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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL POPULAR PARA LA EDUCACION UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL «SIMON RODRÍGUEZ»
DIRECCION DEL SISTEMA DE ESTUDIOS
Y EXPERIENCIAS ACREDITABLES

MODELO DE GESTIÓN INTEGRAL PARA FORTALECER


El SISTEMA AGROALIMENTARIO EN VENEZUELA

TRABAJO DE PRESENTADO PARA OPTAR AL TÍTULO DE:


LICENCIATURA EN DESARROLLO ENDOGENO
SUB ÁREA: GESTIÓN AGROALIMENTARIA

AUTOR:
ANDRÉS GREGORIO DÍAZ ALONZO
C.I: V-9.653.968

La Piedad Estado Lara -2021

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL POPULAR PARA LA EDUCACION UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL «SIMON RODRÍGUEZ»
DIRECCION DEL SISTEMA DE ESTUDIOS
Y EXPERIENCIAS ACREDITABLES

MODELO DE GESTIÓN INTEGRAL PARA FORTALECER


El SISTEMA AGROALIMENTARIO EN VENEZUELA

AUTOR:
ANDRÉS GREGORIO DÍAZ ALONZO
C.I: V-9.653.968

RESUMEN

El objetivo del presente trabajo está orientado a establecer un modelo de gestión


convocado a fortalecer al sector agroalimentario venezolano, en la entrega de productos
inocuos y de mejor calidad a sus consumidores, obtenidos bajo esquemas de producción
eficientes y competitivos. En su desarrollo se identificaron y desarrollaron factores y
medidas necesarias para la recuperación del sistema agroalimentario y garantizar que
los alimentos puedan llegar a toda la población en todo el país, todo esto, apoyado en el
concepto de gestión integral y en las formas de actuación que han conducido tanto al
estado como a empresas nacionales y extranjeras a posicionarse en el mercado (qué,
con qué, cómo, para qué o para quién hacen). Factores como producción segura,
valoración del conocimiento e innovación tecnológica, así como políticas y acciones de
responsabilidad social responden al concepto de gestión integral, lo permite generar un
modelo de adopción progresiva, que considerando la realidad del sector agroalimentario,
facilita un mejoramiento continuo de su desempeño hacia la Seguridad Agroalimentaria
Sostenible.

Palabras clave: Gestión Integral en la Agroindustria, Producción Segura, Seguridad


Alimentaria Sostenible.

2
INDICE

DEDICATORIA .................................................................................................................. 4

INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 5

JUSTIFICACION ............................................................................................................... 7

OBJETIVO GENERAL ...................................................................................................... 9

OBJETIVOS ESPECÍFICOS ............................................................................................. 9

DEBILIDADES Y FORTALEZAS .................................................................................... 10

ALCANCE Y LIMITACIONES ......................................................................................... 11

BASES TEORICAS ......................................................................................................... 12

IMPORTANCIA DEL SISTEMA AGROALIMENTARIO EN LA ECONOMÍA DE


VENEZUELA ................................................................................................................... 12

LA GESTIÓN INTEGRAL EN EL CONTEXTO DEL SECTOR AGROALIMENTARIO


VENEZOLANO ................................................................................................................ 13

PRODUCCIÓN SEGURA: UN PRIMER NIVEL DE APROXIMACIÓN A LA GESTIÓN


INTEGRAL ...................................................................................................................... 15

RESPONSABILIDAD SOCIAL, OTRO FACTOR A INCORPORAR EN EL MODELO DE


GESTIÓN INTEGRAL PARA FORTALECER EL SISTEMA AGROALIMENTARIO EN
VENEZUELA ................................................................................................................... 16

EL MODELO PROPUESTO ............................................................................................ 18

BASES LEGALES .......................................................................................................... 21

CONCLUSION................................................................................................................. 23

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ............................................................................... 26

3
DEDICATORIA

 Primeramente a Dios como poder supremo, por todas las oportunidades de


vida que me ha dado, por darme la familia que tengo, por todas las buenas y
malas experiencias, vividas durante toda mi existencia

 A mis padres Andrés María Díaz Colmenares y Carmen Celia Alonzo Liranzo,
por darme la vida y enseñarme los valores que mantengo y mantendré
siempre, y mostrarme el camino de lucha, constancia y perseverancia.

 A mi Amada Esposa y Señora Olga Angulo por su incondicional apoyo y


compañía.

 Especialmente a mis hijos y nietos por mostrarme el camino del amor


absoluto, incondicional y eterno, gracias hijos por su existencia, son el motivo
para continuar triunfando en la vida.

 Al General de División Menry Fernández por las oportunidades concedidas.

 Al Comandante de la Revolución Bolivariana.Tcnel Hugo Chávez por haber


hecho de la educación en todos sus niveles, un hecho inclusivo para los
pobres .

