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Teniendo como partida como se trabaja el concepto de diversidad dentro de las escuelas,

debemos tener en cuenta que desde un principio las escuelas cumplían con el mandato de
homogeneizar a la población de alumnos que se encontraban dentro de ella, y de este
modo era un medio para “ofrecer igualdad” de oportunidades y dictar el mismo modelo de
enseñanza a todos los alumnos por igual. A medida que fue pasando el tiempo, se
agudizaron las diferencias sociales volviéndose más notables; a su vez que desenvuelve
distintas maneras de exclusión y discriminación entre las personas. Al hablar de estas
diferencias notables también hacemos referencia a los conceptos de “normal” y “anormal”
que predominan dentro de la sociedad, es un punto clave, ya que pensar en un Otro como
normal o fuera de lo normal causa efectos sobre su propia identidad.
Entonces, dentro de este contexto es introducido el concepto de diversidad, para superar la
mirada homogeneizadora, es necesario entonces, comprender que la escuela es diversidad,
somos diversidad y lo que se busca con este planteo es lograr una actitud de apertura libre
de etiquetas y prejuicios, posibilitando una convivencia donde predomine lo que todas las
personas tenemos en común.
Con respecto a las primeras miradas sobre la diversidad dentro el ámbito escolar,
estuvieron asociadas primeramente a la educación de alumnos con necesidades educativas
especiales, o con discapacidad, es por ello que a estos llamados “diversos” se los coloca
por fuera y son entendidos como un obstáculo individual que requieren una atención
personalizada diferente a la de los demás.
Positivamente, con el transcurso del tiempo, la escuela ha ido reconociendo algo que forma
parte de la realidad; y es que todos somos distintos, diferentes y diversos, y es importante
hacer hincapié en que eso no nos hace necesariamente desiguales. Así es como debemos
trabajar en generar dentro de estas instituciones que a la escuela se la debe pensar como
un ámbito lo suficientemente amplio, democratizador e inclusivo, para que pueda abarcar a
todas las personas con sus particularidades, sus historias, sus experiencias y sueños,
apuntando a que todos sean parte de algo del orden de lo común.
Dicho esto, podemos hablar de una Escuela Heterogénea, en donde el respeto y la atención
a la diversidad son los dos pilares sobre los que se centra este modelo de educación.
Debemos trabajar en “desnormalizar”, en desaprender o aprender de nuevo desde la
escuela implementando la Pedagogía de la singularidad, es decir, creando espacios de
hospitalidad y de bienvenida para los grupos que son vistos diferentes, generando una
institución abierta, flexible y la idea debemos trabajar la idea de diversidad para poder
promover estrategias institucionales que permitan el aprendizaje de acuerdo a las
características, ritmos, y necesidades de los distintos grupos, tenemos que ver desde
adentro para no educar hacia lugares de exclusión, y también debemos visibilizar que
incluso nosotros mismos, formamos parte de estos grupos excluidos, entonces, si la escuela
reconoce la diversidad de su población se puede garantizar la posibilidad de que todos los
alumnos puedan elegir libremente en igualdad de oportunidades y en función de sus
intereses.
Es importante trabajar con el término de equidad, debido a que no es lo mismo que
inclusión; en este caso, dentro de un aula equitativa se habla de la igualdad de acceso en
donde todos los alumnos tienen un espacio para incluirse dentro de la escuela, a su vez que
la igualdad de tratamiento educativo debe ser adecuada a partir del reconocimiento de las
diversidades de cada alumno y lograr una igualdad de resultados.
Retomando a la heterogeneidad, debemos pensarlo como un rasgo inherente, y la
explicación de esta característica en conjunto con la posibilidad de enriquecerse a través de
la diferencia, con esto quiero decir que encontrarse cara a cara con el otro diferente nos
humaniza.
De este modo, también debemos trabajar con un enfoque educativo, y mirar el problema
con otros ojos, desde un marco teórico y utilizando metodologías que nos permitan
comprender y a partir de esa comprensión podremos diseñar estrategias para abordar
cualquier problemática.
También debemos tener en cuenta que, lo diverso no solamente abarca a los alumnos sino
también a los docentes, existen diversas formas de enseñar, de aprender y de vincularse,
los maestros con mentalidad fija que consideran que el éxito de los alumnos está
relacionado a la inteligencia por ejemplo, debe ser cambiado por un trabajo colaborativo en
conjunto con otros profesionales, creando posibilidades de otras formas de plantear la
enseñanza, y construyendo un apoyo acorde a cada necesidad, sin requerir a la
segregación.
Entonces, nuestro desafío es abrir nuevos espacios para crear un camino hacia la
diversidad en primer lugar dentro del ámbito educativo, donde se elimine el estigma de que
lo diferente problematiza dentro del aula, promoviendo el respeto entre todos en lugar de la
tolerancia ya que este término no forma parte de la diversidad, y entender la atención no es
lo mismo que la educación. Nuestro objetivo debe ser que la escuela reconozca esta
diversidad como un principio básico y que la igualdad es un punto de partida para toda la
población por ser tales, y pensar en una pedagogía de lo posible en donde cada persona
pueda sentirse cómoda y desarrollarse ampliamente, lo importante es no focalizar la
atención en el alumno diferente, más bien plantear el tema de un modo más general y ver
como se expresa el grupo al respecto.
A partir de este planteo, podemos hablar de diversidad más allá del ámbito educativo,
planteando políticas públicas en donde la sociedad sea la que deba adaptarse a las
personas diversas entendiendo las singularidades de cada uno, atendiendo a las
semejanzas y diferencias favoreciendo la equidad, se trata de que nosotros mismo también
tenemos que empezar a estar con ellos, a ser con ellos y a convivir desde una postura de
igualdad.

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