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Bienvenidos a la tercera unidad del módulo, denominada “Evaluación clínica del estado nutricional aplicado al ejercicio”. Durante este trayecto estudiarás los
indicadores clínicos asociados al ejercicio físico.
Esta unidad tiene como propósito que valores el estado nutricional en personas que practican ejercicio, argumentando los parámetros clínicos involucrados,
considerando las bases de la fisiología deportiva, y el análisis de diversas fuentes bibliográficas.
Esperamos que estos contenidos te sean de mucha utilidad. ¡Comencemos!
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La Valoración Nutricional es el primer eslabón de la práctica clínica y determina la elección de la alimentación más adecuada en función de la situación encontrada.
Se puede realizar a partir de la aplicación de diversos métodos, que tienen alcances y limitaciones específicos y con diferentes niveles de profundidad. Consiste en
la interpretación de estudios bioquímicos, antropométricos, alimentarios y/o clínicos para determinar la situación nutricional de individuos (Witriw, 2019, p. 10).
Veamos a continuación cuáles son los pasos para realizar una historia clínica nutricional:
De acuerdo con lo anterior planteado, la Academia española de nutrición y dietética establece que las características que deben ser contempladas para realizar un
La determinación de la ingesta de nutrientes se realizará mediante métodos diseñados para tal fin como, por ejemplo, un recordatorio de 24 o 48 horas, el
cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos o el registro diario de alimentos.
Una vez obtenidos los datos de la ingesta real de nutrientes de manera cualitativa y cuantitativa, estos deben ser comparados con las recomendaciones
nutricionales específicas para la población a la que pertenece el individuo. No corresponde comparar la ingesta de un deportista, amateur o profesional, con los
requerimientos de ingesta de la población general.
Con estos registros obtenidos, podremos diagnosticar si existe alguna deficiencia o exceso nutricional, ya sea de carácter energético, de fluidos o de algún macro
o micronutriente.
Es de real importancia detectar si existen condiciones que pueden afectar la ingesta de alimentos como, por ejemplo:
Diferentes trastornos de la conducta alimentaria como anorexia, bulimia, trastorno por atracones, sobrepeso y obesidad;
Restricciones culturales y/o religiosas en la dieta que pueden resultar en una alimentación no adecuada;
Individuos vegetarianos y veganos que pueden desarrollar problemas relacionados al déficit de hierro o vitamina B12.
El siguiente video trata sobre las consecuencias del consumo de alcohol y tabaco en deportistas.
04:13
La evaluación bioquímica encuentra su máxima utilidad en situaciones de deficiencia subclínica, que resultan ser las más habituales, ya que existen desequilibrios
alimentarios que afectan en pequeña proporción la ingesta de algunos micronutrientes.
Como el análisis de la ingesta nutricional no permite detectar pequeñas deficiencias de micronutrientes, es que las concentraciones o cantidades de los nutrientes
en plasma y la situación de las funciones metabólicas o corporales en las que están directamente implicados, nos permiten establecer estos déficits a nivel celular.
para la valoración de la masa proteica muscular se suelen utilizar determinaciones urinarias de metabolitos
provenientes del músculo, como la creatininuria de 24 hs (excreción de creatinina), el índice creatinina/altura,
creatinina /talla o creatinina/peso. Las limitaciones de medir la creatinina excretada en orina de 24 hs, radica en la
gran variabilidad en dicha eliminación, que puede llegar hasta el 32%, lo que implica la realización de varias
muestras de 24 hs en diferentes días. Además, su excreción está influenciada por el ejercicio y la alimentación. Por
consiguiente, los índices o coeficientes creados a partir de su medición presentan falencias o dificultades para inferir
masa proteica muscular
(p. 19).
Siguiendo a la autora, algunos de los indicadores bioquímicos, principalmente los relacionados con vitaminas y minerales, pueden ser de utilidad para detectar
deficiencias previas a las manifestaciones clínicas a nivel individual.
