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SIN HACER

El objetivo de este ebook es que sea una hoja de ruta.

Cuando propongo sanar nuestra relación con la comida


y con nuestros cuerpos, la primera duda que surge es:

‘Noe, pasé la vida haciendo dietas. Yo tengo entendido que para comer

saludablemente tengo que seguir un plan de alimentación.

Si no hago dieta para equilibrar la forma en que como, ¿qué hago?’

Si llegaste a mi perfil en redes sociales,


seguramente no te sentís en paz con la forma en que
comés. Es más, hace mucho que vivís con descontrol,
culpa y miedo a engordar de manera permanente.
Mi principal misión es ayudarte a sentirte, en primer lugar, más
NORMAL con la manera en que te comportas con la comida.
Al final de todo el recorrido, a que llegues a la absoluta libertad de
las dietas, la plena intuición con la comida, a amigarte con tu
cuerpo y a empoderarte.

En síntesis, a que llegues a la mejor versión de vos misma.

¿Alguna vez te has preguntado cómo hacen esas personas


que nunca hicieron dieta y parecen estar en equilibrio con su
alimentación y con su peso?

De verdad, ¿cómo diablos hacen?

¿Tanta fuerza de voluntad tienen?

Si has pasado la mayor parte de tu vida:

- luchando con los atracones de comida que tienes los fines de


semana,
- recomenzando la dieta todos los lunes
- probando todas las dietas del mercado (Weight Watchers, ALCO,
Cormillot, Dieta Paleo, Ayuno Intermitente, Veganismo, conteo
de macros),
- y tal vez, incluso pastillas para adelgazar, medicamentos o
cirugía;

...es posible que estés muy perdida y que ya no experimentes la


comida con paz y equilibrio.

¿Querés saber algo loco?

Yo pasé por lo mismo 16 años. Pensé que iba a tener que cargar
con los episodios de descontrol por el resto de mi vida. Creí que
pensar obsesivamente en lo que comía o dejaba de comer era mi
normalidad. Era una batalla que iba a tener que soportar siempre...
Hace 4 años atrás, me encontraba tomando 30 pastillas
quemadoras de grasa por día para competir en fitness. Me metí en
una dieta de cero carbohidratos y entrené duro por 9 meses.

Después de la competencia, comencé un período de atracones


como nunca había tenido. Aumenté 30 kilos en 3 meses. Todos los
días intentaba empezar una nueva dieta para tener control. Me
sentía aterrada por el peso que estaba subiendo. Pero empezaba
la dieta a la mañana y a la noche ya estaba teniendo otro atracón.
Me pasaba las noches despierta comiendo. No podía dejar de
pensar en la comida. Mi cabeza era un infierno mental.

Me atracaba 3 o 4 veces por día hasta el punto de no poder


moverme, tratando desesperadamente de "empezar de nuevo" al
día siguiente.

Atracones...
Mi primer atracón lo tuve a los 14 años. Fue después de una dieta
que mantuve casi 6 meses con la cual llegué a pesar 40 kilos.
Desde ahí, mi peso comenzó a fluctuar. Cada dieta que empezaba
la mantenía hasta que no podía más y comenzaba con el
descontrol.

Mi peso cada vez era más y más alto. A los 23 años abrí un
gimnasio. Dejé la carrera de periodismo, porque estaba
obsesionada con bajar de peso, con controlar lo que comía y fue
así que, con mi negocio en el ámbito del entrenamiento, las dietas
y la locura por el cuerpo perfecto, me metí a competir en fitness.

Llegué a posar en bikini en escenarios en Argentina y en Estados


Unidos. Te dejo mis fotos para que veas que aún estando con ese
cuerpo, el miedo de engordar era incontenible. Después de las
competencias, comenzaban los períodos de atracones de nuevo.

No entendía que era la misma restricción con la comida que me


llevaba a tener atracones. Y yo intentando controlarlos con más
dieta, con fitness, con obsesión por bajar de peso...
Pensé que era mi normalidad vivir con atracones y empezar de nuevo.

Hasta que aumenté 30 kilos en la última competencia.

Y ya no los pude bajar...

