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PRESENTACIÓN
Hola, mi nombre es Juan Carlos y soy escritor. Escritor profesional,
puesto que he escrito muchas novelas, cuentos cortos y relatos y he
publicado varios libros y cobrado por ello. Es lo que entendemos como
escritor profesional, ¿verdad? Al menos para los profanos en la materia,
porque, entre tú y yo, escritor profesional es aquel que un buen día, sin
saber porque, le entra en la cabeza que lo suyo es escribir historias y que los
demás las lean. No importa que se publique o no, o que te paguen por tus
obras, lo que importa es la dedicación, las ganas, el esfuerzo y los
sacrificios que hagas para plasmar en letras las ideas e historias que rondan
por tu cabeza. Si eres de los que dedicas cierto tiempo regular a escribir, de
los que se ponen delante del papel o la pantalla de ordenador y se pone a
escribir aún sin cobrar por ello, sin que se tenga posibilidad de publicar,
simplemente porque te gusta, lo anhelas y deseas que se propague a los
cuatro vientos, entonces, querido lector (o lectora y de aquí en adelante
utilizaremos el nombre genérico tanto para lector como para escritor) eres
un escritor profesional.
Dejando esto muy claro, has de tener en cuenta lo siguiente: si
decides ser escritor, debes serlo a pesar de sus consecuencias y debiendo
llegar hasta el final. Los escritores somos cuenta-cuentos, narradores de
historias. No importa que se escriba sobre guerras, héroes, romances,
historia, matemáticas, erotismo, aventura…, lo que importa es que lo que
escribas se comparta con el resto de los mortales, porque si un escritor no
escribe para los demás entonces no es escritor. Entendámonos, cualquiera
puede escribir: la lista de la compra, la lista de las venganzas por cumplir, la
de amantes que nos han abandonado por no ganar dinero, rellenar un
cuestionario, una carta a un amigo, un e-mail a un alma gemela…, pero
escribir no convierte a una persona en escritor. Lo que le convierte en
escritor es que sepa plasmar historias y las comparta en forma de novela,
cuento, relato, etc. Los autores tenemos una función: narrar historias. Y un
público ansioso de pasar momentos de su vida soñando y aprendiendo con
esas historias: los lectores.
Puedes elegir qué historia narrar, pero no puedes elegir guardártela,
porque entonces no serías un escritor, sino otra cosa. También puedes elegir
el método para narrar tu historia. Puede ser en forma de novela, relato corto,
guión de cine o de cómic, a través de la música, de viva voz, en imágenes,
en fotografías, pinturas… Hay muchas maneras de contar historias, pero
nos vamos a ceñir en contar historias a través de la escritura, en concreto, a
través de novelas o relatos cortos. Tanto el guión de cine como el de cómic
tienen mucha semejanza con escribir novelas, pero también diferencias que
hacen que cada medio de propagación de historias tenga sus propias
técnicas, trucos y experiencias únicas. No obstante, los inicios son los
mismos. Tanto si deseas escribir una novela como un guión de cine, lo aquí
plasmado en este, podemos llamarlo curso aunque yo prefiero llamarlo
compartir experiencia, te puede servir.
—Tú, tráeme mi copa —anunció el conde con voz imperiosa y seco ademán
de la mano.
—Sí, señor —el sirviente se inclinó muy humildemente, pero cuando se
volvió para cumplir la orden un gesto de desprecio asomó a sus labios.
Ahora comprendemos un poco mejor a los personajes. Uno es un
noble arrogante y el otro un criado cobarde, cuanto es dócil ante su señor
pero le aborrece y no se atreve a decírselo a la cara. En ambos casos lo
intuimos por sus gestos o movimientos: el seco ademán de la mano, el gesto
de desprecio… Se puede cambiar, describir la posición social de los
personajes mediante la ropa, el porte, el tono de voz (descrita) y múltiples
opciones más. Fíjate en las personas, te darás cuenta de esto que te digo y
que te puede servir para tus novelas. Una persona con seguridad, confianza
en sí misma camina decidida, casi por la mitad de la calle, sin mirar a los
lados, pero sí de frente. Una persona tímida lo hará con cuidado, por los
laterales, a ser posible pegado a los edificios, esquiva a las personas, sus
pasos son rápidos, pero no seguros… Puedes ofrecer trozos de la
personalidad de tus personajes a los lectores a través de estos detalles,
hacerles viajar a mil lugares y paisajes diferentes a través de tus vividas
descripciones. Todo esto lo puedes conseguir si, durante el viaje, te detienes
un momento para oler las rosas.
