Está en la página 1de 9

Común Maestros Nº 5-8

Lengua y Literatura magister


Educación Primaria
TEXTO 5:

En la acera de enfrente, un niño se desgañitaba a la puerta de una taberna:


Esgraciaíto aquel que come
el pan por manita ajena;
siempre mirando a la cara,
si la ponen mala o buena.

De la taberna le tiran un par de perras y tres o cuatro aceitunas que el niño recoge del suelo,
muy de prisa. El niño es vivaracho como un insecto, morenillo, canijo. Va descalzo y con el
pecho al aire, y representa tener unos seis años (...)
Al niño que cantaba flamenco le arreó una coz una golfa borracha. El único comentario fue un
comentario puritano:
-¡Caray, con las horas de estar bebida! ¿Qué dejará para luego?
El niño no se cayó al suelo, se fue de narices contra la pared. Desde lejos dijo tres o cuatro
verdades a la mujer, se palpó la cara y siguió andando (...)
El niño no tiene cara de persona, tiene cara de animal doméstico, de sucia bestia, de pervertida
bestia de corral. Son pocos sus años para que el dolor haya marcado aún el navajazo del
cinismo –o de la resignación- en su cara, y su cara tiene una bella e ingenua expresión estúpida,
una expresión de no entender nada de lo que pasa. Todo lo que pasa es un milagro para el
gitanillo, que nació de milagro, que come de milagro, que vive de milagro y que tiene fuerzas
para cantar de puro milagro.
Detrás de los días vienen las noches, detrás de las noches vienen los días. El año tiene cuatro
estaciones: primavera, verano, otoño, invierno. Hay verdades que se sienten dentro del cuerpo,
como el hambre o las ganas de orinar (...)
El gitanillo, a la luz de un farol, cuenta un montón de calderilla. El día no se le dio mal: ha
reunido cantando desde la una de la tarde hasta las once de la noche, un duro y sesenta
céntimos. Por el duro de calderilla le dan cinco cincuenta en cualquier bar; los bares andan
siempre mal de cambios.
El gitanillo cena, siempre que puede, en una taberna que hay por detrás de la calle de
Preciados, bajando por la costanilla de los Ángeles; un plato de alubias, pan y un plátano le
cuestan tres veinte.

©MELC S.A.
Práctico Común Maestros 5-8
MAGISTER OPOSICIONES ©MELC S.A. Lengua y Literatura

El gitanillo se sienta, llama al mozo, le da las tres veinte y espera a que le sirvan.
Después de cenar sigue cantando, hasta las dos, por la calle de Echegaray, y después procura
coger el tope del último tranvía. El gitanillo, creo que ya lo dijimos, debe andar por los seis
años (...)
El niño que canta flamenco duerme debajo de un puente, en el camino del cementerio. El niño
que canta flamenco vive con algo parecido a una familia gitana, con algo en lo que, cada uno
de los miembros que la forman, se las agencia como mejor puede, con una libertad y una
autonomía absolutas.
El niño que canta flamenco se moja cuando llueve, se hiela si hace frío, se achicharra en el mes
de agosto, mal guarecido a la escasa sombra del puente: es la vieja ley del Dios del Sinaí.
El niño que canta flamenco tiene un pie algo torcido; rodó por un desmonte, le dolió mucho,
anduvo cojeando algún tiempo...
La Colmena (1951) de Camilo José Cela

2
www.magister.es
Práctico Común Maestros 5-8
©MELC S.A. MAGISTER OPOSICIONES
Lengua y Literatura

 CUESTIONARIO DEL TEXTO 5

(En esta segunda edición repasaremos normas ortográficas- que recordamos pueden
aparecer también como cuestiones teóricas-, morfología, semántica y educación literaria)
1.-En el texto encontramos prosa y verso. Indique en qué líneas se localizan ambas formas.
2.- ¿A qué llamamos verso? ¿Y estrofa? ¿Y poema?
3.-Establezca la diferencia entre enunciado, párrafo y texto.
4.-Explique el concepto de ―sinónimo‖ y diga, al menos, un sinónimo de las siguientes palabras
del texto:
 Desgañitar
 Perras
 Borracha
 Bestia
5.-Escriba, con sus propias palabras, el resumen del texto.
6.-En el texto encontramos unos puntos suspensivos dentro de un paréntesis. Explique este uso
y después indique todos los usos de los puntos suspensivos.
7.-En el texto aparece la palabra ―coz‖. Indique las reglas de formación del plural para las
palabras acabadas en Z.
8.-En el texto se observan palabras subrayadas. Indique qué tipo, clase de palabras o categorías
gramaticales son. Defínalas y clasifíquelas.
9.-Repasemos las diferentes disciplinas de esta materia:
-¿Qué estudia la Morfología?
-¿Y la Sintaxis?
-¿Y la Semántica?
-¿Y el Léxico?
-¿Y la Fonética?
-¿Y la Pragmática?
10.- ¿En qué siglo ubicaría al autor de este fragmento?

