de la luz, etc.,
formaba parte de la teología egipcia desde prácticamente los comienzos de su historia. Si bien ahora el
interés político y personal del monarca hace énfasis en la existencia de un único dios creador por encima de
las demás manifestaciones divinas, el “monoteísmo” de la época Amarna debe percibirse como el extremo
del desarrollo de una concepción religiosa tradicional y bien antigua. El rey es el único que puede entrar en
contacto directo con el dios Atón y, por tanto, el único que le conoce. Así mismo, solo él, la reina Nefertiti y
sus hijas, son los únicos capacitados en realizar ofrendas al dios, por lo que los demás solo pueden adorar a
la familia real. Durante los primeros años el culto a los demás dioses se realizó con normalidad. Pero una
vez instalado el rey en la nueva ciudad, comenzó una política de hostigamiento contra Amón y su consorte,
la diosa Mut. Se destruyeron sus representaciones, monumentos públicos y privados. En el plano político las
tumbas de Huya y de Meryra II incluyen información importante. Ambos fueron supervisor del tesoro y el
de supervisor del harén. En las paredes se representan escenas en donde se observa la recepción del tributo
extranjero en el año 12. Delegaciones del norte y del sur son representadas ante el rey y la reina,
acompañadas de sus hijas. La representación de nubios cautivos tal vez refleje un castigo llevado a cabo por
las tropas de Akhenaton en la región de Ikayta. El virrey Tutmosis fue responsable de esta intervención,
cuyo objetivo era terminar con los robos de la cosecha. Tutu, alto dignatario del rey, fue intermediario con
las delegaciones de Siria-Palestina. Aziru, gobernante de la regio siria de Amurru, escribió a este para que
intercediera por el ante el rey. El principal rival de Aziru era el gobernante de Biblos, quien escribió al rey
egipcio también, con otro intermediario. Estas cartas que escribían para que el rey intercediera, son un claro
ejemplo de el poder de Egipto por sobre la región. Liverani, plantea según los documentos, que, aunque se
creía que estaba desgastada la relación para esta época, la autoridad egipcia seguía siendo respetada e
influyente. Sumado a esa inestabilidad interna, dentro de Siria-Palestina, los hititas presionaban por el norte,
para incluir en su zona de influencia a las ciudades más cercanas. La situación política era inestable. El
monarca egipcio, como en el pasado, tenía la capacidad de influir en estas ciudades-estado y nombrar jefes.
A partir del año 12 Nefertiti adquiere el rol de corregente de Akhenaton. Posiblemente hubo una
transformación en el nombre de la reina. Su hija es elevada a la categoría de “gran esposa real”, rol que
poseía antes Nefertiti. Los cambios constantes de nombres generan confusión en las fuentes. Akhenaton
muere en el año 17 de su mandato. La reina se negaba a casarse con uno de sus súbditos, por lo que solicita
al rey hitita, Supiluliuma, que envíe uno de sus hijos para desposarse con ella. Lo cual es completamente
raro, ya que nunca había sucedido que un príncipe extranjero se convierta en rey de Egipto. Envían a
Zananza, pero este nunca llego, pues fue asesinado en el camino.
Tutankhamon, Ay y Horemheb
Poco se sabe de los orígenes del joven Tutankhamon, pues no es mencionado por las fuentes antes de ser
coronado rey del alto y bajo Egipto, a los 9 años de edad. No se sabe quiénes fueron sus padres, aunque se
cree que fuera hijo de Akhenaton, pero no de Nefertiti.
La ciudad de el-Amarna fue abandonada por la familia real, y desapareció. Al tercer o cuarto año de reinado,
el joven rey público un decreto para volver al estatus quo anterior a lo que había proclamado Akhenaton, en
cuanto a la religión. El decreto buscaba devolver a los dioses su dignidad pasada, restaurar su clero, sus
rituales, sus ofrendas y sus ingresos. Imágenes de los dioses empezaron a ser esculpidas de nuevo. Durante
el reinado de Tutankhamon la influencia egipcia en el exterior siguió proporcionando beneficios a la corona
y provocando la llegada de extranjeros a Egipto. Hay un gran grado de penetración y aceptación de la
cultura egipcia por parte de la elite nubia. Tebas volvió a ser el centro principal, y Amón recupero su papel
como divinidad principal, y los templos de Karnak y Luxor volvieron a ver nuevas construcciones en
marcha. El breve reinado de Tutankhamon, que duro 9 años, ha pasado a la historia sobre todo por el
hallazgo de su tumba. Ay y Horemheb fueron los personajes más influyentes en el entorno del joven rey.
Cuando Tutankhamon murió tenía unos dieciocho años, y no dejo dependencia. Ay conseguido la corona del
Alto y Bajo Egipto. Fue el hombre de confianza de Tutankhamon y quien soluciono las diferencias con el
clero de Amón y con la ciudad de Tebas. Tras el corto reinado de cuatro años de Ay, otro comandante de
tropa logro hacerse con el trono de Egipto. Horemheb, el general del ejército egipcio asociado al norte del
país bajo Akhenaton y Tutankhamon. Horemheb gobernó Egipto durante 28 años. Bajo su reinado se llevó a
cabo la revancha del dios Amón contra su rival Atón, ordenando que su nombre fuera borrado de todas las
inscripciones y monumentos. Busco devolver el orden y la legalidad a la sociedad civil a través de normas y
leyes. Durante su reinado se reorganizo la comunidad de trabajadores de la necrópolis real, situada a las
orillas occidental de Tebas.
Luego de su muerte, el sucesor fue elegido por tercera vez consecutiva por los generales del ejército egipcio.
Este fue Paramessu, más conocido como Ramsés I, considerado fundador de la XIX Dinastía e iniciador de
la denominada “época Ramésida”. Durante la XVIII Dinastía (siglos XV-XIV A.C.) Egipto desarrollo una
intensa actividad internacional, contactando e interactuando con otros pueblos del Próximo Oriente y África.
La cultura egipcia se expandió fuera de sus fronteras, y al mismo tiempo Egipto recibía influencia de
culturas foráneas, lo cual se reflejó en la lengua, las artes, la religió y costumbres. La sociedad faraónica, y
los grupos más pudientes, alcanzaron su grado más alto de complejidad y sofisticación, “La edad de Oro”.
Entre 1550 y 1500 A.c., Tebas paso a ser la capital del reino, con vasallos que tributaban a miles de
kilómetros al norte. Y el intercambio entre todo el reino fue algo muy común, teniendo en cuenta lo
precarios de los medios para trasladarse. Los reyes se representan en la entrada de los templos. Los altos
cargos de la Administración pretenden ganar categoría al representarse en su tumba realizando actividades
como los contactos con grupos extranjeros, recaudando tributos, contabilizando, etc. El gran territorio bajo
autoridad real obligo a aumentar los funcionarios. La construcción del Imperio produjo un incremento en la
milicia, su presencia e influencia, a hacer carrera militar era la forma más rápida para enriquecerse y
prosperar. Salvo excepciones, las mujeres no tuvieron un papel preponderante en la sociedad de la época.
Aunque la reina madre aparece como una figura significaría en la ideología de la monarquía, o que la esposa
real pudo tener un papel importante en la sucesión al trono, una mujer no era considerada apropiada para
ejercer de Rey del Alto y el Bajo Egipto. Ejemplo de esto es Hatshepsut y la “damnatio memoriae” que
sufrió luego de su muerte. En cuanto a las clases más bajas, vivieron un importante aumento de la población
extranjera. Algunos llegaban como inmigrantes “ilegales” y otros de forma “legal”, como mercenarios,
cautivos de guerra o como tributo. La construcción del Imperio no pudo llevarse acaba sin un significativo
aumento de población que sirviera de mano de obra para atender las crecientes necesidades de cada sector
social y económico. Los extranjeros que inmigraron a Egipto contribuyeron de forma significativa al
aumento poblacional y de mano de obra requerida, permitiendo así el auge político, económico, social y
cultural de Egipto en los siglos XV al XIII A.C.

SHAW, Ian, 2010, Historia del Antiguo Egipto, Madrid, La Esfera de los Libros, Caps. 11, Págs. 411 –
341

CAPITULO 11: EGIPTO Y EL MUNDO EXTERIOR


Egipto y el Mundo Exterior:
Desde el primer momento, las expediciones relacionadas con el comercio, la explotación de minas y la
guerra pusieron a Egipto en repetido contacto con los extranjeros. Las regiones con las que Egipto
gradualmente fue estableciendo lazos comerciales y políticos pueden ser agrupadas en tres zonas básicas:
África (sobre todo Nubia, Libia y Punt), Asia (Siria-Palestina, Mesopotamia, Arabia y Anatolia) y el norte y
este del Mediterráneo (Chipre, Creta, los «pueblos del mar» y los griegos). Con el paso del tiempo, los
vecinos africanos al sur de los egipcios incluyeron varios grupos étnicos diferentes en Nubia (sobre todo el
Grupo A, el Grupo C, la civilización de Kerma, la cultura «pan-grave», el reino de Kush, la cultura Ballana
y los blemmios) y Etiopía, mientras que al noreste, más allá de la península del Sinaí, encontraron muchas
ciudades y poblados en las colinas y la llanura costera del Levante Hacia el oeste, en el Sahara, entraron en
contacto con varios pueblos diferentes a los que ahora conocemos con el nombre genérico de «libios» , los
cuales eran nómadas o al menos dependían del pastoreo.

La Identidad Racial y Étnica de los Egipcios.


Lingüísticamente pertenecen a la familia afroasiática (hamito-semita), pero esto no es sino otro modo de
decir que, como implica su posición geográfica, su lengua posee algunas similitudes con lenguas
contemporáneas tanto de África como de Oriente Próximo. Hoy día algunos especialistas sostienen que
puede haber existido un período de cambio demográfico mucho más lento, en el que probablemente
estuviera implicada una infiltración gradual a través del delta oriental de un tipo físico diferente procedente
de Siria-Palestina. La iconografía de las representaciones egipcias de los extranjeros sugiere que durante
gran parte de su historia se vieron a sí mismos a medio camino entre los africanos negros y los asiáticos, más
pálidos.

La Iconografía de la Guerra y la Conquista.


El término «nueve arcos» se utilizaba con frecuencia para referirse a los enemigos de Egipto, cuya identidad
específica varió dependiendo del momento, si bien por lo general incluía a asiáticos y nubios. Eran
representados como una fila de arcos o un número variable de cautivos atados, y el motivo aparecía a
menudo decorando sandalias, escabeles y estrados, de modo que el faraón pudiera caminar simbólicamente
sobre sus enemigos. En el arte egipcio abundan las representaciones de extranjeros cautivos atados. En
fechas ligeramente posteriores, las representaciones de enemigos cautivos se utilizaron en rituales de
maldición, como es el caso de las cinco figuras de alabastro de comienzos de la XII Dinastía de execración
hieráticos que cuentan con listas de nombres de príncipes nubios acompañados de insultos. A lo largo de
toda la época faraónica y grecorromana, la imagen de un prisionero atado fue un tema popular en la
decoración de templos y palacios. La inclusión de cautivos atados en la decoración de los accesorios y
muebles de los palacios reales servía para reforzar la idea de que el faraón había terminado con todos los
enemigos y, probablemente, también simbolizaba los elementos «incontrolados» que los dioses requerían al
rey que dominara. El pájaro rekhyt era símbolo de cautivos enemigos o pueblos sometidos.

¿Dónde Comienza el Mundo Exterior?


Los egipcios utilizaban dos palabras para referirse a frontera: djer (un límite eterno y universal) y tash (una
frontera geográfica real, que puede ser marcada por las personas o los dioses). Esta última era esencialmente
móvil y, en teoría, todos los faraones tenían la responsabilidad de «ampliar las fronteras» de Egipto. La
mayor extensión de las fronteras físicas se consiguió durante el reinado de Tutmosis III, en la XVIII
Dinastía, cuando se erigió una estela triunfal en el río Éufrates en Asia y otra en Kurgus (entre la quinta y la
sexta catarata) en Nubia. A comienzos del Dinástico Temprano y del Reino Antiguo, la frontera con la Baja
Nubia se encontraba tradicionalmente en Asuán, claro indicio de posibilidades comerciales que ofrecían su
emplazamiento. La ruta terrestre estaba protegida por un inmenso muro de adobe durante la Dinastia XII.
Sin embargo, en dinastía la frontera con Nubia, más al sur, los faraones construyeron cuatro fortalezas.
Desde el comienzo de la Dinastia XII, la frontera con Palestina en el delta oriental también estuvo defendida
por una serie de fortalezas, conocidas como los «muros del gobernante».
Pruebas Materiales de los Primeros Contactos con Asia y Nubia
Las pruebas sobre las relaciones comerciales y diplomáticas entre el emergente Estado egipcio, las culturas
adyacentes y los Estados vecinos sobreviven a menudo en forma de productos y materias primas exóticas,
así como de los recipientes en los que se transportaron. Si bien Egipto era claramente autosuficiente, seguía
habiendo muchos materiales valiosos que no se podían obtener en el valle del Nilo. La turquesa sólo se
podía conseguir en el Sinaí; la plata probablemente en Anatolia o el norte del Mediterráneo, vía Levante; el
cobre en Nubia, el Sinaí y el Desierto Oriental; y el oro en el Desierto Oriental y Nubia; mientras que
maderas preciosas, así como productos como el incienso y la mirra, se importaban desde el oeste de Asia y
el África tropical y uno de los productos más apreciados y que más viajaba era el lapislázuli. Algunos de los
datos arqueológicos más importantes respecto a los más antiguos contactos egipcios con el mundo exterior
proceden de los recipientes de cerámica, en los cuales se transportaban muchos bienes. La cerámica
encontrada en los asentamientos urbanos de la propia Palestina sugiere que en esta región puede haber
existido una floreciente red comercial egipcia desde una fecha tan temprana como la primera fase del Bronce
Medio. Se ha sugerido que la expansión de la cultura Nagada hacia la región del delta a finales del
Predinástico puede haber sido resultado del deseo de los soberanos del Alto Egipto de conseguir contactos
comerciales directos con Palestina. En la misma época que los egipcios establecieron los primeros lazos
comerciales con los habitantes de la Palestina del Bronce Medio, hacían lo propio con la gente de Nubia.

El Reino de Punt (Ramsés III)


Los contactos egipcios con África se ampliaron de forma gradual hasta llegar más allá de la Baja y la Alta
Nubia, alcanzando la región del este de África que describen como Punt, donde se enviaron expediciones
comerciales. En el Reino Nuevo este tipo de expediciones se representaban en templos y tumbas, donde se
muestra a los habitantes del Punt como gentes de tez rojiza oscura y rasgos delicados.

El «Imperialismo» del Reino Medio y el Reino Nuevo


Durante el Reino Medio y el Reino Nuevo, Egipto consiguió de forma gradual un cierto grado de control
económico sobre las regiones de Nubia y Siria-Palestina. No obstante, las opiniones difieren respecto a si se
puede decir que estos territorios estaban «colonizados» política o socialmente o si la situación era mucho
más errática, caracterizada quizá por incursiones periódicas destinadas a salvaguardar las rutas comerciales y
proporcionar suministros o botín de guerra. El debate también se centra en la cuestión de la posible
motivación del imperialismo. La respuesta a estas cuestiones varía según el lugar y la época. En lo que
respecta a Nubia, los faraones de la XII Dinastía utilizaron la fuerza militar para controlar la región hasta al
menos la tercera catarata, construyendo una cadena de fortalezas que les habría dado el control sobre el
comercio del Nilo. Las fortalezas albergaban guarniciones y amplios almacenes que no sólo habrían
asegurado una continuada presencia militar en la Baja Nubia. La enorme cantidad de espacio destinado a
graneros en fortalezas, junto a los restos de edificios interpretados por Barry Kemp como «palacios de
campaña», sugieren que las fortalezas de la XII Dinastía en la Baja Nubia eran más bien un trampolín hacia
África y no sólo una frontera bien defendida. En cambio, durante el Reino Medio hay muy pocos restos de
presencia egipcia permanente en Palestina. Es indudable que durante la XII y la XIII Dinastías hubo
contactos con el Levante y el Egeo; pero no está claro hasta qué punto consiguió Egipto control político o
económico sobre ninguna zona del Mediterráneo oriental. Un fragmento de los anales de Amenemhat II
conservados en Menfis menciona al menos dos invasiones del Levante. Las «Cartas de Amarna» nos
proporcionan información, primero, sobre las relaciones existentes entre Egipto y las otras grandes potencias
(por ejemplo, Mitanni y Babilonia), y, segundo, sobre la laberíntica política de pequeñas ciudades-estado de
Siria-Palestina, que se peleaban y aliaban entre sí al tiempo que se pasaban de un lado a otro de las esferas
de influencia de Mitanni, Egipto y el reino hitita. La participación egipcia en Siria-Palestina durante el Reino
Nuevo se centra en la cuestión de hasta qué punto mantuvo Egipto una presencia militar y / o civil
permanente en las diferentes ciudades que había conquistado. Algunos especialistas consideran que hay
suficientes pruebas arqueológicas y textuales como para sugerir que Egipto colonizó al menos algunas
ciudades de Palestina. Sin embargo, otros especialistas sostienen que la cultura material de los yacimientos
egipcios del delta oriental es tan claramente diferente de la cultura de las más cercanas ciudades de
Palestina, justo al otro lado del Sinaí, que parece muy improbable que llegara a haber demasiados egipcios
viviendo entre la población local. Durante el Reino Medio y el Nuevo, de la ya descrita ideología
esencialmente xenófoba, según la cual los estereotípicamente bárbaros nubios aparecen representados en el
arte y la literatura oficiales como despreciables representantes del caos. Algo que ha de compararse, no
obstante, con dos factores importantes: primero, que muchos extranjeros (nubios y asiáticos incluidos)
vivían felices entre los nativos egipcios en muchas de las ciudades del propio Egipto; y, segundo, que
existen pruebas de una deliberada política egipcia de aculturación tanto en Nubia como en el Levante.

Biblos
La ciudad de Biblos, está situada en la costa de Canaán. Posee una larga historia que se extiende desde el
Neolítico hasta el Bronce Final, cuando parece que su población se trasladó a un emplazamiento cercano, en
la actualidad enterrado bajo un poblado moderno. La importancia de Biblos reside en su función como
puerto y en que desde aproximadamente el momento de la unificación los egipcios la utilizaron como fuente
de madera. La cultura egipcia del Reino Medio tuvo una influencia especialmente fuerte en la corte de los
soberanos de la Biblos del Bronce Medio y entre los objetos encontrados en las tumbas reales de esta época
hay varios con los nombres de Amenemhat III y IV. Durante el Reino Nuevo, la ciudad aparece destacada en
las Cartas de Amarna, puesto que su soberano, Ribbadi, pidió ayuda militar al soberano egipcio. En esta
ocasión Biblos cayó en manos enemigas, pero fue reconquistada después. Las pruebas arqueológicas
sugieren que el cénit de los contactos Egipto-Biblos se produjo durante la XIX Dinastía, seguido por un
declive durante la XX y la XXI Dinastías, con un resurgimiento de los lazos durante la XXII y la XXIII
Dinastías. Tras el Tercer Período Intermedio, la importancia de Biblos parece haber declinado gradualmente
en favor de los puertos vecinos.

Los «Pueblos del Mar»


En los siglos XIII y XII a.C., una serie de grandes cosechas fallidas en el norte y el este del Mediterráneo
parece que desencadenaron migraciones a gran escala por toda Anatolia y el Levante. Estos problemas
agrícolas hicieron que el soberano de la XIX Dinastía Merenptah enviara grano a los hititas, afectados por la
hambruna y por entonces en pleno declive; por otra parte, se cree que muchos centros urbanos micénicos se
destruyeron en estas fechas. Entre los emigrantes mediterráneos de la época había una laxa confederación de
grupos étnicos procedente del Egeo y Asia Menor que los egipcios conocieron como «pueblos del mar».
Avanzado el Período Ramésida, los «pueblos del mar» aparecen descritos y representados en los relieves.
Estas fuentes indican que los «pueblos del mar» no se limitaban sólo a actos aleatorios de saqueo, sino que
formaban parte de un significativo movimiento de pueblos desplazados que migraron a Siria-Palestina y
Egipto. Está claro que su intención era asentarse en las zonas que atacaban, porque no aparecen
representados como meros ejércitos de guerreros, sino también como familias enteras que llevaban consigo
sus posesiones en carros tirados por bueyes. El primer ataque de los «pueblos del mar» contra el delta
egipcio, aliados a los libios, data del quinto año de reinado de Merenptah. Desde el punto de vista egipcio, la
confrontación final con los «pueblos del mar» tuvo lugar en el año octavo del reinado de Ramsés III, en un
momento en el que probablemente ya habían capturado las ciudades sirias de Ugarit y Alalakh. Atacaron
Egipto por mar y tierra, siendo la batalla naval. Esta victoria protegió a Egipto de una invasión abierta desde
el norte, pero fue finalmente la más insidiosa infiltración de gentes libias procedentes del oeste la que tuvo
éxito como medio de conseguir el control de Egipto.

