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TRABAJO DE
INVESTIGACIÓN INDIVIDUAL
(TEMA 9, 10,11)
DOCENTE: BACHILLER:
C.I 21.263.697
Portada
Introducción
Contenido Teórico 4
Sucesiones 19
Conclusiones 26
Análisis 27
Bibliografía 28
Introducción
Garantías reales: Pueden ser constituidas por el mismo deudor, o por un tercero
exigiéndose en todos los casos que se trate del propietario del bien. Se estudiaran las
siguientes garantías reales: la prenda, la anticresis, hipoteca, derecho de retención y el endoso
en garantía de título de valores
Evolución histórica
Las garantías reales surgieron en el Derecho Romano tras una evolución de las cauciones que
al principio no existían, bastando con la mera promesa verbal de pagar por parte del deudor,
pasando luego por el nexum como relación física entre acreedor y deudor donde este último
vendía su propio cuerpo para garantizar el cumplimiento; para luego aparecer las garantías
personales (fianza) y luego por fin la primera garantía real, que se denominó fiducia, donde
la cosa que garantizaba la deuda pasaba al acreedor en propiedad. Finalmente surgieron la
prenda y la hipoteca, instituciones que evolucionadas, se mantienen hasta la actualidad.
Fiducia fue la primera garantía real existente en el derecho civil. Los romanos
Crearon esta institución para efectos de poder asegurar el cumplimiento de las obligaciones
contraídas entre las partes.
Sponsio: Como su nombre lo indica se trata del contrato verbal, que sólo podía
celebrarse entre ciudadanos romanos.
Por la lex Cicerela se prescribía que el acreedor debía hacer saber públicamente la
clase de crédito, el monto y la cantidad de fiadores. De lo contrario, parece ser que éstos
quedaban liberados.
LA INTERCESSIO era una facultad que se ejercía en la época de la República romana por
parte de quienes ejercían magistraturas superiores, para oponerse a las decisiones de su
colega de igual cargo, pues eran colegiadas. Inclusive podían vetar las decisiones de otros
magistrados, como ocurría con los tribunos de la plebe.
Clases de intercesio
Se trata de una disposición senatorial aparecida en el año 46 d.C., por la que se prohibió a las
mujeres con carácter de 'sui iuris', el que pudiera fungir como fiadoras o garantes, ni aún en
el caso de que el fiado fuera su propio marido.
La prohibición formaba parte del impedimento general que tenían las mujeres en Roma de
obligarse por otro ni de comprometer sus propios bienes, es decir, la mujer no podía llevar a
cabo acto jurídico alguno de 'intercessio'.
Una de las consecuencias jurídicas importantes que generó la puesta en vigor de este
senadoconsulto fue la de que, en el caso de que se le exigiera a una mujer el cumplimiento
de una fianza por haber garantizado la obligación de un tercero, la garantía podía quedar sin
efecto si la mujer hacía valer la excepción que el propio senadoconsulto le concedió, conocida
como 'exceptio fraudis senatus consulti Vellaeanum.
Las fuentes de las obligaciones son los hechos jurídicos de donde derivan las
relaciones obligatorias. Las cuatro fuentes son: El delito, el cuasidelito, el contrato y el
cuasicontrato. El derecho Romano reconoce principalmente a las dos primeras El delito y el
contrato, pero con el cambio en Roma Gayo reconoce las cuatro quedando fijada las cuatro
categorías en la legislación Justiniana.
1. Contrato: Acuerdo de voluntades entre las partes por un vínculo o nexo que los une en
obligaciones y derechos.
Primitivamente sirvió para designar todo aplazamiento de una obligación, en una etapa
posterior que se llamó Pactum a todo lo que se conviniere de forma adicionada al Contrato.
Finalmente se denominó así a todos aquellos acuerdos que se formalizaban y que carecían de
acción.
EL "PACTUM
El concepto de pacto es diferente en las distintas fases del derecho romano. En la Ley
de las XII Tablas se le atribuía al pacto un efecto meramente procesal en el sentido
de que el pacto ponía fin a un litigio. Pacto es sinónimo de transacción y se caracteriza
por la renuncia a la persecución judicial de un derecho.
