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El término tirosinemia se utilizó para enfermedades en las que se detectaban niveles elevados de tirosina en sangre, aunque actualmente se
consideran tres tipos muy diferentes:
1. Tirosinemia neonatal
2. Tirosinosis o tirosinemia tipo I (tirosinemia infantil hereditaria).
3. Síndrome de Richner-Hanhart o tirosinemia tipo II.
La tirosina es un aminoácido no esencial, se sintetiza durante la degradación de la fenilalanina, aminoácido esencial, por medio de la acción de
la fenilalanina-hidroxilasa (PAH). El catabolismo de ambos aminoácidos origina como productos finales, fumarato y acetoacetato. La tirosina
también forma acetil-Coenzima A, sin pasar primero por piruvato.
FENILALANINA
PAH
TIROSINA CATECOLAMINAS
ÁC. 4 HIDROXIFENILPIRUVICO
ÁC. 4-HIDROXIFENILACETICO
ÁC. HOMOGENTISICO
ÁC. MALEILACETOACETICO
ÁC. FUMARILACETOACETICO
FAH SUCCINILACETONA
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El tratamiento dietético es paliativo, se realiza con una dieta baja en fenilalanina, tirosina y metionina. Al ser éstos aminoácidos esenciales es
necesario individualizar la dieta aceptándose como necesario un aporte de 40-80 mg/kg/día para tirosina y de 100 mg/kg/día de fenilalanina para
mantener unos niveles plasmáticos de tirosina entre 200-400 mmol/l y de fenilalanina entre 30-70 mmol/l.
Con esto, se evita el desarrollo de una deficiencia con fallo del crecimiento anorexia, letargia, hipotonía, y aumento de aminoácidos no aromáticos
TIROSINEMIA-tipo II o SÍNDROME DE RICHNER-HANHART
Está asociada con la deficiencia hepática de la TAT (tirosina aminotransferasa), enzima que limita el catabolismo de la tirosina, por lo que aparece
en sangre tirosinemia (mayores niveles que en la tirosinemia tipo I), en orina hay concentraciones elevadas de tirosina y ácidos 4- hidroxifenilderi-
vados, y otros metabolitos de la tirosina. El metabolismo de otros aminoácidos y la función hepática es normal.
Es una enfermedad con una clínica completamente diferente a la tirosinemia I. En los primeros meses de vida, aparecen unos niveles de tirosina
en palmas y en tejidos tan elevados que provocan su saturación, se forman cristales intracelulares de tirosina que se depositan sobre ojos y piel
estimulando la inflamación y una respuesta leucocitaria con edema, neovascularización y lesiones en ojos y piel. Aparecen lesiones oculocutá-
neas, como úlceras herpetiformes de la cornea y lesiones hiperqueratolíticas en los dedos, palmas y plantas de los pies, si no se trata puede llegar
a aparecer cierto retraso mental.
El hígado y el riñón, no se ven afectados
Tiene una incidencia muy poco frecuente.
Manifestaciones oculares: Lacrimación, fotofobia, úlceras corneales herpetiformes, placas conjuntivas y corneales, a largo plazo, todo ello se
complica llegando a cataratas, nistagmus y opacificación visual.
Manifestaciones cutáneas: aparecen después de las oculares, comienzan con lesiones que se vuelven hiperqueratósicas, con dolor sin prurito y
con frecuencia acompañado de hiperhidrosis...
Manifestaciones neurológicas: si el paciente no es tratado puede aparecer un retraso mental moderado, una conducta de automutilación y ligeras
alteraciones de la coordinación.
El tratamiento se realiza con una dieta baja en fenilalanina y tirosina, que llega a corregir la tirosinemia. Sólo con dieta se consigue una rápida
curación de las lesiones oculares y de la piel e incluso se previene el retraso mental.