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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION


UNIVERSITARIA
U.P.T.P “JUAN DE JESUS MONTILLA”
ACARIGUA-EDO-PORTUGUESA

PRINCIPIOS DE IGUALDAD Y DE GENERALIDAD TRIBUTARIA

Estudiante
Adrianny González C.I 27.860.105
Administración sección 146

JULIO 2022

1
INDICE

INTRODUCCION..............................................................................................3
B.1- DEFINICIONES DEL PRINCIPIO DE IGUALDAD Y
DEL PRINCIPIO DE GENERALIDAD (DEFINICIONES
DE AUTORES RECONOCIDOS). ........................... .......................................4
 Principio de generalidad4
 Principio de igualdad 5
 Generalidad tributaria6
B B.2: IMPORTANCIA Y FUNCION DE LOS PRINCIPIOS DE IGUALDAD
Y GENERALIDAD TRIBUTARIA ........................... ........................... ..............7
 (Igualdad ante la ley, frente a la ley y frente a la Administración
tributaria) ........................... ........................... .......................................8
 Principio de Igualdad, ........................... ........................... ....................8
 Principio de la generalidad del tributo, ........................... .......................9
 Contenido y ámbito de aplicación del principio de igualdad ................11
 El principio de autonomía 12
B.3- Tema “B”. PRINCIPIOS DE IGUALDAD Y DE GENERALIDAD
TRIBUTARIA ........................... ........................... ........................... ..............14
 Antecedentes históricos de estos principios. ......................................14
 La capacidad económica ............................ ........................................17
 Principios justicia tributaria (CRBV) constitución, generalidad, capacidad económica,
igualdad, progresividad...................................19
B.4- DIFERENCIA ENTRES ESTOS DOS PRINCIPIO...............................26
 Principio de generalidad e igualdad de tributos ..................................27
B.5- BASE CONSTITUCIONAL DEL PRINCIPIO DE IGUALDAD Y GENERALIDAD
TRIBUTARIA, APORTAR ANÁLISIS JURÍDICO.................31
 Principios tributarios........................... ........................... .................... 31
 Principio de Igualdad ........................... ........................... ...................31
 Casos -Principio de Igualdad
 Principio de Generalidad Tributaria ........................... .........................32
B.6- CREE O IDEE UN CASO EN EL QUE SE VIOLENTE EL PRINCIPIO DE IGUALDAD
TRIBUTARIA Y OTRO DEL PRINCIPIO DE GENERALIDAD
TRIBUTARIA. ........................... ........................... .........................................45
 El principio constitucional de igualdad: ........................... ....................47
 Principio de Generalidad del Tributo:
B.7- JURISPRUDENCIA O SENTENCIAS SOBRE ALGUNO DE LOS PRINCIPIOS
CORRESPONDIENTES A ESTE PUNTO.
 (Luego de estudiar la jurisprudencia o sentencia, realizar análisis
crítico) ........................... ........................... ........................... .........................49
 Jurisprudencia principio de la igualdad y generalidad del tributo........49
 Evolución histórica del sistema tributario …………………………………..68
 SISTEMA TRIBUTARIO………………………………………………….72
 PRINCICIPOS CONSTITUCIONALES…………………………………..74

CONCLUSIONES........................... ........................... ...................................76


REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS........................... ...................................78

2
INTRODUCCION
Dentro de los diversos Principios que rigen a la Administración
Tributaria Nacional, estos se comprenden como no violentables, pues los
recursos tributarios tienen como finalidad promover el bienestar general, para
la adecuada elaboración de una política tributaria que se oriente a esos fines,
deben tomarse en consideración todos los principios superiores de la
tributación.
El principio de la eficiencia de la Administración Tributaria implica entre
otras cosas que el Estado controle la evasión y elusión tributarias de la mejor
manera posible, puesto que de poco sirve promulgar leyes tributarias si se
permite que los contribuyentes desconozcan sus obligaciones fiscales.
Paralelamente a los principios ya esbozados, que podrían agruparse
entre los requisitos de justicia material que ha de cumplir el sistema tributario,
deben plantearse principios basados en la organización administrativa, así el
citado artículo 317 Constitucional, expresamente consagra:
“La administración tributaria nacional gozará de autonomía técnica,
funcional y financiera de acuerdo con lo aprobado por la Asamblea
Nacional y su máxima autoridad será designada por el Presidente o
Presidenta de la República, de conformidad con las normas
previstas en la ley”.
Por tanto a continuación desglosaremos las concepciones del principio
de generalidad y de igualdad de acuerdo al criterio de diferentes autores y
también hablaremos dela importancia de los mismos, antecedentes
históricos, diferencias entre estos dos principios de generalidad e igualdad,
además de analizar una jurisprudencia y así; iremos desarrollando cada uno
de los puntos con especial énfasis, por la importancia que dicho tema trae
para conocimiento nuestro.
La autonomía funcional abarca la autonomía organizativa, es decir, la
facultad para crear, modificar o suprimir sus unidades y dependencias
administrativas, así como definir y administrar su régimen de recursos

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humanos, potestades a su vez desarrolladas en la propia Ley que rige al
Servicio.
B.1- DEFINICIONES DEL PRINCIPIO DE IGUALDAD Y DEL
PRINCIPIO DE GENERALIDAD (DEFINICIONES DE AUTORES
RECONOCIDOS).
-ALEXIS SANCHEZ B-1
Principio de generalidad
Este principio alude al carácter extensivo de la tributación y significa
que cuando una persona física o ideal se halla en las condiciones que
marcan, según la ley, la aparición del deber de contribuir, este deber debe
ser cumplido, cualquiera que sea el carácter del sujeto, categoría social,
sexo, nacionalidad, edad o cultura. La generalidad surge del artículo 133 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que ordena que
sin excepción "toda persona tiene el deber de coadyuvar a los gastos
públicos mediante el pago de impuestos, tasas y contribuciones que
establezca la ley".
Por su parte la Dra Lenibeth Rivas refiere que “ El principio de la
generalidad, como otros tantos inscritos en las constituciones políticas
contemporáneas, impone una obligación jurídica general a todos los
habitantes del país, y que al concurrir con el levantamiento de las cargas
públicas, no se puede eximir a nadie de contribuir por razones que no sean
la carencia de capacidad contributiva”.
Lo que quiere decir que la ordenación de los tributos ha de basarse en
la capacidad económica de las personas llamadas a satisfacerlos y en los
principios de generalidad y equitativa distribución de la carga tributaria. Este
principio lo que prohíbe es la existencia de privilegios fiscales, porque en
sentido técnico estricto el tema se refiere más específicamente a las
directrices que el legislador ordinario ha de seguir para la selección de los
hechos imponibles, en acatamiento al principio de la capacidad contributiva.

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El Doctor Raúl Gil define que “ Los principios representan un conjunto
de valores que inspiran las normas escritas y organizan la vida de una
sociedad sometida a los poderes de una Autoridad como lo es el Estado ; y
los principios tributarios no son la excepción a esta Autoridad, ya que el
principio de generalidad es; en donde toda persona tiene el deber de
coadyuvar a los gastos públicos mediante el pago de impuestos, tasas y
contribuciones que establezca la ley”.
Siendo así; es imperante que se elaboren leyes que amplíen el universo
del contribuyente, se disminuya la evasión fiscal y mejoren la capacidad de
recaudación mediante incentivos fiscales para incrementar las inversiones
nacionales y extranjeras en un marco jurídico legal de seguridad jurídica.

Principio de igualdad
Señala que no debe excluirse a ningún sector de la población para el
pago del tributo. El principio de igualdad establece en el artículo 21 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que "todas las
personas son iguales antes la ley, en consecuencia:
1.- No se permitirá discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el
credo, la condición social o aquella que, en general, tenga por objeto o por
resultado anular el reconocimiento, goce o de ejercicio en condición de
igualdad, de los derechos y libertades de toda persona.
2.- La ley garantizará las condiciones jurídicas y administrativas para
que la igualdad ante la ley sea real y efectiva, adoptará medidas positivas a
favor de personas o grupos que puedan ser discriminados, marginados o
vulnerables.
3.- Sólo se dará el trato oficial de ciudadano o ciudadana, salvo las
fórmulas diplomáticas.
4.- No se reconocen títulos nobiliarios ni distinciones hereditarias."
Según la doctora Mónica Álvarez señala lo siguiente “la igualdad
como base del impuesto, es la contribución de todos los habitantes según su

5
aptitud patrimonial de prestación.” Por lo tanto, cabe resaltar que esto
dependerá de la aptitud de cada ciudadano en su responsabilidad como
contribuyente, por su puesto, que enmarcamos esta responsabilidad en el
principio de generalidad respectivamente.
El Doctor Villegas H. señala por su parte “que el principio de
igualdad tributaria esta referido a la forma igualitaria en que deben ser
tratados los particulares a los fines de la tributación”. Significa esto pues; que
los tributos se aplican abarcando íntegramente las categorías de las
personas o bienes previstos y no a una parte de ellos. Cabe resaltar que el
tributo no debe ser desproporcionado respecto a la real capacidad
contributiva y sus manifestaciones.
La generalidad tributaria es un principio del Derecho tributario que
implica que no haya discriminaciones arbitrarias a la hora de imponer los
tributos, y que éstos alcancen a todos aquellos comprendidos en las mismas
circunstancias. No significa que todas las personas deben pagar impuestos,
ni todos en la misma proporción, sino que todos aquellos que estén
comprendidos en los supuestos contemplados en la norma legal soporten la
imposición sin excepciones injustas. Esto no significa que no puedan
concederse legalmente exenciones o rebajas, pero por motivos fundados.
Aquellas personas sin capacidad contributiva no deben pagar impuestos, y
quienes más tienen deben abonar más. El principio de igualdad y el de
progresividad deben conjugarse con el de generalidad para que la carga
impositiva cumpla además con el principio de justicia.
Generalidad tributaria
Imponer tributos es un derecho y un deber del Estado, ya que necesita
de esos fondos para que todos los habitantes puedan acceder a sus
necesidades básicas de salud, justicia, educación y seguridad, y es deber de
los más beneficiados económicamente contribuir a que todos vivan
dignamente en una sociedad solidaria.

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Las leyes son las que imponen las cargas contributivas, y tienen
carácter general, característica de todas las leyes, no solamente las
tributarias, y por lo tanto alcanza sin excepción a todos los sujetos
comprendidos en su normativa. Todos aquellos (personas físicas o jurídicas)
que generen el hecho imponible previsto por la norma, que dé lugar a la
imposición, deben tributar sin excepciones arbitrarias.
Excluye también la aplicación de tributos a personas determinadas en
consideración a circunstancias discriminatorias, lo que se garantiza al
obligarse que deba ser la ley la que establezca el impuesto, el modo y la
cantidad a abonar, respetando además la no confiscatoriedad, estableciendo
así la seguridad jurídica de los contribuyentes.

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B B.2: IMPORTANCIA Y FUNCION DE LOS PRINCIPIOS DE
IGUALDAD Y GENERALIDAD TRIBUTARIA (Igualdad ante la ley, frente a
la ley y frente a la Administración tributaria)
-MIRIAN GOMEZ B-2 y B-4
C.I.NRO.11.648.172 EXP.161-00128-V

Principio de Igualdad, tiene como importancia legitimador buscar la


justicia de la tributación en orden a las exigencias de igualdad y equidad.
Las garantías constitucionales que se han señalado, no pueden ser
consideradas en forma aislada o separada unas de otras, la igualdad no
podría cumplirse jurídicamente considerada si no va al auxilio la
proporcionalidad, y ésta constituye la base esencial para que la equidad sea
real y positiva, se trata de conceptos jurídicos interrelacionados y sujetos a
una interpretación integrada y sistemática.
El derecho judicialmente recibido, viviente y operativo de un país dado
tiene como equivalentes a la igualdad, la proporcionalidad, la progresividad y
la capacidad contributiva, de manera idéntica también la equidad con la no
confiscatoriedad. La igualdad tributaria se vincula con la riqueza de los
potenciales contribuyentes, entendiendo por riqueza las distintas
manifestaciones de capacidad contributiva, representada por los ingresos, el
patrimonio, la circulación y el consumo.
Es por ello que el Principio de Igualdad tiene importancia y su función
específica se establece así: IGUALDAD EN LA LEY. Todos estamos
obligados a pagar tributo para contribuir a los gastos públicos. IGUALDAD
ANTE LA LEY. Dispuesta en el artículo 21 de la Constitución Bolivariana
de Venezuela, todos somos iguales ante la ley, y no se admitirán las
discriminaciones bajo ninguna condición. Llamada también la igualdad

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implícita. IGUALDAD POR LA LEY. En materia tributaria la igualdad por la
Ley se manifiesta a través de la aplicación del Principio de la Capacidad
Contributiva, por el cual deben pagar más impuesto aquellos que mayor
riqueza generan y menos impuestos quienes menor riqueza generan, de
manera que los tributos puedan ser aplicados con justicia.
Esta manifestación de la igualdad es de vital importancia en materia de
beneficios fiscales, dado que, ciertos tipos de beneficios fiscales no son
otorgados atendiendo a razones de política económica del Estado, como
para evitar que el impuesto sobre la renta grave la renta obtenida por
personas (naturales o jurídicas) cuya capacidad económica es muy precaria
o simplemente no se manifiesta en la misma forma que la de otros sujetos,
por lo que el legislador al otorgar el beneficio lo hace con la intención de
darles un tratamiento diferente, con la idea de colocarlos en una situación de
igualdad con respecto a otros contribuyentes.
La igualdad por la Ley deviene de la aplicación del principio de justicia y
se resume muy bien en aquel viejo axioma y en forma del Derecho de tratar
igual a quienes son iguales y en forma desigual a los casos desiguales, pues
nada hay más injusto que tratar a todos los casos por igual.

Principio de la generalidad del tributo, previsto en el artículo 133 del


texto fundamental, es del tenor siguiente:
“Toda persona tiene el deber de coadyuvar a los gastos públicos
mediante el pago de impuestos, tasas y contribuciones que establezca la
ley.”
El principio de la generalidad, como otros tantos inscritos en las
constituciones políticas contemporáneas, impone una obligación jurídica
general a todos los habitantes del país, a concurrir con el levantamiento de
las cargas públicas, no se puede eximir a nadie de contribuir por razones
que no sean la carencia de capacidad contributiva, ya que la ordenación de
los tributos ha de basarse en la capacidad económica de las personas

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llamadas a satisfacerlos y en los principios de generalidad y equitativa
distribución de la carga tributaria.
Este principio lo que prohíbe es la existencia de privilegios fiscales,
porque en sentido técnico estricto el tema se refiere más específicamente a
las directrices que el legislador ordinario ha de seguir para la selección de
los hechos imponibles, en acatamiento al principio de la capacidad
contributiva.
Este principio alude al carácter extensivo de la tributación y significa
que cuando una persona física o ideal se halla en las condiciones que
marcan, según la ley, la aparición del deber de contribuir, este deber debe
ser cumplido, cualquiera que sea el carácter del sujeto, categoría
social, sexo, nacionalidad, edad o cultura. La generalidad surge del artículo
133 del Constitución Nacional ya que ordena que sin excepción "toda
persona tiene el deber de coadyuvar a los gastos públicos mediante el pago
de impuestos, tasas y contribuciones que establezca la ley."
La generalidad tributaria es un principio del Derecho tributario que
implica que no haya discriminaciones arbitrarias a la hora de imponer los
tributos, y que éstos alcancen a todos aquellos comprendidos en las mismas
circunstancias. No significa que todas las personas deben pagar impuestos,
ni todos en la misma proporción, sino que todos aquellos que estén
comprendidos en los supuestos contemplados en la norma legal soporten la
imposición sin excepciones injustas. Esto no significa que no puedan
concederse legalmente exenciones o rebajas, pero por motivos fundados.
Aquellas personas sin capacidad contributiva no deben pagar impuestos, y
quienes más tienen deben abonar más.
El principio de igualdad debe conjugarse con el de generalidad para
que la carga impositiva cumpla además con el principio de justicia. Ya que
imponer tributos es un derecho y un deber del Estado, por que se necesita
de esos fondos para que todos los habitantes puedan acceder a sus
necesidades básicas de salud, justicia, educación y seguridad, y es deber de

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los más beneficiados económicamente contribuir a que todos vivan
dignamente en una sociedad solidaria.
Las leyes son las que imponen las cargas contributivas, y tienen
carácter general, característica de todas las leyes, no solamente las
tributarias, y por lo tanto alcanza sin excepción a todos los sujetos
comprendidos en su normativa. Todos aquellos (personas físicas o jurídicas)
que generen el hecho imponible previsto por la norma, que dé lugar a la
imposición, deben tributar sin excepciones arbitrarias. Excluye también la
aplicación de tributos a personas determinadas en consideración a
circunstancias discriminatorias, lo que se garantiza al obligarse que deba ser
la ley la que establezca el impuesto, el modo y la cantidad a abonar,
respetando además la no confiscatoriedad, estableciendo así la seguridad
jurídica de los contribuyentes.
Entre los principios materiales (relacionados al contenido de las
normas tributarias) podemos mencionar los principios de generalidad,
igualdad, capacidad contributiva, no confiscatoriedad y progresividad. Cada
uno de ellos tiene un importante desarrollo doctrinal y jurisprudencial, pero se
sintetizan en que todos los ciudadanos debemos contribuir al sostenimiento
de las cargas públicas, de manera progresiva de acuerdo a nuestra
capacidad económica y en ningún caso los tributos deben atentar
sustancialmente contra nuestro patrimonio.
En cuanto a los principios formales (relacionados al procedimiento de
formación de las normas tributarias), debemos mencionar el principio de
reserva legal, que demanda que los tributos tienen que ser creados mediante
una ley formal emanada de la Asamblea Legislativa.
Contenido y ámbito de aplicación del principio de igualdad
El Tribunal Constitucional ha sintetizado los criterios que mantiene
en relación al principio de igualdad ante la Ley:

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El principio de igualdad en el ámbito tributario se traduce en el
respeto al principio de capacidad económica, de forma que situaciones
económicamente iguales deben ser tratadas de la misma manera;
El principio de igualdad no veda cualquier desigualdad, sino sólo
aquella que pueda reputarse como discriminatoria, por carecer de
justificación;
El principio de igualdad no sólo exige la igualdad ante la ley, sino
también la igualdad en la aplicación de la ley;
El principio de igualdad debe interpretarse en conexión con las
exigencias derivadas de otros principios constitucionales;
La igualdad en el marco del sistema tributario debe complementarse
con la igualdad en el ordenamiento del gasto público, lo que se
traduce en la necesidad de asignar equitativamente los recursos
públicos.

El principio de autonomía coincide con la atribución a los entes


menores de una cuota de poder político, de campos de actuación, de
responsabilidades públicas, de poder legislativo y en consecuencia, de la
posibilidad de diseñar sus propias políticas. Cuando a dicha autonomía se le
califica de financiera, ella ha de traducirse en la posibilidad por parte del
sujeto de derecho de que se trate, de tener plena disposición de medios
financieros para ejercer las competencias que les son propias, dentro de los
límites establecidos en la Constitución y en las leyes nacionales dictadas al
efecto.
Estos principios consagratorios de la autonomía de la Administración
Tributaria van en plena armonía con el artículo 316 Constitucional que
ordena que el sistema tributario se sustentará en un sistema eficiente para la
recaudación de los tributos.
Esbozados a grandes rasgos los principios impositivos y de
organización que sirven a los fines de eficacia en la asignación de los

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recursos, de estabilidad económica y de crecimiento económico, es
indudable que el sistema tributario debe estructurarse de tal forma que los
ingresos tributarios permitan la cobertura duradera de los gastos. En caso
necesario y a corto plazo, el sistema
tributario debe suministrar los ingresos suficientes para cubrir nuevos
gastos de carácter permanente o de carácter único y extraordinario, y la
política tributaria debe estar en condiciones de regular la política coyuntural
variando la estructura o procedimientos tributarios.
El sistema tributario debe estructurarse de forma que contribuya a
amortiguar automáticamente las fluctuaciones de la actividad económica y
orientarlo para que tanto en su totalidad cuanto en los elementos que
integran su estructura no obstaculicen el desarrollo y ejerzan una influencia
positiva en las fuerzas que lo condicionan.
Los principios constitucionales tributarios constituyen un elemento de
interpretación y un elemento informador de la integración de las lagunas
jurídicas que se presentan dentro de esa zona de la realidad social. En este
sentido, para el profesor Cazorla Prieto, la interpretación normativa en el
ámbito del Derecho Tributario se funda en la importancia que han cobrado en
el nuevo ordenamiento jurídico, donde los principios constitucionales en
general y los tributarios más en especial.

