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RUT 97.036.000-K
REPRESENTANTE LEGAL Gonzalo Romero
Astaburuaga
5.145.609-2
RUT
DOMICILIO Bandera N° 140, comuna de Santiago,
Región Metropolitana.
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LOS HECHOS.
“José no te puedo evaluar, tuviste deuda en el sistema financiero hasta agosto del
año pasado.”
Efectivamente SS.I. tuve problemas con mis deudas, razón por la cual, con fecha
30 de junio de 2017 presenté mi solicitud de Liquidación Voluntaria de bienes, bajo el rol
C-2883-2017 ante el 3° Juzgado de Letras Civil de Antofagasta.
En dicha presentación, cumpliendo con los antecedentes solicitado por la Ley
20.720 de Insolvencia y Reemprendimiento, hago presente al tribunal mi estado de
incumplimiento generalizado respecto de mis obligaciones y ofrezco todos mis bienes
para el pago de las deudas. Dicho procedimiento transcurrió con normalidad, dictándose
la resolución de término del artículo 254 de la referida Ley con fecha 3 de abril de 2020,
certificándose ejecutoria de la misma con fecha 9 de abril del mismo año, con lo cual se
conceden todos los efectos del artículo 255 denominados como efecto de discharge de
las deudas, el cual será explicado más adelante. Pero que, en definitiva, importan la
extinción de los saldos insolutos de las obligaciones contraídas con anterioridad al inicio
del procedimiento de Liquidación.
El principal corolario de la aplicación de dicha normativa legal es que de cualquier
registro que almacene datos privados de carácter financiero, éstos deben
eliminarse
Lo que debiera reflejarse en los informes comerciales elaborados, a modo de
ejemplo, por la SBIF y DICOM, en los cuales éstos no pueden figurar en cumplimiento a lo
señalado por la Ley 19.628 sobre protección de datos personales, lo que también se verá
más adelante en este recurso.
Es tal la inobservancia de la normativa aludida, en particular del efecto libratorio de
la resolución de término de mi procedimiento de Liquidación Voluntaria, que ha llegado al
punto que se me impide acceder al mercado financiero, meses después de que mis
deudas se extinguieron, y aquelllos datos caducos que debieron eliminarse, se mantienen
vigentes en plataformas internas de información financiera a la que tiene acceso cualquier
institución, en este caso Banco Santander.
Se me indica que el rechazo se debe a que tengo deudas, por lo tanto se infiere
que dicha institución tiene acceso no solo a mi información actual y que es aportada por
las instituciones y empresas que alimentan dicha base de datos, sino que además
información almacenada en datos históricos. Aún cuando actualmente no sean objeto de
información por estar al día en mis obligaciones o porque por disposición legal su
información financiera sea un dato denominado caduco.
La negativa del Banco Santander de aperturar una cuenta corriente, basándose en
deudas que se extinguieron y que no deberían estar en plataforma alguna atendida la
disposición de la ley, es al menos de dudosa legalidad.
De hecho, el recurrido no se basa en el incumplimiento de los requisitos exigidos
por la institución, los cuales fueron cabalmente cumplidos, sino que se está basando en
datos caducos, dándome una respuesta vaga, dejándome en la indefensión al no tener las
herramientas necesarias para poder impugnar dicha decisión, ya que no tengo acceso a
datos que ellos sí y que por cierto no deberían ya existir.
EL DERECHO
Entre las garantías cauteladas por la acción de protección está el artículo 19 N°2 y
19 N°4 en donde se consagra que la Constitución Política de la República asegurará:
19 N°2 “La igualdad ante la ley. En Chile no hay persona ni grupos privilegiados. En
Chile no hay esclavos y el que pise su territorio queda libre. Hombres y mujeres son
iguales ante la ley”.
Todos y cada uno de los requisitos para obtener una cuenta corriente fueron
cumplidos. Pero como ya indiqué en el cuerpo de este escrito, el motivo del rechazo no
fue por incumplimiento de alguno de los requisitos, sino “supuestas deudas” que en algún
momento de mi vida tuve y que van a limitar mi participación en el mercado siempre. El
Banco recurrido arbitraria y discriminatoriamente fundado en un registro de “dudosa
legalidad”, me excluye como cliente de su banco, negándome el acceso a sus productos
en circunstancias que a cualquier otra persona con las mismas características mías, sin
morosidades vigentes, renta acorde, antigüedad laboral, etcétera, hubiese obtenido.
Por su parte el autor Soto Kloss señala que en cuanto a la arbitrariedad, ella “indica
carencia de razonabilidad en el actuar u omitir, falta de proporción entre los motivos y el
fin o finalidad que alcanzar, ausencia de ajuste entre los medios empleados y el objetivo a
obtener, o aun inexistencia de los hechos que fundamentan un actuar, o sea una
actuación carente de fundamentación”(Soto Kloss, Eduardo, El Recurso de Protección
Orígenes, Doctrina y Jurisprudencia, Editorial Jurídica de Chile, 1ª edición, Santiago,
1982, p. 189).
El mismo autor señala que por ilegalidad debe entenderse: “violación –por acción u
omisión- de toda norma jurídica, incluyendo la Constitución, la ley, un reglamento, decreto
o cualquier otra disposición a la cual está sujeto el actor u omisor”.
