Está en la página 1de 9

[Inicio de música suave]

Locutor(a): ¡Buenos días/tardes/noches, queridos oyentes! Les damos la bienvenida


a un nuevo episodio de [nombre de tu programa]. Soy [tu nombre], y estaré con
ustedes en esta emocionante travesía radiofónica.

[Sube la música de fondo]

Locutor(a): Hoy, como siempre, estamos listos para explorar un mundo de


conocimiento, entretenimiento y reflexión. Este es el espacio donde la música, la
cultura, la actualidad y las historias inspiradoras se unen para acompañarlos
durante [número] minutos de enriquecimiento y diversión.

[Reducir la música de fondo]

Locutor(a): En el programa de hoy, tenemos un contenido que promete cautivar


sus sentidos y desafiar sus pensamientos. Desde entrevistas con invitados
especiales hasta los éxitos musicales más vibrantes, pasando por análisis profundos
de los temas candentes de nuestro tiempo, tenemos todo lo que necesitas para
enriquecer tu día.

Mediante este podcast queremos darle continuidad a una serie teorías éticas y morales que
se han venido desarrollando durante este curso en autores como David Hume, Inmanuel
Katn, Stuart Mill y Adela Cortina…hemos conocido sus propuestas éticas como la del
sentimiento moral, la ética del deber, la ética utilitarista y la ética de los mínimos. Hoy
vamos a dar a conocer una propuesta ética que está muy relaciona con los acontecimientos
de guerra y violencia que estamos viviendo en la actualidad.
Biografía
Esta teoría es la ética de la no-violencia impulsada por la autora Judith Butler (Battler).
Pues bien, antes de entrar en materia vamos a conocer un poco de la vida y obra de esta
autora. Judith Butler es una de las filósofas políticas más influyentes de nuestra generación.
Es ampliamente reconocida por sus aportes a las teorías de género y al pensamiento sobre
las políticas sexuales, así como por su fuerte activismo en derechos humanos y políticas
antibélicas.
Judith Butler es una filosofía, teórica de género y crítica cultural estadounidense nacida el
24 de febrero de 1956 en Cleveland, Ohio. Es una figura influyente en los campos de la
teoría feminista, la teoría queer y los estudios de género. A lo largo de su carrera, ha
desarrollado ideas que han tenido un profundo impacto en la comprensión de la identidad
de género y la performatividad.
Butler obtuvo su título de bachiller en Filosofía en la Universidad de Yale en 1978 y luego
obtuvo su doctorado en Filosofía en la Universidad de Yale en 1984. Durante su carrera
académica, ha enseñado en varias instituciones prestigiosas, incluyendo la Universidad de
California en Berkeley y la Universidad de Columbia.
Su obra más influyente es "El género en disputa: el feminismo y la subversión de la
identidad" (1990), en la que desarrolla la noción de que el género no es una característica
inherente, sino una construcción social y performativa. En otras palabras, se argumenta que
el género se desarrolla a través de actos repetidos y rituales, y no es una característica fija o
natural. Esta idea ha tenido un impacto significativo en la teoría feminista y queer al
desafiar las concepciones tradicionales de género y sexualidad.
Butler también ha escrito extensamente sobre la intersección de la teoría de género y la
teoría queer, así como sobre la política de identidad y la ética de la violencia. Su trabajo ha
generado debates y controversias, pero también ha influido en la teoría feminista
contemporánea y en la lucha por los derechos LGBTQ+.
Actualmente ocupa la cátedra Maxine Elliot en el departamento de Literatura Comparada y
en el Programa de Teoría Crítica, en la Universidad de California, en Berkeley. Además, se
desempeña en el Consejo Asesor de Jewish Voice for Peace y pertenece al Departamento
de Estudios Psicosociales del Birbeck College (Inglaterra) y a la European Graduate School
(Suiza).
En resumen, Judith Butler es una figura destacada en la teoría feminista y de género,
conocida por su concepto de la performatividad de género y su trabajo influyente en la
redefinición de las nociones de identidad de género y sexualidad.
La ética de la no-violencia de Judith Butler
La ética de la no-violencia de Judith Butler es un concepto fundamental en su trabajo, que
se ha desarrollado a lo largo de su carrera y que ha influido en la teoría política, la teoría de
género y los debates sobre la resistencia pacífica y la justicia social. En este ensayo,
exploraremos la visión de Butler sobre la no-violencia, sus fundamentos filosóficos y su
aplicación en el contexto contemporáneo.
Para comprender la ética de la no-violencia de Judith Butler, es esencial situar su trabajo en
el contexto más amplio de la teoría feminista, queer y la teoría crítica. Butler es conocido
por su teoría de la performatividad de género, que desafiaba las nociones tradicionales de