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B.3- Tema “B”. PRINCIPIOS DE IGUALDAD Y DE GENERALIDAD
TRIBUTARIA
Antecedentes históricos de estos principios.
-KELLY ESPINOZA B-3
Exp: CJP-153-00411v
C.I.: 10.118.373

Su historia es de tiempos antiguos. En la época medieval se le conocía


como derecho fundamental, solo que se le confundía con el principio de
legalidad, al identificarla como un derecho para la observancia de las
disposiciones normativas vigentes.
La ley se consideraba justa r igualitaria por el hecho de manifestarse a
través de un ordenamiento, y como todo lo concebido por el hombre,
trasciende las barreras del tiempo y cambia su contenido, así, en la
actualidad se admite que el principio de igualdad implica otorga en trato
semejante a los semejantes, y diferente a los diferentes.
Puede considerarse como el tiempo de cambio del principio de igualdad
el año de 1789, con la presentación de la Revolución Francesa. La
coincidencia jurídica requiere de diferentes posturas ante la ley, como es el

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caso de la actividad tributaria que, en mayor o menor medida, ha estado
presente en las diferentes civilizaciones.
En la antigüedad, la distinción entre las personas que estaban
obligadas a efectuar aportaciones para los gastos del soberano, llamado rey,
emperador, señor feudal, entre otros, se hacía en relación a la situación
social a la que se pertenencia; eran siempre los cultivadores de la tierra, los
comerciantes a los pueblos vencidos en las comparaciones agresivas,
quienes tenían la obligación contributiva.
Por consiguiente, el criterio de justicia dependía de la situación
contributiva. El criterio de justicia dependía de la situación política y social
que sustentaba el contribuyente, así los ricos y el clero, por lo general
estaban exactos del cumplimiento de obligaciones tributarias, esgrimiendo
como argumento el que sus funciones eran necesarias para el desarrollo del
estado.
García Bueno en una época de transición en sus ideas políticas
presenta con el derrumbamiento del régimen de privilegios encarnado en la
Francia de Luis XVI. Momento helado en la historia de la humanidad, que el
grito de libertad, igualdad y fraternidad combatía como principio, inicia así su
función transformadora. Las exclusiones de libertades de que gozaba la
nobleza eran vistas como injustas y arbitrarias, razón, que motivo la
búsqueda de un sistema fiscal, equitativo, sustentado en la aptitud
económica.
Ellos eran los únicos generadores de riquezas y los únicos
sostenedores del sistema económico, argumentan que al establecerse
cargas tributarias a su riqueza, se atenta contra el estado.
En sus antecedentes históricos, podríamos decir que es inherente a la
imagen del tributo, entendido como el impuesto obligatorio que el Estado
exige a los particulares en virtud de ley por servicios divisibles e indivisibles
que a los mismos presta, o por el cumplimiento de funciones esenciales a la
organización del Estado. Es decir que la legalidad es no sólo base del

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impuesto, sino de las otras especies de tributos, como son las tasas y las
contribuciones especiales. En todos los casos, importan detracciones de
riqueza del Estado a los particulares, transferencia de ingresos de éstos a
aquél, y esa prestación coactiva sólo tiene validez en tanto y en cuanto la ley
que resume el principio de legalidad le dé sustento y, además, se encuadre
en los preceptos y cánones constitucionales que la condicionan.
Con independencia de los factores históricos y políticos que han dado
origen a nuestra forma de estado, tenemos una organización política que
permite la convivencia o interactuación de tres tipos de entes políticos-
territoriales, que sin perjuicio del principio de unidad del poder público,
ejercen sus potestades de acuerdo con las disposiciones constitucionales.
En un marco organizativo en que se plantea la distribución vertical del poder
público, las funciones de legislar, gobernar y administrar justicia, distribución
horizontal del poder público, también están a cargo de órganos diferenciados
en cada nivel político territorial salvo por la administración de justicia.
El Orden Tributaria ha sido directamente intervenido en los distintos
países por el proceso de evolución histórica y económica. A mediados del
siglo XIX y bajo el imperio de las ideas liberales, los sistemas tributarios de
los diversos países asumen determinadas características con predominio de
los impuestos de tipo objetivo; dichos impuestos de tipo objetivo no consultan
la capacidad tributaria.
En el año 1989, con la propuesta de una Administración para el
Impuesto al Valor Agregado, que luego fuera asumiendo paulatinamente el
control del resto de los tributos que conformaban el sistema impositivo
nacional para ese momento.
A mediados de 1994, se estructuró un programa de reforma tributaria,
dentro de un esfuerzo de modernización de las finanzas públicas por el lado
de los ingresos, que en Venezuela se denominó Sistema de Gestión y
Control de las Finanzas Públicas conocido por sus siglas o Proyecto
SIGECOF, el cual fue estructurado con el apoyo del Banco Mundial,

16
propiciando la actualización del marco legal y funcional de la Hacienda
Pública Nacional, muchas de cuyas regulaciones se remontaban a los años
20 de esta centuria.
Dicha reforma seguía las tendencias que en ese mismo sentido se
habían generalizado en nuestra América Latina, como consecuencia de la
crisis de deuda pública de la década de los 80, conjuntamente con los
programas de reforma del Estado y de ajuste fiscal entendidos como posibles
soluciones a dicha crisis. Con esta reforma se pretendió la introducción de
ciertas innovaciones importantes como la simplificación de los tributos, el
fortalecimiento del control fiscal y la introducción de normas que hicieran más
productiva y progresiva la carga fiscal.
Dentro del marco así creado, también se consideró importante dotar al
Estado venezolano de un servicio de formulación de políticas impositivas y
de administración tributaria, cuya finalidad declarada por el primer
Superintendente Nacional Tributario en el año 1996 consistía en reducir
drásticamente los elevados índices de evasión fiscal y consolidar un sistema
de finanzas públicas, fundamentado básicamente en los impuestos derivados
de la actividad productiva y menos dependiente del esquema rentista
petrolero.
Ese cambio tan relevante se logró a través de la creación del Servicio
Nacional Integrado de Administración Tributaria, en lo adelante SENIAT, hoy
en día se le conoce como Servicio Nacional Integrado de Administración
Aduanera y Tributaria, mediante Decreto Presidencial Número 310 de fecha
10 de agosto de 1994, como un Servicio con autonomía financiera y
funcional y con un sistema propio de personal, en atención a las previsiones
respectivas de nuestro Código Orgánico Tributario.
Como punto adicional, consideramos necesario destacar que
conjuntamente con la creación del SENIAT, se adoptó también un sistema de
Contribuyentes Especiales, para atender y controlar a los contribuyentes de
mayor significación fiscal, adoptando así una estrategia que ya había sido

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ensayada con éxito en otros países de América Latina, con estructuras
socioeconómicas cuyo común denominador es una alta concentración de la
riqueza, tales como Argentina y Colombia, como pioneros y luego Uruguay,
Bolivia, Paraguay, Perú y Ecuador.
Se lograba de esta forma, el control de una parte importante de la
recaudación, mediante el uso de una menor cantidad de fondos, reorientando
los recursos siempre escasos de nuestra administración hacia los
contribuyentes con mayor potencial fiscal.
Los principios de justicia tributaria que fija la Constitución son, tal como
hemos visto: generalidad, capacidad económica, igualdad, progresividad y no
confiscatoriedad.
La capacidad económica como presupuesto de la imposición puede
definirse de acuerdo con Romero (2005, p. 75) como “la riqueza disponible
por el sujeto de la contribución. Se trata de la causa económica que justifica
la exacción del tributo, evidenciando la capacidad de pago correspondiente
como soporte técnico del mismo”.
Por otra parte, García (2002) dice que un sistema tributario, para ser
justo, ha de tener un presupuesto previo; el cual dicta que los ciudadanos
deberán contribuir según su capacidad económica, no es, en sí un principio
de justicia tributaria más, sino el presupuesto o exigencia lógica para dar
contenido a los principios de justicia fiscal propiamente, tales como: el de
generalidad, igualdad, progresividad.
Esta investigación considera diversos estudios doctrinarios
(antecedentes) en la cual se expone tanto del principio de Igualdad y del
Principio de Generalidad, analizados desde la incidencia que supone la
inequidad tributaria horizontal y vertical sobre la moral fiscal en América
Latina.
Por lo cual, se parte de la idea de que la evasión es favorecida cuando
el contribuyente percibe que su relación de intercambio con el estado o
gobierno es injusta, lo que puede deberse a diferentes factores, por ejemplo

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una insuficiente cantidad y calidad de gasto público o la existencia de un
sistema tributario inequitativo (Spicer y Becker, 1980).
Aunque se puede argumentar que la equidad tributaria importa en
la delimitación de la moral fiscal de un ciudadano en la medida que
éste perciba que el sistema impositivo es justo o injusto, lo cual
sugiere considerar la equidad de manera subjetiva (i.e.,
considerando la percepción individual). (p.12)

Este último caso, en efecto, se ve favorecido por la existencia de tratos


tributarios diferenciales (e.g., deducciones especiales, rentas exentas y
descuentos tributarios) que, además de ser comunes en la región, minan la
percepción de justicia y legitimidad en la relación Estado-sociedad
(Beverinotti, Lora y Villela, 2012).
Acá se opta por emplear indicadores objetivos, en particular los índices
de Atkinson-Plotnick y Kakwani para el Impuesto sobre la Renta Personal
(ISRP).
Esto hace posible distinguir entre la equidad horizontal y vertical
respectivamente, cosa que difícilmente se lograría si se le
preguntara a cada individuo por su percepción, empezando por la
dificultad para evitar la confusión entre términos. Asimismo, la
percepción que se forma una persona sobre el sistema tributario
depende no sólo de su experiencia y la que podría conocer de los
demás, sino también del criterio que se forma con base en lo que
recibe de los medios, todo lo cual es afectado por el modo como se
calculan y recaudan los impuestos. (p.11)

Sin embargo, el principio de justicia tributaria en sí mismo no ha sido


definido ni aplicado unilateralmente, más bien al contrario, podemos
encontrar sentencias (como los aquí estudiadas y traídas a colación) donde
se acuda a la justicia tributaria por elevación o relación con una infracción
legislativa grave de algún principio de los citados. Pero no directamente por
la violación de la justicia tributaria en sí misma.
Por ello hay que tener presente que al igual que la infracción del
principio sobre producción de leyes tributarias (reserva de ley), la

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inobservancia de estos principios por leyes o disposiciones normativas con
fuerza de Ley, permitirá la interposición del correspondiente recurso o
cuestión de inconstitucionalidad.
Principios justicia tributaria (CRBV) constitución, generalidad,
capacidad económica, igualdad, progresividad
Los derechos y garantías consagrados constitucionalmente y la
organización jurídica de la sociedad van a definir los caracteres del sistema
jurídico a ser implantado por el Estado, de allí la trascendencia de esos
derechos y garantías, los cuales conforman los principios supremos que
limitan la actuación del Estado.
Los textos constitucionales como el venezolano y argentino consagran
el “principio de capacidad económica” dentro de los sistemas tributarios, pero
esta es una forma de entender la generalidad y la igualdad tributaria.
Es un prisma, un cristal, un punto de vista sobre lo que en realidad debe
entenderse por igualdad y generalidad. Un modo de aplicación hoy
universalmente consagrado. No puede sino admitirse, sencillamente, como
no puede hacerse pagar a quien no puede.
Por ello, si el sistema tributario debe atender a los requerimientos de la
capacidad económica como criterio básico para la distribución de la carga
tributaria, el gravamen donde se imponga a cada uno de sus elementos
deberá establecerse en la medida que se manifieste aptitud para contribuir.
Por su parte, Fraga (2006) afirma la existencia de algunos autores los
cuales diferencian la capacidad económica de la capacidad contributiva.
Señalan que puede existir la capacidad económica sin la existencia de
capacidad contributiva, pero jamás lo contrario. Si es aceptada esta
diferencia, la capacidad económica se definiría como el reflejo de la situación
patrimonial de la persona y su aptitud para atender a sus necesidades y
compromisos económicos; y la capacidad contributiva admitiría la existencia
de capacidad económica y además de tener posibilidad de soportar el pago
de tributos.

20
Alvarez, (2012), también expone en referencia que esos límites en un
sistema tributario tienen por objeto regular el ejercicio de la potestad
tributaria del Estado, a través de la determinación de los derechos y
garantías, acciones, instituciones administrativas y jurisdiccionales en función
de los fines del Estado y del propio sistema tributario, cuya actuación
armónica y sincronizada infunde mayor estabilidad, fijeza y plasma
positivamente un ideal de justicia que se ajusta a los requerimientos de la
sociedad y al momento histórico que se vive.
En referencia, Villela, (2012):
Este principio de generalidad es un mandato constitucional al
legislador para que tipifique como hecho imponible el presupuesto
configurador del tributo sobre la manifestación de capacidad
económica para que, de entrada, todos sean llamados a contribuir.
Ello no significa que en dicha configuración el legislador no pueda
introducir beneficios fiscales en forma de exenciones, reducciones
o bonificaciones17; tampoco significa que la generalidad se deba
establecer sin ninguna consideración ni valoración de otros
principios tributarios, pues como se ha dicho anteriormente, el
sistema tributario justo nos lo dará la aplicación ponderada y
armoniosa del conjunto de principios que afecten a la institución
tributaria en cuestión18; y mucho menos implicará que todos los
ciudadanos deban pagar la misma cuota tributaria, tratando igual a
los desiguales. (p.8)

En palabras de diversos Altos Tribunales y de varias naciones: "la


generalidad, como principio de la ordenación de los tributos... no significa
que cada figura impositiva haya de afectar a todos los ciudadanos. Tal
generalidad, característica también del concepto de Ley, es compatible con
la regulación de un sector o de grupos compuestos de personas en idéntica
situación. Sus notas son la abstracción y la impersonalidad: su opuesto, la
alusión intuitu personae, la acepción de personas. La generalidad, pues, se
encuentra más cerca del principio de igualdad y rechaza en consecuencia
cualquier discriminación".
Junto con la previsión constitucional, también las leyes llaman a este
principio en su art. 3.1 cuando afirma que: "la ordenación del sistema

21
tributario se basa en la capacidad económica de las personas obligadas a
satisfacer los tributos y en los principios de justicia, generalidad, igualdad,
progresividad, equitativa distribución de la carga tributaria y no
confiscatoriedad". Este precepto reordena la aparición de los principios
jurídicos en juego en el Ordenamiento tributario pero respeta, como no podía
ser de otra manera, el espíritu del sistema tributario establecido en la Carta
Magna. Por ello no han surgido comentarios ni críticas doctrinales a destacar
sobre la preferencia o prelación dada por la doctrina a estos principios
configuradores tributarios.
Dicho esto, compartimos con Calvo Ortega que "el sistema tributario
justo se inspira siempre en los principios de generalidad tributaria y
capacidad económica y puede hacerlos en los de igualdad y
progresividad"21, y ello es así porque, continúa el autor "generalidad y
capacidad se exigen y se exigirán siempre en cualquier sistema porque son
consustanciales a cualquier tributo. No asíla igualdad y la progresividad, que
pueden jugar o no en una figura tributaria concreta".
En definitiva, el principio de generalidad tributaria es capital en el
establecimiento de lostributos.Junto con la capacidad económica, que
soporta el fondo económico y patrimonial sujeto a gravamen, ambos dan
cobertura a todos los tributos del sistema impositivo23. Quedando prohibidas
las excepciones carentes de razón, caprichosas o arbitrarias.

En palabras de Martin Queralt (ob. Cit.:


"el principio constitucional de generalidad constituye un
requerimiento directamente dirigido al legislador para que cumpla
con una exigencia: tipificar como hecho imponible todo acto, hecho
o negocio jurídico que sea indicativo de capacidad económica...
vedando la concesión de exenciones y bonificaciones tributarias
que puedan reputarse como discriminatorias" (p.5)

Por lo que, ciertamente el precepto constitucional se refiere al principio


de justicia como "un sistema tributario justo", y sin perjuicio de que la justicia

22
sea también un valor superior del Ordenamiento jurídico, la justicia tributaria
deberá atender al sistema sobre el que se articulan los tributos. Es más, el
principio de justicia tributaria no es independiente ni exclusivo de un tributo o
varios, es un mandato al legislador para que respete su función cada vez que
articule una institución de Derecho Tributario4. Sea ésta impositiva o de
cualquier otra naturaleza.
En efecto, la justicia tributaria es constitucional izada como garantía del
sistema; de un sistema justo. Configurándose como principio omnipresente
en cada regulación de obligaciones tributarias, ya sean económicas o no. Es
decir, ilumina toda acción normativa de los Poderes Públicos entre los que se
encuentran las Haciendas Locales. Utilizando los términos legales, estará
presente en la ordenación y aplicación del sistema tributario. Y esta
aspiración en la ordenación del sistema tributario hacia un sistema justo es la
que vamos a estudiar a continuación, centrándonos en la aplicación concreta
por los Municipios de los principios de generalidad e igualdad tributaria en la
configuración de sus Ordenanza Fiscales.
En sus comienzos eran los vencidos en las guerras quienes pagaban los
tributos, a partir del constitucionalismo se implantó el principio de
generalidad, se combatía la arbitrariedad y se evitaban dispensas arbitrarias
del pago de tributos.
Con el término “todos”, el constituyente se refiere a los ciudadanos
españoles y a los extranjeros, así como a las personas jurídicas españolas y
extranjeras. Impide la sujeción tributaria intuitu personae, lo que no significa
que sea inadmisible la imposición tributaria a un determinado sector
económico o a grupos compuestos de personas en idéntica situación.
Actualmente en Venezuela en una sociedad en la que el principio de igualdad
de los ciudadanos ante la Ley constituye una conquista irrenunciable, cuando
se postula la generalidad en el ámbito tributario no se está luchando contra la
subsistencia de privilegios, sino que se está postulando una aplicación
correcta del ordenamiento tributario, de forma que no sólo no existan

23
privilegios amparados por ley, sino que tampoco puedan producirse
situaciones privilegiadas al aplicar la ley.
El principio de generalidad constituye un requerimiento directamente
dirigido al legislador para que tipifique como hecho imponible todo acto,
hecho o negocio jurídico que sea indicativo de capacidad económica,
pugnando así contra la concesión de exenciones fiscales que carezcan de
razón de ser. Desde este punto de vista, dos son los significados que hoy
cabe atribuir a dichos principios.
El principio de igualad como lo indica Jarach (1993) es un limite al poder
legislativo,por cuanto los legisladores se ven compelidos a dar un trato igual
a los contribuyentes si cuanto se trata de un principio exclusivo del ámbito
tributario, tiene peculiares carácter como lo señala Valdes (1996) para quien
se trata de igual en la ley, pues ella no puede establecer desigualdades, lo
que se concretiza desde su nacimiento como principio; en el marco tributario
como la igualdad de las cargas públicas, esta se convierte en la herramienta
para lograr la igualdad en las desigualdades económicas, igualdad ante la
ley.
Los principios constitucionales del Derecho Financiero y Tributario dan el
marco y la atmósfera jurídica en donde deben convivir las diversas normas
tributarias. Los principios de generalidad e igualdad son un claro ejemplo de
principios que se establecen sobre los que se debe edificar un sistema
tributario justo. Las Ordenanzas Fiscales que dictan los municipios deberán
respetar estos principios y no generar ningún tipo de desigualdad de trato
que pueda derivar en su declaración de no conformidad a derecho por parte
de los Tribunales de los Contencioso-Administrativo. Ciertamente desde el
principio de la historia el precepto constitucional refiere al principio de
generalidad y de igualdad, sin perjuicio de que la justicia sea también un
valor superior del Ordenamiento jurídico, la justicia tributaria deberá atender
al sistema sobre el que se articulan los tributos.

24
El principio de Generalidad debe ser comprendido la luz de los postulados
de la misma carta magna venezolana especialmente acerca delos valores
que propugna el ordenamiento jurídico del Estado Venezolano identificado
como social y democrático de derecho y de justicia, desde esta perspectiva
para que los fines que se ha propuesto la sociedad política, pueden ser
alcanzados, se implanta el deber de colaboración por parte de todos los
ciudadanos.
En ese sentido, entre otros deberes atinentes a todos, el articulo 133 ,
donde se describe la relación taxativa del pago de impuestos por parte de
todos los ciudadanos,sin exacción, sin embargo Villegas (1999) Tovar (2003)
Sainz de Bujanda (1993) y Garay (2001) refieren que no se trata de ello,
sino mas bien de que nadie puede ser eximido de su pago por algún
privilegio especial. Por lo que Villegas (1999) señala claramente que este
principio:
...alude carácter extensivo de la tributación y significa que cuando
una persona física o ideal se halla en las condiciones que marcan
según la ley la aparición del deber de contribuir, este deber debe
ser cumplido, cualquiera que sea el carácter del sujeto, categoría
social, sexo, nacionalidad, edad,o estructura. (p.200).

Del texto citado se colige lo que apuntaban los autores mencionados ut


supra, en cuanto al verdadero carácter de este principio. Por ello como indica
Garay (2001), lo establecido en el articulo 133 del Carta magna no se dirige a
los ciudadanos y empresas que disfruten de exoneraciones de impuestos por
causa justificada de acuerdo a la ley. Podemos agregar que este principio se
relaciona con la capacidad contributiva como señala Sainz de Bujanda
(1993):

El principio de generalidad significa que todos los ciudadanos han


de concurrir al levantamiento de las cargas publicas, esto no
supone que todos deban efectivamente de pagar tributo, sino que
deben hacerlo, todos los que a la luz de los principios
constitucionales y de la leyes que lo desarrollan, tengan la

25
necesaria capacidad contributiva, puesto de manifiesto en la
realización de los hechos imponibles, tipificados por la ley. Es
decir, que no se puede eximir a nadie de contribuir por razones
que no sean la carencia de la capacidad de contribuir. (p.104).

