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PRÓ LOGO

—Buenos días, Estados Unidos y, por supuesto, el resto del mundo—. El presidente -
Musk estaba en un escenario con banderas ondeando detrá s de él y la fanfarria aú n
amainando. El presidente má s querido en la historia de Estados Unidos habló en tono
firme: —Hoy estoy aquí para contarles a todos una noticia muy seria. Durante las
pró ximas semanas, es imperativo que todos vayan a un edificio gubernamental y
reciban un nú cleo de datos—.
Sosteniendo una pequeñ a y brillante gema, continuó hablando; haciendo todo lo
posible para no dejar que sus dedos tiemblen demasiado: —Dentro del pró ximo mes,
este mundo se convertirá en un lugar muy peligroso. Por esa razó n, nosotros (y el
mundo en general) hemos preparado un refugio, un refugio seguro para que la
humanidad capee la tormenta inminente. Hasta que podamos controlar los peligros de
esta nueva realidad, será imposible para nosotros como pueblo sobrevivir en la Tierra
—.
Los medios de comunicació n estallaron y le gritaron preguntas tan fuerte que no se
pudo distinguir ni una sola voz. Gritó por encima de ellos, esperando que todos
escucharan su mensaje: —Todas nuestras tropas, todos los empleados del gobierno,
todas las personas que esperan sobrevivir más de un mes, por favor vayan al edificio
gubernamental má s cercano y consigan un Nú cleo. Son libres y ahora demostraré su
propó sito—.
Levantó la gema para que todos pudieran verla. —Estas gemas actú an como llave,
dispositivo de almacenamiento y camino hacia la seguridad. Ya hay decenas de miles
de personas en este nuevo mundo, sin saber que está n luchando para salvarnos
literalmente a todos. Ninguno de ellos regresará . Al momento de esta transmisió n,
todas las personas conectadas al juego 'Eternium' está n viviendo allí su verdadera
vida. Como hombre que los envió , es mi deber unirme a ellos también. Toma el Nú cleo
y sostenlo contra tu cabeza. Eso es todo lo que necesitas hacer. Buena suerte... y buena
suerte—.
Terminando su discurso, sostuvo el Nú cleo en su cabeza y desapareció sin dejar
rastro. La gema se fue con él. Un silencio absoluto llenó todos los medios de
comunicació n de Estados Unidos al mismo tiempo, una hazañ a que nunca antes se
había logrado.

CAPÍTULO UNO
Una explosió n de ruido casi derribó a Joe de su posició n de rodillas mientras la
multitud de Nobles reunidos y varias facciones estallaron en aplausos. El rey Enrique
pasó un brazo alrededor del hombro de Joe tanto para estabilizarlo como para
mostrarle su favor. —Un poco extrañ o, ¿no?—
Joe miró al Rey asombrado. Todo sonaba diferente, todo reverberaba con tonos
distintos a los que estaba acostumbrado a escuchar. —¿Qué… qué fue eso? Espera,
¿esa es mi voz?
—Ah.— El Rey asintió con la cabeza en señ al de comprensió n, cada ligero movimiento
parecía absorber el aire de la habitació n. —Por tu expresió n y la forma en que te
aprietas los oídos, el regalo que te han concedido debe ser Sinestesia Má gica. Me
preguntaba cuá nto ganarías. Sé que mantienes tus ojos apartados de tus notificaciones
por cortesía, pero lo analizaré má s de cerca cuando te vayas de aquí. Como regalo
secundario, déjame aumentar la asignació n de tierra que obtuviste por el papel que
desempeñ aste en esa pequeñ a guerra—.
Joe escuchó un —ding* pero nuevamente se abstuvo de mirar la notificació n
parpadeante. El Rey habló a la sala en general después de sentarse, su movimiento
calculado para obligar a detener las palmas para que sus palabras tuvieran el má ximo
impacto en la reunió n. —Mi gente, estamos aquí hoy para honrar a un hombre que no
só lo jugó un papel importante en poner fin al levantamiento de los Hombres Lobo,
sino que también me salvó la vida—.
—Este hombre, Joe—, aquí el Rey le hizo un gesto a Joe y silenció los susurros
emocionados que habían estallado, —se ha ganado mi favor y, por extensió n, el favor
de mi pueblo. Considero completo el primero de sus pasos hacia la Nobleza—.
—Si completa dos tareas má s de ayuda al Reino, se le concederá n los derechos de
plena nobleza—. La habitació n estalló en un ruido furioso, y Joe podría haber jurado
que de alguna manera vio una expresió n de suficiencia en el rostro del Rey a través de
la armadura que bloqueaba toda vista. —Por supuesto, esto es má s fá cil decirlo que
hacerlo. ¿Cuá ntas veces puede un hombre salvar a un Rey... que só lo ha necesitado ser
salvado una vez?
Estallaron risas educadas, pero las sonrisas fueron cortadas por miradas calculadas
que parecían cualquier cosa menos emoció n o felicidad. —¡Que comience la fiesta!—
Joe se sentó a la derecha del Rey, a só lo dos asientos del hombre. La Reina se sentó
junto a Joe, pero ambos Regentes permanecieron inmó viles como piedra tallada
durante toda la comida. El Príncipe, sentado a la izquierda del Rey, seguía mirando a
Joe confundido, como si lo hubiera visto antes pero no recordara dó nde. Joe lo
recordaba con bastante claridad. Fue una de las muertes má s inesperadas que había
experimentado en el juego, y si no le hubieran dado una recompensa casi de
inmediato, Joe podría haber guardado rencor. Tal como estaban las cosas,
probablemente sería mejor no señ alar los errores perpetrados por el Príncipe
Heredero durante la cena.
—Joe, gracias de nuevo por lo que hiciste para salvar a mi marido—. La Reina hablaba
en voz baja y no había vuelto la cabeza para dirigirse a él. Eso habría llamado la
atenció n instantá neamente ya que el movimiento habría causado que toda la gente
reunida se ahogara. —Pensé que todo estaba perdido. Ademá s, ¿có mo está el ñ u?
—¿Es eso lo que es esto?— Joe inspeccionó la pierna de carne y, efectivamente, obtuvo
el resultado esperado.
¡Verificación de percepción + verificación de conocimientos exitosa! Se trata de un trozo
de carne de ñu perfectamente chamuscado. Resistencia +10 durante las próximas dos
horas.
—Guau.— Joe dejó que su entusiasmo se trasluciera. —¡Nunca he visto comida normal
cocinada lo suficientemente bien como para dar bonificaciones por sí sola! Ah, mmm.
Está delicioso, señ ora. Es decir, Su Majestad. En cuanto al Rey, a pesar de lo feliz que
estoy de haberlo salvado, realmente no puedo atribuirme mucho crédito. Al final del
día, fue un acto increíblemente egoísta—.
—¿Te refieres a las penas impuestas a los varones de nuestra raza?— La Reina se
movió un poco y Joe supuso que había tenido que contenerse y encogerse de hombros.
—Hubiera sido mucho peor para mí y para los míos, Joe. Habríamos perdido a Henry.
En cuanto a ser egoísta, no estoy de acuerdo. Si bien seguramente habría beneficios de
tener un Rey, me dijeron que cruzaste el campo de batalla no solo con quemaduras
terribles sino también sin una pierna. Nadie te habría culpado por no haber hecho el
viaje—.
—Uf, tengo tanta hambre—. Las palabras no fueron las que Joe esperaba escuchar de
ella a continuació n. —Nuestra destreza en la batalla hace que má s... aspectos regulares
de la vida sean algo má s difíciles. Si quisiera devorar esa carne contigo, nadie má s que
Henry podría comerla al mismo tiempo. Le dije que deberíamos haber comido antes
de la ceremonia. Tengo una pregunta má s para ti y puede que te parezca un poco
extrañ a— .
—Eh. Bien, por favor—. Joe asintió levemente como indicació n para que ella
continuara y se abstuvo de tomar otro bocado de comida mientras esperaba que ella
hablara.
—¿Có mo reviviste a Henry?— Al ver la expresió n confusa de Joe, volvió a intentarlo:
—Por favor, no me malinterpretes, pero sé có mo funcionan las habilidades que ejerces
y no hay manera de que hubieras podido devolverlo a la vida—. ¿Tuviste de alguna
manera un favor divino para usar?
—No lo hice—. Joe ni siquiera había considerado sus acciones. Había ido al campo de
batalla sabiendo que podía salvar al Rey. Ahora que lo pensaba, só lo podía resucitar a
personas de su propio nivel o inferiores. No había forma de que el 'Rey Enrique el
Tirano de Batalla' tuviera un nivel má s bajo que él. —Yo… supongo que no tengo idea
de cómo lo hice. Solo lo hice.—
—Mmm.— La Reina hizo una pausa. —Me gustaría que ignoraras la propiedad y te
tomaras un momento para mirar tus notificaciones. Por favor, avíseme si ve algo
diferente, al menos de manera negativa—.
Joe asintió gravemente e intencionalmente dejó que sus notificaciones fluyeran sobre
él.
Habilidad adquirida: Sinestesia mágica (novato I). Uno de los cuatro sentidos mágicos
que puede otorgar el Rey o la Reina de Ardania. De ahora en adelante, todos los objetos
que contengan magia dentro de ellos zumbarán suavemente ante tus sentidos. Como
consecuencia de la mejora de su audición, todos los sonidos se interpretarán de forma
diferente que antes, incluso las voces. Los niveles más altos de esta habilidad permitirán
escuchar sonidos más potentes. Se rumorea que los maestros de esta habilidad tejen
magia sólo con el sonido de su maná. Efecto: Aumento del 1% en la sensación auditiva de
maná, donde n = nivel de habilidad.
¡El rey de Ardania ha duplicado la cantidad de tierra que te han autorizado a reclamar!
Todos los terrenos deben ser contiguos y no pueden tener un propietario actual.
¡Estás en una Fiesta Real en tu honor! ¡Las ganancias de reputación con facciones -
amigas de la Corona se duplican mientras dure!
¡Estás sentado en la mesa real! ¡Las ganancias de reputación con facciones amigas de la
Corona se duplican mientras dure!
—No veo ningú n problema y leí todas mis notificaciones antes de venir aquí—,
informó Joe en voz baja a la Reina. —¿Podrías volver a agradecerle al Rey de mi parte
si no tengo la oportunidad? La sinestesia má gica parece asombrosa—.
—No sabes ni la mitad—. Ella resopló suavemente. —¡Solo espera hasta que llegue a
los rangos superiores! Entonces no hay cambios en las estadísticas, ¿todo está bien?
Me alegra saber que no ha tenido ninguna reacció n negativa por ayudarnos tanto—.
—¿Estadísticas? No lo creo…— Abrió rá pidamente su hoja de estado y revisó sus
estadísticas, haciendo una mueca al darse cuenta de que efectivamente había un
problema; y bastante devastador.
Nombre: Clase de Joe 'La leyenda elegida de Tatum'; Mago (Actual: Rituarquitecto)
Profesión: Académico titular (Actual: Arcanólogo) Nivel de personaje: 15 Exp.: 125,993
Exp. al siguiente nivel: 10.007 Rituarchitect Nivel: 2 Exp.: 2.190 Exp. al siguiente nivel:
810 Puntos de vida: 220/220
Maná: 963/963
Regeneración de maná: 19,97/seg.
Resistencia: 195
Característica: Puntuación bruta (Modificador)
Fuerza: 22 (1,22)
Destreza: 31 (1,31) Constitución: 27 (1,27) Inteligencia: 72 (2,22) Sabiduría: 66 (2,16)
Carisma: 26 (1,26) Percepción: 51 (2,01) Suerte: 29 (1,29) Suerte kármica: +3
—Estoy bastante seguro de que debería tener el doble de maná que tengo ahora—, le
confesó Joe a la Reina lo má s silenciosamente posible. —Normalmente mi deidad lo
duplica—.
—Eso realmente podría ser un problema—. Ella respiró hondo. —Organizaré el
transporte a los templos tan pronto como terminemos nuestra comida. Después de
todo, deberías encontrar el problema en la fuente. Desafortunadamente, si te vas
ahora mismo, habrá un problema de romper el protocolo y mucha gente te guardará
rencor—.
—Preferiría que eso no sucediera—. Joe gimió mientras miraba sus estadísticas una
vez má s. Só lo había una cosa que podía hacer para miti.
bloquear la pérdida, y eso fue verter una gran cantidad de puntos característicos en la
estadística de inteligencia. Le quedaban quince puntos por su repentino aumento de
nivel, así como dieciocho puntos de habilidad, pero no estaba seguro de si usarlos era
el mejor curso de acció n. De mala gana decidió esperar hasta reunirse con Tatum.
A medida que la fiesta disminuyó y la gente empezó a aflojarse el cinturó n, las -
personas comenzaron a deambular por la zona. Se fueron formando pequeñ os grupos
sociales y algunas personas intrépidas comenzaron a acercarse a los Reyes. Para
sorpresa de Joe, ¡algunos incluso vinieron a hablar con él! En realidad, ninguno de
ellos tenía mucho que decirse, pero Joe se dio cuenta de que al mostrarse amigables
con él, también podían pararse directamente frente a las Monarcas y hacerse notar.
Só lo una persona realmente se destacó de las demá s, y fue só lo por sus acciones. El
hombre en cuestió n estaba vestido con colores tan llamativos como los otros Nobles
en la sala, pero en lugar de hablar con Joe, el hombre simplemente lo miró como si
fuera un insecto interesante. Esto no habría sido un problema terrible , pero estaba
inclinado sobre la mesa e incluso había deslizado el plato de Joe a un lado para
acercarse.
—Humph—. Esta fue la ú nica —palabra— que pronunció el hombre, pero una
notificació n apareció en la visió n de Joe que hizo que su pulso se acelerara.
¡La reputación aumentó! ¡Tu reputación en el Gran Zoológico de Ardania ha aumentado
de 'Odiado' a 'Odiado'! ¡Sólo 1000 puntos más para llegar a 'Hostil'!
¡La reputación aumentó! ¡Tu reputación en el Gran Zoológico de Ardania ha aumentado
de —Odiado— a —Hostil—! ¡Solo faltan 300 puntos más para llegar a 'Cauteloso'!
Después de ese sonido brusco, el hombre simplemente se dio vuelta y se alejó . Joe
logró cerrar la boca, dá ndose cuenta ahora de que se había caído durante ese
incó modo intercambio. —¿Qué fue eso en el mundo?—
—¿Mmm?— La Reina estaba mirando un plato de pan aú n humeante, y Joe pudo
sentir que se le cortaba el aliento mientras ella se movía hacia él. —Oh, él. Ese es 'El
cabecilla'. Pff. Su nombre es Robert. Dirige una de las formas de entretenimiento má s
populares para Nobility, un zooló gico que cuenta con las criaturas má s singulares
conocidas en Eternium. No tengo idea de por qué a la gente le gusta tanto la colecció n
de animales y los payasos. Por ahora al menos. Lo resolveré pronto, estoy seguro—.
—No parecía gustarle mucho —, afirmó Joe suavemente, tomando un sorbo de vino y
memorizando el rostro del hombre. Lo que sea que haya sucedido en el pasado para
llevarlo a este punto, el hecho es que
CAPITULO DOS
El sencillo carruaje se detuvo frente al distrito del templo . Joe salió y saludó al
conductor, quien asintió y puso los caballos en movimiento una vez má s. El
Rituarchitect miró hacia el imponente edificio y frunció el ceñ o. Normalmente, estaría
feliz de estar aquí, pero en ese momento tenía la sospecha de que algo había salido
muy mal.
Mientras caminaba por el templo, escuchó un extrañ o zumbido en sus oídos que
apenas le hizo cosquillas en los sentidos. Por extrañ o que parezca, cubrirse los oídos
no hizo nada para detener el zumbido, y se dio cuenta de que esto debía tener algo que
ver con su nueva habilidad auditiva. Obviamente, este lugar estaba muy encantado o
simplemente lleno de maná ; lo cual tendría sentido en un centro gigante de energía
divina como este.
—Veamos... neutral, oscuro, agua—. Joe siguió el camino hacia el altar de Tatum tal
como lo había hecho antes, pero se sorprendió al descubrir que estaba má s cerca del
centro y má s adornado que antes. Lo tocó , esperando encontrarse en un templo en la
cima de una montañ a en el siguiente instante, pero en lugar de eso recibió una
notificació n.
Mensaje del sistema: Hola, Joe. Eres el Elegido de Tatum, razón por la cual se te muestra
este mensaje. El Deity Occultatum está bajo revisión por sus acciones hasta este punto.
Ha gastado demasiada energía divina en muy poco tiempo. No sólo eso, sino que resucitó
directamente al rey Enrique de Ardania usándote como médium.
Como tal, ciertos bonos pasivos no estarán disponibles para ti. Específicamente, no se te
puede otorgar una reserva de maná extendida, aunque tu capacidad de resucitar a otros
se mantendrá. Eres libre de elegir otra deidad a la que servir durante este tiempo, o
puedes trabajar para pagar la deuda de Occultatum de 13.000.000 de energía divina.
—¡Dios mío , Tatum!— Joe murmuró para sí mismo, sorprendido por el enorme
déficit. Continuó leyendo el mensaje. —¿Qué hiciste?—
El mensajero entregó una pequeñ a misiva, dio el saludo del gremio con un puñ o en el
pecho y salió corriendo una vez má s. ¡Joe ni siquiera había tenido la oportunidad de
responder! Los hijos de algunas personas. Joe dio vuelta la carta y reflexionó un
momento. —Al menos me avisaron. No es que tenga nada má s que hacer ahora. Pero
dormir sería bueno.
Después de que le volviera a crecer la pierna y de atender a Reggie, el mago traidor,
Joe se había ido a la capital de inmediato para reclamar cualquier recompensa que el
Rey quisiera darle. No es necesario posponerlo para un día lluvioso; Es mejor tomar
las recompensas de un Royal de inmediato... en caso de que pierdas su favor en el
futuro. Ademá s, ¿obtener un nuevo sentido que lo nivelara ? Definitivamente vale la
pena hacer el viaje. Joe miró alrededor del templo de tamañ o mediano en el que se
encontraba y suspiró . Al menos había quinientas energías divinas garantizadas para
enviarse a Tatum cada día. A este paso, vería a la deidad en... veintiséis mil días, o un
poco má s de setenta y un añ os.
—Bueno, eso simplemente no funcionará para mí—. Joe comenzó a caminar hacia la
sala del gremio recién construida. No fue difícil de encontrar; de hecho, era uno de los
ú nicos edificios actualmente en pie. Todo lo demá s, incluso si hubiera sobrevivido a la
explosió n inicial de la detonació n... fuera lo que fuera esa cosa... había sido tan
inseguro que el gremio lo había destrozado. Hubo muy pocos supervivientes del
pueblo original; la mayoría de ellos habían sido arrastrados a un lado para ser
atendidos por curanderos cuando el objeto parecido a una bomba nuclear explotó . No
había señ ales de que reaparecieran.
A pesar de toda la tragedia, el beneficio para el gremio fue obvio. Ahora tenían una
secció n limpia de tierra para construir y expandirse, pero la desventaja era que iban a
necesitar importar mano de obra. Eso fue duro. ¡Al menos había mucha madera
alrededor! Lo que no se había quemado inmediatamente simplemente había sido
derribado, y esto hizo que fuera sencillo recolectar unas pocas toneladas de á rboles
para cortarlos y convertirlos en madera. La gente del gremio de la clase de carpintero
estaba extasiada. Los leñ adores no lo son tanto.
Las puertas frente a Joe se abrieron y lo condujeron para sentarse en una gran mesa
ovalada. No fue el ú ltimo en llegar, pero estuvo bastante cerca. Aten entró en la
habitació n tan pronto como la ú ltima persona estuvo presente y se lanzó directamente
a la conversació n: —¡Hola chicos! Acabo de aparecer desde las líneas del frente y
tengo una ventana muy corta para regresar antes de que el hechizo de la Puerta
colapse. Iré directamente a la agenda. En primer lugar, tenemos muchos problemas
con los líderes que abusan de sus posiciones—.
—Si usted es sospechoso de haber hecho esto, habrá una investigació n. Si se descubre
que está haciendo cosas que no debería hacer, como poner a alguien en una posició n
de atenció n o molestarlo cuando no está infringiendo nuestras reglas, su posició n
desaparece . Sin argumentos, sin apelació n. Incluso podrían expulsarte del gremio—.
Aten hablaba con voz profunda y trataba de hacer contacto visual con toda la mesa a la
vez. —Ahora, mira a tu alrededor. Todas las personas aquí son líderes del gremio.
Volverse amigos. Importa.—
—Por ú ltimo, con el permiso de Sir Bearington, pude reclamar oficialmente toda la
ciudad y aproximadamente una milla cuadrada de terreno con este edificio en el
centro exacto. Necesitamos convertir este lugar en una fortaleza, pero primero,
debemos sacar a la gente de las tiendas de campañ a y llevarla a los cuarteles, como
mínimo. Hay muchos problemas de soporte y logística que deben abordarse, así que
trabajen juntos para hacerlo realidad. Si tiene un conjunto de habilidades que podría
ayudarnos aquí, ú selo para ayudarnos a todos—. Aten prá cticamente estaba mirando
fijamente a Joe mientras hablaba. —Muy bien, eso es todo. ¡Me tengo que ir!—
Aten salió corriendo del edificio, y las otras personas simplemente... se sentaron allí
con una sobrecarga de informació n. Comenzaron a charlar, pero Joe había tenido un
día muy largo y se fue después de que la octava persona se presentó . Estaba haciendo
todo lo posible por ser amigable, pero en Celestial Feces algunas de estas personas
eran aburridas. Joe estaba bastante seguro de que al menos la mitad del personal
estaba allí como sustitutos de alguna corporació n que financiaba este gremio. La otra
mitad parecía... celosa de tratar esto simplemente como un juego. En realidad no era la
escena de Joe cuando estaba tan cansado.
Después de escapar de las garras de una charla educada por segunda vez en una
noche, Joe finalmente logró regresar al Saló n de los Conquistadores. Esperaba con
ansias una cama en uno de los lugares má s defendidos que pudiera encontrar. La
ú ltima vez que durmió al aire libre, un asesino había intentado lanzarle una terrible
maldició n. Había fracasado, claro, pero también había hecho que Joe fuera mucho má s
cauteloso.
Justo cuando estaba cerrando la puerta detrá s de él, alguien en la oscuridad gritó : —
¡No puedo cerrar sesión!—.
El silencio siguió a esta proclamació n só lo durante el tiempo que otras personas
tardaron en intentar cerrar sesió n también. Entonces la noche estalló en gritos y
gritos, rabia y miedo.
—No.— Joe cerró firmemente la puerta detrá s de él. —No estoy lidiando con eso en
este momento. Cama. De todos modos, la mayor parte de eso estará solucionado por la
mañ ana.
CAPÍTULO TRES
—Ah. ¡Nada como un bono de buen descanso para ponerte en marcha por la mañ ana !
Joe salió del enorme edificio con forma de huevo y miró a su alrededor. Había muchos
rostros sin dormir alrededor, ojos rodeados por moretones morados y negros que
aparecieron después de una noche larga y difícil. —Aunque tal vez siga adelante y me
lo guarde para mí...—
Joe tenía una rutina muy está ndar por la mañ ana: despertarse, ponerse Cleanse,
buscar café y beberlo . Su cuerpo y su ropa estaban má s limpios que si hubiera pasado
quince minutos en la ducha y usado una lavadora moderna, y ahora estaba listo para
la segunda mitad del ritual matutino. Je. Nadie dijo nunca que sus chistes antes del
café fueran buenos , pero ese estuvo cerca.
Mientras caminaba hacia el comedor, Joe vigilaba a sus compañ eros del gremio. Una
buena parte de ellos parecía angustiada, pero un nú mero aú n mayor parecía
hipermaníaco y feliz con este resultado. Joe no estaba seguro de dó nde residía la
discrepancia; ¿Quizá s eran simplemente jugadores incondicionales que habían estado
persiguiendo esta fantasía desde el principio? ¿Dó nde estaba el café?
Joe se colocó al final de una larga fila y esperó , no muy pacientemente, su oportunidad
de probar la ambrosía antracita. Cuando finalmente llegó al frente, se dio cuenta de
por qué este proceso estaba tardando tanto hoy y maldijo a quien hubiera traído esta
tradició n a Eternium. —Gran café con leche con leche de nuez y caramelo, doble
batido y medio café con un trago extra—.
La gente se giraba y lo miraba fijamente mientras gritaba, pero a él no le importaba. —
¡No~o~o! ¿Por qué, monstruo? En primer lugar, ¿por qué tomarías un trago de
espresso y pondrías ese delicioso líquido en barro medio café? ¡Mover! ¡Tú ! ¡Café!
¡Negro! ¡Grande!—
El camarero... no, el barista le sonrió y le sirvió un largo chorro de café en una taza. —
¿Puedo darme un nombre para esto?—
—José.—
El tono plano de Joe no pasó desapercibido para Mike, quien señ aló el enorme edificio
de má rmol negro. —Sí. Sé que esto no es tan glorioso como algo así , pero es algo que
en realidad puede ser má s importante en el corto plazo. A nuestra gente le llevará una
semana construir una casa, dos para un edificio de apartamentos o un cuartel, pero
tú ... puedes hacerlo en menos de un día, me han dicho. Le proporcionaremos todo lo
que necesite, dentro de lo razonable, ¡y esta es una excelente manera de ganar puntos
de contribució n!
—Contribució n... puntos—. Joe no era tonto; simplemente le sorprendió el descarado
intento de conseguir que trabajara mucho en lo que era esencialmente crédito. Un 'te
lo debo' no sirvió de mucho cuando un lobo te desgarraba la garganta. Lo había
descubierto de primera mano.
—¡Bien! Tomamos el concepto de la guerra del Hombre Lobo—, informó Mike
jovialmente a Joe. —Cuando realizamos incursiones o limpiamos mazmorras, habrá
equipo y elementos que todos querrá n. Esos irá n al almacenamiento del gremio y la
gente podrá comprar ese tipo de cosas sólo con puntos de contribució n. Te juro que
será una moneda ú til—.
—Será .— Joe suspiró y bebió su café ahora frío de un largo trago. —Ah. Está bien.
Escucha, Mike, hay una razón por la que los edificios tardan mucho en construirse. Lo
que se está haciendo es que un grupo de personas comparta el costo de la energía y,
potencialmente, reducir los recursos necesarios para construir un edificio
correctamente. Si lo hiciera, podría obtener una acumulació n en diez minutos después
de que comenzara el proceso. Todavía hay un costo, tanto en maná como en recursos.
Es mucho má s barato simplemente construir el edificio—.
—¿De qué alto costo estamos hablando?— Antes de que Joe pudiera responder, Mike
levantó una mano y continuó : —¿Es el costo tan alto que valdría la pena que cien
personas, que acaban de perderlo todo, durmieran afuera? Mi trabajo es la moral.
¿Incluso ese café que te veía tan amargo hace un momento? El trato intencionalmente
insultante es algo familiar para mucha gente. ¿Las opciones que pueden elegir? Eso los
hace sentir menos impotentes en un lugar del que acaban de descubrir que no pueden
salir. Les digo que si eso ayuda a las personas que dependen de nosotros, felizmente
pagaré la cuenta—.
La opinió n de Joe sobre el hombre frente a él simplemente se disparó. —¿Exmilitar?
— —Teniente coronel, retirado—. Mike le mostró una verdadera sonrisa y se subió las
gafas a la nariz. —Pero nunca te jubilas realmente —.
—Eh.— Joe se frotó la nuca. —Es bueno ver que hay algunas personas en la alta
direcció n pensando en las personas de bajo nivel. Muy bien, señor, lo primero que voy
a necesitar es un plano de
cualquier edificio que quieras que se haga. Necesito que sea perfecto porque lo que
esté en ese plano es lo que se está construyendo—.
—Lo haré realidad y no me llames 'Señ or', esa vida se acabó —. Mike sonrió y volvió a
estrechar la mano de Joe.
—Sin embargo, nunca te jubilas , ¿verdad?— Joe le devolvió la sonrisa ante la
expresió n del rostro de Mike mientras repetía las palabras que Mike había usado. —
Ademá s, esto hace que sea muy fá cil para mí vengarme de ti por haber contaminado
mi café de la mañ ana—.
Mike lanzó un gruñ ido profundo y significativo que só lo las personas con experiencia
militar pueden emitir, y Joe se rió de él. —Muy bien, señ or, estaré ocupado en el
comedor durante las pró ximas dos horas. No dejes que la gente me interrumpa. Só lo
haz que dejen los planos frente a mí—.
—Mmm. Comedor, por cierto. Es una doble hilera de mesas de picnic y tú , muy bien, lo
sabes. Mike asintió con la cabeza y se alejó . Ahora que Joe sabía qué buscar, el porte
militar era evidente. Joe se dio vuelta y se acercó a las mesas de madera, habiendo
decidido trabajar en su cubo rompecabezas. Como Joe tenía tres de las cuatro
estadísticas del segundo nivel, tardó una hora y cuarenta y cinco minutos en aparecer
una notificació n. Aú n así, eso fue mejor que las siete horas que debería haber tomado.
¡Entrenamiento de puntos característicos completado! ¡+1 a inteligencia, sabiduría,
percepción y destreza! Estas estadísticas no se pueden aumentar más por ningún otro
medio que no sean las recompensas del sistema, el estudio o la práctica durante
veinticuatro horas de juego.
Joe parpadeó y descartó la pregunta que el cubo del rompecabezas le había planteado
hoy: '¿Por qué tenemos emociones?'. Allí había quedado atrapado en un extrañ o
círculo. ¿El cubo decía que tenía emociones? Supuso que estaba hablando de humanos,
pero esta cosa tenía algunas preguntas realmente no está ndar, por lo que no podía
descartar la posibilidad de que lo estuviera usando para justificar su existencia. Aun
así, la formació n había dado sus frutos.
Frente a Joe, en realidad metido debajo de su codo izquierdo, había una pequeñ a pila
de papeles. Planos. Excelente. Joe cogió el primero, le echó un vistazo y lo dejó a un
lado. Primero iba a construir algunos de los complejos de viviendas má s grandes,
como un cuartel o un apartamento, para maximizar la eficiencia de la vivienda. Las
casas pequeñ as y bien equipadas podían esperar.
Un tintero, una pluma, papel de pergamino de baja calidad y el libro de referencia
ritual de Joe aparecieron sobre la mesa frente a él. Joe sonrió mientras sacaba los
objetos directamente de su bragueta de sujeció n a su mano sin necesidad de realizar
una acció n aparentemente obscena. el ya tenia
la gente lo miraba de manera extrañ a con regularidad, no había necesidad de que
pensaran que guardaba un tintero y una pluma en su ropa interior.
—Paso uno, rodea una copia del plano má gico con el ritual Furia del Arquitecto—. Joe
colocó su pergamino de papel debajo de la impresió n azul después de poner una fina
capa de la sombra má s oscura que pudo hacer sobre las líneas de la plantilla ritual que
ya había elaborado. Luego usó la pluma para trazar há bilmente las líneas oscuras y
terminó en aproximadamente media hora. Dejó caer la pluma en el tintero y se recostó
para dejar secar el papel. —Uf, eso es mucho má s fá cil que hacer todo esto desde cero.
O espera, en realidad no estoy seguro. Al menos es má s fá cil que idear el diseñ o.
Aumento de habilidad: Dibujo (Principiante VI). Vete, sucio rastreador.
—Parece que incluso la habilidad de dibujar es tan exigente con el arte real como lo
son los artistas —. Joe resopló ante la notificació n y decidió que era hora de volver al
trabajo. —Este será un edificio de nivel uno, pero con este gran plano y si agrego un
segundo círculo de hechizos, debería poder lograr que sea al menos un edificio de
rango comú n—.
Después de elaborar el círculo de hechizos en una hoja de papel separada y validarlo
gracias a su bonificació n de Ocultista, comenzó el proceso de infundir maná al ritual y
vincular el plano. Esta siempre fue la parte má s delicada, pero tenía fe en su éxito a
pesar de que se trataba de un diagrama clasificado por estudiantes. Su copia del plano
apareció en el círculo ritual y pareció luchar por escapar. Cuando la tinta infundida
con maná se secó en el papel, todo se estremeció ligeramente una vez má s... pero se
estabilizó . ¡Uf!
Ya era la hora del almuerzo y Joe solo había podido crear un ú nico diagrama ritual
para crear un ú nico edificio. En realidad, ahora que lo pensaba, no era una cantidad
terrible de tiempo para hacer algo que se convirtiera en un elemento permanente. Se
golpeó a sí mismo en la cara cuando recordó que había una bonificació n a la velocidad
de creació n que podría haber obtenido de la sala de rituales del Saló n de los
Conquistadores, pero en lugar de caer en la desesperació n, suspiró y decidió que el
almuerzo debía llegar antes que su estado de á nimo. En realidad, su estado de á nimo
probablemente se veía afectado por el hambre y la sed.
—Limpiar.— Joe observó có mo su maná aparecía en sus dedos y se convertía en agua.
Esa agua encontró una vena en su brazo y se derramó , hidratá ndolo mejor de lo que
una vía intravenosa podría haber esperado. —La comida es la siguiente—.
Después de comer algo rá pido, Joe decidió hacer los cá lculos para el edificio antes de
buscar a Mike nuevamente. el estaba murmurando
en voz alta sin darse cuenta, —Reduciendo el costo en un cincuenta por ciento, otro
veintitrés por ciento de la habilidad má gica ritual… Co alescencia, entonces otro
veintiuno por ciento… parece que esto va a salir bien—. alrededor de setecientos
maná para la inversió n inicial, luego cincuenta maná por segundo durante unos
treinta segundos. Tengo... uf... nueve setenta y seis.
—Eso significa que necesitaré al menos otro mago conmigo en esto. Má s si quiero
mantener activa mi Armadura de Mago. Me pregunto si… je… veamos si tenemos un
Mike má gico—.
CAPÍTULO CUATRO
—¿Quieres que participe en la construcció n del edificio?— Mike ni siquiera levantó la
vista de los formularios que estaba firmando rá pidamente, revisando una enorme pila
de documentos en solo unos minutos. —¿Por qué?— —Mú ltiples razones, una de las
cuales es permitir que las personas vean a uno de sus mejores muchachos salir a
ayudarlos directamente. Es una victoria en materia de relaciones pú blicas, una
inyecció n de moral, ya sabes que lo sería—. Joe sonrió ganadoramente, pero Mike
simplemente hizo un gesto con la mano por el siguiente motivo. —Muy bien, la otra
razó n por la que quiero tanto esto es para que te des cuenta exactamente de lo que
sucede cuando saco magia de mi trasero y creo un edificio. Es realmente genial pero
muy agotador. No puedo hacerlo constantemente y quiero que veas por qué no hago
este tipo de cosas todo el tiempo. Ademá s, aquí hay una lista de componentes
adicionales que necesito ademá s de los materiales de construcció n. Ademá s, ¿cuá les
son los... puntos de contribución que obtendré por esto?
—Dos mil, la misma cantidad que se entregará a un grupo logístico que suministra
incursiones a mazmorras en un futuro pró ximo. Podemos negociar tarifas futuras
después de que se construya este primer edificio—. Mike tomó la lista, la examinó y
miró a Joe con las cejas arqueadas. —¿Por qué necesitas algunas de estas cosas?
¿Huellas de termitas... por ejemplo?
—Eso será suficiente por el momento. Ahora, los elementos impares de la lista.
Muchas razones, pero esa específicamente porque esta á rea tiene un gran problema
de termitas, y esto automá ticamente agregará protecciones contra la infestació n al
edificio. El resto es el coste de construir un cuartel de rango comú n en un día desde
cero. Ademá s, agregué espacio adicional a cada edificio para que puedan actualizarse
si alguna vez encontramos mejores diseñ os para ellos—.
Mike examinó la lista una vez má s, la firmó en una orden de requisició n y se la entregó
a uno de sus ayudantes. —¿Qué importancia tiene que participe?—
—Tú ú nete o yo no lo haré—. La sonrisa de Joe mostró los dientes.
Mike asintió lentamente y entrecerró los ojos un poco. —Veo. Hagá moslo realidad.
¿Dó nde deberíamos entregar todos estos... bienes?
Los detalles eran lo ú nico que se le ocurría hacer para entrenarse en este sentido.
Ademá s, solidificar las sombras requería que vertiera maná en la forma, y quería
poder hacerlo más rápido. En el transcurso de unas pocas horas, y gracias al impulso
de la proximidad al Saló n de los Conquistadores, ganó algunos niveles de habilidad.
Aumento de habilidad: Modelado sin esfuerzo (Oscuridad) (Aprendiz VII). ¡Abucheo! ¿Te
asuste?
Aumento de habilidad: Sombras solidificadas. (Aprendiz VII). Parecías asustada.
Aumento de habilidad: Limpieza (Aprendiz VII). Es extraño que hayas aumentado tres
habilidades y todas hayan adquirido el mismo rango y nivel. +1 Suerte.
—Está bien. Me lo llevo.— Al parecer, varias horas de hidratar a las personas a su
alrededor cuando lo solicitaron también habían valido la pena. Joe miró las
habilidades de las sombras casi con avidez. Eran las ú nicas habilidades legendarias y
míticas que tenía, y no podía esperar a ver qué tipo de bonificaciones obtendría de
ellas a medida que subieran de rango.
—Joe, ¿listo para terminar con esto de una vez?— Mike se acercó al trote, seguido de
algunos de sus ayudantes. —Vamos a alojar a algunas personas antes de que
oscurezca. Vaya, ¿qué pasó aquí?—
El suelo estaba destrozado por todas partes y algunos de los objetivos tenían
cicatrices brutales. Joe miró su obra e hizo una mueca; No había estado pensando en lo
que otros verían cuando vieran sus hechizos o en lo que pensarían cuando vieran el
paisaje destrozado.
—Extrañ as mucho, ¿no?— Mike comentó secamente mientras miraba a su alrededor.
É l sonrió y comenzó a alejarse, Joe lo siguió con una cara roja brillante. —Puedo ver
por qué querías practicar—.
—No, no me pierdo mucho. ¡Estaba probando nuevos efectos de hechizos! La actitud
defensiva de Joe hizo que el pequeñ o grupo se riera disimuladamente y él se dio
cuenta de que lo estaban provocando intencionalmente. —Ríete, grandulló n—.
Los labios de Mike se torcieron, pero Joe no pudo ver lo que sucedía. Cuando llegaron
a un terreno despejado, ya tenía su rostro bajo control una vez má s. —Aquí estamos.
Todo el material normal necesario para construir esta barra está aquí, y aquí está n los
artículos que usted... solicitó —.
—¡Excelente!— Joe agarró la bolsa, la miró e inspeccionó la calidad de cada uno de los
artículos que contenía. —Bien bien. Sí, deberíamos estar listos. Déjame colocar esto...
¿có mo quieres que se oriente el edificio?
—A lo largo, así—, habló uno de los ayudantes, haciendo un gesto con las manos, —
con las puertas colocadas aquí y aquí—.
—Bien.— Joe respiró hondo ante la orden que no concordaba con el plan que ya
habían acordado. Tomó otro, só lo para no decir nada de lo que pudiera arrepentirse.
—Oye, Mike, aquí hay un tema interesante. ¿Querías mover las puertas? ¿ Ser
diferente de lo que estaba en el plano?
—Fue má s bien una decisió n de ú ltimo momento—. El asistente agitó las manos con
ligereza. —No es tan importante... si no puedes hacerlo —.
—Bien, porque eso no está sucediendo—, respondió Joe sin rodeos, haciendo que el
asistente se sonrojara de ira. —Te lo dije, Mike, lo que está en el plano es lo que está
hecho. No hay modificaciones que pueda hacer ahora a menos que quieras esperar
hasta mañ ana. Necesitaría hacer este diagrama ritual desde cero, a partir de planos
correctos , y eso me llevó ... oh, ¿unas cinco horas hoy?
—Como él mencionó , no era tan importante—. Mike miró fijamente al ahora
debilitado asistente. —Francamente, no estoy seguro de por qué surgió —.
—Porque está s tratando de ponerme a prueba, Mike—. Joe suspiró y se hizo crujir el
cuello. —Estú pidos juegos de poder e intentos de meterse conmigo para ver hasta
dó nde pueden presionarme. Tarifa militar está ndar, y no me molesta mucho. Pero...
me molesta un poco. Añ ade un veinticinco por ciento a los puntos de contribució n que
acordamos o me quedo fuera. Juega juegos estú pidos, gana premios estú pidos—.
El grupo que lo rodeaba se quedó en silencio ante el desafío directo a Mike. El hombre
en cuestió n suspiró y asintió . —Haces un trato difícil, Joe—.
—Está bien, Mike. Podrías triplicar lo que gano. La moneda no tiene valor en este
momento—. Joe no rompió el contacto visual.
—También lo era Bitcoin hace una década—, refunfuñ ó Mike sin entusiasmo. —Lo
tienes, Joe. Culpa mía. Mira, es algo muy profundamente arraigado en mí—.
—Ya me harté del ejército, Mike. Por mucho que respeto a toda la gente que está ahí,
mi tiempo allí ya terminó y estoy muy contento con ese arreglo —. Joe miró a los
asistentes e hizo un gesto hacia los bordes de la propiedad. —¿Alguien puede agarrar
un palo y determinar dó nde debería estar el edificio? Tendremos que destruirlo a
mano si nos equivocamos, y no sé si habrá mucha gente dispuesta a hacerlo—.
Cuando se completaron todos los preparativos y se añ adió una gota de sangre de
ambos al cá liz plateado, Joe miró a Mike y sonrió sombríamente. —¿Listo? ¡Aquí
vamos!—
Con esas palabras, el Rituarquitecto vertió maná en el plano ritual que había creado y
un doble anillo holográ fico se expandió .
lejos de los hombres y eclipsó a todo el grupo. —¿In structuram, pul-chra placent?—
Los dos hombres que llevaban a cabo el ritual fueron levantados cuando madera,
clavos y tuberías comenzaron a volar hacia ellos y se armaron en forma de cuartel. El
ritual giró de lado, y al pasar sobre el á rea… actuó como una impresora que dejó -
edificios terminados. ¡Una enorme impresora tridimensional! Mike tuvo una hermosa
vista de todo el proceso y realmente parecía estar divirtiéndose. Luego Joe redujo su
maná al veinte por ciento y el sorteo pasó al líder del Vicegremio.
—Hijo de un...!— Mike exclamó en shock repentino. Joe se rió entre dientes; su cuerpo
estaba literalmente diseñ ado para moverse alrededor de flujos masivos de poder
como este, pero no necesitaba que otras personas lo supieran. Que piensen que se
enfermó de maná como ellos, y su trabajo sería aú n má s respetado. También menos
solicitado, si hacía participar a la persona que le molestaba.
El ritual agotó a Mike hasta diez maná antes de volver a Joe. El Rituarchitect había
podido regenerar doscientos ochenta maná en los catorce segundos intermedios. Eso,
junto con los casi doscientos maná que le quedaban de la primera ronda, le
permitieron otros diez segundos de entrada de maná antes de que volviera a Mike. El
hombre duró tres segundos, luego el drenaje volvió a Joe, pero afortunadamente, el
ritual solo duró un segundo má s antes de terminar. Luego, el diagrama estalló en
intensas llamas azules y desapareció .
Se sentaron en el suelo, ambos respirando grandes bocanadas de aire y contemplando
el brillante cielo. Al cabo de unos momentos pudieron sentarse y contemplar el
edificio que acababan de construir. Mike fue el primero en hablar: —Se ve excelente.
Aunque... puedo entender por qué pondrías un alto precio por tu trabajo.
—Haría que un carpintero lo revisara, pero debería ser perfectamente seguro que la
gente duerma allí esta noche—, informó Joe al líder del Vicegremio.
¡No se gana experiencia de clase para edificios de rango común o inferior!
—Buen espectaculo.— Mike miró el edificio una vez má s. Entrecerró los ojos y señ aló
hacia arriba. —¿No hay tejas en el techo?—
—Bueno, Mike—, Joe se levantó , se sacudió la Tú nica de Oscuridad Líquida y se
encogió de hombros, —no hay herpes zó ster en el plano—.
CAPÍTULO CINCO
—¡Estamos de vuelta, Joe!— Alexis corrió hacia Joe cuando éste salía del desayuno. El
mal humor de Joe por haber sido interrumpido a mitad de su entrenamiento diario de
puntuació n característica se desvaneció como la niebla en un día soleado.
—¡Alexis!— Joe abrió los brazos y su compañ ero de equipo le dio un abrazo. —Es muy
bueno verte. ¿Como estuvo tu viaje?—
—Bastante genial!— Alexis sonrió incluso cuando sus ojos se volvieron planos. —
Pudimos mejorar mucho nuestras habilidades, adquirir buena experiencia e incluso
evitar que se produjeran algunos crímenes de guerra—.
—Crímenes de guerra...?— Joe casi no quería saberlo. —¿Como en?—
—Los Hombres Lobo son lo suficientemente sensibles o está n lo suficientemente
cerca de eso como para que masacrar inocentes sea algo realmente malo—, le informó
en voz baja, incluso mientras lo arrastraba para ver a los demá s en el grupo. —Gracias
a que Bard mantuvo a la gente tranquila y a Poppy apuñ aló a algunas de las personas
má s crueles en la cara, detuvimos... muchas cosas que ni siquiera deberían haberse
considerado—.
—Eso es bueno. Estoy orgulloso de ustedes—, les dijo Joe a los tres cuando los otros
dos aparecieron a la vista. —Cuando saliste a terminar esa carrera, estaba realmente
preocupado de que hicieras algunas cosas de las que eventualmente podrías -
arrepentirte. Me alegro de que se demuestre que estoy equivocado—.
—¡Ah, no será una muchacha bonita la que nos mantenga a raya!— Bard llamó ,
haciendo que Alexis pusiera los ojos en blanco y se sonrojara simultá neamente. —Es
bueno verte, Joe—.
—¡Aú n mejor ser visto!— Joe sonrió al trío. —¡Hola, amapola!—
—¡Ah, nuestro intrépido líder!— Poppy se quitó su enorme sombrero de plumas y
dibujó un arco. —¡Có mo me alegra el corazó n estar en tu presencia una vez má s!—
—Bien.— Joe resopló y le dio una palmada en el hombro al hombre. —¡Todo lo que
necesitamos ahora es a Jaxon, y volveremos con todas nuestras fuerzas!—
—Me gustaría afirmar que estaremos con todas nuestras fuerzas cuando esté aquí—.
Poppy olisqueó el aire con altivez. —Yo también-—
Perventilando porque Joe lo interrumpió , con los puñ os apretados y pá lido mientras
continuaba gritá ndole a Jaxon: —Te dijimos lo que pasaría si regresas, y está s-—
Joe se acercó a Jaxon, todavía charlando alegremente para incitar al joven a hacer algo
estú pido. El joven líder parecía absolutamente sorprendido de que Joe lo hubiera
hecho y decidió hacerle el juego. —¿No está s en el gremio? ¡ Dije , apá rtate del camino!
—Bien, eso es suficiente. Soy Joe. ¿Quién eres?— Joe se volvió hacia el otro hombre y
sutilmente dibujó sombras en lugares estratégicos de su cuerpo. Esto, combinado con
la fuga de su maná , tuvo el efecto interesante de crear un aura de magia
aparentemente poderosa que sofocaba a quienes lo rodeaban, y agregar uno o tres
puntos de maná para solidificar ligeramente las sombras creó una presió n física real
que dificultaba la respiració n.
—Yo... yo soy-—
—En realidad no me importa. Dejarnos solos.— Joe se volvió hacia Jaxon, de repente
todo sonríe de nuevo. —Jaxon, ¿qué te pasó ? ¿Qué llevas puesto?—
—¡Oh, han sido unos días interesantes!— Jaxon dijo alegremente, dá ndole a Joe un
abrazo no deseado que dejó una fina película de sangre y sudor. El hombre calvo
sonrió débilmente, tratando de no tener arcadas mientras lanzaba Limpieza a Jaxon y
a él mismo. Un disco de agua subió y bajó por sus cuerpos, seguido por la mujer con
Jaxon como ocurrencia tardía. —Ah, me perdí tus trucos. ¡Oh! Antes de ir demasiado
lejos, necesito darle un capricho a mis manos. He estado demasiado ocupado los
ú ltimos días para hacerlo realmente—.
—¿Alimentar tus… manos?— Bard sonrió incó modo. —Siento que tienes una historia
interesante que contarte—.
—Un momento.— Jaxon ignoró a los demá s, incluido el grupo de hombres pomposos
que todavía estaban parados torpemente cerca de ellos. Una caja apareció en las
manos de Jaxon de la que sacó un ladrillo de… ¿carne? Con una extrañ a distorsió n, las
manos de Jaxon se convirtieron en cabezas de lagarto y comenzaron a desgarrar la
carne.
Todas las personas en el á rea gritaron, se estremecieron o dieron un paso atrá s con
dos notables excepciones. La mujer con Jaxon, que parecía acostumbrada a esto, y Joe,
que dio un paso má s cerca con el asombro llenando sus ojos. Cuando las manos
terminaron su merienda, Jaxon las sostuvo en alto para que pudieran rugir de alegría
hacia el cielo.
—Son esos...?—
—Manos con cabeza de T-Rex—, afirmó alegremente Jaxon, acercando a las ahora -
plá cidas criaturas a su cuerpo. —Son una habilidad llamada Armas Vivientes—.
—Manos de cabeza de T-Rex—. Los ojos de Joe ardían de emoció n, y cuando el otro
grupo aprovechó la oportunidad para escapar de la situació n, Joe no quería nada má s
que agarrar las bestias en miniatura y estudiarlas. —Nombre largo. Si siempre salen
juntos, ¿podríamos llamarlos de otra manera?
Jaxon sonrió felizmente. Ahora aquí estaba un hombre que apreciaba las cosas buenas
de la vida. —Claro, Joe. ¿Qué tenías en mente?—
—¿Qué tal 'Rexus'?—
—Interesante. Rexo—. Jaxon hizo rodar la palabra en su boca por un momento. —Rex,
como en King, que es de donde viene el T-rex en primer lugar. Sin embargo, Rexus en
su conjunto... eso significa —una naturaleza madura, dueñ a de sí misma y responsable
—. Absolutamente perfecto, Joe. Eso me describe perfectamente—.
—¡Me alegra oírlo, hombre!— Joe estudió atentamente las manos de la cabeza hasta
que volvieron a ser manos normales . —¡Oh, esa podría haber sido la habilidad má s
genial que he visto en todo el tiempo que he estado aquí! ¡Quiero un poco!—
—Podemos hablar de ello má s tarde. Estamos en un campo de maíz—, afirmó Jaxon
con una sonrisa cautelosa. Cuando no hubo reacció n, resopló y miró a su alrededor. —
¿Orejas por todas partes? Vamos, esa expresió n no puede ser tan anticuada—.
—Oh, sí se puede, Jaxon—. La mujer parada junto a Jaxon intervino con un suspiro. —
Hola a todos. Soy Jess ya que dudo mucho que Jaxon fuera a presentarme. Se olvidó de
que viajaba con él varias veces durante la ú ltima semana—.
—Te he extrañ ado, Jaxon—. Poppy soltó una risita y le tendió la mano a la dama. —
Encantado de conocerte, Jess. Soy Poppy, la líder de este equipo—.
Alexis golpeó su mano en el aire cuando Jess la extendió . —Ciertamente no lo es. Aquí
Joe es el líder del equipo. Soy Alexis, el segundo al mando—.
—¡Hola! ¡Siento que he oído lo suficiente sobre ti como para que podamos evitar toda
la incomodidad! Jess exclamó felizmente.
Su sonrisa se quebró cuando Jaxon habló : —¿De quién? No creo haberte hablado de
ello en absoluto.
El quiroprá ctico de poco carisma esperó impaciente una respuesta. —¿Fueron esos
asesinos PvP con los que solías juntarte? No parecen el tipo de personas que dan
informació n alegre muy a menudo—.
—Jaxon... Iba a hacer una broma donde dijera, 'en realidad no, Jaxon está loco y no
puede mantener una conversació n real', ¡pero eres el peor!— Jess se giró y trató de
apuñ alar a Jaxon con una daga extra brillante que había aparecido en su mano.
El hombre lo esquivó fá cilmente y sonrió . —¡Gracias, Jess! ¡Me preguntaba có mo
planeaste mantenerme listo para la batalla mientras está bamos en un á rea segura,
pero debería haber sabido que tenías algo planeado!
Joe los vio ir y venir unas cuantas veces má s, pero luego intervino. —Está bien, bueno,
vamos a atacar un á rea de bú squeda subterrá nea ahora mismo. ¿Está s interesado en
venir?
—Me encantaría, pero actualmente estoy hambriento y deshidratado. En realidad,
cerca de la muerte—, respondió Jaxon con total naturalidad. —Realmente podría ir
por un-—
Joe ya había colocado una vía intravenosa usando Cleanse y las líneas en la cara de
Jaxon comenzaron a aliviarse. Adivinando que Jess probablemente estaba en una
situació n similar, Joe también la hechizó . Ahora acostumbrada a las habilidades de Joe
gracias al 'encantado de conocerte, toma una ducha fría', esquivó el hechizo y cortó el
agua del aire, luego miró a Joe con ojos peligrosos. —Oh, caray, lo siento. Es un
beneficio que te hidrata. Soy un sanador. A veces olvido que no todos saben quién soy
—.
—Entendido—, Jess pronunció lentamente las palabras, luego observó a Jaxon por un
momento mientras má s y má s agua fluía hacia él. Cuando su rostro no dejó de ser
alegre y no atacó al sanador, ella asintió hacia Joe. —Muy bien, eso podría ser
realmente ú til si no te importa—.
—De nada.— El agua envolvió su brazo en un instante y comenzó a fluir por sus venas.
Se relajó cuando las sutiles desventajas comenzaron a desaparecer . —Vamos a
conseguirles algo de comida, y luego ¿te gustaría unirte a nosotros, Jaxon?—
—¡Pero por supuesto!— Jaxon sonrió y comenzó a caminar hacia el comedor . —
Ademá s, a Jess le gustaría unirse a nosotros como estratega. Arrastrarse por lugares
oscuros parece ser lo que le interesa—.
Jess tenía una expresió n de agravio en su rostro y se pasó las manos por el cabello
antes de soltar un suspiro. —Sí. Esa no fue la presentació n que esperaba, pero tendrá
que ser suficiente... Soy Jess. Soy un aspirante a estratega y director de logística de
equipos. Estoy aquí esperando un trabajo y una invitació n del gremio—.
—¿Pasaste la ú ltima semana con Jaxon?— Alexis entrecerró los ojos hacia la mujer. —
¿Cuá ntas veces intentaste matarlo?—
Jess parecía afligida. —Yo... siendo honesto... ¿alrededor de las seis?—
—¿Ni siquiera una vez al día?— Alexis aplaudió y sonrió . —¡Tiene muy buen
autocontrol, Joe! ¡Yo digo que la llevemos!
Joe miró a Jess bajo una nueva luz, algunos engranajes de su cerebro se estaban
adaptando. —Está bien, Jess. No tenemos una posició n en el equipo per se, pero creo
que podríamos encontrar un gran uso para tu talento. No sé qué clase tienes, pero si
quieres una diferente, una má s especializada para lo que realmente quieres hacer…
¿has oído hablar del Saló n de los Conquistadores?—
Jess miró hacia el edificio negro con forma de huevo al que Joe estaba señ alando. —
¿Para qué se usa eso?—
Joe simplemente le sonrió .
CAPÍTULO SEIS
Después de un viaje para deshacerse de las desventajas con las que los dos habían
regresado, Joe llevó a Jess a través del Saló n de los Conquistadores y le encontró una
clase má s adecuada a sus gustos. Los empleados del gremio que administraban el
lugar habían insistido en que pagaran la tarifa por el uso de los servicios del edificio
por parte de alguien que no era miembro del gremio, lo que había exasperado
muchísimo a Joe. ¡ É l era dueño de este lugar!
Se calmó cuando se dio cuenta de que estaban siendo má s que justos. Después de todo,
fue Joe quien trabajó con el gremio para encontrar un buen punto medio entre
propiedad y administració n. Jess entró en uno de los cubículos y salió unos minutos
má s tarde, con el rostro serio y contemplativo. El Saló n de los Conquistadores no te
daba una clase, solo te mostraba el camino por caminos que ya habían sido recorridos
por otra persona. Por la expresió n del rostro de Jess, el camino que había elegido
requería trabajo duro pero era manejable.
—Los prepararemos a todos con el gremio después de que hayamos podido trabajar
juntos por un tiempo. ¿Suena bien?— La pregunta de Joe fue principalmente retó rica,
ya que no tenía intenció n de traerla sin probar él mismo sus capacidades.
—Lo hace.— Jess suspiró y se pasó la mano por el cabello con un movimiento de
muñ eca. —No poder cerrar sesió n definitivamente ha cambiado mis razones para
hacer lo que hago, pero no cambia el hecho de que necesito querer hacer lo que hago.
¿Tiene sentido?—
—Si lo pienso un poco, sí. A primera vista, parece estar por todas partes—, respondió
Joe sin rodeos, obteniendo una sonrisa de ella.
—Oh, ¿has visto las noticias?— Jess encontró los ojos de Joe con una mirada oscura. —
Parece que no estamos aquí por un problema técnico ni nada por el estilo. Esta es una
nueva realidad, aparentemente. En algú n lugar de este lugar, el presidente Musk está
paseando y caminando entre nosotros. Lo mostré en televisió n en vivo—.
Los pasos de Joe vacilaron. —Entonces… ¿ahora tenemos pruebas de que los seres
aquí no son construcciones digitales? Son seguros... ¿reales?—
—¿Qué es real?— Jess le devolvió la pregunta con ligereza. —Creo que es mejor tratar
todo como si fuera un ser vivo real, si eso es lo que preguntas—.
Joe asintió mientras caminaban, sumidos en sus pensamientos. Encontraron al resto
del equipo esperá ndolos, Jess saludó con la mano y se dirigió a buscar un lugar para
dormir un poco. Sin necesidad de decírselo a los demá s, el grupo avanzó por el
camino. —Oye, ¿alguien quiere compartir la misió n conmigo?—
—¡Oh! ¡Yo también, gracias! Jaxon intervino.
Misión obtenida: Sensaciones saladas. El Gremio de Errantes ha estado inspeccionando
el área en un intento de encontrar recursos naturales para explotar. Una de estas
ubicaciones es una mina de sal que puede conectarse a una mina de mineral
previamente demolida. Busca en el área y derrota a las criaturas que habitan la mina de
sal. Objetivo adicional: encontrar una manera de acceder a la mina desde la mina de sal.
Recompensa: basada en el trabajo completado. Fracaso: esta misión fracasa si otro
grupo la abandona o la completa primero.
—¡Gracias!— Joe llamó a Poppy, quien se quitó el sombrero con una floritura e hizo
una reverencia. —¿Nos vamos? ¿ Alguien necesita algo antes de irnos?
—¿Planeas salir solo con lo que está s usando ahora?— Alexis miró críticamente lo que
Joe había equipado. Por supuesto, só lo podía ver su bata y su bastó n, pero eso
resaltaba un punto que Joe había estado evitando durante bastante tiempo. Estaba
muy mal equipado. De hecho, echó un vistazo a lo que llevaba puesto en su pantalla de
estado para ver los efectos del equipo que llevaba puesto.
Túnica de oscuridad líquida (raro). Usar esta túnica te hace parecer un poco mojado
pero aumenta el poder de la magia de afinidad oscura en un 10%.
Zapatos y calcetines. Reduce la penalización por caminar sobre objetos afilados y
también mantiene los pies secos hasta por tres horas con respecto al uso estándar.
Bastón Mystic Theurge (Ironwood) (Especial: Clase dual). Los Mystic Theurges no ponen
límites a sus habilidades mágicas y no encuentran paradojas irreconciliables en la
devoción tanto a lo arcano como a lo divino. Este bastón ayuda a unir su poder. Efecto:
Agrega entre 10 y 20 daños contundentes al golpear. -12%> tiempo de lanzamiento al
lanzar hechizos de clérigo o mago. Reduce a la mitad la penalización por usar
habilidades de clases cruzadas (mago o clérigo). Nota: Este es un objeto de dos manos y
solo se puede lanzar un hechizo a la vez usándolo.
Bragueta espacial (legendaria). Esta pieza funcional de armadura también tiene un
propósito mayor; es capaz de almacenar artículos por valor de treinta metros cúbicos.
Los bienes deben estar a menos de dos pulgadas de la armadura para ser
almacenado, pero se puede recuperar directamente en el cuerpo o en la mano siempre
que la bragueta esté en contacto con la piel. Añade 5 puntos a la clase de armadura
general y evita que los golpes dañen tus genitales por completo. Digamos que su basura
está almacenada de forma segura.
A Joe le encantaron las descripciones de sus artículos ú tiles, pero... sí. Tenía ranuras
para ropa interior, camisas, pantalones, cinturones, batas, zapatos y calcetines.
Ademá s de la ropa normal, podía tener una armadura y tenía docenas de posibilidades
para accesorios, incluso si no usaría algunos de ellos, como piercings en la nariz.
Cuando miró críticamente sus opciones actuales... estaba tremendamente mal vestido
y, francamente, un poco asqueroso. Se suponía que ir al comando no era una opció n
vá lida, pero había podido curar cualquier irritació n fá cilmente.
¡No! No podía pensar en la conveniencia de estar casi desnudo. Espera... lo habían
elevado mucho en el aire recientemente... ¡quítate el pensamiento, quítatelo! Tenía
que haber equipo que pudiera mejorar sus habilidades o protegerlo mejor de lo que
podía manejar actualmente. Joe puso una expresió n desagradable y murmuró : —Me
prepararé cuando regresemos, ¿de acuerdo?—
—Mmm.— Alexis entrecerró aú n má s los ojos y luego le sacó la lengua. —Bien, pero si
necesitas ayuda para comprar-—
—¡Podemos ir juntos!— Jaxon aplaudió con deleite, y Poppy cerró la boca de golpe
justo antes de ofrecerse a mostrarle a Joe la zona comercial de la ciudad. —¡Será
divertido! La orden de arresto acaba de expirar, ¡Para que podamos ir a pasar un buen
rato!
—Sí, puedes ir con Jaxon—. Alexis se rió sin corazó n. Hubo risas por todos lados,
excepto por un grito emocionado de Jaxon. Charlaron un rato mientras viajaban a
través de lo que quedaba del bosque y se sintieron bien y atrapados después de solo
cuarenta minutos de caminata hasta el lugar de la misió n.
—¿Soy solo yo o eso parece solo un agujero en el suelo?— Bard señ aló la entrada a la
mina de sal, que ciertamente era solo una fisura en un á rea que de otro modo sería
rocosa. —¡Siento que Poppy debería ir primero!—
—Espera, ¿qué, por qué?— Poppy se giró con la pregunta en los labios tan rá pido que
casi pierde su sombrero.
—Ya sabes, tienes pó quer—. Bard imitó apuñ alar directamente hacia adelante. —No
es necesario darle cuerda, ¿me entiendes?—
Poppy intentó discutir, pero las palabras no salían de su boca. —Bien, en realidad
tenías sentido. Un vagabundo perezoso. Sinvergü enza.—
Joe había estado a punto de ofrecerse a ir primero cuando recordó que en estos días
estaba mucho má s a la par con un mago está ndar. Con ese pensamiento en mente,
vertió novecientos puntos de maná en su Caparazó n Exquisito. Respirando
pesadamente, miró su barra de maná mientras se llenaba lentamente y se detenía en
las ocho ochenta y seis, noventa puntos reservados para el mantenimiento de su
protecció n. —Puaj. Hombre, eso duele el ego—.
