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GOYENA virtual | TSyE| Clase 2

Material de Clase

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 Comprender el rol de la educación en la formación de la democracia como forma de vida
 Caracterizar a la educación inclusiva.
 Reconocer las políticas educativas contextualizas.
 Reconocer las características de los diferentes tipos de estado en la argentina y su política
educacional en contexto.
 Revalorizar la escuela pública como espacio de formación para la democracia y la inclusión.

Procesos de Inclusión y exclusión social. El discurso de la diferencia y la posibilidad de


construcción de la escuela como espacio democrático.

Objetivos y Contenidos | O C

2
Introducción:

Luego del apogeo del estado neoliberal, una gran crisis en todos los órdenes recae en
la Argentina. La escuela, como el resto de las instituciones, se reacomodó planteando
políticas educativas que tuvieran que ver con la inclusión de las clases vulnerables,
dando lugar a una nueva escuela que tuviera como pilares los valores de la
democracia.

Desarrollo:

En Diciembre de 2001, la Argentina sufre un brutal desplome de la economía, el


descreimiento de la política y el hundimiento moral de las instituciones, dejando como
saldo una enorme brecha de desigualdad social y gran cantidad de personas en
situación de vulnerabilidad que cayeron en la pobreza y la marginalidad.

Cinco presidentes en una semana, la asunción de Eduardo Duhalde en enero de 2002


como presidente interino hasta las próximas elecciones, la crisis global que asechaba a
la población, la pérdida de confianza en el liderazgo político y un Estado que parecía
impotente para sostener el bien común, abrieron un espacio de asistencialismo que
solo pudo ocupar la escuela. El “que se vayan todos” y “las cacerolas vacías”,
encontraron en la escuela una institución fuerte que pudo sostenerse más allá de la
presencia del estado y gracias a la labor de sus actores.

Si el sistema educativo se mantuvo en funcionamiento, mostrando a la escuela como


referencia casi única de un Estado que estaba prácticamente en disolución, fue gracias
al compromiso de quienes consideraron que, aun en el peor de los momentos, educar a
los niños y jóvenes era el único camino que valía la pena transitar. (…)Durante el año
2002 resultó indispensable ocuparse básicamente de garantizar la apertura de las
escuelas, pagar los salarios y resolver las actividades administrativas cotidianas. En la
medida en que se avanzó en la gobernabilidad del sistema, se fueron introduciendo
algunos cambios necesarios e imprescindibles. La crisis dificultaba enormemente la

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posibilidad de pensar y planificar el sistema porque la incertidumbre sobre el futuro
más inmediato era un condicionante casi absoluto de la imposibilidad de prever las
acciones propuestas. Sin embargo, existía la certeza de que la única forma en que el
sistema educativo podría contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de la
población era realizando los cambios necesarios que permitieran atender
adecuadamente aquello que la sociedad demandaba, articulando con las posibilidades
políticas. En este aspecto, la crisis constituyó una oportunidad única para revisar sin
atenuantes la historia y el funcionamiento del sistema, construir diagnósticos precisos y
encarar las reformas necesarias. Aun en medio de la incertidumbre, se inició una etapa
de planificación de la política educativa provincial con proyección nacional. Los desafíos
que se presentaron fueron múltiples y de una máxima complejidad” (Lauria, Daniel -
Oporto, Mario, 2017 pág. 11)

La escuela se transformó en el lugar de


encuentro donde aquellos niños y niñas
que llegaban sin comer, pudieran
alimentarse, las y los que no tenían
vestimentas pudieran conseguirla, las y
los que no tenía contención, pudieran encontrarla en la única institución que estaba de
pie. Los comedores escolares y la gran demanda de acceso a las escuelas de gestión
estatal fueron el icono de este período.

