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Mientras el artículo 123 constitucional tiene un origen

revolucionario y obrero, la Ley Federal del Trabajo expedida


décadas después respondió más a intereses de industriales
del momento.
El derecho laboral en México se ha logrado a base de luchas de miles de
personas y de movimientos organizados. La Constitución mexicana de 1917
fue la primera en el mundo en incorporar derechos sociales, como el
derecho a huelga, de hecho, la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) retomó ese precepto para su conformación en 1919.

En este país las relaciones laborales están reguladas por el artículo 123 de
la Constitución y por dos leyes: una que rige al sector privado, que es la
Ley Federal del Trabajo (LFT), y otra para el sector público, la Ley Federal
de los Trabajadores al Servicio del Estado.

El artículo 123 constitucional indica que “toda persona tiene derecho al


trabajo digno y socialmente útil”. Establece la jornada máxima de 8 horas
al día y que nadie debe ganar menos de un salario mínimo general, entre
muchas otras garantías. A continuación te contamos un poco de las leyes
laborales en México y de la evolución del derecho laboral.

El derecho laboral en México y su historia

El origen del artículo 123 constitucional proviene de un contexto


revolucionario, luego de décadas de opresión obrera y campesina en el
régimen de Porfirio Díaz. Algunos de los antecedentes más importantes de
la Revolución Mexicana fueron precisamente movimientos obreros.

Dos de ellos son la huelga en la mina de Cananea, Sonora, en 1906, por la


que cerca de 100 trabajadores fueron asesinados, y la protesta de 2,000
obreros de la fábrica textil de Río Blanco, en Orizaba, Veracruz. Los líderes
de esta última manifestación, Ricardo Moreno y Manuel Juárez, fueron
fusilados; el resto, encarcelados o perseguidos.
Por el contrario, la legislación laboral por excelencia, la LFT, responde a
un país postrevolucionario que intentaba atraer inversión extranjera y que
permitió la injerencia de empresarios mexicanos y estadounidenses para la
redacción del estatuto, según el historiador William Suárez-Potts.

En 1916, la propuesta del presidente Venustiano Carranza en materia


laboral apenas hablaba de la libertad de trabajo. Pero al final, en 1917, el
Constituyente reconoció el derecho a huelga y a organizarse.

Entonces también se crearon las juntas locales de conciliación y


arbitraje para interceder en los posibles conflictos laborales. Al estar
adscritas al Poder Ejecutivo, los gobiernos estatales tenían el control.

Hasta 1927, el presidente Plutarco Elías Calles promulgó un decreto para


crear la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje y atraer los asuntos
nacionales para no perder poder.

Para Calles y sus sucesores, sobre quienes él seguía influyendo, era


necesario tener más regulados los derechos laborales. La presión de
industriales los apremiaba a crear una ley reglamentaria del artículo 123
constitucional.

En 1929, el presidente interino Emilio Portes Gil propuso un código


federal de trabajo, el cual fue rechazado por empresarios. Henry Ford, así
como los dueños de General Electric y otras compañías amenazaron con
retirarse de México y no hacer más inversiones, según el artículo La
Constitución de 1917 y la LFT de 1931, de Suárez-Potts.

Hasta 1931 se logró consensuar la LFT, donde se indicó de qué manera se


puede formar un sindicato y se establecieron los requisitos para estallar
una huelga.

La actual legislación laboral en México es resultado de muchas reformas


importantes. Una de ellas fue la de 2019, con la cual desaparecerán las
juntas de conciliación y en su lugar se crean los centros de conciliación, en
el Poder Ejecutivo, y los tribunales laborales, del Poder Judicial.
Además, se democratizó y reforzó la libertad sindical.

En ese mismo año se reconocieron los derechos de las trabajadoras del


hogar en dicha ley. En 2012 se introdujo el modelo de subcontratación y en
2021 se acotó con la prohibición del outsourcing de personal. Por supuesto,
faltan más conquistas laborales, como la inclusión y reconocimiento de
nuevas formas de empleo y la ampliación de las vacaciones y de las
licencias paternas, entre otras.

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