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Resumen de “la pedagogía de la autonomía” Paulo Freire.

En Pedagogía de la autonomía, Freire nos convoca a pensar acerca de lo que


los maestros deben saber, y de lo que deben hacer, en el proceso de la
enseñanza y el aprendizaje, sobre todo cuando el énfasis está puesto en
educar para lograr la igualdad, la transformación y la inclusión de todos los
individuos en la sociedad. Freire no va a justificar el analfabetismo o la no
asistencia a las escuelas por la irresponsabilidad de los padres o por el
resultado de sus bajos ingresos, porque para él la educación y las posibilidades
que ella brinda de mejoramiento de la humanidad son fundamentales en su
concepción sobre la liberación de los individuos y su inclusión en las
sociedades.

Nos ofrece un marco conceptual relacionado con la práctica de los


profesionales de la educación, quienes para este autor estarán comprometidos
tanto con la enseñanza como con el aprendizaje. Articula un total de veinte
"saberes" o principios a tener en cuenta, vinculados a tres capítulos principales,
los cuales a su vez son los pilares conceptuales de esta obra: No hay
enseñanza sin aprendizaje; enseñar no es transferir conocimientos; y el
proceso de educar es sólo una empresa humana.

El primer principio entraña una profunda concepción de Freire, mediante la cual


nos conmina a pensar en la interacción entre educar y enseñar. Una no existe
sin la otra, al tiempo que demandan del diálogo con y del respeto por el
educando y por su concepción del mundo. Freire señala que la educación
basada en la interacción entre educar y aprender requiere seguir los siguientes
pasos: observa un rigor metodológico; desarrolla la investigación; respeto por el
conocimiento particular de cada estudiante; ejercita el pensamiento crítico;
respeta la ética y estética; haz lo que dices y arriésgate aceptando lo nuevo, al
tiempo que rechazas cualquier forma de discriminación; reflexiona críticamente
acerca de las prácticas educacionales; y asume tu identidad cultural.

Ponderó la capacidad del educador de tomar decisiones que transformen las


realidades de los estudiantes, de preconcebidas y desesperanzadas en
esperanzadoras y llenas de posibilidades.

Este libro entraña una tremenda contribución a la enseñanza como profesión


mayor. Debe ser lectura obligada de todo maestro en este mundo y en especial
en América Latina y el Caribe, porque sin dudas aporta nuevas ideas acerca de
las maneras más efectivas de formar a los educadores, y acerca de las
reformas que todavía los sistemas de enseñanza deberán emprender, para
hacerlos formadores reales de individuos imbricados en sus sociedades.

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