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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

ESCUELA DE POSGRADO
UNIDAD DE POSGRADO EN EDUCACIÓN Y CIENCIAS DE
LA COMUNICACIÓN

ENSAYO
RETOS DE LA EDUCACIÓN PERUANA AL 2036

MAESTRÍA EN:
EDUCACIÓN
MENCIÓN:
GESTIÓN EDUCATIVA Y DESARROLLO REGIONAL

Integrantes: Lic. Amador Monzón José Benancio


Lic. Benavides Lozano Edson Lee
Lic. Majo Meza Roberto Carlos
Lic. Quiñonez Cerna Jazmín Julissa
Lic. Rodríguez Lozano Adaleny
Lic. Vega Franco Gracy Sthefany

Asesor: Dr. Amaya Sauceda Amadeo

TRUJILLO – PERÚ
2023
RETOS DE LA EDUCACIÓN PERUANA AL 2036
En los últimos años, el sistema educativo peruano ha hecho esfuerzos importantes
para promover la igualdad de oportunidades, sobre la base del reconocimiento y afirmación
de la educación como un derecho humano. En sintonía con ello, pero reconociendo que aún
falta mucho por avanzar hasta que ese derecho sea plenamente ejercido.
Ministerio de Educación (MINEDU, 2020) propone en el PEN al 2036 la creación
de una sociedad inclusiva, equitativa, justa, intercultural y multilingüe. Por ello, se busca
que prime la valoración y el respeto entre los peruanos y peruanas, esto logrará cuando se
tenga acceso pleno a oportunidades de desarrollo personal y logro educativo. En el sector
educativo, será posible si los actores educativos se articulan pertinentemente para brindar
una educación de calidad teniendo en cuenta las características de los estudiantes y las
dificultades educativas, permitiendo así su desarrollo integral.
Por otro lado, el Consejo Nacional de Educación (CNE, 2020) afirma que para
alcanzar la visión también implica que en el país logremos los siguientes propósitos, desde
los diferentes sectores y ámbitos en que nos encontremos:
 Asegurar que la educación de las personas en todas las etapas de la vida que permita
vivir en una sociedad democrática con peruanos y peruanas conscientes y responsables
cuyo fin construir un país justo y próspero.
 Enfrentar las grandes dificultades del sistema educativo peruano para asegurar que el
derecho a la educación sea ejercido por todas las personas, para crear igualdad de
oportunidades, es decir, dejando de lado las diversas brechas educativas.
 Asegurar que las personas alcancen una vida activa y emocionalmente saludable,
promoviéndola desde todos los espacios educativos, para fomentar la autonomía para el
desarrollo de proyectos individuales y colectivos.
 Asegurar que las experiencias educativas que viven las personas en todas las etapas de
la vida contribuyan con la prosperidad de la sociedad y el cuidado del ambiente,
aprovechando de manera creativa y sostenible los recursos sociales, culturales,
naturales y económicos, considerando la permanente incorporación de los resultados de
la investigación, así como las innovaciones científicas, pedagógicas y tecnológicas
En conclusión, para lograr estos propósitos el Proyecto Educativo Nacional (PEN,
2020) plantea un conjunto de diez orientaciones estratégicas que están dirigidas tanto a los
distintos actores educativos (familias, docentes, equipos directivos, gestores, personas no
docentes que educan, empresas, organizaciones civiles, medios de comunicación) como al
propio Estado, a efectos que este respalde a los actores y transforme de modo profundo el
sistema educativo. Dicha transformación debe apuntar a contar con un aparato
profesionalizado que se enfoque en funciones rectoras para garantizar las condiciones, así
como en habilitar a los actores, especialmente los que operan en las instituciones
educativas, a actuar de forma autónoma, de manera que puedan ver liberadas sus
capacidades y potencial para innovar y responder oportunamente y de mejor forma a las
necesidades educativas de cada entorno acompañando la trayectoria de las personas a lo
largo de sus vidas
Para ello, el PEN (2020) plantea orientaciones sobre la asignación y uso de los
recursos públicos (financiamiento), de modo que contribuya a garantizar las condiciones
básicas para todos, valorar la diversidad de lo diverso, y a promover la investigación, la
ciencia, las artes, el deporte y la innovación.
AUMENTO DE LA INTRODUCCION