No sabía a quién recurrir. Era dueña de un gimnasio y por lo


general las personas recurrían a mis servicios para cambiar sus
cuerpos. No podía empezar ni una dieta más. Y si no era una
dieta, ¿que se suponía que debía hacer?

Y apareció el Comer Intuitivo en mi vida.

Aparecieron miles de testimonios de chicas que habían pasado


exactamente lo mismo que yo y que habían podido liberarse del
comportamiento compulsivo. Lo hicieron aprendiendo a comer
intuitivamente.

Pero el primer paso para despertar la intuición era

DEJAR DE HACER DIETAS...

Para empezar a comer intuitivamente tenía que dejar de hacer


dietas (las que ya no podía mantener ni un día) y comenzar
prestarle atención a mi cuerpo.

‘¿Prestarle atención a mi cuerpo cuando no puedo ni mirarme


al espejo?'
‘No me reconozco’.
‘No soy yo esa persona gorda que está en el reflejo del
espejo’.

Mi cabeza se resistía a la idea. Me aterraba ‘dejarme ir’ y terminar


pesando 300 kg. Pero estaba decidida a aprender. Algo dentro mío
me decía que no podía volver al método que utilicé 16 años y con
el que nunca encontré paz.

Ya no quería pasar ni un día más de mi vida obsesionandome con


cada bocado que ponía en mi boca.
Quería que la comida ya no fuese el centro de mi vida, ni el motivo
de mis logros o el de mis luchas.

Todo pasaba por la comida.

Quería que mi energía se gastara en algo diferente. Y


definitivamente, quería, de una vez por todas, sentirme bien con mi
cuerpo.

Quería PAZ.
Para empezar a caminar, tenemos que saber dónde vamos a
llegar. Voy a describirte, por lo tanto, lo que vas a sentir cuando
llegués a comer con plena intuición, escuchando tu cuerpo.

Después de la cena, tenés ganas de algo dulce. Buscás unas galletas con chips de

chocolate. Comés tres o cuatro y sentís que es suficiente. No te sentís culpable por nada

de lo que antes sí te sentías culpable (‘azúcar, carbohidratos a la noche, comidas con

harina, no voy a poder parar de comer’). Confiás en tu cuerpo y en su capacidad de llegar

siempre a un equilibrio con el peso.

Podés pedir lo que quieras del menú en una salida a comer con amigos sin sentir que

aumentás 10 kilos en 5 minutos. Sabés que podés disfrutar de la conversación y de la

gente sin obsesionarte con cada bocado que te llevas a la boca. ¡Por fin vas a disfrutar de

las reuniones sociales donde haya comida!

En alguna ocasión especial terminas comiendo en exceso. Reconoces tus niveles de llenura

y te das cuenta que comiste un poco de más, y que no se siente del todo cómodo. Pero

confiás lo suficiente en tu cuerpo y sabés que siempre encuentra el equilibrio.

Te das un gusto de vez en cuando, pero no te estresas. No es gran cosa. La comida ya no

determina tu humor ni tu sentido de autoestima.

No pasás más todo tu tiempo libre investigando en internet sobre dietas, viendo

fotografías de antes y después de casos de éxito y sintiéndote mal porque tu cuerpo no se

ve como el de las influencers fitness en redes sociales.

En una reunión con amigas te comes una porción de torta. No necesitas comer más.

Tampoco necesitas pasar 2 horas extra en el gimnasio ‘quemando’ lo que comiste.

Comés alimentos que antes considerabas prohibidos y que habilitaban un atracón. Los

episodios de descontrol desaparecen. LLegás a un balance casi mágico con la comida ¡sin

hacer dieta!
¡Recordá!

Esto NO es un proceso idéntico para todos. No te puedo prometer


tiempos de reconexión con tu cuerpo. No tendría sentido porque
ya no jugaremos con las reglas de ‘bajar 20 kilos en 6 meses’.

El comer intuitivo consiste en reaprender a escuchar tu cuerpo.


Consiste en recurrir a esa sabiduría innata. Es un proceso
individual basado en tu situación específica de vida.

‘¡Noe, decime el secreto de todo el proceso, por favor!'

