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A L.-.G.-.D.-.G.-.A.-.D.-.U.-.

Libertad — Igualdad — Fraternidad


GRAN LOGIA SIMBÓLICA ESPAÑOLA

Distrito de Catalunya y Baleares

Resp.-. Log.-. Simb.-. “Justicia n2 7”

Los Solsticios y la Masonería

Por Eduardo Levratto Fischer, M.-. M.-.

V... M.-.

QQ.-. HH.-. todos, en sus grados y condiciones.

Nuestro tema de hoy no será el estudio astronómico de los


Solsticios, abundantemente explicados en esa gigantesca
biblioteca ecuménica que es Internet, sino algo más específico: la
relación íntima que estos fenómenos astronómicos guardan con
el simbolismo del Arte Real.

¿Por qué los Masones recordamos y festejamos los dos Solsticios


anuales? No es por continuar una tradición cuyo significado
profundo ya no recordamos, sino por la presencia viva de estos

fenómenos en la vida corriente de una Logia masónica o de una


Gran Logia.

Busquemos pues, cuál es el simbolismo masónico de esa relación


tan singular. Los especialistas en las Ciencias del Hombre
(historiadores, antropólogos, sociólogos, psicólogos sociales, etc.)
han señalado ya hace mucho tiempo la importancia de la
1
presencia de los Solsticios en la vida diaria del hombre y cómo
estos momentos cumbres han condicionado el quehacer humano
desde épocas inmemoriables y han hecho nacer la necesidad de
recordar y conmemorar esa influencia tan importante.

¿En qué momento y por qué circunstancias las fiestas solsticiales


han pasado a integrar el Corpus simbólico del Arte Real? ¿Qué
antecedentes conocemos de esto?
Tal vez el antecedente mejor conocido es el de la antigua Roma,
con los “Collegia Fabrorum” que festejaban la doble fiesta
solsticial del dios “Janus”, el dios protector de las Iniciaciones
religiosas, que se celebraban en las mismas fechas que los
solsticios (diciembre y junio) y en íntima relación con estos hechos
astronómicos. Recordemos que el dios “Janus” presentaba dos
caras, una orientada hacia el pasado y otra dirigida al porvenir,
mientras que su tercera cara, invisible para los no iniciados,
apuntaba hacia lo “Eterno”, siempre presente en la conciencia de
los iniciados en la religión.
La primera constancia documental de la presencia en el Arte Real
en las fiestas solsticiales es del 24 de junio de 1535 en la “Carta de
Colonia”. [¿Han visto la cantidad de documentos masónicos que
están fechados el 24 de junio? ¿Por qué será?]

¿Cómo se produjo la mutación de este concepto-sentimiento de


índole religioso a la idea de integrar un Corpus simbólico de la
Orden? Esto fue obra de la Masonería Operativa, que hizo de los
dos Santos Juan los santos tutelares del Arte Real. Así nacen las
Logias masónicas simbólicas, como “Logias de San Juan”, tal como
nos lo recuerda el VM al abrir los Trabajos en cada Tenida: “..
declaro abierta, según el Ritual del Grado de Aprendiz, esta
Respetable Logia de San Juan...” (Así consta en el “Ritual de la
Tenida Solsticial de San Juan de Invierno” de la GLSE).
Lo que no sabemos a ciencia cierta cuándo se produjo en la M.-.
Operativa esta formidable mutación. Pero ahí está, para que los
Masones del s. XXI rindamos culto a nuestros santos protectores
y recordemos estos fenómenos astronómicos.

Nuestros Trabajos masónicos sólo se pueden abrir si el VLS se


abre en el Evangelio de San Juan y la Escuadra y el Compás se
disponen masónicamente.

Cuando la M.-. Oper.-. decidió trabajar a la gloria de nuestro santo


protector, San Juan Evangelista, lo hizo diciendo que fue “... este
santo fue el primero que nos predicó la Virtud y la Caridad y nos
ha mostrado la verdadera LUZ.” A pesar de la profunda laicización
que el Arte Real fue sometido en el s. XIX, a raíz de la cual muchos
contenidos religiosos cristianos se eclipsaron, todo lo referente a
las fiestas solsticiales y a San Juan Evangelista perduró hasta
nuestros días.

Durante mucho tiempo, en el Arte Real se discutió cuál de los dos


San Juan era el de las fiestas solsticiales, pues ambos se hacen
presentes en dichas celebraciones: San Juan Bautista en verano y
San Juan Evangelista en invierno. La conclusión fue recordar a
ambas figuras, cada una en su respectivo solsticio. En cuanto al
santo protector de las Logias masónicas es el Evangelista, siempre
presente en cada Tenida en el VLS abierto.
Digamos ahora que el solsticio de verano ligado al fuego, como
potencia natural tan ligada a la vida del ser humano, tiene en
Masonería una importancia capital, mucho más intensa que la
presencia del solsticio de invierno. A tal punto, que muchas Logias
sólo festejan a San Juan Bautista y a la fiesta del estío. El solsticio
de invierno queda un poco apagado al lado de su colega
veraniego.