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INTRODUCCIÓN

La importancia de un sistema agroalimentario en Venezuela dentro de la


estructura productiva del país, va más allá de lo económico. Factores tales como
seguridad agroalimentaria y su incidencia en el desarrollo socioeconómico nacional,
la convierten en un factor estratégico que requiere de un apoyo sostenido a través
de la definición de políticas sectoriales específicas que ayuden a elevar el
desempeño agro productivo , así como la incorporación de estrategias de gestión
empresarial que apuntalen su desarrollo sustentable. Cuando se analiza el
desempeño de la actividad agro productiva calificada como exitosa, cualquiera sea
su rubro, se observa un proceso evolutivo en sus estrategias de gestión,
acompañado de un creciente conocimiento de las diferentes prácticas productivas,
desarrollo de capacidades de aprendizaje tecnológico e incorporación de prácticas
de gestión, que considera aspectos diferentes a los estrictamente económicos como
son la protección del ambiente y la salud (Chavarría y Sepúlveda, 2001).

En este contexto, el propio sector productivo y las instituciones de apoyo han


desarrollado técnicas, herramientas y modelos de gestión que, aun cuando han
demostrado su validez, no son fáciles de incorporar o implantar, a menos que se
comprenda y asuma su importancia, formas de articulación, ventajas y oportunidades
que ello ofrece. Resultados preliminares del estudio sobre aprendizaje tecnológico y
gestión integral (tecnología, calidad y ambiente) en el sistema agroalimentario
venezolano, revelan que un importante grupo de las empresas analizadas,
especialmente las pequeñas, no han asumido que el desempeño de su organización
puede mejorar significativamente en la medida que incorporen cambios en su
actuación empresarial, enmarcado en lo que podría denominarse una visión holística
del concepto de gestión integral.

Como contribución al planteamiento anterior, este trabajo pretende delinear un


modelo de gestión integral donde estén articuladas las técnicas, herramientas y
actividades que pueden ser utilizadas por empresas del sector agroalimentario,

5
independientemente de su nivel de organización, tamaño u origen del capital, para
responder en forma responsable a su compromiso de entregar oportunamente a los
consumidores productos inocuos y de mejor calidad, obtenidos bajo esquemas de
producción eficientes y competitivos. Adicionalmente se busca mostrar que la
incorporación de la gestión del conocimiento, así como políticas y acciones de
responsabilidad social al concepto convencional de gestión integral, tradicionalmente
enfocado hacia la gestión de la calidad y el ambiente en el sector agroindustrial,
pueden significar mejoras sustanciales en su desempeño.

El desarrollo de un modelo parte de la revisión y análisis de los factores que


han inducido cambios y, en consecuencia, mejoras en el desempeño de la actividad
productiva a nivel nacional e internacional. Ello permite explorar formas de actuación
que han conducido a las empresas a posicionarse en el mercado (qué, con qué,
cómo, para qué o para quién hacen), y que a su vez han resultado en una producción
sustentable y al servicio de la sociedad.

Es así como la propuesta de modelo de gestión integral para fortalecer el


sistema agroalimentario en Venezuela, está basada en la articulación de tres
conceptos considerados fundamentales: producción segura, valoración del
conocimiento e innovación tecnológica y responsabilidad social corporativa, cuyo
desarrollo constituye el cuerpo central de este trabajo. Finalmente se estructura y
describe el modelo resultante con el propósito de facilitar su comprensión y por ende
su implantación.

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JUSTIFICACION

La República Bolivariana de Venezuela, ha realizado grandes esfuerzos para


asegurar la plena soberanía y seguridad agroalimentaria a todos y todas los
venezolanos y venezolanas, atendiendo a las necesidades de los grupos
poblacionales más vulnerables, a través de la instrumentación de políticas públicas
tendientes a mejorar los niveles de consumo de alimentos, bajo la modalidad de
redes de producción, distribución y venta de alimentos, cuyos precios son 65%
menores a los del mercado nacional. Además de ello, a través de políticas
educativas integrales, el Estado Venezolano ha logrado la incorporación de los niños
y niñas que asisten a la escuela, al Programa de Alimentación Escolar, bajo la
premisa de atención integral a los estudiantes de educación primaria, brindándoles
alimentación balanceada durante su permanencia en las aulas de clase.
En el ámbito social, de acuerdo con la información oficial sobre la pobreza por
línea de ingreso, suministrada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE),
Venezuela logró reducir el porcentaje de hogares pobres, de 54% en el primer
semestre de 2003, a 27,5% en el primer semestre de 2007, en tanto que los hogares
en pobreza extrema disminuyeron de 25,1% a 7,6% en el mismo período. Asimismo,
según los informes de los organismos multilaterales de la región, la República
Bolivariana de Venezuela es uno de los países que más ha avanzado en la reducción
de la pobreza. Más allá de la disminución de los índices de pobreza, uno de los
índices más relevantes a nivel internacional, el Índice de Desarrollo Humano (IDH),
ha experimentado en el país un crecimiento sostenido, pasando de un IDH bajo
(0,6917) en 1998, a un IDH alto (0,8836) en 2006.
Es importante reconocer que, aun cuando se evidencian considerables
avances en los indicadores de impacto de las acciones dirigidas a alcanzar la
seguridad agroalimentaria, aunado a los programas sociales creados para alcanzar
plenamente la calidad de vida de la población, éstos podrían haber presentado
mayores avances, de no ser por el golpe de Estado, el paro petrolero, y la privación
de alimentos esenciales para la población, propiciado por la industria privada