***
CREANDO PERSONAJES
Dado que hemos aclarado que tres serán los personajes principales
de la novela, vamos a entretenernos en ellos un poco puesto que merece la
pena. No en vano son eso, principales, los que llevarán el peso de la trama y
harán captar la atención de los lectores con sus sentimientos, pensamientos
y peripecias. A la hora de crear personajes hay que tener en cuenta dos
cosas muy importantes: su personalidad y sus motivaciones; y ambas cosas
van de la mano. Un personaje que no sea ambicioso, fuerte de carácter y
decidido, no puede aspirar a conquistar el mundo. Por tanto, hay que
mostrar un poco de coherencia con la creación de la personalidad y las
motivaciones que mueven al personaje a hacer lo que hace. Es cierto que las
personas en ocasiones somos impredecibles, pero en la mayoría de las veces
no, y lo que se trata es de sorprender y atraer al lector. Si creas personajes
que se contradicen constantemente, que cada pocas páginas realizan actos
que nada tienen que ver con su carácter entonces estarás confundiendo al
lector. Te voy a poner dos ejemplos de lo que digo.
Un guerrero en la época de la Roma imperial está acostumbrado a
matar, desde pequeño le han criado para tomar la espada y ver el saqueo de
las provincias imperiales como una buena forma de buscarse la vida. Por
tanto, para el guerrero, el matar será algo “normal” y violar a las mujeres
romanas una cosa más de la vida. No puedes hacer que un personaje así, en
pleno saqueo de una aldea, no maté a un oponente ni violé a una mujer y se
ponga, a cambio, a filosofar consigo mismo sobre si lo que hace es bueno o
malo. Ese personaje no es creíble.
Un oficinista de una empresa de seguros, introvertido, nunca ha
realizado ejercicio físico, apenas tiene amigos y es endeble tanto de mente
como de físico, no puede un día coger un arma y enfrentarse violentamente
a una panda de mafiosos que están extorsionando a los chinos de la tienda
de su barrio, así, de repente, y que haga uso de una fuerza y sed de sangre
increíbles. Ese personaje no es creíble.
Hay que ser coherentes y hacer que tanto el guerrero como el
oficinista se muevan acorde con su personalidad. El guerrero mata y viola
sin cargo de conciencia y el oficinista contempla con cobardía como los
mafiosos pegan una paliza a su vecino de origen chino. Pero, esto es
importante, puedes hacer que los personajes cambien y hagan lo que
quieras. El guerrero, durante un saqueo, ahíto de matar y violar, decide
perdonar la vida a una hermosa mujer; la violará más tarde. Ella es cristiana
y se convertirá en la amante a la fuerza del guerrero, cosa que aprovechará
para inculcar en el guerrero algo de compasión y comprensión hacia los
demás. Dado que el guerrero, ya desde pequeño, siempre se vio atraído por
las canciones del bardo de su aldea natal y posee una mente abierta e
imaginativa, es un poco más sensible que el resto de sus compañeros y poco
a poco, con mucho esfuerzo, la mujer consigue hacer cambiar al guerrero.
Esto es una trama que durará toda la novela hasta llegar al desenlace creíble
y fantástico. El guerrero, acorde a su personalidad abierta a los cambios, y a
la influencia de la mujer a la que llega a amar y aprende hasta ciertos
límites a respetar, cambia; eso es creíble. El oficinista está locamente
enamorado de la linda hija del chino, y ella, igual de tímida que él, un día le
da un beso. El oficinista de repente nota que su vida, gris y vulgar, se
convierte en algo más bonito. Siempre ha sido un chico del que abusaron, y
en su niñez unos chicos mayores le hicieron la vida imposible hasta el punto
de que le traumatizaron; es una persona que guarda en su interior rabia,
resentimiento y cólera. Los mafiosos, en busca del dinero que no tiene el
chino, raptan a la muchacha china, la violan y matan salvajemente. En el
interior de la mente del oficinista algo estalla y desde ese día consagra su
vida a la venganza. Cambia su forma de ser, entrena, durante años se
prepara y finalmente lleva a cabo una terrible y sangrienta venganza.
