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https://fundacionlatinoamericanadecoaching.wordpress.com/2009/07/21/que-es-el-coaching-
y-su-influencia-en-la-educacion/
Miembro Consultor REDEM – Ambassador Red Connect para Chile Universidad de Naciones
Unidas – Agente Académico para chile de ESEUNE y Universidad de Valencia. Director de la
Fundacion Latinoamericana para la Calidad – FLC Chile. Director de Extensión IPLA Chile.
Qué es el coaching
La herramienta principal del coach son las preguntas poderosas (que en educación
llamaríamos “peguntas generadoras”) que formula al cliente para que éste descubra sus
posibilidades y realice acciones de cambio que le acerquen a sus metas (“tengo mas
preguntas….que respuestas”, afirmaria Dr. Chileno fallecido Francisco Varela Ph. D. U de
Harvard).
El coach no dice qué hacer, no receta fórmulas ni soluciona problemas; sólo hace preguntas.
Con estas preguntas, el coach, 1) muestra el camino en el que el alumno se halla; 2) ayuda a
descubrir las opciones posibles y a tomar una nueva dirección; 3) ayuda a persistir en el
cambio.
El coaching es, pues, una metodología educativa (La famosa Cuestion Docente)para el cambio
y el coach un facilitador de procesos de cambio en las personas. Y como en cualquier otro
enfoque moderno de facilitación, el coach se abstiene de opinar, dar respuestas o proponer
soluciones. Es la persona la que decide el camino a seguir, al igual que en un proceso de
trabajo en grupos tradicional, es el grupo mismo el que define sus conclusiones. El coach es tan
solo un facilitador pedagógico del proceso de cambio. Pero a diferencia de los procesos de
facilitación de trabajo en grupos ya conocidos, el coaching se enfoca claramente en los
individuos (aún si es un coaching ontologico), en su potencial, en sus sueños y metas.
Un reputado autor, en este campo, lo define como “el método para mejorar el rendimiento de
las personas”.
¿Por qué acudir a un proceso de coaching? La respuesta es cautivante: “El coaching es un
juego de apuestas altas: nada menos que la felicidad (pedagogia de la Felicidad / Amor). La
gente acude al coaching porque quiere ser feliz o más feliz”.
Pero no es una terapia, como suele confundirse, en donde un psicólogo profesional analiza a
un paciente; ni es un proceso de tutoría, en donde alguien “mejor” que uno le orienta por el
camino a seguir.
Se dice que el proceso de coaching está soportado en tres ideas básicas, como las tres patas de
un taburete: objetivos, valores y creencias.
Una gama de herramientas simples pero efectivas ayudan a llevar al alumno a través de un
proceso de introspección, mediante el cual descubrirá los valores y creencias que están detrás
de sus objetivos. La rueda de la vida, la rueda de valores, las metas increíblemente poderosas,
entre otras, son los utensilios típicos de un coach experimentado.
Hay diferentes clases de coaching; en el coaching personal, el coach se ocupa de la vida de sus
alumnos en todas sus dimensiones (privada, profesional, sentimental, salud, etc.); el coaching
ejecutivo se aplica en personas con poder y liderazgo dentro de una organización. El coaching
empresarial se ocupa de personas en ambientes profesionales y de trabajo; y el coaching
deportivo (tal vez el más conocido popularmente y en donde se originó el concepto) atiende
atletas que desean mejorar su desempeño. Y existe el coaching educativo, que nos interesa
examinar aquí.
Liderazgo educacional
Y es desde este enfoque hacia el liderazgo en donde podemos encontrar un punto de llegada
nutritivo para el coaching. Con métodos de coaching podemos construir liderazgos
educacionales como los que proponen diversos Coaching Experimentados.
A menudo en el centro educativo no existen muchos profesionales a los que se pueda recurrir
en demanda de ayuda. La mayoría de las ocasiones, los alumnos no poseen una gran
interacción con el equipo docente, el equipo docente no la tiene, a su vez, con los padres y
estos buscan desaforadamente la implicación de sus hijos en el Proyecto Educativo del Centro
(PEI). El coaching educativo pretende descubrir el talento de los seres humanos implicados en
dicho proyecto para así mejorar y optimizar su desarrollo personal y profesional, futuro. De tal
modo, un proceso de coaching aplicado a la escuela tendría la siguiente estructura:
Claramente, el enfoque de coaching se acopla muy bien con los modelos educativos
constructivistas, basados en la acción propia del educando y en el autodescubrimiento.
Una idea esencial en la educación, en donde el docente puede ser más un facilitador o coach,
que un enseñante o experto, como en el modelo tradicional. La tutoría tradicional, por
ejemplo la que se utiliza en la educación superior, o la tutoría del eLearning, puede
reinventarse bajo el enfoque de coaching, para que el tutor juegue un papel más relevante y
efectivo del que suele jugar en modelos convencionales.
