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Regulación y naturaleza del contrato.

ALEJANDRA
Guia juridica y manual:
Con respecto a la regulación, el contrato de préstamo mercantil, carece de una definición en el
Código de Comercio, recogiéndose únicamente cuáles son los parámetros sobre los que pivote la
mercantilidad de este tipo contractual.

Por ello, en cuanto a su noción descriptiva debemos atender al Código Civil, concretamente a sus
artículos 1740 y 1753.

Artículo 1740
Por el contrato de préstamo, una de las partes entrega a la otra, o alguna cosa no fungible para que
use de ella por cierto tiempo y se la devuelva, en cuyo caso se llama comodato, o dinero u otra
cosa fungible, con condición de devolver otro tanto de la misma especie y calidad, en cuyo caso
conserva simplemente el nombre de préstamo.

El comodato es esencialmente gratuito.

El simple préstamo puede ser gratuito o con pacto de pagar interés.

Artículo 1753

El que recibe en préstamo dinero u otra cosa fungible, adquiere su propiedad, y está obligado a
devolver al acreedor otro tanto de la misma especie y calidad

De acuerdo al Código Civil, por tanto, existen dos variedades del contrato de préstamo en nuestro
ordenamiento jurídico positivo: el comodato o préstamo de uso (esencialmente gratuito) y el
préstamo mutuo, siendo esta última la definición predicable en el ámbito mercantil. Así en el
código de comercio, al hacer referencia al “préstamo mercantil”, alude únicamente al préstamo
mutuo, cuyo objeto es la entrega de dinero, de títulos o de mercaderías, transfiriéndose la
propiedad desde el prestamista que la pierde al prestatario, que la adquiere sin perjuicio de la
carga de reintegro que le incumbe. De acuerdo a ello, el contrato de préstamo, es aquel por el que
una persona, denominada prestatario, recibe dinero u otra cosa fungible, adquiriendo su
propiedad, y quedando obligado a devolver a la otra parte, denominado prestamista, otro tanto de
la misma especie y calidad.

No obstante, es en el Código de Comercio en donde se encuentra la especialidad que diferencia a


un préstamo mercantil, de un préstamo civil, concretamente en su artículo 311, estableciendo que
deberán concurrir para ello dos circunstancias: que uno de los contratantes sea comerciante (a
estos efectos, se considera comerciante a todas las sociedades mercantiles así como a las personas
físicas que teniendo capacidad para ejercer el comercio, se dediquen a él habitualmente); y que
las cosas prestadas se destinen a actos de comercio.

De este modo, la regulación tan escueta que existe del contrato de préstamo mercantil en el código
de comercio, da lugar a numerosas controversias y consideraciones diferentes, pues lo único que
establece es la necesidad de que exista, para que el préstamo tenga un carácter mercantil, una
conexión tanto objetiva como subjetiva con el comercio, exigiendo la lectura sosegada de esta
norma la presencia cumulativa de ambas circunstancias para la mercantilidad de este contrato.
No obstante, dada la dificultad de constatar la segunda circunstancia en el momento de la
contratación de un préstamo (a excepción de los supuestos donde exista expresión por las partes
concernidas), hay préstamos que siempre son mercantiles, aunque no cumplan las anteriores
estipulaciones. Es el caso de la consideración siempre del carácter mercantil de los préstamos
concedidos por las entidades bancarias, que profesionalmente se dedican a la concesión de dichos
préstamos, con independencia del destino ofrecido a las cosas prestadas. En relación con esta
cuestión y de acuerdo a la jurisprudencia, tanto del Tribunal Supremo (Sentencias de 9 de mayo
de 1944 y 31 de octubre de 2001) como de la Audiencia Provincial (Sentencia de la Audiencia
Provincial de Jaén de 22 de enero de 1998), se ha reconocido la naturaleza mercantil de los
préstamos bancarios. Además, en esta misma dirección apuntan los artículos 175.7ª, 11, 199.1 y
212.1 del C de c., que reconocen el préstamo como objeto propio de la operativa de dichas
entidades. Esta es una conclusión idéntica a lo que ocurre en el contrato de depósito.