Conclusión
Las relaciones de Egipto con el mundo exterior se basan principalmente en el poder y el prestigio. El motivo
fundamental de los primeros contactos comerciales entre los egipcios y sus vecinos de África y Oriente
Próximo parece que fue conseguir materias escasas o exóticas y productos que pudieran servir para reforzar
la base de poder de los individuos o grupos afectados. Durante los Reinos Medio y Nuevo, había grandes
sectores de la burocracia regia y del poder militar dedicados exclusivamente al proceso de obtener impuestos
y azofra de las provincias de Egipto. Tanto ideológica como económicamente, los actos de conquista y
gobierno eran inseparables de la idea de inyectar nuevas riquezas a las heredades del rey y a los principales
cultos religiosos. No obstante, no era sólo cuestión de importar materias y bienes a Egipto. También parece
haber existido un constante flujo de gentes y de influencias lingüísticas y culturales que condujeron a la
creación de una sociedad característicamente cosmopolita y multicultural desde al menos el Reino Nuevo.

Imperio egipcio, ramésidas, expansión y conflictos

LULL GARCIA, José. El reino nuevo II: la época de los ramésidas, En: JOSÉ MIGUEL PARRA
ORTIZ (coord.) EL ANTIGUO EGIPTO Sociedad, Economía, Política, Madrid, Marcial Pons. cap.
VIII

Capítulo 8: Reino Nuevo II: La Época Ramésida.


Aproximación a la historia de la Época Ramésida hasta Ramsés III:
Paramsés había ido ganando peso en el organigrama político egipcio durante el reinado de Horemheb,
pasando por diversos cargos de relieve, como el de “inspector de caballerizas reales”, “enviado real a países
extranjeros”, “general”, etc. Debido a esta gran trayectoria e influencia, Paramsés elimino el “Pa” de su
nombre, y empezó a ser conocido como Ramsés. La subida al trono de Ramsés I, supuso la inauguración de
la XIX Dinastía, iniciándose con él una época dorada en la historia del antiguo Egipto. Durante el mismo,
que abarca las XIX y XX Dinastía y un total de 215 años, Egipto llegara a uno de los momentos más álgidos
de su civilización. Sin embargo, también iniciara, un progresivo declive que llevara a la perdida de sus
protectorados en el extranjero, así como una crisis social, moral y económica. Seti I, sucesor de Ramsés I,
mando a grabar en su templo funerario, la famosa lista de reyes, que excluyo a Hatshepsut y los soberanos
de la época Amarna (XVIII Dinastía). La política de Seti I busco en el Próximo Oriente lograr la influencia
que se había perdido en la época Amarna. Tras la muerte de Seti I accede al trono su hijo Ramsés II,
inaugurando una época de gran actividad en el interior y exterior, De sus sesenta y siete años de reinado, son
los primeros en los que se enfocó mayor parte de sus actividades bélicas en el exterior. La principal potencia
adversaria de los egipcios era Hatti, el país de los Hititas, a los que se habían aliado varios príncipes y
señores de la región. Por ello en el año 4, Ramsés inicio una campaña que, después de pasar por Tiro y
Biblos, se adentró en el país de Amurru hasta hacer rendir al príncipe Benteshina, uno de los aliados de los
hititas, esta campaña fue el prólogo para su campaña a Qadesh, que se convirtió en el nuevo escenario por la
hegemonía de la región. Aunque no se sabe cómo termino la batalla, Ramsés II saco redito de esta campaña,
como su más grande hazaña.
En los siguientes años Ramsés II llegara a Moab y Edom, recorriendo las orillas del mar Muerto, y se
adentrara hasta Damasco y Kumidi. En el año 8 Ramsés enviara su ejército a Tunip, consiguiendo aislar la
influencia de Qadesh, situada más al sur. Un hecho importante del reinado de Ramsés II, es que firmó un
tratado de paz con Hattusil III, rey de los hititas, lo cual hermano a estas dos civilizaciones. Merenptah
acabaría ocupando el puesto de su padre. En sus diez años de reinado, realizo campañas contra Askelón,
Gezer, Israel y Kush. En el año 5 varios Pueblos del Mar intentarán introducirse en Egipto, los cuales serán
derrotados. Pero significaron grandes bajas. Tras Merenptah, se vio envuelto en una crisis interna, provocada
porque Amenemes usurpo el trono de Seti II al conseguirse hacerse con el control del Alto Egipto. La crisis
continuaría con Siptah, hijo de Seti II, que por su corta edad permanecería a la sombra del poder durante la
regencia de la reina Tausert. Con ellos finalizo la XIX Dinastía.
La XX Dinastía se dio comienzo cuando se hizo con el poder Setnakht, cuyo reinado duro dos años. Su hijo,
Ramsés III, es considerado como el último de los grandes faraones que dio a Egipto el Reino Nuevo.
Ramsés III intento emular a Ramsés II. Sin embargo, su reinado comenzó complicado, pues tuvo que hacer
frente a los libios y a los Pueblos del Mar, que tantos estragos causo en Anatolia y el resto de Levante
Mediterráneo. El reinado de Ramsés III finalizo tras un intento de regicidio llevado a cabo por la reina Tiy,
cuyo fin era sentar a su hijo Pentaur en el trono de Egipto. Aun así, el complot fue descubierto, y al tiempo
Ramsés III moriría.
Economía y Sociedad:
La economía local egipcia se basaba en el trueque, y en la mayoría de los casos eran transacciones bastante
simples, pues la variedad de productos que podía acceder el egipcio del mundo rural era muy limitada. En
las ciudades las transacciones podían ser más complejas. Muchos mercaderes se encargaban de la
distribución de los productos a lo largo de Egipto, y en la mayoría de los casos estaban en relación con las
instituciones religiosas. Algunas transacciones comerciales estaban notariadas. Y en el caso de la tierra, si
bien estaba en manos del faraón, había casos donde había propietarios privados de las tierras. Aunque los
egipcios del Reino Nuevo no habían desarrollado la moneda ni ningún objeto que se le pareciera, estos
habían encontrado un sistema de equivalencias que iba más allá de los trueques. Con los productos del día a
día no había problema. Pero para los productos elaborados, o materias primas raras, el comerciante debía
conocer su valor para realizar un trueque equiparable. A veces metales como la plata (deben) o el cobre
(deben) eran un estimativo en valor. También el aceite (hin) se usaba como medida de valor para las
transacciones más comunes o de artículos de primera necesidad. El salario de los hombres del equipo de la
tumba en Deir el-Medina se pagaba en especie, y nunca se lo relaciono con ningún valor económico. Los
capataces recibían mensualmente cada uno 5 ½ khar de trigo y 2 khar de cebada, un trabajador recibía 4 khar
de trigo y 1 ½ khar de cebada, suficiente para mantener una familia compuesta por diez personas. Por tanto,
podían obtener un superávit con el que comprar otros productos. Un médico recibía 1 ¼ khar de cereal,
sumado al sueldo de trabajador, ya si varias profesiones. Había un centenar de trabajadores bajo la corona de
Ramsés III, por lo que unas 500 personas, al menos, dependían de esto. Había ocasiones que los pagos se
retrasaban, es así que en el año 29 de Ramsés III se registra la primera huelga de trabajadores documentada
de la historia, como respuesta a la situación. Finalmente fue saldada la deuda con los trabajadores, aun así,
estas huelgas se van a repetir a lo largo de roda la XX Dinastía. Gracias a un censo realizado por Ramsés III
sobre propiedades, se puede saber que a principios de la XX Dinastía, la riqueza del templo de Amón era
inmensa y se extendía por muchas provincias egipcias. Para la época de Ramsés III según el Gran Papiro
Harris se estima que el dominio del templo de Amón poseía 2400 km2 de tierra cultivable, 421.362 cabezas
de ganado, 433 fincas, 65 pueblos, 83 barcos, 46 centros de producción y 81.322 trabajadores. El templo de
Ra en Heliópolis, segunda en tamaño, quedaba lejos, con 450 km2 de tierra cultivable, 45.544 cabezas de
ganado, 64 fincas, 103 pueblos, 3 barcos y 5 talleres de producción, y más de 12 mil trabajadores. Los
templos egipcios eran las casas de los dioses y estos debían recibir numerosas ofrendas para alimentarse,
vestirse, perfumarse, etc. Todos estos bienes procedían de los dominios del templo y de los centros de
producción que el templo tenía por todo Egipto. Durante el Reino Nuevo, y dad la gran cantidad de
prisioneros de guerra nubios, libios y asiáticos en Egipto, gran parte de la mano de obra era esclava. Aun así,
una gran parte de la mano de obra era campesina y libre, egipcia, que trabajaba la tierra favorecida por un
sistema de arrendamiento. El campesino debía pagar un 30% de su producción obtenida. El pueblo egipcio
seguía basando su alimentación en la cerveza, el pan y algunas hortalizas, cebollas, lentejas y pescado seco.
La carne era un alimento inusual en la población comuna. Gracias a una buena administración estatal, van a
haber pocas hambrunas durante el periodo Ramésida. Ramsés II va a preocuparse por el bienestar de los
trabajadores. El ejercito era importante, tal es así que eran de los más favorecidos. Incluso los oficiales
llegaron a convertirse en terratenientes, con gran influencia. Otro de los trabajadores era el Escriba, quien
gozaba de ciertos privilegios, como libre de impuestos y reclutamientos, y donde estaban por encima de
otros trabajadores.
Corrupción, robos y justicia
En un país como el Egipto Faraónico, donde había una gran red administrativa, la corrupción apareció, y
muchos funcionaros buscaron sacar provecho de su influencia para su enriquecimiento personal. Si bien
durante los reinados de Seti I y Ramsés II se aplicaron controles férreos sobre la administración, para evitar
esto, la inmensidad del Imperio hizo que algunos casos pasaran por alto estos controles. La corrupción no
solo se daba en el desvió de materias primas, sino también hay casos como capataces que usaban a los
obreros de las tumbas para sus propios asuntos. Para estos casos había leyes y normas. Las penas son
severas, sobre todo en cuanto al tratamiento físico de la persona infractora, pues esta recibe un gran número
de bastonazos y cinco heridas abiertas que debían ocasionar gran dolor o la muerte. Además de esto había
una parte de “trabajo social” que debían realizar, consistente en realizar la misma tarea que realizaba la
persona a la cual alejo ilegalmente de si puesto de trabajo, por el mismo número de días que aquella hubiera
estado fuera de su puesto. Otro de los decretos afecta a la expropiación indebida de terrenos, en este caso el
funcionario involucrado en este delito sufriría la mutilación de su nariz y sus orejas y seria rebajado de su
rango para convertirse en un simple campesino, y así muchos ejemplos de castigos físicos (jaja un montón).
El final de la Época Ramésida, desde el reinado de Ramsés IV
Tras la muerte de Ramsés III lo heredo Ramsés IV. A pesar de su corto reinado de 7 años, Ramsés IV tuvo
una importante actividad constructiva. Para poder realizar estas obras tuvo que explotar diversas canteras
(Wadi Hammamat). Al mismo tiempo duplico la cantidad de trabajadores de Deir el-Medina. No hay
registro de expediciones militares fuera de Egipto. Ramsés V hijo de Ramsés IV, fue el sucesor, poco se
sabe de él. Ramsés VI era el hijo de Ramsés III. El hecho de que muchos monumentos borrase el nombre de
Ramsés IV y que ocupara la tumba inacabada de Ramsés V ha hecho sospechar que pudo haber un conflicto
en la sucesión de Ramsés III. Tras la muerte de Ramsés VI asumió al trono su hijo, Ramsés VII. En sus
primeros años de reinado, el templo de Amón envió expediciones al desierto oriental en busca de oro y
galena. El hijo de este, murió, por lo que le sucedió el último de los hijos de Ramsés III, Ramsés VIII. Este
reino menos de un año. Ramsés IX tiene orígenes inciertos. En sus 19 años de reinado lleva cabo diversas
obras constructivas por el país. Ramsés X le sucedió a su padre, reino tres años. Ramsés XI posiblemente
hijo de Ramsés X y la reina Tyti. En su reinado se dio la “guerra del sumo sacerdote” de Amón. Esto
provoco un clima de guerra civil en el Alto Egipto, se originó debido a la confrontación de poderes e
intereses entre el “virrey de Kush”, Painehesi y el “sumo sacerdote de Amón”, Amenhetep, que gobernaba
Tebas desde el reinado de Ramsés IX.
El caos originado en esta contienda llevo a Ramsés XI a decretar el comienzo de una nueva era, la “uhem-
mesut” o “repetición del nacimiento” con la intención de volver al orden mediante un único simbólico. Los
últimos años del Reino Nuevo llevaran a la extensión de los protectorados egipcios, primero en Siria y
Palestina y después en Nubia. Tanto para el prestigio de Egipto como para su propia económica, la perdida
de estos territorios supuso un evidente revés: la actividad comercial disminuyo, así como los ingresos por
tributación y el acceso a una mano de obra esclava. Pero en lo que respecta a la sociedad egipcia, es
probable que la razón principal de la pérdida de su poder adquisitivo, de las hambrunas y otras penalidades
que se darán en esta época tengan su foco principal en la ineficacia de la Administración, paralelamente a
una corrupción generalizada.
Sociedad y Economía.
La crisis va a afectar a distintos sectores de la sociedad faraónica a finales de la XX Dinastía. Se va a entrar
en un periodo de inestabilidad política y social que llevara al paulatino debilitamiento de la figura del faraón
y a la aparición de otros focos de poder, principalmente el de los “sumos sacerdotes de Amón” en Tebas. El
hecho de que muchos cargos se volviesen hereditarios, condujo al empobrecimiento del faraón y
enriquecimiento de las familias poderosas gracias a su participación en el estado. El que faraón se
desvinculara del Alto Egipto también pudo influir en esta pérdida de poder. La pirámide social estaba
constituida en la cima por el faraón, su familia, y los funcionarios de más altos cargos. Par debajo de este
nivel estaba la nobleza principal al servicio del estado y un conjunto formado por funcionarios, sacerdotes,
agricultores ricos, militares y artesanos. La clase más baja estaba integrada por soldados, campesinos,
sacerdotes y funcionarios de menor rango, ósea la mayor parte de la población. Para comprender la situación
de la mujer en el Egipto del Reino Nuevo, el autor cita varios ejemplos, donde se ve que en ciertos casos
tenían la personalidad jurídica para heredar los bienes que le correspondían de su padre, en caso de que su
esposo fallezca, del cual heredaba 1/3 de las propiedades que tenían en común, los 2/3 restantes iban a sus
hijos, de los cuales tenía la potestad de decidir quién heredaba y manejar sus bienes. Mas allá de los
testimonios, se sabía que las mujeres podían participar en el comercio y realizar transacciones comerciales,
aunque eran las menos un 18% de las transacciones eran realizadas por mujeres. Lo que es importante para
definir el estatus social de la mujer es que ellas podían ir a los tribunales. La economía egipcia seguía
teniendo un carácter fuertemente agrario y centralizado. Lo que en momentos en que le Nilo estaba por
debajo de los niveles mínimos, no alcanzaría para suplir las necesidades de la población. Durante el reinado
de Ramsés IV se constata que un 30% de la tierra y un 20% de los habitantes de Egipto pertenecía a los
templos. Lo que demuestra el gran poder de estos templos. A finales de la época Ramésida la influencia
política, económica y religiosa del templo de Amón se hace patente. Tal es así que se van a dar las
condiciones para la independencia del Alto Egipto a finales del reinado de Ramsés IX. Durante los reinados
Ramésidas la variación de los precios en los alimentos básicos pudo estar atado a la escases de alimentos
vivida por ejemplo bajo el Reinado de Ramsés VII, donde los precios se habían hasta duplicado. Esto pudo
estar en relación a los problemas agrícolas naturales, así como también por el mal funcionamiento de la
Administración, las guerras o la corrupción. Las huelgas, que habían comenzado con Ramsés III, eran un
reflejo de este incremento en los precios, o el retraso de pagos. Los precios para la mayoría de los egipcios
eran irracionalmente altos, por lo que el robo no era una mala idea (aun teniendo las consecuencias
gravísimas de los mismos), antes que morir de hambre. Incluso morir era caro (los ataúdes costaban
alrededor de 30 sueldos de un trabajador). Por otra parte, la economía también se veía afectada por grupos
nómadas y de libios, que atacaban los pueblos en busca de algún botín, por lo que la seguridad de los
egipcios se veía bastante afectada. Hambre, falta de recursos, miedo a los merodeadores que rondaban la
región, corrupción en la Administración, pérdida de valores morales, etc., todo un cúmulo de situaciones
negativas que no podían hacer sino generar cierta inestabilidad y crisis.

GESTOSO SINGER (2008), Graciela El intercambio de bienes entre Egipto y Asia Anterior: desde el
reinado de Tutmosis III hasta el de Akhenaton [en línea]. Ancient Near East Monographs =
Monografías sobre el Antiguo Cercano Oriente 2. Buenos Aires: Society of Biblical Literature; Centro
de Estudios de Historia del Antiguo Oriente, Universidad Católica Argentina, 2008.

La Estela de Gebel Barkal de Tutmosis III: GESTOSO


La penetración egipcia en Asia comienza con los últimos faraones de la dinastía XVII y los primeros de la
XVIII, que al expulsar a los hicsos los persiguen hasta el suroeste de Palestina. La campañas dirigidas contra
Asia no fueron más que razzias extendidas hacia el interior de Asia Occidental, que como resultado traería la
obtención de botín y cautivos, pero no una ocupación permanente.
Tutmosis III consolido las fronteras alcanzados en Siria Palestina en forma permanente y organizada en
forma efectiva aquellos territorios a las cuales se habían llegado militarmente. La relación entre Egipto y
Siria Palestina adquiere el carácter de imperialismo, ya que se les restringe la libertad, hay interferencia
políticas servicios obligatoria, tributos, explotación económica y confiscación de tierra. El dominio de
Egipto sobre Asia tiene estas características, aunque las estructuras políticas y culturales existentes fueron
respetadas. Ya que los Egipto encontraron una cultura y organización indígena fuerte con estructura propia
que funcionaban y a los cuales no era necesario modificar sustancialmente para poder ejercer un control
sobre la región, por lo que solo realizaron algunos cambios para mantenerlos bajo la influencia Egipcia y
preservarlo por encima de las demás potencias (Mitanni- Hatti). En nubia fue diferente, ya hubo una
verdadera extensión de la forma de vida y administración egipcia, Nubia se convirtió en una Provincia
Egipcia, prolongada Egipto hacia el sur.
Esta estela fue encontrada en el Gran Templo de Amón en Gebel Barkal. Las campañas militares más
significativas llevadas a cabo por Tutmosis III son la conquista de Nohorina, la de Meggido y de Aodesh.
Otro conquista importante que aparece en la entela es la de; Mittani, en lo cual el rey saqueó y destruyó
ciudades, siendo esta la campaña más importante del rey. Si bien Tuthmosis alardeaba haber derrotado por
completo a Mittani, esto no es así ya que no destruyo su capital Washshuganni.
En cuanto a la teológica protagonista, la estela justifica la elección del rey como medio para lograr la
armonía en Egipto, enfatizando las virtudes del rey y explicando que, con el apoyo del dios Amón,
conseguirá los triunfos. Esa justificación teológica, sirve primordialmente como propaganda, que era
encargado por el rey con la intervención de hacer públicos sus actividades, recordándole a sus súbditos que
él era el elegido del Dios.

Relación con Nubia


Los primeros faraones de las dinastías XVIII preocupados en consolidar la reconquista de todo el territorio,
no emprendieron grandes programas de construcciones, sino que repararon las fortalezas ya existentes.
Recién con Tutmosis II se comenzaron a construir templos en gran escala. El primer Tutmosis construyó sus
templos en las zonas de los viejos fortalezas, mientras que sus sucesores lo hicieron en territorios ya de la
alta nubia. Esto constituyo la 1ra etapa de construcción de templos, mientras que la segunda comenzó con el
reinado de Ramsés II con el objetivo de glorificación del faraón.
El poco de nubia fue dividido en dos regiones: Wawati en la Baja Nubia al sur de la segunda catarata, y
Kush hacia el sur. Sus centros administrativos se situaban en las ciudades templo y tenían su organización
basada en los técnicos Egipcios de administración. A la cabeza de esa administración había un representante
Egipto denominado “virrey” y gobernaba las dos regiones de Nubia. El virrey era designado por el faraón y
el cargo recayó sobre un allegado a la administración egipcia o alguien relacionado con las actividades
militares. Su residencia era en Egipto y no en nubia. Este supervisaba las actividades que se realizaban en
los templos allí construidos, era encargado de las operaciones militares y de las actividades oficiales de
construcción, verifícala la correcta entrega del tributo del sur al rey y el cumplimiento de las obligaciones de
trabajo. A su vez, el virrey tenía a su cargo un conjunto de funcionarios: dos representantes, (para alta nubia
y otro para baja). Esas dos zonas a su vez se dividían en distritos como Elefantina o Buhen a cargo de
“jefes”, y también había un comandante de tropas de Kush y un número de funcionarios menores como los
sacerdotes y escribas. Los hijos de los jefes eran llevados a Egipto y recibían allí un educación egipcia para
que el acceso de sus padres fuera leales a los intereses egipcios.
Esta organización en Nubia se corresponde con un nuevo criterio aplicado por los faraones del Imperio que
pretendían no gobernar por las fuerza sino por la penetración ideológica y la asimilación. Otro aspecto de
esas penetraciones ideológicas en el religió, ya que en los templos de nubia se presentaron los dioses
egipcios, y también se veneraba a los faraones reinantes.
La política Egipcia en nubia tiene un marcado “look” imperialista que se demuestra en la dominación de un
estado sobre una región con objetivos bien definidos, como seguridad militar, el control del acceso a las
materias primas u otro tipo de mercancía valiosas, situación diferente al caso de la penetración Egipcia en
Asia.