Beneficio que no corresponde a esa carencia de capacidad contributiva,


debería ser considerada como violatorio del principio de Generalidad. Desde
esa perspectiva este principio apunta, a la prohibición de la existencia de
privilegios fiscales. Aunque en, un sentido muy amplio, puede quebrarse este
principio debido a mecanismos Técnicos-Jurídicos, como indica el mismo
autor.
Esta vulneración se verifica en el caso en que la ley deja fuera datos
reveladores cuando califica hechos imponibles de un modo análogo a los
gravados. Por otra parte siguiendo el mismo autor, directrices del legislador
en la selección de los hechos imponibles, pues si no se atiende a la
capacidad contributiva al realizar la selección se incurre en la vulnerabilidad
de este principio. No obstante señala Moya (2000): “ la capacidad esta
constituida por exenciones y exoneraciones de carácter excepcional.”

B.4- DIFERENCIA ENTRES ESTOS DOS PRINCIPIO


-MIRIAN GOMEZ B-2 y B-4

El principio de Igualdad es aquel que trata de asegurar el mismo


tratamiento para quienes se encuentran en análogas situaciones. Es
igualdad por rangos de igual capacidad contributiva (que se exterioriza por el
patrimonio, la renta o el gasto). Permite la formación de distingos o
categorías, siempre que éstas sean razonables, no arbitrarias, ni injustas, ni

26
hostiles contra determinadas personas. El Principio de igualdad ante la Ley
garantiza que el legislador dé un trato igual a los iguales, y el principio de
igualdad en aplicación de la Ley buscará la aplicación de la Ley sin
discriminaciones igualmente la manifestación de que todos deben soportar
por igual las cargas impositivas para el sostenimiento de los gastos públicos,
sin acepción de personas ni privilegios de clase.
Mientras que el principio de generalidad está vinculado con el de
igualdad. Los tributos deben abarcar íntegramente a las distintas categorías
de personas o bienes y no a una parte de ellas. . Un sistema tributario debe
abarcar íntegramente las distintas exteriorizaciones de la capacidad
contributiva. En este caso la generalidad implica que todos son llamados al
sostenimiento de las cargas públicas. Ello representa un mandato a los
poderes normativos para que contemplen como hecho imponible todo
presupuesto que ponga de manifiesto una determinada capacidad
económica y que, una vez determinado el mismo, sujeten a la obligación
tributaria principal con carácter general a todos los contribuyentes que
realicen dicho hecho imponible.
Comparar si los principios tributarios de igualdad, generalidad,
proporcionalidad son aplicables y observados en los datos que proporcionan
las autoridades del Estado venezolano. Se encontraron diferencias entre los
principios tributarios y los datos proporcionados por el Estado y se sugiere
que se invierta en las ciudades y comunidades más pobres, considerando los
ingresos ordinarios (tributos) importantes ya que representa el 70% del gasto
público.
Principio de generalidad e igualdad de tributos
La generalidad o proporcionalidad tributaria y la equidad tributaria son
principios que rigen al derecho constitucional fiscal. El día de hoy
analizaremos cada uno de estos conceptos para encontrar sus diferencias.
Ambas exponen inicialmente diferencias en cuanto a que unas son
aplicables a todos y otras son particulares, además de los efectos

27
económicos y sus incidencias jurídicas en torno a su apego y cumplimiento.
A continuación, se explana esta amplia explicación de las cuales surgen
estas diferencias enumeradas.
Generalidad: igualdad ante la ley La igualdad: como base del tributo

El principio de igualdad ante la ley La igualdad como base de los


surge como una reacción al sistema de tributos, como medida de la obligación,
privilegios y discriminaciones. significa que cada uno deberá contribuir
Más que propiciar una verdadera en forma proporcional y progresiva a su
igualdad entre todas las personas, el capacidad económica.
principio persigue acabar con Decir que todos deben contribuir no
situaciones de desigualdad. Todas las implica que no habrá excepciones, ya
personas son consideradas iguales que la causa de la obligación de
ante la ley y titulares de los mismos contribuir es la capacidad económica; y
derechos. sin ella, no existe constitucionalmente
El vocablo “igualdad” se identifica obligación de tributar.
con el de “generalidad”, y responde a la Vemos entonces, cómo generalidad
más clásica formulación del principio, y capacidad económica pueden ser
en el sentido de igualdad ante la ley. vistas como especificaciones del
Neumark (1974) afirmaba que “el principio de igualdad.
principio de generalidad de la Distribución de las cargas
imposición exige que, por una parte, públicas. Proporcionalidad y
todas las personas (naturales y progresividad
jurídicas) – en tanto tengan capacidad El deber de los individuos de
de pago y queden tipificadas por una contribuir al sostenimiento de los
de las razones legales que dan gastos públicos debe corresponder a la
nacimiento a la obligación tributaria, sin capacidad económica de aquellos. Se
que se tengan en cuenta para ello, presenta así, la capacidad contributiva
criterios extraeconómicos, tales como: como presupuesto legitimador del
nacionalidad, estamento y clases tributo. No puede haber imposición ante
sociales, religión, raza, etc. – sean la inexistencia de capacidad
sometidas al gravamen tributario y que, económica, y no puede dejar de existir
por otra parte, no se admitan en el un tributo donde haya capacidad
marco de un impuesto en particular contributiva.
otras excepciones a la obligación
tributaria subjetiva y objetiva que las
que parezcan inexcusables por razones
de política económica, social, cultural,
sanitarias o por imperativos de la
técnica tributaria”

28
De modo que la generalidad se contrapone a la igualdad en la practica
como veremos más adelante en estudios de casos…

Entre otros diferenciales, la igualdad, por un lado, la proporcionalidad y


la progresividad, por el otro, no son principios distintos, sino que constituyen
una exigencia ineludible de aquella.
La proporcionalidad y la progresividad más que principios propiamente
dichos, son técnicas mediante las cuales se satisfacen el principio de
igualdad como inspirador del sistema tributario, al servicio
La igualdad tributaria no puede ser entendida en sentido de igualdad
matemática, es decir, que todos paguen la misma contribución.
La igualdad impone, cuanto menos, que sea proporcional a la
capacidad económica.
La igualdad entre dos contribuyentes que se encuentran en situación de
igualdad relativa, sólo se mantiene si la situación de uno respecto del otro, no
se altera tras el pago de sus impuestos, lo cual exige una tributación
progresiva, de forma tal que ambos experimenten un sacrificio proporcional
en relación con la utilidad derivada de sus respectivos niveles de renta.

29
(Lejeune Valcaccel, Aproximación al principio constitucional de igualdad
tributaria).

Por lo cual, los principios generales del derecho “deben ser verdades
jurídicas notorias, indiscutibles, de carácter general, como su mismo nombre
lo indica, elaboradas o seleccionadas por la ciencia del derecho, mediante
procedimientos filosófico jurídicos de generalización, de tal manera que el
Juez pueda dar la solución que el mismo legislador hubiere pronunciado si
hubiere estado presente, o habría establecido, si hubiere previsto el caso;
siendo condición también de los aludidos “principios”, que no desarmonicen
o estén en contradicción con el conjunto de normas legales cuyas lagunas u
omisiones han de llenarse aplicando aquéllos; de lo que se concluye que no
pueden constituir “principios generales del derecho”, las opiniones de los
autores, en ellas mismas consideradas, por no tener el carácter de
generalidad que exige la ley y porque muchas veces esos autores tratan de
interpretar legislaciones extranjeras, que no contienen las mismas normas
que la nuestra.”
Lorenzo Gardella, define a los principios generales del derecho como
“esos principios de justicia universal de donde derivan todas las leyes.”

30
De acuerdo con Rafael de Pina, los principios generales del derecho
son “criterios o ideas fundamentales de un sistema jurídico determinado que
se presentan en la forma concreta del aforismo y cuya eficacia como norma
supletoria de la ley depende del reconocimiento expreso del legislador”.

B.5- BASE CONSTITUCIONAL DEL PRINCIPIO DE IGUALDAD Y


GENERALIDAD TRIBUTARIA, APORTAR ANÁLISIS JURÍDICO.
-MARIA PAOLA B-5 Y B-6
v-26.458.228 EXP CJP-161-00047
Principios tributarios

31
Este principio se encuentra establecido en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela en su artículo 133 el cual establece que
toda persona debe coadyuvar a los gastos públicos mediante el pago de
impuestos, tasas y cualquier contribución que establezca la ley.
El principio de generalidad se basa en aquella obligación jurídica que
tiene cada persona dentro del Estado Venezolano de cumplir con el deber de
contribuir independiente del carácter del sujeto, de su categoría social, sexo
o raza. Y por lo tanto no se puede eximir a ninguna persona, ya que la
ordenación de los tributos se basa en las capacidades económicas de cada
individuo.
Este principio se encarga de prohibir las preferencias fiscales.

Principio de Igualdad
Según la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
establece en su artículo 21, que todas las personas son iguales ante la ley,
sin importar el sexo, raza, sus creencias o su condición social, y la ley
garantizara todas las condiciones tanto jurídicas como administrativas para
que la igualdad ante la ley sea real y efectiva.
El principio de igualdad se encarga en las imposibilidades de privilegios
tributarios ya que nadie puede pagar más o menos tributos por su sexo, raza
o su condición social. Ya que este principio busca es la igualdad mediante
las condiciones económicas.
Con la aplicación de este principio de igualdad se busca eliminar esos
grupos o categorías según las capacidades tributarias que posea cada
persona, ya que los ordenamientos tributarios están dirigidas a todas las
personas por igual, busca la uniformidad entre las personas.

Casos
Principio de Igualdad

32
La legislación venezolana aprobó un decreto en el cual se establece
que se van a implementar nuevos beneficios fiscales como la disminución y
el aumento de impuestos dependiendo el tipo de contribuyente, y también
para eximir a algunos contribuyentes de las obligaciones fiscales.
También la legislación venezolana aprobó la disminución de las multas
fiscales a todos aquellos contribuyentes especiales.
En este decreto se puede presenciar la violación del principio de
igualdad ya que se están creando beneficios para algunos contribuyentes
con mayor capacidad económica y para los de poca capacidad económica se
les aumenta todo los pagos de impuestos. Por lo tanto se está violentando el
artículo 21 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
porque todas las personas deben ser iguales ante la ley sin ninguna
discriminación.
Principio de Generalidad Tributaria
Se realizó una denuncia sobre el artículo 28 de la Ley de Impuestos al
Valor Agregado ya que establece que exime al Estado y a los organismos
públicos de los pagos para los gastos públicos, sino que solo los
contribuyentes particulares eran los que tenían que realizar este pago. Por lo
tanto se está violentando el principio de generalidad en su artículo 133 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que establece que
todos los contribuyentes deben coadyuvar a los gastos públicos mediante el
pago de los impuestos.

Se determina que la fuente principal de los impuestos es la Constitución


de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), donde se encuentran
establecidos los Principios tributarios, por lo que es importante definir qué es
un principio.

33
Los Principios representan un conjunto de valores que inspiran las
normas escritas que organizan la vida de una sociedad sometida a los
poderes de una Autoridad, como lo es el Estado.
Los Principios Tributarios están divididos en Principios Constitucionales
y Principios Doctrinarios.
A) Principios Constitucionales: B) Principios Doctrinarios:

1. Legalidad: 1. Certeza:
Proviene del latín “Nullum Tributum Señala que el tributo debe estar
sine Lege”, que significa, No hay tributo establecido con todo lo relativo a éste lo
sin ley, es decir, primero se crea la Ley más claro posible, para evitar las
y el Reglamento de algún tributo y luego distintas interpretaciones de las Normas
se empieza a cobrar. tributarias.

Principio violado. Ejemplo: Decreto 2. Oportunidad:


Ley sobre Impuesto a las transacciones Consiste en que toda ley debe fijar un
financieras y Ley Orgánica de Precios tiempo para su entrada en vigencia.
Justos. Las cuales no disponen de
Reglamentos. 3. Economía:
Este principio consagra los derechos
2. Progresividad: individuales de la persona.
Exige que la fijación de los tributos a
los ciudadanos habitantes de un país, 4. Razonabilidad:
sean en proporción a sus ingresos o La garantía innominada de la
manifestaciones de capacidad razonabilidad, es decir, que la
contributiva. exigencia de que dicho tributo sea
formalmente legal e intrínsecamente
Principio violado. Ejemplo: Ley de justo.
Impuesto a las Grandes Transacciones,
aplicado a todos los Contribuyentes 5. Control Jurisdiccional:
Especiales, sin importar su capacidad Es el conjunto de actividades
económica, el cual adicionalmente no realizadas por instituciones
permite deducir del impuesto sobre la competentes para lograr, mediante
renta. sistemas y procedimientos diversos, la
regularidad y corrección de la
administración del Patrimonio Público.

3. Generalidad:
Toda persona tiene el deber de 6. Seguridad Jurídica:
coadyuvar a los gastos públicos La seguridad jurídica es, la garantía
mediante el pago de impuestos, tasas y dada al individuo por el Estado de modo
contribuciones que establezca la Ley. que su persona, sus bienes y sus

34
derechos no serán violentados o que, si
4. Igualdad: esto último llegara a producirse, le serán
Todos somos iguales ante la Ley. asegurados por la sociedad, la
protección y reparación de los mismos.
5. Capacidad Contributiva: En resumen, la seguridad jurídica es
Implica que solo aquellos hechos de la certeza del derecho que tiene el
la vida social que son índices de individuo de modo que su situación
capacidad económica pueden ser jurídica no será modificada más que por
adoptados por las leyes como procedimientos regulares y conductos
presupuesto generador de la obligación legales establecidos, debidamente
tributaria. publicados.

6. No Confiscación: 7. Analogía:
Ningún tributo puede tener carácter La analogía significa semejanza, y
confiscatorio. en derecho, es el método por el que una
norma jurídica se extiende, por
7. Irretroactividad: identidad de razón, a casos no
Ninguna disposición legislativa tendrá comprendidos en ella.
efecto retroactivo, esto se traduce en
que primero se crea la Ley (Principio de Mediante la analogía, un juez aplica
legalidad), luego se promulga, es decir, una consecuencia jurídica a un
El Presidente de la República la firma y supuesto de hecho distinto del que
sale en Gaceta, y entonces, entra en contempla, basándose en la semejanza
vigencia. entre un supuesto y otro (ratio).

En conclusión se sugiere y recomienda que se elaboren Leyes que


amplíen el universo de contribuyente, disminuyan la evasión fiscal y mejoren
la capacidad de recaudación, mediante incentivos fiscales para incrementar
las inversiones nacionales y extranjeras en un marco jurídico y legal que dé
Seguridad Jurídica.

Principio de la legalidad tributaria (Nullum Tributum Sine Lege),


consagra do en el artículo 317 Constitucional en los siguientes términos:
“No podrá cobrarse impuesto, tasa ni contribución alguna que
no estén establecidos en la ley, ni concederse exenciones y

35
rebajas, ni otras formas de incentivos fiscales, sino en los casos
previstos por las leyes…”

Considera la doctrina mayoritaria que este principio milenario es el de


mayor relevancia en un sistema tributario, toda vez que es una garantía
constitucional del derecho de propiedad, de libertad y de los intereses
sociales y comunitarios, al punto que sus intereses se extienden a la
seguridad jurídica, y económica, e igualmente es una garantía de certeza
para los contribuyentes o responsables porque descarta cualquier tipo de
discrecionalidad por parte de la Administración Tributaria, pues ésta se
encuentra absolutamente reglada, o lo que es igual, sometida rigurosamente
al principio de la legalidad.
Sólo corresponde a la ley formal determinar los elementos relativos a la
existencia, estructura y cuantía de la obligación tributaria, vale decir, el
hecho imponible, los sujetos que la componen, la base de cálculo, alícuota,
exenciones, así como lo relativo a la responsabilidad tributaria, tipificación de
infracciones, imposición de sanciones y establecimiento de limitaciones de
derechos y garantías individuales, lo que en suma se pude llamar
constitucionalización de la construcción técnico –jurídica del tributo.
Bajo esta premisa queda excluida toda aspiración de los poderes
distintos al legislativo, para dictar normas legales de carácter tributario
excepto la posibilidad incorporada en nuestro texto constitucional, de delegar
la facultad de legislar en materia tributaria, al habilitarse al Presidente de la
República, en Consejo de Ministros para dictar medidas extraordinarias en
materia económica y financiera, cuando así lo requiera el interés público y
haya sido autorizado para ello por ley especial.
Corresponde solamente a las normas de rango sublegal, el desarrollo
del sistema adjetivo necesario para la efectiva recaudación de los tributos,
independientemente de quien sea el acreedor, así como aplicar las
sanciones. Los decretos como actos administrativos de efectos generales no
pueden ser fuente lícita de obligaciones tributarias y tampoco podrían serlo

36
al reglamentar las leyes tributarias, puesto que la atribución de
reglamentación prohíbe alterar el espíritu, propósito y razón de las leyes, con
lo cual se fija un límite a la atribución reglamentaria.
Principio de la generalidad del tributo, previsto en el artículo 133 del
texto fundamental, es del tenor siguiente:
“Toda persona tiene el deber de coadyuvar a los gastos públicos
mediante el pago de impuestos, tasas y contribuciones que establezca la
ley.”
El principio de la generalidad, como otros tantos inscritos en las
constituciones políticas contemporáneas, impone una obligación jurídica
general a todos los habitantes del país, a concurrir con el levantamiento de
las cargas públicas, no se puede eximir a nadie de contribuir por razones
que no sean la carencia de capacidad contributiva, ya que la ordenación de
los tributos ha de basarse en la capacidad económica de las personas
llamadas a satisfacerlos y en los principios de generalidad y equitativa
distribución de la carga tributaria.
Este principio lo que prohíbe es la existencia de privilegios fiscales,
porque en sentido técnico estricto el tema se refiere más específicamente a
las directrices que el legislador ordinario ha de seguir para la selección de
los hechos imponibles, en acatamiento al principio de la capacidad
contributiva.
Principio de la Capacidad Contributiva, Principio de la
Progresividad, Principio de Proporcionalidad, Principio de Justicia
(Igualdad y Equidad).
Nuestra carta magna recoge estos importantísimos principios del
sistema tributario en su artículo 316, el cual es del tenor siguiente:
“El sistema tributario procurará la justa distribución de las cargas
públicas según la capacidad económica del o de la contribuyente, atendiendo
al principio de progresividad, así como la protección de la economía nacional

37
y la elevación del nivel de vida de la población, y se sustentará para ello en
un sistema eficiente para la recaudación de los tributos. …”
El principio de la capacidad contributiva es una garantía de la
razonabilidad de innegable presencia en cualquier texto constitucional, que
al igual que el primero mencionado es legitimador del establecimiento de los
tributos y por su complejidad debe ser analizado en conjunción con la
política, economía, sociología, ética y recaudación, esto en razón de que el
contenido del principio confiere equidad y proporcionalidad, lo que lo hace
un principio autónomo que posee cuatro manifestaciones: igualdad, no
confiscatoriedad, proporcionalidad y progresividad. Es además la garantía
individual que permite alcanzar un equilibrio de la justicia social en la
distribución de las cargas públicas. El principio de la capacidad contributiva
implica que sólo aquellos hechos de la vida social que son índices de
capacidad económica pueden ser adoptados por las leyes como
presupuesto generador de la obligación tributaria. Más la estructura del
tributo y la medida en que cada uno contribuirá a los gastos públicos no está
determinada solamente por la capacidad económica del sujeto pasivo, sino
también por razones de conveniencia, justicia social y de bien común,
ajenas a la capacidad económica.
El principio de progresividad tiene como fundamento la efectiva
igualdad, al buscar que la carga tributaria se distribuya de manera
proporcional y según la capacidad contributiva del sujeto pasivo, es decir,
que exista una mejor distribución de su renta y patrimonio. La progresividad
está referida de modo directo al sistema tributario, al conjunto de tributos
legalmente establecidos, y no de modo particular a cada uno de los tributos
que lo conforman. Un impuesto es financieramente progresivo cuando la
alícuota se eleva a medida que aumenta la cantidad gravada y proporcional
cuando su alícuota es constante, cualquiera que sea la cantidad gravada.
Para que un sistema tributario tienda a la progresividad debe restaurarse el

38
equilibrio, por ello hay que contrabalancear los impuestos indirectos con los
directos, los primeros de carácter regresivo y los últimos progresivos.
Principio de proporcionalidad, ha de entenderse como la progresión
aritmética a la riqueza gravada. Esto es que a mayor riqueza, mayor
impuesto, de manera tal que la alícuota invariable o directamente
proporcional al monto de la riqueza es la que realmente expresa un impuesto
proporcional en el sentido constitucional. La proporc ionalidad es un
elemento necesario para ciertos tributos en lo que hace real y efectiva la
garantía de la igualdad tributaria, representa una de las bases más sólidas
para lograr la equidad. Como garantía del derecho de propiedad significa
que la carga tributaria sobre la riqueza debe ser adecuada y racional, o sea,
que la presión que el tributo produce sobre la riqueza según la naturaleza de
ésta y características del tributo, guarden una cierta medida que para ser
justa no exceda lo que aconseja una buena prudencia. La proporcionalidad
no debe ser tomada exclusivamente como una progresión aritmética, sino
que dentro de ese concepto cabe la proporción geométrica, es decir, la
progresividad.
Principio de justicia (igualdad y equidad), tiene como requisito
legitimador buscar la justicia de la tributación en orden a las exigencias de
igualdad y equidad. Las garantías constitucionales que se han señalado, no
pueden ser consideradas en forma aislada o separada unas de otras, la
igualdad no podría cumplirse jurídicamente considerada si no va al auxilio la
proporcionalidad, y ésta constituye la base esencial para que la equidad sea
real y positiva, se trata de conceptos jurídicos interrelacionados y sujetos a
una interpretación integrada y sistemática.
El derecho judicialmente recibido, viviente y operativo de un país dado
tiene como equivalentes a la igualdad, la proporcionalidad, la progresividad y
la capacidad contributiva, de manera idéntica también la equidad con la no
confiscatoriedad. La igualdad tributaria se vincula con la riqueza de los
potenciales contribuyentes, entendiendo por riqueza las distintas