identidad de género como algo fijo y natural. En su obra más influyente, "El género en
disputa: el feminismo y la subversión de la identidad", argumenta que el género es una
construcción social que se reproduce a través de actos repetidos y rituales. Esta teoría sienta
las bases para su ética de la no-violencia.
Butler sostiene que la violencia está inherentemente ligada a la construcción de identidades
y, por lo tanto, desafía el uso de la violencia como medio para la liberación y la resistencia.
En lugar de recurrir a la violencia física o estructural, promueve una ética de la no-violencia
que se basa en la idea de que la resistencia y la justicia pueden lograrse de manera más
efectiva a través de medios pacíficos y discursivos.
Uno de los conceptos centrales en la ética de la no-violencia de Butler es la noción de la
interdependencia ética. Esta idea sostiene que las relaciones humanas están intrínsecamente
entrelazadas y que nuestras acciones afectan a los demás de maneras complejas y diversas.
Por lo tanto, la violencia hacia los demás implica una falta de reconocimiento de su
humanidad y una negación de esta interdependencia ética.
Butler argumenta que la no-violencia se basa en el reconocimiento de la vulnerabilidad
compartida de los seres humanos. Al reconocer nuestra propia vulnerabilidad y la de los
demás, podemos desarrollar una ética de la compasión y la empatía, que son fundamentales
para la resistencia pacífica. En lugar de ver a los demás como enemigos a ser derrotados, la
no-violencia nos insta a ver a los demás como sujetos con los que compartimos un mundo
común y cuyas vidas importan.
La no-violencia, según Butler, también implica una crítica a la idea de una "guerra justa" y
la justificación de la violencia en nombre de la liberación o la justicia. Argumenta que la
guerra y la violencia siempre involucran la negación de la humanidad de los demás y la
justificación de la brutalidad. En lugar de recurrir a la violencia, Butler aboga por la
resistencia a través de medios no violentos, como la desobediencia civil, la protesta pacífica
y el diálogo.
En el contexto de los movimientos sociales contemporáneos, la ética de la no-violencia de
Butler ha sido relevante en los debates sobre la resistencia pacífica y la justicia social. Por
ejemplo, se puede ver su influencia en el movimiento Black Lives Matter, que aboga por la
justicia racial y la igualdad a través de la protesta pacífica y la conciencia pública. La no-
violencia, en este sentido, no significa pasividad, sino una forma activa de luchar por el
cambio social.
Butler también ha aplicado su ética de la no-violencia a cuestiones de política internacional,
como la resistencia a la guerra y la ocupación militar. Ha sido crítica de las guerras
estadounidenses en Afganistán e Irak, argumentando que la violencia militar perpetúa un
ciclo de violencia y no resuelve los problemas subyacentes. En cambio, aboga por el
diálogo, la diplomacia y la cooperación internacional como medios para abordar los
conflictos.
La ética de la no-violencia de Butler también se relaciona con su crítica de las políticas de
identidad y su llamado a la solidaridad política. En lugar de basar la lucha por la justicia en
la identidad de grupo, sostiene que debemos reconocer la diversidad de las identidades y
unirnos en la lucha contra las estructuras de opresión. Esta perspectiva resalta la
importancia de la interdependencia ética y la compasión en la lucha por la justicia.
Una crítica común a la ética de la no-violencia de Butler es que puede parecer idealista y
utópica en un mundo lleno de conflictos y violencia. Sin embargo, Butler argumenta que la
no-violencia no implica la eliminación completa de la violencia, sino un compromiso con la
reducción de la violencia y la búsqueda de soluciones pacíficas. Reconoce que la no-
violencia es un ideal al que aspirar, incluso si no siempre se puede lograr de manera
absoluta.
En conclusión, la ética de la no-violencia de Judith Butler es una perspectiva fundamental
que desafía la justificación de la violencia en la lucha por la justicia y aboga por la
resistencia pacífica y la compasión. Su enfoque en la interdependencia ética y la
vulnerabilidad compartida resalta la importancia de reconocer la humanidad de los demás y
trabajar juntos para lograr un mundo más justo y pacífico. Aunque su visión puede parecer
idealista, sigue siendo una influencia poderosa en los debates contemporáneos sobre la
justicia social y la resistencia pacífica.
La ética de la no-violencia de Judith Butler ha sido objeto de tanto elogios como críticas a
lo largo de los años. A continuación, presentaré una crítica positiva y una negativa de esta
perspectiva:
Crítica Positiva:
Énfasis en la empatía y la compasión: La ética de la no-violencia de Butler se destaca por