Son personajes que se mueven acorde con su personalidad, una
personalidad que previamente has creado para que cuando llegue el gran
cambio (el guerrero deja de violar mujeres y el tímido oficinista se
convierte en una máquina de matar) sea creíble y satisfaga al lector. El
cambio puede ser producido por un hecho traumático, repentino, o poco a
poco, o cualquier otra opción, es ya cosa tuya, pero debe ser lógico y dentro
de lo posible. Si no hubieras creado la personalidad al oficinista (su cólera
reprimida, su amor arrebatado cruelmente, sus traumas…), jamás hubieras
podido justificar que termine tomando una pistola y mate gente. Ese tipo de
errores los cometen los malos escritores o los que tienen prisa por terminar
una historia y les da igual como quede porque la cuestión es cobrar dinero,
o porque no tienen talento. Por eso hoy en día se hacen muchas malas
películas en cine.
Aclarado el tema de la personalidad y las motivaciones, vamos a
crear a los tres personajes principales de nuestra novela ejemplo: Alberto,
Susana y Raquel.
CAPÍTULO 4
CONVERTIR LA IDEA EN UN ARGUMENTO, segunda parte
EL ARGUMENTO
EL CONFLICTO
Una vez escuché a un personaje de una famosa serie de televisión
decir una gran verdad: a los seres humanos nos mueven tres cosas: las
matemáticas, el sexo y la biología. Es bien cierto, pero el punto de unión de
todas esas cosas son los conflictos, algo a lo que todos los días los seres
humanos nos enfrentamos en mayor o menor medida. El conflicto nos
impulsa, nos hace crear más conflictos y nos desarrolla como personas,
haciendo salir a la luz nuestros más íntimos pensamientos o nuestra
personalidad más oculta. ¿No lo crees así? Pues atento.
Pongamos que estoy viviendo en casa con mi pareja. Mi novia a la
hora de la comida me planta en la mesa un plato de judías verdes. Odio las
judías verdes. Tengo mucha hambre, he ido a practicar deporte al parque y
tras correr cuarenta minutos lo que menos me apetece es comer un plato de
judías verdes. Desilusionado y algo enfadado digo: “No me gustan las
judías verdes”, a lo que mi novia responde: “No hay otra cosa”. Ya
tenemos un conflicto. Este conflicto puede ser pequeño o grande, pues
puedo optar por callarme y comerme las judías o seguir adelante con la
discusión. No quiero comer las judías, pero mi pareja se empecina en decir
que no hay otra cosa. La discusión aumenta de tono y cada cual nos
enrocamos en nuestra postura. De nuevo puedo optar por recular y comer
las judías o decidir seguir adelante. La discusión se agria aún más y de
repente, sin saber cómo ni porque, a la discusión de las judías se unen otros
conflictos anteriores y latentes. Mi novia me reprocha que no cocine yo, o
yo la reprocho que no sepa comprar y sólo compre comida por sus gustos,
que sé yo, mil cosas, y ese pequeño conflicto inicial podemos inflarlo e
inflarlo y crear un conflicto tremendo que evidencie que entre nosotros hay
una relación no muy buena, pues con una mera discusión ambos nos
enfrentamos violentamente. El conflicto de las judías nos ha hecho
reaccionar y ha creado una historia en la que podemos profundizar. ¿Qué ha
hecho que la pareja se enfrente? ¿Qué hay en verdad tras la discusión de las
judías? Es más, el conflicto de las judías sienta las bases para futuros
enfrentamientos que continúen deteriorando la relación de los novios, de tal
manera que más adelante incluso no se hablen o rompan la relación.
Si no sabes cómo iniciar un argumento busca conflictos entre los
personajes. En este caso, si repasamos las historias de los personajes
principales, comprobarás que están sentadas las bases de un montón de
conflictos, puestos intencionadamente o no. El conflicto inicial ya está
preparado: el viaje de Alberto a Sevilla para la boda con Susana. Conflicto:
Alberto no está convencido del todo de la boda. ¿Por qué tiene que dejar
Barcelona y el trabajo allí si se encuentra muy a gusto en la ciudad condal?;
este es un conflicto a explotar.