39
manifestaciones de capacidad contributiva, representada por los ingresos, el
patrimonio, la circulación y el consumo.
Por su parte la equidad complementa el estatuto del contribuyente,
fijándole límites al poder tributario, más allá de los cuales el tributo deviene
inequitativo. Esto sucedería cuando la imposición excede el marco de la
racionalidad o razonabilidad y cuando el gravamen despoja o exacciona el
patrimonio o asfixia la capacidad productiva de los contribuyentes
infringiendo el principio de no confiscatoriedad.
Principio de no confiscatoriedad, consagrado en el artículo 317 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, textualmente reza:
“Ningún tributo puede tener efecto confiscatorio”.
La no confiscatoriedad protege al derecho de propiedad, garantía
fundamental en un Estado democrático, lo que se deriva de la libertad, que
es uno de los pilares que sirve de base al sistema democrático. De aquí se
desprende la necesidad de evitar que el indispensable poder tributario se
convierta en un arma de destrucción de la economía y de la sociedad,
excediendo los límites más allá de los cuales los integrantes de un país no
están dispuestos a tolerar su carga.
La no confiscatoriedad no se traduce en una antinomia entre el derecho
de propiedad y el tributo, ya que éste constituye el precio que hay que pagar
para vivir en sociedad, lo que exige soportar los gastos del Estado
encargado de cumplir y hacer cumplir la constitución; no obstante, debe
existir un límite al poder de imposición sin el cual el derecho de propiedad no
tendría razón de ser. Ese límite viene dado por el principio de no
confiscatoriedad de los impuestos, que debe ser precisado clara y
conceptualmente en el texto constitucional, más aun en un Estado federal en
el cual el poder tributario es ejercido por distintos entes político territoriales.
Existe confiscatoriedad tributaria cuando el Estado se apropia de los
bienes de los contribuyentes, aplicando una norma tributaria en la que el
monto llega a extremos insoportables por lo exagerado de su quantum,

40
desbordando así la capacidad contributiva de la persona y vulnerando por
esa vía indirecta la propiedad privada. De lo anterior se desprende que la no
confiscatoriedad es un límite a la progresividad, y como quiera que esa
progresividad atiende, al sistema tributario, igualmente la no confiscatoriedad
debe armonizarse dentro de ese sistema tributario constitucional,
independientemente que el principio se refiera a un tributo específico.
El exceso en el ejercicio del poder fiscal, puede ser considerado como
una verdadera confiscación de bienes vedada por la constitución, ya que
debe existir la razonabilidad como medida de la confiscatoriedad de los
gravámenes puesto que el poder impositivo ha de ser ejercido de buena fe y
para fines públicos, debe establecerse con arreglo a un sistema de
imparcialidad y uniformidad, en condiciones razonables y de manera tal que
no constituya una confiscación.
La razonabilidad es un presupuesto indispensable en todo el orden
jurídico, que se violenta cada vez que hay desproporción entre el fin
perseguido por la norma y el medio elegido para concretarlo, un tributo sale
de la razonabilidad cuando equivales a una parte substancial del valor del
capital o de su renta o de su utilidad, o cuando ocasiona el aniquilamiento del
derecho de propiedad en su sustancia o en cualquiera de sus atributos.
Principio de irretroactividad, postulado casi universal, también
previsto en la carta fundamental en el artículo 24, que transcrito se lee:
“Ninguna disposición legislativa tendrá efecto retroactivo, excepto
cuando imponga menor pena…”
La retroactividad se entiende como la incidencia de la nueva ley que se
promulgue en los efectos jurídicos ya generados por situaciones
anteriores. En el ámbito tributario, la ley tributaria tampoco tendrá efecto
retroactivo, no obstante, este principio general cuenta con excepciones lícitas
relativas a las leyes más benignas en determinadas materias.
La intención de abarcar por la ley tributaria situaciones pasadas a su
sanción constituye una evidente manifestación de arbitrariedad por parte del

41
legislador, que a la vez transgredí el principio de capacidad contributiva al
tomar la ley situaciones pretéritas que se consideran jure et de jure
subsistentes a efectos de establecer un tributo y que al ser consideradas
retroactivamente repercuten en forma negativa en la exigencia de la
equidad, presupuesto constitucional de la tributación.
Para aquellos casos en que el contribuyente ha incorporado a su
patrimonio un derecho, la ley tributaria no puede aplicarse retroactivamente
afectando una situación definitivamente constituida, por ello es de gran
importancia la determinación del momento en que se configura el hecho
imponible establecido por la ley que permite el nacimiento de la obligación
tributaria, ya que existiría retroactividad si aquél, establecida la temporalidad,
ha tenido íntegra realización antes de entrar en vigencia la nueva ley que lo
convierte en imponible, y estaríamos en presencia de un agravio
constitucional.
La retroactividad sería exigencia constitucional sólo si representa una
tutela para el sujeto, o sea, si desde el punto de vista penal la norma es más
benigna para el imputado, ya que la ley penal no puede regular hechos
cometidos antes de su entrada en vigencia si de alguna manera perjudica la
situación de los infractores fiscales.
Principio de acceso a la justicia y principio de la tutela judicial
efectiva, previstos en el artículo 26 de nuestra Constitución de la siguiente
manera:
“Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración
de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o
difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la
decisión correspondiente”.
El principio de la tutela jurisdiccional representa la garantía más sólida
de un Estado democrático organizado; la tutela judicial efectiva es un
principio general del Derecho, un derecho fundamental de aplicación directa
cuya articulación técnica es absoluta e inmediata.

42
De acuerdo con la doctrina mayoritaria, la existencia de la tutela judicial
efectiva obedece al explícito reconocimiento de que los derechos e intereses
que el ordenamiento atribuye al individuo sólo son reales y efectivos en la
medida en que pueden hacerse valer en caso de conflicto frente al Poder
Público. La justiciabilidad de las controversias que se susciten entre los
ciudadanos y los poderes públicos, es la garantía más firme, el mejor
barómetro de la juridicidad del todo un Estado.
El derecho a la justicia, el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva,
viene impuesto a todo Estado por principios superiores, garantizar al
ciudadano una administración de justicia eficaz es algo inherente a todo
Estado. La tutela jurisdiccional garantiza el acceso al Poder Judicial para
obtener la revisión de los actos administrativos de carácter tributario que
afectan a los contribuyentes o responsables, consagra la inviolabilidad de la
defensa en juicio a fin de lograr poner coto a la exigencia tributaria injusta.
Este postulado ha sido recogido en las constituciones contemporáneas
como norma obligatoria supranacional, incluso para la materia tributaria, en
la que sin lugar a dudas, los sujetos deben disponer por igual de las mismas
y máximas garantías de defensa de sus intereses, libre acceso a la justicia,
ante un juez independiente, con limitadas posibilidades de exponer sus
argumentos y probarlos.
Principio pecuniario de la obligación tributaria, en el artículo 317 se
recogió este principio según el cual “no podrán establecerse obligaciones
tributarias pagaderas en servicios personales”.
Se consagra el derecho al carácter pecuniario del tributo, como garantía
del derecho a la integridad personal, es decir, como una garantía del derecho
que tiene toda persona a que se respete su integridad física, psíquica y
moral, previsto en el artículo 46 Constitucional.
Principio de la inmunidad tributaria, su función es regular la
inmunidad tributaria entre los niveles territoriales del Estado, sin embargo, el
Constituyente sólo lo reguló respecto a los impuestos municipales en el

43
artículo 180. El derecho comparado ofrece soluciones al debatido problema
de la inmunidad tributaria del Estado, como principio general, en este
sentido, las primeras soluciones fueron dadas por los Estados Unidos con la
legendaria sentencia del Juez Marshall, que evolucionó culminando en la
doctrina de la inmunidad recíproca, limitada a los bienes y actividades de los
órganos gubernamentales, y no de los entes públicos con funciones
comerciales o industriales. La doctrina prosperó en países de características
similares como Argentina. Pero la solución más acabada la da el derecho
brasileño que ha consagrado la misma solución que la norteamericana pero
a nivel constitucional. Es sin duda la mejor solución para este problema tan
importante y de tan difícil solución, en ausencia de norma obligatoria para
los distintos niveles político-territoriales.
Principio de la generalidad del tributo, previsto en el artículo 133 del
texto fundamental, es del tenor siguiente:
“Toda persona tiene el deber de coadyuvar a los gastos públicos
mediante el pago de impuestos, tasas y contribuciones que establezca la
ley.”
En concordancia con lo antes dicho se puede decir que el principio
de la generalidad, como otros tantos inscritos en las constituciones
políticas contemporáneas, impone una obligación jurídica general a todos los
habitantes del país. Este principio lo que prohíbe es la existencia de
privilegios fiscales, porque en sentido técnico estricto el tema se refiere más
específicamente a las directrices que el legislador ordinario ha de seguir
para la selección de los hechos imponibles, en acatamiento al principio de la
capacidad contributiva.
Principio de justicia (igualdad y equidad) Bajo estas premisas, la
Constitución del año 1999 en su artículo 316, prevé que el sistema tributario
procurará la justa distribución de las cargas públicas, exigiendo a cada
ciudadano soportar la carga del Estado tomando en cuenta su capacidad
contributiva. Se puede inferir esntonces que de esta forma, la creación de

44
leyes tributarias deben delimitar nítidamente la base imponible de cada
tributo, asi como establecer exenciones y no sujeciones orientadas a
reconocer la capacidad contributiva de cada contribuyente.
De igual forma, el sistema tributario es justo cuando extrae del sector
privado estrictamente lo necesario para poder atender los gastos derivados
de la satisfacción de las necesidades de la comunidad en general, ya que los
tributos no deben ser instrumentos de intervención o un medio para la
delegación de sus funciones intrínsecas o financiamiento de actividades
proselitistas, pues es injusto que la finalidad de un tributo no sea para utilidad
general

B.6- CREE O IDEE UN CASO EN EL QUE SE VIOLENTE EL


PRINCIPIO DE IGUALDAD TRIBUTARIA Y OTRO DEL PRINCIPIO DE
GENERALIDAD TRIBUTARIA.
-MARIA PAOLA B-5 Y B-6

45
En Venezuela, pese a la regulación jurídica en torno a la preeminencia
de los derechos humanos y de aquellos principios que en materia económica
deben resguardarse, no se cumple totalmente, ello por cuanto aún se siguen
privilegiando a sectores donde incluso se emplea el poder coactivo del
estado para dar beneficios a unos pocos en contra de la mayoría, ejemplo:
se le exoneran de cargas e impuestos a aquellos que están bajo la cobija
gubernamental, desde no permitirse que se les revisen o inspeccione sus
movimientos o materiales de los cuales importan, hasta su saneamiento
administrativo.
Un caso particular, donde lo ideal sería que la igualdad exige el mismo
trato para los entes y hechos que se encuentran cobijados bajo una misma
hipótesis”, en tanto que garantía de no discriminación.
Entonces, por que vemos que a aquellos que están investidos de
autoridad no se les realizan obligaciones de pago de aranceles
proporcionalmente con sus márgenes de ganancias, se les llega incluso a
subsidiar por parte del estado…so ocurre desde hacen muchos años, y es un
gran flagelo… asimismo, el deber cívico de contribuir con el erario, con
arreglo a la capacidad económica y en los mismos términos fijados por la ley,
se predica por igual de las personas que se encuentran en la misma
situación contemplada por la norma.
En este caso, el indicio de inequidad surge de limitar el alcance de una
exención a un concepto que también cabe predicar de otro sujeto que, sin
embargo, se excluye del beneficio fiscal. El TSJ debe precisar si la exclusión
del mencionado beneficio tiene una razón de ser que la haga admisible. De
lo contrario, será patente la violación del principio de igualdad en la carga
tributaria.
De acuerdo con este criterio, la Corte ha declarado la
inconstitucionalidad o la constitucionalidad condicionada de normas
tributarias, por ejemplo, las que prevén exenciones que no responden a un
criterio objetivo de diferenciación y que por lo tanto resultan discriminatorias.

46
Según esta “[s]i el legislador grava con un impuesto un hecho, acto o
negocio, por ser precisamente indicativos de riqueza actual o potencial, no
puede dejar de hacerlo ante situaciones semejantes o equiparables, salvo
que militen razones poderosas de política fiscal o fines extra-fiscales
relevantes, siempre que, en este último caso, los mismos estén al servicio de
bienes protegidos por la Constitución o de metas ordenadas por ella.
1.- Cuándo se justifican las exenciones impositivas, por ejemplo en
el caso del tipo de subsidios generalizados que prevalece en algunos países,
como Nicaragua, bajo la forma de un extenso sistema de exenciones y
exoneraciones, no garantiza flujos de inversión en sectores de alto valor
agregado y altas externalidades tecnológicas, sino que han servido para
subsidiar, en gran medida, inversiones dirigidas a la explotación ¨minera¨ de
los recursos naturales, o al aprovechamiento de una fuerza de trabajo en
extremo barata.
Comencemos con el caso en que dicha exención esta ampliamente
justificada. Recuérdese que las exenciones impositivas violentan el principio
de generalidad o igualdad, que constituye el principio fundamental de
justicia tributaria, según el cual todas las personas con capacidad
contributiva tienen el deber de aportar al financiamiento de los bienes y
servicios públicos y sociales que provee el Estado. Lo ideal es que solo
existan muy limitadas excepciones - y muy bien justificadas - a la aplicación
de este principio.
Sin embargo, se considera que solo tienen capacidad contributiva
las personas cuyo ingreso se encuentra por encima de cierto mínimo de
sobrevivencia. Para personas cuyo ingreso se encuentra por debajo de dicho
mínimo, hacerlas contribuir significaría poner en riesgo su capacidad de
satisfacer sus necesidades básicas. Por ello, se justifica a plenitud eximir de
tributos los bienes y servicios que tienen mayor ponderación en el consumo
de los estratos de menores ingresos. Pero hay que ser cuidadosos. De
hecho, casi cualquier actividad económica genera de una u otra manera

47
beneficios que en cierta medida exceden los que obtienen quienes las
desarrollan. Por tanto, no cualquier externalidad es suficiente por si misma
para justificar una exención que violente el principio de generalidad de la
tributación.
2.- Por ejemplo en Venezuela, en el ámbito judicial se aprecia en
los juicios tributarios que las prerrogativas procesales de las cuales goza
el Estado, afectan la igualdad que debe reinar en el proceso, ambas partes
deberían estar en igualdad de condiciones para que la justicia sea imparcial y
en consecuencia se cumpla el debido proceso y un juicio en igualdad de
condiciones.
En el mismo orden de ideas, en aras de salvaguardar los derechos de
la nación y actuando en pro del colectivo ciudadano, la República se ve
favorecida con prerrogativas procesales en materia tributaria, como lo es la
citación de los representantes del Estado, los lapsos de consignación de
pruebas por parte del Estado e inclusive la no condenatorias de costas en
caso de resultar perdidos a la República, todo esto persigue la finalidad de
garantizar el bien común; sin embargo con esta práctica se violenta de
manera fehaciente la igualdad que debe reinar en todo proceso judicial, no
existen igualdad de garantías para las partes, en tal sentido estas
prerrogativas hacen ver el proceso judicial a favor del Estado.

El principio constitucional de igualdad:


Debe ser respetado por el legislador al momento de crear nuevas
obligaciones tributarias, lo cual conlleva el deber de tomar en consideración
las diferencias de hecho existentes en la sociedad para no profundizar, con
la medida impositiva, las desigualdades existentes: “de profunda raigambre
democrática, el principio de igualdad constituye claro límite formal y material
del poder tributario estatal y, por consiguiente, las reglas que en él se
inspiran se orientan decididamente a poner coto a la arbitrariedad y a la
desmesura”.

48
Toda persona tiene el derecho por igual de pago de impuesto por
mercancías el caso es el que sucede en el mercado mayorista de
Barquisimeto donde solo multan a los negocios que pertenecen a
comerciantes civiles porque los negocios que pertenece a funcionarios
( tenientes coroneles ) no se les aplica las ley sino que esto son avisado y
ellos cierran sus negocio para no ser supervisado

Principio de Generalidad del Tributo:


Toda persona tiene el deber de coadyuvar a los gastos públicos
mediante el pago de impuestos, tasas y contribuciones que establezca la ley.
Es decir que toda persona tiene el deber de pagar los impuesto y tasas que
están establecida por la ley , solo son violaciones las exoneraciones
establecidas por la ley.
Un caso actual que está sucediendo es lo se vive a diario en la
notarias de Palavecino donde el servidor público cobra todo los
documentos de niños niñas y adolescentes que son exonerados de pago de
impuestos y tributos esto está reflejado en los artículos 8 y 9 de la ley donde
especifican que estos servicio son gratuitos con el cuento de que todo
documento debe ser habilitado. Esto sucede en esta notaria porque en las de
Barquisimeto esta situación no pasa.

B.7- JURISPRUDENCIA O SENTENCIAS SOBRE ALGUNO DE


LOS PRINCIPIOS CORRESPONDIENTES A ESTE PUNTO.
(Luego de estudiar la jurisprudencia o sentencia, realizar análisis
crítico)

49
Desde el punto de vista técnico el principio de generalidad, alude
aquellas orientaciones que han de seguirse por parte del legislador, a lo
efectos de la fijación o el establecimiento de hachos imponibles , esto es,
de aquellas circunstancias fácticas o de carácter contingente susceptibles de
ser consideradas como generadoras de tributos.
Por ende, podemos ver que en el fallo de Sala Constitucional del 21
de noviembre del año 2000, que resolvió la nulidad parcial solicitada contra el
encabezamiento del artículo 28 del Decreto de Ley Nº 53.304, de fecha 24
de septiembre de 1993, mediante el cual se promulgo la Ley de Impuestos al
Valor Agregado.
Jurisprudencia principio de la igualdad y generalidad del tributo

Magistrada Ponente: TRINA OMAIRA ZURITA


Exp. Nº 2012-0705

Mediante Oficio N° CSCA-2012-003312 de fecha 26 de abril de 2012, la


Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo, remitió a esta Sala el
expediente contentivo del recurso de nulidad ejercido
conjuntamente con acción de amparo constitucional, el 5 de noviembre
de 2003, por el abogado Alfredo Ramón Méndez, inscrito en el
INPREABOGADO bajo el Nro. 96.660, actuando con el carácter de
apoderado judicial de la sociedad de comercio VALENCIA PAPELERA,
C.A., inscrita en el Registro Mercantil Primero de la Circunscripción
Judicial del Estado Carabobo en fecha 17 de junio de 1975, bajo el N°
21, Tomo 4-C, reformados sus estatutos sociales, según Acta de
Asamblea Extraordinaria de Accionista e inscrita en el mencionado
Registro Mercantil el 22 de diciembre de 1994, bajo el N° 45, Tomo 70-A
y el 26 de junio de 2002, bajo el Nro. 04, Tomo 38-A; representación
que se desprende del poder que riela a los folios 41 al 44 del expediente
judicial; contra los actos administrativos de efectos generales
contenidos en las Providencias Administrativas distinguidas con letras y
números SNAT/2002/1419 del 15 de noviembre de 2002, publicada en
la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 37.573,
de fecha 19 de noviembre de 2002 y SNAT/2002/1455 del día 29 del
mismo mes y año, publicada en la Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela N° 37.585 del 5 de diciembre de 2002, las
cuales fueron dictadas por el Superintendente Nacional Aduanero y
Tributario del Servicio Nacional Integrado de Administración