Veamos el “Solsticio de Invierno”como Ceremonia masónica:


tiene su Ritual especial y la gran novedad en la hora de Apertura

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de los Trabajos (“Medianoche en punto”) y en el Cierre (“Mediodia
en punto”). Partimos en esta Tenida de la oscuridad de “la noche
más larga”, para ir recuperando a lo largo de los Trabajos la plena
luz del Mediodía. AQUÍ SUBYACE LA ESENCIA DEL CEREMONIAL
MASÓNICO DEL SOLSTICIO y no en la evocación de sus aspectos
astronómicos.

Nuestras Logias, integrantes de la GLSE, festejan y recuerdan por


igual a las dos fiestas solsticiales, como lo estamos viviendo en
estos momentos.

Por encima de las salutaciones que la vida profana nos invita a


hacer en ocasión de estas simbólicas fiestas, los Masones de pro
solemos desear un “FELIZ SOLSTICIO” a nuestros HH.-. en estas
fechas. Y es muy bueno que esto sea así.

Esto es cuanto, V.-. M.-.

Oriente de Barcelona, enero de 6016 (V.-. L.-.).


A L.-.G.-.D.-.G.-.A.-.D.-.U.-.
Libertad-Igualdad-Fraternidad.

GRAN LOGIA SIMBÓLICA ESPAÑOLA.

Resp.-. Log.-. Simb.-. “Justicia N2 7”.

Las obligaciones del Aprendiz masón.

Por Eduardo Levratto Fischer, M.-. M.-.

Al ingresar en la Masonería todos los Iniciados aprendemos *


cuáles son las principales obligaciones que nos atañen en nuestra
nueva vida en el Arte Real. Esos deberes que se nos imponen
derivan de la organización de nuestros Talleres, de las tareas que
efectuamos en ellos y de una tradición que se remonta a muchos
siglos y que nos obligan moralmente a una “praxis” muy especial
que la gran cantidad de Masones aceptamos con sumo
beneplácito. Desde que ingresamos en la Orden, esas obligaciones
son las normas de conducta que guían nuestro quehacer en las
Logias. Veamos ahora esos deberes fundamentales del Aprendiz
masón.

Asiduidad. Es el primer compromiso que asume todo Neófito o


Nuevo Iniciado: asistir con la máxima regularidad a las Tenidas de
su Logia Madre y esto, por dos razones fundamentales: primero,
porque asistir a las Tenidas es la forma más fácil para conocer y
vivir la Masonería; y en segundo término, porque la labor
educativa del Segundo Vigilante se puede aprovechar en toda su
magnitud, en el tiempo previo para la Formación a la Tenida
propiamente dicha.
No se concibe un Pasaje de Grado de un
Aprendiz que asiste con irregularidad a los Trabajos de su Logia.
No existe la Masonería virtual: el quehacer masónico es siempre
presencial.

Pago de las capitaciones. Junto con el compromiso anterior, el


puntual cumplimiento de las obligaciones económicas que la Logia

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ha fijado a sus integrantes, es el otro principal deber de todo
Masón integral, que colabora así con el equilibrio contable de su
Taller. Cualquier Logia masónica vive con los aportes de las
capitaciones que pagan sus miembros. Si un Hermano no cumple
con esta obligación, está haciendo daño a su Taller y a todos sus
Hermanos. Recordemos que cada Logia paga a la Gran Logia el
importe de las capitaciones por todos sus integrantes y, por lo
tanto, debe recaudar por todos ellos.

Discreción masónica. En el transcurso de las respectivas


Ceremonias de Iniciación, de Elevación o de Exaltación, los
Recipiendarios juran o prometen guardar fielmente las
explicaciones masónicas que se le dan y no comunicarlas a nadie
por ningún medio de divulgación. Entre estas indicaciones se le
exige al futuro Aprendiz NO revelar jamás la condición de Masón
de un determinado H.., por los riesgos inherentes a tal
comunicación. Esta “discreción masónica” proviene de las épocas
en que la pertenencia a la Masonería implicaba un riesgo real de
presidio o de muerte. Actualmente, revelar esa condición de
Masón puede acarrearle al H.-. que la sufre la pérdida de su fuente
de trabajo o incluso una persecución mayor.

Cada H.-., por su parte, es libre de comunicar su condición de


Masón, en ejercicio de su propia potestad.

