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2.2.b.

«NIVELES» DE CONOCIMIENTO
Jueves 6

El conocimiento humano se da a través de dos vías; DOS NIVELES concurrentes:

Inicialmente podríamos establecer dos diferencias entre ambos niveles.

1) La primera diferencia radica en que el conocimiento sensible se da a nivel del fenómeno,


mientras que el conocimiento intelectual se da a nivel del fundamento.

Fenómeno no está tomado aquí en el sentido de apariencia con un matiz despectivo, sino en
cuanto que es lo que se muestra a través de los Accidentes de la Substancia.1

 Y digo “de la substancia” para mostrar aquí que no es el fenómeno lo “accidental” en


el sentido de per accidens2 (de ahí la distinción hecha anteriormente). Por tanto,
Accidente no significa superfluo o innecesario, sino lo que manifiesta a la
Substancia, y en ellos la captamos.

La inteligencia, -en eso fenoménico, en los accidentes-, ve lo esencial de la cosa, esto es, el
fundamento de la cosa; o para seguir la distinción citada anteriormente, lo substancial de la
cosa.3

Ahora bien, como ya señalamos, es el hombre el que conoce a través de la sensibilidad y


de la inteligencia, de modo que generalmente no hay conocimiento sensible que no tenga
una referencia intelectual, y viceversa. En este sentido podemos decir, que no hay ni
sensación pura ni intelección pura: ambas concurren en todo acto de conocimiento. Y esto
no sólo porque están ambos niveles en el hombre sino también porque la realidad está
compuesta de substancia y accidente, de fundamento y fenómeno.

2) La segunda diferencia radica, en que el conocimiento sensible tiene una dependencia


orgánica; esto es, la sensibilidad depende tanto objetiva como subjetivamente de un
órgano.

Por dependencia subjetiva entendemos lo siguiente: la vista, por ejemplo, como potencia
requiere de un órgano -el ojo- para poder efectuar su acto -la visión-. Sin ojos nuestra
capacidad visiva no puede realizarse -por ejemplo un ciego-. La inteligencia en cambio, no
necesita propiamente de un órgano para ejercer su acto.

1
Aquello a cuya esencia le compete SER (existir), en tanto que ES algo (cosa). Acuñado por Aristóteles para referirse al
sustrato básico en donde se asientan los Accidentes -que en la substancia tienen únicamente “ser” y existen en función de
ella-. A decir de Descartes, “substancia es todo aquello que no necesita de ninguna otra cosa para Existir”.
2
…cuando la inteligencia entiende una esencia.
3
[Intelecto agente + intelecto posible = idea.]
1
Si bien esto puede resultar extraño, recordemos los cuatro argumentos presentados en la
inmaterialidad4 del alma. Pero sí depende objetivamente del cuerpo, en tanto que capta el
objeto desde la sensibilidad, esto es, requiere de un órgano para la presentación del objeto,
y este órgano es el cerebro. Así, entonces, sin el cerebro ¿se puede dar conocimiento
intelectual? Dado que el hombre es un compuesto de carne y espíritu, sin el cerebro no
habría hombre, por lo tanto no habría conocimiento intelectual.

Pasemos a tratar, entonces, cada nivel por separado.

2.2.b.1. El Conocimiento Sensible


 Sensibilidad externa
En primer lugar desarrollaremos la sensibilidad externa, representada por los cinco sentidos,
a saber:

 Tacto
 Gusto
 Olfato
 Oído
 Vista

El sentido básico es el TACTO

Se encuentra repartido en todo nuestro organismo, y no tiene un órgano determinado,


aunque hay zonas donde se localiza más particularmente como es el caso de la yema de los
dedos. Su objeto es variadísimo (sensaciones de dolor, placer, calor, frío, suavidad,
rugosidad, movimiento) y podríamos decir que tiene dos finalidades.

 Por un lado una finalidad orientada a la Conservación de la vida.

Así captamos, gracias a él, lo cálido de un objeto y evitamos una quemadura o, al sentir algo
doloroso, huimos de él. El tacto, entonces, nos brinda una primera noticia del mundo y al
mismo tiempo nuestra ubicación en él, en tanto que gracias al tacto sentimos nuestro estado
y nuestra situación, por ejemplo, estamos parados, estamos cansados, [y también sentirse
ubicados, o no -sin tacto-], etc.

 Pero junto a la finalidad de la autoconservación, y dado que el tacto se da en un ser


espiritual, adquiere otra finalidad en orden a la Comunicación.

Así, en nuestro lenguaje vulgar, solemos decir que una persona “tiene tacto” cuando sabe
manejarse correctamente entre las personas, su “fino tacto” le permite hablar sin lastimar.
Pero también tiene una resonancia afectiva en la “caricia”. Es a través de la caricia por
donde nos adentramos en la expresión de lo afectivo; es la caricia el modo por el cual le
mostramos a un recién nacido la bondad de la vida. Así, entonces, el tacto, que parece
referirse solamente a la ubicación del mundo, tiene gracias a la espiritualidad humana, una
trascendencia afectiva en tanto que no sólo percibe sino que también transmite.

4
Universales, Autorreflexión, Libertad, Fracaso.
2
 El segundo sentido es el GUSTO

Especie de tacto especializado y restringido a un área muy precisa. Su principal finalidad es la


autoconservación, en tanto su ordenación a la alimentación. Pero tiene también un eco de
espiritual. Que se manifiesta, por un lado, en que el hombre es omnívoro.5 Por otro lado, en
la creatividad que comprobamos en el arte culinario. Como ejemplo de esta apertura a lo
espiritual decimos que una persona “tiene buen gusto” en tanto que sabe elegir y establece
una armonía entre sí mismo y la realidad, ya sea en el vestir, en la decoración, o en la
capacidad de descubrir una manifestación artística.

 El tercer sentido es el OLFATO

La aparición de este sentido implica un salto evolutivo, en tanto que se introduce un


elemento nuevo: la distancia en el espacio. Podemos afirmar, entonces, que el olfato es un
tacto a distancia, en tanto que sentimos las cosas antes de entrar en contacto con ellas. Su
finalidad es doble:

 por un lado se orienta a la conservación del individuo, en tanto que percibe lo que se
ordena a la percepción del alimento, como también del enemigo.
 por otro lado gracias al olfato captamos también, la pareja sexual, de modo que el
olfato se orienta a la conservación de la especie.

Asimismo, el olfato por estar en una persona espiritual ve su horizonte de percepción


ampliado. Ejemplo de esto es la tarea del perfumista, el cual recrea aromas. Y del mismo
modo que los sentidos anteriores, el lenguaje vulgar nos muestra una manifestación
espiritual, en cuanto que el olfato se orienta a lo futuro, a lo profético, como cuando
decimos “olfato para los negocios” u “olfato de gol”. Aunque es también cierto que este
sentido es el más desatendido por nuestra cultura, en tanto que no lo cultivamos
adecuadamente.

 El cuarto sentido es el OÍDO

Él capta propiamente el sonido y a través de él el movimiento, por lo tanto la distancia es


percibida mucho más claramente. En el hombre, el oído goza de una mayor espiritualización
frente a los sentidos privilegiados de la comunicación, en tanto que en él se dan la palabra
oída y la música. De este modo parece esconderse en esta espiritualización la finalidad de la
autoconservación, la cual también existe.

 El último sentido es la VISTA

Ella capta como objeto propio el color y a través de él, las formas y figuras. En nuestra
cultura es el sentido más espiritualizado y el que mayor confianza nos brinda, lo cual lo
comprobamos en nuestro lenguaje vulgar, por ejemplo: para llamar la atención usamos
expresiones cómo “¿viste?”, o “miren”, o “a ver”…

A esta apretada síntesis podemos agregarle algunas notas para completar, un tanto, esta
aproximación.

5
Que se alimenta de toda clase de sustancias orgánicas, tanto animales cómo vegetales.
3
En primer lugar hay una “jerarquización” real de los sentidos en cuanto a la mayor
precisión en orden al conocimiento, pero debemos tener en cuenta que esta jerarquización
está hecha desde el conocimiento intelectual. Y esta aclaración nos lleva a la segunda nota.