El grupo caminó en fila india hacia la oscuridad, la ruta desgastada por el uso con el
tiempo, aunque las huellas que dejaron en el polvo mostraban que nadie había estado
aquí durante bastante tiempo. Poppy se aclaró la garganta y todo el grupo se puso en
alerta má xima. —Entonces, ¿có mo saben que esto era una mina de sal? Podría haber
sido cualquier cosa o nada—.
—El alcalde, Sir Bearington—, ofreció Joe con incertidumbre. —Ha estado aquí
durante mucho tiempo y creo que conocería muchos de los recursos de la zona incluso
si no hubiera podido producir suficiente mano de obra para acceder a ellos—.
—Me parece bien—, ofreció Alexis. Luego, el grupo se sumió en el silencio una vez
má s a medida que se adentraban lo suficientemente bajo tierra como para resultar
difícil de ver. Sacaron varias fuentes de luz, en su mayoría antorchas; aunque Poppy
activó un objeto parecido a una gema en su sombrero que creó un efecto de linterna
hacia donde apuntaba su sombrero.
—¡Mira eso, eres otra razó n por la que deberías estar al frente!— Bard exclamó con
orgullo, recibiendo a cambio una mirada sucia de Poppy, aunque el extravagante
Duelista no dijo nada en respuesta.
Caminaron unos minutos má s antes de que todo el grupo se estremeciera al mismo
tiempo, una señ al de que todos habían recibido un mensaje del sistema .
Has entrado en una mazmorra natural de nivel cinco, el lugar de descanso final de las
Leyendas de la Liga. Este es uno de los lugares más salados conocidos que se pueden
encontrar en los siete mundos. ¡Esté atento a los recursos naturales y a los protectores!
Esta mazmorra solo permanecerá hasta que se despeje, después de lo cual el área podrá
reclamarse para su incorporación a un gremio o empresa comercial.
—Interesante—, comentó Joe después de leer el mensaje completo. —Entonces este
lugar no debería ser tan desafiante para nosotros. ¡Oh, oye, tengo una barra de
progreso!
—¿Qué? ¿Qué dice?— Alexis se acercó como si ella misma fuera capaz de leer la
informació n.
—Ahora mismo só lo hay 'cero fuera del signo de interrogació n'—, respondió Joe
después de comprobarlo dos veces. —¿Supongo que se está activando mi título de
mazmorra?—
—¿Sin embargo, no das mucha informació n?— Alexis se alejó , siguiendo al resto del
grupo mientras continuaban. —Si no tiene sentido conservar el título, ¡al menos sabes
cuá l quitar cuando obtengas uno mejor!—
Joe frunció el ceñ o. Hasta el momento nunca había visto un título que tuviera tan poco
efecto y decidió vigilarlo. Mientras caminaban, obtuvo su respuesta. Apareció otra
barra de progreso que mostraba el título de —á rea explorada—. —¡Tengo uno nuevo!
Parece que ya hemos explorado el dos punto tres por ciento de este lugar—.
—¡Ahora estamos hablando!— Poppy volvió a llamar. —Todo parece un poco má s
fá cil cuando sabes con certeza cuá nto te queda por hacer—.
Luego apareció una tercera barra y Joe se quedó mirá ndola. No apareció ninguna
informació n y permaneció en su lugar cerca de la pared mientras caminaban. —Qué
extrañ o, apareció una nueva barra, pero creo que está conectada a la pared. ¿Vamos a
ver?—
Se acercaron, pero nada en la pared parecía explicar la barra adjunta. Joe tocó el lugar
y explotó en una lluvia de sal. —¡Ah!—
—¡Ree-je-je-je!— Una hoja salada rebotó en el Caparazó n Exquisito de Joe, quitá ndole
unas cuantas docenas de puntos de su durabilidad debido a lo que probablemente
había sido un golpe crítico. Había un monstruo frente a Joe, algo que parecía un
centauro con espadas donde deberían estar sus manos humanas. Tenía la parte
inferior del cuerpo de un caballo, el torso de un hombre, pero también la cabeza de un
caballo. Ademá s, hasta donde Joe pudo ver, estaba hecho enteramente de sal.
Una flecha se estrelló contra el pecho de la criatura, abriendo un enorme agujero a
través de la bestia. No pareció importarle y volvió a golpear a Joe justo cuando Jaxon
atacó y destruyó la mitad superior de su cuerpo. Jaxon miró su puñ o con expresió n
gruñ ona y luego lo agitó para quitar la sal acumulada. —Pequeñ as cosas
desagradables. ¿Un NaClydesdale significa algo para ustedes? Só lo valen diez
experiencias, para que lo sepas—.
—Apuesto a que cualquier herida que te hagan está cubierta de sal—, comentó Alexis
, recibiendo un asentimiento de Jaxon mientras le estrechaba la mano. —Parece
doloroso. Joe, ¿quieres quitarle eso?
—Cosa segura.— ¡Joe ni siquiera había pensado en eso! É sta era só lo una razó n má s
por la que quería darle a Alexis las riendas del liderazgo. Tendría que estar a solas con
ella y hablar de ello. Una limpieza rá pida eliminó
de la sal, y Jaxon instantá neamente pareció aliviado. —Parece que lo que estaba
viendo en la pared era la barra de salud de esa cosa—.
Alexis le dio a Joe un gesto de aprobació n. —No vi nada, así que creo que encontramos
la utilidad de ese pequeñ o título. ¡Parece que eres el explorador!
CAPÍTULO SIETE
*Pshhh*
El sonido de una enorme criatura convirtiéndose en un montó n de sal era má s
divertido de escuchar de lo que Joe jamá s admitiría ante la població n en general.
Todavía les diría que era divertido, pero quería mantener este nivel de disfrute
limitado a él y a las personas que lo sabían. Miró a su alrededor con una amplia
sonrisa en su rostro, solo encontrando una expresió n coincidente en el rostro de
Jaxon. Chocaron los cinco y metieron la pila de sal recién formada en una bolsa.
—Prá ctico, eso—. Bard asintió hacia el recurso que estaban recolectando. —¡Piensa
en cuá ntas personas má s serían mineros si esa fuera la norma para recolectar bienes!

—¡En serio!— Poppy asintió fá cilmente. —¿Si tuviera que luchar contra un artilugio
de metal y se desmoronara en barras de mineral? ¡Lo haría seguro! ¿Capacidad de
lucha y ganancias casi garantizadas?
Jaxon se lamió los dedos con una sonrisa. —¡Mortal y delicioso! ¡ Excelente -
combinació n de cuaresma!—
—Como 'Lexis aquí—. Bard provocó una risa entre el grupo mientras acercaba al
Artífice Aromá tico para darle un beso. Cuando escuchó sus palabras, Alexis le dio un
puñ etazo en el brazo con tanta fuerza que se frotó el lugar incluso mientras se reía.
Joe sintió que le caía un poco de sal y gritó incluso cuando empezaba a moverse: —
¡Desde arriba!—
Una columna de sal se estrelló contra el lugar donde el grupo había estado unos
momentos antes, bañ á ndolos en partículas afiladas a pesar de que habían evitado el
objeto principal. El grupo se puso de pie, mirando molesto el gran cilindro. Joe
comenzó a acercarse, cuando sus ojos se abrieron y cayó hacia atrá s. —Tiene una
barra de salud—
Los demá s se alejaron má s mientras los bordes del pilar caían a los lados como una
cá scara de plá tano desechada. Golpearon el suelo con tanta fuerza que cayeron en
pedazos, y un enorme minotauro hecho enteramente de sal dio un paso fuera del
objeto en el que había estado.
sepultado en su interior. Les bramó ; un grito seco y cargado de partículas. La sal
afilada rebotó en el escudo de Joe, eliminando cuatro puntos de durabilidad.
Poppy fue la primera en reaccionar, su estoque giró hacia afuera y abrió un agujero
perfectamente redondo pero pequeño en el costado de la criatura. —¡Bardo, creo que
este tipo está diseñ ado para que lo golpees!—
El hombre que empuñ aba el hacha avanzó pisando fuerte y giró horizontalmente hacia
el minotauro incluso cuando éste le lanzaba un puñ o a Poppy. El hacha golpeó y marcó
una línea profunda, incluso rompiendo el brazo en varios lugares. Una flecha alcanzó
una de las fisuras, rompiendo el brazo por completo y provocando que el minotauro
tropezara. Jaxon aprovechó esa oportunidad para golpear con un puñ o la rodilla del
monstruo desequilibrado, tirá ndolo al suelo. Cuando aterrizó , grietas recorrieron toda
la criatura salada, y un golpe de seguimiento hizo que todo se rompiera en sal gruesa.
—¿Por qué fue tan fá cil?— Joe se preguntó en voz alta mientras se acercaba para
ayudar con la recolecció n de sal. —Parecía que debería haber sido uno de los
monstruos má s fuertes de toda la cueva—.
—Mira tus registros de combate, Joe—, gritó Poppy. —Bastante obvio cuando lo miras
objetivamente—.
Joe abrió la pantalla y echó un vistazo.
Exp: 18 (Saltatauro xl)
—Oh, ¿eso só lo valía dieciocho experiencias?— Joe hizo una pausa por un momento y
volvió a pensar en eso. —Si esta es una mazmorra de nivel cinco, eso significa que
realmente estamos sobrenivelados, ¿entonces? Siento que en realidad es una generosa
cantidad de experiencia—.
—Apuesto a que es porque son criaturas de emboscada—, ofreció Poppy antes de que
alguien má s pudiera reaccionar. —Dado que deberían ser má s difíciles de detectar,
ademá s de causar heridas demasiado dolorosas, apuesto a que la recompensa de la
experiencia es equilibrada. Estamos diez niveles só lidos por encima de ellos, ¿verdad?
Joe se encogió de hombros con impotencia. —Eso debe ser todo. Ademá s, hemos
explorado ... el veintitrés por ciento de este lugar. Si podemos limpiarlo, digo que lo
reclamemos y consigamos que el gremio lo administre por nosotros—.
—¡Funciona para mi!— Jaxon tocó el cuerpo caído antes de negar con la cabeza. —No
hay huesos en estas bestias. Ah, bueno, supongo que habría sido demasiado pedir—.
El grupo continuó abriéndose camino a través de la mazmorra, y pronto se encontró
con pequeñ os grupos de criaturas con las que habían luchado hasta ese momento.
Hubo un momento angustioso en aproximadamente la marca explorada del setenta y
cinco por ciento donde cayeron siete pilares de sal y liberaron una pequeñ a manada
de Saltataurs, pero habiendo encontrado
Lanzó un hechizo de reparació n a Poppy, el agua conectó y arregló la nariz rota y los
pó mulos fracturados. Aú n así, el luchador no se movió y Joe se dio cuenta de que debía
haber una desventaja de dañ o interno.
El otro jefe, Terry, saltó en el aire y de alguna manera se transformó en un murciélago
gigante que se abalanzó sobre Jaxon. Si Joe no había estado convencido antes de que el
hombre era un vampiro, ahora lo estaba. Jaxon se agachó y desvió el ataque, enviando
su codo a lo que normalmente era un grupo de nervios. El golpe causó dañ o, pero
como el Jefe era completamente sal, no había nervios para apuntar adecuadamente.
Bard volvió a balancear sus hachas, pero Aus aplaudió y atrapó una de ellas entre sus
palmas mientras la otra marcaba una línea profunda en su brazo. Bard tropezó , su
impulso perdió fuerza por la maniobra inesperada. Aus aprovechó la oportunidad
para darle un revés al Skald, enviá ndolo a volar con heridas en la cara y el cuello que
hicieron que caer en un molinillo pareciera agradable. El enorme hombre de sal era
esencialmente un enorme bloque de papel de lija, capaz de convertir golpes casuales
en profundas hendiduras.
Joe envió un globo de agua a Bard, canalizando maná en el hechizo para que
permaneciera conectado. Esto creó un hermoso flujo laminar entre ellos, que fue
interrumpido por Terry volando hacia Alexis a través del obstá culo inesperado y
gritando. Una notificació n roja apareció en la visió n de Joe, mostrando que era lo
suficientemente importante como para pasar por su configuració n de notificaciones.
¡Crítico crítico! ¡Terry recibe 4 veces más daño! (2x por agua, 2x por atributo sagrado)
Daño infligido: ¡620!
—¡Santos humos!— Joe susurró mientras Terry intentaba levantarse. El monstruo Jefe
estaba luchando poderosamente, pero su cuerpo se estaba derritiendo. Alexis apuntó
con su ballesta y lanzó una flecha que le alcanzó la cabeza. El vampiro salado cayó en
un charco de sustancia viscosa, derrotado en un instante.
—¡No! ¡Terry! Aus se giró y atacó a Alexis, pero Joe ya entendió su papel en esta obra,
apuntó al hombre de sal gigante y le echó agua. En lugar de curar al gigante, el agua
hizo que comenzara a derretirse, ralentizá ndolo considerablemente. No recibió cuatro
veces má s dañ o, pero trescientos diez dañ os por agua por segundo fueron suficientes
para derribarlo después de só lo unos momentos.
Exp: 110 (Aus Salt y Bat Terry). ¡Has derrotado a dos jefes de área de una sola vez! ¡Qué
pena que los hayas superado tanto, de lo contrario habrías obtenido una gran
recompensa! ¡Aún así, luchaste contra heridas dolorosas! Constitución +1.
Misión completada: Sensaciones saladas. ¡Las minas de Legends of League se han abierto
para que las capture un gremio o una empresa comercial! Calculando recompensa...
100% aprobado por grupo. El nivel del área se superó ampliamente. Recompensa: Caja
de artículos de clase común. Exp ganada: 200.
¡Nada mal! En total, Joe había adquirido quinientas treinta y tres experiencias durante
su estancia en las minas. Se abstuvo de profundizar demasiado en su hoja de
estadísticas, sabiendo que su equipo necesitaba su ayuda. En primer lugar, se acercó a
Poppy y le lanzó una Limpieza, concentrá ndose en su cabeza. Joe hizo una mueca
cuando su maná comenzó a caer en picado, cada vez má s preocupado. Nunca había
visto una desventaja tan grave, donde se necesitaron casi setecientos maná para
curarla.
Dolencia de estado curada; Daño cerebral, sangrado cerebral.
Habilidad aumentada: Reparar (Estudiante III). ¡Encontrar nuevas formas de utilizar la
rama principal de la curación da como resultado grandes recompensas!
Habilidad aumentada: Limpieza (Aprendiz IX). ¡Eres casi genial en esto! ¡Avanza!
Guau. Eso lo explicaba; Parecía que Poppy estaba casi en camino de reaparecer. Vaya.
Su habilidad de reparació n probablemente se había agregado al intento de curar el
dañ o, pero como todavía se consideraba una dolencia de estado, había podido reparar
el dañ o incluso sin el conocimiento adecuado de có mo hacerlo. Afortunado.
Poppy se puso de pie de un salto y miró a su alrededor, y una vez má s, Joe recordó que
esto era un juego, sin importar cuá nto fuera su realidad. —Uf, me penalizaron muy
fuerte allí por ni siquiera intentar bloquear. ¡No puedo creer que me haya atacado así!
Un crítico perfecto, y simplemente me quedé allí y lo acepté en la cara—.
—Fraseo—, murmuró Alexis, haciendo reír a Bard. Joe hizo una mueca; La risa tonta
de Skald no estaba en consonancia con su imagen mental del tipo escocés rudo. —No
te preocupes, papá , los tenemos—.
—Tuviste dañ o cerebral, para que lo sepas—, mencionó Joe casualmente . —¿Todo
bien ahí arriba ahora?—
Poppy hizo una pausa y miró su hoja de estado. —Sí... todo listo—.
—Bien.— Joe comprobó sus estados y miró la mina de sal ahora vacía. —¿Entonces
regresamos al gremio?—
No está n consiguiendo muchos interesados, ¿verdad? Muy bien, vayamos a ver a Aten.
Esto debería ser un viaje. Hola, equipo? Si intenta culparnos para que trabajemos
gratis o a un costo reducido, ¿con qué respondemos?
Alexis respondió después de un largo momento de incó modo silencio: —Creo que la
respuesta que está s buscando es 'no'. ¿Está s intentando que cantemos o algo así?
—Olvídalo. ¿Por qué todo el mundo está tan en contra del canto? Joe puso los ojos en
blanco y continuó saltando al paso. Cuando se acercaron al nuevo edificio del gremio,
Joe sonrió al ver a un equipo de personas en el techo agregando tejas a la estructura.
—Debería haberlos incluido en el plano. Je—.
Caminaron hacia una gran sala de la que la gente entraba y salía a toda velocidad.
Entraron con papeles, salieron con papeles y todos tenían una expresió n acosada en el
rostro. Joe estuvo a punto de ser pisoteado dos veces, y só lo una intervenció n
oportuna de Poppy evitó que lo derribaran. Cuando finalmente cruzaron la puerta,
todos se sintieron fuera de lugar en el caos organizado del espacio de trabajo. Mike, el
Vice Líder del Gremio, estaba de pie y orquestando el movimiento a través del á rea.
Esto era muy diferente de una oficina típica o convencional, principalmente debido a
que las cosas debían ser copias físicas con una firma personal.
Cuando Aten vio a Joe, pidió el cese de actividades y al instante comenzó a formarse
una fila en la puerta. Aten les hizo un gesto para que avanzaran de inmediato, casi con
pá nico en su rostro. —¡Conversació n lo má s breve posible! Problemas enormes y
desafortunados. Ardania se está viendo inundada por nuevas personas que se unen al
mundo, y ya está n empezando a haber problemas masivos con cualquier pedido de
suministros. Gracias a sus consejos sobre el tema, comenzamos a comprar todos los
recursos raros que pensá bamos que necesitaríamos, pero lamento decir que ese
economista abisal convenció a nuestros compradores para que escatimaran, sin
pensar realmente que habría problemas de suministro para mucho tiempo.—
—¿Ahora nos faltan muchos suministros bá sicos?— Joe adivinó y recibió un
asentimiento como respuesta. —¿Qué estamos viendo aquí? ¿Comida, material de
construcció n?
—Sí—, fue la ú nica respuesta. —Tenemos todo tipo de chatarra rara que la gente
necesitará para equipo avanzado, pero no hay suficientes elementos básicos ni siquiera
para sustentar a nuestra propia gente durante dos semanas sin racionamiento. Por
eso quería ofrecer una bú squeda a nuestros mayores solucionadores de problemas—.
Aten hizo un gesto y apareció una notificació n frente a Joe y todo su equipo.
Gremio. Misión ofrecida: ¡Alimenta a la gente! Con la afluencia masiva de viajeros y aún
más en camino, no hay suficiente para todos. Encontrar una manera de sostener una
población de al menos 10.000 personas y ponerla en práctica. Recompensa: puntos de
contribución del gremio. ¿Aceptar? Sí No
—No.— Joe rechazó el mensaje y sacudió la cabeza. —De ninguna manera voy a llevar
a cinco personas a un viaje a quién sabe dó nde buscando… ¿qué? ¿Rutas de comercio?
¿Elementos? Ni siquiera hay un set... ¿qué estaría buscando? ¿ Y puntos de
contribución como recompensa? Entonces, ¿encontrar una manera de alimentar a diez
mil personas a cambio de algo sin valor? ¿O cuantificació n? ¿Por qué no encontramos
una manera de llegar a la siguiente á rea?
—La siguiente zona todavía está cerrada y sé de buena tinta que seremos demasiado
débiles para ese lugar—. Las palabras de Aten trajeron a la mente de Joe la visió n de
un Goblin atacá ndolo con un garrote. —Francamente, Joe, necesitamos implementar
esto y todos los demá s todavía está n buscando có mo lidiar con sus propios problemas.
Necesitamos recursos sostenibles. No todo el mundo acepta estar atrapado aquí tan
bien como tú . ¿De verdad quieres que todo nuestro gremio muera de hambre una y
otra vez? Cada uno es necesario para sus propias tareas y creo que esto es algo para lo
que está s capacitado—.
Joe ya estaba negando con la cabeza. —No. Estoy diciendo tonterías sobre esto.
También tengo una clá usula en nuestro contrato que me permite negarme a hacer algo
que creo que es injusto, y tú lo sabes. Es por eso que tenemos este viaje de culpa. Haz
que valga la pena, Aten. Danos detalles, un objetivo específico y la moneda que
importa. De lo contrario, simplemente seguiremos haciendo lo nuestro y moviéndolo.
Por cierto, cogí una mina de sal. Uno de esos centros de recursos sostenibles que el
gremio necesita, y estaremos encantados de entregá rselo al gremio para recibir una
parte de las ganancias—.
Ató n entrecerró los ojos. —Duplicaré los puntos de contribució n para esta misió n y
puedo darte el dos por ciento de lo que obtengamos de la mina de sal. Necesitamos
suministrar a toda la gente para el trabajo y aú n así necesitamos obtener ganancias—.
—Sí, a la mina de sal, todavía no a la misió n—, respondió Joe al instante. —¿Duplicar
los puntos? Multiplicar dos por cero sigue siendo cero. Ni siquiera enumera cuá ntos
puntos se ofrecen, só lo 'puntos de contribució n'—.
Aten puso los ojos en blanco y parecía estar escribiendo en el aire. —Allá . Diez mil
puntos de contribució n para la misió n—.
—Entonces, ¿ veinte mil cuando se duplica la moneda ficticia?— Joe preguntó
inocentemente.
También. Prepá ranos para el viaje, Aten. Joe suspiró y se acercó a darle un abrazo a su
mamá . —Danos equipo para dos semanas. No puedo imaginar que este sea un viaje
rá pido—.
—Trato.— Aten asintió con la cabeza y la notificació n apareció nuevamente en la
visió n de Joe. Esta vez, la misió n fue aceptada.
CAPÍTULO NUEVE
—Está bien, chicos—. Joe y su equipo estaban sentados alrededor de una pequeñ a
mesa en la cafetería, planificando sus objetivos para la nueva misió n. —¿Qué
necesitamos hacer para que esto suceda?—
Jess levantó la mano y Joe la señ aló . —Por favor, no hagas eso. Só lo habla cuando
tengas algo que decir. La secundaria ha terminado—.
—Entendido.— Jess cogió un trozo de tiza de la mesa y empezó a dibujar en la
madera. —Aquí hay má s cosas que considerar que simplemente cultivar o importar
alimentos. Está la logística para traerlo aquí, tener gente que trabaje con él y lugares
para almacenarlo si no se usa de inmediato. Esto es lo que creo que necesitamos, sin
ningú n orden en particular. En primer lugar, creo que es importante que nosotros
mismos produzcamos los alimentos. Si eso significa cultivarlo, está bien. Si eso
significa objetos má gicos, lo que sea, siempre y cuando sean capaces de hacerlo
realidad a largo plazo—.
—Teniendo esto en cuenta, necesitamos construir edificios para almacenar alimentos
antes de producir grandes cantidades. Podemos empezar con un poco de producció n
para no pasar hambre, pero esto es algo a tener en cuenta. La comida se pudre
rá pidamente y, como esto es un juego, espero que haya otras cuestiones a tener en
cuenta—. Jess estaba haciendo una lista larga y todo el grupo estaba embelesado. —
Almacenes, sí. El almacenamiento en frío significa un buen aislamiento del edificio, lo
que significa que se utilizan materiales de alta calidad en la construcció n. ¿Alguien
sabe cuá ndo llegará el invierno aquí? ¿Hay invierno?
—Uh... lo investigaré—. Poppy se levantó y se alejó a paso rá pido.
—Bien.— Jess volvió a mirar la lista con el ceñ o fruncido. —Carreteras. Necesitamos
buenas carreteras entre nuestros edificios si queremos poder transportar cosas.
Muros, para mantener alejados a los ladrones y proteger a nuestros trabajadores.
¡Trabajadores! Eso significa un lugar para que duerman. Entonces, un apartamento
como mínimo. Alguna forma de entretenimiento para que no tengan que ir demasiado
lejos y...
Aten apretó los dientes y gruñ ó : —Supongo que eso es lo que sucederá , sí—.
—Entonces todavía no, a menos que tengas algo que demuestre cuá nto valen los
puntos. Cosas que podría comprar con ellos—, exigió Joe en nombre de su grupo.
—¿Está s seguro de que quieres jugar de esta manera, Joe?— Ató n entrecerró los ojos.
—Te diré una cosa, Ató n—. Joe extendió las manos a los costados. —Te daré veinte
mil 'puntos Joe' si me construyes una mansió n y la llenas de hermosas obras de arte—.
Aten ladeó la cabeza y parpadeó . —¿Cuá l es la proporció n entre los puntos de Joe y los
puntos de contribució n?—
—La misma proporció n que los duendes y la caca de unicornio—, respondió Joe
serenamente. —Si quieres que se haga un trabajo, debes ofrecer algo real a cambio.
Todos tenemos nuestro propio juego al que queremos jugar, Aten. Muéstrame cuá nto
valen estos puntos y hablaremos—.
—Muy bien, Joe. Supongo que es hora de traer las armas pesadas—. Aten hizo un
movimiento y una pequeñ a secció n de la habitació n quedó al descubierto. Joe
palideció y se giró hacia el líder del gremio.
—¿Trajiste a mi madre aquí?—
—¡José!— Su madre se levantó y sacudió la cabeza. —Pensé que te crié mejor que
esto. ¡Tienes la oportunidad de evitar que mucha gente muera de hambre y deberías
aprovechar la oportunidad incluso si no obtienes nada que valga la pena del gremio!
—¡Mamá ! Pensé que estaba... Joe intentó defenderse, pero una mano en el aire le hizo
dejar de hablar de inmediato.
—Déjame terminar.— Su madre dirigió su mirada hacia Aten. —¿En realidad? ¿Me
usaste de visita contra mi hijo? ¿ Está s intentando abrir una brecha entre nosotros?
¿Hacer que me evite? No lo toleraré. Joe, como tu madre, quiero que encuentres una
manera de alimentar a la gente. Como mujer de negocios, asegú rese de que la
recompensa que obtenga al regresar valga la pena , o de lo contrario, asegú rese de
conservar los medios de producció n y vender los alimentos a un precio razonable.
Equipa tú mismo la operació n y habla conmigo si necesitas un lugar para vender en el
Reino. En aproximadamente una semana me haré cargo de Odds and Ends y siempre
podrá s vender a través de mí.
Aten parecía ofendido y se frotó los ojos cansados. Luego miró a Joe a los ojos y dijo:
—Treinta mil puntos de contribució n—.
—Treinta mil al finalizar, y quince mil puntos pase lo que pase. Juro que pondremos
mucho esfuerzo en esto y necesitamos ser compensados por esa cantidad de tiempo
pase lo que pase.
—El invierno existe, y creo que falta aproximadamente un mes para llegar al final—.
Poppy volvió a aparecer con la informació n, haciendo que Bard saltara y maldijera
suavemente ante el susto.
—Bien, perfecto—. Jess respiró hondo y miró a Joe directamente a los ojos. —En ese
caso, en mi opinió n profesional, creo que es necesario encontrar una manera de hacer
un invernadero—.
—Invernadero—, repitió Joe como un loro. Estaba en shock por tener un plan
completo presentado así. —Yo… guau. Iba a emprender la bú squeda de una
cornucopia má gica o algo así—.
Jess negó con la cabeza. —Es mucho má s probable que esto exista—.
—Me parece bien.— Joe miró a su alrededor. —¿Todos a favor de ir a buscar planos
para un invernadero?—
—Hagá moslo—, dijo Alexis al grupo. Todos los demá s asintieron, así que Joe también
lo hizo.
—Está bien.— Miró a Jess. —Realmente has demostrado tu valía. También te daré una
tarea mientras no estamos, ¿de acuerdo? Demuestre que podemos confiar en usted
cuando no estemos cerca y nos aseguraremos de que valga la pena. ¿Todo esto?—
Joe señ aló los grá ficos y la lista que ella todavía estaba haciendo. —Consigue todo el
material que necesitas para estos. Voy a darte una ficha para que reclames tierras para
mí también. Encuentre lo que crea que será un buen lugar y comience a contratar
gente. Coloca los cimientos. Haga caminos hacia donde estarán los edificios . No te
preocupes por construir. Simplemente prepara todo lo demá s—.
Jess vaciló y luego asintió . —¿También deberíamos calcular mi salario...?—
—Encuentre lo que es justo, agregue el veinte por ciento y há galo realidad—. Joe le
sonrió . —Te daré acceso a una cuenta. Asegú rese de conservar los recibos. Dudo
mucho que hayamos terminado de pagar impuestos só lo porque estamos en un
mundo nuevo. Lo ú nico que cambió fue quién los recoge—.
—También te permite ver lo que compro—, añ adió dulcemente Jess.
—Sí—, asintió Joe sin rodeos.
—Considérelo hecho, jefe—. Jess Mock saludó y miró a su alrededor. —No olvides
prepararte—.
—Sabía que me estaba olvidando de algo—. Joe sopló una frambuesa y se levantó . —
Muy bien, chicos, voy a ir a la ciudad para hacer compras. ¿Alguien quiere que lo
lleven?
—Hagá moslo—, estuvo de acuerdo Jaxon ganadoramente. Joe se rió nerviosamente.
Todos, excepto Jess, decidieron acompañ arlos, y el equipo entró al templo y se
teletransportó a la plaza principal de Ardania.
impedirle mantener el edificio fuerte. Supongo que es una razó n suficiente para
venderte. Ven aquí, encontraremos algo que te convenga —.
—Hola mamá . Gracias por la ayuda allí—. Joe solo obtuvo una serena sonrisa como
respuesta, por lo que supo que ella estaba de acuerdo con la anciana por alguna razó n.
—¿Que eres después?— —preguntó la anciana. —¿Qué crees que necesitas?—
—Necesito la mayor cantidad de maná y regeneració n de maná posible—, respondió
Joe al instante. —Utilizo muchísimo , y luego incluso má s maná —.
—Veo.— Se alejó y regresó unos minutos má s tarde con un conjunto completo de
lujoso equipo morado. —Aquí está mi oferta. Tengo un conjunto de tú nicas que
aumentará n la regeneració n de maná en un uno por ciento, camisa, pantalones, ropa
interior y calcetines que hacen lo mismo. Juntos, esto se convierte en un conjunto de
equipo llamado —El guardarropa del hombre sabio—. Cuando se usa todo junto,
otorga una bonificació n de regeneració n de maná del quince por ciento, es
autolimpiante y realiza una autorreparació n menor. Ademá s, nota futura: todos los
calcetines son artículos fijos. Estos simplemente funcionan con el resto de este equipo
—.
—Entiendo.— Joe miró el equipo y notó que solo estaba clasificado como raro. —¿Es
esto lo mejor que puedo conseguir o es su mayor recomendació n para mí?—
—Recomendació n. Ambos—, llegó la fría respuesta. —No agrega ninguna armadura,
pero puede cuidarse solo hasta cierto punto, y creo que eso será má s importante para
cualquier equipo que compres en el futuro—.
—Veo.— Joe asintió y cogió el equipo, pagando un precio de mil doscientos de oro (o
doce platino) que casi le provocó ná useas, y eso fue después del descuento. Los
intentos de regatear se toparon con una mirada pétrea y no tuvo má s remedio que
aceptar el precio que se podía ver en los grandes edificios en venta en la ciudad. —
¿Hay… algo má s que recomendarías? ¿O tienes alguno de estos artículos?
É l le presentó una lista y ella negó con la cabeza. —Todo eso vendría del Gremio de
Arquitectos. Planos o papel plano, al menos. De lo contrario, siempre puedes aprender
a hacer el tuyo propio o comprarlo en Mage's College. Las tintas y demá s se pueden
comprar al Alquimista o, nuevamente, hacerlas usted mismo. Materia prima del
alquimista también—.
Joe pensó en el espeluznante alquimista, Jake, e hizo una mueca. Preferiría no tener
que entrar allí, pero si esa fuera la mejor opció n a seguir ... Joe asintió , equipó su
equipo y salió de la tienda.
Ya listo para las pruebas que se avecinaban, Joe vio que le quedaban unas horas hasta
la hora asignada para la reunió n. Entonces, naturalmente, se acercó a la biblioteca y
comenzó a investigar menciones sobre invernaderos u otros estilos de cultivar
fá cilmente grandes cantidades de alimentos en el menor tiempo posible.
CAPITULO DIEZ
—¿Me está s diciendo que no hay madera, clavos, nada que pueda comprar al por
mayor?— Joe estaba en el Gremio de Arquitectos, haciendo todo lo posible para
conseguir un trato mientras pudiera. Había encontrado una buena pista en la
biblioteca, por lo que necesitaba ocuparse de algunos otros asuntos si era posible. —
¿Qué pasa si pago una prima? ¿Diez por ciento sobre el precio de venta?
—Se lo digo, señ or Joe—. La mujer con la que estaba hablando negaba rotundamente
con la cabeza y se mantenía firme. —Estamos comprados para los pró ximos dos
meses como mínimo. Respetamos nuestros acuerdos aquí. Cuando decimos que usted
es el siguiente en la fila, lo es y, bueno, francamente, no es el primero en intentar
llevarse bien con nosotros. Si quieres madera, tendrá s que esperar o conseguir que la
gente corte á rboles y te haga tablas—.
Joe pensó en eso por un momento y asintió con la cabeza en señ al de comprensió n. —
Veo. Bueno, no puedo decir que no me guste tu honestidad y el hecho de que cumplas
tus tratos. En realidad, me hace querer trabajar contigo aú n má s. Lo cual es frustrante
porque no puedo por ahora. Esto es un enigma—.
La dama pareció relajarse un poco y asintió . —Gracias por entender. No todos han
sido así... de todos modos, ¿hay algo má s en lo que pueda ayudarte?
—Sí, bueno, mientras estoy aquí, ¿puedo echar un vistazo a los planos que tienes
disponibles para la venta?— Joe preguntó esperanzado.
—Eso es un no, lo siento—, le negó ella al instante. —Los planos son esencialmente las
técnicas secretas de nuestro gremio. Los magos tienen sus libros de hechizos, los
alquimistas tienen recetas de pociones, nosotros tenemos nuestros planos. Ahora,
puedes vendernos planos, pero nosotros no podemos venderte ninguno—.
—Ya veo ya veo.— Joe supo en ese mismo momento que nunca vendería nada a esta
organizació n. Puede parecer mezquino, pero cuando un grupo se negó a compartir el
conocimiento que atesoraban só lo para poder obligar a la gente a trabajar con ellos o
para ellos... Joe nunca quiso dejarse absorber por ellos. Ese era su verdadero problema
con los gremios, sindicatos,
o colegios; un monopolio, cualquiera que fuera su nombre, seguía siendo perjudicial
para el progreso general del mundo. ¿Ahora la gente ni siquiera podría construir
nuevas casas sin pasar por este grupo y estuvieron ocupados durante los siguientes
meses? Despreciable.
Bueno, él tenía su propio método para crear planos y levantar edificios, pero aú n
necesitaba suministros y una forma de conseguir papel para planos. —¿Estaría su
grupo dispuesto a vender planos en blanco para que yo pueda intentar crear planos
viables?—
—¡Oh por supuesto!— El vendedor le dedicó una sonrisa encantadora y
prá cticamente pudo sentir su sabiduría tratando de luchar contra su obviamente alto
carisma. —¡Cada papel cuesta dos de oro, pero eso no será un problema para un
aventurero de tu calidad!—
—O podríamos llegar a un acuerdo en el que no me estafen—. Joe se rió entre dientes
ante el puchero que apareció en su rostro. —¿Qué tal si me dejas echar un vistazo a los
perió dicos primero?—
Salió de la habitació n y regresó poco después con una pila de papeles de medio metro
de altura. El papel era de color azul claro y ella le hizo un gesto para que le echara un
vistazo. —Para que lo sepas, cualquier dañ o significa que lo has comprado—.
—Comprendido.— Joe comenzó a revisar la pila con cuidado, separando el papel y
agregando un poco a una pila a un lado después de mirarlo, palparlo y agitarlo
suavemente en el aire.
Después de revisar toda la pila, buscó el papel que había dejado a un lado e hizo tres
montones. Su habilidad Spellbinder lo molestaba, razó n por la cual se estaba tomando
su tiempo para mirar realmente el papel. Necesitaba papel que pudiera contener la
magia que le aplicaría, y no hubo muchos que lograran hacerlo. Cuando hubo revisado
todo, guardó el papel que no cumplía con el está ndar que sentía que necesitaba. —Les
daré un oro a cada...—
—¡Sobresalto!— Ella jadeó y se tapó la boca con ambas manos.
—...o puedo preguntarle a uno de los otros vendedores si podrían hacer un mejor
trato—, terminó Joe su frase.
—¡Y qué buen negocio es!— Ella le estrechó la mano y miró el papel que había dejado
a un lado. —Entonces será n quince de oro. ¿Puedo conseguirte algo má s?
—¿Está en su lista de espera para recibir suministros?— Joe añ adió un oro extra a la
pila que estaba contando, y cuando vio que ella alzó una ceja, explicó : —Eso es para
incluirme de inmediato si hay una cancelació n.
No saltar a la línea actual. Aquí está n los datos de contacto de mi asistente—.
—Veo.— Ella asintió . Joe añ adió el papel a su anillo de almacenamiento y se
separaron.
Joe todavía tenía media hora hasta que necesitaba encontrarse con los demá s en la
plaza del pueblo, así que fue a un restaurante y pidió un café. Desde aquí tenía una
buena vista de la plaza y se sorprendió al ver que el lugar estaba lleno. Por todo el
engranaje inicial, se dio cuenta de que esto tenía que ser parte de la afluencia de
nuevas personas que se unían al mundo. Joe se había tomado unos minutos para ver el
discurso del presidente, pero, francamente, todavía estaba sorprendido de que tanta
gente se lo tomara en serio, a pesar de que se trataba de una situació n grave. La
mayoría de los canales de noticias habían estado gritando —engañ o—.
—Un problema para el futuro Joe—, dijo en voz alta, sacudiendo la cabeza y sacando
un plano. El papel era de la calidad má s baja que pudo encontrar y que aú n sería ú til.
Iba a intentar ver si su corazonada sobre la creació n de un modelo má gico era
correcta. Tan suavemente como pudo, comenzó a inundar el papel con maná . Sintió
que se tensaba y presionaba contra su poder y vio aparecer algunas notificaciones en
su vista cuando el papel estalló en llamas y le quemó las manos y la cara.
Intentando crear un plano mágico... recopilando datos de todas las habilidades
relevantes. Spellbinder aumenta la resistencia del papel en un 63%. La creación de
material mágico permite un aumento del 9% en la densidad de matriz de maná . El
intento de hacer un plano mágico en blanco... ¡falló!
¡Exquisito Shell absorbe 129 de maná y daño de fuego! ¡Tu Exquisita Concha ha sido
destruida! ¡Has recibido 24 daños mágicos por fuego!
Aumento de habilidad: Creación de material mágico (Aprendiz 0). ¡Felicidades !
Aumento de habilidad: Caparazón exquisito (novato V). ¡Explota de nuevo! ¡Por razones!
¡Excelente manera de mejorar esta habilidad!
Has curado 24 daños. Salud actual: 230/230
Joe sacudió la cara para quitarse el agua residual y trató de calmarse. Sabía que
debería haber renovado su caparazó n después de recibir una bofetada, pero no había
pensado que importaría tanto en la ciudad. Ignorando todas las miradas extrañ as que
recibía de las personas que lo rodeaban almorzando, liberó su maná y formó un nuevo
caparazó n a su alrededor. A Joe no le gustó el mensaje sarcá stico, pero había un
indicio de buen consejo allí. ¡También podría usar sus fracasos para crecer!
Tomó un sorbo de su café ahora tibio y esperó a que se regenerara su maná . Cuando
estuvo lleno, sacó otro papel y se concentró en él, ignorando a la gente que se alejaba
de él en las mesas cercanas. Joe mantuvo un control cuidadoso de su maná , aplicando
suavemente una capa de poderosa energía al papel e intentando que se hundiera en el
plano. Sintió algo en su mente *clic*, y cortó el flujo de poder.
Intentando crear un plano mágico... recopilando datos de todas las habilidades
relevantes. Spellbinder aumenta la resistencia del papel en un 63%. La creación de
material mágico permite un aumento del 10% en la densidad de matriz de maná .
Intenta hacer un plano mágico en blanco... ¡Éxito!
Objeto obtenido: Plano mágico en blanco (poco común). ¡Has convertido lo mundano en
místico al infundir maná a este plano aparentemente ordinario! Como modelo de calidad
—poco común—, puede almacenar la información de un edificio con calidad poco
común o inferior.
—¡Lindo!— Joe sonrió y llevó el papel a su regazo, donde desapareció en su bragueta.
Solía guardar las cosas raras e importantes allí, ya que era má s probable que alguien
pudiera robar su anillo que su bragueta. Ademá s, si le robaran el anillo, pensarían que
se quedaron con todos sus objetos de valor. Un papel nuevo apareció en sus manos y
empezó de nuevo. *Boom* Joe tosió una nube de humo, mirando sus manos que
deberían haber estado carbonizadas. Su caparazó n había recibido todo el dañ o, pero
todavía le quedaba al menos la mitad. Había iniciado el proceso demasiado
entusiasmado y el resultado hablaba por sí solo.
Joe lo intentó de nuevo y, una vez má s, su caparazó n sufrió dañ os. Cuando apareció
otro papel en su mano, el camarero se acercó y le dijo en términos muy claros que se
fuera. Joe miró la hora, se dio cuenta de que ya casi llegaba tarde y accedió a ir. Como
ya había pagado, simplemente se dio vuelta y saltó del balcó n. Joe aterrizó
perfectamente en el cuadrado de abajo... luego cayó al suelo. Su resistencia le había
fallado ya que necesitaba hacer tantos ajustes mientras caía para no aplastar a alguien.
Ups. Se había olvidado de los recién llegados.
Se puso de pie y se sacudió el trasero, luego comenzó a caminar hacia el lugar
acordado para encontrarse con sus amigos. Joe descubrió que moverse entre la
multitud era difícil y muy pocos de los novatos parecían saber lo que estaban haciendo
o adó nde ir. También era ruidoso, y una gran cantidad de personas pedían ayuda o
direcciones mientras la gente del Reino intentaba dirigirlos. También hubo menos de-
gente escrupulosa reclutando para gremios, y Joe se aseguró de recordar el nombre de
su gremio para má s tarde, por si acaso.
—¡Ahi esta! ¡José! ¡Yoo-hoo! ¡Sigue el sonido de los gritos! La voz de Jaxon llamó a la
multitud, pero Joe no pudo ver desde dó nde. Luego escuchó el trompeteo de un T-rex,
seguido rá pidamente por gritos de miedo de personas que tenían manos con cabeza
de T-rex mordiéndoles. —¡Hola Joe! ¡Me alegra que nos hayas encontrado! ¡Bonito
equipo nuevo!
—Hola, Jaxon.— Joe se esforzó por no reírse, pero ver a su amigo sonriéndole -
mientras las cabezas de los T-rex golpeaban el aire fue demasiado para él.
CAPÍTULO ONCE
—Ahora me pregunto de dó nde sacó nuestro gremio ese plano de construcció n que
me hicieron usar para construir ese edificio—, murmuró Joe para sí mismo. —Bleh, di
eso diez veces má s rá pido. Ya estaba en un plano má gico, y siento que eso no es algo
que acaban de encontrar. Mmm. ¿Tenemos un arquitecto deshonesto?
—¡José!— Poppy chasqueó los dedos delante de Joe e hizo que el hombre saltara. Esto
resultó en una voltereta hacia atrá s y un aterrizaje elegante, pero aun así no fue
bienvenido. —¿Qué querías mostrarnos antes de salir de la ciudad? Tener a toda esta
gente a mi alrededor todo el tiempo no es có modo. Siento que tiene que haber al
menos unas pocas docenas de personas aquí que está n mejorando sus habilidades de
ladró n, y quiero irme antes de que practiquen conmigo—.
—¡Bien, lo siento! ¡Ya casi llegamos, lo prometo! Joe sonrió y aceleró , descubriendo
que la multitud disminuía a medida que se acercaban a las á reas de guardia. ¿Quizá s
Poppy tenía razó n con los ladrones...? Joe caminó hacia el á rea del Capitá n y llamó a la
puerta. Pasó un largo rato, pero entonces la puerta se abrió de golpe y asomó una cara
de sorpresa.
—¿José? ¿Qué es? ¿Está todo bien?— El Capitá n estaba preocupado al ver un grupo
esperá ndolo.
—¡Nada nuevo, papá !— Joe respondió con los brazos abiertos. —¡Solo quería jugar a
la pelota contigo, recibir unos abrazos y hablar sobre cuá ndo será la boda!—
El capitá n Blas palideció y empezó a buscar una salida o un arma para defenderse del
loco de su casa. Joe se rió entre dientes y dejó caer los brazos. —Es una broma. Quería
pedir permiso para escanear un cuartel. Tengo un nuevo hechizo que me permitirá
hacer una copia del plano de un edificio, y necesitamos con urgencia á reas para
dormir en el gremio—.
El Capitá n dejó caer los brazos y exhaló un suspiro de alivio. —No veo que eso sea un
problema, pero vendré solo para adelantarme a cualquier problema. ¿Este es un
proceso seguro?
—Bastante seguro—, prometió Joe, recibiendo una mirada a cambio.
—Mmm.— Alexis siguió caminando, pero Joe no podía decir si ella estaba aprobando o
molestada por su vida y sus elecciones de armadura.
Se teletransportaron de regreso al á rea demolida que ahora pertenecía al gremio y se
separaron para ocuparse de sus cosas personales antes de partir. Joe fue a buscar a
Aten, con la esperanza de conseguir algunos buenos puntos antes de preguntarle las
siguientes cosas que iba a necesitar en su viaje . Después de esperar un rato en la fila,
llegó al á rea principal donde tanto Aten como Mike estaban desplomados sobre sus
escritorios. Ambos intentaban concentrarse en lo que estaba pasando; Ambos
intentaban leer lo siguiente que había que firmar. Joe sintió lá stima por ellos en ese
momento, pero reforzó su forma de pensar mientras endurecía su corazó n. Había una
razón por la que no había querido iniciar su propio gremio.
Joe golpeó el escritorio con la mano y ambos hombres se sobresaltaron hacia atrá s. —
¡Hola, chicos! Escucha, si tienes los recursos para ello, puedo reunirme con tu gente y
montar un cuartel poco comú n ahora. Voy a necesitar mucha ayuda, pero podemos
conseguir que unos cientos de personas duerman en un refugio esta noche si
trabajamos rá pido—.
—¿Dormir?— Mike gritó adormilado.
—Mike, él es... Joe—. Aten sacudió la cabeza y se rió . —Eso no es una cama—.
—Vaya, ustedes necesitan dormir—. Joe puso a los hombres en pie y los llevó hacia el
intendente. —Aquí hay una lista. Necesitas llevar todos estos recursos a donde quieras
que vaya esta monstruosidad. Salta, la gente quiere entrar—.
Aten hizo señ as al intendente, quien asintió y consiguió que algunos equipos de
personas se encargaran de los suministros. Grandes cantidades de fuerza o acceso a
dispositivos de almacenamiento espacial hicieron que los componentes necesarios
funcionaran rá pidamente, y el hombre sacó un nú cleo de una pequeñ a bó veda y se lo
entregó a Joe con el ceñ o fruncido. É sa fue la verdadera desventaja de este proceso. Se
necesitaba un Nú cleo para crear el plano; Se necesitó un nú cleo para construir el
edificio.
El costo de estos dos artículos era casi equivalente a erigir un par de edificios,
especialmente los Comunes. Al menos, dos Nú cleos era el costo si alguien más usaba el
ritual, por lo que Joe simplemente se quedó con lo que quedó después de usar un
Nú cleo en sus rituales como pago parcial por los servicios prestados. Aú n así, en
términos de conveniencia, el uso de tantos Nú cleos costosos era el mejor intercambio
posible que se podía realizar. ¡Borrar! ¡Vaya! ¡Aparece un edificio!
Joe siguió a los demá s hasta el lugar donde se construirían los cuarteles, y un
urbanista ya había delimitado un á rea. Había muchas tiendas de campañ a
que habían estado en el á rea, pero como era só lo el final de la tarde, estaban en gran
parte desocupados. Joe miró a la multitud reunida y tuvo una idea. —¡Necesito
voluntarios para ayudar con un hechizo! ¡Diez minutos de trabajo y obtendrá s un
lugar en el edificio que se construirá aquí!
Hubo suficientes interesados como para que Joe se sintiera entusiasmado con sus
posibilidades de conservar algo de maná . Veintinueve personas en total
permanecieron donde Joe les había indicado, y mientras buscaba a otros a su
alrededor, vio a Bard y Alexis riéndose de las personas que habían dado un paso al
frente. Con suerte, nadie se daría cuenta de ellos antes de que fuera demasiado tarde.
—¡Aquí vamos!—
Joe extendió el ritual que se había inscrito en el plano, alimentá ndolo con maná y
sintiendo que el Nú cleo en su mano comenzaba a drenarse. Dado que los rituales le
cuestan un sesenta y siete por ciento menos, gracias a su habilidad de magia ritual,
¡só lo perdió alrededor de un tercio del Nú cleo y podría construir dos edificios má s si
fuera necesario! ¡Divertido! El grupo de casi treinta se elevó en el aire sobre bandas de
poder. Las pilas de material de construcció n debajo de ellos comenzaron a flotar junto
a ellos, y luego pequeñ os rayos de poder comenzaron a gotear del ritual y sobre el
material como lluvia cayendo sobre ruinas.
La madera, la piedra y los metales comenzaron a ordenarse, pareciendo a todo el
mundo como un edificio explotado en cá mara lenta y al revés. El edificio se —cayó —
hacia arriba; primero se construyó el techo y luego el interior, de arriba hacia abajo.
Joe se rió cuando vio que eso sucedía; le recordó viejos chistes de ingeniería. Cuando
los cimientos del edificio se asentaron en su lugar, el grupo llegó al suelo con un
remolino de aire que arrojó el polvo y la suciedad circundantes al aire.
¡Ritual Blueprint pierde 1 punto de durabilidad! Usos restantes: 2/3.
¡Experiencia de clase +100!
¿Qué? ¿Significaba eso que podría reutilizar este mismo diagrama ritual dos veces
má s? ¡Sí, parecía que podía! ¿Fue eso porque creó el ritual usando un ritual? Cuando
alteró un plano directamente, agregando un ritual a su alrededor, el ritual fue de un
solo uso. Pero... mmm. Entonces podría simplemente escanearlo, ¿verdad? ¿Usar un
nuevo edificio para hacer tres má s? No es un mal negocio.
Joe empezó a felicitar a los demá s, pero luego se dio cuenta de que la mayoría estaban
inconscientes. Luego se dio cuenta de que la mayoría de ellos eran clases de
luchadores y acababa de desbloquearles la magia a la fuerza. Ups. Joe se acercó a Aten
y le dio una palmada en el costado. —¡Oye, Aten, ya está todo hecho, amigo! Escucha,
hay algunas cosas que voy a necesitar para mi viaje y esperaba que pudieras
ayudarme. Aquí tienes una lista—.
Los dos comenzaron a caminar de regreso a la oficina de Aten, pero Joe se detuvo y le
sonrió alegremente a Mike. —¡Ey! ¡Miguel!—
—¿Sí, Joe?— Mike apartó la mirada del inmaculado edificio nuevo y miró al
Rituarchitect.
Joe señ aló hacia el techo del edificio. —Este tiene culebrilla—.
CAPÍTULO DOCE
—¡Todos!— La voz retumbó en el á rea y Joe la reconoció como la voz —seria— de
Aten. —Necesito que todos escuchen atentamente. Si puedes abrir tu navegador ahora
mismo, necesito que lo hagas. Está s en una zona segura, por lo que deberías poder
hacerlo. Mira las noticias. Pronto celebraremos una reunió n para discutir nuestro
pró ximo curso de acció n—.
Joe se sentó y siguió las instrucciones, abriendo el primer canal de noticias que pudo
encontrar y presionando reproducir en la transmisió n actual. Palideció al reconocer a
San Francisco, específicamente cuando vio que la ciudad estaba siendo atacada e
incendiada. Cosas salían del océano y Joe hizo una mueca de dolor al ver un enorme
tentá culo surgir del mar y rodear el puente Golden Gate. En unos momentos, el puente
fue arrastrado con un chirrido de metal desgarrado.
El presentador de noticias, pá lido y desaliñ ado, volvió a mirar y sostuvo un perió dico
con manos temblorosas. —Ataques como este está n ocurriendo en todo el mundo,
siendo las zonas costeras las que sufren el mayor dañ o inicial. El ejército... no está
tomando medidas, ya que ellos y sus familias aparentemente han desaparecido de la
misma manera que el presidente Musk. Los funcionarios del gobierno simplemente...
¡se han ido! Policía, médicos... no viene nadie. No hay nadie ahí fuera para ayudar o dar
instrucciones, y... yo también me iré, en cuanto termine aquí. Los informes está n
llegando ahora—.
Bebió un trago de un vaso que estaba sobre el escritorio junto a él, y el color sugería
que no era agua. —Estos… monstruos no se mueven tan rá pido, y se recomienda que te
muevas hacia el interior lo má s rá pido posible, corriendo siempre que se presente la
opció n. Tal como dijo Musk, incluso con el ritmo lento, a este ritmo, dentro de un mes
habrá monstruos por todas partes . ¡Personalmente, te recomiendo que tomes este
Núcleo, te lo golpees en la cabeza y huyas a un lugar seguro!
El presentador desapareció tan pronto como siguió sus propias instrucciones y la
transmisió n se cortó con un mensaje de —Dificultades técnicas— . Joe se quedó
mirando la pantalla, mortificado por lo que había visto. ¿Cuá nta gente pensaría que
esto seguía siendo un engañ o? Ignoraría el
advertencias? Probablemente demasiados . Aú n así… ¿cuá l era la població n de
Ardania? ¿Unos pocos millones? ¿Qué pasaría si incluso el diez por ciento de las
personas entraran al juego? La població n saltaría a casi mil millones de personas, y
todas comenzarían su viaje en Ardania. Saltó de la cama y comenzó a correr hacia la
reunió n del gremio, sabiendo que necesitaría escuchar lo que se decía.
Joe no tuvo que esperar mucho después de su llegada. Aten salió con Mike y algunos
otros oficiales y comenzó a gritar por encima del ruido para llamar su atenció n: —
¡Escuchen! ¡ Esto cambia muy poco para nosotros! Necesitamos continuar fortificando
nuestra ubicació n, asegurar recursos y prepararnos para defendernos de los
asaltantes. Seamos realistas, gente. Estamos en una posició n envidiable en este
momento y habrá gente hambrienta en un futuro no muy lejano. Haremos todo lo que
podamos para ayudar a la mayor cantidad de personas posible, pero todos sabemos
que eso no será suficiente para algunos de ellos. Habrá gente que querrá quitarte lo
que tienes, por la fuerza . Esté preparado, cumpla con su deber. ¿Quién viene por los
Wanderers?
—¡El má s fuerte! ¡El mejor! ¡Matamos a todos los demá s! La multitud le respondió ,
algunos con má s entusiasmo que otros. Era fá cil estar muy motivado cuando solo
hacías esto por diversió n, menos cuando era tu vida y podías ver có mo tu civilizació n
era destruida.
—Como nota al margen, vamos a suspender todas las invitaciones o solicitudes de
unió n al gremio—. Las palabras de Aten fueron recibidas con silencio. —Necesitamos
tener mucho cuidado con quiénes asumimos de ahora en adelante, para asegurarnos
de que tenemos la infraestructura para respaldarlos. Buena suerte con todo lo que
está is haciendo, gente—.
—Je. El punto es que no nos invadirían ni los má s fuertes ni los mejores, por lo que ese
canto estaba realmente fuera de lugar. ¿Quizá s debería hablar con él sobre cambiar el
nombre del Gremio? Joe miró la hora y decidió que no valía la pena el esfuerzo de
discutir un punto de semá ntica o intentar volver a la cama.
En lugar de eso, caminó hasta la cafetería y agregó su nombre a la creciente lista de
personas que solicitaban la bebida aromá tica, luego tomó asiento y sacó su cubo de
rompecabezas. También podría dar un salto en el día. Joe decidió por dó nde quería
empezar, esperó su café , luego lo bebió y se puso a resolver dudas. La gente a su
alrededor iba y venía, pero él no se daba cuenta, demasiado cautivado por el cubo que
tenía delante. Una hora y cuarenta y cinco minutos después, el sol estaba en el cielo y
había terminado el día.
¡Entrenamiento de puntos característicos completado! ¡+1 a inteligencia, sabiduría,
percepción y destreza! Estas estadísticas no se pueden aumentar más por ningún otro
medio que no sean las recompensas del sistema, el estudio o la práctica durante
veinticuatro horas de juego.
Nombre: Clase de Joe 'La leyenda elegida de Tatum'; Mago (Actual: Rituarquitecto)
Profesión: Académico titular (Actual: Arcanólogo) Nivel de personaje: 15 Exp.: 125.993
Exp. al siguiente nivel: 10.007 Rituarchitect Nivel: 2 Exp.: 2.290 Exp. al siguiente nivel:
710 Puntos de vida: 230/230
Maná: 963/963
Regeneración de maná: 23,65/seg (Base 20,57/seg aumentada por equipo) Resistencia:
200
Característica: Puntuación bruta (Modificador)
Fuerza: 22 (1.22) Destreza: 33 (1.33) Constitución: 28 (1.28) Inteligencia: 74 (2.24)
Sabiduría: 68 (2.18) Carisma: 26 (1.26) Percepción: 53 (2.03) Suerte: 30 (1.30) Suerte
Kármica : +3
Joe respiró hondo y dejó escapar un suspiro de satisfacció n. Eso fue bueno. —¡Aquí
voy!—
Se levantó y se sacudió su nueva tú nica, luego sacó su bastó n Mystic Theurge de su
anillo y lo usó como bastó n mientras caminaba para encontrar a su grupo.
Necesitaban moverse, ¡la luz del día ardía! Los encontró en los lugares habituales,
entrenando, haciendo artesanías y, en el caso de Jaxon, en un pequeñ o puesto que
ofrecía beneficios a los transeú ntes. Joe sacudió la cabeza ante el letrero pintado a
mano, que mostraba a personas con caras tristes entrando y saliendo con una sonrisa.
Todos se unieron y Joe expuso su plan.
—Esto es lo que encontré, muchachos. No es mucho, pero nos dará un punto de
partida—. Joe sacó el ú nico mapa que había podido comprar, un dibujo incompleto
que estaba bastante seguro era de este continente. —Llevar
una mirada a esto. Aquí estamos, a unas treinta millas al norte de Ardania. Aquí está
Ardania. Aquí está el borde del continente. Si continuamos hacia el norte durante unos
cien kiló metros, llegaremos al extremo norte. Si vamos al sur de Ardania, nos quedan
unas doscientas millas hasta el borde.
—Ahora, a medida que te acercas a los bordes, los monstruos se vuelven má s fuertes
—. Joe movió la mano de un lado a otro. —Al menos eso es lo que piensa el tipo que
me vendió esto. El punto es que encontré una menció n de que solía haber personas
que podían alentar el crecimiento de las plantas en cualquier estació n. Podrían haber
sido druidas o similares, pero segú n el libro, creo que eran elfos. Sabemos con certeza
que ya no hay Elfos en este continente, pero si hubiera un lugar con un invernadero o
tecnología similar, creo que ese es el lugar para buscar, justo... aquí. Al sur y al oeste de
Ardania por unas ciento treinta millas. ¡Será divertido!—
—Una pregunta—, ofreció Alexis tan pronto como terminó de hablar.
—Disparar.—
—¿Cuá ndo hiciste esta investigació n? ¿Ayer?— Ella lo miró fijamente y Joe empezó a
sudar. —No compraste simplemente el primer equipo que encontraste y luego te
fuiste a la biblioteca, ¿verdad? Eso sería... irresponsable.—
—Conseguí el mejor equipo que pude de la fuente má s confiable que conozco—. Joe
tosió en su mano y miró a todos menos a Alexis. —¿Alguna otra pregunta?—
—¿Eres Joe, el Elegido de Tatum?— le preguntó una nueva voz. Joe comenzó a girarse
para responder a la persona que preguntaba y sintió un impacto en su Concha
Exquisita. —Concha Divina, ¿eh?—
Joe lanzó un grito inarticulado que alertó a su equipo, y el hombre que acababa de
intentar asesinarlo lo miró con ceñ o. —Oh, creo que no. ¡Te desafío a un Duelo de
Elegidos!
Duelo de la instancia Elegida iniciado! ¿Has sido desafiado por los elegidos de??? ¡No
hay manera de rechazar este duelo, y ninguna fuente externa puede ayudar u
obstaculizar a ninguno de los dos! ¡Buena suerte y lucha bien por tu deidad! Éxito:
progreso hacia la misión '¡No, tengo razón!' ¡100 puntos de favor de tu deidad, 1000
energía divina para tu deidad! Fracaso : pérdida de 100 puntos de favor de tu deidad,
¡1000 de energía divina perdida por tu deidad!
—¿Qué diablos...?— Joe miró a su alrededor y vio que todavía estaba en el mismo
lugar pero que no había otras personas presentes. Excepto, probablemente , la
persona que lo había retado a duelo. Joe estaba en una mala situació n; No tenía
rituales antipersonal, ni pergaminos de hechizos que pudieran
ser ú til aquí, y no tenía idea de lo que este otro luchador sería capaz de hacer.
*Ting*. Joe sintió un impacto en su espalda y se giró para encontrar una daga hú meda
y brillante raspando su caparazó n y hundiéndose lentamente má s cerca de él. Saltó
hacia atrá s unos metros, cruzando la distancia como si se estuviera teletransportando,
gracias a su habilidad Master Jump. No podía dejarse inmovilizar; Las armas de
movimiento lento que se hundieran en su carne lo matarían tanto como las armas de
movimiento rá pido.
—¡Eres lento y débil!— La voz burlona llegó a oídos de Joe. —¡Sirves a una deidad
débil y patética, y voy a perseguirte hasta que desaparezca del mundo!—
—Woo, seguro que está s conduciendo el autobú s a una ciudad loca, amigo—,
respondió Joe, mirando al hombre que todavía estaba parado casualmente frente a él.
—Te das cuenta de que eso no existe , ¿verdad? ¿Que está s en un mundo nuevo, claro,
pero también en un mundo de juegos?
—Simplemente muere y déjame cobrar mi favor—. La respuesta fue de molestia, ya no
como si un jugador de rol estuviera divirtiéndose. El hombre corrió hacia adelante y
arrojó cuchillos a la cara de Joe para intentar distraerlo. Joe ignoró las espadas,
completamente concentrado en las sombras que había estado envolviendo alrededor
de los tobillos del hombre desconocido. Só lo un... má s... segundo.
—¡Sombras solidificadas!— Joe concentró el maná a través de su bastó n Mystic
Theurge y dejó que las esposas que había creado se volvieran tangibles. El otro tipo
tropezó instantá neamente, se estrelló contra el suelo y dejó escapar un *oof cuando se
quedó sin aire. Rodó hacia adelante y saltó , con una maza en la mano con la que
golpeó a Joe en la cara antes de destrozar las sombras alrededor de sus piernas. Joe se
tambaleó y la fuerza del golpe lo obligó a dar unos pasos hacia atrá s. —¿Có mo supiste
siquiera dó nde venir a buscarme?—
—¡Tienes una recompensa!— le informó el hombre. —¡Sigues apareciendo en el
templo principal y yendo hacia el lado malvado del lugar antes de desaparecer por
unos segundos, regresar, luego darte la vuelta y marcharte! ¡Sabemos que algú n poder
oscuro se te lleva y oculta tu verdadera afiliació n! ¡Soy só lo la primera de las personas
que intentará coleccionar! ¡Que pueda conseguir algú n favor es só lo un beneficio
adicional! ¡Abajo los Dioses Oscuros!