El silencio y el secreto. Es conocido que el Aprendiz NO tiene el


derecho de hablar en su Logia, salvo que el VM lo autorice para
ello. ¿De dónde proviene esta prohibición, que tanto desconcierta
al Aprendiz, y que alguna vez ha ocasionado la renuncia de un
Candidato a ingresar? Es una limitación impuesta a los Aprendices
conocida desde la antigiiedad y patente ya en la Masonería
Operativa. Recordemos que en esta forma de organización del
Arte Real, los Aprendices eran EMPLEADOS de un patrón (los
Compañeros del Oficio o del Maestro que presidía la Logia.)
La Masonería Especulativa, desde su comienzo a principios del
XVIII, mantuvo esta prohibición para los Aprendices. Los
Compañeros, que al inicio de la Especulativa también tenían esta
prohibición, fueron ganando derechos en la organización y
finalmente lograron tener esa posibilidad de hablar en Logia,
aunque limitada en muchas Obediencias a hablar UNA SOLA VEZ
por Tenida.

Nuestra Logia, con su programa “Ágora del Masón”, está


realizando una importante experiencia al conceder la palabra para
opinar sobre un tema masónico significativo, ATODO SU CUADRO
LÓGICO. Este programa pretende lograr una mayor integración
entre AA.-., CC.-. y MM.-. que hablan en Logia sobre un tema
importante, a la vez que se atenúan en algo las naturales
diferencias entre los tres Grados del Simbolismo.

El secreto y la divulgación. ¿Existe alguna parte del secreto


masónico que se puede divulgar en el mundo profano? No hay
acuerdo unánime entre los pensadores masónicos y, por
supuesto, entre las autoridades que dirigen una Gran Logia.
Impensable hasta hace muy poco, el formidable desarrollo de
Internet ha replanteado este espinoso tema. Habida cuenta que
en Internet se cuenta TODO sobre el Arte Real, parecería que esta
prohibición de divulgar secretos masónico ya no tiene sentido. Los
puristas que siguen defendiendo a ultranza el rigor en las
ceremonias iniciáticas y recordando que cualquier acto masónico
debe seguir siendo “presencial” para tener el marchamo de
Ceremonia válida, nos dicen que todo ese contenido intelectual
sobre la Orden NO DICE NADA sin las vivencias reales recibidas en
Logia. NADIE SE HACE UN MASÓN INTEGRAL LEYENDO SÓLO LO
QUE ESTÁ EN INTERNET O EN LOS LIBROS MASÓNICOS.
La experiencia masónica vivida en el Taller NO se puede proyectar
a nadie y permanece exclusivamente dentro de los muros de una
Logia y en las mentes de los Masones que asistieron. No se puede

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explicar a un H.-. que no ha asistido cómo fue la Iniciación del
profano tal o cual.
La Tolerancia. Entramos aquí en la consideración de la gran virtud
masónica por excelencia, la Tolerancia. Según el Masón francés
Daniel Ligou, la Tolerancia consiste “en admitir la opinión del otro,
aunque esta opinión sea contraria a la nuestra o a la opinión oficial
considerada como verdadera.” Es tal la importancia que los
autores masónicos han concedido a esta Virtud de nuestra praxis,
que el presente desarrollo de sus características debería ser como
el total de esta plancha. Por razones obvias, sólo indicaremos las
características más evidentes de este sentimiento del Arte Real.

Veamos primeramente la etimología de este vocablo. La palabra


Tolerancia deriva del latín “tolerare”, que significa tolerar,
soportar, sostener, mantener y, por extensión, combatir. Pero no
debemos entenderla como una actitud pasiva frente a las acciones
y las palabras de los otros. Es, más bien, un poderoso
comportamiento para actuar reconociendo el derecho del otro y
respetando sus opiniones. Y mejor que una definición, un ejemplo
muy claro de nuestra vida en Logia: cuando un H.-. lee una plancha
y nosotros no estamos de acuerdo con muchas de sus ideas o con
la forma de expresarlas, no podemos NUNCA entrar en debate con
él para cuestionar esas ideas. En una Tenida, TODOS los HH.-.
deben dirigirse SÓLO al VM para expresar sus ideas y no plantear
una discusión con un H.-. Si podemos enriquecer la exposición del
H.-., lo haremos; si cuestionamos esas ideas expuestas,
corresponde guardar silencio.

Cosa curiosa, la palabra “Intolerancia” apareció primero que su


antónimo. Nuestra Tolerancia surgió en el s. XVII como valor
positivo: respeto mutuo y recíproco del pensamiento, de la
opinión del otro, con el reconocimiento de la equivalencia entre
su propio verdad y la verdad de los otros.
explicar a un H.-. que no ha asistido cómo fue la Iniciación del
profano tal o cual.
La Tolerancia. Entramos aquíen la consideración de la gran virtud
masónica por excelencia, la Tolerancia. Según el Masón francés
Daniel Ligou, la Tolerancia consiste “en admitir la opinión del otro,
aunque esta opinión sea contraria a la nuestra o a la opinión oficial
considerada como verdadera.” Es tal la importancia que los
autores masónicos han concedido a esta Virtud de nuestra praxis,
que el presente desarrollo de sus características debería ser como
el total de esta plancha. Por razones obvias, sólo indicaremos las
características más evidentes de este sentimiento del Arte Real.