su énfasis en la empatía y la compasión hacia los demás. Promueve la idea de que
reconocer la vulnerabilidad compartida de los seres humanos puede fomentar un sentido
más profundo de conexión y solidaridad. Esto es especialmente valioso en un mundo
caracterizado por divisiones y conflictos.
Resistencia pacífica: La no-violencia de Butler aboga por la resistencia pacífica como un
medio efectivo para la lucha por la justicia y el cambio social. Esta perspectiva ha sido
fundamental en movimientos como el Movimiento por los Derechos Civiles en los Estados
Unidos y el Movimiento de Desobediencia Civil en India, liderado por Mahatma Gandhi.
La resistencia pacífica ha demostrado su eficacia a lo largo de la historia en la lucha contra
la opresión y la injusticia.
Crítica a la justificación de la violencia: La ética de la no-violencia de Butler desafía la
justificación de la violencia en nombre de la liberación y la justicia. Argumenta que la
violencia perpetúa un ciclo de opresión y sufrimiento. Al cuestionar la justificación de la
violencia, esta perspectiva promueve la búsqueda de alternativas más constructivas y
pacíficas para abordar los conflictos.
Butler también ha aplicado su ética de la no-violencia a cuestiones de política internacional,
como la resistencia a la guerra y la ocupación militar. Ha sido crítica de las guerras
estadounidenses en Afganistán e Irak, argumentando que la violencia militar perpetúa un
ciclo de violencia y no resuelve los problemas subyacentes. En cambio, aboga por el
diálogo, la diplomacia y la cooperación internacional como medios para abordar los
conflictos.
Crítica Negativa:
Idealismo y falta de realismo: Uno de los principales puntos de crítica contra la ética de la
no-violencia de Butler es que puede ser percibida como idealista y poco realista. En un
mundo lleno de conflictos, violencia y opresión, algunos argumentan que la no-violencia
puede ser ineficaz y que a veces la violencia es necesaria para la autodefensa o la
liberación.
Dificultad en la práctica: La no-violencia, en la práctica, puede ser extremadamente difícil
de aplicar en situaciones de conflicto y opresión. Mantener una resistencia pacífica en un
entorno violento puede poner en peligro la vida de las personas y ser ineficaz en ciertos
contextos. Esto plantea preguntas sobre la viabilidad de la no-violencia en todas las
circunstancias.
Noción de resistencia pasiva: Algunas críticas argumentan que la ética de la no-violencia de
Butler se asocia erróneamente con la resistencia pasiva. La no-violencia no implica
necesariamente la pasividad; Sin embargo, la percepción de que la no-violencia significa no
hacer nada o no resistir puede ser perjudicial para la eficacia de los movimientos de justicia
social.
La ética de la no-violencia no puede considerarse un principio universal debido a diversas
razones. En primer lugar, la aplicación de principios éticos depende en gran medida de la
cultura, la historia y las circunstancias de cada sociedad. Lo que podría considerarse ético
en una cultura o contexto puede no serlo en otro.
Además, existen situaciones en las que la no-violencia puede ser inapropiada o incluso
peligrosa. Por ejemplo, en casos de legítima defensa, la no-violencia podría poner en riesgo
la vida de una persona. En situaciones de conflicto político o social, la no-violencia puede
ser efectiva, pero no siempre es la única opción ni la más adecuada para todos los casos.
También es importante reconocer que las interpretaciones de la ética varían entre
individuos y grupos, lo que dificulta la imposición de un principio único. En resumen,
aunque la no-violencia es un principio ético importante en muchas filosofías y
movimientos, no puede ser universal debido a la diversidad de contextos y creencias en
todo el mundo.
La autora nos dice que la consciencia individual es un constructo social, la pregunta es
¿Cuáles son los límites de la consciencia individual y la consciencia social? ¿hay
consciencia individual? Y si no la hay ¿Por qué? … ¿es la postura de Judith Buttler una
actitud reactiva a todo el proceso del modernismo que nació con la revolución francesa y
todo el movimiento filosófico que le da un valor esencial e importante de la autonomía y
libertad del sujeto? Según esta propuesta ética ¿podríamos hablar de libertad, o sería más
bien una libertad condicionada?
En resumen, la ética de la no-violencia de Judith Butler ha sido elogiada por su énfasis en la
empatía, la compasión y la resistencia pacífica, así como por su crítica a la justificación de
la violencia. Sin embargo, también ha sido criticada por su aparente idealismo, su dificultad
en la práctica y la percepción de que promueve la resistencia pasiva. Las opiniones sobre
esta ética varían según el contexto y las circunstancias específicas.
Un ejemplo práctico de la ética de la no-violencia de Judith Butler se puede encontrar en el