Sumado a la arbitrariedad de su actuar está la ilegalidad del mismo, limitando o
vulnerando derechamente las siguientes normas legales:
Artículo 17.
“Los responsables de los registros o bancos de datos personales sólo podrán
comunicar información que verse sobre obligaciones de carácter económico, financiero,
bancario o comercial, cuando éstas consten en letras de cambio y pagarés protestados;
cheques protestados por falta de fondos, por haber sido girados contra cuenta corriente
cerrada o por otra causa; como asimismo el incumplimiento de obligaciones derivadas de
mutuos hipotecarios y de préstamos o créditos de bancos, sociedades financieras,
administradoras de mutuos hipotecarios, cooperativas de ahorros y créditos, organismos
públicos y empresas del Estado sometidas a la legislación común, y de sociedades
administradoras de créditos otorgados para compras en casas comerciales. Se exceptúa
la información relacionada con los créditos concedidos por el Instituto Nacional de
Desarrollo Agropecuario a sus usuarios, y la información relacionada con obligaciones de
carácter económico, financiero, bancario o comercial en cuanto hayan sido repactadas,
renegociadas o novadas, o éstas se encuentren con alguna modalidad pendiente.”
Artículo 6º.
“Los datos personales deberán ser eliminados o cancelados cuando su
almacenamiento carezca de fundamento legal o cuando hayan caducado
Han de ser modificados cuando sean erróneos, inexactos, equívocos o
incompletos.
Se bloquearán los datos personales cuya exactitud no pueda ser establecida o
cuya vigencia sea dudosa y respecto de los cuales no corresponda la cancelación.
El responsable del banco de datos personales procederá a la eliminación,
modificación o bloqueo de los datos, en su caso, sin necesidad de requerimiento del
titular”.
Todo lo señalado nos lleva a concluir que la legislación protege el dato que
actualmente es caduco (artículo 2º letra d) de la ley 19.628) ya que se encuentra, en este
caso particular, extinto por una causal legal (artículo 255 de la ley 20.720), no pudiendo
comunicarse de ninguna manera (artículos 17 y 18 de la ley 19.628) y, aún más allá,
debiendo haberse eliminado por no tener fundamento legal para encontrarse en dicha
base de datos (artículo 6º de la ley 19.628).
De esta forma, nos encontramos que un dato que no debería existir (mi información
financiera de los meses de anteriores a la solicitud al recurrido), continúa existiendo en la
base de datos y, aún más, continúa accesible a terceros.
c) Artículo 14 inciso 3° del Decreto con Fuerza de Ley N° 3 del año 1997.
“Con el objeto exclusivo de permitir una evaluación habitual de las instituciones
financieras por firmas especializadas que demuestren un interés legítimo, la
Superintendencia deberá darles a conocer la nómina de los deudores de los bancos, los
saldos de sus obligaciones y las garantías que hayan constituido. Lo anterior sólo
procederá cuando la Superintendencia haya aprobado su inscripción en un registro
especial que abrirá para los efectos contemplados en este inciso y en el inciso segundo
del artículo 154. La Superintendencia mantendrá también una información permanente y
refundida sobre esta materia para el uso de las instituciones financieras sometidas a su
fiscalización […].”
Esta normativa debe ser entendida en el contexto antes descrito toda vez que se
debe alimentar, para dar cumplimiento a la legislación sobre la materia, con datos
actuales que no se encuentren caducos, es decir, que estén vigentes.
JURISPRUDENCIA
“Undécimo: Que, por lo anterior, el Banco Estado incurrió en una actuación ilegal y
arbitraria, puesto que sin justificación y con infracción de las normas referidas empleó un
dato económico cuya vigencia es al menos dudosa para evaluar el riesgo de la petición de
apertura de cuenta corriente del actor y para, en definitiva, rechazarla.
Duodécimo. Que este comportamiento conculca el derecho constitucional del
recurrente previsto en el artículo 19 numeral 4 de la Constitución Política de la República,
al afectar su honra, toda vez que es evidente que la inclusión de una deuda en un registro
de morosidades desacredita la fama de una persona cuando le imposibilita la obtención
de un producto financiero por considerarla insolvente, cuando legalmente no lo es, por lo
que el recurso de protección debe ser acogido.”
En este caso, motivado por el rechazo del Banco Estado a otorgar una cuenta
corriente al utilizar un dato económico de vigencia dudosa, se ve claramente la opinión de
la Corte Suprema respecto al almacenamiento y utilización de un dato económico, que
denomina como “dudoso”, para calificar a un cliente.
PRIMER OTROSÍ: Sírvase Us. Iltma. Tener por acompañados los siguientes documentos:
TERCER OTROSÍ: Sírvase SS. Iltma., tener presente que designo como abogado
patrocinante y apoderado, con las facultades que expresa el artículo 7 inciso primero del
Código Procedimiento Civil, al abogado habilitado para el ejercicio de la profesión don
Mario Espinosa Valderrama domiciliado para estos efectos en Calle Baquedano N° 50,
Oficina 804, Antofagasta.