Según Daniel García Delgado (2006: 305): Un punto clave para fortalecer la
gobernabilidad democrática es, entonces, la recuperación de la capacidad decisional y
operativa del Estado; si dicha capacidad no es reconstruida, las decisiones son tomadas
finalmente por los poderes fácticos e impuestas de modo explícito o subrepticio a la
comunidad. El segundo punto es generar expectativas favorables en la población, que
el futuro será mejor, que habrá oportunidades para todos y que no se recurrirá a viejos
instrumentos para repetir similares resultados. Porque, en la medida [en] que se
tienda a reproducir el modelo de concentración, también habrá de agudizarse la

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distancia representantes-representados, la pérdida de credibilidad en las instituciones
y las condiciones subjetivas de la ingobernabilidad: cultura del temor, alta
incertidumbre e inseguridad”. La recuperación de la confianza en el poder del Estado,
fue el pilar de la política sobre el que trabajó el nuevo gobierno que asumió en Mayo
de 2003 con Néstor Kirchner como presidente.

Este reposicionamiento del estado, implica también un reposicionamiento de las


políticas educativas, donde el concepto “inclusión” ha cobrado protagonismo en el
campo educativo. Se ha recurrido a él en la última década como objetivo de las
políticas educativas.

Política educacional 2003 – 2015


“Inclusió n y mejores aprendizajes
para la igualdad educativa”

La labor legislativa del FPV (que dio lugar a la sanción de un conjunto de leyes que
modificaron sustantivamente el encuadre normativo de la educación argentina), los
principales programas a través de los cuales tomó forma la iniciativa política del
Ministerio de Educación, y –finalmente– la cuestión del financiamiento de la
educación, un aspecto relevante del problema educativo que ha sido objeto de una
atención novedosa en el período bajo análisis fueron los pilares sobre los que el nuevo
estado orientó las acciones en materia educativa.

5
Hay que recordar que en un país federal como el nuestro (aun con el federalismo frágil
de su sistema educativo), los gobiernos locales tienen iniciativa propia en educación
(ley de transferencia educativa). Por este motivo, los modos en que se configura la
política educativa en la escala local son variados, como también los modos en que la
ciudadanía puede visualizar la política educativa y quedar concernida por ella.

A nivel nacional, las principales leyes promulgadas fueron las siguientes:

 Ley de Garantía del salario docente y 180 días de clase N.


25.864/2003;
 Ley de Fondo Nacional de Incentivo Docente N. 25.919/2004;
 Ley de Educación Técnico Profesional N26.058/2005,
 Ley de protección Integral de los Derechos de las Niñas y Niños y
adolescentes N 26.061/2005;
 Ley de Financiamiento Educativo N.26.075/2005;
 Ley de Educación Nacional N. 26.206/2006.
 Ley de Educación Sexual Integral N. 26.150/2006;

Es momento de escuchar las palabras de Daniel Filmus1, quién fue ministro de


Educación, Ciencia y Tecnología de Argentina durante la presidencia de Néstor
Kirchner, analizando el contexto y la promulgación de las leyes educativas, en el
programa Caminos de Tiza.

Parte 1: https://www.youtube.com/watch?v=k5hVQQdEReY&t=126s

Parte 2: https://www.youtube.com/watch?v=DkapF-a97u4

1
es sociólogo, educador y político argentino. Desde el 20 de septiembre de 2021 es el Ministro de Ciencia, Tecnología
e Innovación de la Nación Argentina.

6
Ley nacional de educació n - 26206

“Es importante recordar que la sola sanción de leyes no modifica la educación. Son las

políticas de gobierno del sistema y las prácticas educativas de las instituciones y

actores concernidos las que modifican la educación. Ni las políticas ni las prácticas se

modifican como espejo de la normativa. Las leyes crean condiciones para que algo

suceda y, en el caso del gobierno del FPV, contribuyeron además a instalar una mirada

pública sobre la educación como derecho y sobre la responsabilidad principal del

Estado en su desarrollo que debe ser reconocida como un aporte significativo a la

mejora de la situación educativa” (Terigi, 2016, pág. 11).