3 www.magister.es
Práctico Común Maestros 5-8
MAGISTER OPOSICIONES ©MELC S.A. Lengua y Literatura

TEXTO 6:

En su habitación pudo el capellán notar mejor que en la cocina la escandalosa suciedad del
angelote. Media pulgada de roña le cubría la piel; y en cuanto al cabello, dormían en él capas
geológicas, estratificaciones en que entraba tierra, guijarros menudos, toda suerte de cuerpos
extraños. Julián cogió a viva fuerza al niño, lo arrastró hacia la palangana, que ya tenía bien
abastecida de jarras, toallas y jabón. Empezó a frotar. ¡María Santísima y qué primer agua la
que salió de aquella empecatada carita! Lejía pura, de la más turbia y espesa. Para el pelo fue
preciso emplear aceite, pomada, agua a chorros, un batidor de gruesas púas que desbrozase la
virgen selva. Al paso que adelantaba la faena, iban saliendo a luz las bellísimas facciones,
dignas del cincel antiguo, coloreadas con la pátina del sol y del aire; y los bucles, libres de
estorbos, se colocaban artísticamente como en una testa de Cupido, y descubrían su matiz
castaño dorado, que acababa de entonar la figura. ¡Era pasmoso lo bonito que había hecho Dios
a aquel muñeco!
Todos los días, que gritase o que se resignase el chiquillo, Julián lo lavaba así antes de la
lección. Por aquel respeto que profesaba a la carne humana no se atrevía a bañarle el cuerpo,
medida bien necesaria en verdad. Pero con los lavatorios y el carácter bondadoso de Julián, el
diablillo iba tomándose demasiadas confianzas, y no dejaba cosa a vida en el cuarto. Su
desaplicación, mayor a cada instante, desesperaba al pobre presbítero: la tinta le servía a
Perucho para meter en ella la mano toda y plantarla después sobre el silabario; la pluma, para
arrancarle las barbas y romperle el pico cazando moscas en los vidrios; el papel, para rasgarlo
en tiritas o hacer con él cucuruchos; las arenillas, para volcarlas sobre la mesa y figurar con
ellas montes y collados, donde se complacía en producir cataclismos hundiendo el dedo de
golpe. Además, revolvía la cómoda de Julián, deshacía la cama brincando encima, y un día
llegó al extremo de prender fuego a las botas de su profesor, llenándolas de fósforos
encendidos.
Los pazos de Ulloa. Emilia Pardo Bazán

4
www.magister.es
Práctico Común Maestros 5-8
©MELC S.A. MAGISTER OPOSICIONES
Lengua y Literatura

 CUESTIONARIO DEL TEXTO 6

1.- ¿Qué sinónimo de capellán encontramos en el fragmento? Ponga un sinónimo que recuerde
de la palabra ―roña‖.
2.-Explique con sus propias palabras el significado del primer párrafo.
3.- ¿A quién se refiere como ―el angelote‖?
4.- ¿Qué es un pazo?
5.- ¿Qué significa ―bucles‖, ―cincel‖, ―testa‖? ¿Y batidor de gruesas púas?
6.- ¿A qué género literario pertenece esta novela?
7.- Defina qué es un adjetivo y qué clases conoce. Recuerde también los grados y las
excepciones.
8.- Analice morfológicamente el siguiente fragmento:
Todos los días por aquel respeto que profesaba a la carne humana no se atrevía a bañarle el
cuerpo, medida bien necesaria en verdad
9.- En el primer párrafo del texto encontramos en negrita varias palabras. Clasifíquelas en
determinantes y pronombres indicando su clase.
10.- Recordemos en la Literatura medieval quién fue el primer autor conocido, qué siglos
abarca y qué dos grandes movimientos literarios se encuentran.