La Organización Administrativa en Asia.


Tutmosis III realizo 17 expediciones a Asia en búsqueda de incluir el Imperio a siria Palestina. Estas
posesiones se dividieron en tres, Amurru en Siria central, Upi en Siria meridional y Canaán en Palestina. Las
cortes de El Amarna, reflejan las condiciones administrativas y las técnicas de dominación imperantes en esa
época.
Cada uno de esos 3 distritos fue gobernado por un “superintendente de los países extranjeros” cada distrito
tuvo un gobernador, que por lo general era egipcio, aunque hubo algunos principios nativos designados por
el faraón. Sus funciones eran: obedecer al faraón y vigilar los interese egipcios en Asia, supervisor y dirigir
las tropas reales en caso de disturbios y garantizar al abastecimiento de las tropas reales.
El gobierno de las ciudades de Siria Palestina fue dejado en manos de los príncipes locales llamados
“hazanú” que también eran supervisados por los gobernadores. Generalmente eran nativos de Siria palestina.
No se les permitió establecer ejércitos locales. Las principales tareas del “hazanú” fueron reconocer y
obedecer al faraón, proteger a la ciudad, proteger y obedecer al gobernador egipcio, reportar los
movimientos de los ejércitos de las principales rebeldías e informar al rey sobre cualquier movimiento que
ocurriera en Siria Palestina, abastecer al ejército real, suministrar trabajadores para la corona y pagar tributos
anuales al faraón.
Con Akhenaton se puso en funcionamiento la oficina de correspondencia del faraón, la cual actuaba
fundamentalmente en los problemas referentes a las posesiones en Asia. Existieron mensajeros reales
encargados de recordar tributos y llevar mensajes orales y escritos, informar la situación interna de los
países vecinos, actuar como interprete, llevar los presentes reales, acompañar la hija de un rey extranjero a la
corte egipcia; capturar y conducir a un príncipe rebelde ante el faraón, realizaban negociaciones políticas y,
por último, investigaban hechos de relevancia.
Técnicas de dominación Imperial:
 Mantenimiento de una fuerte flota
 Mantenimiento de un poderoso ejercito
 Instalaciones de guarniciones militares
 Construcción y mantenimiento de fortalezas
 Retención de los hijos de los príncipes de Siria y Palestina como rehenes en la corte egipcia
 Prestación de juramentos de lealtad
 Establecimiento a traslado de estela limítrofe
 La designación por el faraón de príncipes locales
 Deportación del jefe local y de su familia o de la población de una ciudad, región de siria palestina
 La muerte del jefe y su familia
 El saqueo e incendio de ciudades y de campos de cultivos.

Economía
En las posesiones asiáticas se creó un sistema de dominio, que ofrecía a Egipto mayores ventajas políticas y
económicas. Los Anales de Tutmosis III y las cartas de El Amarna son fuentes importantes para el análisis
de los factores económicos, estas fuentes nos proveen datos sobre la obtención de botines, regalos, tributos y
comercio.
Las listas de botín y tributo, mencionan que se recogían en Siria y Palestina tributos en especie. En primer
lugar, entregaban productos agrícolas, como los cereales, ganado, vino y aceite; y en segundo lugar materias
primas, de las que se destacan la madera del Líbano, metales dentro de los cuales se encuentras el oro, la
plata, el cobre y el bronce; y, por último, productos manufactureros, carros decorados en oro, plata o
multicoloreados, flagelos, vasijas y copas de oro y plata. También se mencionan los esclavos, pero estos
eran en un número más reducido.

Cisma Amarniense

KEMP, Barry, 1993, El antiguo Egipto, anatomía de una civilización, Crítica, Barcelona, cap.7 “Un
universo en miniatura: la ciudad de El-Amarna”.

Capítulo 7:

Un universo en Miniatura la Ciudad de El-Amarna


La religió egipcia fue un sistema de pensamiento abierto, en su esencia un lenguaje teológico para hacer
especulaciones acerca de aspectos ocultos del mundo, estaba expuesta a las modificaciones. A finales del
periodo Dinástico la religión egipcio se había desarrollado, en reacción a unos profundos cambios
psicológicos entre la población en general. El instrumento de cambio radicaba en la labor erudita de los
sacerdotes que se sentían incitado a componer material nuevo. Por lo que refiere al Imperio Nuevo da una
idea de cómo se entretejía el material antiguo con el nuevo, lo cual iba a estar destinado en parte a asegurar
el bienestar del rey fallecido en la vida cósmica futura y en parte a ilustrar las fuerzas y los procesos que
funcionaban en el cosmos. Durante el Imperio nuevo, os egipcios aun vivían en un mundo tan estable y
seguro que se dejó la teología en manos de sacerdotes, quienes seguían una trayectoria de librepensamiento
que siempre daba respuestas adecuadas a causa del enorme respeto que sentía por sus tradiciones.

El Fundador: Ajenaton “el Monarca Hereje”


En la historia de la religión egipcia solo existe un nombre y es el de un faraón de finales de la dinastía XVII:
Ajenaton. Haciendo uso de su enorme poder y riquezas, hizo un movimiento usado de que se salía de la
trayectoria tradicional de Egipto: intento una reforma religiosa. Trato de crear un nuevo culto más sencillo a
partir de las tradiciones egipcias. Hizo caso omiso de la mayor parte del sistema heredado, pero
principalmente rechazo al culto del Sol: el dios Amón o Amón-Re de Tebas, el cual tenía apariencia
humana. Se borro metódicamente su nombre y la imagen dentro de una campaña iconoclasta organizada
desde la administración, en lugar de las cosas del pasado, Ajeton coloco al disco visible del Sol, al cual los
egipcios generalmente daban el nombre de Atón. A este se lo podía ver directamente en el cielo, sin misterio
y solo necesitaba los templos por cuanto proporcionaban un marco boato con que el monarca le rendía
veneración. En Atón se veía al creador universal de toda vida y se le conmemoro un himno en el cual hay
una ausencia de alusiones a otros dioses. Ajeton advirtió la simplicidad de la religión solar, el disco solas
pasa a ser una única imagen divina, era una fuerza que presidia con actitud benigna, pero de lejos un mundo
estable y familiar, no era un dios irascible dispuesto a dictar comportamientos. La enseñanza moral estaba
arraigada en Egipto, y solía ir aparte de la teología, cuyo principal interés era el funcionamiento del
universo. A la religión de Ajenaton no le interesaba el destino o la condición del hombre sino la frente de la
vida misma. Atón despojo a los egipcios de una tradición de explicar los fenómenos del universo a través de
una imágenes extraordinariamente ricas, por lo que es fácil de comprender el posterior rechazo de los
egipcios a la religión del monarca tras su muerte. El vacío intelectual que dejo tampoco animo a quienes le
rodeaban a trascender los límites de la religión. Con la visión sencilla de Ajenaton se erigía el monarca y su
familia como únicos intermediarios, por lo que se dio una nueva presentación a la familia real, en la que la
reina principal, Nefertiti, aparecía como si tuviera un papel dominante.

La Fundación: Ajenaton “Horizonte del Disco Solar”


En el quinto año de su reinado Ajenaton decidió construir una ciudad real y sede de su culto totalmente
nueva, su nombre era Ajenaton, el horizonte del Atón, el emplazamiento se hallaba a mitad de camino entre
Menfis y Tebas. Sus proyectos utópicos están registrados en una serie de tabillas. La ciudad fue construida
con grandes prisas y la ocupo una población considerable, sin embargo, su existencia fue breve. El faraón
muere en su decimoséptimo reinado y le sucedieron su esposa y Tutankhamon, quien rechazo las ideas de
Ajenaton y volvió por completo a la ortodoxia religiosa, lo que significo también que la ciudad no tuviera
mucho futuro.

Arqueología de las Instituciones en El-Amarna


Detrás de los palacios y el paseo en carro se esconde un aspecto general e importante acerca del tono del
gobierno monárquico: la separación física además de simbólica del rey y su familia con respecto al mundo
exterior. Vivian apartado en un gran palacio fortificado en la ciudad norte, del cual salían para descender,
rodeados de esplendor, hasta la casa del faraón en la ciudad central. A partir de la gran abundancia de restos
excavados, se puede inferir que si bien el ejercito era parte de la barrera que separaba al monarca del mundo
exterior y aunque por lo general viajaba acompañado de un contingente militar y el mundo tal cual lo veía
estaba enmarcado por las lanzas de los soldados casi tanto como por los rayos de Atón, el militarismo y el
contacto con el ejército no entraban en las experiencias habituales de la vida civil del Imperio Nuevo, Se
podría tener a un oficial del ejército de vecino, pero en su casa aquel llevaría el estilo de vida de un
ciudadano corriente.

Vida Suburbana
Casi toda la población fija de El-Amarna vivía en dos grandes zonas residenciales situadas al norte y sur de
la ciudad central; el barrio norte y la ciudad principal. Aparte del corredor de edificios reales, la
planificación era inexistente, en vez de un grandioso diseño unitario, se encuentran pocas calles amplias,
distan bastante de ser rectas y comunican los barrios al centro. Esto produce la impresión de un grupo de
aldeas unidas. Los ricos vivían al lado de los pobres. Apenas había un concepto de situación privilegiada.
Las casas eran uniformes y la decoración mínima. Las casa de ricos y pobres se diferenciaban más por
tamaño que por diseño.

Alta Mesopotamia

Kuhrt, Amélie (2000) El oriente próximo en la Antigüedad II c 3000-330 a.C., cap. 9, Barcelona:
Crítica
El Imperio Neoasirio (934-610)
Las historia del Oriente Próximo comprendida entre 934 y 610 se halla dominada por la recuperación y
luego la expansión del estado Asirio. Se denomina a esta fase “Neoasirio”.
Hacia el siglo VII Asiria dominaba toda la zona del creciente fértil, y Ugarit, Frigia y luego Lidia, mantenían
relaciones diplomáticas con él.
La formación del Imperio suele dividirse en dos grandes fases desarrollo:
 Primera: (934 – 745) los asirios empiezan a reclamar los territorios de la Alta Mesopotamia. Los
estados más pequeños aceptaron el domino asirio y forman una alianza político y comercial con
ellos.
 Segunda: (745-610) expansión enorme del Imperio, incorporación y reorganización en calidad de
provincias a los territorios anexados (dominan desde el golfo pérsico hasta Turquía). En el 610 se da
el hundimiento del Imperio.

Hay varias fuentes para conocer la historia de Asiria:


 Anales Reales: encontrados en las ciudades de
Assur, Kalhu, Nínive, escritos en acadio.
 Inscripciones en los palacios
 Obeliscos y Estelas
 Otras Fuentes

De Estado Territorial a Potencia Imperial (934-745)


Los primeros reyes Neoasirios, realizaron campañas en zonas que ya habían sido conquistadas por sus
predecesores del período Medioasirio. Se asentaron y expandieron las fronteras al norte del país. Se declaró
la guerra a los arameos. Se conquistaron las tierras del oeste en los montes Zagros, por donde pasaban rutas
comerciales por donde circulaba el lapislázuli.
Durante el reinado de Adad-Nirari II (911-891), se dieron guerras en la frontera con Babilonia, se
movilizaron tropas, y se estableció un sistema de puntos de aprovisionamiento para tropas, gracias al tributo
que se les exigía a las regiones conquistadas.
Durante el reinado de Salmanasar III (883-824), el dominio de Asiria se consolidó sobre Anatolia central. Se
llevaron a cabo expediciones militares por el este. Los reinos vasallos, pagaron fuertes tributos. Las
relaciones de Asiria con sus estados vasallos, no siempre estuvieron marcados por la violencia. Algunos de
estos, aceptaron ser parte del Imperio, para gozar en parte de la gloria de éste. Se establecieron casamientos
estratégicos.
La presencia de Asiria en los estados levantinos, tuvieron repercusiones artísticas: hacen aparición los
relieves escultóricos magníficamente labrados que adornan las paredes del palacio de Ashur-Nasir-pal en
Kalhu. Salmanasar III, logra reclamar a Jehú de Israel, el tributo. Se firman tratados son Babilonia.

Problemas en Asiria entre 823-745


Al término del reinado de Salmanasar III se producen rebeliones que afectan a Assur, Nínive y a otras
ciudades. El sucesor, Shamshi-Adad V (823-811), deberá pelear por años para conseguir el trono. Este rey
intervendrá en Babilonia: expulsará al rey y asolará el país.
Su hijo intentará restaurar la normalidad en Babilonia, haciendo volver de Asiria a los deportados. Él mismo
será tratado como Rey de Babilonia.

Expansión y Consolidación del Imperio (744-630)


El Imperio asirio adquirió su estructura y forma definitiva entre 745 y 705. Fue entonces cuando se
estabilizó, llegó a dominar sin cambios la mayor parte del Oriente Próximo.
Babilonia pasó a ser gobernada directamente por Asiria. El alzamiento de un caudillo caldeo que gobernó
por un breve período de tiempo el trono de Babilonia, les permitió a los asirios invadir el país y consolidar
definitivamente su poder sobre esta.
La caída de Samaría supuso el fin del reino de Israel, que se convirtió también en una provincia gobernada
por Asiria.
Sargón II (721-705) accedió al trono de forma irregular. Este derrotó una sublevación de Hamath. Por su
parte también sufrió una derrota de parte de los Elamitas. Dio por concluida la política expansionista del
Imperio. Logró imponer una monarquía dual en Babilonia. Fundó una fortaleza real al norte de Nínive.
En 671, el ejército Asirio tomó Menfis (Egipto) y luego se apoderaron de Tebas, que fueron reconquistadas
por un faraón algún tiempo después. Se impuso el dominio sirio sobre Elam.

Estructura del Imperio Asirio


Rey
Constituye el eje en torno al cual gira todo el sistema. Tiene poder absoluto. Durante el período paleo asirio
el rey era el primero entre pares. Luego se transforma en un soberano absoluto y estos “pares” formaran un
grupo privilegiado (aristocracia). Se crearon nuevos cargos administrativos que fueron puestos en manos de
esta aristocracia. Para subrayar el poder absoluto del rey, todo el mundo debía mostrar su lealtad absoluta a
él, prestando un juramento, que se daba dentro del marco de una celebración religiosa en presencia de los
dioses. Los que rompían este juramente, eran culpables de provocar el caos contrario a la armonía que los
dioses habían establecido, por lo que los reyes asirios debían perseguir y ejecutar a estos. El rey inspiraba un
temor reverencial. Todos los habitantes del Imperio podían apelar al rey y plantear su caso en él para que
hiciera justicia directamente. El rey ostentaba el título de Sacerdote de Assur. El ritual de la coronación
mostraba que era un ejecutor del Dios Assur. El bienestar físico y la armonía social estaban estrechamente
vinculadas a las virtudes personales del Rey. Una de sus obligaciones era hacer la guerra, lo que implicaba
que para que esta pudiera llevarse a cabo, se debía seguirse un riguroso ritual donde se consultaba a los
dioses y se pedía su aprobación. Planeaba y dirigía personalmente las acciones bélicas. Los reyes asirios no
exigían a os pueblos vencidos que rindieran culto a los dioses asirios, ya que reconocían el poder de los
dioses extranjeros y los respetaban. Lo que ocurría habitualmente era que se robaban las imágenes de los
dioses de los pueblos vencidos, y la devolución de estas, eran signo de relaciones de amistad que se
establecían entre Asiria y los estados rebeldes derrotados.
Los frutos de la guerra: las guerras enriquecieron extraordinariamente al Imperio. Esta suministraba al
monarca la mano de obra necesario para la agricultura, el ejército y las obras constructivas. La guerra no
enriquecía solo al soberano, sino que al estado y a los templos. El rey era, de esta manera, el gran proveedor
de su país y su pueblo.

Sucesión al Trono, la Familia Real y la Corte


La elección del heredero al trono era confirmada por la aprobación divina concedida a través de un complejo
proceso de adivinación. Por regla general, el monarca elegía como sucesor a su hijo mayor. Una vez que,
mediante vaticinios y señales, los dioses confirmaban la elección, este era presentado como príncipe
heredero ante la corte y en medio de una ceremonia pública.
El heredero iba asumiendo paulatinamente, responsabilidades en la administración del Imperio, como parte
de la preparación para gobernarlo en un futuro. Su educación comportaba el aprendizaje de la etiqueta real,
la pericia militar y cuestiones de sabiduría y erudición tradicionales de Mesopotamia.

El Rey y sus Sabios y Consejeros


El monarca era protagonista de innumerables ritos, pues el bienestar de Asiria de ellos dependía. Se llevaban
a cabo ritos de purificación del monarca y se confeccionaban listas de días fastos y nefastos. Los sabios que
los rodeaban no formaban un grupo unido que actuaban en colaboración para conseguir sus propios fines,
sino que era un grupo muy heterogéneo donde se daban luchas para obtener el favor del rey.
Funerales Reales
Lo primero que tenía que hacer el príncipe heredero a la muerte de su padre, era celebrar los funerales de
este. El cadáver era expuesto públicamente durante algunos das y era llorado por su familia. Probablemente
se celebraba también una lamentación pública. El cadáver era colocado en un sarcófago y colocado en una
cámara subterránea del Palacio Viejo.

Reinas y Mujeres de la Familia Real


Los reyes tenían varias esposas. El soberano podía casarse con las hijas de la nobleza Asiria. El título que
ostentaban las reinas neoasirias era el de “mujer del palacio” (Reina).
La reina poseía fincas y numerosa servidumbre.
Si se convertían en reinas madres (madre del soberano), ocupaban una posición muy especial y destacada.
Poseía grandes extensiones de tierras, funcionarios, guardias, tropas de su casa y trabajaban para ella
numerosos labradores. Todo ello le reportaba cuantiosos ingresos y la posibilidad de aumentarlos mediante
la comercialización de sus productos.
La reina y la reina-madre no ejercían oficialmente ningún poder. No obstante, en situaciones de
incertidumbre política provocada por la muerte repentina del rey o por la ascensión al trono de un menor,
podían actuar para defender y proteger el régimen establecido y garantizar que las medidas adoptadas para la
sucesión al trono se cumplieran sin sobresaltos.

Los Hijos del Rey


Algunos príncipes obtenían importantes cargos: cargos importantes en algún templo o dentro del ejército.

Séquito del Rey


Los altos personajes que rodeaban al rey eran extraordinariamente ricos: el monarca podía concederles
grandes fincas y eximirlos del pago de impuestos.

Organización del Imperio


 Las provincias: el Imperio asirio estaba dividido en provincias que tenían el nombre de su ciudad
principal. Cada capital contaba con la residencia del gobernador. El monarca pernoctaba en esos
palacios cuando visitaba las provincias. Allí se recaudaban los impuestos (parte de los cuales se
gastaban en la misma provincia y otra parte que eran enviados a las autoridades centrales).
 Gobernadores: tenían la responsabilidad de mantener el orden en las provincias, mantener el buen
estado de los caminos, velar por la seguridad de los grupos de mercaderes y del transporte del
tributo. Proveían de todo lo necesario al rey, a su sequito y al ejército cuando estos pasaran por su
territorio. Suministraban al rey tropas para sus campañas, reclutándolas entre la gente que tenía la
obligación de prestar servicio al soberano (mano de obra para los trabajos de construcción)
 Mano de obra, reclutamiento del ejército e impuestos: la base para el reclutamiento de las cuadrillas
de operarios y de tropas era fundamentalmente la tierra: a cada individuo se le asignaba una cantidad
de tierras y el beneficiario podía añadirlas a las parcelas que ya tuviera. Estas concesiones obligaban
al poseedor a aportar hombres para las obras de construcción o para el ejército. Gracias a las guerras,
las mano de obra y las tropas provenías de deportados. Estos mantenían su familia y se establecían en
el campo, fuera de la ciudad, para que trabajaran la tierra. Los deportados no tenían un trato
diferenciado, ni en lo jurídico ni en lo social. Muchos de estos deportados eran incorporados al
ejército o pasaron a formar parte de los artesanos y escribas del palacio. A partir de Senaquerib, los
deportados tienen un estatuto menor que el de los asirios, y muchos pasaron a ser esclavos. Había
personas libres que trabajaban a jornal. Cuando el estado asirio no necesitaba personas para
satisfacer las necesidades del estado, la obligación de suministrar a estas personas, podían ser
cambiadas por dinero.
 Comunicaciones, comercio y prosperidad: la extensión y complejidad del Imperio hacía que las vías
de comunicación tuvieran que estar en buen estado. Los caminos tenían lugares de
aprovisionamiento y almacenes. A lo largo de todo el Imperio, todas las ciudades fueron
reconstruidas y repobladas con los vencidos de otras regiones. Lo que se perseguía con ello era la
seguridad del Imperio, la explotación de tierras y mantener las rutas comerciales. Los mercaderes no
eran simples agentes de la corona. Además, había comercio privado sometido al pago de impuestos.

Caída de Asiria
En el 612, producto de una alianza entre los babilonios y los medos, Nimrud y Nínive fueron destruidas.
Hacia 605, la mayor parte del Imperio asirio estaba en manos de una nueva Dinastia babilónica.

Crisis y transformaciones en torno al 1200 a.C.