La “jerarquización” se da también por un contexto


cultural. Es por eso que hay culturas más visuales y
otras más auditivas;6 como también percibimos en la
actualidad un peculiar desarrollo del sentido del gusto a
través de lo que podríamos llamar el mundo gourmet o
“gourmands”. Otro aspecto que queremos destacar, es
que, cada persona tiene dentro de este marco de
«naturaleza-cultura», una predisposición a la
utilización de un sentido o de otro.

Así encontramos personas con un fino oído y otras


de paladar exquisito. Esta predisposición genera una
mayor capacidad de percepción de los objetos propios de cada sentido, como también el
ocultamiento o embrutecimiento de los restantes. Esto radica, como ya afirmamos, en la
libertad del espíritu que amplía el horizonte de cada sentido.

 Sensibilidad interna
Cuatro son los sentidos de la sensibilidad interna:

 Sentido Común
 Imaginación
 Memoria
 Cogitativa

 El primero es el SENTIDO COMÚN

Su objeto son los actos de los Sentidos Externos, en tanto que en el sentido común se
“reúnen” los Sentidos Externos.

El sentido común hace, de este modo, una primera síntesis, dado que reúne nuevamente lo
que estaba unido en la cosa y que se había dividido en los diferentes caminos de acceso,
esto es, a través de cada sentido externo. Ahora bien, dado que el sentido común capta los
actos de los sentidos externos -siento que siento-, esto es, se da en él lo que podríamos
llamar una primera reflexión, una primera captación del yo como sujeto de sensibilidad.

Así, entonces, podríamos decir que gracias al sentido común se da una síntesis objetiva…
-se vuelve a reunir lo que se dispersó en la sensación, pero que estaba unido a la realidad-, y
una primera síntesis subjetiva; es decir, una síntesis entre sujeto y objeto -no es meramente
lo objetivo lo que aparece en el sentido común, sino también el sujeto que conoce-. 7

 El segundo sentido interno es la IMAGINACIÓN


6
«Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído.» (He 4, 20)
7
[…en sus capacidades.]
4
El objeto de la imaginación es “la imagen del objeto” en cuanto este objeto está ausente.

La imaginación entra en juego cuando queremos representarnos una realidad que, en


realidad, no está presente. Podríamos decir entonces que la imaginación es el sentido que
hace presente lo ausente.

Por lo tanto, es en la imaginación donde aparece, por primera vez, un sustituto de lo


real, una «Especie-Expresa», esto es, una “réplica” de lo real producido por el sujeto.

Esta especie, si bien es producida por el sujeto, no es pura creación del sujeto. En realidad
no hay nada que imaginemos que no hayamos visto u oído o experimentado por algún otro
sentido. Hay entonces en la imaginación una capacidad de reordenar los datos de los
Sentidos Externos, produciendo algo que no está en la realidad. Es por eso que la
imaginación recibe, también, el nombre de fantasía.

La imaginación entraña la capacidad de humanizar lo real en tanto que, en su carácter de


fantasía, reordena lo real permitiendo ampliar el mundo, poblándolo de imágenes que
realmente no existen.8

Pero junto con esta capacidad nacida del carácter utópico, la fantasía puede enajenar al
hombre, dado que lo saca de la realidad, llevándolo a habitar un mundo imaginario. Así
entones, se convierte en “la loca de la casa”. Es por eso que la imaginación requiere una
educación, un ejercicio ordenado.

La imaginación al producir estas imágenes depende del sentido que las proporciona. Es así
que encontramos personas con una imaginación visual, otras auditivas y existen también
imágenes olfativas como las que tiene el perfumista, o gustativas como el caso del cocinero.

 El tercer sentido interno es la MEMORIA

Su objeto es la referencia de la imagen al pasado, lo cual no se encuentra en la imagen,


sino que surge de la comparación de éstas [dos] dentro de un tiempo.

En la Edad Media se decía que la Memoria captaba una “intentio insensata”9, esto es, un
“contenido no sentido”, en tanto que la referencia al pasado no es sentida por ningún
sentido externo, pero tampoco está en la realidad, dado que en la realidad sólo
encontramos lo presente. La memoria capta el paso del tiempo, y no creo que sea casual que
San Agustín se haya interesado, como lo atestigua el libro Confesiones, por estos dos temas:
tiempo y memoria. La memoria, entonces, al captar la referencia al pasado es la sede de la
historia. No cabe relatar una historia sin la ayuda de la memoria. Y por ser sede de la historia
es la sede del yo. No podríamos decir esta palabra yo con sentido, si no fuera por la memoria
que nos permite revivir lo que hemos sido10.

Sin memoria no hay identidad. Es gracias a ella que podemos contar nuestra vida, relatar
nuestra biografía y por lo tanto tener conciencia de una identidad. Es por eso que cuando
8
[...movimiento.]
9
La intención del absurdo.
10
«La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla». GGarcía Márquez (1927-
2014).
5
hacemos memoria decimos que recordamos, esto es, volvemos al corazón, volvemos a
nuestra intimidad, para allí, encontrar lo real.

Del mismo modo que la imaginación se desarrolla de acuerdo a los intereses y a la


preeminencia de un sentido sobre otro, lo mismo podemos decir de la memoria. Existen
memorias visuales o auditivas o incluso táctiles de acuerdo a la impresión que han dejado en
nuestra vida. Y así como la imaginación requiere de educación, lo mismo sucede con la
memoria. En muchos sentidos tenía razón Platón cuando afirmaba que “pensar era
recordar”. El pensar hunde sus raíces en los recuerdos, vuelve nuevamente a experiencias
anteriores. Por eso pensar es rumiar, volver a hacer presente aquello ya pasado, ya sea para
reordenar lo caótico del presente, o para captar lo novedoso de algo en confrontación con lo
ya sido.

La memoria, así entendida, no es meramente cronológica, en tanto que recuerda datos y


fechas; sino kairológica11 en cuanto que revive lo vivido, nos permite encarnar el pasado y
“morir llenos de años”.

 El cuarto y último sentido es la ESTIMATIVA o COGITATIVA

Varias son las funciones de esta potencia: Si la memoria capta la referencia al pasado, la
estimativa capta la referencia al futuro.

Gracias a ella, estimamos que algo va a suceder; como por ejemplo, un cielo amenazante
nos hace pensar en la lluvia inminente. La estimativa nos permite prever lo que ha de
suceder, ampliando nuestro horizonte perceptivo hacia el futuro, hacia lo que todavía no es.
Otra función de la estimativa es que nos permite captar lo beneficioso y lo nocivo de las
cosas. Pero debemos aclarar que la estimativa no capta el bien o el mal, sino aquello que es
bueno o malo para un sujeto determinado, esto es, en cuanto que entra en relación con
una persona en concreto. Por ejemplo, una comida puede ser beneficiosa para alguien, pero
nociva para otra persona. Gracias a la estimativa entonces, la percepción del hombre se
abre, no solo a lo cognoscitivo, sino también, a lo afectivo, en cuanto que está ordenada a
acrecentar la vida en la búsqueda de lo beneficioso y en evitar lo nocivo.

Finalmente, en el hombre, la estimativa adquiere otra función a partir de la cual se llama


a esta potencia Cogitativa.12

Esta potencia reúne los datos que la sensibilidad captó de lo real. Produce, entonces,
una imagen en la cual se sintetiza todo lo captado por los otros sentidos, tanto externos
como internos. Es sobre esa IMAGEN sobre la que va a apoyarse la inteligencia para la
producción del CONCEPTO; de modo que, si esta imagen es débil o incompleta, la
inteligencia se va a ver limitada en su ejercicio, en tanto que el material -imagen- sobre el
que va a trabajar habrá de manifestar una realidad imprecisa.

