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La oralidad es un sistema simbólico de expresión, es decir un acto de significado dirigido de un ser

humano a otro u otros, y es quizás la característica más significativa de la especie. La oralidad fue,
entonces, durante largo tiempo, el único sistema de expresión de hombres y mujeres y también de
transmisión de conocimientos y tradiciones.

Para Casalmiglia y Tusón (1999), la función social básica y fundamental de la oralidad consiste en
permitir las relaciones sociales, pues la mayoría de las actividades cotidianas se llevan a cabo a
través de la oralidad; tanto que las relaciones se interrumpen cuando se deja de hablar a alguien
(Casalmiglia y Tusón (1999:29)). Sin embargo, y a pesar de lo anteriormente dicho, la escritura es
el sistema de expresión que mayor prestigio tiene

El hecho de haber nacido en un medio en que la escritura es parte de nuestra cotidianidad nos
confiere una determinada estructura cognitiva de la que no podemos deshacernos para
comprender cabalmente la oralidad. En otras palabras, a pesar de nuestros esfuerzos científicos
por abarcar la oralidad, no estamos limpios del vicio de la escritura.

Algunos de estos prejuicios se relacionan con el proceso mismo del estudio de la lengua. Para
estudiar el lenguaje distinguimos, desde Saussure, entre lengua y habla: la primera social en su
esencia e independiente del individuo y la segunda, individual. La primera, un producto que el
individuo interioriza pasivamente y la segunda, un acto de voluntad y de inteligencia, de creación.

Distingue así entre la competencia, el conocimiento que el hablante-oyente tiene de su lengua y la


performancia, el verdadero uso del lenguaje en situaciones concretas. Solamente en casos ideales,
sería la performancia reflejo ideal de la competencia

La escritura es un sistema secundario en el sentido de que la expresión oral existe sin la escritura,
pero la segunda no lo es sin la primera

una detallada descripción de las diferencias entre oralidad y escritura en diversos campos, que
resumimos a continuación:1

1. La relación emisor-texto receptor varía entre los discursos orales y los escritos dado,
fundamentalmente a la ausencia física del emisor en la situación de lectura, que le confiere
entre otras cosas una autonomía al lector que no tiene el oyente. El productor de un texto
escrito puede planificar cuidadosamente la construcción del mismo, una ventaja que no
tiene quien produce un texto oral.
2. En cuanto al proceso de adquisición y desarrollo en la lengua oral está sujeto a una serie
de factores de la maduración del individuo, o cognoscitivos, que exigen la consolidación de
todas las etapas del proceso, dentro de un lapso restringido de la vida humana. En el caso
de la lengua escrita parece limitado sólamente al hecho de haberse alcanzado un estado
neuro-lingüístico específico, entre los cuatro y seis años, que queda abierto por un largo
período. Si la oralidad es específica de la especie humana, la escritura parece ser un
sistema artificial creado por el hombre para representar a la primera.
3. Hay una serie de diferencias físico-formales entre ambos modos de codificación, que
parten del hecho de que las unidades segmentales mínimas de ambos son distintos. El
texto oral se percibe a partir de sonidos que operan como instancias concretas de un
sistema de unidades abstractas, los fonemas. El fonema /s/ se actualiza, en los alófonos
[s], [h] y [ø] Mientras que la unidad mínima distintiva de la lengua escrita es el grafema <A>
que se actualiza en las variantes, o letras <A> ,<a>, < >.
4. En la lengua oral están presentes estrategias de carácter suprasegmental, que no se dan
en la escrita, salvo en la descripción explícita del escritor. En contrapartida, la escritura
neutraliza las diferencias dialectales.
5. En relación con las diferencias contextuales, los autores señalan la mayor velocidad de
percepción del texto escrito, pero la pérdida de su contexto situacional de origen.
6. En lo operativo, la escritura se ha convertido en soporte de la memoria, mientras que para
garantizar la permanencia de la oralidad hay que valerse de recurso mnemotécnicos que le
garanticen una trascendencia restringida.

7. 7- El éxito comunicativo se halla en el uso diestro de las posibilidades de comprensión y


expresión, procesos en los que activamente intervienen las habilidades en cuestión.
8. 4- La comunicación es espontánea. Se puede rectificar pero no borrar lo que se ha dicho.
9.

Formulareidad implica la no-importancia de la originalidad, la fórmula es entonces una repetición


que se da en diferentes lugares de un texto, o en diferentes situaciones. Para comprender lo que
es una fórmula, pensemos en las expresiones de saludo. Al saludar repetimos ciertos segmentos,
tales como hola, ¿qué tal? ¿cómo estás? y esperamos en la respuesta otros como hola, bien, etc.
Estas expresiones se encuentran aisladas o en grupos de varias de ellas y significan únicamente
'te saludo', no esperándose encontrar ninguna información referencial en ellas. Más bien sirve a la
economía del lenguaje, en el sentido de que no necesita de mucha creatividad.

En la escritura, la formulareidad se encuentra en un grado muchísimo menor que en la oralidad; el


lector no espera normalmente encontrar fragmentos repetidos, salvo en algunos estilos de poesía
escrita o quizás en cierto tipo de documentos, como en las cartas, en los escritos jurídicos, donde
la fórmula dice del tipo de documento pero donde la información nueva está reducida al máximo.
Es por ello que el lector espera encontrar la idea escrita como "nunca tan bien expresada"
(Pope, An Essay on Criticism (citado en Ong 1987: 30). Si el oyente encuentra, bueno lo que se
repite, lo prefabricado y lo disfruta, el lector no lo estima.

Según Brown y Yule, oralidad y escritura le plantean a los usuarios exigencias diferentes, porque
las señales paralingüísticas sólamente existen en aquella. Por una parte se le exige al escritor
suplir estas señales con otras convenciones. Por la otra, la exigencia que se pone al hablante es la
de realizar una serie de operaciones en el momento, para poder cumplir con la comunicación, pero
tiene la ventaja de poder cambiar el próximo texto en función de la reacción que ha manifestado el
oyente hacia el actual

La escritura nace sobre todo por la dificultad que significa para la memoria la retención de grandes
segmentos, sobre todo, para su retención exacta.
La preparación de la escritura y la improvisación de la oralidad.

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