Está en la página 1de 5

TRABAJO PRÁCTICO

● PEDAGOGÍA CRÍTICA DE LAS DIFERENCIAS

Instituto Superior Juan XXIII


Carrera: Prof. De Educación Primaria
Año: 4to Año
Docente: Juliana Miller
Alumna: Avendaño Ailen
Leer el texto de Contreras, "Percibir la singularidad, y también las posibilidades en las relaciones educativas. ¿Una
Pedagogía de la singularidad?", y responder a las consignas:

1-¿ En qué sentido la igualdad es una preocupación para el autor? ¿Qué cuestiones le opone? ¿Cómo se relaciona con la
experiencia?

2- Caracterizar lo que el autor plantea como pedagogía de la normalidad

3- Presentar un texto que muestre su reflexión a partir de la expresión:


“La diversidad son ellos. Y sin embargo, en educación, lo que hay en juego es la relación entre tú y to. La diversidad está
ahí afuera, pero entre tú y yo hay diferencias. La diferencia es eso: una relación. Lo que tenemos entre tú y yo.

4- Elegir conceptos claves que definan la Pedagogía de la singularidad. Valorar el planteo.

5- Contreras presenta algunas orientaciones didácticas propias de la singularidad. Elegir una y relacionar con la propia
práctica docente (considerar su presencia o no, alguna situación en la que pudo darse..)

1) Buscando la definición de igualdad en internet, uno de los significados que aparece es el siguiente: “condición o
circunstancia de tener una misma naturaleza, cantidad, calidad, valor o forma, o de compartir alguna cualidad o
característica.” ¿Por qué al autor le preocupa esto?, si expresa que es a lo que la sociedad aspira, es decir, a que haya igualdad.
Según él “no hay dos iguales”, “cada uno es quien es”, “cada uno debe ser visto y reconocido según “quién es” con su historia,
su devenir, sus proyectos y que estos deban ser reconocidos y cuidados en la educación. ¿A qué se refiere con esa igualdad?, ¿por
qué presenta conflictos este término?. Pienso que el conflicto se debe a lo contradictorio de lo mencionado anteriormente
ya que todos y todas somos distintos y distintas, partiendo de que somos seres particulares y singulares. Esto se puede ver
reflejado en nuestros/as estudiantes, quiénes no son ajenos a esta condición de particularidad ya que tienen distintas
maneras de ser, diferentes formas de aprender. Más allá de esto, de asumir que todos/as somos distintos/as, se aspira a que
seamos iguales ante la ley, tengamos los mismos derechos, aprendamos lo mismo, en lo posible con un solo método de la
enseñanza, con los mismos tiempos, vestidos de la misma forma, en fin, los resabios de vieja escuela. El problema es cuando
se confunde el concepto de igualdad con aquello que es idéntico o es lo mismo y a lo que la sociedad debiera apuntar es a que
todos y todas tengamos las mismas oportunidades, pero no idénticas, porque cada sujeto necesita algo en particular y es
condición fundamental que se responda a esas necesidades.

Por otro lado, debemos tener en cuenta que la escuela es el espacio de lo común, de lo colectivo, de la construcción en
conjunto, y no por eso significa que no ofrezca las mismas oportunidades para todos y todas. Un ejemplo concreto de esto
sería el hecho de ofrecer las mismas actividades a todos los estudiantes, entonces se podría asumir que la escuela homogeniza,
pero en realidad si cada uno/a de los estudiantes construye el conocimiento desde su particularidad y su mirada del mundo,
esa construcción es particular, única, no hay dos iguales. Entonces, atender la singularidad de cada quien, tendrá que ver
con habilitar aquellos espacios de construcción que sean para todos y todas, y aceptar que hay caminos distintos y otros
parecidos pero ninguno igual.

2) La pedagogía de la normalidad se caracteriza por catalogar a sus estudiantes en normal y anormal, en buen alumno/a o
mal/a estudiante.
En sí, es una pedagogía que hace que el alumno/a se amolde a la escuela y no la escuela al alumno/a. Queda un vacío en las
diferencias al no posibilitar lo singular de cada uno/a. Las maneras de enseñar, tanto como los conocimientos a aprender
son acabados, ya que por ejemplo, se aprende a leer de una sola manera.
Esta pedagogía se encarga de homogeneizar a quienes concurren a la escuela. En tanto el docente se posiciona en un lugar
poco empático, donde pareciera ser que no le interesa o no tiene curiosidad por aquellos que tiene enfrente de sí, con todo lo
que eso implica.

3) Considero que la diversidad y lo diverso está presente en todas las personas. Lo diverso, en algunas oportunidades, puede estar
señalando a un otro o a un colectivo distinto del que nosotros podamos sentirnos identificados. Sin embargo, la diversidad
también está presente en nuestro colectivo. En el vínculo entre uno y otro, existen diferencias que nos hacen ser a cada
uno/a lo que somos, subjetivamente hablando.

Dentro del aula, la relación con la diferencia es parte de lo cotidiano, y debe ser percibido por cada uno/a de nosotros/as,
visto y tenido en cuenta conscientemente de que existe, donde lo diferente nos hace a la vez iguales.