LIVERANI, Mario, 1995, El Antiguo Oriente. Historia, Sociedad y Economía, Crítica, Barcelona, cap.
19 y 22

Capítulo 19: Siria-Palestina en el Bronce Tardío

Demografía y Asentamientos
Entre el Bronce Medio y el tardío hay una total continuidad en los asentamientos siriopalestinos. No se
conocen casos destacados de asentamientos nuevos, las ciudades siguen utilizando el mismo trazado urbano,
defendidas por las mismas murallas. Dentro de los muros, los edificios públicos son ampliados y
enriquecidos, ganando terreno a los barrios de viviendas privadas. Los templos siguen siendo bastante
pequeños, de tipo longitudinal tripartito o de tipo torre.
Hay un retroceso en los asentamientos, y aumenta el comportamiento nómada pastoral, con una reducción
del número de habitantes. Las tendencias demográficas debieron ser bajas, dado que la población global
disminuyó, no solo entre el Bronce Medio y el Tardío, sino en este último periodo entre los siglos XV y XIV
al XIII. Se considera que la causa principal fue la actividad bélica, tanto exterior como interior. También
influyeron los factores socioeconómicos, como un excesivo gravamen laboral y fiscal, los endeudamientos
seguidos de la perdida de la libertad, con las consiguientes fugas, y los abandonos de aldeas enteras. Había
diferencia entre las familias palatinas, las cuales eran polígamas y numerosas, en contra posición de las
familias campesinas que eran monógamas y con pocos hijos, por esta razón había una gran presión fiscal
sobre estos últimos.

Economía y Sociedad: Palacio y Campo


Mientras en el campo escaseaba la mano de obra, las ciudades florecían, alcanzando niveles cuantitativos
muy elevados, lo que produjo unas diferencias económicas, sociales y políticas entre el sector palatino y el
rural que nunca antes habían sido tan acusadas, ni lo seria en el futuro. La economía palatina se basaba en la
producción primaria, que afluía mediante tasación interna. Se incrementaron los cultivos más especializados,
como la horticultura y la viticultura, que requerían un mayor esfuerzo y solo eran convenientes en tierras de
regadío.
El distinto régimen jurídico de las tierras tenía más importancia que los aspectos paisajísticos. Las primeras
podían ser explotadas directamente por el palacio. Las tierras del rey también podían ser entregadas a los
especialistas palatinos como posesión temporal y condicionada, aunque con el paso del tiempo tendió a
estabilizarse y se formó una clase de propietarios ausentes, que ejercían su actividad en palacio. En cuanto a
las tierras de las aldeas, el palacio cobraba un diezmo, es decir, bastante menos que lo que se sacaba de sus
propias granjas. Pero el palacio no podía extender sus tierras en perjuicio de las aldeas, porque estas eran
una reserva de mano de obra con la que se cubrían las bajas producidas entre los siervos de las granjas. Con
una base agropastoral poco segura y rentable, la economía de los centros palatinos siriopalestinos, y en
particular las ciudades costeras como Ugarit, Biblos y Tiro, o la ciudades norteñas como Karkemish y
Aleppo, se apoyaba, en gran medida, en los productos artesanales. Había dos sectores principales, el textil y
el bronce. El primero se basa en la producción de lana de la ganadería trashumante siria, pero los tejidos
ganaron originalidad y calidad gracias a ciertas técnicas de fabricación y coloración. La producción de
bronce estaba muy desarrollada gracias a la cercanía del cobre de Chipre, y seguía alimentando corrientes de
exportación hacia Mesopotamia, Egipto y la propia Anatolia. La composición del tributo que pagaban los
estados sirios a los hititas y los palestinos a Egipto confirma que los dos productos principales eran los
tejidos de lana teñidos con purpura y los objetos y armas de bronce. El comercio de transito también tenía un
peso importante en la economía de la zona, dada su y ubicación en el centro del sistema regional, que se
había desplazado al suroeste con la inclusión orgánica de Egipto. En el Bronce tardío, dentro de ambos
sectores (palatino y familiar) hubo cambios importantes en las relaciones sociales, impulsados por los
factores económicos y políticos que acabamos de mencionar, típicos de todo Oriente Próximo durante esta
época, pero más influyentes en Siria-Palestina. En el ámbito del palacio, ya a partir del siglo XVI se impuso
la solidaridad de clase entre el rey y la elite política-especialista, que tuvo como resultado la marginación y
explotación de los ámbitos extra-palatinos. La solidaridad se vio reforzada no anulaba el mecanismo
originario, en virtud del cual los especialistas prestaban un servicio al palacio a cambio de su manutención.
En cambio, durante los siglos XVI y XIII se produjeron tres fenómenos paralelos cuya combinación afecto
seriamente a la racionalidad del sistema. El primer fenómeno: la transmisión hereditaria de padres a hijos del
servicio y las tierras. El segundo fenómeno: fue la generalización de las exenciones de servicio. El tercer
fenómeno: el pago de una suma de dinero en sustitución del servicio, sobre todo cuando este era militar y
suponía un riesgo personal. Mientras en el sector palatino se introdujo la tendencia a la adquisición
hereditaria de servicios y tierras, propia del sector familiar, en el sector libre, a imitación de lo que ocurriría
en el ámbito palatino, se empezó a dar más importancia al mérito personal que a la posición familiar. La
cabeza de familia pasó de ser el gestor de una tierra perteneciente a la familia, a propietario a título personal.

El Sistema Político y la Dependencia Exterior


En el sistema político de dos niveles, típico del Bronce Tardío, toda la franja siriopalestina era tierra de
pequeños reyes, y la única región que no había alcanzado la unidad política. Tras la efímera presencia
antiguo-hitita a finales del siglo XVII, tres grandes reinos, Mitanni, Egipto y los Hititas, ejercieron su
dominio en la región durante el periodo entre 1600 y 1200, con diferentes sistemas de control y explotación.
El dominio mitannio es el que menos se conoce, se estableció en el norte de Siria al retirarse los hititas, y se
extendió hasta el sur de Siria. Este dominio se basaba en el prestigio de los maryannu, que se extendieron
por toda la región, sobrepasando la zona de influencia mitannia. Los pequeños reyes sirios solo podían reinar
si eran reconocidos por el rey Mitanni, con quien tenían que firmar un pacto con prestaciones tributarias. El
dominio egipcio fue posterior al mitannio. Se estableció con las expediciones de los primeros faraones de la
XVIII Dinastía, a raíz de la expulsión de los últimos reyes hicsos. Las primeras expediciones penetraron
profundamente, pero no tuvieron efectos duraderos. Fue Tutmosis III quien conquisto de forma progresiva y
metódica toda Palestina y el sur de Siria, con una seria ininterrumpida de campañas victoriosas. Una vez
consolidada el control de toda la región el dominio egipcio mantuvo relaciones con Mitanni, primeras
conflictivas y luego pacíficas, y se organizó en tres niveles distintos. El sistema Hitita era distinto, este era
similar al mitannio, ya que también se basaba en una relación de fidelidad recíproca, plasmada en un tratado
escrito que aseguraba un vasallo fiel una protección adecuada, contribuyendo así a estabilizar las relaciones
políticas en el norte de Siria. El rey hitita era el encargado de resolver los problemas. En caso de
controversia, intervenía personalmente, lo que también le permitía modificar la situación local. Bajo estas
estructuras imperiales y coloniales subsistía la dimensión de los pequeños reinos locales. Seguía habiendo
rivalidades en la zona mitannia que después se extendieron a la egipcia. En los reinos estaba vigente el
principio dinástico. Nadie podía aspirar al trono, ni siquiera como usurpador, si no pertenecía a la familia
real. Pero este principio dejaba un importante margen de incertidumbre, de libertad de acción. La
importancia del mérito personal para la herencia, y el carácter no automático de la misma, en el caso de una
herencia indivisible como el trono, provocaron encarnizadas luchas fratricidas.
Acontecimientos Políticos y Estados Locales
En el norte se afianzo el dominio mitannio, que expulso por las armas a los hititas y creo una red de
relaciones con los estados locales. Al mismo tiempo en el sur, empezaron las expediciones de los primeros
tutmosidas, que a veces se adentraron mucho en el territorio, pero sin concentrarse en un dominio estable.
Durante la primera mitad del siglo XV, la región fue ocupada a raíz de las expediciones de Tutmosis III, con
las que consolidó el control egipcio no solo sobre toda Palestina, sino también sobre la mitad de Siria.
Durante la segunda mitad del siglo XIV y todo el siglo XIII hubo una gran estabilidad territorial entre las
zonas egipcias e hitita. Al principio dicha estabilidad fue resultado de un equilibrio hostil, y los faraones
hicieron repetidos intentos de recuperar el control de Qadesh y Amurru. En el norte hay tres estados
importantes, Karkemish, una ciudad importante a orillas del Éufrates, esta va a tener presencia comercial y
comercial en el norte de Siria. Otra reino es el de Amurru, cerca de las montañas libanesas. Por último,
Ugarit, un reino más pequeño que Amurri, y menos poderoso que Karkemish, que en un inicio es un vasallo
egipcio, y luego pasa a estar en la órbita hitita.

La Cultura Escribal, Literaria y Artística


La división política y económica entre clase dirigente y clases rurales tienen su reflejo en el ámbito cultural.
La cultura material de Siria-Palestina durante el bronce tardío, analizada a partir de los productos normales y
corrientes, muestra un claro retroceso cualitativo en comparación con los productos similares del Bronce
Medio. Es probable que los asentamientos rurales y las viviendas modestas sufrieran un empobrecimiento
general. Por el contrario, los palacios reales y las casas de la clase dirigente urbana muestran una
concentración de riqueza que, cuantitativa y cualitativamente, es la mayor de todo el periodo preclásico. En
cada palacio el principal centro cultural seguía siendo la escuela de los escribas, enfocada a la
administración y los archivos. Todavía se utilizaba el acadio, tanto para los textos diplomáticos y epistolares
como para los administrativos y jurídicos de carácter interno. En el aspecto técnico proliferan los
vocabularios bilingües y plurilingües como elementos de enlace entre las lenguas cultas, empleadas
exclusivamente por los escribas las lenguas habladas en el área, gracias a los intensos contactos
internacionales y al dominio extranjero. En la Siria-Palestina del Bronce Tardío se experimentó por primera
vez algo mucho más prometedor e innovador: la escritura alfabética. Al margen de la iconografía, los
productos artesanales siriopalestinos del Bronce Tardío son famosos y refinados. Algunos de ellos se han
perdido para siempre, como las telas variopintas, tejidas y bordadas con típicos motivos iconográficos, que a
duras penas podemos imaginar a partir de ciertas representaciones egipcias.

Religiosidad Urbana, Rural y Nómada


Alejado de la población en el plano cultural y socioeconómico, el rey recuperó su protagonismo y sus
vínculos con los súbditos de todas las clases sociales cuando desempeña su función religiosa y participa en
una serie de festividades, ofrendas y rituales, para conseguir el favor de las numerosas divinidades que velan
por el bienestar del reino. La función religiosa del rey es doble: defensa contra los peligros exteriores y
buena marcha de la fertilidad, del ciclo reproductivo del país. El rey siriopalestino del Bronce Tardío no es
divinizado en vida, es más, parece que en vida es portador de una concepción sumamente laica utilitaria de
la realeza. Pero de alguna forma es divinizado después de morir, o por lo menos pasa a formar parte de una
categoría de seres a los que se rinde un culto de carácter dinástico, pues se cree que contribuyen al bienestar
y la seguridad del país en el que antaño reinaron. El rey además es identificado de alguna manera con la
divinidad principal del panteón. Es una identificación doble, porque el rey humano actúa en los ritos como
réplica del dios a su vez sume en el miro una personalidad de rey: es rey de los demás reyes, actúa como un
rey, ostenta epítetos regios, armas y atributos regios. Además del dios central, probablemente había otros
dioses de los antepasados de tradición amorrita y carácter gentilicio, herederos de los dioses típicos de la
onomástica pastoral del bronce medio. Es una religiosidad más abstracta, no tan vinculada al ritual, al
patrimonio mitológico, a la representación icónica. En cambio, está vinculada a ciertos lugares, como las
tumbas de los antepasados, los lugares sagrados para las reuniones estacionales y los templos rurales, que
jalonan las rutas de la trashumancia y son polos de convergencia para las alianzas tribales.

Capítulo 22: Crisis y Reestructuración

Los Factores Internos de la Crisis


Poco después de 1200 todo el sistema político de Oriente Próximo, se viene debajo de una forma bastante
brusca ante el empuje de unos invasores procedentes de occidente. La crisis del siglo XII traza un nuevo
mapa político y una nueva distribución de los asentamientos, alterando profundamente las formas de la
cultura material, las relaciones sociales y las ideológicas.
Se cree que el choque con estos invasores fue letal por que los estados estaban despojados de cualquier
capacidad de resistencia. Los factores externos (y sobre todo migratorio) siguen teniendo su importancia,
pero con un peso numérico reducido (pueblos del mar), o convertidos en factores internos (nómadas). Pasan
de causas a consecuencias, del colapso.
La crisis demográfica que se agudizo en el Bronce Tardío es otro factor. Las mesetas semiáridas de
Transjordania y la Alta Mesopotamia vuelven al nomadismo, en anatolia y siria grandes ciudades son
abandonadas, y los asentamientos se concentran en los valles de regadío, en el centro y sur de Mesopotamia
la población se reduce a la mitad.
Las guerras, los destierros, la despoblación y la crisis productiva provocan hambre y pestes. Ya eran
problemas endémicos en el Bronce Tardío, pero la documentación revela su agudización a mediados del
siglo XIV y finales del XIII.
Las dificultades demográficas y productivas acompañan la crisis social, que puede considerarse la causa
primera de todo el colapso.
La separación tajante entre clase dirigente y clase productiva también tiene aspectos y efectos de carácter
ideológico, de “imagen”. El rey ya no se preocupa de aparecer como un buen gobernante, y se enfoca en su
imagen de héroe, en el lujo. Para la población no es mas el protector de los necesitados.

PÉREZ LARGACHA, Antonio 2003, El Mediterráneo Oriental ante la llegada de los Pueblos del
Mar, en: Gerión 2003, Nro. 1, pp. 27-49

El Mediterráneo Oriental Ante la Llegada de los Pueblos del Mar


En torno al 1200 a.c., la historiografía ha ubicado la aparición de un conjunto de pueblo, denominados del
mar a partir de fuentes egipcias, que ocasiono la crisis y desaparición de diferentes culturas, imperios y
reinos que habían existido durante el Bronce Reciente. De la desaparición de estos surgirían los Filisteos o el
Reino de Israel, así como también las ciudades fenicias, los Arameos o los reinos Neo-Hititas del norte de
Siria.
La llegada de estos pueblos del mar afectó especialmente al Próximo Oriente, donde Incluso Egipto, el único
estado que a juzgar por los textos logro repeler la invasión de estos pueblos, perdió definitivamente su
imperio en Siria-Palestina y su protagonismo histórico en la región.
Los pueblos del mar tienen un origen confuso, algunos los relacionan con el mundo griego, la guerra de
Troya y el final de los palacios micénicos. Pero lo mas llamativo de la procedencia de estos pueblos es como
un conjunto de pueblos, aparentemente poco numeroso y escasamente organizados, pudieron causar el fin de
unas estructuras de una formación mas o menos continua desde el III Milenio.

El Marco Social y Económico


El Bronce Reciente suele analizarse desde la perspectiva de los grande Imperios y Estados que dominaron
este periodo, prestándose especial atención a los conflictos y relaciones que existieron entre ellos.
El autor va a plantear que la situación social, económica y demográfica desde mediados del siglo XIV a.c.,
en los diferentes estado, reinos y culturas del Mediterráneo Oriental, experimento importes transformaciones
que permiten entender como los Pueblos del Mar, poco numerosos y escasamente organizados, han sido
identificados como los que provocaron el colapso de este mundo, cuando en realidad ellos pudieron ser la
consecuencia y no la causa del colapso.
Desde el surgimiento del urbanismo y del Estado en el Próximo Oriente a finales del IV milenio,
encontramos una creciente preocupación por la situación de dependencia en que encontraban importantes
segmentos de la población. En Egipto, el rey debe garantizar y proteger el orden cósmico, mantener los
principios de Maat, mientras que, en el mundo externo, dependiente de un Nilo celeste, tiene unas
estructuras económicas muy frágiles.

Los Hebreos: Origen e Identidad

Israel Finkelstein y Neil a. Silberman (2003). La Biblia Desenterrada. Madrid: Siglo Veintiuno.
Introducción “La arqueología y la Biblia”, págs. 23 a 42.

Introducción
La Arqueología y la Biblia
Israel era una un sitio con ciudades y poblaciones minúsculas al lado de sus Imperios vecinos (Egipto y
Mesopotamia), aun así, se convirtió en la cuna de la obra maestra de la literatura. La arqueología junto con
la biblia ha ayudado a distinguir entre relatos bíblicos y los acontecimientos de la historia antigua del
Oriente Próximo.
¿Qué es la Biblia?
Es una recopilación de textos legendarios, legales, poéticos, filosóficos e históricos escrita casi por completo
en hebreo. La biblia hebrea es la escritura fundamental del judaísmo, la primera parte del canon cristiano y
una abundante fuente de alusiones y enseñanzas éticas del Islam trasmitidas a través del texto del Corán.
Finkelstein va a analizar las principales obras históricas en la biblia, comparando con los datos
arqueológicos.
Del Edén a Sión
La Biblia esta cimentada en una historia terrenal, en donde el pueblo de Israel es una actor fundamental en
esta obra. La narración bíblica comienza en el jardín del Edén, y luego se centrará en la vida de una única
familia, la de Abraham, elegido por Dios para convertirse en el padre de una gran nación. Este tendrá un hijo
con Sara, Isaac, que heredará las promesas dadas antes por Dios a Abraham. Jacob, hijo de Isaac, será el
padre de 12 tribus diferenciadas. Jacob va a fundar por todo el país altares, y combatirá con un ángel, esto le
dará el nombre de Israel, nombre por el que se conocerían a todos sus descendientes. La biblia relata como
los doce hijos de Jacob trabajaron juntos, lucharon entres si y dejaron su país natal para buscar refugio en
Egipto en las épocas de grandes hambrunas. El Dios de Israel demostrara su poder en contra el faraón de
Egipto. Esto se narra en el éxodo, el Levítico y los Números. El Dios de Israel saco de Egipto a los hijos de
su pueblo y los condujo al yermo con señales y milagros. A los grandes triunfos de la conquista israelita de
Canaán, la fundación de un gran Imperios por el Rey David y la construcción del Templo de Jerusalén por
salomón les siguieron el cisma, caídas en la idolatría y el exilio. La Biblia relata cómo después de la muerte
de Salomón, las diez tribus del norte al verse bajo el poder de los reyes davídicos de Jerusalén, forzaron a la
creación de dos reinos rivales, el de Israel al norte u el de Judá en el Sur. Ante esta situación, Dios enviara
invasores extranjeros (arameos, asirios y babilónicos). Tras esto el Dios de Israel fue visto como de
insuperable poder, al usar a extranjeros con el fin de castigar al pueblo de Israel por su infidelidad. La fuerza
de la Biblia hará de Israel una comunidad religiosa guiada por la ley divina.
¿Quién Escribió el Pentateuco?
Los religiosos habían dado por sentado que los cinco libros de moisés (pentateuco), había sido escrito por
moisés. Aunque en la edad moderna se puso en cuestión si había sido así. Los estudiosos finalmente van a
llegar a la conclusión de que los primeros cinco libros de la Biblia eran el resultado de un complejo proceso
editorial en el que las cuatro principales fuentes documentales habían sido combinadas por escribas
compiladores.
Dos Versiones de la Historia Posterior de Israel
El quinto libro, a diferencia de los primeros cuatro libros, presenta una terminología característica, y
contiene una condena del culto a otros dioses, y la prohibición de ofrecer sacrificios fuera del Templo de
Jerusalén. La arqueología ha proporcionado pruebas suficientes en apoyo de la nueva hipótesis de que el
núcleo histórico del Pentateuco y la Historia Deuteronomista tomo forma en el siglo VII a.c. Así el
pentateuco aparece como una creación de la monarquía tardía en defensa de la ideología y las necesidades
del reino de Judá y que está vinculado a la Historia Deuteronomista.
¿Es Historia o no lo es?
Aunque el texto bíblico es posterior a los sucesos descriptos en él, se debió basar en un cuerpo importante de
recuerdos conservados fielmente.
Identificaciones Geográficas
A pesar de que algunos escenarios de la historia bíblica, como Jerusalén, Hebrón, Jafa, Basan y Gaza, no
han sido olvidados, se desconocían muchos lugares mencionados en la biblia. Gracias a la información
geográfica dentro de la biblia, Robinson (ministro de la Iglesia congregacionista norteamericana) descubrió
que era posible reconocer en docenas de antiguos tells y ruinas emplazamientos bíblicos ya olvidados.
Monumentos y Archivos de Egipto y Mesopotamia
Para comprobar la cronología de los sucesos bíblicos se recurrió a dos civilizaciones, Egipto, con sus
grandes monumentos y tesoros de inscripciones jeroglíficas, y por otro lado Mesopotamia, en las extensas
llanuras rodeadas por el Tigris y el Éufrates, lugares como Nínive y Babilonia fueron contemplados primero
en la biblia y luego como las capitales de unos Imperios poderosos, en donde sus escribas documentaron las
campañas militares y acontecimientos políticos.
Excavaciones de Yacimientos Bíblicos
Al finalizar el siglo XX, la arqueología ha demostrado que los hallazgos de restos materiales en Israel y
Oriente Próximo, y el mundo descrito por la Biblia son demasiados como para pensar que las Sagradas
Escrituras fueron literatura sacerdotal, tardía y fantasiosa, escrita sin ninguna base histórica. Pero, por otra
parte, existían demasiadas contradicciones en los descubrimientos arqueológicos y los relatos Bíblicos como
para creer que la biblia proporcionaba una descripción precisa de los que había sucedido realmente.
De la Ilustración Bíblica a la Antropología del Antiguo Israel
Adoptando métodos utilizados por arqueólogos y antropólogos en otras regiones, un número importante de
estudiosos intentó comprender como influyo en el desarrollo de sistemas sociales, religión y legado
espiritual tan singulares de los israelitas la interacción humana con el entorno natural complejo y
fragmentado de la tierra de Israel.
Una Nueva Visión de la Historia Bíblica
En la actualidad podemos ver que la Biblia es una obra humana característica que nos proporciona
información sobre la sociedad en la que fue producida.