11
«Podemos distinguir dos tipos de Tiempo: el Cronológico -kronos- es común a todos y es establecido arbitrariamente, por
ejemplo, hoy es 30 de octubre de 2007; y el kairológico que es el tiempo propio de cada uno, su tiempo de madurez, su
sazón. Así, entonces, dos personas pueden tener la misma edad cronológica, pero no tienen la misma edad kairológica, la
misma madurez.» [Las Edades de la Humanidad, Video.]
12
Potencia que faculta el pensamiento: «Cógito, ergo sum».
6
Por lo tanto, en la COGITATIVA se presentan, así como el SENTIDO COMÚN, dos síntesis. A
la síntesis objetiva13 manifestada en la imagen, se le suma la síntesis subjetiva, ya que el
sujeto aparece involucrado en cuanto que la imagen no habla solamente de la cosa real, sino
también del estado del sujeto, en cuanto refiere lo beneficioso o nocivo para ese sujeto.

La cogitativa, entonces, en estas dos síntesis, es la potencia de la experiencia. Cuando


hablamos de una persona y decimos que tiene sentido común, o bien que es una persona
experimentada, o incluso que tiene mundo, nos estamos refiriendo precisamente a esta
potencia.

En el Medioevo esta potencia recibió el nombre de razón particular. Su función es ser sede
de la experiencia porque agrega, a los datos del pasado brindados por la memoria, la
previsión del futuro de acuerdo a lo que está presente a través de los Sentidos Externos.

Esto significa que el conocimiento no es una mera copia de la realidad, como lo es una
fotografía o una película, sino que el conocimiento se da en la unión vivida del sujeto con el
objeto, y por lo tanto, a mayor intimidad con el objeto hay una mayor presencia del sujeto.

A medida que captamos más datos de las cosas, más yo se vuelve el sujeto, dado que a
mayor presencia del objeto tenemos una mayor actividad del sujeto. O para decirlo en
otras palabras: el sujeto se hace más real a medida que conoce más la realidad y más
realidades.

2.2.b.2. El Conocimiento Intelectual


Como dijimos anteriormente, el conocimiento humano se da a través de dos vías:

 La vía de la sensibilidad capta lo real en su modo fenoménico, y lo capta con una


potencia que radica en órgano.
 La vía de la inteligencia capta lo real en su modo esencial, fundamental, y su potencia no
radica en órgano.

Objeto de la inteligencia

¿Cuál es el «objeto» de la inteligencia?


Iniciemos por aclarar este punto. Varias son las opiniones sobre el tema. Intentaremos
presentar una opinión que permita entender el aspecto de verdad que cada una de las otras
tiene.

 El objeto de la inteligencia es el ENTE.

POR «ENTE» ENTENDEMOS AQUELLO QUE «ES». Recordemos que, en esta noción de
Ente, se encuentran presentes: el principio SER -es-, el principio ESENCIAL -qué- y el
SUJETO que está constituido por la ESENCIA y por el SER.

13
[Refiere a la calidad de sus propias percepciones sensoriales.]
7
Así, entonces, la inteligencia capta lo real: esto es, algo individual que, por un lado tiene
una esencia y que, por lo tanto, puede ser definido; y por otro lado, tiene un ser que lo hace
ser real. Así, entonces, el Ente, como objeto de la inteligencia, es captado propiamente a
través del juicio, como acto que une lo que está unido y separa lo que está separado.

A partir de esta presentación, comencemos a ver las otras opiniones.

 Algunos autores dicen que el objeto de la inteligencia es el SER

Pero si tomamos ser en su sentido propio notamos que ser es solamente un principio de lo
real, el más importante desde luego, pero sólo principio de lo real. De hecho, no captamos
nunca el ser de un modo puro, no captamos nunca el existir, como tampoco captamos el
comer o el beber. Lo que captamos, es un sujeto que está comiendo o bebiendo, siempre, lo
que captamos, son sujetos que realizan una u otra acción. Generalmente cuando un autor
dice que el objeto de la inteligencia es el ser, se quiere referir a que el objeto es real, esto es,
no es ni un ente de razón, ni algo que no existe propiamente. Pero, dado que no cuesta nada
ser precisos, preferimos entonces decir que el objeto es el ente.

 Otros autores afirman que el objeto de la inteligencia es la ESENCIA de las cosas


materiales

Nuevamente vemos aquí algo de verdad pero también, alguna imprecisión. Es cierto que la
esencia es el principio de lo real que le da un contenido inteligible y gracias al cual una
realidad se diferencia de otra; esto es, gracias a la esencia, una cosa es una cosa y otra cosa
es otra cosa. Como habíamos afirmado anteriormente, la esencia es aquello que hace que
una cosa sea lo que es, pero, aunque esto es muy importante, no es todo lo que hay en el
ente. Si bien el filósofo es un cazador de esencias y su fin es definir, delimitar lo real, esto no
puede ser hecho unilateralmente, monocularmente. Lo real irrumpe más allá (o más acá) de
la sola esencia.

Así, entonces, decir que el objeto es la esencia, nos llevaría a varias dificultades.
 Una de ellas es caer en lo que comúnmente se llama esencialismo, esto es, “lo que vale
la pena conocer de una cosa es su esencia, no la cosa misma”. Este esencialismo crea una
visión abstracta de la realidad y en muchos casos es el responsable de mostrar a la
filosofía como algo que está alejado de lo real. “Lo que tenemos delante” no nos interesa
tanto como su contenido universal, esta actitud nos lleva, poco a poco, a olvidarnos de lo
que tenemos delante, para instalarnos en una especie de lejanía intelectual.
La otra dificultad no es menor y está emparentada con la anterior.
 Si lo que conoce propiamente la inteligencia es la Esencia, ¿qué lugar le cabe al Ser? El
ser sería entonces objeto de la sola “sensibilidad”, sería aquello que solamente puede ser
alcanzado por una constatación empírica [fenomenológica]. Una interpretación tal,
impide entonces considerar al ser como principio metafísico, como acto de todos los
actos; concepción que, según algunos especialistas, es un logro de la metafísica clásica.
Así entonces, si afirmamos sin más que el objeto de la inteligencia es la esencia, lo
individual -lo concreto- y el ser como acto, se volverían ininteligibles.14

14
No comprendidos o entendidos.
8
 Otra opinión dice que el objeto de la inteligencia es la VERDAD

Pero la verdad más que objeto de la inteligencia es el fruto, esto es, la verdad surge una vez
que la inteligencia se ha adecuado a la realidad, a su objeto. Por lo tanto, la verdad no es
propiamente el objeto de la inteligencia, sino el fin del conocimiento intelectual. Así,
entonces, el hombre al conocer lo real intelectualmente, posee la verdad, pero solamente si
se ha apropiado de eso real, del ente.

Por otra parte, si el objeto fuera la verdad sin más, no cabría un conocimiento intelectual
errado: no habría posibilidad de conocimiento erróneo15. De este modo y en cierto sentido,
todo conocimiento intelectual sería infalible, y si se equivocara sería por la intromisión de
algún otro elemento extraño.

Sin embargo, creemos que si afirmamos que el objeto de la inteligencia es el ente, puede ser
que por exceso del objeto o por debilidad de la inteligencia surja el error, esto es, la no
adecuación con la realidad. En el error hay conocimiento intelectual, pero deficiente,
corregible. De ahí la existencia de la lógica16, como arte del buen pensar.

 Una quinta opinión es aquella que afirma que el objeto de la inteligencia es la FORMA de
las cosas

Aquí forma está tomada como principio de lo real y, más propiamente, como aquello que
perfecciona la esencia de una cosa. En esta opinión encontramos las mismas dificultades que
habíamos presentado con respecto a la esencia y podríamos afirmar otra más: la materia se
vuelve incognoscible para la inteligencia, y siendo la materia17 -signada por la cantidad18- el
principio de individuación, el individuo también se vuelve ininteligible.

 Una última opinión sería aquella que sostiene que el objeto de la inteligencia es la
QUIDIDAD19 de la cosa material

Pero esta opinión nada agrega a aquella que sostenía que el objeto era la esencia, por tanto,
la nombramos solamente.