En las obligaciones que nacía de delito cabían el pacto entre el ofensor y la víctima y
ese pacto trata sobre una indemnización pecuniaria y ese pacto produciría la extinción
ipso iure de la acción correspondiente. El pretor en su edicto reconocía eficacia a los
pactos celebrados entre las partes litigantes de un proceso o las que se celebraban
renunciando al ejercicio de una acción. Los pactos que protegían el pretor no se podía
celebrar con dolo, ni contra leyes, plebiscitos, senados consultos, edictos, decretos, ni
en fraude de ningún tipo de disposición.
La eficacia de los pactos se manifestaba por vía de excepción, convenio o acuerdo y
también se acerca al significado de contrato. Si a un convenio o acuerdo se la añadía
la causa de derecho civil, el pacto se transformaba en contrato.
El contrato se aplica a todo acuerdo de voluntades reconocido por el derecho civil,
dirigido a crear obligaciones civilmente exigibles. Estos llegaron a constituir una de
las fuentes más fecundas de los derechos de crédito. Estaba siempre protegido por
una acción que le atribuía plena eficacia jurídica, cosa que también ocurría con
algunos pactos que no entraban en la categoría de contratos, pero existía también un
gran número de convenciones o pactos que, a diferencia de los contratos, no estaban
provistos de acción para exigir su cumplimiento y carecían de nombre.
El contrato aparece como una forma de acuerdo o convención, la cual era el
consentimiento de dos a más personas que se avienen sobre una cosa que deben dar
o prestar.
CLASIFICACIONES VERBALES
Contratos verbis o vebales: per aes et libram, dictio dotis, promissi oiurata liberti, stipulatio
Los contratos verbales se perfeccionan por el uso de ciertos vocablos, es decir, pronunciado
determinadas palabras solemnes, quedando así obligadas las partes, de modo que si los
interesados se apartaban de ellas, a pesar de que constara claramente su voluntad de obligarse,
el negocio no se consideraba como contrato, véanse a continuación contratos clasificados:
1. Per aes et libram (por el cobre y la balanza), este contrato se formalizaba ante cinco
testigos y se utilizaba una balanza (libram) y un pedazo de cobre (aes) para formalizar la
obligación. En el caso de que el objeto del contrato fuera la transmisión de la propiedad, se
le denominaba mancipatio.
Nexum Cuando se trataba de un préstamo en dinero, el deudor u otra persona quedaba como
rehén en poder del otro contratante hasta el cumplimiento total de la deuda, a esto se le
denominaba
2. Dictio dotis. Consiste en una determinada declaración verbal que hacia la mujer que iba a
casarse, si era sui iuris o bien por el ascendente varón o por el deudor de aquélla, de constituir
dote.
En esta misma figura jurídica, se podían pactar intereses que el deudor debía pagar en relación
con el contrato (estipulación de intereses), asimismo, se crearon las penas convencionales
por incumplimiento a la obligación y también nacieron las fianzas estipulatorias, llamado
esto, comúnmente, fiador, lo cual era una garantía para cubrir con el cumplimiento del
contrato, si no pagaba el deudor originario, el fiador tenía que responder a la deuda.
Estos son los llamados contratos escritos, los que se clasificaron así:
1. Niminia transcriptitia. Eran los contratos que se insertaban o incluían en los libros de
contabilidad del acreedor, y al igual que el deudor, tenía que obligarse en ellos.
2. Singrafos y quirógrafos. En los primeros, se formalizaba por escrito tanto por el acreedor
como por el deudor, y a cada uno se le entregaba un original. En el caso de los segundos,
únicamente se realizaba un solo contrato, y de modo exclusivo quedaba en poder del
acreedor.
Contratos re o reales: mutuo, comodato, depósito y prenda
Aquí se perfecciona la obligación cuando se entregaba el objeto, pues cuando así era, desde
ese momento se formalizaba el negocio jurídico; entre los contratos más destacados en el
Derecho Romano, se encuentran los siguientes: mutuo, comodato, depósito y prenda.
