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• Apólogo de Heródoto
Este relato-apólogo ejemplar está dedicado a la revuelta de los esclavos de los escitas. Los escitas, nos
dice, tienen la costumbre de vaciar los ojos de aquellos a quienes reducen a la esclavitud para mejor
someterlos a su tarea servil, que consiste en ordeñar el ganado. Este orden normal de las cosas resultó
trastornado por sus grandes expediciones. Partidos a la conquista de Media, los guerreros escitas se
internaron profundamente en Asia y fueron retenidos allí a lo largo de toda una generación. Durante
ese mismo tiempo, nació una generación de hijos de esclavos, que crecieron con los ojos abiertos. De
su mirada sobre el mundo, llegaron a la conclusión de que no existían motivos particulares para ser
esclavos, puesto que habían nacido de la misma manera que sus amos distantes y con los mismos
atributos. Como las mujeres que habían permanecido en los hogares les confirmaron esta identidad de
naturaleza, decidieron, hasta que hubiera una prueba en contrario, que eran los iguales de los
guerreros. En consecuencia, rodearon el territorio con un gran foso y se apostaron para esperar a pie
firme el retorno de los conquistadores. Cuando éstos volvieron, creyeron que, con sus lanzas y sus
arcos, acabarían fácilmente con esa rebelión de vaqueros. El ataque resultó un fracaso. Fue entonces
cuando un guerrero más avisado apreció la situación y la expuso a sus camaradas de armas:
Así se hizo, y con pleno éxito: sorprendidos por ese espectáculo, los esclavos huyeron sin combatir.
Política y policía
En principio, hay que entender que estos términos no
designan formas institucionales (ni estatales ni de ningún
tipo) sino lógicas del reparto de lo sensible
Policía:
• Dos afirmaciones:
a) la igualdad es un hecho irreductible de la existencia social
b) la igualdad descansa sobre su verificación/demostración
• Para Ranciere, la política es una actividad más normativa
que a lo que los detractores de la ilustración les gustaría
asumir. En ella, no se trata simplemente de afirmar
diferencias o interrumpir la dinámica del poder. Se trata de
generar la obligación a reconocer la existencia de un mundo
compartido a través de la creación de lugares polémicos
donde la igualdad pueda ser reconocida.
• Decir que la igualdad es el único universal, significa que esta
universalidad no está derivada de otros conceptos, como
Humanidad o Razón.
• La igualdad se desprende de una demostración, tanto en el
sentido lógico como performativo, pero no reside en los
términos utilizados para efectuar esas demostraciones.
• Igualdad universal no quiere decir “a priori”. La creación de
casos de la igualdad es activa, local y reservada.
• Ranciere llama la atención sobre el contenido
normativo de la política: a las específicas formas
de universalidad que la acción política puede
crear. En este sentido, rechaza las teorías
tradicionales de la universalidad: invierte la
dirección tradicional. El universal no es lo que se
pone a prueba en casos particulares, sino que el
universal es el resultado de una demostración,
esto es, de las prácticas políticas mismas.
• De acuerdo a esto, la política debiera entenderse
como la presentación y prueba de la igualdad; una
norma que emerge de un contexto local, y que
solo tiene el espectro de aplicación que un grupo
está dispuesto a reclamar.
• Para Ranciere esto le permite romper con el debate entre
universalidad e identidad. Nos permite describir cómo en
política, algo contingente, insustancial y sin fundamento puede
no obstante funcionar como fuente de obligación.
• Por eso Ranciere habla del “universal polémico” en oposición
al “abstracto”: en tanto tal, está siempre anclado a un
particular; emerge sólo del trabajo de un particular. Nos
interpela a considerar si hay o no una capacidad compartida
que pueda contestar la configuración jerárquica de la
comunidad, y que provea una lógica diferente del “tomar
parte”.
• La universalidad no reside en categorías como “Humanidad”,
“ciudadano” o “razón”, sino en el “qué se sigue”, en su puesta
en acto práctica y discursiva. Por eso también, en El maestro
ignorante dice que “nuestro problema no está en probar que
todas las inteligencias son iguales. Sino en ver qué es lo que se
puede hacer partiendo de esta presuposición”