5 www.magister.es
Práctico Común Maestros 5-8
MAGISTER OPOSICIONES ©MELC S.A. Lengua y Literatura

TEXTO 7:

Los niños que viven en Brooklyn no todos se duermen por la noche. Piensan en Manhattan
como en lo más cercano y al mismo tiempo lo más exótico del mundo, y su barrio les parece un
pueblo perdido donde nunca pasa nada. Se sienten como aplastados bajo una nube densa de
cemento y vulgaridad. Sueñan con cruzar de puntillas el puente que une Brooklyn con la isla
que brilla al otro lado y donde imaginan que toda la gente está despierta bailando en locales
tapizados de espejo, tirando tiros, escapándose en coches de oro y viviendo aventuras
misteriosas. Y es que cuando la estatua de la Libertad cierra los ojos, les pasa a los niños sin
sueño de Brooklyn la antorcha de su vigilia. Pero esto no lo sabe nadie, es un secreto. Tampoco
lo sabía Sara Allen, una niña pecosa de diez años que vivía con sus padres en el piso catorce de
un bloque de viviendas bastante feo, Brooklyn adentro. Pero lo único que sabía es que en
cuanto sus padres sacaban la bolsa negra de la basura, se lavaban los dientes y apagaban la luz,
todas las luces del mundo le empezaban a ella a correr por dentro de la cabeza como una rueda
de fuegos artificiales. Y a veces le daba miedo, porque le parecía que la fuerza aquella la
levantaba en vilo de la cama y que iba a salir volando por la ventana sin poderlo evitar. Su
padre, el señor Samuel Allen, era fontanero, y su madre, la señora Vivian Allen, se dedicaba
por las mañanas a cuidar ancianos en un hospital de ladrillo rojo rodeado por una verja de
hierro. Cuando volvía a casa, se lavaba cuidadosamente las manos, porque siempre le olían un
poco a medicina, y se metía en la cocina a hacer tartas, que era la gran pasión de su vida. La
que mejor le salía era la de fresa, una verdadera especialidad. Ella decía que la reservaba para
las fiestas solemnes, pero no era verdad, porque el placer que sentía al verla terminada era tan
grande que había acabado por convertirse en un vicio rutinario, y siempre encontraba en el
calendario o en sus propios recuerdos alguna fecha que justificase aquella conmemoración. Tan
orgullosa estaba la señora Allen de su tarta de fresa que nunca le quiso dar la receta a ninguna
vecina. Cuando no tenía más remedio que hacerlo, porque le insistían mucho, cambiaba las
cantidades de harina o de azúcar para que a ellas les saliera seca y requemada.
—Cuando yo me muera —le decía a Sara con un guiño malicioso—, dejaré dicho en mi
testamento dónde guardo la receta verdadera, para que tú le puedas hacer la tarta de fresa a tus
hijos.
«Yo no pienso hacerles nunca tarta de fresa a mis hijos», pensaba Sara para sus adentros.
Porque había llegado a aborrecer aquel sabor de todos los domingos, cumpleaños y fiestas de
guardar. Pero no se atrevía a decírselo a su madre, como tampoco se atrevía a confesarle que
no le hacía ninguna ilusión tener hijos para adornarlos con sonajeros, chupetes, baberos y
lacitos, que lo que ella quería de mayor era ser actriz y pasarse todo el día tomando ostras con
champán y comprándose abrigos con el cuello de armiño, como uno que llevaba de joven su
abuela Rebeca en una foto que estaba al principio del álbum familiar, y que a Sara le parecía la
única fascinante. En casi todas las demás fotos aparecían personas difíciles de distinguir unas
de otras, sentadas en el campo alrededor de un mantel de cuadros o a la mesa de algún comedor
donde se estaba celebrando una fiesta olvidada, cuya huella unánime era la tarta. Siempre había

6
www.magister.es
Práctico Común Maestros 5-8
©MELC S.A. MAGISTER OPOSICIONES
Lengua y Literatura

