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Unidad 1
Actividad financiera
del Estado
Hace referencia a la primera de las fuentes formales del Derecho por contener la ex-
presión de la voluntad soberana creadora del orden jurídico. La norma constitucional
se encuentra en la cúspide de ese orden y tiene por objeto establecer la forma de
gobierno, la organización de los órganos del poder y los derechos y obligaciones
fundamentales de los individuos.
La norma constitucional o primaria determina la función de los órganos, limita sus faculta-
des y establece los procedimientos mediante los cuales pueden crear la ley o aplicarla .
De este modo, ningún ordenamiento legal puede estar por encima de la Constitución, de
tal forma que de sus diferentes disposiciones se deriva una serie de reglas básicas que
deben observar tanto las autoridades legislativas como la administrativas en el ejercicio
de sus funciones. Estas reglas básicas tienen, por tanto, su origen en la norma fundamen-
tal de nuestro sistema jurídico.
….
IV. Contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como de los Estados,
de la Ciudad de México y del Municipio en que residan, de la manera proporcional y
equitativa que dispongan las leyes.
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De lo anterior se desprende el principio de proporcionalidad en las contribuciones y, por
consiguiente, en los impuestos, el cual consiste en el aspecto económico de la imposición,
dado a que toda persona debe contribuir al gasto público, conforme a su capacidad tribu-
taria. Es decir, las contribuciones, al ser establecidas por el legislador, deben imponerse
según las posibilidades de ingreso del particular.
Este principio va vinculado con la justicia en el sistema tributario, ya que las contribucio-
nes deben respetar el mínimo de subsistencia y el patrimonio familiar, resultando así un
límite a la potestad tributaria.
En cuanto a la equidad de la que hace mención dicho precepto, implica el trato igual a
los iguales en idénticas condiciones, es decir, si las normas impositivas reúnen las con-
diciones de abstracción y de generalidad. Esto quiere decir que todas las personas que
realicen un determinado hecho generador de riqueza (un trabajo subordinado o indepen-
diente) deben estar obligadas a pagar una determinada contribución.
La proporcionalidad y equidad son dos aspectos que se identifican con la capacidad con-
tributiva; se trata del principio por el que la imposición se adecua a la aptitud económica
personal y familiar del contribuyente, en virtud de gravar hechos económicos, indicativos
de una riqueza cierta y actual, que no resulta anulada por la imposición, de modo que
produce un reparto socialmente justo en el pago de los gastos públicos.
Todo proyecto de ley o decreto, cuya resolución no sea exclusiva de alguna de las
Cámaras, se discutirá sucesivamente en ambas, observándose la Ley del Congreso
y sus reglamentos respectivos, sobre la forma, intervalos y modo de proceder en las
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discusiones y votaciones:
(…)
H. La formación de las leyes o decretos puede comenzar indistintamente en cual-
quiera de las dos Cámaras, con excepción de los proyectos que versaren sobre
empréstitos, contribuciones o impuestos, o sobre reclutamiento de tropas, todos los
cuales deberán discutirse primero en la Cámara de Diputados.
Por lo tanto, al ser los impuestos considerados como una contribución de acuerdo con el
artículo 2 del Código Fiscal de la Federación, deben encontrarse establecidos mediante
ley, cuya fase inicial del proceso legislativo debe comenzar invariablemente en la Cámara
de Diputados, por ser los representantes del pueblo, quien es finalmente sobre el que
recae la carga tributaria.
Por otro lado, el artículo 73, fracción VII, del mismo ordenamiento fundamental (pp. 63-64)
establece lo siguiente:
Por tanto, es facultad exclusiva del Poder Legislativo imponer las contribuciones a cargo
de los particulares, que deberán pagarlas en las formas previstas por el artículo 31, frac-
ción IV, constitucional.
La actividad financiera, sólo es localizable dentro del ámbito más amplio de la ac-
tividad del Estado, por tanto, para que exista actividad financiera, será preciso en
principio que el Estado despliegue algún tipo de actividad. No es posible, por tanto,
ubicar éste fenómeno en una realidad distinta a la de la acción del Estado.
Sin embargo, debe tomarse en cuenta también lo mencionado por De la Garza (2015) en
relación a que el Estado realiza diversas actividades para la ejecución de sus finalidades:
A través del Poder Ejecutivo desarrolla una actividad que se encamina a la realización
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de los servicios públicos y a la satisfacción de necesidades generales. Siendo esto así,
es lógico que la Administración de un Estado tenga que utilizar medios personales,
materiales y jurídicos para lograr el cumplimiento de sus fines.
Como se ve, todo Estado requiere de recursos financieros para su supervivencia y fun-
cionamiento. Antes que nada, porque, independientemente del tipo de Estado de que
se trate y de los fines que se le atribuyan, necesita sostener su estructura burocrática.
También, porque uno de sus propósitos históricos es proveer a sus habitantes de ciertos
bienes que el mercado difícilmente proporcionará; estos bienes se conocen como bienes
públicos y, por sus características de no rivalidad (el que una persona los use no limita el
uso de las demás) ni exclusión (es difícil excluir de su uso a quienes no pagan por ellos),
por lo general son proveídos por el Estado, pues no resultaría viable económicamente
que los proveyera un particular. El Estado puede proveerlos porque cuenta con recursos
públicos a través de los cuales tiene la posibilidad de financiarlos. Un ejemplo de un bien
público es la seguridad nacional, que está a cargo del ejército.
Para poder realizar sus fines, el Estado tiene que actuar, tiene que desarrollar actividad.
Esa actividad fundamentalmente corresponde a su estructura orgánica inmediata. Esa
actividad se desarrolla de acuerdo con el contenido propio de las funciones atribuidas a
sus órganos inmediatos, y así en la vida de todo Estado contemporáneo, en el desarrollo
de su actividad, encontramos las siguientes funciones fundamentales:
a) En toda organización estatal tiene que existir una actividad encaminada a formular las
normas generales que deben, en primer término, estructurar al Estado y, en segundo
término, reglamentar las relaciones entre el Estado y los ciudadanos, y las relaciones de
los ciudadanos entre sí.
Es decir, en todo Estado existe necesariamente una función legislativa que se traduce en
la facultad de imponer las contribuciones necesarias para cubrir el presupuesto a través
de los artículos 72-H y 73, fracciones VII y XXIX. Asimismo, la Ley de Ingresos de la fede-
ración encuentra su fundamento en el artículo 74, fracción IV.
b) Además, el Estado debe tener una función encaminada a tutelar el ordenamiento jurí-
dico definiendo la norma precisa que aplicar en los casos particulares. En este caso, es
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la función jurisdiccional.
c) Una tercera función esencial del Estado es actuar promoviendo la satisfacción de las
necesidades de los ciudadanos y fomentando el bienestar y el progreso de la colectividad.
De acuerdo con Sánchez (2002, p. 6), la actividad financiera del Estado está integrada
por tres momentos:
Dentro de tales ingresos se encuentran los que derivan de su actividad impositiva, como
las contribuciones.
De esta forma, el Estado mexicano funciona financieramente a través de las tres etapas
antes mencionadas, con el fin primordial de encontrarse en condiciones de hacer frente
y solventar las necesidades públicas de la población.
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1.3 El derecho financiero
Delgadillo (2010, p. 18) nos proporciona la etimología de la palabra finanzas:
Se deriva de la voz latina finer, que significa “terminar, pagar”. Así el concepto de
finanzas hace referencia a todo lo relativo a pagar, y relaciona no sólo el acto de
terminar con un adeudo, de pagar sino también la forma de manejar aquello con
que se paga y la manera en que se obtuvo, a fin de estar en posibilidad de lograr el
finiquito. Es así, que por finanzas se debe entender la materia relativa a los recursos
económicos.
En este sentido, las finanzas públicas o finanzas del Estado constituyen la materia que
comprende todo el aspecto económico del ente público, que se manifiesta en la actividad
tendiente a la obtención, manejo y aplicación de los recursos con que cuenta el Estado
para la realización de las actividades que le permitan la consecución de sus fines.
Por tanto la disciplina jurídica que se erige en torno a la actividad financiera hacién-
dola objeto de conocimiento, es el derecho financiero. Ésta por consiguiente es una
disciplina jurídica que como rama del derecho público está llamada a dar cuenta del
cuerpo de principios jurídicos en que se sustenta la regulación a que se somete el
Estado y los demás entes que intervienen con motivo de la obtención de los ingresos,
de la administración de sus bienes patrimoniales y de la realización del gasto público,
así como de las relaciones que con tal motivo se articulan.
De la Garza (2015, p. 17) define al Derecho Financiero como un conjunto de normas jurí-
dicas que regulan la actividad financiera del Estado en sus tres momentos: en el estable-
cimiento de tributos y obtención de diversas clases de recursos, en la gestión o manejo
de sus bienes patrimoniales y en la erogación de recursos para los gastos públicos, así
como las relaciones jurídicas que en el ejercicio de dicha actividad se establecen entre los
diversos órganos del Estado o entre dichos órganos y los particulares, ya sean deudores
o acreedores del Estado.
Por lo tanto, el Derecho Financiero pertenece al Derecho Público, por regir una de las
actividades primordiales del Estado; se conforma por toda una serie de ordenamientos
jurídicos, tales como la Ley de Ingresos de la Federación, el Presupuesto de Egresos
—que se expiden anualmente—, el Código Fiscal de la Federación, la Ley General de
Bienes Nacionales, la Ley de Tesorería de la Federación y Ley de Expropiación, tan sólo
por mencionar algunas.
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Referencias:
Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión (2017), Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, México.
De la Garza, Sergio F. (2015). Derecho financiero mexicano. México: Porrúa, pp. 5, 17.
Delgadillo, Luis Humberto (2010). Principios de derecho tributario. México: Limusa, p. 18.
Escobar, Germán (1994). Principios de derecho fiscal. México: Universidad Autónoma de Tlaxcala, De-
partamento de Ciencias Políticas, pág. 31.
Jiménez, Antonio (2009). Lecciones de derecho tributario. México: Cengage Learning, pp. 10, 142.
Lejeune, Ernesto (1989). “El principio de capacidad contributiva”, en Principios tributarios constituciona-
les. España-México: Universidad de -Salamanca-Tribunal Fiscal de la Federación, pp. 168-169.
Sánchez, Mayolo (2002), Derecho tributario. México: Cárdenas, p. 6.