50
Aduanera y Tributaria (SENIAT), por medio de las cuales se designan
a los Contribuyentes Especiales como Agentes de Retención del
Impuesto al Valor Agregado (IVA).
La remisión se efectuó con ocasión de haber declinado la referida Corte
la competencia para conocer el aludido recurso de nulidad ejercido
conjuntamente con acción de amparo constitucional, mediante decisión
N° 2007-00267, del 1° de marzo de 2007, conforme a lo previsto en el
artículo 5, numeral 30 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia de la República Bolivariana de Venezuela del año 2004,
aplicable en razón del tiempo.
En fecha 15 de mayo de 2012 se dio cuenta en Sala y se designó
Ponente a la Magistrada Trina Omaira Zurita, a los fines de decidir la
declinatoria de competencia.
Realizado el estudio de las actas procesales que integran el expediente,
esta Máxima Instancia pasa a decidir sobre la base de las
consideraciones siguientes:
I
ANTECEDENTES
Mediante escrito del 5 de noviembre de 2003, el apoderado judicial de la
sociedad mercantil Valencia Papelera, C.A., interpuso ante esta Sala
Político-Administrativa, recurso contencioso administrativo de nulidad
por razones de inconstitucionalidad e ilegalidad conjuntamente con
acción de amparo constitucional, contra las Providencias
Administrativas distinguidas con letras y números SNAT/2002/1419 y
SNAT/2002/1455 del 19 y 29 de noviembre de 2002,
respectivamente, dictadas por el Superintendente Nacional Aduanero y
Tributario del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria (SENIAT), publicadas en las Gacetas Oficiales de la
República Bolivariana de Venezuela Nros. 37.573 y 37.585 en fechas 19
de noviembre y 5 de diciembre de 2002, respectivamente, por medio de
las cuales se designan a los Contribuyentes Especiales como Agentes
de Retención del Impuesto al Valor Agregado (IVA), entre los que se
encuentra la recurrente (folio 45 al 47 del expediente judicial).
Por Oficio N° 3974 de fecha 4 de octubre de 2004, esta Sala remitió
dicho recurso a la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos
(URDD) de las Cortes Primera y Segunda de lo Contencioso
Administrativo, el cual lo recibió el 20 de diciembre de 2004.
La contribuyente argumentó su acción con base en lo siguiente:
Denunció que las Providencias antes señaladas “VIOLAN EL
PRINCIPIO DE LEGALIDAD” dispuesto en los artículos 316 y 317 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como el
artículo 3 del Código Orgánico Tributario de 2001 y, el “artículo 11 de la
Ley de Impuesto al Valor Agregado” del año 2002, al introducirse
modificaciones que inciden en la base imponible del impuesto y en sus
elementos esenciales, así como, el establecimiento de sujetos pasivos
de la obligación tributaria y el mecanismo de determinación del tributo.
(Mayúsculas de la recurrente).
Asimismo, los citados actos administrativos violan el principio de la
capacidad contributiva y el derecho a la propiedad, previstos en las

51
normas contenidas en los artículos 115 y 117 de la Carta Magna, toda
vez que el “sistema tributario no puede gravar fenómenos o realidades
que no reflejen indicios de aptitud o capacidad económica para cumplir
con el deber de contribuir con las cargas públicas, pues, sirve de
adecuada matización frente al postulado de la generalidad o igualdad
tributaria, ya que cada contribuyente está obligado de acuerdo a sus
posibilidades económicas. De allí que, a los fines de lograr los objetivos
que debe buscar el sistema tributario citado, como lo son la protección
de la economía nacional, del derecho a la propiedad y la elevación del
nivel de vida de la población, es que los tributos no deben limitar el
desarrollo económico del país, por lo que resultan inconstitucionales las
situaciones de hecho como el establecimiento de bases imponibles
alejadas de la realidad y la incorrecta determinación del mecanismo
traslativo de sustracción entre créditos y débitos fiscales propios de los
impuestos indirectos, así como la aplicación de alícuotas impositivas
desproporcionales ”.
En ese sentido, destacó que se “(…) viola el principio de capacidad
contributiva ya que se impone que el vendedor del bien prestador de
servicio a los contribuyentes especiales, registre el débito fiscal
correspondiente sin que se haya pagado la contraprestación
materialmente, pues le ha sido retenido un 75% de débito fiscal que ha
debido recibir materialmente de su cliente Contribuyente Especial, aún
cuando por medio de una ficción legal tal detracción o retención no
signifique un menos (sic) débito fiscal sino un adelanto de impuesto a
pagar por parte del proveedor, a quien se le ha retenido el impuesto en
cuestión lo contrario sería aceptar que el beneficiario del servicio paga
la contraprestación meses o incluso años después, el sujeto prestador
del mismo tendría que erogar una alícuota patrimonial sin justificación
desde el punto de vista de la capacidad contributiva ya
que [la] prostralación no se habría materializado
efectivamente”. (Agregado de la Sala).
Solicitó conjuntamente al recurso de nulidad interpuesto, que se decrete
amparo constitucional a los fines de suspender los efectos de las
providencias administrativas impugnadas, toda vez “(…) el impuesto
que corresponde enterar genera (…) una detracción del derecho de
propiedad al adelantar un impuesto indebido o no causado que para el
momento de la determinación impositiva pudiese generar excedente de
créditos fiscales en virtud que durante un ejercicio fiscal mi
representada haya efectuado más compras que ventas, cuyo trámite de
reintegro o pago de lo indebido por parte de la administración es lenta
afectándola el transcurso del tiempo y el efecto de devaluaciones sobre
la suma de dinero pagada que los que se le reintegrara con menor valor
ya que no se prevé en la Providencia la posibilidad de pagar lo
reintegrado en forma íntegra”.
Asimismo, estimó que “(…) la Providencia Impugnada afecta su
derecho de propiedad debido a la alteración del mecanismo previsto en
la ley [es] contraria al principio de no confiscatoriedad de los tributos
previsto en el artículo 317 de la Constitución, dado que al adelantar el
pago de una supuesta obligación fiscal establecida mediante un acto

52
administrativo que probablemente no le corresponda una vez efectuada
la compensación entre créditos y débitos fiscales que establece la Ley
del IVA, e igualmente se violenta el derecho de Propiedad de mi
representada, ya que el tributo es de naturaleza confiscatoria al no
permitirle obtener un margen de ganancia justo y razonable, libre o neto
después de su pago, es decir cuando se absorbe una parte sustancial
de la propiedad de la renta como también se causa dicha violación al
limitarse el derecho de propiedad por una norma de rango sublegal que
modifica la base imponible del impuesto y sus elementos esenciales
que viola la garantía de reserva legal en materia Tributaria ya explicada.
De acuerdo a lo establecido en el artículo 317 de la Constitución, y 3 del
Código Orgánico Tributario y solicito se haga extensiva la suspensión
de efectos de las providencias administrativas impugnadas, toda vez
que mi representada funge como Contribuyente Especial”.(Agregado de
la Sala).
Del mismo modo, argumentó que los aludidos actos administrativos
trasgreden el derecho constitucional de la libertad económica, por
cuanto “(…) queda limitado por una norma de rango sublegal e
igualmente debido a la imposición de la carga a mi representada, como
Contribuyente Especial de adelantar el pago de un impuesto que
todavía no se ha causado impidiéndole el libre ejercicio de su derecho a
la actividad económica al no poder disponer de un activo importante
para la inversión y puesta en funcionamiento de su aparato productivo”.
El 1° de marzo de 2007, la Corte Segunda de lo Contencioso
Administrativo mediante Sentencia N° 2007-00267, se declaró
incompetente y declinó la competencia en esta Sala Político-
Administrativa, con fundamento en los siguientes argumentos:
“(…) observa esta Corte que la Sala Político-Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia se ha pronunciado reiteradamente, en casos
similares al de autos, acerca de su competencia para conocer de
recursos de nulidad ejercidos contra actos administrativos de efectos
generales.
En este sentido, resulta necesario hacer mención a la sentencia N°
05745 de fecha 28 de septiembre de 2005, caso: Pollo Sabroso, C.A.,
dictada por la referida Sala, en la cual expreso lo siguiente:
(…)
En razón a lo antes expuesto, y siendo el objeto de impugnación, en el
caso que nos ocupa, los actos administrativos contenidos en las
Providencias Administrativas números SNAT/2002/1.419 y
SNAT/2002/1.455 de fecha 15 y 29 de noviembre de 2002, publicadas
en las Gacetas Oficiales números 37.573 y 37.585 de fechas 19 de
noviembre de 2002 y 5 de diciembre de 2002, respectivamente,
dictadas por el Superintendente (sic) del SERVICIO NACIONAL
INTEGRADO DE ADMINISTRACIÓN ADUANERA Y TRIBUTARIA
(SENIAT), mediante las cuales se designan a los Contribuyentes
Especiales como agentes de retención del impuesto al valor agregado
(I.V.A.), debe esta Corte acoger el criterio transcrito supra, y en
consecuencia declararse incompetente para conocer del caso sub
iudice, declinando dicha competencia a la Sala Político-Administrativa

53
del Tribunal Supremo de Justicia, por considerar que es dicha Sala la
que detenta la competencia para conocer del presente recurso
contencioso administrativo de nulidad ejercido conjuntamente con
amparo cautelar. Así se decide.
En virtud de lo anterior, se ordena remitir el presente expediente a la
referida Sala para los fines legales consiguientes. Así se declara”.

II
DE LA COMPETENCIA
Corresponde a esta Sala pronunciarse acerca de la declinatoria de
competencia formulada por la Corte Segunda de lo Contencioso
Administrativo para conocer del recurso de nulidad
interpuesto conjuntamente con acción de amparo constitucional por la
contribuyente Valencia Papelera, C.A., contra las Providencias
Administrativas distinguidas con letras y números SNAT/2002/1419 y
SNAT/2002/1455 del 15 y 29 de noviembre de 2002,
respectivamente, dictadas por el Superintendente Nacional Aduanero y
Tributario del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria (SENIAT), publicadas en las Gacetas Oficiales de la
República Bolivariana de Venezuela Nros. 37.573 y 37.585 en fechas 19
de noviembre y 5 de diciembre de 2002, respectivamente.
Al respecto, cabe señalar que esta Máxima Instancia, se ha
pronunciado en anteriores oportunidades, sobre este punto de derecho,
declarando su competencia para conocer de la nulidad de las
mencionadas Providencias Administrativas por la cual se designan a los
contribuyentes especiales como agentes de retención del Impuesto al
Valor Agregado. (Vid. Sentencias dictadas el 25 de junio, el 23 de
septiembre, el 22 de octubre de 2003, 26 de abril de 2011 y 12 de
febrero de 2012, bajo los números 00949, 01439, 01626, 00501 y 00094
casos: Vicson, S.A., Brenntag Venezuela, C.A., C.A. Seagrams de
Margarita, Luis Germán Marcano y Servifletes, C.A., respectivamente).
En dichas decisiones, se señaló que la aludidas Providencias
constituyen un acto administrativo de efectos generales de obligatorio
cumplimiento para todos los contribuyentes especiales, que si bien
pueden ser determinados por la Administración Tributaria, se extiende
mucho más allá de éstos y su eficacia causal se erige de forma general
para todos aquellos contribuyentes que ingresen al padrón de
contribuyentes especiales en el futuro. En definitiva, se entiende que
configura un acto contentivo de reglas de derecho impersonales y
abstractas, que extiende sus efectos más allá de su simple aplicación.
En razón de lo anterior, siendo esta Sala Político-Administrativa la
máxima instancia de la jurisdicción contencioso-tributaria y estándole
atribuida la competencia para conocer de los recursos contencioso-
administrativos que se ejerzan, tanto por razones de
inconstitucionalidad como de ilegalidad, contra los actos de efectos
generales dictados por el Poder Público Nacional, ratifica que le
corresponde conforme a la norma atributiva de competencia residual
contenida en el artículo 42, numeral 11 de la entonces vigente Ley

54
Orgánica de la Corte Suprema de Justicia aplicable ratione temporis,
conocer del presente recurso de nulidad ejercido contra las
Providencias Administrativas distinguidas con letras y números
SNAT/2002/1419 y SNAT/2002/1455 del 15 y 29 de noviembre de 2002,
respectivamente, dictadas por el Superintendente Nacional Aduanero y
Tributario del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria (SENIAT). Así se decide.

III
PUNTO PREVIO
DEL PROCEDIMIENTO APLICABLE PARA EL TRÁMITE DEL
AMPARO CAUTELAR
Como punto previo al pronunciamiento sobre la procedencia del amparo
cautelar solicitado, se impone reiterar en esta oportunidad algunas
consideraciones en torno al procedimiento a seguir en la tramitación de
las solicitudes de amparo formuladas conjuntamente con un recurso de
nulidad, y en tal sentido es de destacar que mediante Sentencias Nros.
1.050 y 1.060 del 3 de agosto de 2011, casos: Luis Germán Marcano y
Javier Marcial Salazar, respectivamente, (ratificadas, entre otras, en
Sentencias Nos. 1.454, 327 y 00606 de fechas 3 de noviembre de ese
año, 18 de abril y 30 de mayo de 2012, casos: Arquímedes José
Sánchez Rodríguez, Marcos Porras Andrade y Argemar Nazareth
Porras González y Proseguros, S.A., respectivamente), esta Sala
Político-Administrativa estimó que el trámite de las solicitudes
cautelares en los procedimientos de naturaleza contencioso-
administrativa (con excepción de aquellas dictadas dentro del
procedimiento breve) previsto en los artículos 103 y 105 de la Ley
Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, “no resulta el
más idóneo para garantizar el derecho a la tutela judicial efectiva (…)
tomando en consideración las exigencias de brevedad y no formalidad,
contempladas en el artículo 26 (de la Constitución) para el
restablecimiento, de forma inmediata, de la situación jurídica infringida”.
De esa forma, se advirtió que al estar vinculado dicho amparo a la
violación de derechos y garantías de rango constitucional, debe
examinarse y decidirse de manera expedita (sin dilaciones indebidas),
con el objeto de restablecer la situación jurídica que hubiere sido
lesionada, conforme al principio de tutela judicial efectiva.
Por tal motivo, la Sala consideró necesario aplicar nuevamente el
criterio por ella sostenido en la Sentencia N° 402 del 20 de marzo de
2001 (caso: Marvin Enrique Sierra Velasco), esto es, antes de la
entrada en vigencia de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa, respecto al procedimiento que debía seguirse en los
casos en que se solicitara un amparo constitucional conjuntamente con
la interposición de un recurso contencioso administrativo de nulidad.
Así, se reiteró en los aludidos fallos 1.050 y 1.060, con base en la antes
indicada Sentencia N° 402, que: (i) cuando se interpusiere un recurso
de nulidad conjuntamente con una acción de amparo, este Órgano

55
Jurisdiccional deberá pronunciarse provisionalmente sobre la
admisibilidad de la acción principal con prescindencia del análisis de la
causal atinente a la caducidad del recurso ejercido, debiendo
resolver de forma inmediata la pretensión de amparo cautelar
formulada; (ii) de decretarse el amparo cautelar y formular la contraparte
oposición contra el mismo, deberá seguirse el procedimiento previsto en
los artículos 602 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, de
conformidad con lo establecido en el artículo 106 de la Ley Orgánica de
la Jurisdicción Contencioso Administrativa; y (iii) en el supuesto de
declararse improcedente el amparo cautelar solicitado, se remitirá el
expediente al Juzgado de Sustanciación a fin que emita el
pronunciamiento correspondiente a la caducidad como causal de
inadmisibilidad del recurso principal.
Con fundamento en el señalado criterio, esta Sala Político-
Administrativa, pasará a pronunciarse, de manera provisoria sobre la
admisibilidad del recurso de nulidad, para luego examinar los requisitos
de procedencia de la solicitud de amparo cautelar.
IV
DE LA ADMISIBILIDAD DE LA ACCIÓN DE NULIDAD
Corresponde a la Sala decidir provisoriamente sobre la admisibilidad de
la acción principal de nulidad por inconstitucionalidad e ilegalidad,
contra las Providencias Administrativas signadas con letras y números
SNAT/2002/1419 y SNAT/2002/1455 del 15 y 29 de noviembre de 2002,
respectivamente, dictadas por el Superintendente Nacional Aduanero y
Tributario del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria (SENIAT), publicadas en las Gacetas Oficiales de la
República Bolivariana de Venezuela Nros. 37.573 y 37.585 en fechas 19
de noviembre y 5 de diciembre de 2002, respectivamente, a los fines de
revisar -de ser el caso- la petición cautelar de amparo constitucional.
A tal objeto, deben examinarse las causales de inadmisibilidad
contempladas en el artículo 35 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa, con excepción de la caducidad de la
acción, de conformidad con lo previsto en el Parágrafo Único del artículo
5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, cuestión que será analizada por el Juzgado de
Sustanciación al momento de la admisión definitiva del recurso.
Hechas las observaciones pertinentes, aprecia la Sala que no se
verifican en el presente caso los restantes supuestos de inadmisibilidad
(numerales 2, 4, 5, 6 y 7 del citado artículo 35), en razón de que: (i) no
se han acumulado acciones excluyentes; (ii) se ha acompañado la
documentación necesaria a los fines de la admisión preliminar del
recurso; (iii) no existen evidencias que se hubiere decidido un caso
idéntico mediante sentencia firme; (iv) no se aprecian en el escrito
recursivo conceptos irrespetuosos; (v) la demanda de nulidad no resulta
contraria al orden público ni a las buenas costumbres; y (vi) no se
advierte alguna prohibición legal de admitir la acción propuesta.
Al no incurrir la solicitud bajo análisis en alguna de las examinadas
causales de inadmisibilidad previstas en el indicado artículo 35 de la Ley
Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, se admite

56
preliminarmente el presente recurso de nulidad cuanto ha lugar en
derecho. Así se declara.
V
DE LA SOLICITUD DE AMPARO CAUTELAR
Con el objeto de emitir el pronunciamiento correspondiente a la acción
de amparo incoada conjuntamente con el recurso de nulidad de
autos, es menester destacar lo dispuesto en el artículo 104 de la Ley
Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, cuyo texto es
del siguiente tenor:
“Artículo 104: A petición de las partes, en cualquier estado y grado
del procedimiento, el tribunal podrá acordar las medidas
cautelares que estime pertinentes para resguardar la apariencia del
buen derecho invocado y garantizar las resultas del juicio,
ponderando los intereses públicos generales y colectivos
concretizados y ciertas gravedades en juego, siempre que dichas
medidas no prejuzguen sobre la decisión definitiva.
El tribunal contará con los más amplios poderes cautelares para
proteger a la Administración Pública, a los ciudadanos o ciudadanas, a
los intereses públicos y para garantizar la tutela judicial efectiva y el
restablecimiento de las situaciones jurídicas infringidas mientras dure el
proceso.
En causas de contenido patrimonial, el tribunal podrá exigir garantías
suficientes al solicitante.” (Negrillas agregadas).”
De la norma transcrita se colige que el Juez contencioso administrativo
puede -de oficio o a petición de parte- decretar las medidas cautelares
que estime pertinentes a los fines de proteger a la Administración
Pública, a los ciudadanos o a los intereses públicos y, de esa manera,
garantizar la tutela judicial efectiva y restablecer las situaciones jurídicas
infringidas.
Así pues, con el propósito de evitar una lesión irreparable o de difícil
reparación en el orden constitucional de ejecutarse una eventual
decisión anulatoria del acto recurrido, lo cual podría traducirse en un
menoscabo al derecho fundamental a la tutela judicial efectiva; esta
Sala pasa a revisar los requisitos de procedencia de la medida de
amparo cautelar solicitada por los recurrentes, esto es, la existencia
del fumus boni iuris y del periculum in mora.
Con relación al fumus boni iuris, se ha dejado sentado en repetidas
oportunidades que su examen exige de la parte recurrente la
argumentación y acreditación de hechos concretos que permitan
establecer una presunción grave de violación o amenaza de violación
de derechos constitucionales.
Respecto al periculum in mora, cabe reiterar que en casos como el de
autos dicho extremo es determinable por la sola verificación del
requisito anterior, pues la circunstancia de que exista una presunción
grave de violación o amenaza de violación de derechos de orden
constitucional, o su limitación fuera de los parámetros permitidos en el
Texto Fundamental, conduce necesariamente a inferir que por la
naturaleza de los intereses debatidos y ante el riesgo inminente de

57
causar un perjuicio irreparable en la definitiva a la parte que alega la
violación, debe preservarse -in límine- el ejercicio pleno de aquellos.
Frente a tal situación y con el fin de resolver la solicitud de amparo
cautelar planteada por el apoderado judicial de la sociedad mercantil
recurrente, esta Sala observa que la misma está fundamentada
en (i) “detracción del derecho de propiedad”, (violación del principio de
capacidad contributiva), (ii) “afectación del Derecho de Propiedad”, (iii)
violación de la garantía de reserva legal en materia tributaria” - principio
de legalidad tributaria- (iv) violación del principio de no confiscatoriedad
de los tributos y (iv) transgresión del derecho de libertad económica.
(i) En primer lugar, denunció la “detracción del derecho de
propiedad”, (violación del principio de capacidad contributiva), ya
que considera la recurrente que “(…) al adelantar un impuesto indebido
o no causado que para el momento de la determinación impositiva
pudiese generar excedente de créditos fiscales en virtud que durante un
ejercicio fiscal mi representada haya efectuado más compras que
ventas, cuyo trámite de reintegro o pago de lo indebido por parte de la
administración es lenta afectándola el transcurso del tiempo y el efecto
de devaluaciones sobre la suma de dinero pagada que los que se le
reintegrara con menor valor ya que no se prevé en la Providencia la
posibilidad de pagar lo reintegrado en forma íntegra”.
Asimismo, estimó que se afecta su derecho de propiedad “debido a la
alteración del mecanismo previsto en la ley (…)al adelantar el pago de
una supuesta obligación fiscal establecida mediante un acto
administrativo que probablemente no le corresponda una vez efectuada
la compensación entre créditos y débitos fiscales que establece la Ley
del IVA”.
De acuerdo a lo expuesto, esta Sala observa que el derecho de
propiedad encuentra su consagración en el artículo 115 del Texto
Constitucional, en los términos siguientes:
“Artículo 115.- Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona
tiene derecho al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La
propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y
obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de
interés general. Sólo por causa de utilidad pública o interés social,
mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización,
podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes”.
Con base en la norma constitucional transcrita, se constata que si bien
se reconoce en forma expresa la existencia de derechos y garantías
constitucionales, los mismos no son en forma absolutos o ilimitados,
sino que se encuentran sujetos a determinadas restricciones que deben
encontrarse acorde con ciertos fines, tales como la función social, la
utilidad pública y el interés general. Tales limitaciones deben ser
establecidas con fundamento en un texto legal, o en su defecto
reglamentario que encuentre remisión en una Ley, no pudiendo, en caso
alguno, establecerse restricciones de tal magnitud que menoscaben el
contenido esencial de esos derechos o garantías constitucionales. (Vid.,
Sentencias de esta Sala Nros. 05685 y 00230 de fechas 21 de