A modo de conclusión decimos entonces, que el objeto de la inteligencia es el ENTE, en


su triple conformación de INDIVIDUO, que tiene una ESENCIA y que ES.

De este modo la inteligencia, a través del acto del juicio, no solo capta lo esencial de lo real -
lo cual es captado por la simple aprehensión- 20, sino también capta el acto de ser, y esto no
por separado sino en cuanto que le corresponde a un individuo. Si la inteligencia logra
apresar al ENTE de este modo, logrará su fin: la VERDAD.

15
Esta afirmación se deduce de la afirmación de la teoría clásica según la cual toda potencia se ordena naturalmente a su objeto y todo lo
conoce desde él.
16
Ciencia formal que estudia los principios de la demostración e inferencia válida.
17
[substancia]
18
[accidente-forma]
19
Quididad: La Esencia derivada de la definición misma de las cosas, esto es, la respuesta al quid o ¿qué es? de los seres, lo
que constituye su ser con independencia de su existencia: “Y como aquello por lo cual una cosa se constituye en su propio
género o especie es lo que significa por la definición, la cual indica lo que es la cosa (quid est res), de aquí se deriva que el
nombre de esencia ha sido mudado por los filósofos en el nombre de quididad.”
20
Operación mental que consiste en captar el sentido de algo sin afirmar ni negar. Por ej.: captar lo que significa “tierra”,
“piedra”, “mesa”, etc.
9
El Proceso ideogenético
Al plantear los argumentos de la espiritualidad del alma,21 como al hablar de la diferencia
entre la sensibilidad y la inteligencia, apuntamos a la diferencia entre imagen e idea.

Mientras que la imagen se refiere a algo «individual», la idea se refiere a algo «universal».

Ahora bien, ¿de dónde surgen las ideas? ¿Tienen ellas alguna relación con las imágenes?
Es éste el tema que trataremos ahora.22

El proceso tiene su inicio en la Cogitativa.23 Esta, como habíamos dicho, produce una
imagen que reúne todos los datos que la sensibilidad captó , tanto de la Sensibilidad Interna
como la Externa. Esta imagen es llamada «Especie-Expresa sensible».

 Se dice «Especie» en tanto que refleja la realidad, como un espejo (speculum);


 Se dice «Expresa»24 en tanto que es producida por una [esa] potencia; y finalmente
 Se dice «sensible» en cuanto que pertenece a ese orden.

Ahora bien, esta «Especie-Expresa sensible» es iluminada por el INTELECTO AGENTE,


cuya tarea es -al iluminarla- transformarla [abstracción] en «Especie-Impresa inteligible».
Este proceso podríamos ejemplificarlo como la tarea que realiza una linterna en una
habitación oscura. Ella no crea la realidad que vemos, sino que solamente hace posible que
la veamos. Otro momento sería, por ejemplo, el de un ascensor: El intelecto agente eleva la
imagen a lo inteligible, pero no cambia su contenido, solamente lo hace pasar de lo
individual a lo universal. Este proceso se llama, también, Abstracción.

Esta «Especie-Impresa inteligible», en tanto impresa, «inmuta» al INTELECTO POSIBLE,


es decir, lo pone en «acto primero de conocer», al sacarlo de la potencialidad.

Para hacer esto un poco entendible, podríamos decir que el INTELECTO POSIBLE, antes de
esta inmutación, es posible [disponibilidad] de todas las cosas, esto es, puede conocer
cualquier cosa. La «Especie-Impresa inteligible» lo determina a conocer la realidad, de la
cual la «especie» es un reflejo. [IA cumple el rol de Naturaleza a nivel intelectual.]

Una vez que el INTELECTO POSIBLE está en «acto primero de conocer», tiene que pasar
realmente a conocer, es decir, tiene que ponerse en «acto segundo de conocer». Esto es así
porque el conocimiento, como ya dijimos, no es solamente pasivo, sino que, propiamente
es ACCIÓN.

21
Los argumentos de su inmaterialidad.
22
Recordemos que para este tema tenemos que aceptar algunos puntos. En primer lugar que nuestras ideas dicen algo
“universal”; segundo, que esas ideas están tomadas de la realidad, esto es, no son innatas; tercero, estas ideas son tomadas
desde las imágenes, con lo cual sostenemos una correlación entre el conocimiento sensible e intelectual; cuarto y último,
esa capacidad de formar ideas es propia de cada hombre, es decir, no pertenece a un intelecto separado. Recordemos
también, que no es la inteligencia ni la sensibilidad las que conocen, sino el hombre a través de ambas.
23
Como dijimos, esta potencia reúne los datos que la sensibilidad captó de lo real, y produce una imagen en la cual se
«sintetiza» todo lo captado por los otros sentidos, tanto externos como internos. Es sobre esa imagen sobre la que va a
apoyarse la Inteligencia para la producción del «concepto»; de modo que, si esta imagen es débil o incompleta, la
Inteligencia se va a ver limitada en su ejercicio, en tanto que el material sobre el que va a trabajar va a manifestar una
realidad imprecisa. Por lo tanto, en la cogitativa se presentan dos síntesis: a la síntesis objetiva manifestada en la imagen,
se le suma la síntesis subjetiva, ya que el sujeto aparece involucrado en cuanto que la imagen no habla solamente de la cosa
real, sino también del estado del sujeto, en cuanto refiere lo beneficioso o nocivo para ese sujeto.
24
[Potencia específica, clara.]
10
Al conocer, el INTELECTO POSIBLE produce o profiere el CONCEPTO o «Especie-Expresa
inteligible», en la cual ve lo REAL.

Ahora bien, aquí finaliza el proceso ideogenético, en cuanto que hemos producido la
idea o concepto. Pero no concluye con esto el conocimiento intelectual, dado que es
necesario un paso más que se llama «conversión a la imagen».

El INTELECTO POSIBLE compara la idea o concepto con la imagen de la cual los obtuvo,
para comprobar si realmente coinciden esa idea o concepto con la realidad. Si la
confirmación es afirmativa, podemos decir que conocemos intelectualmente.

Algunas aclaraciones
Los «dos intelectos»
En primer lugar surge la duda: ¿cuál es la necesidad de dos intelectos? 25 La distinción surge
para explicar hechos dentro de una teoría más amplia. La teoría es la distinción de Acto y
Potencia;26 los hechos son los siguientes:

 Un primer hecho es la distinción entre la imagen individual y la idea universal.


Tenemos experiencias de ambas: en tanto nos forjamos una imagen de Napoleón,
también podemos decir Emperador [idea]; mientras que una se aplica a un solo
individuo, la otra se aplica a muchos -como a Julio César o Hirohito-.

 El segundo hecho es la mutua dependencia de la imagen y el concepto.


Mientras que por la imagen atrapamos el “fenómeno”, por el concepto captamos lo
“esencial” [fundamento] del fenómeno. Así entonces, imágenes sin concepto serían
vacías; conceptos sin imágenes, serían mudos.

Ahora bien, dado que nada puede estar en Acto y en Potencia, a la vez y bajo el mismo
aspecto, tenemos que afirmar la Dualidad27 de intelectos.

 El INTELECTO AGENTE entonces tiene la misión de iluminar o abstraer, pero no conoce.


Su función es precisamente permitir el paso de la imagen al concepto.
 El INTELECTO POSIBLE es el que propiamente conoce lo real, en primer lugar, al hospedar
a la Especie-Impresa y, en segundo lugar, al generar el concepto y ver en él la realidad.

Así, entonces, sin el Intelecto Agente, el Intelecto Posible no tendría nada que conocer,
porque no habría nada a su nivel y por sí sólo no puede generar una idea. Sin Intelecto
Posible no conoceríamos, porque no habría nada que produjera la idea y de ese modo
nuestro conocimiento sería meramente sensible.

