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La definición de violencia que se ofrece en el Informe mundial sobre la

violencia y la salud, 2002: “el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya


sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un
grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar
lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.
Mario Caponnetto, anota lo siguiente: “la violencia, considerada en sí misma,
es sólo fuerza, coacción, ejercida o padecida desde afuera y sin ninguna
cooperación por parte del que padece. En tanto mera fuerza, la violencia ni es
específicamente humana ni, por ende, pasible de una especificación
antropológica y moral”
los agentes violentos quizás no usen la fuerza inmediatamente, pero
potencialmente la pueden usar sobre sus víctimas; éstas lo saben y su
comportamiento se ve determinado por esa fuerza que se puede desatar sobre
ellas. Es decir, la violencia suele estar ligada a un ejercicio de fuerza efectiva o
potencial por parte de sus agentes.
una respuesta provisional a la pregunta acerca de qué es la violencia nos pone
ante dos caras de la misma: se trata de un ejercicio de fuerza de un ser
humano en contra de otro (o de un grupo social en contra de otro), pero
también de una relación social en la que un agente social individual o un grupo
afecta psicológicamente a otros (individuos o grupos) a través de prácticas
(verbales, corporales, gestuales) que no necesariamente tienen que estar
acompañadas de un uso efectivo de la fuerza, pero que sí hacen posible ese
uso.
en el tema de la violencia la psicología se centra no sólo en los factores
subjetivos que alientan prácticas violentas, sino en los mecanismos que hacen
posible la interiorización de opciones, valores y creencias violentas por parte
de los individuos. Es decir, se preocupa por cómo la violencia se hace parte de
la subjetividad individual.
Se puede proponer una definición básica de violencia: ante todo, se trata de un
fenómeno social, que se caracteriza principalmente por ser un ejercicio de
fuerza por parte de individuos, grupos o instituciones en contra de individuos o
grupos que pueden ser destinatarios pasivos o activos de ella. Pero es un
ejercicio de fuerza (efectivo o potencial) que no se da en el vacío: hay
contextos que lo cualifican de determinadas maneras. También la violencia
puede tener un sentido de violencia psicológica que, aunque no deje una huella
física evidente, altera la salud mental de las víctimas, dando pie a temores,
miedos y cambios en la conducta. La violencia, por último, requiere de un
soporte ideológico –presente en la subjetivad de los individuos— que la
justifique y legitime. En lo que atañe a la violencia en la escuela, la mirada
antropológica, sociológica y psicológica nos pone en alerta acerca de los
factores posibilitadores de violencia que, siendo externos a la institución
escolar, se viven y reproducen dentro de ella.

https://www.alainet.org/es/articulo/181403
Algunas de las definiciones de violencia no se distinguen claramente del
concepto de agresión, tales como la de Elliot et al. (1989) “amenaza o uso de la
fuerza física con intención de causar heridas físicas, daño o intimidación a otra
persona” o la de Reiss y Roth (1993) “conductas emitidas por sujetos que
intencionalmente amenazan o infligen daño físico sobre los otros”. No obstante,
se aprecia que éstas y otras definiciones de violencia se caracterizan por incluir
los términos “intimidación” y “amenaza”, no presentes a veces en las
definiciones de agresión. El término violencia se suele emplear para referirse a
conductas agresivas que se encuentran más allá de lo “natural”, en sentido
adaptativo, caracterizadas por su ímpetu, intensidad, destrucción, perversión o
malignidad, mucho mayores que las observadas en un acto meramente
agresivo, así como por su aparente carencia de justificación, su tendencia
meramente ofensiva, contra el derecho y la integridad de un ser humano, tanto
física como psicológica o moral, su ilegitimidad, ya que suele conllevar la
ausencia de aprobación social, e incluso su ilegalidad, al ser a menudo
sancionada por las leyes. Las características de la violencia apuntadas no son
elementos definitorios de la agresión, ya que, a veces, una conducta agresiva
puede ser legítima, no tiene por qué ser ilegal, puede emplearse para
defenderse de un ataque externo, y a menudo, posee un motivo que justifica su
aparición, de lo que se deduce que no se puede equiparar todo acto agresivo
con la violencia. Habitualmente, los términos agresión o agresividad suelen
emplearse para etiquetar comportamientos “animales”, mientras el concepto
violencia suele reservarse para describir acciones “humanas”. Esto es debido a
que los etólogos han detectado agresiones en toda la escala animal, no así la
violencia, casi exclusiva del ser humano.
https://www.redalyc.org/pdf/3440/344030758001.pdf

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