Veamos primeramente la etimología de este vocablo. La palabra


Tolerancia deriva del latín “tolerare”, que significa tolerar,
soportar, sostener, mantener y, por extensión, combatir. Pero no
debemos entenderla como una actitud pasiva frente a las acciones
y las palabras de los otros. Es, más bien, un poderoso
comportamiento para actuar reconociendo el derecho del otro y
respetando sus opiniones. Y mejor que una definición, un ejemplo
muy claro de nuestra vida en Logia: cuando un H.-. lee una plancha
y nosotros no estamos de acuerdo con muchas de sus ideas o con
la forma de expresarlas, no podemos NUNCA entrar en debate con
él para cuestionar esas ideas. En una Tenida, TODOS los HH.-.
deben dirigirse SÓLO al VM para expresar sus ideas y no plantear
una discusión con un H.-. Si podemos enriquecer la exposición del
H.., lo haremos; si cuestionamos esas ideas expuestas,
corresponde guardar silencio.

Cosa curiosa, la palabra “Intolerancia” apareció primero que su


antónimo. Nuestra Tolerancia surgió en el s. XVII como valor
positivo: respeto mutuo y recíproco del pensamiento, de la
opinión del otro, con el reconocimiento de la equivalencia entre
su propio verdad y la verdad de los otros.
Así planteado el concepto, pronto caló en Masonería adquiriendo
a continuación el significado profundo y definitorio que tiene en
la actualidad en Masonería. Dos singulares sentimientos-ideas
definen al Arte Real: la FRATERNIDAD y la TOLERANCIA. Sin ellas
presentes y actuando siempre no se concibe a la Orden.

Este fecundo sentimiento que dirige el quehacer de los Masones


consta de dos aspectos o niveles: el primero, individual, está
presente en todos los HH.-. y es el más directamente asequible.
Somos buenos Masones en la medida que aplicamos esa
Tolerancia dentro y fuera de nuestras Logias. El segundo,
colectivo, aparece en las relaciones entre las Logias o entre las
Grandes Logias. No basta que apliquemos la Tolerancia entre
Talleres de una misma Obediencia, sino que es menester llegar a
ese momento entre Grandes Logias. Todos los Masones
tendríamos que arribar a un imperativo ético de reconocimiento
de la cualidad masónica de una Gran Logia, aunque no sea la
nuestra.
Y ahora una pregunta muy importante. ¿Tiene límites la
Tolerancia? ¿Debemos aceptar todas las ideas que nos llegan
aunque sean la expresión de conceptos negativos? ¿Debemos
comulgar con el genocidio, con el maltrato de mujeres y niños, con
la negación de los derechos fundamentales? La inmensa mayoría
de los autores expresan que la Tolerancia NO puede servir para
dar marchamo de buenas ideas a todo ese bagaje de conceptos
negativos y privados de Humanidad. Debemos aplicar la
Tolerancia a todos esos grandes valores que la Sociedad reconoce
como auténticos.
Fraternidad iniciática. Es el sentimiento de Hermandad que surge
entre todos los Masones, como consecuencia de las Ceremonias
de Iniciación y los Trabajos habituales de la Logia. Es la sensación
de pertenecer a una Institución que auspicia y enriquece ese
sentimiento fraterno, que también se expresa en los Ágapes
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posteriores a cada Tenida. Cada nueva Iniciación renueva ese
afecto entre HH.-. con la llegada de un nuevo Neófito, que se
integra en nuestro quehacer sintiéndose querido y protegido por
sus HH.:. Masones. A medida que transcurre la singladura de la
Orden iniciada por cada integrante que ingresa en nuestras Logias,
se van creando esos vínculos afectivos de Hermandad que
caracterizan al Arte Real. Es un sentimiento que no admite los
vicios del mundo profano: envidia, intolerancia, sensación de
superioridad, etc., etc. Todos iguales reunidos en Logia, sin más
diferencias que el Grado masónico que se posee que sólo otorga
el conocimiento diferencial de cada nivel. Cuando en Logia nos
dirigimos al Ven.-. M.-., agregamos luego : “QQ HH todos, en sus
Grados y Condiciones.”
Juramento y compromiso. En cualesquiera de las importantes
Ceremonias de Iniciación, de Elevación o de Exaltación, un
momento capital en la asunción de los nuevos Conocimientos de
un Grado, ocurre cuando el Recipiendario jura no revelar los
secretos masónicos que se le comunican y, además, asume el
compromiso de actuar como le pide la Orden. No basta con que
se guarde el secreto recibido sino que hace falta cumplir la
obligación libremente asumida. Desde que recibimos la nueva
información masónica de parte de los HH.:. que ya la poseen,
estamos obligados a hacer un buen uso de ella, tal como lo espera
el Arte Real. Cuando nos comunican los nuevos secretos del Grado
que nos otorgan, somos ya una nueva persona que maneja un
importante bagaje intelectual y vivencial y tenemos, por ende,
una nueva “edad masónica”.