Programas como “Conectar igualdad” fueron claves para el desarrollo de las políticas

que ponían a la inclusión como pilar fundamental de gestión educativa. Ello no implica

solamente, el incremento de la matrícula en todos los niveles, sino también brindar las

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condiciones de calidad para que “todos” no solo entren al sistema, sino que realicen

una trayectoria adecuada a sus capacidades y potencialidades y egrese en condiciones

que permitan desenvolverse ya sea en el ámbito educativo o del trabajo (algo que

veremos más adelante) . “Educación para todos de calidad”

Vamos a recurrir la lectura del material bibliográfico de Juan Carlos Tedesco2,


Conclusiones. Política educativa: justicia social y responsabilidad por los resultados para
profundizar la mirada y el análisis de la educación en este co texto.

https://drive.google.com/file/d/1eFH0XcaSlSgbb4iRmJkFxR9GQr2Mx22N/view?
usp=sharing

La escuela como espacio democrá tico

Ahora bien… el fortalecimiento de la educación inclusiva refuerza la idea de la educación como


práctica democrática. Entendemos por democracia “Sistema
político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho
del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes”. No
tenemos dudas que es el mejor régimen político para
gobernar que existe hasta el momento, pero ¿es solo eso?
¿es tan solo una forma de gobierno? ¿se pusieron a pensar
si la escuela influye en esa formación? ¿Es la escuela un
ámbito democrático? ¿Cómo se fortalece el ejercicio de la
democracia?

2
(1944 – 2017) fue un educador y pedagogo argentino, que se desempeñó como Ministro de Educación
de Argentina.

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“La enseñanza debe ser por la acción. La educación es la vida; la escuela es la
sociedad”. (Dewey3, 1916)

La escuela es el socializador secundario por excelencia (ampliaremos y


profundizaremos en la próxima clase este concepto). Junto con la familia, la escuela se
encarga de la formación de los niños, preparándolos para “desenvolverse en el mundo
social” (tengamos en cuenta que, desde la concepción de niñez actual, el niño se
desenvuelve como niño en su ámbito social, por lo cual “no se lo prepara para…” sino
que lo hace en momento, desde su lugar de niño). Por eso, debemos comprender que,
para hacer democracia, se necesita practicar la democracia y la escuela se transforma

en el mejor lugar para aprender haciendo.

John Dewey4 definía la educación como un instrumento de transformación social y un


método fundamental del progreso donde el maestro al enseñar no solo educa
individuos, sino que contribuye a formar una vida social justa. Así pues, las críticas que
hace a la escuela tradicional dieron lugar a la propuesta de una nueva forma de hacer,
de un nuevo método que se fundamentó en la experiencia y en la acción y cuya
finalidad estuvo encaminada a la formación de ciudadanos aptos para la vida en
democracia.

Consideraba que la educación es un proceso inacabado y las actividades son los


elementos centrales de aprendizaje escolar. Puesto que el aprendizaje es una función
social, aparece siempre ligada a los objetivos de la propia sociedad, ya que los
contenidos que se imparten, son validados por y para el sostenimiento de la cultura.
En consecuencia, la educación en sí misma es una forma de acción política cuya mayor
o menor legitimación dependerá del partido que tome por un determinado orden
social. (Dewey, 1916)

La democracia se transforma en una forma de vida y no sólo en un


régimen de gobierno, ya que es un proceso de liberación y de inteligencia

3
(1859 - 1952) fue un pedagogo, psicólogo y filósofo estadounidense
4
(1859 – 1952) fue un pedagogo, psicólogo y filósofo estadounidense

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en donde los sujetos participan activamente. La construcción de la
democracia sólo puede lograrse desde la educación, por tanto, es
necesario que los sistemas educativos sean democráticos. Para que la
educación pueda formar demócratas y ser crítica ante la sociedad, la
praxis educadora habrá de fundarse en la razón y los métodos científicos.

En este punto es donde política y educación funden su identidad, consistente en dotar


de dirección racional a los asuntos sociales. Esta teoría del conocimiento justifica para
Dewey tanto la política democrática como la educación de la cual depende esa política.
Aunque la vida y la educación no pueden darse una sin la otra, la educación abonada a
la casualidad sólo consigue consolidar las relaciones de clase existentes y reproducir
los intereses sociales dominantes. Por ello esa educación “funcional” debe ser
complementada por otra educación “intencional” en que la competencia educativa se
delega en las escuelas. Estas instituciones serán las únicas capaces de asegurar los
intereses democráticos, es decir, programar procesos experienciales continuados que
posibiliten la formación en el seno de las comunidades sociales.