25
[Intelecto agente-intelecto posible.]
26
[Tema 5: 2.2.a. Potencia, p.3.]
27
[“Temprano en la mañana caminaba yo por un camino todo de bajada y pensé: para un esfuerzo físico y lograr una
oxigenación mayor sería bueno que este camino fuera de subida… Invertí mi caminata recorriendo el mismo camino; ya el
camino es de subida; o sea, el mismo camino puede ser dos caminos opuestos a la vez. Es lo que en filosofía se llama
dualidad. Esa dualidad sucede de forma inevitable y balancea los hechos y las cosas cotidianas de la existencia.”]---------------
[Dualismo Filosófico, dícese a las doctrinas que afirman dos órdenes de Ser, esencialmente distintos: por ejemplo, *Ser real y
Ser ideal. (*=Hipóstasis: término griego usado como equivalente de Ser o sustancia, pero en tanto que realidad de la
Ontología; puede traducirse como "ser de un modo verdadero", "ser de un modo real" o "verdadera realidad".)]
11
Sobre la abstracción

La función del INTELECTO AGENTE es llamada también Abstracción: consiste en dejar


de lado la materia, para alcanzar la forma inteligible.28

Esta teoría de la Abstracción supone una tesis: que la raíz del conocimiento es la
inmaterialidad. Según esta tesis conocemos gracias a que hay en el sujeto una
inmaterialidad que le hace capaz de recibir formas distintas de la propia, pero sin cambiar su
propia forma. Por ejemplo una pared no tiene inmaterialidad, por lo tanto, cuando recibe
una forma, no puede recibirla sino “transformándose” en esa forma, como al recibir la forma
color rojo. El hombre en cambio puede poseer esa forma color también de un modo
intencional, por lo tanto, cuando lo posee de ese modo, no se convierte en color.

Pero al decir que la raíz del conocimiento es la inmaterialidad, estamos también


suponiendo que la materia esconde, oculta, la riqueza inteligible 29 de la forma. Cuando
menos material es una forma [nivel sensible] más inteligible es [nivel intelectual], tanto que,
una forma completamente inmaterial sería, de tal modo, tan inteligible que nos encandilaría:
así como nuestros ojos no pueden mirar directamente la luz del sol, así tampoco podría
verla cara a cara.30

Así entonces, el INTELECTO AGENTE responde por un lado a la necesidad de abstraer una
forma de la materia, es decir, de quitarle el peso de la materialidad. Pero responde por otra
parte a la capacidad de cada hombre, de modo que, en cada hombre encontramos
diferentes capacidades de abstracción.

Se pueden distinguir tres grados de Abstracción.


1. En el primero, y que corresponde a las ciencias empíricas y la filosofía de la naturaleza,
se deja de lado la materia individual. Así, entonces, un médico traumatólogo no presta
atención a estos huesos sino solamente a huesos, como un psicólogo no presta atención
a esta neurosis sino a neurosis.
2. En el segundo grado, que pertenece a las matemáticas, se deja de lado la materia
sensible para quedarnos con la cantidad. Así, entonces, el matemático ya no presta
atención a si es hueso o neurosis, sino a si es 1 o 2.
3. Finalmente, el tercer grado de abstracción deja de lado toda materialidad [*] para
quedarse entonces con lo que simplemente es. Es por eso que este grado de abstracción
le pertenece propiamente a la metafísica. Pero aquí debemos hacer una aclaración.

Según algunos autores, este tercer grado de abstracción no daría propiamente nada que
conocer en tanto que, en este nivel, los conceptos son tan abstractos que son vacíos. Es por
eso que algunos han preferido agregar otro modo de iluminación: el de la SEPARACION.
Según ellos, la inteligencia en este grado no «abstrae», es decir, no deja de lado nada, sino
que «separa» aquello que está unido en la realidad. Así, entonces, en este grado de
«separación», no tendríamos conceptos sino juicios, por lo tanto no habría tanto ideas
como «Proposiciones».

28
Que puede ser comprendido o entendido.
29
[Que puede ser “comprendido” o “entendido”.]
30
[Emily Dickinson.]
12
Y la razón de esto está en que, como hemos dicho anteriormente, el objeto de la
inteligencia no es ni la esencia, ni la forma, ni la quididad, sino el Ente, es decir, aquello que
«es»*, el cual no es captado por una simple aprehensión31 sino por un juicio, el cual
corresponde a este grado de separación.

Es así que el Ente «judicativamente» captado se dice de todas las cosas que «son»,
pero sin dejar nada de lado, sino incluyendo en sí toda la realidad.

Sobre el pensar
Hemos explicado cuál es el objeto de la inteligencia, hemos explicado el proceso
ideogenético, pero aún no hemos tratado del modo propio del conocer intelectual. 32

En primer lugar podemos distinguir dos modos:

1) Uno es el del «intelecto», el cual consiste en ver lo real y entenderlo instantáneamente;

2) El otro es el de la «razón», el cual comienza en una duda, o bien, frente a algo que se
presenta de un modo que resiste la comprensión. Así entonces, la marcha de la razón es
un ir paso a paso; ella no es otra cosa que un trabajo hacia la intelección. Por eso se dice
que la «razón» se da entre dos intelecciones. La primera intelección es confusa, oscura y
requiere el pensar. Al razonar el hombre piensa y llega finalmente a ver lo real más
claramente y surge así la intelección final que pone fin al pensar y en ella surge la verdad.

Anteriormente hemos dicho «pensar», pero:

¿Qué entendemos por pensar?


Generalmente decimos que el hombre es un animal racional, esto es, se diferencia de los
demás seres porque piensa. Pero el pensar no es algo común de todo hombre.

Comúnmente no pensamos, sino que nos manejamos por la experiencia 33 o, para decir
con Descartes, con el buen sentido34; comúnmente nuestra potencia de conocimiento es la
cogitativa35, no la inteligencia. El pensar aparece, creo, en dos momentos.

a) Aparece en primer lugar cuando el hombre se esfuerza en encontrar el fundamento del


fenómeno, esto es, cuando pregunta por el «por qué» o por el «para qué» de algo. Pero
este preguntar no es algo que el hombre se haga a menudo. Y, por otra parte, el pensar
no consiste solamente en formular la pregunta, sino en buscar y enfrentarse con la
respuesta.

31
Asimilación inmediata de ideas o conocimientos.
32
Dijimos que el conocimiento «sensible» se da a nivel del fenómeno y el conocimiento «intelectual» a nivel del
fundamento. Ahora bien, la inteligencia -en eso fenoménico: los accidentes- ve lo «esencial» de la cosa, el fundamento, o lo
substancial de la cosa.
33
Cfr. El inicio de la Metafísica de Aristóteles: “Y del recuerdo nace para los hombres la experiencia, pues muchos recuerdos
de la misma cosa llegan a constituir una experiencia. Y la experiencia parece, en cierto modo, semejante a la ciencia y al
arte, pero la ciencia y el arte llegan a los hombres a través de la experiencia… Nace el arte (téjne) cuando de muchas
observaciones experimentales surge una noción universal sobre los casos semejantes”, Metafísica, 981a 1-5.
34
Cfr. Descartes, René, El discurso del método, Madrid, Espasa Calpe, 1970, p. 29: “El buen sentido es la cosa mejor
repartida del mundo, pues cada cual piensa que posee tan buena provisión de él, que aun los más descontentadizos
respecto a cualquier otra cosa, no suelen apetecer más del que ya tienen”. -- Hay que aclarar, sin embargo, que para
Descartes buen sentido y razón son equivalentes.
35
La estimativa capta la referencia al futuro.
13
Considero que, a menudo, el hombre no piensa, en tanto que, o bien no pregunta, o porque
la respuesta no la obtiene de su razonar, de su diálogo con la cosa, sino que echa mano a
respuestas ya dadas, a tradiciones no realmente pensadas sino solamente repetidas de
memoria. Este lleva al segundo momento.

b) Aparece el pensar en la creatividad, esto es, cuando en la búsqueda personal del


fundamento, el hombre inaugura nuevas perspectivas, en tanto que no ordena la
experiencia según modos viejos -el vino nuevo requiere odres nuevos- sino que crea
nueva experiencia.36

Es por eso que el pensar auténtico, no la mera habladuría, saca al pensador del mundo
de la caverna37 para ponerlo cara a cara con el fundamento.

