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Tribunal Supremo
TS (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 2ª) Sentencia de 6 noviembre
2014
RJ\2014\6162
SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a seis de Noviembre de dos mil catorce.
Visto por la Sala Tercera del Tribunal Supremo, constituida en su Sección
Segunda por los Sres. Magistrados anotados al margen, el presente recurso de
casación para la unificación de doctrina que con el núm. 1347/2013 ante la misma
pende de resolución, interpuesto por la ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL
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QUINTO
Contra la sentencia dictada la Administración General del Estado promovió
recurso de casación para la unificación de doctrina directamente ante el Tribunal "a
quo", que ha sido tramitado procesalmente conforme a las prescripciones legales; y
formulado por el Sr. Baltasar , su oportuno escrito de oposición al recurso, se
elevaron las actuaciones a esta Sala y se señaló, por su turno, para votación y fallo,
la audiencia del día 29 de octubre de 2014, fecha en la que se deliberó, votó y falló
con el resultado que ahora se expresa.
Siendo Ponente el Excmo. Sr. D. Juan Gonzalo Martinez Mico, quien expresa el
parecer de la Sección.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- 1. Es objeto del presente recurso de casación para la unificación de
doctrina la sentencia de 15 de mayo de 2012 de la Sección Tercera de la Sala de lo
Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad
Valenciana , recaída en los autos nº 34/2009 , estimatoria del recurso
contencioso-administrativo interpuesto contra resolución de 28 de noviembre de
2008 del Tribunal Económico-Administrativo Regional de la Comunidad Valenciana,
que había desestimado sendas reclamaciones contra las liquidaciones por IRPF de
los ejercicios 1992 a 1995 y sanciones giradas en ejecución de sentencia por la que
se había procedido a anular las liquidaciones giradas por el mismo concepto
impositivo y expedientes sancionadores por los ejercicios 1994 y 1995.
2. Decía la sentencia recurrida en lo que aquí interesa:
La parte recurrente alega, entre otros motivos de impugnación, la doctrina de esta
Sala denominada teoría del tiro único, es decir, que no resulta factible reiterar los
actos administrativos tributarios una vez que los mismos han sido anulados por
sentencia judicial anterior, motivo de impugnación que procede entrar a resolver con
carácter previo a los demás motivos invocados.
Como ha venido manteniendo esta Sala en multitud de resoluciones judiciales no
resulta factible reiterar los actos administrativos tributarios una vez que los mismos
han sido anulados por sentencia judicial , con independencia de cuál haya sido el
tipo de vicio o defecto determinante de la anulación.
... es claro que nuestra legislación apuesta por la viabilidad de subsanación de los
vicios del acto administrativo (especialmente en los casos de defecto de forma o de
procedimiento), tanto en el curso del procedimiento administrativo, como en fase de
recursos administrativos; esto es, en vía administrativa. Ahora bien, extrapolar tal
posibilidad al procedimiento jurisdiccional que concluye con una sentencia judicial es
algo que no aparece precisamente claro. Y es que el procedimiento jurisdiccional y
la ejecución de sentencias no tienen su regulación en la Ley 30/1992 , sino en la Ley
de la Jurisdicción Contencioso- Administrativa de 1998 , donde no existe un solo
precepto legal que contemple tales posibilidades, previéndose en los artículos. 68 y
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ss. de dicha LJ que la sentencia sólo puede tener alguno de los siguientes fallos:
inadmisibilidad del recurso, desestimación o estimación por anulación total o parcial
del acto administrativo impugnado; en tanto que en los artículos. 103 y ss. del
mismo cuerpo legal --reguladores de la ejecución de sentencias-- nada se dice
sobre la posibilidad de remediar los vicios que hayan dado lugar a la estimación del
recurso con anulación del acto administrativo impugnado. Contrariamente a todo
ello, las sentencias judiciales de lo que están dotadas es del más que conocido
principio de cosa juzgada.