Ionograma plasmático: para evaluar natremia, la cual puede encontrarse alterada en trastornos dilucionales.
La composición corporal se encuentra determinada en gran parte por las características genéticas de cada individuo, pero está significativamente condicionada y
modificada por el aporte de nutrientes y por la realización de ejercicio físico o deporte. También se verá modificada la cantidad y las regiones de localización de la
masa adiposa y la masa muscular. (Bonfanti, 2016)
La ingesta nutricional y/o la práctica de ejercicio físico provocará cambios en la composición tanto muscular como adiposa. Un ejemplo típico de esto es la
acumulación de grasa y el aumento de peso corporal provocado como consecuencia de la ingesta excesiva de nutrientes y calorías por encima de las necesidades
requeridas. Este exceso luego se almacena como grasa, pudiendo depositarse en diferentes zonas corporales.
Las técnicas que permiten cuantificar las masas corporales nos permiten detectar casos de sobrepeso, obesidad o malnutrición, provocados normalmente por
desórdenes alimentarios, y valorar la evolución de un sujeto en respuesta a estrategias nutricionales y/o de entrenamiento. Y, en el ámbito deportivo, resultan
especialmente útiles para controlar los cambios de estos componentes a lo largo del tiempo, y establecer un perfil de composición óptimo en relación con el tipo de
deporte y especialidad deportiva o puesto dentro de un equipo.
Por lo anteriormente explicado, es requerimiento fundamental realizar un diagnóstico del estado nutricional del deportista para poder así enfrentar las
necesidades o requerimientos de este. Por lo tanto, luego de una minuciosa encuesta alimentaria nutricional, se impone la evaluación antropométrica y la
evaluación de la composición corporal.
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Peso
–
Es la medición más utilizada; sus variaciones extremas no permiten evaluar el origen de estas, aunque es muy útil para monitorear la evolución.
Es importante registrar:
Peso habitual: aquel que el paciente ha mantenido mayor cantidad de tiempo, lo cual no implica que sea saludable, y varía en distintas etapas
de la vida (niñez, adolescencia, matrimonio, adultez).
Peso teórico: es aquel que podemos encontrar en las tablas de Peso-Talla de población normal, ligada al sexo, talla y contextura del individuo.
Peso saludable: Rango de peso entre percentiles 5 y 95, por debajo de los cuales es bajo peso, y por encima, obesidad.
Peso ideal: rango de peso saludable, en donde el individuo se siente bien, se ve bien y no le cuesta mantener. Se basa principalmente en la
estatura, el sexo, la edad, la constitución y la musculatura. En los atletas, que por lo general tienen una mayor masa muscular que los no
atletas, para cualquier estatura dada, el empleo de estándares de peso ideal los coloca de forma errónea en una categoría de riesgo, porque
parecen ser demasiado pesados para su estatura. Las estrategias estándar para determinar el peso ideal deben utilizarse con cautela en los
atletas, y no deben ser la referencia para decidir si un peso es el deseable (Bernadot, 2020, p. 353).
Contextura
–
Es la relación existente entre el largo y el ancho de los huesos.
La fórmula para calcular la contextura física es la siguiente:
C = Talla /circunferencia de muñeca en centímetros.
IMC
–
El índice de masa corporal refleja la masa corporal total con respecto a la talla. Es un buen indicador para ser aplicado en estudios de tamizaje para inferir riesgo de masa grasa
aumentada, sobrepeso u obesidad. No es un índice que pueda inferir la masa muscular. Tiene la ventaja de usar pocos parámetros (característica que se aplica al tamizaje) pero no
detecta variación en los diferentes componentes del organismo (Witriw, 2019, p. 39).