El mayor conflicto se debe dar cuando Alberto se encuentra con
Raquel. Raquel, cuando era joven, destrozó el corazón de Alberto y jugó
con sus sentimientos. Conflicto: ¿Cómo reaccionará Alberto ante Raquel?
Lo más posible que mal, puesto que Alberto tiene la vida solucionada y en
su rutina encuentra la seguridad. El encuentro con Raquel puede echar por
tierra esa falsa sensación de seguridad y romper su rutina. ¿Por qué?
Conflicto: porque a Alberto todavía le gusta Raquel y porque, a pesar de los
años, sigue dolido por la humillación sufrida a manos de Raquel.
Pero es indudable que Alberto y Raquel deben permanecer juntos,
puesto que la relación con Raquel en Madrid hará que Alberto se replanteé
su vida y decida no casarse con Susana. Es decir, debe haber otro conflicto
aún mayor que haga que Alberto y Raquel tengan que estar juntos a pesar
que entre ellos hay un montón de conflictos sin solucionar y otros por
explotar. Por ejemplo: Raquel descubre que Alberto ha cambiado, es más
guapo, tiene dinero y parece que un buen trabajo. Conflicto: a pesar que
Raquel trata a los hombres como objetos y sólo desea de ellos lo que le
interesa, no puede evitar sentirse atraída por Alberto, sobre todo porque ya
desde adolescente se sentía un poco enamorada de él. Este es un conflicto
interno de Raquel que puede afectar a la trama, puesto que Raquel deberá
luchar entre sus sinceros sentimientos y el egoísmo innato en ella. Pero con
todo, con muy interesante que pueda ser esto, seguimos sin argumento, sólo
tenemos conflictos y más conflictos. ¿No habíamos dicho que gracias a los
conflictos tendríamos el argumento? Sí y no, tranquilo, no te he engañado.
Pero si exponiendo un montón de conflictos sigues sin tener argumento,
bueno, entonces hay un problema.
Sigamos con este tema. Debes añadir conflictos entre los personajes,
además de conflictos internos de los propios personajes, que debatan
consigo mismos, con lo que desean, codicien o sus metas personales. El
conflicto impulsará la novela, enriquecerá el argumento y hará más
interesante la trama. Hemos creado a los personajes, hemos añadido
conflictos, tenemos claro que debemos crear una interesante trama… Ya
deberías tener a estas alturas el argumento, pero por si no, tranquilo, ahora
sí, en el próximo apartado vamos a hablar del argumento.
SOCORRO, QUE NO ME SALE UN MALDITO ARGUMENTO
RESOLUCIÓN FINAL
CAPÍTULO 5
LA CHULETA ARGUMENTAL
EL ARGUMENTO
-Alberto toma la decisión de viajar a Sevilla para la boda. Habla con sus
jefes y como se temía comprueba que no se toman bien esa decisión. Llega
a un acuerdo: se casa, pero debe dejar la luna de miel para más adelante,
pues su presencia como negociador principal en los contratos es
indispensable. Alberto cede a la presión de sus superiores y acepta esas
condiciones. Toma pasaje para Sevilla, pero decide finalmente viajar en
coche. Es más lento, pero le dará tiempo para pensar que hacer. ¿Cómo se
tomará Susana el no tener luna de miel? ¿Y su familia? ¿Y si no se casara?
Podría posponer la boda, o decir sencillamente la verdad: no quiere
casarse. Pero no se atreve y viaja a Sevilla sin tener muy claro que hacer.
Ante sus padres y novia pone la excusa de que necesita parar en Madrid
para cerrar un negocio, la despedida de soltero de sus compañeros y se
compromete a estar en pocos días en Sevilla.