Le arrojaron una botella a Joe y, en un instante, quedó rodeado por una luz
resplandeciente a través de la cual no podía ver. ¿Fue una granada de algú n tipo con
un destello extralargo? Justo antes de que lo enviaran a volar, Joe escuchó las
palabras: —¡Santo Golpe!—
Aterrizó en el suelo y rebotó , su escudo en un nivel crítico. Joe se levantó , listo para
acabar con este tipo. ¡Ya fue suficiente! —¡Aerosol á cido!—
Una vez má s, el poder recorrió su bastó n y cambió de forma, esta vez a un potente
á cido. ¡Había atrapado al hombre corriendo hacia él en plena cara y Joe decidió
canalizar este hechizo! ¡Solo podía lanzar un hechizo a la vez mientras usaba el bastó n,
por lo que era ló gico que siguiera limpiando a este asqueroso!
—¡Mi bata!— El hombre farfulló cuando su capa exterior de ropa se desmoronó . —
¡Idiota! ¡Por Ra-torian! ¡Santo Golpe!
Joe fue sacudido hacia atrá s y volvió a caer por el suelo. Esta vez, su caparazó n se hizo
añ icos y sufrió dañ os.
¡Holy Smite causa 300 de daño ligero! ¡ 262 de daño absorbido por Exquisite Shell! ¡CV -
38!
Joe se puso de pie y agitó su bastó n. ¿Este chico quería jugar con la luz? ¡Bien! Joe
comenzó a agarrar las sombras y a convertirlas en un alambre de concertina giratorio.
Miró al otro hombre, que había caído de rodillas y ahora estaba luchando por ponerse
de pie. Joe casi se sintió mal por el chico; el á cido había hecho estragos en su... todo.
Eso estaba bien, sin embargo, y Joe había necesitado diez segundos só lidos para
conseguir el cable como quería de todos modos.
Envió la oscuridad tras su oponente, solo en el ú ltimo segundo activó Sombras
Solidificadas y desmenuzó al hombre hasta convertirlo en pasta de carne. Joe tosió y
miró hacia abajo, encontrando tres dagas incrustadas en su pecho. ¿Cuá ndo había
arrojado...?
Duelo de los Elegidos completo!
Has obtenido progreso hacia la misión en curso: '¡No, tengo razón!' ¡Has derrotado a tu
primer oponente! ¡Éxito! ¡Ganas 100 puntos de reputación de tu deidad y 1000 de
energía divina para tu deidad!
¡Te has muerto! Calculando... PvP, Duelo de Elegidos, no se pierde experiencia.
¡Reaparecerás en tu punto de enlace en una hora!
Había un veneno para el dolor desagradable allí que también le enrojecerá la mano
durante unos días—.
Joe tuvo que detenerse en el distrito comercial para agarrar tantos paneles de vidrio
como se habían completado, luego simplemente continuaron a través de la ciudad por
la carretera principal hasta que salieron por las puertas del sur. Joe nunca había
estado así antes, ni tan lejos, y le tomó un tiempo darse cuenta de lo verdaderamente
enorme que era esta ciudad. Veinticinco millones de residentes permanentes no
habían hecho de éste un espacio pequeñ o, y ser una ciudad autosuficiente significaba
que también había cultivos y lugares para que los animales pastaran. El tamañ o y el
alcance del muro que rodeaba toda la ciudad hicieron que a Joe le diera vueltas la
cabeza.
Ya habían estado viajando durante horas cuando la puerta sur apareció a la vista y
estaban listos para abandonar la ciudad y tomar un poco de aire fresco y espacio para
moverse. Pasaron a las tierras salvajes que estaban al sur de Ardania y, de repente,
prá cticamente no había nadie a su alrededor. La mayoría de los novatos estaban
demasiado asustados para salir y ninguno de ellos se había inscrito para ser
destrozado por monstruos. De hecho, estaban huyendo específicamente de eso. El
grupo de Joe comenzó a avanzar a buen ritmo en ese momento y pudieron seguir un
camino de tierra bá sico que parecía alinearse bastante bien con su destino.
—¡José!— Poppy sacó al líder del grupo de sus pensamientos y señ aló un pequeñ o
edificio que estaba justo al lado del camino. —¿Es ese uno de esos puntos de viaje
rá pido que puedes usar?—
El Rituarchitect miró má s de cerca y, efectivamente, había un santuario al lado del
camino. Como la mayoría de los otros que había visto hasta ese momento, el santuario
estaba erosionado y descolorido. Cualquier cosa a la que alguna vez se haya dedicado
podría ser un debate divertido, pero Joe decidió que preferiría tomarlo para él y
Tatum. —¡Gracias, amapola! ¿Quieren un descanso realmente rá pido?
—¡Me parece bien!— Jaxon le dio a Joe un gesto de aprobació n y comenzó a hacer
estiramientos aparentemente imposibles en el suelo junto al santuario. Los demá s se
sentaron fuera de la vista y sacaron algo de comida para un almuerzo improvisado.
Joe se acercó al santuario y puso su mano sobre el pequeñ o altar.
¡Has encontrado un santuario sin vigilancia! Como actualmente no estás bajo ataque,
tienes la opción de volver a dedicar este santuario a tu deidad. ¿Quieres hacerlo ahora?
Sí No
Después de decir que sí, el santuario fuertemente erosionado simplemente se
derrumbó hacia adentro cuando el maná de Joe salió hacia afuera. Cada vez se caía
má s maná .
y Joe luchó por mantenerse erguido mientras el santuario se hundía y era
reemplazado por un pequeñ o edificio; el techo de retales se convirtió en un libro de
piedra colocado boca abajo, y las paredes se convirtieron en libros abiertos y
verticales. En definitiva, una verdadera parada para descansar.
Has obtenido una recompensa por la misión continua: Recuperación de los perdidos.
Después de construir un nuevo santuario para Tatum, ¡has sido bendecido! Has ganado:
+1 de fuerza.
Actualización de la misión: Recuperación de los perdidos: ¡la generación diaria de
energía divina ha aumentado en 100!
—¡Luciendo bien!— Alexis gritó mientras el sol golpeaba el má rmol blanco del nuevo
santuario.
—¡Gracias!— Joe respondió distraídamente. Tenía los ojos cerrados y escuchaba la
sensació n molesta que normalmente acompañ aba a la bú squeda de un punto de
referencia. Sin embargo, algo más zumbaba en sus oídos y se mantuvo tan constante
como un tinnitus. ¿ Qué fue eso? Joe se concentró en él y de repente se dio cuenta de
que de todo el santuario salía continuamente una sola nota musical.
Habilidad aumentada: Sinestesia mágica (novato II). ¡Darse cuenta del ángulo
direccional de esta habilidad fue el primer paso importante hacia el dominio ! ¿O
simplemente miraste en esa dirección después de escuchar el sonido?
—Supongo que tiene sentido que este sea un edificio má gico—. Joe miró fijamente el
santuario y decidió buscar en todos los lugares está ndar. Siguió todas las líneas y
revisó cada grieta. Só lo encontró el punto de unió n después de casi darse por vencido,
luego siguió una corazonada y presionó su dedo en una pá gina en el techo. Perdió un
punto de salud y una gota de sangre, pero un anillo blanco de energía pareció
expandirse hacia afuera unos diez pasos, y Joe supo que había encontrado lo que
buscaba. —Excelente.—
—¡Hola, chicos!— Joe llamó a los demá s. —Parece que podemos hacer un seguimiento
de estos y usarlos para viajes rá pidos si podemos seguir encontrá ndolos y
convirtiéndolos, ¡así que estén atentos!—
—Entonces, ¿podríamos dormir todas las noches en el gremio y luego reanudar
nuestro viaje por la mañ ana?— Alexis se animó considerablemente ante esta feliz
noticia. —¡Será mi primera prioridad, líder del partido!—
Joe puso los ojos en blanco mientras Bard se reía entre dientes. ¿Quizá s estar en una
relació n hacía que comentarios extrañ os como ese parecieran graciosos? Joe también
decidió no mencionar el hecho de que si tuviera suficientes santuarios, su deidad se
desbloquearía en el futuro. No necesitaban saberlo. —Al menos no necesitaremos ir a
Ardania si no queremos—.
¿Estamos en un bioma diferente al de nuestra zona o algo así? De todos modos, creo
que van tras ese campamento. ¿Deberíamos ir tras ellos?
—Ni siquiera una pregunta—. Joe movió sus ojos en la direcció n que ella estaba
indicando, y solo vio hierba alta meciéndose contra el viento desde esta distancia. —
Cualquier cosa atravesará ese grupo de niveles, e incluso si tienen gente que los esté
protegiendo, no pueden estar en todas partes. Vamos.—
Comenzaron un curso de intercepció n para los leones y, a medida que se acercaban, la
hierba dejó de moverse. Al parecer, la emboscada estaba preparada. —¿Alexis?—
—Oh, ya he superado todo esto—. Apartó su capa hacia un lado y su enorme ballesta
giró sobre su hombro y se colocó frente a ella. Alexis sacó la flecha que estaba atada y
metió un perno que era má s un cañ ó n que una flecha. Disparó el rayo hacia el á rea con
los gatos y una enorme nova de veneno se expandió desde la zona de impacto.
Un rugido gutural destruyó cualquier preocupació n de que el grupo se hubiera
equivocado. Una leona saltó hacia ellos, luego otra... y otra má s. Nueve leonas en total
perseguían a los humanos, seguidas por un leó n bruto.
—Me gusta mi piel intacta, ¡sí, me gusta! Me gusta mi piel intacta, ¿y a ti?— Bard cantó
en el aire, y Joe recibió una notificació n de que recibiría un nueve por ciento menos de
dañ o cortante durante treinta minutos.
—¿Nueva canció n, Bardo?— Jaxon sonrió al Skald, luego volvió a estudiar a los gatos
que corrían hacia ellos. —Me gusta mucho. Ú ltimamente no he tenido mucha suerte
cantando—.
—Todavía estoy trabajando en este—. La voz de Bard traicionó su vergü enza .
Entonces llegaron los gatos y ya no hubo tiempo para sentimientos como la duda o la
preocupació n. Só lo había que sobrevivir y asegurarse de que su oponente no lo
hiciera.
CAPÍTULO CATORCE
Alexis fue la primera persona en lanzar otro ataque, los dardos de su ballesta de mano
volaron por el aire para hundirse en la leona que iba en cabeza. El enorme felino le
rugió y saltó casi diez metros hacia adelante con las garras extendidas. Tan rá pido
como se movía el gato, Joe aú n podía enviar y solidificar un Shadow Spike. El salto se
detuvo a só lo unos metros de Alexis, y la leona se rascó el pecho perforado en un
intento de destruir lo que fuera que le estaba causando dolor.
Poppy se deslizó hacia adelante y echó su brazo hacia atrá s, empujando hacia adelante
con un *silbido* mortal que emanaba de su estoque. La leona a la que apuntaba se
obligó a agacharse y el estoque no alcanzó su cara y, en cambio, penetró en su hombro.
El gato gruñ ó y tomó represalias con un golpe instantá neo con la pata que Poppy de
alguna manera movió , quitando su estoque con un giro que hizo volar sangre y un
fluido gris.
El tercer gato corrió entre los dos que estaban heridos, atravesando el espacio abierto
para apuntar a Joe. Los humanos estaban en una mala posició n, y só lo el hecho de que
Bard estaba parado junto a Joe y estaba ansioso por entrar en la pelea evitó que Joe
tuviera garras raspando su caparazó n. El escaldo entró en combate con un giro de sus
hachas, y el metal obligó a la leona a aplanarse para evitar perder má s que unos pocos
bigotes. Jaxon avanzó a la izquierda de Alexis, atrapando al siguiente gato que
intentaba atacar al usuario de la ballesta fuera de formació n. Revisó el cuerpo del gato,
tirá ndolo hacia un lado y cortá ndole la caja torá cica por su problema.
Una segunda leona alcanzó a Poppy y trató de tirarlo al suelo, pero só lo logró derribar
al Duelista un paso atrá s. Poppy estaba usando algú n tipo de patró n de juego de pies
que le permitía mantenerse erguido y mó vil mientras estaba en una pelea, y estaba
demostrando su valor aquí. Una segunda leona golpeó a Jaxon, luego una tercera a
Poppy. Otro rodó a la derecha de Poppy y persiguió a Bard mientras luchaba contra el
primero, y otro se amontonó en el á rea de Alexis.
Ahora había dos leonas sobre Bard, Alexis y Jaxon; mientras que Poppy rechazaba a
tres. Joe apuntó a Jaxon con un hechizo curativo, cerrando la herida en su costado.
Luego formó un Shadow Spike bajo la leona extremadamente envenenada que luchaba
contra Poppy, mientras que, al mismo tiempo, Alexis disparó a la leona que la había
atacado primero. El perno que se estrelló contra su cabeza fue suficiente para
derribarlo, aunque la cabeza del perno só lo penetró ligeramente el grueso hueso del
crá neo. La leona simplemente había recibido suficiente dañ o, perdido suficiente
sangre y el envenenamiento del á rea había sido particularmente desagradable.
El costo para Alexis de lanzar su ataque fue una pata en su pecho que le abrió la carne
hasta el hueso y le rompió algunas costillas. Ella cayó hacia atrá s, totalmente
conmocionada por el dolor repentino. La pú a de Joe había empalado y sostenido a la
leona dañ ada que había estado luchando contra Poppy, permitiéndole al hombre
concentrarse en los otros dos mientras la luz se apagaba de los ojos del primero.
Golpeó hacia adelante y hacia atrá s con su estoque con aguijó n de avispa,
reteniéndolos pero sin causar dañ o.
—¡Alexis!— Joe llamó , dá ndose cuenta de su situació n incluso cuando la leona saltaba
hacia ella. Joe saltó primero, cubriendo su cuerpo con el suyo y usando la Imposició n
de Manos para revertir el dañ o que le habían hecho. La leona aterrizó sobre Joe,
presioná ndolo con su peso corporal pero arañ ando inú tilmente su caparazó n. La
reducció n al dañ o cortante estaba mostrando su utilidad aquí, hasta que el gato rodeó
el brazo de Joe con su boca y comenzó a intentar arrancá rselo.
Un rayo rebotó en el caparazó n de Joe, reduciendo aú n má s su durabilidad, y Alexis
gruñ ó . —¡No puedo disparar, me aplastará n!—
—¡Craw!—
—¡Nah!—
Los extrañ os sonidos llegaron a los oídos de Joe justo antes de que lo bañ aran con
sangre y mechones de pelo. Farfulló cuando el enorme peso del gato desapareció
repentinamente, levantando la vista para ver a Jaxon agarrando a la leona y
arrancándole trozos de carne. No... no lo era; ¡ sus manos estaban! Las cabezas de T-
rex tragaron trozos de carne y Jaxon fue abordado por un costado por uno de los gatos
con el que todavía estaba peleando. El quiroprá ctico rodó con el golpe y terminó sobre
la espalda de la leona, montá ndola como un caballo salvaje mientras continuaba
golpeando en un lugar con sus manos hambrientas y llenas de dientes .
Jaxon saltó y pareció concentrarse, y la columna del gato simplemente se torció. El
animal cayó y Joe se dio cuenta de que estaba descuidando sus deberes de apoyo al
resto del equipo para poder ver una sola pelea. Joe se volvió para ayudar a Bard, que
estaba sangrando por varias heridas desagradables .
heridas. Aparentemente, el Skald no había podido asestar un golpe a las criaturas con
las que estaba luchando y, al igual que los gatos que eran, se estaba jugando con Bard
en preparació n para matar.
Cuando Joe envió un chorro de agua curativa a Bard, vio que la salud de Poppy
también estaba empeorando rá pidamente, aunque no parecía tener heridas graves.
Después de que el hechizo golpeó a Bard, Joe golpeó su bastó n contra el suelo con
ambas manos y canalizó una poderosa curació n grupal a todos los miembros de su
grupo. A un costo de alrededor de cincuenta y cinco maná por segundo , los curó a
todos por treinta y dos punto cinco de salud por segundo. Esto fue suficiente para
cerrar la herida que Poppy tenía en una arteria abierta y reponer su sangre lo
suficiente como para continuar moviéndose a un ritmo rá pido.
Joe solo logró lanzar el hechizo durante dos segundos antes de que el leó n lo levantara
y finalmente se uniera al combate. La enorme criatura apretó a Joe con sus dientes y
se sacudió hacia adelante y hacia atrá s mientras usaba sus patas delanteras para
desgarrar su cuerpo. Joe podía oír a la gente gritar , pero todo lo que podía hacer era
intentar formar un hechizo para luchar contra el leó n. Su bastó n se le cayó de la mano
después de una sacudida particularmente cruel, y Joe lanzó el ú nico hechizo que se le
ocurrió . Su memoria muscular y la facilidad del hechizo le permitieron lanzar Acid
Spray dos veces. Su rango extremadamente cercano hizo que el leó n quedara
empapado por el hechizo, y pudo continuar canalizando durante un segundo completo
antes de perder la concentració n.
El caparazó n de Joe se rompió y, al instante, dientes le desgarraron el brazo mientras
garras le desgarraban el costado y el á cido goteaba sobre él. Joe gritó de dolor, su baja
constitució n y su alta percepció n le permitían sentir cada segundo de esta agonía. El
leó n fue golpeado desde un costado y Joe le quitó el peso. Sin embargo, el dolor no
terminó y el hecho de rodar permitió que la criatura de cientos de libras le arrancara
el brazo.
Joe sangraba horriblemente, y só lo su shock total le permitió lanzarse la Imposició n de
Manos. Este hechizo era tan poderoso ahora que podía curar diez dañ os má s que su
salud total, llevá ndolo a su salud má xima en un instante. El problema principal fue que
se formó una gruesa capa de tejido cicatricial sobre el agujero en su costado donde
debería estar su brazo, y la extremidad todavía estaba en la boca del león.
La repentina falta de dolor había hecho que su mente diera vueltas, y Joe só lo podía
mirar mientras su equipo trabajaba para acabar con el leó n. Tenía mucha má s salud
de la que Joe pensaba que debería tener como criatura bá sica. Parpadeó lentamente,
abriendo los ojos y vio a Poppy deslizando su estoque en el
Se pusieron a trabajar y, de repente, Joe se vio inundado de mensajes.
Exp: 360 (40*Leona x9).
Exp: 50 (50 * León xl)
Misión de zona completa: ¡Plaga del orgullo! ¡Conseguiste detener un brote de peste
antes de que lograra extenderse a la población local ! Recompensa: 100 de experiencia.
Aumento de habilidad: Canalización (Principiante III)
Aumento de habilidad: Spray ácido (Principiante II). Te das cuenta de que este hechizo
fue diseñado para limpiar vertederos, ¿verdad? ¿Qué tan poco piensas en tus enemigos?
Aumento de habilidad: Caparazón exquisito (novato VI). ¡Estás en camino de convertirte
en un luchador de primera línea! ¡Ve tú! Esperar...
—Eh. Es extrañ o que no hubiera otra recompensa que la experiencia por la misió n—.
Entonces Joe recordó que ni siquiera había abierto la recompensa del objeto comú n
que había recibido hacía un tiempo y se frotó las manos. —¡Supongo que puedo
abrirlo y fingir que es una recompensa por esto!—
leó n y hacer que le rugiera mientras dejaba caer un brazo destrozado al suelo.
Parpadear. Jaxon se reía maniá ticamente mientras sus manos arrancaban la cola del
leó n. Parpadear. Bard estaba debajo del leó n, con sus hachas cruzadas e impidiendo -
que las mandíbulas se apretaran.
Joe parpadeó de nuevo y el leó n estaba de costado. Lo habían derrotado. Hurra.
Bard se acercó con un palo de forma extrañ a. No, ese era su brazo. Joe observó có mo
Bard levantaba un hacha y la lanzaba hacia él, un brillo rojo claro apareció a su
alrededor mientras su hacha cortaba el tejido cicatricial que había aparecido sobre la
sisa de Joe. El dolor lo sorprendió de nuevo, fuera del estado mental en el que se
encontraba. Bard estaba hablando: —Ya está , grandulló n. Vamos, cura esto y luego
límpiate. Apuesto a que, de lo contrario, tendrá s un error desagradable—.
Joe, aturdido, se echó a Mend y de repente volvió a sentir sensació n en el brazo. Gritó
cuando se formó nueva carne en el brazo demolido a partir del agua curativa. ¿Por qué
los nervios serían lo primero en sanar? La injusticia de esto hizo que Joe volviera en sí
mismo y, cuando el dolor de su brazo se convirtió en un dolor sordo, comenzó a sanar
a su equipo destrozado. Curiosamente, fue Jaxon el que sufrió el mayor dañ o, no Bard.
Las marcas de mordeduras... —Jaxon, ¿qué pasó ?—
—Oh, ¿estos?— Jaxon sonrió nerviosamente. —Los T-rex son buenos bebés.
Simplemente todavía no saben có mo mostrar afecto. Estamos trabajando en el
entrenamiento para acariciar, ¡pero solo tengo unos segundos a la vez para enseñ arles
a no morderme! ¡Al menos son só lo mordiscos de amor!
—¡Jaxó n!— Joe se sorprendió de cuá nto tiempo necesitaba para curarse. —¡Recibiste
al menos cuatrocientos daños !—
—Mordiscos—, afirmó Jaxon con petulancia.
—¿Có mo está el brazo, Joe?— Alexis cambió deliberadamente la conversació n.
—Infectado.— Suspiró y comenzó a lanzarse Cleanse sobre sí mismo. Unos segundos
má s tarde, el marcador de —plaga— desapareció . —Estoy muy contento de no haber
esperado para curar eso. Tuve la peste por un momento allí. Ni siquiera puedo
imaginar lo que habría pasado si estos se hubieran soltado en el campamento de allí
—.
—¡Puedo!— Jaxon levantó una mano. —¡Los humanos probablemente habrían
muerto, una gran parte de ellos! Cualquier superviviente habría corrido a un centro de
població n y habría tratado de encontrar refugio, ¡y sin darse cuenta habría propagado
la plaga a quienes estuvieran allí!
Hubo un largo silencio y Joe se encogió de hombros. —Sí, está bien, me alegro de
haberlos matado. ¿Alguien má s infectado? Si no, destruyamos estos cuerpos. ¡Aerosol
á cido!
CAPÍTULO QUINCE
Joe abrió su caja de recompensas después de derretir a los leones con Acid Spay. Se
había sentado un poco apartado, esperando que fuera algo lo suficientemente genial
como para no querer mostrarlo de inmediato. Cuando la caja se abrió , Joe vio lo que
parecía ser... no tenía idea. Al menos, hasta que recibió la notificació n.
Artículo ganado: ¡Rituarchitect Survey Grid! (Artificialmente raro) No más medir
distancias para edificios a mano; ¡Este artículo le permite obtener medidas exactas del
perímetro y el área de cualquier edificio que planee construir y muestra un edificio con
luz suave para marcar exactamente dónde se ubicará!
—Eh—. Joe miró el objeto, que parecía ser una pequeñ a luz solar procedente de la
Tierra. Tenía una pú a en la parte inferior (obviamente diseñ ada para clavarse en el
suelo) y un panel con espejos en la parte superior. Considerá ndolo todo, ¿una
herramienta no muy impresionante pero que con suerte será ú til en cualquier sentido?
—¿Listo para seguir adelante, Joe?— Alexis lo llamó . —Ya es tarde y quiero ver si
podemos encontrar un santuario antes de que oscurezca. Sé que todos trajimos
equipo para acampar, pero si no necesitamos dormir afuera , ¡seré mucho má s feliz
por la mañ ana!
—¡Punto justo!— Joe se puso de pie y se puso de pie, deteniéndose y frunciendo el
ceñ o cuando recibió una nueva notificació n.
Aumento de habilidad: Resistencia a la manipulación mental (novato V).
¿De dó nde ha venido eso? Joe pensó en su reciente batalla y en buscar en el á rea.
Estaba bastante seguro de que obtuvo ese aumento debido a que insistió en su lesió n
durante el combate y no se la quitó de encima de inmediato como se suponía que
debía hacer ... pero ¿eso significaría que lesionarse gravemente en el futuro le haría
pensar y recordar? ¿Más dolor ? ¿Cuá nto tiempo tardaría esta habilidad en
doblegarlo? Por mucho que Joe quisiera potenciar todas sus habilidades, esta fue sin -
duda una excepció n.
Joe pensó en este tema durante un largo rato mientras caminaban por la enorme á rea
estilo sabana en la que habían entrado recientemente. Fue
Es extrañ o cuá n repentina y radicalmente podría cambiar el paisaje en este mundo. Al
menos habían descubierto de dó nde procedían los leones, pero Joe estaba
descubriendo que prefería su lugar en los bosques del norte. El calor también iba
aumentando lentamente, y a medida que avanzaba la noche... la zona empezó a cobrar
vida. Parecía que la mayoría de las criaturas en esta á rea terminarían siendo
nocturnas, y-
—Espera un momento—. Alexis los detuvo, luego se apartó unos pasos del camino y
señ aló . —¿Alguien puede decirme qué aspecto tiene?—
El grupo se reunió y miró . Efectivamente, había una huella reconocible en el suelo.
Jaxon se encogió de hombros y sacudió la cabeza. —¡Ni idea! ¿Suciedad? ¿Barro tan
seco? ¡Arena! ¿Habrá una prueba sobre esto má s tarde?
—Jaxon...— Alexis hizo crujir su cuello, haciendo que Jaxon temblara de anticipació n.
—Por mucho que me gusten los juegos de adivinanzas, mira. Ese es el tamañ o y la
profundidad de un guerrero Elite Wolfman. ¿Qué estarían haciendo por aquí?
Bard ofreció su opinió n: —Bueno, ellos gobernaron la mayoría del continente antes de
que les rompiéramos la columna. Probablemente se estén reuniendo para
reagruparse, repoblarse y volver a intentarlo má s tarde, ¿no?
—Oh eso tiene sentido.— Jaxon asintió . —También son personas muy agradables ,
cuando no está n tratando de arrancarte la cara—.
—¿Tú … conoces a algunos de ellos?— Joe ladeó la cabeza mientras preguntaba esto.
—¿Cómo los conoces? Supongo que sería la mejor pregunta—.
—Ayudé a algunos jó venes y ancianos a salir del bosque—. Jaxon parecía hablar en
serio y Joe ciertamente no iba a condenar a alguien por ayudar a otros. —Me
parecieron amables, me dieron un pase gratuito para visitar. Todos los momentos
divertidos—.
Los demá s intercambiaron una mirada y Alexis hizo la siguiente pregunta: —¿En qué
direcció n iban cuando los ayudaste?—
—Bueno, comenzamos yendo hacia el este, luego nos separamos cuando continué
hacia el norte—, explicó Jaxon amablemente.
—Entonces… ¿fueron al sur?— Joe lo empujó .
Jaxon se rascó la barbilla. —¿Tal vez?—
No había nada má s que hacer, así que la fiesta continuó . Tendrían que estar en
guardia, pero ¿qué má s había de nuevo en este momento? Se movieron por el á rea
abierta cuando la noche comenzó a caer, y pronto, todos intentaban evitar bostezos y
actitudes de mal humor. Cuando llegaron a un á rbol, Joe llamó a los demá s: —Muy
bien, muchachos, lo llamaré. Instalémonos aquí. Creo que recorrimos unas cuarenta
millas.
hoy, y parece que todo lo que hay aquí nos perseguirá durante la noche. Necesitamos
dormir un poco y poner guardia—.
—¿Por qué no creas uno de esos hechizos de 'Territorio Depredador'?— Exigió Alexis,
sacando ya un saco de dormir.
—Principalmente porque no he podido encontrar el tiempo para hacer uno—. Joe vio
eso y se cruzó de brazos a la defensiva sobre el pecho. —Mira, establecer cada uno de
esos rituales requiere mucho tiempo y concentració n. ¡Has visto lo que sucede cuando
falla o sale mal! Ademá s, su uso es costoso, incluso si se puede mitigar su costo. Si
deseas intervenir y cubrir el costo de maná o incluso solo los componentes,
¡fabricaremos algunos de ellos ahora mismo!
—José. Enfriar.— Bard pasó un brazo por los hombros de Joe y le dio un abrazo
lateral. —Necesitas dormir un poco, amigo. Seguir. Yo haré la primera guardia.
¿Se estaba enojando demasiado? Joe no lo creía, pero por las miradas de las personas
que lo rodeaban... tal vez Bard tuvo la idea correcta. —Yo… lo siento, chicos.
Hablaremos después del inevitable ataque de esta noche, ¿de acuerdo?
—Suena bien, ¡que duermas bien!— Jaxon llamó desde un saco de dormir de color
rosa intenso, sobre relleno, que parecía má s un puf que un saco. Joe decidió que Jaxon
debía tener algú n tipo de dispositivo de almacenamiento y trató de no pensar
demasiado en ello. Cerró los ojos y se quedó dormido en unos momentos. No estaba
destinado a durar, y parecía que el juego decidió castigarlo por sus comentarios
frívolos. ¿ Cómo lo castigó ?
Con Escorpiones Gigantes.
Los insectos que usaban veneno y empuñ aban dos pinzas surgieron de la arena a su
alrededor, lanzando enormes géiseres de arena al aire de la noche. Joe no perdió el
tiempo, agarró su bastó n y soltó un chorro de á cido desde la punta. Hubo algunos
dañ os, pero nada como Joe esperaba. El á cido salió del escorpió n como si fuera agua
normal, y Joe se vio obligado a saltar hacia atrá s cuando el aguijó n se deslizó por el
aire hacia él. Sus reservas de resistencia se redujeron a la mitad, pero evitó el golpe. —
¡Sin carne blanda!—
—¡Odio estas cosas!— Jaxon saltó sobre el insecto frente a él, aterrizó sobre él y
montó a la bestia como un caballo. Sus puñ os cayeron como martillos, golpeando los
puntos débiles de las articulaciones de las criaturas. Un aguijó n se hundió en él desde
atrá s, pero Jaxon lo ignoró y siguió golpeando. El aguijó n se clavó en su espalda y el
escorpió n bombeó una carga de veneno al Monje.
—¡Levá ntate!— Bard se unió a la refriega y sus hachas cayeron sobre otra de las
criaturas. Una pinza recibió el golpe y el insecto tomó represalias.
con su otra garra y cola casi simultá neamente. Bard bloqueó la cola, pero la pinza se
enroscó alrededor de su abdomen e intentó cortarlo por la mitad.
*Ssssit* El estoque de Poppy atravesó su objetivo, el efecto perforador de su clase y
arma causó que la frá gil criatura cayera y sufriera espasmos en su agonía después de
un solo ataque. Por el contrario, la primera flecha que Alexis envió a uno de los
insectos se deslizó y casi dañ ó a Bard. Al ver el problema, cambió a un estilete y se
preparó para defenderse si las criaturas se acercaban demasiado.
—¡Detenlos a raya mientras Poppy los acaba!— Joe habló por encima de la silenciosa
pelea que ocurría en la arena, sin necesidad de acercarse a gritar.
—¿Qué tal si te concentras?— Bard le gruñ ó , esquivando otro aguijó n. Había logrado
romper la pinza que lo había atrapado, aunque estaba muy magullado bajo su
armadura. Jaxon rodó hacia adelante y a la izquierda del escorpió n en el que había
estado sentado y se desplomó en el suelo. El insecto también cayó , con la cabeza
completamente hundida.
—Asi es como se hace.— Jaxon respiraba con dificultad y líneas negras recorrían sus
venas. —¡Entomólogo, cariñ o! ¡Abajo los bichos de todo tipo!
—¡Sanar!— Joe envió un orbe de agua curativa a Bard y luego corrió al lado de Jaxon.
—¡Limpiar!—
El agua negra giró en las manos de Joe, saliendo de él y entrando en la herida abierta
en la espalda de Jaxon. Un líquido espeso comenzó a brotar de la espalda del Monje,
causando dañ os secundarios al tocar su piel. —¿Veneno corrosivo? Ahora entiendo
por qué mi á cido ni siquiera eliminó ese desagradable insecto—.
Poppy se lanzó hacia adelante de nuevo, creando una estocada perfecta con un brazo
extendido detrá s de él. Otro escorpió n caído. Bard y Alexis trabajaron juntos para
derribar al que había estado tratando de restablecer el agarre y, de repente, estaban
solos entre los cadá veres. Jaxon se estremeció mientras el trabajo de Joe continuaba.
Cuando lo ú ltimo del veneno lo abandonó y la sangre roja comenzó a fluir de la
profunda herida de la puñ alada, Joe usó su hechizo Imposició n de manos y arregló el
dañ o.
—Parece que vas a necesitar que arreglen tu equipo, Jaxon—. Joe tocó el agujero
irregular de la tú nica del monje. —¿A menos que sepas coser?—
—No, es una habilidad demasiado cara para que yo la aprenda—. Jaxon se sentó y
sonrió al grupo. —¿Alguien má s no ha adquirido experiencia todavía?—
—¿Seguimos en combate?— Poppy se dio la vuelta, buscando peligro. Los demá s, que
se habían estado relajando después del evento, volvieron a estar en alerta má xima y se
agruparon. Como era una noche muy oscura alrededor de las tres de la mañ ana, solo
Joe pudo ver lo que sucedía fuera de la luz proporcionada por la fogata.
—No veo nada, pero eso só lo significa que podría haber algo acechá ndonos
sigilosamente—. Joe hizo una pausa y sintió un temblor en el suelo. —O podría estar
justo debajo de nosotros—.
El grupo se dispersó cuando la arena se partió y una cola parecida a un á rbol atravesó
el lugar donde había estado Poppy. Por la cantidad de arena que se desplazó , parecía
que se acercaba una tormenta de arena. Cuando el viento recogió el polvo y se lo llevó ,
apareció un enorme escorpió n . Jaxon echó un solo vistazo y pareció enfurecerse. —
¡Mátalo con fuego!—
CAPÍTULO DIECISÉ IS
El Monje fue el primero en cargar, pero la enorme bestia giró y lo envió volando con
un simple roce de su gigantesco cuerpo. Joe preparó un Shadow Spike, pensando en la
terrible suerte que los había llevado a luchar contra esta monstruosidad. ¿Había
estado aquí todo el tiempo o de alguna manera había excavado hasta su ubicació n
durante la noche?
—¡Nadie respire esto!— Alexis gritó , la ú nica advertencia que recibieron antes de que
una enorme ballesta se posara sobre su hombro y lanzara un rayo que era má s una
botella de vino que una flecha. El rayo aterrizó debajo del insecto y liberó una nube de
gas que fue absorbida por el viento en constante aumento. —Eso debería
desorientarlo. ¡Es un alucinó geno que hace que la precisió n se reduzca a la mitad!
—¡Te perdiste su cara!— Bard le informó con una mirada extrañ a.
—Los escorpiones respiran a través de 'pulmones de libro' debajo de su cuerpo. Lo
hice bien—, le aseguró . É l asintió y cargó hacia adelante, sus hachas aterrizaron y
fueron tan efectivas como si hubiera golpeado una pared de roca. Las chispas volaron
cuando sus hachas se partieron y giraron, y Bard apenas logró evitar lastimarse.
El Shadow Spike que Joe había lanzado estaba siendo canalizado, y la densa armadura
del insecto chirriaba bajo la tensió n del continuo dañ o a su caparazó n. Aú n así, la
armadura no había sucumbido y Joe aú n no había logrado dañ arla. El aguijó n cayó
hacia Bard, se estrelló contra el suelo junto a él y se retrajo en un instante . Bard jadeó
y miró el crá ter reciente. —¿Falló ?—
—¡De nada!— Alexis lo llamó .
Poppy corrió hacia adelante y hundió su estoque en una articulació n entrelazada de la
pierna del insecto, causando el primer dañ o a esta enorme bestia desde que comenzó
el combate. El insecto chilló , giró y ★golpeó* sus pinzas hacia el Duelista en un intento
no só lo de dañ ar sino de amenazar al grupo. En el grupo, aunque no había sido
probado, se pensaba que Poppy no tenía rival en el combate uno a uno. Giró en el aire,
pasó por encima de la pinza derecha y se lanzó hacia adelante tan pronto como
—¿Todos los dañ os?— Alexis miró sus tornillos. —¿Có mo va a funcionar eso con mis
venenos y demá s?—
—¿Quizá s algú n tipo de corrosió n?— Ofreció Joe, abriendo su pantalla de estado para
ver sus bonos actuales, haciendo una mueca cuando apareció una nueva notificació n.
¡Precaución! ¡Todos los espacios para títulos actuales están ocupados! ¡Reemplace un
título o se perderá el título más reciente obtenido! Límite de tiempo: 10 minutos.
Joe revisó sus títulos y trató de encontrar una manera de conservar este nuevo título y
todos los demá s. Actualmente tenía un título roto, pero no estaba seguro de querer
usarlo. Joe también tenía un título maldito, pero ese no iba a ninguna parte. Tuvo un
par de títulos má s débiles desde el comienzo del juego, pero si pudiera conservarlos,
lo haría. ¿La señ al de un acaparador? Tal vez. —Combine el título 'Perforar la Tierra' y
el título roto 'En la noche má s oscura'—.
¡Estás intentando combinar títulos! Puede alinearlos como desee, pero asegúrese de que
los títulos con elipses estén colocados en la posición correcta. Después de ordenarlos,
tienes la opción de realizar pequeños cambios, como agregar las palabras 'an, a, the, of'
o algo similar para crear una oración. ¡Cuantos menos cambios haya que hacer, más
potente será el efecto! ¡Buena suerte!
¡Título aceptado! Calculando... Título condensado.
Nuevo título obtenido: Pierce the Darkest Night. Te encuentras entre tu pueblo y la
oscuridad del mundo, manteniéndote firme y potente donde todos los demás huirían
aterrorizados. Efecto: 50% de resistencia a la magia alineada con la oscuridad. Todo el
daño infligido ahora incluye un 5% de perforación de armadura. La bonificación de
perforación aumenta al 10 % con hechizos y armas alineados en la oscuridad.
—Bueno, ahora—, murmuró Joe mientras leía los efectos. —Oh, eso me gusta. ¿Qué...
tengo veinte puntos de habilidad para gastar?
Trató de recordar có mo había ganado tantos y só lo podía pensar que se debía a la
nivelació n después de la Guerra del Hombre Lobo, así como a los puntos de habilidad
que había ganado en situaciones como esta. Joe tragó , tratando de pensar en sus
opciones. En este momento, tenía suficientes puntos de habilidad para aumentar una
sola habilidad en dos niveles completos. ¿Quería hacer eso? ¿O debería esperar y
aprender de la forma má s natural posible? Vaya.
Esa fue una decisió n difícil. ¿Quería mejorar ahora? Su cuervo codicioso interior
quería envolver sus alas alrededor del montó n de puntas y chillar y picotear ante
cualquier intento de usarlas. Pero... ¿era esa una forma realista de hacer las cosas? Tal
vez era hora de mejorar su habilidad de Salto.
a las filas de los Sabios. Joe asintió cuando tomó esa decisió n; ese fue probablemente
el mejor uso de sus puntos de habilidad. Distribuyó los puntos y presionó aceptar.
¡No!
Joe se quedó mirando el mensaje del sistema, preocupado y confundido.
—¿No? ¿Qué en el...? ¿Ninguna otra informació n? Eso no puede estar bien. Déjame
intentar de nuevo.—
No. Veo que no paras, así que te daré más información. Es posible llegar a los rangos de
Maestro gastando puntos de habilidad, pero avanzar a través de ellos requiere que
formes tu propia visión. Todos los Maestros tienen técnicas tremendamente variadas,
incluso si los de menor rango tienen habilidades casi idénticas. Permítanme condensar
este mensaje: Ponte bien.
—¿Me está s diciendo que voy a tener que saltar para subir mis niveles de habilidad?—
Joe comenzó la frase furioso, pero al final ya había aceptado que era justo. Maldita sea.
Tenía sentido; ¿Có mo podrías ser considerado un maestro en algo si só lo seguías la
comprensió n del tema por parte de otra persona? Bueno... al menos todavía tenía sus
veinte puntos de habilidad. ¿En qué debería usarlos? De todas sus habilidades, la
Magia Ritual era la má s utilizada y ú til... pero estaba teniendo problemas para
potenciar sus rituales. En ese caso...
—Agregue cuatro puntos a Ritual Magic, siete puntos a Mana Manipulació n y nueve
puntos a Coalescencia—. Joe miró su hoja de estadísticas y se sintió satisfecho de sí
mismo. ¡Esa había sido realmente la cantidad perfecta de puntos! ¡Pudo llevar las tres
habilidades al siguiente rango!
Aumento de habilidad: Manipulación de maná (Estudiante 0). ¡Felicidades! ¡Has
cumplido con los requisitos para ser considerado Estudiante al controlar tu Mana! ¡Al
alcanzar los rangos de Estudiante, ya no verás reducido tu maná! Bonificaciones
actuales aplicadas a esta habilidad: 25% de eficiencia de hechizos (máxima). Flujo
constante: aumenta la estabilidad de los hechizos en un 10% y reduce el tiempo de
lanzamiento de todas las habilidades y hechizos que usan maná en un 10%>.
Aumento de habilidad: Coalescencia (Estudiante 0). ¡Felicidades! ¡Condensar tu maná en
un solo punto te permite crear una fuente de maná más densa y potente! Bonificaciones
vigentes; +30% de eficiencia de hechizos y +30%> de regeneración de maná. Serás
arrastrado hacia tu ser interior para intentar otro avance en 10... 9...
Creo que olvidaste que ya no puedes aumentar la Magia Ritual con puntos de habilidad.
Día triste.
—¿José?— Poppy llamó mientras el grupo se calmaba, —¿Terminaste de hablar
contigo mismo? Es tu turno de estar de guardia—.
El Rituarquitecto se giró y asintió , dando un solo paso hacia el fuego antes de que sus
ojos se pusieran en blanco y cayera. Poppy lo vio caer y suspiró . Todos los demá s ya
estaban en sus 'camas', fingiendo no haber visto lo que acababa de pasar. Poppy
comenzó a caminar hacia Joe, rá pidamente le dio la vuelta y comprobó có mo estaba.
—Puaj. Tu lo hiciste a proposito. De alguna manera.—
Joe no só lo no podía oír la pregunta, sino que tampoco tenía forma de responder.
Estaba muy dentro de sí mismo en ese mismo momento , contemplando un huracá n
que aullaba; lo que ahora era un orbe de poder que representaba todo su maná
recolectado. —Estoy de acuerdo. ¡Es hora de condensar!
Ejerció su fuerza de voluntad y trabajó con fuerza para devolver su orbe de maná
condensado al punto en el que estaba la ú ltima vez que logró un gran avance. En aquel
entonces, Joe había podido condensar todo su maná gaseoso en una orbe del tamañ o
de una uñ a. Obviamente, su poder había aumentado desde entonces, a pesar de que
desde entonces había perdido la capacidad de extraer maná del pozo otorgado por
Tatum. —¡Vamos!—
El maná se redujo una pequeñ a cantidad, pero no hubo un cambio suficiente para el
gusto de Joe. ¿Por qué fue este un proceso tan difícil? Era só lo maná puro; ¡Debería
poder manipularlo libremente! Joe intentó extraer el maná , pero todo lo que sucedió
fue una nube de poder que se alejaba del nú cleo. El orbe en sí no cambió . —Tan
salvaje. ¿Qué pasa si necesito hacer que mi maná sufra un cambio má s cualitativo ?
Joe empujó su furioso poder, intentando convencer al orbe de que se calmara. Estar
firme. Luego recordó que había adquirido el rasgo de ' Resistencia a la Supresió n' la
ú ltima vez que estuvo aquí y se dio cuenta un poco. Lo que estaba haciendo ahora iba
en contra de quién era él como persona. Quería ser libre, poder moverse y hacer lo
que quisiera sin las restricciones que otras personas querían imponerle. ¿Y si... y si su
maná fuera una representació n de él? ¿ Fue eso una cosa?
—Está bien, maná —. Joe se quedó mirando el orbe arremoliná ndose. —¿Quieres ser
libre? Realmente espero que esto no sea una mala idea—.
Con un pensamiento, el maná contenido se liberó y toda la presió n mental que Joe
había estado usando para darle forma desapareció en un instante. La descompresió n
de su poder provocó un golpe como el de un proyectil de artillería al caer, y Joe salió
de su trance por la enorme conmoció n cerebral.
CAPÍTULO DIECISIETE
Aumento de habilidad: Coalescencia (Estudiante III). ¡Felicidades! ¡Has logrado un gran
avance con tu habilidad! ¡Al comprenderte a ti mismo, has creado una comprensión
única con tu habilidad! ¡La rareza de las habilidades ha aumentado en un rango! ¡Como
beneficio adicional, la regeneración de maná proporcionada por esta habilidad ha
aumentado en un 50%! El tiempo de lanzamiento disminuyó en un 10%. Precaución:
como esta habilidad ha aumentado en rareza, ¡será comparativamente difícil
desarrollarla de forma natural!
Los ojos de Joe se abrieron de golpe y pudo contemplar la visió n nauseabunda del kilt
de Bard aleteando justo delante de su cara. Comenzó a luchar por alejarse y Bard
simplemente lo dejó caer al suelo. —¡Ya era hora, gran nuez! ¡Pensé que ibas a dormir
todo el día!
Joe se puso de pie rá pidamente y se sacudió la suciedad de la bata y miró a su
alrededor. Ya era bien entrada la mañ ana y era obvio que el grupo llevaba bastante
tiempo moviéndose. —¿Cuá nto tiempo estuve fuera?—
—Horas, amigo—. Poppy le dio una palmada en el brazo y pasó de largo. Joe lo miró
dos veces cuando vio que el aguijó n de Sheila estaba atado a la espalda del Duelista,
pero se dio cuenta de que el objeto podría convertirse en un arma formidable.
Después de todo, el aguijó n de una avispa había corrido el mismo destino para crear el
estoque actual de Poppy.
—Puaj.— Joe miró dentro de sí mismo y vio que había maná recorriendo su cuerpo y
su centro estaba casi vacío. Eso fue... extrañ o. La sabiduría convencional exigía que el
mana estuviera estrictamente confinado en un ú nico espacio. Joe había estudiado
suficientes libros que el oficial Cel le había recomendado para entender al menos eso.
Activó su hechizo de Limpieza y se hidrató , entrecerrando los ojos en sus brazos al
sentir el cambio en la accesibilidad al maná .
—¿Todo bien, Joe?— Alexis le preguntó mientras su camino la llevaba má s allá del
líder del equipo. —No pudimos descubrir qué te pasaba, y como eres el sanador...—
—Oh, no, estoy bien. Incluso tuve un gran avance con una habilidad—. Joe se miró las
manos, donde el agua fluía continuamente desde sus palmas hacia la curva de sus
brazos. —Yo… mi maná se siente extrañ o ahora. La rareza de mi habilidad aumentó y
mi maná ahora se distribuye por todo mi cuerpo. No tengo idea de lo que eso significa,
en términos de habilidades y demá s, pero ahora puedo lanzar hechizos má s rá pido—.
—Eso es raro—, coincidió Alexis con él, dá ndole un empujó n para que comenzara a
caminar. —Ademá s, te falta cierto… brillo que normalmente tienes. ¿Que pasa con
eso?—
—¿Brillar?— De repente, Joe se dio cuenta de que ya no tenía Exquisito Shell activo e
hizo una mueca al darse cuenta de que había estado desprotegido durante horas.
Ejerció su voluntad y el maná pareció filtrarse por cada poro y llegar al aire a su
alrededor. —Aquí vamos.—
—¡Pareces como si alguien te hubiera arrojado brillantina! ¡Qué bonita! Jaxon
aplaudió y miró por encima del cuerpo de Joe. —Siempre es el shini est justo después
de lanzar este hechizo. ¿Sabías que tiende a desaparecer con el tiempo?
—¡No sabía eso!— Joe exclamó emocionado. ¡Quizá s este hechizo no fue tan malo
después de todo! — Vi que había una gran diferencia en la rapidez con la que podía
lanzar el caparazó n—.
—¡Hermoso!— Jaxon extendió la mano y tocó la mejilla de Joe, luego miró su dedo. Joe
estaba bastante seguro de que había decepció n en el rostro del quiroprá ctico cuando
nada del brillo apareció en él.
—Disculpe, tengo asuntos que tratar con el líder de su equipo—. Todo el grupo
instantá neamente se puso nervioso cuando una voz los alcanzó . En el camino, a menos
de tres metros de distancia, había un hombre vestido con colores llamativos. Su rostro
estaba oculto detrá s de una má scara de Bufó n, y arrojó a un lado la gran cantidad de
telas que había envuelto sobre él para revelar un traje de Bufó n ajustado. De colores
brillantes, un poco espeluznante, pero en general, no parecía amenazador.
Joe miró a su alrededor. No había ningú n lugar donde el hombre se hubiera escondido,
no había refugio y el suelo era plano a lo largo de cientos de pies. ¿Có mo fue que este
hombre había aparecido sin que ninguno de ellos lo viera venir? Joe decidió que
precaució n sería su consigna aquí. —Soy Joe. ¿En qué puedo ayudarte?
—Hola.— El colorido bufó n dio un paso hacia el grupo, de alguna manera cruzó
instantá neamente la distancia y clavó un cuchillo en el pecho de Joe. —Me enviaron
para asesinarte—.
Hubo suficiente reacció n en el rostro de Joe que era evidente que quería enfurecerse
pero físicamente no podía. —Veo. ¿Esto se debe a un asunto tan pequeñ o? ¿Hay alguna
manera de resolver esto pacíficamente?
—Supongo que podría ofrecerte una misió n de captura para completar como
compensació n—, respondió el hombre después de un momento de contemplació n . —
Estoy autorizado a hacerlo y parece que podrías crear un problema si intento matarte.
¿ Está s seguro de que no puedo simplemente tachar esto de mi lista de tareas
pendientes? ¿No? Veo. En ese caso... déjame verte. Mmm. Adicció n al café, ¿nivel
cuatro? Ese debe ser un problema en las misiones de larga distancia. Aquí está mi
oferta—.
Misió n obtenida: ¡Demasiados zoológicos! ¡El zoológico te ha ofrecido la oportunidad de
demostrar que no estás intentando competir con ellos! Captura un animal raro o de
mayor rareza y regálalo al Gran Zoológico de Ardania en el plazo de un mes.
Recompensa: orden de matar revocada. Mascota pequeña que no es de combate (Coffee
Elemental). Fallo: la orden de matar permanece vigente.
—¿Un elemental del café? Ni siquiera estoy seguro de lo que eso significa—. Joe
permaneció inmó vil en su lugar, sin expresió n en su rostro.
—Me permitirá .— El hombre colorido extendió una mano y, después de un momento ,
apareció en su mano una criatura del tamañ o de una jarra de café. En su otra mano
apareció una taza de café. La criatura extrañ amente líquida fluyó dentro de la taza
hasta que estuvo llena, luego desapareció entre las muchas tú nicas del hombre. Se
añ adió un chorrito de azú car y se colocó una cuchara en la taza. —Aquí está s.—
—Gracias. ¿Hay algú n veneno aquí? Joe tomó la taza y miró hacia abajo. Unos
diminutos brazos líquidos agarraron la cuchara y la hicieron girar. Una vocecita salió
de la taza.
—¡Bebe me! ¡Soy deliciosó !—
—Es un café fuerte—, comentó Joe un momento después, después de que todo el
contenido de la taza literalmente se había derramado por su garganta.
—Realmente es. No, no hay veneno. Sería de mala educació n hacerlo en mitad de una -
conversació n—. El hombre asintió . —Lamentablemente, el Elemental no tiene utilidad
en combate. ¿Tenemos un trato?—
—No podría decir que no—, asintió Joe fá cilmente. El hombre asintió , le entregó un
botó n para que lo presionara cuando estuviera listo para hablar con él nuevamente y
desapareció . Un momento después, Joe pudo sentir que su estado mental se
estabilizaba. —¿Qué diablos fue eso?—
—¡Puaj!— Alexis se agarró la cabeza. —¡Eso fue horrible! ¡Sentí que nada importaba!
¡Ni siquiera me molesté cuando apuñ alaron a Joe!
CAPÍTULO DIECIOCHO
—Ey. Mira eso.— Alexis señ aló a lo lejos y el grupo intentó ver a qué apuntaba. Su
principal característica era su alta percepció n, ella era capaz de ver cosas que ellos
aú n no podían ver.
Pasaron unos segundos má s de caminata hasta que Poppy habló , y Joe vio la vista en
ese momento. —¿Es ese otro grupo de personas? ¿Como esa gran reunió n de gente
que se va a trabajar en la granja?
—Parece que sí, pero ¿có mo diablos llegaron hasta aquí sin que los mataran?— Alexis
negó con la cabeza. —Somos un pequeñ o grupo de personas que, francamente,
estamos un poco dominados en esta á rea, ¡y todavía está bamos teniendo problemas!
¿Qué tipo de personas tienen protegiendo a ese grupo?
—Probablemente del tipo con el que no queremos meternos—, retumbó Bard con
inquietud.
—Está bien. No estamos haciendo nada para enojar a nadie má s—. Joe sacudió la
cabeza y siguió adelante. El café se había nivelado con su alta hidratació n y todavía se
sentía bastante bien. —Dudo que alguien vaya a atacarnos. No quieren quedar mal
delante de todos sus nuevos reclutas—.
A medida que se acercaban a la masa de gente que estaba parada en lo que parecía ser
el medio de la nada, se escucharon gritos de alarma. Las personas que gritaban
todavía llevaban la ropa de inicio y la mayoría de ellos ni siquiera llevaban ningú n tipo
de arma. Personas con armadura comenzaron a aparecer para bloquear el camino del
pequeñ o grupo. —¡Sostener! ¿Qué está s haciendo aquí afuera?
—Entrar'?— Bard puso los ojos en blanco y siguió adelante. —¿Qué clase de tonto
eres? ¡Apá rtate del camino si no está s caminando!
Obviamente, esta no era la respuesta que el hombre esperaba y parecía que no estaba
seguro de có mo reaccionar. La multitud se separó temerosamente cuando el equipo
de Joe pasó , pero cuando el grupo no hizo nada extrañ o, la gente comenzó a calmarse.
joe negó con la cabeza
a la vista. —Los pobres tontos no sabían en lo que se estaban metiendo. Parece que
han estado teniendo algunos problemas—.
Sus ojos se iluminaron al ver la razó n por la que este grupo debió haber elegido
detenerse y esperar aquí. —¡Un santuario! ¡Lindo! ¡Allá vamos, Ardania! ¿ Está n listos
para darse una ducha real en lugar de una limpieza con agua fría?
—¡Absolutamente!— Jaxon le dijo asintiendo firmemente. —Es terrible cuando las
personas no tienen la conciencia de sí mismas para darse cuenta de que está n
causando problemas a quienes las rodean. ¡Las duchas son imprescindibles!—
Hubo un largo silencio y los demá s miembros del equipo decidieron dejar pasar el
comentario. Caminaron hasta el santuario y fueron detenidos por personas que
actuaban como guardias. —¿Quién eres? ¿Qué quieres aquí?—
—Solo estoy tratando de entrar al santuario—. Joe estaba empezando a molestarse
con este grupo. É ste era un camino. —¿Cual es el problema?—
—Oh.— El tipo no había desenvainado una espada ni nada tan dramá tico, pero aú n así
se interponía en su camino. —Mira, estamos tratando de usar este santuario para
mantener con vida a nuestro capitá n. La deidad de este santuario evita que todos los
que entran mueran, pero no cura ni elimina los efectos. Tuvimos que enviar a alguien
para intentar encontrar un antídoto para el veneno de escorpió n, y debo decirte que el
edificio está bastante lleno en este momento—.
Al menos este tipo estaba siendo razonable. Joe sonrió gentilmente y comenzó a pasar
junto al hombre. —No me importa ayudar. ¿Puedes decirme a quién está s intentando
salvar?
—No puedes simplemente…— El rostro del hombre se ensombreció y tomó su arma.
—Relá jate—, ordenó Joe. La noticia de la sociedad normal hizo dudar al guardia, y Joe
aprovechó la oportunidad para entrar en el pequeñ o santuario. Había gente
amontonada como troncos aquí, y era obvio que había má s problemas que una simple
picadura de escorpió n. —¿Qué diablos pasó aquí?—
—Me atacaron—, le dijo el guardia frustrado, después de haber seguido a Joe al
interior. —Pudimos contener a los monstruos, incluso ahuyentarlos, pero algunos de
nosotros nos equivocamos bastante—.
—¿Alguien acaba de sufrir?— Joe miró a su alrededor, pero no había ninguna
indicació n de quién tenía efectos de estado y quién simplemente estaba herido.
—Esa secció n de allí—. El guardia señ aló el montó n de cuerpos quejumbrosos má s
cercano.
—Curació n masiva—. Joe extendió su bastó n Mystic Theurge y un chorro de agua
alcanzó a diez personas a la vez. Eran principalmente de bajo nivel, por lo que los
zarcillos de agua se romperían y se conectarían a otro.
En lugar de tratar de arreglar a todos al instante, como exigía su instinto arraigado en
el ejército, sería capaz de curar al grupo sin sufrir una reacció n violenta. Mientras
limpiaba a la siguiente persona, observó su maná y trabajó para encontrar mejores
formas de utilizar su habilidad.
Había un fenó meno interesante en juego. Algunas personas usaban mucho má s maná
para limpiar, y el costo de maná se ajustó en consecuencia. Preguntó a los pacientes
por qué, pero ninguno lo sabía. Nadie tenía una resistencia especial a ser curado, por
lo que só lo podía asumir que una criatura de nivel superior los había inyectado. Joe
reflexionó sobre este tema durante bastante tiempo y, cerca del final de su segunda
hora de trabajo, terminó con la ú ltima persona.
Aumento de habilidad: Limpieza (Estudiante 0) ¡Felicitaciones! ¡Has alcanzado el rango
de estudiantes! ¡Has luchado contra los efectos del veneno, las enfermedades y otros
efectos perjudiciales durante tanto tiempo que ayudar a los demás se ha convertido en
algo natural para ti! ¡Esta habilidad comienza a zumbar y te alertará cuando uses otra
habilidad que resuene con ella!
—Oh, eso es increíble—, murmuró Joe mientras terminaba de leer la notificació n. —
Bá sicamente, ¿me avisará cuá ndo puedo actualizarlo con altas posibilidades de éxito?
¡Sí, por favor!—
—Perdó neme por interrumpir, solo quería agradecerle personalmente por sanar a mi
gente y a mí mismo—. Joe se volvió y vio a una mujer con una tú nica cubierta de
sangre seca y extendiendo una mano. Al darse cuenta de que este debía ser el capitá n
al que originalmente había venido a curar, Joe estrechó la mano extendida y sonrió .
—Era lo mínimo que podía hacer. Está s intentando ayudar a un grupo tan grande de
personas al mismo tiempo. Me siento un poco inadecuado por poder ayudarlos só lo
una vez—. Las palabras de Joe hicieron que el Capitá n se alegrara y Joe recibió una
notificació n.
Aumento de la reputación; Has alcanzado el estatus de —Amigo— del líder del gremio
de —Golden Greens—. (+3500).
—¡Me alegra que hayas venido!— El Capitá n se rió entre dientes. —Ojalá tuviera una
forma de pagarte, pero acabamos de iniciar este gremio y juntamos nuestro dinero
para comprar una enorme tierra de cultivo—.
—Interesante.— Joe miró el santuario y luego al líder del gremio. —¿Tu gremio tiene
alguna lealtad a una deidad del juego? El mío podría potencialmente ayudarlos
bastante a todos. Ademá s, soy Joe—.
—Osito de peluche. Ademá s, no que yo sepa, aunque está bamos pensando en
encontrar una deidad alineada con la naturaleza. Simplemente tiene sentido—. Le dijo
a Joe encogiéndose de hombros. —Soy un mago, pero soy bastante malo en cosas de
largo alcance, así que pensé que tal vez me dedicaría al crecimiento de plantas y cosas
así—.
—¡Eres un pícaro y lo sabes!— Otros compañ eros del gremio pusieron los ojos en
blanco mientras pasaba.
—¡No soy!— Teddy gritó en respuesta. Joe notó un destello de luz en su mano y pensó
que estaba lanzando un hechizo. No. Un cuchillo. Desapareció un momento después
como si nunca hubiera existido. —Lo lamento.—
—¿Có mo explicas todas las heridas de cuchillo en las criaturas que mataste en el
camino hacia aquí?— —insistió el hombre, ignorando la desagradable mirada que
estaba recibiendo. —No es broma, eres malo con la 'magia' de largo alcance, ¡lo
apuñalas todo hasta matarlo! Incluso las cosas que te envenenaron fueron asesinadas
a puñ aladas. No hay señ ales de magia...
—¡Muy bien, puedes irte ahora!— Teddy miró al hombre hasta que obedeció . Joe
intentó no reírse; esto le resultaba demasiado familiar.
—Dame un momento, ¿quieres?— Joe se acercó al santuario y comenzó el proceso de
capturarlo. No hubo ningú n efecto notable hasta justo antes de ser capturado. Luego,
el santuario desapareció en motas de luz de una vez, y un santuario estilo libro se
formó a partir de la oscuridad y el agua antes de solidificarse. Joe cayó al suelo, casi sin
maná . —Uf. Eso fue bonito. Teddy, ¿podrías hacerme un favor? Prueba mi deidad.
Todos encontraréis las cosas ocultas má s fá cilmente; Incluso podrías empezar a arar y
descubrir que tu campo está lleno de diamantes. Si no te gustan las bonificaciones que
recibes, siempre puedes cambiarlas—.
Teddy miró el nuevo santuario, jugando con un pequeñ o cuchillo que desapareció en
un bolsillo cuando ella lo miró . —Supongo… si aú n no tienen una deidad… seguro. No
hay promesas de que la gente se convierta, pero lo haré y lideraré la carga—.
—¡Lindo!— Joe sonrió ; Luego sus ojos adquirieron un brillo astuto. —Un segundo
má s...—
Un minuto después, los dos regresaron al santuario, habiendo regresado a Ardania en
un instante. Teddy estrechó la mano de Joe con firmeza, con una amplia sonrisa en su
rostro. —Oh, eso me gustó . ¿ Cualquiera de nosotros puede usar eso siempre que
seamos 'seguidores' de Tatum?
—Absolutamente.—
CAPITULO DIECINUEVE
Joe tarareaba alegremente mientras caminaba por el sendero. Ciento treinta nuevos
conversos a su facció n. Así era como pensaba en su afiliació n deidad: una facció n. Su
pequeñ o equipo había regresado a Ardania y durmió en una posada, descansando bien
y comiendo una buena comida, aunque muy pequeñ a y cara. Parecía que el
racionamiento había surtido efecto, y si eso no era suficiente para impulsar esta
bú squeda a toda velocidad, Joe no sabía qué má s podría hacerlo.
—¡Un par de días má s de viaje y deberíamos poder encontrar cualquier aldea que
pueda haber en el bosque!— Joe les dijo a los demá s mientras revisaba la informació n
de la misió n una vez má s. —El mapa está desactualizado, pero tiene que haber alguien
viviendo en el á rea todavía—.
—¿Ese bosque?— Jaxon señ aló a lo lejos.
