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Vía aérea y ventilación

La permeabilidad de vía aérea sola no asegura una adecuada ventilación. El


intercambio gaseoso adecuado es indispensable para maximizar la oxigenación y
eliminación de dióxido de carbono. La ventilación requiere de un correcto
funcionamiento de los pulmones, la pared torácica y del diafragma; por eso, se
deben rápidamente evaluar y examinar cada componente durante la evaluación
primaria.
Para evaluar adecuadamente la distensión venosa yugular, la posición de la tráquea
y la excursión de la pared torácica, exponga el cuello y el tórax del paciente.
Verifique el ingreso gaseoso a los pulmones mediante la auscultación. La inspección
visual y la palpación pueden detectar lesiones de la pared torácica que pueden estar
comprometiendo la ventilación. La percusión del tórax también puede identificar
anormalidades, pero durante una reanimación en un ambiente ruidoso, esta
evaluación
puede ser imprecisa.
Las lesiones que comprometen significativamente la ventilación incluyen: el
neumotórax a tensión, el hemotórax masivo y las laceraciones traqueales o
bronquiales. Estas lesiones deben ser identificadas en la revisión primaria y
frecuentemente requieren un tratamiento inmediato para asegurar una ventilación
efectiva. Debido a que un neumotórax a tensión compromete aguda y
dramáticamente tanto la ventilación como la circulación, la descompresión torácica
debe ser inmediata cuando hay una sospecha durante la evaluación clínica.

Todo paciente descompensado debería recibir oxígeno suplementario. Si el paciente


no está intubado, el oxígeno debe administrarse por un sistema de máscara con
reservorio para lograr una oxigenación óptima. Use un oxímetro de pulso para
monitorear adecuadamente la saturación de oxihemoglobina. El neumotórax o
hemotórax simple, las fracturas costales, el tórax inestable y la contusión pulmonar
pueden comprometer la ventilación en menor grado y generalmente son detectados
en el examen secundario. Un neumotórax
simple puede transformarse en un neumotórax a tensión cuando el paciente es
intubado y se le aplica ventilación a presión positiva, si no se tuvo antes la
precaución de descomprimirlo con un tubo de drenaje torácico.

Oximetría de pulso
La oximetría de pulso es un anexo valioso para el monitoreo de la oxigenación en
pacientes descompensados. Se coloca un pequeño sensor en el dedo de la mano,
pie, lóbulo de la oreja o algún otro lugar conveniente. La mayoría de los dispositivos
brindan frecuencia del pulso y oximetría continuas. La absorción relativa de la luz
por la oxihemoglobina (HbO) y desoxihemoglobina es evaluada midiendo la cantidad
de luz roja e infrarroja que emergen de los tejidos al ser atravesados por los rayos
de luz, los que son procesados por el dispositivo, e interpretados como determinado
nivel de saturación de oxígeno. La oximetría de pulso no mide la presión parcial de
oxígeno ni la del dióxido de carbono.
La medición cuantitativa de estos parámetros se toma al inicio y se repite
periódicamente para establecer tendencias.
Adicionalmente, la saturación de hemoglobina del oxímetro de pulso se debe
comparar con el valor obtenido de gases en sangre arterial. Su inconsistencia indica
que una de ellas es errónea.

Frecuencia Respiratoria, Capnografía y Medición de Gases en


Sangre Arterial
La frecuencia respiratoria, la capnografía y la medición de gases en sangre arterial
se utilizan para monitorizar si los patrones respiratorios del paciente son adecuados.
La ventilación puede monitorearse usando los niveles de dióxido de carbono al final
de la espiración. El dióxido de carbono al final de la espiración puede detectarse
usando colorimetría, capnometría o capnografía, técnicas no invasivas de monitoreo
que nos pueden dar información sobre la ventilación, la circulación y el metabolismo
del paciente. Debido a que los tubos endotraqueales pueden desplazarse cada vez
que el paciente sea movido, la capnografía puede ser usada para confirmar
intubación de la vía aérea (versus del esófago). Sin embargo, la capnografía no
confirma la correcta posición del tubo dentro de la tráquea. La presión de dióxido de
carbono al final de la espiración también puede utilizarse para un control estricto de
la ventilación, evitando hipoventilación o hiperventilación. Esta refleja el gasto
cardíaco y se utiliza para predecir el retorno a la circulación espontánea durante la
reanimación cardiopulmonar (RCP).
Además de proveer información sobre la adecuada oxigenación y ventilación, los
gases en sangre arterial proveen información sobre el estado ácido base. En el
escenario de trauma, bajos niveles de pH y exceso de base indican shock; por eso,
siguiendo la tendencia de estos valores puede reflejar mejoría en la reanimación.

La evaluación visual del tórax, tanto anterior como posterior, puede identificar el
neumotórax abierto y un tórax inestable significativo. Una evaluación completa de la
pared torácica requiere la palpación de toda la caja torácica, incluyendo las
clavículas, las costillas y el esternón. La compresión esternal puede ser dolorosa si
el esternón está fracturado o si existe separación condrocostal. Las contusiones y
los hematomas de la pared torácica alertarán al médico sobre la posibilidad de
lesiones ocultas. Una lesión significativa en el tórax puede manifestarse con dolor,
disnea e hipoxia. La evaluación incluye la inspección, palpación, auscultación y
percusión del tórax y una radiografía de tórax. La auscultación es realizada en la
parte superior de la pared anterior del tórax para neumotórax y en las bases
posteriores para hemotórax. Aunque los resultados de la auscultación sean difíciles
de evaluar en un ambiente ruidoso, pueden ser extremadamente útiles. Los sonidos
cardíacos distantes y la disminución de la presión del pulso pueden indicar un
taponamiento cardíaco. Además, este y el neumotórax a tensión son sugeridos por
la presencia de venas distendidas del cuello, aunque la hipovolemia asociada puede
minimizar o eliminar este hallazgo. La percusión del tórax demuestra
hiperresonancia. Una radiografía de tórax o eFAST puede confirmar la presencia de
un hemotórax o un neumotórax simple. Las fracturas costales pueden estar
presentes, pero pueden no ser visibles en una radiografía. Un mediastino
ensanchado y otros signos radiológicos pueden sugerir una ruptura aórtica.

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