La Administración Tributaria, desde luego, puede rechazar la propuesta del sujeto
pasivo mediante una liquidación dotada de ejecutividad --no precisa pues del auxilio
judicial--, mientras que por el contrario, si el sujeto pasivo no está conforme con la
liquidación, se ve obligado entonces a agotar la vía administrativa previa y
probablemente la judicial. Y es conforme a la tesis tradicional, que esta Sala
rechaza, que aunque el sujeto pasivo obtenga sentencia estimatoria y anulatoria de
la liquidación, la Administración Tributaria está en situación de girarle nueva
liquidación contradictoria sin más límite que no contradecir el pronunciamiento
judicial.
Esto último nos parece contrario no ya a la tutela judicial efectiva y a la seguridad
jurídica sino incluso al sentido común. La factibilidad de reiteración de actos
administrativos anulados (especialmente en el caso de vicios de forma o
procedimiento) tiene como ventaja el principio de justicia material, en el sentido de
evitar que, por meras cuestiones formales, se incumpla el deber de contribuir según
la capacidad económica de cada uno. Pero no es menos cierto que también
conllevaría el más considerable lastre del riesgo de latencia sine die del conflicto,
dejando en manos de la Administración dilatar de manera indefinida la situación de
injusticia, sin más que reiterar los vicios formales en cada nueva tramitación, con
grave merma del principio de seguridad jurídica. Esto alcanza tintes cercanos a lo
catastrófico en el ámbito tributario, en el que lo prolongado del devenir
procedimental (que incluye el recurso obligatorio a la vía económico-administrativa)
hace que la posibilidad de tan sólo una reiteración del acto administrativo pueda
conducir a que el conflicto tributario se extienda a horquillas temporales inasumibles
en un Estado de Derecho y muy superiores a la decena de años (como,
desgraciadamente, estamos acostumbrados a comprobar --véase que, en el
presente supuesto, hablamos del IRPF de 1992, hace ya 20 años--), durante los
cuáles el contribuyente sufrirá la incertidumbre del resultado final de la controversia,
lo que --como se apuntaba-- resulta un tanto inadmisible para el común sentido
jurídico.
En atención a todo lo anteriormente expuesto, y conforme ya se anticipó, la Sala
considera que no resulta factible reiterar los actos administrativos tributarios una vez
que los mismos han sido anulados por sentencia judicial, con independencia de cuál
haya sido el tipo de vicio o defecto determinante de la anulación; de manera que, en
aplicación de tal doctrina, no cabe sino concluir con la estimación del recurso en
atención al primero de los motivos en que el mismo aparece fundado, lo que hace
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febrero .
Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana núm.
621/2005, de 28 julio .
2. La sentencia que se impugna estimó el recurso contencioso-administrativo
interpuesto, anulando y dejando sin efecto la liquidación y el acuerdo sancionador
recurridos.
La conclusión a la que llega la sentencia de instancia es que una vez anulada una
liquidación tributaria en vía contencioso- administrativa, aun cuando la
correspondiente resolución judicial se fundamente en una consideración de índole
exclusivamente formal, que no cuestione el derecho de la Administración a liquidar
el tributo de que se trate, la Administración no puede dictar una nueva liquidación,
subsanando previamente el defecto formal determinante de la anulación judicial de
la liquidación originaria, consagrando la denominada doctrina del "tiro único".
En todas las sentencias alegadas como contradictorias, el fondo de la cuestión
era el mismo, esto es, la posibilidad de retrotraer actuaciones y dictar una nueva
liquidación tributaria en sustitución de la previamente anulada. Y en todas ellas se
establece que "la anulación de un acto administrativo no significa en absoluto que
decaiga o se extinga el derecho de la Administración Tributaria a retrotraer
actuaciones, y volver a actuar, pero ahora respetando las formas y garantías de los
interesados".
La contradicción entre la sentencia recurrida y las aportadas de contraste aparece
como manifiesta, y así:
a) En cuanto a los litigantes, en uno y otro caso se trata de diferentes litigantes
aunque en idéntica situación, en méritos a identidad de hechos, fundamentos de
derecho y pretensiones que a continuación se exponen.