Joe miró hacia arriba y vio á rboles má s adelante, pero frunció el ceñ o y miró su tosco
mapa. —Eso no puede estar bien. El bosque no debería empezar hasta dentro de al
menos sesenta millas má s.
—Para ser justos, cualquier mapa que tengas está desactualizado hace un par de
cientos de añ os, ¿no?— Poppy ofreció una explicació n plausible.
¡Ni sesenta millas de bosque obsoletas! Joe respondió con pura incredulidad ,
golpeando el papel en sus manos.
—Este es un mundo diferente, Joe—, señ aló Alexis. —Hay que asumir que está n
sucediendo muchas cosas que no sucederían en nuestro mundo. Si este es un bosque
mágico , estoy bastante seguro de que sesenta añ os es tiempo suficiente para
apoderarse de una enorme cantidad de tierra—.
—Puaj.— Joe negó con la cabeza. —Ustedes tienen razó n. Así que sí, ahora deberíamos
estar preparados para luchar en todo momento. Por lo que leí; Este lugar va a ser muy
difícil de navegar. Si esto se extiende mucho má s allá de lo que solía ser, especialmente
—.
El grupo continuó caminando, llegando al borde del bosque después de otra media
hora. Alexis hizo movimientos extrañ os con las manos y luego señ aló los á rboles. —
Mira este. La línea de á rboles es una línea real. Como... perfectamente heterosexual.
—¿Recuerdas que notamos ese extrañ o cambio de bioma cuando llegamos al sur de la
ciudad?— Joe miró los á rboles y asintió . —Sí. Qué extrañ o, ¿crees que el bosque acaba
de apoderarse del 'á rea asignada para bosque' y ya no puede extenderse má s? Si es
así, hay muchas má s cosas en este mundo para las que realmente necesitamos
encontrar reglas—.
Dieron un paso hacia el bosque y al mismo tiempo recibieron una notificació n . Má s
bien una advertencia, para ser honesto.
¡Precaución! Tu nivel está por debajo de la recomendación para el Bosque del Caos de
Clorofila. Es posible que desee considerar irse y regresar en una fecha posterior, cuando
sea mucho más fuerte. Recomendación de nivel: 20.
—Santos wombats—, murmuró Poppy mientras leía. —¿Nivel veinte? Eso podría
llevar… meses—.
—¡No es broma!— Jaxon sacudió la cabeza y miró su pantalla de estado. —Del nivel
quince al nivel veinte se requieren noventa mil experiencias . No creo que haya tantas
guerras que podamos ganar por grandes cantidades de puntos como la ú ltima vez.
Quiero decir, ¿conocéis alguna otra raza que podamos destrozar? ¿Hay elfos? ¿Les
gustan los elfos? Si no-—
—Creo que deberíamos alejarnos lo má s posible del borde del bosque—, interrumpió
Alexis antes de que Jaxon pudiera solidificar sus planes belicosos. —Cualquier cosa
que llegue tan lejos podría ser débil para la zona, pero eso también significa que
seguiría siendo má s fuerte que nosotros y también tendría hambre. Joe, ¿tienes listo un
'Territorio del depredador' para cuando vayamos a acampar esta noche?
—Sí, pero...— Joe vaciló . —Mirando el nivel recomendado para el á rea, existe la
posibilidad de que haya criaturas aquí que estén cerca del umbral del nivel treinta del
ritual. Si los atraemos, solo lo sabremos porque nos despertaremos en el reaparició n
—.
—Creo que es un riesgo que vale la pena correr—, le dijo Alexis después de pensarlo
un momento. —Nos mantendrá a salvo de cualquier cosa por debajo de eso, y también
habrá muchas má s posibilidades de toparnos con algo en los niveles inferiores que en
los superiores, al menos tan lejos del centro del bosque—.
—Ella tiene un buen punto—, intervino Bard, levantando la vista de un pequeñ o libro
de cá nticos que estaba leyendo. Luego volvió a ignorar todo lo que le rodeaba. Joe
estaba algo celoso de la capacidad del hombre para desconectarse del mundo exterior,
pero tal vez eso fuera un beneficio de su clase. 'Desconectandose. Je. Bard ciertamente
cantó desafinado.
Vaya. ¿Su hechizo má s practicado solo causó un tercio del dañ o que debería haber
causado? Este tipo de criatura debe tener una protecció n masiva contra la oscuridad,
siendo una criatura tipo 'diablo'. ¿Sería eficaz el fuego? Necesitaba ampliar su lista de
hechizos. Mucho.
Otro rayo verde salió del diablillo, y el alcance extremadamente cercano aseguró que
Bard no pudiera esquivarlo. Todo su cuerpo brilló de color verde por un instante
antes de que las raíces salieran disparadas del suelo y lo envolvieran, los bordes
afilados lo desgarraron y regaron el suelo con su sangre. Alexis gritó : —¡Siete
segundos entre lances!—
El diablillo no pareció apreciar sus esfuerzos por ayudar y respondió a las palabras
golpeando a Jaxon con su mano espinosa. Jaxon se apartó a tiempo y contraatacó con
un desagradable golpe. —Ajustar'.—
El pequeñ o brazo se giró y el diablillo le siseó al Monje, pero el nuevo á ngulo de su
brazo no pareció afectar la capacidad de combate de la criatura en lo má s mínimo.
Poppy, pensando que el diablillo estaba distraído, fue golpeada por la cola prensil en
forma de raíz del diablillo y enviada rodando. La criatura obviamente era capaz de
usar má s poder del que implicaba su pequeñ a forma. Utilizando su experiencia contra
los escorpiones gigantes como prueba de concepto, Joe generó un nuevo hilo de
oscuridad.
Envolvió sombras alrededor de las alas del diablillo y solidificó la unió n después de
bombear maná durante tres segundos. Doscientos maná desaparecieron en un
instante y Joe jadeó por aire cuando apareció un vacío en su cuerpo. Podía sentir el
maná en su cuerpo apresurá ndose a nivelarse, pero tal vez esto era un efecto de que
su maná ya no estaba centralizado.
Un capullo de oscuridad hizo retroceder las alas batientes y el diablillo cayó del aire.
Los demá s comenzaron a atacar lo má s rá pido posible, especialmente un Bardo que
aú n sangraba, cuyas hachas parecían ser el arma perfecta para usar contra el diablillo
cubierto de raíces y enredaderas. El arma de todos los demá s parecía imperfecta
contra él. ¡Gah, no en una batalla! Joe envió un hechizo curativo al Skald y las sucias
heridas se cerraron alrededor de la mugre del suelo del bosque. Tendría que recordar
limpiar al hombre después de esta batalla.
El diablillo no había terminado. De hecho, una vez en el suelo, corrió en un á rea
pequeñ a. No era un corredor rá pido en largas distancias, pero la pequeñ a zona que
reclamaba para sí le permitía al diablillo esquivar casi tan bien como Jaxon. La
oscuridad en la que estaban encerradas sus alas comenzó a desgarrarse y los demá s
redoblaron sus ataques. Se alejó de ellos mientras se liberaba, saltando en el aire y
aleteando.
furiosamente a Alexis con un chillido. Joe atrapó al diablillo en una lluvia de á cido, el
líquido corrosivo causó un dañ o reducido pero aú n suficiente para acabar con él.
Exp ganada: 120 (120 * Forest Imp xl)
—Esta... podría ser un á rea má s difícil de lo que planeamos—. Joe miró a su alrededor
en busca de confirmació n y los demá s asintieron ante sus palabras.
—Mi estoque me lastimó , pero es como si todo el cuerpo estuviera hecho de raíces—,
explicó Poppy mientras limpiaba su espada. —Podría hacer agujeros en ese tonto,
pero no parecía tener ningú n punto crítico—.
—No se pudo encontrar ningú n hueso—. Jaxon escupió a un lado y pateó al diablillo
caído.
Joe suspiró y ofreció su propia queja: —Sí... fue capaz de resistir dos tercios del dañ o
de las sombras que pude causar, y... parece que solo recibió la mitad del dañ o del á cido
—.
—Bueno, maldita sea—. Bardo negó con la cabeza. —Esperemos que no nos
encontremos con ningú n grupo de esos—.
—También sabemos có mo se ha extendido el bosque en los ú ltimos cientos de añ os—.
Alexis señ aló el lugar donde la energía verde había golpeado el suelo y los demá s
miraron para ver un pequeñ o retoñ o que no había estado allí antes.
Jaxon miró a su alrededor, hacia el enorme bosque lleno de decenas de miles de
á rboles. —Entonces, ¿está s diciendo que probablemente hay muchos más de esos?—
CAPITULO VEINTE
Contrariamente a sus preocupaciones, los diablillos del bosque parecían ser un
enemigo bastante raro. No estaban seguros si eso se debía al gran tamañ o del bosque
en el que se encontraban o si solo había unos pocos en total en el bosque. De cualquier
manera, después de luchar contra el poderoso diablillo y ganar, continuaron y
encontraron criaturas má s en sintonía con el tema del bosque.
—¡Atrá s, atrá s, atrás!— Gritó Poppy mientras rodaba bajo la rama de un á rbol
enfurecido. El bosque estaba vivo, tanto en sentido figurado como literal. *Whomp*
Una lluvia de tierra y marga fue forzada al aire, dejando atrá s un crá ter que casi había
contenido al Duelista. —Parece que tenemos otro treant—.
Bard gruñ ó como un cerdo, haciendo girar sus hachas con agitació n. —¿Aú n no hay
manera de tomarlos?—
—No se me ocurre nada que sea repetible de forma regular—. Joe se estremeció
cuando los ojos se abrieron a lo largo del tronco del —á rbol— y una lengua ancha
lamió verticalmente una boca que se extendía a la misma distancia . —Creo que se me
podría ocurrir un ritual de objetivo ú nico, pero no tengo el tipo de recursos que
necesitaríamos para matar a todos los que encontremos—.
—Me pregunto si los á rboles en el á rea de prueba eran antá rboles—. Jaxon reflexionó
en voz alta. —Crees... no, no hay forma de que estos tengan huesos, ¿verdad?—
—¿Alexis? ¿Y tú ?— Poppy volvió sus ojos esperanzados hacia el Artífice Aromá tico.
Ella también negó con la cabeza. —El mismo problema por mi parte. Si preparara un
lote de veneno para matar plantas, lo cual podría hacer, se necesitaría mucho para
matar solo una de ellas. Necesitaría un carro lleno de barriles para causar alguna
impresió n, y entonces ¿qué sentido tiene?
—Grr—, trinó Poppy, un sonido muy fuera de lugar para él. —¡Siento que debería
haber una manera fá cil de eliminarlos! Son bilis inmó viles, ¿verdad?
—Correcto, pero sería como golpear un tanque—. Joe les indicó que empezaran a
caminar de nuevo. —Lo golpeas, casi no causas dañ o, te devuelve el golpe y eres
demolido. Recuerde que aquí estamos realmente superados y debemos actuar de
manera inteligente. Muchas de las cosas que hay aquí pueden derribarnos casi
instantá neamente si nos sorprenden—.
—Manténganse alerta, no mueran. Buenos consejos de vida—. Jaxon asintió con
entusiasmo, luego Poppy tiró de él hacia adelante, logrando apenas ser aplastado por
los antá rboles cerca de los que se había acercado una vez má s. —¿Ver? ¡Alerta!—
—Estoy a punto de ponerte en tiempo muerto—, murmuró Poppy mientras regresaba
a su posició n normal cerca del frente del grupo. —Es decir, dejaré que el pró ximo te
golpee—.
—Creo que esa es mi señ al para detener la noche—, gritó Joe mientras la gente
comenzaba a quejarse y ponerse irritables unos con otros. —¿Quién quiere hacer
fuego y quién quiere cocinar? Puedo montar el camping muy rá pido—.
—Buena llamada.— Alexis suspiró y miró de reojo a Joe. —¿Qué tan opuesto está s a
darme una buena limpieza a distancia?—
—Sabes, a veces me siento mal al usar un poder otorgado por una deidad para ayudar
a alguien a ducharse—. Joe suspiró cuando su mirada se volvió má s suplicante. —Bien.
Llegué a las filas de Estudiantes. Entonces, quiero ver có mo se ve eso. Limpiar.—
Alexis se tambaleó cuando el agua la bañ ó de pies a cabeza en un instante, eliminando
toda la suciedad de su piel y equipo. —¡Caray, Joe!—
Joe también se sorprendió y se miró la mano con preocupació n. —¡Eso tomó mucho
maná !—
—¡Y era bá sicamente una manguera contra incendios!— Alexis le había dado un
segundo para hacer la conexió n y disculparse por su cuenta, pero parecía distraído.
—Bien, lo siento por eso—. Joe se sacudió su confusió n y se explicó : —Só lo me
preocupa que si uso ese hechizo para hidratar a alguien, pueda terminar lastimá ndolo
accidentalmente. Romper algunas venas o algo así—.
Ella hizo una mueca cuando su imagen mental se unió a la de él. —Oh, sí, primero
practica un poco—.
—¿Quién quiere una ducha?—
Bard levantó una mano. —Anillo de protecció n fir- *glabuh*!—
Joe se rió nerviosamente mientras el empapado Skald lo fulminaba con la mirada. —
Ah, lo siento, pensé que eras voluntario. Bien, ritual. ¿Está s seguro de esto?
Joe se sorprendió por el giro repentino. De hecho, no podía recordar ni un solo caso de
haber visto a ningú n niñ o; el má s joven que había visto era un adolescente en el
Mage's College. Estaba receloso de este nuevo pensamiento y de lo que podría
significar. Poppy asintió al ver su realizació n. —Exactamente. ¿Qué le sucede cuando
el nú cleo de datos le toca la cabeza? ¿La ponen en los juicios? No se lo deseo a mis
enemigos—.
—Términos y condiciones—, murmuró Joe en voz baja, mientras un recuerdo
desvaído luchaba por aflorar a su mente.
—¿Qué fue eso?— Poppy miró a Joe.
—El… al inicio del juego, había una opció n para leer todos los términos y condiciones.
Uno de ellos trataba sobre niñ os menores de edad, en este caso dieciséis añ os, creo.
Decía que todos los niñ os serían colocados en un á rea diferente, y ellos... No puedo
recordar exactamente, pero son atendidos y creo que tienes la opció n de estar con
ellos. O visitarlos. Lo siento, esa clá usula me interesaba menos en ese momento—. La
voz de Joe se apagó , pero a Poppy no pareció importarle. El Duelista respiró hondo y
se hundió en un silencio contemplativo.
—Bueno, lo estoy pasando muy bien—, interrumpió Bard después de unos segundos
de silencio incó modo. —No creo que disfrutaría este lugar la mitad de lo que lo hago.
Podría ser gracias a esta chica de aquí—.
Se le envió un guiñ o a Alexis, quien simplemente puso los ojos en blanco y asintió con
la cabeza. —Sí, tú también eres encantadora y, en mi opinió n, este es en realidad uno
de los mejores escenarios para mí. Me estaba ahogando en deudas y fracasos, y estoy
bastante seguro de que ya no hay forma de que las personas en esa vida me cobren
má s. Puedo concentrarme en hacer una nueva vida aquí y vivir de la manera que elija.
¿Y tú , Joe? ¿Má s... lleno de gente de lo que planeaste?
—Un poco.— Joe dejó que una sombra de sonrisa apareciera en su rostro. —Ahora
tengo un objetivo interesante, lo cual es bueno. Lo que má s me preocupa es que habrá
mucha gente que no se quede en esta á rea cuando se abra la pró xima á rea en un par
de semanas—.
—¿Por qué importaría eso?— Jaxon ladeó la cabeza hacia un lado. —Irían a otra parte
para conseguir recursos y demá s, ¿verdad? Menos gente aquí significa menos gente a
la que cuidar. Todos ganan—.
—¿Pero qué pasa con la gente de aquí que no tiene dinero, comida ni refugio ?— Joe
sacudió la cabeza y miró a su alrededor para ver que tenía toda su atenció n. —Nos
dijeron que las razas que eventualmente encontrá ramos y con las que trabajá ramos
serían importantes. Eso implica que tendremos
CAPITULO VEINTIUNO
Joe salió de la sala de reaparició n ocho horas má s tarde en el juego y apareció en el
santuario que había convertido recientemente. —Ick, es una caminata de medio día
incluso para regresar al bosque desde aquí—.
Su cavilació n no duró mucho. Su equipo probablemente aparecería en breve y quería
ver có mo iban las cosas en su bú squeda actual para liberar a Tatum. Joe abrió el
registro de misiones y lo miró , la esperanza en sus ojos se desvaneció rá pidamente.
Actualización de la misión: Pagar una gran deuda. 8.075/13.000.000 de energía divina.
Fuentes actuales de energía divina: 131 seguidores, 1 altar, 4 santuarios, 1 templo
(tamaño mediano).
—No es genial, pero no es nada—. Suspiró y se sentó a esperar un momento. Hubo un
destello de luz blanca, luego otro, y pronto todo su equipo estuvo a su alrededor. —
Hola, chicos. ¿Quieres volver allí inmediatamente o volver corriendo al gremio y
entrenar un poco? ¿Quizá s conseguir material má s especializado?
—Sí, tomemos un par de días y entrenemos—. Poppy parecía mucho má s feliz hoy y
no pasó mucho tiempo para descubrir por qué. —Descubrí que mi hija estará en lo
que equivale a una guardería y puedo ir allí cuando quiera. Hay un segundo portal
para mí en mi sala de 'cerrar sesió n' y conduce a una isla en el cielo donde los niñ os
reciben la mejor educació n, atenció n y alimentació n posibles. Un pequeñ o paraíso que
se les va haciendo má s difícil a medida que crecen hasta que necesitan salir al mundo
a los dieciséis añ os. Ella estará má s preparada para este mundo que yo. Su abuela
también decidió quedarse con ella en esa zona—.
—Me alegro mucho de oírlo—. Jaxon fue a abrazarlo y, por primera vez, Poppy no lo
esquivó .
—Yo también.— Poppy suspiró suavemente. Era obvio que esto había sido un grave
factor estresante para él.
—Joe, mientras tomamos un descanso, deberías pasarte por la universidad y
conseguir algunos hechizos que sean efectivos contra las plantas. ¿Quizá s una clá sica
bola de fuego? Alexis lo empujó para que reaccionara y Joe asintió de inmediato.
acercarse demasiado si no fuera necesario hacerlo. Ahora se enfrentaba a otro
problema. ¿Có mo bajó ? Si hubiera otros edificios con escaleras prá cticas o techos
mucho má s cerca del suelo, entonces este camino sería má s transitado, pero él estaba
a tres metros del suelo en el punto má s bajo, y necesitaba...
—Sostener. ¿Salté tres metros y medio desde un punto muerto? Joe cuestionó sus
propias hazañ as, tratando de recordar si... —No, espera. El techo de ese edificio era
má s bajo. Esta zona es má s pró spera. Quizá s haya mucha gente que utilice esta 'vía
aérea'. Todavía... suelo... ''
Miró hacia abajo y decidió colgarse del borde para reducir la distancia
aproximadamente a la mitad. Con veintitrés puntos de fuerza, era aproximadamente
una quinta parte má s fuerte que lo que habían sido los humanos promedio de la Tierra
y podía mantenerse estable. Joe se tomó un momento para preguntarse cuá les eran las
estadísticas promedio de la humanidad ahora... luego volvió a moverse. Se soltó y
aterrizó bien, el dañ o se redujo a nada gracias a su habilidad de Salto. —Ahora a la
universidad, y yo... ¡Espera! ¡No! A la biblioteca 1. —
El Mage's College le había dado a la biblioteca una gran colecció n de hechizos —
inú tiles—. Estos eran todo tipo de hechizos que eran tan ineficientes o difíciles de usar
que se consideraban basura, incluso si una buena parte de ellos hubieran sido ú tiles y
poderosos si se hubieran usado. Joe decidió revisar el montó n de basura; Sería mejor
para él si el Colegio no conociera todos los hechizos que podía aplicar. No es que
tuvieran un problema actualmente, pero era mejor prevenir que curar con
organizaciones masivas que tenían fondos casi ilimitados.
Joe le hizo un gesto a Boris mientras atravesaba las puertas, y el bibliotecario jefe le
devolvió el gesto y volvió a leer. Parecía que todos tenían metas que querían lograr.
Subió las escaleras, llegó al piso tres y medio y entró en la sala que había sido
dedicada a las donaciones del Colegio. Al igual que la ú ltima vez que Joe estuvo aquí,
estaba rodeado de títulos interesantes. Realmente era una lá stima que la mayoría de
estos libros brillaran con un color gris apagado ante su vista; quería usarlos todos.
Lamentablemente, tomaría horas incluso lograr que uno de ellos alcanzara un estado
ú til, y luego aú n necesitaría entrenar ese hechizo hasta un punto en el que fuera ú til
contra las criaturas a las que ahora se enfrentaba. Entonces necesitaba algo específico.
—Repelente instantá neo de insectos, no es necesario. Mi escudo ya sirve para eso—,
murmuraba Joe mientras examinaba los estantes desorganizados. —Decoració n de
fiesta versió n tres, no gracias. ¿Qué significa eso incluso...?
¡No, concéntrate! ¿Incendio forestal? Ponerte en la papelera de —tal vez—. Sí, aunque
ese es un libro oscuro. Hará falta mucho esfuerzo para que funcione... ¿Reductor de
raíces? Claro, eso podría ser otra cosa, dado que el título es oscuro. ¿Plantomancia?
¿Es esto una introducció n a todo un campo de la magia?
Joe miró el libro má s reciente que había cogido; Era del tamañ o de un niñ o pequeñ o
de un añ o. Había tantas gradaciones de afirmaciones correctas y falsas que el libro casi
le dio un ataque cuando lo miró de reojo. —¿Se convertiría esto en un libro de
otorgamiento de clases si lo corrigiera? Dios mío, ¿cuá nto tiempo tomaría eso? Pon
eso en la secció n de 'largo plazo'—.
Después de una larga hora seleccionando libros, redujo su bú squeda a los cinco
primeros. —Wildfire, Root Reducer, Weed-Be-Gone, Jack's Tree-Fell, Deadfall, Dale's
Shattered Earth—.
Miró los nombres extrañ os y efectistas y tuvo que preguntarse si la universidad tenía
el requisito de hacer un hechizo o algo así. En primer lugar, no tenía idea de por qué
existía la mayoría de estos. —Déjame pensar... Fuego salvaje. Creo que pierdes. Mi
afinidad tiene que ver con la oscuridad y el agua, y tú serías má s débil que las opciones
que podría tener en ese campo. Lo mismo ocurre con Tree-Fell, Deadfall y Shattered
Earth. Entonces, ya sea Root Reducer o Weed-Be-Gone—.
Después de leer ambos, decidió que Root Reducer era su mejor opció n. El otro se
usaba, en el mejor de los casos, para eliminar los dientes de leó n, y era una especie de
hechizo de tiempo extra. Root Reducer parecía una respuesta só lida para los Ents, ya
que eliminaría un pie de raíces cada cinco segundos. Si necesitaban derrotar a los
Ents, podrían hacerlo cuando sus raíces estuvieran completamente marchitas y el ent
cayera. Quizá s no sea un hechizo de gran utilidad fuera del bosque, pero ¿quién lo
diría?
Joe decidió que si esto no parecía que iba a funcionar para él, regresaría y aprendería
un hechizo de la universidad antes de partir. Dejó la biblioteca y Ardania por
completo, regresando a su gremio en media hora gracias a su rá pida ruta de viaje. Joe
fue al Saló n de los Conquistadores de inmediato y descendió al á rea verdaderamente
potente de este edificio. El edificio era en realidad un Gran Saló n Ritual, pero só lo unas
pocas personas serían informadas de este hecho. En la zona má s profunda había una
habitació n que le permitía configurarla a su antojo.
Le esperaba un escritorio y mucha luz. Había abastecido el á rea con papel y tinta y se
alegraba de haberlo preparado todo en su ú ltima visita. Se puso a trabajar, escribiendo
todas las im-
CAPÍTULO VEINTIDÓ S
Joe salió a trompicones del só tano del Grand Ritual Hall al día siguiente, y una etiqueta
desapareció en su bragueta justo cuando abría la puerta de la ciudad. Sintió la
necesidad de tomar café, pero la falta de sueñ o había valido la pena. Había logrado
crear una forma de hechizo limpia para el hechizo reductor de raíz, y después de
ponerlo en un pergamino, había aprendido el hechizo. Esa ni siquiera fue la mejor
parte; Después de crear otro pergamino, lo integró con éxito en un ritual. Ese ritual
había sido activado y asignado al taglock que acababa de guardar. Si encontraban un
ent o algo similar para el cual un hechizo canalizado no fuera suficiente, con suerte el
ritual sería capaz de manejarlo. Incluso había ganado un punto en Magia Ritual
después de lograrlo.
Has aprendido un hechizo: Wither Plant (Principiante V). Lanzar este hechizo sobre una
planta hará que sus raíces se marchiten. Al canalizar el hechizo durante al menos diez
segundos, el maná de la planta comenzará a fluir de regreso al lanzador. Solo se puede
lanzar sobre plantas o formas de vida basadas en plantas que tengan raíces. Costo: 5n
maná donde n = nivel de habilidad. Efecto: Reduce la longitud de las raíces de una planta
en pulgadas. Maná devuelto por canalización : .5T donde T = costo de maná por
segundo.
En este momento, un solo yeso le permitiría a Joe recortar las raíces una pulgada y
media, pero al canalizar, podría destruir rá pidamente un sistema de raíces. Sin
mencionar que, después de diez segundos, el costo de maná se reduciría
efectivamente a la mitad. ¡Estaba emocionado de probarlo! Comenzó a caminar por el
á rea y no le tomó mucho tiempo encontrar algunas malezas erizadas, de esas que
parecen hojas de diente de leó n, pero en lugar de pequeñ as flores amarillas, tenían
púas. Joe sabía por su experiencia al sacarlos de su césped que tenían raíces
profundas, por lo que serían una prueba perfecta.
—¡Planta marchita!— Exigió Joe, canalizando su maná a través de su bastó n. Un
sacacorchos de agua negra brotó de su bastó n, se hundió en la planta y desapareció . Si
no viera el maná fluyendo por el aire y sus reservas disminuyendo, pensaría que allí
—No obtendrá s nada de esto—, advirtió , aunque había un brillo en sus ojos. — Es
doloroso y hay que seguir así—.
—Treinta minutos—, reafirmó resueltamente Joe.
—Bien por mi. Desnú date hasta quedar en calzoncillos. Jay señ aló la caja. —Está s ahí
parado sosteniendo este escudo cuadrado. Vierto brasas encima y seguimos
agregando peso lentamente todo el tiempo. ¿En qué es tu fuerza?
—Veintitrés. La Constitució n está en el nú mero veintiocho—. Joe, nervioso, entró en el
palco de altura masculina vistiendo só lo el taparrabos equipado con el juego. Supuso
que un lado de la caja estaba vacío para que la gente pudiera salir corriendo si el
entrenamiento era demasiado para ellos.
Jay asintió . —Todo está bien. Eso significa que utilizamos brasas má s calientes pero
menos—.
Joe cogió un escudo de metal chamuscado y se puso en posició n. Jay agarró una pala y
le arrojó la primera carga a Joe. —¡El tiempo comienza ahora!—
Los mangos ya estaban calientes. No lo suficiente como para quemarlo, pero se
estaban acercando. La ceniza caliente caía con cada palada que se añ adía, así como
cada vez que el viento soplaba aunque fuera un poco. En tan solo unos minutos, le
aparecieron dolorosos ronchas en la piel. Si no pudiera curarse a sí mismo al final de
esto, se daría cuenta de que ya habría saltado y lejos. La percepció n de Joe era
cincuenta y tres, que era casi el doble de la puntuació n bruta de la constitució n,
ademá s de ser un umbral completamente superior. É l. sintió . Todo.
—¡Sigue adelante!— Jay llamó , ayudando a Joe. É l no esperaba eso. —¡Es só lo un poco
de dolor y pareces alguien que se está desequilibrando como personaje! La ú nica
manera de adormecer ese dolor nuevamente es conseguir artículos costosos, que de
otro modo serían poco prá cticos... ¡o mejorar tu constitució n ! ¡Sigues corriendo segú n
la percepció n, no podrá s soportar caminar sobre la hierba demasiado rá pido!
Eso sacó a Joe de lo que estaba haciendo y le hizo pensar en las repercusiones de
desequilibrarse demasiado. ¿Dó nde má s iba a suceder esto? Sabía que una
constitució n superior hacía a la gente má s densa y pesada; ¿Llegarían a un punto en el
que no podrían levantarse por sí mismos si no trabajaran también su fuerza? Si las
personas trabajaran en fuerza y constitució n pero no en destreza, ¿se convertirían en
culturistas que tenían tanta masa que no podían moverse correctamente? Joe se
estremeció al pensar en que contratarían a alguien para que les limpiara el trasero
porque sus brazos no podían doblarse tanto.
—¡Ese es el momento! ¡Alejarse!— Jay lo llamó , sacando a Joe de la espiral en la que se
había sumergido su mente. Joe salió e inclinó el escudo para dejar que las brasas
cayeran dentro de la caja. Luego se curó y se limpió , leyendo la notificació n que había
aparecido.
¡Entrenamiento de puntos característicos completado! ¡+1 a Fuerza y Constitución! Estas
estadísticas no se pueden aumentar más por ningún otro medio que no sean las
recompensas del sistema por veinticuatro horas de juego.
—Ahora entiendes por qué recomiendo quedarte—. Jay sacudió la cabeza hacia Joe. —
Eso fue un desperdicio para ti. Só lo tenías que seguir así durante una hora y media
má s y habrías conseguido dos puntos—.
—Gracias, Jay. Aprecio que me cuides—. Joe sonrió y empezó a ponerse la ropa. —
¡Seguiré así!—
—¡Haz eso!— Jay respondió mientras Joe saludaba por encima del hombro. —¡Joe,
quise decir ahora!
—¡Nos vemos mañ ana!— Joe ignoró las quejas posteriores y prefirió centrarse en su
habilidad actual. Gracias a la eficiencia de su hechizo, podía lanzar el hechizo durante
un total de dieciocho segundos si no recibía maná devuelto o veintiséis segundos con
el má ximo retorno de maná . Eso significaba que só lo podía hacer que un á rbol
perdiera alrededor de cuarenta y seis pulgadas (o poco menos de cuatro pies) de
raíces. Una bú squeda rá pida en Internet en la cafetería (uno de los ú nicos lugares
donde conectarse a Internet sin reaparecer) le dijo que las raíces pueden alcanzar seis
metros de profundidad y diez y cinco de ancho. Eso fue para á rboles está ndar, no
má gicos. Tenía la sensació n de que necesitaría mejorar mucho más esta habilidad .
—Por otra parte, todo lo que realmente necesito hacer es reducirlos lo suficiente como
para que el á rbol no pueda sostenerse por sí solo—, reflexionó Joe mientras lanzaba
su hechizo a un grupo de zarzas mientras tomaba un sorbo de su café. —Si el á rbol
está atacando, balanceá ndose hacia adelante y hacia atrá s… hmm. Quizá s no necesito
reducir la raíz a cero para ganar—.
Siguió así, sorbiendo su café y usando su hechizo hasta que se le acabó el café. Luego
simplemente lanzó el hechizo hasta que empezó a oscurecer demasiado para ver
claramente a qué apuntaba. Fue a cenar, luego encontró una cama y se durmió .
Cuando se levantó , miró su habilidad adquirida con una expresió n alegre.
Planta marchita (Aprendiz V). ¿Cuánto odias las plantas por haber ganado casi diez
niveles en esta habilidad de la noche a la mañana?
—Eso es… trece segundos de casting, bueno, dieciséis. Y eso hace... cuarenta pulgadas.
Esperar. ¿El hechizo se debilitó ? Joe miró sus cá lculos mentales y, de hecho, se habían
debilitado. —¿Qué diablos…? ¿Hice mal el hechizo?
Joe revisó el hechizo, pero estaba hecho correctamente; él sabía que lo era. —Eh.
Supongo... ¿Necesito llevarlo a las filas de estudiantes para ver qué pasa? En ese
momento, si no hay cambios… ¿dejaré de usar el hechizo?
Desanimado, se levantó y se tomó unas horas para afrontar todo su entrenamiento
característico, empezando por la fuerza y la constitució n y pasando a su
entrenamiento está ndar de cuatro aspectos. Obtener un punto en seis características
fue una sensació n embriagadora y decidió que le gustaba.
—¡Qué bien, la inteligencia llegó a setenta y cinco!— Joe saltó y fue a buscar a su
equipo. Se habían anticipado a él... no. Cadena. Miró hacia un lado y allí estaba ella. Ella
desvió la mirada cuando sus ojos se encontraron, pero él pudo ver la sonrisa en su
rostro. —Ah... ¿ustedes chicos?—
—Sí, listo para partir—. Alexis pareció darse cuenta de que lo habían tomado con la
guardia baja y tampoco pudo ocultar una sonrisa. —Jess nos dijo que ya casi habías
terminado con tu entrenamiento del día y que querrías volver a salir muy pronto—.
—¡Entonces nos preparamos!— Jaxon intervino.
Joe soltó el aire por la nariz y soltó una risita descontenta. —Vamos a matar a algunos
á rboles. ¡Cadena! Date un pequeñ o aumento y si dices —listo—, vamos a hablar —.
La boca de Jess se cerró con un *clic* audible. Joe la miró con recelo hasta que cruzó la
puerta del Saló n de los Conquistadores.
CAPÍTULO VEINTITRÉ S
—Muy bien, ¿repasamos lo que hicimos mal durante el ú ltimo viaje?— Joe miró a su
alrededor y recibió confusió n como respuesta. Parecía que su intento de emular a
Tiona no había sido tan exitoso como esperaba. —Bá sicamente, busco que discutamos
nuestros puntos débiles y có mo podemos mejorar después de lo que pasó la ú ltima
vez—.
—Creo que tendrá s que tomar la iniciativa en este caso—. Bard sacudió la cabeza ante
la insistencia de Joe en hablar cada vez que había silencio. —No, voy a mostrar mis
fallas para todos los que elijas—.
—Eso no es en absoluto lo que yo…— Joe se rascó el cuello mientras intentaba
explicar: —Bien, mira. Esto es en lo que fallé. No tenía hechizos adecuados para lo que
enfrentá bamos y no me adapté tan rá pido como debería a la situació n. Fui negligente
por la noche, demasiado acostumbrado a que todo en el á rea fuera má s débil que
nosotros, y eso me llevó a morir. Estoy tratando de solucionarlo usando un nuevo
hechizo y seré mucho má s cauteloso—.
—Entonces, ¿solo quieres que hablemos de pequeñ as cosas como esa?— Jaxon ladeó
la cabeza y sonrió . —¡Eso es fá cil! ¡Planeo recibir menos golpes y golpear otras cosas
má s a menudo!
—No está s-— Joe comenzó a quejarse.
Alexis se unió : —¡Lo mismo aquí! Má s dañ os salen, menos entran—.
Joe estaba farfullando y buscó a tientas sus palabras un par de veces antes de darse
cuenta de que sus amigos se reían entre dientes y contenían la risa . —Oh, ja, ja,
¡burlate del tipo que intenta ayudarte a mejorar!—
—En este punto, podemos ver el bosque, Joe—. Poppy se secó los ojos. —Ah,
necesitaba eso. ¡De todos modos! Creo que todos intentamos encontrar una manera de
hacerlo mejor. Sigamos adelante y supongamos que todos somos adultos y no
necesitamos que nos alimenten con cuchara. ¿Suena bien? Me gusta. Hagamos como
esos á rboles y matemos todo lo que se acerque demasiado—.
Bardo negó con la cabeza. —Me entristece que los modismos estén cambiando tanto
—.
—¿Hagamos como un á rbol y una corteza?— Jaxon lo intentó y el Skald le puso los
ojos en blanco.
Shadow Spike, y la bestia chocó contra las pú as a toda velocidad, evitando que
golpeara a los humanos. Se escuchó un estruendo profundo y la bestia arrancó las
pú as. Un líquido transparente brotó de las heridas desconcertantemente superficiales,
probablemente la sangre de esta criatura.
Los miembros cuerpo a cuerpo del grupo aprovecharon la pausa forzada de la criatura
de seis patas, lanzá ndose y lanzando golpes que habrían terminado la lucha contra las
criaturas con las que estaban acostumbrados a luchar. Lamentablemente, todo lo que
lograron fue enfurecer a la criatura, que se echó hacia atrá s sobre sus patas traseras y
atacó con las cuatro delanteras. Jaxon esquivó uno, só lo para ser golpeado por el
á ngulo ligeramente variado del siguiente. Los otros dos combatientes recibieron sus
golpes, gruñ eron cuando fueron obligados a retroceder y cargaron para tomar
represalias.
—¡Golpea como un tren!— Poppy llamó mientras cortaba dos veces hacia un lado,
saltaba hacia atrá s y activaba una habilidad. —Fuori misura\—
La distancia que había creado se cruzó borrosa, su cuerpo lanzá ndose hacia adelante
sin que él diera un paso. La medida parecía ignorar por completo la física. Poppy
hundió su estoque en el hombro de la criatura, agarrando y apretando una bola cerca
del pomo de su estoque. Recibió otro golpe y rodó con él, aprovechando el impulso
para escapar. —¡Joe, necesito curació n! ¡Recibí ciento setenta y cuatro dañ os por cada
golpe!
—¡Ah!— Joe le lavó un Mend y luego a sus compañ eros de equipo, por si acaso. Lanzó
otro al Duelista, haciendo una mueca de dolor cuando perdió casi un tercio de su maná
má ximo al usar ese hechizo cuatro veces. Afortunadamente, la eficiencia de sus
hechizos le permitió obtener un cincuenta y cinco por ciento de descuento en el costo
de maná , o ya estaría medio agotado y ¡el combate acababa de comenzar!
—¿Usaste ese veneno que te di?— Alexis le gritó a Poppy incluso cuando dos rayos
gemelos impactaron contra la enorme criatura. Trabajó para recargar cuando obtuvo
una respuesta.
—Sí, lamento decirlo, ¡usé la mayor parte con ese ataque!— Poppy esquivó un golpe
que casi le arranca la cabeza y regresó con una puñ alada profunda en la cabeza de la
criatura. —¡Esto es má s una planta que una bestia, parece que no tiene cerebro!
¡Tendré que cortarlo en pedazos!
Un poderoso golpe cortó una pierna y Bard gruñ ó . —Muy por delante de ti. Aquí~aquí
vamos de nuevo, ¡doble velocidad para los movimientos nuevamente! ''
Los atacantes cuerpo a cuerpo de repente se movían a un ritmo mucho má s rá pido y
esquivaron fá cilmente los siguientes ataques mientras aterrizaban los suyos con
mucha má s facilidad. Joe arrojó Wither a una de las rosas de la criatura y, después de
dos segundos, la flor se cayó de la bestia. La criatura se tambaleó ebria por un
momento, luego aulló y redobló su ferocidad.
—¡Por supuesto que no!— Joe negó , posiblemente demasiado rá pido. Decidió dejar en
paz los juegos de palabras del bosque también por ahora. —¿Deberíamos continuar?

El grupo comenzó a moverse nuevamente, vigilando el á rea verde y mortal. ¿Primero
á rboles enojados, ahora arbustos asesinos? No se sabía qué los atacaría a
continuació n. Derrotaron a algunos zorros pequeñ os y mutados poco después, pero en
total, solo ganaron seiscientas experiencias cuando se vieron obligados a detenerse a
pasar la noche. A diferencia de Joe, los demá s tenían visió n normal por la noche y era
demasiado peligroso continuar.
Mientras Joe yacía en su nuevo petate, revisó sus estadísticas para ver qué había
cambiado. Para su descontento, su progreso se había ralentizado dramá ticamente.
Nombre: Joe 'La leyenda elegida de Tatum' Clase: Mago (Actual: Rituarquitecto)
Profesión: Académico titular (Actual: Arcanólogo) Nivel de personaje: 15 Exp: 124,813
Exp al siguiente nivel: 11,187 Nivel de Rituarchitect: 2 Exp: 2,390 Exp al siguiente nivel:
610 Puntos de vida: 250/250
Maná: 937,5/937,5
Regeneración de maná: 27,5/seg (Base 25,01/seg aumentada por equipo) Resistencia:
225/225
Regeneración de resistencia: 5,64/seg.
Característica: Puntuación bruta (Modificador)
Fuerza: 25 (1.25) Destreza: 34 (1.34) Constitución: 30 (1.30) Inteligencia: 75 (2.25)
Sabiduría: 69 (2.19) Carisma: 26 (1.26) Percepción: 54 (2.04) Suerte: 30 (1.30) Suerte
Kármica : +6
—Esa muerte me hizo retroceder—, murmuró casi en voz tan baja que él mismo no
pudo oírlo. —Al menos só lo pierdo experiencia y no estadísticas. Joder. Perdí todo el
progreso al limpiar toda la mina de sal. Aunque las estadísticas se ven bien…—
—Joe, creo que algo se acerca—, dijo Bard en voz baja. Al instante, el grupo tomó sus
armas y se preparó . Una silueta salió lentamente del bosque y se transformó en un
enorme Guerrero Hombre Lobo.
—Paz ofrecida. Se solicita conversació n—.
Jaxon dio un paso adelante y gruñ ó lo que sonó como una amenaza confusa. Los
demá s apretaron má s las armas, sabiendo que esto no terminaría bien. Para su total
sorpresa, las orejas del Hombre Lobo se animaron y su cola se movió en un suave —
movimiento feliz—. —¡Hombre del poder del dolor! ¡Ja! ¡Los O'Baba estará n
contentos! Venir venir. Si te quedas aquí, morirá s a causa de las esporas—.
Jaxon convenció a los demá s para que lo siguieran, por lo que el Hombre Lobo esperó
a que levantaran el campamento y los humanos confundidos lo siguieron hacia la
oscuridad.
Sus ojos se acostumbraron rá pidamente y se dieron cuenta de que había una puerta
abierta frente a ellos.
Jaxon saltó , dejando tanto a los humanos como a los Hombres Lobo con la boca abierta
cuando llegó a la vieja y arrugada bruja Hombre Lobo que estaba sentada cerca del
fuego y la abrazó antes de empujarla por todos lados mientras le gruñ ía. Joe y
compañ ía se prepararon para dirigirse a reaparecer, pero luego escucharon la risa del
anciano líder. —Hola amigos de Jaxon. Veo que aú n no has podido entrenarlo en casa
—.
—Es una tarea continua e ingrata—, logró responder Joe. Algo pasó rá pidamente junto
a su oreja, le cortó la garganta y le hizo sangrar. Joe reaccionó instantá neamente, y un
Shadow Spike lo ensartó ... y tomó una grulla de papel de origami manchada de sangre
fresca. —¿Qué es…?—
O'Baba hizo un gesto y gruñ ó , y un poder invisible arrojó fuera de la habitació n una
forma envuelta en una tú nica. Joe vio lo que parecía un montó n de libros caer con
quienquiera que fuera, luego se volvió hacia O'Baba con una mirada inquisitiva. Ella
suspiró y se sentó . —Por supuesto que no pudo resistirse. Lo siento. Permití que uno
de los míos te atacara cuando está s aquí como invitado. Repararé el dañ o causado—.
Joe iba a hablar, pero Jaxon se acercó rá pidamente y se llevó una mano a la boca. —No
insultes su deuda. Ademá s, hacen el mejor jamó n curado, si puedes elegir la forma de
pago—.
—Yo... los humanos son tan extrañ os—. O'Baba se sacudió . —Si se me permite ser tan
atrevido, ¿por qué está s aquí? Eres demasiado débil para esta á rea; Los de tu especie
apenas deberían estar probando los límites del Bosque Loco—.
—¿Así es como lo llamas? Interesante—, comentó Joe mientras intentaba encontrar
una forma adecuada de expresar sus siguientes palabras. —Mi pueblo está al borde de
la hambruna. Después de la batalla, llegaron millones de humanos má s. A este paso
muchos morirá n. Aú n má s trabajará n para despojar a la tierra de todo objeto ú til y se
comerá n los á rboles si es necesario. Encontré un texto antiguo que enumera esta á rea
como un lugar donde alguna vez vivieron los elfos, y decía que tenían acceso a
alimentos casi ilimitados. Vinimos aquí para encontrar cualquier cosa que pudiera
ayudarnos—.
La O'Baba se sentó en su silla de madera y golpeó con una larga garra el brazo de la
misma. —Sabes… tengo un gran interés en asegurar que a los humanos no les vaya
demasiado bien. Hay rencor entre nosotros. Nuestro Rey fue asesinado, nuestro
pueblo destrozado, pero... recuerdo un momento en el que mi propio pueblo pasó
hambre. Si crees que ahora somos animales... hmmm. Te ayudaré y he aquí por qué—.
Se puso de pie y caminó hacia Joe, mirá ndolo directamente a los ojos mientras se
acercaba. Sus iris eran de un rojo profundo y arremolinado, justo cuando sabía que
sus ojos se arremolinaban con una menor cantidad de azul y negro, la firma del maná
concentrado en un cuerpo. —Nuestra gente tiene una regla. Só lo la familia puede tocar
a otra sin causar dolor. De esta manera, nos entrenamos para volvernos resistentes,
para ignorar el dolor. ¿Sabes lo que sucede cuando alguien siente dolor o teme el
dolor... el Joe humano?
—¿Tienden a atacar, jurar vengarse má s tarde o colapsar en un charco?— Joe
respondió con bastante humor, tratando de calmar el ambiente tenso.
—Esto es cierto.— El poderoso chamá n asintió . —Entonces, como un pequeñ o acto de
pequeñ a venganza... voy a ayudarte a conseguir lo que quieres—.
—No entiendo.— Todos los humanos se miraron unos a otros y se encogieron de
hombros.
—Nada conduce má s a la debilidad que una sociedad gorda que no necesita luchar
para lograr lo que necesita. Si os doy toda la comida que necesitá is, es posible que no
necesite hacer nada cuando llegue el momento de nuestro ascenso . Su propia gente
simplemente se apartará de nuestro camino. Se mudará n por miedo a perder lo que
tienen gratis. Podrías pensar en esto, jurando que no usará s la habilidad que tienes,
pero cuando el primer humano muera de hambre frente a ti… cederá s—. O'Baba se
dio la vuelta y volvió a sentarse en su silla.
—Ahora. É sta sigue siendo informació n que vale mucho. Te beneficiará s
personalmente y alcanzará s grandes alturas entre tu gente. Entonces, primero
necesito que hagas algo por nosotros—. O'Baba había vuelto a ser una vieja bruja
sonriente, y mirá ndola ahora, Joe nunca pensaría que ella era la que lo había hecho
sudar a mares hace unos momentos. —Necesito que limpies un templo en el á rea. Hay
una infestació n que preferiría no perder gente para eliminarla. Siempre puedes
regresar, así que no debería ser un gran problema—.
—¿Ofrecer una… misió n?— Esto era algo que Joe podría respaldar. —¿Podría pasar
por alto esto como reparació n para quienquiera que me acaba de atacar?—
O'Baba regresó con una mirada gélida. —La compensació n que ofrezco es no tener
que alcanzar el estatus de 'Amigo' con The People antes de ofrecerte una misió n
personalmente. ¿No es esto suficiente?
—Haces un buen punto.— Joe tragó y trató de no sonreír. Mostrar los dientes parecía
una mala idea en este momento. —Déjame adivinar,
¿El templo está en el centro del bosque y tenemos que matar a quienquiera que esté
controlando a todos los diablillos y expandiendo tanto el bosque?
—No.— O'Baba resopló . —Apenas puedes sobrevivir en los bordes del bosque, y aun
así só lo atacando a los perros callejeros que está n lejos de sus manadas. ¿Quieres
entrar en una zona de incursió n de nivel treinta? Eso requeriría una recompensa
mucho má s grande que las simples casas en crecimiento. Ciertamente no es algo para
lo que ninguno de nosotros esté preparado—.
—Oh.—
—Lo guiaremos al sitio má s al norte, que está demasiado cerca de nosotros para su
comodidad—. O'Baba señ aló una puerta junto a ellos. —Ve a descansar. Necesitará s
estar en la mejor forma posible para sobrevivir mañ ana—.
—¿Podemos ver los invernaderos antes de aceptar esta misió n?— Joe le impidió
despedirlos. —Sé que no estarías ofreciendo algo que no tienes; Só lo quiero ver qué es
lo que obtenemos del acuerdo—.
—Duerme ahora—, ordenó O'Baba con voz mordaz. —Por la mañ ana nos
aventuraremos al á rea de producció n y encontrará s lo que viniste a buscar—.
Joe miró a su equipo, que se tambaleaba. Necesitaban dormir y había mucho tiempo
para encontrar respuestas cuando tenían la mente clara. Joe aceptó a regañ adientes y
los llevaron a un conjunto de camas extragrandes, sorprendentemente có modas. —
Bueno, al menos esto es realmente lindo. ¿Creen que tomé la decisió n correcta aquí?
Miró a su alrededor pero descubrió que su equipo ya estaba dormido. Un tiró n
antinatural tiró de él y Joe sucumbió al abrazo de Morfeo también.
Potente con sabor y ricos aromas. El estó mago de Joe gruñ ó y no estaba solo. Por lo
que pudieron ver, había suficiente comida para alimentar a decenas de personas
durante semanas, y esta era solo la entrada del edificio.
—Es un invernadero. Muchas funciones. ¿Verá s? Bien.— El Scout les hizo un gesto
para que retrocedieran y los obligaron a salir del edificio. —A los O'Baba—.
Pasar por la puerta nuevamente pareció alejar todos los aromas que habían estado
marinando hace apenas unos momentos. Debe ser una funció n del edificio, y Joe
estaba ansioso por hacer un plano y crear su propia versió n. Só lo había podido ver una
pequeñ a zona del invernadero, pero parecía enorme en una escala que le costaba
entender. Un edificio tan grande no debería poder existir escondido, pero claro... no
parecía tan grande desde el exterior. ¿Quizá s había algunos trucos como la magia
espacial de la universidad de magos? Eso fue lo ú nico que se le ocurrió a Joe. ¿Era este
otro edificio de artefactos? ¿Má s alto? ¿Podría siquiera construirlo en otro lugar
incluso si tuviera el plano?
Sus pensamientos eran tumultuosos mientras caminaba, y estuvo en modo de piloto
automá tico hasta que llegaron de regreso a O'Baba. Ella vio su mirada lejana y asintió .
—Tienes preguntas. Tengo algunas respuestas. No muchos hasta que completes mi
tarea. Entonces podrá s preguntar sobre el edificio todo lo que quieras—.
—Me parece bien.— Joe respiró hondo y la miró a los ojos. —¿Ese edificio usa magia
espacial? ¿Qué nivel es?
—Sí, es má s grande de lo que debería ser. Está clasificado como 'Ú nico Especial'—.
O'Baba mostró los dientes. —Puedo ver que uno se pregunta por qué la clasificació n
es tan baja para un edificio tan potente. El alto costo de crearlo y las desventajas que
conlleva el edificio reducen el valor percibido. No todo puede ser lo mejor del mundo,
Arquitecto de Artefactos.—
Joe se estremeció , pero decidió que era una tontería de su parte pensar que el actual
líder de una nació n no tendría al menos una forma de ver sus títulos. —Bueno, eso es
bueno. No tengo los recursos que necesitaría para crear un montó n de artefactos o
mejores. ¿Puedes contarme má s sobre el invernadero?
—No, no creo que lo haga—, fue la decepcionante respuesta. —Solo debes saber que
hay desventajas, grandes problemas con el edificio, que reducen la rareza del lugar
donde se encuentra. Recibirá s tu comida, pero aú n así
Joe no tenía idea de qué hacer para calmar las crecientes tensiones. Miró al grupo a su
alrededor con impotencia, y su mirada finalmente aterrizó en Jaxon. El quiroprá ctico
pareció confundido y dio un paso adelante para decir lo mismo. —¡Hola! Disfruto que
me incluyan, pero debo admitir que no tengo idea de lo que está pasando. ¿Qué
quieres decir?—
—Jaxon, me conociste por primera vez cuando alguien nos estaba cazando en un
bosque. ¿No te preguntaste por qué yo, el mayor chamán del pueblo, estaba
escabulléndome en lugar de levantarme para diezmar a los humanos atacantes?
O'Baba miró fijamente la cara estresada que Jaxon estaba poniendo e inclinó la cabeza
hacia un lado. —¿Recuerdas có mo nos encontraste?—
—¡Por supuesto!— Jaxon se iluminó al instante. —¡Escuché a alguien huir de mí, así
que salté tras ellos para ver qué pasaba! Era só lo uno de tus cachorros, así que intenté
irme, pero te atacaron—.
—Correcto, Jaxon.— El O'Baba se volvió hacia Poppy con ojos duros. —Como lo
expresas de manera tan amenazadora, una raza Destrozada puede extinguirse. ¿Has
visto a otros niñ os por ahí? ¿No? ¿Solo el á rea protegida? Seguro que es difícil
extinguir una raza cuando los niñ os está n a salvo, ¿no crees?
Poppy palideció mientras hacía la conexió n que O'Baba estaba dibujando para él. —
Ahora lo ves. Estaba llevando nuestro futuro a este lugar, a un lugar tan peligroso que
los ejércitos de tu Reino no podrá n encontrarnos fá cilmente. Perdónanos , estamos
nerviosos en torno a un grupo que tiene un interés personal en matarnos o
esclavizarnos. ¿Quizá s nos demostréis que sois una buena gente en lugar de lanzarnos
insultos y amenazas porque os obligaron a descansar bien por la noche?
Poppy bajó la cabeza avergonzado y asintió levemente para mostrar que había
entendido el problema. O'Baba volvió a mirar a Joe. —Ahora. Volvamos a la misió n—.
¡Alerta de misión! El culto a la mente ardiente. O'Baba os ha hablado de una zona que es
demasiado peligrosa para dejarla sola. Una infestación de humanos —incorrectos— ha
tomado el control de un lugar de poder en el Bosque del Caos de Clorofila y está
expandiendo su influencia en el área. Derrótalos, asegúrate de que no puedan desafiar a
los Hombres Lobo y tendrás tu recompensa. Recompensa: +1000 de reputación con The
People. +10.000 de experiencia. Plano para el 'invernadero de crecimiento permanente'.
Fracaso: El lugar de poder permanece bajo el control del Culto durante dos semanas. -
1000 de reputación con The People. Pierda la oportunidad de obtener el plano.
¡Precaución! ¡La recomendación mínima para esta misión es el nivel 25! ¿Aceptar? Sí No
CAPÍTULO VEINTISEIS
Una visió n extrañ a adornó el bosque esa mañ ana. Dos Wolfman Scouts se abrieron
paso lenta y cuidadosamente a través del bosque, y unos metros detrá s de ellos
seguían a un grupo de sus enemigos raciales, los humanos. Ahora, no había nadie
cerca para ver esta extrañ a visió n, y los Scouts hicieron todo lo posible para
asegurarse de que siguiera siendo así. Los enemigos aquí eran demasiado poderosos
para dos Scouts está ndar, pero usaron sus sentidos mejorados con gran efecto para
evitar conflictos y elegir el mejor camino a seguir.
Como había mencionado The O'Baba, el lugar de poder estaba cerca. Después de só lo
una hora de arrastrarse por el bosque, aparecieron enormes muros de piedra grises
entre los á rboles. Si hubieran estado caminando a un ritmo normal en línea recta,
probablemente solo les habría tomado unos quince minutos llegar. Las paredes
mismas parecían latir con una luz tenue, y justo cuando el grupo llegó , descubrieron
por qué este lugar se consideraba tan peligroso. Los exploradores los llevaron a un
á rbol y, después de asegurarse cuidadosamente de que el á rbol no fuera un Ent,
ayudaron al grupo a subir a una posició n de vigilancia.
—¡Esto es una catedral!— La voz de Joe era casi demasiado fuerte y, en un instante,
una flecha envenenada estaba en su garganta. No estaba demasiado preocupado, ya
que había maximizado su Capa Exquisita, pero estaba algo avergonzado por su
arrebato y se calmó . La espera se prolongó , diez minutos. Quince. Treinta. Entonces las
puertas de entrada se abrieron y una formació n de gente salió . Todos tarareaban la
misma melodía y era pegadiza. Joe, todavía avergonzado por su arrebato anterior, se
detuvo justo antes de unirse, pero notó con horror que todos los demá s, incluidos los
Scouts, tarareaban a un decibelio mucho má s bajo.
—¡Tipo! ¡Para!— Exigió Joe, llamando su atenció n y siendo observado. Luego se
dieron cuenta de que estaban tarareando y Joe estuvo bastante seguro de que
intentaron parar. Pero no lo hicieron.
Las paredes del edificio brillaron con má s intensidad y un rugido del bosque desafió
directamente el espectá culo de luces y mú sica. El sotobosque empezó a agitarse
cuando una criatura se acercó a la formació n de unas doscientas personas, y el
zumbido empezó a alcanzar un crescendo. Una Rosebeast surgió de los frondosos
helechos que cubrían el suelo, y después de un momento para orientarse, cargó
directamente hacia el enorme grupo de personas desarmadas.
Joe no estaba seguro de lo que esperaba, pero no era Rosebeast destrozando al grupo
con facilidad. La bestia de nivel veinte golpeó las segundas filas de la formació n con un
chorro de sangre... que vino de las primeras filas. Entonces la gente se amontonó sobre
la Bestia Rosa, todos ellos todavía sonriendo y tarareando. Alexis le dio un codazo a
Joe y le susurró : —El nivel promedio de esas personas es cinco. No veo a nadie mayor
de siete añ os—.
—¿Qué diablos?— Joe volvió a mirar la pelea, la matanza, justo cuando la Bestia Rosa
se sacudió y envió una ola de espinas volando desde las enredaderas que rodeaban su
cuerpo. Otra docena de humanos cayeron bajo las espinas y el veneno, pero la ola de
cuerpos comenzó a cubrir a la Bestia Rosa, golpeando, pateando y mordiendo entre
sonrisas. Los doscientos se redujeron a cien. Cincuenta. Veinte. Cinco. Dos. Entonces la
Bestia de las Rosas finalmente cayó , arrancada la ú ltima de sus rosas.
Los dos humanos restantes comenzaron a brillar con una luz dorada,
hipernivelá ndose por la experiencia de matar a una criatura tan poderosa y solo
dividirla entre dos personas. Joe no tenía ninguna duda de que obtuvieron
bonificaciones, niveles de habilidad y todo tipo de ventajas por luchar con las manos
desnudas y sin armadura. Las dos personas se levantaron, continuaron tarareando y
regresaron a la catedral.
Por mucho que Joe quisiera discutir lo que acababa de ver con su grupo, sabía que
actualmente estaban aquí para aprender sobre los luchadores y los desafíos que
tendrían que enfrentar. Las puertas se abrieron y algunas personas se quedaron
esperando a que regresaran los combatientes. Por lo que Joe pudo ver, el á rea abierta
estaba llena de gente. No tenía idea de có mo había llegado hasta allí tanta gente de
bajo nivel, pero tenía la creciente sospecha de que tal vez algunos de ellos habían
pensado que iban a convertirse en agricultores.
—Escaneo intrusivo—, murmuró Joe cuando vio una figura musculosa y brillante
dando la bienvenida a los supervivientes. Mantuvo el contacto durante tres segundos
antes de que la figura se diera cuenta de su escaneo y cerrara las puertas para
bloquear la recopilació n de informació n hostil e intrusiva. Eso fue
Bien con Joe, ya que la informació n que ya había obtenido fue suficiente para hacerle
estremecerse.
Brayden_W, Hierofante de la Mente Ardiente.
Estadística más alta: Inteligencia
Efectos continuos: Mente Ardiente. Unificación. Blindaje de pozo de maná. Empoderado
por muchos. Enemigo del bosque. Aura de hipnotismo. Soy amplificación de phiteatro.
Doble Daño Arcano...
La lista de efectos activos continuó por otras dos líneas, pero desaparecieron antes de
que Joe tuviera la oportunidad de leerlos cuando el fantasma Hiero cerró la puerta. —
Ay. Esto es... sí, esto va a ser muy difícil, chicos. Escuche algunos de estos efectos que
tiene ese tipo—.
Mientras Joe explicaba los nombres de los efectos, las expresiones a su alrededor se
tornaron derrotadas. Para deleite de Joe, recibió una notificació n tan pronto como
dejó de hablar.
Aumento de habilidad: Escaneo intrusivo (Principiante IV). Ey. No deberías haber podido
escanearlo. Solo digo. Falló críticamente al bloquearlo. Gran impulso debido a eso.
¡Tootles!
Dejando a un lado el mensaje extrañ o, Joe estaba feliz de ver algo de progreso en la
habilidad, incluso si no sabía qué pasaría a medida que se fortaleciera. ¿Quizá s sería
menos probable que la gente se diera cuenta de que esto sucede? Bard interrumpió -
sus pensamientos: —¿Crees que ese aura hipno es la razó n por la que está bamos
tarareando esa melodía basura?—
—Probablemente, y la forma en que la pared pulsa con luz probablemente se deba al
efecto de la 'Amplificació n del Anfiteatro'. Apuesto a que el edificio está mejorando su
capacidad—, afirmó Alexis después de un momento. —Joe, ¿alguna vez has recibido
bonificaciones por estar en un templo o algo así?—
A Joe le tomó por sorpresa el repentino cambio en la conversació n, pero no pudo
pensar en una respuesta adecuada. —¿Sabes que? Apuesto a que lo haría si alguna vez
pasara algú n tiempo en uno. Por lo general, estoy demasiado en movimiento para
acumular bonificaciones, pero sé que muchos clérigos tienden a quedarse en un solo
lugar. Tiene que haber una razó n. Lo probaré alguna vez—.
—Bien, creo que vamos a necesitar un plan de ataque—, habló Poppy a los demá s.
Estuvieron de acuerdo y comenzaron a discutir sus opciones en voz muy baja . Veinte
minutos má s tarde, lo habían reducido a una distracció n bastante está ndar: agarrar y
agarrar.
—Creo que si podemos apoderarnos del edificio, es decir, convertirlo en Tatum,
podremos eliminar la mayoría de los efectos activos que está obteniendo el Hierofante
—. Joe no estaba del todo seguro de su plan, pero era su mejor opció n en este
momento. —Ademá s, obtendríamos algunas de las cosas del golem guardiá n del
templo. Por mi vida, no puedo recordar
como se llaman ahora. Oh, gigantes 1 . Sin embargo, tengo un problema importante con
este plan. No hay manera de que tenga suficiente maná para convertir este lugar por
mi cuenta. Un santuario al borde del camino me deja seco ahora mismo—.
—¿Y si todos nos uniéramos a ti?— —le preguntó Alexis.
—No, piénsalo—. Joe sacudió bruscamente la cabeza. —Necesitamos que alguien nos
defienda, y la ú nica manera de llegar aquí es acudiendo a los Hombres Lobo. No
podemos exactamente traer a otras personas con nosotros para hacer una redada
adecuada, ¿verdad?
—Bien.— Bardo carraspeó . —De todos modos, no me gustaba la idea de ser una
batería . No es para lo que me inscribí—.
—¡Esperar! ¡Una batería!— Los ojos de Joe brillaron y abrió la boca para decir má s. En
ese momento, las paredes del edificio volvieron a brillar y las puertas comenzaron a
abrirse con un chirrido. Joe cerró la boca pero indicó que hablarían má s tarde. El
tarareo comenzó y pronto, se desarrolló la escena anterior. Doscientas personas
salieron, una Bestia cargó y los dos bandos pelearon.
