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El documento define e identifica las diferencias entre indicios y presunciones desde una perspectiva legal. Explica que las presunciones son conclusiones que la ley o el juez sacan de un hecho conocido para establecer uno desconocido, mientras que los indicios son hechos que permiten inferir otro desconocido. También clasifica las presunciones legales en absolutas e iuris et de iure y relativas e iuris tantum, y explica cómo estas cumplen funciones sustanciales, probatorias y de seguridad jurídica.
El documento define e identifica las diferencias entre indicios y presunciones desde una perspectiva legal. Explica que las presunciones son conclusiones que la ley o el juez sacan de un hecho conocido para establecer uno desconocido, mientras que los indicios son hechos que permiten inferir otro desconocido. También clasifica las presunciones legales en absolutas e iuris et de iure y relativas e iuris tantum, y explica cómo estas cumplen funciones sustanciales, probatorias y de seguridad jurídica.
El documento define e identifica las diferencias entre indicios y presunciones desde una perspectiva legal. Explica que las presunciones son conclusiones que la ley o el juez sacan de un hecho conocido para establecer uno desconocido, mientras que los indicios son hechos que permiten inferir otro desconocido. También clasifica las presunciones legales en absolutas e iuris et de iure y relativas e iuris tantum, y explica cómo estas cumplen funciones sustanciales, probatorias y de seguridad jurídica.
“La presunción es una operación lógica mediante la cual, partiendo de un hecho
conocido, se llega a la aceptación como existente de otro desconocido o incierto: la presunción sentada por vía legal o por el raciocinio judicial, es el resultado de la aplicación de las máximas que el legislador o el juez deducen de su propia experiencia. En el lenguaje corriente, presunción no significa simplemente opinión no dotada de aquel grado de seguridad que proviene de la percepción o de la representación del hecho; en este aspecto, existe una antítesis entre presunción y certeza” (Piña y Castillo, 1974) En el derecho venezolano, la presunción queda expuesta en el artículo 1394 del Código Civil de 1982, donde se define de una forma bastante sencilla que las presunciones “son las consecuencias que la ley o el juez sacan de un hecho conocido para establecer uno desconocido”. Es importante considerar que la presunción por sí sola no aporta información relevante o novedosa al proceso adicionalmente, no obstante, en virtud del material informativo o recabado, se llegan a extraer nuevas implicaciones que puede ser realmente novedosas e importante para la causa. La presunción se clasifica de manera simple en legales, que son las que están establecidas en las leyes y se subdividen en absolutas (iuris et de iure) y las relativas (iuris tantum), destacando que la primera no admite prueba en contrario y la segunda sí; y las presunciones humanas que don formuladas por el juez y se fundamentan en hechos probados en el juicio de la causa. Otra forma de establecer una clasificación de las presunciones es la aportada por Bello y Bello citados por Villalobos, L (2006)
1. Por razón del sujeto:
a. Las creadas por el legislador (Presunciones iuris o legales)
b. Las formadas por el juez (presunciones de hecho u hominis).
2. Atendiendo a su contenido las presunciones legales pueden ser:
a. Iuris et de iure b. Iuris tantum.
3. En razón de su función:
a. Como medio de prueba con la finalidad de averiguar la verdad en
presunciones judiciales. b. Como desplazamiento de la carga de la prueba en presunciones legales y iuris tantum, y c. Como exclusión de la prueba en presunciones iuris et de iure.
Es de hacer notar que las presunciones legales son necesariamente de derecho, es
decir que no pueden existir sin norma que las consagre, por lo que no pueden ser obra de la costumbre o de la jurisprudencia; cumpliendo una función sustancial y extraprocesal, además de indirectamente probatoria, ya que puede darle seguridad a ciertas situaciones de orden social, político, patrimonial y familiar.
Así mismo, es importante hacer notar que la admisibilidad de las presunciones
legales resulta realmente inútil dado que ellas constituyen mandatos legales que el juez está en la obligación de observar y tomar en cuenta. Para que pueda ser invocada la presunción, la ley establece tres condiciones específicas: identidad de la cosa demandada, de causas y de partes.