b) En cuanto a los hechos, en todas los recursos examinados la cuestión fáctica
planteada era la misma: se practicó una primera liquidación tributaria que
posteriormente se anuló judicialmente por concurrir algún defecto determinante de
anulabilidad y la Administración Tributaria practica una nueva liquidación que es
posteriormente recurrida en sede judicial con el argumento de la imposibilidad de
reiterar el acto tributario previamente anulado. Ante este supuesto, todas la
Sentencias invocadas como contradictorias declaran que tal reiteración es posible e
incluso imperativa en tanto no haya prescrito el derecho a liquidar o sancionar,
mientras que la impugnada lo niega.
c) En cuanto a los fundamentos de derecho, éstos son idénticos; de una parte, los
principios relativos a la seguridad jurídica ( art. 9.3 CE ) y la tutela judicial efectiva (
art. 24.1 CE ), que interpretados por la sentencia impugnada llevan al Tribunal
Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana a concluir en la imposibilidad de
reiterar los actos tributarios una vez que los mismos han sido anulados por
sentencia judicial. Frente a ello las sentencias de contraste invocadas aplican las
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41.1 de la Ley de esta Jurisdicción -viene determinado por la cuota tributaria, pues
ésta es la que representa el verdadero valor económico de la pretensión.
2. En el caso de autos el recurso se dirige contra liquidaciones relativas a IRPF,
por los ejercicios 1992, 1993, 1994 y 1995, giradas por las siguientes cantidades:
Año 1992 , cuota tributaria de 11.142.046 pesetas (66.965,05 �), Año 1993 , cuota
de 5.463.452 pesetas (32.836.01 �), Año 1994 , cuota de 1.047.157 pesetas
(6.293,54 �), y Año 1995 , cuota de 2.191.916 pesetas (13.173,68 �).
Habida cuenta de que la cuota de los ejercicios 1994 y 1995 no excede de 30.000
euros, que es el límite mínimo establecido para el acceso al recurso de casación
para la unificación de doctrina, procede declarar la inadmisibilidad del presente
recurso por lo que respecta a las liquidaciones de los ejercicios indicados - 1994 y
1995 --.
El mismo razonamiento debe hacerse para las sanciones que fueron de 4.720,16
� para el ejercicio 1994 y 9.880,26 � para el ejercicio 1995 respectivamente, muy
inferiores, por tanto, a los 30.000 �. En consecuencia, el presente recurso deviene
inadmisible respecto de las sanciones de los ejercicios 1994 y 1995.
QUINTO.- 1. Como hemos dicho en la sentencia de 19 de noviembre de 2012
(casa. en int. ley 1215/2011), esta Sala viene manteniendo la posibilidad de reiterar
liquidaciones tributarias anuladas en vía económico-administrativa por defectos
procedimentales, a fin de que la Administración puede subsanar el vicio advertido,
aunque la resolución no lo hubiese ordenado.
En este sentido, resultan significativas las sentencias de 26 de marzo de 2012 , (
casa. 5827/2009 ) y de 14 de junio de 2012 , ( casaciones 6219/2009 y 5043/2009 ),
que resumen la posición de la Sala, basada en la doctrina de la conservación de los
actos y trámites cuyo contenido se hubiera mantenido de no haberse cometido la
infracción procedimental que dio origen a la nulidad, así como en la posibilidad de
convalidación por la Administración de los actos anulables, subsanando los vicios de
que adolezcan ( art. 66 y 67 de la Ley 30/1992 ), aunque recuerdan los límites
establecidos a partir de la sentencia de 7 de octubre de 2000 (casa. 3090/1994 ), la
prescripción y la santidad de la cosa juzgada, que impide reconocer una tercera
oportunidad, en aras del principio de buena fe, al que están sujetas las
Administraciones Públicas en su actuación ( art. 3.1 de la Ley 30/1992 ), por la
prescripción del abuso de derecho y por el principio de seguridad jurídica
proclamado en el artículo 9.3 de la Constitución .
En cambio, esta Sala ha negado la retroacción de actuaciones para los supuestos
de vicios de fondo apreciados en vía económico-administrativa.
Así, las sentencias de 7 de abril de 2011 , ( casa. 872/2006 ) y de 26 de marzo de
2012 , ( casa. 5827/2009 ) antes referida, aunque esta última matizó la doctrina, al
señalar que el hecho de que no quepa retrotraer actuaciones cuando la liquidación
adolece de un defecto sustantivo, no trae de suyo que le esté vedado a la
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