Son muchas las posibilidades y variantes que ofrece el método del coaching cuando se aplica a
la educación, y puede conectarse fácilmente con ideas pedagógicas modernas, muy en boga en
la educación latinoamericana.
HABLEMOS DE COACHING Y SU IMPLICANCIA FUNDAMENTAL EN LA EDUCACION o RE-
EDUCACION.
Chiavenato (2004), al tratar el Coaching como estrategia esencial para la cuestión del talento
humano, señala la labor actual del coach, en un mundo moderno en constante cambio, como
una tarea clave y conectiva entre las demandas organizacionales y las responsabilidades
formativas y educativas. Según este leído autor, existen hoy en las organizaciones necesidades
que la excelencia educativa debe satisfacer desde sus propios contextos. Como decía Senge
(1986), las organizaciones que aprenden logran mejores resultados pero deben imprimir una
nueva cultura de cambio y así mismo una nueva gestión. Ello pasa por efectivizar y actualizar
varios procesos de transformación, entre ellos el coaching como herramienta.
Desde la escuela puede concretizarse este propósito preparando a niños y jóvenes a una mejor
calidad de vida y bienestar psicológico. El coaching puede ser una estrategia útil para favorecer
desde la tutoría y orientación, satisfacción en cuatro ámbitos, en los que los educandos
pueden experimentar el saber ser, saber hacer, saber conocer y saber convivir con otros (“La
famosa Cuestion Docente”, segun mi propia perspectiva o llamada Educacion de por vida).
Estas necesidades del tutor-docente como educador y formador pueden ser satisfechas en
base a un proceso vital de coaching, e impulsadas como generalizadas en su labor de liderazgo:
necesidad de productividad, necesidad de gestionar y promover el conocimiento, necesidad de
impulsar personas y equipos y la necesidad de renovar organizaciones, en este caso como
instituciones educativas. Grande innovadores y pioneros en inglaterra a sido INET.
El Coaching se basa en la idea propia de la psicología positiva y racional de que todos podemos
cambiar. Modifica en su relación interpersonal la actitud del coaché (pupilo), desde el “¿Qué
logro con ello?” al ¿Qué logramos todos?” (Cook, 2006). Dentro del ámbito educativo debe ser
capaz de establecer y desarrollar una sociedad colaborativa y de aprendizaje, capacitando a
todos en el reconocimiento y la reflexión cognitiva, en la definición de objetivos y pasos
específicos para la acción en el desarrollo de la inteligencia emocional y la búsqueda de
resultados extraordinarios tan necesarios en nuestros espacios educativos en la perspectiva
del desarrollo de competencias y talentos. Siguiendo a Wolf (2004), más que un
entrenamiento es entendido como una disciplina, un arte, un procedimiento, una técnica y
también un estilo de liderazgo y conducción. Es decir, es un procedimiento constructivo y
resiliente de aprendizaje, que desde esta óptica puede ser más efectiva, útil y real promoverla
en los ambientes educativos. En esa línea, el Coaching Educativo puede tener como coachés a
tutores, directivos, profesores de aula, coordinadores de área, padres y especialmente a los
alumnos.
Siendo el perfil del Coach Educativo definido en base a sus competencias de impulsador,
orientador, preparador y líder renovador es posible, siguiendo a Bayon y otros (2004),
establecer algunas competencias del Coach Educativo eficaz. Desde el plano psicológico son
necesarias habilidades de inteligencia emocional (Vallés, 2003) y fortalezas resilientes de
resistencia (o “robustez”) y afrontamiento (compromiso, control, reto) que, según las
perspectivas de Kobasa, puede desde acción modeladora, ayudar a las personas a ser menos
vulnerables en el plano adaptativo. Emocionalmente, el coach debe ser capaz de lograr
manejar de manera efectiva su autoconciencia, el equilibrio afectivo, optimismo y creatividad,
así como saber interpersonalmente establecer relaciones basadas en la empatía, asertividad y
ayudar a otros, expresar un nivel de CE (Coeficiente Emocional) esperable en nivel alto en el
Coach Educativo. Como bien afirma Chiavenato (2004), siguiendo a Goleman, estas
capacidades socioemocionales que permiten un coaching efectivo, pueden aprenderse y
desarrollarse, favoreciendo otras herramientas de liderazgo transformador esenciales para el
proceso de coaching y sus fases: capacidad de escuchar, capacidad de contextualizar las
situaciones – problema del coaché, capacidad de endosar (reforzar, incentivar) y la capacidad
de desarrollar comportamientos más adaptativos (p.e. afrontar el estrés),
Objetivos:
– Liderazgo inspirador.
– Seleccionador de talentos.