1. Mutuo. También conocido como préstamo de consumo. Es el contrato por medio del cual
una persona, denominada mutuante, transmite a otra, nombrada mutuario, la propiedad de
determinada cantidad de cosas fungibles, teniendo obligación el mutuario a devolver, dentro
de cierto plazo, una cantidad igual de cosas del mismo género y cantidad. El requisito para
Ventura Silva Sabino, Derecho romano, p. 338. Celebrar tal contrato, era que el mutuante
fuera el dueño del bien o bienes, objeto de la transacción.
3. Depósito. Se pude definir como el contrato por virtud del cual una persona, denominada
depositante, entrega una cosa a otra, nombrada depositaria, para obligarse a cuidarla,
custodiarla, de modo gratuito, y a devolverla en cuanto la solicite el depositante.
Sólo se podía dar en depósito un bien mueble, se podía pactar entre las partes que el bien se
devolviera a una tercera persona.
Si el deudor no cumplía con su obligación, este acreedor podía vender el objeto y devolver
el remanente, si es que lo había.
Este tipo de contratos son los llamados consensuales, y para su validez no necesitan
formalidad alguna, ni entrega del bien, sino que se basan en el acuerdo de las partes, tanto
entre presentes, como entre ausentes, y lo celebran de forma tácita, verbal o por escrito.
La cosa siempre tenía que ser lícita, encontrarse dentro del comercio, tanto bienes corpóreos
como incorpóreos.
Se podían vender cosas futuras y el contrato puede existir siempre y cuando se logre el
nacimiento de este bien comprado.
En este contrato, si es que se pagaba en dinero, se tenía que cumplir con lo siguiente:
2. Locatio conductio. Este tipo de contrato tiene origen al momento en que persona se
compromete a proporcionar, a otra, el goce temporal de una cosa no consumible, o bien, a
ejecutar a favor de ella, un determinado trabajo por medio de una retribución periódica y en
dinero.
La clasificación de este tipo de contrato es la siguiente:
3. Mandato. Es un contrato por conducto del cual, una persona denominada mandante, le
encarga a otra, nombrada mandatario, que realice determinado acto por cuenta y en interés
de aquél.
2. Que fuera gratuito, sólo en el caso de médicos y abogados, éstos podían recibir una
retribución.
3. El mandante debe tener interés pecuniario en la ejecución del mandato. Los deberes del
mandatario eran: cumplir el mandato de acuerdo con las instrucciones del mandante, rendir
cuentas a este último, y responder por los daños y perjuicios, por su dolo o culpa.
Los deberes del mandante eran: pagarle al mandatario por los gastos realizados con base en
el cumplimiento del acto, y responder por los daños y perjuicio que, como consecuencia del
mandato, hubiere sufrido el mandatario.
4. Sociedad. Era cuando dos o más personas, llamadas socios, se obligan a poner en común
sus bienes o trabajo para el logro de un fin lícito y de interés común.
En este contrato ya se contemplaba el reparto de las utilidades, toda vez que las ganancias de
los socios eran repartidas en partes iguales y las pérdidas se aportaban en la misma
proporcionalidad.
a) Dirigir los asuntos sociales, pero se podría designar a un representante para administrar la
sociedad.
b) Participar en las ganancias.
Esta figura jurídica no tuvo mucho desarrollo, toda vez que los parte familias eran los que
administraban los bienes patrimoniales.
La sociedad se disolvía por consentimiento de las partes, por la muerte, por convenio, por
renuncia, y cuando alguno de los socios demandaba su disolución.
Estos contratos, como ya se mencionó, son los que no tienen un nombre específico dentro de
la ley. Los contratos innominados se agrupan en:
a) Doy para que des (Do ut des), consiste en un dar una determinada obligación.
b) Doy para que hagas (Do ut facias), una parte se compromete a dar alguna cosa, y la otra a
prestar un servicio.
c) Hago para que des (Facio ut des), una parte se compromete a prestar algún servicio, y la
otra a dar alguna cosa.
2. Aestimatum (contrato estimatorio). Una persona entrega a otra una cosa estimada o tasada
en cierto precio, con el fin de venderla, y entregue al dueño el precio fijado, quedándose con
la diferencia, si la hubo. Este negocio era frecuente entre comerciantes.1818 Idem., p. 376
3. Precario. Este contrato nació, sobre todo, de las tierras que dejaban disfrutar los patronos
a sus clientes. Tales relaciones podían revocarse en cualquier momento por un simple acto
del patrono.