58
septiembre de 2005 y 10 de marzo de 2010, casos: Alcodir,
S.A.y Cervecería Polar, C.A.).
Por su parte, el principio de capacidad contributiva previsto en el artículo
316 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ha
sido concebido como la aptitud que tiene el contribuyente para soportar
las cargas tributarias en su medida económica y real, individualmente
considerado, en un período fiscal y que actúa como límite material al
poder de imposición del Estado, garantizando la justicia y razonabilidad
del tributo.
De esta manera, la capacidad contributiva constituye un principio
constitucional que sirve a un doble propósito, de un lado, como
presupuesto legitimador de la distribución del gasto público, y, de otro,
como límite material al ejercicio de la potestad tributaria. (Vid., decisión
de esta Sala No. 00502 de fecha 24 de abril de 2008, caso: Pañales
Barquisimeto, C.A.).
De acuerdo a las consideraciones expuestas, se desprende de autos
que el representante en juicio de la contribuyente alegó la violación del
derecho a la propiedad y del principio de capacidad contributiva, toda
vez que las Providencias Administrativas impugnadas establecen una
detracción anticipada del impuesto determinado en forma presuntiva, al
adelantarse de manera indebida o no causada.
Una vez efectuado el análisis del expediente, esta Máxima Instancia no
encuentra constancia en autos que la contribuyente haya presentado
elementos que evidencien tales perjuicios, sino que se limitó a exponer
a lo largo de su escrito recursorio, una serie de alegaciones y
afirmaciones sobre los supuestos perjuicios que, a su decir, acarrearía
la aplicación de las Providencias impugnadas y los posibles daños que
estas le causarían en su derecho de propiedad y en cuanto al principio
de capacidad contributiva, sin probar de manera fehaciente cómo la
aplicación de las mismas, constituye una presunción grave de las
violaciones o amenazas de violaciones denunciadas; observándose
además, tal como lo ha sostenido la jurisprudencia en materia cautelar,
que tampoco demostró el grave daño o daño irreparable que la
sentencia definitiva, de ser considerada estimatoria de su pretensión, le
pudiera causar. En razón de ello, juzga esta Sala insuficientes los
argumentos sostenidos por las accionantes sobre tales puntos. (Vid.,
fallo No. 05656 del 21 de septiembre de 2005, caso: Cartonajes Florida,
S.A., ratificada en la decisión No. 02431 de fecha 7 de noviembre de
2006, caso: Tovar Compañía Anónima, (TOVARCA)). Así se declara.
(ii) En lo referente a la denuncia de violación del principio de legalidad
tributaria, en la cual, a decir de la sociedad recurrente, incurren las
Providencias Administrativas impugnadas, sobre la base de que esta se
produce por cuanto dichos actos administrativos regulan aspectos del
tributo sometidos a la reserva legal, al introducir modificaciones que
inciden sobre la base imponible y otros elementos esenciales del tributo,
tales como el establecimiento de sujetos pasivos y el mecanismo de
determinación del tributo.

59
En tal sentido, la Sala estima necesario observar lo que sobre el
particular dispone la norma constitucional cuya violación se denuncia, la
cual establece que:
“Artículo 317: No podrá cobrarse impuesto, tasa, ni contribución
alguna que no estén establecidos en la ley, ni concederse
exenciones y rebajas, ni otras formas de incentivos fiscales, sino
en los casos previstos por la ley que cree el tributo
correspondiente. Ningún tributo puede tener efecto confiscatorio.
No podrán establecerse obligaciones tributarias pagaderas en servicios
personales. La evasión fiscal, sin perjuicio de otras sanciones
establecidas por la ley, podrá ser castigada penalmente.
En el caso de los funcionarios públicos o funcionarias públicas se
establecerá el doble de la pena.
Toda ley tributaria fijará su lapso de entrada en vigencia. En ausencia
del mismo se entenderá fijado en sesenta días continuos. Esta
disposición no limita las facultades extraordinarias que acuerde el
Ejecutivo Nacional en los casos previstos por esta Constitución.
La administración tributaria nacional gozará de autonomía técnica,
funcional y financiera de acuerdo con lo aprobado por la Asamblea
Nacional y su máxima autoridad será designada por el Presidente o
Presidenta de la República, de conformidad con las normas previstas
en la ley.” (Destacado de la Sala).
De la disposición citada se desprende, que el Texto Constitucional
prevé como requisito indispensable para el cobro de cualquier tributo y
sus accesorios, que este se encuentre establecido en una norma de
rango legal, siendo uno de los fundamentos de esta exigencia la
seguridad jurídica de los potenciales sujetos pasivos de la obligación
tributaria.
Tal principio reviste una especial importancia en cuanto a los límites del
Estado para ejercer su potestad tributaria, específicamente respecto a la
exigibilidad del tributo y sus accesorios, pues ella dependerá de su
consagración legal.
Respecto del principio de legalidad tributaria, la doctrina y jurisprudencia
coinciden al indicar que sus implicaciones básicas van desde el
postulado fundamental, conforme al cual la Administración sólo puede
obrar cuando haya sido legalmente facultada, hasta la reserva de ley
concebida como un medio de protección o garantía para la preservación
de la propiedad privada y la libertad de disposición de los derechos
patrimoniales ante las restricciones impuestas y derivadas de los
tributos, en virtud de la cual pueden cobrarse determinados tributos
cuando éstos hayan sido previstos en la ley.
En orden a lo anterior, el señalado principio es visto como una de las
características propias del moderno Estado de Derecho, que comporta
la subordinación del obrar de la Administración Tributaria a la
Constitución y las leyes; resultando este principio objeto de estudios
doctrinarios, los cuales coinciden al calificarlo como “una norma sobre
normación”, que comporta el establecimiento de las relaciones entre el
ordenamiento jurídico en general y el acto u actos emanados de la

60
Administración. (Vid., Sentencia No. 05656 del 21 de septiembre de
2005, caso: Cartonajes Florida, S.A. y otros).
Por tales motivos, resulta evidente para esta Sala que dicho principio,
tal como ha sido concebido por nuestro Constituyente, se erige como un
estatuto obligatorio para las distintas ramas del poder público, es decir,
como un mandamiento dirigido propiamente al Estado para establecer
los límites del ejercicio de las potestades conferidas a este en el ámbito
de la tributación; en consecuencia, en el caso sub examine la
vinculación de este principio con la legalidad configura un verdadero
derecho subjetivo constitucional susceptible de tutela judicial directa.
Ahora bien, respecto de la solicitud de amparo cautelar formulada por el
apoderado judicial de la accionante con base en la presunta violación
del anterior precepto constitucional, debe señalarse que la
jurisprudencia ha señalado que para establecer el “fumus boni iuris” o
apariencia del buen derecho, debe basarse el juez en criterios objetivos
definidos extraídos del estudio del caso concreto, sin embargo en el
asunto bajo examen, al igual que ocurrió en un caso similar al de autos
contenido en la Sentencia No. 01885 de fecha 26 de julio de 2006
(caso: Ferre Colmenarez, C.A.), se advierte que dicho estudio supondría
una valoración anticipada del fondo de la controversia, ya que habría
necesariamente que revisar en el presente caso la Ley que establece el
Impuesto al Valor Agregado a la luz de la denuncia constitucional
indicada, lo cual está vedado en esta etapa del proceso, pues lo que se
pretende con el ejercicio del amparo es la protección de manera
provisional de derechos y garantías constitucionales frente a hechos
que se presumen constituyen una amenaza o transgresión del derecho
o garantía alegados como vulnerados, motivo por el cual se desecha la
denuncia que al respecto esgrimieran los apoderados judiciales de las
accionantes. Así se declara.
(iii) Adicionalmente, se observa que la empresa accionante denunció la
violación del principio de no confiscatoriedad del tributo, con
fundamento en que las Providencias impugnadas no permiten “obtener
un margen de ganancia justo y razonable, libre o neto después de su
pago, es decir, cuando se absorbe una parte sustancial de la propiedad
de la renta (…)”.
Sobre dicho principio de no confiscatoriedad, cabe señalar que
encuentra su basamento legal en el mismo artículo 317 Constitucional,
cuyo postulado establece: “Ningún tributo puede tener efecto
confiscatorio”.
Así las cosas, esta Máxima Instancia ha sostenido que el referido
principio encuentra fundamento en la inviolabilidad del derecho de
propiedad por vía de una tributación desproporcionada y fuera del
contexto de la capacidad para contribuir con las cargas públicas, siendo
en consecuencia, un límite a la imposición desmedida y una garantía a
la propiedad de los particulares.
En el ámbito impositivo, la confiscatoriedad de un tributo supone la
apropiación indebida de los bienes particulares por parte del Estado, en
virtud de la aplicación de una determinada normativa que desborda los
límites de la razonabilidad por lo exagerado y grosero de su quantum,

61
en abierto detrimento de la capacidad de los particulares para contribuir
con las cargas fiscales.
De acuerdo a los fundamentos presentados por la contribuyente en su
solicitud cautelar de amparo, se verifica que los mismos resultan
insuficientes a los fines pretendidos, pues no reflejan de manera
evidente la existencia de una lesión directa al denunciado precepto
constitucional de la no confiscatoriedad de los tributos, a cuyo efecto la
accionante debió sustentar con algún elemento probatorio, la forma bajo
la cual le es absorbida una parte sustancial de sus rentas como
contribuyente especial, máxime a partir de la naturaleza jurídica de los
tributos, entendidos como la principal manifestación de la potestad
impositiva del Estado, y de los límites que condicionan su libre uso y
disponibilidad. (Vid Sentencia Nros, 949, 1439, 1626 y 383, de fechas
25 de julio de 2003, 23 de septiembre de 2003, 22 de octubre de 2003 y
21 de abril de 2004, Casos: Vicson, S.A., Brenntag Venezuela,
C.A., C.A. Seagrams de Margarita, y Eventos y Promociones de
Venezuela E/P/V, C.A.).
Con arreglo a lo anterior, resulta forzoso para esta Sala declarar
improcedente la denuncia planteada por la empresa accionante
referente a la presunta violación del principio de no confiscatoriedad de
los tributos. Así se declara.
(iv) Decidido lo anterior, corresponde revisar lo atinente a la denuncia
de violación del derecho a la libertad económica, por cuanto “(…)
queda limitado por una norma de rango sublegal e igualmente debido a
la imposición de la carga a mi representada, como Contribuyente
Especial de adelantar el pago de un impuesto que todavía no se ha
causado impidiéndole el libre ejercicio de su derecho a la actividad
económica al no poder disponer de un activo importante para la
inversión y puesta en funcionamiento de su aparato productivo”.
En este sentido, se observa que el artículo 112 de la Carta Magna,
contempla el principio del derecho a la libertad económica, el cual
puede considerarse violado o amenazado cuando existe una restricción
que no encuentre soporte constitucional o legal, y cuyo texto es del
tenor siguiente:
“Artículo 112.- Todas las personas pueden dedicarse libremente a la
actividad económica de su preferencia, sin más limitaciones que las
previstas en esta Constitución y las que establezcan las leyes, por
razones de desarrollo humano, seguridad, sanidad, protección del
ambiente u otras de interés social. El Estado promoverá la iniciativa
privada, garantizando la creación y justa distribución de la riqueza, así
como la producción de bienes y servicios que satisfagan las
necesidades de la población, la libertad de trabajo, empresa, comercio,
industria, sin perjuicio de su facultad para dictar medidas para planificar,
racionalizar y regular la economía e impulsar el desarrollo integral del
país”.
En el caso concreto, esta Sala observa que el apoderado judicial de la
sociedad mercantil accionante se limitó a plantear que las Providencias
impugnadas violentan el principio del derecho a la libertad económica,
sin presentar elementos probatorios, que hagan siquiera prima

62
facie pensar en la vulneración de tal derecho; en otras palabras, no
consignaron ante esta Máxima Instancia elementos de convicción
suficientes que demuestren, en principio, la existencia de tal infracción.
(Vid., Sentencia de esta Sala Político-Administrativa dictada bajo el No.
00502 de fecha 24 de abril de 2008, caso: Pañales Barquisimeto, C.A.).
Con fundamento en lo expuesto, se estima que en el caso de autos no
se verifica en esta etapa cautelar dicha violación o amenaza de
violación del derecho a ejercer la actividad económica en condiciones
de libre competencia. Así se declara.
Con fundamento en lo expuesto, considera la Sala que en la presente
causa no se verifica el requisito del fumus boni iuris o presunción de
buen derecho, al no haberse constatado, en esta etapa del
procedimiento, las presuntas violaciones de los derechos
constitucionales alegado por la parte actora, siendo innecesario
examinar el segundo de los enunciados extremos de procedencia de la
medida cautelar peticionada, esto es, el periculum in mora, por ser este
determinable “por la sola verificación del requisito anterior”. En
consecuencia, resulta forzoso declarar improcedente la solicitud de
amparo cautelar formulada por el apoderado judicial de la sociedad
mercantil Valencia Papelera, C.A. Así se declara.
Ello así, se ordena remitir el expediente judicial al Juzgado de
Sustanciación a los fines de que se pronuncie sobre la causal referida a
la caducidad de la acción. Así se declara.
VI
DECISIÓN
En virtud de las razones anteriormente expuestas, esta Sala Político-
Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara:
1) ACEPTA LA COMPETENCIA declinada por la Corte Segunda de lo
Contencioso Administrativo para conocer y decidir el recurso
contencioso administrativo de nulidad ejercido conjuntamente con
acción de amparo constitucional por la sociedad mercantil VALENCIA
PAPELERA, C.A., contra las Providencias Administrativas distinguidas
con los números SNAT/2002/1419 y SNAT/2002/1455, dictadas por el
Superintendente Nacional Aduanero y Tributario del SERVICIO
NACIONAL INTEGRADO DE ADMINISTRACIÓN ADUANERA Y
TRIBUTARIA (SENIAT), en fechas 15 y 29 de noviembre de 2002,
respectivamente, por medio de las cuales se designan a los
Contribuyentes Especiales como Agentes de Retención del Impuesto al
Valor Agregado (IVA).
2) ADMITE preliminarmente, sin perjuicio de la verificación por parte del
Juzgado de Sustanciación de la Sala lo atinente a la caducidad de la
acción.
3) IMPROCEDENTE la solicitud de amparo cautelar formulada
conjuntamente con el recurso de nulidad interpuesto.
Se ORDENA la remisión del expediente al Juzgado de Sustanciación a
los fines de la continuación del procedimiento de ley.
Publíquese, regístrese y notifíquese. Remítase el expediente al Juzgado
de Sustanciación a los fines pertinentes. Cúmplase lo ordenado.

63
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Político-
Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los
diecinueve (19) días del mes de junio del año dos mil doce (2012). Años
202º de la Independencia y 153º de la Federación.

La
Presidenta
EVELYN
MARRER
O ORTÍZ

La
Vicepresidenta
YOLANDA
JAIMES
GUERRERO

El
Magistrado
EMIRO
GARCÍA
ROSAS

Las
Magistradas,

TRINA
OMAIRA
ZURITA
Ponente

MÓNICA
MISTICCHIO
TORTORELLA

La Secretaria,
SOFÍA
YAMILE
GUZMÁN

64
En veinte
(20) de junio
del año dos.

La Secretaria,

Dicha sentencia ilustra, de manera didáctica sobre el principio de la


igualdad y de generalidad del tributo, por lo que se justifica lo siguiente; así
observa la sala constitucional, que el accionante denuncia como violado el
articulo 133 dela Constitución de 1999 en concordancia con lo dispuesto el el
articulo 316 ejusdem, igualmente por vía de la consecuencia, denuncia la
violación del articulo 317 de la misma carta magna, por cuanto la violación
que le atribuye la norma del articulo 28 de la Ley de impuesto al valor
agregado, no tiene como destinatario de esta contribución, al Estado ni a
ningún organismo público.
Sino a los particulares determinados por el articulo 1º de la Ley
como contribuyente, es decir que es traslado del impuesto allí contemplado,
actúa como una formula de indemnización, al contribuyente, de la perdida
sufrida con ocasión del pago del impuesto y hace que, en definitiva, este no
contribuya a los gastos públicos.
Por lo que la generalidad del tributo contenido en el articulo 133 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela representa uno de
los pilares principales del sistema tributario por cuanto todos deben
coadyuvar a los gastos públicos mediante el pago de tributos. Por tanto en
nuestro análisis, vemos que el principio de generalidad involucra la noción la
de que cuando una persona física o jurídica se encuentra en las condiciones
que establecen el deber de contribuir según la Ley.
Este debe ser cumplido cualquiera que sea el carácter del sujeto, su
categoría social, nacionalidad, edad, estructura, por lo cual dicho principio se
refiera mas a un aspecto negativo que positivo y, que no se trata de que
todos tengan que pagar tributos según la generalidad sino, que nadie debe

65
ser eximido por privilegios personales de clase. En otras palabras el
gravamen debe establecerse de tal forma que, cualquier persona cuya
situación coincida con la señalada, como hecho generador del tributo debe
quedar sujeto a el.
De manera que el sujeto pasivo previsto en la ley en algún momento del
circuito económico sera consumidor final, teniendo igualmente que soportar
el impuesto al valor agregado como consecuencia del sistema traslativo
previsto en la ley siendo, ello así la sala constitucional considero bien,
porque la traslación del impuesto considerado por los sujetos pasivos a los
consumidores delos bienes o beneficiarios de los servicios, establecida en el
artículo 29 de la Ley de impuestos al valor agregado no viola el principio de
la generalidad del tributo dispuesto en el artículo 133 dela Constitución. En
consecuencia, la denuncia ejercida por el accionante de; violación del
principio de generalidad queda desestimada.
Generalidad tributaria Equidad tributaria

La proporcionalidad /Generalidad radica, El TSJ ha definido a la


medularmente, en que los sujetos pasivos equidad tributaria como:
deben contribuir a los gastos públicos en “El principio de equidad
función de su respectiva capacidad radica medularmente en la
económica, debiendo aportar una parte justa y igualdad ante la misma ley
adecuada de sus ingresos, utilidades o tributaria de todos los sujetos
rendimientos. pasivos de un mismo tributo, los
Conforme a este principio, los gravámenes que en tales condiciones deben
deben fijarse de acuerdo con la capacidad recibir un tratamiento idéntico en
económica de cada sujeto pasivo, de manera lo concerniente a hipótesis de
que las personas que obtengan ingresos causación, acumulación de
elevados tributen en forma cualitativa superior ingresos gravables, deducciones
a los de medianos y reducidos recursos. permitidas, plazos de pago, etc.,
El cumplimiento de este principio se realiza debiendo únicamente variar las
a través de tarifas progresivas, pues mediante tarifas tributarias aplicables, de
ellas se consigue que cubran un impuesto en acuerdo con la capacidad
monto superior los contribuyentes de más económica de cada
elevados recursos. Expresado, en otros contribuyente, para respetar el
términos, la proporcionalidad se encuentra principio de proporcionalidad
vinculada con la capacidad económica de los antes mencionado. La equidad
contribuyentes que debe ser gravada tributaria significa, en

66
diferencialmente, conforme a tarifas consecuencia, que los
progresivas, para que en cada caso el impacto contribuyentes de un mismo
sea distinto, no sólo en cantidad, sino en lo impuesto deben guardar una
tocante al mayor o menor sacrificio reflejado situación de igualdad frente a la
cualitativamente en la disminución patrimonial norma jurídica que lo establece
que proceda, y que debe encontrarse en y regula.
proporción a los ingresos obtenidos.”
CONCLUSIONES

Todo sistema tributario consagrado en una ley fundamental debe estar


orientado por principios constitucionales cuyo propósito es asegurar su
vigencia y evitar reformas motivadas en intereses puramente fiscales.
Con fundamento en lo anterior y después de revisado el análisis
efectuado en su momento por este Servicio Autónomo, se hace un breve
señalamiento de los principios (derechos y garantías) constitucionales que
amparan a los sujetos que conforman la relación jurídica tributaria.
A lo largo de este trabajo, se determina entre otras cosas que, con la
acertada frase de Sainz de Bujanda en la que, haciendo referencia a la idea
de justicia y racionalidad del Derecho Financiero, onde afirmaba que "un
sistema tributario, en efecto, sólo es racional si es justo,y sólo puede ser
justo si se adecúa a las normas fundamentales y primarias del Ordenamiento
positivo, contenidas en el texto constitucional, y a los principios generales del
Derecho".
Y es precisamente ahí, en la manifestación coherente y coordinada del
conjunto de los principios generales del derecho tributario contenidos en la
Constitución (CRBV) y del Código de Comercio, donde podemos hallar la
vigencia del principio superior de justicia tributaria.
De modo que, nos estamos refiriendo, evidentemente, a los principios
de generalidad, capacidad económica, igualdad, progresividad y no
confiscatoriedad, todos ellos establecidos en leyes en la que se exponen que
todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su
capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los