—Ninguno de los supervivientes del ú ltimo grupo está aquí—, señ aló Alexis. Joe ni
siquiera había pensado en buscarlos. —Volver al nivel má s alto siendo siete—.
Esta vez, el combate terminó de manera muy diferente. Todos los humanos fueron
aniquilados y la Bestia avanzó hacia el edificio. Las puertas se abrieron de nuevo y
Alexis señ aló a dos personas entre la multitud de unas cincuenta personas que salían.
—Ahí está n nuestros supervivientes—.
Aun así, el grupo estaba desarmado, pero ahora el nivel promedio era doce y la Bestia
estaba debilitada. Una docena de humanos murieron, pero el resto compartió la
experiencia y se hizo má s fuerte. Luego volvieron a entrar al edificio y las puertas se
cerraron nuevamente. El Scout que estaba con ellos habló en un á spero susurro: —Es
hora de partir. Cada dos horas salen del lugar de poder y buscan cualquier cosa en la
zona. Son minuciosos—.
Bajaron del á rbol y se dirigieron al borde del bosque. Originalmente, iban a regresar al
á rea de Wolfman, pero el equipo había convencido a los Wolfmen de que necesitaban
acceso a muchas cosas que no estaban disponibles en el á rea actual. Después de la
lenta caminata hacia la salida, uno de los Scouts le pasó a Joe un pequeñ o objeto que
se ajustaba a su muñ eca como un reloj. Entonces el Scout habló , mirando a Joe con
ojos duros y mortales: —Esto traerá a su grupo a nuestra á rea si regresa. No quiero
dejaros ir, pero El O'Baba ha hablado. Hacer
no...
CAPITULO VEINTISIETE
—¡Muy bien, Jess-a-mundo!— El entusiasmo de Joe rebotó inofensivamente en las
férreas defensas del enfoque ú nico de Jess. —Tengo algunas tareas realmente
importantes para ti. Necesito un par de nú cleos para realizar pruebas y uno que sea el
má s potente que puedas encontrar. Utilice el gremio para esto si puede. Prometieron
financiar nuestra operació n—.
—Puede hacer.— Jess metió una nota en una pequeñ a libreta. Joe asintió con
aprobació n; La gente estaba empezando a tomar nota cuando habló .
—Excelente. A continuació n, necesito una actualizació n sobre las finanzas, tanto para
mí como para los miembros de mi partido. No sé cuá nto les pagan a ellos ni cuá nto me
pagan a mí, y eso debe solucionarse. ¿Qué má s...? Joe chasqueó los dedos. —
Entrevistas. Necesito contratar algunas personas que tengan grandes reservas de
maná . No me importa el nivel que tengan, pero puedo ofrecerles salario, una clase,
alojamiento y esas cosas. Pueden conservar sus trabajos diarios; Solo los necesitaré en
varios momentos. Ponlos en anticipo—.
—¿Vas a confiar en que elegiré a las personas adecuadas?— Jess pareció sorprendida.
—Sí, pero también no—, decidió aclarar Joe. —Se presentará n contigo, pero después
de que des el visto bueno inicial, haré una segunda entrevista y veré si encajamos.
Trabajar conmigo será un gran beneficio, pero a menudo hay mucho dolor y fracaso.
Necesito gente a la que só lo le importen los grandes beneficios. La mayoría de las
personas que necesito en este momento será n parte de mi Aquelarre Ritualista, pero
busque personas que deseen ser clérigos; Estoy bastante seguro de que puedo darles
esa clase también—.
—¿Qué vas a hacer mientras hago esto?— Jess ya parecía resignada a tener exceso de
trabajo. Pobre chica. —¿Dó nde estará s?—
—El ú nico lugar al que podrá s llegar hasta mí es la cafetería. El resto del tiempo estaré
un poco... escondido—. Joe respondió evasivamente. —Una ú ltima cosa, necesito una
forma de capturar, retener y transportar una bestia rara capturada de alto nivel. ¿Ver
si eso es factible?
—Mmm-hmm—. Jess lo miró con una ceja temblando. —¿Algo má s ?—
—No tanto. ¿Obtuviste la clase que buscabas? La pregunta personal de Joe pareció
desarmarla.
—Oh. Sí. Me tomó un poco, pero... estoy entrenando algunas habilidades pertinentes
ahora mismo. Incluso encontré un entrenador de clase, aunque sigue haciéndose
pasar por un guardabosques—.
—¿Me vas a dar una pista?—
—De ninguna manera.—
—Excelente. ¡Me voy a lograr lo improbable!— Joe señ aló al aire y se alejó , riéndose de
sus travesuras. Bien. ¡No hay necesidad de ser inaccesible! Joe só lo tuvo unos días
para hacer realidad sus objetivos. Cada miembro de su grupo tenía sus tareas y,
francamente, Joe sentía que sus necesidades personales eran mucho má s difíciles. La
razó n por la que no había profundizado en el libro de baterías de maná hasta ahora
era que contenía mucha información erró nea.
Necesitaba recopilar la informació n correcta, juguetear con á reas sobre por qué el
creador del proceso parecía pensar que esto era importante y luego convertir el
hechizo en un proceso ú til. A partir de ahí... bueno, había mucho que hacer a partir de
ahí. Este fue uno de los ú ltimos pasos necesarios para capturar el edificio. Necesitaban
una distracció n y necesitaban una manera de acabar con el Hierofante. Joe sabía que la
ú ltima parte podría ser la parte realmente difícil de esta bú squeda. El enemigo era
inteligente y Joe no entendía realmente sus capacidades. Joe ni siquiera había
reconocido algunos de esos efectos activos.
Al ingresar al á rea inferior y oculta del Saló n de los Conquistadores, Joe se encontró
completamente aislado por primera vez en días. Provocó un sentimiento de alivio y un
anhelo de compañ ía. Tal vez contrataría a un bardo para que le tocara mú sica
mientras trabajaba. No. Ninguno de los instrumentos aquí funcionaría para hacer EDM
o la mú sica de varios videojuegos que escuchaba para ayudarlo a concentrarse. Un
laú d no iba a poder vencer al silencio.
Joe se acercó a su escritorio y lo revisó hasta que encontró el manual de Mana Battery.
Respiró hondo y se resignó a gastar mucho oro en papel durante los pró ximos días.
Segú n lo planeado, comenzó a compilar, se aseguró de que toda la informació n
correcta entre las distintas pá ginas estuviera en una hoja nueva con suficiente espacio
para agregar má s informació n a su alrededor. El libro era grueso en comparació n con
la mayoría de los manuales de hechizos y, a medida que la informació n se reunió , Joe
se dio cuenta de que su corazonada inicial sobre esto era correcta; esto fue un
encantamiento. No estaba seguro de si todo se traduciría en una forma utilizable, pero
todo lo que podía hacer en este momento era intentarlo.
de variables, á ngulos y diagramas de flujo de energía que lo habrían hecho correr
gritando cuando se unió al juego por primera vez... e hizo modificaciones que
solucionaron algunos de los problemas. Todavía le sorprende.
Frunció el ceñ o mientras trazaba una línea que se tambaleaba y miraba fijamente su
mano. ¿Oh? Parecía que le temblaba la mano. ¿Baja azú car en la sangre? Debe serlo.
Joe miró la hora y se dio cuenta de que apenas se había movido en catorce horas. ¡Eso
tenía que dejar de suceder! Dejó la pluma con un suspiro y caminó hacia la superficie.
Necesitaba comida y una siesta, pero su trabajo había obtenido beneficios
inesperados.
¡Éxito en el trabajo complicado! Inteligencia +1!
Aumento de habilidad: Magia ritual (Journeyman VIII).
Entrenar el cuerpo para resistir el hambre, la sed e ignorar la necesidad de dormir y ir al
baño es desagradable, ¡pero tu excelente concentración puede ayudarte a salir adelante!
¡Constitución +2!
—¡Eso es una locura!— Joe lo miró de nuevo y, de hecho, había ganado tres puntos de
estadísticas con solo trabajar en este tema. Allí decidió que iba a tener que reevaluar
cada paso de este proceso para asegurarse de que se hiciera correctamente. Quizá s
todavía no estaba tratando esto con el nivel de peligro real que representaba.
¡Has tomado tres decisiones en ocho horas que evitaron el desastre ! ¡Sabiduría +1!
Haz que sean cuatro puntos de estadísticas. Joe tragó con la garganta seca y luego
lanzó Cleanse para hidratarse. ¿Eran realmente los encantamientos tan mortales y
difíciles? Debería consultar con Terra para ver qué estaba obteniendo de su
experiencia. Ella estaba tratando de convertirse en una encantadora, ¿verdad?
Joe entró al comedor y descubrió que ahora tenía un pabelló n encima en lugar de ser
un á rea de picnic al aire libre. Allí estaba el á rea de comida del gremio así como un
empresario que había abierto un pequeñ o restaurante. Era aproximadamente del
mismo tamañ o que un camió n de comida y parecía estar funcionando bien, si el
nú mero de personas en la fila era una indicació n. Joe esperaba que pudieran seguir en
el negocio a medida que comenzara a aparecer la escasez de alimentos.
Se tragó la comida está ndar insípida que el gremio ofrecía a los miembros y se dio
cuenta de por qué había tanta gente que no estaba interesada en ella, pero era
abundante y nutritiva, y de todos modos todo era secundario después del café. Joe
levantó la vista cuando Mike se acercó y un brillo se reflejó en sus gafas. —¡José! ¡Ahí
tienes! Esperaba poder obtener su ayuda en algunos proyectos de construcció n—.
—¡Hola Mike! ¡Esperaba intercambiar puntos de contribució n por artículos ú tiles!
¿Qué tienes? Joe se puso de pie con entusiasmo y extendió una mano para golpear el
puñ o.
Mike tartamudeó hasta detenerse y pareció dolido. —Nosotros, ah, todavía estamos
trabajando para establecer una tienda de contribuciones...—
—Oh no hay problema.— Joe sonrió maliciosamente: —¡Hablemos de construir
algunos edificios má s mejor y má s rá pido que nadie más podría hacerlo!—
—Puaj. Sí, hablemos—, respondió Mike con amargura, sabiendo que lo habían
engañ ado. —Mira, voy a ser sincero contigo. Por alguna razó n, el cuartel que hiciste es
simplemente... mejor que los que hemos estado construyendo . Mejores bonificaciones
cuando está n en uso, mayor calidad de sueñ o... simplemente mejor—.
—Tengo un título. Cualquier construcció n de una nueva estructura aumentará las
estadísticas generales del edificio y los aumentos potenciales en un diez por ciento—.
Joe asintió cuando Mike se dio cuenta del potencial de tal título. —Lo obtuve al
preparar a esa bestia—.
Mike siguió el pulgar de Joe para ver la imponente estructura de huevo del Saló n de
los Conquistadores. —Veo. Bueno... por favor ayú danos. Necesitamos que se haga
mucho trabajo. Necesitamos casas, cuarteles, muros, instalaciones de
almacenamiento, saneamiento, bañ os, alcantarillado... todo. Si podemos hacer todo
esto con las bonificaciones que usted proporciona, podremos crear una base estable,
convertirla en una ciudad y hacer que la ciudad alcance el rango uno mucho má s
rá pido de lo que podríamos hacerlo de otra manera—.
—¿Rango uno?— Esta fue la primera vez que Joe escuchó sobre las clasificaciones de
ciudades.
Mike asintió y comenzó a explicar: —Recibimos ciertas bonificaciones como gremio
por tener una ciudad bajo nuestro control. Si bien somos propietarios de la tierra que
nos rodea, no podemos hacer demasiado para utilizarla. Subir de rango ayuda con eso
y nos permite solicitar planos de construcció n nuevos y mejores a los Gremios de
Arquitectos y Carpinteros del Reino. De nada sirve tener un granero si no tenemos
campos de cereales, ¿verdad? No tiene sentido un sistema de alcantarillado sin puntos
de recogida como edificios o bañ os. Estamos atrapados con letrinas y cosas así, lo que
con el tiempo baja la moral—.
—Veo.—
—Escuchar. No podemos hacer demasiado, pero... ¿qué tal esto? Mike respiró hondo.
—Sé que no quieres dirigir un gremio, pero la cantidad de trabajo que ya has hecho
para ayudarnos hasta este punto no ha pasado desapercibida. Si puedes ayudarnos a
llegar al nivel cinco de la ciudad, renunciando a otras recompensas, te daremos una
nueva posició n—.
—Estoy escuchando...—
—En el nivel cinco, tendremos la opció n de elegir en qué direcció n crecerá nuestro
gremio. Decidimos que en ese momento convertiremos nuestro gremio en una Secta.
Esto cambiará mucho en la estructura y abrirá una nueva posició n. Habrá diez puestos
para un 'Anciano del gremio'. Tienes voz y voto en la direcció n en que crece el gremio
si lo deseas, má s paga,
patrocinio directo de proyectos del gremio y mucho respeto. También podrá s agregar
o eliminar personas de nuestro gremio (Secta en ese momento) siempre y cuando otro
Anciano no se oponga a la elecció n—.
—Interesante—, murmuró Joe, pensando en la decisió n. —Mejor yo que alguien en
quien no confío, y esto ayudaría en gran medida a aclarar las cosas cuando dejé el
gremio. Muy bien, Mike. Trato. No puedo hacer esto todo el día todos los días, así que
elige qué edificios necesitas e intentaré hacer uno por día—.
—Trato.—
—¡Vamos a ello entonces!— Joe se puso de pie y los demá s se unieron a él mientras
caminaba. —Escucha, si crees que realmente quieres esto, genial, pero vamos a ver si
realmente lo quieres ahora mismo. Vamos a construir un edificio y veremos si te
quedas. Ademá s, debo decirte que el maná se desbloquea automá ticamente para todos
en el nivel diez. Si no puedes soportar el dolor, quizá s quieras esperar hasta entonces
para sentirlo. Hacerlo de esta manera es efectivo, pero… sí—.
Nadie se fue, y de hecho, habían ganado a una persona. No molestó a Joe en absoluto,
pero sí se preguntó qué pensaba el chico nuevo que estaba pasando. Se encontraron
con Mike y fueron dirigidos a una pila de recursos. Joe se había quedado despierto
hasta altas horas de la mañ ana para convertir el plano que le habían dado en un ritual,
y era hora de hacerlo realidad. Só lo necesitaba añ adir algunos detalles má s. Joe
alegremente sacó su cuadrícula de encuesta y jugueteó con ella por unos momentos.
Después de algunos intentos fallidos, logró crear la cuadrícula sobre el á rea en la que -
estaba previsto construir el edificio de almacenamiento.
—Limpio.— Joe miró la luz suave que creaba una caja sobre el á rea. —¿Está esto en el
lugar correcto?—
Mike hizo que una persona administrativa fuera a revisar los límites , y Joe tuvo que
hacer algunos pequeñ os ajustes. Cuando se aprobó el lugar, Joe tocó el Survey Grid con
forma de varita en su diagrama ritual y la informació n posicional se agregó
automá ticamente. Luego, la rejilla lá ser pasó de ser una caja a un contorno azul
translú cido de có mo se vería el edificio cuando estuviera terminado. Mike le sonrió al
Rituarquitecto, levantando las manos en el aire. —¡Bien! ¡Lo admito! ¡Eso es genial!
¿Qué es esto, algú n tipo de magia de ilusió n?
—¿Probablemente?— Joe comenzó a recolectar sangre de las personas que querían
participar, mirando duramente a los que parecían aprensivos. —Miren, muchachos.
Esta es la parte más fácil de hacer lo que hago. No ha tenido que crear, solucionar
problemas ni diseñ ar nada de esto. Si esto es demasiado pedir, puedes irte ahora sin
resentimientos. Físicamente no puedes salir durante el proceso de construcció n—.
Ninguno de los ocho se fue, así que Joe se encogió de hombros y recogió sangre. —
Mike, parece que te necesitaré en esto otra vez. No tengo idea de có mo será la reserva
de maná para algunas personas aquí—.
Mike palideció y miró a su alrededor frenéticamente. —No, solo estoy aquí para
asegurarme-—
—Miguel.—
—Uf, ¿es por eso que Aten sigue enviá ndome a hacer esto?— Mike se quejó cuando le
pincharon el dedo y una gota de sangre cayó en el suelo.
ver cá liz. —¿Porque sabe que lo utilizará n como batería si viene? Apuesto a que es. La
pró xima vez también enviaré un proxy—.
—Estoy trabajando para resolver este problema—, le dijo Joe alegremente a Mike
mientras colocaba al hombre en la posició n de equilibrio suroeste. —Todo listo.
¡Escuchen todos! Para aquellos de ustedes que está n aquí para desbloquear maná ,
esto funcionará , pero aú n necesitará n aprender habilidades o hechizos basados en
maná . Aquellos de ustedes que buscan una clase, así es siempre. No es má s fá cil a
medida que subes de rango. Piensa en eso. Para cualquiera que haya venido por
diversió n... por favor regrese—.
Joe activó el ritual y el círculo ritual cobró vida. La energía fluyó de las líneas que Joe
había dibujado en una pizarra, rodeando al grupo y elevá ndolos en el aire. Luego, esas
mismas líneas llegaron a cada persona, aprovechando su suministro de maná innato
para mantener el ritual en marcha. Los componentes necesarios para el ritual se
convirtieron en polvo y fueron absorbidos por el remolino de poder, y los materiales
de construcció n comenzaron a moverse. En poco má s de un minuto, se completó el
almacén y el grupo regresó al suelo.
Tres personas quedaron cubiertas de vó mito; dos estaban inconscientes. Los otros
tres estaban pá lidos y sudando, mirando a Joe con los ojos muy abiertos mientras
caían al suelo. El propio Joe ya se había tirado al suelo, sabiendo antes de comenzar
que iba a ser drenado hasta la ú ltima gota varias veces durante el proceso. —Y por
eso, *ugh*, necesito algunas personas má s que puedan hacer esto de forma regular. Ya
no puedo manejar esto solo—.
—¿Cuá nto tiempo llevas haciendo esto?— Una de las personas, una señ ora con los
ojos llorosos, lo interrogó bruscamente.
—Desde que me uní a Eternium—, le dijo Joe sin rodeos. —He adquirido habilidades
que lo hacen má s fá cil de manejar, al menos físicamente, pero he muerto varias veces
mientras diseñ aba o activaba estos rituales—.
—¿Por qué alguien tomaría una clase dedicada a este tipo de cosas?— Un hombre se
estremeció al sentarse, habiendo recobrado la conciencia mientras hablaban.
—Fá cil.— Joe señ aló el edificio terminado. —Un día de diseñ o y refinamiento del
ritual, un minuto de succió n total, diez minutos de recuperació n ... y una construcció n
permanente. No todos los rituales crean cosas permanentes como ésta, pero hay un
montó n de cosas realmente interesantes que puedo hacer y automatizar—.
Durante el siguiente rato, la gente se alejó . Era lo esperado, así que Joe intentó no
tomá rselo demasiado personal. Simplemente se sentó allí y observó la experiencia
adquirida en cien clases, preguntá ndose si ese era el
una clase que la mayoría de la gente no va a conseguir. Ustedes cuatro mostraron algo
especial hoy. En el futuro, la gente realmente necesitará trabajar (y trabajar duro)
para ser considerada para esto. Considere esto como una clase de guarida escondida,
porque lo es. Deja que esta sea tu ventaja y…—
Joe confirmó algo y miró a los demá s con ojos duros. —Para que lo sepas, puedo
eliminar esta clase en cualquier momento. Nunca usaré esa habilidad sin necesidad de
hacerlo, pero no creas que dejaré que te salgas con la tuya haciendo cosas terribles.
Ahora. Dicho esto, si quieres venir a ver en qué estoy trabajando, tener acceso a
algunos rituales o simplemente ver el secreto de este edificio... ven conmigo. Tengo un
encantamiento en el que trabajar—.
CAPÍTULO VEINTINUEVE
Habían pasado cuatro largos días y Joe todavía estaba en el proceso de resolver los
problemas del encantamiento Batería de Mana, pero la calidad de su á rea de trabajo
había aumentado enormemente. Había otras personas alrededor y todos tenían ideas
y planes ú nicos sobre lo que querían hacer. Joe había ofrecido su copia limpia de
'Rituales para Dummies' como guía de entrenamiento, prometiendo dejarles ver sus
otros libros cuando estuvieran listos. Esa fue la primera vez que realmente se sintió
como un entrenador de clase, negando habilidades de nivel superior hasta que alguien
estuviera —listo— para ellas.
Joe estaba actualmente mirando la versió n funcional de Mana Battery. Todavía había
problemas, pero funcionaría. Podría perder parte del poder potencial que podría
almacenarse, pero casi se le acababa el tiempo. Sin mencionar que necesitaba
convertir esto en forma ritual. Completó el diagrama, observando có mo los papeles
temblaban levemente. No había maná allí, y esto no era algo que alguien pudiera leer y
aprender como un pergamino, pero aun así, los papeles luchaban por contener las
verdades má gicas que contenían. Un diagrama de hechizo, o en este caso, de
encantamiento, seguía siendo una reescritura de la realidad a pequeñ a escala.
Objeto creado: Folleto de encantamiento (batería de maná). Este folleto contiene
instrucciones paso a paso para convertir un núcleo en una batería de maná. Este proceso
aún no se ha perfeccionado, lo que provoca una pérdida de maná potencial. Al inscribir
este diagrama en un Núcleo, podrás almacenar maná (^experiencia potencial en el
Núcleo) en la nueva batería recargable.
Aumento de habilidad: Hechizante (Aprendiz II). ¡Discutir el universo y convencerlo de
que se quede en el papel es siempre una hazaña impresionante!
Aumento de habilidad: Palabras de poder (escritas) (Aprendiz 0). No todas las palabras
poderosas son pergaminos, ¡pero todas ayudan a crearlas! ¡Felicidades ! ¡Has alcanzado
el rango de Aprendiz para esta habilidad! Eres
¡Es menos probable que te prendas fuego! ¡No por un impulso, sólo porque estás
mejorando en esquivar tus errores!
Aumento de habilidad: Magia Ritual (Experto 0). ¡Tu capacidad para crear, mantener y
cambiar rituales de manera mucho más eficiente ha alcanzado las filas de un Experto!
¡Ahora puedes crear rituales clasificados como expertos sin demasiado miedo a que
exploten! ¡Felicidades! ¡Has maximizado la cantidad que puedes reducir en el coste de
maná y componentes! Bonificación actual: 75% de reducción. (¡25%> de Ritual Magic +
50% de bonificación de clase!)
—Espera... ¿Ese ascenso de rango simplemente me quitó todos los beneficios
adicionales de aumentar mi nivel de habilidad?— Joe estaba a punto de quejarse má s
cuando la informació n sobre los rituales clasificados como Expertos comenzó a
aparecer en su mente. Sabía que eran só lo los fundamentos de los rangos de Expertos,
pero era justo decir que estos rituales estaban... en otro nivel. —Je. Estoy jodidamente
hilarante—.
—Esto... hmm—. Joe miró el folleto y se detuvo en el siguiente paso. Quería
desesperadamente perfeccionar el encantamiento, pero se encontraba en un límite de
tiempo peligroso. Después de prometerse a sí mismo que eventualmente lo haría
realidad, pasó a crear un ritual para este mismo proceso. Los nuevos Ritualistas
entraban de vez en cuando para observar có mo hacía ajustes cuidadosos, pero al final
todos se marchaban. Durante un descanso, el hombre que se había unido porque era
su mejor opció n le preguntó a Joe qué estaba haciendo.
—Primero que nada, Taka, ¿verdad? Excelente. Estoy tomando un hechizo y
convirtiéndolo en un ritual—. Joe observó có mo Taka observaba la mezcolanza de
trabajos de Joe con el ceñ o fruncido. —¿Cuá l era tu clase antes de esto otra vez?—
—Takacó mic. Sí, por favor llá mame Taka. Yo era un mago guerrero que intentaba
crear una clase de pistolero má gico. Me gustan las armas y las extrañ o un poco aquí—.
Taka le dijo después de un momento: —Ese ritual se parece a mis viejos programas
escritos en C. Pero... es extrañ o—.
—Sí. Resulta que el universo en realidad está improvisado con Python—. Joe y Taka se
rieron entre dientes ante la referencia, y los ojos de Joe brillaron al darse cuenta de
que su nuevo... ¿miembro del aquelarre? Necesitaría darles una designació n pronto.
De todos modos, Taka parecía entender la programació n , que había sido un
pasatiempo que Joe había considerado convertir en un trabajo en la Tierra. —Creo
que te va a gustar esta clase, Taka—.
—Bien. Me distraigo con bastante facilidad, pero todo esto es tan intrincado que
puedo simplemente mirarlo , ¿sabes?
Joe volvió a ello, sin necesidad de irse, ya que ahora tenía secuaces a los que podía
enviar a buscar comida y café. Incluso recibieron misiones de
él cuando lo pidió , ganando pequeñ as cantidades de experiencia y dinero que salió de
su cuenta bancaria. Há bil. Pasó otro día antes de que Joe diera los toques finales a su
ritual y mirara con tristeza el resultado final.
Ritual creado: Ritual de encantamiento (Batería de maná) (Experto). Este ritual crea
una batería de maná con la mitad de eficiencia que crear el encantamiento
directamente. A cambio, después de la activación, el ritual ya no necesita entrada de
maná y se vuelve autosuficiente. Simplemente coloque un Núcleo en el ritual y se
convertirá en [experiencia potencial] segundos. Componentes necesarios para la
activación ritual...
Joe dejó de leer y se frotó los ojos cansados. Tenía sentido, supuso. Si pudiera
reemplazar fá cilmente a los Enchanters, la clase se volvería inú til. —Grr. Esto significa
que un Nú cleo de bajo grado só lo me dará mil maná para usar. No só lo eso, sino que...
este ritual está clasificado como Experto. Soy un experto, pero esto todavía estará al
borde de lo que puedo crear—.
—¿Te acostumbraste a hablar solo mientras trabajas?— Preguntó Taka amablemente,
haciendo que Joe se estremeciera y reflexivamente le lanzara Cleanse al hombre.
Mientras Taka farfullaba, Joe parpadeó y miró a su alrededor. La sala tenía a todos
trabajando en ella. Es decir, todos los nuevos miembros del Aquelarre.
—Sí. Creo que necesito mejorar mi percepció n—. Joe miró a un Taka empapado. —Lo
siento, pero se parece mucho a una ducha... si eso ayuda—.
—Bien, lo que sea. ¿Cuá l es el problema con los rituales clasificados como Expertos?
Preguntó Taka mientras se limpiaba la cara.
—Te mostrare.— Joe envió su intenció n a la habitació n y el piso comenzó a levantarse
hasta que se vieron claramente cuatro anillos. El cuarto, en el borde exterior, tenía
só lo dos metros de diá metro. —Esta es la configuració n bá sica de un ritual experto,
cuatro anillos que giran en direcciones alternas. Ambos lados de los anillos, superior e
inferior, deben tener el diagrama adecuado . Los anillos, mientras giran, se elevará n en
el aire y se moverá n como un giroscopio. Se requerirá una entrada masiva de maná y,
si me equivoco al principio, todo explotará como una bomba de termita. Si llega a
activarse y luego algo sale mal, podríamos acabar con toda la ciudad—.
El silencio se apoderó del á rea y Joe se alegró de ver que todos tomaban en serio sus
palabras. —Estamos jugando con concentraciones de maná que el Colegio considera
armas. Eso es antes de que se produzca el efecto que buscamos—.
—Heces celestiales—, susurró uno de los otros.
—¡Hola! ¿Acuérdate de mí? ¿Por favor?— La sonrisa de Joe era forzada, pero el
herrero dejó el enorme martillo que había estado preparando. —Necesito comprar
varios cubos de metal fundido para verterlo en piedra moldeada. ¿Es eso algo que
puedes hacer que suceda?
El Smith gruñ ó y miró a Joe de arriba abajo. —Espero que no estés planeando
decírselo a alguien. Qué manera tan desagradable de hacerlo. ¿Qué tipo de artículo
está s haciendo? ¿Qué tan resistente necesitas que sea el metal? ¿Se utilizará para
canalizar magia?
—Haciendo componentes para un hechizo má gico—, confesó Joe sin preocuparse por
la reacció n del herrero. —Grandes discos de metal. Objeto clasificado por expertos—.
—Eh.— El herrero sacó un folleto. —Hasta donde yo sé, cualquier cosa que canalice
una gran cantidad de maná necesita material de rango raro para poder aguantar. A
granel... en forma líquida... Puedo conseguirte High Steel a cincuenta de oro por
lingote. Unos cinco lingotes por crisol de cubo, en caso de que se lo pregunte . ¿Cuanto
necesitaras?—
Joe hizo los cá lculos para determinar el á rea y el espesor que necesitaba y le dijeron
que necesitaría tres cubos como mínimo. Joe consiguió tres cubos y un lingote extra
por si acaso, pero primero hizo que el herrero derritiera un lingote de hierro hasta
convertirlo en líquido. Joe empujó sus caderas hacia el crisol del cubo, haciendo que el
herrero chisporroteara cuando un área sensible casi tocó el metal fundido. Luego el
crisol desapareció y Joe esperó hasta que el herrero dijo que debería estar lo
suficientemente frío como para tocarlo. Luego, Joe hizo que el líquido saliera de su
bragueta, apareciendo en la punta de su dedo como un chorro al rojo vivo.
—Excelente, permanece fundido al menos el tiempo suficiente para poder usarlo—.
Joe le dio al herrero ochocientos billetes de oro, haciendo una mueca de dolor al pagar
el equivalente a ocho mil dó lares por tres cubos llenos de metal. Realmente esperaba
que esto funcionara de la manera que había planteado su hipó tesis. Después de otra
experiencia incó moda y dolorosa (para ellos) entre la multitud, estaba de regreso en
el Saló n de los Conquistadores.
Siguiendo sus notas, Joe creó los detalles del primer anillo ( el más pequeño ).
Asegurarse de que los detalles fueran correctos al traducir de notas a objetos físicos
siempre fue un juego de azar. Midió todo dos veces, pero como ya no era algo escrito ,
en lugar de ser un objeto, bueno... su habilidad para ver la —correcció n— de un objeto
escrito ya no funcionaba. Dirigió un fino chorro de acero alto sobre el anillo, y tan
pronto como pareció uniforme, usó su voluntad para presionar el anillo superior hacia
el inferior. Mantuvo el anillo presionado durante quince
minutos, sin estar seguro de cuá nto tiempo tardaría en enfriarse lo suficiente como
para permanecer estable.
Después del tiempo que le asignó , hizo que partes de la habitació n se retrajeran. Lo
que quedó fue un disco de High Steel aú n caliente. Joe inspeccionó cada centímetro de
la incrustació n antes de quedar satisfecho, pero cuando terminó ... todo lo que pudo
hacer fue sonreír. —Parece que tenemos una nueva forma de crear círculos rituales
permanentes—.
El costo era prohibitivo, pero... si esto funcionaba como él lo necesitaba, valdría cada
cobre.
CAPÍTULO TREINTA
—¿Dime otra vez por qué volvemos a las minas de sal?— Poppy miró a su alrededor a
las personas de niveles mucho má s bajos que se acercaban y levantó una ceja. —
Ademá s, ¿por qué vienen ? ¿Quienes son esas personas?—
—Vienen a ayudarnos con el ritual que necesito completar. ¿El que me permitirá tener
suficiente maná en bruto para que podamos completar esa misió n cronometrada que
tenemos? Joe estaba de mal humor; se había esforzado mucho para que esto sucediera
a tiempo, y Poppy se había estado quejando desde que se unió a ellos porque tenía una
resaca que Joe se negaba a curarlo. —¿A menos que quieras ayudar a impulsar el
ritual en lugar de ellos?—
—No, simplemente no estoy segura de que necesites un grupo completo en un á rea
despejada —, se quejó Poppy un poco má s, pero Joe simplemente lo ignoró y caminó
un poco má s rá pido. —¿Por qué las minas de sal?—
—¡Muy bien, nuevos miembros del aquelarre!— Joe dibujó una sonrisa en su rostro
con la facilidad de poner mantequilla tibia en una tostada. Ese impulso de carisma
realmente le había ayudado a ocultar sus emociones reales, lo que pensaba que era
una funció n extrañ a. —Ya casi estamos en el lugar de la prueba y quiero avisarte con
anticipació n que si morimos, te compensaré—.
—¡Pregunta!— Taka levantó una mano. —¿Por qué las minas de sal?—
—¡Buena pregunta, Taka!— Joe respondió alegremente. Poppy sacó la primera
pulgada de su estoque ante la alegre respuesta de Joe. —Recuerdo una lecció n de
historia en la que se utilizaban minas de sal como instalaciones de pruebas nucleares
y espero que, si esto sale mal, podré contenerlo todo. Ademá s, el gremio no ha podido
comenzar a minar aquí, por lo que hay pocas posibilidades de que alguien resulte
lastimado o se tope accidentalmente con nosotros—.
El resto de la caminata lo completaron en tranquila concentració n y llegaron al fondo
de las minas de sal en otros quince minutos. Joe sacó los anillos, los colocó en orden y
se aseguró de que estuvieran correctamente alineados. Cuanto mayor era el rango del
ritual, má s intrincados se volvían los detalles de cada anillo. Posiciones iniciales
Habría gente fuera de posició n de inmediato. El primer anillo, que tenía el Nú cleo
colocado en el espacio vacío del centro, se elevó en el aire. El Nú cleo también se
levantó , aunque nada lo tocaba. Entonces el segundo anillo empezó a moverse, luego
todos ellos.
Como era la primera vez que Joe hacía este ritual, no tenía idea de qué esperar.
¿Habría vuelos extrañ os como en el Saló n de los Conquistadores? ¿Ningú n
movimiento como los rituales de novatos? Su pregunta fue respondida cuando
cayeron má s rayos, lo que de alguna manera obligó al grupo a arrodillarse en lugar de
encerrarlos en su lugar. Entonces el anillo se deslizó desde abajo.
a ellos. Joe casi entró en pá nico, pero el ritual continuaba. ¿Esto... fue parte de la
activació n? Mana salió de él y pronto, su piscina de novecientos cincuenta estaba casi
vacía. Estaba de acuerdo con eso, ya que su maná se regeneraba a aproximadamente
veintiocho por segundo, y podía regenerar toda su reserva de maná en treinta y cinco
segundos.
Le dieron veinte antes de que volviera a sentir la atracció n sobre él, y aú n así, no se
preocupó . Si Joe necesitaba hacerlo, entre shocks, bebería una de las tres pociones de
maná que había podido 'solicitar ' al gremio para este proyecto. Para cuando el sorteo
volvió a alejarse de él, ya había contribuido con má s de mil seiscientos maná , una
cuarta parte de lo que se necesitaba. Joe jadeó cuando su maná salió de él. A diferencia
de situaciones agotadoras anteriores, solo había agotamiento: no había dolor. ¿Por
qué fue esto diferente?
Luego recordó que su maná había invadido su cuerpo, y que ya no estaba contenido
estrictamente en su centro. ¿Ese era el secreto? No necesitaba atraer maná a sus
canales; ¿ Siempre estaban canalizando? Interesante. El sorteo volvió a él, esta vez má s
rá pido, y se dio cuenta de que ahora todos los demá s solo se estaban regenerando una
pequeñ a cantidad a la vez. Un rayo los alcanzó a todos a la vez y el ritual hizo algo que
Joe nunca había visto antes. Comenzó a tomar maná de todos ellos a la vez, sin darles
la oportunidad de regenerarse individualmente. UH oh.
Dos personas quedaron inconscientes unos segundos después, luego Taka,
entonces. .. el ritual de empoderamiento completado. Joe se puso de pie un momento
después, mirando los anillos flotantes a la altura de los tobillos. Observó có mo los
otros miembros se pusieron de pie o se despertaron y se pusieron de pie. —Excelente
a todos. Eso no salió exactamente como se esperaba, pero hasta donde yo sé... ningú n
ritual funciona igual que otro. Incluso entre algunos del mismo tipo, bueno, he visto
muchas variaciones—.
—¿Eso es todo? ¿Un espectá culo de luces, discos flotantes y noquearnos? Uno de ellos
señ aló los anillos con disgusto.
Joe realmente necesitaba aprender sus nombres para poder reaccionar de manera
má s dramá tica. —Para nada... Deporte. Simplemente estaba esperando que todos se
despertaran para poder hacer... ¡esto!
Has creado un ritual...
Joe se saltó el mensaje de texto y mentalmente dijo —sí— para empezar a rodar. Los
discos empezaron a girar, lentamente al principio, luego cada vez má s rá pido. Luego
subieron má s y comenzaron a girar sobre su eje. Pronto, el maná acumulado del
Aquelarre comenzó a filtrarse desde los anillos de brillo apagado hacia el Nú cleo
brillante en el centro del ritual. Los anillos se movieron má s rá pido hasta que fue
como mirar una linterna a través de un ventilador. El viento soplaba lejos de los
anillos mientras actuaban como aspas de ventilador, y Joe se quedó allí con su tú nica
ondeando. Levantó los brazos, sintiéndose realmente como si fuera un mago poderoso
en ese momento.
*Clang*. Después de ocho minutos y tres (o quinientos segundos), el movimiento se
detuvo en un instante. Aunque los anillos no golpearon nada, el metal que se detenía
creó suficiente tensió n como para que resonaran como espadas chocando. El acero
alto del que estaban hechos los anillos estaba caliente, lo suficiente como para que
hubieran estado soplando aire sobrecalentado. Joe se alegró de que el herrero le
hubiera dicho que necesitaba cierta calidad de metal para canalizar el maná , y se
preguntó có mo las tintas má gicas y el papel lograron contener lo que hicieron si este
era el resultado del metal que creaba el ritual.
Cuando los anillos volvieron a flotar a la altura de los tobillos, Joe envolvió una bola de
sombra alrededor del Nú cleo en el centro de los anillos y la atrajo hacia sí.
¡Has creado un artículo! Batería de maná (artificialmente rara, muy poco común). ¡Este
Núcleo encantado ha sido modificado para contener y liberar maná! ¡Con los métodos
utilizados para crearlo, este Núcleo puede contener hasta 1000 maná! Se puede cargar
sosteniéndolo o usándolo. Puede tomar maná directamente o puedes configurar tu
regeneración de maná para que se vierta en la batería. Almacena maná a una tasa de
10:1. Cargo actual: 0/1.000.
—Esa es mucha informació n extrañ a...— Joe vertió cien maná en la batería,
sintiéndose descontento cuando la carga subió a '10/1000'. —¿Diez maná solo hacen
que se almacene un maná ? Puaj. Al menos no necesito hacerlo activamente…—
Joe se acercó a los miembros del aquelarre y les entregó cinco monedas de oro a cada
uno. No le pareció mucho, pero Jess le había informado que la mayoría de las misiones
pagaban cobre. No solo eso, sino que él, como oficial de gremio de alto rango en un
Gremio Noble , solo ganaba diez monedas de oro al día como salario. Los ojos del
miembro del aquelarre se iluminaron y Joe se dio cuenta de que Jess
valía su peso en oro que él no necesitaba pagar. No tenía idea de lo que era normal en
ese momento; su sentido de la escala quedó totalmente fuera del agua.
Una vez completado el pago, Joe se acercó a los anillos enfriados y los miró . No había
señ ales de agrietarse o derretirse, pero Joe no era tan tonto como para pensar que eso
era imposible. Era probable que este ritual tuviera un límite de uso, y ciertamente no
quería exagerar con la codicia. Aú n así, necesitaba convertir los otros Nú cleos. Puso el
Nú cleo de mayor rareza en el centro, que tenía una carga de experiencia potencial de
mil quinientas experiencias.
Joe había decidido usar este Nú cleo a continuació n en lugar del otro pequeñ o, solo
para asegurarse de tener la mejor oportunidad de mantener los anillos utilizables. La
conversió n de este Nú cleo tardaría mil quinientos segundos, o veinticinco minutos. Joe
sabía que las piezas mó viles tenían una gran necesidad de ser reemplazadas y... se
abstuvo de preocuparse demasiado. ¿Ló gica circular? ¡Malo!
Los anillos se levantaron de nuevo y empezaron a girar, y Joe los observó con pura
emoció n. Pronto saldrían en busca de algo.
apareció . —Hola a todos, esto só lo debería tomar un minuto aproximadamente.
Lamento molestarlo.—
—Todo bien—, fue la respuesta de la señ ora que había demostrado ser resistente y
que se había unido.
—Una vez má s, antes de hacer esto, ¿puedo darme todos sus nombres? Soy terrible
con los nombres. Entonces cuéntenme un poco sobre ustedes—, admitió Joe con un
ligero sonrojo. Recibió malas miradas, pero respondieron.
—Taka. Hablamos.—
—Kirby—, le dijo la señ ora. —Planeo ser un señ or supremo malvado, pero cada vez
que intento ser malvado, termino ayudando a mucha gente. ¡Abismo, incluso mi risa
premonitoria y claramente malvada ! En lugar de infundir miedo en los corazones de
aquellos que tienen la mala suerte de cruzarse en mi camino, ¡ los mejora ! Me estoy -
frustrando, así que me uní a este grupo para ver qué podía hacer—.
Joe la miró fijamente por un momento, prolongando sus palabras mientras hablaba: —
R~r~bien—.
Un hombre que medía unos quince centímetros má s que Joe dijo: —Big_Mo. También
conocido como Guillermo. Soy una clase de ladró n y estaba buscando respetar a
Alquimista cuando los encontré a todos. Si alguna vez tengo la oportunidad de
cambiar de raza, quiero ser un Elfo Oscuro. Drow. Como se llame—.
—Hana.— Joe lo miró dos veces; Las tú nicas marrones eran realmente poco -
favorecedoras. Menos mal que había preguntado.
—Roberto. Soy un guardabosques, pero tengo una clase fracturada. En realidad, ahora
soy un nigromante, pero solo puedo invocar un esqueleto. Afortunadamente, nuestra
nueva clase absorbió ambos y ahora puedo cambiar entre ellos a voluntad. Fue un
problema por un tiempo—.
—¿Puedo llamarte 'Bob'?— Joe preguntó lo ú ltimo.
—No. Odio cuá ntas personas se llaman Bob. Bob está en todas partes. Soy Roberto—.
Se cruzó de brazos y Joe decidió no empujar.
—Excelente.— Joe los colocó en posició n y, poco menos de un minuto después, se
construyó un cuartel completamente, con tejas. Los demá s recibieron un 'Te lo debo,
así que molesta a Jess', ya que Joe no llevaba dinero. Cuando todos se separaron, él se
reunió con su grupo en el templo. Un momento después, estaban a medio día de
caminata desde el bosque de Chlorophyll Chaos.
Afortunadamente, habían planeado bien y, aunque tuvieron una pequeñ a interrupció n
porque Joe tuvo que ayudar a crear una estructura, llegaron al bosque a media tarde.
Joe se puso el reloj, la baliza, y cruzó el borde del bosque. Al instante resultó obvio que
el dispositivo funcionaba; el territorio má s allá le resultaba familiar. Un Wolfman
Scout apareció con cuidado a la vista, no queriendo ser atacado por los nerviosos
humanos.
—Regresa. Pierdo la apuesta—. El Scout les indicó que lo siguieran y caminaron a
través del bosque mortal con relativa facilidad. Se detuvieron en un momento cuando
media docena de diablillos volaron a través de un claro justo delante de ellos. Parecían
ir a alguna parte, no patrullar, y Joe realmente se preguntaba qué había sido diferente
esta semana.
Poco tiempo después, aparecieron a la vista las paredes brillantes del á rea de
misiones. Joe miró al Scout de reojo, pero los rasgos lobunos eran indiferentes. —
Ó rdenes de Los O'Baba. No verá s nuestra casa a menos que completes la misió n.
Escuchar. Los cultistas hacen una pelea má s, luego la siguiente es la marca de dos
horas, recorriendo el á rea. Usa el cerebro—.
El Scout señ aló un á rbol con una marca rojiza, luego se acercó y trepó a la seguridad
del dosel. Esta sería su salida si la necesitaran. Bueno saber. Joe miró a su equipo. —
¿Estamos listos con nuestro plan?—
—Hice lo que se suponía que debía hacer—, afirmó Alexis, y los demá s también
asintieron. Joe le entregó cuidadosamente a Jaxon una etiqueta con un ritual asignado
de 'Réquiem del sepulturero' creado para ser usado como ú ltimo recurso si las cosas
iban mal. Joe solo tenía un ritual de contenció n asignado al taglock en su bastó n y
realmente sentía la presió n de no investigar má s sobre los rituales de combate. Ah
bueno.
—Bien entonces. Tan pronto como termine esta ronda de combate, nos pondremos en
marcha. En realidad, es un buen momento—. El equipo de Joe se colocó en un á rbol
justo cuando un zumbido comenzaba a llegar a sus oídos. Como uno solo, a pesar de
que la fiesta empezó a tararear, se llenaron los oídos con tapones para los oídos. El
mundo quedó amortiguado y el zumbido dejó de provenir del equipo de Joe. Estaba
bastante seguro. Tenía tapones para los oídos.
Las paredes del edificio destellaron y Joe sintió un ruido sordo en el pecho cuando
algo cerca rugió . Una nueva criatura salió corriendo del bosque, una especie de gorila
de tres extremidades. Tenía un girasol creciendo en su cabeza, pero esa fue toda la
informació n que Joe pudo obtener. Alexis tocó su brazo y saludó a la formació n de
humanos, luego levantó nueve dedos.
¿Eso significaba que el nivel promedio de personas allí era ahora de nueve ? Joe lo
pensó y tenía sentido . Aú n así, eso significaba que iban a pasar momentos má s
difíciles de lo que pensaban originalmente. Lo del gorila llegó a las filas en ese
momento, y ellos respondieron. Aun así, no portaban armas y la mayoría de ellos
fueron masacrados. Parecía que, al igual que Rosebeast, la flor era el punto débil de
esta criatura. Algunos humanos pudieron trepar y golpear el girasol mientras su gente
caía como lluvia a su alrededor.
Cayendo al suelo, el gorila se unió a los caídos tras siete minutos y medio de combate.
Só lo hubo un superviviente, un humano al que le arrancaron los brazos justo antes de
que la criatura cayera. Subió de nivel y subió de nivel... lá stima que subir de nivel no
restableció la salud. La puerta se abrió y un rayo de fuego verde salió disparado y le
arrancó la cabeza al hombre. Eficaz . Cruel pero eficaz. El hombre volvería, pero esto
permitió que su dolor terminara.
Cuando la puerta se cerró , Joe saltó de su posició n en el á rbol y corrió hacia el edificio.
Primero se acercó al gorila y metió la mano en una herida abierta, luego corrió hacia la
puerta. Había planeado usar su propia sangre, pero esto sería mucho má s peligroso. Se
acercaba el momento de la verdad: no había ventanas en este lado del edificio, pero
¿habría alguna forma de que la gente que estaba dentro lo detectara?
Joe se detuvo antes de acercarse demasiado, sacó un ritual del Territorio del
Depredador preparado, lo frotó con sangre de gorila y comenzó oficialmente su plan.
Este ritual se había modificado ligeramente, aumentando al má ximo el alcance del
sentimiento de —el depredador reclama este lugar—. Estaba nervioso por este
proceso y usar esta sangre podría ser excesivo. El gorila había estado en el nivel
veintiuno segú n la informació n que obtuvo al activar el ritual, lo que significaba que
cualquier cosa que desafiara esta á rea tendría al menos el nivel cuarenta y dos.
Como O'Baba había mencionado que el centro del bosque requería un mínimo de
personas de nivel treinta para atacarlo, asumió que habría algo que reaccionaría ante
esto. ¿Le molestaría presentarse? É sa era la verdadera pregunta.
La puerta del edificio no se abrió y su cabeza permaneció pegada al cuerpo, por lo que
Joe se dio vuelta y echó a correr. Regresó al á rbol y todo el grupo se retiró . Las cosas
se iban a poner complicadas aquí de una forma u otra. El Scout no estaba seguro de lo
que querían, pero Jaxon le dijo que querían estar lejos durante la bú squeda; que él
pudiera entender.
Se alejaron otros cinco minutos antes de detenerse. El Scout sacó una cuerda y le
entregó un extremo a Bard. Luego, el hombre lobo trepó al enorme á rbol y ató la
cuerda a la rama má s baja, a cinco metros del suelo. Treparon y se escondieron lo
mejor posible. Desde allí todavía podían ver las paredes relucientes y se dispusieron a
esperar. Poco después oyeron algo incluso a través de sus tapones para los oídos.
Zumbador.
—Ese lugar tenía que estar tan lleno de gente como lo está Ardania—, susurró Joe a
los demá s. No había necesidad de susurrar; entre el choque de los ent y el enjambre de
cientos que ahora cantaban, Joe casi no podía oírse a sí mismo pensar. El plan estaba
en marcha y corrieron hacia la catedral ahora vacía.
Un resplandor verde brillante tiñ ó todo lo que podían ver, y Joe estaba nervioso al
principio. Luego desapareció y se dio cuenta de que el brillo provenía de una lluvia de
fuego. Afuera. Como un rayo, el incendio había arrasado todos los demá s colores con
la gran cantidad de luz que producía . Sintió que el sudor le cubría la cara cuando la
temperatura del aire aumentó al menos diez grados. —Heces celestiales, me alegro de
que no seamos nosotros—.
El edificio era diferente por dentro de lo que Joe había esperado. Había pensado que
habría una sala abierta, tal vez bancos o gradas . En cambio, la habitació n se hundió
hasta convertirse en un cuenco y luego se convirtió en un templo casi maya, completo
con el altar en la parte superior para el sacrificio humano. Bajaron corriendo y luego
empezaron a subir las enormes losas de piedra que formaban las escaleras. Aquí Joe
hizo trampa. Mientras los demá s subían, él saltaba al siguiente, una y otra vez hasta
que necesitaba descansar.
Llegar a este punto en la habitació n le tomó cinco minutos completos, pero la batalla
aú n continuaba afuera si los sonidos, el calor y el polvo arrastrá ndose eran una
indicació n. En las ú ltimas tres capas, Joe tuvo que moverse con cuidado para
asegurarse de no resbalar sobre los cuerpos aú n sonrientes de las personas que
habían sido sacrificadas aquí. Cuando estuvo encima del altar, notó que había un
agujero en la losa de piedra. Una rá pida mirada dejó a Joe conmocionado. Algo allí
abajo se estaba moviendo.
—No soy faná tico de las películas de terror—. Joe mantuvo presionada su bilis, colocó
su mano sobre el altar y comenzó el proceso de capturar el edificio para su propia
deidad. En lugar de que el lugar ondeara y fluyera como todas las otras veces que
había hecho algo similar, aquí casi parecía como si el edificio estuviera...
contraatacando. Ese fue también el momento en que el choque afuera se detuvo,
seguido de un ú ltimo choque masivo . Luego vítores... y el sonido de muchos pies
corriendo hacia el edificio. UH oh.
CAPITULO TREINTA Y DOS
La losa superior del edificio estaba cubierta por un brillo dorado y blanco, y todos los
cuerpos, la sangre y los repugnantes que habían estado allí habían desaparecido. En
realidad, parecía que la absorció n de esos cuerpos había acelerado un poco el proceso,
lo que ponía nervioso a Joe. Le habían advertido antes que Tatum fá cilmente podría
ser empujado a asumir el papel de una deidad —malvada—, y ciertamente no quería
ser la causa de eso. ¿De eso se trataban todos los sacrificios? ¿Aumentar el alcance y el
poder de este lugar?
*Auge*. Las puertas se abrieron de golpe y personas sonrientes y de ojos verdes
comenzaron a inundar el á rea. Joe pidió a su equipo que los distrajera el mayor tiempo
posible. —¡Necesito tiempo!—
—¡Tenemos esto, Joe!— Alexis disparó una flecha a la entrada y dio en un barril que
Joe no recordaba haber visto. Con un *zas*, el cañ ó n detonó y el contenido se convirtió
en un humo espeso. Cualquier cuerpo que emergiera del humo era solo eso: cuerpos.
—Encontré una manera de convertir el veneno del escorpió n Sheila en un aerosol.
Una forma dolorosa de morir, pero al menos siguen sonriendo—.
Bard tragó saliva y mostró una sonrisa temblorosa. A estas alturas, las tres losas
superiores eran doradas, pero a Joe se le estaba acabando el maná . Sacó la batería má s
pequeñ a que había hecho y la colocó en el altar.
¿Te gustaría usar esto como fuente de maná para convertir el altar? Existe un 50% de
posibilidades de que la batería se destruya en el proceso. Sí No.
—¡Sí, aunque eso es típico!— Gruñó Joe . Instantá neamente sintió alivio cuando el
drenaje de maná pasó a la Batería. Había dedicado tiempo a llenar las tres y, para su
deleite, la má s grande solo había tomado alrededor de diecisiete. minutos de su
regeneració n de maná para cargarse completamente. El drenaje de maná no parecía ir
má s rá pido, pero ahora, todos los cuerpos y la sangre también se habían convertido...
lo que significa que el proceso se estaba desacelerando.
Joe tosió , aspirando aire mientras su maná tocaba fondo. Golpeó la ú ltima y má s
grande batería de maná en el altar y seleccionó sí. —Tres mil maná má s, espero que
sea suficiente—.
—¡Basta de esto!— Un orbe brillante apareció ante Bard, detonando y golpeando al
hombre contra la pared detrá s de él... también poniendo fin a su Counter Song. Pablo
el Hierofante se había unido a la batalla. —¡Có mo te atreves a profanar estos muros
sagrados!—
—Tu... mamá tiene mandíbulas, y...— Alexis tosió al hombre mientras el ú ltimo humo
se disipaba.
Poppy la interrumpió : —Dejemos que Bard use los insultos escoceses. ¡Ey! ¡Cara de
heces! ¿Qué tal si te vas ahora antes de que te convirtamos en el queso de los suizos?
—Eso es queso suizo—, le dijo Jaxon al Duelista.
—Soy italiano. No me importa.— Poppy sacó su estoque de otra cara y apuntó al
Hierofante. —Trá elo. Creo que podemos enfrentarte—.
No hay necesidad de eso.— El Hierofante suspiró con indulgencia. —¡Escuchen, só lo
estoy tratando de asegurar que los humanos tengan un lugar en el mundo venidero!
He estado trabajando muy duro para conseguir tantos conversos como sea posible, ¿y
tú vienes aquí tratando de quitarme todo mi arduo trabajo? ¿Por qué no hablamos
simplemente de esto?
Poppy agitó su arma y gruñ ó : —¡Tienes un punto vá lido! ¿ Por qué no discutimos esto?
Yo… eh.—
—¡Sí! ¡Escuchemos a este simpá tico Hierofante! Jaxon llamó mientras sus puñ os
arrancaban otro trozo de carne de un cultista.
diciendo chicos ?— Alexis parecía confundida. —¡Por supuesto que escucharíamos lo
que el Hierofante tenía que decir! ¡Está en su nombre! Escuche-ofante—.
—Eso fue rá pido.— Joe estaba agachado detrá s del altar, esperando que una bola de
fuego no lo encontrara. —Necesitaré impulsar esa Counter Song, tal vez tener una
copia de seguridad en el futuro—.
La conversió n aú n estaba en marcha, pero la batería solo había utilizado un tercio del
maná . Esta era la primera vez que Joe esperaba poder hundir energía en algo más
rápido. Intencionalmente hizo que el altar lo drenara, dando todo lo que pudo antes de
dejar que el drenaje volviera a la Batería.
—En cuanto a usted, clérigo, ¿no cree que deberíamos charlar?— —llamó el fantasma
de Hiero. Joe sintió el poder de las palabras, probablemente Palabras de poder:
habladas o algo similar que potenciaba sus otras habilidades. joe no lo hizo
Misión actualizada: Pagar una gran deuda. ¡Has tomado el control de una Catedral que
no ha tenido ninguna deidad oficial para tomar la energía divina acumulada! Esta
catedral en particular también se asienta sobre un lugar de poder, un nexo de líneas ley
entrelazadas. Genera el triple de energía que un Templo estándar (Grand). Deuda
corriente pagada: 1.014.700/13.000.000.
—¿Có mo? ¡Có mo!— —chilló el Hierofante, con los ojos desorbitados de furia. Miró a
su alrededor y no vio a nadie en el altar. Entonces notó un brillo antinatural en la
parte superior del altar deforme. —¿Algú n tipo de dispositivo de poder? ¿Eso existe
aquí?
El fuego verde ardió en su mano, mucho menos denso que antes, y se acercó a Joe. —
Siempre puedo reconvertir este lugar, ¡pero me has costado semanas de trabajo! Será
mejor que termines esto rá pido—.
CAPITULO TREINTA Y TRES
—¡Ah, no te agrado, no te agrado! ¡Guardemos nuestra bazofia para nosotros mismos!—
El primer acorde de la contracanció n de Bard le dio a Joe exactamente el impulso que
necesitaba para romper el hipnotismo. En un instante, el Rituarquitecto giró su bastó n
para bloquear la mano verde brillante. Luego saltó hacia atrá s. , inyectando energía
para escapar.
Bard estaba de pie sobre el altar que se derrumbaba, la sangre fluía libremente de una
herida en la parte posterior de su cabeza. Su canció n estaba tan desafinada como
siempre, pero para Joe era la cosa má s dulce que había escuchado en su vida. Joe
empezó a gritar de inmediato: —¡Alexis, oscuro! Amapola, axila! ¡Jaxó n! ¡Su columna
está demasiado recta!
—¡Oh, no!— Jaxon tenía ambas manos frente al Hierofante y se acercaba con un brillo
peligroso en sus ojos. —¡Las columnas necesitan una curvatura adecuada!—
El estoque de Poppy corría hacia la axila que el fantasma Hiero había dejado
desprotegida con su intento de hacerle algo a Joe, y Alexis golpeó un frasco en el suelo
con una bandolera de acceso rá pido que llevaba como cinturó n. Un humo aceitoso
cubrió el á rea en un instante pero se desvaneció en una onda expansiva de llama
verde que explotó en una nova alrededor del Hierofante.
—¿Crees que soy tan fá cil de humillarme?— Sus palabras sacudieron el aire con poder
y furia. Todos los que estaban cerca de él, incluido el doble puñ ado de cultistas
restantes, fueron enviados a volar. La mayoría de ellos incluso estaban en llamas, por
lo que Joe lanzó un lavado de su hechizo de curació n grupal para darle un impulso a
sus aliados afectados. —¡Soy el Hierofante de la Mente Ardiente! ¡ Sois gusanos!
Joe saltó a un lado cuando el lugar donde había estado fue incinerado por una continua
explosió n de llamas. El Hierofante estaba furioso y entrecerraba los ojos. —Es
demasiado pronto, pero lo has forzado. ¡Nunca olvides que fueron tus acciones las que
liberaron Gameover en Eternium!
—¿De qué diablos está hablando?— Poppy llamó mientras ensartaba a un cultista
sonriente. No quedaban muchos en este punto, tal vez cien, pero eran los cultistas de
mayor nivel.
—¡Ni idea!— Alexis arrojó un frasco en un arco alto hacia el Hierofante, y cuando él
extendió la mano para apartarlo, ella le arrojó otro. El primero se rompió tan pronto
como lo tocó , y el segundo se hizo añ icos sobre el hombre. Los gases que salieron de
los dos interactuaron, y de alguna manera formaron una columna apretada que rodeó
al Hiero phant antes de hundirse en él. —¡Eso le dará algo que destacar!—
Cuando el líder de la secta se alejó de la extrañ a creació n, su piel comenzó a doler. Le
envió dos llamas en forma de palma, una de ellas aterrizó en su muslo y le prendió
fuego. La pura fuerza del impacto provocó un *chasquido* audible cuando su hueso se
rompió limpiamente. Alexis cayó y el Hierofante fue a acabar con ella, pero gritó y
empezó a picar furiosamente su piel y a toser.
—¡Ah, caray, ay!— Alexis contuvo el aliento y les gritó a los demá s: —¡Polvo
desagradable que pica! ¡Todo su cuerpo se desgarrará por su concentració n y será
interrumpido durante el lanzamiento del hechizo!
Esas palabras fueron las ú ltimas por ahora, ya que un géiser de llamas lo
suficientemente caliente como para hacer que el piso de má rmol burbujeara y
explotara la envió a reaparecer. El Hierofante se burló : —No es suficiente para
mantenerte con vida—.
El tarareo comenzó a aumentar en intensidad cuando los cultistas restantes
intentaron dominar al grupo, y Poppy fue llevada al suelo. Retrocedió y puso una daga
en su mano izquierda para ayudar a lidiar con la gran cantidad de personas que lo
atacaban. Bard también se había unido a la pelea y pudo superar fá cilmente los tonos
hipnó ticos ahora que el edificio ya no amplificaba a sus oponentes. Estaba usando a
los cultistas como cobertura, un escudo muy débil ya que el Hiero phant no tuvo
problemas para quemar a su gente para llegar a ellos.
Aú n así, ralentizó los ataques y los hizo inexactos. Esto mantuvo a Bard con vida y
aprovechó el tiempo que le quedaba al má ximo. Sus hachas se movían de un lado a
otro, derribando a un cultista desarmado con cada golpe. Joe no había estado inactivo
durante todo esto, y cada pocos segundos salían chorros de á cido y Shadow Spikes de
él. Entonces todos los cultistas dejaron de moverse, soltando simultá neamente un
gemido y cayendo al suelo.
—¿Lo que acaba de suceder?— Joe miró fijamente al Hierofante, que miraba a Jaxon
con odio.
Joe pudo lanzarse Mend sobre sí mismo mientras el Hierofante monologaba, y ver a
Joe recuperar su plena salud pareció hacer que su oponente se enfureciera. Las llamas
brotaron de sus puñ os mientras se concentraba, y Joe tomó represalias lanzando su
maná en una Concha Exquisita. Cuando cayó un puñ o, la protecció n de Joe se solidificó
y las llamas cayeron en cascada a su alrededor.
Al Hierofante obviamente no le gustó eso; chilló y comenzó a abofetear la cara de Joe
una y otra vez. Cada golpe bloqueaba la visió n de Joe mientras las llamas se
acumulaban a su alrededor y una palma era detenida a pocos centímetros de su cara.
Joe estaba luchando, tratando de lanzar cualquier hechizo que pudiera, pero el
Hierofante agarró su bastó n, arrancá ndolo de las manos de Joe y arrojá ndolo a un
lado.
—¡Esta es la batalla má s aburrida en la que he estado!— Joe le gritó al Hierofante. —
¡No puedes lastimarme, no puedo lastimarte, y estamos rodando por el suelo como un
par de niñ os peleando a puñ etazos!—
—Estaría encantado de hablarlo—. Las palabras hipnó ticas rebotaron en la
Resistencia a la Manipulació n Mental de Joe, y ya no fueron amplificadas por cientos -
de personas y un lugar de poder. —¡Simplemente baja tu escudo y nos convertiremos
en mejores amigos!—
Durante todo esto, rá fagas de puñ os llameantes destellaban en la cara de Joe. El
Rituarchitect decidió meterse un poco con este imbécil. —Sí… bajen mis escudos…—
Al escuchar las palabras, el Hierofante se detuvo confundido. Joe aprovechó la
oportunidad para aplicarle un spray á cido en la cara. El líder de la secta gritó y se alejó
rodando; el á cido provocó que estallaran muchos de los verdugones de su rostro. El
dolor del gas picante y el á cido combinados hicieron que el hombre aullara mientras
rodaba por el suelo, y Joe se dio cuenta de que toda su constitució n adicional debía
haber desaparecido en ese momento si se sentía tan mal.