Crítica Bíblica
VARO, Francisco. El marco histórico del Antiguo Testamento perspectivas actuales. SCRIPTA
THEOLOGICA 27 (1995/3) 751-788

Las Historias de Israel:


El análisis crítico de la biblia, como fuente, surge a fines del siglo XIX, en donde se empezaron a contrastar
los datos bíblicos con otros vestigios del pasado. Y empezaron a surgir diferentes posturas acerca del origen
de Israel, y de la religión en sí, así como las diferencias entre el relato y las interpretaciones del mismo en
constatación con los restos materiales.
Tanto en la religión de Israel como en la Iglesia, la Biblia se ha leído con frecuencia como una «Historia
Sagrada», esto es, como un relato en el que se presenta a Dios como guía de la historia: la inicia creando
todo mediante su palabra, establece unas normas para el funcionamiento de la naturaleza y del hombre,
anuncia sus planes de salvación para una humanidad caída desde sus orígenes, y conduce con su providencia
la ejecución de los mismo.
En cuanto a Palestina, Aunque las excavaciones arqueológicas fueran exhaustivas, no podrían suministrar
todos los datos necesarios para escribir una historia completa. El cuadro que se puede dibujar será real, pero
minimalista. La mayor parte de los acontecimientos que suceden en la historia no dejan huellas materiales ni
documentales para la posteridad. Pero eso no quiere decir que esos hechos nunca hayan sucedido. Es lícito al
científico afirmar que no puede constatar la realidad o falsedad de los sucesos que no han dejado huellas,
pero no podrá afirmar con todo rigor si han acontecido o no. No obstante, sí que podrá, y en ocasiones
deberá, preguntarse por la verosimilitud de lo que se le dice a la luz de los datos objetivos que posee.
Para el acceso a la historia antigua de Palestina se cuenta con un instrumento útil: la Biblia. Sin embargo,
debe emplearse con el debido rigor científico.
La crítica histórica de los textos bíblicos ha prestado ya, y ha de continuar prestando, una aportación
insustituible a la teología.

El Monoteísmo Hebreo

LIVERANI, Mario (2005), Más allá de La Biblia. Historia antigua de Israel. Barcelona: Crítica. Cap.
8 “Pausa entre dos Imperios (ca. 640-610 a. C)” (págs. 197-217) y Cap. 18 “La autoidentificación: la
invención de la ley” (págs. 411-433).

Capítulo 8: Pausa Entre Dos Imperios (640-610)


El Hundimiento del Imperio Asirio
El Imperio asirio llego a su punto máximo de poder en el reinado de Asurbanipal (668-631), quien mando a
sus generales a someter a Elam y Egipto. Pese a su esplendor, que se veía en sus palacios y obras de arte,
entre otras cosas, a mediados de siglo Asiria va a perder poder, perdiendo el control de las provincias más
lejanas, lo que implicaba una caída en las rentas, lo que hacía imposible sostener el aparato administrativo,
que había crecido mucho. Sumado a esto el fin del reinado de Asurbanipal va a desatar una guerra por la
sucesión. Es así como los Asirios van a ir siendo expulsados de las ciudades de Baja Mesopotamia, y los
babilonios empezaron a subir a los largo del curso del Tigris y del Éufrates, llevando el conflicto al centro
del Imperio Asirio, a los babilonios se le van a sumar los medos, enemistados con los asirios. Finalmente,
los caldeos (Babilónicos) junto con la ayuda de los medos van a destruir y, los primeros, van a hacerse con
el territorio de los asirios. Los medos solo buscaron la destrucción del Imperio, mientras que los caldeos se
harán cargo de la reconstrucción y continuidad del Imperio. Los egipcios, tras el hundimiento de Asirias
intentaron cortar el paso de los caldeos en el Éufrates y volver a tomar el control de Siria-Palestina. Pero el
intento no tuvo éxito, y los caldeos se hicieron con el control.
Intermedio de Libertad
Aproximadamente desde el 640 al 590, tras el hundimiento de Asiria, va a ser un momento de liberación
para las poblaciones sometidas al Imperios. Así mismo los ejércitos no tenían la capacidad de sofocar
rebeliones. Se vivió un momento de gran felicidad. Según interpretaciones teológicas el que Asiria había
actuado como castigo divino por las culpas y las infidelidades de los vencidos. Estos 50 años fueron un
periodo de renovada libertad de acción para toda la periferia imperial, y también un periodo de fermentos
ideológicos, concretamente religiosos, de gran alcance y de consecuencias duraderas.
Josías y el Proyecto Unitario
El joven Josías subió al poder con el apoyo del “pueblo de la tierra”. Josías supo aprovechar la situación
favorable para dar al reino de Judá un nuevo impulso, cuyo aspecto más importantes son de tipo religioso e
ideológico.
La desaparición del control asirio hizo posible que se llevara a cabo un proyecto de ampliación hacia el oeste
y sobre todo hacia el norte, en el territorio de las provincias Asirias que en su momento habían formado del
reino de Israel, con el cual Judá creía tener una comunidad étnica y religiosa que las especiales
circunstancias de la época de Josías permitieron poner de relieve. La cultura material habla de una
consistencia del reino de Judá desde Bétel hasta Berseba, sin que esa solides se rompa ni hacia el norte ni
hacia la costa mediterránea. Hay documentos bíblicos que ponen al reino de Judá en relación con el resto del
territorio de Israel. Según las fuentes textuales se refleja una ampliación efectiva del reino de Judá a todo el
norte, al menos el proyecto de Josías de hacer coincidir su reino con todos los territorios habitados por
israelitas, devotos de Yavé, “desde Dan hasta Berseba”. El proyecto quedo luego en nada debido a la
intervención de Egipto y a la muerte de Josías antes de que llegara a realizarse.
El Hallazgo de la Ley
En el 18vo año del reinado de Josías, el sacerdote Helcías entrego al secretario del rey, Safán, y este a su vez
al monarca, un manuscrito hallado en el templo de Jerusalén que contenía la Ley. Ante esto Josías se dio
cuenta que nunca había sido aplicada, y busco que se aplique con el fin de evitar desgracias. Algunos
especialistas creen que este libro puede haber sido el núcleo originario del libro del Deuteronomio. Los
conceptos fundamentales de la ideología deuteronomista son los siguientes: Yavé es el dios único; La
relación especial ente Yavé y su pueblo elegido se basa en el pacto, cuyo núcleo son las tablas de la Ley de
Moisés, guardadas en el arca de Yavé depositada en el templo desde los tiempos de Salomón; Yavé ha
sacado a Israel de Egipto y le ha dado la tierra de Canaán; Canaán deberá ser conquistada según los
procedimientos de la guerra santa y del herem; El pueblo tiene la obligación de ser fiel a Yavé y a su Ley, y
por lo tanto de resistir a toda tentación de apostasía e idolatría; El templo de Yavé debe ser uno solo, el de
Jerusalén.
Un Solo Dios en un Solo Templo
El mandamiento fundamental e innovador era el primero “Yo soy Yavé, tu dios, no tendrás más Dios que a
mí”. El deseo del rey habría sido imponer la unicidad del dios, del culto, y del lugar de culto: por un lado,
con la potenciación del Templo de Jerusalén, y por otro la eliminación de los demás lugares de culto. El
texto bíblico insiste sobre todo en la celebración de la Pascua a instancias de Josías, y también afirma que
ninguna pascua semejante se había celebrado desde el tiempo en que los jueces juzgaban en Israel. La
Pascua debía ser una vieja fiesta pastoral, con banquete sacrificial de cordero y pan ácimo incluido,
relacionado con el regreso de la trashumancia. Probablemente habría sido una innovación de Josías hacer de
esta fiesta una peregrinación para potenciar la convergencia de los fieles de todo el País hacia el santuario
central.
La Historiografía Deuteronomista
La obra histórica Deuteronomista ha llegado a nosotros en una formulación que no puede situarse antes de la
época de la Cautividad2, pues el desastre final del reino de Judá en ella ocupa un lugar importante. La obra
histórica en cuestión debe atribuirse a una corriente de pensamiento que partió de la reforma de Josías para
prolongarse en el tiempo. Lo importante de esta labor es el intento de seguir a lo largo de los siglos los pasos
de la relación entre Yavé y su pueblo. Se consideran como “malos” a todos aquellos reyes que no eliminaron
a otras religiones, o que las toleraron. Todos los reyes de Israel son considerados como culpables de
apostasía, por su tolerancia a otras religiones. Caso contrario con los reyes de Judá, donde unos fueron
considerados como buenos y otros como malos. Y Yavé castigaría esa fidelidad o adhesión.
El Fracaso y el Legado
En 609, un ejército a cargo del faraón egipcio Nekao se enfrentó en la costa palestina a los babilonios que
había acabado ya con los últimos residuos del Imperios asirios. En Megiddo, Josías se enfrentó a los
egipcios con la intención de detenerlos, pero fue derrotado y murió. No querían volver a su condición de
servidumbre anterior al pacto en el cual Yavé había sacado de Egipto al pueblo elegido. Aunque en gran
desventaja lucharon contra Egipto, y perdieron. Aun así, al poco tiempo, los egipcios perderían contra los
Babilonios, y Judá recuperaría de manera fugaz su independencia. De todas formas, la muerte de Josías dejo
inacabado el proyecto de unificación de Israel, el rigor reformista fue abandonado, la emergencia político
militar se puso por delante de la actividad cultural. Las reformas de Josías durante los años posteriores a su
muerte, esta atestiguada por la historia y los escritos del profeta Jeremías, que ya en tiempos del rey había
manifestado su apoyo explícito a los principios de la reforma y se muestra preocupado por la vuelta del
baalismo en tiempos de Joaquim, y por la persistencia de los cultos idolatras. Frente a la gestión del poder,
frente a la aplicación material de la Ley, Jeremías propugna la pureza de corazón, condena el lujo, y condena
a Joaquim y a la casa real por su injusticia y corrupción. Se van a enfrentar dos partidos que expresaban por
medio de mensajes proféticos sus respectivas posturas políticas de sometimiento o rebelión, a Egipto y a
Babilonia. El partido filo babilónico y anti egipcio parece que era el del hijo de aquel Safán que, como
secretario de Josías, había sido el portador de la “ley” encontrada en el Templo, un personaje bastante
próximo a Josías en la promulgación de la reforma y en la política anti egipcia. En este escenario de
venganzas e instrumentación, las reformas fueron perdiendo rápidamente eficacia. Las actividades del rey
reformador no quedaron sin efecto sin antes tener repercusiones decisivas. El proyecto político de Josías
proporciono un modelo de unidad que hasta entonces no se había concebido nunca.
Capítulo 18: La Autoidentificación: La Invención de la Ley
El Pacto y la Ley, Dios y el Pueblo
La historia de Israel está marcada por una reiterada serie de pactos ente Yavé y el pueblo. Con el paso del
tiempo se pasa, de un pacto o promesa que tiene como objeto la aceptación por parte de Israel de una
fidelidad exclusiva al único dios verdadero, Yavé, a cambio de su benevolencia, se pasa a un mayor detalle
de las normas de conducta, es decir, se pasa de un pacto de tipo político y teológico a otro más estrictamente
legal y cultural. Cambian también los protagonistas del pacto, en el periodo monárquico el rey va a tener un
papel importante, o quien sea que ocupe su lugar, aun así, el consentimiento del pueblo es fundamental para
tomar una decisión importante. El pueblo asciende al protagonismo.
A diferencia de las sociedades de Oriente Antiguo, cuyos corpus legislativos van ligados normalmente a la
iniciativa de un rey firmemente asentado en su trono, el corpus legislativo hebreo es fruto de una situación
bien distinta, concebido en buena parte en una fase de desestructuración política, es proyectado hacia atrás
en el tiempo a otra fase en la que todavía no se ha alcanzado una estructuración. Mientras que los códigos
típicos del Oriente Antiguo tienen una función conmemorativa, al describir lo bien que funciona el reinado
actual, gracias a la actuación del monarca actual, el material legislativo israelita, tiene una función
proyectiva, al describir lo que debe hacerse para conseguir una prosperidad de la cual no se tiene ninguna

2
El Imperio babilónico llevó a los judíos al cautiverio en el año 586 a. C. o 597 a. C. (primera deportación), lo cual implicaría una
duración de cincuenta años o sesenta años de exilio. Dado que Jeremías indica una duración de setenta años, algunos autores
fijan su comienzo en 608 a. C. y otros ven su fin en el año 516 a. C., con la reconstrucción del primer templo de Jerusalén.
certeza. (Básicamente los de oriente describen el presente, y los israelitas describen un futuro que creen que
llegara).
La Fundación Mística: Moisés y el Sinaí
La figura fundacional es la de Moisés, el personaje que conduce al pueblo desde Egipto hasta los confines de
Palestina. La historia personal de Moisés tiene un tono propio en gran medida del cuento popular: su
nacimiento y su muerte fallida. Los estudiosos han visto en Moisés una figura de enlace entre las leyendas
patriarcales y el gran tema de la conquista de la tierra prometida. Ese enlace, se realiza, desde el punto de
vista narrativo, a través del llamado Éxodo, y a través del punto de vista temático el enlace se realice a través
de la Ley: por medio de la idea de que en el origen de un pueblo tiene que haber una reglamentación de las
normas de convivencia y por la figura del legislador. Moisés va a ser una especie de Decálogo.
La Estratificación Legislativa
A lo largo de su cronología, el corpus legislativo va a ser manipulado una y otra vez, para añadir o corregir
algún detalle, lo cual choca con la idea de que la Ley divina se da de una vez por todas. En el corpus que
llego hasta nuestros días sigue habiendo un predominio estadístico absoluto de las disposiciones legislativas
y rituales tardías, posteriores a la Cautividad.
La Legislación Social
Las disposiciones sociales tienen que ver con la esfera de la justicia, en el sentido del mantenimiento de los
justos equilibrios dentro de la comunidad y de la salvaguardia del estatus personal. El endeudamiento era un
problema común en el oriente antiguo, por esta razón las legislaciones bíblicas van a prohibir los préstamos
con interés, liberar a los deudores esclavizados, y devolverles las tierras a las familias que habían perdido
sus tierras. Aunque el problema de esta utópica realidad, que plantean las legislaciones bíblicas, es que se
combaten los efectos de los problemas económicos y no las causas. En el periodo posterior a la Cautividad,
esta legislación utópica se va a presentar nuevamente y a escala mayor, donde se invertía dinero en rescatar
a los hebreos que habían sido convertidos en esclavos. Esta realidad se va a hacer presente en ciertas
ocasiones en donde había crisis agudas.
La Legislación Matrimonial
El matrimonio por fuera de la sociedad israelitas no era bien visto, preferían casarse con primas antes que
con un/a forastero. Después de la Cautividad, la identidad étnica creció, pero se vio afectada por el
asentamiento en un territorio multiétnico, donde el matrimonio mixto era común. Es así que en la legislación
el matrimonio mixto va a ser visto como contaminante, e inaceptable para su fe religiosa, además de ser
inmoral y pervertido. Aun, en la práctica, va a continuar esta mixtura, por lo que los dirigentes sacerdotales
tomaron la decisión final de repudiar todos las esposas extranjeras, así como hijos nacidos de esas uniones.
Los culpables procedieron a echar a sus mujeres e hijos con tal de seguir perteneciendo a la comunidad.
La Identificación por las Normas de Conducta
Los pueblos que eran sometidos, como el caso de los judíos/israelitas durante la Cautividad, eran
representados con ciertos rasgos distintivos. Aun así, los rasgos que más los identificaban a estos eran sus
hábitos culinarios, circuncisión, observancia del sábado y particularidades del culto religioso y funerario.
Todos estos elementos adquirieron mayor importancia durante la Cautividad, como identificatorio nacional.
Pureza y Contaminación
Principios o ideas rigen las normas de pureza, no solo en el terreno alimentario (cortes, y formas de
cocción), sino también en el fisiológico (contacto con líquidos internos del cuerpo, esperma, sangre, saliva).
Entre todos los líquidos solo el agua no solo no contamina, sino que purifica. Hay algunas cuestiones que
son prohibiciones para los hombres, pero puede tener una connotación positiva para la divinidad, está
prohibido beber sangre, pero la sangre es derramada en el altar, está prohibido comer sebo, pero la grasa es
quemad en el altar, por lo cual hay una separación entre la esfera humana y la divina.
Proselitismo o Exclusivismo
Era preciso llevar una purificación generalizada por medio de la guerra santa, todos los pueblos extranjeros
debían ser eliminados, todos los cultos erradicados. Eras eliminación radical se aplicó a pueblos
“imaginarios”, los reales subsistieron junto a la comunidad judía. La asimilación de residentes dentro del
territorio va a ser una problemática importante, si bien, por ejemplo, los mercaderes fenicios
económicamente fuertes eran bienvenidos, siempre y cuando no contaminen con prácticas ajenas. Los
forasteros que también eran integrados eran socialmente marginados y económicamente subordinados, pero
de su trabajo no se podía prescindir. Esta problemática es similar a la de los matrimonios mixtos, que
llevaban a un enfrentamiento dentro de la comunidad, donde se debatía entre la clausura total o la
asimilación, y entre religión exclusiva o proselitismo.

GARBINI, Giovanni (2006), “Origen y desarrollo del Yahvismo” En: Historia e Ideología en el Israel
Antiguo, Bellaterra, págs. 75-89.

Origen y Desarrollo del Yahvismo


Según el Antiguo Testamento, Yahvé, el dios único, se revela a Abraham, a Jacob y a Moisés. El pueblo
judío no cumple con lo de mantener su fe monoteísta, y este sufre las consecuencias que Yahvé les hace
pagar.
El Decálogo es el puntal fundamental de la religión hebrea, el cual tiene como fecha más antigua la segunda
mitad del Siglo VII a.c.
La religión judía más antigua era practicada por una población agrícola, por lo tanto, nació en la propia
palestina, en un momento posterior a la conquista y el abandono de las costumbres seminómadas. Por ende,
esta religión no debía de diferir tanto de otras poblaciones agrícolas en la región.
A la hora de investigar acerca de los orígenes de la biblia, hay muchos problemas, ya que la tradición judía
ha ejercido cierta sujeción ideológica capaz de condicionar la propia investigación histórica.
En cuanto a los testimonios fuera de la biblia, Yahvé aparece como una figura divina venerada en la región
siriopalestina desde comienzos del II Milenio a.c., tanto por sedentarios como por nómadas. Yahvé existían
antes de que existiese el pueblo judío, y era venerado en la tierra de Canaán cuando las tribus judías todavía
rendían culto a sus “padres” respectivos.
En un inicio los judíos no eran monoteísta, sino que reconocían la existencia de otros dioses, pero solo
rendían culto a Yahvé.
La lectura crítica del Antiguo Testamento, los datos epigráficos y arqueológicos, no dejan lugar a dudas:
contrariamente a lo que se afirma en la Biblia, la religión de los israelitas, al principio, no era distinta a la
profesada por las otras poblaciones de la misma área geográfica. La preeminencia del dios Yahvé, previo a
la formación del pueblo judío, es una forma de henoteísmo similar a la de las otras poblaciones que viven
junto a los israelitas. Yahvé era el dios nación de los israelitas, lo mismo que Hemosh lo era de Moab,
Milkom de los amonitas, Hadad de los arameos y Melqart de los tirios. Incluso Israel compartía con algunos
pueblos, el politeísmo y cierta mitología, o cultos a una diosa de la fecundidad.
El antiguo testamento va a tener como objetivo el distinguir el pueblo judío de los otros pueblos. Estos se
verán reflejado después en la vida practica de parte del judaísmo antiguo y moderno, aunque esta actitud es
consecuencia de una visión religiosa bastante reciente, abalada por la Biblia

Conflictos en el Primer Milenio, el Imperio Arameo

PÉREZ, Antonio, 2009, Contexto, antecedentes y consecuencias del tratado de paz entre Hattusili III
y Ramsés II. La perspectiva egipcia. En: HISTORIAE 6 (2009): 53-85
Contexto, Antecedentes y Consecuencias del Tratado de Paz Entre Hattusili III y Ramsés II.
A lo largo del conflicto entre Egipto y Hatti ninguno de ellos podía derrotar totalmente al otro, durante
décadas ambos estados utilizaron los poderes intermedios para reforzar su posición, pero ambos por razones
diferentes. Por un lado Hatti tenía que mirar constantemente a otros poderes y evitar, en la medida de lo
posible, su expansión, en especial de Asiria, mientras que Egipto debía asegurarse unos puertos de entrada y
salida al comercio que se desarrollaba en el Mediterráneo oriental, siendo al respecto la posterior historia de
Wenamun un reflejo de lo que interesaba a Egipto pero, en un momento posterior, a Egipto también le
beneficiaba una paz para concentrar sus esfuerzos en otros problemas que comenzaban a aparecer en su
entorno más próximo. En este contexto, la actitud de reinos y ciudades intermedias fue el lógico según iban
teniendo lugar los acontecimientos, pensando en sus propios intereses, por lo que su actitud a veces descrita
peyorativamente por Egipto o Hatti debe entenderse desde la perspectiva del que emite esos comentarios.56
En los años en que Egipto y Hatti firmaron la paz, ambos reinos pudieron concentrarse en sus respectivos
problemas o necesidades, no debiendo olvidar que Egipto comenzaba a dar signos de agotamiento que se
plasmaran en tiempos de Merneptah y Ramsés III. Igualmente, la estabilidad de las relaciones también
beneficio a todos los poderes intermedios que durante décadas se habían visto afectados por la belicosidad,
recelo o ambiciones de los grandes reinos que les rodeaban, debiendo por ello para entender todo el proceso
y el período tener también en consideración la historia y dinámica de Chipre, Ugarit, Hazor, Megiddo…,
cuyo conocimiento permite obtener una visión más global y objetiva que la que emiten Egipto o Hatti.