67
principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance
confiscatorio.
Finalmente, estos principios, al analizarse en los casos expuestos,
como afirma Martín Queralt, "son elementos básicos del Ordenamiento
financiero y ejes sobre los que se asientan los distintos institutos financieros",
además, se evidencia que desde el TSJ se ha recordado, en numerosas
sentencias, que los principios constitucionales no son compartimentos
estancos, sino que cada uno de ellos cobra valor en función de los demás y,
en tanto sirva para los valores superiores.
En conclusión; podemos inferir que, los principios Constitucionales que
en materia tributaria establece cada Estado, son esos medios que permitirán
acceder aun sistema tributario justo, de su debida aplicación y
funcionamiento dependen, no solo el establecimiento de impuestos
materialmente justos, sino también la aplicación y recaudación de los
mismos, actividades que en virtud de la potestad tributaria del Estado
corresponden al poder Ejecutivo y Legislativo a través de sus órganos
administrativos respectivamente.
Además podemos decir que la relación que guardan los principios
Constitucionales entre si es de carácter complementario. De manera que
lograra un trabajo tributario justo dependerá de que exista un trabajo
conjunto y armónico de todos y cada uno de los principios tributarios. Para
lograrlo resulta necesario evitar la supremacía de cualquiera de ellos, ya que
todos son importantes y trascendentes para el sistema tributario de cada
Estado. Y que la capacidad contributiva dentro del los principios de
generalidad y de igualdad tributaria deben poseer ámbitos absolutos y
objetivos, relativos y subjetivos en los cual radica el desarrollo transcendental
del poder contributivo del Estado.
Debido a que no solo se considera como requisito necesario para el
establecimiento de los impuestos, la existencia de indices de riquezas, sino
que ademas pone en especial atención las circunstancias personales del

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contribuyente efectuando una individualización de la carga tributaria que
resulta mas justa para el contribuyente

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL SISTEMA TRIBUTARIO

Desde el año 1.917, se produjeron desajustes en la aplicación de los


tributos, por la presencia del petróleo, convirtiéndose en la primera fuente de
recursos fiscales para el Estado y la industria más importante del país, la
cual hasta 1.943 aportó muy pocos recursos al Estado, debido a que sólo
estaba gravada por la Ley de Minas y su aporte era tan sólo del 4,5% sobre
la producción petrolera, es decir, no existía ninguna Ley que pechara la
industria petrolera, por el contrario los contratos petroleros que se firmaban
con las compañías petroleras las exceptuaban del pago de impuestos
creados que se fuesen a crear por 99 años.
En el año 1936, el Ministro de Hacienda Dr. Alberto Adriani, introdujo
ante el congreso tres proyectos de Leyes de Impuesto sobre la Renta, debido
a que existía la necesidad de crear un tributo directo mediante el cual se
obtendrían recursos al Estado para satisfacer las necesidades de salubridad,
educación, vías de comunicación, etc., pero a pesar de todos los esfuerzos
por transformar el sistema fiscal no fueron aprobados.
En 1942, estando en el gobierno Eliazar López Contreras se presentó
ante el congreso un proyecto de la Ley de Impuesto sobre la Renta, el cual
se caracterizaba por ser un resúmen de los tres proyectos anteriores, siendo
sancionado ese año y entrando en vigencia el 1º de enero de 1943, gravando
la industria petrolera y demás actividades rentísticas del país.
Esta Ley fué creada mediante el sistema mixto que se caracterizaba por
presentar una tarifa proporcional, seguido de otro de carácter global, de tarifa

69
progresiva, que tenía el carácter de complementario, y estuvo vigente hasta
el 16 de diciembre de 1966.
En 1964 Rómulo Betancourt le entregó la Presidencia a Raúl Leoni, la
situación financiera y económica no era muy estable, por lo que el presidente
recurrió a la alianza con el Frente Nacional Democrático (FND) presidida por
Arturo Uslar Pietri y Unión Republicana Democrática (URD) de Jóvito Villalba.
Para dar una amplia sustentación política se constituyó el gobierno
denominado Ancha Base.
Después de un año, Leoni tuvo que recurrir a leyes impositivas en la
búsqueda de recursos, surgiendo así la famosa Reforma Tributaria, donde el
pueblo era sólo espectador y el sector económico opositor. El Ministro de
Hacienda Eddy Morales Crespo y el Ministro de Fomento Luis Fernández
Solis, encargados de la política fiscal, en junio de 1965 negaron a la opinión
publica la existencia de nuevos impuestos.
No obstante se celebraron reuniones con los sectores de la banca, la
industria, el comercio y la CTV, donde se discutió los pasos a seguir en
materia impositiva para lograr un programa que permitiera superar el déficit
que alcanzaba a 300 millones de bolívares en el proyecto de presupuesto de
1966.
El 1º de Enero de 1967 entro en vigencia la nueva Ley de Impuesto
sobre la Renta, bajo el sistema global. Tres años después, Leoni le entrega
el gobierno a Rafael Caldera, quien le entregó un país mas o menos estable
en el aspecto económico, no obstante el déficit presupuestario.
Días después la Cámara de Comercio advertía contra una nueva
reforma tributaria : "Cuando apenas tiene la anterior dos años se vuelve a
plantear una nueva reforma tributaria, pero nada se dice del otro lado de la
cuestión, que es el gasto público".
En vista de la situación financiera el gobierno de Caldera recurrió a la
política de los empréstitos, por lo que el Ministro de Hacienda, Pedro Tinoco
Rodil, solicitó ante el Parlamento una nueva Ley de Crédito Público que

70
permitió préstamos por el orden de 2.025 millones de bolívares, que en parte
ivan a estar destinados a solventar compromisos adquiridos por las
gobernaciones y la municipalidad de Caracas.
El 26 de Agosto del mismo año 1969, Tinoco firmó un crédito con el
Chase Manhattan Bank por 85 millones de dólares equivalentes a unos 400
millones de bolívares para la época. Caldera le entregó la presidencia a
Carlos Andrés Pérez con el complemento de miles de millones de dólares
que el país recibió en Enero de 1974, producto de los incrementos que
recibieron los precios del petróleo por la guerra de Yonki Pur, de árabes e
israelíes, en Septiembre de 1973.
Jamás ningún gobierno venezolano había dispuesto de tantos ingresos.
En 1976, el Ministro de Hacienda Hector Hurtado estaba
anunciando una reforma tributaria, la cual encontró muchos opositores, a
lo que el ministro reaccionó diciendo "todo se debe a que muy poca gente
había leído los proyectos de reforma fiscal, y en lo más mínimo, las personas
naturales y únicamente de este nivel ( Bs. 200.000 ) en adelante es que se
elevarán las tarifas". Sin embargo fueron las personas naturales las que
terminaron asumiendo los aumentos de las tarifas sin estar aprobada la ley,
debido a que los aumentos de precios de los productos de primera
necesidad.
El 17 de Mayo de 1978 se modifica la Ley de Impuesto sobre la Renta
de 1967, que entra en vigencia a partir del 1º de julio de 1978.
Estando Luis Herrera Campins en el gobierno, el Ministro de Hacienda
Luis Ugueto Arismendi anunció la aplicación de una nueva reforma tributaria
con el objeto de conjugar el déficit presupuestario de 8.000 millones de
bolívares que se presentaría en 1980, año en el que se tenía previsto
ingresos por 51 millones y 58 millones de bolívares. No obstante, el otro
propósito era de frenar el excesivo gasto de los venezolanos.
El Ministerio de Hacienda publicó una lista de artículos que serían
gravados con un impuesto que oscilaría entre un 10 y un 15 por ciento.

71
La Ley de Impuesto sobre la Renta de 1978 sufre modificaciones y
entra en vigencia la nueva Ley el 1º de enero de 1982.
Jaime Lusinchi, recibe el gobierno con liberación de precios, un dólar
disparado y una deuda externa aumentada en unos 35 mil millones de
dólares, la mayoría de estos hechos ocurrieron aquel día denominado
Viernes Negro, cuando el presidente del Banco Central de Venezuela era
Leopoldo Díaz Bruzual.
En este período surge Recadi, que se convirtió en un desaguadero que
drenó más de 40 mil millones de dólares, popularizándose la palabra crisis,
para solventarle surge nuevamente la panacea de la reforma fiscal,
encontrando en esta oportunidad a los conocedores de la materia a los
teóricos de la materia económica como Domingo Maza Zabala y Trino
Aleides Díaz, decano de la facultad de Economía de la UCV, quien manifestó
que el gobierno no podía aplicar una reforma fiscal sin racionalizar antes la
economía, además de plantear que el gobierno debía recaudar 60 mil
millones de bolívares en impuestos pendientes que habían declarado los
sectores productivos y empresariales pero que no habían cancelado.
Lusinchi creó en 1980 la Comisión de Estudios y Reforma Fiscal (CEF),
que presidió Tomás E. Carrillo Batalla, la cual elaboró un programa basado
en la problemática fiscal venezolana, y en octubre de 1984 anunció que la
reforma generaría 20 mil millones de bolívares anuales y comprendía los
siguientes aspectos: eliminación gradual del subsidio de la gasolina,
simplificación de las tarifas de la Ley de Impuesto sobre la Renta, eliminación
del sistema de incentivos fiscales, simplificación del Impuesto sobre la Renta
de las personas naturales eliminando los desgravámenes y la creación del
Impuesto General a las Ventas, éstas recomendaciones se quedaron en
papel.
En 1986 se realizó una reforma parcial del Impuesto sobre la Renta, la
cual en vez de simplificar, hacer más eficiente el proceso de pago de
impuestos, lo complicó, aún cuando el objetivo no era hacer más simple el

72
cobro de impuestos, sino el de elevar y hacer más eficiente la recaudación.
Durante el primer año de la reforma los ingresos se elevaron, pero debido a
las debilidades estructurales del proyecto hicieron que la recaudación bajara
en más de un 25 por ciento.
El gobierno reconociendo los desajustes estructurales y la
aplicación de políticas erradas, inicia en 1989 una estrategia para
enfrentar la crisis fiscal, esta estrategia va dirigida substancialmente al
mejoramiento de la capacidad de gestión del sector público, es decir,
modernizar el sector público.
Esta reforma tributaria se incluyó, dentro de las estrategia de
modernización del sector público planteadas en el VIII plan de la nación,
particularmente dentro de la denominada Reforma Fiscal, la cual
englobaba diversos aspectos como son la privatización y reestructuración
de empresas públicas, la reforma de la gestión presupuestaria, la
racionalización de los subsidios e incentivos fiscales y la reforma tributaria
propiamente dicha, compuesta por cuatro proyectos.
La modernización institucional del Ministerio de Hacienda, la
modernización de la Administración Tributaria, la reforma de la Legislación
Tributaria y la descentralización fiscal.
La Reforma Tributaria tenía como objetivo principal el aumento de los
ingresos tributarios y del margen de acción de la política fiscal. Además
busca atacar los problemas del Sistema Tributario Venezolano. Dependencia
del ingreso petrolero, distorsión en las decisiones económicas, baja
recaudación, estructura legal compleja, deficiencia administrativa y la falta de
equidad.
Estos problemas serían enfrentados a través de tres principios
generales: el carácter integral de la reforma que involucra la parte legal, ética
y procedimientos administrativos, ya que aprobar nuevas leyes tributarias sin
atacar simultáneamente la parte administrativa sería inútil, porque las normas
jurídicas por sí solas no resuelven nada y viceversa, el carácter gradual, que

73
implica el proceso de cambio institucional, es decir, el tiempo necesario para
construir la viabilidad política y la compatibilidad con las tendencias
internacionales, por cuanto la modernización del sistema tributario debe ser
compatible con el proceso de apertura externa.
La modernización del sistema tributario buscaba la simplificación del
sistema impositivo para mejorar la administración y de reducir la evasión,
mayor equidad, neutralidad del sistema, aumentar y racionalizar los ingresos.
Las estrategias, principios y objetivos se quedaron estancados y
olvidados y sólo en una pequeña parte han sido aplicados siendo
tergiversados y alejados de los objetivos que se habían planteados.
Desde 1990 se comenzó a discutir el proyecto de Impuesto al Valor
Agregado (IVA), el cual fue instrumentado durante el gobierno de Carlos
Andrés Pérez, fue aprobado por el Congreso y ejecutado por poco tiempo
durante el gobierno provisional de Ramón J. Velázquez. El objetivo del IVA
era dotar al Sistema Tributario Venezolano de un impuesto que cumpliera
con las características que debería reunir un tributo: neutralidad, simplicidad
y eficiencia; además, de crear un instrumento que eliminara los impuestos
improductivos y simplificara otros, así como reducir la dependencia de los
ingresos petroleros.
Iniciando el gobierno de Rafael Caldera, el Ministro de Hacienda
Julio Sosa Rodríguez presentó al congreso un paquete de Reformas
Tributarias, el cual fué aprobado en Consejo de Ministros el 7 de Marzo
de 1994. El paquete contiene la Ley a los Débitos Bancarios (IDB),
modificación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y se denominaría
Impuesto a las Ventas al Mayor y al Consumo Suntuario, modificación
del Impuesto sobre la Renta y la modificación del Código Orgánico
Tributario.
Las estrategias que persigue el paquete son:
1 Desarrollo y consolidación de una economía competitiva y moderna
bajo el compromiso de solidaridad social.

74
2 Una reforma tributaria integral que estimule el ahorro y la inversión y
evite la evasión fiscal bajo los principios de equidad distributiva.
3 Un plan de estabilización económica a corto plazo.
4 Fortalecimiento del Estado en sus funciones estratégicas básicas en
las áreas de salud, educación, seguridad, dejando a la iniciativa privada las
actividades productivas de su competencia.
5 Continuación del proceso de apertura de la economía a través de los
acuerdos subregionales y regionales de integración, basado en un concepto
de reciprocidad equilibrada.
Por otra parte, el 8 de marzo de 1994 el Ministro de la OCI anunció que
la recaudación de los impuestos se haría a través de un servicio autónomo
denominado "policía fiscal", permitiendo una verdadera fiscalización de los
tributos y reducir al mínimo la posibilidad de que alguien evada los
impuestos.
Además indicó que la reforma tributaria generaría ingresos por unos
3.571 millones de dólares, monto que supera el 50 por ciento del déficit. El
mismo día el Ministro Sosa aseguró que los impuestos recaudados serían
limpiamente administrados y reorientados hacia los servicios de salud,
educación, seguridad social y personal, para ello estaban procediendo a
reestructurar el sistema de las finanzas públicas, para lo cual se había
trabajado en la creación del Servicio Nacional de Administración y Control
Tributario, el Sistema de Control Interno e Integrado de la Gestión Pública, el
Sistema de Aduanas, el Sistema de Tesorería Nacional, la reorganización de
la Escuela Nacional de Hacienda y la creación de Instituto de Altos Estudios
de las Finanzas Públicas, la reestructuración integral del Ministerio de
Hacienda y el programa especial para el incremento de la recaudación
tributaria.
La modernización de las finanzas públicas implica la creación de
nuevas fuentes tributarias, su administración y concientización de la
población con miras a sufragar el gasto público, ya que la renta petrolera no

75
puede mantener su preponderancia en la generación de recursos que el país
exige para un crecimiento estable.
La modernización del sistema de administración tributaria ha obligado a
la creación de un ente autónomo para la recaudación de los tributos internos
el cual se ha denominando Servicio Nacional Integrado de Administración
Tributaria (SENIAT) creado a mediados del año 1994 con la misión de
contribuir activamente con la formulación de la política fiscal-tributaria,
modernizar y administrar eficaz y eficientemente el sistema de recaudación
de los tributos nacionales, proporcionar una cultura tributaria con apego a los
principios de legalidad, honestidad, equidad y respeto al contribuyente.
La modernización de la administración tributaria aparte de la creación
del SENIAT, ha introducido nuevos tributos en el sistema venezolano, en un
principio con miras de cubrir el déficit fiscal y luego mantenerse como fuente
de ingresos no petroleros para cubrir la carga pública. Entre estos tributos
tenemos el Impuesto al Valor Agregado (1993) sustituido luego por uno de
igual técnica:
Impuesto al Consumo Suntuario y Ventas al Mayor (1994); el impuesto
a los Activos Empresariales (1993), un impuesto de corta duración como lo
fué el denominado Débito Bancario.
ANALISIS CRITICO
Con el Impuesto al Valor Agregado se ha establecido un modelo de
imposición general sobre el consumo que ha proporcionado una recaudación
abundante ya que se aplica a todas las fases del circuito económico por
donde atraviesan los bienes y servicios, por ende cualquier elevación o
decremento de las tasas impositivas y de la base de contribuyentes ocasiona
un aumento o disminución de la recaudación.
Dado a este efecto directo entre monto recaudado, alícuota impositiva y
base de contribuyente, se efectúo una proyección a través del análisis de
series temporales mediante el método de regresión de los mínimos

76
cuadrados, considerando para ello la homogeneidad y objetividad de los
valores de recaudación.
La recaudación del Impuesto al Valor Agregado, su aumento o
disminución, depende de la alícuota impositiva y el numero de contribuyente
a la cual este impuesto grava, además esta directamente relacionada con el
consumo de bienes y servicios de una economía, por lo tanto cuando
aumenta significativamente el consumo de bienes y servicios aplicando una
alícuota baja la recaudación se mantiene o aumenta y más aun si se
incrementa el número de contribuyente afectos al impuesto
con la eliminación de las exenciones o de una gran parte de ellas,
situación esta que se evidencia del análisis efectuado a los datos
relacionados con el Producto Interno Bruto, demanda agregada y la
recaudación efectiva del año 2000 considerando que toda la recaudación es
producto de la aplicación de una alícuota del 14.50% vigente en nuestro país.
De acuerdo al análisis efectuado a estos elementos se determinó la
factibilidad de que disminuyendo la alícuota y ciertas exenciones del
Impuesto al Valor Agregado se obtiene un incremento de la recaudación,
producto del aumento de la demanda agregada y por ende del producto
interno bruto.
Queda demostrado que al disminuir la alícuota y las exenciones la
recaudación aumenta si el producto interno bruto o demanda agregada
reacciona, por tanto, el consumo y la inversión aumenta dado a que los
precios de los bienes y servicios que se ofertan en un país disminuyen por el
bajo efecto que tiene el Impuesto al Valor Agregado en ellos, por
consiguiente existe un excedente monetario en manos del consumidor que lo
induciría a consumir mas bienes y servicio o aplicar dicho excedente a
bienes de inversión.

77
SISTEMA TRIBUTARIO

Este sistema, en concordancia con preceptos constitucionales, habidos en


principios de la potestad tributaria, interdependencia de leyes y autonomía distribuye
la potestad tributaria en tres niveles de gobierno: nacional, estadal y municipal y
donde además la Hacienda Pública Estadal comprende los bienes, ingresos y
obligaciones que conforman el activo y el pasivo de cada estado y todos los demás
bienes e ingresos cuya administración les corresponde..
Principios Constitucionales Tributarios.
El sistema tributario venezolano está fundamentado en los principios
constitucionales de legalidad, e decir, que debe estar fundado en leyes y no fuera de
estas, y de la cual denomina que ningún tributo puede ser aplicado si no está
establecido en ley, NULLUM TRIBUTE SINE PREVE LEGE en cuanto al principio
de progresividad (de conformidad a la capacidad de ingresos), equidad (igualdad de
derechos para todos), justicia (imperio de la ley), capacidad contributiva (tributa más
quien más ingresos obtiene), no retroactividad (una nueva ley no puede eliminar
beneficios anteriores y debe ser progresiva) y no confiscación (no se pueden retener
bienes en aras de coaccionar en pagos).
Obligación Tributaria
Todo ciudadano pasa a ser corresponsable de la calidad de servicios que
obtenga, el estado mantiene vínculos con las personas naturales y jurídicas bajo su
tutela como estado, por lo cual esta obligación tributaria surge entre el Estado en las

78
distintas y los sujetos pasivos, bien para retribuir calidad de vida y servicios en
comunidad, en ello en cuanto ocurra el presupuesto de hecho previsto en la ley. La
obligación constituye un vínculo de carácter personal aunque su cumplimiento se
asegure mediante garantía real o con privilegios especiales.
Potestad Tributaria
Tener poder de coacción para hacer cumplir el pago de tributos, esto es la
facultad o posibilidad de establecer y regular tributos (tasas, contribuciones o
impuestos), con leyes, reglamentos y demás en las que las comunidades autónomas y
las corporaciones locales pueden establecer y exigir tributos de acuerdo con la
Constitución y las leyes (principio de legalidad).
Sujeto activo
Es sujeto activo de la obligación tributaria el ente público acreedor del tributo
se refiere al Estado o alguna de sus entidades que recibe el impuesto; sea en calidad
de contribuyente o de responsable.
Sujeto Pasivo
Es sujeto pasivo es aquel obligado, constrñido al cumplimiento de las
prestaciones tributarias, el sujeto pasivo se refiere a la persona obligada al pago del
impuesto.
Base Imponible
Esta base imponible o también conocida como “base imponible gravable”,
sobre la cual se calcula, constituye la unidad de medida, valor o magnitud, obtenidos
de acuerdo a las normas legales respectivas, sobre la cual se aplica la alícuota para
determinar el tributo a pagar. LISLR esto, de acuerdo al Art. 4: La determinación de
la base imponible para el cálculo del impuesto será el resultado de sumar el
enriquecimiento neto de fuente territorial al enriquecimiento neto de fuente
extraterritorial. No se admitirá la imputación de pérdidas de fuente extraterritorial al
enriquecimiento o pérdida de fuente territorial.
Hecho Imponible
Corresponde dentro del negocio o acto económico aquel que deriva afectado al
tributo y cuya realización u omisión determina el nacimiento de la obligación

79
tributaria, en pocas palabras, es un hacer o un no hacer. Asimismo, presupuesto
establecido por la ley para tipificar el tributo y cuya realización origina el nacimiento
de la obligación tributaria, se corresponde a la muerte del causante, momento en que
se transfiere la propiedad a los herederos, ya convirtiéndose en sujetos pasivos del
impuesto.
Beneficios Fiscales
Bien, visto desde lo que es ventaja, constituye aquel ahorro en las cuotas
tributarias de los ingresos obtenidos procedentes de cualquier exención, deducción,
bonificación o reducción fiscal. Por ejemplo, serán aquellos ahorros que se obtengan
del patrimonio de una persona o entidad como consecuencia de pagar menos
impuestos.
Extinción de la Obligación Tributaria
Al denominar acerca de lo que hace desaparecer la obligación fiscal (1) Pago.
2) Compensación. 3) Condonación. 4) Consolidación.), bien que se extinga por
ejemplo por el pago, por donación en pago, por prescripción, por confusión, por
condonación, por compensación, otras causales distintas a la económica porque se
anule o quede sin efecto el hecho generador, por insolvencia o muerte del deudor,
Impuestos Directos
Son establecidos y se aplican conforme la capacidad económica de las personas
y esto perite una propiedad particular, que muchos de ellos son escalables, en función
de esa misma capacidad económica, principalmente, el Impuesto sobre la Renta
(ISLR) de no Residentes, el Impuesto de Patrimonio y el Impuesto de Sociedades o el
de Sucesiones y Donaciones, aquellos que se determinan aplicando un gravamen a
una manifestación inmediata de riqueza, esta es la definición que goza de la más
amplia aceptación en el ámbito académico y doctrinario. Están dentro de esta
categoría el impuesto que grava la renta y el impuesto que aplica al patrimonio, entre
otros.
Impuestos Indirectos
Aunque no están del todo establecidos por su naturaleza, son aquellos
impuestos que una persona debe pagar por el hecho de consumir o utilizar algo, es

80
decir, aquellos que se aplican sobre una manifestación indirecta de la capacidad
económica y gravan la producción, el tráfico o el consumo. Esto es lo que ocurre con
el IVA, el impuesto indirecto por excelencia, aunque no el único, más por bienes de
consumo que por otra causal, y por un lado, los impuestos indirectos son más fáciles
de recaudar, y en segundo, lugar, los contribuyentes se resisten menos a pagarlos
porque lo pagan directamente con el consumo.