—Algo que olvidaste o simplemente no entiendes, Hiero phant, es que cuando tienes
una deidad real… bueno, hay bonificaciones por capturar una catedral poderosa como
esta. ¿La energía divina ? ¿El maná ? Tiene un lugar adonde ir—.
¡La Catedral Norte del Caos de Clorofila ha ganado protectores! ¡Seis gigantes divinos
han aparecido dentro de la catedral!
Has ganado una recompensa por la misión continua: Recuperación de los perdidos.
Después de reclamar una catedral y un lugar de poder para Tatum, ¡has sido bendecido!
Has ganado: +5 Inteligencia. Mejora temporal: Nodo de maná.
Nodo de maná: mientras estés en esta catedral, todos los hechizos cuestan el 25% de su
coste de maná normal. El maná se regenera al triple de velocidad. Dura 1 hora.
—¿Seis? Incluso el Gran Saló n Ritual só lo tiene cuatro... aunque ¿supongo que era só lo
un templo de tamañ o mediano? Miró a los Juggernauts que habían aparecido, muy
contento de que estuvieran de su lado. Al igual que los otros que había visto, estos
medían dos metros y medio de altura con una armadura negra mate cubierta de runas
brillantes y cambiantes.
—En espera de asignación—, hablaron seis voces exactamente sincró nicas.
—Agá renlo, asegú rese de que esté completamente indefenso—, les ordenó Joe.
—Instituir el modo objetivo indefenso—. Uno de ellos avanzó , una enorme naginata se
elevó en el aire. El borde brilló de un color pú rpura intenso, y el Juggernaut se lanzó
hacia adelante y le cortó los brazos y las piernas al Hierofante con un movimiento
suave. Las heridas cauterizaron instantá neamente y Joe hizo una mueca cuando el
hombre gritó estridentemente. El Juggernaut agarró el cuello del Hierofante y apretó
lo suficiente como para que pudiera respirar pero no hablar.
—No... no es lo que quise decir—. Joe apenas pudo evitar vomitar. Eso había sucedido
por orden suya, incluso si él no hubiera querido que se hiciera de esa manera.
Necesitaba ser má s claro. —Déjalo hablar—.
—Má tame, cobarde—, habló el hombre tosiendo.
—¿No eres tú quien estaba preocupado de que yo saliera y regresara para matarte?
Siento que sería mucho má s peligroso dejarte ir. Ya sabes, ¿porque tienes una secta de
má s de mil jugadores a los que les han lavado el cerebro? No, só lo necesito descubrir
qué ibas a hacerme .
—Lo descubrirá s ahora mismo—. Paul El Hierofante aú n logró sonreír a pesar de su
situació n, y Joe se puso en guardia de inmediato. Sacudió la cabeza hacia un lado. —
Liberaste al Fragmentado sin ponerle correa. Ahora todos morimos—.
Joe miró hacia arriba y vio que la estructura en el centro de la catedral finalmente
había desaparecido y se había convertido en un lodo. Só lo había durado tanto tiempo
porque estaba impregnado de décadas de poder y, má s recientemente, de un
suministro continuo de sangre y energía vital. La misma sangre que se usaba para
contener... también estaba destinada a fortalecer y unir el horror que ahora emergía
del pozo en el que había sido sellado.
Una etiqueta con su nombre apareció encima de la criatura mientras salía del lugar
donde había crecido durante décadas. Rojo brillante se formó sobre su cabeza,
resolviéndose en la barra de salud má s grande que Joe había tenido la desgracia de ver
jamá s; era como ver un arco iris que se extendía por el horizonte.
Astilla de The Burning Mind: Gameover.
CAPITULO TREINTA Y CUATRO
Gameover: este Sliver es solo una pequeña porción del hambre interminable de The
Burning Mind. ¡Precaución! A cualquier Viajero comido por esta criatura se le borrarán
todos sus datos, y se terminará el juego. ¡Tenga máxima precaución! Cada muerte
verdadera fortalecerá Gameover, otorgando nuevas y horribles habilidades.
Joe miró hacia la imponente abominació n y su mente tenía problemas para procesar lo
que estaba viendo. —¿Qué clase de juego enfermizo es este?—
Piense en el pulpo, al menos en términos de pico y mú ltiples extremidades que se
mueven. No tenía el cuerpo bulboso, sino que parecía un trampolín estirado con ocho
ojos, tres bocas y dientes. Tantos dientes. Curiosamente, todos los dientes eran planos
como los de un herbívoro. Joe esperaba dientes afilados, puntiagudos y aterradores.
Parecía que Gameover acababa de quitarse un par de aparatos ortopédicos, y la
dicotomía era solo otra cosa que le molestaba.
*Uughh*, gritó ; un grito profundo y extrañ amente varonil, como el de un levantador de
pesas que acaba de completar la mejor serie de su historia. Luego comenzó a moverse
y sus extremidades golpearon el suelo mientras se lanzaba hacia el grupo. Joe fue
agarrado por un Juggernaut y arrojado al otro lado de la habitació n. Cinco de los seis
Juggernauts atacaron a la criatura cuando se acercó , atacando con varias armas. Joe se
enderezó en el aire y aterrizó en cuclillas gracias a su habilidad Acrobacia aérea, que
incluso subió un nivel con respecto al uso.
Joe miró con asombro mientras los Juggernaut bailaban por el suelo rompiendo las
pú as que llovían sobre ellos. La sangre se derramó como lluvia cuando Gameover
sufrió heridas que dejarían a cualquier cantidad de criaturas paralizadas, drenadas o
desmembradas. Aú n así, la salud de la cosa apenas mejoró . La enorme barra de salud
incluso se llenaba cuando no había nada que la golpeara activamente, y Joe se
preguntaba có mo se suponía que alguien podría superar esto.
Entonces recordó el nombre de la criatura: Gameover. Si esta era su forma más débil ,
era probable que nadie pudiera
para vencer esto. Un Juggernaut recibió un golpe y detonó como una bomba de
fó sforo, todos los fragmentos se adhirieron al ser que lo había matado y causaron una
gran cantidad de dañ o con el tiempo. Gameover respondió cortá ndole esa extremidad
y concentrá ndose en lanzar golpes a los otros Jug gernauts. En unos momentos, otro
cayó y Joe se dio cuenta de que necesitaba encontrar una manera de ayudar.
Se deslizó hacia adelante, dejando caer su bastó n y lanzando doblemente (y luego
canalizando) Acid Spray. Se suponía que el á cido era bueno para detener la
regeneració n, ¿verdad? Controló las transmisiones tanto como fue posible, tratando
de obtener á cido solo en Gameover. Tuvo mayor éxito y el dañ o continuo comenzó a
demostrar su valor. Joe podía mantener este ataque casi indefinidamente gracias al
beneficio 'Mana Node', así que intentó hacer exactamente eso.
Luego, otro Juggernaut fue aplastado y la batalla comenzó a volverse contra ellos
rá pidamente. Un fragmento de suelo golpeó a Joe con tanta fuerza que rompió su
Caparazó n Exquisito y lo hizo volar. Se quedó mirando al techo, parpadeando como el
¡ Aturdido! el debuff desapareció . Comenzó a sentarse, pero un sonido extrañ o lo hizo
estremecerse y mirar hacia un lado. ¿Era el Taglock que le había dado a Jaxon? ¡Debe
haberlo dejado caer! Al recogerlo, se formó un plan en la mente de Joe. —Realmente
espero que esto no sea estú pido—.
Aumento de habilidad: Sinestesia mágica (Novicio III). ¡No leas, pelea !
—Justo.— La etiqueta entró en su lugar de almacenamiento de anillos y Joe respiró
hondo para prepararse. —¡Juggernauts! ¡Distrá elo!
Corrió en Gameover, que afortunadamente se centraba en los Jug gernauts. Joe
bombeó cada gota de maná que pudo administrar en su Capa Exquisita, la mejora del
Nodo de Maná le permitió crear un escudo cuatro veces má s fuerte de lo que había
logrado antes. Alisó y curvó la parte frontal del escudo hacia arriba. Cuando llegó al
borde de la sangre en el suelo... saltó hacia adelante y en á ngulo. Se lanzó sobre el
suelo mojado, su Shell actuaba como un tobogá n.
Gameover lo vio a punto de pasar debajo de su cuerpo y comenzó a moverse para
aplastarlo. Sin embargo, los Juggernauts tomaron las ó rdenes de Joe muy literalmente
, y el que sostenía al Hierofante decidió que una golosina sería una buena distracció n.
Arrojó al hombre a las fauces de Gameover, para deleite y terror del Hierofante. Al ver
el cuerpo volador, Gameover hizo una pausa y aceptó el regalo.
Ambos grupos habían cometido un terrible error.
Joe terminó de recorrer el suelo, dejando un camino limpio por donde había estado.
Había almacenado galones de sangre dentro de su bragueta, y
—Inicio. Constitució n treinta y dos—. Joe giró la cabeza hacia un lado y vomitó
mientras corría, algo que no había hecho desde sus primeros días en el ejército.
Gameover era má s rá pido que ellos, y si disminuía la velocidad, perdería la ventaja
que había obtenido.
Salieron de la línea de á rboles y comenzaron a correr por la arena. Los monstruos se
detuvieron bruscamente en el borde del bosque, rugiendo triunfalmente mientras
defendían con éxito su territorio. Joe no estaba lo suficientemente lejos como para
perderse los gritos de dolor y la carne desgarrada que pronto siguieron, y casi se
sintió mal al saber que había ganado unos segundos gracias a ellos.
Lamentablemente, só lo unos cientos de pies adicionales. Gameover destruyó lo ú ltimo
de la vegetació n entre ellos y comenzó a tambalearse por el terreno plano. Joe
realmente esperaba que la arena le resultara difícil, pero aparentemente no. Joe sacó
su bastó n frente a él y derramó sangre en la etiqueta adjunta, activando el ritual y
luego guardando su bastó n para correr má s rá pido.
La respiració n agitada y los movimientos sordos y lentos le dijeron a Joe exactamente
dó nde estaba Gameover en relació n con él. El Scout miró por encima del hombro, gritó
un fuerte 'No' y se puso a cuatro patas. Salió disparado , lo cual Joe entendió ... incluso
si le dejó un sabor amargo en la boca.
Entonces un nuevo sonido llegó a sus oídos. Un sonido resonante y resonante. ¡El
ritual se estaba activando! Joe se arriesgó a mirar hacia atrá s, y realmente no debería
haberlo hecho. El fin del juego se cernía sobre él y su arpó n estaba alineado con Joe. Se
lanzó hacia adelante cuando Joe se giró para mirar completamente a la criatura. Dio un
salto hacia atrá s y cayó al suelo.
El arpó n golpeó a Exquisito Shell en á ngulo y se deslizó a lo largo de la superficie
moldeada. Miró hacia arriba y comenzó a retraerse justo cuando el caparazó n se hizo
añ icos por completo, el ú nico golpe apenas bloqueado. Joe cayó al suelo, rodó un par
de veces... y cuando miró hacia arriba, Gameover había desaparecido, absorbido por el
suelo cambiante. El Réquiem del sepulturero había logrado derribar a Gameover.
No había terminado. Joe lo sabía, y los temblores que surgieron del suelo unos
minutos después fueron toda la prueba que necesitaba. Se puso de pie tambaleá ndose
y emprendió el regreso hacia el bosque. Necesitaba regresar al Gran Saló n de Rituales
y hacer suficientes rituales para que Gameover nunca viera la luz del día o incluso
pudiera moverse si lo hiciera. Iba a debilitar tanto a esa criatura que desaparecería del
mundo.
Joe no tenía fe en que cualquier cosa que hiciera pudiera matar esa cosa. Estaba seguro
de que la razó n por la que había sido atrapado y no destripado brutalmente
Lo que se dijo fue que nadie del pasado pudo lograrlo. No creía estar preparado para
intentar lo que ellos habían fracasado, así que era hora de establecer contingencias.
El Scout llegó justo cuando Joe llegaba a los á rboles derribados. Sin decir una palabra,
y mucho menos una disculpa, llevó a Joe a la catedral. Joe entró en el edificio que ya
estaba sanando y miró a su alrededor. Los escombros habían sido absorbidos e
incluso el suelo volvió a estar liso. Donde había estado el extrañ o altar, se estaba
formando una gran estatua de un hombre sosteniendo un libro en una mano. Los
rasgos eran confusos... ocultos, supuso Joe . Só lo había un factor preocupante.
Donde había creado el ritual de contenció n, el pozo, una columna de aire lleno de
energía fluía hacia arriba. La otra mano de la estatua se formó , creando una palma que
se asentaba en la parte superior de la energía y la absorbía. Interesante . Entonces Joe
empezó a recibir notificaciones.
¡Has creado una fuente de energía para potenciar a tu deidad! La constante infusión de
salud, maná y resistencia es una influencia extremadamente corruptiva. Esta energía
podría usarse de muchas maneras, ¡pero ten cuidado! ¡Solo las deidades podrán utilizar
esta fuente de energía de forma segura sin temor a la corrupción y a sanciones
extremadamente duras para la suerte kármica! Esta columna de energía agrega 2000
energías divinas a Tatum cada día que permanece activo.
¡Los Juggernauts que custodiaban este templo han sido derrotados! Tiempo hasta
reaparecer: 24 horas hasta que regrese el primero.
Misión completada: El Culto de la Mente Ardiente ha sido derrotado en esta área. El
Hierofante ha sido derrotado permanentemente y tendrás tu recompensa. Regresa a
The O'Baba para reclamarlo. Recompensa: +1000 de reputación con The People. +10.000
de experiencia. Plano para el 'invernadero de crecimiento permanente'.
¡Alerta de misión! Los otros tres. Has capturado un lugar de poder en el Bosque del Caos
de Clorofila. Hay tres más alrededor del centro, y cada uno de ellos puede aportar
interesantes beneficios. Captúralos a todos. Recompensa: Variable. Fallo: Ninguno. Nivel
recomendado: 30.
—Ey.— Joe le indicó al Scout que se acercara. —Regresaré en aproximadamente un
día. ¿Puedes hacer que alguien se reú na conmigo aquí?
—¿Seguro?— El Scout miró a su alrededor y no vio ningú n lugar al que Joe pudiera ir.
El Rituarquitecto no se molestó en dar explicaciones y comenzó a explorar la catedral.
Al pie de la estatua de Tatum, encontró el punto de viaje rá pido y lo añ adió a los
demá s. Apareció una opció n que nunca antes había visto.
CAPITULO TREINTA Y CINCO
—Joe... te ves rudo—. Alexis había reaparecido dieciocho horas después de que Joe
regresara al gremio. Había pasado el tiempo formando cuatro Réquiem del
Sepulturero y cinco rituales de contenció n má s. Había activado todo el primero y
estaba postergando el segundo. —¿Qué pasó ? ¿Veo que estamos ante una misió n que
está lista para completarse?
—Fue... horrible, Alexis—. Joe esperó hasta que todos los demá s estuvieron con él
antes de contar la historia completa, —...y pasé las ú ltimas horas dejando caer esa cosa
en el agujero má s profundo y oscuro que pude hacer. En este punto, debería estar a
dos millas y media de profundidad y revestido de piedra. No tengo ninguna duda de
que saldrá si lo dejo, así que iré y difundiré su salud y demá s hasta que no quede nada
que pueda usar—.
—Vaya. ¿Fue realmente tan malo? Poppy, curiosamente, fue quien le ofreció algo de
consuelo a Joe. —¿Qué podemos hacer?—
Joe hizo un gesto a los miembros de su aquelarre, quienes estaban todos desplomados
en la mesa a su alrededor. —Haz que se alimenten y descansen. Haz que Jess les
pague. Hice una misió n de emergencia e hicieron un gran trabajo—.
—¡Oye, al menos tenías razó n en que esta secció n del juego tenía mucho para
mantenernos ocupados durante mucho tiempo! Nadie hubiera pensado que había una
zona de nivel treinta a cincuenta en la primera á rea—. Poppy sonrió y abofeteó a Joe.
—¡Levantarse! Sobreviviste. Ahora drena esa cosa—.
—Bien. Sí.— Joe se puso de pie y caminó hacia el Saló n de los Conquistadores y hacia
el templo. Se acercó al altar de Tatum y colocó el disco que había formado sobre la
piedra. —Tatum, prepá rate para má s—.
Joe dejó caer un poco de sangre sobre el disco y activó el ritual de contenció n. Empezó
a brillar y Joe se quedó allí mirá ndolo. Estaba hecho de High Steel y no necesitaba
moverse. Debería durar indefinidamente, y el ritual en sí estaba impulsado por lo que
contenía. Pronto, el ritual estaba drenando a Gameover de tanto poder.
que empezó a desbordarse. El altar de Tatum absorbió el exceso, pero pequeñ as
hebras llegaron a cada uno de los otros altares activos.
¡Energía divina aumentada en +1500 por día! ¡Tu relación con todos los miembros del
Panteón de Tatum ha aumentado en 500 puntos!
—Vamos, Tatum...— Joe miró el disco y só lo quedó satisfecho cuando el altar lo
absorbió y el disco desapareció . —Bien.—
No había nadie má s cerca para ver dó nde Joe había colocado el ritual, y planeó que esa
fuera la norma. Estos tontos se estaban escondiendo y protegiendo lo mejor posible.
Je. Chupones. Doble sentido. Sonrió mientras salía del templo.
Cuando se reincorporó a su grupo, recordó limpiarse antes de sentarse a tomar un
café. Cogió la taza con manos temblorosas y sorbió la ambrosía caliente demasiado
rá pido. —Bien, sí. Listo por ahora. Ademá s, recuerda no dejar tu sangre por ningú n
lado. Puedes ser atacado desde una gran distancia. Solo digo.—
—Tengo que decírtelo, Joe—. Alexis tosió en su mano. —No me gusta el bosque.
Suman dos muertes. No tenemos experiencia para todo eso—.
—Bien. Pronto llegará n diez mil. Só lo necesito dejar la misió n—. Joe se puso de pie,
pero los demá s permanecieron sentados. —¿Mencioné que tenemos un punto de viaje
rá pido directo a la catedral? Caminata de quince minutos para solucionar nuestro
problema de experiencia—.
Eso provocó algunas sonrisas y Joe decidió reflexionar sobre algunas de las cosas que
tenía en mente. —Todos los cultistas eran personas y no adquirimos experiencia en
PvP. Sí, esa bú squeda apestaba. Lo siento chicos. Sinceramente, deberíamos sacar
mucho más provecho de esto y me siento muy mal por ello—.
—No te preocupes, Joe. ¿Qué tal si terminamos esto y volvemos a cenar? Con suerte,
podremos comenzar a obtener algo má s que carne de caza y avena en cada comida si
logramos poner esto en marcha—. Jaxon estaba liderando el camino y Joe notó algo
diferente en su forma de actuar.
—Jaxon, ¿algo cambió contigo?— —le preguntó Joe.
—¿No? ¿Entrenaste un poco mientras todos estaban juntos?
—¿Qué... tipo de entrenamiento?—
—Entrenamiento de estadísticas—. Jaxon puso los ojos en blanco. —De hecho, tengo
todas mis estadísticas altas . Reaparecí mucho antes que ellos y estaba aburrido—.
—¿Superaste el umbral para algo?— Joe tuvo que esperar la respuesta porque en ese
momento se teletransportaron y llegaron a la catedral. La enorme distancia les pasó
factura y cayeron al suelo jadeando.
—Tengo que... *jadear*... diez en carisma—, les dijo Jaxon, mirando confundido a sus
rostros eufó ricos. —¿Qué?—
—¡É l es normal!— Bard le dio un abrazo a Jaxon y recibió un apretó n incó modo a
cambio.
Comenzaron a caminar y el Scout los llevó inmediatamente a The O'Baba. Estaba muy
contenta de verlos. —He oído historias muy interesantes. Me alegro de no saber el
peligro que enfrentabas; Nunca te habría enviado allí. No habría tenido forma de
pagar el servicio—.
Misión completada: El culto a la mente ardiente. Recompensa: +1000 de reputación con
The People. +10.000 de experiencia. Proyecto para un ' invernadero en constante
crecimiento'.
—Lindo.— Joe hizo caso omiso de la notificació n. —Un poco má s de mil experiencias
para el nivel dieciséis—.
Jaxon subió de nivel; Brillaba dorado y empezó a mover los dedos alegremente. —
Maldita sea. Perdí algo de carisma. ¡Olvidé que hago eso cuando subo de nivel ahora!
¡Ah bueno!—
—En tan poco tiempo—. Una lá grima amenazó con escaparse del ojo de Bard, pero él
lo fulminó con la mirada y de alguna manera succionó la humedad nuevamente.
—Aquí está el plano del invernadero. Lamento decir que no está en las mejores
condiciones—. O'Baba miró el perió dico con nostalgia. —Sin embargo, debería ser ú til.
Te deseo só lo lo mejor.—
Joe miró el rollo de papel hecho jirones. —Tengo otra idea. ¿Puedo escanear el edificio
directamente?
—¿Tienes otra forma de obtener un plano?— Los ojos de O'Baba se llenaron de risa.
—Qué bueno que me aseguré de que tuvieras un acompañ ante en todo momento, ¿no?
Veamos qué puedes hacer—.
Fueron al invernadero y esperaron mientras Joe hacía sus preparativos . —Vincula el
plano... inserta el Nú cleo...—
Joe activó el ritual Furia del Arquitecto y un círculo ritual holográ fico estalló en el
edificio. Giró en su lugar, atravesando lentamente toda la estructura. Pasaron diez
minutos, quince... a las treinta, el anillo volvió al plano y apareció en el papel un plano
de construcció n tridimensional. —Con esto, nuestro trato está completo—.
¡Has capturado un plano para un edificio especial y raro! ¡Experiencia de clase +500!
—Puaj. Diez experiencia para el nivel de clase tres, vamos—. Joe sacudió la cabeza
molesto.
O'Baba miró lo que Joe sostenía y sus orejas se aguzaron con interés. —Quizá s
tengamos que volver a hablar en algú n momento, Joe. Por ahora, déjame explicarte los
inconvenientes del edificio que pretendes construir—.
Entró en el edificio y pasó por delante de la sala principal que les habían permitido
ver. A la vuelta de la esquina había varios guerreros hombres lobo, completamente
armados y blindados. —Verá s, Joe, aquí... a una cierta densidad de maná y vegetació n,
la comida comienza a contraatacar. ¿Quieres una ensalada de chuletas? Tu lechuga
quiere trozos humanos. Con el tiempo, tus granjeros también tendrá n que ser
expertos en luchar. Falta mucho tiempo para que eso empiece a suceder—.
—Ahora, el botín siempre es comida, y es muy buena comida. Pero si no haces lo
suficiente para contener el follaje, tu invernadero se convertirá en una mazmorra en
toda regla. Má s comida, sí, pero má s peligro. En ese punto, siempre será una
mazmorra a menos que destruyas el edificio —. O'Baba lo miró . —Está hecho de
vidrio. Se rompe fá cilmente. É sa es la otra gran preocupació n—.
—Veo.— Joe estaba tranquilo. Esto fue incluso mejor de lo que esperaba. —Gracias
por tu advertencia—.
—Espero ver a su gente engordar y volverse lenta—. O'Baba le sonrió . —Espero con
ansias el día en que todos ustedes sean animales de presa—.
—¿No lo hacemos todos?— El equipo de Joe fue sacado del á rea y pronto regresaron
al gremio. El viaje rá pido fue increíble.
A la mañ ana siguiente, Joe regresó a su lugar habitual en la cafetería y se dispuso a
tomar un largo descanso de las peleas. Se había ganado una recompensa importante y
necesitaba descubrir có mo darle buen uso. Comenzó a escribir una lista de todo lo que
necesitaba y siguió creciendo y creciendo. La mayoría de los componentes eran
bastante está ndar; solo estaban en cantidades que serían difíciles de adquirir. Vidrio,
metal para la estructura, tierra, piedra triturada, arena, marga... muchas variaciones
de terreno para que las cosas crecieran. El ú ltimo requisito mínimo necesario era un
nú cleo mayor defectuoso, que Joe só lo había visto una vez.
Fue entonces cuando lo recibió como regalo de la Familia Real como recompensa por
el asesinato del Príncipe. Todos los demá s Nú cleos que había usado o visto eran un
Nú cleo —menor—, hasta el punto en lo que pensó cuando dijo —Nú cleo—. Joe ni
siquiera estaba seguro de dó nde podía ir para conseguir un Nú cleo Mayor. ¿Quizá s
podría conseguir que el Príncipe lo atacara de nuevo? Joe negó con la cabeza; Eso ni
siquiera era divertido y él lo sabía. Solo hubo asi
podía hacer muchas cosas sin enojar al reino, y sabía que acercarse (y enemistarse)
con el Príncipe Heredero probablemente no era una de ellas.
Aú n así, eso planteó la pregunta... ¿dó nde conseguir uno de estos? ¿Podría comprar
uno? ¿Encontrar monstruos que los produjeron? No estaría de má s preguntar por ahí.
Aú n así, mientras buscaba, podía empezar a conseguir el resto del material. ¿Quizá s
incluso podría encontrar una manera de mejorar un poco este plano?
Había cosas sin las que no podía prescindir, por supuesto, pero finalmente pudo
descubrir si había estado imbuyendo vidrio sin una buena razó n . Joe simplemente
cambió la lista de materiales agregando vidrio delantero —impregnado—. Siseó
cuando la lista se volvió negra. —Hijo de un...—
—Sabes lo que está s haciendo mal allí, ¿no?— La voz de la chica del valle casi hizo que
Joe comenzara a arrojar á cido, pero afortunadamente, era necesario hacer
movimientos con las manos cuando no estaba sosteniendo su bastó n.
Joe se giró y miró al Enchanter, ahora de cabello morado. —Hola, Terra. ¿Qué te trae
por mi zona de peligro?
—Oh tú sabes. Día libre.— Terra suspiró dramá ticamente y se llevó la mano a la cara.
—Recibo uno al menos una vez al mes. Casi también he aprendido mi primer
encantamiento. Podré hacer una armadura que duplique la salud cuando sea un
conjunto completo—.
—Lindo.— Joe señ aló su perió dico. —Ya que estabas husmeando, ¿qué quisiste decir?

—¿Mmm?— Terra señ aló el plano. —Está s intentando sustituir la versió n normal por
material imbuido, ¿verdad? Parece que sabes que no funcionaría, pero ¿tal vez solo
tenías gasolina?
Joe la fulminó con la mirada, así que ella se encogió de hombros y continuó : —Mira. Tu
vaso está conectado al marco, lo que significa que el marco desempeñ ará un papel en
el control y canalizació n del maná que corre por el lugar. Parece que tienes High Steel
como marco (por un lado, ay, tu billetera), pero eso tampoco puede soportar una -
canalizació n constante y consistente sin calentarse. Ya que esto es un... invernadero,
¿verdad? Sí, eso haría que el interior se calentara demasiado. Todas tus plantas
morirían—.
Miró el plano y se dio cuenta de que ella tenía razó n. —¿Có mo viste eso de un vistazo?
He estado en esto desde el desayuno—.
—¿Qué, crees que los encantadores pueden simplemente encantar? Necesitamos saber
dó nde colocar el encantamiento, de qué material está hecho e incluso qué época del
añ o es mejor para cada encantamiento individual—. Terra le sonrió . —Ya tengo
Magical Mate
Conocimiento tradicional en las filas de aprendices. Eso es casi todo lo que he estado
haciendo. Memorizar—.
, ¿te importaría decirme qué debería utilizar como sustituto de estos materiales? Joe
se rió entre dientes mientras ella hacía una mueca. —Está bien, lo entiendo. Creo que
te equivocas acerca de todas esas variables relacionadas con el encantamiento, pero
por lo demá s, es una buena informació n tener. Lo resolveré de alguna manera—.
—Claro, de alguna manera te lo sacará s del trasero, ¿eh?— Terra lo miró críticamente.
—¿Qué quieres decir con las variables? Estoy entrenando directamente con un
Maestro Encantador—.
—Oh tú sabes.— Joe sacó una batería de maná y se la arrojó . —Tengo mis métodos,
como hacer patrones de encantamiento abiertos que no parecen tener ningú n
requisito como el que está s hablando—.
Terra miró fijamente a la Batería con los ojos muy abiertos. —José. ¿Có mo? Só lo los
Maestros tienen algo como esto. ¡Aparentemente, el encantamiento para estos es tan
peligroso que necesitas ser un Maestro antes de que la Universidad considere hacer
uno para ti!
—¿En realidad? Qué extraño, puedo hacer uno así en unos ocho minutos—. Joe sacó el
má s grande con una capacidad de almacenamiento de tres mil maná . — Sin embargo,
este lleva casi media hora—.
CAPITULO TREINTA Y SEIS
—Bueno, eso no era lo que esperaba—. Joe miró la lista de material que se les había
ocurrido. —Nunca hubiera imaginado que un metal de menor calidad funcionaría
perfectamente. Diablos, incluso un herrero me dijo que no funcionaría—.
—Normalmente no lo habría hecho, pero es por eso que acudes a un encantador
cuando haces magia, no a un herrero—. Terra señ aló la estructura del edificio. —Por
lo general, el marco sería má s importante para garantizar que el vidrio permaneciera
unido. Es frá gil y todo eso, pero dado que el vidrio se envuelve alrededor del marco, el
vidrio imbuido podrá permanecer irrompible ante la mayoría de los ataques está ndar.
Entonces la capacidad del marco para moler el exceso de maná sin calentarlo se vuelve
má s importante que soportarlo. Demasiado pesado para armaduras y armas, pero es
de uso comú n en encantamientos estacionarios. Por lo tanto, no le preguntes a un
herrero—.
Joe sonrió mientras hacía los cá lculos sobre la diferencia de costo de usar hierro con
un nú cleo de plata en lugar de usar acero alto; ni siquiera quería pensar en lo que
habría necesitado si hubiera subido má s arriba en la lista de metales raros. —Creo que
me acabas de ahorrar unos mil platinos—.
—Má s bien diez mil—, le informó Terra con aire de suficiencia. —Su edificio crece y
só lo alimentá ndolo con má s material para crecer —.
—Alarmante.— Joe entregó su pequeñ a Mana Battery. —Esto es para ti.—
—Disculpe . Estoy bastante seguro de que me quedo con el grande—. Sus brazos se
colocaron en sus caderas justo antes de hacer un movimiento de —dame—.
—Entonces, ¿vas a regresar con algo que solo tienen los Maestros Magos y quieres uno
con el triple de capacidad que ellos? Siento que va a ser una mala idea—, le dijo Joe
con igual aire de suficiencia.
—No triple—. Ella pareció darse cuenta de que no iba a tomar el má s grande y dejó
caer los brazos. —Parece que, como sea que hayas hecho esto, este solo tiene la mitad
de la capacidad de mi Maestro. El grande só lo tiene capacidad para unos mil má s—.
—Eh.— Joe miró al cielo. —Eso es cierto. Hacer esto a mano daría un mejor resultado,
¿eh? Ah, bueno, puedo producirlos en masa, así que no me importa tanto. Aunque… si
trabajá ramos juntos en el diagrama, tal vez podríamos encontrar una solució n
perfecta y no habría ninguna pérdida—.
—¿Tienes una plantilla de encantamiento? ¿Lo lograste de alguna manera?
—Má s bien se realizó ingeniería inversa y luego se mejoró —. Joe sacudió la cabeza y
volvió a trabajar. —Hacer un diagrama de hechizo totalmente nuevo es mucho má s
difícil. Algú n día, aunque no ahora—.
Joe miró el ú ltimo componente, el Nú cleo Mayor Defectuoso, intentando juntar las
ú ltimas piezas del rompecabezas. —¿Qué tal esto? ¿Qué pasa si utilizamos un Core
mejor o peor?
—¿Peor? Nada.— Terra lo detuvo antes de que se emocionara demasiado. —En
realidad nada. El edificio se convierte en una casa de cristal con paredes realmente
caras. Ese nivel de Core es necesario para potenciar todas las funciones. Si usas un
Nú cleo mejor, el edificio funcionará má s rá pido que antes o se llenará excesivamente
de maná y se descompondrá o destruirá a sí mismo. Sería necesario revisar todos los
materiales nuevamente para asegurarse de que puedan soportar el rendimiento, y el
costo probablemente aumentará exponencialmente—.
—Ahora... esto podría aumentar la rareza del edificio, tal vez incluso convertirse en
una estructura nueva o ú nica, pero, solo una idea, ¿quieres que eso suceda?— Terra
negó con la cabeza. —Estoy bastante seguro de que quieres alimentar a la gente
rá pidamente. El progreso es fantá stico, pero una base estable es la clave del éxito—.
—Woo, la universidad te ha estado haciendo un nú mero , ¿eh?— Joe sonrió mientras
ella le sacaba la lengua. —¡Eso es má s apropiado! Gracias Terra. Siéntete libre de
traerme diagramas de encantamientos y veré si puedo ayudarte a mejorarlos—.
—Quieres que te traiga documentos secretos inmutables y milenarios ... para que
puedas mejorarlos —. Terra negó con la cabeza. —O conseguirá s que me maten o me
asciendan—.
—Entonces, una señ al de buena fe—. Joe sacó el folleto que había hecho para Mana
baterias y lo sostuvo en el aire. —Prométeme que esto quedará só lo entre nosotros. Al
menos a menos que te dé permiso para compartir—.
—¿Seguro? ¿Qué es?— Terra tomó el folleto y lo miró con los ojos muy abiertos. —
Tú … ¿có mo compensaste el etérico… oh, ya veo? Eso es inteligente. ¿Có mo supiste...
Joe, en serio! ¿Sabes siquiera qué es esto?
—Encantamiento de batería de maná —.
—No tienes una misió n para obtener informació n de mí, ¿verdad?— Joe preguntó en
broma. Terra se sonrojó por completo y se quedó con la boca abierta. —¿De quien?
¡Pequeñ o espía!
—Oh para. Nada como eso.— Terra se dio vuelta y se alejó , rechazando sus siguientes
preguntas.
—Ahora sé por qué seguía buscá ndome—. Joe estaba algo decepcionado, pero
intentaba no estarlo. Era divertido estar con ella, sin importar lo molesta que fuera.
Parecía que necesitaría asegurarse de que ella siempre permaneciera a distancia;
incluso si hubiera estado jugando a llamarla espía, todavía perdió mucha confianza en
ella en este momento. Ella le estaba dando a alguien informació n sobre él, y no
importa cuá n inocente pudiera ser...
Joe decidió dejar de lado sus preocupaciones por el momento. Sacó un pie cuadrado de
vidrio y comenzó a verter maná en él. Echó un vistazo a la cantidad de vidrio que
necesitaría imbuir para crear la estructura inicial y trató de no frustrarse. Era mucho
vidrio . Serían un par de días largos. Joe miró su hoja de estado y tuvo una idea.
Nombre: Joe 'La leyenda elegida de Tatum' Clase: Mago (Actual: Rituarquitecto)
Profesión: Académico titular (Actual: Arcanólogo) Nivel de personaje: 15 Exp.: 134,813
Exp. al siguiente nivel: 1.187 Rituarchitect Nivel: 2 Exp.: 2.990 Exp. al siguiente nivel: 10
Puntos de vida: 270/270
Maná: 1.012,5/1.012,5
Regeneración de maná: 27,9/seg (Base 25,37/seg aumentada por equipo) Resistencia:
235/235
Regeneración de resistencia: 5,64/seg.
Característica: Puntuación bruta (Modificador)
Fuerza: 25 (1,25) Destreza: 34 (1,34)
Constitución: 32 (1,32) Inteligencia: 81 (2,31) Sabiduría: 70 (2,2) Carisma: 31 (1,31)
Percepción: 54 (2,04) Suerte: 30 (1,30)
Suerte kármica: +1
Su idea era simple y bastante directa. Si pudiera llevar su inteligencia al siguiente
umbral (cien), su reserva de maná probablemente aumentaría una gran cantidad. Eso
le permitiría usar todas sus habilidades mejor y con má s frecuencia. Probablemente
también habría beneficios que él desconocía. Joe necesitaba diecinueve puntos, lo que
significaba casi un mes de entrenamiento característico. Viable, y lo usaría como
complemento, pero lo que realmente necesitaba hacer era trabajar en cosas
complicadas.
Decidió seguir un regimiento sencillo. Empiece el día con café, haga su entrenamiento
característico para el punto garantizado, unas horas de imbuir vidrio, juegue con
diagramas de hechizos y comience a producir pergaminos y diagramas de
encantamientos. El trabajo variado y difícil probablemente aumentaría su inteligencia,
y Joe esperaba encontrar el umbral en menos de una semana.
—Disculpe, Joe?— Joe miró al mensajero mientras continuaba: —¿Tengo una solicitud
de construcció n para usted de parte de Lord Mike?—
—¿Cuartel otra vez?— Joe recibió un asentimiento a cambio. —Suena bien. ¿Puedes
reunir a las mismas personas que la ú ltima vez?
—Yo... no nos habíamos conocido antes—. Joe lo miró dos veces y, efectivamente, no
conocía a este tipo.
—'Ejem*. Lo siento, el uniforme y todo... Joe se detuvo farfullando y dio la informació n
sobre las personas que necesitaba. Desde allí, caminó hasta la sala del gremio y
comenzó los preparativos. —¿Có mo está n consiguiendo todo este material de
construcció n? En serio, no podría comprarle una tabla a Ardania—.
Después de instalar el edificio holográ fico, esperó . Después de diez minutos, nadie
apareció . Joe no vio a nadie y estaba cansado de esperar. —Es hora de ver si puedo
usarlos en un ritual—.
Colocó las Baterías de Mana para formar un triá ngulo con él y activó el ritual. Si esto
no funcionaba, sería un mal momento. Joe se elevó en el aire suavemente, al igual que
las Baterías de Mana, para su gran alivio. Eso le dio un total de cinco mil maná para
usar al comienzo del ritual, excelente. Con su regeneració n, ahora podría realizar todo
este ritual por su cuenta.
El drenaje cambió de él a las Baterías de Mana y, a medida que se drenaron, el edificio
se unió . Los clavos se clavaron suavemente en la madera, el marco tenía paredes
colocadas a lo largo y, en general, el edificio.
CAPÍTULO TREINTA Y SIETE
Raze (Experto): el segundo ritual importante otorgado a un Rituarchitect; este ritual
permite al usuario convertir un edificio previamente construido en los recursos
utilizados durante la construcción. No se recuperarán todos los recursos, ya que el
desgaste de los recursos se solucionará con el material, pero todos los recursos
recuperados estarán en perfectas condiciones. ¡Perfecto para la gentrificación! El tiempo
para Raze la estructura objetivo depende de la rareza, la complejidad de la estructura y
qué tan bien construida está la estructura objetivo. ¡Usar un Núcleo de mayor calidad en
este ritual aumenta la cantidad de material disponible para la recuperación y la
velocidad de destrucción ! Este ritual puede ser interrumpido por la destrucción del
objeto que contiene el círculo ritual. Componentes necesarios...
Joe se agarró la cabeza mientras la informació n se amontonaba . Esto era como
aprender cuatro añ os de arquitectura... e ingeniería... y minar todo en el mismo día. —
¡Ay! ¡Qué! ¡Esto es... tanta informació n!
—¿Un ritual de nivel experto para derribar un edificio? ¿En realidad? ¿Por qué es eso
mucho má s difícil que escanear un edificio o simplemente destrozarlo? Joe examinó la
informació n en su cabeza, de tan fá cil acceso como ver un archivo en una
computadora, y vio lo que se estaba perdiendo. —Oh… ¿repara todo el material
recuperado? Vale... no soy muy partidario de no saber qué tan rá pido sería este
proceso, pero es bueno saber que un mejor Core significa má s cosas y un proceso má s
rá pido—.
—¿Ya está oscureciendo? ¿Cuanto tiempo estuve fuera? Espero que este ritual al
menos acumule todo en orden—, refunfuñ ó mientras se ponía de pie. Joe estaba
cubierto de polvo y sudor, y su aquelarre aún no había aparecido. Agarró su batería de
maná y entró en la sala del gremio, casi chocando con Aten, que corría hacia él.
—¡José! ¡Emergencia!— Aten levantó a Joe y salió corriendo, cargando a Joe sin
esfuerzo aparente. Siguió corriendo, casi llegando a la mina de sal antes de detenerse
y poner a Joe de pie en un claro. —Realmente no me gusta lo fá cil que es secuestrarte,
Joe. Necesitas protegerte—.
ing se unió muy bien. Mientras colocaban a Joe en el suelo, la batería de maná má s
pequeñ a explotó y cayó al suelo como polvo . —¡Heces!—
Al menos el má s grande se mantuvo unido, pero ¿fue suerte o se debió a la mayor
calidad? Joe odiaba no saberlo. Maldijo cuando el diagrama ritual del cuartel se
incendió y se convirtió en cenizas en un instante. Ah bien. Esta era la tercera vez que
lo usaba, y su durabilidad debe haber sido reducida a nada. Bueno... al menos todos los
cuarteles desde el primero que construyó tendrían tejas.
¡Experiencia de clase +100!
¡Sube de nivel de clase! ¡Ahora eres un Rituarquitecto de nivel tres! Nuevo ritual
aprendido: Raze.
—¿Crees que me gustó eso?— Joe farfulló , con el rostro rojo por las injustas palabras
de Aten. —¡Si fueras un enemigo, ya serías trozos de carne!—
—¡José!— Mike entró en el claro, lo repentino de su llegada le provocó un Shadow
Spike en la pierna. —¡Ay! ¿Qué diablos, hombre?
—¡Lo siento!— Joe lo curó con un gesto y luego lo fulminó con la mirada. —Asustar a
la gente que está en combate todo el tiempo es una mala idea, Mike—.
—Dios.— Mike miró el agujero de su pantaló n y se calmó visiblemente. —Escucha,
Joe. Tenemos un informante del gremio de arquitectos. Con gran riesgo personal para
ellos y una enorme cantidad de dinero de nuestra parte, vamos a adquirir un edificio
de segundo nivel. Necesitamos que hagas lo tuyo y hagas una copia. Si esto no regresa
por la mañ ana, la gente vendrá a buscarlo—.
—¿Cuá l es el edificio?— Joe los miró a los dos. —El hecho de que no estés
respondiendo la pregunta me pone extrañ amente nervioso—.
—No lo sabemos, ¿de acuerdo?— Aten pisoteó con el pie, creando un crá ter y también
haciendo que Joe se preguntara sobre su edad real. —El informante só lo nos dijo que
estaba garantizado que sería beneficioso. Para que lo sepas, una vez que lo
construyamos y la gente sepa que lo construimos, se enojará n bastante—.
—¿Por qué construirlo entonces?— Joe miró a los otros dos. —¡Dime!—
—Los constructores tienen una regla bastante seria—. Aten gruñ ó . —Si construyes un
edificio por encima del nivel de tu ciudad, no te permitirá n trabajar con ellos. Alguna
vez. Só lo a ellos se les permite construir má s edificios que el nivel cero. ¿Algo
clasificado como Comú n o superior? Ellos lo construyen. Monopolio total. Ni siquiera
el Rey puede forzar el asunto ya que su mecanismo de seguridad garantiza que los
planos que tienen será n destruidos si presionan el botó n—.
no habría nadie que pudiera hacerlos—. Joe asintió en señ al de aceptació n. —
Entonces… estamos fuera, desgracia mía. ¿Vendrá n a por nosotros?
—No, el Reino tiene ahora una ley de 'uso justo'—. Mike se rió de eso. —
Aparentemente, está en su lugar gracias a tu trabajo con el Archimago . Todos los
magos eran nobles y los nobles votan sobre ciertas leyes. Ahora bien, cualquiera que
haga algo tiene el derecho legal de usarlo o hacerlo si es legal tenerlo y usarlo. No má s
unió n forzada a gremios o universidades para lanzar hechizos y cosas así—.
—¡Eso es genial!— Joe chocó los cinco con Aten.
Ató n asintió . —Sí, pero lo que estamos haciendo ahora es definitivamente ilegal,
espionaje corporativo y todo eso. ¡Pero! La cuestió n es esta: si construimos esto, ya no
podrá n hacer nada al respecto. Entonces, ¿podrá s hacer esto nuestro a tiempo?
—Probablemente.— Joe volvió a mirar el Saló n de los Conquistadores que se elevaba
por encima de la línea de á rboles, y el faro en la cima eclipsaba a cualquier estrella en
el cielo. —Habría sido mucho má s fá cil estar en mi escritorio. Donde está n todos mis
materiales para hacer planos —.
—¿A él?— Otra voz má s llegó a oídos de Joe, pero al menos esta vez, no fue el ú nico en
saltar. —¿Ese es tu 'niñ o prodigio'? ¿Estas seguro acerca de esto?—
Joe só lo necesitó una mirada para darse cuenta de que conocía a esta persona. Ella era
la representante del gremio que le había negado todos los materiales de construcció n.
—¡Oh hola! Qué bueno verte de nuevo. Espero que en el futuro podamos tener muchas
interacciones positivas—.
Miró a Joe y luego a Aten. —¿Me acaba de amenazar? ¿Está s intentando chantajearme?
Me iré ahora mismo si esto es-—
—¡Nada como eso!— Aten le aseguró , sacando un enorme saco de monedas
tintineantes aparentemente de la nada. —Es sólo un idiota—.
—Aquí.— Se sacó un tubo de la espalda y se lo entregó a Joe. —Tienes cuatro horas ya
que me tomará una hora regresar a Ardania y necesito colar esto de nuevo. Si llegas
tarde, le contaré a mi jefe sobre el 'ladró n' que irrumpió —. . El es calvo.—
—¡Joe, agá rrate fuerte!— Aten levantó a Joe y empezó a correr. —¿Dó nde está tu
equipo?—
—¡Sala!— Joe gritó por encima del viento y los golpes de los pies. Aten giró
ligeramente, pasó volando a los guardias y dejó caer a Joe cuando entraron por las
puertas. —¡Sígueme, Ató n!—
—¿A dó nde vamos?— Aten miró alrededor del enorme espacio abierto. —He visto de
todo aquí. No hay oficina—.
Joe le sonrió a Aten mientras lo conducía a una pequeñ a mesa. — Realmente no lo has
hecho, Aten.—
La puerta se cerró detrá s de ellos y la pared comenzó a deformarse y abrirse. Apareció
una rampa que conducía hacia abajo y el comandante del gremio miró a Joe . —¿Esto
va a dó nde?—
—¡Mi oficina!— Joe se rió abiertamente ante la expresió n de frustració n en el rostro
de Aten. —El tiempo está perdiendo. ¡Vamos!—
Un momento después llegaron al verdadero nú cleo del edificio: el Gran Saló n Ritual.
Aten fue enviado a sentarse en un rincó n mientras Joe comenzaba a hacer el trabajo
de preparació n para convertir el plano en un ritual. —Muy bien, veamos qué tenemos
aquí… edificio de segundo nivel, también conocido como edificio poco común . Sabes
que los cuarteles que hice son de nivel dos, ¿verdad? Má s allá de eso: ¡en serio, elijan
un sistema de nomenclatura , ardanianos!
—¿Terminaste?— Aten miró los anillos, específicamente el detalle que Joe había
colocado en los anillos, que le provocaba dolor de cabeza, y retrocedió . —¿Qué es eso?

—¡Correcto! Supongo que nunca has visto los círculos rituales en sí, só lo sus
representaciones holográ ficas de energía. Joe señ aló los distintos anillos y habló ,
contento por el descanso. —Esta parte me permite crear un vínculo comprensivo con
un plano. Esto activa el ritual. Aquí me permite agregar personas a la configuració n.
Este-—
Joe habló durante un minuto y el rostro de Aten se volvió cada vez má s sombrío. —Joe,
¿haces esto cada vez para realizar un ritual? Entonces, un mago simplemente lanza
una bola de fuego, y necesitarías como... ¿dos horas para lograr el mismo efecto?
—Bueno... si quisiera lanzar la bola de fuego como un ritual, sí—. Joe cogió el plano y
lo acercó .
—¿Está s usando tinta, papel y plumas infundidas?— Aten miró todo lo que Joe estaba
usando, luego, detrá s de él, un estante con reactivos cuidadosamente etiquetados y
explicados. Volvió a mirar a Joe mientras sacaba un Nú cleo está ndar, también
conocido como Nú cleo Menor Poco Comú n. —Caray, hombre. Eso es... excesivo, ¿no?
—En realidad, lo mínimo indispensable. Oye, al menos sabes lo que está s pagando
cuando me reembolses má s tarde—. Joe puso el Nú cleo en el centro de los círculos
rituales y luego tocó el plano del Nú cleo. El plano brilló intensamente, el Nú cleo se
atenuó y Joe gruñ ó mientras inyectaba maná en el proceso. El Nú cleo se desmoronó ,
finalmente en su ú ltimo uso, y Joe se aseguró de que Aten lo viera. Se estaba quedando
sin nú cleos y realmente podía optar por una recarga patrocinada por el gremio.
Cuando el brillo se atenuó , Aten se inclinó y jadeó ante el edificio holográ fico que se
encontraba en el centro de los círculos rituales. Combinaba perfectamente. Abrió el
plano y vio que no había nada en él que indicara ningú n cambio. —Joe, eres glorioso…
¿cuá ntos de estos rituales puedes establecer? Si puedo llevarte a su bó veda durante
una hora, ¿cuá ntas...?
Se detuvo al ver a Joe sacudir la cabeza. —Cada ritual está hecho a medida para el
edificio cuando lo extraigo de un plano. En realidad, es má s difícil que simplemente
escanear un edificio. Mira aquí. Esta parte dice 'pared, abertura de pared'. Claro, está
escrito en trigonometría, pero eso es lo que dice. No hay atajos como ese—.
Aten se frotó la barba bien recortada. —Veo. Bueno... devolveré esto a... hmmm.
El Comandante del Gremio subió la rampa y, cuando entró en el edificio de arriba... el
camino hacia abajo desapareció . —Bien entonces, Joe. Guarda tus secretos—.
Ninguno de ellos vio cuando, poco má s de una hora después, la persona que había
'robado' los planos regresaba a Ardania. Se acercó al líder del Gremio de Arquitectos y
le entregó los planos a la pared, así como el oro que le habían dado. —Se dejaron
engañ ar—.
—Buen trabajo.— Le devolvió el oro. —Cuando sean juzgados por traició n, finalmente
tendremos a alguien a quien señ alar y decir: '¿Ves? Mala idea ir a nuestras espaldas y
hacerlo usted mismo. Nunca se sabe cuá ndo podrías cometer accidentalmente una
traición contra el Reino—.
El vaso terminó , cayendo sobre la mesa con un *thunk* que no suena a vidrio .
—¿Qué hace aumentar la densidad de la matriz de maná ?— Joe gruñ ó ante su
habilidad. —¿Hacer que se absorba má s rá pido? ¿Absorber má s? ¿Ambos?—
Joe comenzó de nuevo, agregó el vaso infundido a su anillo y apareció un nuevo trozo
en la mesa. Mientras rodeaba el vaso, algo en su mente hizo clic. Quizá s era el hecho de
que había ganado má s inteligencia, sabiduría, o que su mente siempre estaba
buscando una manera de automatizar las cosas, pero… lo que estaba haciendo con su
maná se parecía mucho a lo que hacía al hacer su Exquisito. Caparazó n.
Esta vez, en lugar de hacer que el maná se forme como una burbuja y mantenerlo allí,
estiró su Concha Exquisita para darle forma alrededor del vidrio y bombeó maná en el
espacio dejado atrá s. No estaba seguro de si esto funcionaría, ¡pero valía la pena
intentarlo! Cuando el cristal se iluminó , supo que había sido un éxito. Aunque… era
diferente de lo habitual.
Artículo creado: Vidrio imbuido natural. Has encontrado _ERROR_ Has creado un tipo de
vidrio que ha absorbido maná salvaje o un tipo de maná con un aspecto de resistencia a
la supresión o desenfreno. Este vidrio permite que el maná fluya a través de él mucho
má s fá cilmente que el vidrio imbuido elaborado con una matriz, al tiempo que conserva
las propiedades de resistencia al daño.
Actualización de habilidad disponible: 'Creación de material mágico' cambiará a
'Creación de material mágico natural'. Este tipo de creación de material no permite
elegir la matriz de maná utilizada, sino que hace que el material obtenga la propiedad
que mejor se adapte. Esto puede dar lugar a resultados desde increíbles hasta
increíblemente peligrosos . ¿Aceptar? Sí No.
Joe estaba preocupado, pero sabía que siempre podía volver a aprender la habilidad
original si esto le causaba problemas. Eligió —sí— y observó có mo su habilidad
cambiaba.
Habilidad obtenida: Creación de material mágico natural (Principiante I). 50-ln% de
probabilidad de que el uso de habilidades cree un material peligroso para el creador
donde n = nivel de habilidad. 1% de probabilidad de que el material creado aumente en
rareza al finalizar. Esta es una habilidad generalmente reservada para NATURALEZA,
Sr. Generador de errores.
Título actualizado: Baldy II. Tampoco vello facial. Te quedan cejas y pestañas, pero no
fuerces. -50% de probabilidad de esconderse con éxito cuando esté expuesto a la luz del
sol.
Joe se tocó la pequeñ a barba que había estado intentando dejarse crecer, atrapando el
pelo que caía. Miró los mechones que tenía en la mano y suspiró . —¿Es esto realmente
mi culpa? Lamento que la gente no haya sido muy experimental.
aquí en los ú ltimos siglos, pero esto parece estar frenando intencionalmente la
creatividad—.
Puedo ser mezquino si quiero serlo. Baldy III: la pérdida del vello en el pecho.
—¡Ey!— A Joe empezó a picarle mientras el pelo le caía por la camisa. —¿Es eso una
maldició n o está s haciendo títulos de películas?—
No llegó ningú n otro mensaje y Joe decidió no enfadar má s al mundo con Al. Se limpió
para eliminar la picazó n, respiró hondo unas cuantas veces y volvió a trabajar. Había
un treinta y nueve por ciento de posibilidades de hacer algo dañ ino, pero... no hay otra
opció n en este momento. En el rango de Experto, no habría má s cosas dañ inas, lo cual
tenía sentido. Ah bueno.
Joe hizo cuatro trozos de vidrio imbuido natural antes de sufrir su primer... fracaso. Se
sentó allí, mirando el vaso que tenía en las manos. Su mente estaba en blanco y su
cuerpo temblaba. Joe estaba completamente aterrorizado. No tenía idea de cuá nto
tiempo permaneció sentado allí antes de que alguien le tocara el hombro y dejara caer
el vaso. Se hizo añ icos sobre la mesa y el efecto que tuvo en él se rompió .
—Tú … ¿está s bien, amigo?— Un tipo grande estaba parado muy lejos de Joe,
mirá ndolo con torpeza.
—Estaba bajo un efecto de miedo. Gracias por sacarme de eso—. Joe se puso de pie y
el hombre lo empujó hacia abajo.
—Al menos eso está explicado, pero… quédate sentado. Hiciste un pequeñ o desastre
allí—. Joe recibió una palmada en el brazo y el hombre se alejó . Joe miró su bata
mojada, se sonrojó y se limpió .
—Sí, material dañ ino—. De repente, a Joe le gustó mucho menos su nueva habilidad ,
sin importar que su otro vaso se hubiera formado casi tres veces má s rá pido que
antes. Sin embargo, no hay otra manera que mejorar. Hizo un trato con un servidor
que andaba por ahí. Si Joe comenzaba a actuar de manera extrañ a, el camarero le
quitaría el vaso de las manos. El camarero, a su vez, recibiría una buena propina.
Joe empezó de nuevo y, tan pronto como terminó el vaso, se echó a reír. —¡Sí! ¡Yo soy
el mejor! ¡No puedo creer lo increíble que soy en todo! ¡Mira este vaso! ¡Míralo!
¡Muhuhaha!
El cristal se hizo añ icos al golpear la mesa. De alguna manera, los fallos no tuvieron la
resistencia de las versiones hechas correctamente. Joe agradeció al camarero, quien
miró los cristales rotos y sacudió la cabeza. Se hicieron cinco lá minas de vidrio má s
antes de que volviera a suceder, pero esta vez, Joe pensó que era alguien al otro lado
de la habitació n y le arrojó el vaso, pensando que el otro era un impostor.
equipo durante los ú ltimos cinco días, por lo que se fueron a hacer lo suyo. Ademá s,
aú n deberá pagarles si no está n haciendo nada. Aten te estaba buscando para obtener
una actualizació n sobre la situació n alimentaria y quería que supieras que han
reunido toda la tierra y cosas diversas que solicitaste. En ese sentido, es una buena
idea pasar una semana de inactividad—.
—¿Qué haría sin ti, Jess?—
—Probablemente contrate a alguien que cueste má s y haga menos—, dijo Jess con
expresió n inexpresiva, entregá ndole un portapapeles. —Esta es la factura de los
tramperos que enviaste. Está n aquí y quieren el pago. Lo comprobé y llegaron, pero
puede que no te guste. Todavía tengo que pagarles. Todavía no hay informació n
segura sobre el Gran Nú cleo que necesitas, pero una 'Terra' me dijo que podría lograr
que eso suceda. 'Por dinero'. Ella se rió de mí cuando dijo la ú ltima parte, así que
espero que signifique algo para ti—.
—Solo llevas un par de semanas en nó mina y eres invaluable—. Joe sonrió a la mesa.
— Esta noche debería tener todo lo que necesito para el invernadero, excepto el
nú cleo. Díselo a Aten y pregú ntale si tienen un plan sobre dó nde colocarlo. Ademá s,
¿alguna novedad sobre otros requisitos de construcció n ?
—Nada má s.— Jess le dijo dó nde encontrar a los tramperos y él fue después de
invitarla a un café. Los tramperos eran casi exclusivamente personajes de tipo pícaro y
parecían recelosos de estar cerca de la pequeñ a jaula que tenían. —¿Todo bien?—
—Voy a necesitar una bonificació n por esto, lamento decirlo—, le dijo sin rodeos a Joe
el líder del pequeñ o grupo. —Tres de nosotros morimos y hemos escuchado historias
sobre grupos que desaparecieron después de capturar criaturas realmente raras—.
—Suena familiar.— Joe suspiró y pagó un veinte por ciento má s que la tarifa acordada
previamente. Quería trabajar con ellos en el futuro, por eso era importante causar
buenas impresiones ahora. Cuando tuvieron el oro en la mano, señ alaron con la
cabeza la jaula cubierta con una lona y se alejaron.
Joe se acercó y quitó la manta. Mirando a la criatura contenida por barras y magia
ritual, se frotó las cejas y tuvo que encontrar un lugar donde sentarse.
—¿En serio? ¿Una ardilla?—
CAPITULO TREINTA Y NUEVE
Joe había presionado el botó n que le había dado el colorido Bufó n y esperó junto a la
jaula toda la noche. No estaba seguro de có mo llegar al asesino del zooló gico. Era muy,
muy extrañ o que un zooló gico tuviera un asesino entrenado. Joe continuó creando
vidrio y se aseguró de permanecer despierto todo el tiempo. A menos que estuviera en
un lugar totalmente seguro, no había posibilidad de que se fuera a dormir después de
convocar a un Jester Assassin que lo perseguía.
Entonces, se sentó frente a la ardilla, de espaldas a la pared, e hizo vidrio imbuido. El
proceso se aceleró cada vez que ganó un nivel de habilidad y también redujo las
probabilidades de que cometiera un extrañ o fracaso. También había empezado a
sostener el vaso de manera precaria para dejar caer y aplastar los fracasos antes de
que lo molestaran demasiado. Esto causó algunos contratiempos al dejar caer el vidrio
normal, pero en su opinió n valió la pena.
Creación de Material Mágico Natural (Aprendiz 0). No hay impulso adicional para ti en
este rango.
Cuando logró su milésimo cuadrado de cristal exitoso, Joe pasó al siguiente nivel. Se
puso de pie de un salto, lleno de éxito. Una voz lo tomó por sorpresa: —Aquí pensé
que mi entrada era indetectable. Deberíamos discutir mi falta de sigilo en el futuro
para poder mejorar—.
Las tú nicas multicolores que vestía el hombre todavía eran llamativas y distraían,
pero de alguna manera, Joe no lo había visto antes de hablar. Joe asintió al hombre y
luego señ aló la jaula. —Segú n lo acordado, un monstruo raro—.
—Interesante.— El asesino miró la jaula. —Muy interesante. No tengo idea de có mo
lograste contener a esta criatura en simples barras de hierro. Las ardillas de la muerte
rastreras tienden a ser bastante... difíciles de contener. Lo admito, pensé que obtendría
de usted la rareza má s bá sica. Has limpiado tu historial con nosotros y aquí tienes una
pequeñ a muestra de nuestro agradecimiento y, con suerte, un recordatorio visual para
traernos esas criaturas a nosotros en lugar de... una tienda de mascotas—.
Misión completada: ¡Demasiados zoológicos! ¡Le has demostrado a The Zoo que no estás
tratando de competir con ellos! Recompensa: orden de matar revocada. Mascota
pequeña que no es de combate (Coffee Elemental).
Un líquido marró n fluyó por el brazo de Joe como una serpiente, convirtiéndose en
una pequeñ a criatura que le sonrió con enormes ojos marrones. Habló con una voz
pequeñ a y aguda: —¿Bebeme?—
—Má s tarde seguro, pero no ahora—. El Elemental fluyó hacia abajo y dentro de su
ring.
—Ah, ese es tu dispositivo de almacenamiento, ¿eh?— El asesino lo miró de reojo. —
Bueno saber. Ahora, como me sentí gratamente satisfecho por el trabajo que hiciste
aquí... esto es un detalle de mi parte—.
Artículo obtenido: Pase entre bastidores. Este pase te llevará al —zoológico subterráneo
—. ¡Asiste bajo tu propia responsabilidad y asegúrate de vestir lo mejor posible!
—Si quieres ver a tu amiguito aquí en acció n, ven esta noche. Este pequeñ o... sé
exactamente contra quién enfrentar esto—. El asesino dio unas palmaditas en la jaula
y desapareció , con jaula y todo.
Joe miró el pase y la habitació n vacía y decidió aprovechar la oportunidad para irse a
dormir en lugar de tomar decisiones precipitadas. Después de despertarse y tomar un
increíble café en la cama, decidió que lo mejor sería ir a ver qué estaba pasando. La
ubicació n del zooló gico estaba marcada en el pase y resultó estar en Ardania. En la
ciudad propiamente dicha, lo cual resultaba algo confuso para Joe. La ciudad era
enorme, sí, pero ¿había un zooló gico completo en la zona amurallada?
Se acercó a Ardania y fue a buscar ropa nueva y má s elegante. Al comprar un juego
completo de un traje azul oscuro estilo Noble, decidió visitar a su madre. Había pasado
un tiempo y la notificació n parpadeante de una misió n completada era bastante
tentadora. Entonces debe haberse hecho cargo de Odds and Ends .
—¡José!— Ella corrió a darle un abrazo cuando él cruzó la puerta. El lugar estaba lleno
de gente y todo estaba perfectamente organizado y arreglado. Entonces su ritual
todavía estaba vigente. —¡Que bueno verte! ¡Tenemos mucho de que hablar!—
Se sentaron y hablaron mientras observaban a la gente, y finalmente llegaron a la
misió n que él estaba entregando. —¡Oh, bien! Me preguntaba qué fue lo que la vieja
Minya te dejó . Ve a la trastienda, usa esta llave en el cofre. ¡Oh, no puedo esperar a ver
qué te dio ella!
Joe regresó y, efectivamente, había un cofre construido en la pared. Colocó la llave azul
en el agujero azul y la giró .