PROPÓSITOS DEL PEN


 Vida ciudadana
La ciudadanía es una condición de la persona que vive en una sociedad libre en
las ciudades o en las comunidades políticas donde impera el arbitrio o la tiranía no
existen ciudadanos, para que tal condición se dé, es preciso que se garantice un orden
político democrático que permita el ejercicio de las libertades (Pérez, 2002, p.185).
El ciudadano es un ser político, pero también está conformado por una
dimensión social y moral. Lo anterior indica que la construcción de la ciudadanía no es
el aprendizaje mecánico de unas normas (jurídicas, legales y políticas), sino la
realización efectiva de una forma de vida y de convivencia entre los seres humanos en
sociedad. La ciudadanía, en esta dirección, implica una tarea activa en su defensa y en
la ampliación de sus límites, así como en el ejercicio mismo de sus atributos. Una
ciudadanía que no ejerce su condición de tal deja de serlo para convertirse en otra cosa.
MINEDU (2020) refiere que la educación peruana contribuye a que las
personas convivamos de manera libre y justa en un Estado de derecho, con sólidas
instituciones que garanticen el respeto a la dignidad humana, la igualdad ante la ley y
la seguridad, cumpliendo nuestras obligaciones y ejerciendo nuestros derechos
individuales y colectivos en una comunidad donde prime la confianza.
Gonzáles (2020) resalta que el “reto de la ciudadanía plena” busca una igualdad
multidimensional, en la que la educación no solo es transmisión de contenidos y
conocimientos, sino una formación para toda la vida. Indica también que en la tarea
educativa y en la construcción de ciudadanía están involucrados muchos actores, entre
ellos los medios de comunicación.
La Educación Peruana contribuye a que las personas convivamos de manera
libre y justa, en un Estado de derecho, con sólidas instituciones que garanticen la
igualdad ante la ley, la seguridad, cumpliendo nuestras obligaciones y ejerciendo
nuestros derechos individuales y colectivos en una comunidad donde prime la
confianza.
La formación de la ciudadanía se traduce, en primer término, en asegurar que
cada quien se posicione en su comunidad con un sentido de responsabilidad personal,
un ánimo participatorio (no de desdén, distancia o enajenación respecto de los asuntos
públicos) y con un sentido de justicia. Por ello, la ciudadanía, como condición de
pertenencia a una institucionalidad política democrática y como forma de
comportamiento entre sujetos que son iguales y que, por lo mismo se reconocen y
valoran como tales, ha dejado de estar asociada a las realidades que la originaron como
una manifestación propia de los llamados Estados-nación, de forma tal que incorpora la
valoración a las referencias culturales, sociales e históricas que nos vinculan
(MINEDU, 2020).
El planteamiento del rol estratégico de las instituciones educativas también se
apoya en investigaciones que han encontrado un efecto positivo en los estudiantes entre
su exposición a programas de educación cívica y ciudadana que fomenten el
pensamiento crítico y el sentido de pertenencia al colectivo peruano, y sus
orientaciones y comportamientos democráticos.
Para afrontar los retos de la formación ciudadana de niños, niñas y
adolescentes, requerimos considerar tanto lo prescrito en el currículo como las formas
como se desarrolla la docencia y se constituyen los entornos escolares (MINEDU,
2020).