El secreto de comer intuitivamente es que utilices tu cuerpo como


guía. Vos y tu cuerpo van a aprender a saber cuál es el camino. Tu
cuerpo va a ser tu brújula y aprenderás a escucharlo. Ya no vas a
recurrir a contar calorías, macros, a reglas del ayuno intermitente o
a planes de alimentación que alguien más (profesional de la salud
o no) te da.

Sino que…
...comés cuando tenés hambre y te detenés cuando estás satisfecho.

Ya sé lo que estás pensando:

‘Si como cada vez que tengo hambre voy a llegar a pesar 300
kilos’...

Fue mi primer gran miedo cuando comencé el proceso también.


Pues no, es justamente lo contrario a lo que has creído toda la
vida. El cuerpo tiene el poder de informarnos cuándo comer, qué
comer y cuándo parar. Cuando comenzamos a seguir esa
sabiduría, nos permitimos de a poco encontrar placer en la comida
y deshacernos del sentimiento de culpa.

Y eso corta con el ciclo de comer emocional.


Llega un punto en el proceso en que dejamos de usar la comida
por ansiedad o estrés. Dejamos atrás todo tipo de ligación
emocional negativa con la comida. Permanece la sensación de
calma y placer. Como comedor intuitivo podés separar tus
emociones del comer. La fórmula del todo o nada (o estás a dieta
o estás teniendo atracones) se disuelve poco a poco.

La clave es estar dispuesto a sumergirse en un camino del que muy pocos

hablan: el camino de la escucha del cuerpo.

El proceso involucra grandes cambios de creencias.

Los hábitos nuevos se alcanzan solos. Se sienten naturales.

No son forzados ni tampoco son a base de fuerza de voluntad.

En el proceso, aprendés a ser compasiva y amable

en lugar de crítica con vos misma.

Vamos a la fórmula de los 7 pasos.

¿Cómo alguien que ha hecho dieta toda su vida se convierte


en un comedor intuitivo?

Este Mapa de Ruta te brindará esos pasos para comenzar a


normalizar tu relación con la comida. Te enseñará cómo llegar al
lugar donde no es por fuerza de voluntad ni obsesión que lográs
comer de una manera equilibrada. Y, por sobre todo, empezás a
sentir PAZ.

¿Lista?

¡Vamos a sumergirnos!
Tirá las dietas

a la basura.
Cuando no nos sentimos a gusto con nuestro cuerpo y queremos
perder peso, este punto puede llegar a ser aterrador. Pero cada
una de las dietas que has hecho hasta ahora han sido un paso
más hacia el fracaso.

Para alcanzar el equilibrio, tengo que sacarte del ciclo "encendido"


y "apagado". Sí, ese ciclo en el que pierdes peso inicialmente
porque cortás los carbohidratos y bajás de peso. Ese período en el
que todo parece funcionar porque podés mantener ayunos 16
horas por día. O que comes sólo ‘saludable’, estrictamente
saludable. Ese ciclo es el de ‘encendido’. Pero siempre (siempre,
siempre) llegás a un punto en que te descontrolas. El período de
‘apagado’ donde literalmente se desconecta tu parte racional del
cerebro y sale la parte animal, llena de voracidad.

¿Cuántas veces has repetido ese ciclo?

Con el pasar de los años, ciclo tras ciclo repetido, ¿notaste como
tu peso fue subiendo cada vez más? Y cuando empezás un nuevo
ciclo de dieta ahora, ¿ya no bajás tanto peso como años antes?
¿No sentís que tu cuerpo se ‘enlenteció’ o que tu metabolismo no
es el mismo?

Las dietas nunca tienen éxito a largo plazo....

RECORDÁ LA LEY DE LAS DIETAS…

‘La restricción te lleva siempre a un atracón.

El atracón te hace volver a una dieta’.

Dejar de hacer dietas es la manera más mágica que existe de


restablecer la paz en tu relación con la comida.
Sintonizá con tu

hambre.
Ya sé, no tenés idea lo que es el hambre. Y si tu cuerpo te la
comunica, es un hambre voraz que no se satisface con nada. Pero
te voy a ayudar. Si yo pude hacerlo, todo el mundo puede hacerlo.