4. Transacción. Consistía en las concesiones recíprocas que se hacían las partes para evitar
un litigio futuro o concluir un pendiente.
EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES
Normalmente se extingue una obligación cuando ha dado total cumplimiento el deudor, pero
en el Derecho Romano no disolvía la obligación, toda vez que era una ligadura que requería
un desligarse, a esto se le denomina contrarius actus. Por tanto se tenía que cumplir un
proceso.
Solutio
Los romanos llamaban solutio al pago o cumplimiento. El término solutio, en sentido amplio,
significaba todo acto que tiene como fin extinguir la obligación: Ulpiano (D. 50, 17, 176)
afirma que "solvere" dicimus eum qui fecit quod facere promissit, esto es, decimos que
"paga" el que hizo lo que prometió hacer; en sentido estricto se emplea para designar la
extinción de la obligación mediante el cumplimiento de la prestación que constituía su objeto,
y en este sentido solutio es equivalente a "pago".
El pago puede hacerse no sólo por el deudor sino también por cualquier persona capaz de
realizarlo, a no ser, claro es, que la prestación fuera de tal naturaleza que no pudiese ser
realizada más que personalmente por el mismo deudor: si, por ejemplo, un pintor afamado
se obliga a pintar un retrato.
Al acreedor, o también a un tercero designado por aquél para recibir el pago. El tercero puede
actuar como procurador ó como simple mandatario para el cobro.
Tiempo del pago
En cuanto al tiempo, esto es, el término dentro del cual el deudor puede efectuar válidamente
el pago y el acreedor exigirlo, será el fijado por las partes de común acuerdo. Si no se fijó
término alguno, el acreedor podrá exigir el pago en cualquier momento, salvo que la ley lo
fije, o la naturaleza de la prestación exija que se cumpla en un tiempo determinado.
En cuanto al lugar, si no ha sido concretado explícita o implícitamente por las partes, el pago
deberá efectuarse por regla general, en el domicilio del deudor, o en algunos supuestos en el
lugar donde surgió la obligación.
En Roma existieron los modos probatorios del pago. En primer lugar las testificales y, luego,
las documentales. En efecto, si la obligación está contenida en un documento en posesión del
acreedor, la entrega de dicho documento al deudor se consideraba como la cancelación de la
deuda. Sin embargo, para su validez debían transcurrir treinta días. Luego apareció el
apochae, que es aquel medio probatorio que en la actualidad corresponde al recibo.
Imputar es señalar. Si el deudor tiene con el acreedor una sola deuda, al pagar se interpreta
que paga la única deuda, sin embargo, al existir varias obligaciones entre el deudor y el
acreedor, aquel debe imputar qué deuda está pagando.
Otro criterio establece que se impute el pago a la deuda que pueda proporcionar tacha de
infamia. Otros piensan que se imputaba a la deuda que tuviera garantía prendaria o
hipotecaria.
Oferta de pago y consignación
Consignar es depositar el pago en manos de una persona distinta a la del acreedor para que
el deudor pueda librarse de los efectos de la mora, por eso, al entregarla realiza una prestación
de praestare.
NOVACIÓN
Es la sustitución de una obligación anterior por una nueva. Ocurre cuando se cambia
el objeto, la causa (la naturaleza de la obligación se modifica, como por ejemplo, cuando un
depósito es cambiado por un arrendamiento) o que un nuevo deudor o acreedor sustituya al
anterior.
Confusión: Cuando se reúne en una sola persona las figuras de acreedor y deudor. En este
caso se produce la extinción de la obligación ya que desaparece la dualidad del vínculo y,
por lógica, la persona no puede exigirse a sí misma el cumplimiento de la obligación. Suele
ocurrir, por ejemplo, en los casos de que el deudor sea heredero de su acreedor.
Pérdida de la cosa debida: Cuando la obligación tiene por objeto una cosa cierta y esta
desaparece por causa no imputable al deudor. De esta forma se hace imposible cumplir la
obligación.