 Inclusivo y equidad
La educación inclusiva es un derecho fundamental para la transformación y
desarrollo de otros derechos, asimismo, es la modalidad más equitativa que deben
poseer todos los ciudadanos a la educación. El Proyecto Educativo Nacional al 2036
(PEN, 2020) señala entre otros temas aumentar las oportunidades a los grupos
minoritarios a la educación básica, evitando las desigualdades raciales y la exclusión
de los grupos menos favorecidos teniendo una educación de calidad para todos los
estudiantes (MINEDU, 2020). Para Huillcahuari et al. (2020), es necesario reivindicar
a los estudiantes la igualdad en el acceso a todos los niveles del sistema educativo,
incluida la educación universitaria, centrándose en la participación plena y efectiva, el
acceso, la asistencia y el rendimiento de todos los estudiantes en sus diferentes
escenarios y de diseño universal para el proceso de enseñanza-aprendizaje. De esta
manera, todos los estudiantes tienen garantizado el acceso a una educación de calidad
sin discriminación por parte del Estado.
El Modelo de Igualdad Escolar establece el cumplimiento de aspectos claves
para una educación gratuita y de calidad como la accesibilidad, la aceptabilidad de la
forma y el contenido de la educación para todos, y la adaptabilidad del proceso
educativo (Subiría et al., 2020). La investigación realizada por Mesías et al. (2021) a
1742 coordinadores de diversas instituciones educativas, encontraron que cerca del
90% realizan actividades de manera interdisciplinaria, y más del 70% se destaca en los
aspectos curriculares, ya que cuentan con apoyo para la evaluación y el aprendizaje
para atender las necesidades de los alumnos con discapacidad. Estos resultados son
útiles para evaluar la implementación adecuada del modelo de equidad escolar para los
organismos de control, monitoreo e implementación locales y nacionales.
El Perú debe proveer mejoras educativas y facilitar herramientas de
cooperación necesarias, para que la mayoría de los estudiantes pueda recibir una
formación caracterizada por la calidad, libre de discriminación (Tuesta et al., 2021). En
el estudio aplicado por Mesías et al. (2021) evidenciaron que el apoyo y la asistencia a
los niños con deficiencias sensoriales es inferior al 20%, especialmente ayudas como
lectores de Braille, audiolibros o personal formado en lenguaje de signos (8%). De esta
forma, se destaca la importancia del acompañamiento necesario que necesitan algunos
alumnos, así como las adaptaciones razonables que en estos alumnos sea necesario
(Durán, 2016).
Por otro lado, la investigación realizada por la Defensoría del Pueblo (2019)
señala que realizó la supervisión a casi 800 instituciones educativas, públicas y
privadas, a nivel nacional a fin de poder supervisar si se venía implementando la
política de educación que incluye a alumnos con algún tipo de discapacidad e
identificar las barreras existentes en los servicios educativos para estudiantes con
discapacidad y con otras necesidades educativas. Entre sus resultados se destaca que
solo 90 490 de 756 499 alumnos con discapacidad se encuentran dentro del sistema
educativo. Para ello, la gestión educativa descentralizada debe orientarse hacia la
educación inclusiva, estableciendo metas y objetivos medibles de corto a largo plazo y
presupuestos adecuados para su correcta ejecución.
 Bienestar socioemocional
Debemos tomar en cuenta que la cognición, el estado físico, la emoción y el
desarrollo espiritual son aspectos indesligables para desarrollar todo nuestro potencial
individual y colectivo, por ello es muy importante comprender que diversas situaciones
y hechos afectan nuestro desarrollo socioemocional, generando muchas veces la
inestabilidad del ser humano para relacionarse asertivamente en el entorno social.
MINEDU (2020) señalan que, altos niveles de desconfianza y violencia se
ponen de manifiesto en nuestra sociedad, lo que genera dificultades en las
instituciones, y en un plano más personal, afecta la salud mental de todos. Por ello, el
PEN considera vital prestar particular atención al terreno del desarrollo del bienestar
socioemocional de cada uno y de una profunda vida espiritual sobre la que se fundan
los valores y principios que tocan a la formación de la sociedad democrática y el
desarrollo del potencial y talentos de cada individuo. Estos aspectos permiten a cada
persona lograr el equilibro para afrontar diversas situaciones y el autoconocimiento
necesario para modular nuestra relación con nuestros semejantes.
Rivas (2023) sustenta que, es importante comprometernos con la salud
emocional, pues este indirectamente influye en el aspecto educativo y en cierto punto
será determinante para proponer nuevas formas de aprendizaje, si en caso se desea no
interrumpir las actividades académicas; esta autora también nos invita a reflexionar
sobre ciertas estrategias a aplicar con el propósito de consolidar el aspecto emocional,
que como ya se mencionó antes es un aspecto gravitante en el desarrollo del individuo;
añade también El adulto debe ser sensible y receptivo para entender y poner en práctica