Es necesario en ésta parte, dar a conocer otra definición importante como lo es el
de Indicios que no es otra cosa que cualquier hecho conocido del cual se infiere por sí solo o con otro, la existencia de otro desconocido mediante una operación lógica basada en normas de experiencia o en principios científicos o técnicos especiales, y establecer de manera adecuada las diferencias que existen entre este y las presunciones ya estudiadas; la diferencia conceptual entre indicios y presunciones. A pesar de haberse logrado conceptos específicos de cada término desde el punto de vista legal, es de hacer notar que son pocos los estudiosos que han logrado marcar diferencias significativas entre un elemento y otro, quedando por ejemplo la idea de que su principal discrepancia está en el punto de vista en relación con el mismo objeto, es decir que el indicio expresa la cosa que sirve de signo y la presunción es la relación lógica, quedando este último reservado para los casos en que existe dispensa de pruebas. Dicho de otra manera, la presunción es una inducción que se puede producir gracias a los indicios encontrados, ya que estos últimos por sí mismo no acreditan completamente una circunstancia, pero pueden apuntar de manera clara y lógica la dirección que debe seguirse, tratando de alcanzar la convicción; en el Código Civil se le da categoría de medio probatorio a los indicios, siendo que su gran mérito es en materia penal. Por otra parte, es importante mencionar que las presunciones no tiene un trámite procesal, por lo que no están sujetas a las actividades formales de una prueba, como lo son la promoción, evacuación y apreciación, siendo ella misma por si sola un razonamiento que hace al juzgador tomar como base el hecho probado que existe en el juicio. La jurisprudencia venezolana en relación con la apreciación de las presunciones la establece de manera reiterada, indicando además que el sujeto favorecido por la presunción, no requiere probarla, lo que amerita es demostrar el hecho de base. En cuanto a los indicios y su apreciación, está contemplada en el Código de Procedimiento Civil venezolano, que en su artículo 510 refiere que “Los jueces apreciarán los indicios que resulten de autos en su conjunto, teniendo en consideración su gravedad, concordancia y convergencia entre sí, y en relación con las demás pruebas de auto”. Por lo que se puede afirmar que la apreciación de los indicios es el examen crítico que hace el juez de los hechos indicadores que constan en el proceso. Siguiendo este mismo orden de ideas, cabe mencionar los efectos de las presunciones, los cuales se reducen esencialmente a su aptitud para servir como medio de prueba dentro del proceso, no representando el papel de una prueba privilegiada, pero tampoco siendo una prueba inferior o de segunda categoría, por lo que su fuerza probatoria no puede ser eliminada por otros medios de prueba. El efecto de toda presunción legal debe ser dispensar a aquel a favor de quien se establece de la obligación de suministrar la prueba de su derecho. Entre los requisitos que deben existir para la presunción, se pueden mencionar tres: la premisa mayor, fundada en la experiencia o en el sentido común; la premisa menor, que consiste en la comprobación de un hecho y las conclusiones, que son sacadas de la referencia de la premisa menor y mayor. Por otra parte, en lo referente al procedimiento probatorio de la presunción, este realmente no existe, pero sí puede hablarse de un procedimiento lógico, el cual es formado por la operación mental o raciocinio del juzgador, quien adquiere la estructura de un silogismo que, partiendo de ciertos acontecimientos sean positivos o negativos, deduce el que se quiere conocer, es decir el dato procesal o probar. En otro orden de ideas, debe tratarse el tema de las pruebas, las cuales son la acción y efectos de probar y demostrar de algún modo la certeza de un hecho o la verdad de una afirmación. Desde el punto de vista jurídico, la prueba es utilizada para convencer principalmente a los jueces, así como también a los funcionarios de policía o administrativos o a particulares. Igualmente, son objetos de prueba judicial las realidades susceptibles de ser probadas, sin relación con ningún proceso particular, siendo una noción objetiva y abstracta; en todo juicio deben probarse las afirmaciones o hechos, con respecto a la realidad factual, es decir, de los hechos de los cuales depende o emana el derecho que se discute y que afecta la decisión final del juez. Debido a lo anterior existe una serie de hechos que pueden ser probados en el proceso, entre los cuales se encuentran: los hechos trascendentales, los hechos controvertidos, todo