movimiento Black Lives Matter (BLM), que ha abogado por la justicia racial y la igualdad
a través de la resistencia pacífica y la conciencia pública.
El movimiento Black Lives Matter surgió en respuesta a la violencia policial y el racismo
sistémico que afecta a las comunidades afroamericanas en los Estados Unidos. Desde su
inicio en 2013, ha organizado manifestaciones, protestas y campañas de concienciación en
todo el país.
El enfoque en la no-violencia en el movimiento BLM refleja los principios de Judith Butler.
Aquí hay un ejemplo de cómo se aplica la ética de la no-violencia en este contexto:
Protestas pacíficas: BLM ha organizado numerosas protestas y manifestaciones en
respuesta a casos de brutalidad policial y discriminación racial. Estas protestas, en su
mayoría, han abogado por la no-violencia como un principio fundamental. Los
participantes son instruidos para evitar la confrontación física con la policía y mantener una
postura pacífica durante las manifestaciones.
Desobediencia civil no violenta: El movimiento BLM ha utilizado tácticas de
desobediencia civil no violenta para llamar la atención sobre las injusticias raciales. Por
ejemplo, bloqueos de carreteras, sentadas y mítines pacíficos han sido utilizados para
interrumpir la normalidad y destacar la urgencia de abordar el racismo sistémico.
Conciencia y educación: Además de las protestas, el movimiento BLM ha trabajado en la
educación y la concienciación pública sobre cuestiones de injusticia racial. Esto incluye la
difusión de información sobre casos de violencia policial, la promoción de la igualdad y la
justicia, y la promoción de la comprensión de las experiencias de las comunidades negras.
El enfoque en la no-violencia en el movimiento BLM ha sido un ejemplo efectivo de cómo
la resistencia pacífica puede atraer la atención pública y promover el cambio. A lo largo de
los años, BLM ha logrado movilizar a una gran cantidad de personas, cambiar la
conversación en la sociedad y presionar a las instituciones para que aborden el racismo
sistémico.
Este ejemplo demuestra que la ética de la no-violencia de Judith Butler no es solo una
teoría abstracta, sino que puede tener un impacto real en la lucha por la justicia.
En la teoría ética de la no-violencia de Judith Butler, la agresividad y la violencia se
consideran conceptos distintos, aunque relacionados. Es importante entender las diferencias
entre estos dos conceptos dentro de esta perspectiva ética.
Agresividad: En la ética de la no-violencia de Judith Butler, la agresividad se refiere a la
expresión de la resistencia y la lucha por la justicia sin recurrir a la violencia física o
estructural. La agresividad puede manifestarse a través de la protesta, la desobediencia
civil, la expresión verbal y otras formas de oposición enérgica. La agresividad no implica
necesariamente dañar a otros, sino que se centra en la confrontación de ideas y en la
búsqueda de la justicia de manera decidida y enérgica.
Violencia: En contraste, la violencia implica la utilización de la fuerza física, la coerción o
el daño a personas o propiedades como medio para lograr un objetivo. La ética de la no-
violencia de Butler se opone a la violencia como un medio para la liberación o la justicia,
argumentando que la violencia perpetúa el ciclo de opresión y sufrimiento.
En resumen, mientras que la agresividad implica una resistencia enérgica y decidida que no
necesariamente conduce a la violencia, la ética de la no-violencia de Judith Butler se enfoca
en rechazar la violencia.
La interdependencia, según Judith Butler, es un concepto central en su filosofía y teoría
ética. Se refiere a la idea de que las vidas y las experiencias de las personas están
intrínsecamente conectadas y entrelazadas. En otras palabras, nuestras vidas están
interconectadas en formas complejas y mutuamente dependientes.
Butler argumenta que esta interdependencia ética subraya la manera en que nuestras
acciones y decisiones afectan no solo a nosotros mismos, sino también a los demás en
nuestra comunidad y en el mundo en general. Esta perspectiva desafía la noción de
autonomía individual completa y resalta la responsabilidad que tenemos hacia los demás.
Al reconocer la interdependencia, Butler promueve una ética de la responsabilidad y la
compasión. Considere que la interdependencia ética es fundamental para construir una ética
política y social más inclusiva y justa. Además, resalta la importancia de reconocer la
humanidad compartida y la vulnerabilidad de todas las personas, lo cual forma la base para
la solidaridad y la colaboración en la lucha por la justicia y la igualdad.
No, en la teoría ética de la no-violencia de Judith Butler, el individuo y el individualismo
no son lo mismo, y hay una distinción importante entre estos dos conceptos.