Fenicia

LIVERANI, Mario, 1995, El Antiguo Oriente. Historia, Sociedad y Economía, Crítica, Barcelona,
Cap. 24, Págs. 539-554

Capítulo 24: Los Fenicios

Las Ciudades Independientes


Se denomina fenicios a los habitantes de la costa Siro-Libanesa, de lengua semítica noroccidental, sobre
todo a partir de 1200 cuando se extendieron por todo la cuenca mediterránea. Este nombre se lo dieron los
griegos, pero localmente se les conocía por cananeos y también sidonios.
Nunca estuvieron unidos políticamente y cada una de sus ciudades era centro de un pequeño reino
autónomo. La población debía ser bastante densa repartida en aldeas y ciudades. Estas ciudades eran
capitales políticos y económicos donde residían las Dinastías locales, siendo los principales Award, Biblos,
Sidón y Tiro.
Los fenicios eran los descendientes de los habitantes de la edad del bronce que habitaban esa región, y con la
llegada de los pueblos del mar en el 1200, estos aumentan su tamaño, pero continúan con la cultura cananea
del bronce tardío, a diferencia de, por ejemplo, los filisteos e israelitas que se encargan de crear un nuevo
clima cultural y nuevas formas de organización política, y, además, con esa llegada del mar, las ciudades
fenicias recobran una independencia notoria.
Biblos no está más sometida a Egipto, pero sigue siendo el mercado privilegiado de Egipto, ya que estos
importaban la madera proveniente del Líbano desde esta ciudad.
En el año 1000 cesa el predominio de Sidón, y este poder se da en beneficio de Tiro, que establece estrechas
relaciones con David y Salomón de Israel, ayudando por ejemplo este último a construir su templo, mientras
que otras pequeñas ciudades independientes llegan a comerciar con los 2 grandes reinos lejanos de Egipto y
Asiria.
En cuanto a la relación con Asiria, durante principios del siglo IX fueron amigables y esos fines comerciales
con Tiglat-Pileser I primero y con Asurnasirpal II. Después, pero a mediados de ese siglo, con Salmanassar
III, Asiria comienza una política expansionista en las que se involucra a las ciudades fenicias, que deben
ahora pagar tributos, son amenazadas y devastadas. Durante el siglo VIII con Tiglat-Pileser III, anexiona
toda la corta norte como provincia Asiria.
A fines del siglo VII con el fin del Imperio asirio, Fenicia se dividía en 3 provincias: Sumura, al norte,
Sidón, en el centro, y Ushu, en el sur, mientras que las ciudades de Award, Biblos y Tiro son
independientes, con territorios muy reducidos. Tiro trata de ampliar su territorio político y comercial, pero el
predominio babilónico se extiende al litoral fenicio.

Comercio y Artesanía
En Fenicia, a diferencia de otras ciudades de Oriente, las ciudades tenían más importancia que el campo. La
economía fenicia se basaba en la elaboración y comercialización de productos originarios de otras zonas,
para la cual contaba con una posición ventajosa entre los grandes mercados (Mesopotamia, Egipto, Anatolia
y Siria) y el occidente mediterráneo con sus recursos mineros y agrícolas que pronto descubrirían y
explotarían.
Con la caída de la población y la desaparición del sistema de responsabilidades y protecciones regionales,
los mercaderes fenicios se vieron obligados a trabajar con un escaso apoyo organizativo y financiero, a
buscar mercados desperdigados y a resguardarse cada vez más de la piratería. A raíz de la crisis del siglo XII
que envuelve a Egipto, los naves de los fenicios se manejaban sin obstáculos y amplían sus espacio de
comercio marítimo.
Con un ritmo trienal sin escalas intermedias y evitando costosos intermediarios, los fenicios llegaban a las
regiones mineras del sur de España donde hacían acuerdos para cambiar metales por objetos valiosos como
armas, joyas o incluso simples cuentas de pasta de vidrio. Durante los siglos posteriores, del IX al VII, la
presencia fenicia en el Mediterráneo es más intensa. En lo comercial, como luego en lo colonial, hay una
cierta competencia con los griegos. Esta competencia comercial se ve en las artesanías y sobre todo en la
metalurgia que aparece en la zona. Esta “moda” oriental se extiende por todo el mediterráneo incluso
Grecia. En los talleres fenicios se ve una gran frecuencia iconografía egipcia, y en menos medida asirios y
urateos. Tiro era quizá el máximo importados de materias, donde entraban cereales, vino, aceite y miel de
Judá e Israel, caballos, cabras y ovejas desde el Éufrates y Arabia, y desde el sur Arabia llegaban plata,
estaño, oro, ébano y marfil. El comercio marítimo fenicio llevo a las costas mediterráneas a procesos
interactivos rápidos y complejos. Aun así, el comercio terrestre era más importante que el marítimo hacia el
mediterráneo, que aparecía como secundario.

La Expansión Colonial
Chipre es la única tierra colonizada por los fenicios con asentamientos fijos y consistentes, mientras que en
el resto del mediterráneo actuaba como mercaderes sin bases de apoyo consistentes y sin provocar ningún
flujo migratorio entre los siglos X y XI. Mientras que en el resto del Mediterráneo actuaban como
mercaderes sin influir en gran manera. Ya en el siglo VIII, en varias zonas del mediterráneo empiezan
colonias fenicias, paralelamente a la colonización griega. Estos dos se van a repartir las costas y zonas de
influencia en la cuenca central y occidental del Mediterráneo.
La aparición de las colonias señalaba el paso de un estadio en el que se demandan sobre todo metales, a otro
en el que se aparecían más los recursos productivos agropastorales y la disponibilidad local de recursos,
tierra y mano de obra. Las relaciones con los grandes Imperios mesopotámicos se mantienen en un buen
nivel, ya que los Imperios saben que, por ejemplo, los fenicios, les proporcionan beneficios y no
funcionarían igual con una gestión propia y directa. En definitiva, no parece que las presiones internas
(socioeconómicas) y externas (imperiales) expliquen por si solas el movimiento colonial fenicio, que fue
más bien una nueva forma de presencia y explotación de la cuenca mediterránea.

Los Puertos y los Imperios


Entre Tiro y los Asirios, se establece un documento garantizado por las divinidades fenicias, en el que se
reconocía la autonomía de Tiro y regulaba el comercio de este, que podía utilizar puertos asirios, atravesar
sus estados y los procedimientos a utilizar, con el objetivo Asirio de permitir cierta autonomía a Tiro, pero a
su vez obtener beneficios de ese comercio. Asiria podía obtener de Fenicia artesanos para decorar capitales,
expertos marineros, mercaderes y hasta empresarios financieros que podían abastecer a Asiria de productos
alimentarios. De esta forma el Imperio va a tolerar autonomías pequeñas dentro de su territorio. Babilonia
siguió los mismos pasos que los asirios. El Imperio Persa, sucesor de babilonia, no solo mantuvo esa actitud,
sino que también potenciaron a las ciudades fenicias e introdujeron elementos de autonomía a las ciudades
como Sidón, Tiro y Biblos, imponiendo una Dinastía local. Sidón pasa a ser la capital de Fenicia. Los persas
contaban con la flota fenicia para sus necesidades bélicas y comerciales. Aunque se sobrepasa los límites
cronológicos, es importante señalar que la política imperial inaugurada por los asirios tuvo continuidad con
el Imperio Persa.

Relaciones Internacionales: Primer Milenio. Egipto en la Época Baja

Serrano Delgado, J.M. (2009). “La Baja Época”. En Parra Ortiz, J.M. El antiguo Egipto, pp.479-493
(Cap. 10).

Capítulo 10: La Baja Época

La Época Saíta. La XXVI Dinastía


La toma y el saqueo de Tebas por los asirios en el 663 a.c., fueron considerados como el fin de una vieja
civilización, la egipcia, que parecía que no iba a levantar cabeza, gobernada por una dinastía nubia (la
XXV), que en definitiva era extranjera. Sin embargo, en cinco o seis años, el Egipto Faraónico volvería, al
tiempo que Asiria desaparecería de la historia para nunca más resurgir y los nubios se retiraban a sus tierras
de origen para no volver a pretender el norte. A manos de una familia del Delta originaria de Sais, que
constituye la XXVI Dinastía, Egipto vuelve a unificarse, reclamando su genuina identidad y alcanzando el
que será su último periodo de gloria y poder.

La Dinastía Saita
Psamético I (664-610 a.c.) fue quien inauguro este periodo, hijo de Nekao I, un dinasta del Delta. Nekao I
habría llegado al poder gracias al apoyo de los asirios, en busca de reclamar su título como faraón.
Psamético I sucederá a su padre, y con él se consolidará la dinastía Saíta. Su reinado de medio siglo lo
ayudara en la consolidación de su familia en el trono. Este va a saber actuar frente a los caudillos del Delta y
a los gobernantes de la zona estratégica situada en Menfis y El Fayum, que lo veían inicialmente como un
rival, al cual no querían sumirse. El controlar los principales centros de poder y comunicación, como
Heracleópolis Magna, al sur de El Fayum, próxima a Beni Suef. Psamético I no dudo en usar la fuerza
cuando fue necesario, recurriendo a mercenarios griegos para expulsar a los príncipes que no lo
reconociesen. La situación con Tebas era complicada, pues llevaba muchísimo tiempo independiente del
norte del país, que estaba bajo la autoridad de la “esposa del dios” Shepenupet II. Esta mujer había adoptado
como heredera a otra princesa nubia, Amenirdis II, hermana de Tanutamon, rival de los saitas y responsable
de la muerte de Nekao I. Por tanto, es sorprendente que Psamético I acudiera a la heredera de forma
diplomática, lo que se trató de un acontecimiento muy importante. Se deja en claro que se respetaran los
derechos de las princesas Kushitas, y para asegurarse de la buena voluntad de los Tebanos, Nitocris recibió
una espléndida dote (muchos tierras y rentas a lo largo de Egipto). La adopción de Nicrotis que llevo
consigo el afianzamiento Saíta en el sur, se dio en buena medida gracias a Montuemhat, un sacerdote muy
importante, considerado por mucho como gobernador de Tebas. Para asegurar esta unión, Psamético I debía
afianzar la situación internacional de Egipto. Para esto fortifico las fronteras, y manteniendo relaciones
diplomáticas con Siria y Palestina, volviendo a situar a Egipto como potencia. Con la caída de Asiria iban a
surgir nuevos poderes que amenazaran a Egipto, por lo que este posicionamiento era fundamental. Los
mercenarios (griegos, carios, sirios, fenicios y hebreos) se van a convertir en una identidad del ejercito
egipcio de la época Saíta. Este faraón fue también un gran constructor, que le dejo a su hijo Nekao II (610-
595 a.c.) un Egipto prospero, renacido y fuerte. Este va a continuar el afianzamiento de la influencia política
de Egipto en Siria y Palestina, donde su competidor ahora era la Babilonia caldea. Donde tendrán diferentes
enfrentamientos, donde los Saitas perderán cierto poder, y donde se verá en peligro el Delta, aun así, lo
conservan junto con la franja de Gaza. Estos fracasos serán compensados por la extraordinaria actividad
naval, en buena medida con el apoyo de sus mercenarios griegos, carios y fenicios. Esta gran empresa va a
dotar de la fuerza para repeler a los Babilonios de las costas. Incluso se hablaba de la construcción de un
canal, que al final no sería construido hasta muchísimo después, el canal de Suez. A Nekao II le sucede
Psamético II (595- 589 a.c.), cuyo breve reinado va a estar marcado por importantes sucesos en la política
exterior Egipcia. Incluso lo equiparan con su padre. En Siria y Palestina, donde dominaba Babilonia con
Nabucodonosor, va a optar por una actitud de conciliación. Esto en buena medida también se va a dar por la
preocupación de babilonia por los pueblos medos y persas en el norte y oeste de Mesopotamia. Así mismo
organizara una gran expedición a la consta fenicia, a Biblos, un enclave egipcio en la zona. En cuanto a la
frontera sur la actitud fue distinta, donde realizo una gran expedición militar que ataco el reino de Kush, la
cual el propio faraón lideró, donde las tropas se adentraron de lleno en el territorio nubio, quebrando al
ejercito kushita. El ejercito era en parte mercenarios y en parte Egipto. A este triunfo le sigue una
persecución sistemática de la memoria de los soberanos Kushitas de Egipto, borrando sus nombres e
imágenes de la historia egipcia. Con el sucesor, Apries (589-570 a.c.) comienza el declive Saíta. Donde va a
confrontar a los caldeos, animado por los avances de medos y persas. Se atrajo nuevamente la fidelidad de
Jerusalén y el reino de Judá, sumado a la potente flota va a tener presencia en las costas. Aun así,
Nabucodonosor va a forzar la retirada egipcia, asedia la ciudad de Tiro, y deja debilitado a los Saitas. Y por
último asedia e invade Jerusalén, lo que va a llevar a la llegada masiva de exiliados y fugitivos hebreos, se
van a establecer en todo el valle del Nilo. Apries también va a fallar en el intento de intervenir Cirene una
colonia doria, tras la derrota el mismo ejercito egipcio se le revela, y proclaman a Amasis como nuevo
soberano, bajo el nombre de Ahmose II. Parecía el fin de esta dinastía, pero Amasis era originario de Sais, y
trato con respeto la memoria de Apries. Por lo que se convirtió para la población en el verdadero sucesor.
Amasis (570-526 a.c.) fue para muchos el último gran soberano que tuvo Egipto independiente. Fue un
gobierno largo lleno de logros. Fue un gran gobernador, diplomático, buen administrador y gran constructor,
que dejo un país firme y próspero. Rechazo intentos de invasiones de los caldeos, y restableció la posición
de Egipto en el Mediterráneo oriental, especialmente con el control de Chipre y estableciendo relaciones
más intensas con el mundo Griego. Su filohelenismo es claro e indiscutible. Eso explica que aparezca en las
fuentes griegas de Heródoto retratado de una forma bastante positiva. Esto es paradójico, por que llego al
poder gracias al ejercito que renegaba de la presencia de mercenarios griegos en el ejército. Amasis va a
lograr conciliar estos dos frentes, reordenando las tropas. Para los griegos y demás extranjeros establecido la
metrópolis de Naucratis, que abrió un periodo de gran prosperidad. Esta ciudad era vista como cosmopolita,
rica, y llena de vida. Según Heródoto era un santuario panhelénico. Naucratis se convirtió en foco de fusión
de culturas. Dando un giro importante, en cuanto a su sucesor, estableció relaciones con Cirene. Amasis
sabía que la principal amenaza ahora era Persia, por lo que estableció relaciones con los Estados enfrentados
a esta. Mantendrá lazos con Babilonia, el reino de Lidia. Mas allá de todos los esfuerzos, el final de la
dinastía era inminente. Un año después de su muerte, su sucesor Psamético III, se enfrentó a los persas. Fue
derrotado en la batalla de Pelusio, teniendo que entregar el país a los nuevos señores.

Sociedad y Cultura del Egipto Saíta.


Durante la época Saíta se vivió gran prosperidad, Psamético I, Psamético II o Amasis, además de buenos
políticos fueron grandes administradores. Amasis estableció un registro de la renta que debían rendir cuenta
todos los egipcios. La gestión del estado Saíta mantenía la tradicional división en nomos, que eran unos
cuarenta, pero por encima de ellos la Administración estaba articulada a partir de dos bloques. Uno se
encargaba del Bajo Egipto y los contactos con Asia y el Mediterráneo Oriental. En cuanto al Alto Egipto,
Heracleópolis Magna, Edfú o Elefantina, van a ser los lugares desde donde se controle las relaciones con el
sur y se vigilaban a los Kushitas. Para la gestión del país la aristocracia y la nobleza se van a comprometer a
los saitas en la reconstrucción nacional. El desarrollo cultural de Egipto durante la XXVI Dinastía es muy
rico. El “Renacimiento Saíta” afecto a todos los ámbitos de la sociedad y cultura del país. Cosmopolita y
abierto, integrado en el panorama internacional, Egipto es influenciado por el Egeo y Siria-Palestina. Esto se
ve en el lenguaje, y la escritura (piedra roseta). Se va a buscar también, a través de relatos, revitalizar la
historia faraónica, recuperar los valores y cánones que se suponen más puros y propios de la civilización
faraónica. Hay una clara intención de imitar, dentro del arte, los modelos más gloriosos de Menfis, el Reino
Antiguo, como también hay escenas del jubileo real, la fiesta “Sed”. Durante el periodo Saíta se cuidaron y
preservaron los monumentos más importantes, como la necrópolis de Guiza, Abusir o Saqqara. También
tuvo sus rasgos propios, como por ejemplo la estilización de la figura humana, haciéndola más delgada, así
mismo hay una clara inclinación hacia el naturalismo, que se hace patente en el tratamiento de los rostros.
En cuanto a la evolución de las ideas religiosas, la diosa Neith de Sais (identificada por los griegos con
Atenea) o el viejo dios patrono de Menfis, Ptah, a su vez asociado con el olímpico Hefaistos, fueron los más
favorecidos. La época Saíta es también el tiempo del triunfo definitivo de la religión o siriana. Va a ser el
Egipto Saíta quien dará pie a los griegos para decir que Osiris era el Dios principal de panteón egipcio, algo
que realmente no era tan así, según la historia faraónica. Así, Isis será una de las deidades más favorecías
por los saítas. Por otra parte, se da un auge de la devoción a animales, donde halcones, cocodrilos, o gatos
eran embalsamados para ser colocados en lugares específicos. El culto al toro sagrado menfita, Apis, es muy
importante, hay mucha devoción a este toro, que es un culto típicamente del Delta, centro del Egipto Saíta.

Egipcios, Persas y Griegos (525 a.c.- 332 a.c.)


Un periodo donde Egipto está integrado en el Imperio Persa. Es un periodo de gran cantidad de material,
pero fuentes confusas.

Evolución Histórica del Egipto Persa. La Primera Dominación Persa (525 a.c.- 404 a.c.)
Hacia mediados del siglo VI a.c., el persa Ciro se anexiona el Estado y pueblo hermano de los medos,
derrotando a Astiajes. Fue el primer hito de este en su voluntad de construir un “Estado Universal” que
abarcara todo Oriente Medio. van cayendo las naciones rivales, en el 549 a.c., el reino de Elam, luego
Anatolia, en el 539 a.c. Ciro entra en Babilonia, al año siguiente está en Siria y Palestina. Y finalmente,
luego de retrasos por la muerte de Ciro, y los conflictos que siempre trae la sucesión, Cambises va a ganar la
batalla de Pelusio, el bastión del Delta oriental. Luego avanzará hacia Menfis, donde recibirá la rendición de
Psamético III. De esta forma comienza la dominación persa en Egipto. El reinado de Cambises fue breve,
aunque con intensa actividad en el país y sumado también el intento fallido de anexionarse Cirene. Así
mismo realizo todo el ritual de entronizado y el protocolo faraónico. El soberano persa que mostro más
interés a Egipto fue Darío I. Restauro templos, se ganó a la clase sacerdotal (enemistada con Cambieses), y
llevo a cabo una actividad intensa edilicia y de obras públicas. Termino el canal que conectaba Egipto con el
mar Rojo y que no pudo concretar Nekao II. Claramente las intenciones de este emperador tenían que ver
con las intenciones de control de la zona de Egipto, Baja Mesopotamia y Elam, el centro del Imperio
Aqueménida. También realizo diferentes leyes, en donde llamo a los gobernadores de las provincias
(sátrapas), para realizar un derecho del país. Tras su muerte, la capacidad de los reyes de mantener la
autoridad en Egipto se vio afectada por las GUERRAS MEDICAS, y los consiguientes intentos de los
egipcios, por recuperar su independencia y libertad. Así hacia el 404 a.c., tras la muerte de Darío II, un
nuevo príncipe de Sais, Amirteo, lograra restablecer, por última vez, el estado faraónico.