7
nacional, durante el período 2001-2003, y actualmente víctimas de un bloqueo
económico propiciado por los Estados Unidos . Todas las cifras asociadas a ese
período, así lo revelan. Estos acontecimientos netamente políticos, inciden
negativamente sobre todas las variables e indicadores que miden el éxito del
Gobierno Nacional, en diversos ámbitos, y repercutieron de forma negativa en la
calidad de vida de los venezolanos y venezolanas, situación que ha mejorado
sustancialmente por la fuerte ofensiva del Gobierno Nacional y por consiguiente, la
mejora en el modo de vida nacional, sobre todo los grupos sociales más vulnerables.
Todos los esfuerzos de país, continúan dirigidos a alcanzar la equidad social,
que va más allá de las medidas falsamente equitativas de corte compensatorio, de
erradicación de la pobreza y del hambre, vistas como un problema aislado y no como
una consecuencia de los factores fundamentales que las generan. Por tanto, el país
tiene como tarea esencial la búsqueda y creación de un modelo que pueda
responder a las necesidades sociales de todos sus habitantes, por lo que este
trabajo tiene como objetivo proponer un modelo de gestión integral para fortalecer el
sistema agroalimentario en Venezuela.

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OBJETIVO GENERAL

Desarrollar un modelo de gestión integral para fortalecer el sistema


agroalimentario en Venezuela.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

 Estudiar las condiciones mínimas y los recursos necesarios para el


arranque de la producción agroalimentaria, así como desarrollo integral.
 Proponer un modelo a nivel institucional y empresarial para apoyar la
recuperación agroalimentaria.
 Establecer las medidas necesarias para la recuperación del sistema
agroalimentario y garantizar que los alimentos puedan llegar a toda la
población en todo el país.

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DEBILIDADES Y FORTALEZAS

Nuestro país, es un país bendecido, ya que aquí se produce más del


cincuenta por ciento (50%) de los alimentos de la cesta básica que consume el
venezolano y tenemos además la estructura productiva que acondiciona, almacena,
procesa, distribuye y comercializa alimentos, solo que este último elemento es
propiedad privada, por eso se plantea un modelo de gestión integral para fortalecer
el sistema agroalimentario en Venezuela, que nos permita mejorar las empresas del
sector agroalimentario venezolano, en la entrega de productos inocuos y de mejor
calidad a sus consumidores, obtenidos bajo esquemas de producción eficientes y
competitivos la justa distribución de alimentos y que abarque el Seguimiento Control
de los mismos, como una herramienta que nos permita en lo adelante, atacar la
especulación, la usura, el acaparamiento, el saboteo agroindustrial y la falta de
producción.
En este sentido, debemos sincerar las superficies de siembras cultivables que
tenemos así como también identificar los rubros que aquí producimos para tener
claridad de cuanto producimos en cada rubro en todo el territorio Nacional, lo que
nos permitirá generar planes de siembras por rubros, ya que de esta manera
podríamos aprovechar mejor la tierra cultivable, debido a la diversidad de los climas
que se dan aquí en nuestro país.

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ALCANCE Y LIMITACIONES

A pesar que se han hechos grandes inversiones en materia agroalimentaria,


no ha sido suficiente para lograr la Seguridad y Soberanía Agroalimentaria que tanto
pregonaba mi comandante Chávez, se requiere de mayor esfuerzo humano, mayor
esfuerzo político.
De acuerdo a las necesidades actuales agroalimentaria del país, desarrollando
una investigación de esta magnitud podríamos superar rápidamente la crisis
nacional agroalimentaria, brindándole a nuestra población las mejores condiciones
de vida con Productos alimenticios de calidad y a bajo costo, esto con el fin de
generar una solución a la crisis económica actual.
Los principales interesados en esta propuesta que se plantea debería ser el
estado Venezolano, si realmente apuntamos hacia el desarrollo activo de la
autodeterminación de los pueblos y en la producción de lo que consumimos de
manera agroalimentaria, el pueblo se estaría beneficiando de manera directa en vista
de que el planteamiento inicial y netamente fundamental es creer en la producción
comunal, con un sentido social, ya que se quiere migrar hacia el autofinanciamiento
de las agroindustria que se desea implementar en todo el territorio nacional.
De manera personal, durante el proceso de transformación que vive el país,
deberíamos entender que el desarrollo del sistema agroalimentario se basa en lo que
se pudiera lograr a nivel comercial, el capital no debe perderse por el fomento de
costumbres sociales.