El pensar hace del hombre un liberador, en tanto que, desde el fundamento, puede romper
con las viejas experiencias y, como él es libre, puede volver a liberar. Es por eso que el
pensar tiene algo de abismal, nos deja, por un momento, sin experiencia y por lo tanto nos
deja en soledad.38

Es esta una de las paradojas del pensar: su eclesialidad se crea luego de la soledad… y
viceversa.

36
Cfr. Discurso del Papa Benedicto XVI al Sexto Simposio Europeo de Profesores Universitarios, 7 de junio de 2008: «El nuevo
diálogo entre fe y razón, que se hace necesario hoy, no puede llevarse a cabo en los términos y modos cómo se realizó en el
pasado. Si no quiere reducirse a un estéril ejercicio intelectual, debe partir de la actual situación concreta del hombre, y
desarrollar sobre ella una reflexión que recoja su verdad ontológico-metafísica.»
37
Recordar aquí la alegoría de la CAVERNA en el dialogo República de Platón.
38
Cfr. La obra de Ortega y Gasset, En torno a Galileo. Esquema de la crisis, Madrid, Espasa Calpe, 1965.
14
Ver Tema 02. EL METODO. Test.
Cogitativa
La palabra c. rima con la de estimativa en la terminología escolástica. Una y otra tienen un significado poco
usado en el lenguaje común, razón por la cual se hace preciso afinar en su definición. Tanto la estimativa como
la c. se sitúan en el plano de la imaginación y en contraste con la sensibilidad. Se tiene la sensibilidad de lo
presente en el espacio y en el tiempo; la imaginación se refiere a lo ausente en el espacio y presente y futuro
en el tiempo. Lo pasado en el tiempo es retenido y reproducido por la memoria; lo futuro es planeado por la
estimativa ya en la vida animal. Los animales se ven precisados a buscar su comida para nutrirse, a emparejar
para reproducirse, a defenderse de lo que amenaza su vida. A todo esto se sienten inducidos por un sistema de
imágenes de los alimentos que tomar o evitar, del sexo opuesto con el que copularse para la reproducción y
crianza de la prole, de los peligros que acechan su vida y de los cuales se disponen a huir, cuando no los
afrontan con sus armas defensivas y ofensivas. Esas imágenes afloran espontáneamente a su imaginación y son
secundadas por la motricidad muscular merced a una finalidad natural que recibe precisamente el nombre de
estimativa o de instinto en términos modernos. El instinto induce también a algunos animales (abejas, arañas,
hormigas, castores) a la fabricación de productos determinados (colmenas, telas, casitas) no necesarios para la
vida. La domesticidad de los animales por el hombre se debe también a una inclinación instintiva. Todo ello se
da no sólo en los animales, sino también en el hombre. Pero en éste la estimativa sube de nivel y recibe el
nombre de c. por la participación en ella del pensamiento intelectual; signo de ello es la inventividad.

El hombre contrasta con los animales en que es inventor, esto es, fabricador de cosas artificiales. Según hemos
indicado, también algunos animales las hacen, pero lo mismo hoy que hace miles de años; no hay en ellos
innovación alguna y, pese a las maravillas de sus productos, son puramente instintivos. El hombre no: es
esencialmente descubridor de nuevas formas de vida que han llenado la tierra de cosas artificiales, en
contraste con las naturales: entre el campo y la ciudad la diferencia es manifiesta. La inventividad dice relación
a la c.: no es en efecto actividad sólo intelectual, sino también imaginativa, pero no de la imaginación
reproductora de las sensaciones pretéritas, sino creadora de nuevas por combinación de las anteriores,
proceso en el que se halla latente la inteligencia, por cimentarse en las leyes naturales registradas por ésta.
Pero no es sólo la eficacia lo que persigue el hombre en su actividad inventiva, sino también la valiosidad: los
productos del artificio deben ofrecer una valiosidad distinta y aun superior a los naturales; con su inventividad
el hombre crea la cultura y la cultura es una superación de la naturaleza. Se da la cultura en orden al
sostenimiento de la propia vida por el refinamiento alimenticio, la prevención de la enfermedad por la higiene,
y su curación por la medicina; se da la cultura en orden a la producción de objetivos vitales inéditos en la
naturaleza. La invención se integra con la imitación o adopción de las invenciones ajenas, previa o no su crítica.

Funciones de la cogitativa. La valiosidad de los productos de la imaginación c. avalada por la inteligencia puede
cifrarse en orden a los medios y a los fines de la vida humana.

1) A los medios. Gracias a la inteligencia que da lugar a la técnica, no sólo se aplican los sentidos y las manos a
los objetos naturales, sino también se adoptan instrumentos que fecunden su actividad: instrumentos
utilizables por los sentidos y las manos, como son los utensilios, e instrumentos que, una vez producidos y
puestos en marcha por el hombre, funcionan automáticamente, como son las máquinas. Ellas constituyen el
secreto de la productividad de la gran industria y agricultura modernas, secundada por la división social del
trabajo y la especialización profesional. Gracias a ella se ha llegado a dominar el transporte en el triple medio
terrestre, acuático y aéreo, y aun la telecomunicación sin aquél: alámbrica (telégrafo y teléfono) e inalámbrica
(radio, televisión). Gracias a ella se ofrecen en nuestros escaparates una muchedumbre de objetos que tientan
a los transeúntes a su disfrute por cada uno de los cinco sentidos, hartos ya de las cosas naturales. Las casas, así
como el traje, nos preservan de la intemperie física y de las indiscreciones sociales; el traje acusa también las
diferencias sociales de varias clases. Las ciudades constituidas de casas separadas, pero contiguas, comunicadas
por calles y plazas, con todas las instalaciones anejas, constituyen el artificio de lo inmueble; a él se agrega la
fabricación de muebles en su inmensa variedad. No se da sólo la técnica de las cosas materiales sino que hay
una psicotecnia y una sociotecnia. Y todo ello merced a una actividad intelectual servida por la c.

2) Pero la valiosidad artificial procurada por el hombre merced a su actividad c. no afecta sólo a los medios,
sino también a los fines de la vida humana, y ello en el triple orden poético, estético y ético, conducentes
respectivamente a la verdad, a la belleza y al bien, captables sólo por la inteligencia.

15
a) En el orden poético, sólo a la inteligencia compete la abstracción conceptual y la fundamentación judicativa.
Pero en la investigación científica, con la que se pretende lograr verdades nuevas, juega un gran papel la c.
sugeridora de imágenes, de hipótesis de solución y de experiencias para confirmarlas o desmentirlas. La
discusión a que se presta todo ello mediante la aportación de argumentos y de objeciones, con sus
refutaciones y soluciones respectivas, el contraste de tesis con antítesis y su posible conciliación con síntesis
armónicas, es obra que realiza la razón con el frecuente auxilio de la c.

b) En cuanto al orden estético, la c. interviene en la composición de melodías musicales, posiblemente


instrumentadas, de temas pictóricos o escultóricos, de escenas novelescas o teatrales, de combinaciones
coreográficas. La ingeniosidad de los artistas se traduce en todo ello y revela a la vez sensibilidad estética y
actividad creadora. Algo análogo ocurre en el juego como ejercicio hacia objetivos indiferentes pero reales (tal
sucede en el deporte, cuyo interés se transfiere de los objetivos a la actividad para lograrlos), o hacia objetivos
irreales, pero interesantes (novela y teatro); los juegos de azar, en cambio, carecen de toda actividad c.

c) Por lo que hace al orden ético, se dan las creaciones de carácter moral y jurídico. La moral regula el apetito
de los bienes objetivos buscados como agradables y de los males como desagradables; poniendo por encima de
ellos la norma de su dignidad, no siempre coincide con el placer y el dolor y la c. interviene para terminar de
vertebrar los dictados de la conciencia (v.). El Derecho determina a quién y en qué proporción corresponden los
bienes sociales; las múltiples formas de la organización social y política a tal efecto conducentes se prestan a
una intensa actividad de la c., bajo el imperio de la ley moral, de la ciencia, y de la prudencia política. En el
orden religioso, en el que nos referimos a Dios, ser absolutamente espiritual, la c. tiene, sin embargo, un papel,
ya que, dada la debilidad de nuestra inteligencia, necesitamos representarnos lo espiritual; de ahí el
simbolismo religioso (v.), el uso de imágenes (v.) en el culto, etc. Cuando en esas representaciones se pierde el
sentido de la trascendencia de Dios, se cae en la idolatría (v.).