Individuo: En la teoría ética de la no-violencia de Judith Butler, el individuo se refiere a


una persona como un ser único y autónomo. Sin embargo, es importante destacar que la
teoría de Butler también enfatiza la interdependencia ética, lo que significa que, aunque
somos individuos únicos, nuestras vidas y experiencias están intrincadamente conectadas
con las de los demás. La interdependencia ética resalta cómo nuestras acciones y decisiones
afectan a los demás y subraya la importancia de la responsabilidad y la compasión hacia los
demás.
Individualismo: El individualismo, por otro lado, se refiere a una ideología que pone
énfasis en la autonomía y la independencia individual a menudo en detrimento de la
comunidad o de la consideración de las necesidades y las experiencias de los demás. El
individualismo puede llevar a una falta de responsabilidad hacia los demás y a la
promoción del interés propio en detrimento de la solidaridad y la colaboración.
Desde la perspectiva de Judith Butler y su ética de la no-violencia, es importante reconocer
la interdependencia ética y encontrar un equilibrio entre el reconocimiento de la
individualidad de cada persona y la responsabilidad hacia los demás. La no-violencia se
basa en la comprensión de que nuestras vidas están entrelazadas y que nuestras acciones
deben ser éticas y compasivas hacia aquellos a quienes afectan. El individualismo excesivo
podría ser visto como incompatible con esta perspectiva ética.
En la teoría ética de Judith Butler, la noción de "resistir" es fundamental y se refiere a la
acción de oponerse, desafiar o confrontar las estructuras de poder y las normas sociales que
perpetúan la opresión y la injusticia. La resistencia, según Butler, es un acto político y ético
que busca transformar las relaciones de poder desiguales y promover la justicia y la
igualdad.
La forma en que Butler concibe la resistencia se basa en su teoría de la performatividad de
género, que sostiene que el género no es una característica biológica o esencial, sino una
construcción social que se repite y se reafirma a través de actos y expresiones cotidianas.
En este contexto, resistir implica desafiar las normas de género preestablecidas y cuestionar
las expectativas sociales sobre cómo deben comportarse, expresarse y relacionarse las
personas según su género.
La resistencia en la ética de Judith Butler no se limita únicamente al ámbito de género, sino
que se extiende a otras formas de opresión, como la raza, la orientación sexual, la clase
social, entre otras. La resistencia puede manifestarse a través de diversas acciones, como la
protesta, la desobediencia civil, la expresión artística, la solidaridad y la creación de
comunidades alternativas.
Para Butler, la resistencia también implica el reconocimiento de la vulnerabilidad y la
interdependencia ética entre las personas. Al resistir, se reconoce que nuestras vidas están
conectadas y que nuestras acciones tienen un impacto en los demás. La resistencia, en este
sentido, se basa en una ética de la responsabilidad hacia los demás y en la búsqueda de la
justicia social.
La ética de la no-violencia no puede considerarse un principio universal debido a diversas
razones. En primer lugar, la aplicación de principios éticos depende en gran medida de la
cultura, la historia y las circunstancias de cada sociedad. Lo que podría considerarse ético
en una cultura o contexto puede no serlo en otro.
Además, existen situaciones en las que la no-violencia puede ser inapropiada o incluso
peligrosa. Por ejemplo, en casos de legítima defensa, la no-violencia podría poner en riesgo
la vida de una persona. En situaciones de conflicto político o social, la no-violencia puede
ser efectiva, pero no siempre es la única opción ni la más adecuada para todos los casos.
También es importante reconocer que las interpretaciones de la ética varían entre
individuos y grupos, lo que dificulta la imposición de un principio único. En resumen,
aunque la no-violencia es un principio ético importante en muchas filosofías y
movimientos, no puede ser universal debido a la diversidad de contextos y creencias en
todo el mundo.

También podría gustarte