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BASES TEORICAS

Importancia del sistema agroalimentario en la economía de Venezuela

De la idea de trabajo económico y la presencia de profundos cambios dentro


del sector agroalimentario se han desarrollado importantes propuestas
metodológicas y teóricas con el propósito de captar con precisión dichos
comportamientos, sustentar el conocimiento vinculado al grupo de actividades,
funciones y procesos que hacen posible la alimentación y nutrición del ser humano
dentro de un contexto de relaciones socioeconómicas que permiten la satisfacción de
la principal necesidad del hombre (Pinto, 1986); en fin, dar cabida al estudio de un
sistema agroalimentario dentro un enfoque integral.
Malassis (1973), dentro de su propuesta de sistema agroalimentario, valida el
papel de la agricultura y su proceso de industrialización como los aspectos
esenciales del enfoque de agricultura sistémica antes propuesto. Allí destaca, según
Molina (1995), la importancia estratégica del sector agrícola como productor de
materias primas, constituyéndose en la base sobre la cual se desarrolla un aparato
industrial y comercial encargado de transformar los productos agrícolas y distribuir
tanto las materias primas como los bienes finales agroalimentarios. Desde esta idea,
la actividad agrícola se evalúa bajo la óptica de funcionamiento y dinámica de
relaciones, con lo cual se da una nueva dimensión a su estudio: la economía
agroalimentaria (Machado y Torres, 1987).
A partir del enfoque de sistemas agroalimentarios, se busca explicar la
actividad agrícola a partir de las relaciones directamente vinculadas a la oferta y
consumo de alimentos, las cuales son vistas por Machado y Torres (1987) como
procesos económicos y sociales determinados históricamente. En este sentido, el
Sistema Agroalimentario (SA) se define como el conjunto de actividades (de
producción, transformación, de comercio exterior) y de funciones (comerciales, de
transporte y distribución) que concurren a la función alimentaria de una población
determinada (Malassis y Ghersi, 1992; citados por Molina, 1995). De esta manera, la
agricultura se percibe como un proceso integrado.

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La Gestión integral en el contexto del sector agroalimentario venezolano

En el escenario socioeconómico actual, donde los cambios ocurren a gran


velocidad, el sector empresarial, especialmente el de la pequeña y mediana
empresa, está obligado a fortalecerse, perfeccionarse y enfocarse en los
requerimientos y desafíos impuestos por el mismo. En respuesta, se generan en su
interior nuevos aprendizajes, que se traducen en cambios de política y operaciones,
buscando mejorar su presencia en los mercados internacionalizados. Ello implica,
entre otros, que la empresa debe tener la capacidad de percibir las señales
indicadoras de cambios significativos en el entorno, así como controlar día a día las
actividades de los actores, dentro y fuera de su sector (Palop y Vicente, 1999).
Dicho de otra manera, requiere contar con modelos de gestión, ágiles y
flexibles, que le faciliten mejorar su desempeño. Al revisar los factores que han
impulsado cambios significativos en las formas de actuación empresarial, se
identifica que las firmas incrementan su competitividad cuando desarrollan procesos
sistemáticos de mejoramiento de su gestión, con una clara orientación al medio en el
que se desenvuelve y a sus clientes.
Por otra parte, entendida la competitividad como la capacidad de la
organización para mantener permanentemente ventajas que le permitan alcanzar,
sostener y mejorar su posición en el mercado, las empresas deben ser entidades
dinámicas, flexibles e insertas en un entorno también dinámico y con exigencias
crecientes (Iglesias, 2002; Chavarría y Sepúlveda, 2001). Sin duda, uno de los
factores que tuvo mayor influencia en la necesidad de buscar nuevas formas de
concebir la actividad empresarial, fue la inserción del concepto de desarrollo
sostenible, entendido éste como una forma de desarrollo, que busca mantener o
incrementar el bienestar humano y a la vez asegurar la equidad intergeneracional y
la preservación de la reserva del capital total de la tierra natural, humano y creado
por el hombre.

