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Es por esto que todos estos agentes anteriormente deben estar en permanente
dialogo entre ellos mismos como con el pasado para que así haya una
conexión acorde y coherente con lo que se quiere lograr.
Tomar posición. Es decir, que por un lado, el maestro o profesor tome posición
crítica frente a lo que enseña y al tipo de formación que está ofreciendo, y por el
otro, tome posición frente al campo intelectual de la educación, leyendo y
criticando las investigaciones y escritos que se generan en dicho campo de
producción, para que la balanza de este sujeto no quede inclinada únicamente
hacia la reproducción intelectual que lo reduce a una especie de minimalismo
pedagógico, que no les permite pensar el qué o el por qué de la pedagogía, sino
que los lleva a pensar solamente el cómo, que inicialmente se cree es una
reflexión frente a la didáctica cuando realmente se está en el terreno de la
metódica.
Formación de formadores. Las instituciones formadoras de maestros deben tener
claro el tipo de maestro que quieren formar para que no se desvanezca en el
horizonte de la reproducción. La investigación es una herramienta importante, pero
el discurso académico debe tener cabida en esta caja de herramientas para el
maestro, pues buscamos un maestro crítico y reflexivo, pero estos actos no se
hacen única y exclusivamente desde la experiencia en el aula.
Comprender. Que la pedagogía no se limita al mero acto de enseñar ocultando al
maestro como bien lo demuestra esta corriente pedagógica, y que sus problemas
no se limitan solamente al proceso de aprendizaje del alumno. Sino que desborda
el aula y abre la perspectiva para analizar otros elementos que están en juego en
el proceso educativo.
Como tal ésta es una pedagogía que media con las relaciones concretas entre los
individuos y la cultura y las formas institucionales, la cual lleva un compromiso
social14. Por ello es una filosofía de la praxis, comprometida en un diálogo abierto
en competencia con concepciones sobre cómo vivir significativamente en un
mundo confrontado por la pena, el sufrimiento y la injusticia. La pregunta por la
exclusión, la segregación, la marginación, la desigualdad y la represión en la
esfera de lo social tienen formas educativas específicas y diferenciadas a través
de una educación en la lucha y para la lucha. Es decir, se lee la realidad para
transformarla, no simplemente para aprehenderla.
Los conceptos permiten que haya un plano comparativo entre el pasado y el
presente, pensando en las posibilidades de ver otro horizonte encaminado en la
transformación, potencializando sus conceptos y cambios a las situaciones
actuales de la pedagogía; los conceptos articuladores se vinculan al presente, son
modos de establecer relaciones bajo una tradición critica donde ofrece un
panorama renovado y alentador acerca de la escuela, el saber, el maestro y el
alumno, especialmente en el lenguaje de la escuela y la forma de identificación a
través de él.
La escuela es un espacio donde se une o establece escuela-vida, como un
segundo hogar, es una relación que va ligada por los tiempos que se pasan en
ella, y de esta misma forma cultura-subjetividad que se unen por la cultura que
manejamos de acuerdo a nuestra manera de pensar.
1
Este artículo resulta del macroproyecto inscrito a la investigación “La Pedagogía del Caos como
Configuración Teórica que Permita una Comprensión y Agencie en Torno a Propuestas
Formativas y Educativas en Tiempos Débiles e Inciertos”, desarrolla al interior del Grupo
Interdisciplinario de Estudios Pedagógicos – GIDEP, en la Facultad de Educación de la
Universidad de San Buenaventura – Medellín. El desarrollo de la misma se ha dado en conjunto
con el Dr. Carlos Manuel Calvo Muñoz en la Universidad de La Serena (Chile).
seres humanos, tal como los líquidos, que cuando usted se da tiempo para
observarlos evidencia su constante transformación por el estado de tensión en el
que permanecen. Al contrario del estatismo de los sólidos cuyos átomos
mantienen resistencia para separarse, los líquidos no se fijan ni al espacio ni al
tiempo, fluyen en el tiempo de manera autónoma “[…] revelada de continuo en la
capacidad homeostática2 de los sistemas vivos de conservar su identidad a
través de la comprensión activa de las deformaciones…” (Maturana y Varela,
1997, p: 63).
