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P. Aulagnier, 1978
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del síntoma, por aquello que no se tramitó a nivel del sentido. Consideramos que
los trastornos alimentarios se enmarcan dentro de las enfermedades
psicosomáticas.
Ideales
Desde los años veinte, con brotes sucesivos en la década del cuarenta y de
los sesenta, hasta imponerse en el momento actual, la anorexia como cultura de la
delgadez se torna equivalente de belleza, sobre todo en la mujer.
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en la integración al grupo de pares. Observamos que en la búsqueda de una
apariencia física que se acerque al modelo social idealizado en tanto sinónimo de
éxito social y sensual, encubren, en las jóvenes, un sentimiento de soledad e
inseguridad frente a la búsqueda de la identidad propia.
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Una joven de 17 años, que consulta por sus síntomas bulímicos y de
obesidad, expresaba que siempre sintió la mirada decepcionada y desaprobadora
de su madre que se desplazó tempranamente al grupo de pares provocando un
circuito de insatisfacción y desprecio por su vida y odio por su cuerpo. El enlace
transferencial analítico, permitió a través del investimiento libidinal, la reparación
del sentimiento de sí.
Dolto (1990) sostiene que hay una palabra que debe ser escuchada a
través de la historia personal del niño. La imagen del cuerpo es memoria
inconsciente de todas las vivencias relacionales y al mismo tiempo actual, viva
expresión de necesidad y deseo.
Imagen corporal
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cuerpo de esquema corporal que es el que funciona como la representación
consciente y preconsciente que cada individuo tiene de su cuerpo. La imagen
corporal es inconsciente, está ligada al sujeto deseante y a la interrelación con los
otros. Lograda su unificación el yo se sostiene en ella y configura el espectro
imaginario donde el sujeto se reconoce y se diferencia del otro. El esquema
corporal, para Dolto, es intérprete pasivo o activo de la imagen del cuerpo.
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proyectado en el entorno espacial y a partir del movimiento el niño irá
adaptándose al continuo cambio de posición y forma en el espacio.
Anorexia
Presentan, en su aspecto físico, los signos de una persona con desnutrición por
la marcada disminución del peso corporal. Sus cuerpos están cubiertos de piel
grisácea y arrugada, con el abdomen hundido y los muslos separados. Sus
rostros, con profundos pliegues, se caracterizan por tener una expresión de
tristeza y agobio. Las encías inflamadas, el cabello ralo, quebradizo y sin brillo. La
temperatura y la tensión arterial por debajo de lo normal teniendo grandes
dificultades en el sistema gastrointestinal. Presentan amenorrea, síntoma
primordial y de gran valor diagnóstico, que no se corrige a pesar que aumenten el
peso.
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Manifiestan un intenso temor a engordar, aún manteniendo un peso inferior
al esperado según las tablas que corresponden a la edad y la talla. Las personas
con anorexia tienen una imagen distorsionada del cuerpo que hace que se vean
gordas incluso cuando están peligrosamente delgadas. A menudo se niegan a
comer, hacen ejercicio compulsivamente y desarrollan hábitos inusuales como
rehusar comer delante de los demás, lo que las lleva a una significativa pérdida de
peso pudiendo llegar a un estado de desnutrición que obliga a la internación. Uno
de los síntomas habituales es la amenorrea (ausencia de por lo menos tres ciclos
menstruales consecutivos).
Anorexia en la pubertad.
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En tanto heterogéneo al psiquismo debe lograr la integración y
metabolización para transformarlo en homogéneo al mismo y lograr el armado de
un cuerpo libidinal y erógeno . Sostiene que la pubertad se caracteriza por una
sensación de extrañamiento respecto del propio cuerpo, una vivencia ominosa que
expresa el desconocimiento y el desamparo ante ese cuerpo propio pero no
familiar. Dicha vivencia refleja un modo especial de articulación entre
representación y afecto, dado que insta al púber a experimentar una sensación de
extrañeza por la relación entre un cuerpo que se sabe propio, aunque no familiar,
y un cuerpo familiar –el infantil– que ya no se lee como propio. ( Maroño, 2021/
2022)
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a pesar de su deseo de hacerlo. Manifestaba síntomas de anorexia: inapetencia,
repugnancia hacia los alimentos y vómitos tras la ingestión de estos.