Objeto ganado: Grimorio de aniquilación (Artefacto). Este es el diario personal de un
antiguo waritualista. Este libro queda ligado al alma al usarlo y solo es accesible para
una persona hasta su verdadera muerte. Después de atarse, la criatura atada ahora
tiene acceso a muchos rituales oscuros que estaban prohibidos... incluso en su época.
Decide antes de vincularte si quieres acceder a estos rituales, ya que su conocimiento te
tentará para siempre. ¿Aceptar? Sí No.
Joe miró la cubierta negra y en blanco, sorprendido de que la anciana tuviera algo
como esto en su poder. Sabía que había cosas como esta, y también sabía que había
ocasiones en las que usarlas haría que la gente te temiese y te persiguiera. No quería
seguir caminos oscuros como los ritualistas de antañ o... pero sus rituales actuales eran
casi en su totalidad de utilidad. Joe necesitaba hechizos de ataque, y... parecía que
estos encajarían perfectamente.
Presionó —sí— y el cierre que rodeaba el libro oscuro se cortó . El libro se abrió , pasó
la primera pá gina y Joe vio un índice de los rituales que contenía.
Ritual del acosador insomne. Este ritual requiere dos objetivos, la primera criatura
apuntará a la segunda. La primera criatura ya no recibirá los beneficios de dormir más
allá del mínimo absoluto para mantener la salud. En cambio, esa criatura ahora tiene
una intensa animosidad hacia el segundo objetivo. Sabrán en todo momento la dirección
y distancia al objetivo. Cuando el primer objetivo se encuentra con el segundo, debe
atacarlo a menos que pueda resistir la compulsión. Deben resistir cada minuto que el
objetivo está a la vista, lo que se irá haciendo más duro con el tiempo. Este efecto dura
hasta que uno de los dos objetivos muere. Requisitos: almohada manchada de sangre...
Ritual de Regeneración Sacrificial. Elige hasta cuatro criaturas voluntarias , incluido el
objetivo. Siempre que las criaturas reciban daño, el objetivo se curará por la mitad de la
salud perdida por las criaturas. Los efectos duran hasta que el objetivo se queda
dormido. Requisitos: la sangre recién derramada de una criatura con...
Ritual del Escudo Oculto. Elige hasta cinco criaturas dispuestas y un tipo de daño
(consulta los requisitos para ver ejemplos). Todas las criaturas menos una ahora tienen
resistencia al daño elegido, pero la última tendrá una vulnerabilidad 2x al daño elegido,
donde x = número de criaturas protegidas. Este efecto dura siete días o hasta la muerte.
Requisitos : para protección contra daños por calor...
Ritual del Ejército Fantasmal. Creas una pared de niebla densa de treinta metros de alto
y media milla de largo que parece tener una
cara gritando en el centro. La niebla se mueve a la velocidad de marcha de un ejército y
se disipará después de un día completo. Toda la vista se reduce a un rango de cinco pies y
todos los sonidos están tremendamente distorsionados. Requisitos; un pequeño lago...
Ritual del Árbol Solitario. El lanzador puede invocar y plantar una semilla del Árbol
Solitario. Este árbol madurará en un período de seis semanas y matará lentamente toda
la vegetación en un radio de cincuenta millas. Una vez maduro, el árbol vivirá durante
un mes y lanzará el hechizo de área —Saltar la Tierra— antes de convertirse en cenizas.
Si se lanza 'Salt the Earth', nada crecerá en el área impactada durante siete años.
Requisitos: un sacrificio voluntario...
Ritual de Argos. Elige hasta cinco criaturas dispuestas, incluido tú mismo. Al finalizar el
ritual, aparece un ojo en la parte posterior de tu cabeza. Cada criatura incluida en el
ritual tiene visión oscura, no puede ser emboscada y puede ver cosas invisibles. El
objetivo principal de este ritual también podrá observar místicamente a cualquiera que
intente ver al objetivo a través de medios místicos. Esto dura 7 días o hasta que el
taumaturgo lo disipe. Requisitos: 2x Globos oculares de tu propia raza...
Ritual de alcance oscuro. Elige un objetivo. El alcance de ataque del objetivo elegido
aumentará en cinco metros al realizar un ataque físico. Requisitos ; el dedo más a la
izquierda del objetivo...
Joe examinó los rituales rá pidamente. Parecían mucho má s dirigidos a conflictos a
gran escala que a destrezas de lucha individuales, pero Joe supuso que eso tenía
sentido para el libro de un waritualista. Aú n así, los requisitos para los rituales
parecían... considerables. Podía ver có mo la gente miraba la preparació n para estos y
veía a un mago malvado, y eso era só lo para el primer componente necesario
mostrado en el índice. Todos los demá s estaban contenidos en la pá gina de requisitos
de los rituales. Ademá s... todos estos fueron optimizados.
Eso significaba que estas eran las formas má s efectivas de realizar el ritual, y cualquier
otra cosa produciría fallas. Joe pudo ver por qué había una advertencia al abrir esto, ya
que pudo ver grandes aplicaciones para los rituales, pero... ¿quería lanzarlos? ¿ Podría
el? É sa era otra preocupació n. Dos de ellos eran rituales de Maestro, y los otros -
estaban clasificados como Expertos de alto nivel.
El ritual del Á rbol Solitario, un ritual Maestro, podría ser realmente ú til para limpiar el
bosque del Caos de Clorofila, pero ¿quería hacer un desierto á rido de cincuenta millas
de radio durante un mínimo de siete añ os? Obviamente se trataba de una técnica de
asedio, muy potente, pero parecía probable que resultara contraproducente. De
cualquier manera, Joe no los iba a usar ahora.
Entonces empacó su libro y salió a ver a su madre. Lo visitaron durante un rato má s
antes de que Joe decidiera que era hora de ponerse en marcha si quería llegar al
zooló gico.
Abriéndose paso entre la multitud, Joe caminó durante una hora y media (casi
atravesando la ciudad) antes de llegar al borde exterior del zooló gico. Leyó el cartel
dorado, sin estar seguro de có mo sentirse al estar allí: —Gran Zooló gico de Ardania.
Entrada só lo por invitació n.—
Joe miró a su alrededor y vio que estaba en una mala zona de la ciudad. Había visto
esto antes pero realmente no le dio mucha importancia. Ahora, la puerta dorada y
demá s destacaban en un contraste tan marcado que no estaba seguro de querer que la
gente supiera que iba a entrar allí. Se sintió como pedir que le robaran cuando se fue.
Aun así... ya estaba aquí, vestido demasiado bien para la zona y se estaba quedando sin
tiempo.
Sacó su pase y las puertas se abrieron para permitirle
entrada.
CAPÍTULO CUARENTA
—¡Bienvenido, buen señ or!—
Tan pronto como la puerta se cerró detrá s de Joe, un hombre vestido de payaso salió a
su encuentro. Tocó la bocina y dio una voltereta, llegando a centímetros de la cara de
Joe. —¿Estamos aquí para examinar la colecció n de animales? ¿Ves el esplendor
perdido de las civilizaciones perdidas? Pruebe las delicias de mil...
El payaso se detuvo en seco, contemplando el rico pase negro y dorado de Joe. —Yo…
lo siento mucho, señ or. No tenía ni idea. Por favor perdona mi ignorancia. No es
frecuente que se permita a gente nueva detrás del escenario. Un momento.—
Un mayordomo salió por la puerta un momento después de que entrara el payaso.
Mientras que el payaso había sido enérgico, divertido y ligeramente espeluznante...
este hombre estaba preparado para ser completamente majestuoso y servil. Joe só lo
se dio cuenta de que era la misma persona cuando habló . —Nuevamente, mis má s
sinceras disculpas. Permítame mostrarle el área detrás del escenario—.
Dos personas salieron de otra zona cercana, tirando de un pequeñ o pero lujoso carrito
de pasajeros repleto de bebidas frías y frutas frescas. A Joe le indicaron que se
acercara y, francamente, había estado caminando durante mucho tiempo, así que
subió . El mayordomo caminaba junto al carro mientras los otros dos lo arrastraban
por las calles del Zooló gico. —Si hay algo que le gustaría ver a medida que avanzamos,
permítame la oportunidad de hacerlo realidad para usted—.
—Ah... por supuesto.— Joe tomó una uva y la mordió , con los ojos muy abiertos
cuando el jugo inundó su boca. Esa era la mejor uva que había probado en su vida, ¡y
había un montó n de ellas!
El mayordomo vio su expresió n. —¡Veo que el señ or ha encontrado las uvas
Floodwater! Esta es una fruta rara exclusiva de la ciudad y un regalo de la familia
Floodwater. Espero que sean de tu agrado.—
—Mucho—. Cuando supo que nadie estaba mirando, se —limpió la boca— y, de hecho,
guardó las semillas en su anillo de almacenamiento. Esta sería una gran adició n al
invernadero cuando estuviera operativo. Joe pasó por varios recintos relucientes y
disfrutó de la vista.
de interesantes y hermosas criaturas a su paso. A diferencia de otros zooló gicos que
había visto en la tierra, aquí la criatura siempre era clara y fá cilmente visible, lo que
debe haber sido logrado mediante alguna forma de magia.
—Estamos llegando al á rea detrá s del escenario. Por favor, agá rrese fuerte, ya que de
lo contrario puede sentir alguna molestia—. El mayordomo pareció golpear el aire y
una visió n familiar saludó a Joe. Hubo una repentina y brillante columna de luz blanca
y la vista cambió.
Se acababan de teletransportar a alguna parte! ¡El mayordomo y las dos personas que
tiraban del carrito estaban jadeando y obviamente de alguna manera habían incurrido
en todo el costo del transporte de larga distancia sin afectar a Joe en absoluto!
Necesitaba aprender a hacer eso. —Señ or, hemos llegado—.
Joe miró hacia arriba y vio un coliseo impresionantemente gigantesco. Había un tren
de pequeñ os carros siendo arrastrados hacia allí, y Joe comprobó subrepticiamente su
entorno. Hermosos arreglos vegetales bordeaban todo el camino y oscurecían la visió n
de todo excepto el camino y el imponente edificio, aunque Joe podía ver las estrellas y
los ú ltimos bordes del sol poniéndose detrá s del edificio. Todavía era tarde en el lugar
de donde habían venido... ¿dó nde estaba él?
—¿Señ or me permitiría repasar las reglas del Bloodsport Arena?— El mayordomo
miró a Joe, quien simplemente asintió . Nadie quería admitir su ignorancia. —
¡Excelente! La arena es un testimonio de cuando se fundó nuestra gran ciudad y el
mundo entero estaba envuelto en la guerra. ¡Aquí, nuestros mejores guerreros pueden
entrenar y rendir homenaje a sus necesidades má s bá sicas! En el escenario clá sico del
hombre versus el medio ambiente. Nuestros luchadores elegidos compiten con las
criaturas salvajes—.
—¡Esto les brinda la oportunidad de ganar fama, seguidores y grandes recompensas!
— Los ojos del mayordomo brillaban y era evidente que estaba aceptando su propio
discurso. —Cuando un concursante derrota a un monstruo, se le permite comprar los
bienes obtenidos a un precio menor que el de la audiencia, o puede tomar la diferencia
como oro cuando los espectadores compran los bienes—.
—Ahora tienes pleno derecho a hablar sobre las cosas maravillosas que ves en el
zooló gico, pero la arena es... especial. Estoy seguro de que comprendes las
connotaciones negativas de estar en el lado malo del zooló gico. El mayordomo miró
fijamente el pase que Joe todavía sostenía: —No hay nada aquí que sea estrictamente
legal, pero este también es el entretenimiento favorito de la nobleza. Recomiendo no
discutirlo con nadie, y cualquier intento de poner a la guardia en nuestra contra só lo
puede terminar en un fracaso, ya que existe un sistema de transporte especial—.
Joe pensó en lo que le decían, creyendo firmemente que había cometido un error de
juicio al venir aquí. Algo iba a salir mal, lo culparían por ello y la gente lo perseguiría
nuevamente. Una perspectiva cínica, sí, pero que también le parece cada vez má s
probable. Se acercaban a las puertas extra anchas y, al pasar por ellas, Joe recibió una
notificació n.
¡Bienvenido al Bloodsport Arena! Todo el daño infligido aquí por criaturas inteligentes
contra otra criatura inteligente se detendrá cuando llegue a —uno—. ¡Esto permite la
sangre pero como deporte! Cuando se lucha contra criaturas no inteligentes, hay una
probabilidad de 50:50 de que la criatura suelte su mejor botín al morir, pero si la
criatura inteligente cae en combate contra una criatura significa regresar al comienzo
del nivel anterior. ¡Lucha fuerte, lucha mortal, lucha inteligente!
—Ya veo…— Joe consideró las palabras del mensaje. Si leyera esto correctamente,
este edificio generaría enormes ganancias. ¿Cincuenta por ciento de probabilidades de
obtener el mejor botín? El mejor botín que se le ocurrió a Joe fueron los nú cleos. ¿Era
esto un molino Core? ¿O se refería a cajas de botín y objetos naturales?
De cualquier manera, se escuchó un rugido proveniente del edificio y no era un
animal. Había un combate en marcha y al pú blico le encantó . La voz de un locutor
retumbante llegó hasta Joe: —¡Parece que eso es todo! ¡El recién llegado ha derrotado
al troll de roca! ¡De alguna manera, mil cortes lograron superar la resistencia y la
regeneració n que cantan las leyendas! Escuchémoslo por Sam-—
—¡Discú lpeme señ or!— El mayordomo hizo un gesto hacia un lado. —Tu asiento está
por aquí y, si te apresuras, podrá s pujar por los artículos de la batalla má s reciente—.
Existía la posibilidad de que Joe pudiera obtener algo raro de Sangre de Troll, un
componente para el Ritual de Regeneración de Sacrificio que había obtenido
recientemente. Joe asintió y lo siguió . Le entregaron una paleta con un nú mero y lo
llevaron a una pequeñ a caja cuadrada que parecía ser el método principal para
sentarse en la arena. No había asientos en el estadio, ni gradas ni espacio para estar de
pie: só lo pequeñ as cabinas privadas.
—Estaré aquí si necesita algo, señ or—. El mayordomo parecía ser un paquete con el
billete. Limpio. —Su boleto se puede canjear por bienes por valor de hasta quinientos
oro, pero si no gasta al menos mil oro durante su viaje, perderá la oportunidad de
asistir nuevamente sin otra invitació n personal—.
No es de extrañ ar que este lugar pudiera permitirse el lujo de asistir a asistentes
individuales y hacer que este lugar fuera solo por invitació n. ¿Una cuenta mínima de
mil de oro para volver? Joe iba a burlarse de la idea hasta que capturaran al Troll y
anunciaran los productos disponibles. —¡Parece que hoy tuvimos buena suerte, buena
gente! ¡No solo tuvimos la entrega está ndar de materiales de artesanía, sino que
nuestro grupo de recolecció n nos acaba de informar que había una entrega especial!
Está n autenticando el artículo ahora…—
Un minuto después, el locutor regresó emocionado, lo que hizo que su voz temblara:
—¡Hemos evaluado el artículo y nuestro nuevo luchador se ha negado a comprarlo él
mismo! ¿Estamos todos listos?
La multitud aplaudió , pero el locutor no estaba esperando. —Como todos sabéis, si
bien todo se valora segú n la escala de rareza está ndar, la mayoría de las profesiones
también tienen su propia escala. Lo que tenemos aquí es una bebida alquímica, que va
desde al menos una poció n hasta un brebaje de rareza mítica . ¡Se ha descubierto que
este objeto es un icor de aspecto troll!
El silencio reinó cuando el locutor aclaró : —¡Esto significa que tenemos una bebida
rara de Artefacto para ofrecer esta noche! Este icor aumentará la fuerza y la
constitució n en veinte puntos de forma permanente y, al mismo tiempo, brindará un
impulso de una semana que duplicará la regeneració n tanto de la salud como de la
resistencia. Existe un efecto secundario menor de pérdida del equilibrio que
desaparecerá treinta minutos después de beber, pero menor significa precisamente
eso: menor. ¡Comenzaremos la subasta con treinta platinos!
Joe palideció ante el costo. Hubo una conversió n de cien entre monedas, lo que
significaba que la oferta inicial era tres mil de oro. Eso equivaldría a unos treinta mil
dó lares cuando el juego empezó . No es de extrañ ar que quienquiera que estuviera allí
no aprovechara la oportunidad de comprar esto, pero de todos modos iban a ganar
una buena cantidad de cambio. Observó có mo el precio subía, estancá ndose en
cincuenta platino. Esa era la mitad de lo que había ganado al matar al Archimago y
liberar a los magos de ser esclavos después de cientos de añ os.
Es repugnante que la gente pueda gastar tanto dinero casualmente. Se estaba
acercando a un total de mil doscientos platino en su banco (si convertía todo), pero no
había manera de que renunciara a una vigésimo cuarta parte de su riqueza total por
un impulso como este. Cuando llegó la puja por la sangre de Troll, pudo conseguir
cinco porciones por cien de oro cada una (o cinco de platino) y eso aun así lo enfermó .
El mayordomo, por su parte, asintió con aprobació n.
CAPÍTULO HORQUILLA UNO
—Bueno, eso está bastante claro para mí—. Joe observó có mo el paladín cargaba
contra la plataforma en un resplandor de luz violeta. Joe esperó , y justo antes de
derribar su gigantesca Claymore de dos manos sobre la criatura...
¿Quieres desactivar el Ritual de contención dirigido a la criatura : Ardilla de la Muerte
Arrastrándose? Precaución, esto desactivará completamente el ritual. Para reactivar el
efecto es necesario volver a completar el ritual. Sí No.
Joe presionó —sí—. * Sonido metálico. ¿Había llegado demasiado tarde? Los vítores
llenaron el aire y, aunque el paladín parecía confundido, levantó los brazos en señ al de
victoria. Comenzó a caminar hacia la salida, pero se encontró con el rostro sombrío de
un mayordomo al otro lado de una puerta cerrada . La arena no le permitía salir, lo
que só lo podía significar una cosa: su oponente todavía estaba vivo.
El Paladín resplandeció con luz, cubriéndose de protecció n mientras caminaba. No
había señ ales de la ardilla, y finalmente miró a la multitud y se encogió de hombros. El
hombre tosió y le salió sangre de la boca. Se escupió en la mano y, de alguna manera,
la vista del balcó n de Joe se amplió para poder ver lo que estaba sucediendo. Tenía la
boca llena de dientes en la mano, pero só lo por un momento, ya que un momento
después se transformaron en bellotas.
Mientras el Paladín corría buscando algo con qué luchar, cada vez má s partes de su
cuerpo se desmoronaban. Só lo un minuto después del inicio de su degradació n, su
cuerpo colapsó en un montó n de bellotas. La ardilla apareció encima del montó n y
cogió una nuez y la mordisqueó adorablemente.
—¡Ohh, eso va a doler!— dijo el locutor a la multitud. —Sabemos que acababa de
alcanzar el nivel veinte, ¡bajar al inicio del nivel diecinueve será difícil! Bueno, ¡es hora
de seguir adelante!
Una burbuja apareció alrededor de la ardilla y pareció congelarse en su lugar. —
Traeremos a este pequeñ o de regreso pronto. ¡Asegú rate de volver con frecuencia
para no perderte cuando finalmente sea derrotado!
Recompensa obtenida por una misión continua: ¡No, tengo razón! ¡Ganas 100 puntos de
reputación de tu deidad y 1000 de energía divina para tu deidad!
—¿Debe haber sido un ataque indirecto contra él?— Joe sonrió mientras veía
comenzar la siguiente ronda de combate. Ese fue un impulso inesperado, e incluso
logró bajar al tipo a un nivel completo. Una pelea normal no podía hacer eso, ya que
PvP no causaba pérdida de experiencia. No es de extrañ ar que Tatum se hubiera
acercado a Joe cuando 'usó ' su oració n de consulta diaria. Fue agradable ver que
todavía estaba mirando.
Aumento de habilidad: Consultar (Orar) (Noviciado II). Ya era hora de que volvieras a
utilizar esta habilidad. ¿No te dijeron que te concentraras en las habilidades que tenías?
Joe miró ese mensaje (un mensaje amistoso ) y supo que la ú ltima parte debía haber
venido de Tatum. Joe estaba tan perdido en sus pensamientos que se perdió por
completo la siguiente batalla y só lo se animó cuando escuchó al locutor hablar sobre
lo que estaría a la venta. —¡De esta Variante del Terror Alado, pudimos recuperar un
Nú cleo Mayor Poco Comú n! ¡La oferta comenzará con cinco platino y aumentará a
partir de ahí!
Joe sabía que necesitaba conseguir esto, y también sabía que mostrar demasiado
entusiasmo haría que estas personas asquerosamente ricas le hicieran imposible
lograrlo. Entonces, esperó mientras la oferta subía lentamente, alcanzando un má ximo
de siete platino. Este podría ser un artículo má s comú n de lo que esperaba si solo
fuera por esta cantidad. Joe levantó su remo y su habitació n brilló . Esa fue la señ al de
que estaba ofertando , y continuó hasta obtener el Nú cleo por nueve platino.
Vaya. Bueno... la versió n defectuosa le había dado cinco mil experiencia. ¿Cuá nto
valdría un poco comú n? El mayordomo tosió suavemente y le entregó a Joe el nú cleo
mientras caía por un tobogá n. —Aquí tiene un billete de regreso, señ or. Como ha
gastado el mínimo requerido, puede regresar nuevamente—.
Has ganado un objeto: Núcleo mayor poco común. ¿Te gustaría convertir esto en
experiencia? Valor de la experiencia: 10.000. Sí No.
Joe dijo —no— y guardó el Nú cleo en su anillo para quitar la tentació n del camino.
Sacó billetes de banco de su bragueta y los apiló en la mesa junto a él. Cuando volvió a
mirar, el mayordomo había dejado cambio para el resto. —Manténgalo como una
ventaja adicional por hacer un trabajo tan excelente—.
—Mis gracias, señ or—. Joe observó las otras peleas, pero no había nada má s que
demandara su atenció n. Cualquier otra cosa que hubiera querido tenía un precio que
simplemente no podía pagar.
Joe no quería seguir corriendo para hacer cosas estresantes cuando regresaba de
otras cosas estresantes. Encontró una cama y se tumbó allí pensando en las cosas
maravillosas que podría hacer con un Nú cleo Mayor convertido en una Batería de
Mana. Necesitaría mejorar el material para hacer los círculos rituales antes de
intentarlo con algo como esto, ya que un proceso de conversió n de diez mil segundos
significaba casi tres horas de girar círculos rituales. Su versió n actual se derretiría
hasta convertirse en escoria mucho antes de que se completara el proceso.
Cuando se quedó dormido, ni siquiera se dio cuenta. Cuando Joe se despertó , fue con el
increíble olor a café potente que ondeaba bajo su nariz. Su elemental de café
burbujeaba alegremente, y cuando abrió los ojos… la vocecita llegó a sus oídos.
—¡Bebe me! ¡Soy deliciosó!—
—Seguro que lo eres, pequeñ o amigo—. Joe abrió la boca y dejó que el café entrara.
Bliss. Felicidad total. Muy reducido, el elemental volvió al anillo de Joe para
recuperarse. Ahora había llegado el momento de reunir a su gente y hacer realidad la
magia. Joe siguió con su agenda y se tomó tres horas para aumentar sus estadísticas.
Todo menos suerte, suerte ká rmica y carisma una vez má s. Lá stima que anoche no se
había puesto a la venta una poció n para aumentar su inteligencia. Podría haberlo
intentado.
Durante este tiempo, tenía mensajeros para Aten, Mike y todos sus miembros del
aquelarre y del grupo. Hoy iba a doler en términos de gasto de maná . Finalmente
atrapado en lo que sentía que tenía que hacer, Joe se dirigió hacia el á rea del saló n del
gremio.
Aten había decidido que iba a ser mucho má s importante para ellos tener una fuente
de alimento en el á rea má s protegida del gremio que tener otro espacio de vivienda
libre. Para ello, el espacio inicialmente previsto para el ú ltimo cuartel en bloque se
asignó al invernadero. En este momento, había enormes montones de tierra y cosas
así alrededor del á rea, hasta el punto que parecía que el gremio estaba construyendo
una berma alrededor de su á rea trasera. Las actividades de hoy solucionarían eso.
Primero, Joe necesitaba lidiar con algunos inconvenientes menores. —Hola, Aten,
¿algo rá pido?—
—¿Qué pasa, Joe?— Aten miró y vio que Joe tenía cierta expresió n en su rostro. —
Hiciste algo que me va a costar dinero, ¿no?—
—Tengo un Nú cleo Mayor que funcionará . Es má s fuerte de lo estrictamente
necesario, pero lo verifiqué dos veces y todavía está dentro de las tolerancias. De
hecho, hará que el edificio sea má s fuerte y má s rá pido—. Joe miró fijamente a Aten.
Continuó , prepará ndose para lo que sentía que necesitaba decir. —Conseguir esto
costó nueve platinos. No só lo eso, sino que infundí todos los mil trozos de vidrio
necesarios después de comprarlos yo mismo—.
—¿Entonces quieres que te paguemos por ellos?— Aten puso los ojos en blanco,
apareciendo un toque de resentimiento. —Puedo hacer que suceda-—
—No, Ató n. Lo que digo es que quiero asegurarme de estar má s estrechamente
vinculado al gremio—. Joe mantuvo la mirada. —Necesito una promesa tuya de que el
gremio siempre me respaldará . No voy a hacer un juego de poder, lo sabes mejor que
la mayoría, y Mike ha prometido que yo sería un 'Anciano'. Só lo quiero asegurarme de
que siempre seré bienvenido y respetado no só lo por ti sino también por el gremio—.
—Estoy poniendo mucho de mí en lo que hago aquí, má s de lo que has oído hasta
ahora. Mi equipo casi es eliminado por estos planes y necesito que sepas que estamos
arriesgando nuestra vida por el gremio. La eliminació n permanente constituye una
amenaza real para todos nosotros ahora que éste se ha convertido en nuestro mundo
—. Joe estaba tratando de no emocionarse, pero necesitaba que Aten se diera cuenta
de lo que estaba en juego aquí. —Hemos tenido problemas en el pasado y quiero que
queden detrá s de nosotros. Ahora estoy comprometido con el gremio y só lo quiero lo
mismo a cambio—.
Aten no rompió el contacto visual y siguió asintiendo pesadamente. —Joe, eres mi
amigo. Te juro que haremos lo correcto para ti y tu equipo. Lo juro como amigo y como
comandante del gremio—.
¡El comandante del gremio Aten ha hecho un juramento de ponerse de tu lado cuando en
realidad estás en lo correcto! ¡Esta es una promesa vinculante y tendrá repercusiones
negativas si se rompe! Aunque no es muy amable de tu parte que tus amigos te hagan
este tipo de promesas.
—Suficientemente bueno para mi. ¡Hagamos algo de magia! Joe se aclaró la garganta y
cambió de tema; compartir momentos emotivos era incó modo. Resultó el plano ritual
del edificio y Joe trabajó con el planificador de la ciudad para instalar todo en el lugar
correcto. Esta iba a ser una adició n interesante al á rea, ya que el invernadero tendría
la forma de una estrella curva de siete puntas cuando se construyera. Só lo había una
entrada y una salida, lo que facilitaría el control de lo que entraba y salía, pero
dificultaría la protecció n del edificio en sí.
Joe miró a la gente que aparecía y decidió que era hora de involucrar a todos. —Muy
bien, vamos a necesitar tanta gente como sea posible en este caso. Se necesita un
edificio de alto poder, magia de alto poder. O simplemente mucho — .
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS
—¿Cuá ntas personas crees que necesitamos, Joe?— Mike sacó un portapapeles y tenía
una pluma en la mano para escribir una orden de requisició n.
—Al menos otras tres docenas. El costo es una combinació n de Raro y Especial en el
rango Experto, ciento noventa y dos mil menos... Joe iba a explicar má s, pero Aten lo
interrumpió .
—Yo me encargaré, méteme en el ritual—. Aten dio un paso adelante y Mike lo miró
con preocupació n.
—¿Está seguro? ¡Esa es una habilidad que se hace una vez a la semana! Las palabras
de Mike no lograron convencer a Aten. —Se supone que esa es la ú ltima línea de
defensa-—
—Es una habilidad que só lo necesita un uso má s antes de subir de rango—. Aten
desestimó las preocupaciones de Mike. —¿Está todo lo demá s listo?—
—Solo necesito tu sangre, una escama de un Wyvern verde para colorear, y... y la
colocació n de Jelly Slime para aumentar la autocuració n del edificio va en esta ranura.
Colocaré físicamente este vaso especial después, pero mil trozos de vidrio imbuido
van aquí…— Joe se movía alrededor de la ilusió n del edificio de la estrella de siete
puntas y dejaba nodos de reactivos y sustancias estabilizadoras donde dictaba el
ritual.
Aten, siguiendo a Joe, escuchó las palabras murmuradas y palideció . Seguían
apareciendo artículos dondequiera que fuera Joe, y algunas de las cosas que colocaba
casualmente tenían un valor nada menor que el vaso que había proporcionado. Joe
sabía que Aten estaba escuchando y observando y se tomó su tiempo para poder
mostrar realmente su sinceridad en el mantenimiento de buenas relaciones con el
gremio. Finalmente, Joe só lo tenía un ú ltimo elemento y dudaba en agregarlo.
—Esto es opcional...— Joe vaciló de un lado a otro, debatiendo sobre el beneficio de
usar esto aquí. —Só lo tengo diez...—
—¿Qué es? ¿Qué hace?— Aten preguntó en voz baja, incliná ndose má s de cerca para
ver sobre qué estaba debatiendo Joe.
—Ectoplasma condensado—. Joe levantó el componente apenas sustancial , dejando
que la naturaleza brumosa y misteriosa se mostrara. —Si lo agregué, existe la
posibilidad de que el edificio simplemente ignore ciertas características físicas.
ataques. El Vidrio Imbuido hará que sea difícil dañ arlo en primer lugar, pero con esto
agregado, hay un treinta por ciento de posibilidades de que un ataque físico no le haga
nada al edificio en sí—.
—¿En realidad?— Aten se inclinó para observarlo má s de cerca. —¿Un elemento
puede tener un efecto tan drá stico?—
—Oh, absolutamente—. Joe tomó su decisió n y colocó el Ectoplasma condensado junto
al Nú cleo iridiscente. —Muy bien, si voy a participar, necesito hacerlo . Apurémonos y
hagamos esto. Un ladró n se lo pasaría genial aquí ahora mismo. Podría comprar una
ciudad con todo esto. Una ciudad de mierda, pero aun así—.
Joe y Aten estaban a só lo unos metros de distancia, el aquelarre estaba igualmente
espaciado a su alrededor. —Muy bien, ¿todos listos? ¿Ató n? No uses tu habilidad para
absorber estadísticas demasiado pronto. Todavía só lo dura un minuto, ¿correcto?
—Un minuto y seis segundos ahora—, le dijo Aten con orgullo.
—Entendido, espera hasta que diga ir, ¿de acuerdo?— Aten asintió y Joe continuó con
la preparació n. —Empezando en tres, dos, uno... ¡ Nos pascat: nos pascat: nos pascere!

Una vez terminadas las primeras frases del ritual, el maná comenzó a fluir como un
río. Primero, los miembros externos del aquelarre estaban cubiertos de maná ; luego
se estiró entre ellos. La energía comenzó a cambiar de forma, convirtiéndose en
cadenas azules que luego se extendieron y envolvieron a Joe y Aten. Se formaron
grilletes en tobillos, muñ ecas y cuellos. Cuando el tercer círculo se iluminó , el grupo
fue arrastrado en el aire como marionetas, y en el cuarto círculo, estaban girando en
una extrañ a danza.
—¿Se supone que pase esto?— Aten logró gritar.
—Diferente...— gritó uno de los nuevos Ritualistas mientras giraba en su lugar como
una bailarina, —¡cada... vez!—
—¡Buen trabajo recordando eso, Hannah! ¡Aten, estoy bastante seguro de que las
cadenas son un recordatorio de lo que hice para obtener el ectoplasma condensado!
Joe ladró entre cá nticos. —¡Parece que los reactivos utilizados impactan el ritual y son
un pequeñ o retroceso a tus experiencias!—
Aumento de habilidad: Conocimiento ritual (Aprendiz II). ¡Aprendiendo haciendo!
¡Peligroso, pero efectivo!
Incremento de habilidad: Docencia (Principiante 0). ¡Puedes enseñar en muchas
situaciones ! ¡Las personas a las que estás enseñando ahora tienen la oportunidad de
comenzar con un 2% adicional de tu nivel de habilidad cuando aprenden una habilidad
de ti!
Las notificaciones tomaron a Joe con la guardia baja y casi perdió el control. Se
recompuso, pero no antes de desperdiciar cincuenta maná al perder su señ al. Con un
movimiento y una ola de poder, los anillos comenzaron a girar.
clasificació n. Ilusiones de círculos rituales cubrían el á rea y parecía que se estaba
formando un agujero negro en el centro. No por falta de luz, sino porque la tierra
alrededor del á rea parecía ignorar la gravedad y acumularse en un solo punto.
Tierra, marga, arena, abono... todo lo que se había recogido durante los ú ltimos diez
días empezó a levantarse y a girar. Pronto, casi diez toneladas métricas de tierra
estaban en el aire sobre la sala del gremio en una bola gigante. La siguiente etapa del
proceso comenzó , y Joe escupió sangre mientras su maná era absorbido bruscamente.
Dividiéndose en siete formas idénticas, la tierra estaba oculta detrá s de un vidrio
volador, ahora verde. —¡Aten, hazlo!—
Aten cerró los ojos por un momento y comenzó a hincharse. No en tamañ o físico sino
en el aura de peligro que siempre lo cubría ligeramente. Mana explotó fuera de él, en
su mayor parte capturado por el ritual. Algunos se desperdiciaron, ya que
intencionalmente estaba derramando todo lo que podía durante el minuto que duró
su habilidad. Joe no era inmune a los efectos de la habilidad de drenaje del gremio;
sintió que todas sus estadísticas se redujeron a su umbral má s cercano.
Luchó por mantener el control del ritual, aferrá ndose apenas , como si sostuviera un
vaso pesado pero frá gil mientras lo hacían girar en círculo. En realidad, exactamente
así. La etapa final del ritual comenzó y Ató n todavía se encontraba fuerte. La ú ltima
vez que Joe vio esto, Aten había logrado que todas sus estadísticas rondaran los
doscientos. Eso pondría su capacidad de maná en dos mil quinientos y su
regeneració n en cincuenta por segundo. El brillo se desvaneció cuando la habilidad de
Aten terminó y los atributos de Joe volvieron a la normalidad.
El ú ltimo maná necesario se agregó justo cuando Joe sintió que le arrancaban la oreja.
Gritó al ver que una enorme bala de bala lo erraba mientras el ritual lo alejaba.
Desafortunadamente, Aten giró en su lugar y recibió el rayo del tamañ o de un á rbol en
el cofre. —Urk.—
¡Has creado un invernadero de crecimiento eterno! Este edificio proporciona un servicio
necesario; ¡Permite la producción de alimentos! También puedes cultivar hierbas y otras
plantas en su interior, ¡pero ten cuidado! Cuando la densidad de maná del edificio
alcance cierto punto, crecerá . Después del primer ciclo de crecimiento, las malas hierbas
comenzarán a aparecer. Si se ignora el problema de la maleza durante demasiado
tiempo, este edificio volverá a ser una mazmorra. ¡Esto aumentará la producción de
todos los productos cultivados hasta en un 1000%, pero aumentará el peligro de
apropiarse de ellos en la misma cantidad!
Para crecer, el edificio necesitará los mismos recursos que se le dieron para su creación.
Al alcanzar el primer crecimiento, el invernadero Evergrowth comenzará a absorber del
suelo en los alrededores.
Gremio. Misión actualizada: ¡Alimenta a la gente! ¡El edificio está en su lugar! Cuando
pueda sustentar una población de al menos 10.000 personas, ¡obtendrás la recompensa!
—Alguien intentó matar a Joe, estoy bastante seguro—, gritó Mike. —Creo que
estaban tratando de ver qué pasaría cuando lo mataran durante un gran ritual—.
Joe palideció ante la idea. —Bueno… no quedaría mucho pueblo. Habría una liberació n
instantá nea del equivalente a ciento noventa y dos mil maná . Auge. Gran auge—.
—¿Hay alguna... protecció n que podamos implementar para evitar algo así en el
futuro?— Aten preguntó con calma, incluso cuando Mike se sentó con fuerza. —¿Sabes
que? Sigamos adelante y levantemos ese muro ahora mismo. Mike, pon al gremio en
alerta má xima. Siento que este no es el final de lo que la gente nos está enviando.
Ademá s, empieza a sacar lo suficiente del tesoro para que podamos conseguir un
muro completo alrededor de toda la ciudad para el final de la semana y empezar a
contratar puestos de guardia. Veo esto como un acto de guerra y a medida que
mejoremos las cosas...—
Señ aló el vibrante pero vacío invernadero que había junto a ellos. —Bueno, dudo que
sea menos probable que la gente nos ataque—.
—¡Hecho! ¡Validado, ponte en posició n! Los miembros del aquelarre se dispersaron
para formar un pentagrama con Joe en el punto má s al norte. —¡Necesito siete
voluntarios!—
Siete personas, entre ellas Aten y Mike, reacios, ocuparon las posiciones no cardinales
que Joe indicó . —Prepararse. ¡Recuerda respirar! El muro se levantará en noventa
segundos.
Mientras los mensajeros contaban desde diez, Joe inició el ritual. Iba a ser realmente
genial tener un efecto al mismo tiempo que llegar a cero, y el talento para el
espectá culo era algo que todos disfrutaban. Cuando los mensajeros llegaron a cero,
una bola de luz saltó hacia el cielo y comenzó a seguir el camino holográ fico que Joe's
Survey Grid había establecido. Por donde pasó la pelota, quedó una pared completa.
Joe y los demá s habían quedado en el suelo mirá ndose torpemente el uno al otro. Esto
era... nuevo. De vez en cuando, alguien gritaba cuando se le agotaba el maná , pero
como todos estaban simplemente... pasando el rato, esto hacía las cosas aú n má s
incó modas. Por alguna razó n, el drenaje de maná fue invisible esta vez, haciendo que
el proceso... fuera vergonzoso.
—¡Ah~h!—
—¡Oh!— Una persona sufrió un espasmo y cayó de rodillas.
—¡Sí!—
—¡Ouchie!— Joe tosió y trató de fingir que alguien má s había dicho eso. La pared se
estaba formando alrededor del á rea con un sonido como de trueno acercá ndose,
dejá ndolos en la sombra mientras las piedras se unían. Había muy poco en el camino
de sobreesfuerzo; la gran cantidad de personas fue capaz de compensar fá cilmente el
consumo de maná que necesitaba la pared.
—Y...— Joe observó có mo el ritual se desvanecía en sus ojos, —¡listo!—
—Buen trabajo a todos—, gritó Aten a la gente reunida, que comenzó a vitorear. —
¡Esto marca un nuevo punto de seguridad para nuestra gente! Sé que a veces hemos
tenido problemas, ¡pero ya no dormimos en zonas desprotegidas! ¡Ahora el gremio
tiene una manera de señ alar la protecció n y decirle a la gente que podemos proteger a
los nuestros y pronto podremos alimentarlos a todos!
La gente empezó a vitorear mientras Aten, el rostro del gremio, seguía hablando. Al
fondo, Mike se movía por el á rea y reasignaba personas. Cuando Aten dejó de hablar,
ya había guardias patrullando el nuevo muro.
¡Gremio, alerta! ¡La Ciudad del Gremio ha alcanzado el nivel uno! ¡Te has ganado el
derecho a aparecer en el mapa! Tu líder está seleccionando un nombre para la ciudad
ahora... ¡nombre aceptado! Bienvenidos a 'Wanderer's Argosy'.
Aten miraba a su alrededor con orgullo, esperando que la gente se entusiasmara con el
título. Joe se alegró mucho cuando alguien má s fue el primero en hablar. —Eh. Ató n,
¿qué significa eso?
—¿En serio?— Aten parecía abatido. —Es... Argosy significa 'un suministro rico'. ¡Así
que aquí significa que los Errantes tienen una rica oferta o que hay una rica oferta de
Errantes!
—Comenzó la votación del gremio: Petición para cambiar el nombre a 'Towny
McTownface'—. Sí No.
—¿Qué? ¿Eso es una cosa? '' Aten llamó mientras la barra verde al lado de 'Sí' se
llenaba rá pidamente. —¿Quién hizo eso? ¿Votación?''
Votación del gremio completada: ¡La petición para cambiar el nombre a 'Towny Mc-
Townface' ha sido aprobada! ¡Bienvenido a Towny McTownface!
Joe fingió que no había votado, pero definitivamente sí lo había hecho. Sus labios
temblaban y ni una sola persona miró a Aten a los ojos. El Comandante del Gremio
miraba a todos. —Los odio a todos.—
Eso hizo que todo el grupo empezara a reírse, y pronto, incluso Aten tuvo que unirse o
empeorar las cosas. Se rieron y Mike anunció una pequeñ a fiesta para celebrar el
logro. Fue un verdadero logro, ya que el gremio fue el primero en elevar una ciudad al
nivel uno. Otros habían comenzado con una ciudad má s mejorada , pero se perdieron
el bono. Todo lo que les dio fue una mejor reputació n ante Ardania, pero aú n así fue
excelente para el gremio.
un festín muy pequeñ o y Joe finalmente se relajó un poco. Revisó sus notificaciones y
vio que había adquirido mil doscientas experiencias de clase combinadas para el
invernadero y la pared. É l sonrió felizmente; Había algo en estar rodeado por un muro
enorme y grueso que te permitía relajarte má s plenamente.
Joe comió con el grupo y luego se unió a una pequeñ a expedició n al invernadero
Evergrowth para poder enseñ ar las funciones a la gente. Solo se permitió entrar a
Aten, Mike y algunos otros líderes de escuadrones que no eran de combate y que iban
a estar a cargo de cuidar las plantas y cosechar alimentos.
—¿Có mo funciona esto, Joe?— Aten hurgó en la tierra cuando llegaron a la tercera
habitació n, ya que todavía no había plantas ni instrucciones de ningú n tipo.
Joe miró sorprendido al líder del gremio. —Ah… ¿se aplican las reglas está ndar de
invernadero? ¿Plantar semillas en esas hileras, el agua viene de allí y cosechar cuando
esté maduro?
—¡Aleta! Ven aquí.— Aten le presentó a Joe a otro chico. —Este es Fin, el herbolario
jefe de nuestro gremio. Es un druida y ha estado trabajando incansablemente para
mantenernos alimentados hasta ahora. Obtuvo un ascenso por su trabajo hasta ahora,
así que él será quien dirija el espectá culo aquí—.
—La ú nica recompensa por el trabajo duro es má s trabajo, ¿verdad?— Fin bromeó ,
luego estrechó la mano de Joe y le indicó que continuara.
sacó una pequeñ a bolsa de semillas que había recolectado exactamente para este -
propó sito y caminó hacia las hileras de sembradoras. Tenía un grano de maíz en la
mano, pero apareció un brillo rojo cuando se acercó a la tierra. —Parece que esta zona
no es buena para el maíz. Probemos... ¿patatas? ¡Sí! Aquí vamos. ¡Parece que las
patatas fritas han vuelto al menú ! A continuació n, determine el suministro de carne y
lo pasaremos bien—.
El grupo observó el suelo durante un minuto y, en ese lapso de tiempo, un pequeñ o
brote surgió de la tierra. Joe estaba mirando el menú de construcció n y notó que la
pequeñ a cantidad de maná acumulada por el edificio volvía a cero. —Genial, parece
que el edificio usa su maná para hacer crecer cosas. Ya salió , así que eso es todo por
ahora. ¿Plantaré el resto de estos y me uniré a ustedes? ¿Ató n? ¿Una palabra?—
—¡Encantado de conocerte en persona, Joe!— Fin saludó con la mano mientras se
alejaba.
—Buen chico.— Mientras los demá s charlaban entusiasmados y se marchaban, Joe
sacó otra semilla y empezó a caminar.
La quinta estrella anexa mostró que aceptaría la semilla, lo cual fue genial porque
Ató n se estaba poniendo ansioso. —¿Qué está s haciendo, Joe?—
—Esta semilla es de una planta de uva que robé cuando asistí a un… Evento noble.
Estoy bastante seguro de que es el principal producto de exportació n de una familia
noble, y dudo que estén contentos de tenerlo. Só lo para que lo sepas... así que ten
cuidado con a quién le cuentas sobre ellos—.
Aten le sonrió a Joe. —Perro astuto—.
—Soy bueno manteniendo las cosas ocultas—. Joe sonrió mientras plantaba las otras
semillas; luego miró a Aten directamente a los ojos y sacó una placa de vidrio especial.
Había una ranura para cosas en todos los paneles laterales. y cuando Joe colocó el
objeto, se cerró y bloqueó . —Vidrio natural imbuido de fertilidad. Hace que cualquier
planta en el á rea de efecto produzca descendencia aproximadamente una quinta parte
má s rá pido. Tendremos una cosecha de uvas en poco tiempo—.
—Buscaré gente discreta que quiera ganarse la vida elaborando vino—. Aten le guiñ ó
un ojo a Joe. —Por cierto, realmente has demostrado tu valía.
hacia mí, y estaba tratando de pensar en có mo mostrar mi agradecimiento después de
nuestra conversació n. Cuando creemos una Secta, será s el Primer Anciano. Tercero al
mando; bá sicamente, el Primer Ministro de nuestro grupo. ¿Suena a plan?—
Guild Quest actualizado: La creación de un anciano. Recompensa aumentada: posición
de Primer Anciano cuando el Gremio de Nobles Errantes se convierte en una Secta.
Fracaso: No hay recompensa.
Joe quedó sorprendido, aunque bastante satisfecho con el resultado. —Aten, gracias,
hombre. Me aseguraré de que sigan publicando cosas increíbles—.
—Nunca tuve ninguna duda—. Aten le dio un puñ etazo a Joe y abandonaron el
edificio; los dos solo se tomaron unos minutos para plantar el resto de las semillas que
Joe había traído. No había muchos, ya que Joe só lo tenía una pequeñ a selecció n para
realizar pruebas. El gremio recibió un envío má s grande, ya que de hecho había hecho
un trato para comprar algunas de las acciones del Golden Greens Guild con el que Joe
se había hecho amigo. Aparentemente, Teddy había encontrado una gran reserva de
plantas que se habían convertido en semillas y quería venderlas antes de que se
pudrieran. Joe se alegró de que la conversió n a Tatum los hubiera beneficiado tan
rá pidamente.
Dejando a Aten solo, Joe se fue a tomar una copa. El gremio había subvencionado el
pub para esa noche, fijando los precios muy bajos para celebrarlo. Acababa de
empezar a tomar un sorbo de su primera copa cuando un hombre bien vestido,
cubierto por una capa absolutamente normal y corriente, se sentó frente a él. — Esta
vez realmente la cagaste, Viajero—.
Joe no podía ver el rostro del hombre, pero su porte le resultaba familiar. —¿Te
conozco? ¿O có mo me equivoqué?
—Má s o menos y no es probable. En ese orden.— El hombre miró hacia arriba y, de
repente, Joe sintió una fuerte presió n en la frente. Presió n en el lugar exacto en el que
el Rey había presionado un pequeñ o objeto en su piel para otorgarle una habilidad. El
hecho de que el objeto estuviera reaccionando só lo podía significar una cosa.
Este hombre era la realeza.
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO
—En realidad, estoy aquí para advertir a un miembro de mi familia extendida sobre un
complot en su contra—. El hombre desconocido parecía estar tomá ndose su tiempo,
disfrutando viendo a Joe retorcerse. Era obvio que estaba aquí por obligació n, no por
verdadera preocupació n. —Pero primero, me pregunto por qué me pareces tan
familiar—.
Joe miró al hombre perplejo, pero las palabras del hombre le hicieron entender. Este
era el Príncipe. —Oh. Ah. No estoy seguro de que le guste saberlo, Su Maj…
★Hist* . El hombre hizo un gesto brusco y Joe dejó de hablar. —Nada de eso aquí, por
favor. Só lo dime. Te juro que no te lo reprocharé.
—Trato.— Joe tragó , sabiendo que de todos modos era una mala idea . —¿No
recordará s una celda de la cá rcel, tal vez un curandero que fue asesinado a puñ etazos?

El hombre guardó silencio. Joe envió un chorro de agua a un hombre cerca de ellos
que tropezaba por beber demasiado, y un momento después, el hombre en cuestió n
estaba sobrio. —Veo. Bien. Nunca pensé que podría hacer esto en persona. ¿Puedo ver
tu arma?
Sacó un objeto pequeñ o y lo tocó con el bastó n de Joe. —Magnífico. Pronto te enviaré
algo mío. Mis padres me dijeron que —solucionaron— el problema, pero sigo muy
inquieto por todo el asunto. Gracias por mi vida, Joe. Lo que haré aquí no compensa de
ninguna manera que tú me salves la vida y yo te quite la tuya, pero espero que sea un
pequeñ o comienzo—.
—Hay un complot contra ti, Joe—, le informó el Príncipe con seriedad . —No usted
personalmente, sino los Viajeros en general. A medida que regresas a la vida, surge la
necesidad de obligarte a actuar de cierta manera sin amenazas de muerte. Lo que ha
sucedido hasta ahora es que la mayoría de los gremios y similares han hecho
imposible adquirir sus habilidades y habilidades sin darles a cambio algú n
compromiso de trabajar para ellos; es decir, unirnos a ellos—.
—Ahora, la mayoría de estos grupos cedieron cuando se abrió el Mage's College, ya
que una buena parte de la presió n provenía de la Nobleza . En realidad, Los Acuerdos
—. El Príncipe hizo una pausa cuando Joe levantó una mano.
—También es obra mía—.
—...Bien.— Ahora el Príncipe tenía una mirada diferente en sus ojos que cuando
comenzó la conversació n. La arrogancia se había convertido en preocupació n, amistad
y casi asombro. —Veo lo que a mi padre le gusta de ti. Escuchar. Aquí es donde radica
la cuestió n. Este muro que acabas de construir. ¿Te resulta familiar?
—¿No precisamente?— Joe miró a lo lejos y trató de resolver el problema. —No tengo
nada.—
—Construiste una versió n de nivel dos del muro de nivel cinco que rodea Ardania—.
El hecho fue expuesto sin rodeos, pero Joe todavía no entendía el asunto.
—La ley de uso legítimo debería evitar cualquier problema, ¿no?— Joe respiró ,
tratando de descubrir qué pasaba.
—No por violaciones de la seguridad nacional—, le dijo el Príncipe con gravedad. —Si
otros pueden ver este muro, estudiarlo y encontrar los defectos... nuestro Reino
podría ser derribado mucho má s fá cilmente de lo que jamá s hubiéramos esperado.
Los planos de esta estructura se almacenan en la bó veda del Gremio de Arquitectos, y
su gremio estará enganchado. No por robo: por espionaje. No para construir un muro:
para exponer un secreto nacional. Traición. Tu reputació n no puede protegerte. Su
posició n no significa nada contra este cargo—.
Joe tragó con la garganta seca y se humedeció los labios. —¿Qué puedo hacer?—
—Eso depende de ti, pero la Guardia Real recibió un aviso sobre la construcció n del
muro. Probablemente como estaba sucediendo, ya que todos ustedes está n siendo
observados muy de cerca. La Corona ha lanzado una misió n para buscar la verdad del
asunto, y la Guardia Real llegará con fuerza mañ ana. Si el muro está erigido, que es lo
que está , este gremio se disolverá . Los líderes será n encarcelados. Todos los edificios
propiedad del gremio... será n confiscados y entregados como agradecimiento a la
persona que informó a la Corona: el líder del Gremio de Arquitectos—.
Joe sintió que se le hundía el estó mago. —¿Se llevarían los edificios que hice ?—
—Como recompensa, sí—, confirmó el Príncipe, mirando a su alrededor con atenció n
y apretá ndose má s la bata. —Necesito irme pronto. Si logras superar esto, tendremos
una misió n que deberá s completar a cambio de la advertencia—.
—¡Esperar!— Joe lo detuvo cuando se levantaba para irse. —¿Qué pasa si llega la
Guardia y el muro no está aquí?—
gente que sale a dejar á rboles al otro lado de la calle, coloca trampas de nocaut y
cualquier otra cosa que se les ocurra. ¿Que má s necesitas?—
—Necesito que cincuenta y siete personas me acompañ en y equilibren este ritual—, le
dijo Joe. Simplemente empieza a espaciarlos en conjuntos de nú meros primos. Dos,
tres, cinco, siete, once, trece, diecisiete. Estaré en el centro con el mago con má s maná
que puedas encontrar, y el resto hará que esto funcione. Todos los demás deben
asegurarse de que no seamos atacados—.
—Lo entendiste.— Aten esperó un momento má s, pero no se dijo nada má s. Salió
corriendo, todavía en bata. Joe asintió tardíamente, pensando nuevamente en el ritual
que tenía delante.
—Bien.— Se guardó los nú cleos en el bolsillo y luego siguió trabajando. El siguiente
anillo tardó una hora en crearse. El cuarto y ú ltimo se llevó dos. Ya eran las tres de la
mañ ana y Joe estaba exhausto. No había forma de que pudiera parar, así que consiguió
su Coffee Elemental para prepararle una nueva tanda de cafeína.
Con el ritual listo para ser usado, Joe corrió hacia el á rea principal, dejó el Saló n de los
Conquistadores y lo cerró detrá s de él. Los Juggernauts recibieron ó rdenes de matar a
cualquiera que intentara forzar la puerta, y él se aseguró de que fueran lo má s
vengativos posible con cualquiera que atacara el templo. Podría haber alguien a quien
se le concedieran legalmente sus juguetes, pero tendría que caminar a través de un
océano de sangre para conseguirlos.
Joe se apresuró a ir a la misma zona en la que había estado para crear el muro,
asumiendo que los demá s pensaban que necesitaban estar en el mismo lugar para
derribarlo. Incorrecto pero beneficioso para encontrar dó nde esperaba la gente.
¿Dó nde estaban todos? Esto era… ¿no se suponía que Aten estaba al tanto de las
cosas? Entonces Joe encontró el primer cuerpo inconsciente. —¿Qué diablos...?—
Palpó los cuellos de la gente; Aú n vivo. ¿Que esta pasando? —¡Limpiar!
¡Nivel de habilidad demasiado bajo!
Joe miró la notificació n en silencio. Nunca se había topado con algo que ni siquiera
pudiera empezar a curar. Claro, el agua había entrado en la persona, ¡pero Joe no había
podido usarla para encontrar nada! Para él, parecía que no había nada malo con los
cuerpos en el suelo. —¿Có mo atraparon a todos?—
Tenía que haber alguien alrededor que estuviera despierto, y Joe estaba decidido a
encontrarlo y vengarse... no. No importa. Iba a continuar con el plan. Buscando a quien
haya hecho esto
Era una tontería y era má s probable que lo mataran que vengarse. Si lo mataban, no
había forma de que el muro cayera a tiempo. Joe cargó a Aten sobre sus hombros
cuando lo encontró y caminó penosamente de regreso al Saló n de los Conquistadores.
De esta manera, tendría una indicació n de cuá ndo la gente se estaba despertando. Se
sentía bien cargando a Ató n, al menos en cuanto a fuerza.
Nombre: Joe 'La leyenda elegida de Tatum' Clase: Mago (Actual: Rituarquitecto)
Profesión: Académico titular (Actual: Arcanólogo)
Nivel de personaje: 15 Exp: 134,813 Exp al siguiente nivel: 1,187 Nivel Rituarchitect: 3
Exp: 4,390 Exp al siguiente nivel: 1,610 Puntos de vida: 330/330
Maná: 1.137,5/1.137,5
Regeneración de maná: 30,3/s (base 27,55/s aumentada por equipo)
Resistencia: 183/295
Regeneración de resistencia: 5,67/seg.
Característica: Puntuación bruta (Modificador)
Fuerza: 31 (1,31) Destreza: 40 (1,40)
Constitución: 38 (1,38) Inteligencia: 91 (2,41) Sabiduría: 76 (2,26) Carisma: 31 (1,31)
Percepción: 60 (2,10)
Suerte: 30 (1,30)
Suerte kármica: +1
Su resistencia se estaba agotando rá pidamente al cargar a Aten, pero era necesaria. De
vuelta a su situació n actual; era má s que probable que el gremio hubiera sido
eliminado para que los Arquitectos estuvieran seguros de que todos serían arrestados
y recogidos. Joe simplemente no tenía idea de cómo lo hicieron.
¿Fue la cerveza? Si es así, ¿por qué no se había visto afectado? En realidad no. Sabía
que Ató n no bebía en pú blico y no había manera de que todos , desde los artesanos
hasta los guardias de servicio , estuvieran bebiendo. Debe ser un hechizo o un objeto
de algú n tipo que pueda afectar a todo el grupo. ¿Lo extrañ aron porque estaba bajo
tierra? ¿Fueron los esfuerzos de desaceleració n en
lugar para darle má s tiempo? Un efecto má gico al menos explicaría por qué Cleanse no
hizo nada.
Como todos estaban inconscientes, Joe decidió alterar el ritual Raze usando los planos
de la pared. ¿Por qué no? Cuando terminó y todavía no había señ ales de cambio en
Aten, Joe comenzó a preocuparse. Había otra manera... pero se resistía a utilizarla. Aú n
así… respiró hondo y se dirigió al á rea amurallada del gremio. Se acercó a la base de la
sala del gremio y miró hacia arriba.
Necesitaba subir allí y no tenía idea de si había escaleras alrededor. Joe estaba a punto
de saltar cuando algo en su mente lo guió . ¿No tenía una misió n? También podría
ponerse a trabajar en eso. Echó un vistazo a la misió n casi olvidada y estableció
Jumplomancer como su clase —pú blica—.
Misión actualizada: Jugando tu papel falso III. Como Jumplomancer, tu trabajo es crear
confusión, evitar ataques y demostrar habilidades asombrosas más allá de los sueños de
otro. Evita la persecución tres veces saltando a un lugar improbable y escapando sin ser
visto. 0/3. Esquiva diez ataques saltando fuera del camino. 0/10. Salta a través del
_ERROR_ Termina de destruir una estructura mientras estás en el aire. 0/1. Recompensa:
Variable.
¿Se modificó esa misió n cuando fue asignada? ¿Có mo? ¿OMS? ¡No tuvo tiempo para
esto! Joe se agachó y puso todos sus treinta y un puntos de fuerza en saltar. Ahora
bien, ser un treinta por ciento má s fuerte que un humano promedio en la Tierra no se
traducía en poder saltar cinco metros de altura.
Afortunadamente, tenía una habilidad de Salto de rango Maestro cero para
compensarlo.
y deformado. El metal candente se derrumbó , formando cuatro anillos de metal
fundido en el techo del edificio. Joe hizo una mueca; si el proceso hubiera durado
mucho má s, habría significado el resultado nú mero dos. Como era...
Joe formó una copa alrededor de la nueva batería de maná , la separó de la sustancia
pegajosa sobrecalentada y la configuró para que comenzara a cargarse. Ya eran las
seis de la mañ ana y se iba a necesitar una carga completa de siete mil maná ... hizo los
cá lculos y tragó saliva. Casi cuatro horas. Eso significaba que podía empezar el proceso
a las diez en punto... ¡espera!
Eso estuvo mal. ¡Sus matemá ticas estaban mal! Rehizo la conversió n de uno a diez
para almacenamiento. Ademá s, había realizado la conversió n original a segundos, no a
minutos. Podría poner ciento catorce maná de inmediato, y... ¡le tomaría treinta y ocho
minutos y medio llenarlo solo con regeneració n de maná !
Realmente necesitaba dejar de hacer cá lculos de pá nico; siempre lo hacía enloquecer.
Mana comenzó a fluir y la batería de maná comenzó a brillar. Seis veinte. Las seis y
media. ¡ Seis cuarenta! La batería dejó de cargarse y Joe la dejó en su posició n. Había
pasado el tiempo entre el inicio de la carga y ahora poner todo lo demá s en posició n.
Respirando profundamente unas cuantas veces, esperó a que su maná volviera al
má ximo... y comenzó a arrasar la pared.
—¡Evacuen usque ad terram!— entonó , y el suelo comenzó a iluminarse a su alrededor
en cuatro círculos concéntricos. Curiosamente, los tres exteriores despegaron y se
fusionaron en un solo anillo que giró contra la pared como un neumá tico fuera de
control en la carretera. La energía circular golpeó la roca y se hundió en ella,
expandiéndose y luciendo exactamente como la furia ritual del arquitecto envolviendo
la pared. Sin embargo, había una diferencia clave .
La piedra comenzó a desmoronarse hasta convertirse en escombros, luego flotó en el
aire y desapareció . Joe había usado el otro Nú cleo Menor de alto grado que Aten le
había dado para este ritual, por lo que la destrucció n debería avanzar rá pidamente.
Sin embargo, había una pila de piedra, madera y todo tipo de objetos menores
cuidadosamente apilados alrededor del lugar del ritual. ¡ La destrucció n fue más lenta
que construir la estructura en primer lugar! Por mucho.
Otra diferencia fue que este ritual permitía a la gente alejarse de él. Joe no había
entendido por qué eso era una parte importante de las cosas, pero ahora sí lo
entendía. Este ritual tardaría al menos una hora en realizarse por completo. Se alejó
con cautela y, para su sorpresa, el brillante círculo ritual lo siguió . Otro círculo
permaneció debajo de la Batería de Mana que había agregado al ritual, así que lo
agarró .
y lo arrojó al techo. No tiene sentido dejar que alguien encuentre eso y lo rompa o algo
así. Ademá s, ¿funcionaría si lo colocara en su almacén ? No es algo para probar.
Ahora... ahora, necesitaba encontrar alguna manera de frenar a la Guardia Real. Joe
miró a todas las personas que estaban inconscientes, queriendo ponerlos en
posiciones má s có modas pero sabiendo que tenían má s posibilidades de estar —
có modos— si tenían un hogar donde despertarse. ¿Có mo iba a hacer que esto
sucediera? Su maná estaba efectivamente en cero, pero afortunadamente, la
extracció n sobre él fue mínima por segundo. Un beneficio de un ritual lento, sin duda.
Joe no tenía hechizos de uso gratuito ni rituales establecidos. Eso iba a cambiar en el
futuro; iba a empezar a llevar una carpeta de rituales activos.
¿Dó nde podría encontrar veneno? ¿Tenía el gremio algú n barril grande con reactivos
peligrosos por ahí que pudiera tirar en el camino? Joe se estaba devanando los sesos
buscando cualquier cosa que pudiera usar para detener a la Guardia Real, ¡pero estaba
tan cansado! Tan cansado. Eso… ¿cuá nto tiempo habían estado los guardias despiertos
y moviéndose? Joe miró el pequeñ o carrito de comida que se había instalado en el
comedor y formuló un plan desesperado.
Cargó algunos suministros y comenzó a tirar del pequeñ o carrito de comida. Fue
hecho para ser arrastrado por una persona o una pequeñ a criatura como un burro y
rodar con mucha facilidad. Aú n así, este tonto era pesado. Su plan no habría
funcionado si hubiera necesitado llevar algo en el carrito, y Joe realmente esperaba
que la pila de mercancías que había tirado no le causara demasiados problemas.
