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La motivación es una cuestión ante todo emocional. O sea, que de nada sirven (o muy poco) las motivaciones
racionales del tipo “si estudias tendrás buenas notas, y así lo tendrás más fácil en la secundaria, podrás elegir
la carrera que quieras y elegir la profesión que prefieras”. Demasiados pasos para un fin demasiado lejano que
a un niño con digamos nueve años, seamos honestos, no le importa en absoluto.
Este estupendo artículo dirigido a profes da las claves de la motivación. Nosotros no podemos aplicarlo tal cual
en casa, pero sí tener en mente estos siete pasos hacia la motivación:
Curiosidad (hay que atraer esa curiosidad innata)
Interés (tiene que resultarle interesante)
Desafío (ni demasiado difícil ni demasiado fácil)
Participación (un aprendizaje activo es mejor)
Progreso (la perseverancia debe reforzarse)
Satisfacción (ha de darse cuenta de que aprende)
Utilidad (ayudar a aprender a los demás)
La motivación escolar es una complicada receta en la que participa no sólo el que aprende; también los que
ayudan a aprender (el profe, pero también los padres, los amigos, la familia) y su entorno. Jugar con esos
elementos y reforzar aquel que vemos que flojea en el caso de nuestro hijo (hay niños muy curiosos pero poco
constantes, por ejemplo) es el mejor camino para conseguirlo.
Todo ello va a llevar al profesorado a una mayor dedicación de tutorías, atención personalizada, organización
docente, desarrollo y evaluación de actividades prácticas, actividades semi-presenciales, virtuales,
conocimiento y manejo de TICS, movilidad, conocimiento de idiomas, preparación y orientación de trabajos…..
Y un problema importante: ¿Cómo inculcar la cultura del esfuerzo en el alumnado?
Y un aspecto final: la historia del rosbif: “Una señora estaba preparando la cena. Estaba haciendo rosbif y cortó
un trozo grande antes de cocinarlo. Cuando se le preguntó la razón dijo que era lo que hacía siempre su
madre. Al preguntarle a su madre ella dijo que lo hacía porque a su vez lo hacía su madre. Por fin, al plantearle
el interrogante a la abuela, respondió: porque era la única manera de que cupiera en el recipiente”.
Esta historia indica que, cuando aprendemos algo, puede haber una razón para que tenga sentido en un
contexto en ese momento. Lo que queremos hacer es dar a nuestros alumnos información de manera que,
aunque el contexto cambie, siga siendo de utilidad para ellos.
https://www.imageneseducativas.com/como-motivar-a-tus-alumnos-en-clase/