Importancia de conocer el tema tributario en el ejercicio del Contador


Público
Por cuanto el contador público es quien sincera los aspectos de ingresos y
egresos en personas naturales como jurídicas la importancia de conocer el tema
tributario en el ejercicio del Contador Público, ya que este profesional es el enlace
entre estado y ciudadano, pues es el colegiado quien comprueba, que es y que no es,
un compromiso de carácter tributario aplicado a ciertos sujetos, calificados como
sujetos pasivos, para que satisfagan la cuota económica que les corresponde se
acuerdo a la ley, para sostener los fines del Estado, es decir, sin esperar percibir
contraprestación directa por su pago.

PRINCICIPOS CONSTITUCIONALES

Los principios en la imposición sobre la renta en Venezuela (Principio


de la Capacidad Contributiva, el Principio de la Progresividad y el Principio
de la No Confiscatoriedad) y, en fin, de la estructura del sistema de
imposición sobre la renta venezolano, determinan la perpetuidad
administrativa nacional, ya que, todo estado subsiste por medio de sus
haberes, recursos y sobre todo de ingresos propios donde los tributos figuran
como los más preponderantes, sin embargo, su exigencia es para dirigir
dichos recursos para que los ciudadanos tengan o cuenten con calidad de

81
vida desde los distintos servicios públicos (agua, electricidad, salud,
educación, vialidad. Otros), debe ser proporcional a los ingresos de cada
ciudadano, es necesario que se auxilie o complemente con otro Principio con
los es el de la Progresividad.
Por lo cual, se hace necesario revisar el sistema tributario venezolano,
establecido principalmente en el Texto Constitucional de 1.999, la cual
consagra una serie de principios que han sido el resultado de incesantes
luchas de los ciudadanos en búsqueda de sus objetivos comunes.
Se debe llevar a cabo no solo la imposición, sino el seguimiento, por
cuanto Venezuela concurre como sistema, ya que todas sus instituciones
discrepan y funcionan en común objetivo: desarrollo nacional. Su pago esta
bajo responsabilidad en las personas jurídicas, de su apego a legalidad
tributaria en el Código Orgánico Tributario (COT). Al analizar la configuración
actual del sistema tributario venezolano, se puede decir que dos son los
tributos que figuran como piezas fundamentales de este sistema, el Impuesto
al Valor Agregado y el Impuesto Sobre la Renta (ISLR), tributos
diametralmente opuestos por su incidencia y estructura.
Estas están determinadas en las Providencias del principio de
legalidad” en los artículos 316 y 317 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (CRBV), así como el artículo 3 del Código
Orgánico Tributario de 2001 y, el “artículo 11 de la Ley de Impuesto al Valor
Agregado”, demás. Y, de aquellos que más tienen más deban aportar. La
Constitución aprobada en 1999, otorga a la recaudación y exigencia de los
tributos rango constitucional, encontrándose dispuesto en el artículo 133 de
la Carta Magna. “Toda persona tiene el deber de coadyuvar a los gastos
públicos mediante el pago de impuestos, tasas y contribuciones que
establezca la ley”.
De modo entonces, dada su estructura y regulación legal existen una
serie de principios (Principio de la Capacidad Contributiva, el Principio de la
Progresividad y el Principio de la No Confiscatoriedad) que le son propios al

82
Impuesto sobre la Renta venezolano. En primer lugar, ha de mencionarse
que de conformidad con el artículo 4 de la LISLR, en Venezuela se acogió la
Teoría de la Renta Incremento Patrimonial, de acuerdo con la cual todo
incremento patrimonial proveniente de bienes o actividades de carácter
permanente o no, constituye renta y en ese sentido, será gravable el
enriquecimiento neto, es decir, el incremento de patrimonio que resulta
después de restar de los ingresos brutos, los costos y las deducciones
permitidas por la ley. Siendo susceptible de ser gravado aquel
enriquecimiento.
Estas son inherentes en razón a su poder de imperio y se ejerce
cuando el órgano correspondiente establece funciones. Al referir a la
legalidad tributaria en el COT misma potestad tributaria expone una
autoridad que será practicada libremente por el Poder Ejecutivo y, por lo
tanto, al tener claro que el Derecho Tributario como sistema, no es pura
recaudación, es las Instituciones que regulan la recaudación, como operan,
si operan en armonía con las garantías del individuo. Y esas garantías deben
tener soporte en leyes, principios y normas, principios generales del derecho
tributario (legalidad tributaria, generalidad, igualdad, proporcionalidad,
progresividad, no confiscatoriedad, no retroactividad, de la justicia tributaria,
de prohibición de impuesto pagadero en servicios profesionales, de la
exigencia de un término para que pueda aplicarse la ley tributaria, entre
otras.
Se va concluyendo que los Principios Constitucionales de Capacidad
Contributiva y Progresividad, estos van siguiendo lo dicho por algunos
autores (Montilla, 2000), el impuesto que por excelencia responde al
concepto de capacidad contributiva es el Impuesto sobre la Renta, por su
generalidad y mecanismos de determinación. Aunado a ello, debe
considerarse que se trata de un impuesto que tiene como afectación las
manifestaciones de la riqueza que se crea, las que aumentan el patrimonio
del contribuyente en un período fiscal determinado.

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Es conveniente recordar entonces que el principio de capacidad
contributiva es, como lo ha dicho el Tribunal Constitucional Español, la
exigencia lógica de buscar la riqueza donde ésta se encuentre consultando
los índices que en forma directa o indirecta, pero que de manera real y no
meramente nominal, reflejan dicha riqueza (Fraga, 2006: 55).
Lo anterior se encuentra asociado a su vez, a la noción de
progresividad. Ahora bien, ha dicho la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia (2001) que el Impuesto Sobre la Renta es un ejemplo
característico de tributo en el cual el principio de progresividad es no sólo
deseable sino imperativo. De esta forma, se considera progresivo a un tributo
que consiga mayores recaudos de quienes más tienen, con una carga fiscal
total más que proporcional sobre el crecimiento de sus rentas o riquezas
(Cruz, 1999 ). Resulta importante y necesario tener siempre presente que
dentro de esa legalidad tributaria en el COT, hay apego a los Principios
Tributarios.
Por lo cual, han sido desarrollados por la Doctrina y Jurisprudencia
Tributaria, aquellos que tienen más directa vinculación con el aspecto
económico en las Leyes y normas de contenido tributario, destacándose: El
Principio de la Capacidad Contributiva, el Principio de la Progresividad y el
Principio de la No Confiscatoriedad como los principios jurídicos reúnen
ciertas características para que puedan ser considerados, el principio de no
confiscación es considerado un principio tributario constitucionalizado, el
principio de capacidad contributiva, misma que alude a la potestad del
Estado que, en ejercicio de su poder tributario, impone a sus habitantes la
carga de contribuir a los gastos públicos tales como seguridad, educación,
salud y justicia, de acuerdo con la capacidad económica de cada
contribuyente basado en que: quien más tiene, más debe contribuir.
En estos principios, la capacidad contributiva es la base fundamental de
donde parten las garantías materiales que la Constitución otorga a los
habitantes, tales como la generalidad, igualdad, proporcionalidad y no

84
confiscatoriedad. En tal sentido, se expresa comúnmente en la doctrina que
se trata de una regla básica en el reparto de la carga tributaria. Por ello se ha
señalado que en materia fiscal, la capacidad contributiva alude a la aptitud
económica del contribuyente y es la razón de ser, la causa de que el tributo
exista, de tal forma que donde no exista tal capacidad no puede existir el
tributo. Podrá haberse establecido en la ley, pero no llegará a ser una
realidad social, porque no podrá ser pagado y soportado por aquellos a
quienes está dirigido.
Uno de los más polémicos, el artículo 316 de la Constitución de 1.999 ,
siguiendo en términos parecidos lo establecido en el artículo 31 de la
Constitución Española y artículo 53 de la Constitución Italiana, consagra el
principio de capacidad contributiva, como contenido de la justicia Tributaria y
atendiendo al principio de progresividad. Así, la norma en comento
establece:
“Articulo 316.- El Sistema tributario procurará la justa
distribución de las cargas publicas según la capacidad económica
del o la contribuyente, atendiendo al principio de progresividad, así
como la protección de la economía nacional y la elevación del nivel
de vida de la población y se sustentará para ello en un sistema
eficiente para la recaudación de los tributos”.

Por lo que, si bien conviene precisar en interpretación a la norma


señalada; que no todo sujeto con capacidad económica tiene capacidad
contributiva; lo que conlleva necesariamente a considerar la noción de
progresividad, se trata de una característica de un sistema tributario,
consistente en que en la medida que aumenta la riqueza de cada sujeto,
aumenta la contribución según el incremento de la riqueza, es decir, los que
tienen más contribuyen en proporción superior a los que tienen menos
(Pérez Royo, 2007).
Algunos autores diferencian la capacidad económica de la contributiva y
señalan que puede existir la primera sin que se tenga la segunda, pero
nunca lo contrario, la capacidad económica refleja la situación patrimonial de

85
la persona y su aptitud para atender sus necesidades y compromisos
económicos, mientras que la capacidad contributiva supondría poseer
capacidad económica y tener la posibilidad de soportar el pago de tributos
(Fraga, 2006).
POTESTAD TRIBUTARIA DEL ESTADO VENEZOLANO
Cuando nos referimos a potestad tributaria hacemos alusión a una
autoridad que será practicada libremente por el Poder Ejecutivo, cumpliendo
con las restricciones que establece la máxima ley que lo rige;
Y por lo tanto, al tener claro que los tributos son el eje económico que
brinda a la sociedad su calidad de vida, donde para evitar esta superposición
de tributos –y así el incremento de la presión fiscal hasta exceder los límites
de la capacidad contributiva– la Constitución agencia dos mecanismos
básicos de limitación del poder tributario ejercible por los entes político
territoriales que componen la federación venezolana.
Es así como el Poder Legislativo tiene su principio y fin en la creación
de la ley en la cual se establecerán las contribuciones que debe realizar el
contribuyente; es decir, vincula individualmente al sujeto activo y pasivo, en
la relación jurídica tributaria. Al principio los impuestos eran exacciones
destinadas a un fin determinado, pero con el tiempo se han convertido en
contribuciones ajustadas para satisfacer la Hacienda Pública; de manera
general, la voluntad del Estado para atribuir las contribuciones a los
particulares y determinar las cargas de los contribuyentes.
Entonces, volviendo a explicar ese Poder Ejecutivo, de los mecanismos
básicos de limitación del poder tributario, el primero, innovación del
constituyente de 1999, es la atribución al Poder Nacional de una potestad
orientada a la garantía de la “coordinación” y “armonización” de los distintos
poderes tributarios que coexisten en el territorio de la República.
Esto realmente va a estar soportado en la definición obtenida desde la
dotrina, donde el derecho constitucional tributario es el conjunto de principios
y normas constitucionales que gobiernan la tributación.

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Entonces, ese Poder Ejecutivo, de los mecanismos básicos de
limitación del poder tributario, donde el segundo, el tradicional en nuestro
constitucionalismo, es el del establecimiento de limitaciones explícitas al
ejercicio del poder tributario que, en razón de su autonomía, tienen los
Estados y los Municipios, como regla de definición negativa del poder
tributario atribuido originariamente a los entes “menores”.
Como se debe establecer el nacimiento de dicha potestad, más
adelante mostraré un cuadro esquema que explica todo muy resumido,
entendiéndola como la parte del derecho Constitucional que regula el
fenómeno financiero que se produce con motivo de detracciones de riqueza
de los particulares en favor del Estado, impuestas coactivamente, que hacen
a la subsistencia de éste, que la Constitución organiza, y al orden, gobierno y
permanencia de la sociedad cuya viabilidad ella procura
También se ha mencionado que, el Estado es quien impone las
contribuciones con las que debe cumplir el contribuyente, ya que tiene el
poder de exigir los tributos correspondientes a los actos realizados dentro de
su territorio, y es aquella parte del derecho Constitucional que regula el
fenómeno financiero que se produce con motivo de detracciones de riqueza
de los particulares en favor del Estado, impuestas coactivamente, que hacen
a la subsistencia de éste, que la Constitución organiza, y al orden, gobierno y
permanencia de la sociedad cuya viabilidad ella procura
Pero cuando la soberanía tiende a reformar el Estado, reflejan en la
máxima ley la existencia, organización y funcionamiento del Poder
Legislativo, quedando sujetos a un orden jurídico que lo transforma en un
Poder Publico, es decir el Poder Ejecutivo, con las aplicaciones necesarias
para su desempeño, pero cumpliendo con el marco jurídico señalados por la
máxima ley.
Por lo tanto, se debe tener en cuenta que el Estado tiene como objetivo
satisfacer sus necesidades y cuidar de los intereses de la soberanía,
necesarios para el desarrollo de la libertad en sociedad; para ellos, se

87
requiere de una serie de elementos y recursos que deberá obtener de su
patrimonio o por medio de las contribuciones del particular, por medio de las
normas establecidas que fijan las funciones para la obtención de los
objetivos propuestos.
Por lo tanto, queda claro que la Constitución es la máxima ley, de
donde procede la potestad tributaria que los órganos ejercen bajo el dominio
de un orden jurídico que fue atribuido o preestablecido, encontrando al
Estado como una organización jurídica y política de la sociedad. Por ende,
cuando hablamos de potestad tributaria, hacemos referencia a la fuerza que
nace de la soberanía nacional, enfocados en la autoridad que la ley cede a
los órganos del estado. Son inherentes en razón a su poder de imperio y se
ejerce cuando el órgano correspondiente establece funciones.
Es la necesidad de ir argumentando que, el impuesto es pues,
jurídicamente, como todos los tributos una institución de derecho público, por
lo que es una obligación unilateral impuesta coactivamente por el Estado en
virtud de su poder de imperio. Ya que es un hecho institucional que va
necesariamente unido a la existencia de un sistema social fundado en la
propiedad privada o que al menos reconozca el uso privado de ciertos
bienes.
Teniendo pues en cuenta lo antes dicho se sintetiza el concepto de la
siguiente manera: "son impuestos las prestaciones en dinero o en especies,
exigidas por el Estado en virtud del poder del imperio, a quienes se hayan en
las situaciones consideradas por la ley como los hechos imponibles. Tal
sistema social importa la existencia de un órgano de dirección (el Estado)
encargado de satisfacer necesidades públicas. Como ellos requiere gastos, y
por consiguientes ingresos, se lo inviste en la potestad de recabar
coactivamente cuotas de riqueza de los obligados sin proporcionarles
servicios concretos divisibles algunos a cambio como retribución.
Los soportes legales de todos estos aspectos:

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DERECHOS, OBLIGACIONES Y POTESTADES EN EL COT

Artículo 23º Los contribuyentes están obligados al pago de los


tributos y al cumplimiento de los deberes formales impuestos por
este Código o por normas especiales.
Artículo 24º Los derechos y obligaciones del contribuyente
fallecido serán ejercitados o, en su caso, cumplidos por el sucesor
a título universal, sin
perjuicio del beneficio de inventario. Los derechos del
contribuyente fallecido trasmitidos al legatario serán ejercidos por
éste.
Artículo 40º El pago de los tributos debe ser efectuado por los
sujetos pasivos . También puede ser efectuado por un tercero,
quien se subrogará en los derechos. garantías y privilegios del
sujeto activo, pero no en las prerrogativas reconocidas al mismo
por su condición de ente público.
Artículo 41º El pago debe efectuarse en el lugar, la fecha y la
forma que indique la ley o en su defecto la reglamentación.
La Administración Tributaria podrá establecer plazos para la
presentación de declaraciones juradas y pagos de los tributos, con
carácter general para determinados grupos de contribuyentes de
similares características, cuando razones de eficiencia y costo
operativo así lo justifiquen. A tales efectos, los días de diferencia
entre los distintos plazos no podrán exceder de quince (15) días
hábiles.
Artículo 43º Los pagos a cuenta deben ser expresamente
dispuestos o autorizados por la ley. En los impuestos que se
determinen sobre la base de declaraciones juradas, la cuantía del
pago a cuenta se fijará considerando la norma que establezca la
ley del respectivo tributo.

89
Finalmente, para recopilar todo este contenido, y ofrecer las
características de la Potestad Tributaria, paso a definirla ampliamente: La
Potestad Tributaria, llamada por algunos, Poder Tributario, es aquella
facultad que tiene el Estado de crear, modificar, derogar, suprimir tributos,
entre otros, facultad que le es otorgada a diferentes niveles de gobierno o
entidades del Estado, exclusivamente en la Constitución.
Sin embargo, esta potestad tributaria, no es irrestricta, no es ilimitada
(como lo fue en la antigüedad), sino que su ejercicio se encuentra con límites
que son establecidos también en la Constitución, de tal manera que a quien
se le otorga Potestad Tributaria, se encuentra obligado al cumplimiento de
estos límites, para el ejercicio de la potestad otorgada sea legítimo.
El principio de igualdad es un límite que prescribe que la carga tributaria
debe ser aplicada de forma simétrica y equitativa entre los sujetos que se
encuentran en una misma situación económica, y en forma asimétrica o

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desigual a aquellos sujetos que se encuentran en situaciones económicas
diferentes. El principio bajo mención supone que a iguales supuestos de
hecho se apliquen iguales consecuencias jurídicas, debiendo considerarse
iguales dos supuestos de hecho cuando la utilización o introducción de
elementos diferenciadores sea arbitraria o carezca de fundamento racional
De todo lo planteado hasta aquí, se puede dilucidar que la potestad
tributaria participa de las siguientes características:
-Es determinada por el Poder legislativo, ya que este es quien analiza
las necesidades planteadas por el Poder Ciudadano y planifica las maneras
de satisfacerla.
- Es aplicada y administrada por el Poder Ejecutivo.
- El desacato de esta ley es sancionado por el Poder Judicial.
- Es inherente al Estado, ya que es el único que tiene la potestad de
planificar, ejercer y sancionar.
- Emana de la norma suprema, en este caso nace de la Constitución
Bolivariana de Venezuela.
-Esta facultada para imponer contribuciones mediante la ley.
- Regula las funciones de los órganos correspondientes.
-Se dice que tiene igualdad, ya que todas las personas deben participar
en las contribuciones para satisfacer las necesidades publicas.
- Se aplica la generalidad, ya que debe aplicarse equitativamente a los
contribuyentes sujetos a los tributos.
-Todos los tributos son creados por la ley establecida por el Orden
Legislativo, por ello se afirma que todos los tributos son una parte
inseparable del sistema tributario.
- Atendiendo a la ley, protege al contribuyente de verse sobre gravado
de tributos, de manera que el Estado no se vea en la obligación de realizar
una expropiación del patrimonio del contribuyente para el pago de estos
tributos-

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