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“Si esperara a la perfección, entonces nunca escribiría una palabra.” — Margaret Atwood
Terminar las historias que empiezas es de las lecciones más importantes y esenciales que puedes
hacer en tu formación como escritor. Porque escribir es una profesión que requiere de mucha
voluntad y persistencia. Es demasiado fácil procrastinar, dejar las historias detrás, sentir que estás
atascado, que no está la inspiración y dejar las historias. Por eso necesitas aprender a terminar tus
historias.
Dejar inacabadas las historias que empiezas solo te enseña una cosa: a no terminar nunca lo que
escribes. y eso es exactamente lo opuesto a lo que debemos de aspirar.
En contra de lo que se suele pensar, la perseverancia es más importante que la inspiración. Las
grandes obras no se han escrito en un par de sentadas “inspiradoras”. Hay un trabajo duro que
nadie ve de estar ahí sentado todos los días, los buenos y los malos, y seguir escribiendo.
Tienes que superar los bloqueos. No escribas porque estás inspirado, escribe porque sabes que la
historia que quieres contar es importante. Eso es lo esencial. La inspiración vendrá naturalmente si
confías en tu propia historia.
Por supuesto que también hay que aprender a dejar proyectos atrás. Y no digo abandonar porque
en la escritura y en la vida nada nunca se deja del todo atrás. Siempre se reutilizará el material de
alguna manera. Por ello no desesperes, lo que has intentando escribir siempre servirá de algo, en
forma de experiencia o de futuras historias.
Y no tengas miedo de experimentar con toda clase de historias. El formato de la historia corta es el
idóneo para experimentar con toda clase de narrativas. Experimenta con el tipo de voces, con los
géneros, con el propio formato del texto que empleas. Que todo sea un ejercicio y una experiencia
para aprender a escribir y a contar historias.
Recuerda que algo terminado e imperfecto es siempre mejor que algo perfecto e inacabado.
Estarás más orgulloso de ti mismo y de tu habilidad si llegas hasta el final. Confía en mí, valdrá la
pena.