(…) aunque proporciona una medida de la masa corporal (peso) en relación con la estatura, no mide la grasa corporal
individual, que es el verdadero marcador de obesidad. Por lo general, los atletas tienen más masa muscular para
cualquier estatura dada, y debido a este aumento relativo en la densidad corporal, puede parecer que tienen
sobrepeso u obesidad para los estándares del IMC, sin ser obesos o tener sobrepeso. Es probable que utilizar el IMC
en atletas genere falsos positivos.
Figura 4: Clasificación de la OMS del estado nutricional de acuerdo con el IMC. Fuente: elaboración propia.
Figura 5: Diferencias entre obesidad y sobrepeso. IMC, índice de masa corporal. Fuente: Imagen recuperada de Benardot (2020, p. 351).
Perímetros
A pesar de la relación bien establecida entre la grasa visceral (grasa abdominal, grasa del tronco, grasa que rodea los órganos) y el riesgo cardiometabólico, la
medida tradicional para valorar el riesgo de obesidad (IMC) no ofrece una estimación directa de la grasa visceral. Medir el perímetro de la cintura es útil para
predecir riesgos de salud como hipertensión, lípidos elevados en la sangre, diabetes de tipo 2 y enfermedad cardiovascular. Una medida de menor riesgo
cardiometabólico es tener un perímetro de cintura menor que la mitad de la estatura. La relación cintura-cadera es una forma de estimar si el exceso de grasa
corporal se almacena en el abdomen. La parte más ancha de los glúteos se utiliza para medir el perímetro de cadera, y la cintura se mide por encima del hueso de
la cadera.
Tanto en hombres como en mujeres, el perímetro de la cintura debe ser más pequeño que el de la cadera. Un riesgo alto se indica con una relación cintura-cadera
de > 1 en hombres y > 0.85 en mujeres. (Bernadot, 2020, p. 355)
Composición Corporal
Cuando hablamos de composición corporal, se trata de los principales tejidos que forman el cuerpo humano: masa grasa, masa magra, agua y huesos.
En el siguiente video, podrás aprender sobre algunos aspectos de la composición corporal, tales como los diferentes modelos de valoración y conceptos
relacionados.
DNARD_U3_V2_ Valoración nutricional aplicada al ejercicio físico
03:22
Independientemente del método utilizado para medir composición corporal, se intenta medir la grasa corporal (la cantidad de grasa corporal que tiene una
persona) y la masa libre de grasa corporal (la diferencia entre la masa grasa y toda la masa corporal) relativas.
Es importante destacar que el contenido de agua de la masa grasa es inferior al 10%. Los atletas generalmente tienen una mayor masa magra y menor masa
grasa que los no atletas, por lo que en los atletas bien hidratados hay una mayor proporción del peso total que proviene del agua.
A continuación, se presenta un resumen de los valores hallados en la bibliografía científica para el porcentaje de grasa corporal.
Figura 7: Clasificación de hombres y mujeres adultos según % de grasa corporal. Fuente: Elaboración propia adaptada de Jeukendrup & Gleeson
(2010).
Si se observa la distribución por sexo y edad, los datos son los siguientes:
Figura 8: Porcentaje de grasa corporal promedio normal para la población general. Fuente: Elaboración propia adaptada de Jeukendrup & Gleeson
(2010).
Revisemos ahora la distribución teniendo en cuenta los tipos de deportes asociados y su relación con el sexo:
Figura 9: Porcentaje de grasa corporal promedio para diferentes deportes. Fuente: Elaboración propia adaptada de Jeukendrup & Gleeson (2010).
Los atletas que son evaluados con frecuencia (peso o pliegues cutáneos tomados de forma habitual) sienten temor del resultado, ya que a menudo (y de manera
inadecuada) se usa de forma punitiva. Los cambios reales en la composición corporal ocurren con lentitud, por lo que hay poca necesidad de valorar a los atletas
semanal, quincenal o incluso mensualmente. Una frecuencia adecuada para determinar y vigilar el cambio en la composición corporal es realizar una valoración
dos a cuatro veces al año. En algunas circunstancias aisladas, cuando un atleta se lesiona o sufre una enfermedad, como malabsorción, fiebre, diarrea o anorexia,
es razonable que un médico recomiende una mayor frecuencia de valoración para controlar los cambios en la masa magra.