la conformación de entornos físicos y emocionales, apropiados y seguros para el
aprendizaje. Para ella resulta necesario trabajar actividades de rutina y regulación
emocional que favorezcan la autoconfianza de menores, para lo cual, padres y escuela
deben estar comprometidos y las organizaciones deben estar prestas a proporcionarles
las herramientas.
Por otro lado, es fundamental el rol del docente en el desarrollo de las
competencias socioemocional y espiritual de los estudiantes. Para ello debe tener un
conocimiento amplio sobre competencias y dominar temas relacionados con el
desarrollo emocional. Esto, en conjunto con la tolerancia y sensibilidad, le será de
utilidad para atender de manera correcta a sus alumnos. Podrá comprenderles mejor y
reconocer que están en un proceso de desarrollo de sus emociones (Revilla, 2021).
Para propiciar está formación se debe tener en cuenta que se requiere de una
unión emocional con el otro ser, así como la comprensión brindada también juega un
papel importante para este caso. Si el profesor reconoce estos factores pondrá en
marcha sesiones educativas dónde se priorice el reforzamiento de los vínculos
emocionales entre los estudiantes. Además, puede aplicar actividades didácticas dónde
los alumnos reflexionen sobre su desempeño en la actividad y cómo se sintieron
durante el proceso. De manera que puedan emplear estrategias de manejo emocional,
vinculadas a sus objetivos personales (Figueroa, 2009). Sumado a todo esto se debe
tener en cuenta la necesidad de incentivar actividades de reflexión emocional y
espiritual, donde el alumno aprenda a reconocer y regular sus emociones, así como
alcanzar el autoconocimiento, asumiendo sus emociones y pensamientos con
responsabilidad.
Para, MINEDU (2020) afirma que todas las personas durante el desarrollo de
sus vidas, tienen derecho a disfrutar de experiencias educativas con sentido y
propósito, que les permitan la autorrealización y trascendencia, ello dentro del respeto
y valoración de las diferencias, así mismo la búsqueda del bien común. Del mismo
modo concluye que, el desarrollo de la autonomía es un aspecto clave del desarrollo
socioemocional y un factor clave para el ejercicio de la libertad. En relación a este
punto podemos agregar que siempre se mantendrá una estrecha relación entre el
aspecto socioemocional y el progreso educativo, pues del nivel de estabilidad
emocional que alcance cada individuo, dependerá la buena apertura que este tenga para
la adquisición de conocimientos y desarrollo de competencias; por tanto, ello
contribuirá al mejor desarrollo de la educación.
 Productividad, prosperidad, investigación y sostenibilidad
Al referirnos a estos 4 elementos en la educación, nos lleva a pensar ¿cómo se ha
estado dando la educación en estos últimos tiempos? La cual tomando como referencia
al año 2020, en la pandemia se encontró muchas deficiencias en la educación puesto
que existían factores como la falta de conectividad, problemas familiares o
económicos.
Es por ello, que la educación tiene como finalidad el desarrollo integral de los
estudiantes. Esto constituye parte del derecho que tiene toda persona al libre desarrollo
y bienestar. En otros términos, la educación tiene entre sus objetivos proporcionar a los
seres humanos de los aprendizajes primordiales para lograr desarrollar sus proyectos de
vida, lo que incluye aspectos que se vinculan al ejercicio de sus libertades y
responsabilidades, a la construcción de un mundo institucional que garantice los
derechos de las personas, así como a la capacidad para desarrollar actividades que les
permitan su reproducción material mediante un empleo dependiente, o el ejercicio
independiente de alguna ocupación o emprendimiento.
El bienestar material de todos y cada uno incluye los desempeños y consecuente
generación de ingresos en el mundo de la economía, así como las maneras en que nos
desempeñamos, es decir, si son actividades económicas sostenibles, si generan
oportunidades para todos, etc. Asimismo, el mundo de la indagación (como punto de
partida para la investigación y la generación de nuevos conocimientos) y la innovación,
adopción y transferencia de mejoras tecnológicas (como formas de lograr mayores
niveles de bienestar personal y colectivo) son parte consustancial del bienestar material
en tanto amplían las posibilidades y oportunidades de generación de riqueza y del
bienestar en general, ya que el conocimiento no puede ser visto en términos utilitarios.
Debe destacarse la tendencia a afirmar que el mundo del trabajo demanda personas
bien formadas y flexibles cada vez con mayor insistencia, y no solo (ni principalmente)
que tengan el manejo especializado de un conjunto de saberes o habilidades
instrumentales y disciplinares, sino también una visión de conjunto, reflexión crítica,
capacidad y disposición para cooperar en equipos, y un conjunto amplio de otros
atributos vinculados a las habilidades sociales y el autoconocimiento. Así, incluso de
cara al mundo del trabajo, la educación debe afirmar su tarea humanista y una
