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¿Qué es el conductismo radical de

Skinner?
Skinner definió el conductismo radical como la filosofía de una ciencia de la conducta,
tratada como un tema en sí mismo; más allá de las explicaciones internas, mentales o
psicológicas (Skinner, 1990). La palabra ‘radical‘, hace alusión a un conductismo
completo y comprehensivo, más que referirse a una posición extremista y fanática que
se restringe únicamente al comportamiento observable. Es un error muy habitual
asociar el término radical, con una postura fundamentalista y extrema.

Para este autor, la conducta debía ser estudiada por la ciencia psicológica por derecho
propio y no estaba supeditada a la influencia de ninguna dimensión mental, psíquica o
trascendental (Skinner, 1974).

Lo anterior no significa que Skinner negara la existencia de fenómenos como el


pensamiento, el lenguaje o los sentimientos. Sin embargo, consideraba que estos no
constituían una dimensión diferente a la conducta, sino que eran otras formas de
actuar.

La conducta para el conductismo radical


Para este enfoque, la conducta es la parte del funcionamiento de un organismo que está
dada por su interacción con las circunstancias que lo rodean. La formulación de un
evento de conducta implica no solo cómo el organismo actúa; sino, además, las
características de las circunstancias ambientales con respecto a las que está actuando
(Skinner, 1990). Estas variables ambientales son aquellas que se han vuelto
significativas durante el desarrollo de una especie, o han sido experimentadas por un
organismo durante su vida, incluyendo su contexto sociocultural.
Aunque muchos eventos conductuales son públicamente observables, otros, como la
experiencia emocional, son accesibles solo para la persona que está actuando. Esto es,
son ‘privados’. El conductismo radical de Skinner reconocía estos fenómenos como
eventos conductuales ‘debajo de la piel’ pertenecientes a la misma dimensión física que
los eventos públicos; y, por lo tanto, susceptibles de ser estudiados por una ciencia de la
conducta (Skinner, 1974). Además, estos no son los responsables de iniciar u originar
un comportamiento, sino que forman parte de la corriente conductual, junto con los
eventos observables públicamente, por lo que deben ser analizados de la misma forma
que estos.

Conceptos fundamentales

Comportamiento
Un primer aspecto fundamental del conductismo radical es la comprensión del concepto

"comportamiento humano".

El término "comportamiento" describe una relación, un intercambio entre el organismo y el

ambiente. Más precisamente, describe una relación entre actividades del organismo, que son

llamadas respuestas, y eventos ambientales, que son llamados genéricamente estímulos. Se

define "comportamiento" como la relación entre estímulo y respuesta.

Ambiente
El término "ambiente", en el conductismo radical, debe ser entendido como "la situación" en la

cual la respuesta acontece, así como la situación posterior a la respuesta, una vez que la misma

ha alterado el ambiente. Para el conductismo el ambiente incluye no solo el espacio el que el

sujeto interactua sino también todos los objetos y seres vivos incluidos en esa interación así

como el propio organismo, denominado ambiente interno.

Respuestas
En principio, un organismo vivo está siempre emitiendo respuestas, incluso si esas respuestas

no son accesibles al público. Es decir, se puede hablar de respuestas manifiestas, observables


por más sujetos, y de respuestas encubiertas, que pueden ser observadas sólo por el agente

que las emite.

Estímulos
Los acontecimientos del entorno pueden ser, en el conductismo radical, estímulos físicos y

estímulos sociales. Los primeros son descritos por las ciencias naturales, y se caracterizan por

estar producidos por otro organismo. Si fueran producidos por los seres humanos entonces

serían productos culturales. Del mismo modo, se puede hablar de acontecimientos ambientales

"públicos" y "privados" Los primeros son accesibles de forma independiente por más

observadores, estas últimas sólo por el organismo afectado por ellos.

Principios fundamentales del condicionamiento operante


Por lo pronto, el principio del reforzamiento, referido al procedimiento
experimental por el cual se establece una relación de dependencia o
contingencia entre un acontecimiento ambiental (estímulo reforzador) y una
determinada conducta operante de tal modo que ésta llegue a aumentar su
frecuencia o tasa de emisión. Debe subrayarse que lo que define como
reforzador a un estímulo no es su materialidad o consistencia concreta, sino
su función, que no es otra que la de incrementar la probabilidad de emisión
de la operante reforzada. En otros términos: reforzador es para Skinner todo
lo que refuerza o incrementa la tasa de respuesta, independientemente de su
contenido específico. Asimismo, debe señalarse que la dependencia
establecida entre reforzador y operante puede ser positiva o negativa, según
sea la presencia (reforzador positivo) o la ausencia del estímulo (reforzador
negativo) la que determine el incremento de la conducta en cuestión.