lo que puede representar una conducta humana, hechos de la naturaleza, cosas u objetos materiales, la persona humana y los estados o hechos psíquicos o internos del hombre. Es por ello, que se hace necesario también contar con otras aptitudes por parte del Juez, entre las que se encuentra la regla de la experiencia, o máximas de experiencias, entendiéndose estas como las definiciones o juicios hipotéticos de contenido general, desligados de los hechos concretos que se han de juzgar en el proceso, procedentes de la experiencia, sean, tomadas de las distintas ramas de la ciencia o simples observaciones de la vida diaria pero independientes de los casos particulares de cuya observación se han inducido y que, por encima de esos casos, pretenden tener validez para otros nuevos. (Núñez, 2016:35) Por lo que se puede inferir que las máximas de experiencia constituyen un conjunto de conocimientos adquiridos por los jueces a lo largo de sus carreras,, algo que va adquiriendo con el paso de los años y la práctica cotidiana periódica de la administración de justicia. La valoración de la prueba judicial recae fundamentalmente en el juez, ya que las partes o sus apoderados (en caso de que hubiere) aportan los medios de prueba para ser valoradas por el juzgador, es así, que el destinatario de la prueba es sin lugar a duda el juez; es esta quizás la función más importante del proceso, puesto que sobre esa base es tomada la decisión judicial definitiva. Es a través del sistema de prueba legal, que el legislador establece cuáles son los medios probatorios que se producirán en el proceso, como queda definido en el Código de Procedimiento Civil, siendo además un sistema rígido, que le da al Juez atribuciones de simple aplicador de la ley, ya que cada prueba deber ser medida y tasada según el legislador. El sistema de la sana crítica por otra parte, proviene de la Ley Española de Enjuiciamiento Civil de 1855, conocido también como sistema de la libre convicción, no está regido por la ley, ya que no se indican reglas claras para su apreciación, ni la jurisprudencia ni la doctrina lo ha podido definir con precisión, no obstante muchos afirman que las reglas de la sana crítica, son reglas del correcto entendimiento humano, contingentes y variables con relación a la experiencia del tiempo y del lugar, pero estables y permanentes en cuanto a los principios lógicos que deben apoyar a la sentencia. Ahora bien, los medios de prueba que pretenden hacer valer las partes, en ocasiones tienen apariencia de legalidad y pertinencia, por lo que una oposición no conduciría a nada, aun cuando no son realmente legales o pertinentes por no ser ilegítimos, inexactos o falsos, es por ello que se crea otra alternativa, conocida por impugnación, lo que ayudará a despojarlo de esa apariencia de legalidad, abarcando no solo los requisitos de admisibilidad, sino además la credibilidad u otro a que hubiere lugar. Las pruebas de informes pueden caracterizarse como el medio utilizado para darle soporte al proceso, es decir, consiste en datos concretos acerca de actos o hechos resultantes de la documentación, archivos o registros contables, de terceros o de las partes involucradas en un proceso de causa, siempre y cuando dichos datos no provengan del conocimiento personal de aquellos. En lo referente a la prueba fotográfica, estos son medios probatorios propios, previstos en el artículo 395 del Código de Procedimiento Civil, indicando que es un medio mediante el cual se pueden captar los hechos y trasladarlos a los efectos probatorios, así mismo, debe contar con los siguientes requisitos: conexidad con los hechos controvertidos; pertinencia, según lo expresado en los artísculos 397, 398 y 506 del Código de procedimiento Civil; controlabilidad, es decir, el juez debe tener acceso así como la parte no promovente al negativo y a las condiciones técnicas de la reproducción; legalidad, lo que significa que no debe estar prohibido por ninguna norma legal. Y para valorar la prueba fotográfica el juez aplicará las reglas de la sana crítica. Debe indicarse además, que no escapa de la posibilidad de ser alterado en su forma y contenido. Finalmente, cabe referir que los procedimientos especiales se caracterizan por la supresión de una o varias de las fases del proceso, de igual manera, por establecer modalidad en cuanto a su desarrollo. REFERENCIAS
De Piña, R y Castillo, J (1974). Instituciones de Derechos Procesal Civil. 10ª
Edición. Editorial Porrúa, S.A. Villalobos, L (2006) Las presunciones como medios probatorios. Trabajo de Grado No Publicado para Optar al Título de Doctora en Derecho de la Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela.