Está en la página 1de 47

Introduccion

El paciente critico es aquel individuo que, por padecer una enfermedad aguda o
una reagudización de una enfermedad crónica, manifiesta signos y síntomas
que, en su conjunto, expresan la máxima respuesta posible de su organismo
ante la agresión sufrida. (1)

Considerándose que, en el mundo entero cada vez es más frecuente el ingreso


de pacientes a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) con diversos
diagnósticos que condicionan su permanencia y evolución; hay que tomar en
cuenta otros factores relacionados que aportan datos no concluyentes en la
literatura médica, como el sexo, edad, estancia prolongada y estado nutricional.
(2)

La malnutrición es un trastorno de la composición corporal, caracterizado por


un exceso de agua extracelular, un déficit de potasio y masa muscular,
asociado con frecuencia a disminución del tejido graso e hipoproteinemia, que
interfiere con la respuesta normal del huésped a su enfermedad y su
tratamiento.1-3

Hace más de 2300 años los médicos egipcios percibieron que algunos de sus
enfermos sufrían de deficiencias nutricionales. Estos curadores administraban
a sus pacientes enemas e irrigaciones nutritivas. Los médicos griegos
adoptaron las mismas costumbres y administraron irrigaciones rectales
compuestas por vino, suero, leche, tisana y caldo de escanda. Esta ciencia fue
evolucionando hasta 1939 que Elman y Weiner describieron la nutrición
parenteral con una solución de hidrolizado de caseína administrada a través de
una punción venosa y Wilmore et al en 1968 y Daily et al en 1970 diseñaron los
procedimientos para la administración de nutrientes con ayuda de sistemas
venoso de alto flujo 2.

La terapéutica nutricional tiene un papel clave en los cuidados aportados en las


Unidades de Cuidados Intensivos y ha llegado a ser una parte rutinaria del
manejo de los pacientes críticamente enfermos, tanto médicos como
quirúrgicos. 4-7

1
El soporte o terapéutica nutricional en pacientes con cirugía abdominal tiene
por objetivos mantener o mejorar el estado nutricional y acondicionarlo para
afrontar el estrés post quirúrgico. Dada la estrecha relación entre desnutrición y
morbimortalidad postoperatoria.8

Desde los estudios de composición corporal para la evaluación nutricional


realizados por Moore a principios de la década de 1960, el conocimiento se fue
ampliando gracias a la incorporación de una serie de técnicas de gran
complejidad y/o costo (causas por las cuales se utilizan casi exclusivamente
para investigación).9

La inexistencia de un solo método simple y seguro para evaluar el estado


nutricional en la práctica clínica, indujo a proponer una metodología
sistematizada. Esta se basó en la historia clínico-dietética, el examen físico,
mediciones antropométricas, una serie de parámetros bioquímicos e
inmunológicos además de determinaciones de la composición corporal
realizadas a nivel clínico con métodos como la bioimpedancia y la
absorciometría con fotones de doble energía.10

La evaluación del estado de nutrición consiste en dos componentes según el


Comité de Directores de A.S.P.E.N. (The American Society for Parenteral and
Enteral Nutrition) la evaluación nutricional y la evaluación metabólica. La
evaluación nutricional utiliza mediciones estáticas de los compartimentos del
organismo y examina las alteraciones causadas por la desnutrición. La
evaluación metabólica incluye el análisis de la estructura y función de los
sistemas orgánicos, de las alteraciones del metabolismo en la medida en que
se relacionan con la pérdida de masa corporal u otros compartimentos
orgánicos, y de la respuesta metabólica a la intervención nutricional, ya sea
beneficiosa o desfavorable. El objetivo de una evaluación nutricional formal es
identificar a los pacientes que están malnutridos o que están en riesgo de
malnutrición; para recoger la información necesaria para crear un plan de
cuidado nutricional, y controlar la adecuación de la terapéutica nutricional. 11

La evaluación nutricional permite detectar y cuantificar la gravedad de la


malnutrición calórico-proteica, presentando datos objetivos y fácilmente

2
interpretables. Debe señalarse, sin embargo, que las técnicas de evaluación
nutricional aproximan al diagnóstico de desnutrición, pero ninguna de ellas, en
forma aislada, tiene la sensibilidad y especificidad, por ejemplo, de la
gasometría arterial para el diagnóstico de la insuficiencia respiratoria. 2

Métodos primarios

Valoración de peso y estatura: El peso deberá medirse de manera periódica en


los pacientes sometidos a terapia nutricional. Se valorará el peso real y el peso
ideal, este último obtenido a partir de tablas de referencia que utilizan, edad,
sexo y altura del individuo. La comparación del peso de un paciente con el
peso ideal o con su peso habitual proporciona información útil pero limitada, ya
que es una información global 12.

Podemos determinar: porcentaje de pérdida de peso: (peso habitual-peso


actual/peso habitual) x 100. El peso habitual es el que tenía el paciente en los
2-6 meses previos. Una pérdida del 10% del peso habitual ya es un criterio de
desnutrición y del 15-20% es un factor de riesgo significativo 12.

El peso es función del tipo morfológico y del esqueleto del individuo, por ello
siempre es preferible utilizar el porcentaje de pérdida de peso. En caso de no
disponer del peso real, se valorará en relación al peso ideal. Existen
situaciones que distorsionan los resultados, tal es la presencia de obesidad
previa o de edemas. Debe recordarse también, que el peso obtenido después
de las maniobras de recuperación puede englobar grandes cantidades de
fluídos. Así mismo, en muchas situaciones patológicas, se crea un tercer
espacio y el incremento de peso no refleja un aumento en la masa celular
corporal o en el contenido proteico. No obstante y a pesar de los
inconvenientes, el peso es un índice del estado nutricional importante y
necesario, incluso como punto de referencia de la nutrición y de las dosis de
medicamentos que debe recibir un enfermo. La pérdida de peso sin cambios
funcionales no suele tener consecuencias clínicas, pero la misma pérdida de
peso si se asocia a alteración funcional es demostrativa de malnutrición con
posibilidad de repercutir en la evolución de la enfermedad. ,13

3
Las variaciones agudas del peso están relacionadas al importante volumen del
agua corporal y no al de la masa magra. Como consecuencia, se hace
imposible determinar, por este método solamente, las variaciones significativas
del compartimiento celular. En estudios recientes Hill y Planck han cuantificado
la retención hídrica intersticial, que puede ser de más de 10 litros, que se
produce en pacientes sépticos, la cual es de mayor duración en los pacientes
de mayor edad.13

La talla junto con el peso es una de las dimensiones corporales más usadas,
debido a la sencillez y facilidad de su registro. La talla se expresa en
centímetros y es el registro entre el vértex y el plano de apoyo del paciente.
Existen dos técnicas para su medición una de ellas es la convencional con el
sujeto de pie y la otra es la q se mide en los pacientes que por alguna razón no
pueden ponerse de pie, ésta última es la llamada técnica de la altura de la
pierna, luego que se mide se calcula la talla a través de la fórmula siguiente:
Hombre = (2.02 x altura pierna en centímetros) + 64.19 –(0.04 x edad en años),
Mujer = (1.83 x altura pierna en centímetros) + 84.8- (0.24 x edad en años) 14.

Es necesario conocer la altura tanto para la determinación del peso ideal como
para calcular un índice de uso actual, el denominado Índice de Masa Corporal
(Body Mass Index: BMI). El Índice de Masa Corporal establece las diferencias
en la composición del organismo definiendo el nivel de adiposidad de acuerdo
a la relación entre peso y altura. El BMI se calcula dividiendo el peso por el
cuadrado de la altura en metros (kg/ m2). Se consideran normales valores
entre 18.5 y 24.9, los inferiores a 18.5 corresponden a desnutridos y valores
superiores a 25 indican sobrepeso y mayores a 30, obesidad. La altura es
conocida frecuentemente por el paciente o sus familiares directos; su medición
en decúbito sobrestima el valor obtenido de pie. Existen fórmulas que permiten
estimarla a partir de mediciones parciales con calibres especiales, como la
distancia hueco esternal-punta de los dedos de la mano, o cóndilos femorales-
pie.13

Aspecto físico del enfermo: no siempre tiene el mismo valor. Así ante un ayuno
simple observamos que el paciente que ha perdido un 20% aproximado de su
peso presenta un aspecto típico de emaciación. Se observa pérdida marcada

4
del tejido muscular y de la grasa subcutánea, la cara se afina y son muy
prominentes los huesos malares, el esqueleto de la espalda se aprecia
visualmente y al tacto y los glúteos están flácidos. Por contra el paciente
hipermetabólico puede presentar importante depleción proteica sin el clásico
aspecto de emaciación por relativa conservación de la masa grasa y por
incremento del agua corporal total 15.

Valoración de las reservas de grasa: se realiza observando y palpando los


pliegues cutáneos. El hecho de notar la dermis al coger entre los dedos del
explorador el pliegue tricipital es demostrativo de pérdida considerable de masa
grasa 4.

Valoración proteica: se obtiene por palpación y observación de una serie de


músculos (temporal, deltoides, supraescauplar, infraescapular, interóseos,
bíceps y tríceps). La palpación de los tendones en los músculos largos es
demostrativa de importante pérdida proteica 16.

Medidas antropométricas

Al igual que con la valoración del peso, la detección de pérdida o ganancia de


cualquier componente corporal puede hacerse en relación a medidas previas o
a valores considerados normales. Siempre es preferible que cada persona sea
comparada a sus propios valores que no a unos valores estándar de referencia
que no son válidos para todas las poblaciones. La valoración en función de
unos valores considerados normales estará en función del rango que se
considera normal. Así, si una persona está dentro del rango de la normalidad,
se clasificará como normalmente nutrida sin tener en cuenta si sus medidas
han cambiado. Los valores obtenidos con estas medidas antropométricas se
comparan con valores percentiles empleando tablas de referencia 15.

Pliegues cutáneos: la estimación más simple de la grasa subcutánea se realiza


a partir de la medición de diversos pliegues mediante un calíper, siendo el
pliegue tricipital el más utilizado. Si bien se ha visto que el pliegue tricipital se
correlaciona relativamente bien con el contenido adiposo determinado por
densitometría, radiología y autopsia, es una estimación que puede ser errónea,

5
con variaciones basadas en la técnica, lugar de medición, posición del sujeto y
equipo empleado. Es suficientemente segura y acertada (excepto en obesos) si
se aplica a poblaciones sanas y similares a las de referencia, y también como
seguimiento individual de pacientes con terapia nutricional a largo plazo. 14

Circunferencia del brazo: teóricamente, las medidas de masa muscular pueden


indicar una medida de las reservas proteicas estáticas. Se emplea para ello el
área muscular media del brazo, que no obstante está sujeta a diversos errores
por las variaciones encontradas con diversos observadores e incluso con un
mismo observador, porque la ecuación que la calcula se basa en que el brazo
es circular lo cual no es enteramente cierto y porque la masa muscular en la
parte superior del brazo no proporciona una correcta indicación de los niveles
de proteína visceral. El pliegue tricipital permite valorar también la
circunferencia muscular del brazo y a partir de ella la masa corporal libre de
grasa. Medidas tan sencillas como apretar los dedos índice y medio del
examinador durante por lo menos 10 segundos dan idea de la fuerza muscular
del individuo.14

Los principales errores en la interpretación de estas pruebas antropométricas


son por IMPRECISION, ya que los resultados dependen mucho de quien mide,
donde y como se mide, POCA FIABILIDAD, pues factores como la hidratación,
tono muscular, edad, influencían los resultados, e INEXACTITUD, por haber
muchas variables, en el pliegue (por ejemplo), la compresión, el tejido adiposo
y la piel. En general, se acepta que medidas del pliegue tricipital por debajo del
10 indican malnutrición severa.15

Parámetros bioquímicos

Creatinina: es un producto de la degradación de la creatina, componente de


depósito energético fundamentalmente muscular. No puede ser reutilizada y su
excreción en orina es proporcional al contenido de creatina muscular y a la
masa muscular corporal. Un gramo de creatinina en orina representa de 18 a
20 Kg de músculo esquelético. El "índice creatinina-altura" determina la
relación entre la eliminación de creatinina observada y la expectada para un
adulto de igual edad y altura. Ello permitiría estimar la masa muscular

6
esquelética según un valor estándar en función de la talla. La excreción de
creatinina urinaria puede verse afectada no sólo por la dieta libre o no de
creatinina, sino también por la edad. A partir de los 54 años, existe un 10% de
descenso en la excreción urinaria de creatinina por cada período de 10 años.
La fiebre puede afectar también la excreción de creatinina. La insuficiencia
renal altera el valor de la misma en orina. Además, para obtener un valor de
fiabilidad son necesarias 3 determinaciones seriadas de orina de 24 horas y el
cálculo de su promedio.17

Balance nitrogenado: refleja de forma empírica si hay pérdida o ganancia de


proteína tisular. Para estabilizar el balance nitrogenado después de cambios en
la ingesta se precisa de un período de por lo menos 5 días 18.

Proteínas plasmáticas: por su rápido turn over y vida media corta pueden ser
indicadores sensitivos de cambios agudos en el estado nutricional y en la
síntesis proteica visceral. La albúmina es la proteína más abundantemente
segregada por el hígado. Tiene un gran tamaño de "pool" corporal (5000
mg/Kg) y una larga vida media (20 días). Si bien es el marcador clásico de
malnutrición, tiene serias limitaciones, es un marcador no específico, pero tiene
mayor capacidad que la edad para predecir la mortalidad, estancia hospitalaria
y la readmisión. Por su larga vida media presenta una falta de respuesta rápida
ante soporte nutricional eficaz; la administración de plasma o líquidos
endovenosos pueden motivar cambios importantes en sus concentraciones
plasmáticas independientemente de la velocidad de síntesis de la misma;
distintas enfermedades (hepática, síndrome nefrótico, eclampsia, enteropatías
perdedoras de proteínas, etc) son causas no nutricionales de hipoalbuminemia,
además la lesión o estrés se acompaña de aumentos del catabolismo proteico
con descensos de los valores plasmáticos de seroalbúmina. 19

Colesterol: El descenso de los niveles de colesterol se ha considerado como


una herramienta predictiva de complicaciones y mortalidad. Los niveles de
colesterol sérico por debajo de 2,3 mmol/L. se consideran un reflejo de una
baja de lipoproteínas y por lo tanto de niveles bajos de proteínas viscerales. La
hipocolesterolemia parece ocurrir tardíamente en el curso de la malnutrición,

7
limitando el valor del colesterol como elemento de detección inicial. El nivel de
colesterol, sin embargo, es un elemento pronóstico útil. 16

Recuento de linfocitos en sangre periférica: la malnutrición protéico - calórica


es generalmente reconocida como la causa más común de inmunodeficiencia.
En la depleción proteica el recuento de linfocitos esta reducido y esta linfopenia
ha sido repetidamente relacionado con morbimortalidad aumentada en
pacientes hospitalizados 20.

Para evaluar malnutrición precoz o cambios en el estado nutricional en un corto


período de tiempo debería recurrirse a proteínas de pequeño "pool" corporal,
de corta vida media, de rápida velocidad de síntesis y de distribución razonable
en espacio intravascular. El problema es que las proteínas que cumplen estos
criterios (prealbúmina y proteína transportada por el retinol) son afectadas más
rápidamente por otros estímulos (como la lesión), y cambios en su síntesis y
degradación pueden ser independientes de los factores nutricionales. 17

El empleo de pruebas funcionales permite conocer el grado de afectación de


las mismas secundariamente a la afectación nutricional. La más utilizada es la
fuerza de la mano en garra que se mide mediante dinamometría. Es un método
sensitivo de valoración del estado nutricional que predice la posibilidad de
presentación de complicaciones postoperatorias relacionadas con la
malnutrición. Quizás el mayor incoveninente de su uso es la necesidad de
colaboración por parte del paciente. Otro método que no precisa de la
colaboración consiste en medir la contracción del músculo abductor ante la
respuesta a un estímulo eléctrico en el nervio cubital a nivel de la muñeca. Se
valora la curva de fuerza-frecuencia (aumento progresivo de la fuerza
determinada), la velocidad de relajación al retirar el estímulo y la fatiga (pérdida
de poder ante un estímulo continuado). Medidas tan sencillas como la
movilidad de una hoja de papel situada a 8 cm de la boca del individuo ante la
acción de toser del mismo orientará fácilmente sobre la función de los
músculos respiratorios 21.

El cribado nutricional se define como una herramienta de evaluación del estado


nutricional rápida y sencilla de realizar, cuyo objetivo es detectar individuos

8
desnutridos o en riesgo de estarlo. A partir de esta detección, el paciente
malnutrido o en riesgo podrá recibir un plan nutricional acorde a sus
necesidades tras una valoración del estado nutricional completa 22.

Para que una herramienta de cribado nutricional pueda ser utilizada debe
cumplir unos criterios de calidad: debe estar validada, ser sencilla, fácil de
realizar y reproducible en la población estudiada. Si no se utiliza una
herramienta de cribado nutricional que cumpla estos criterios, los resultados no
serán válidos y el paciente podrá ser clasificado erróneamente, lo que puede
suponer en algunos casos un consumo innecesario de recursos (si la
herramienta detecta falsos pacientes malnutridos) y en otros que el paciente no
reciba los cuidados nutricionales adecuados (si detecta erróneamente
pacientes como malnutridos sin estarlo) 23.

La mayoría de las herramientas de cribado nutricional están validadas para su


utilización en el medio hospitalario. Según las recomendaciones, será
necesario que se realicen en el momento del ingreso del paciente en el
hospital.

Existen más de 60 cuestionarios para el cribado nutricional. Pueden clasificarse


en tres tipos, teniendo en cuenta la metodología empleada: clínicos (recogen
variables antropométricas, cambios en la ingesta oral, comorbilidades
asociadas, etc.), automatizados (emplean parámetros analíticos (albúmina,
proteínas totales, colesterol total, linfocitos) y mixtos (emplean parámetros
clínicos y analíticos para su realización. 18

Los más difundidos y empleados en el mundo, y que cuentan con el respaldo


de sociedades internacionales de nutrición como la ASPEN y la ESPEN, por
cumplir con todos los criterios exigidos para una herramienta de cribado y por
haber sido reproducidos en diferentes situaciones y patologías son la
Valoración Global Subjetiva (VGS) y objetiva, Mini Nutritional Assessment
(MNA), Malnutrition Universal Screening Tool (MUST) y Nutritional Risk
Screening 2002 (NRS-2002).11

9
Una vez identificado el paciente desnutrido o en riesgo nutricional, se debe
implementar la intervención nutricional más adecuada para cada caso 24.

Los objetivos del soporte nutricional son 25:

1) Repleción nutricional: En los pacientes desnutridos, el objetivo es recuperar


la proteína deplecionada, lo que significa mantener un balance nitrogenado
positivo. Esto se logra fácilmente en pacientes sin inflamación. Contrariamente
mientras esté presente la respuesta inflamatoria, lograr la repleción proteica
será prácticamente imposible.20

2) Mantenimiento de la proteína corporal: En aquellos pacientes con


imposibilidad de iniciar la ingesta oral, se deberá implementar el soporte
nutricional para evitar la depleción proteica o minimizar la misma. 20

3) Soporte metabólico: Mantener la síntesis proteica en aquellos órganos y


sistemas esenciales en pacientes críticos en los que el hipercatabolismo
proteico a la larga deplecionará los depósitos de proteínas corporales.

En el estrés quirúrgico, las necesidades de nutrientes básicos se incrementan.


Por ello, en un paciente con desnutrición, las complicaciones como la infección,
el retraso en la cicatrización de las heridas, la dehiscencia en las suturas, y
otras, aumentan lo que empeora el pronóstico 26.

El desequilibrio de nutrimentos e inmunodepresión por déficit proteico,


conllevan al desarrollo de complicaciones locales y generales que inciden en la
morbilidad y mortalidad. Por cuanto, la desnutrición energético-nutrimental
aumenta la estadía y los costos en las instituciones de salud 27.

Existe un vínculo estrecho entre la desnutrición energético-nutrimental, el


compromiso inmunológico y el riesgo de infección. Cualquier persona puede
desarrollar desnutrición en muy poco tiempo, especialmente, si está bajo
condiciones de estrés 4.

Las intervenciones quirúrgicas donde se realicen grandes resecciones


intestinales, gástricas o pulmonares producen pérdida de nitrógeno. De ahí la

10
importancia de indicar la operación al paciente en condiciones metabólicas
óptimas. Proporcionarle una nutrición adecuada es un elemento obligado. Las
metas de la intervención nutricional son prevenir o revertir la desnutrición, por
cuanto, atender las alternativas terapéuticas nutricionales ha de convertirse en
parte integral de la práctica médica.21

El impacto que la malnutrición acarrea en los pacientes con cirugía abdominal


es tema de gran interés. En las últimas décadas, la nutrición clínica ha
adquirido una importancia creciente y cada vez son más los profesionales que,
de modo multidisciplinario, se afanan en conseguir un adecuado estado
nutricional de sus enfermos 28.

La prevalencia de malnutricion en pacientes críticos ingresados en Unidad de


Intensivos representa el 78% en Estados Unidos, 21% en Europa y Japón. La
mortalidad por Enfermedad Critica Catabólica representa el 12% en Estados
Unidos con menos de 4 días de estancia hospitalaria y 23% de mortalidad en
12 días de estancia hospitalaria.5,6

La prevalencia de malnutrición en pacientes con cirugía abdominal es alta,


alrededor de 50 %. Por este motivo es de extremo valor cuantificarla por
constituir, además, un factor de pronóstico en la evolución de los pacientes.
Esto puede realizarse de diversas formas: mediante una evaluación nutricional
que incluye métodos primarios, medidas antropométricas y parámetros
bioquímicos.12

Una investigación en Latinoamérica de nutrición, con 9 360 pacientes,


realizadas en 13 países evidenció una prevalencia de desnutrición del 50,1 %.
El 12,6 % fueron desnutridos graves.

Un estudio realizada en el país demuestra que la prevalencia de malnutrición


oscila entre 30 % y 60 % de los enfermos hospitalizados, y es aún más elevada
en el paciente grave, debido a la alteración en el metabolismo de los diferentes
substratos y al déficit de nutrientes29.

El soporte nutricional y metabólico, actualmente cumple no solo el objetivo de


preservar un estado nutricional compatible con la superviviencia del paciente
11
sometido a cirugía abdominal, sino también interferir en la respuesta
metabólica, de forma tal que dicha respuesta pueda ser menos deletérea,
controlada y coadyuvante de un pronóstico favorable.

Justificación

Por tanto, podemos afirmar que cerca del tercio de los pacientes que ingresan
en la sala de cuidados intensivos del Hospital General Dr. Juan Bruno Zayas
de Santiago de Cuba, proceden del servicio de cirugía; siendo la cirugía
abdominal frecuente en estos pacientes y el riesgo de desnutrición o la propia
desnutrición constituyen un problema serio que afecta la evolución de los
mismos. Sin embargo, no se cuenta con estudios en el hospital que aborden el
comportamiento de los pacientes desnutridos sometidos a cirugía abdominal; lo
cual constituye un problema para la práctica asistencial diaria, ya que, al
conocer el comportamiento de este tipo de paciente, se pueden establecer
protocolos de soporte nutricional precoz para mejor evolución de estos
pacientes, brindando una atención médica eficaz y de calidad.

Por todo lo antes expuesto se decide realizar la presente investigación como


tesis de terminación de residencia.

Problema científico

¿Cuál será el estado nutricional en pacientes críticos postoperados de cirugía


abdominal?

12
Objetivos

13
Caracterizar a la población objeto de estudio según variables epidemiológicas y
clínicas de interés

Evaluar el estado nutricional en pacientes críticos con cirugía abdominal


ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos de la institución.

DISEÑO METODOLÓGICO

Se efectuó un estudio observacional, descriptivo y transversal de los pacientes


críticos postoperados de cirugía abdominal ingresados en la Unidad de
Cuidados Intensivos del Hospital Dr. “Juan Bruno Zayas Alfonso”, de Santiago
de Cuba en el período comprendido desde enero del 2019 hasta diciembre del
2020, a los cuales se les realice una evaluación de su estado nutricional.

Muestra

La población objeto de estudio quedó constituida por los 57 pacientes críticos


postoperados de cirugía abdominal ingresados en la Unidad de Cuidados
Intensivos de la institución, los cuales fueron evaluados en las primeras 24
horas del ingreso y a las 72h, utilizándose medidas antropométricas,
bioquímicas e inmunológicas.

14
Operacionalización de las variables

1. Edad (cuantitativa discretizada para efectos de la investigación). Se registró


la edad biológica cumplida en años en el momento de realizar el estudio y
los intervalos fueron divididos según la Clasificación Estadística Internacional
de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud (CIE-10), décima
revisión, incluida en el Manual de instrucciones de la Organización
Panamericana de la Salud,30 de donde se seleccionaron los siguientes:

 Menor e igual a 34 anos

 Entre 35 y 44 anos

 Entre 45 y 54 anos

 Entre 55 y 64 anos

 Entre 65 y 74 anos

 Mayor de 75 anos

2. Sexo (cualitativa nominal dicotómica). Se registró según sexo biológico:

 Masculino

 Femenino

Variables de Evaluación Nutricional Objetiva

3.Índice de Masa Corporal: cualitativa nominal. Es definido como el peso en


kilogramos dividido entre el cuadrado de la talla expresado en metros (kg/m2).
Es medido en las primeras 24 h del ingreso. Donde el peso que utilizamos es el
peso ideal, el cual obtuvimos determinando la talla en cm mediante la técnica
de la altura de la pierna. Se consideraron las siguientes categorías según
clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 31:

 desnutrición moderada: entre 16 y 16.9


 desnutrición leve: entre 17 y 18.4
 Normal: 18.5—24.9

15
 Sobrepeso: 25—29.9
 Obesidad: mayor de 30

Nota: en esta serie no se encontraron pacientes con desnutrición severa.

4.Porcentaje de pérdida de peso: cualitativa ordinal. Indica cualquier cambio


de peso en forma involuntaria dentro de un periodo corto de tiempo. Está dado
por la relación entre el peso actual y el peso usual. Se evaluó a las primeras 24
horas del ingreso en UCI. Se obtuvo mediante la fórmula siguiente: (peso
habitual-peso actual/peso habitual) x 100, donde el peso habitual es el que
tenía el paciente en los 2-6 meses previos, este último obtenido por
interrogatorio al paciente y de no ser posible, al familiar. 31.

 Desnutrición: pérdida del 10% del peso habitual.


 Riesgo nutricional: pérdida del 15-20% del peso habitual.

Recuento de linfocitos: cualitativa ordinal, la cual obtuvimos realizando un


análisis de sangre periférica se evaluó en las primeras 24 horas y a las 72
horas; se empleó la fórmula: Conteo total de linfocitos = leucocitos totales x %
linfocitos/100. Se tomaron los Valores de referencia para recuento de linfocitos
por mm3 de la Federación Latinoamericana de Nutrición Parenteral y Enteral,
FELANPE 2009) 31.

 Valor normal: mayor o igual a 2000 linfocitos/mm 3


 Desnutrición ligera: 1999 – 1500 linfocitos/mm3
 Desnutrición moderada: 1 499 y 1200 linfocitos/mm 3
 Desnutrición severa: menor que 1199 linfocitos/mm³.

Albúmina sérica: cualitativa ordinal. la cual se obtuvo realizando un análisis de


sangre periférica, se evaluó en las primeras 24 horas y a las 72 horas. Se
tomaron los valores de Referencia para Medición de Malnutrición según
Proteínas Viscerales de la Federación Latinoamericana de Nutrición Parenteral
y Enteral, FELANPE 2009 31 dividiéndose en las siguientes categorías:

 Cifras normales: entre 35 y 50 g/L.

 Desnutrición leve: entre 30 y 34,9 g/L.

16
 Desnutrición moderada: entre 21 y 29,9 g/L.

 Desnutrición grave: menor o igual a 20, g/L

Diagnostico nutricional: cualitativa ordinal. Se tomó para el determinar


diagnóstico nutricional los valores de Referencia para Medición de Malnutrición
según albúmina, recuento linfocitos, y porcentaje de pérdida de peso de la
Federación Latinoamericana de Nutrición Parenteral y Enteral, FELANPE 2009.
Se dividieron

 Desnutrición: todo aquel paciente con cifras de albumina y/o linfocitos


por debajo de las cifras normales, independientemente del grado.

 Adecuado estado nutricional: todo aquel paciente con cifras de albumina


y linfocitos con cifras normales.

Variables evolutivas

Complicaciones posoperatorias: Cualitativa Nominal Politómica. Se define


como aquella eventualidad que ocurre en el curso previsto de un procedimiento
quirúrgico con una respuesta local o sistémica que puede retrasar la
recuperación, poner en riesgo una función o la vida. Se recogieron mediante el
examen físico del paciente; las complicaciones aparecida durante su estadia en
UCI. Se agruparon en las siguientes 32:

 Infección de sitio quirúrgico: toda infección relacionada con una


intervención quirúrgica, ya sea en el propio lecho quirúrgico o en su
proximidad y que ocurre dentro de los treinta días tras la cirugía o en un
año si se ha colocado material extraño (implante, prótesis).
 Absceso intraabdominal: se definió como una forma de peritonitis
localizada caracterizada por una colección líquida purulenta rodeada de
pared inflamatoria.
 Sepsis: definida como una disfunción orgánica potencialmente mortal
debido a una respuesta disrregulada del huésped a la infección con un
SOFA >2 puntos.
 Fiebre: se definió como el aumento de temperatura por encima de 38ᵒC.

17
 Hipotensión arterial: se define cuando las cifras de tensión arterial
sistólica disminuyen 20 mmHg o más con respecto a la tensión arterial
del paciente.
 Hipertensión arterial: se define por la presencia de valores de presión
arterial superiores a la normalidad: presión arterial sistólica (PAS) mayor
e igual a 140 mmHg y/o presión arterial diastólica (PAD) mayor e igual a
90 mmHg. Sin embargo, en el adulto mayor, sugieren cifras de PAS
mayor e igual a 160 mmHg y PAD mayor e igual a 90 mmHg para
hipertensión sistodiastólica. En el caso de la hipertensión sistólica
aislada, se refieren cifras de PAS mayor e igual a 140 mmHg con PAD
menor de 90 mmHg.
 Hemoperitoneo: se definió como la presencia de sangre en el peritoneo;
puede deberse a una rotura interna de los órganos del abdomen (bazo,
hígado, páncreas, etc.), a un aneurisma o a una rotura de un embarazo
ectópico.

Estadía en UCI: cuantitativa continua. Se registró por número de días que


permació el paciente en el servicio de UCI. Se agrupó de la siguiente forma:

 Menor e igual dmograe 7 días.

 Entre 8 y 14 días.

 Mayor e igual a 15 días.

Estado al egreso: cualitativa ordinal dicotómica. Estado de los pacientes al


egreso de la UCI y se agrupó en:

 Vivo.
 Fallecido.

Técnicas y procedimientos

A todos los pacientes en las primeras 24 horas del ingreso en UCI se les
realizo una evaluación nutricional: se inició determinando el peso ideal según
edad y talla; para ello fue necesario establecer la talla en cm mediante la
técnica de la altura de la pierna. Utilizando el siguiente método:

18
El sujeto sentado, o alternativamente, acostado, cruza su pierna derecha sobre
la rodilla opuesta. Se tomo la longitud comprendida entre una línea que une el
extremo proximal del borde medial (interno) de la tibia con la parte más inferior
del maléolo tibial. El autor, se posiciono frente al sujeto y aplico los extremos
del antropómetro, fijándolos en los sitios estipulados.

Teniendo en cuenta que el eje mayor del antropómetro quedara en una


posición paralela con respecto al eje longitudinal de la tibia y se efectúo la
lectura.

Luego se calculó la talla a través de la siguiente fórmula:

Hombre = (2.02 x altura pierna en centímetros) + (64.19 – (0.04 x edad en


años))

Mujer = (1.83 x altura pierna en centímetros) + (84.8- (0.24 x edad en años))

Después de hallar la altura, convertimos ésta de centímetro a metro


multiplicando por 100, de esta manera obtendremos el peso ideal mediante lo
siguiente:

- Estructura pequeña = Talla (mts2) x 20

- Estructura mediana = Talla (mts2) x 22.5

- Estructura grande = Talla (mts2) x 25

Se calculó el índice de masa corporal IMC (peso en kg/talla en m 2)..

Se determino cifras de albumina sérica y linfocitos en las primeras 24 horas del


ingreso y en las 72 horas

De obtención de la información

Se realizaron búsquedas bibliográficas en bases de datos de reconocido


prestigio nacional e internacional, hospedadas en el portal Infomed Santiago,
tales como Academic Journals Database, EBSCO, Book Review Index Online,

19
Dialnet, Google Académico, PubMed, Medline, Cumed, Lilacs y Web of
Science, entre otros buscadores.

La información primaria, se obtuvo a través de la revisión de las historias


clínicas de los pacientes y de los registros correspondientes a los
departamentos estadística y de la Sala de Recuperación Posanestésicas de la
citada institución hospitalaria, se recogió en una planilla confeccionada al
efecto (apéndice 1).

B. De procesamiento de la información

Toda la información recopilada se procesó de forma computarizada en un


ordenador HP Pentium V, en el cual se empleó el sistema SPSS, versión 21,
para diseñar una base de datos con el paquete Microsoft Office 2010.

Los resultados finales se presentaron en tablas de dos o más entradas y


gráficos, donde se utilizaron frecuencias absolutas y relativas y se usó el
porcentaje como medida de resumen.

C. De discusión y síntesis

Se efectuó un análisis deductivo e inductivo de los resultados para poder


formular las conclusiones y recomendación pertinentes.

Consideraciones éticas

El presente estudio estuvo justificado desde el punto de vista ético, pues se


llevó a cabo siguiendo los principios éticos establecidos en la Declaración de
Helsinki, modificados en Hong Kong en 1989, referentes a la investigación en
seres humanos, a saber: beneficencia, no maleficencia, autonomía y justicia.

Se mantuvo una estricta confidencialidad en cuanto a la divulgación y manejo


de la información relacionada con los pacientes.

20
ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

La evaluación nutricional es uno de los pilares fundamentales para el actuar


posterior sobre los diversos padecimientos del paciente crítico ingresado en la
Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) 33.

Existen diferentes parámetros destinados a la valoración del estado nutricional.


Estos parámetros pueden ser de utilidad para valorar el estado nutricional
previo al ingreso de los pacientes. No obstante, su aplicación en los pacientes
críticos es problemática, debido a que la interpretación de los resultados se
encuentra interferida por los cambios originados por la enfermedad aguda y por
las medidas de tratamiento 32.

En el paciente crítico, la malnutrición puede ser preexistente y manifestarse al


ingreso, o desarrollarse de forma evolutiva favorecida por los estados
hipercatabólico e hipermetabólico 34.

Se observa que el mayor número de pacientes corresponde a edades entre 65


y 74 años; en ambos sexos (tabla 1; grafico 1); se encontró además un
predominio de las féminas en 36 pacientes con una proporción de 1.7:1
hombre.

Tabla 1: Pacientes críticos posoperados de cirugía abdominal según edad y


sexo.

Edad Sexo

Femenino Masculino Total

No. % No. % No. %

21
Menor e igual a 1 2.7 1 4.7 2 3.5
34

Entre 35 y 44 3 8.3 1 4.7 4 7.0

Entre 45 y 54 8 22.3 4 19.01 12 21.1

Entre 55 y 64 5 13.8 7 33.4 12 21.1

Entre 65 y 74 15 41.7 8 38.1 23 40.3

Mayor de 75 4 11.2 0 0.0 4 7.0

Total 36 100 21 100 57 100

Fuente: historias clínicas

*porcentajes calculados sobre la base del total por columnas.

Gráfico 1: Pacientes críticos posoperados de cirugía abdominal según edad y


sexo.

9% 4%
9%

27%

51%

menor de 34 entre 35 y 44 entre 45 y 54 entre 55 y 64 mayor de 75

Fuente: tabla 1

22
En consonancia con esta investigación, en el Hospital Provincial de Ciego de
Ávila Tejidor Bello et al. 35 al realizar una evaluación nutricional de los pacientes
críticos ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos; reportan entre los
pacientes predominio del sexo femenino (53,83 %) sobre el masculino (46,17
%), así como el grupo etario de mayores de 50 años (en el sexo femenino).
Tambien en el hospital homologo de la provincia; Hospital "Saturnino Lora"; de
Santiago de Cuba, se estudió una muestra de 300 pacientes; la edad promedio
fue de 55 años y 164 pacientes eran del sexo femenino, lo que representa
54,67 % de la muestra en estudio 36.

Quesada Castillo et al. 37


al estudiar el riesgo nutricional en pacientes
ventilados posoperatorios encontró una edad media de 69 años; no
encontrando diferencias entre ambos sexos. Igualmente, en un estudio
realizado por León Pérez y otros 38
en el Hospital Clínico Quirúrgico “Hermanos
Ameijeiras” en La Habana, 2014, mostró los siguientes resultados: no hubo
diferencias significativas en cuanto al sexo, la edad promedio fue de 57,5 años
(DS: 37,54). Predominaron los mayores de 60 años con 48,9 % de la muestra.

La edad se ha identificado en varios estudios como un factor de morbilidad y


mortalidad, aunque algunos autores opinan que no tiene efecto negativo sobre
el resultado de la cirugía en lo cual parece influir más el deterioro de las
reservas fisiológicas y el aumento de la comorbilidad (diabetes, insuficiencia
renal crónica, ateroesclerosis, entre otras) 5.

Las variables antropométricas evalúan y detectan la malnutrición preexistente


al ingreso del paciente crítico 2. En la tabla 2 se muestra el porcentaje de
pacientes, según el IMC siguiendo la clasificación de la OMS y el porcentaje de
pérdida de peso. Respecto al IMC del ingreso obtuvimos una media de
26,7±6,3 kg/m2. Se observa, una prevalencia de normonutridos y sobrepesos,
en un 36.8% y 31.5%, respectivamente. Se observo una pérdida de peso a las
72h del ingreso en UCI superior en los pacientes de ambos grupos. predomino
en esta serie los desnutridos en 34 pacientes.

Tabla 2: Pacientes críticos posoperados de cirugía abdominal según índice de


masa corporal y porcentaje de pérdida de peso.

23
IMC Porcentaje de perdida de peso

Desnutrido Riesgo Total


nutricional

No. %* No. %* No. %*

desnutrición 3 8.8 1 4.3 4 7.0


moderada

desnutrición 2 5.8 3 13.0 5 8.7


leve

Normal 14 41.2 7 30.4 21 36.8

Sobrepeso 10 29.4 8 34.7 18 31.5

Obeso 5 14.7 4 17.4 9 15.7

Total 34 100 23 100 57 100

Fuente: historias clínicas

*porcentaje calculado sobre la base del total por columnas.

Aproximadamente entre el 40-45% de todos los pacientes de todo hospital está


desnutridos. Una gran parte de ellos presentan desnutrición al ingreso y, en la
mayoría, se acentúa durante la estancia hospitalaria 6.

Incluidos entre los estudios estáticos para la evaluación nutricional se


encuentran los valores antropométricos, que agrupan el peso, la altura, las
dimensiones de los pliegues cutáneos (PT) y la circunferencia del brazo (CB).
No obstante, los cambios corporales y la evolución del estado de hidratación en
estos pacientes críticos invalidan a este grupo de variables como parámetros
de seguimiento nutricional y de pronóstico. Siendo de mayor eficacia como
parámetro evolutivo el cálculo de porcentaje de pérdida de peso 30.

24
Por su parte, el pliegue del tríceps y el área muscular del brazo ambos métodos
tienen escasa utilidad en la valoración nutricional de los pacientes críticos 31
. En
esta serie no se incluyeron las mediciones del PT y CB, ya que la presencia de
edemas y la diferente distribución de líquidos, hizo que no nos sirvieran como
parámetros de seguimiento de los pacientes críticos. Esto fue reseñado en el
estudio de Acosta Escribano y cols.32

En el caso del paciente en estado crítico se han utilizado otros marcadores de


desnutrición, sin que se haya encontrado uno ideal. Algo tan sencillo como el
Índice de Masa Corporal (IMC) inferior al percentil 15 ha demostrado capacidad
de predecir la mortalidad en pacientes críticos adultos de 5 hospitales terciarios
39.

Nevado Antón et al.40 siguiendo la clasificación de la OMS observan en cuanto


a los pacientes en normopeso (IMC entre 18,5 y 24,9 kg/m2) y los que
presentaban sobrepeso (IMC entre 25 y 29,9 kg/m2), presentaban la misma
prevalencia (34,04 %); y, la prevalencia de obesidad (IMC mayor o igual a 30
kg/m2) fue de un 25,53 %; siendo superior estos dos último en las féminas;
similar a nuestra población, los pacientes con desnutrición (IMC menor de 18,5
kg/m2) tuvieron una prevalencia de un 6,38 % de la población, siendo superior
en el sexo masculino,  4,26 %, respecto al 2,13 % del sexo femenino. si bien la
mayoría (73,33%) de la población se clasificaba en estadios de normalidad-
sobrepeso (IMC 18,5-30 kg/m2), un 23,3% (14/60) de los pacientes
presentaban pérdida significativa de peso durante su periodo posoperatorio
(mayor del 10% del peso), siendo mayor esta a mayor tiempo de evolución.

Un estudio descriptivo ejecutado por Casanova González y otros 41


en el 2019
sobre evaluación nutricional en pacientes críticos postoperados encuentran en
analogía con esta investigación un predominio de los pacientes normopesos
(42.7%) seguido de los pacientes malnutridos; sobrepeso (34.1%) y obesos
(17.8%); sin embargo, el 74% fue clasificado como desnutrido al realizar el
calculo de porcentaje de pérdida de peso.

Los resultados obtenidos en esta serie concuerdan con referencias nacionales


42
para la evaluación antropométrica en el 2019, donde se ha declarado que el

25
32.4% de la población cubana padecen de sobrepeso y obesidad, sobre todo
en mujeres en edades menopaúsicas.

Los cambios de peso son difíciles de evaluar debido a la administración de


fluidoterapia y a la rápida pérdida de masa magra. Por lo tanto, el peso y el
índice de masa corporal (IMC) no reflejan de forma adecuada el grado de
desnutrición; quedando subvalorado7.

Los parámetros bioquímicos son determinaciones sanguíneas que miden las


concentraciones de sustancias proteicas en el plasma. La Tabla 3; grafico 2
muestra la evaluación nutricional de los pacientes según albumina y linfocitos;
observándose que el 42.1% era normonutrido según cifras de albumina en las
primeras 24 h y a las 72 h solo el 24.5% y por cifras de linfocitos a las 24 h el
45.4% y a las 72h un 33.4%. Ambos estudios muestran su utilidad para la
evaluación nutricional inicial y evolutiva.

Tabla 3: Pacientes críticos posoperados de cirugía abdominal según cifras de


albumina sérica y linfocitos a las 24h y 72h.

Evaluación Albumina sérica Linfocito


nutricional
24h 72h 24h 72h
objetiva

No. %* No. %* No. %* No. %*

Cifras normales 24 42.1 14 24.5 26 45.6 19 33.4

Desnutrición 17 29.8 21 36.8 15 26.3 16 28.1


leve

Desnutrición 8 14.0 12 21.1 7 12.3 11 19.3


moderada

Desnutrición 8 14.0 10 17.5 9 15.7 11 19.3


grave

Fuente: historias clínicas

26
*porcentaje calculado sobre la base del total de pacientes

Gráfico 2: Pacientes críticos posoperados de cirugía abdominal según cifras de


albumina sérica y linfocitos a las 24h y 72h

50
45
40
35
30
25
20
15 linfocitos 24h
10
5
albumina 24h albunina 72hlinfocito 24
0
cifras desnutricion desnutricion desnutricion
normales leve modera severa

albumina 24h albunina 72hlinfocito 24 albumina 24h


linfocitos 24h linfocitos 72h

Fuente: tabla 3

Alfonso AIQ y col.43 al analizar el comportamiento de parámetros bioquímicos e


inmunológicos en pacientes postoperados aprecian en las primeras 24 horas
que, de los 30 pacientes, 17 conformaban el grupo de “Estado Nutricional
Normal” (3,50 – 5,00) corresponden al 56.7%, en contraste a los 42,1% de los
pacientes evaluados a las 72h, seguidos del grupo de pacientes con
“Desnutrición leve” (3,00 – 3,49) quienes corresponden al 26.7%; el grupo de
pacientes con menor cantidad es el de “Desnutrición Severa” (6.7%); en
relación a los 12.4% medidos a las 72h; en correlación con esta investigación.
44
Porcentajes tambien similares al estudio realizado por Marón-Quispe basado
en pacientes de un hospital de Tacna.

45
En el 2020 se publica un estudio realizado por Rosales García y col. en el
Hospital General Docente “Orlando Pantoja Tamayo”. Santiago de Cuba. Cuba;
encuentra al cotejar la evaluación nutricional según cifras de albumina sérica y
linfocitos en pacientes clínicos y quirúrgicos; se observa una desnutrición

27
severa en proporción de 1.5:1 a predominio de los pacientes quirúrgicos. Esto
es secundario al estrés presente en los pacientes quirúrgicos produce cambios
en el estado nutricional que pueden influir en su evolución. 

En un estudio con objetivos similares al nuestro; Vázquez Vázquez et al 46.


revela de total de 249 pacientes (49,8 %) presentaron la albúmina por debajo
del valor normal, siendo la disminución ligera la más frecuente en la primera
evaluación y la desnutrición moderada (47.8%) en evaluaciones evolutivas. Por
otra parte, el 48,2 % presentó algún grado de inmunosupresión, de ellos el
mayor por ciento correspondió a la inmunosupresión moderada (primera
evaluación) y severa en estudios evolutivos.

La proteína visceral más ampliamente evaluada y de fácil determinación en la


mayoría de los laboratorios clínicos es la albúmina plasmática, tiene una vida
media de 18 a 21 días, y constituye el principal compuesto en el mantenimiento
de la presión oncótica intravascular. Se distribuye en el compartimiento
vascular (60%) y en el intersticial (40%). El intercambio entre ambos es varias
veces superior a la síntesis de la proteína, dependiendo de factores que se
alteran frecuentemente en el paciente crítico, Por su vida media larga, y por su
elevada cantidad en sangre periférica (3,5 a 4 g/dL), la albúmina no constituye
un índice temprano de malnutrición. Se le considera un fiel marcador evolutivo
del nivel nutricional, siempre que se reconozcan sus limitaciones como tal 46.

La desnutrición es una de las causas de inmunosupresión, lo que ha sido


demostrado sobre todo en pacientes pediátricos. En los pacientes críticos
existen múltiples causas que disminuyen tanto la inmunidad local como
general. Estas causas se relacionan con la enfermedad (infección, trauma,
cirrosis, uremia, hemorragia) como con los tratamientos (anestesia, cirugía,
medicación). Esta influencia multifactorial explica la utilidad relativa de estos
exámenes en el grupo de pacientes considerado 47.

La cirugía es un proceso que conlleva un alto porcentaje de complicaciones


(10-40 %) como eventos infecciosos, íleo posoperatorio o la muerte. Existen
factores no modificables que influyen en las complicaciones posquirúrgicas y
sobre los que no se puede actuar, como la edad, el hábito tabáquico, los

28
antecedentes médicos previos o ser intervenido por una enfermedad
maligna, también existen factores relacionados que son modificables y sobre
los que es posible influir, se puede mencionar la anemia y el inicio de la vía oral
precoz tras la cirugía o el estado nutricional del paciente previo a la
intervención quirúrgica 48.

Observamos en la tabla 4; que las complicaciones más frecuentes fueron de


tipo infecciosas predominando en obesos, sobrepeso y desnutridos moderados;
dentro de las complicaciones postoperatorias la mas predominante fue la
infección del sitio quirúrgico (64.9%), fiebre (63.2%); afectando al 100ù de los
pacientes con desnutrición moderada.

Tabla 4: Pacientes críticos posoperados de cirugía abdominal según


complicaciones postoperatorias e índice de masa corporal.

Complicacione Índice de masa corporal (IMC)


s
desnutrició Desnutrició Normal Sobrepes Obesida Total
postoperatoria
n n leve o d
s N=21
moderada
N= 5 N= 18 N=9
N=4

No. %* No. %* No %* No. %* No %* N %**


. . o

3 75.0 3 60.0 9 42. 15 83.4 7 77. 37 64.


Infección de
8 8 9
sitio quirúrgico

1 25.0 1 20.0 6 28. 11 61.2 5 55. 24 42.


Absceso
6 6 1
intraabdominal

Sepsis 2 50.0 1 20.0 7 33. 12 66.7 3 33. 25 43.

29
4 4 8

4 100 3 60.0 9 42. 17 94.5 3 33. 36 63.


Fiebre
8 4 2

0.0 0.0 1 20.0 2 9.5 1 5.6 1 11. 5 8.7


Hipotensión
2
arterial

1 25.0 1 20.0 4 19. 13 72.3 7 77. 26 45.


Hipertensión
0 8 6
arterial

Hemoperitoneo 0.0 0.0 1 20.0 2 9.5 0.0 0.0 1 11. 4 7.0


2

Fuente: historias clínicas

*porcentaje calculado sobre la base del total por índice de masa corporal (N)

**porcentaje calculado sobre la base del total de pacientes.

González López y col.33 reportan que 14 pacientes (46.7%) se presentó alguna


complicación post operatoria la más común de las complicaciones post-
operatorias fue la infección del sitio quirúrgico (13.3%), seguida de los
abscesos intrabdominales (13.3%) y la fiebre posoperatoria (10%) del total de
pacientes; otras complicaciones médicas post-operatorias como falla renal
aguda y paro cardio-respiratorio se presentaron en 3.3% cada una; estas
últimas no se encontraron en esta serie.

49
Tambien Saborit-Oliva et al. llevando a cabo un estudio sobre factores
pronóstico de morbilidad posoperatoria en pacientes adultos, reportan que el
34.8% presentó complicación en el posoperatorio. Por su parte, Vásquez
50
Márquez en el 2020 reportan que el 29.9% de los pacientes estudiados
presentaron algún tipo de complicación durante el post operatoria en la Unidad
de cuidados intensivos (UCI). De estos 95 pacientes un 14.73% expresó
infección del sitio quirúrgico y un 7.3% presento sepsis posoperatoria. Un 5.6%
presento hipertensión arterial y un 4.10% hipotensión arterial como

30
complicaciones durante su posoperatorio que se presentaron
independientemente del estado nutricional, lo que coincide con nuestra
investigación.

La malnutrición comprende tres grandes afecciones, desnutrición, sobrepeso y


obesidad. Marón Quispe 44
observo en los grupos de Desnutrición I y III todos
los pacientes cursaron con alguna complicación post-operatoria, y los grupos
con estado nutricional “Normal” y “Sobrepeso” con 42.9% y 40.0% de
complicaciones respectivamente. La mayor cantidad de complicaciones fue en
el grupo “Normal” (64.3%) en base al número total de pacientes con
complicaciones post-operatorias ya que este grupo cuenta con el 70% de la
población que fue sometida a cirugía abdominal. Reporta además que el mayor
índice de complicaciones fueron infecciosas.

Los resultados de esta investigación contrastan con los reportes de otro estudio
de pacientes hospitalizados en Camerún 51
, afirmando que los grados de
desnutrición I y III se encuentran comprometidos con la aparición de
complicaciones post-operatorias. Sin embargo, según Morales 52
, el IMC tiene
limitaciones al valorar el estado nutricional, no es un buen indicador de la
composición corporal, pues no distingue las fracciones de masa magra y masa
grasa en el peso, y menos los cambios de grasa corporal en distintas edades,
ocupaciones o grupos étnicos.

Numerosas publicaciones han documentado estudios experimentales en


animales y seres humanos, los cuales demuestran que las enfermedades por
deficiencia alimentaria pueden reducir la resistencia del organismo a las
infecciones y afectar de modo adverso el sistema inmunológico 8.

La desnutrición juega un papel fundamental en la aparición de complicaciones,


que ensombrecen la actividad quirúrgica, entorpeciendo los mecanismos de
respuesta inmune, con lo que se ven dañados los procesos de síntesis y
regeneración de tejidos, así como la lucha contra la infección 9. En esta serie
37 pacientes presentaron complicaciones (tabla 5), predominando en los
pacientes desnutridos leves(40.5%), moderado (24.3%) y severo (21.6%);

31
estos últimos represento el 80% de total de pacientes clasificados como
desnutridos severos según cifras de albumina.

Tabla 5: Pacientes críticos posoperados de cirugía abdominal según presencia


de complicaciones y cifras albumina sérica.

Evaluación Complicaciones
nutricional
Con Sin complicaciones Total
según Albumina
complicaciones
sérica a las 72h

No. % No. % No.

Cifras normales 5 13.5 9 45.0 14 24.5

Desnutrición leve 15 40.5 6 30.0 21 36.8

Desnutrición 9 24.3 3 15.0 12 21.1


moderada

Desnutrición 8 21.6 2 10.0 10 17.5


grave

Total 37 100 20 100 57 100

Fuente: historias clínicas

*porcentaje calculado sobre la base del total por columnas.

Según investigación de Marón Quispe 44


en los grupos con Desnutrición
Moderada y Severa todos los pacientes desarrollaron complicación,
corresponden a 21.4% y al 14.3% de complicaciones observadas
respectivamente; el grupo con desnutrición leve con el 50% de pacientes con
complicación, que corresponde al 28.6% de los pacientes complicados y el
grupo “Normal” con 24.4% de pacientes complicados que corresponde al
35.7% del total de pacientes con alguna complicación post-operatoria, última
cifra alta debido a que este mismo grupo corresponde al 56.7% de la población
total del estudio.

32
Tambien Herrero Domínguez y coautores 53
al considerar la valoración
nutricional según los niveles de albúmina revela que más de la mitad de
pacientes intervenidos quirúrgicamente por vólvulo de sigmoides con algún
grado de desnutrición desarrollaron complicaciones postoperatorias, siendo los
grupos de desnutrición moderada y severa los que presentaron hasta la
totalidad de pacientes con alguna complicación postoperatoria; se ha reportado
que el 80% de pacientes que presentaron complicaciones, tuvieron algún grado
de desnutrición según la Albúmina sérica.

Existe suficiente información sobre la asociación entre disminución de los


valores séricos de proteínas viscerales, desnutrición, morbilidad y mortalidad.
Similares resultados a la tabla anterior muestran la tabla 6; el mayor número de
pacientes que sufrieron alguna complicación fueron, según cifras de linfocitos
medida a las 72horas, desnutridos leves y moderado (29.7%) y severo (24.3%);
de los pacientes con cifras normales de linfocitos solo el 16.2% presento
complicaciones.

Tabla 6: Pacientes críticos posoperados de cirugía abdominal según linfocitos y


presencia de complicaciones

Evaluación Complicaciones
nutricional según
Con Sin complicaciones Total
linfocitos a las
complicaciones
72h

No. % No. % No %

Cifras normales 6 16.2 16 80.0 19 33.4

Desnutrición leve 11 29.7 5 25.0 16 28.0

33
Desnutrición 11 29.7 0 0.0 11 19.3
moderada

Desnutrición 9 24.3 2 10.0 11 19.3


grave

Total 37 100 20 100 57 100

Fuente: historias clínicas

Se encontró por Javier M et al. 54


en investigación similar que los niveles de
linfocitos guardan relación significativa en la repercusión post operatoria
determinado por la aparición de alguna complicación post operatoria.

La respuesta inmune y el estado nutricional del paciente son entidades


inseparables: un paciente desnutrido se encuentra en riesgo incrementado de
sepsis debido a depresión del sistema inmune que acompaña a la desnutrición.
Asimismo, un paciente séptico está en riesgo de desnutrirse, debido a la
cascada de eventos metabólicos que desencadena la sepsis (SIRS/FMO) para
mantener las funciones vitales, la respuesta inflamatoria, la función inmunitaria
y la reparación hística. El conteo total de linfocitos es un indicador inespecífico
del estado de inmunocompetencia del ser humano, y mide la capacidad del
organismo de movilizar células inmunoactivas para enfrentar la sepsis y la
agresión.

La estadía en esta serie fue en un 36.8% menor de 7 días (tabla 7) y el 63.2%


de los pacientes tenían un adecuado estado nutricional. Los pacientes
desnutridos (50%) presentaron una estadía mayor entre 8 y 14 días; estos
hallazgos muestran una relación directa entre el estado nutricional y la estadía.

Tabla 7: Pacientes críticos posoperados de cirugía abdominal según


diagnostico nutricional y estadía.

34
Estadía en UCI Diagnostico nutricional

Desnutrido Adecuado estado Total


nutricional

No. %* No. %* No. %*

Menor e igual de 9 23.6 12 63.2 21 36.8


7 días

Entre 8 y 14 días 19 50.0 4 21.1 20 35.1

Mayor e igual a 10 26.3 3 15.7 13 22.8


15 días

Total 38 100 19 100 57 100

Fuente: historias clínicas

*porcentaje calculado sobre la base del total por columnas.

Hernández Escalante y otros 55


en su estudio de desnutrición hospitalaria en
pacientes geriátricos posoperados encontraron frecuencias elevadas al de
desnutrición (60 %) según cifras de albumina y linfocitos, este resultado es
cercano al nuestro. El estudio realizado por Gutiérrez Noyola y otros 56
sobre
estado nutricional posquirúrgico en pacientes oncológicos, detectó que al
ingreso en la unidad de cuidados críticos, la frecuencia de desnutrición fue de
59,5 % lo que se asoció con la estadía hospitalaria.

En cuanto a la estancia hospitalaria, el promedio encontrado por Álvarez Baca


y otros 57
general fue de 15,4 días (DS ± 13,89), ellos analizaron por separado
encontramos que los pacientes que fueron diagnosticados con adecuado
estado nutricional tuvieron un promedio de 10,7 días, mientras que los que
fueron diagnosticados con algún grado de desnutrición, tuvieron un promedio
de 25,22 días (p < 0,05).

35
Leide da Silva y cols. 58
demostraron que la aparición de complicaciones post
operatorias incrementa el periodo de hospitalización, y aún más si se asocia a
algún grado de desnutrición (17), además de incremento en el costo
hospitalario de manera especial en pacientes intervenidos por cirugía
abdominal mayor.

Halló un incremento en promedio de 5.2 días de estancia hospitalaria


(Céspedes Lanza 57
) de los pacientes intervenidos quirúrgicamente con
desnutrición frente a los que no desarrollaron alguna complicación pos-
operatoria.

Sin embargo, en la evaluación del estado nutricional realizada por Castillo Y y


cols. 11
encuentran referente a la posible asociación entre el estado nutricional
con la estadía, presenta que 56,4 % de la muestra estuvo en el rango de
desnutrición, predominaron los pacientes con una estadía inferior a siete días
(31,1 %) y no se demostró asociación entre el estado nutricional y la estadía.
(p = 0,103).

La desnutrición juega un papel fundamental en la aparición de complicaciones,


que ensombrecen la actividad quirúrgica, entorpeciendo los mecanismos de
respuesta inmune, con lo que se ven dañados los procesos de síntesis y
regeneración de tejidos, así como la lucha contra la infección En cuanto a la
mortalidad, 9 pacientes fallecieron (15.7%), de estos todos presentaron algún
grado de desnutrición.

Tabla 8: Pacientes críticos posoperados de cirugía abdominal según estado al


egreso y diagnostico nutricional.

Estado al Diagnostico nutricional


egreso
Desnutrido Adecuado estado Total
nutricional

No. %* No. %* No. %*

Vivo 29 76.3 19 100 48 84.2

36
Muerto 9 23.6 0.0 0.0 9 15.7

Total 38 100 19 100 57 100

Fuente: historias clínicas

*porcentaje calculado sobre la base del total por columnas.

La mortalidad de pacientes intervenidos críticos fue el 3.3%, similar a la


reportada por Angeles-Rivera y cols. 9
(3.84%), sin embargo, resalta que el
riesgo de mortalidad se incrementa hasta 1un 40% en pacientes desnutridos
con cirugías de urgencias.

Concluye Leide da Silva y cols 57


en un estudio prospectivo realizado en 99
pacientes en el Instituto de Medicina Integral “Profesor Fernando Figueira”
(IMIP) - Brasil que el aumento del riesgo de desnutrición se asoció
significativamente con el aumento progresivo de la duración de la estancia
hospitalaria, la tasa de mortalidad a los 30 días, la tasa de mortalidad a los 60
días y la tasa de complicaciones médicas menores. Individuos con cirugía
abdominal demostró que los pacientes desnutridos (52 %) presentaron una
mortalidad significativamente mayor que los bien nutridos (31 %)

Al realizar la evaluación nutricional en el paciente crítico es posible identificar


de forma precoz la presencia de malnutrición, determinar las posibles causas, y
definir cuál es el grupo de pacientes que se beneficiaría con un soporte
nutricional individualizado, y con ello disminuir la morbimortalidad 32.

37
Conclusiones

Predominaron los pacientes de la tercera edad del sexo femeninos, normo


nutridos y sobrepesos según índice de masa corporal; con un gran número de
complicaciones postoperatorias sobre todo de tipo infecciosa.

Se confirma la alta prevalencia de desnutrición en pacientes quirúrgicos según


albumina y linfocitos, así mismo muestra que los pacientes malnutridos
muestran mayor incidencia de complicaciones, estancia hospitalaria más
prolongada y mortalidad más elevada.

38
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

1. Castro MG, Pompilio CE, Horie LM, Verotti CC, Waitzberg DL. Education
program on medical nutrition and length of stay of critically ill patients. Clin
Nutr. 2012 Dec 5. i: S0261-5614(12)00271-3.

2. Kiss CM, Byham-Gray L, Denmark R, Loetscher R, Brody RA. The impact of


implementation of a nutrition support algorithm on nutrition care outcomes in
an intensive care unit. Nutr Clin Pract. 2012 Dec;27(6):793-801.

3. Racco M. An enteral nutrition protocol to improve efficiency in achieving


nutritional goals. Crit Care Nurse. 2012 Aug;32(4):72-5. Serón Arbeloa C,
Zamora Elson M, Labarta Monzón L, Garrido Ramírez de Arellano I,

4. Korfalii G, Gündogdu H, Aydintg S, Bahar M, Besler T, Moral AR, Oguz M,


Sakarya M, Uyar M, Kilçturgay S. Nutritnal risk of hospitalized patients in
Turkey. Clin Nutr 2009;28:533-537.

5. Calleja-Fernández A, Ballesteros-Pomar MD, Vidal-Casariego A, Fariza-


Vicente E, Brea-Laranjo C, Cano-Rodríguez I. “Prevalencia de desnutrición
y relación con la estancia hospitalaria en un servicio de Cirugía General”.
Nutr Hosp 2009;24 (sup 1):23.

6. Pardo C, Bermudo C, Manzano G. Prevalencia y factores asociados a


desnutrición entre pacientes ingresados en un hospital de media-larga
estancia Nutr Hosp 2011; 26: 369-375.

39
7. Suárez de la Rica A. Nutrición en el paciente crítico. SEDAR.2020; 8(7):81-9

8. McClave SA, Taylor BE, Martindale RG, Warren MM, Johnson DR,
Braunschweig C, et al. Society of Critical Care Medicine; American Society
for Parenteral and Enteral Nutrition. Guidelines for the Provision and
Assessment of Nutrition Support Therapy in the Adult Critically Ill Patient:
Society of Critical Care Medicine (SCCM) and American Society for
Parenteral and Enteral Nutrition (A. S. P. E. N.). JPEN J Parenter Enteral
Nutr. 2016;40: 159-211.

9. Angeles Rivera G. Consideraciones Clínicas Y Estrategias Terapéuticas Del


Vólvulo De Sigmoides Según La Edad. Universidad Privada Antenor Orrego
- UPAO, 2016 Núñez-Villaveirán T, Sánchez M, Millán P, Martínez-Méndez
JR, Iglesias C, Casado-Pérez C, et al. Estimación del gasto energético en el
paciente quemado mediante la utilización de ecuaciones predictivas;
revisión bibliográfica. Nutr Hosp. 2018; 29:1262-70.

10. Castillo Y, León Pérez DO, Rosales García J, Palacios Téllez D. Estado


nutricional de pacientes ingresados en una unidad de cuidados intensivos.
Rev cuba anestesiol reanim. 2020; 19 (1):78-87 

11. Busturia, Clapés J, García de Lorenzo A, Martínez J. Protocolos para la


prescripción de nutrición parenteral y enteral [Monografía en Internet].
SENPE. [Acceso el 27 Septiembre del 2011]. Disponible en
http://www.senpe.com/IMS/publicaciones/consenso/senpe_consenso_presc
ripcion_1.pdf

12. Mesejo A, Vaquerizo C, Acosta J, Ortiz Leyba C, Montejo JC.


Recomendaciones para el soporte nutricional y metabólico especializado del
paciente crítico. Actualización. Consenso SEMICYUC-SENPE. Med
Intensiva. 2011;35(Supl 1):1-85.

13. PreiserJC,van Zanten AR,Berger MM,Biolo G, Casear MP, Doing GS, et


al.Metabolic and nutritional support of critically ill patients: consensus and
controversies’ Care 2015,19:35.

40
14. Coltman A, Peterson Roehl Roosevelt H, Sowa D. Use of 3 tools to assess
nutrition risk in the intensive care unit. JPEN J Parenter Enteral Nutr
2015,39(1) 38-33.

15. NCCAC (National Collaborating Center for Acute Care). February 2006.
Nutrition support in adults. Oral nutrition support, enteral tube feeding and
parenteral nutrition. National Collaborating Center for Acute Care, London.
Available from www.rcseng.ac.uk. Update information July 2017. ISBN 0-
9549760-2-9.

16. Vidal Casariego A, Calleja Fernández, A, López Gómez JJ, Brea Laranjo C,
Fariza Vicente E, Ballesteros Pomar MD. Comparación de diferentes
herramientas de cribado nutricional en pacientes de Cirugía General y
Medicina Interna. Endocrinol Nutr 2009;56:98.

17. Gimeno M, Gimeno J, Turón J, Campos R. Estudio piloto de un plan de


mejora de la calidad con cribaje nutricional sistemático de pacientes
ingresados en un hospital comarcal Nutr Hosp 2009; 24: 176-181.

18. Taylor B, McClave Stephen A, Martindale Robert G, et al. Guidelines for the
Provision and Assessment of Nutrition Support Therapy in the Adult
Critically Ill Patient: Society of Critical Care Medicine (SCCM) and American
Society for Parenteral and Enteral Nutrition (A.S.P.E.N.). CCM Journal 2016;
44 (2): 390-438.
19. Koekkoek K, Van Zanten A. Nutrition in the critically ill patient.
CurrOpinAnesthesiol 2017; 30: 178–185.

20. Arabi Y, Casaer M, Chapman M, et al. The intensive care medicine research
agenda in nutrition and metabolism. Intensive Care Med 2017; 43 (9):1239–
1256. DOI 10.1007/s00134-017-4711-6.

21. Mesejo A, Vaquerizo Alonso C, Acosta Escribano J, Ortiz Leyba C, Montejo


González JC. Recomendaciones para el soporte nutricional y metabólico

41
especializado del paciente crítico. Actualización. Consenso SEMICYUC-
SENPE. Med Intensiva 2011; 35 (Suppl. 1): 1-6

22. Palacios Rueda L, Patiño Ramírez I. Estado nutricional de los pacientes que
ingresan al Servicio de Atención del Paciente en Estado Crítico. Rev
UNIMAR [Internet]. 2021;27(2):41-50. Disponible en:
http://www.umariana.edu.co/ojs-editorial/index.php/unimar/article/viewFile/
133/113

23. Elamin EM, Camporesi E. Evidence based nutritional support in the


intensive care unit. [Internet]. Int Anesthesiol Clin [Internet]. 2019 [citado 12
Mar 2021];47(1):121-38. Disponible en:
http://www.researchgate.net/profile/Enrico_Camporesi/publication/23766530
_Evidencebased_nutritional_support_in_the_intensive_care_unit/links/
09e41513119e91e53e000000.pdf

24. Sabol VK. Nutrition assessment of the critically ill adult. AACN Clin Issues
[Internet]. 2017 Oct-Dic [citado 12 Mar 2019];15(4):595-606. Disponible en:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15586160

25. Mueller C, Compher C, Druyan ML; American Society for Parenteral and
Enteral Nutrition. A.S.P.E.N. Clinical Guidelines: nutrition screening,
assessment, and intervention in adults. J Parenter Enteral Nutr [Internet].
2020 [citado 12 Mar 2021];35(1):16-24. Disponible en:
https://www.researchgate.net/profile/Charlene_Compher/publication/
49745268_A.S.P.E.N._Clinical_Guidelines_Nutrition_Screening_Assessmen
t_and_Intervention_in_Adults/links/0deec51d494607cbe4000000.pdf

26. Tappenden KA, Quatrara B, Parkhurst ML, Malone AM, Fanjiang G, Ziegler
TR. Critical role of nutrition in improving quality of care: an interdisciplinary
call to action to address adult hospital malnutrition. J Parenter Enteral Nutr
[Internet]. 2019 [citado 12 Mar 2020];37(4):482-97. Disponible en:
http://pen.sagepub.com/content/37/4/482.full.pdf

27. Sotelo González S, Sánchez Sobrino P, Carrasco álvarez JA, González


Villarroel P, Páramo Fernández C. Parámetros antropométricos en la

42
evaluación de la malnutrición en pacientes oncológicos hospitalizados:
utilidad del índice de masa corporal y del porcentaje de pérdida de peso.
Nutr Hosp [Internet]. 2013 [citado 12 Mar 2015];28(3):965-8. Disponible en:
http://scielo.isciii.es/pdf/nh/v28n3/57_comunicaccionbreve01.pdf

28. Ramos Martínez A, Asensio Vegas A, Núñez Palomo S, Millán Santos I.


Prevalencia y factores asociados a malnutrición en ancianos hospitalizados.
An Med Interna (Madrid) [Internet]. 2018 [citado 12 Mar 2020];21(6):9-18.
Disponible en: http://scielo.isciii.es/pdf/ami/v21n6/original1.pdf

29. Organización Panamericana de la Salud. Clasificación estadística


internacional de enfermedades y problemas relacionados con la salud. CIE-
10ma rev. Washington, DC: OPS; 1995
30. FELANPE. Evaluación del estado nutricional en paciente hospitalizado.
Revisión y Unificación Conceptos Reun del Grup Nutr FELANPE Fed
Latinoamericána Nutr Clínica, Ter Nutr y Metab 2008:1-57
31. Acosta Escribano J, Gómez-Tello V, Ruiz Santana S. Valoración del estado
nutricional en el paciente grave. Nutr. Hosp. (2018); 20 (2): 5-8
32. González López A, Garí Marcos L, López Roca JA, Sarabia Albor AM,
Fernández Rivas DA. Incidencia de complicaciones intra y posoperatorias
en pacientes geriátricos durante la cirugía abdominal mayor electiva. Rev.
Cub. De anestesia y reanimación. 2020; 19 (3):8-12

33. Montejano Lozoya A R, Ferrer Diego RM, Clemente Marín G, Martínez


Alzamora N, Sanjuan Quiles Á, Ferrer Ferrándiz E. Factores asociados al
riesgo nutricional en adultos mayores autónomos no institucionalizados.
Nutr Hosp. 2020;30(4):858-869.

34. Tejidor Bello DM, Iglesias Almanza NR, López Rodas Y, Tejidor Fernández
J, Guerra Padilla JC. Evaluación nutricional de los pacientes críticos
ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital
Provincial de Ciego de Ávila. MEDISAN. 2020;14(8):4-9

35. De la Uz Ruesga MM, Morales Larramendi R, álvarez Puig NM. Evaluación


nutricional de pacientes críticos en el Servicio de Cuidados Intermedios.

43
MEDISAN [Internet]. 2019 [citado 12 Mar 2020];7(2):33-41. Disponible en:
http://www.bvs.sld.cu/revistas/san/vol7_2_03/san06203.pdf

36. Quesada Castillo Y, León Pérez DO, Rosales García J, Rodriguez Sánchez


VZ, Gutiérrez Roja ÁR. Caracterización del estado nutricional de pacientes
posoperados con complicaciones en una unidad de cuidados intensivos.
Rev cuba anestesiol reanim. 2019; 18 (2).
37. León Pérez DO, Molina Ricardo Y, Gutiérrez Rojas AR, Larrondo Muguercia
H. Evaluación del estado nutricional de pacientes críticos en sala de terapia
intensiva del Hospital "Hermanos Ameijeiras". Rev Cub Med Int Emerg.
2018;13(4):374-87
38. Galanos AN, Pieper CF, Kussin PS, Winchell MT, Fulkerson WJ, Harrel FE
Jr y cols. Relationship of body mass index to subsequent mortality among
seriously ill hospitalizad patients. SUPPORT investigators. The study to
understand prognosis and preferences for outcome and risks of treatments.
Crit Care Med 2017; 25: 1962-8.

39. Nevado Antón P, Pérez Quintanilla V, Ortiz Güemes C, Cotillas


Hernando MA, Andrés Pérez L. Estado nutricional de pacientes críticos
en un hospital universitario de España. Rev. Cub. Enfermería.
2017;33(2)

40. Casanova González MP, Travieso Peña R, Molina Díaz F. Guía de práctica
clínica para la nutrición del paciente en estado crítico posoperados. Medisur
[Internet]. 2019 [citado 12 Mar 2021];7(1):75-81. Disponible en:
http://medisur.sld.cu/index.php/medisur/article/viewFile/721/5208

41. Cuba. Ministerio de Salud Pública. Anuario estadístico de salud. La Habana:


MINSAP; 2019.

42. Alfonso AIQ, Castillo RF, Gallegos RF, Jimenez FJG. Estudio de la
albúmina sérica y del índice de masa corporal como marcadores
nutricionales en pacientes en posoperados. Nutr Hosp 2018; 31:1317-22.
doi:10.3305/NH.2019.31.3.8084.

44
43. Marón Quispe MA. Correlación entre el estado nutricional y las
complicaciones post cirugía abdominal practicada en mayores de 65 años
del Hospital Hipólito Unanue de Tacna 2008 – 2010. Universidad Nacional
Jorge Basadre Grohmann, 2019. (tesis)

44. Rosales García J, de Dios Perera C, Calaña Valdevila Y, Gómez Martínez L,


Quesada Castillo Y. Estado nutricional de pacientes geriátricos con
ventilación mecánica en cuidados intensivos. Rev cuba anestesiol reanim.
2020; 19 (2) 
45. Vázquez Vázquez L, Davas SantanaI RS, Reyes González E. Estado
nutricional de pacientes en una unidad de cuidados intensivos. Rev Cub
Med Int Emerg 2019;11 (3) 2508-2521
46. Kinney J., Jeejeebhoy K., Hill G.: Nutrition and metabolism in patient care.
Saunders, Philadelphia 2011

47. Verdú Fernández MA, Soria Aledo V, Campillo Soto A, Pérez Guarinos CV,
Carrillo Alcaraz A, Aguayo Albasini JL. Factores nutricionales asociados a
complicaciones en cirugía mayor abdominopélvica. Nutr Hosp.
2018;35(4):942-47.

48. Saborit-Oliva E, Ortiz-Sánchez CY, Rosabal-Sadín M, AM Ramos


Alarcón, Capote-Guerrero G. Factores pronóstico de morbilidad
posoperatoria en el paciente geriátrico sometido a colecistectomía video
laparoscópica. Rev. Anest. Méx. 2019; 31 (1) 

49. Vásquez Márquez I, Castellanos Olivares A. Anestesia en el anciano. Rev


Mex Anest [Internet]. 2020 [citado 2021 Ene 12];34(Supl 1)]: [aprox. 10 p.].
Disponible en:
http://www.medigraphic.com/pdfs/rma/cma-2020/cmas111au.pdf.

50. Gael Mambou Tebou C, Temgoua MN, Esiene A, Oumarou Nana B,


Jacques Noubiap J, Sobngwi E. Impact of perioperative nutritional status on
the outcome of abdominal surgery in a sub-Saharan Africa setting. BMC Res
Notes 2017;10. doi:10.1186/s13104-017-2765-8

45
51. Morales A, Marrugat J, Coca A. Limitaciones de la valoración clínica de
obesidad: Reflexiones a propósito de la declaración de la American Heart
Association de 2016. Rev Esp Cardiol 2017; 60:992-3.
doi:10.1157/13109655

52. Herrero Domínguez-B, de Rosales Cabrera MC, Pérez Encinas AM,


Montserrat Martín K. Análisis de los parámetros nutricionales y ajuste de
requerimientos de la nutrición parenteral de inicio en el paciente crítico
postquirúrgico Nutr Hosp. 2018;29(2):402-410

53. Javier M, Loarte A, Pilco P. Evaluación Nutricional en Pacientes con


Gastrectomía Total y Parcial por Adenocarcinoma Gástrico. Rev
Gastroenterol Perú 2018; 28:239-43.

54. Hernández-Escalante VM, Raygoza Echeverría J, Castro Sansores CJ.


Desnutrición hospitalaria en pacientes geriátricos mexicanos y concordancia
entre instrumentos diagnósticos. Rev Biomed. 2019; 25:31-37. [ Links ]

55. Suárez Llanos JP, Benítez Brito N, Oliva García JG, García Castro FP,
López Frías MA, García Hernández A, et al. Introducción de un método
mixto de cribado nutricional (CIPA) en un hospital de tercer nivel. Nutr Hosp.
2020;29(5):1149-53

56. Álvarez Baca D, Revoredo Rego F, Suarez Lazo M, Acevedo Rique I, Lloclla
Kano P. Estado Nutricional y Morbi-Mortalidad en Pacientes con
Anastomosis Gastrointestinales en el Hospital Nacional Hipolito Unanue
(HNHU). Rev. Gastroenterol. Perú; 2019; 32-3: 273-280.

57. Leide da Silva Nunes F, Calado Ferreira Pinheiro Gadelha P, Damasceno


de Souza Costa M, Carolina Ribeiro de Amorim AC, Bezerra da Silva MDG.
Nutritional Status and Its Impact on Time and Relocation in Postoperative
Complications of Abdominal Patients Undergoing Surgery. Nutr Hosp 2017;
30:629-35. doi:10.3305/nh.2014.30.3.7628.

58. Céspedes Lanza NO. Valoración nutricional preoperativa y complicaciones


postquirúrgicas en pacientes con patología abdominal programados para

46
cirugía electiva, Hospital III Emergencias Grau Essalud-Lima. febrero a abril
del 2010. Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann, 2019 (tesis).

47

También podría gustarte