Cuando hemos usado reglas, planes y horarios de alimentos


durante años, volver a sintonizar con nuestros cuerpos puede ser
un desafío. Recordá que cada uno de nosotros nacimos con esa
sabiduría corporal innata. En algún momento de la vida la dejamos
de escuchar en pos de confiar más en lo que otros nos decían que
era correcto (influencers, médicos, nutriólogos, mamá y papá).

Ser un comedor intuitivo es el proceso de reaprender a escucharse


a sí mismo. Se necesita tiempo para desarrollar confianza cuando
has desconfiado de tu cuerpo casi toda tu vida.

¿Qué significa tener hambre?

El hambre es una señal de que tu cuerpo NECESITA combustible.


Lo cual es bueno. Nuestros cuerpos necesitan combustible para
operar todos los procesos metabólicos internos y todos los
procesos externos, como movernos, estudiar, trabajar.

Pasar mucho tiempo haciendo dieta te desconecta. Dejás que la


mente con las reglas de nutrición que has aprendido le gane a la
comunicación con tu cuerpo. En la mente también se genera la
CULPA de las cosas que ‘no deberíamos’ comer. Pero si
pensamos un momento: Son nuestros cuerpos los que estamos
alimentando, pero dejamos que la mente decida qué, cuánto,
cuándo y cómo en pos de bajar de peso o no aumentarlo. Si has
pasado toda tu vida comiendo desde tu mente, la propuesta de
escuchar tu cuerpo puede ser incómoda.
Aprendé a sentirte

LLENA.
Estar llenos se siente cómodo. No tiene nada que ver con un
atracón. No es comer hasta no poder respirar. Aún así, estas son
las frases que más frecuentemente escucho de mis alumnas:

‘Noe, termino comiendo tanto que no puedo ni moverme’. ‘

¿Por qué no puedo parar? ¿Por qué como hasta que exploto?’

Porque hace mucho tiempo dejaste de escuchar tu cuerpo.

Estar llenos (saciados) es cuando ya has alimentado tu cuerpo lo


suficiente como para que continúe con su actividad y no necesite
más combustible. Y eso tu cuerpo te lo comunica.

La saciedad no se alcanza siguiendo la indicación de 200 gramos


de pechuga de pollo a la plancha y medio pocillo de arroz cocido
con ensalada. Como ya te dije, hacer tanto foco en la comida se
interpone en la ATENCIÓN que le prestás a tu cuerpo.

La saciedad no es una regla estricta que si la rompés echaste a


perder todo. Es otra forma de sintonía con tu cuerpo. Y todo lo
biológicamente estructurado no conoce extremos, sino equilibrios.
Los equilibrios corporales son naturales cuando aprendemos a
seguirlos.

Cuando intentamos imponerlos, no son duraderos y tienen


consecuencias negativas (como tener atracones). Todo lo
impuesto, no perdura. La fuerza de voluntad se acaba. Y sale a la
luz lo que realmente es.

El punto cuando sentís que estás saciada y decidís parar de comer


es casi imperceptible. El cuerpo te lo comunica de una manera
muy suave. Para escuchar, hay que sintonizar.
Encontrá tu

EQUILIBRIO
El equilibrio del peso corporal requiere que estés en contacto con
tu cuerpo, que entiendas qué necesita y quiere. Prestarle atención
al cuerpo te da paz, primeramente, con cómo te comportás con la
comida.

Y luego, esa paz con los alimentos, se ve reflejado en tu


cuerpo.

Una nutricionista argentina tomó mis cursos para aplicarlos en su


vida propia. Más allá de su práctica profesional, ella tenía un
comportamiento obsesivo-compulsivo con la comida, que le
restaba tranquilidad a todo su entorno familiar. Desde esa
intranquilidad y excesivo control sobre los alimentos, ella le daba
dietas y planes de alimentación a sus pacientes.

Hoy, esta misma nutricionista trabaja junto a mí abordando planes


personalizados de alimentación SIN DIETA. ¡Tremendo cambio!
¿No? Una nutricionista que no pesa a sus pacientes ni les da
dieta.