-Raquel sigue siendo tan sensual y exuberante como siempre, ahora más,
gracias a la experiencia y la edad, veintiséis años. Alberto hace como que
la presencia de Raquel no le afecta, pero no es cierto. Descubre, para su
pesar, que sigue enamorado de ella y se comporta como ese joven apocado
y tímido delante de ella, justo lo que no quiere. Pero sigue siendo una vieja
amiga y juntos deciden salir de marcha por Madrid. Alberto le dice a
Raquel que se va a casar con Susana y Raquel piensa que es el momento
ideal de realizar viejos ajustes. No solamente va a utilizar a Alberto para
sus planes, sino que se vengará de Susana, ya que en la época de
estudiantes las dos chicas se odiaban bastante.
-Así pues, Raquel se “topa” por casualidad con Alberto en Madrid y con la
excusa de celebrar la boda se van a una discoteca, bailan, lo pasan bien y
beben mucho alcohol, de tal manera que a la noche una ambiciosa y
ardiente Raquel consigue que un Alberto borracho, y que sigue locamente
enamorado, se acueste con ella. Al día siguiente Alberto se muestra
enfadado y decide viajar para Sevilla lo antes posible, pero Raquel le
cuenta una historia acerca de unos problemas de negocios que tiene.
Llorando, le pide ayuda y le engaña (pensar un poco qué clase de mentira
cuenta a Alberto). La cuestión es que consigue que Alberto crea que ella
está enamorada de él y le necesita. Alberto se encuentra en un grave
dilema: por un lado se siente mal por haber engañado a Susana y desea
irse a Sevilla, y por otro encuentra que la mujer de sus sueños le pide
ayuda y encima está enamorada de él. Pero, a fin de cuentas, la
responsabilidad puede más que su deseo y decide volver a Sevilla, pero
quedándose un par de días en Madrid para ayudar a Raquel con sus
deudas y problemas.
-Alberto llama a sus padres para decirles que se queda unos días más en
Madrid, los negocios se complican. Los padres se enfadan mucho, pero más
se enfada Susana que está teniendo graves problemas con su hermano. Los
padres de Alberto amenazan con ir a Madrid como en esa misma semana
Alberto no vaya a Sevilla. Raquel se entera de los problemas de Alberto e
intenta seducirle poniendo mayor énfasis, consiguiendo volver loco de
pasión a Alberto. Raquel miente a Alberto al asegurarle que está
enamorada de él, lo estaba desde que iban al instituto, pero entonces era
una chica algo superficial. Pero ahora, al volver a verle y con más
madurez, se da cuenta de que sus sentimientos no han cambiado. Alberto la
cree, pues desespera por creerla, y finalmente opta por abandonar a
Susana e irse con Raquel. Entonces aparecen los secuaces rusos y les
raptan a los dos una noche que están de cena por algún sitio de Madrid.
-Les llevan a una finca en el norte de Madrid, por la zona de la sierra, y les
conducen a un chalet solitario. Allí se encuentra uno de los hombres de
confianza del mafioso al que Raquel ha engañado y robado (tengo que
poner nombre a este personaje). Separan a los dos y a Alberto (que ya tiene
en su equipaje el disco con la información aunque no lo sabe) los matones
le pegan una buena paliza, pero no le dejan lisiado ni nada por el estilo,
simplemente es el principio para que se vaya haciendo idea de lo que le
espera. Le interrogan acerca de una información y de su relación con
Raquel. Obviamente, Alberto no sabe nada de eso y lo único que consigue
es enfurecer aún más a los rusos, que le dejan atado en un garaje para que
pase una noche helada y se lo piense mejor.
-Raquel es conducida ante el jefe principal y este le dice que tiene órdenes
de matarla, pero que la puede dejar libre si devuelve lo que ha robado.
Raquel no es tonta y sabe que la matarán de todas formas, pero miente al
mafioso al asegurarle que la información está en Madrid y que al día
siguiente pueden ir a por ella. Alberto no es más que un peón que le sirve
sin saber de qué va todo. El mafioso tampoco es tonto y no se fía de Raquel,
pero se pasa de listo y no comprende que la mujer le está empezando a
seducir. Aunque parezca manido y un poco tópico, Raquel, de corazón duro
como la piedra y muy experimentada, consigue atraer la atención y
ambición del mafioso y le seduce finalmente. El mafioso está muy confiado,
pues en su desprecio machista no ve que Raquel pueda ser ningún peligro
sobre todo porque en la casa hay cuatro matones rusos más.