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Según la definición de la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO, 1996), “existe seguridad alimentaria cuando
todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes
alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias". Ello
implica el cumplimiento de las siguientes condiciones:
 Una oferta y disponibilidad de alimentos adecuados.
 La estabilidad de la oferta sin fluctuaciones ni escasez en función de la
estación del año.
 El acceso a los alimentos o la capacidad para adquirirlos.
 La buena calidad e inocuidad de los alimentos.
Dadas estas características, tanto el estado como las empresas del sector
agroalimentario deben incorporar estrategias de gestión orientadas al aseguramiento
de la calidad e inocuidad de sus productos. No obstante diversos autores señalan
que las empresas que no gestionen con carácter integral sus recursos, pueden
quedar fuera del mercado a muy corto plazo, por lo cual deben realizar esfuerzos
para mejorar el proceso productivo, sobre la base del tratamiento integrado de
aspectos tales como: calidad, prevención de riesgos laborales y medio ambiente
(Portillo, 2002).
Ello implica que, en términos de producción, resulta exigente incorporar
estrategias de gestión que integren estos aspectos. Entre los requisitos necesarios
para que la industria de alimentos desarrolle una genuina reconversión productiva, se
encuentran la incorporación de criterios y sistemas de aseguramiento de la calidad e
inocuidad de sus productos, debiendo fomentar la creación o adopción de normas y
fortalecer los correspondientes sistemas de gestión. Ambos constituyen elementos
decisivos de una estrategia de desarrollo que estimule el cumplimiento de los
acuerdos internacionales y exigencias del mercado local, cada vez más exigente en
aspectos de higiene y sanidad agropecuaria. Además de la atención a la calidad,
tanto el estado venezolano como toda empresa está en la obligación de atender los
aspectos relacionados con el bienestar y seguridad de sus trabajadores, los cuales

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incluyen la evaluación global de las condiciones de trabajo, la respuesta ante las
emergencias, la selección y uso de los equipos de protección personal, entre otras.
Ello hace suponer que el concepto de gestión integral requiere ser ampliado y
tal como se ha mencionado anteriormente, debe incorporarse al modelo de gestión
empresarial en forma articulada y considerando la realidad del entorno en el cual se
desenvuelve la empresa. En tal sentido la propuesta del modelo, objeto del presente
estudio, se argumenta a partir del desarrollo de lo que se ha denominado niveles de
aproximación a la gestión integral, los cuales abarcan tres factores centrales:
producción segura, valoración del conocimiento e innovación tecnológica y
responsabilidad social, incluyendo en la medida de lo posible, herramientas y
estrategias para su incorporación.

Producción segura: un primer nivel de aproximación a la gestión integral

En la búsqueda de esquemas integradores que mejoren el desempeño de la


industria de alimentos y faciliten el cumplimiento de los compromisos impuestos por
los principios de seguridad alimentaria, así como las exigencias establecidas por las
leyes venezolanas en materia de seguridad y protección ambiental, surge el
concepto de producción segura, según el cual, la primera aproximación a la gestión
integral se logra cuando la organización incorpora de manera concertada, los
aspectos relacionados con la eficiencia productiva. Es decir, aquellas organizaciones
que se avoquen a lograr una producción segura en los términos señalados, deberían
mostrar un desempeño aceptable con respecto a los aspectos mencionados.
Aceptando como válido este planteamiento, sería conveniente contar con una
herramienta o técnica cuya implantación apoye a la empresa en el logro de la
seguridad microbiológica y toxicológica del producto, la seguridad de bienes y
personas y la seguridad del proceso, como vía para la protección al ambiente, en
forma integrada y con el uso eficiente de los recursos de la organización.
Ello supone que las empresas, especialmente las pequeñas y medianas,
concentren esfuerzos en lograr la producción segura, con el compromiso de avanzar

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más adelante pero con mayor facilidad, hacia la certificación de su gestión en los
diferentes ámbitos de la gestión integral.

Responsabilidad social, otro factor a incorporar en el modelo de gestión


integral para fortalecer el sistema agroalimentario en Venezuela

La responsabilidad social de la organización, conocida en el ámbito


empresarial como responsabilidad social corporativa (RSC), se concibe como la
respuesta que debe dar el sector productivo a una nueva actitud del público frente a
la actividad empresarial, que se traduce en mayores exigencias para que las
empresas operen según códigos y estándares de comportamiento responsable,
asumiendo la responsabilidad de los impactos que genera, creando con ello valor
para sus accionistas y la sociedad a través de buenas prácticas. Se parte del
principio que la economía global no sólo es un fenómeno comercial o financiero, sino
que contiene dimensiones de transformación social de mayor alcance. A través de la
RSC las empresas se conciencian del impacto de sus acciones y expresan su
compromiso de contribuir al desarrollo económico y mejorar la calidad de vida de los
trabajadores y sus familias, de la comunidad donde actúan y de la sociedad en su
conjunto (Correa et al., 2004).
En la medida en que las empresas se percataron de que la puesta en marcha
de políticas y acciones de RSC contribuían a la creación de un mayor valor social de
la empresa y constituían una fuente de beneficios en términos de reputación e
imagen corporativa, lo que a su vez conducía a la reducción del riesgo de oposición
pública contra sus operaciones, conservación de los clientes y facilidad de ingreso a
nuevos mercados con mayores exigencias, la RSC se convierte en una forma de
hacer negocios, más que una simple generosidad, que toma en cuenta los efectos
sociales, ambientales y económicos de la acción empresarial, integrando en ella el
respeto por los valores éticos, las personas, las comunidades y el medio ambiente.
La necesidad de que las empresas tengan en cuenta criterios de ética y de
responsabilidad social en sus actuaciones diarias parece estar ampliamente