Si has ido alguna vez a un nutricionista (nutriólogo) has querido


que te diga SÍ o SÍ qué comer. Querías detalles de lo que sí podés
y de lo que no. Que te dijera exactamente lo que necesitabas
hacer para adelgazar y llegar al peso de tus sueños. Sentimos que
mientras más reglas y condiciones nos pongan, menos propensas
estaremos a descontrolarnos.

Estudios alrededor del mundo ya lo comprueban: eliminar el placer


del acto de comer hace que las personas sean más propensas a
los episodios de descontrol. Es inherente en nosotros.

La comida fue creada para ser disfrutada. Y gran parte del


equilibrio con la comida y con el cuerpo se logra a través del
placer. Cuando podemos conectar el disfrute con las decisiones
de alimento que hagamos, el equilibrio es mucho más fácil de
lograr.
Desafiá la

Mentalidad

de Dietas
Dejar las dietas no es sólo romper la hojita del plan de
alimentación que tenías pegada en la puerta de la heladera. Es,
real y profundamente, salirse de una mentalidad, de una manera
de ver la vida en su totalidad.

Quiero que entiendas porqué te insisto tanto que dejes de hacer


dieta. Y no es porque te quiero hacer sufrir y que no seas feliz. Es
porque estás programando tu cabeza para seguir aumentando de
peso y tener una relación cada vez más descontrolada con la
comida.

El cerebro no funciona bien con la estructura tradicional de dieta.


Las dietas no dicen:
- No más carbohidratos.
- Ésto sólo 50 gramos y no después de las 5 de la tarde.
- No más de 1200 calorías al día.
- Nunca más dulces.

Nuestra mente se estresa ante la noción de que ‘no habrá


suficiente’. Concebir algo como absolutamente prohibido y que
básicamente no lo podés comer más en tu vida gatilla el sentido de
escasez. O que tengas límite de 100 gramos de alguna otra cosa
porque es muy engordante también.

Miles de estudios científicos (con científicos me refiero a que hay


miles de universidades muy prestigiosas que llevan a cabo el
estudio y es aprobado por la comunidad científica internacional)
comprueban que físicamente, lo peor que podemos hacerle al
cuerpo, es hacerle pasar hambre. Los estados de hambruna
autoinducidas, esos que hoy llamamos ‘estilo de vida’, nos dejan
con un cuerpo metabólicamente deprimido, con sensaciones de
hambre voraz e insaciables, con el rango natural de peso alterado,
convirtiendo nuestro cuerpo en una fábrica de almacenar grasa. Si
venís haciendo dietas hace años y hoy te encontrás en el mayor
peso de tu vida, no es tu culpa… la culpa es de las dietas.
Físicamente, los episodios de comilonas son un efecto directo de
la restricción en los alimentos.

Psicológicamente, la noción de escasez es lo que te va a mantener


en ciclos de atracones aún cuando hayas dejado de hacer la dieta
que tenías pegada en la puerta de la heladera.

Esto responde a los miles de mensajes de personas que me dicen:

‘Noe, ya dejé de hacer dieta, pero cuando como lo que quiero me sigo

diciendo que soy un hipopótamo por comer así’.

Esa ‘vocecita’ que te viene a llenar de miedo…Esa es la


mentalidad de dietas. Y ese miedo, que es básicamente miedo a
engordar, es la causa de porqué las personas no consiguen dejar
las dietas.

No quiero que eso te ocurra a vos. No quiero que por MIEDO no


llegues a conectarte con tu cuerpo. Por lo que creé un KIT de
Desactivación del Miedo a Engordar, que lo entregó como parte de
mis programas integrales de Comer Intuitivo.
Conocé el

AUTOBOICOT
¿Escuchaste alguna vez sobre el AUTOBOICOT?
Ya veo manos levantadas diciéndome:

‘Yo me autoboicoteo’.

Tiene que ver con una programación mental que funciona


inconscientemente. Pero que, se experimenta como si terminaras
actuando justamente en la dirección opuesta a lo que tendrías que
hacer para llegar a tus objetivos. ¿Te suena familiar?

Quiero que despiertes la curiosidad por tus creencias. Lo que


creemos de la realidad determina como nos comportamos.
Entender cómo funciona la mente definitivamente nos ayuda a
ganar claridad con respecto a todo lo que hemos pasado con la
comida y el cuerpo. Si te ayuda, lo podés pensar como un gran
experimento donde vos sos tu propia ratita de laboratorio.