Joe se esforzó y tiró , y finalmente salió de la ciudad y se dirigió a una ligera pendiente
cuesta abajo en el camino hacia Ardania. Le tomó diez minutos completos de
transporte, pero llegó a la línea de á rboles carbonizados. Continuó y caminó unos
cinco minutos sin obstá culos entre los á rboles. Lo suficientemente lejos como para
que un paseo informal no permitiera a la gente ver el muro que aú n estaban
derribando. Joe no necesitaba la luz de la mañ ana para ver, pero de todos modos se
alegraba por ella. La mañ ana luminosa ocultó el brillante círculo ritual alrededor de
sus pies.
—Amigo, necesito que salgas aquí y empieces a oler el á rea. Tienes un nombre... no. —
Compañ ero— funciona bien entonces. Compañ ero del Cafe. Je... estoy tan cansado...
Joe sacó su Coffee Elemental de su anillo y lo dejó sobre el mostrador. Sacó una de las
pequeñ as baterías de maná que le quedaban y canalizó Cleanse usá ndola y a su
bastó n. Necesitaba buscar un arma encajada para poder hacer esto.
má s fá cilmente en el futuro; El comentario casual de Terra sobre las armas y
armaduras engarzadas realmente se le quedó grabado en este momento.
Una vez que la olla estuvo llena de agua completamente limpia, Joe arrojó los posos de
café que había robado en la olla y comenzó a agitarlos. El olor a café comenzó a invadir
el á rea cuando la enorme taza de café se unió al aroma natural del Elemental. Bien. Joe
usó su habilidad básicamente libre para dar forma a las sombras, creando una fina
malla sobre la parte superior de la maceta con un émbolo grande. Auge. Prensa
francesa instantá nea.
El sonido de los caballos caminando comenzó a filtrarse en el á rea, y Joe añ adió un
toque final, solidificando sombras en el carro para deletrear —Café gratis—. No
demasiado pronto, cuando las primeras personas comenzaron a emerger de la curva.
Para sorpresa de Joe, solo había cinco guardias reales y otras tres personas, incluida la
mujer que había vendido el plano al gremio en primer lugar. Ahora tenía sentido có mo
habían sido denunciados tan rá pidamente.
—¡Buen día!— Joe llamó alegremente mientras se acercaban a los humanos no
mejorados, lo cual ninguno de ellos lo era. —¿Te importaría hacer una pausa y tomar
una taza de café recién hecho? ¡Gratis para los servidores leales del Reino, por
supuesto!
No hubo respuesta verbal durante un largo momento, pero todos los caballos
redujeron la velocidad. El aparente líder de la Guardia Real miró a los demá s y asintió .
Bajaron de los caballos y se acercaron. —Sabes que sería Alta Traició n envenenar a un
miembro de la Guardia Real, ¿no?—
—¡Yo nunca!— Joe logró parecer realmente horrorizado. —Mi Señ or, por favor
míreme bien. Especialmente aquí—.
El guardia real miró la frente de Joe y sus ojos cansados se abrieron un poco. —
¡Familia extendida a la Familia Real! Por favor, perdone mi precaució n. Estaríamos
encantados de tener un pequeñ o respiro; estamos en una misió n infeliz que llegó de
repente—.
—¿Debemos detenernos tan cerca de nuestro destino?— Esto vino de un hombre
descontento que todavía estaba sentado en su caballo. —No estamos a un cuarto de
hora del Gremio de Errantes . De hecho...! ¡A él! ¡ Este es el hombre que cometió la
traició n que hemos sacado a la luz!
—Ah, ¿eres ese 'Joe' que ha estado causando tanto alboroto?— El guardia miró a Joe
de arriba abajo. —Por supuesto que lo eres. El soborno no le permitirá escapar de la
justicia—.
—¿De qué está s hablando?— Joe miró a la gente a su alrededor y vio el jú bilo de los
Arquitectos. Los guardias parecieron afligidos, pero el líder volvió a hablar.
—Veo. Había olvidado que no todos ustedes fueron informados de los cargos—. Tomó
un respiro profundo. —El Gremio de Errantes ha sido acusado de traició n a la corona
por construir una versió n a pequeñ a escala de un secreto nacional: el Muro de
Ardania. Una vez má s, el soborno no ayudará en este asunto—.
Joe vertió lentamente el café de la cafetera en una jarra para servir y asintió levemente
mientras el aroma llenaba aú n má s el á rea. —Eh. Eso no parece algo que haríamos.
¿Qué pasa si le mintieron al Reino sobre este asunto? ¿Tienes tazas de viaje o tomo
algunas del carrito que hay aquí?
El Arquitecto Líder pareció entrar en pá nico por un momento e hizo un gesto de
espantar a los otros dos. Se alejaron por el camino, ganá ndose una mirada fulminante
del Capitá n de la Guardia. Habló en voz alta al Líder Arquitecto: —No creas que no
informaré tu alegría al causar dolor a otros—.
—Simplemente quiero obtener una idea de la situació n—, desvió falsamente el
Arquitecto Líder.
—Seguramente un muro traidor que fue construido… ¿cuá ndo? ¿ En algú n momento
no especificado en el pasado? ¿Estaría ahí aunque esperaras cinco minutos para
terminar el mejor café en cien millas? Joe sacudió la cabeza ante los —malos modales
— que se mostraban. —Uno pensaría que un hombre que tenía el respeto del Rey
tendría al menos un ligero interés en mantener buenas relaciones con él—.
Los demá s se tomaron un momento para analizar esa frase y el arquitecto sonrió y se
acercó a tomar una taza. —Me encantaría un poco de café, si no te importa.
Interesante mascota la que tienes ahí… parece que tenemos algunas cosas en comú n
—.
Joe no estaba seguro de lo que quería decir el hombre, al menos hasta que vio un
destello de un pase dorado y negro entre bastidores del Gran Zooló gico. Ah, entonces
de ahí obtuvieron todo lo que se usó para eliminar a su gremio. Bueno saber. Mientras
los guardias terminaban su café, los otros jinetes regresaron con miradas
sombríamente jubilosas en sus rostros. Esto no pasó desapercibido para la Guardia
Real, quien dejó su taza con un profundo suspiro.
—Me temo que tendré que pedirte que vengas conmigo—. El carro estaba conectado a
un caballo y comenzaron a caminar hacia Towny McTownface.
¡Experiencia de clase +250!
Joe sintió que su maná comenzaba a fluir (ya no estaba dedicado a un ritual) y miró
sus pies. Sin brillo. Ningú n círculo ritual. Gran momento.
CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS
Había tres personas farfullando obscenidades mientras el grupo se acercaba a la
ciudad. Algunos edificios, á rboles derribados, paisaje dañ ado... pero ningú n muro que
se pareciera siquiera a lo que había alrededor de Ardania.
—Algo... ¿el problema?— Joe ocultó su sonrisa y disparó a los demá s mientras
comenzaban a reunirse en sus caballos: —¿Dó nde se supone que está este muro?—
La Guardia Real se extendió para rodear a todos, pero continuó avanzando a paso
rá pido hacia la ciudad. No dejaron ninguna abertura que alguien pudiera usar para
escapar, y sus armas relucientes y su mirada potenciada por la cafeína dejaron al
grupo sin esperanza de escapar. Un camino hacia la gloria había terminado y los
Arquitectos sabían que era verdad. La Guardia Real estaba feliz de tener al líder del
gremio, al sublíder y al asistente principal a mano y no esconderse detrá s de fuertes
defensas. Lo siguiente en la agenda para los tres fue un intento de controlar los dañ os.
—¿Quién me informó esto?— El líder del gremio les ladró a sus subordinados . —Me
dijeron en términos muy claros-—
—¡Ni siquiera lo intentes !— —le siseó el asistente. —¡Esto fue todo tuyo desde el
principio, y no hay manera de que yo cargue con la culpa por esto!—
—Ustedes dos son-—
—Cada uno de ustedes ha confirmado traició n, y todos ustedes será n responsables por
mentirle a la Corona si no hay un muro—, mencionó perezosamente el Capitá n de la
Guardia. El ritmo nunca disminuyó .
—¡Tú ! ¿Como hiciste esto?— El líder del gremio señ aló a Joe con un dedo tembloroso.
—¡El muro estaba allí hace menos de quince minutos!—
—Estoy seguro de que no tengo idea de lo que quieres decir—, afirmó Joe suavemente.
—Como usted estuvo presente para ver, estuve con estos excelentes caballeros
durante el ú ltimo tiempo—.
Se miraron entre ellos, perdidos. El asistente siseó : —¿Quién podría haberlos
ayudado? ¿Nos tendió una trampa el zooló gico?
—¡Silencio!— gruñ ó el líder del gremio. Demasiado tarde.
—¿Por qué mi gremio habría necesitado ayuda con algo? ¿Qué tiene que ver el
zoológico con todo esto? La voz de Joe era muy alta, só lo para asegurarse de que lo
escucharan claramente.
—¡Sabes tan bien como yo que tu gremio no puede hacer nada en este momento!—
Una vez má s, la asistente abrió la boca y dijo algo que no debería saber.
Joe se giró y la miró fijamente. —¿Ustedes tres le hicieron algo a mi gremio? Cuando
lleguemos allí… ¿los veremos atacados o algú n juego sucio?—
Palideció y su boca se movió como un pez en tierra mientras intentaba explicarse. La
Guardia Real pateó los costados de los caballos y los puso al trote. Algo siniestro
estaba en juego aquí. Llegaron a la ciudad y se encontraron con el primero de los
cuerpos tendidos. El Capitá n de la Guardia cayó al suelo en un instante, buscando el
pulso. —Vivo pero al borde de la muerte por exposició n, al menos una desventaja de
segundo nivel de 'frío'—.
Agitó varios polvos debajo de la nariz, golpeó al hombre con una daga, pero nada
provocó reacció n. —¿El sueñ o de los muertos? No... ¿quién desperdiciaría un arma tan
potente en un á rea tan pequeñ a?
Los arquitectos cautivos se retorcían. —Si alguien está usando algo así, ¿tal vez sería
mejor volver en otro momento?—
—No hay necesidad. La gente despertará doce horas después de la inhalació n, y casi
todos los artículos de esta naturaleza son de un solo uso y tienen muy poco tiempo
para afectar a las personas—, afirmó con firmeza uno de los guardias. Se dirigieron al
á rea del Guild Hall y miraron a su alrededor. —¿Qué es eso?—
—¡Oh, un invernadero!— Joe le dijo casualmente. —¡Planeamos comenzar a producir
alimentos para nosotros y para el Reino lo antes posible!—
—¿Que es todo esto?— El Capitá n agitó una mano hacia filas cuidadosamente apiladas
de piedra, madera, metal y un pequeñ o frasco que Joe arrojó alegremente en su anillo.
Fue bueno tener de vuelta su Troll Blood.
—Parece que el gremio estaba planeando construir má s edificios cuando pudiéramos,
pero por lo que parece, ¡lo que sea que sea, podría tomar semanas para armarlo!— Joe
asintió sabiamente ante sus propias palabras.
—Esto es...— El líder del gremio de arquitectos miró a su alrededor y sus ojos se
iluminaron. —¡Este es el material necesario para construir el muro!—
—¿Oh?— Joe lo miró dubitativo. —¡Supongo que no lo sabría! Quiero decir, si este
muro es tan secreto... ¿quién lo sabe realmente? ¿Seguramente hay otros edificios que
se pueden hacer con piedra? ¿ Tener piedras y madera es traició n ahora?
—Por supuesto que no.— El Capitá n de la Guardia hizo un gesto a los Arquitectos,
quienes fueron arrastrados al suelo y atados. —Los traeré a todos de regreso al
Reino… eventualmente. ¡Me gustaría descansar después de haber sido sacado de la
cama por un reclamo falso! Al menos tenemos evidencia de su ataque a un gremio con
buena reputació n—.
Cuando los arquitectos estuvieron asegurados, los guardias ayudaron a Joe a recoger a
las personas y llevarlas a lugares seguros y cá lidos. Joe sacó algo de comida, má s café e
incluso usó Cleanse para hidratar a los guardias antes de enviarlos a su camino. Le
prometieron que pronto tendría noticias suyas.
Joe miró alrededor del á rea vacía, sin estar seguro de qué hacer mientras esperaba -
que la gente se despertara. —Bueno… pared. No puedo usar el del Reino, por razones
obvias—.
Sus ojos se volvieron hacia el muro de piedra negro y retorcido de doce metros de
altura que se había formado al convertirse el á rea en una mazmorra de castigo. Só lo
una secció n del muro había quedado en pie después de la explosió n masiva durante la
batalla con los Hombres Lobo, pero... —Me pregunto—.
A la una en punto, había creado un ritual de Furia del Arquitecto y escaneó la secció n
de la pared. Para su gran entusiasmo, el plano que se formó fue el muro completo que
originalmente se había construido alrededor de la ciudad. Joe comenzó a hacer ajustes
a las fó rmulas, jugueteando con ellas hasta las tres de la tarde, cuando Aten de repente
se puso de pie de un salto y miró a su alrededor confundido. ¡Uf! Joe había estado a
punto de darse por vencido e irse a dormir un poco.
—José...? ¡Qué... la pared! Necesitamos... ¿qué hora es? ¿Me quedé dormido?— gritó
con miedo y se giró para correr.
—¡Ató n! ¡Estamos bien!— Joe le gritó al hombre con los ojos muy abiertos. —Yo me
ocupé de todo—.
—¿Qué? Entonces... ¿la pared? Aten miró a lo lejos, mirando a través de su pantalla de
estado. —¿Pero todavía somos una ciudad de primer nivel? ¿El muro ha desaparecido?
¿Estas seguro?—
—Sí.—
—¿Có mo somos entonces una ciudad de primer nivel? ¿Hiciste una casa de bañ os?
¿Cisterna? ¿Alcantarillas? ¿Combo almacén-restaurante? Es posible que Aten hubiera
continuado , pero Joe lo detuvo.
—El invernadero también funciona como un sistema de alcantarillado; no estoy
seguro de có mo, pero lo hace—, le dijo Joe con facilidad. —Solo necesita algo de
tiempo para crecer y cubrirá toda la ciudad—.
—Es... entonces realmente necesitamos un muro...— La cabeza de Aten daba vueltas;
¡Habían pasado demasiadas cosas y él había estado dormido!
—Trabajando en ello.— Joe saludó con la mano los documentos desparramados. —
Fuimos atacados con algú n tipo de hechizo para dormir o algo así, para que lo sepas.
No es tu culpa, todos quedaron noqueados. Bien. Yo no. Estaba bajo tierra y creo que
este lugar tiene un suministro de aire independiente. Eso o realmente debería traer
algunas plantas aquí—.
Aten no sabía qué má s decir, así que salieron al á rea principal y se vieron rodeados de
gente. —¡Ató n! ¡La pared! ¡Se fue!—
—¡Fuimos atacados!—
—¡Alguien asaltó mi carrito de comida!—
—Oh, ese ú ltimo fui yo—. Joe se sonrojó y Aten suspiró . —¿Te importaría encargarte
de eso por mí? Era la ú nica manera de salvar el gremio. También robé muchos posos
de café de la cafetería—.
—Sí, claro, está bien—, murmuró Aten de mal humor. —El café fue la clave del éxito
en mi trasero. Tienes suerte de ser tan integral para nuestro éxito—.
—¿No es así?— Joe se pavoneó y se echó a reír. Un mensajero llegó corriendo en ese
momento, justo cuando el á rea comenzaba a ponerse realmente en marcha. La gente
estaba bastante molesta por perder un día de trabajo por culpa del sueñ o.
—Mensaje para ti, Joe. ¿Tiene... tiene el sello real y me ordenaron entregártelo hoy si
'todavía está s por aquí'?
—Gracias.— Joe tomó la carta, sabiendo que probablemente era del Príncipe. Había
mencionado que su ayuda no llegó gratuitamente. Joe entró en un á rea apartada y
abrió la carta con una expresió n sombría.
Joe, es bueno que hayas logrado frustrar este complot, pero también sé que los —cargos
falsos— eran realmente ciertos. No importa cómo obtuviste los planos, los tenías. Eso
significa que alguien más también podría hacerlo, y el Reino podría estar en peligro. A
cambio de tu libertad y de mantener un historial limpio, te asigno una misión. Aparecerá
tan pronto como lea este mensaje. He transferido veinte platinos a su cuenta bancaria
para usarlos ú nicamente en esta tarea. Toda la suerte.
De Su Majestad, la Reina María la Tirana de Batalla.
PD: Finalmente descubrí lo que estaban haciendo.
[Obligatorio] Alerta de misión; Negro a morado. La Reina María ha descubierto que el
Gran Zoológico de Ardania es una fachada para un Mercado Negro y posiblemente la
sede de un Gremio de Asesinos no autorizado. Hay un edificio singular que ha sido
observado por los informantes, pero no se conoce ninguna forma de llegar a esta zona
sin la ayuda del propio Zoológico. Encuentra el edificio y 1) Crea un plano para que el
Reino
usar. 2) Asegure un camino hacia y desde el lugar sin asistencia externa . 3) Destruir el
edificio.
Recompensas: Depende del número de objetivos completados.
1) El registro permanece limpio, este problema desaparece. 2) Acta de Nobleza
registrada. 3) Todas las demás recompensas, además del uso del plano del edificio para
tu gremio.
—Bueno... esto me genera muchas preguntas—. Joe suspiró y observó có mo el
pergamino se incendiaba y se quemaba. —¿El 'fracaso' fue simplemente implícito? No
hubo una condició n de falla. ¿Cuá nto sabe ella sobre mis habilidades? Supongo que
salí del modo secreto, ¿eh? Por ú ltimo... ¿Me pregunto si puedo obtener todas esas
recompensas?
Joe no quería perder el tiempo. Francamente, quería una larga siesta y un bañ o de
burbujas. En este momento, se suponía que debía estar disfrutando de los frutos de su
arduo trabajo, sin tener que afrontar otra tarea difícil. Aú n así... esta era una
oportunidad de volver al Zooló gico y hacer un montó n de cosas maravillosas de una
sola vez, y tenía al Reino financiandolo.
Una ú ltima cosa lo estaba haciendo dudar. —¿Qué significa que el Zooló gico sea un
Gremio de Asesinos no autorizado ?—
CAPITULO HORQUILLA-SIETE
—¿Có mo está n todos?— Joe, cansado, planteó la pregunta a los miembros actuales de
su aquelarre. Seis horas de sueñ o no eran suficientes después de un día como ese. —
Por mi parte, todo han sido emergencias y necesidades instantá neas. Creo que todos
os habéis ganado algo de formació n si la queréis. ¿Alguien?—
Joe quedó complacido con la respuesta; todos tenían un proyecto en el que estaban
trabajando. Como recompensa por los ú ltimos días, desbloqueó algunas de las
características má s pequeñ as de la habitació n, permitiéndoles transformar la piedra
en las formas que necesitaban para los círculos rituales. É l conservaba el control total,
por supuesto, pero todos tenían una pequeñ a secció n en la que trabajar.
Durante las siguientes horas ayudó a todos con sus proyectos. Joe hizo una mueca al
principio cuando vio lo que la gente intentaba incluir en los rituales de novicio , pero
recordó que había intentado lo mismo cuando estaba en ese rango. Les ayudó a
resolver problemas, crear efectos interesantes y, esencialmente, simplemente les
ayudó a aprender.
Incremento de habilidades: Docencia (Principiante I). ¡Cortejar! Mírate, asumiendo tu
papel de formador de clase. Ibas a obtener una bonificación cuando comenzaras el
aquelarre, pero pensé que todas tus bonificaciones para aumentar el nivel de habilidad
ya eran suficientes.
Joe hizo todo lo posible para ignorar los mensajes extra sarcá sticos y pronto, sus
secuaces tenían rituales energizados esperando un objetivo. Cuando parecieron haber
terminado, Joe se aclaró la garganta y dramá ticamente extendió los brazos. Cuatro
círculos aparecieron en el centro de la habitació n, y él les informó que pronto estaría
en un á rea muy peligrosa. Quería que se implementaran algunas salvaguardias y
esperaban que se les ayudara plenamente con eso.
—Lo ú nico es que este es un ritual clasificado como Experto. Los veré a todos en unas
horas. Tó mate un descanso, una siesta, lo que sea—. Joe despidió a los demá s y supo
que iban a hacer un buen uso de sus nuevos rituales. Estaba especialmente interesado
en ver qué haría Big_Mo.
Joe intentó pensar para qué usaría el hombre un ritual de recolección de sangre , pero...
fracasó .
Joe abrió sus notas y trató de descubrir qué tipo de ritual iba a necesitar en el
zooló gico. Lo que realmente quería era un ritual de invocació n o teletransportació n,
pero si los deseos fueran peces, el mundo entero apestaría a pescado podrido. No
tenía nada parecido a eso y no tenía idea de por dó nde empezar. Entonces, recurrió a
los rituales que tenía actualmente y se puso a trabajar repasá ndolos.
Só lo había dos opciones vá lidas: Estasis o Ejército Fantasmal. Incluso entonces, el
objetivo era escapar. El Ritual de Estasis podría protegerlo por un corto tiempo, pero
el Ejército Fantasmal causaría una distracció n masiva . Decidido, Joe se puso a trabajar
en el ritual. En lugar de utilizar los cuatro anillos hechos en la habitació n para el ritual,
formaron un asiento, un respaldo, un escritorio y un reposapiés. ¿Estaba usando el
Gran Saló n Ritual como estaba previsto? Probablemente no. ¿Alguien podría llamarlo
al respecto? También no.
Joe sacó una nueva botella de tinta que Jess le había comprado, pero antes de intentar
convertirla en Imbued Ink, sacó una botella de vidrio y comenzó a trabajar con esa.
Había cometido el error en el pasado de dejar que la tinta permaneciera en una botella
de vidrio está ndar mientras la modificaba, y su bata autorreparable todavía estaba
funcionando para eliminar la mancha de cuando el vidrio explotó . Sostuvo el vaso con
cautela mientras su habilidad se ponía a trabajar y, en unos minutos, había creado una
— Botella de vidrio imbuido natural—. Bien. Vertió la tinta en la botella y comenzó a
masajear maná en el líquido. Entonces vio algo que nunca había notado en fracasos
anteriores. La tinta brilló en rojo por un instante.
Artículo alterado: Tinta reversible natural. Todo lo escrito con esta tinta debe estar
escrito en espejo inverso o ser completamente inútil e ininteligible. ¡Precaución!
Mantener fuera del alcance de los niños.
Esto… esto era burlarse de él; Joe estaba seguro de ello. Aunque lo consideró un
fracaso, decidió quedarse con la tinta. Quizá s algú n día sería ú til escribir algo al revés.
Creó otra botella imbuida y volvió a intentarlo con la tinta. Esta vez brilló en oro y se
emocionó . Levantó la botella y miró la tinta que contenía.
Artículo modificado: Tinta natural resistente al fuego. Cualquier cosa escrita con esta
tinta resistirá el fuego hasta el rango de Experto.
—Genial… ¿pero só lo la tinta es resistente al fuego? Es bueno tenerlo… ¿supongo?—
Joe lo intentó por tercera vez, creando una botella está ndar imbuida natural y
Tinta imbuida está ndar. Entonces finalmente pudo comenzar con el trabajo que
necesitaba completar. Seis horas má s tarde, Joe salió del á rea y comenzó a buscar
comida. El ritual había sido mucho má s complejo de lo que esperaba, fá cilmente un
ritual de Experto medio tardío.
Había cometido un error tan grave dos veces que necesitaba reiniciar por completo y
necesitaba curarse cuando su material se convirtió en una bola de fuego de maná
liberado. Este fue un punto de inflexió n para él, ya que hasta ese momento no se había
dado cuenta de cuá n diferente podía ser la dificultad incluso dentro del mismo nivel
de ritual. Joe ni siquiera había obtenido un rango en su nivel de habilidad, aunque
sentía que tenía que estar acercá ndose a este punto.
Joe masticó aturdido una ensalada, sin pensar realmente en sus necesidades
nutricionales hasta que el sabor lo golpeó . ¡Comida para conejos! ¿Por qué estaba tan
sabroso? ¿Por qué estaba comiendo ensalada? Mordió un pepino y gimió . ¿Que era
esto? ¡Tan bueno! Miró a su alrededor y vio un cartel:
¡Todas las verduras ahora se cultivan localmente! ¡Regístrese ahora para obtener
misiones de recolección diarias para las que no necesita viajar! Clases especiales
relacionadas con agricultores disponibles a pedido.
—¿Ya? Ha sido un día en el mejor de los casos—. Joe vio a alguien entrar
pavoneá ndose en el á rea con un montó n de coles, solo para ser atropellado
accidentalmente por un joven calvo y dos personas que corrían tras él.
—¡Mis coles!— El hombre se arrojó al suelo para recogerlos antes de que los
aplastaran.
Joe tomó un sorbo de agua y sacudió la cabeza. —Eso fue grosero.—
—¡Ahi esta!— La voz de Kirby hizo que los oídos de Joe se movieran, y miró hacia
arriba para ver a su aquelarre acercá ndose. —Joe, cierra el tú nel. No pudimos entrar
—.
—Ah. Aquí…— Joe abrió sus permisos y le dio a Hannah permisos para permitir la
entrada al á rea. —Hannah puede incluirlos a todos ahora. Sea discreto por favor. Só lo
Aten y los miembros de mi grupo conocen esa zona—.
—¿Está s listo para nosotros o deberíamos ir a hacer otras cosas?— Big_Mo estaba
cubierto de sangre y Joe tardó un momento en descubrir có mo responder.
—¿Tú … quieres que te quiten esa sangre?— Joe esperó só lo a que comenzara a asentir
antes de limpiarlo. Mucho mejor. —Sí, ya casi estoy listo, pero necesito algunos
reactivos que normalmente no llevo, y luego tenemos que ir a buscar un lago. Pasaré
por Ardania y volveré en breve—.
—Suena bien.— Taka asintió hacia la barra de ensaladas que habían preparado. —
Estamos a punto de cenar. Si regresas en una hora, estaremos aquí—.
Fue agradable ver que los cinco se habían vuelto cercanos. Por otra parte, actualmente
tenían una configuració n lo suficientemente diversa como para que probablemente
fueran un partido. Joe asintió , tratando de no sentirse celoso porque tenían puntos en
comú n a un nivel tan bajo. Ya estaba en su segundo grupo y, aun así, no tenía idea de
dó nde estaban todos. Su entrenamiento y sus horas libres eran demasiado diferentes.
Joe fue al templo y luego a Ardania. Era hora de morder la bala e ir al lugar al que
menos quería ir. Jake el alquimista. Por su vida , Joe no podía recordar el nombre de la
tienda; Jake, el hombre espeluznante, había tomado nota de la memoria de Joe sobre
ese lugar. Las multitudes en la plaza del pueblo eran mucho menos densas, lo que hizo
a Joe feliz y malhumorado: feliz de que su viaje fuera má s fá cil, triste porque no había
manera de que ocho mil millones de personas se hubieran presentado aquí. Había
muchas posibilidades de que só lo alrededor del diez por ciento de la humanidad
hubiera superado lo que debió haber sido un apocalipsis.
Su mente se alejó de ese tema, y só lo su Resistencia a la Manipulació n Mental le
permitió darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Joe no se resistió ; esto era algo en
lo que preferiría no pensar. Aú n así, le hizo darse cuenta de por qué la gente no se
asustaba ni tenía reacciones má s severas al quedar atrapada aquí o perder gente en la
Tierra. Lo estaban superando muy rá pido. Artificialmente rá pido.
Aun así, no podía discutir los resultados. Se apresuró a ir a la tienda de Jake y sacó la
larga lista de cosas que necesitaba por primera vez, cosas que necesitaba reabastecer
y, finalmente, cosas que quería tener para poder modificar las ideas actuales. Jake lo
repasó y dejó marcas en determinadas zonas.
Jake le devolvió el papel a Joe. —Una estrella significa que puedo conseguirlo en unos
días, un nú mero muestra cuá ntas semanas necesitaría para conseguirlo y un ceñ o
fruncido significa que no puedo conseguirlo en absoluto. Todo lo demá s lo tengo a
mano—.
Joe leyó la lista y arqueó una ceja. —Por lo general está s muy bien abastecido—.
—Tiempos de mucha actividad, incluso si es para que uno de los especímenes má s
interesantes pase por mi tienda—. Jake miró de reojo a Joe, tratando de contener su
emoció n. —Sabes, la densidad de població n sigue siendo tan alta que una ola de
zombis devastaría la ciudad. ¡O! ¡Oh, tengo un hongo pará sito que enfurece a la
gente...!
—Por favor, deja de intentar utilizarme para provocar un evento de extinció n—. La
boca de Joe estaba realmente seca. Jake tenía una manera de poner tenso a Joe.
—¡Oh, no quiero eso! Só lo estoy mirando tu reacció n para ver qué tan… interesado
está s—, le prometió Jake de manera bastante poco sincera. Su cuerpo inquieto estaba
empezando a provocarle ná useas a Joe.
—¿Sobre las cosas que tienes en stock…?—
—Oh, claro, claro—. Jake empezó a bailar por la tienda, empaquetando cosas en
pequeñ as y ordenadas bolsas hechas de una especie de papel encerado. —La ú nica
dificultad será el Water Core. Los nú cleos de afinidad especializados se crean de forma
natural y esto los hace costosos. Por supuesto, existe un proceso alquímico para que
esto suceda, pero lo ú nico que esto hace es aumentar aú n má s el costo de un Nú cleo—.
—¿Naturalmente?— Joe pensó en su habilidad y se preguntó si funcionaría.
Como pasar varios añ os creciendo dentro de ciertas criaturas. Criaturas que viven en
á reas que tienen una afinidad natural ú nica al menos un setenta por ciento mayor que
otras energías. Un ejemplo: en un océano, donde hay mucha má s afinidad con el agua
que con el fuego—. Jake asintió con tristeza. —No es algo fá cil de replicar, ya que
intentar forzar maná en un Nú cleo sin un Encantamiento tiende a...—
Juntó las manos e imitó una explosió n. —El punto es que tengo versiones naturales y
alquímicas. Lo natural será mejor en general, pero es lo que cuesta má s. La alquímica
debería funcionar , pero a veces puede interferir con la reacció n deseada—.
—Natural, por favor—, respondió Joe, recibiendo un asentimiento y una factura, todo
en uno. Respiró hondo y dejó un fajo de billetes sobre el mostrador. Jake lo despidió y
se dirigió hacia la plaza del pueblo. —Necesitaba los artículos. Estaba bajo en todo.
¿Ochenta mil dólares? No no. Só lo... ochenta de platino. Monedas pequeñ as, diminutas,
que no tienen valor intrínseco. Sí.—
Joe se teletransportó de regreso a Towny McTownface y recogió su aquelarre. Era
hora de encontrar un lago.
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO
—Este va a ser el lugar perfecto, garantizado—, le dijo Jess a Joe mientras el grupo se
detenía en el pantano que se encontraba justo al este del á rea del gremio. —Hay un
lago con agua equivalente y el gremio emprendió una bú squeda para eliminar los
insectos en esta á rea. Son enormes y mortales, y siguen matando al ganado que
intentamos criar. Un tiro, muchos pá jaros—.
—Buen trabajo, Jess.— Joe hizo una pausa y la miró . —¿Todo lo demá s está
funcionando bien? ¿Necesitas algo de mí?
—Si no se opone, recogeré muestras del á rea cuando terminemos aquí. Me vendrían
bien... ciertas cosas para mi clase. Jess una vez má s evitó el tema de cuá l era realmente
su clase.
—Bien por mi.— Joe llamó a los miembros del Aquelarre, —¡Todos ustedes! ¿Listo
para hacer que esto suceda?
Sacó el papel de tres pies por cuatro pies en el que había hecho este ritual y quedó
realmente impresionado por lo pequeñ o que había logrado hacerlo. El nivel de detalle
había sido tan alto que esperaba necesitar usar el Saló n Ritual para hacer anillos de
tamañ o completo. ¡Hacer trampa con el borrador de sombras para ganar! También
colocó una de sus baterías de maná en su lugar, no queriendo que hubiera ningú n -
problema con los requisitos de energía. Esto tuvo el efecto añ adido de equilibrar el
círculo, convirtiendo a siete —participantes— en un nú mero primo.
—Ego similis ad aquam. ¡Gana pruebas de continente! Tan pronto como se activó el
ritual, las cosas se volvieron locas. Toda el agua líquida en un radio de diez metros
cuadrados se evaporó al mismo tiempo, y toda el agua que se apresuró a reemplazarla
corrió la misma suerte al cruzar el límite. Esto redujo la visibilidad a nada para todos
en el á rea, y la nube instantá nea comenzó a girar a su alrededor mientras el círculo
ritual la absorbía para uso futuro.
Mú ltiples sonidos comenzaron a llenar el á rea: agua corriendo, peces dando vueltas en
tierra repentinamente seca y el zumbido de los insectos cuando su há bitat fue
perturbado a una escala tan masiva. Joe no podía ver lo que
Esta vez, fue un mayordomo quien lo saludó . No había indicios de payasos ni de los
temidos bufones, que Joe se había dado cuenta de que eran los Asesinos guardados en
el zooló gico. —¡Bienvenido de nuevo, señ or!—
—Gracias.— Joe mostró su pase y, una vez má s, sacaron el carrito para que subiera.
No se movió y pronto descubrió por qué.
—Un momento, por favor perdona mi impertinencia—. El mayordomo parecía tan
angustiado que Joe só lo podía mirarlo con preocupació n. —Nos hemos dado cuenta de
que es posible que haya sacado de contrabando una semilla rara la ú ltima vez que
estuvo aquí y que es posible que hoy asista al zooló gico con menos de las mejores
intenciones—.
—Qué-—
—Si me permite, señ or—, interrumpió el mayordomo a Joe suavemente. —¡No hay
ninguna prueba de que usted tomara las semillas, ninguna en absoluto! De hecho,
todas nuestras preocupaciones se disipará n si fuera tan amable de permitirme
guardar su anillo de almacenamiento mientras asiste hoy. Te juro que te lo
devolveremos, sin siquiera mirarlo, pero… para asistir tendrá s que hacerlo—.
—¿Qué pasa con mis billetes de banco y demá s?— Joe miró al angustiado mayordomo.
—¿Có mo voy a comprar algo?—
—Si me los muestra, responderé de su capacidad para comprar cualquier cosa hasta la
cantidad revelada—. El mayordomo esperó mientras Joe sacaba cincuenta billetes de
platino y sus ojos se abrieron ligeramente . —Veo que nuestro zooló gico te ha
impresionado —.
—Sí…— Joe miró a lo lejos, sintiendo la necesidad de fingir los modales de Nobleza. —
Hasta ahora, incluso uno positivo —.
—Lamento las molestias, señ or—. El mayordomo guardó el anillo en un bolsillo y el
carro empezó a moverse. —La familia Floodwater notó que había un pequeñ o lote de
fruta que salió con semillas, y aunque es poco probable que crezcan en otro lugar que
no sean sus viñ edos especializados, la familia se volvió un poco... luchadora—.
—¿Por qué permitirían la salida de frutas con semillas si este fuera un problema?—
Joe evitó el tema de por qué el zooló gico podría pensar que estaba allí con malas
intenciones. É l sabía por qué. Sabían por qué. Simplemente no sabía cómo sabían que
él estaba allí para causar dañ o, ya que probablemente solo la Familia Real conocía su
bú squeda. ¿Quizá s simplemente pensaron que el Gremio de Arquitectos los había
delatado por suministrarles un arma noqueadora?
—Me dijeron que fue un error que ha sido rectificado—. El mayordomo hizo una
pausa: —Hasta donde yo sé, solo un equipo de cosecha fue asesinado
la cuestió n. Un castigo muy indulgente, pero se sabe que son así de blandos—.
El carro atravesó la colecció n de criaturas interesantes, pero Joe no se molestó en
mirar a su alrededor. Parece que podría haberse creado otro enemigo poderoso. Al
menos, si se conociera la noticia de las semillas. Joe no tenía ninguna duda de que las
semillas prosperarían en el entorno en el que las había plantado. Oh, bueno. En este
punto, simplemente agregaría esa familia a la lista que quería su cabeza.
Hubo un tartamudeo en el aire cuando el carro y el grupo llegaron al Bloodsport
Arena, y Joe vio có mo los hechizos explotaban en el aire para anunciar otro día de
peleas y ventas en el mercado negro. Esta vez el carro se movía mucho má s
lentamente, ya que el camino hacia la arena estaba lleno de otras personas muy bien
vestidas. De repente, Joe se dio cuenta de que usar su ropa elegante dos veces
seguidas probablemente era una señ al de no ser rico, y trató de decidir si le importaba
o no. No.
Poco tiempo después, Joe estaba en la arena y en su lujoso divá n. La puerta se cerró y
pronto, solo el mayordomo y Joe estaban juntos en la habitació n. —¿Puedo
conseguirle algo, señ or? ¿Puedo sugerirle el Filet Minion cortado en barril esta noche?
—¿Filet Miñón?—
—No, este es un tipo de carne de los Minions, las criaturas que trabajan para proteger
a la criatura Jefe de varias mazmorras. Suculento.—
A Joe no se le ocurrió nada que decir, así que simplemente asintió y esperó a que
comenzara la primera pelea. Llegó su comida, así como una barra completa en un
carrito. Joe arqueó una ceja con complicidad hacia el mayordomo. Aparentemente,
tenían un servicio adicional para personas que gastaban grandes cantidades de
dinero. —¿Tratando de emborracharme?—
—¡Nunca!— El mayordomo mintió cortésmente. —¿Puedo conseguirte algo que
combine bien con el Minion?—
—Estoy bien por ahora—. Joe se comió el bistec y, aproximadamente a la mitad...
comenzó la pelea. Joe tenía varios problemas que necesitaba intentar equilibrar
mientras todo sucedía. Necesitaba asegurarse de que estaba prestando suficiente
atenció n a la pelea para que el mayordomo le prestara menos atenció n, necesitaba
llevar su ritual a una buena ubicació n para su activació n y activarlo , y necesitaba
prestar suficiente atenció n al mayordomo para que que sabría cuá ndo hacer su
movimiento. Ah, y necesitaba comprar cualquier cosa que pensara que necesitaría.
Estando atento a las ofertas. Sí.
La pelea comenzó en serio y Joe pidió una bebida, a lo que le agradecieron felizmente.
Joe tomó un sorbo y aparecieron un montó n de notificaciones.
CAPÍTULO HORQUILLA NUEVE
Surgió una subasta en la que Joe estaba realmente interesado. Había asegurado el
segundo ritual en la pared de su balcó n del lado de la arena, nuevamente cubierto por
una secció n de sombra só lida pero delgada. No debería haber ninguna indicació n de
dó nde se estaba activando el ritual, para cualquiera de los rituales que tenía
implementados. Para gran angustia del mayordomo, Joe se lanzó Cleanse y eliminó
todas las desventajas asociadas con la bebida.
Joe se alegró al descubrir que los aspectos buenos permanecían y realizó algunas
ofertas serias, aunque má s frugales de lo que esperaba el mayordomo, por artículos y
materiales. Era só lo la mitad de la noche y Joe ya había quemado los veinte platinos
que le había dado la Reina. La puja por el artículo má s reciente terminó y el locutor
detuvo todo durante un intermedio.
De pie y estirá ndose, Joe pidió que lo llevaran al bañ o mientras el locutor describía el
increíble espectá culo que habían planeado para el descanso. Al ver una oportunidad,
Joe alcanzó a través de sus sombras conectadas y activó la Furia del Arquitecto justo
cuando salían de la habitació n. Nadie estaba dentro para ver los anillos florecer y
hundirse en la piedra, pero todos los que observaban el interior de la arena pudieron
ver cuando se expandieron y florecieron alrededor del edificio.
Al principio hubo gritos, luego aplausos cuando la luz se confundió con parte del
espectá culo. Joe miró a su alrededor para ver si alguien había visto de dó nde venían
los anillos. El mayordomo, que vigilaba a Joe, supuso que la mirada era para ver qué
estaba pasando. Esto fue una suerte para Joe, como pronto descubrió después de
regresar de hacer sus necesidades. Había una persona sentada en su saló n, una
persona que Joe reconoció del palacio. Cuando hablaba, incluso su voz le resultaba -
familiar; él fue el locutor de este evento.
—José.— El cabecilla, Robert, observaba a Joe muy de cerca. Lo que era má s aterrador
era el grupo de bufones vestidos de colores brillantes que se desplegaban detrá s de él.
—¿Qué le hiciste a mi arena?—
—Cabecilla.— Joe asintió con la cabeza hacia el hombre. —Estoy bastante seguro de
que no sé de qué está s hablando—.
—Echa un vistazo, Joe—. El cabecilla señ aló hacia el balcó n. —¿Qué es esa luz que
brilla en la zona?—
Joe se acercó , dejando intencionalmente la espalda abierta. —¿Está s… está s hablando
de tu espectá culo de luces intermedio?—
Se giró para mirar a Robert y captó los movimientos má s leves que salían de las manos
de su mayordomo. ¿Lenguaje de señ as? Los ojos de Robert se posaron una vez má s en
Joe. — Espero que no intentes hacer algo imprudente. He estado atento a todas las
cosas que has estado comprando, y cada una de ellas es un componente potente para
varios hechizos poderosos. Artículos que tienen muy pocas posibilidades de aparecer
en el mundo. De hecho, el Tigerlily Titillation que ganaste recientemente tiene una
tasa de caída de menos de uno entre diez mil —.
—Yo... lamento decirte que no estoy seguro de qué me está s acusando—. Joe miró a la
gente silenciosa que había en la habitació n. —¿ No está s contento de haber comprado
lo que compré? Ciertamente no quiero ofender. ¿Vine aquí porque sabía lo raros que
eran los artículos y vine preparado para comprarlos...?
Los ojos de Robert se movieron hacia un lado y Joe vio que el mayordomo firmaba —
cincuenta— y otro que debía haber significado —platino—. En serio, qué grosero. Joe
mantuvo la boca cerrada y simplemente esperó . Cuando se giró para enfrentarse
completamente al maestro de ceremonias, todos los espeluznantes bufones habían
desaparecido. Odiaba que la gente pudiera hacer eso a su alrededor.
—Hasta donde puedo decir... no has hecho nada malo—. Robert se puso de pie y miró
a Joe directamente a los ojos. —Sin embargo, estará bajo estrecha observació n
durante el resto de su estancia. Al final evaluaremos si está invitado a regresar—.
—Só lo puedo esperar que lo sea. Como dijiste, no existe otro lugar donde encontrar
todo esto—, respondió Joe con frialdad. Ahora iba a comprar todo lo que pudiera, só lo
para que su inocencia pareciera realista . Realmente debería haber traído menos
dinero.
—Mmm.— Robert salió de la habitació n y se dio la vuelta justo cuando el ritual
terminaba y las luces desaparecían. —Me pregunto qué fue eso. Que tenga una
agradable velada, señ or Joe.
—Usted también.— Joe se sentó , sin mirar intencionalmente al hombre peligroso que
probablemente estaba a cargo de un gran grupo de asesinos. Esta noche no estaba
transcurriendo tan bien como él quería, en algunos aspectos , pero estaba
transcurriendo mucho mejor de lo que había esperado.
Se levantó del sofá , suspirando cuando la puerta se cerró . Comenzó a caminar y a
mirar los distintos tapices de la habitació n, tocando algunos de ellos y acercá ndose
mucho a otros. —Mayordomo, no crees que he estado haciendo nada malo, ¿verdad?—
—¡Señ or, por supuesto que no! He estado aquí contigo... Cualquier cosa que fuera a
decir fue interrumpida cuando un enjambre de bufones irrumpió en la habitació n,
agarró todos los tapices de la pared y los inspeccionó antes de irse. Se llevaron el arte
con ellos.
—I...! ¡No tocaré nada má s! Joe mantuvo una expresió n afligida y ligeramente enojada
en su rostro en todo momento mientras se sentaba rígido y esperaba que continuara
la pelea.
Habilidad adquirida: Actuación (Noviciado VII). Eres realmente malo actuando, pero de
alguna manera, ese hecho te está ayudando en este momento, llevándote a un alto nivel
de habilidad inicial. +ln% de posibilidades de que tu actuación se realice como deseas,
donde n = nivel de habilidad.
¡Una nueva habilidad! ¿Cuá nto tiempo había pasado desde que consiguió uno? En
realidad, só lo unos días. Aú n así, parecía estar disminuyendo ú ltimamente. Por otra
parte, también se había diversificado menos. Las peleas se reanudaron y las criaturas
ganaron las siguientes tres batallas seguidas. Esto significaba que no habría subasta,
pero a Joe le parecía bien.
Las siguientes horas transcurrieron rá pidamente y Joe, obedientemente, compró
bienes y artículos. Entonces... entonces apareció algo que realmente quería.
—¡Damas y caballeros!— El locutor, el cabecilla, habló a la multitud. —Acabamos de
obtener un nuevo elemento, una Inyección 1 . Para aquellos que lo saben, esta es una
poció n de rango Legendario, ¡un rango por debajo de un brebaje! ¡Ahora se ha
evaluado que esta inyecció n proporciona un impulso de quince puntos a la
inteligencia!
Hubo murmullos de agradecimiento entre la multitud, pero las siguientes palabras los
detuvieron. —Esta inyecció n en particular tiene algunos efectos secundarios que
pueden parecer desagradables, ¡pero un día o dos de reclusió n no es asunto para una
multitud tan distinguida! En primer lugar, la inyecció n crea en el usuario una
necesidad casi irreprimible de abrazar a quien sea o lo que sea que vea. Esto durará
un día completo y normalmente no es un problema—.
Una pausa. —El otro efecto secundario es una pérdida del control intestinal que dura
doce horas. Como estoy seguro de que todos se dan cuenta, esta combinació n
particular tiene posibles repercusiones desafortunadas. Comenzaremos la subasta con
diez platinos—.
Joe no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Y qué si hubiera una consecuencia
complicada? ¿Por qué nadie pujó ? ... ¡Noble Orgullo! ¡Sí!
CAPÍTULO CINCUENTA
Joe fingió estar inconsciente y su estó mago siguió retumbando y retorciéndose
violentamente. Para pasar el tiempo mientras se movían, miró su pá gina de
estadísticas actualizada.
Nombre: Joe 'La leyenda elegida de Tatum' Clase: Jumplomancer (Actual: Rituarchitect)
Profesión: Académico titular (Actual: Arcanólogo)
Nivel de personaje: 15 Exp: 134,813 Exp al siguiente nivel: 1,187 Nivel Rituarchitect: 3
Exp: 4,640 Exp al siguiente nivel: 1,360 Puntos de vida: 330/330
Maná: 1.590/1.590
Regeneración de maná: 30,3/s (base 27,55/s aumentada por equipo)
Resistencia: 295/295
Regeneración de resistencia: 5,67/seg.
Característica: Puntuación bruta (Modificador)
Fuerza: 31 (1,31)
Destreza: 40 (1,40)
Constitución: 38 (1,38)
Inteligencia: 106 (3,06)
Sabiduría: 76 (2,26) Carisma: 31 (1,31)
Percepción: 60 (2,10)
Suerte: 30 (1,30)
Suerte Kármica: 0
Lo primero que vio fue el —tres— en su modificador de inteligencia. Si optó por la
traducció n directa, es decir, el coeficiente intelectual promedio era de uno a diez en la
Tierra, ¿significaba esto que tendría un coeficiente intelectual de tres treinta y seis
punto seis? Su cerebro estaba en llamas y sus pensamientos eran rá pidos.
avanzando a un ritmo rá pido. Ahora no se sentía má s inteligente, pero podía pensar
claramente en varias cosas al mismo tiempo y procesarlas al mismo tiempo.
Esto iba a ayudar enormemente a su lanzamiento de hechizos, ya lo podía decir. Ahora...
se estaban acercando a la salida. Era hora de hacer su movimiento. Joe se tambaleó
hasta quedar sentado, —Oh, señor , necesito... ¡Necesito un arbusto ahora mismo!—
—Señ or, estamos a punto de teletransportarnos. Nadie puede estar en esta á rea a pie
—, dijo el mayordomo con los dientes apretados.
—Bien de acuerdo. Supongo que simplemente... me sentaré en esto tal como viene—.
Se escuchó un sonido hú medo y Joe comenzó a sentarse.
—¡No! ¡Fuera, fuera, fuera! El mayordomo sacó a Joe del carro y lo empujó hacia el
borde del camino en el que se encontraban. Cuando Joe pasó junto al arbusto, se dio
cuenta de que só lo el camino tenía plantas ornamentales a lo largo; de lo contrario, el
á rea estaba completamente vacía; só lo piedra desnuda.
—Oh...?— Joe se subió la bata y dejó que todo fluyera naturalmente. Tiempo de
trabajar; nadie iba a molestarlo cuando hacía sonidos como este. Sacó su Mana Battery
grande y le dio un beso, luego hizo lo mismo con la má s pequeñ a que tenía. Se limpió y
se mantuvo erguido, sosteniendo ambos Nú cleos en el aire.
Miró hacia la arena y observó có mo comenzaba la ceremonia de clausura. Hechizos,
espectá culo de luces... envió un pulso de maná a lo largo del camino sombrío. Su
esperanza se vio recompensada un instante después.
¿Te gustaría activar el ritual 'Raze' en Bloodsport Arena? Sí No.
—Sí~ee~ess—, gruñ ó Joe cuando un poderoso espasmo le hizo apretar los puñ os. Se
las arregló para mantenerse erguido y un círculo ritual azul apareció debajo de él y
debajo de las Baterías de Mana. Por un instante, sostuvo orbes azules gemelos de
poder mientras un ritual surgía a través de la llanura rocosa. —Nos vemos, amigos—.
Joe dejó caer uno de los objetos justo detrá s de él, en un arbusto, donde aterrizó con
un leve *salpicadura*. Hoo-chico. Lanzó el otro tan fuerte como pudo y sacó un
enorme tubo de su bragueta. Los gritos comenzaron cuando la gente de la zona vio el
ritual activo. No había manera de que pudiera alegar ignorancia cuando el círculo que
brillaba a sus pies coincidía con el de la arena. —Activar el ritual del Ejército
Fantasmal—.
El pergamino que sostenía desapareció y Joe se estremeció . ¿Sin efecto? Necesitaba-
*Golpe*
Un banco de niebla de treinta metros de alto y media milla de largo surgió tan
rá pidamente que desplazó el aire y produjo un suave trueno. Uno de los efectos de la
niebla fue que distorsionaba el sonido, por lo que Joe sintió como si hubiera entrado
una vez má s en un mundo nuevo. Este era un mundo de luz tenue, mala visió n y
movimientos suaves y empalagosos en el aire. Sin embargo, Joe sabía lo que tenía que
hacer. Mantuvo su mano sobre los arbustos y comenzó a caminar. Siguió el follaje,
caminando lentamente hasta que empezó a curvarse hacia afuera y alejarse.
—Este tiene que ser el punto de aterrizaje de la teletransportació n—, dijo Joe en voz
alta y, aun así, no pudo escuchar las palabras con claridad. Sin embargo , hubo
algunas... algunas cosas que pudo escuchar. Había un zumbido bajo y apagado que
parecía venir de todas partes, un zumbido profundo que venía de algú n lugar cerca de
él y trinos agudos que parecían moverse.
—¿Sinestesia má gica?— Joe dio un paso adelante, siguiendo un trino en movimiento.
Cuando estuvo justo frente a él, apareció un hombre. No... ¡un bufón! El hombre lo vio
en el mismo momento y una daga curva apuntó a Joe.
Saltó hacia un lado y comenzó a extraer maná en una delgada y exquisita concha.
Curiosamente, el bufó n no lo siguió y Joe recibió una notificació n.
Misión actualizada: Jugando tu papel falso III. Evita la persecución tres veces saltando a
un lugar improbable y escapando sin ser visto. 1/3. Esquiva diez ataques saltando fuera
del camino. 1/10. Termina de destruir una estructura mientras estás en el aire. 0/1.
Joe entendió el mensaje: no sigas los trinos. Parecía que eso significaba que había...
¿quizá s armas encantadas? El zumbido grave se estaba alejando y Joe tuvo que asumir
que era el ritual, ya que estaba en todas partes y se movía al ritmo de un ejército en
marcha. ¿Cuá l fue entonces el profundo zumbido? Con suerte, lo que estaba buscando.
Se arrastró por el suelo, dejando un rastro oscuro por razones diferentes a las
anteriores. Joe simplemente se alegró de no poder oír nada desde allí atrá s. Sentirlo ya
era bastante malo. Sus dedos comenzaron a sentir líneas regulares en el suelo y acercó
su rostro lo suficiente como para poder verlas. ¡Runas y líneas estilo encantamiento!
Só lo podía escuchar una masa de sonido y decidió que era hora de usar los ú ltimos
cuatro puntos de habilidad a los que se había aferrado.
Habilidad aumentada: Sinestesia mágica (novato VII). Puedes escuchar magia en medio
de un ritual que distorsiona el sonido, pero ni siquiera puedes escuchar tu cuerpo en este
momento. Tu eres muy extraño.
¡Sí! Ahora podía distinguir ruidos individuales, apenas. Joe siguió el profundo
zumbido, trabajando duro para distinguir varios sonidos menores mezclados con el
má gico ruido mental. Ja. Una sensació n que funcionó incluso a través de sus rituales.
Algo para recordar.
—Ese... ese me resulta familiar—. Joe siguió un pequeñ o sonido y, cuando lo encontró ,
se alegró mucho al darse cuenta de que era exactamente el sonido que escuchó en los
altares y en varios puntos de referencia. ¿Todo esto (el enorme encantamiento que
actuaba como plataforma de aterrizaje) fue para que el zooló gico pudiera replicar la
misma capacidad que tenía el sistema de viaje rá pido? Joe se pinchó el dedo y tocó el
lugar exacto de donde emanaba el sonido.
¡Le has arrebatado el control de un encantamiento de área al propietario anterior! ¡Han
sido notificados de su pérdida! Funciones actuales del área: teletransportarse al Gran
Zoológico de Ardania, teletransportarse a la Plaza Principal de Ardania. Personas
actuales a las que se les permite usar este encantamiento: Joe.
Joe miró hacia el Bloodsport Arena. Realmente fue una lá stima que no pudiera
recolectar el material de construcció n o al menos ver lo que estaba sucediendo allí.
Aú n así... esta era un á rea llena de asesinos. Asesinos furiosos, vengativos, parecidos a
payasos, que estaban a punto de perder su base. Probablemente sea mejor ponerse en
marcha. Joe se levantó y formó un barril negro hecho de sombra. Adelgazó la parte
inferior y sacó su bastó n de su anillo. Para contener su otra necesidad actual, se acercó
y se envolvió en su creació n. Un abrazo grande para el barril de sombra.
—¡Aerosol ácido!— Joe canalizó el hechizo y, después de veinte segundos, el barril
estaba medio lleno y siseaba. Se aferró a las sombras con su mente y echó una ú ltima
mirada hacia la arena. La niebla se disipaba, lo que le hizo darse cuenta de lo expuesto
que estaba, pero... también le permitió ver el cielo. Todas las estrellas y demá s, pero de
alguna manera mucho má s cerca de lo habitual. —¿Es una proyecció n? ¡Estamos bajo
tierra!
Ahora tenía sentido por qué este lugar era casi imposible de encontrar. Joe miró el
encantamiento a sus pies e incluso lo reconoció . ¡Esta era una versió n masiva del
encantamiento del ascensor con el que una vez había sobornado a Terra! Eso
significaba... ¡eso significaba que estaban bajo Ardania ! ¿Pero hasta dó nde?
—¡Tú !— Un bufó n apareció entre la niebla cada vez má s fina. —¿Quién eres? ¿Qué
está s haciendo?—
—Solo estoy regando mi barril—, respondió Joe con facilidad, sin dejar de canalizar
á cido. —No me hagas caso—.
—¡Deja lo que está s haciendo en este instante y ven con nosotros! Está s en un á rea
restringida para carritos. ¡Si haces algo ademá s de seguir mis instrucciones , te
mataremos!
—Lo siento mucho. No tenía ni idea.— Joe continuó llenando el barril.
Aumento de habilidad: Actuación (Principiante IX).
Incremento de habilidad: Canalización (Principiante V).
—¡Ven conmigo!—
—No—. Cuando Joe respondió , los otros bufones que rodeaban el á rea atacaron. Joe
concentró su mente y saltó. Desapareció en un destello de luz, y las espadas *
chocaron* juntas en el aire donde había estado. El barril oscuro vaciló por un
momento, luego el fondo se desintegró , seguido por el resto. Un potente á cido cubrió
los grabados y las líneas del encantamiento del ascensor. El á cido combinado con una
bonificació n del cinco por ciento de penetració n de armadura logró anotar y desafiar
el fuerte encantamiento tan gravemente que quedó irreconocible en unos momentos.
En menos de diez segundos, el encantamiento chisporroteó , brilló y falló .
Así, un Gremio de Asesinos, un mercado negro y una arena en colapso llena de nobleza
y transgresores ricos quedaron atrapados en las profundidades debajo de Ardania.
Se dio cuenta de que esta debía ser la forma en que el juego castigaba a los personajes
desequilibrados y que tendría que empezar a esforzarse má s para aumentar sus
estadísticas.
¡La inteligencia está dos umbrales por encima del carisma! Desventaja añadida:
Palabras de martillo. ¿Este vestido hace que mi trasero se vea grande? 'Sí. Sube una talla.
No encaja. Efecto: objetividad contundente a costa de cierta sutileza . Generalmente
todo. 5% de probabilidad de disminuir la reputación en un rango completo durante la
conversación.
¡La inteligencia está dos umbrales por encima de la constitución! Desventaja añadida:
No hay posibilidad. No, no lo voy a hacer. Eso va a ser terrible para mí. Consiga a alguien
más o preste atención para que podamos hacer esto de manera inteligente. Efecto: Al
planificar algo, existe un 5% de posibilidades de que te des cuenta de que es una idea
terrible que no tiene redención.
¡La inteligencia está dos umbrales por encima de la destreza! Desventaja agregada:
Evaluación de riesgos. Según mis conocimientos sobre candelabros y cuerdas para
columpios... eres un idiota y no haré esto. Efecto: 10% de posibilidades de no tomar
decisiones diestras cuando podría haber una opción más fácil.
¡La inteligencia está dos umbrales por encima de la suerte! Desventaja añadida: ¡Lo sé
mejor! El pequeño Joey pronto se enteraría de que sí. De hecho, no lo sé mejor. Efecto:
1% de probabilidad de hacer un horrible decisión.
¡La inteligencia está dos umbrales por encima de la fuerza! Desventaja agregada:
Drenaje de cálculo. Pensando demasiado que has determinado que si bien puedes
golpear y causar daño, perdiste la oportunidad de hacerlo. Menos posibilidades de
realizar un ataque, en lugar de fallar uno. Efecto: -10% velocidad de decisión de acción.
—Sí—. Joe miró las diversas cosas que tenía en su contra en ese momento y tragó
saliva. —Correcto… necesito tener todo por debajo del umbral de cincuenta por
encima antes de tener sabiduría hasta cien . Apuesto a que eso agregaría una gran
cantidad de desventajas adicionales—.
¡Sabiduría +1!
—¡Ah! ¡Mis estadísticas está n intentando matarme! Joe gritó , poniéndose de pie de un
salto. En ese momento se abrió la puerta de la sala de espera y entró un Guardia Real.
—Está n listos para ti—.
No se dijeron má s palabras sobre el tema, y no fueron necesarias. El guardia miró a
Joe, de alguna manera logrando tolerar los brazos que estaban alrededor de su
cintura. —Lo siento, tengo un beneficio que me da ganas de abrazar—.
—¿Qué tal esto? Si alguno está seguro de que su gente es inocente, no dude en unirse a
mí cuando despida a todos los demá s. Para todos los demá s, el Reino se quedará con
una quinta parte de sus propiedades para compensar la pérdida de impuestos a través
del mercado negro. Si está de acuerdo ahora, sus herederos no tendrá n que pagar
nada o algo peor cuando se recupere el á rea de abajo—.
Una mujer noble se puso de pie y habló contra la presió n: —¡Su Majestad! ¿Nos
mendigarías a todos, nos castigarías por las acciones de unos pocos? ¿Por lo que
podrían estar haciendo nuestros hijos ?
—Sí—, respondieron el Rey y la Reina en sincronía.
El rey asintió con la cabeza hacia la reina María, y ella se quedó de pie con una ola de
poder asfixiante que hizo que los demá s se ahogaran con sus palabras. —Parece que
has olvidado cuá l es tu puesto… y cuá l es nuestro papel. El Rey y yo os elevamos a los
puestos que ocupá is actualmente. Les permitimos ser iguales entre ustedes; no nos
vimos obligados a hacerlo. Como no os habéis ganado vuestros puestos, parece que
vuestra codicia os venció . Olvidaste por qué existimos. Quizá s descubrió que el poder
que le otorgaba su título era su derecho. Estas muy mal.—
El rey dio un paso adelante para situarse junto a ella y el efecto sofocante se
multiplicó . —Otros estarían encantados de ocupar tu lugar, y tú decidirá s ahora si es
momento de que desaparezcas... para no causarnos problemas en el futuro y en
tiempos difíciles. Una casa noble que tranquilamente permite que se engañ e al Reino
no es nuestra amiga. Siempre se puede encontrar un reemplazo para sus puestos — .
Joe estaba haciendo todo lo posible por no moverse ni llamar la atenció n. No es
necesario que la gente recuerde quién llamó la atenció n sobre este tema. El Rey
terminó con un gruñ ido que hizo que el vidrio se rompiera: —Está n todos despedidos.
Los lugares que permiten la entrada al 'backstage' del 'Zoo' está n ahora bajo fuerte
vigilancia, y cualquiera que intente ingresar al á rea será visto como un delincuente
por la Corona. Tienes diez minutos para elegir tu camino hacia el futuro. Cree en la
inocencia de tus herederos y deja que ellos carguen con la culpa si sobreviven, o
perderá s una quinta parte de tus propiedades ahora.
—Otra cosa—, la reina María tomó a todos con la guardia baja con sus palabras. —
Ahora nos mantenemos firmes en el derecho de una persona a trabajar en su oficio.
Ahora descubrimos que todos los monopolios y acuerdos que obligan a las personas a
trabajar para ellos son contrarios a la ley y nulos. Los sistemas gremiales,
universidades y sindicatos han estado acaparando un poder que no les corresponde
mantener. Todas las personas quedan libres de sus obligaciones. Esto se convertirá en
ley esta noche y, por la mañ ana, entrará en vigor. Prepá rense. El cambio que hemos
anhelado está aquí. Esperemos que todos sobrevivamos—.
Llevaron a Joe a una habitació n lateral y le dio un abrazo al Rey. El rey Enrique lo miró
con cierta incomodidad. —Eso es extrañ o, pero… ha pasado algú n tiempo desde que
recibí un abrazo. Yo necesitaba eso.—
—Te han concedido reconocimiento por un acto de nobleza, Joe—, afirmó la reina
María mientras el silencio se prolongaba. —Si logramos obtener el material necesario
para construir esta arena, ¿está s dispuesto a construirla para nosotros?—
—¡Por supuesto!— Joe respondió al instante.
—Pero... ni siquiera te he ofrecido una recompensa todavía—. La Reina lo miró con
preocupació n, la cual se transformó en una sonrisa mientras él se encogía de hombros.
—Actú as con má s honor que muchos de nuestros propios Nobles. ¿Puedo preguntarte
por qué trabajas tan duro cuando es posible que no obtengas ningú n beneficio
personal en ello?
—¿Qué puedo decir a eso? Gracias a mi madre por eso—. Joe hizo una reverencia
antes de mirar hacia arriba con una sonrisa descarada. —Después de todo...—
—Al igual que la Arena, fui Razed en lo cierto—.

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