Con base en lo anterior, esta propuesta contiene en su esencia la fenomenología
de cinco facetas que explica todo fenómeno vivo: se refiere en primera instancia a
la Autonomía del sujeto ya que en el centro de este discurso se evidencia a los
seres humanos que marcan –tal como lo hacen las células- distancia con el medio
que los circunda, gracias a que sólo desde la perspectiva del individuo, él puede
determinar lo que es relevante, y por encima de ello, lo que le es indiferente. Esta
autonomía es necesaria para extrae al sujeto y hacerlo consciente del fantasma
que se le ha impuesto en cuanto a la idea de que él es parte de un cuerpo social.
Este primer momento de la fenomenología que se propone acude a una
autonomía que le permita a cada uno descubrirse en su vida cotidiana. Esto no
implica una apología del solipsismo egocéntrico y aislado, el sujeto en sentido
liberal -individualista. Es el sujeto autónomo que se descubre a sí mismo para
transformar su existencia, y para configurarse. Aquel que autónomamente hace
de sí mismo una obra de arte porque siempre está en pro de recuperarse como
sujeto concreto que se piensa y da entrada a la reflexión exenta de los sujetos
políticos, sociales y económicos que lo rodean y acometen por dominarlo.
Esto es exactamente lo que se argumenta con este primer elemento. Se trata de
la reconstrucción del mundo de la vida de cada ser humano: el rescate de la
subjetividad, sin estar sometida por lo social (redes, vínculos, instituciones) o por
lo comunicativo (todo aquello cultural y simbólico).
En segundo lugar aparece la Emergencia, porque señala la irrupción de un nuevo
orden con características que sólo pueden ser inferidas una vez que este discurso
pedagógico esté constituido. Lo que es emergente en las células –al ubicarse en
el terreno de lo biológico, no es que las moléculas puedan crear indefinidamente
más moléculas, sino el hecho de que las células dependen en su operación, de la
forma en que están organizadas y de cómo esta organización se lleva a cabo.
Como tercero está la Clausura Operativa, en la que el concepto de clausura no
debe entenderse como opuesto a apertura, por el contrario, es la condición de su
2
La homeostasis se entiende en el terreno de la biología como el conjunto de fenómenos de
autorregulación, que conducen al mantenimiento de la constancia en la composición y propiedades
del medio interno de un organismo.
posibilidad, es el control mismo mediante el cual los elementos que forman este
discurso, se organizan de manera emergente. Esta configuración teórica ha
incorporado componentes que se producen al interior de su saber –del saber
pedagógico. Saberes que discuten desde la misma práctica docente de quienes
participan de este producto, saberes del cómo, del hacer, de la praxis y de lo
estratégico. Rastreando Barbosa Moreira “como un campo que se constituye a
partir de los estudios y de la práctica de los que en ella participan. Por tratarse de
una construcción histórica, el campo es afectado por diferentes demandas
culturales, sociales e institucionales. Es decir, los límites entre las exigencias
intrínsecas a una materia y los procesos sociales por los cuales una disciplina se
conforma no son absolutamente determinables” (Barbosa Moreira, 1999, p: 25).
Se menciona así porque el sistema que se pretende, este discurso en sí mismo,
dispone específicamente de sus propias operaciones. Al interior de este
planteamiento, para discutir esta configuración teórica de la Pedagogía del Caos,
no existe otra cosa que su propia operación en construcción que usa lo que le
rodea.
Luego, como cuarto, está la Auto Construcción de Estructuras. Biológicamente se
ha establecido que la célula no importa estructuras, pues ella misma debe
construirlas, y para el este campo se entiende como la autoconstrucción de
estructuras propias que superan los paradigmas pedagógicos anteriores. Por ello
es que cuando Adorno en su texto Educación para la Emancipación pregunta
¿qué significa superar el pasado?, invita a dejar de lado el análisis de masas. Es
un claro convite a que cada individuo en vez de mirar hacia afuera, reflexione
sobre él mismo. El planteamiento desde este texto acerca de la pedagogía, es
que debe hacer suya la tarea de escudriñar e indagar sobre el ser del hombre, esa
es la tarea prioritaria que le corresponde a esta disciplina: “[…] tal influencia se
limita a generalizar la convicción de que mejor que golpear hacia afuera es
siempre reflexionar sobre uno mismo y sobre la relación de uno con aquellos a los
que la conciencia endurecida acostumbrada en convertir en blanco de sus
agresiones.” (Adorno, 1998, p: 27).