CAPÍTULO 6
ESCRIBIENDO
LEE Y RELEE
EL FINAL
EL TÍTULO
“Legión”
“Contagio”
“Yo, Claudio”
CON SENTIMIENTOS
INTERACTIVOS
CONSEJOS FINALES
CAPÍTULO 9
CREAR AMBIENTES, “VISUALIZAR ESCENAS”
¿Qué nos dice esa “verdad”? Puede que el lector no sepa explicarlo
conscientemente, pero mientras lee, inconscientemente, sabe que el
personaje que emplea ese tipo de coletillas es alguien que no es fuerte de
carácter, que le falta confianza o que se encuentra en una situación apurada
y de la que posiblemente no obtenga nada bueno, al contrario. Es como en
la vida real. Las personas que emplean coletillas en su vocabulario o poseen
ciertos tics nerviosos o manías repetitivas son personas con ciertos
problemas que nos dan pistas sobre su personalidad. A través de las
descripciones de los personajes, de sus ropajes, gestos, manías, etc.,
podemos dotarles de unas personalidades y dar mucha información al lector
sin necesidad de agobiarle con exhaustivas y largas parrafadas.
¿Y qué pasa con los objetos? Dependiendo del peso que tengan en
la trama o en cierto momento de ella, también es bueno detenerse un poco
en sus descripciones. Por ejemplo, Alberto y Susana escapan de los
mafiosos rusos en un coche, imaginemos que les quitan el coche a los rusos.
No es un coche demasiado importante cuanto que sirve para escapar, llegar
a Madrid capital y dejarlo abandonado. Entonces, a no ser que el vehículo
luego se revele como algo muy importante, no es necesario dedicarle un
extenso párrafo para describirle. Con decir la marca, el color o algún detalle
técnico basta. Pero retrocedamos un poco para hablar sobre otros utensilios.
Cuando Alberto estuvo retenido por los rusos, encerrado en el
taller por la noche, pudo contemplar el espeluznante destino que podía
sufrir. Está claro, por la descripción del lugar, que es un sitio donde se
tortura y puede que hasta se asesine a las personas. Es conveniente entonces
describir un poco más al detalle ciertos objetos. Si la mirada de Alberto se
pasea aterrorizada por una mesa con utensilios, pensando que los van a
emplear contra él, podemos decir que hay un martillo y una sierra, pero
sería mucho mejor si escribimos que el martillo es grande, macizo, ideal
para partir duras piedras, con un mango de madera grueso y en cuyo
extremo inferior se puede apreciar tiras de cuero enrolladas para dar mayor
sujeción a la mano. ¿Qué nos dice la descripción del martillo, que cosas nos
está enunciando sin necesidad de decirlas? Pues que ese martillo es un
objeto contundente, bestial, que si es capaz de machacar granito que no hará
a los huesos humanos; y esas tiras de cuero (los martillos que compras no
tienen esas tiras) dan una idea de que se emplea a menudo y que se hace
para torturar. En cuanto a la sierra, podemos añadir que es grande, con
enormes dientes aserrados, algunos de ellos manchados de oxido, pero
también de lo que parece sangre reseca u otros líquidos que el asustado
Alberto es incapaz de saber que pueden ser. ¿Hace falta decir para que se
utiliza la sierra?
Lo mismo que nos ha servido para el martillo y la sierra lo
podemos emplear en otras cuestiones, como una joya apreciada por Raquel,
un reloj por Alberto, lo que sea, siempre y cuando tenga su importancia en
la trama. Creo que en este capítulo he dejado bastante claro que es muy
importante para la obra el saber describir tanto escenas como ambientes,
como a los personajes y los objetos. El tipo de descripción o su extensión de
la misma ya es algo de cada autor y su estilo.
CAPÍTULO 10
¿QUÉ HAGO CON MI NOVELA TERMINADA?
VARIOS CONSEJOS.