La educación para la democracia requiere que la escuela se constituya como “un

lugar de vida para el niño en el que éste sea un miembro de la sociedad,


tenga conciencia de su pertenencia y a la que contribuya” (Dewey, 1916).

Toda sociedad democrática considera que la escuela es la principal institución para el


aprendizaje de la convivencia en común en un entorno pluralista y de mutuo respeto
(Feito, 2009). La escuela favorece el contacto de toda la comunidad educativa
(familias, niños y educadores) con el otro, quien es diferente a nosotros, donde se
genera una experiencia comunicada conjuntamente. Entendemos la democracia como
un sistema de vida que se puede practicar en todas las edades y en todos los ámbitos
en los que intervienen las personas, un medio posibilitador de igualdad y de
participación, lo que implica desarrollar en la ciudadanía la modestia de reconocer que
la pluralidad de pensamientos, opiniones, convicciones y visiones del mundo es
enriquecedora.

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∞ La democracia se aprende, por tanto, participándola y viviéndola . Las
escuelas democráticas, como la democracia misma, no se producen por causalidad; se
derivan de intentos explícitos de los educadores de poner en vigor las disposiciones y
oportunidades que darán vida a la democracia.

El educador democrático no puede negarse el deber de reforzar, en su


práctica docente, la capacidad crítica del educando, su curiosidad, su
insumisión.

(Freire, 2004)

La democracia en la escuela implica una consideración de la infancia como competente


y capaz, concretada en el presente (en su presente, el niño haciendo cosas de niño), en
posibilitar el desarrollo de sus derechos y en crear espacios de vida (en nuestro caso la
escuela) en los que pueda participar. En las escuelas se construyen las identidades, la
participación, la experiencia y el significado. Así, la identidad se fundamenta en la
forma en cómo la infancia elabora su propia identidad en consonancia con el otro
cuando comparten acciones.

Los invito a ver el siguiente video realizado por Flacso5 “La batidora. Radio en la
escuela”6 https://www.youtube.com/watch?v=iy58IQLDyPM

Si bien estamos de acuerdo que las prácticas democráticas deben ser parte del
cotidiano de la vida en las aulas, cuando se habla de la educación en América Latina, y
en general en nuestro país, predomina una actitud escandalizada ante la condición de
precariedad laboral de los docentes y de la infraestructura escolar o ante los pobres
resultados en las pruebas anuales de rendimiento. Queriéndolo o no, esta actitud le
atribuye a la educación una misión redentora: supone que la raíz de los males sociales
5
Facultad latinoamericana sede Argentina
6
La Batidora es un documental que recorre las experiencias de una radio en una escuela del conurbano
bonaerense. La inercia escolar se ve interrumpida por la energía juvenil que deja ver sensibilidades, inquietudes y
tensiones que con frecuencia son opacadas por el desencanto de los adultos y el peso de símbolos desvencijados.

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reside en la crisis educativa, y que revertir esa crisis permitiría arribar a una sociedad
equitativa.

Suele escucharse, “en la escuela no aprenden nada”, “los jóvenes no tienen valores”,
“la escuela de antes era mejor que la de ahora” y tantas cosas más que se instalan,
muchas veces desde los medios de comunicación y desde el adultocentrismo 7 que
dejan a la formación que se brinda en la escuela y a sus actores como incompetentes
frente a los cambios sociales o exigencias desde el mundo laboral.

Un sistema educativo que festeja que haya más niños en las escuelas, construyendo su
futuro, su identidad a través de prácticas democráticas, otorgándole sentido a sus
experiencias, revalorizando al docente como un intelectual transformador y como
partícipe necesario para lograr la calidad y la inclusión es lo que se busca con la
participación activa del estado. Un estado que se sustenta en la igualdad disminuyendo
la desigualdad, respetando la diversidad es la responsabilidad que tiene y es, sin lugar
a dudas, en la cual todos queremos participar.

Ines Dussel y Myriam Southwell nos invitan a reflexionar sobre “La buena escuela”
¿Tendrá que ver con la formación democrática?

https://drive.google.com/file/d/1cPtvW465NCU8cP3hPSQtDPtAhMAD30xV/view?
usp=sharing

A modo de cierre:

No quedan dudas que la democracia es un sistema de vida que se puede practicar en


todas las edades y todos los ámbitos en los que intervenimos, ya que sus pilares de
7
Hace referencia a la existencia de un tipo de hegemonía, una relación social asimétrica entre las personas adultas,
que ostentan el poder y son el modelo de referencia para la visión del mundo, y otras personas, generalmente
niños, adolescentes y jóvenes.