Analizate:
¿Tengo antojos a lo largo del día? ¿Qué pienso de esos antojos?
¿Puedo identificar por qué?
¿Qué representa el helado para mí que quiero comerlo todas las
noches después de la cena?
¿Está pasando algo en mi vida que me estresa o abruma?
¿Por qué me estresa esa situación?
¿A qué le tengo miedo?
¿Tal vez recurro a la comida cuando tengo....?

Este tipo de preguntas te van a ayudar a poner perspectiva. Y en


vez de culparte y llamarte ‘cerda’ cuando hayas comido helado
después de la cena, descrubrir tus creencias sobre ese helado que
comiste, el miedo y la culpa que te despierta.

Los cambios no se hacen desde afuera hacia adentro. Los


cambios ocurren a partir de ser conscientes con respecto a
quienes verdaderamente somos y lo que creemos como verdad.
Y eso ocurre bien adentro.
Confiá en el

Proceso
Nadie se convierte en un comedor intuitivo de la noche a la
mañana. Ni tampoco en 7 días. Los 7 pasos abarcan procesos que
se mantienen en el tiempo y se van desarrollando en simultáneo.
En algunos pasos los cambios van a ser más lentos que en otros
pasos.

Si aceptas el viaje, no el destino, la perspectiva completa de tu


vida va a cambiar. La armonía con la comida y con el cuerpo es un
estado presente, no un objetivo en la balanza en algún tiempo
futuro. Eso siempre fue una ilusión. Las mejores cosas de la vida
no suceden mientras estamos intentando alcanzar otras, y si no
podemos darnos el lugar de absorber el presente, nos las
perdemos.

Pensá…

¿Hace cuántos años estás en esta relación de enemistad con


la comida y con tu cuerpo?

Siempre esperando ese tiempo futuro en el que la balanza te


deslumbre con el número tan anhelado o pudieras entrar en ese
soñado talle de ropa. Por el contrario, apreciar el proceso es
absorber el presente. Dejar ir las dietas y el control con la comida
va a tener días más duros y otros más en paz.

Tu madurez depende de cómo decidas reaccionar a cada uno de


esos días. Tu salud (que incluye tu estabilidad mental) vale mucho
más que bajar 10 ó 20 kilos para tener el cuerpo de verano o
entrar en el vestido de un casamiento.

El Comer Intuitivo es una maratón. No son 100 metros llanos. No


es un sprint. Es un proceso que se construye y se mantiene a muy
largo plazo.
Para que te quedes tranquila...

Estás exactamente donde necesitás estar. No necesitas estar


"más liviana’ para sentirte más cómoda y poder comer
intuitivamente. Eso no existe.

La perfección no existe. Solo existe el ahora. Y es perfectamente


conveniente. Éste es el tiempo. Es el tiempo de la verdadera
responsabilidad sobre tu vida. Y no es la que involucra contar
nueces para una colación. Es la que involucra entender que sos la
creadora de tu vida.

Entonces podés tomar de cada experiencia el mejor aprendizaje y


seguir adelante. Este proceso es un baile: unos pasos hacia
adelante y, luego, un paso atrás, y SÍ, se vale hacer pasos hacia
atrás. De todo se aprende. Total, ya no tenemos que llegar a
ninguna meta, ningún talle de ropa, ningún cuerpo especial de
verano.

Tenemos YA MISMO todo lo que necesitamos. Porque la vida es


un baile y un viaje. Y la gracia se encuentra en disfrutar del
proceso, de las sensaciones, de las vivencias y experiencias.

Por lo que si sentís muy dentro tuyo

que este es el camino que estabas esperando transitar...

Te invito a ser parte del Proceso Tranformafor Completo del


Comer Intuitivo. Te dejo toda la información en el siguiente LINK
Dejé plasmado todo mi proceso al Comer Intuitivo en un

LIBRO:

En 'Mi Cuerpo Sin Reglas' encontrás todo mi proceso personal.


Desde la atleta fitness que tenía atracones los fines de semana.
Hasta la primera persona que empezó a enseñar sobre el Comer
Intuitivo en Argentina.

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