El Gobierno Persa en Egipto.


Se mantuvo el funcionamiento de la estructura administrativa, limitándose a controlar los puestos más
elevados y de mayor responsabilidad, que en principio fueron ocupados por persas. Al frente de la provincia
de Egipto se situaba un Sátrapa, con residencia en Menfis. La administración era bilingüe, ya que la lengua
de los sátrapas era el arameo. Egipto tenía la obligación de cumplir con las arcas del Imperio en una cantidad
fijada de 700 talento, que no era tanto. Por lo que la presión fiscal no es tanta. El Delta era la provincia que
más atención recibió de los persas, y se regía desde Menfis. El Alto Egipto por otro lado, se dividió en dos,
una mitad desde Hermonthis hasta Asúan, estando su capital en Elefantina. La otra arrancaría desde la zona
de Tebas hacia el norte, hasta El Fayum. Los persas buscaron mejorar la productividad y la racionalización
en la explotación de recursos. La zona minera de Wadi Hammamat va a resurgir. La estabilidad del dominio
persa en Egipto dependía de una fuerza de ocupación capaz de repeler cualquier revuelta. El impacto del
dominio persa va a ser positivo. Cambises y Darío I se entronizaron y coronaron oficialmente como
soberanos de Egipto, siguiendo sus tradiciones y reglas faraónicas, en un intento de ser obedecidos y
venerados por sus súbditos egipcios. Con respecto a la actitud de los egipcios ante la dominación persa, más
allá de que no les gustaría ser dominados, buena parte de la población, en especial la elite, se inclinara a
aceptar el cambio. Por otra parte, el sector sacerdotal, contrapone la aceptación de la superioridad de la
civilización egipcia, sobre todo en lo religioso, a lo que contribuye la aceptación por parte de los persas. Hay
una enemistad con los sacerdotes, que no los creen dignos. En cuanto a la capa más baja hay poca
información acerca de cómo han afrontado la conquista persa.

Las Ultimas Dinastías Nativas y la Segunda Dominación Persa (404-332 a.c.)


Las guerras medicas afectaron a persa, sumado a la inutilidad de Artajerjes I y sus sucesores, son unas de las
cuestiones que llevaron a la independencia egipcia. Fueron muy efímeras las XXVIII, XXIX y XXX
Dinastías que ocuparon poco más de 60 años. La recuperación se dio gracias a un Saíta, Amirteo, que contó
con el apoyo de Esparta. Hay pocos documentos de su reinado breve en la XXVIII Dinastía (404-399 a.c.).
La XXIX Dinastía es originaria de Mendes y duro unos 20 años (398-380 a.c.). Los soberanos de esta fueron
Neferites I, Akhoris, y Neferites II, realizaron actividades constructivas, continuando el legado persa, y van
a revitalizar a los dioses Tebanos. La XXX Dinastía (380-343 a.c.), estuvo compuesta por tres soberanos,
Nectanebo I, Teos y Nectanebo II, originaria del Delta. Estos vivieron amenazados de la reconquista persa y
el apoyo griego, que se involucraban cada vez más en el destino de Egipto. Su intento de recuperar el
poderío internacional fracasaría. En el 343 a.c., los persas vuelven a recuperar Egipto, dando fin a la XXX
Dinastía. Durante nueve años el valle del Nilo volvió a ser administrado por persas. Aunque este periodo se
recuerda como una época apocalíptica. Se entiende que tras la batalla de Isos, Alejandro y sus Macedonios
se aproximaron a la frontera del Delta, y la independencia del Egipto Faraónico acabó.

Egipto y el Mundo Grecorromano


La llegada de Alejandro Magno a Egipto cambio la situación del país del Nilo. Este se hizo entronizar como
faraón. En el Delta occidental se fundará la ciudad que será la capital de su estado universal, Alejandría, que
se convertirá en una de las grandes metrópolis del Mediterráneo, y donde será enterrado Alejandro. Luego
para el Imperio Romano, Egipto era el granero de Roma y su trigo y cebada eran fundamentales para el
sustento de la capital. Inevitablemente Egipto influenciará a toda la civilización clásica, y será referenciado
en las fuentes griegas y latinas como un país lleno de maravillas

Oriente a Fines del Primer Milenio a.C.

BEAULIEU, Paul-Alain “World hegemony 900-300 BCE” en: SNELL, Daniel, (Ed.) A companion to
the ancient Near East, Blackwell, Oxford, 2005, pp. 48-61. (traducción)

Hegemonía Mundial 900-300 a.c.


Entre el noveno y cuarto siglo, el Cercano Oriente fue gobernado por una sucesión de estados que se los
pueden denominar Imperios. El primero fue Asiria, que luego de varias crisis, logro con Tiglat-Pileser III el
estatus de Imperios centralizado, permitiendo eventualmente a la Dinastia Sargónida (721-610 a.c.) ejercer
su hegemonía sobre la región entera. Luego le sigue Babilonia (610-539 a.c.), que surgió de las ruinas del
Imperio Asirio, heredando la mayoría de su territorio. El tercero fue el Imperio Persa o Aqueménida (539-
331 a.c.), que sustituyo al Imperio babilónico. Finalmente van a ser conquistados por Alejandro Magno.
Hay dos rasgos que diferencian a estos Imperios del primer milenio. En primer lugar, hubo una ruptura de
los modelos imperiales anteriores al nivel de una transformación estructural que los Imperios del primer
milenios aplicaron tanto en el núcleo como en la periferia imperial conquistada en el curso de su expansión.
En segundo lugar, mientras que los Imperios anteriores habían sido más bien efímeros, Asiria se convirtió en
algo mucho más grade no solo en escala, sino en una nueva y distintiva estructura imperial, su expresión
ideológica, y su éxito a largo plazo.

El Imperio Asirio
Asiria, alrededor del siglo X a.c. se estaba consolidando. El renacimiento de Asiria culminaría en el siglo IX
con Asurnasirpal II (883-859 a.c.) y su hijo. A partir de aquí el rey construiría una nueva capital, lo que fue
una decisión trascendental para el futuro de la monarquía Asiria. Esto hará que aumente la lejanía del rey,
que se encontrara en un inmenso palacio e inaccesible para la mayoría de asirios. Estos reyes se van a
centrar en mostrarse como héroes y la encarnación del Estado asirio.
Las políticas por consolidarse en la región extendiendo el sistema provincial de regiones al este del Éufrates,
va a ser consolidada por Shalmanezer III, hijo de Asurnasirpal II. Este nuevo sistema provincial tendía a
mezclar y Asirianizar las tierras conquistadas, y haciendo una administración imperial más eficiente, dando
pie al intervencionismo. Esta Asirianización se va a lograr de dos formas, destituyendo de la parte superior
de los ex grupos gobernantes y el nombramiento de asirios para administrar la provincia, y reubicando a la
población en distintos centros de producción.
Estos dos reyes iniciaron el proceso de homogeneización, y Asiria se vio sometida a una grave crisis antes
de que la expansión territorial y la consolidación continuaran. Estas crisis se debieron a que la antigua
nobleza se intentó revelar de estos nuevos gobernantes. Luego de la supresión de la rebelión, aumento la
influencia del comandante en jefe del ejército, cuyo poder siempre estuvo en las sombras del rey. La
extensión territorial real fue a veces muy limitada, ya que algunos gobernadores provinciales actuaban como
monarcas independientes.
Muchos ven a Tiglat-Pileser III, como el fundador del Imperio asirio, ya que consolido el mismo, y además
reformo el sistema provincial, dividiendo las grandes provincias, para poder quitarle poder a los monarcas
provinciales. Así mismo este inicio una gran fase imperial, agrandando las fronteras en gran manera. Por
otra parte, junto con esta faceta imperial, se aumentaron las deportaciones y los asentamientos forzosos.
Estas deportaciones afectaron a todos, desde reyes hasta trabajadores subalternos. Hubo áreas muy
despobladas como Israel y áreas que crecieron fuertemente.
En la religión hubo cambios importantes, sobre todo bajo Sennacherib, quien inicio campañas de destrucción
de Babilonia, e impuso numerosas reformas religiosas, que buscaban cooptar la teología de Marduk, creada
por las elites intelectuales de Babilona en las centurias previas hacia una teología imperial exaltando al dios
Assur. Su hijo y sucesor, Esarhaddon, tomo una actitud más conciliadora, sobre todo con Babilonia, aun así,
estos conflictos ideológicos solo serían resueltos tras la caída de Asiria, y el remplazo por un Imperio
dominado desde babilonia.
Luego de la caída de Nineveh, Asiria y su extensión al norte de siria parece haber perdido todo el
dinamismo. Este gran Imperio declino rápidamente. Este colapso era inevitable

El Imperio Babilónico
A diferencia de Asiria, Babilonia era un conglomerado de ciudades con tradiciones muy antiguas, construida
en torno a templos grandes y ricos, donde los dioses y diosas reinaros como monarcas terrenales y dueños de
la tierra.
El centro de la vida cósmica va a estar puesto en la propia ciudad, y no en la residencia real como en Asiria.
Babilonia no fue la única ciudad en el centro del Imperio. Sippar, Borsippa, Nippur, Ur, Uruk, Kutha, y
varias otras clamaron por sus antiguas tradiciones y los reyes neobabilonico reconocieron su santidad.
En general parece que las políticas de Babilonia fueron modeladas sobre las practicas Asirias,
particularmente en relación con la reestructuración de las regiones conquistadas. Babilonia al igual que
Asiria imperial, aumento el número de extranjeros, aumentando la diversidad de la población. Babilonia
debió haberse convertido en una realmente cosmopolita Babel. Por otra parte, fueron más brutales que sus
predecesores, destruyendo algunas de las ciudades que conquistaban, como por ejemplo Judá y su capital. Se
cree que puede haber sido porque no tenían tantos recursos para llevar una asimilación e integración de estos
nuevos pueblos conquistados.
A diferencia de Asiria, el fin del Imperio Babilónico no causo la desaparición del núcleo urbano de
babilonia. Las ciudades de babilonia continuaron su camino bajo la monarquía persa y posteriormente
helenísticas.

El Imperio Persa
Los Persas, liderados por la familia gobernante llamada los Aqueménidas, eran muy listos para cooptar la
administración y la estructura de los reinos que ellos conquistaban, y esto debe explicar en buena medida su
éxito. Las fuentes egipcias y babilónicas revelan que la transición al dominio Persa fueron leves, incluso de
mantuvieron las estructuras administrativas, al menos por un tiempo.
Con los persas los pueblos conquistados fueron reconocidos como completamente distintos, y dejados
tranquilos, siempre y cuando reconocieran su estatus de vasallos dentro del imperio. No hay una gran
restructuración como sucedió en los imperios previos.
Lo que diferenciaba al Imperio Aqueménida del resto es que la ausencia de poderes competidores, permitió
a la elite dirigente ejercer su hegemonía mucho más efectivamente, a la vez usando mucho menos fuerza y
represión que cualquier otro estado imperial previo.
El imperio de los Aqueménidas se desmorono cuando se enfrentó con el ataque de Alejandro Magno. El fin
del imperio persa debería buscarse, al igual que el babilónico, en los recursos superiores y en la organización
de sus enemigos,

Violencia de Género en la Antigüedad

ORRIOLS I LLONCH, Marc (2007), “La traición a la Maat. La violencia contra las mujeres en el
Antiguo Egipto”, En: MOLAS FONT, María Dolors (ed.) Violencia deliberada. Las raíces de la
violencia patriarcal, Barcelona, Icaria, pp. 57-70.

La Traición a la Maat. La Violencia Contra las Mujeres en el Antiguo Egipto


La Maat definía el equilibrio entre el orden y el caos, a nivel cósmico, y entre el bien y el mal, a nivel social.
Pero la Maat no siempre era venerada. El autor va a trabajar sobre aquellas circunstancias en las que la Maat
no se respetaba, especialmente en los abusos de hombres contra mujeres.
Aunque, a diferencia de otras sociedades patriarcales, la mujer egipcia gozaba de ciertos beneficios, no se
puede hablar de igualdad entre hombre y mujer.

La Violencia Verbal
Dentro de las directrices que debía respetar todo hombre para seguir el camino de la Maat, el respeto hacia
su mujer era una cuestión importante, aunque esto no siempre era así. Hay distintos ejemplos donde se ve
esto, como en un caso donde un hombre amenaza a su mujer con expulsarla del poblado, obligándola a
volver a la zona del valle.

La Violencia Física
La mayoría de los casos, los textos se refieren a los maltratos físicos. Están documentados diferentes hechos
que indican que el maltrato físico hacia la mujer, si bien era condenado por la justicia de una forma no tan
severa, era algo común.

La Violencia Sexual
La violación aparece documentada también, aunque es más difícil advertirla, aunque hay ejemplos claros de
que esta sucedía.

Conclusión
Los antiguos egipcios tenían una concepción clara de los diferentes abusos que se podían ejercer contra una
mujer.
En cuanto a la justicia, no hay tanta información como para saber cómo actuaba en estos casos. Lo que si
queda claro es que los abusos podían ser denunciados y que la ley intervenía en algunas ocasiones, aunque
de manera superficial.
LERNER, Gerda, 1990, La creación del patriarcado, Crítica, Barcelona, cap. 9.

La Alianza
En cuanto a las preguntas “¿Quién creo la vida?” y “¿Quién habla con Dios?” la respuesta a ambas en el
Antiguo Testamento reafirma el poder de los hombres sobre las mujeres. En cuanto a la cuestión “¿Quién
trajo el mal y la muerte al mundo?”, el Genesis responde: la mujer en su alianza con la serpiente, que
representa la libre sexualidad femenina. Según esto se debería excluir a las mujeres de la participación activa
en la comunidad de la alianza, y además que el símbolo de esa comunidad y de ese pacto con Dios deberá
ser un símbolo masculino.
El desarrollo del monoteísmo en el Libro del Genesis supuso un paso enorme de los seres humanos hacia el
pensamiento abstracto y la definición de los símbolos con carácter universal. Es un trágico accidente de la
historia que este avance se produjera en una sociedad y bajo unas circunstancias que reforzaron y
reafirmaron el patriarcado. Así es que el proceso de creación de símbolos ocurrió de tal modo que margino a
las mujeres. Para estas, el libro del Genesis represento su definición como beneficiosa y redentora, solo
dentro de los límites fijados por el dominio patriarcal, y por último el reconocimiento de estar excluidas de
representar de forma directa el principio divino. El peso de la narración bíblica parece decretar que por
deseo de Dios las mujeres estaban incluidas en la alianza de Él solo gracias a la mediación de los hombres,
este es el momento histórico en donde muere la diosa-madre y se la sustituye por el Dios padre y la madre
metafórica bajo el patriarcado.

La Meseta de Irán

LIVERANI, Mario, 1995, El Antiguo Oriente. Historia, Sociedad y Economía, Crítica, Barcelona, cap.
32, págs. 700- 719.

Capítulo 32:
Los Medos y la Unificación Persa

Los Pueblos Iranios Desde las Migraciones Hasta la Época Asiria


Alrededor del año 1800 a.C., las culturas urbanas del área irania sufrieron una fuerte crisis, que provocó una
reconversión del poblamiento a comunidades de aldea con economía agro-pastoral y estructuras políticas
más locales. Una crisis interna originó el desplazamiento hacia el sur de pueblos indoiranios, con carácter
militar y tecnológico al principio. A mediados del siglo IX a.C., los asirios entraron en contacto con estos
pueblos, que habían comenzado a tener su propia identidad etnolingüística entre los años 1300 y 900 a.C.,
divididos en varias unidades independientes en términos lingüísticos, religiosos y gentilicios, siendo las más
importantes los medos, los persas, los hircanos, los partos, los arios y los drangianos, entre otras. Todas ellas
poseían una economía agropastoral, con la crianza de ganado vacuno, equino, ovino y camélido, junto con
una agricultura favorecida por sistemas de irrigación subterráneos, que permitieron el cultivo en tierras poco
utilizadas; su superioridad militar, acentuada por el uso de caballos en la guerra, y su cohesión social, basada
en la división de la sociedad en funciones hereditarias (sacerdotes, guerreros y campesinos), hicieron que
estos pueblos se difundieran por todo el territorio iranio desplazando a otros pueblos.
Las divisiones antes mencionadas cumplían cada una su función específica: los guerreros se ocupaban del
plano militar; los campesinos, del cultivo e irrigación de las tierras; y los sacerdotes, de los asuntos
religiosos. Esta faceta de los pueblos iranios se basaba en una visión dualista del mundo, polarizada en el
bien (dios Ahura Mazda) y el mal, en la persona de una especie de antidiós, y los esfuerzos del bien por
combatir el mal mediante una movilización de los seguidores de Ahura Mazda; el fundador de esta religión,
según la tradición, fue un tal Zoroastro. Según el Avesta, libro sagrado de esta confesión, el mazdeísmo
surgió en Bactriana o Sistan, en torno al año 600 a.C., para convertirse en religión oficial cincuenta años más
tarde.

El Reino de Media: Formación y Expansión


Varios documentos asirios de entre los siglos IX y VII a.C. dan cuenta de contactos con los pueblos iranios
situados en la franja suroccidental del territorio iraní, al pie de los montes Zagros. Estas formaciones
estatales, cercanas al Imperio Asirio, estuvieron sometidas a sus presiones e influencias, que provocaron una
transformación más rápida y avanzada del estado tribal hacia estructuras políticas más sólidas. Una serie de
expediciones militares Asirias logró controlar la ya mencionada franja de terreno, para aprovechar sus
recursos y apaciguar la belicosidad de los pueblos iranios; además se intentaron otras incursiones hacia el
noreste del territorio, aunque algo efímeras. Muchas excavaciones arqueológicas aportaron valiosa
información de algunos pueblos iranios que vivían en la periferia de los límites del Imperio asirio, como la
ciudad de Hassanlu, de los manneos, con sus estructuras palatinas que dan cuenta de una organización
política más sofisticada que una simple estructura tribal; la ciudad de Godin Tepe, del reino de Ellipi, con un
nivel parecido al de Hassanlu; el “tesoro de Ziwiye”, compuesto por vasos metálicos y objetos de marfil
hallados en tumbas situadas en las montañas aledañas a la cuenca del Urmia y los valles de Luristán, que dan
una idea del control de las rutas comerciales que ejercían los jefes tribales de aquellos lugares y los lujos que
esto les permitía. Esto también indica la rápida aparición de una cultura local, influenciada por Asiria. Sobre
Media hay poca documentación.
Hasta el reinado de Asarhaddón, los medos, para los asirios, son un pueblo lejano y dividido. En torno al
670 se produce un hecho importante, el rey de los medos Kashtaritu ataca a los asirios, une a los medos,
manneos y cimerios, y logra la sumisión de los persas. Crea de esta manera una formación política unitaria.
Se ha explicado esta rápida unificación como respuesta a las incursiones de los escitas, pero más bien se
trata de las culminación de un proceso de integración política motivado por la presión e influencia Asiria.
Las naciones iranias se unieron en torno a los medos. Ciaxares hacia el 625 a.c. sucede a Kashtaritu, este va
a vencer a los escitas, y va a anexionar algunas naciones nororientales a su reino mediante matrimonios. La
caída del Imperio asirio afianzo a Ciaxares. La muerte de este pone fin a la expansión meda y pone en
marcha un sistema de alianzas entre Media, Babilonia, Lidia, Cilicia y Egipto. El sucesor de este rey va a ser
Astiages, quien continuará con este sistema de alianzas, lo cual dará 30 años de paz en Oriente. La
formación encabezada por Astiages no puede llamarse Imperio, porque no controlan zonas muy pobladas,
sino márgenes de antiguos Imperios, además la formación política tiene escasa cohesión política, ya que es
muy joven aun, y la hegemonía de los medos se basa en las relaciones con jefes de otras naciones.

Los Persas y la Unificación de Oriente Próximo


La coexistencia pacífica entre medios, babilonios, lidios y egipcios fue interrumpida por iniciativa de una
nación irania, que no se conformaba con su papel secundario.
De forma bastante repentina el Rey de Persia Ciro II, se rebeló en contra de Asiages, a quien venció. Los
reyes que eran aliados a este último, comenzaron a aliarse a Ciro II, quien heredo los vínculos creados por
Astiages en el interior de la confederación irania, y denuncio las alianzas en el exterior. Lo que termino con
la paz. Luego Ataco Lidia, y se la anexiono, al igual que Cilicia. Luego haría lo mismo con el Imperio
iranio. Posterior a esto conquistaría Babilonia. Las conquistas de Ciro las continuaría Cambises, quien se
anexionaría Egipto y Chipre.

Persas
BRIANT, Pierre, (1982) Forces productives, dépendance rurale et idéologies religieuses dans l'empire
achéménide” en: BRIANT, Pierre Rois, tributs et paysans. Etudes sur les formations tributaires du
Moyen-Orient ancien, Paris, Annales littéraires de l'Université de Besançon, pp. 432-473. (traducción)

Fuerzas Productivas, Dependencia Rural e Ideologías Religiosas en el Imperios Aqueménida.


Introducción:
El ejemplo que se estudia aquí es el de la Asia unificada por y para los reyes Aqueménidas: Estado fundado
esencialmente sobre la explotación inmediata de masas campesinas agrupadas en sus comunidades de
aldeas, estado que interviene en la vida económica. El rol de la ideología no se puede negar. La formación
económica y social del Imperio aqueménida es compleja, aun considerando que el Modo de Producción
Asiático3 pueda ser considerado como el modo de producción dominante.