3) Finalmente, se revela la actividad c. en la creación del lenguaje o sistema de signos orales o gráficos que
hacen posible la inteligencia entre los hombres. Ante todo en la formación del vocabulario con sus raíces y
prefijos o sufijos, luego en las formas sintácticas del lenguaje, oraciones coordinadas o subordinadas entre sí.
Aquí la actividad c. se ha manifestado en diversas direcciones constitutivas de la pluralidad de lenguas, lo que
plantea el problema de su traducción y versión.

Características. La c. tiene importante papel en la actividad conducente a la procuración de los medios y fines
de la vida humana. El hombre puede no llegar a darse cuenta de su actuación, y dejarse llevar de la
espontaneidad con que afloran a nuestra conciencia las imágenes consiguientes a las sensaciones. Cuando
dicha distinción de fines y medios se hace patente, se constituye el espíritu en actitud de voluntariedad. La
voluntad es la prosecución de un fin o de elección entre varios sobre la base de un conocimiento del ser mismo
de la realidad. Pero toda voluntad se halla precedida de una actuación, más o menos amplia, de la sensibilidad,
por donde tampoco de ella se halla ausente la c. Se da una voluntad de averiguación de hechos sucedidos o por
suceder, o de verificación de éstos. En las casos de voluntad electiva, hay un proceso de deliberación de
motivos (en función del grado de apetecibilidad de los objetivos vitales y de la seguridad de obtenerlos) seguida
de una resolución con su ejecución consiguiente. En la sugestión de dichos motivos la c. desempeña un gran
papel. Lo desempeña también en la voluntad social de coordinación entre individuos independientes o de
subordinación de ellos a una autoridad, voluntariamente constituida u obligatoriamente impuesta. La voluntad
reflexiva viene a actuar sobre la espontaneidad de la vida imaginativa que le antecede y que con la reflexión se
le ofrece como educable; la c. le es entonces sometida.

Con todo esto se echa de ver que la c. se halla pendiente de la causa final o finalidad. Los antiguos escolásticos
distinguían el finis operis del finis operantis; la finalidad operis es la intentada por la Naturaleza, y la finalidad
operantis por la voluntad individual o colectiva. La finalidad natural es ya patente en el mundo material; sólo
por ella se explica en los seres vivientes la subordinación de las partículas físico-químicas a la unidad celular, y
la de cada célula a la unidad del organismo. Pero lo es también en el mundo de la conciencia y sobre todo de la
conciencia imaginativa, no sólo regulada por las llamadas leyes de contigüidad y semejanza de las imágenes,
sino también de orientación hacia objetivos interesantes para la vida: tal aparece en la estimativa de los
animales y en la c. del hombre.

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16
Metafísica
La Metafísica, “más allá de la física” (del latín metaphysica, y este del griego μετὰφυσικά), es una rama de la
filosofía que estudia la naturaleza, estructura, componentes y principios fundamentales de la realidad.
La metafísica aborda problemas centrales de la filosofía, como lo son los fundamentos de la estructura de la
realidad y el sentido y finalidad última de todo ser.
La metafísica tiene dos tópicos principales:
 El primero la Ontología39, que en palabras de Aristóteles viene a ser la ciencia que estudia el Ser en cuanto
tal. El segundo es el de la Teleología, que es el estudio de los fines, como causa última de la Realidad.
Existe, sin embargo, un debate que sigue aún hoy sobre la definición del objeto de estudio de la Metafísica,
sobre si sus enunciados tienen propiedades cognitivas.
 La metafísica estudia los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación científica.
 Según Immanuel Kant, una afirmación es metafísica cuando afirma algo sustancial o relevante sobre un
asunto (“cuando emite un juicio sintético sobre un asunto”) que, por principio, escapa a toda posibilidad
de ser experimentado sensiblemente por el ser humano.
Algunos filósofos han sostenido que el ser humano tiene una predisposición natural hacia la metafísica. Kant la
calificó de “necesidad inevitable”. Arthur Schopenhauer incluso definió al ser humano como “animal
metafísico”.
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¿Cómo es la metafísica clásica y la metafísica moderna?


La Metafísica Clásica es la metafísica aristotélico-tomista, mientras que la Metafísica Moderna es la metafísica
cartesiana. El propósito de la “Metafísica” de Aristóteles (384-322) es superar el dualismo platónico entre la
idea y el objeto. Para ello, Aristóteles postula que la esencia de las cosas yace en ellas mismas. La substancia de
las cosas sólo puede estar intrínsecamente en ellas mismas. De este modo, Aristóteles plantea otro dualismo
para rechazar el platónico. Dicho dualismo lo constituyen la potencia/materia y la acto/forma. Por su parte,
René Descartes (1596-1650), en sus “Meditaciones Metafísicas”, dice: “Ego cogito, ergo sum, res cogitans” [Yo
soy, yo existo, soy una cosa que piensa]. Es decir, yo solo puedo DUDAR de la existencia de las cosas y de las
verdades racionales, pero NO podría DUDAR de mí existir, por tanto soy una “res cogitans” o cosa pensante. De
aquí se sigue lógicamente que soy una sustancia pensante e inmaterial, cuyo conocimiento es independiente
de lo sensible.
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¿Dónde nacen las ideas?: ¿En el cerebro o en la mente?


En nuestro “cerebro” se almacenan imágenes captadas por nuestros sentidos y cuando son organizadas por lo
que llamamos “mente”, que es un conjunto de actividades y procesos psíquicos conscientes e inconscientes
especialmente de carácter cognitivo, el resultado es una idea u organización secuenciada de esas imágenes,
dentro de un criterio individual que determina esa secuencia y que llamamos Lógica de Pensamiento. Así,
entonces, el “cerebro” es el almacén, la “mente” el organizador de las imágenes y el resultado es la idea.
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El «Intelecto Agente» a modo de “tabula rasa” intelectual, acoge e ilumina la Especie-Expresa


sensible de la Cogitativa, cual espejo de la Naturaleza.
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ABSTRACCIÓN – Imagen e imaginación.


39
Ontología es una rama de la Metafísica que estudia lo que “hay” y la manera en que se relacionan las entidades que
existen. Son preguntas de Ontología: ¿Existe Dios? ¿Existen entidades mentales, como ideas y pensamientos? ¿Existen
entidades abstractas, como los números? ¿Existen los universales?
17
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Diferencia entra imagen e imaginación.

La diferencia entra la imagen y la imaginación (los conceptos no pueden traducirse a imágenes) es


parecida a la de la razón y los sentidos, que una vez fue despachado por Leibniz frente a Locke: como
“no hay nada en la inteligencia que no haya pasado por los sentidos, excepto la inteligencia
misma”.
La imagen paraliza la abstracción y atrasa la reflexión. Puede producir éxtasis o dolor, pero no
encadenamientos causales. Entregamos todos los sentidos, en el caso de las películas, aunque sólo
sean afectados dos: la vista y el oído. La lentitud es el verdadero enemigo de nuestros tiempos. Se ha
invertido la vieja idea que mientras la realidad avanza, el espíritu medita. Hoy podemos decir que
mientras la realidad viaja, el espíritu se marchita.