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aceptado. La RSC debe tomar en cuenta todos los grupos de interés: tanto los
dividendos y ganancias de los accionistas, como la satisfacción de los consumidores,
transparencia fiscal frente a los poderes públicos y la sociedad, remuneración del
personal y desarrollo de los recursos humanos (Núñez, 2003).
Entre los factores que han contribuido a esta forma de entender la actividad
empresarial, están las demandas sociales, que piden a las empresas tener en cuenta
otros aspectos al valorar sus acciones; el impacto de las nuevas tecnologías, que
provocan una mayor transparencia en la información; el debate en el mundo
académico sobre la naturaleza y el fin de la empresa; las propuestas de los
organismos internacionales y de la sociedad civil; y la propia reflexión de la
comunidad empresarial sobre su papel en el desarrollo de la sociedad (Fontrodona,
2005).
Un impulso importante a la incorporación de la RSC en la gestión integral de
las empresas fue la iniciativa del Secretario de las Naciones Unidas, en el Foro
Económico Mundial de Davos en 1999, quien propuso a los dirigentes empresariales
sumarse a la iniciativa internacional Global Compact (Pacto Mundial), en cuyo marco
las empresas colaborarían con las organizaciones de las Naciones Unidas, las
organizaciones laborales y la sociedad civil, para promover principios sociales y
ambientales de carácter universal.
El Pacto Mundial plantea tres planos de acción: derechos humanos, laborales
y ambientales. El plano de los derechos humanos y laborales generalmente está
sujeto al cumplimiento de estándares internacionalmente aceptados (Declaración
Internacional de Derechos Humanos de Naciones Unidas, los cuatro principios
fundamentales de la OIT y del Derecho del Trabajo, 1998).
El plano ambiental, se refiere específicamente a la responsabilidad que
compete a las empresas sobre las externalidades que genera su actividad
productiva. Este plano abarca: la administración de recursos naturales, control de la
contaminación, manejo de desechos y el ciclo del producto. Adicionalmente la RSC
incluye una ampliación de la cobertura del concepto, que va más allá de la gestión de
sus impactos ambientales: participación más activa de las empresas en problemas

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que se circunscriben a su entorno inmediato y que atañen a los empleados y a la
comunidad en temas tales como salud y seguridad, saneamiento ambiental, acceso a
agua potable, vivienda, alimentación y transporte, etc. Así mismo se estimula un rol
empresarial más activo en problemas ambientales globales: cambio climático y
deterioro de la biodiversidad (Núñez, 2003).
El cómo abordar la implementación de la RSC ha originado diversidad de
guías, códigos de conducta, indicadores y procesos de planificación, provenientes de
la discusión entre ONGs, gobiernos, sector académico, sector empresarial y
trabajadores. Se reconoce, sin embargo, que existen cuatro elementos básicos que
cualquier empresa debe considerar para lograr una exitosa responsabilidad social:
1) Identificación de efectos sobre públicos interesados y consulta;
2) Incorporación en la visión, misión y valores.
3) Definición de políticas, procedimientos e indicadores.
4) Gobernabilidad corporativa, responsabilidad para rendir cuentas y verificación.
La ética en las empresas no puede verse como un simple añadido, sino que
afecta su estrategia de gestión, por lo que requiere el compromiso de la alta dirección
para el éxito de su implantación. Asimismo, debe apoyarse en una cultura
organizativa, en la que el ejemplo y demostración por la vía de los hechos es
imprescindible, evitando el doble discurso entre el quehacer diario y lo plasmado en
el papel. El debate sobre la responsabilidad social se mueve entre dos ámbitos: el
conceptual y la aplicación práctica. Si bien los temas de ética y responsabilidad
social tienen cierto carácter intangible, no pueden dejarse a la buena voluntad de las
personas; pueden y deben gestionarse. Existen herramientas y procesos de gestión
que permiten dotar a las empresas de medios para asegurar que los criterios
sociales, medioambientales y éticos sean considerados en las decisiones diarias de
sus empleados, del mismo modo que lo son los aspectos económicos.