Trabajo Agrícola y Práctica Religiosa en el Fargard III del Avesta.


El Fargard III es uno de los textos Persa más importante. El Fargard III se refiere al mundo de los
campesinos. En este texto se muestra la unión entre tres nociones como lo son la Tierra, la Religión y la
Mujer. La religión es comparada a un niño el cual el campesino debe alimentar y criar, los campesinos
fecundan tanto a la tierra como a la mujer.
La necesidad de aumentar las fuerzas productivas es de las cuestiones más fundamentales, entre las cuales se
encuentran el ganado, la irrigación y las fuerzas productivas humanas. Trabajar-Producir-Reproducirse.
El trabajo del campesino es ante todo una práctica religiosa. Trabajar la tierra y engordar a la mujer
representan entonces la participación del campesino en la lucha del Bien contra el Mal. Un buen campesino
es por tanto un “fiel”.

Ideología Avéstica e Ideología Monárquica Aqueménida.


En el Imperio Aqueménida, las fuentes del Rey provienen esencialmente de la tierra y del esfuerzo de los
campesinos. La soberanía de la tierra está ligada al tributo y por lo tanto a la dependencia rural. Las fuerzas
productivas humanas constituyen la riqueza fundamental de un Estado (un país poblado es rico, uno vacío,
está vacío de riqueza). Hay una fuerte política natalicia, el rey premia a quien tiene más hijos.
Las relaciones de producción están bajo tensión por una “ideología de la paz y la protección” donde el rey y
su administración defienden a los campesinos. Plantean que si no defienden al campesino el trabajo en el
campo es imposible. Así como si, a pesar de la paz, el gobernador deja el país mal poblado e improductivo,
el comandante de la fortaleza lo puede acusar.
El sátrapa, por otro lado, es el encargado de recaudar tributos, pagar sueldos, vigilar la productividad de las
tierras y de la seguridad de los habitantes. El sátrapa es como el representante del rey.
La realeza aqueménida está justificada por dos principios de base: uno de carácter dinástico, y el más
importante es la unión entre el gran rey y la divinidad suprema Ahura-Mazda, es de este de quien el Rey
obtiene su poder y tierras.

PISA SANCHEZ, Jorge, (2011) Breve historia de los persas, Madrid, Ediciones Nowtilus, cap. 4

Breve Historia de los Persas: Capitulo 4


Los Pueblos Iranios
Entre los años 1000 y 800 a.c., se sitúa la llegada de los pueblos de origen iranio a las regiones montañosas
situadas al este de Mesopotamia.
Desde el principio fue el pueblo Medo el que atrajo la atención de los Asirios, que eran la superpotencia que
dominaba Mesopotamia y el Próximo Oriente en esos momentos. A partir del siglo IX a.c., los monarcas
3
Se diferencia del modo de producción europeo, porque el Estado jugaba un rol predominante a través del control de los
canales de irrigación indispensables para la labor agrícola. Además, el Estado controlaba las tierras, el poder político y militar. Es
un concepto marxista.
asirios iniciaron una enérgica expansión por el territorio de los Zagros, que tenía como objetivo controlar la
gran ruta comercial del Jordán que unía Mesopotamia con el Oriente Medio, y hacerse con los recursos, en
forma de botín y tributos, extraídos a los pueblos situados en la zona. Fue así que en el reinado de
Salmanasar III cuando aparecen los medos en las fuentes Asirias, en donde tras una expedición tras el valle
de Hamadán, donde hallaron instalados a los Medos.
Las campañas asirias dirigidas hacia los medos fueron constantes a partir de entonces, lo que les permitió no
solo seguir apoderándose de los recursos de la zona, sino que les permitió establecer una dominación
provincial sobre una parte del territorio ocupado por los medos.
Como consecuencia de la hegemonía asiria desplegada en la zona, los pueblos asentados en la región
sufrieron un paulatino proceso de acercamiento hacia los medos, provocado por la necesidad de organizar
algún tipo de oposición conjunta ante el poderío Asirio.
En el 672 a.c., habría una rebelión contra los Asirios en la región de los Zagros, lo cual pondría en riesgo su
hegemonía. En esta rebelión destaco uno de los jefes medos llamado Kashtaritu, que jugó un papel
importante en la dirección y unificación meda, el éxito de esta revuelta, que se extendió a otras regiones
montañosas, permitió alcanzar la independencia a la mayoría de las tribus medas.

La Dinastia Meda
Kashtaritu/Fraortes se lo ha identificado como el rey fundador de los medos. Hijo de Deioces, noble elegido
rey por los medos en una asamblea, debido a la necesidad de establecer una defensa contra los ataques que
sufrían por los pueblos vecinos, principalmente los asirios.
Este fue el verdadero unificador y fundador del reino medio, continuo lo que había iniciado su padre. En el
año 672 a.c., realizaría la revuelta, con éxito, contra los Asirios.
Muchos investigadores plantean que fue durante el reinado del sucesor de Fraortes, Ciaxares, cuando se
llevó a cabo la dominación sobre los persas, así como también cuando se alcanzó la máxima expansión
territorial de Media.
Ciaxares reformo el ejercito medo, y lo hizo adaptando tanto elementos asirios como escitas, innovaciones
que heredo más tarde el ejercito persa. Así pues, el ejercito medo paso a estar compuesto por una bien
entrenada fuerza de jinetes a caballo, la que se le sumaban contingentes de arqueros y de lanceros, e incluso
algún contingente de ingenieros y máquinas de asedio.
Con el ejercito reformado Ciaxares se dirigió hacia Asiria, que estaba débil por la muerte de Asurbanipal, su
último gran monarca. Sumado a estos estaban los Babilonios, quienes también llevaron acabó una
expedición hacia Asiria. Ambos enemigos de Asiria pactaron una alianza entre ellos que fue sellada con la
hija de Ciaxares y Nabucodonosor. Esta alianza permitió a los medios y babilonios dar el golpe de gracia al
poder asirio con la toma en el año 612 a.c., de su capital, Nínive. Se crearía un nuevo equilibrio de fuerzas,
que perduraría hasta la creación del imperio persa de Ciro II, y que incluía a cuatro poderosos estados:
Egipto, Babilonia, Media y Lidia.

Estado, Economía, Sociedad y Religión Meda


Mas que una estructura estatal unificada y centralizada como podía ser el Imperio Asirio, el reino medo no
dejaría nunca de ser una débil e inestable organización estatal basada en lazos personales establecidos entre
las diferentes tribus y pueblos sometidos, que tan solo el prestigio y el poder medo mantenía unidos, y en la
que los diferentes pueblos iranios, ciudades y reinos, como el de los persas, mantendrían una parte de su
independencia política real, soportando tan solo una débil dominación por parte de meda, que era nomas un
tributo y la aceptación de su autoridad.
Tanto medos como persas y el resto de los pueblos iranios poseían desde hacía tiempo una organización
basada en la tribu. Estos pueblos tribales serian unidades que se reconocían unitarias por motivos
lingüísticos, religiosos o gentilicios, como el caso de medos, persas o partos. A su vez estos estaban
formados por diversas tribus menores.
En cuanto a la organización económica los pueblos iranios se establecieron en la meseta irania y en la zona
de los montes Zagros, eran pueblos de pastores que se dedicaban a la cría de animales, principalmente
caballos, vacas, ovejas y camellos, aunque también practicaban agricultura de forma secundaria y
dominaban la metalurgia de hierro.
Una vez en la zona del Hamadan, los medos se hicieron con el control de las rutas comerciales que
atravesaban su territorio.
En cuanto a la religión meda, se sabe poco, se cree que entre la tribu meda había magos que tenían la
función religiosa. Tanto medos como persas poseían una mitología y unas divinidades derivadas del panteón
Indo-ario anterior del que procedían, constituida por dos grupos de dioses, los Asura que controlaban las
fuerzas sociales, y los Daevas, que dominaban a su vez las fuerzas de la naturaleza. Los primeros eran dioses
benignos los otros malignos. La religión irania era dualista, lucha del bien y el mal.

La Política Religiosa Persa

CAMPOS MÉNDEZ, Israel (2006), “La razón de Estado en la política religiosa de los reyes
Aqueménidas: ¿tolerancia o intolerancia religiosa?” En: Gerión, 24, núm. 1, págs. 111 a 117

La Razón de Estado en la Política Religiosa de los Reyes Aqueménidas: ¿Tolerancia o Intolerancia


Religiosa?
Por parte de los Reyes Persas, debió haber existido una actitud inicial de aceptación de todas las prácticas
religiosas que se fueron encontrado a lo largo de sus conquistas territoriales. En el ámbito religioso el
Imperio persa se encontró definido en torno al politeísmo. Los dioses se encontraban en estrecha relación
con los pueblos o regiones determinadas. Se ha dicho que los persas toleraban las distintas religiones para
mantener a los pueblos sometidos contentos. Aun así, esta predisposición de los reyes persas no implica que
hubo situaciones donde se puedo haber ejercido una actitud hostil y represiva hacia algunos cultos locales.
El autor plantea que los testimonios señalan que muchos de los casos de “tolerancia religiosa” proceden de
respuestas particulares a peticiones realizadas por parte de los interesados, como en el caso de los judíos de
Jerusalén, y su pedido de poder continuar con la construcción de su templo. En casos como este se refleja la
respuesta a situaciones particulares, donde se concede permiso, pero después de haber considerado si tales
cuestiones no afectaban la estabilidad política de la monarquía persa, en donde esta se podía ver afectada,
reprimían como al culto de Apis y los templos egipcios o la supresión del culto de las “daivas” y la
destrucción de sus templos.
Por esta cuestión parece necesario considerar que no es posible la continuidad en la reproducción de estos
estereotipos aceptados sobre el Imperio persa. Se puede afirmar que la política religiosa de la Dinastia persa
aqueménida estuvo marcada por un proyecto general de integración que trataba de adecuar las realidades
particulares a la razón del estado, a través de un cuerpo administrativo conocedor de la importancia que la
religión representaba para la buena marcha de un país que en esencia era multicultural.

LIVERANI, Mario, (1995) El Antiguo Oriente. Historia, Sociedad y Economía, Crítica, Barcelona,
cap. 32, págs. 700- 719. (esta arriba)

Comercio en el Cercano Oriente

Flammini, Roxana, (2011) De la teoría al análisis de los sistemas – mundo: consideraciones sobre la
interacción entre Egipto, Kerma y Biblos (c. 1985 -1640 a.C.) En: Cuadernos del Centro de Historia
Antiguo Oriente vol. 9, UCA, Buenos Aires

De la Teoría al Análisis de los Sistemas-Mundo: Consideraciones sobre la interacción entre Egipto,


Kerma y Biblos (1985-1640 a.c.)

Introducción:
Hay un cierto consenso académico en atribuir el origen de los contactos comerciales en el Cercano Oriente
Antiguo, a la necesidad de intercambiar bienes de “prestigio” (metales preciosas, meterías primas escasas
maderas de calidad, etc.), que tienen gran valor por su escases, y son pequeños por lo tanto fácil de
transportar. Estos bienes poseían un significado social importante, que daban cierto estatus dentro de las
relaciones sociales externas o internas.

La Teoría de los Sistema-Mundo


Se suele analizar las interacciones entre las sociedades desde el punto de vista de una sociedad central.
Wallerstein analiza puramente los vínculos establecidos entre un centro desarrollo, superior y generador de
productos manufacturados y las periferias bajo su control, caracterizadas como subdesarrolladas, inferiores y
productoras de materias primas. Esta relación entre ambos polos es asimétrica, beneficiando al centro, que
compra materias primas a bajo costo y le vende posteriormente productos elaborados a esta periferia con un
alto costo.

Críticas a la Teoría de los Sistemas-Mundo (TSM): el Análisis de Sistemas-Mundo (ASM)


Este sistema va a ser criticado, acusando a Wallerstein de ser demasiado marxista. Gil Stein va a plantear
que no se pueden aplicar las hipótesis de la TSM, que son el control centralizado del centro, regulación del
intercambio desigual a su favor, determinación del carácter de la periferia por el intercambio de larga
distancia.
El TSM fue y es objeto de críticas, aun así, es el puntapié inicial para realizar un análisis de las relaciones
sociales en diferentes planos de interacción.

Precisiones Conceptuales

El Sistema-Mundo Nilótico-Levantino
Un Sistema-Mundo es una red de relaciones donde diferentes sociedades interactúan. La cualidad
sistemática tiene lugar en una red de relaciones intersocietarias (un sistema-mundo) cuando se cumplen las
siguientes condiciones:
 Directos, es decir, que no se detecten terceros intermediarios en la relación
 Regulares, en tanto la misma se desarrolle en un lapso de tiempo prolongado, que no sea puntual o
esporádica
 Recíprocos, que haya un ida y vuelta en la relación, ya sea de bienes, de personas, de prácticas de
diverso orden o de otros elementos culturales.
Las relaciones de Egipto con otras sociedades tuvieron lugar desde tiempos predinásticos. La evidencia
material demuestra que las élites Alto Egiptas de Nagada, Hieracompolis y Abydos, y las de Buto,
mantuvieron estrecha relación con grupos sociales Nubios y Cananeos. El eje principal de los contactos
sociales y económicos era el Nilo. De este modo, un Sistema-Mundo Nilótico-Levantino puede ser
delineado por lo menos hasta la mitad del II Milenio a.c. En cuanto hay que tener cuidado al poner a Egipto
como el centro de estas interrelaciones.

Fronteras en el Sistema-Mundo Nilótico-Levantino


Chase-Dunn y Hall, sostienen la conformación de cuatro conjuntos de redes de interacción que delimitan
fronteras:
 Redes de bienes de subsistencia (o mercancías)
 Redes político-militares
 Redes de bienes de prestigio
 Redes de información
Ordenadas de más a menos importantes, y de más a menos alcance, conteniendo una a la otra. Estas
consideraciones podrían indicar que una hipotética periferia, ligada a un centro, a su vez podría actuar de
centro con otra periferia.
Conclusiones
Durante el periodo considerado aquí, las relaciones sistemáticas se evidencian entre Egipto y dos ámbitos
bien definidos: Kerma y Biblos. No se evidencian practicas coercitivas sistemáticas en las relaciones entre
estas entidades.
Dos planos bien diferentes de interacción se observan en la región: uno, basado en el intercambio de bienes
de prestigio, y caracterizado por el establecimiento de relaciones simétricas. Se pudo establecer una
diferenciación en relación con la clase de bienes que cada parte proveía al sistema, teniendo en cuenta que
todas ellas se beneficiaban de un vínculo establecido. Un segundo plano de interacción, caracterizado por
elementos socio-políticos, muestra un fuerte vínculo de tipo asimétrico, y es el que permite diferenciar entre
centros y periferias, puesto que algunas prácticas o rasgos culturales son adoptados por una de las partes sin
que se evidencia una situación inversa.
Cada una de las sociedades intervinientes en el sistema poseían un ordenamiento interno jerárquico, pero sus
interacciones podían ser ordenadas a través del establecimiento de relaciones simétricas y asimétricas en
distintos planos de interacción.

Zingarelli, Andrea, 2019., “Modo de producción asiático: consideraciones sobre el Egipto antiguo”.
Rihao 20, Buenos Aires, 77-122. http://revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/rihao/article/view/7111

Modo de Producción Asiático: Consideraciones en Torno al Egipto Antiguo

La lógica en el modo de producción asiático es preeminente y la relación con las aldeas se caracteriza por
formas extractivas y explorativas.
En las “formen” se destaca que el estado aparezca como propietario superior o el único propietario,
haciéndose acreedor del plustrabajo de las aldeas (aunque cada familia campesina pueda cultivar su propia
parcela) y del trabajo común que deben realizar para exaltar al déspota real o a la divinidad.
Aquí se ven en las propiedades de las aldeas una fuerte identidad local y una economía autosuficiente
gracias a la propiedad compartida, así también se ve el requerimiento de las instituciones estatales de
proveer trabajo directo o entregar plustrabajo. La intervención estatal es creciente creando se instalaciones
agrícolas en distintas zonas desde el Reino Antiguo y adquiriendo importancia los templos hasta el Reino
Nuevo, cuando se convierten en los mayores propietarios de tierras, en particular los localizados en los
centros políticos administrativos. La propiedad aparente del estado se transforma en una propiedad real y
efectiva. De este modo las propiedades de las aldeas terminan en algunas regiones yuxtaponiéndose a estas
tierras institucionales.
Estas comunidades pese a los cambios siguen basándose en la producción agrícola y la manufactura, más
allá de la diferenciación y jerarquización entre jefes de aldeas, elites locales e instituciones funerarias con
sus lógicas de funcionamiento.
Hay un estado que mantiene su forma política y sus mecanismos de explotación y dominación y es
correspondiente al modo de producción dominante. El no colapso del estado faraónico que se sostiene ha
hecho que estas sociedades sean caracterizadas como estancadas. Y aunque hay cambios políticos,
económicos y sociales, no se socaba el modo dominante de apropiación y los mecanismos explotativos del
estado.
Los Periodos Intermedios ponen en manifiesto las luchas entre elites regionales y permiten identificar
categorías sociales intermedias y contradicciones de clase, aunque también expresiones de estatus que se
manifiestan en crisis políticas y económicas que dan cuenta de una cierta fragmentación social. Tales
procesos no acaban con las relaciones dominantes de producción.
De acuerdo a las “Formen”, el individuo esta carente de propiedad o parece estar mediado por medio de una
concesión de la unidad total. Desde el Reino Antiguo se ve que los altos funcionarios del Rey reciben, en
compensación por sus funciones, tierras. Y muchas de estas se superponen con tierras de familias
campesinas.
La documentación en el Egipto faraónico da cuenta de trabajos de irrigación ligada a su política de
fiscalidad. Asimismo, los habitantes de las aldeas podían ser convocados para realizar distintos trabajos para
el faraón tal como la construcción de un templo o un canal o formar parte del ejército o de una expedición a
las minas.
En cuanto a las formas de intercambios derivadas de acumulación individual y de procesos de circulación de
transacciones en protodinero, debemos fijarnos en la disponibilidad de excedentes de las clases dominantes.
También en este periodo se descubren intercambios de pequeñas parcelas de tierras y esclavos por valores
bajos, en los que intervienen los altos funcionarios. Los ingresos del imperio derivados a templos y donados
a altos funcionarios generaron una mayor disponibilidad de excedentes en las clases dominantes.

Pfoh, E., “Relaciones de dependencia en Siria-Palestina durante la Edad del Bronce Tardío”, XXXIVe
Colloque internacional du GIREA, 2013, pp. 71-90. https://www.persee.fr/doc/girea_0000-
0000_2013_act_34_1_1116

Relaciones de Dependencia en Siria-Palestina Durante la Edad del Bronce Tardío

El Escenario Político
Los acontecimientos políticos en Siria-Palestina durante la Edad del Bronce Tardío están ciertamente
vinculados en gran medida a las incursiones y presencias extranjeras de los grandes poderes de la región. A
comienzos del siglo XVI a.c., la expansión militar de Mitanni hacia el oeste produjo el repliegue de los
hititas en Siria Septentrional. En este momento algunos centros urbanos como Alepo y Qades, dominaban a
la periferia menor. Esta fase marco la transición de un sistema de coaliciones locales dirigidas por reinos, a
un sistema de sujeción a un rey único, poderoso y exterior a Siria-Palestina.
A inicios del siglo XV llegan los faraones egipcios a Siria-Palestina, adentrándose en gran medida en el
territorio, sin un gran dominio.
La vida política de los reinos locales de Siria-Palestina en este periodo estuvo marcada por la intervención y
el dominio de poderes extranjeros. Hasta que la crisis del siglo XII hizo desaparecer no solo el dominio
exterior de la región sino también la articulación sociopolítica interna de los reinos o principados locales.
El Reino de Hatti se caracterizó por su lógica “feudal”. Los reyes súbditos a la esfera de control imperial
hitita procedían a partid de vínculos personales de relación sociopolítica, creando lazos de fidelidad personal
a partir de vínculos de parentesco político.
La presencia de Egipto en Siria-Palestina data de la época de Tutmosis III y estaba organizada con tres
ciudades que funcionaban como centros administrativos egipcios para tres grandes zonas territoriales: Gaza,
sobre la palestina meridional, era el centro de la zona de Canaán, Cisjordania, en el valle de Beqa, era el
centro de la zona de Ube/Upe, y Summur, sobre la costa siria, conformaba el centro para la zona de Amurru,
ósea la Siria costera. En cada uno de esos centros residía un comisionado, con un pequeño palacio y una
guarnición militar. Existían por otro lado zonas menores de guarniciones egipcias, y zonas de explotación
económica directa por parte de Egipto, como una zona de producción agrícola cerca de Megiddo. Aun así, la
económica Siria-Palestina no estaba integrada estructuralmente en la economía egipcia.

Hacia una Antropología de las Practicas Políticas en Siria-Palestina


La existencia de organización jerárquica en Siria-Palestina durante la Edad del Bronce Tardío es indudable,
existía un sector mas favorecido, que tenia un rol ejecutivo, y otro sector mas desfavorecido, debía acatar las
ordenes centrales. Aun así, esto no es suficiente para caracterizar a los reinos Siro-Palestinos.

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