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igualdad y libertad nos atraviesan. Es el contexto escolar, donde la esperanza de la
participación y la promoción de valores democráticos es posible y en la cual, todos los
actores aprendan y construyan haciendo. Una escuela inclusiva que cuide y proteja las
trayectorias educativas será posible si el estado cumple su función de garante de este
derecho social.

Recursos bibliográficos y multimediales

Son Textos de lectura obligatoria para la clase 2:

 Tedesco, Juan Carlos (2015). Conclusiones. Política educativa: justicia social y


responsabilidad por los resultados. En La educación argentina hoy. La urgencia del
largo plazo. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.
https://drive.google.com/file/d/1eFH0XcaSlSgbb4iRmJkFxR9GQr2Mx22N/view?
usp=sharing

 Dussel Ines y Southwell Myriam (2005) “¿Qué es una buena escuela?” En El


monitor de la educación. N° 5. Revista del Ministerio de Educación, Ciencia y
Tecnología de la Nación.

https://drive.google.com/file/d/1cPtvW465NCU8cP3hPSQtDPtAhMAD30xV/view?
usp=sharing

 Flacso “La batidora. Radio en la escuela” https://www.youtube.com/watch?


v=iy58IQLDyPM

 Daniel Filmus - Caminos de Tiza.


 Parte 1: https://www.youtube.com/watch?v=k5hVQQdEReY&t=126s
 Parte 2: https://www.youtube.com/watch?v=DkapF-a97u4

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Actividades de la Clase

FORO DE DEBATE

REGLAS DE PARTICIPACIÓN:

 La participación en este foro es obligatoria. Participar y leer los aportes de tus


compañeros, permitirá que puedas apropiarte mejor, tanto del sistema, como
del contenido. Además, me permite observa tu proceso de aprendizaje y
acompañarte en el mismo.

 Cada aporte deberá contener una reflexión fundada sobre la consigna


propuesta. Dicha fundamentación tiene que tener una vinculación directa con
los conceptos teóricos desarrollados en la sesión.

 Sentite libre de responder de la manera que desees. Puede ser con una imagen,
un ejemplo, simplemente una reflexión.

CONSIGNAS:

 A partir del video “La batidora”, reflexiona:


1. ¿La práctica realizada en esa escuela es una práctica democrática?
Justifica tu respuesta
2. ¿Crees que pensar un proyecto de este estilo, fortalece la inclusión o
por el contrario, es un acto de exclusión?
3. ¿Vivenciaste alguna vez, siendo educando o educador, un proyecto
donde se fomente las prácticas democráticas e inclusivas?

¡Nos encontramos allí!

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¡Esta actividad debe realizarse en el Foro creado en la plataforma a tal
efecto

Bibliografía citada en esta clase:

 Lauria, Daniel - Oporto, Mario (2017) “La política educativa en la Provincia de


Buenos Aires, 2001-2005: de la crisis a la gobernabilidad” en Política
educativa. Buenos Aires: Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales
(CLACSO)
 García Delgado, Daniel (2006) “Hacia un modelo sustentable e inclusivo”, en
Neffa, Julio y Cordone, Héctor, Escenarios de salida de crisis y estrategias
alternativas de desarrollo para Argentina. Materiales para la discusión
resultantes del seminario-taller del 26, 27 y 28 de septiembre de 2005.
Buenos Aires, CEIL-PIETTE-CONICET, pp. 301-311
 Dewey, J. (1916). Democracia y Educación. Una introducción a la filosofía de
la educación. Madrid: Ediciones Morata
 Terigi Flavia (2016) “Políticas públicas en Educación tras doce años de
gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández” en Fundación Friedrich-
Ebert-Stiftung en Argentina. Análisis - Número 16
 Feito, R. (2009). Escuelas democráticas. Revista de la Asociación de
Sociología de la Educación, 2

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