Asume que vas a recibir negativas. Es normal que suceda así. Eres
desconocido, novel y es un riesgo invertir dinero en tus obras. Aún en el
caso de que hayas publicado varias novelas no significa que una editorial
confíe en tus obras. Así pues, es mejor que des por sentado que siempre vas
a recibir negativas a la hora de publicar tus libros. No es un pensamiento
derrotista por mi parte, sino una manera de no hacer que te desanimes y
rindas. ¿Qué es lo peor que te pueden decir: no? Pues no pasa nada, sigues
enviando obras hasta que des con una editorial que te diga sí. Nunca dejes
de hacerlo. Envía tus novelas a todas partes: a España o al extranjero. Pero
no dejes que esas numerosas negativas echen por tierra tu carrera como
escritor. Yo tardé casi ocho años en ver publicada mi primera novela, y tuve
suerte. Los hay que es cierto que en poco tiempo logran publicar, pero la
gran mayoría de autores no publican de forma profesional nunca. La
constancia debe formar parte de tu carácter.
No tengas miedo a las críticas. Si eres un escritor que no soporta
críticas negativas, entonces no tienes madera para ser escritor, así de simple.
Las críticas es algo con lo que tendrás que vivir siempre, y las malas son
mucho más positivas que las buenas, pues de las primeras aprendes, de las
segundas no. Cuando envías tus obras para que las evalúen, te expones a
que te las critiquen, y no olvides esto, un editor literario (o quien evalúe las
obras en una editorial) no está en posesión de la verdad absoluta ni del
criterio perfecto. Evaluará tus obras según sus gustos (aunque lo niegue) y
preferencias. Como he dicho antes, muchas veces que admitan tu obra es
más que nada porque se encuentra en el sitio adecuado ante la persona
adecuada. Muchos editores, cuando exponen sus razones para no publicar
unas obras, suelen dar consejos o críticas, explicando el porqué deciden que
no se publique en la editorial en la que trabajan. Muy pocas veces son
críticas destructivas, sino que son positivas, aunque sean malas. Los
editores son gente con muchos años de experiencia, cierto, no son
escritores, pero casi, dado que llevan años leyendo todo tipo de literatura y
a toda clase de autores. Lo que dicen suele ser muy interesante; préstales
atención y aprende. Y ten el ánimo fuerte: en ocasiones puedes recibir
críticas destructivas, con ponzoña. El tiempo te enseñará a distinguir entre
las críticas constructivas (aunque sean malas) y las simplemente
destructivas.
Habla, negocia y discute con los editores. Respeta su figura, pero
no les temas. Ellos defienden su punto de vista y tú el tuyo, que suele ser
muy diferente. Ten en cuenta que ellos no crean, pero arriesgan su dinero,
trabajo e incluso su reputación; un editor que sólo publique fracasos es más
que probable que acabe perdiendo el trabajo, sino su negocio, y el resto de
editoriales no le miren con buenos ojos. No son ogros, son personas con
inquietudes, puedes hablar con ellos con franqueza. Defiende tus intereses,
no te cortes a la hora de señalar que es lo mejor para tu obra y para la
editorial. Obviamente, no te pases de listo, que una cosa es tener iniciativa y
otra muy distinta arrogancia. Tendrás que dar tu brazo a torcer y hacer cosas
que no te gusten, pero es así. Tu obra es buena, pero una cosa es escribir un
libro y otra muy distinta publicarlo o venderlo. Sin destrozar tu idea, te
verás obligado a realizar cambios, transigir o rendirte en que según qué
cosas; es normal.
EPÍLOGO
Hasta aquí hemos llegado. Ésta vez sí que es el final. Espero con
ilusión que todo lo que expuesto te haya podido servir en algo y facilitado
tus inicios como escritor. Sólo decirte esto: si algún día llegas a triunfar, o
sea, escribir novelas, verlas publicadas y que lleguen a un buen número de
lectores, acuérdate de tus duros inicios. No se te olvide que una vez fuiste
un autor completamente desconocido lleno de miedos, dudas e
interrogantes. Si te encuentras a un escritor novel procura ayudarle, no le
veas como una competencia o un obstáculo a tu carrera. Ayúdale como un
día te ayudaron a ti. Además, ten en cuenta que la competencia sólo puede
estimularte a que seas mejor como autor.
Sigue tu camino, compañero escritor, y crea mundos plagados de
aventuras, sentimientos y conflictos, inventa historias que llenen de luz y
color el mundo y haz que leer sea para tus lectores un placer. Hasta siempre.
El autor.
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Facebook: http://www.facebook.com/juancarlos.sanchezclemares