perspectiva amplia; en ese sentido, resulta necesario superar una visión simplista que
promueve ajustar la oferta educativa a las necesidades del mercado, asumiendo de
modo equívoco que, en un entorno dinámico, las necesidades observables hoy estarán
vigentes cuando las personas culminen su proceso formativo (usualmente una
educación superior que típicamente dura entre tres y cinco años). Asimismo, existen
personas que acceden a servicios educativos por razones diversas que incluyen la
curiosidad y el deseo de aprender, y no se limitan únicamente a la búsqueda de
caminos que tengan un efecto inmediato y directo sobre sus opciones en el mercado de
trabajo.
Se debe tener en cuenta que el bienestar material de todos incluye los desempeños y
como consecuencia trae la generación de ingresos en el mundo económico, así como
también las maneras en que se desempeña el ser humano, en otras palabras, si son
actividades económicas sostenibles, si generan oportunidades para todos. Asimismo, el
mundo de la investigación y la innovación, adopción y transferencia de mejoras
tecnológicas son parte inherente del bienestar material en tanto amplían las
posibilidades y oportunidades de generación de riqueza y del bienestar en general, ya
que el conocimiento no puede ser visto en términos utilitarios.
Cabe destacar la tendencia a afirmar que el mundo del trabajo demanda personas bien
formadas y flexibles cada vez con mayor insistencia, y no tengan el manejo
especializado de un conjunto de saberes o habilidades instrumentales y disciplinares,
sino también una visión de conjunto, reflexión crítica, capacidad y disposición para
cooperar en equipos, y un conjunto amplio de otros atributos vinculados a las
habilidades sociales y el autoconocimiento. Así, incluso de cara al mundo del trabajo,
la educación debe afirmar su tarea humanista y una perspectiva amplia; en ese sentido,
resulta necesario superar una visión simplista que promueve ajustar la oferta educativa
a las necesidades del mercado, asumiendo de modo equívoco que, en un entorno
dinámico, las necesidades observables hoy estarán vigentes cuando las personas
culminen su proceso formativo. Asimismo, existen personas que acceden a servicios
educativos por razones diversas que incluyen la curiosidad y el deseo de aprender, y no
se limitan únicamente a la búsqueda de caminos que tengan un efecto inmediato y
directo sobre sus opciones en el mercado de trabajo.
Por ende, el Perú requiere orientar su estrategia de desarrollo hacia espacios de alta
competitividad global con un sólido compromiso con la excelencia, el bienestar y el
desarrollo sostenible. Por ello, hay que tener en cuenta el proyecto de educación
nacional, el cual es uno de los instrumentos de política donde se reconoce la profunda
relación que existe, de una parte, entre la educación y la productividad y, de la otra,
entre la educación y la investigación e innovación, de modo que las acciones de
política pública fortalezcan el aporte de estas sobre aquella.
Por lo tanto, se concluye que la educación referida a la vida ciudadana debe asumir el
reto de contribuir al fortalecimiento de la vida democrática e institucional en diversos
planos: enlazando sus distintas actividades de aprendizaje a los problemas del
desarrollo republicano del Perú.
La educación actual en el Perú ha llevado a repensar y buscar políticas, proyectos que
sumen en favor con el cambio para los futuros profesionales del país.
Asimismo, uno de los ejes que debe tener la educación peruana centrada en las
personas, que comprenda sus diferentes necesidades y contextos. Para ello, se necesita
trabajar en aspectos como el financiamiento público de la educación.
Es preciso mencionar que la pandemia ha dado a notar las múltiples problemáticas qué
hay existen y aún faltan solucionar, no solo en temas como la educación a distancia y
la infraestructura educativa, sino también en cuanto a la calidad de enseñanza y
aprendizaje que tienen los y las estudiantes en el país. Señalando a Videnza
Consultores, la educación en el Perú ha avanzado durante la última década, pero con
inequidad en el acceso y los aprendizajes.
Por ello ante esta realidad, es importante tener lineamientos y un plan que nos pueda
guiar hacia una reforma y mejora educativa, para que todos los estudiantes puedan
recibir una educación de calidad. Con ello, el Proyecto Educativo Nacional al 2036, el
cual fue elaborado por el Consejo Nacional de Educación y el Ministerio de Educación
pretende como reto alcanzar la ciudadanía plena en los próximos 15 años, para que
todos los estudiantes, sin distinción alguna, puedan ejercer todos sus derechos.
En síntesis, el proyecto concibe la educación como un derecho humano fundamental y
bien público, manteniendo un enfoque centrado en las personas. En esa línea, subraya
la importancia de reconocer que las personas desarrollamos nuestro potencial a lo largo
de nuestras vidas y viviendo en colectividad, por lo que la educación impacta en cada
una de diversas formas según su etapa de vida, características, comunidad y los
contextos específicos en los que se desenvuelve.