De ahí que la auto construcción de estructuras dentro de este discurso pedagógico
propende por el análisis y la autoreflexión crítica que obvian quienes conciben el
trabajo de la misma como asunto de masas, objeto del desarrollo para el colectivo
social. Esto debe superarse; hay que culminar con el pasado: esta indagación
procura trazar una línea, una raya final sobre dicha masificación para iniciar el
camino que borre de la memoria de la pedagogía este ejercicio que masifica, que
no permite crecer y madurar como individuos. El mismo teórico crítico se refiere a
la economía que “[…] de acuerdo con su modelo, lleva, ayer como hoy, a la
mayoría a depender de acontecimientos sobre los que carece de toda posibilidad
de disposición, y a la minoría de edad.” (T. W. Adorno, 1998, p: 25).
Así pues se ubica y defiende un discurso pedagógico que indaga por una
fundamentación para la propuesta de la Pedagogía del Caos para este país, en
momentos sociales y culturales bastante especiales, desde el quinto elemento de
esta fenomenología: La Autopoiesis, que significa una determinación de un nuevo
estado para la pedagogía a partir de la estructura que le permiten los elementos
que se han dado dentro de ella, y que devienen de la experiencia reflexiva y crítica
de quienes participan en la construcción de la misma: “La característica más
peculiar de un sistema autopoiético es que se levanta por sus propios cordones y
se constituye como destino del medio circundante a través de sus propia dinámica,
de tal manera que ambas cosas son inseparables.” (Maturana y Varela, 1984, p:
28).
La pedagogía se entiende en si como una política cultural que intenta despejar
sentidos de aprendizaje, construyendo un lenguaje que permita al maestro
fortalecerse interiormente; permitiéndole al estudiante ser el mismo, expresar sus
ideas, demostrar sus capacidades de aprendizaje, exponer sus ideologías y
marcar la diferencia evitando así señalamientos y olvido de sujetos; es importante
tener en cuenta que enseñar es educar, compartir un conocimiento con otras
personas y que la metodología que proponga un maestro, según su forma de
realizarla será la que reciba el alumno, de allí depende o la mediocridad o la
superación intelectual a los conocimientos que se quieran adquirir.
Es un compromiso muy serio, para el docente la construcción de un lenguaje
llevado a que contribuya a potencializar la enseñanza, como acción política
queriendo dar como resultado una relación subjetiva de escuela y cultura.
Según Carr la práctica no se basa simplemente en un mero hacer, no es manejar
como una acción técnica, hay sentidos mas firmes que no pueden comprenderse
solo con nuestras acciones, sino con un intercambio, asumir una actividad con
sentido, buscar técnicas o métodos eficaces, para hacerse entender, realizar
objetivos claros, entendiendo que la práctica no es un espacio disciplinar sino un
espacio pedagógico.
La practica en si, según Carr, es la conciencia del docente, en su deseo de si
mismo por una acción del saber, la ciencia y la cultura a partir de la enseñanza.
Hay que realizar practicas educativas, con esquemas tácticos, donde la practica
pedagógica pueda establecer una relación teoría-practica, buscando así relacionar
la cotidianidad de los maestros, con los supuestos teóricos, el maestro suele ser el
sujeto del saber pedagógico, que distribuye sus conocimientos ante una sociedad
determinada, y practica su saber.
5. CONCLUSIONES
La cuestión central de este texto giraba en torno a la pregunta ¿está preparada
Colombia, en términos de infraestructura y formación docente, para asumir la
propuesta de la pedagogía crítica como alternativa de formación y educación
en el preescolar?