Es decir, debemos entender que las sociedades, grupos, Estado son los que establecen los parámetros de una sociedad “normal”
donde se impone un modelo a seguir y se separa lo normal de lo anormal.
En este sentido, somos los docentes quienes con otras miradas o aperturas podemos hacer una diferencia. Diferencia que
proponen autores tales como Giroux en tanto docentes como intelectuales transformativos o Freire con la llamada
educacion liberadora, en la que enseñantes como aprendientes, buscan, construyen y aprenden juntos conocimientos en la
medida en que sientan que tienen un compromiso para hacerlo, la libertad y la capacidad de crítica.

4) Como ejes importantes que destaca el autor se puede recuperar aquellos que adhieren al Diseño Curricular y proponen una
escuela inclusiva y maneras de acercarse, hacia una construcción de vínculos sanos, empáticos, con capacidad para la escucha.

Esta pedagogía hace especial referencia en apoyar a cada chico/a en su construcción/deconstrucción de sí mismo, invitando a
aceptarse y aceptar a cada uno tal como es, buscando la dignidad de cada sujeto.

5) La orientación didáctica propia de la singularidad propopuesta por Contreras que tomé como referencia para vincular hacia
mi práctica docente, es aquella que está vinculada al currículum. En este sentido, pienso que las planificaciones en las que
pude aportar este año para mi compañera pedagógica, han estado muy orientadas hacia los y las alumnas que ella tiene, es
decir, tal vez, yo lo hubiece planificado de otra manera, pero viendo como ella planificaba, mas la situacíon de pandemia que
nos atañe, tomé en cuenta aquellas cuestiones que son muy propias de sí, para que los chicos que tan acostumbrados a ella
están, no vieran afectada esa parte.

Por otra parte, se le suma esto de la virtualidad, puesto que las actividades deben adecuarse a tal situacíon. Aun así me pongo
a pensar en lo difícil que se hace, cuarentena por medio, tener en cuenta las oportunidades y posibilidades que no todos
tienen. De alguna manera, lo mejor que podemos hacer, es ir adecuándonos a cada situación en particular, y desde allí
trabajar y por lo menos, lograr no perder los vínculos, así sea a través de medios tan personales como lo son los celulares, por
ejemplo.

Luego de conversar sobre el material que trabajamos en la materia Pedagogía Crítica durante el ciclo lectivo 2020, pudimos
asociar lo dicho por los autores con un caso que trabajamos en la cátedra de Escuela Inclusiva. En este sentido,
encontramos un hilo conductor con un caso real al que llamamos Daniel.
Daniel es un chico de 12 años que vive en Guatraché, La Pampa, y asiste a una institución de jornada completa dependiente
del Estado, cuyo horario es de 8:15 hs a 15:00 hs. A las 12:00 hs se ofrece el almuerzo y en el caso de aquel alumno que no
quiera almorzar en la misma, se retira y vuelve a las 13:00 hs cuando comienza la segunda parte de la jornada. La docente a
cargo del aula recibe apoyo de una MAI y del CAE (organismo que realiza un trabajo similar al EOE en la provincia de Buenos
Aires).
Explicar un poco sobre las adaptaciones que hace la escuela (cambios y flexibilizaciones de las que habla el DC para que Daniel
no tenga que salir del edificio).
Partimos de lo mencionado en el Diseño Curricular para sostener que la escuela inclusiva es aquella que contempla la
diversidad de todos los estudiantes del sistema, llevando a cabo los cambios y flexibilizaciones que considere oportunos en
tanto contenidos, estrategias y modos de evaluar. También, implica la contemplación y capitalización de las diferencias
individuales, pues como también menciona Contreras “cada uno debe ser visto y reconocido según “quién es” con su
historia, su devenir, sus proyectos y estos deben ser reconocidos y cuidados en la educación.
Nosotros adherimos a estas declaraciones porque como muchos, también hemos pasado por las aulas y somos concientes de
que cada uno posee diferentes modos y ritmos de aprender, como también existen miradas muy singulares y distintas de ver
el mundo, por lo tanto, creemos que es un momento en que gracias a los cambios de paradigma del siglo XXI, podemos
contemplar la diversidad como algo inherente y natural al ser humano, de hecho en la misma escuela podemos presenciar
la gran diversidad de todo (tanto entre colegas, personal de limpieza, con los alumnos de distintos grados, que poseen a su
ves creencias, nacionalidades, estilos de vida y capacidades diferentes), incluso dentro de un mismo colectivo existe
diversidad).
Pensamos entonces que para que exista un clima áulico armonioso, hay que ofrecer oportunidades para que los chicos sean
ellos, con su esencia, sus particularidades y subjetividades, como lo propone el DC en tanto que el docente refleje esa
inclusión en los materiales y recursos didácticos, desplazando las ideas pasadas que ponían en foco la adaptación del
alumno a la escuela y no adaptación de la escuela al alumno.
Nos parece importante también que el docente pueda mostrar su escencia, generando a la vez vínculos sanos que produzcan
la confianza necesaria para que los alumnos contemplen y capitalicen las diferencias individuales, como mencionamos
anteriormente. Esto permitirá al mismo tiempo, que el docente
extraiga de sus alumnos las habilidades, fortalezas y debilidades.
Consideramos que esto que detallamos con anterioridad, es lo que logró la docente de Daniel, adaptándose junto con la
escuela y sus distintos actores a las necesidades, habilidades y competencias del niño.
Sintetizamos este trabajo haciendo mención al DC, el cual cita que los docentes que se forman para enseñar en sus aulas
con las mayores dificultades, se convierten en mejores maestros para todos los alumnos.

También podría gustarte