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El problema principal aparente es el control del peso y el logro del dominio
sobre el propio cuerpo, lo que encubriría otra dificultad: la acometida de un cuerpo
femenino, y sus nuevas sensaciones erógenas y libidinales que son rechazadas.
Es a partir de allí que surge la búsqueda de controlar lo incontrolable de lograr la
competencia y eficacia de intentar mantener un cuerpo infantil porque porque lo
femenino y sus erogeneidades se tornan imposibles de tolerar.
Bulimia
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a) Purgativos: en el episodio de bulimia nerviosa, el individuo se provoca el
vómito o usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso.
Obesidad
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tercera parte de las obesidades observadas en la edad adulta existían ya en la
infancia.
Al tratar de saciar el hambre fisiológica, pareciera que crea una huida contra
el deseo no satisfecho, por un vacío o por un deseo incestuoso, con el
consecuente castigo Sin embargo, el obeso no tiene hambre fisiológica, por ello la
comida no llena la falta ni cubre el deseo, por eso no satisface ni siente que está
lleno.
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Además de los desórdenes orgánicos que genera la obesidad (como
artrosis, diabetes, problemas respiratorios durante el sueño, etc.), también existe
el peligro de que se vea afectada su salud emocional. Los aspectos
psicopatológicos pueden funcionar como desencadenantes y con consecuencias
en relación a la recursividad propia de esta patología. La estigmatización social
arma un circuito de discriminación, aislamiento y sentimientos de desvalorización e
inseguridad, afectando su inclusión social y laboral.
Alice consulta por obesidad. Son 4 hermanos Florence (26 años), Mélanie (24
años), Julien (20 años) y Alice (14 años). La madre se encontró sola al nacimiento
de sus dos primeros niños: desprovista de su familia, de su cultura y de su marido
(desplazado por motivos del trabajo). La madre tiene una tendencia bulímica como
su hija, Florence. Mélanie conoció un período anoréxico en la adolescencia y Alice
es obesa (hiperfágica). La separación de la pareja parental tuvo un efecto
traumático sobre Alice (aumento ponderal importante entre los 10 y 12 años). Su
obesidad aumentó significativamente en este momento. Culpabilizada, sintiéndose
fracasada y sola frente al estado físico de su hija, la madre la colocó en el centro
para restaurar su narcisismo y para no sufrir reproches más tarde. Ella sola tomó
la decisión para la hospitalización de su hija sin poner al tanto a su marido. Pero la
separación es difícilmente concebible y manejable para esta familia (todos los
niños presentaban dificultades para dormirse), en particular para la madre, ya que
separarse significa no existir a los ojos del grupo.
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Abordaje
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El modelo teórico psicoanalítico permite conocer los modos en que la cría
humana se transforma en un ser humano sexualizado y atravesado por la cultura.
Además se consideran los acontecimientos traumáticos que determinan las
características singulares de su funcionamiento y las perturbaciones en relación a
los trastornos de la alimentación, permitiendo su abordaje.
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intrusión, poniendo en juego los mecanismos propios de la vivencia traumática.
Cuando existen carencias narcisistas primarias, las relaciones objetales y la
autoestima se juegan en el cumplimiento del ideal que reviste entonces la
condición de imposibilidad. Esto lo torna patogénico.
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allá del principio de placer” (Sigmund Freud, 1920 ) y son independientes de la
satisfacción de necesidades primarias.
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un nivel de paridad, que permite una receptividad con menor grado de resistencia
que hacia el adulto-analista.
Bibliografía
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adolescentes y funciones parentales. Psicoanálisis e interdisciplina. Ed.
Entreideas. Buenos Aires.
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Liberman, D. (1971/72) Lingüística, interacción comunicativa y proceso
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Maroño, Ma. del Rosario (2021) La ajenidad del cuerpo en la pubertad En:
Psicosomática. Niñez, Adolescencia y Familia en el Siglo XXI N. 3. Comp. Carlos
Tewel. Editorial Vergara. Bs. As.
Buenos Aires
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