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COMO MOTIVAR A LOS ALUMNOS EN EL AULA

La motivación es un ingrediente esencial en el aprendizaje y, en ocasiones,


uno de los más complicados de conseguir en el aula. Un alumno desmotivado
no escucha, no se esfuerza, pierde interés y puede llegar a dificultar el
desarrollo de la clase.
Para lograr que los alumnos encuentren las clases suficientemente
interesantes es necesario potenciar su motivación intrínseca, es decir,
el interés que sale del interior del propio alumno o alumna. Es importante
también ayudar al alumno a que encuentre un valor en el aprendizaje que le
pueda ayudar en su vida cotidiana. En ocasiones, será una utilidad
claramente práctica y en otras en forma de sólida base de conocimientos y
competencias que le faciliten poder desenvolverse con soltura en los retos y
situaciones de la vida.

Algunas claves para motivar a los alumnos

Potenciar la motivación intrínseca

Pese a que es un tipo de motivación que, por definición, nace del interior de
la persona, lo cierto es que existen estrategias para potenciar la motivación
intrínseca:

1. Intentar asociar las actividades de la clase con los intereses del


estudiante: deportes, música, eventos de actualidad, cultura
audiovisual, entre otras.
2. Despertar la curiosidad del estudiante apelando al factor sorpresa. Por
ejemplo, señalando discrepancias existentes entre determinadas
creencias de la mayoría de la gente sobre muchos temas y la realidad.
3. Utilizar juegos y actividades, online y físicas, para hacer las clases más
divertidas, amables y cercanas a los alumnos.
4. Introducir variedad en la organización y estructura de las clases para
no aburrir a los alumnos con una excesiva monotonía.
Busca lo que les apasiona.

Puede ser un tema en concreto, un método de aprendizaje, un espacio de


trabajo… Se trata de buscar aquello que encienda la chispa de la motivación,
algo que llame su atención y despierte el interés por aprender. Escuchar y
conocer a los alumnos para descubrir su pasión y ayudarles también a ellos a
reconocerla. Una buena herramienta es la aplicación de la teoría de las
inteligencias múltiples en el aula, que permite poner en prácticas estrategias
didácticas diferenciadas, según la inteligencia que esté más desarrollada en el
alumno o según la que se quiera trabajar.

Plantea el aprendizaje como un descubrimiento.

Animar a los alumnos a que participen, crear expectativas con una meta
atractiva e implicarles en el proceso de aprendizaje es clave para motivarles.
El trabajo por proyectos, por ejemplo, es una estupenda opción y, además, al
colaborar e investigar en equipo con otros alumnos, puede contribuir a
aumentar su motivación.

Enfoca el contenido desde la práctica.

Siempre que sea posible, relaciona el aprendizaje con la realidad cercana de


los estudiantes, de modo que sean capaces de ver la utilidad de aquello que
están aprendiendo. Así es mucho más fácil que se impliquen y se interesen y
recordarán y afianzarán lo aprendido de manera mucho más eficaz. Por
ejemplo, repasa química con experimentos y objetos cotidianos, enseña física
en el parque de atracciones o muestra el lado más divertido y práctico de las
matemáticas con retos y enigmas de la vida cotidiana.

Utiliza las TIC.

Los alumnos son nativos digitales y las TIC (tecnologías de la información y


comunicación) llaman su atención de forma natural. Puedes aprovechar este
interés y apoyarte en las nuevas tecnologías para presentar los temas en el
aula, completar los contenidos o trabajarlos de una forma diferente. Pero,
sobre todo, anima a los alumnos a utilizarlas para aprender: documentarse,
practicar lo aprendido, ampliar conocimientos, llevar a cabo proyectos y
experiencias.
Practica el refuerzo positivo.

Un niño desmotivado puede estar también desilusionado y desanimado


porque le resulta difícil mantener el ritmo de la clase, no mejora sus
calificaciones o no resuelve bien los trabajos de clase. Puedes contribuir a
romper ese círculo vicioso desmotivación-fracaso mediante el refuerzo
positivo y el apoyo a conductas o actitudes positivas, para valorar más que
los resultados. De este modo estarás animando a los alumnos a seguir
intentándolo, aprender de los fracasos y buscar soluciones sin rendirse.
Reconoce el trabajo de aquellos alumnos a los que les cuesta más avanzar y
premia el esfuerzo.

CONCLUSION

La motivación aportará resultados en el


aprendizaje de los alumnos, esto también se debe a que
dentro de ella se tiene la necesidad de conocer y aprender cosas
nuevas y atractivas que enriquezcan sus conocimientos y se tenga
varias formas de aprender y mejores estrategias para una mejor
educación.

Cada una de las estrategias que se aplican dentro del


aula será de valor y apoyo para una mejor
comprensión del tema que se esté impartiendo en un
periodo de clase, por tanto es necesario que el docente
implemente tácticas que colaboren en el desarrollo de la
clase.

Es importante saber que las estrategias siempre se


tienen que realizar de acuerdo a las habilidades y debilidades de
los alumnos, ya que de ellas depende captar la atención
del alumno de tal modo que muestre interés por lo que el
docente le está impartiendo en ese momento.

Es elemental resaltar que cada alumno es diferente y por


tal razón aprende de manera distinta, motivo por el cual,
las estrategias que se elaboren tienen que tomar en cuenta las
eficiencias y deficiencias de los alumnos así como
también que tipo de estudiante es: visual, auditivo y
kinestésico.

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