Compensación: Es una forma de extinguir la obligación entre deudores recíprocos, de
forma que se cancela una parte de un deuda con el monto de la otra. Es la extinción
simultánea de dos deudas hasta su concurrencia; de esta forma se le resta a la deuda mayor
el monto de la menor. Se trata de una imputación recíproca de lo que dos personas se deben
mutuamente. Para que este medio de extinción opere era necesario que ambas obligaciones
sean exigibles.
Hasta la época clásica la compensación no opera de pleno derecho, sino por obra del
juez, quien tampoco está obligado a realizarla. En época post-clásica y el derecho
justinianeo se admite la compensación y su efecto ipso iure.
No acepta ni plazo ni condición. Si la obligación era solidaria, con que uno de los
deudores quede liberado por este medio se tienen por liberados a todos los demás.
En Roma era limitada, conocida como Usucapio. No podía ser declarada de oficio.
Todos los derechos son susceptibles a prescripción, salvo los extra patrimoniales.
Para definir la sucesión universal mortis causa, primero hay que conocer qué es la sucesión,
sucessio, quiere decir la transmisión de bienes u obligaciones que tiene lugar a la muerte de
una persona.
Gayo decía que el concepto de herencia es: Nihul est aliud hereditas Quam secessio in
universum ius quod defunctus babuit. La herencia no es más que la sucesión en todo el
derecho que tenía el difunto.
Existían dos tipos de sucesiones, por la vía legítima o ab intestatio, y vía testamentaria.
SUCESIÓN LEGÍTIMA
La sucesión legítima era regulada por la Ley de los XII tablas, y se daba en los siguientes
casos:
b) Cuando existiendo el testamento, no era válido ante la ley, no cumplía con las
formalidades, por lo que el testamento se declaraba inexistente.
c) Cuando fallecía primero la persona que se dejaba como heredero, aquí también el
testamento se declaraba inexistente.
La sucesión legítima cambiaba, conforme a las etapas en el Derecho Romano, las cuales se
explican a continuación:
En el Derecho antiguo. Cuando se daban los supuestos anteriores, la Ley de las XII tablas,
seguía lo siguiente:
1. Se llamaba a los heredes sui, conocidos como los descendentes legítimos, que estuvieran
bajo la patria potestad al momento de su muerte, como por ejemplo, hijos, esposa que haya
entrado a su familia por conventio in manus, la cual ocupaba el lugar de una hija loco filiae,
los póstumos sui, es decir, a los nacidos después de su muerte, la nuera in manus, la nieta
loco neptis. Todos ellos sin distinción de grado.
3. Gens. Si los agnados más próximos no aceptaban la herencia, se llamaba ala gens,
conocidas como las agrupaciones civiles.
Aquí se amparaba a los herederos que no eran llamados como se vio en el Derecho antiguo,
siendo:
a) Liberi, descendientes inmediatos del difunto que estuvieran bajo la patria potestad o
hubieran sido emancipados o dados en adopción. Aquí el grado más próximo excluía al
siguiente
c) Cognati. Cognados, los que estaban unidos al difunto por sangre; al hijo que estaba en
una familia adoptiva, siendo el difunto el padre natural, parientes por parte de la mujer. Si
recurrían varios cognados, la partición se hacia por cabezas.
Con el otro senado consulto Orficiano, se daban derechos a los hijos en la sucesión de la
madre, antes que a los agnados.
Sólo que distinguió cuatro formas de parentesco para conseguir heredar, a saber:
1. Descendientes.
2. Padre y madre.
3. Medios hermanos.
4. Parientes colaterales.
Cabe hacer mención que aquí se excluía al cónyuge sobreviviente, pero más adelante en la
novela 57 fue incluida, siempre cuando no tuviera más familiares, no hubiera contraído
nupcias de modo posterior o se haya divorciado.
En la novela 89 fueron incluidos los hijos naturales, la concubina, concediéndole tan sólo la
sexta parte de la herencia, siempre y cuando no haya viuda ni descendientes legítimos. De
lo contrario, únicamente le correspondía una pensión alimenticia.