- El principio del castigo, por su parte, remite al procedimiento de


establecer una relación de contingencia o dependencia entre un
acontecimiento ambiental y una conducta operante de modo que ésta
disminuya su frecuencia o tasa de emisión. Como en el caso anterior, el
castigo puede ser positivo o negativo, según sea mediante la
presentación o la retirada del estímulo como se logre la disminución
deseada.
- El principio de la extinción se refiere al establecimiento de una relación
de dependencia entre un estímulo ambiental y una operante reforzada
previamente de modo que se logre disminuir su tasa (en este caso,
mediante la supresión del estímulo con que se la venía reforzando).
- El principio del control del estímulo alude al procedimiento mediante el
cual se establece una relación de dependencia, no ya entre una
conducta operante y sus consecuencias reforzantes como en los casos
mencionados, sino entre ella y las condiciones estimulares
antecedentes presentes en su emisión. En la medida en que una
conducta operante es reforzada en presencia de determinados
estímulos (discriminativos, según la terminología skinneriana), dicha
conducta queda en efecto sometida al control de esos mismos
estímulos, ya que será ante ellos ante los que vuelva a emitirse en lo
sucesivo con mayor probabilidad.
- el principio de la programación de los reforzamientos, que hace
referencia a la relación de dependencia que puede establecerse entre
la distribución de los refuerzos y el mantenimiento de la conducta
durante largos periodos de tiempo. Skinner advirtió, en efecto, que la
conducta reforzada de manera continua es menos resistente a la
extinción que la reforzada de forma discontinua, y junto con su
colaborador Charles B. Ferster (1922-1981) estudió sistemática y
exhaustivamente el modo en que su mantenimiento se ve afectado por
los distintos «programas de reforzamiento» utilizados (Ferster y
Skinner, 1957). Ferster y Skinner distinguieron dos criterios básicos de
programación de la administración de los refuerzos: el tiempo
transcurrido desde el último refuerzo administrado (programas de
intervalo) y el número de respuestas emitidas desde el último
reforzador recibido (programas de razón). Ambos tipos de programas
podían ser a su vez fijos o variables, según se administrasen los
refuerzos cada cierto tiempo o número de respuestas fijas,
determinados de antemano por el experimentador, o lo hiciesen en
función de series de tiempos o de número de respuestas que variasen
al azar. Además de las básicas, claro está, hay muchas otras
modalidades de programación que las combinan y desarrollan de
maneras diversas, pero no nos es posible ocuparnos de ellas aquí.

La caja de Skinner
La caja funcionaba de esta forma: se introducía un animal en una caja y en ésta
había unas palancas que al presionarlas emitían una luz o un sonido y
proporcionaban alimento a los animales, de esta forma, los animales asociaron que
el presionar la palanca más el sonido o luz era igual a la obtención de alimento.
Este experimento demostró y rebeló los efectos del refuerzo positivo. Al presionar
la palanca, la rata hambrienta fue recompensada con alimento, que pudo satisfacer
su hambre; Por lo tanto, los animales tendían a repetir la conducta de presionar la
palanca, lo que Skinner llamó refuerzo positivo.

El refuerzo negativo
Más adelante, Skinner cambiaría el procedimiento de este método, ahora, como los
animales ya habían aprendido a realizar cierta conducta, Skinner hizo que dejaran
de emitirla. Para esto hizo que al presionar las palancas ya no se les proporcionara
alimento, de esta forma, los animales dejaron de emitir la conducta inicial. Skinner,
se dio cuenta que el tiempo en que tardaron en aprender y “desaprender¨ fue igual.
La corriente eléctrica en este caso actuó como refuerzo negativo y escapar de la
corriente eléctrica era la motivación para que la rata repitiera la conducta una y otra
vez.

Tres tipos de respuestas


Como resultado de estos experimentos Skinner identificó tres tipos de
respuestas, las cuales pueden seguir el comportamiento:
• Operantes neutrales: respuestas procedentes del entorno las cuales no
aumentan ni disminuyen la probabilidad que se repita un comportamiento
determinado.
• Reforzadores: son respuestas provenientes del entorno las cuales incrementan la
probabilidad de repetición de un comportamiento. Los reforzadores pueden ser tanto
positivos como negativos.
• Castigos: son respuestas del entorno las cuales disminuyen la probabilidad que
se repita un comportamiento. El castigo debilita el comportamiento.
Skinner, estableció tres condiciones para que esto ocurra: (1) el reforzador debe
seguir a la respuesta, (2) el reforzador debe ofrecerse de manera inmediata, (3)
debe existir congruencia entre el reforzador y la respuesta.
A esto lo llamo Condicionamiento Operante, proceso por el cual los
comportamientos se adquieren, mantienen o extinguen en función de las
consecuencias que le siguen.

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