Búsqueda del Conocimiento. La recerca incesante del


Conocimiento es otra de las obligaciones o deberes de un
Aprendiz masón y, por supuesto, de todo Compañero o Maestro.
No en vano se repite que “todo Masón es un eterno Aprendiz”,
para significar que el esfuerzo perenne de cada Iniciado para
acceder al fabuloso mundo del Conocimiento no puede quedar
limitado a nuestra etapa inicial en el Primer Grado. Sólo nuestro
definitivo pasaje al Oriente Eterno produce un corte en este afán
por conocer.
La búsqueda del Conocimiento es totalmente diferente en cada
uno de los Grados simbólicos. Por razones obvias, sólo nos
ocuparemos aquí de esa recerca a nivel del Primer Grado.

¿Cómo se adquiere el Conocimiento si somos Aprendices? La


Orden pone a disposición de sus afiliados tres vías o caminos para
llegar a él. La VÍA RITUALÍSTICA, la VÍA SIMBÓLICA y la VÍA
INICIÁTICA. El manejo conjunto de estas tres vías permite acceder
al Saber que buscamos para nuestros Aprendices y que, por
supuesto, son los mismos caminos que recorrimos en su tiempo.

La vía ritualistica nos marca en cada Tenida cómo debemos actuar


masónicamente en cada Tenida. Desde hace mucho tiempo, la
Orden se guía en su funcionamiento por “documentos escritos”
que dejan poco margen para la improvisación en el quehacer
masónico. Ya hace mucho tiempo que se superó aquel estadio
primigenio en que todo se hacía de forma “consuetudinaria”,
utilizando la tradición y los “Usos y Costumbres” como fuente del
orden. Actualmente, el “Colegio de Ritos” de cada Obediencia
determina cómo es el Ritual que debe utilizarse en los Trabajos de
sus Logias. Sólo el Ven.-. M.-. de cada Taller tiene la capacidad
jurídica para modificar el Ritual, potestad que NO es irrestricta y
se limita a parciales interpretaciones del texto legal.
La vía simbólica es el segundo camino para acceder al
Conocimiento. Cada Ritual, además de las expresiones que se
entienden directamente, contiene un conjunto de SÍMBOLOS que
es necesario aprender y comprender en su profundidad. Dos
aspectos fundamentales de esta vía que se manejan diariamente
en el Taller: la “simbólica verbal” (lo que se dice en la Tenida) y la
“simbólica gestual” (cémo moverse durante la Tenida). Ambas
suministran a los HH.-. la forma para efectuar una sesión masónica
correcta. TODOS LOS HH.-. DE UN GRADO DEBEN CONOCER A
FONDO EL RITUAL QUE LES CORRESPONDE. No sólo los Oficiales
que actúan en cada Tenida deben dominar su Ritual.

Y la tercera vía de acceso al Conocimiento es la Ceremonia de


Iniciación de un profano, que todos los AA.-. van reviviendo con
cada nuevo ingreso.
De las tres vías o caminos no hay ninguna que sea más importante
que las otras. Todas son esenciales y deben aprovecharse al
máximo en el camino que el A.-. debe recorrer para cumplir con
su obligación de Masón.

Búsqueda de la Verdad. ¿Y qué podemos decir de esta búsqueda?


¿O es lo mismo que llegar al Conocimiento? No son lo mismo
aunque guardan una intima relación. La adquisición del
Conocimiento permite al Masón poder llegar a una o varias
Verdades: cuantos más Conocimientos hayamos adquirido en
nuestro paso por la Masonería, más será la importancia de la
Verdad a la que hemos arribado. La Masonería NO indica cuál
debe ser esa Verdad y deja al afán del propio Masón para que este
defina cómo debe ser ese logro No todos los.HH.-. arriban a la
misma Verdad. Se ha dicho que hay tantas como Masones.

Búsqueda de la Luz. ¿Y qué es la recerca de la Luz en Masonería?


Una vez alcanzado el Conocimiento y llegado a la Verdad, el
Masón se encuentra con su obligación de alcanzar la Luz. No en
vano los Masones somos llamados “HIJOS DE LA LUZ”. ¿Y de qué
Luz estamos hablando? En todas las instituciones iniciáticas
alcanzar o lograr la Luz significa llegar a la idea de la
“Trascendencia” y hacerla nuestra, y que todos los Masones
llamamos el “Gran Arquitecto del Universo”. Esta idea compleja
y profunda no se trasmite a los Iniciados como un dogma, sino que
cada Masón la concibe en su fuero íntimo con total y absoluta
libertad de conciencia. En los primeros tiempos de la evolución de
la Orden el “GADU” era simplemente el Dios de las religiones
reveladas, especialmente el Dios cristiano de la Biblia. A finales del
S. XIX, con la ola de “Laicismo” que invadió al Arte Real, se
entendió mucho mejor respetar la libertad de conciencia del
Masón y el concepto de “GADU” dejó de ser oficialmente el
concepto de Dios y pasó a ser una Trascendencia propia y
exclusiva de cada H.-.
Vemos así que la Luz es uno de los simbolos más potentes e
importantes utilizados por las instituciones que han practicado y
practican aún la Iniciación de sus adeptos. Y no es sólo el aspecto
físico en la presencia del factor luminoso que permite la vida sobre
la Tierra, sino también en el fecundo simbolismo que guarda
especialmente en la Masonería. Nuestros Rituales abundan de
expresiones que realzan el papel esotérico de la Luz, como lo
comprobamos con el Delta Luminoso, el Sol, la Luna, las tres
columnitas del centro de nuestros Talleres, etc., y las abundantes
referencias que ostentan los Rituales. Al abrir los Trabajos
masónicas ya se menciona la necesidad de la Luz para poder hacer
la labor de Apertura o la dramática presencia de la Luz para el
Recipiendario en la Iniciación. Los Masones presentes en esta
Ceremonia ya han recibido la Luz a su debido tiempo y de forma
idéntica al Recipiendario. Pero esta Luz NO es la única que recibe
el Masón. En su devenir por el Arte Real deberá buscar la Luz
definitiva de la Trascendencia, conociendo e integrando al GADU
en su ser psico-espiritual. Como se ha dicho con verdadera
exactitud, “De la misma manera que el Sol ilumina el Día y la Luna
hace lo propio con la noche, así el Venerable Maestro debe
iluminar a su Logia, con la sabiduría de sus consejos, con la ciencia
que proyecta, con las buenas costumbres que demuestra tener y
por la dignidad de su vida”.
Ágape fraterno. Después de cada Tenida masónica, los obreros
de cada Logia y los invitados presentes se reúnen en una cena de
alto contenido masónico. En este Ágape deben asistir TODOS los
integrantes del Cuadro Lógico, aunque la realidad hace que la
asistencia pase a ser facultativa y desvirtuándose así, el profundo
sentido que tiene esta Ceremonia, en la que los HH.-. comparten
el pan y el vino, tal como sucedía en las Iniciaciones de la
antigúedad. Asimismo, es la gran ocasión para brindar por los
HH.-. que están en la desesperanza y lejos de sus lugares de
origen. Este hermoso brindis, que no todas las Obediencias
practican, recibe el nombre de “Brindis por los HH.-.” y no debería
faltar nunca en el Ágape fraterno.

Conclusiones.

Este “Corpus” masónico que hemos expuesto referente a las


“Obligaciones del Aprendiz Masón”, constituye un formidable
“Código de Conducta” que quiere regular el comportamiento de
los Aprendices aunque es igualmente aplicable a Compañeros y
Maestros, o sea a todo el espectro social de la Masonería. Todos
los Masones estamos obligados, por nuestros juramentos o por
nuestras promesas, al exacto cumplimiento de estas normas cuya
existencia revela el calibre moral que la Obediencia quiere de sus
Iniciados.

Valle de Barcino, diciembre de 6016 (v.-. 1.-.).


BIBLIOGRAFÍA.
IRENE MAINGUY. L’APPRENTI. DERVY, Paris, 2014.

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AL.-.G.-.D...G.-.A.-.D.-.U.-.

Libertad-Igualdad-Fraternidad.

GRAN LOGIA SIMBÓLICA ESPAÑOLA.

Resp.-. Log.-. Simb.-. “Justicia N2 7”.

La Iniciación masónica en el REAA.

Por Eduardo Levratto Fischer, M.-. M.-.

Todos los Masones conocemos qué es y qué significa la “Ceremonia de


Iniciación al Grado de Aprendiz”, momento trascendente en el inicio de una
vida masónica. Nadie ingresa en la Orden si no es a través de esta
importante formalidad y es muy importante que conozcamos todos lo que
ella significa. No es sólo una formalidad exigida a los profanos para su
ingreso en el Arte Real. Es una formidable experiencia vivencial que nunca
se olvida y que se revive y se comprende mejor en cada nueva Iniciación a
la que asistimos. No es el ingreso a una sociedad profana como nuevo
simpatizante, sino es un verdadero cambio en nuestra vida y el ingreso a un
mundo diferente de alegorías y símbolos, de fraternidad y de tolerancia,
que guiarán en lo sucesivo nuestro quehacer en la vida.

Veamos en primer término una breve referencia a la historia de esta


Ceremonia, para después desarrollar los caracteres de la Iniciación
masónica, tema central de nuestra explicación.

Los autores masónicos que se han ocupado del tema han señalado que no
siempre se utilizó el término “Iniciación” para denominar a la Ceremonia de
Ingreso en la Orden. Durante mucho tiempo se llamó “Recepción” al ingreso
de un profano y así consta en los “Manuscritos” del s. XVII, en los cuales se
dice: “... XX fue recibido Masón...” y no “Iniciado Masón”. Tan es asi, que
esta forma de llamar al ingreso en la Orden pervive todavía en una instancia
fundamental del pasaje de profano a Iniciado: cuando el VM expresa lo
siguiente: “... os Consagro, Constituyo y Recibo Aprendiz Francmasón...”. El
“Recibo” recuerda la “Recepción” de los primeros Masones de la M.-.
Especulativa.

El término “Iniciación” se impone como denominación en el Arte Real


aproximadamente hacia 1730: ya en la “Masonería Disecada” de Samuel
Prichard de ese mismo año y en la M.-. inglesa, el uso del vocablo indicado
se hizo general. Curiosamente, en Francia el uso de la voz “Recepción” se
1
mantuvo durante todo el XVIII y recién en 1826 el “Grand Orient de France”
adoptó el término “Iniciación” para la Ceremonia del ingreso.

No todas las acciones de la Ceremonia se incorporaron al mismo tiempo en


el Ritual correspondiente del Primer Grado.

El despojamiento de los metales es de 1740.


El “Cuadro de Logia” aparece en 1745.
El “Gabinete de Reflexión” es de 1765-1770.
Los “Viajes”, aparecidos en 1730, se hacen obligatorios en 1780.
La “prueba de la sangre” es de 1770.
El “cálix de la amargura” de 1785.
Poco a poco y a lo largo del XVIII, se configuró el Ritual de la Iniciación
tal como lo practicamos hoy día.

Valores de la Iniciación. Los más prestigiosos autores masónicos


actuales han señalado los siguientes valores de la Ceremonia del
Primer Grado.

1%) Valor de enseñanza moral. La Iniciación he tenido siempre como


objetivo esencial ser el vehículo de una enseñanza moral muy precisa
y propone a los Recipiendarios un método para vencer sus vicios y
atemperar sus pasiones. Recordemos que ingresan en la Orden
personas “libres y de buenas costumbres.”
22) Valor de recompensa. Desde la antigiiedad este proceso ha
tenido el valor de una recompensa para aquellos que demuestran un
esfuerzo perseverante en la búsqueda de una superación en lo físico,
en lo intelectual, en lo moral y que aspiran a superarse en su
quehacer biológico.
32) Valor espiritual. Toda las acciones de la Iniciación se encaminan
hacia la búsqueda de una Espiritualidad superior, alejada en lo
posible del materialismo de la vida profana. Y ello se logra en
Masonería incorporando a nuestro ser nuevos valores que nos
ennoblecen.
42) Valor activo. La Iniciación es un combate permanente consigo
mismo, para lograr que las energías positivas triunfen sobre las
energías negativas. Y ello implica excluir toda pasivid
y adoptar
ad una
actitud activa frente a los embates de la vida. Para encontrar el
camino que nos recordaba el Masón Antonio Machado, el Iniciado

2
debe actuar siempre con un esfuerzo personal para alcanzar la
Verdad.
52) Valor esotérico. Esa actitud positiva de lucha permanente tiene
un profundo sentido esotérico que da al Neófito un conjunto de
conocimientos y de vivencias que no todo el mundo posee. Es una
transmisión iniciática de doctrinas y prácticas reservadas a un
número restringido de personas (los Iniciados). La palabra
“esoterismo” proviene del griego y quiere decir “yo hago entrar”, Es
abrir una puerta, mostrar un camino, para que quien proviene del
exterior pueda penetrar en el interior y tener acceso a una Verdad
oculta.
62) Valor de secreto. Este valor, de capital importancia en
Masonería, implica que el Neófito debe guardar secreto de lo que ve
y aprende en la Iniciación. Este secreto presenta cuatro aspectos:
secreto de pertenencia (no debo revelar mi integración en este grupo
humano), secreto de deliberación (no debo contar lo que se resuelve
en mi Logia), secreto de ritos (no debo decir qué es lo que pasa en un
Taller) y secreto del oficio (exigencia de gran valor en la M.-.
Operativa).
7e) Valor jerárquico. Este aspecto de la Iniciación se refiere a la
distinta jerarquía que se posee en el camino iniciático, al pertenecer
a uno u otro Grado (Aprendiz, Compañero o Maestro). Cada Grado
contiene un aspecto específico dentro de la misma Masonería y ello
supone derechos y obligaciones distintas. Desde el origen mismo del
Arte Real, esta tripe clasificación da un contenido diferente a la
respectiva Ceremonia de Iniciación, de Elevación o de Exaltación.
Todos los Masones buscan lo mismo (la Gnosis o Conocimiento), pero
lo hacen desde un punto de vista distinto y con diferentes
herramientas simbólicas. La respectiva jerarquía nos permite hacer
tal o cual cosa pero dentro de los cánones establecidos para cada
Grado masónico.
89) Valor virtual. La Iniciación, para que sea efectiva, supone la
presencia de personas ya iniciadas que lleven y guíen este proceso.
Este Ritual iniciático se transfiere al Recipiendario para que éste
reciba la “Iniciación virtual”, que sólo supone abrirle una vía para que
inicie su propio camino hacia la “Iniciación real o efectiva”, que a
veces puede tardar en llegar.
99) Valor individual. La Iniciación es un complejo proceso de
naturaleza individual, una vivencia psicoespiritual propia de cada
Iniciado, que no puede transpasarse. Considerada bajo el aspecto de
la Gnosis que se quiere trasmitir, la Iniciación supone un esfuerzo
dirigido a una persona determinada y no a un grupo humano que
aspire a ello. Por algo se dice que hay tantas Iniciaciones como
Iniciados que la reciben. Se trata de lograr que, con esta Ceremonia,
mejore la vida del profano que está recibiendo los beneficios de la
Iniciación y ponerlo en el camino hacia la Luz y la Verdad.
102) Valor universal. Esta Ceremonia que hemos disfrutado todos
los Masones de todo el mundo, tiene por ello un profundo valor
universal, ya que todos los Iniciados aspiramos a lograr el mismo
valor permanente que es la Verdad, tarea que nos ocupará durante
toda nuestra vida masónica.
11%) Valor sagrado. La Ceremonia nos brinda un conjunto de
conocimientos y vivencias que tiene un carácter “sagrado”, pues se
reciben en el seno de un Taller masónico cuyo quehacer ha sido
“sacralizado” por el VM al comienzo de cada Tenida. Este concepto
masónico de sagrado no tiene nada que ver con un aspecto religioso
de la cuestión. La praxis de los Iniciados no ocurre en el interior de
un edificio religioso, sino en el ambiente laico y adogmático de un
Templo masónico.
122) Valor irreversible. Y culminando nuestra enumeración, el valor
irreversible del acto iniciático significa que el proceso ocurrido a un
Masón a su ingreso en la Orden no puede ser borrado y la persona
que posee este signo distintivo no lo pierde jamás. Si un Hermano
solicita su reingreso al Arte Real, no será objeto de una nueva
Ceremonia de Iniciación, pues sus valores no se pierden nunca.

Todos estos valores configuran la esencia de la Ceremonia de


Iniciación de un profano y otorgan al acto un marchamo ético que no
se encuentra en ninguna organización profana. De alguna manera,
somos todos y cada uno de estos valores.
Toca decir ahora que la Iniciación otorga al Neófito la “capacidad
virtual”de poder llegar a ser un Masón Integral pero no la garantizan
si el Iniciado no accede a la “capacidad efectiva”, a través de su
trabajo en el Arte Real. Y recordemos aquí las magistrales palabras
del poeta y Masón don Antonio Machado:
“Caminante, no hay camino;
Son tus huellas el camino
y nada mds.
Caminante, no hay camino;
se hace camino al andar.”

Cuatro palabras para recordar.


En el transcurso del proceso de Iniciación se manejan cuatro
palabras cuyo significado exacto se debe conocer, pues hasta los
Rituales suelen caer en el error al utilizarlas. Ellas son Postulante,
Candidato, Recipiendario y Neófito. Cada una se refiere a un
momento preciso del proceso y no podemos utilizar una por otra.
Postulante es el profano que pide ingresar en la Orden o es
propuesto por uno o más Maestros para ello. Candidato es el profano
aceptado por la Logia y hasta el día de su Iniciación. Recipiendario es
el profano desde que ingresa al “Cuarto de Reflexiones” hasta que es
Consagrado Aprendiz Francmasón por el VM. Y Neófito es el Masón
recién Iniciado hasta que se cierran los Trabajos de ese día. Uno de
los errores más comunes es llamar Nedfito a quien todavía no lo es,
error que suele aparecer en los propios Rituales o en los Glosarios
masónicos.

Valle de Barcino, noviembre de 6016 (v.-. 1.-.).

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