Con respecto al resto de préstamos, los dos requisitos del artículo 311 del C. de c. condicionan la
mercantilidad de los préstamos que reciben los comerciantes, quienes como prestatarios deben
destinar lo recibido a su actividad mercantil. De hecho, la jurisprudencia rechaza el
reconocimiento como mercantil de aquellos contratos en los que el comerciante-prestatario
destinase aquello que reciba a otra satisfacer otras necesidades que difieran de su actividad
negocial. Es decir, la suma recibida debe destinarse a la actividad mercantil en su totalidad. Así,
la naturaleza mercantil se verifica realmente a posteriori de acuerdo a cuál fuere el destino de lo
recibido.

De este forma, podemos destacar de acuerdo a lo establecido por la doctrina, una serie de
características fundamentales de acuerdo a la naturaleza del contrato de préstamo mercantil.
(mytripleA)

En primer lugar, tiene es un contrato real, pues su perfección no se produce por el mero
consentimiento, como ocurre con los contratos consensuales. En este contrato, para el nacimiento
de los derechos y obligaciones de las partes, se exige la previa entrega del objeto del préstamo
por parte del prestamista al prestatario. Sólo en ese momento el contrato se entenderá por
perfeccionado y será fuente de derechos y obligaciones. Si las partes, de forma consensuada,
adelanta la perfección del contrato al momento de acuerdo entre ellas, aunque aún no se haya
entregado el bien al prestatario, cambiaría la naturaleza del préstamo, que sería consensual o
personal (agreement24.es). Este aspecto se reitera en ambos artículos del CC.

En segundo lugar, se trata de un contrato traslativo de dominio, por medio del cual el prestamista
se obliga a entregar la propiedad de la cosa o dinero, mientras que el prestatario podrá disponer
de la cosa prestada, con un compromiso de devolución de la misma, bien en especie, o por medio
de su equivalente en dinero. Por tanto, el prestatario se convierte en propietario de la cosa
entregada.
Por otro lado, es un contrato principal, ya que no depende de otro contrato para su existencia y
validez, ostentando vida y fines propios.

Es por otro lado unilateral, pues sólo produce obligaciones en una de las partes, el prestatario o
mutuario, y el prestamista o mutuante no contrae ninguna obligación que implique
contraprestación o reciprocidad con las de aquél. (aunque si media acuerdo entre las partes
también se puede considerar bilateral, con obligaciones a cargo de las dos partes).

Igualmente, es gratuito por naturaleza y oneroso por excepción. Así, es gratuito porque el
prestatario no está obligado a pagar contraprestación alguna si no se pacta de forma expresa,
aunque lo habitual en la práctica en materia comercial, es el carácter profesional de los
prestamistas, que deriva a que se incluya la onerosidad en los contratos.

Podemos señalar además que es un contrato conmutativo, desde que las partes celebran el
contrato, conocen las cargas y los gravámenes que se encuentren establecidos en este.

Seguidamente, es personal, pues la relación se establece en consideración de las circunstancias


personales del cliente, y tiene un tracto sucesivo o instantáneo, pues la devolución de la cosa
prestada, puede producirse en un solo acto o en varios.

Se entiende asimismo que es un contrato causal y no abstracto, pues conlleva una finalidad
jurídica, de la cual depende tanto su validez como su subsistencia, así como es un contrato de
duración temporal, pues se entiende que debe mediar un tiempo entre la entrega y la devolución
de otro tanto de la misma especie y calidad.
(http://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?params=H4sIAAAAAAAEA
MtMSbF1jTAAAUNjM0tDtbLUouLM_DxbIwMDCwNzAwuQQGZapUt-
ckhlQaptWmJOcSoAOMdEbDUAAAA=WKE)
A continuación, con respecto a su formalización, rige el principio de libertad de forma, pudiendo
las partes elegir la misma. No obstante, lo habitual es que esto se formalicen por escrito en un
contrato que el prestamista proporciona al prestatario y que dependerá del tipo de préstamo en
concreto que se vaya a suscribirse (mytriple A esto y todo lo que falta)

Cuando estos préstamos suponen un cierto riesgo (préstamos bancarios?), al tener como objeto,
por ejemplo, un alto importe de dinero, se suele exigir su formalización a través de uno de los
siguientes instrumentos: a través de una póliza intervenida ante fedatario público (notario); o a
través de escritura pública ante notario

En cuanto al contenido en sí del contrato que se formula, cada contrato de préstamo mercantil se
rige por las disposiciones acordadas en cada caso por las partes contratantes, no obstante, siempre
hay un contenido mínimo en los mismos, imprescindible para determinar su validez:

-La identificación de las partes y la capacidad de representación de las personas físicas con
autorización para actuar en nombre de personas jurídicas.
-La capacidad jurídica para contratar de las partes.
-El objeto del contrato, donde se debe indicar la especificación de que se presta algo para la
posterior devolución de otra cosa de la misma especie y calidad. También hay que indicar las
características y esenciales para identificar el bien o cosa fungible objeto del contrato.
-Fecha de otorgamiento del contrato, a partir del cual comienza la relación del préstamo.
-Firma de las partes contratantes (agreement24.es además de mytripleA)

De este modo, las partes pueden prever o no el plazo marcado de vencimiento del préstamo, que
el préstamo devenga intereses, el pacto de los intereses moratorios, la posibilidad de amortizar el
préstamo, etc. Así, en el caso de que no se prevean alguna de estas circunstancias, la ley las
determina de forma subsidiaria concretamente en los artículos 312 a 319 del C. de c. la forma de
proceder en cada supuesto.

Objeto y Partes. PEPE

El contrato de préstamo mercantil es aquel mediante el cual una persona llamada prestamista,
cede la propiedad de una suma de dinero u otras cosas fungibles a otra persona llamada prestatario,
a cambio de la devolución de algo de la misma especie y calidad o su equivalente pecuniario.

Dicho contrato viene regulado en el Código Civil como un contrato real, por lo que el contrato no
se inicia hasta que se ha entregado el bien o la cosa al prestatario. No obstante, es preciso explicar
el carácter dispositivo de esta norma que indica el carácter real de este contrato, esto significa que
las partes pueden adelantar el inicio del contrato al momento del acuerdo entre ellas, aunque aún
no se haya entregado el bien al prestatario. En ese caso, las partes estarían modificando la
naturaleza del contrato pasando éste a ser considerado consensual o personal.

Dependiendo de la consideración del contrato de préstamo como un negocio jurídico consensual,


se determinará si dicho contrato crea obligaciones a cargo de las dos partes, o es unilateral con
obligaciones exclusivamente a cargo del prestatario.

Además, el préstamo mercantil se determina como un contrato traslativo de dominio, es decir, el


prestatario se convierte en propietario del bien objeto del contrato. Por lo tanto, puede disponer
de la cosa prestada comprometiéndose a devolver otra de la misma especie y calidad. La mayoría
de los prestamos mercantiles son pecuniarios (cantidades dinerarias), por lo que, si el prestatario
no puede usar ese dinero para hacer inversiones u otras actividades, el préstamo resulta
innecesario o carente de sentido.

Se distinguen, en función del artículo 312 y siguientes del Código de Comercio cuatro tipos de
préstamos mercantiles:

Según la naturaleza de la cosa prestada el préstamo puede tener objeto dinero, títulos o valores
determinados o cosas fungibles. Según la duración del préstamo mercantil éste puede ser por
tiempo determinado o indeterminado. Según si el prestatario tiene que pagar interés o no por el
préstamo éste será gratuito u oneroso. Y por último, si este ha sido garantizado o no mediante
medios de garantía como hipotecas o avales personales.

En cuanto a las partes que conforman el contrato distinguimos en primer lugar al prestamista, o
quien presta el bien, que está obligado a entregar dicho bien al prestatario en la forma, tiempo y
lugar indicados en el contrato. La forma no es problemática si el préstamo es dinerario. Sin
embargo, si se estipulara en el contrato si se entrega en moneda nacional o extranjera. En el caso
de títulos valores, se estipulará si la transmisión se realiza a través de una anotación en cuenta o
de cualquier otro titulo valor. Además, también se puede pactar que la entrega se realice en una
sola vez o en varias.

A partir del momento de la entrega, empiezan a ser exigibles las obligaciones del prestatario ya
que el prestamista no puede reclamar el cumplimiento de aquel si él no ha entregado el bien.
En cuanto al prestatario, podemos destacar que es la persona cuya obligación consiste en devolver
al término del contrato, una cosa de la misma especie y calidad a la prestada. El plazo es el
determinado en el contrato y, si en él no se especifica ninguno, el prestamista debe reclamar
notarialmente el pago al prestatario y éste dispone de 30 días desde tal requerimiento para cumplir.
Otro aspecto a tener en cuenta es la facultad del prestatario de pagar anticipadamente su deuda si
existiera un momento para ello. En principio, no se puede pagar anticipadamente sin
consentimiento del prestamista y sin el abono de determinadas cantidades.

El prestatario solo debe pagar intereses si se ha pactado por escrito. Sin embargo, los prestamos
mercantiles gratuitos son prácticamente inexistentes en la realidad contractual. El código de
comercio regula en su artículo 315.2 que se reputarán intereses toda prestación pactada a favor
del acreedor, por lo que no solo son intereses los expresamente pactados por las partes.

A pesar de que los intereses son un pacto dentro del ámbito de libre voluntad de las partes, la ley
establece unos límites para evitar los prestamos usurarios. Considerándose así usurarios los
prestamos cuyo interés es notablemente superior al normal del dinero y desproporcionado
atendiendo al caso concreto, aquellos cuyas condiciones sean lesivas del derecho del prestatario
y en los que todos los beneficios jueguen a favor del acreedor, también se consideraran usurarios
aquellos que consideren que la cantidad entregada en concepto de préstamo al deudor es superior
a la real.

Si el prestatario no ha pagado su deuda al día del vencimiento, se convierte en moroso y tiene la


obligación legal de pagar intereses moratorios. Es decir, en esta situación el prestatario paga
intereses independientemente de que no los haya pactado en el contrato.

Contenido prestacional.SOTO

Cuando nos referimos a un contrato de préstamo mercantil, hablamos de un contrato unilateral,


lo que significa que las obligaciones pesan sólo sobre una de las partes, en este caso, el prestatario,
que debe cumplir con dos requisitos: devolver las cosas prestadas y, en caso de que así se haya
pactado, el abono de unos intereses.

Antes de desarrollar cada obligación, hay que señalar que el prestamista ha de entregar el objeto
del préstamo, pero esto no sería una obligación sino más bien un presupuesto para la existencia
de este tipo de contratos. Sin embargo, buena parte de la doctrina1 admite que es posible que las

Wolters Kluwer. Préstamo mercantil. Recuperado de


http://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?params=H4sIAAAAAAAEAMtMSbF1jTAAAUMT
MwsLtbLUouLM_DxbIwMDCwNzA0uQQGZapUt-ckhlQaptWmJOcSoA37ELcjUAAAA=WKE#I5. Último
acceso: 1 de marzo de 2019.
partes cambien dicha configuración, siendo solo necesario el consentimiento para que se
perfeccione el contrato, que se convertiría así en bilateral y sinalagmático, teniendo así el
prestamista la obligación de entregar lo pactado.

Sea como fuere, es seguro que el prestatario tiene un total de dos obligaciones: restituir el principal
y, en su caso, el interés pactado:

-Respecto a la primera de las obligaciones, el artículo 312 del Código de Comercio impone el
criterio nominalista (con el objetivo de otorgar seguridad jurídica a la relación entre prestatario y
prestamista) a la hora de calcular la cantidad a devolver por parte del prestatario, lo que significa
que este habrá de devolver una cantidad igual a la recibida, independientemente del valor real que
tenga en el momento de la devolución y sin importar que el préstamo haya consistido en dinero,
títulos valores o préstamo en especie. Así, si la entrega consiste en una suma de dinero, habrá de
devolverse una suma idéntica a la recibida, teniendo que restituirse en una moneda específica si
así se ha pactado, mientras que si el préstamo consiste en títulos valores, podrán restituirse en un
futuro los mismos u otros de las mismas clase y condiciones.

Sin embargo, si las partes lo desean pueden incluir cláusulas de estabilización, admitidas en sus
diversas modalidades, con el objetivo de salvaguardar los intereses de las partes ante un posible
cambio brusco en el valor del dinero. Dichas clausulas solo serán aplicables cuando sean incluidas
en el contrato mediante pacto expreso.

-En cuanto a la segunda obligación, se ha de señalar en primer lugar que la existencia de intereses
es facultativa, es decir, los préstamos no supondrán intereses a no ser que se haya pactado por
escrito. Sin embargo, pese a que en un principio pueda parecer sorprendente no aplicar la
onerosidad en este contrato, es habitual la inclusión de intereses a favor del prestamista, de
acuerdo al artículo 315.1 del Código de Comercio, sin tasa ni limitación alguna. Sin embargo,
esta libertad se ha visto limitada por disposiciones como la Ley 15/2010 o el Real Decreto 3/2013.
Por otra parte, el artículo 317 del código de comercio prohíbe el anatocismo, es decir, la
capitalización de los intereses de una cantidad prestada. De este modo, “los intereses vencidos y
no pagados no devengarán intereses”, aunque el mismo artículo da vía libre a la posibilidad de un
acuerdo mediante el que se pueda capitalizar los intereses líquidos y no satisfechos que, como
aumento del capital, devengarán nuevos réditos”

Con respecto al momento en el que se debe producir la devolución, el artículo 313 del Código de
Comercio impide que se exija al deudor el pago hasta los treinta días a partir de la fecha del
requerimiento notarial que se le hubiera hecho, siempre y cuando el préstamo sea por tiempo
indeterminado o sin plazo de vencimiento. En caso de que el contrato especifique una fecha de
vencimiento, la devolución deberá producirse en la fecha pactada.

En caso de que la devolución no llegue a producirse, se podrá exigir una indemnización en forma
de intereses moratorios, que suelen ser de una cuantía superior a los ordinarios. En defecto del
interés pactado, se impondrá el interés legal.

Forma de resolución y duración del contrato.SANDRA

Como bien hemos mencionado anteriormente, cada contrato de préstamo mercantil está
basado en las disposiciones acordadas por las partes contratantes en cada caso concreto,
pudiendo así estas prever o no el plazo de vencimiento.

De esta manera, ¿cuándo habrá de producirse la devolución de la cantidad prestada?


Estamos hacemos referencia, por tanto, a una cuestión que dependerá de lo pactado
anteriormente en el contrato. De modo que, si tenemos un plazo de vencimiento
establecido, es claro que la devolución deberá de producirse llegado aquel. Y si, por el
contrario, el préstamo es por tiempo indeterminado o no se establece plazo de
vencimiento, será de aplicación el artículo 313 del Código de Comercio, el cual dispone
que “no podrá exigirse al deudor el pago sino pasados 30 días, a contar desde la fecha del
requerimiento notarial que se le hubiera hecho”.

Igualmente, también será de aplicación, en el caso de que no haya plazo de vencimiento


estipulado, los artículos 1125 y siguientes del Código Civil. En este sentido, también
debemos mencionar la Sentencia del Tribunal Supremo de 15 de octubre de 2004 (RJ
2004/6834), en relación con la cuestión derivada del señalamiento del plazo en el contrato
de préstamo, la cual afirma, en primer lugar, la obligatoriedad de la existencia de plazo
en el préstamo (“[…] plazo que siempre existe en el contrato de préstamo, en atención a
que el deudor ha de disponer de un término más o menos largo para la devolución de lo
que recibió […]”.

En lo relativo a la normativa aplicable, esta Sentencia señala que “aunque el préstamo es


una obligación a placo, el Código Civil no contiene ningún precepto específico sobre este
particular, por lo que ha de acudirse a las normas generales de las obligaciones a plazo
(artículo 1125 y siguientes)”.
https://www.monografias.com/trabajos88/contrato-prestamo-derecho-espanol/contrato-
prestamo-derecho-espanol.shtml
De aquí se desprende que la obligación de restitución puede ser exigible en dos momentos
distintos. Por un lado, si se fijó el plazo, el prestamista no podrá exigirla anticipadamente
y el prestatario goza del beneficio del plazo. Por otro lado, si no existiere plazo establecido
o si se hubiere pactado por tiempo indeterminado, el prestamista no podrá exigir la
restitución hasta transcurridos 30 días.

La razón de que la norma otorgue este plazo de 30 días al prestatario desde que recibe la
intimación al pago por requerimiento notarial, es clara al tener en cuenta que, al tratarse
de un préstamo mercantil y, por ende, habiéndose destinado su objeto a actos de comercio,
la suma estará invertida, necesitando así un plazo prudencial para obtener liquidez en
orden al pago o reembolso que viene requerido.

Como hemos dicho, la devolución de la cantidad prestada podrá realizarse en dos


momentos distintos, sin embargo, también podemos contemplar la posibilidad de la
llamada devolución anticipada. De este modo, dado que la práctica mayoría de los
préstamos mercantiles son onerosos, es decir, que producen intereses, pagar
anticipadamente se configura como un modo de ahorro para el prestatario. Ahora bien, el
prestatario sólo podrá pagar antes del vencimiento del contrato si es consumidor. En caso
contrario, el prestamista no está obligado a recibir el pago antes de tiempo y en el
momento de la entrega puede expresar su reserva de la obligación de cobro de intereses
desde ese momento hasta el vencimiento de la obligación.

En cuanto a la extinción de este tipo de contratos, debemos distinguir entre las causas
normales y las anormales.

En primer lugar, son causas extintivas normales del contrato de préstamo mercantil todas
aquellas comunes a la extinción de todos los contratos, basadas en las condiciones
personales de las partes, como el transcurso del plazo convenido, la muerte del
prestatario… Asimismo, al estar hablando de un contrato de ejecución diferida, éste se
extingue también normalmente por el pago o cumplimiento de las obligaciones contraídas
por el prestatario, alcanzando así el vencimiento del mismo.
En cuanto a las causas anormales de extinción del préstamo, hacemos referencia a todas
aquellas que tienen por efecto la resolución del contrato sin que éste haya cumplido el
interés de las partes que lo suscribieron. El supuesto más común es el incumplimiento de
las obligaciones acordadas en el contrato, es decir, principalmente la devolución de una
cantidad igual a la recibida con independencia del valor real de esta en el momento de la
devolución y el abono de los intereses por parte del prestatario, en el caso de que se
hubiere pactado así anteriormente.

En este sentido, una vez vencido el plazo, los deudores que demoren el pago, deberán
satisfacer desde el día siguiente al del vencimiento el interés pactado o, en su defecto, el
legal. De manera que si el préstamo consiste en especies, para computar el rédito se
graduará su valor por los precios que las mercaderías prestadas tengan en la plaza en que
deba hacerse la devolución.

http://noticias.juridicas.com/base_datos/Privado/ccom.l2t5.html#a311  Código de
Comercio
Por otro lado, si el préstamo consistiera en títulos o valores, el rédito por mora será el
mismo que los valores o títulos devenguen, o, en su defecto, el legal, basándose el precio
en los valores que tengan en Bolsa, si fueran cotizables, o en la plaza, para el resto de los
casos.

De este mismo modo, los intereses vencidos y no pagados no devengarán intereses. Sin
embargo, los contratantes podrán capitalizar los intereses líquidos y no satisfechos que,
como aumento del capital, devengarán nuevos créditos.

Comparación con figuras afines: Prenda y deposito. JUNIOR.

El contrato de depósito mercantil consiste en, someramente, una extensión del artículo 1758 CC
(una persona entrega a otra una cosa con el objetivo de que la custodie y restituya al
requerimiento de la primera) a la práctica mercantil, teniéndose que cumplir tres requisitos:

Primero, que el depositario (el que custodia), al menos, sea comerciante. Segundo, que las cosas
depositadas sean objeto de comercio. Tercero, que el depósito constituya por si una operación
mercantil, o se haga en virtud de operaciones mercantiles.
Como podemos observar la principal diferencia con el contrato de préstamo es la finalidad del
mismo, pues en tanto que en ambos se produce una transmisión de un bien mueble de manera
temporal, la finalidad del préstamo es satisfacer una necesidad no cubierta por la no suficiencia
o falta de ese bien mueble, en tanto que la finalidad del depósito es la custodia del bien en sí, no
siendo solicitado por la persona que será la nueva poseedora del bien, a diferencia con el
préstamo, el cual es solicitado por la persona que desea poseer el bien.

Otra diferencia acusable es la forma de restitución del bien a su propietario, siendo el depósito
tras el requerimiento del depositante y en el caso del préstamo se realiza tras el vencimiento del
plazo pactado, como forma general.

Por último, aunque ambos pueden tener carácter gratuito, en la práctica esto es casi impensable,
y normalmente van a tener unos costes o gastos. En el caso del depósito mercantil los gastos
generados correrán a cargo del depositante (propietario del bien), en tanto que en el préstamo
mercantil los gastos generados (principalmente, intereses) correrán a cargo del prestatario
(nuevo poseedor del bien por tiempo limitado), cambiando así mismo todo el régimen
obligacional.

Comparación contrato de préstamo mercantil y prenda mercantil


La prenda consiste en una garantía para el acreedor en caso de incumplimiento. El acreedor
pignora un bien mueble del cual podrá cobrarse con preferencia del resto de acreedores en caso
de incumplimiento. El deudor deberá entregar el bien al acreedor, previo contrato de prenda, y
en caso de incumplimiento el acreedor pignoraticio tiene de manera preferente la capacidad de
amortizar su deuda.

La principal diferencia radica en el carácter de garantía que posee la prenda, la cual únicamente
se puede disponer una vez constatado el incumplimiento, en tanto que el préstamo es un tipo de
contrato en el cual el bien mueble viene a ser el objeto de este, no la garantía.
El bien objeto de préstamo se restituye una vez finalice el plazo, en tanto que en la prenda el
bien se restituye cuando se produce el cumplimiento.

Ejemplos y Modelos de contrato de préstamo mercantil. Junior.

MODELO DE CONTRATO DE PRÉSTAMO MERCANTIL:


2

El modelo expuesto es muy básico, al que deberían incluírsele las correspondientes cláusulas y
demás acuerdos entre las partes en virtud de los intereses de estas, las cláusulas normalmente
incluidas son la de interés, objeto, gastos, legislación, jurisdicción competente, así como las
necesarias para el correcto funcionamiento del negocio.

Ejemplo de contrato de préstamo mercantil:


Para comprender mejor el contrato de préstamo mercantil expondremos un ejemplo para ver de
forma práctica en qué consiste.

2
Modelo de contrato de préstamo Mercantil - Plantillas Contratos. (2019). Obtenido de:
http://www.plantillascontratos.com/inicio/140-modelo-de-contrato-de-prestamo-mercantil-en-las-
operaciones-vinculadas.html, consultado el 30/3/2019.
El 27 de Marzo de 2018 COPIN S.A, empresa soriana cuyo administrador único es Rafael
Álvarez, acordó prestar a PICON S.A, cuyo administrador único es Álvaro Rafael, 350.000€, al
4,7% de interés, a devolver en el plazo de 6 meses desde el día de la firma.
El contrato de préstamo mercantil quedaría de tal forma.

En Soria, a 27 de marzo de 2018

REUNIDOS

De una parte, D. Rafael Álvarez, mayor de edad, de nacionalidad española, con D.N.I número
12345678A y domicilio en Calle Burgos, 3, Soria, actuando en su propio nombre y representación
de la sociedad COPIN S.A, con C.I.F. nº A12345679 y con domicilio a efectos de notificaciones
en Polígono Las Palmeras s/n, Soria constituida por tiempo indefinido en escritura otorgada por
el Notario Juan Francisco Fernández De la Rosa. En adelante, en el presente contrato esta parte
será también denominada como “Prestamista”.

Por otra parte, D. Álvaro Rafael, mayor de edad, de nacionalidad española, con D.N.I número
87654321B y domicilio en Calle Soria, 4, Burgos, actuando en su propio nombre y representación
de la sociedad PICON S.A, con C.I.F. nº A97654321 y con domicilio a efectos de notificaciones
en Polígono Los Cocoteros s/n, constituida por tiempo indefinido en escritura otorgada por el
Notario Bartolomé Méndez Zuloaga. En adelante, en el presente contrato esta parte será también
denominada como “Prestatario”.

Ambas partes, en el concepto en que respectivamente intervienen, se reconocen mutuamente la


capacidad legal necesaria para el otorgamiento del presente contrato, a cuyo efecto,

EXPONEN

Que han convenido realizar un contrato de préstamo mercantil por el que el PRESTAMISTA
deberá entregar la cantidad de 350.000€, al PRESTATARIO, contrato que se regirá de
conformidad con lo estipulado en las siguientes,

CLÁUSULAS

PRIMERA.- OBJETO DEL CONTRATO


El PRESTAMISTA entrega en este acto, como objeto de este contrato, la cantidad de 350.000€
al PRESTATARIO, quien los recibe y reconoce adeudarlos, al PRESTAMISTA.

SEGUNDA.- INTERÉS DEL PRÉSTAMO

Las partes acuerdan el interés del 4,7%.

TERCERA. - INTERESES DE DEMORA

Si a la fecha de vencimiento del préstamo estipulada en la cláusula tercera del presente contrato,
el PRESTATARIO no hubiese liquidado sus obligaciones de pago se aplicará un interés de
demora del 8%.

CUARTA. - GASTOS DEL CONTRATO

Los impuestos, corretajes y gastos judiciales o extrajudiciales derivados de la formalización del


presente contrato serán abonados por el prestatario.

QUINTA. - LEGISLACIÓN APLICABLE

El presente contrato estará sujeto y se regirá, por acuerdo expreso de las partes, en todo lo no
previsto en sus cláusulas, por la legislación española que le sea de aplicación.

SEXTA. - JURISDICCIÓN COMPETENTE

Las partes acuerdan someter expresamente las controversias y litigios que se deriven de la
interpretación y/o ejecución del presente contrato, con renuncia expresa al fuero que pudiera
corresponderles, a los Juzgados y Tribunales de la ciudad de Soria.

SÉPTIMA. - NOTIFICACIONES

Las notificaciones que deban efectuar las partes, se deberán dirigir al domicilio de cada una de
ellas, indicados en el Intervienen de este contrato.
Y en prueba de su conformidad, los comparecientes firman el presente contrato en el lugar y fecha
indicados en el encabezamiento.

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