El modelo propuesto

De lo discutido, hasta este punto se desprende que, para alcanzar un


desempeño exitoso y sustentable, tanto las empresas como el mismo estado

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Venezolano, requieren incorporar entre sus estrategias de gestión, elementos que le
permitan, además de incrementar su eficiencia productiva, diferenciarse de sus
competidores, para asegurar su permanencia en el mercado, ofreciendo responsable
y oportunamente, productos de calidad e inocuidad inobjetables, respetando valores
éticos y comprometida con sus trabajadores y con la sociedad en general, así como
con la preservación del ambiente.
Todo ello en el entendido de que la atención a factores tales como calidad,
inocuidad, ambiente y seguridad industrial son compromisos inevitables. Alcanzar un
desempeño con tales características requiere diseñar una estrategia que, sin olvidar
la realidad de la organización y su entorno, facilite el avance hacia el logro de los
estándares de competitividad señalados. Se propone entonces un modelo de gestión
integral, cuya implantación contribuya a consolidar las bases para lograr un
desempeño exitoso, en su concepción más amplia.
El modelo propuesto, concibe un proceso de formación o en el
correspondiente a una revisión profunda de su actuación. El mismo se describe en
los siguientes términos: la empresa y el mismo Estado, atendiendo a los valores
éticos y de responsabilidad declarados en su política de gestión, estructura sus
componentes organizativos, tecnológicos y económicos, interactuando entre sí y
concentrados inicialmente hacia el logro de una producción segura, así como en la
valoración del talento humano con el que cuenta, la información que se genera y el
aprendizaje obtenido de su actuación.
Los factores de calidad, inocuidad, ambiente, seguridad y responsabilidad
social se conciben, como aspectos incorporados a la cultura empresarial y a la
organización como entidad dinámica, sometida a las presiones del entorno local e
internacional, donde además de influir los cambios en la normativa de obligatorio
cumplimiento o de adscripción voluntaria a nivel local e internacional, las exigencias
de los consumidores y otras instancias vinculadas, también lo hace el surgimiento de
nuevos conocimientos y desarrollo tecnológico, tanto en su área de especialidad
como en otras relacionadas.

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Para avanzar en este sentido, se propone complementar el modelo con una
jerarquización de objetivos, en términos de demostración e incluso certificación de su
desempeño, así como enfocarse al logro de la producción segura, constituye un paso
firme para cumplir con las exigencias de las diferentes modalidades de certificación
de cumplimiento de normas obligatorias y de adscripción voluntaria, desarrolladas
para el apoyo a la gestión de los aspectos de sistematización de la información y
adecuación a las exigencias de las normas.
Las actividades asociadas a la gestión tecnológica investigación, desarrollo,
ingeniería, diseño y gestión del conocimiento, aun cuando se conciben incorporadas
en la cultura de quienes tienen la responsabilidad de impulsar el desarrollo y
crecimiento del sector agroalimentario, requieren de apoyo y fortalecimiento para su
formalización, lo que apuntalará la generación de conocimientos y tecnología, útiles
para el crecimiento integral y sustentable del mismo.
En la medida que se incorporen todos los factores que caracterizan el sistema
agroalimentario, sus oportunidades y fortalezas, así como sus debilidades y
amenazas, el modelo se convierte en una especie de código genético de la que
proporcione identidad propia y caminos para evolucionar satisfactoriamente.

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BASES LEGALES

El presente trabajo se apoya en las siguientes disposiciones legales:

 Constitución de la República de Venezuela, en su articulo 305 : El Estado


promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo
rural integral, a fin de garantizar la seguridad alimentaria de la población;
entendida como la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito
nacional y el acceso oportuno y permanente a éstos por parte del público
consumidor. La seguridad alimentaria se alcanzará desarrollando y
privilegiando la producción agropecuaria interna, entendiéndose como tal las
provenientes de las actividades agrícola, pecuaria, pesquera y acuícola. La
producción de alimentos es de interés nacional y fundamental para el
desarrollo económico y social de la Nación. A tales fines, el Estado dictará las
medidas de orden financiero, comercial, transferencia tecnológica, tenencia de
la tierra, infraestructura, capacitación de mano de obra y otras que fueran
necesarias para alcanzar niveles estratégicos de autoabastecimiento.
Además, promoverá las acciones en el marco de la economía nacional e
internacional para compensar las desventajas propias de la actividad agrícola.
El Estado protegerá los asentamientos y comunidades de pescadores o
pescadoras artesanales, así como sus caladeros de pesca en aguas
continentales y los próximos a la línea de costa definidos en la ley".
 Plan de la patria 2019 - 2025, Con premisa asumimos la descolonización
como proceso transversal de toda la sociedad, en cada una de las
dimensiones de esta. Esto es, en los principios y valores, ejercicio de la
democracia participativa y protagónica, Estado popular y Comunal, soberanía
del sistema productivo, sustitución de importaciones, así como nueva
arquitectura del territorio.
 Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria, Capítulo II. De
los Principios Inherentes al presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de

21
Ley Orgánica. Principios de la seguridad y soberanía agroalimentaria
Disponibilidad y acceso oportuno de los alimentos Derecho a producir y
consumir los alimentos propios del territorio nacional Producción sustentable.