En el contexto de la globalización, el uso de las tecnologías digitales de la información y la


comunicación (TIC) es un factor clave que permite las mejoras educativas. Albuquerque (2019)
afirma que estas tecnologías digitales tienen un gran potencial para abordar el proceso de
enseñanza y aprendizaje de diferentes maneras y posibilitan un gran número de estrategias de
trabajo. Esto puede contribuir significativamente al desarrollo integral del estudiante como
persona, más que al aprendizaje de conocimientos curriculares.

La tecnología educativa utiliza tanto medios de enseñanza como de aprendizaje, que pueden ser
tradicionales como libros, pizarras y cuadernos, así como herramientas alternativas que brindan
las TIC. Es importante destacar que, si bien las nuevas innovaciones tecnológicas pueden hacer
una valiosa contribución para garantizar que los estudiantes aprendan más, mejor y de manera
diferente, no son los principales para los problemas educativos actuales. Considerando el manejo
efectivo y ético de las nuevas tecnologías por parte de los estudiantes, otra lectura sería el uso de
las nuevas tecnologías en el aula, ya que sirve a uno de los propósitos de la educación actual;
porque se considera una competencia esencial para los ciudadanos que se integran en la sociedad
y en la economía del conocimiento (Torres y Cobo, 2017).
Actualmente, Perú está experimentando un aumento en el uso de las TIC, lo que se refleja en la
difusión de dispositivos tecnológicos en los hogares y las escuelas. El 88,7% de los hogares utiliza
las TIC y el 40,7% de las personas mayores de 6 años utiliza Internet. Además, el 75% de los
peruanos tiene al menos una computadora en casa y el 24,3% tiene acceso a Internet. Finalmente,
el 86% utiliza teléfonos móviles (INEI, 2015). A pesar de los esfuerzos y la creciente cantidad de las
computadoras en las escuelas, el acceso a las TIC sigue siendo menor que fuera de las escuelas,
una tendencia en muchos países debido a los menores costos de la tecnología (López, 2018).

Los estudiantes deben desarrollar técnicas que les permitan interactuar con y a través de
dispositivos, y expresarse de manera creativa y efectiva a través de la variedad de herramientas
tecnológicas a las que tienen acceso. Esto requiere un conocimiento previo de estas tecnologías,
una comprensión de sus medios y la habilidad suficiente para capturar en ellos lo que quieren o
imaginan (López, 2018).

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