Evaluar la composición corporal puede ser una herramienta útil para ayudar al atleta y al entrenador a comprender los cambios que se están produciendo como
resultado del entrenamiento y los factores nutricionales.
El rendimiento deportivo depende, en gran medida, de la capacidad del atleta para mantener la potencia (tanto aeróbica como anaeróbicamente) y la capacidad
de superar la resistencia o arrastre. Ambos factores se interrelacionan con la composición corporal del atleta. Junto con la percepción habitual de muchos atletas
que compiten en deportes donde la apariencia es una preocupación (natación, clavados, gimnasia, patinaje, etc.), el logro de una composición corporal “ideal” a
menudo se convierte en un tema central del entrenamiento. Además de las razones estéticas y de rendimiento para querer lograr una composición corporal
óptima, también puede haber razones de seguridad. Un atleta con exceso de peso puede ser más propenso a lesionarse al realizar actividades difíciles que el
atleta con una composición corporal óptima. Sin embargo, los medios que emplean los atletas para intentar lograr una composición corporal óptima con frecuencia
son contraproducentes.
Las dietas bajas en calorías y el entrenamiento excesivo a menudo ocasionan un déficit de energía tan grave que, mientras que el peso total puede reducirse, los
componentes del peso también cambian, por lo general con una masa muscular más baja y una masa grasa relativamente mayor. El mayor porcentaje de grasa
corporal y la menor masa muscular causan inevitablemente una reducción del rendimiento que motiva al deportista a seguir regímenes que producen déficits de
energía aún mayores. (Benardot, 2020, p. 383)
Valoración del Gasto energético
La actividad muscular constituye la causa más importante del gasto energético (Girolami, 2009, p. 442). Este autor considera que, durante el curso del ejercicio
muscular de tipo general, como la marcha, bicicleta, carrera o ejercicio con aparatos, el costo energético aumenta en forma lineal con la potencia.
Un principio clave para una planificación nutricional exitosa es “no realizar un promedio del requerimiento energético para todos los días”, sino diferenciar los días
activos de los no activos. Dentro de estos últimos, además, es necesario contemplar si existen diferencias significativas en el gasto calórico de cada uno de ellos
(por ej.: una sesión vs. dos sesiones de entrenamiento o actividades técnico-tácticas vs. actividades aeróbicas de larga duración).
Los pasos que se debes seguir, para realizar una estimación lo más fiable posible del gasto energético total diario en deportistas, son los que se describen a
continuación:
Figura 10: Pasos para realizar estimación del gasto energético total diario. Fuente: Girolami (2009).
Una vez obtenido el dato de la TMR, el método recomendado en deportistas para calcular el gasto inducido por las actividades físicas es el denominado Método de
GAF + SAF.
Este método utiliza un Factor de Actividad General (denominado GAF) sumado a un Factor de Actividad Específico (denominado SAF). Finalmente, adiciona el
gasto por el efecto térmico de los alimentos.
Para aprender sobre los cálculos del gasto energético, visualizamos el siguiente video:
03:40
Datos:
● Mujer de 25 años.
● Corredora.
● Peso 48 kg.
¿Cómo calcular la energía de un día de actividad física de 45 minutos (running) a 8,6 mph de velocidad?
1 Se calcula la Tasa Metabólica en Reposo (TMR): como desconocemos la MLG, utilizamos la ecuación según Harris Benedict:
RMR (mujeres) = 655.1 + 9,56* 48 Kg + 1.85 * 155 cm – 4.68 * 25 años = 655.1 + 458,88 + 286,75 – 117 = 1283.73 Kcal (redondeamos
1284).
2 Se calcula el GAF:
3 Se calcula el SAF: correr a 8 mph representa un valor aproximado de 13 METs (igual a un gasto de 0,2 Kcal/Kg peso/minuto ya que 10 METs
por el peso en Kg representan las Kcal gastadas en 60 min para ese peso, entonces si hacemos 10/48= 0.2 Kcal/min/peso.
Si quiero calcular el gasto calórico de la mujer de 48 Kg de peso que corre a esa velocidad durante 45 minutos, podemos hacerlo de dos maneras:
a) Partiendo del gasto energético por hora y Kg de peso, y haciendo una regla de tres:
Si corre 45 minutos:
1 hora-----------------------------------624 Kcal
b) Partiendo del gasto energético por min y Kg de peso que calculamos al inicio; se hace directamente la multiplicación:
4 Gasto energético Total (GET): Sumo GAF + SAF y se adiciona el 6-10% del ETA
2498 Kcal + 150 Kcal = 2648 Kcal (el gasto calórico de un día que corre)
En función de la estrategia clínica nutricional que se desee implementar en una persona determinada (ya sea se trate, por ejemplo, de
ganancia muscular o descenso de peso), se puede sumar o restar kcal respectivamente al gasto energético total.
Para complementar lo anteriormente estudiado, trabajaremos sobre algunos comentarios respecto a los Somatotipos.
Somatotipo
Conocer el somatotipo y la composición corporal en los planos educacional y del deporte, resulta muy positivo para realizar la búsqueda de talentos deportivos.
Permite también modificar los componentes, mejorando el rendimiento según el deporte que se quiera practicar (Silva, 2003).
Un somatotipo es una clasificación de la conformación física basado en un concepto de forma, o conformación exterior de la composición corporal, al margen del
tamaño (Howard, 2005. p. 313).
Los estudios preliminares efectuados por Sheldon en 1940 marcan una etapa, pues a él se debe el primer intento de clasificación del cuerpo humano utilizando
una escala continua. Llamó a su técnica somatotipia. Posteriormente, han aparecido otras metodologías, pero todas ellas parten del método de Sheldon, y se
fundamentan en los principios por él enunciados, tales como las de Heath en 1963 y la de Heath y Carter en 1967.
Para la determinación de la tipología del individuo por el método de Heath- Carter, se utiliza una ecuación matemática. En estas fórmulas, se introducen algunos
valores de los componentes del cuerpo y dará como resultado un tipo de somatotipo ya sea endomorfo, mesomorfo, ectomorfo o combinaciones de estas:
El endomorfismo (gordura relativa), se refiere a la predominancia de la masa grasa relativa al cuerpo, por ende, en forma indirecta y contraria, también categoriza
a la magreza relativa de la estructura corporal.
El mesomorfismo (o robustez musculoesquelética relativa), se refiere al desarrollo osteomuscular relativo, siempre en relación con la talla del sujeto. Según
Cárter puede ser expresado como representativo de la masa magra o libre de grasa en función de la altura.
El ectomorfismo (o linealidad relativa), se refiere a la linealidad relativa de los físicos individuales, basados exclusivamente en los cocientes de altura y peso.
En el siguiente video aprenderemos sobre las categorías del somatotipo desarrollado por Carter y Heath (1975) y Carter y Heath (1990):
DNARD_U3_V4_ Valoración nutricional aplicada al ejercicio físico
04:11
Los valores de los componentes no solo pueden expresarse en números, sino que pueden plasmarse en un gráfico: la Somatocarta, que es un triángulo utilizado
para trabajar la representación gráfica de los valores numéricos del somatotipo, donde cada eje de la somatocarta representa a un componente del somatotipo:
Es un desafío comprender los rasgos somáticos y poder establecer asociación entre una dimensión corporal con el mejor desempeño dinámico.
Es de importancia que el somatotipo y la composición corporal mantengan niveles adecuados en el desarrollo de un deportista, pues ello va a permitir, entre otras
cosas, la periodización del entrenamiento, fijar pautas objetivas en cuanto a una verdadera composición humana y, en especial, la deportiva.
Algunos ejemplos para ilustrar: la existencia de tallas extremas para ambos sexos en deportes como salto en alto, vóley y
básquet, y baja estatura para los que practican gimnasia y natación es recomendable. Troncos cortos respecto a la talla se
requieren en deportes como básquet o vóley, en los que se requiere saltar. Las proporciones ideales para boxeadores
deberían ser: brazos relativamente largos para mayor alcance, tronco largo y piernas cortas para bajar el centro de
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Resumen de la unidad
Como parte de la evaluación nutricional en el deportista, la valoración clínica es fundamental.
La Valoración Nutricional es el primer eslabón de la práctica clínica y determina la elección de la alimentación más adecuada en función a la situación encontrada.
Se puede realizar a partir de la aplicación de diversos métodos, que tienen alcances y limitaciones específicos y con diferentes niveles de profundidad. Consiste en
la interpretación de estudios bioquímicos, antropométricos, alimentarios y/o clínicos para determinar la situación nutricional de individuos.
Esta valoración resulta de suma importancia en la población general y adquiere mayor relevancia en los individuos más vulnerables, entre los cuales identificamos
a aquellos que se presentan con requerimientos nutricionales aumentados como, por ejemplo, la práctica deportiva, en especial de alto rendimiento.
Lectura complementaria
Título: Evaluación de la ingesta de líquido, pérdida de peso y tasa de sudoración en jóvenes triatletas
Indicación de lectura: El artículo expone sobre los métodos de evaluación de la ingesta de líquido, pérdida de peso y tasa de sudoración aplicado en
triatletas.
Fuente:
López de Castro, S., Martínez-Sanz, M. C., Mielgo-Ayuso, J. M., Selles, J., Norte-Navarro, S.,
Ortiz-Moncada, A. y Cejuela, R. (2015). Evaluación de la ingesta de líquido, pérdida de peso y
tasa de sudoración en jóvenes triatletas. Revista Española de Nutrición Humana y Dietética,
19(3), 132-139.https://dx.doi.org/10.14306/renhyd.19.3146. Recuperado de:
https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2174-51452015000300002
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Bibliografía
–
Benardot, D. (2020). Manual ACSM de Nutrición para Ciencias del Ejercicio. American College of sports medicine. EDITORIAL: Lippincott Williams & Wilkins.
Bonfanti, N. (2016). Curso avanzado en Nutrición para la optimización de la composición corporal en deportistas y población general. Academia española de nutrición y dietética.
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Girolami, D. (2009). Fundamentos de Valoración nutricional y Composición Corporal. Editorial El Ateneo. Argentina.
Howard A. et al. (2005). Evaluación fisiológica del deportista. Recuperado de: https://books.google.com.ar/books?id=x0O7b-
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E5oj0AhVuLLkGHblOC404KBDoAXoECCMQAw#v=onepage&q=somatotipos&f=false
Silva, H. et al. (2003). Somatotipo e índice de masa corporal en una muestra de adolescentes de ambos sexos de la ciudad de Temuco, Chile. Recuperado de:
https://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-95022003000400009&script=sci_arttext
Witriw, A. (2019). Valoración Nutricional en la Práctica Clínica Atención Ambulatoria e Internación. Recuperado de: https://www.fmed.uba.ar/sites/default/files/2019-
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Yañez, F. (2012). Evaluación Médica Previa a la práctica deportiva para deportistas aficionados y de nivel competitivo. Revista Médica Clínica Los Condes. Recuperado de:
https://www.elsevier.es/es-revista-revista-medica-clinica-las-condes-202-articulo-evaluacion-medica-previa-la-practica-S0716864012703061
S I G U I E NT E
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