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CONCLUSION

El Gobierno Venezolano ha manifestado el compromiso de más alto nivel,


para la reducción de la pobreza y la inseguridad alimentaria, implementando un
marco jurídico e institucional propicio para alcanzar este objetivo. No hay duda que
los esfuerzos realizados por el Gobierno Nacional en los programas de seguridad y
soberanía agroalimentaria, han arrojado resultados no alcanzados por gobiernos
anteriores.
Las iniciativas ejecutadas a través de los programas nacionales coinciden con
la estrategia “de doble vía” recomendada por la FAO, referida al ataque simultáneo a
las causas y a las consecuencias del hambre y la pobreza extrema, con medidas
estructurales y coyunturales para garantizar la Seguridad y Soberanía
Agroalimentaria. Sin embargo, es necesario prestar una mayor atención al monitoreo
y evaluación del impacto de las políticas implementadas, y a la coordinación entre los
distintos entes públicos y privados.
Es importante resaltar que el Gobierno Nacional, en sus tres niveles político –
territoriales en lo estricto, y con el apoyo de los gobiernos comunales y la
participación de las comunidades en lo amplio, ha logrado establecer canales de
comunicación directa con los beneficiarios de las políticas públicas, destinadas a
combatir el hambre y la pobreza, canal a través del cual se evalúan las necesidades
y se atacan los problemas puntuales, para el logro de los objetivos estratégicos
planteados.
Cabe destacar los esfuerzos mancomunados de la República Bolivariana de
Venezuela, en materia de Cooperación Internacional, logrando importantes
Convenios de Capacitación y Transferencia de Tecnología, dirigidas a potenciar la
capacidad productiva agroindustrial nacional, en complementariedad con acuerdos
para la adquisición de maquinaria agrícola, insumos para la producción
agroalimentaria, plantas de procesamiento de alimentos, así como de importantes
volúmenes de alimentos, desde los países con los cuales se han logrado estos
importantes acuerdos. Asimismo, continúa la ayuda humanitaria, de la República

23
Bolivariana de Venezuela, hacia los países o poblaciones más pobres, ya sea
mediante el suministro de combustible, como directamente en ayuda alimentaria y en
materia de salud.
Las metas planteadas en relación con la disminución del hambre, pueden ser
alcanzadas; se ha avanzado en el cumplimiento de compromisos adquiridos y se ha
fortalecido la estructura institucional para la consolidación del trabajo mancomunado
entre el Gobierno Nacional, los productores agropecuarios, los entes responsables
del financiamiento público y privado, conjuntamente con las cadenas de distribución y
comercialización de alimentos, aunque por los momentos sea necesario alcanzar
mayores progresos, especialmente en lo que respecta a la intensificación de la
producción agrícola. Igualmente, es necesario continuar las acciones afirmativas en
función de mejorar el acceso a los alimentos, promover la educación nutricional, así
como mejorar los sistemas de información estadística y fortalecer las capacidades de
gestión de las nuevas instituciones nacionales.
La mayoría de los logros alcanzados a la fecha, han significado grandes
inversiones del presupuesto nacional, sin embargo todavía queda mucho trabajo por
realizar, por lo que este trabajo también pretende hacer un llamado a la Comunidad
Internacional, en apoyo a los esfuerzos de la República Bolivariana de Venezuela en
el tema alimentario mundial.
Preocupa al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, que el
aumento de los precios internacionales de los productos básicos, así como las
políticas de reservas alimentarias aplicadas por los países exportadores, con el
objeto de satisfacer su demanda interna, se está traduciendo en un incremento de
los costos de insumos y materia prima importada, lo que redunda en los precios y
consecuentemente en el acceso de alimentos a la población más vulnerable.
Esta situación, sumado al uso criminal para biocombustibles, de algunos
alimentos básicos de vital importancia para la alimentación, nutrición y hasta para la
vida de la población mundial, está incidiendo en una disminución de la disponibilidad,
bajas a niveles críticos de la reserva mundial y un mayor incremento de los precios

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de los alimentos, lo cual, aunado al impacto desfavorable del cambio climático sobre
los cultivos, está afectando seriamente la oferta mundial de alimentos.
La disminución de la disponibilidad, así como el incremento progresivo en los
precios de los alimentos, continuará en los próximos años. Por tanto, los esfuerzos
mundiales deberán ser dirigidos a tomar medidas drásticas y sostenibles, para
revertir la situación de emergencia presentada, la cual se prevé no tiene carácter de
reversibilidad y atentará considerablemente en el cumplimiento de los objetivos del
milenio.
Todos los logros alcanzados por el Gobierno de la República Bolivariana de
Venezuela en materia de seguridad alimentaria, están cónsonos con los principios
éticos revolucionarios del proceso socialista que avanza y se consolida
definitivamente, en aras de alcanzar la suprema felicidad en lo social. Por tanto, es
un hecho que la República Bolivariana de Venezuela, seguirá cumpliendo con los
compromisos contraídos en la Cumbre del Milenio y que no solo alcanzará las metas
establecidas sino que se propone apoyar todos los esfuerzos mundiales para acabar
con el hambre, flagelo cruel del cual son injustas víctimas, la mayoría de los seres
humanos del planeta.

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