entre los manjares restos de tarta o una tarta entera; y a la niña le aburría mirar a aquellos
comensales sonrientes porque también ellos tenían cara de tarta.(…)
Antes del plano de Manhattan y de los libros de cuentos, el primer regalo que Sara había
recibido del rey-librero de Morningside —cuando tenía sólo dos años— fue un rompecabezas
enorme. Sus cubos llevaban en cada cara una letra mayúscula diferente, con el dibujo en
colores de una flor, fruta o animal cuyo nombre empezara por aquella letra. Gracias a este
rompecabezas, Sara se familiarizó con las vocales y las consonantes, y les tomó cariño, incluso
antes de entender para qué servían. Ponía en fila los cubos, les daba la vuelta y combinaba a su
capricho las letras que iba distinguiendo unas de otras por aquellos perfiles tan divertidos y
peculiares. La E parecía un peine, la S una serpiente, la O un huevo, la X una cruz ladeada, la
H una escalera para enanos, la T una antena de televisión, la F una bandera rota. Su padre le
había dado un cuaderno grande, con tapas duras como de libro, que le había sobrado de llevar
las cuentas de la fontanería. Era de papel cuadriculado, con rayas rojas a la izquierda, y en él
empezó a pintar Sara unos garabatos que imitaban las letras y otros que imitaban muebles,
cacharros de cocina, nubes o tejados. No veía diferencia entre dibujar y escribir. Y más tarde,
cuando ya leía y escribía de corrido, siguió pensando lo mismo; o sea que no encontraba
razones para diferenciar una cosa de otra. Por eso le gustaban mucho los anuncios luminosos
que alternaban imágenes con letreros, marilines monroes apagándose y la marca de un
dentífrico encendiéndose, en el mismo alero del mismo edificio altísimo, alumbrando la noche
en un parpadeo que pasaba del oro al verde, casi a la vez. Porque las letras y los dibujos eran
hermanos de padre y madre: el padre el lápiz afilado y la madre la imaginación. Las primeras
palabras que escribió Sara en aquel cuaderno de tapas duras que le había dado su padre fueron
río, luna y libertad, además de otras más raras que le salían por casualidad, a modo de
trabalenguas, mezclando vocales y consonantes a la buena de Dios. Estas palabras que nacían
sin quererlo ella misma, como flores silvestres que no hay que regar, eran las que más le
gustaban, las que le daban más felicidad, porque sólo las entendía ella. Las repetía muchas
veces, entre dientes, para ver cómo sonaban, y las llamaba «farfanías». Casi siempre le hacían
reír. —Pero ¿de qué te ríes? ¿Por qué mueves los labios? —le preguntaba su madre, mirándola
con inquietud. —Por nada. Hablo bajito. —¿Pero con quién? —Conmigo; es un juego. Invento
farfanías y las digo y me río, porque suenan muy gracioso. —¿Que inventas qué? —Farfanías.
—¿Y eso qué quiere decir? —Nada. Casi nunca quieren decir nada. Pero algunas veces sí. —
Dios mío, esta niña está loca. Sara fruncía el ceño. —Pues para otra vez no te cuento nada. ¡Ya
está! La señora Allen, algunas noches, subía al piso diecisiete, apartamento F, para ver un rato
a su vecina la señora Taylor y desahogarse con ella.
Caperucita en Maniatan. Carmen Martín Gaite

7 www.magister.es
Práctico Común Maestros 5-8
MAGISTER OPOSICIONES ©MELC S.A. Lengua y Literatura

 CUESTIONARIO DEL TEXTO 7

1.- ¿Qué significa este fragmento?


Se sienten como aplastados bajo una nube densa de cemento y vulgaridad. Sueñan con cruzar
de puntillas el puente que une Brooklyn con la isla que brilla al otro lado y donde imaginan
que toda la gente está despierta bailando en locales tapizados de espejo, tirando tiros,
escapándose en coches de oro y viviendo aventuras misteriosas
2.- ¿Por qué dice que hacer tartas se había convertido en ―un vicio rutinario‖?
3.- ¿A qué se refiere con ―los anuncios luminosos‖ y ―las marilines monroes‖?
4.- Explique con sus propias palabras qué quiere decir la niña con ―farfanías‖.
5.- ¿Qué secuencias o tipologías textuales se encuentran en el texto? Señala dónde están y todo
lo que sepa de ellas.
6.- Diferencie secuencias textuales de géneros literarios.
7.- Recuerde las clases de PUNTOS que estudiamos como signos de puntuación. ¿Qué signos
de puntuación son dobles en nuestra lengua?
8.- ¿A qué llamamos polisemia? Ponga un ejemplo propio. Busque palabras antónimas en el
texto.
9.- Diferencie los subgéneros de la LÍRICA y diga cuáles eran las composiciones poéticas de
Garcilaso de la Vega.
10.- Indique los dos movimientos literarios del siglo XVI.

8
www.magister.es
Práctico Común Maestros 5-8
©MELC S.A. MAGISTER OPOSICIONES
Lengua y Literatura

TEXTO 8 (REPASO):

1.- Defina los siguientes recursos estilísticos o figuras literarias: metáfora, símil, hipérbole,
hipérbaton, personificación y paralelismo.
2.- Recuerde las reglas de ortografía para utilizar las letras cursivas.
3.- ¿Qué es un soneto?
4.- Recuerde el nombre de las estrofas de 2 y 3 versos.
5.- Explique las diferencias de TOPÓNIMOS y gentilicios.
6.- Mencione las clases de sustantivos.
7.- Clasifique los adverbios diciendo sus clases.
8.- Repase los grados del adjetivo
9.- Indique lo que sepa de los morfemas verbales de persona, número, tiempo, modo, aspecto,
voz.
10.- Ordene cronológicamente de más antiguo a más actual a los siguientes autores: Juan Ruiz-
Jorge Manrique- Garcilaso-Berceo-Fray Luis de León

9 www.magister.es

También podría gustarte