La imaginación, sueño de la razón, por el contrario, se adelanta a los sentidos convirtiéndose en


utopías pacientes, en futuros fatigosamente construidos, en críticas monumentales (ese odio al
18
presente), en demostraciones alambicadas -destiladas-, en explicaciones causales. La imaginación
opera sobre un vacío que, de común, es llenado por ejercicios escriturarios que liberan, pero también
disciplinan ritmos y reglas. Cuando la imaginación no pisa el futuro y se detiene se hace “presente”,
se muestra, produce el arte “hic et nunc”; se abraza con la vida… y desaparece.

(Fuente: http://impreso.elnuevodiario.com.ni/2007/07/19/cultural/53816.) Volver

“Hic et nunc”, es una locución latina de uso actual que significa literalmente "Aquí y ahora". Se utiliza bien para llamar la
atención sobre la necesidad de pensar las cosas desde la realidad y no dejarse llevar por teorizaciones y planteamientos
abstractos, o bien para conducir un discurso hacia sus aspectos prácticos y concretos, lejos de generalizaciones y
abstracciones.

CONTRADICCIÓN INTERNA DE LA CIENCIA


Todo fenómeno, y la ciencia es un fenómeno de orden socio-cultural, contiene componentes contradictorios o
atributos opuestos incompatibles y, por ende, en perpetua tensión e inquietud. Designaremos a esta
contradicción que organiza internamente el sentido de todos los aspectos del fenómeno y es el motor como la
Contradicción Principal.
Existe una contradicción entre dos requisitos esenciales del conocimiento científico: la exigencia de
universalidad de un lado y la exigencia de comprobabilidad del otro. Esto significa que si quisiéramos afirmar
que el conocimiento científico es un conocimiento universal y necesario nos veríamos obligados a rechazar
que sea comprobable. Y si, por el contrario nos aferramos a la comprobabilidad como atributo inherente a
las afirmaciones científicas nos veremos obligados a rechazar la posibilidad de sostener de manera valida su
alcance universal.
Desde un punto de vista semántico, esta situación es fácilmente justificable y comprensible: lo universal es lo
contrario de lo particular, pero solo lo particular es decidible, es decir, constatable mediante una secuencia
finita de pasos de comprobación. En cambio, los conjuntos universales, puesto que están integrados por un
número infinito de elementos no son decidibles y no hay ninguna secuencia de pasos que puedan ser dados
realmente para decidir sobre su valor de verdad. Por ejemplo, es posible comprobar el enunciado: “si caliento
este metal se va a dilatar” pero no es posible verificar este: “todas las muestras de metales se dilatan si son
calentadas”.
En la historia de la teoría de la ciencia hubo ciertas tradiciones que se caracterizaron por sus diferentes modos
de intentar una solución a esta paradoja:
1. La escuela racionalista (apriorista, innatista o eurekaista) cuyo representante más celebre fue Descartes.
2. La escuela empirista, representada por Locke.
3. El historicismo, que fundó un autor que durante mucho tiempo permaneció ignorado, el italiano Vico.

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RENÉ DESCARTES (1596-1650) Discurso del Método (1637)


[3.10) IV. Objeto y Método de la A.F. – JACINTO CHOZA]

REGLA V40

 Todo el Método consiste en el orden y la disposición de los objetos sobre los cuales hay
que centrar la penetración de la inteligencia para descubrir alguna verdad. Nos
mantendremos cuidadosamente fieles a él si reducimos gradualmente las proposiciones
complicadas y oscuras a proposiciones más simples, y luego, si partiendo de la intuición
de las que son las más simples de todas, procuramos elevarnos por los mismos escalones
o grados al conocimiento de todas las demás.

REGLA VI41

40
Tan sólo en esto está el grado más alto de toda la industria humana, y esta regla debe ser conservada por el que pretende
conocer las cosas no menos que el hilo de Teseo lo debe ser por el que quiera penetrar en el laberinto. […]
19
 Para distinguir las cosas más simples de las que son complicadas y poner orden en su
investigación, es preciso, en cada serie de cosas en que hemos deducido directamente
unas verdades de otras, caer en la cuenta de qué es lo más simple y de cómo todo lo
demás está más, menos o igualmente alejado de ello. […]
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Diferencia entre idea y juicio


La idea no afirma ni niega nada. El juicio, en cambio es la afirmación o negación de lago. El juicio
psicológico, es la operación mental por la cual afirmamos una idea con respecto a otra. El juicio
lógico, es la afirmación entre la relación de dos ideas. La proposición, es la expresión externa del
juicio. El juicio y la proposición tiene 3 elementos: Sujeto Verbo y Predicado
 Sujeto: Es la idea con la cual se afirma algo.
 Predicado: Es lo que se afirma o se niega.
 Verbo: La misma afirmación o negación.
Las ciencias están compuestas de juicios, también las leyes y principios científicos. La sede de la
verdad es el juicio. El juicio es importante porque:
 Es un pensamiento completo.
 La ciencia está compuesta de juicios.
 El juicio es la sede de la verdad.
 Se dice que la propiedad más importante del juicio consiste en que es la sede de la verdad.
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Heráclito vs Parménides (535-484 a.C. - 530-470 a.C.)


4.10) 1. LA ESENCIA DEL HOMBRE Dificultades y perspectivas
La aparente contradicción entre ambos pensadores nace a raíz de la concepción del movimiento;
uno (H) lo acepta como parte del fundamento de todos los Entes, mientras que el otro (P) niega la
existencia de tal movimiento, ya que el Ser es estático -siempre es- siendo imposible que no sea; el
movimiento implica un paso del ser al no ser y esto es imposible. El eterno devenir de Heráclito, y el
ser estático de Parménides parecen contradecirse, pero no es así, ya que hacen referencia a dos
planos diferentes de la realidad, el primero (H) al mundo sensible y el segundo (P) al mundo de las
ideas.
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41
Aun cuando esta proposición no parezca enseñar nada realmente nuevo, contiene sin embargo el principal secreto del
arte y no la hay más útil que ella en todo este Tratado. Ella nos enseña, en efecto, que todas las cosas pueden ser
distribuidas en determinadas series, no ciertamente en cuanto son referidas a algún género de ser, siguiendo la división que
de ellos han hecho los filósofos en sus categorías, sino en tanto que pueden ser conocidas las unas por las otras, de tal
manera que, cada vez que se encuentra una dificultad, podamos inmediatamente darnos cuenta de si es útil pasar revista
antes a algunas otras y a cuáles y en qué orden. Ahora bien, para que esto pueda realizarse como es debido, se debe
advertir en primer lugar que todas las cosas –desde el punto de vista que puede hacerlas útiles a nuestro designio, en que
nosotros no consideramos su naturaleza aislada, sino que las comparamos las unas con las otras a fin de conocerlas las unas
por las otras- pueden decirse absolutas o relativas. Llamo “absoluto” a todo aquello que contiene en sí la naturaleza pura y
simple que es objeto de una cuestión: por ejemplo, todo lo que se mira como independiente, causa, simple, universal, uno,
igual, semejante, recto, u otras cosas de este tipo; y al mismo tiempo llamo absoluto en primer lugar a lo que hay de más
simple y más fácil, para servirnos de ello en la solución de las cuestiones. En cuanto a lo “relativo” es lo que posee la misma
naturaleza o al menos uno de sus elementos en participación, en virtud de lo cual puede ser referido a lo absoluto y ser
deducido de ello constituyendo una serie; pero encierra además, en su concepto, otras cosas que yo llamo relaciones. Así
ocurre con todo lo que se denomina dependiente, efecto, compuesto, particular, múltiple, desigual, desemejante, oblicuo,
etcétera. Esas cosas relativas se alejan tanto más de las cosas absolutas cuanto contienen más relaciones de esta clase
subordinadas las unas a las otras. Nuestra regla nos advierte que hay que distinguir todas estas relaciones y prestar
atención especial a su conexión mutua y a su orden natural, de manera que, partiendo del último, podamos llegar a lo más
absoluto a través de todos los demás. […]
20

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