SUCESIÓN TESTAMENTARIA
a) La gente analfabeta debía firmarse ante ocho personas, quienes eran testigos, las
firmas suplían a las del testador.
b) La gente ciega era acompañado por siete testigos y tenía que ser dictado ante un
oficial público, llamado tabularis.
d) Testamento del padre a favor del hijo, se podía realizar de manera oral frente a dos
testigos.
Adquisición Con el término aditio (de adeo=aceptar, adquirir la herencia) los romanos
designaban generalmente la manifestación expresa o tácita del llamado para adquirir el título
de heredero, y las consecuencias jurídicas que tal título importaba.
Heredes necessarii: Son los esclavos instituidos herederos cum libertate por su dueño (Gayo
2, 153). Se llamaban así porque a la muerte del testador, quieran o no, se convierten en libres
y herederos.
Heredes sui et necessarii: Son los hijos que se encuentran bajo la patria potestad del difunto
en el momento de su muerte (Gayo 2, 156).
Heredes extranei: Son todos los demás herederos, legítimos o testamentarios, que no están
sujetos a la patria potestad del testador. Obviamente se les llamaba voluntarii, pues una vez
que han sido llamados a la herencia, tienen la posibilidad de aceptar o renunciar a la misma.
La cretio era una declaración solemne y verbal que manifiesta la voluntad inequívoca
de aceptar la herencia, y de la que Gayo (2, 166) nos conserva la fórmula usada para la
sucesión testamentaria: puesto que Publio Nevio me instituyó heredero en su testamento, YO
ACEPTO esa herencia. Se conjetura que tal declaración se cumpliera en presencia de testigos,
y el testador fijaba también un término (normalmente cien días) dentro del cual el llamado
debía cumplirla.
Que la aceptación pueda ser expresa o tácita se desprende de los artículos 999 y 1000
del Código Civil, donde se prescribe pormenorizadamente sobre esta materia.
Ante las graves consecuencias que podía acarrear a los heredes necessarii la
imposibilidad de renunciar a la herencia (imaginemos que en el supuesto de un patrimonio
cargado de deudas tendrían que responder con su propio patrimonio), el Pretor acordó para
ellos la posibilidad de abstenerse de la herencia paterna y renunciar a ella; a esta posibilidad
se denominó beneficium abstinendi.
El sistema riguroso anterior termina en el año 326 a. de C., cuando la Lex Poetelia
Papiria, suprimió a la práctica de la entrega de la persona en prenda por deudas civiles, y
estableció el principio de que el deudor sólo podía garantizar sus deudas con sus propios
bienes y no con su corpus.
Conclusiones
Las garantías reales son las que afectan un bien determinado otorgando derecho al
acreedor tomando en cuenta la prenda como elemento primordial en la entrega física y
jurídica del bien, seguidamente la anticresis el cual es un contrato por el medio del cual se le
otorga al acreedor como garantía de su deuda un bien inmueble para percibir frutos. Entre
las garantías reales tenemos hipotecas y derechos de retención.
Art. 1156 del Código Civil Las obligaciones se extinguen por el pago o cumplimiento,
por la pérdida de la cosa debida por la confusión de los derechos de acreedor y deudor, por
la compensación y por la novación, por la condonación de la deuda, el pago es la forma
natural de extinción de las obligaciones.
Inter Vivos: es la transmisión patrimonial que se transmite en vida, Ej. Compra venta,
permuta, etc.
https://aquisehabladerecho.com/2017/10/30/derecho-sucesoral-venezolano/
https://aquisehabladerecho.com/2019/12/10/sucesiones-en-el-derecho-
romano-2/
https://lacienciadelderecho.wordpress.com/2014/06/17/garantias-de-las-
obligaciones/#:~:text=Llamamos%20garant%C3%ADa%20de%20las%20ob
ligaciones,se%20exig%C3%ADan%20garant%C3%ADas%20como%20pre
cauci%C3%B3n.
https://www.bancoldex.com/sites/default/files/documentos/278_regimen_ve
nezuela_cap3_garantias.pdf
https://aquisehabladerecho.com/2017/06/11/medios-de-extincion-de-las-
obligaciones/
https://aquisehabladerecho.com/2019/12/10/sucesiones-en-el-derecho-
romano-2/