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UNIDAD 4: LAS TRES GRANDES HIPÓTESIS

PSICOPATOLÓGICAS DE FREUD

Textos:

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FREUD: Las neuropsicosis de defensa (1894)
Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa (1896)
Introducción del narcisismo (1914)
Neurosis y psicosis (1924)
La pérdida de la realidad en la neurosis y la psicosis (1924)

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A comienzos del siglo XX ocurre un cambio de paradigma de la psiquiatría de la escuela francesa y
DD
la escuela alemana. Freud concibe que la producción síntomas histéricos obedecen a mecanismos
psíquicos. Freud nos muestra en esta esquematización cómo fue abordando las diferentes
nosologías en diferentes escritos.

1 - HIPÓTESIS DE LA DEFENSA DEL YO


LA

Toma a "neuropsicosis de defensa" en 1894, a partir de aquí se constituyó su primera nosología:


Freud establece que ante circunstancias inconciliables para el yo, este asume la defensa siendo
esta un mecanismo psíquico que busca descomprimir o reducir cualquier alteración del estado de
equilibrio del aparato psíquico.
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Las neuropsicosis de defensa (1894)


La noción de escisión de la conciencia conduce la formación de grupos psíquicos separados. Esta


escisión del contenido de la conciencia es la consecuencia de un acto voluntario del enfermo, es


decir, su propósito es otro, pero él no alcanza su meta y por ello debe producir dicha escisión.
Estos pacientes gozaron de salud psíquica hasta un momento en que sobrevino un caso de
inconciliabilidad en su vida de representaciones, es decir, hasta que se presentó a su yo una
vivencia (una representación), que despertó un afecto tan penoso que la persona decidió olvidarla,
no confiando en poder solucionar con su yo, mediante un trabajo de pensamiento, la
contradicción que esa representación inconciliable le oponía. En dichos pacientes, no se puedo
conseguir el olvido plenamente, sino que se llevó a diversas reacciones patológicas que
provocaron una histeria, o una representación obsesiva, o una psicosis alucinatoria.
La tarea que el yo defensor se impone, de tratar como “no acontecida” u “olvidada” a la
representación inconciliable, es indisoluble para él; una vez que la huella mnémica

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(representación/vivencia) y el afecto adherido a él están ahí, ya no se los puede extirpar. Por ello
se convertiría en una solución escindir el afecto de la representación (convertir la representación
intensa en débil, arrancarle el afecto, apartar la suma de excitación de la representación). De este
modo, la representación débil no le exigirá al yo ningún trabajo asociativo inconciliable con un
afecto displacentero, pero la suma de excitación divorciada de dicha representación deberá ser
dirigida a otro lugar.

Hasta aquí son iguales los procesos en la histeria, en las fobias y en las representaciones obsesivas.
A partir de aquí, los caminos se separan.

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En la Histeria el modo de volver inocua la representación inconciliable (que tiene origen sexual) es
transponer a lo corporal la suma de excitación (conversión). La conversión puede ser total o
parcial, y sobrevendrá en aquella inervación que tenga un nexo más cercano con la vivencia
traumática. En tales condiciones, la huella mnémica de la representación reprimida no ha sido
sepultada sino que forma en lo sucesivo el núcleo de un grupo psíquico segundo.

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Se comprende el factor característico de la histeria, no en la escisión de la conciencia, sino en la
aptitud para la conversión.

En las Neurosis Obsesivas (Representaciones Obsesivas) el afecto escindido de su representación


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inconciliable (también de origen sexual) permanece en el ámbito psíquico. La representación
ahora debilitada queda segregada de toda asociación dentro de la conciencia, pero su afecto
liberado se adhiere a otras representaciones, en sí no inconciliables, que en virtud de este “enlace
falso” devienen representaciones obsesivas. Para el enlace secundario del afecto liberado se
puede aprovechar cualquier representación que por su naturaleza sea compatible con un afecto
LA

de esa cualidad, o bien tenga con la representación inconciliable ciertos vínculos a raíz de los
cuales parezca utilizable como su subrogado.
La ventaja obtenida por el yo tras emprender para la defensa el camino del transporte del afecto
(N. Obs.) es mucho menor que en el caso de la conversión de una excitación psíquica en una
FI

inervación somática (histeria), ya que el afecto no fue cambiado o disminuido, sólo la


representación inconciliable ha sido sofrenada, excluida del recordar

El tercer caso de las neuropsicosis de defensa es la Psicosis Alucinatoria. Aquí se produce una
modalidad defensiva más enérgica y exitosa, que consiste en que el yo desestima la


representación inconciliable junto con su afecto y se comporta como si la representación nunca


hubiera aparecido (la persona se encuentra en una confusión alucinatoria/psicosis donde se
suprimen afecto y representación). El yo se defiende de la representación insoportable mediante
el refugio en la psicosis. El yo se arranca de la representación insoportable pero esta se entrama
inseparablemente con un fragmento de la realidad objetiva, y en tanto el yo lleva a cabo esa
operación, se desase también, total o parcialmente, de la realidad objetiva.

Las tres variedades de defensa aquí descritas pueden estar reunidas simultáneamente en una
misma persona, de tal forma que se dificulta una separación tajante entre las neurosis e incluso
fuerzan a postular las neurosis mixtas.

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Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa (1896)
La histeria, las representaciones obsesivas y ciertos casos de confusión alucinatoria aguda bajo en
título de “neuropsicosis de defensa”. Nacen mediante el mecanismo psíquico de la defensa
inconciente , es decir, el intento de reprimir una representación inconciliable que habría entrado
en penosa oposición con el yo del enfermo. Es preciso situar la defensa en el punto nuclear dentro
del mecanismo psíquico de las neurosis mencionadas.

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Etiología específica de la histeria

Los síntomas histéricos sólo son inteligibles reduciéndolos a unas vivencias “traumáticas” de la
vida sexual, ejecutadas con pasividad. Es preciso que estos traumas sexuales correspondan a la
niñez temprana y su contenido tiene que consistir en una efectiva irritación de los genitales
(proceso semejante al coito). Sin embargo, no son las vivencias mismas las que poseen efecto

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traumático, sino sólo su reanimación como recuerdo después que el individuo ha ingresado en la
madurez sexual (efecto póstumo del trauma infantil sexual). Solo consiguen reprimir el recuerdo
de una vivencia sexual penosa de edad madura aquellas personas en quienes esa vivencia es capaz
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de poner en vigor la huella mnémica de un trauma infantil (el recuerdo de una vivencia sexual
infantil ejerce un efecto mucho mayor que cuando fue vivida, el paso a la sexualidad madura
realza la intensidad de la vivencia sexual infantil en su recuerdo adulto/maduro). Es decir, la
histeria (y la neurosis obsesiva también) es consecuencia mediata de influjos nocivos sexuales que
sobrevinieron antes del ingreso en la madurez sexual, es decir, es consecuencia de las huellas
LA

mnémicas psíquicas de dichos influjos.

Naturaleza y mecanismo de la neurosis obsesiva

En la etiología de la neurosis obsesiva, unas vivencias sexuales de la primera infancia poseen la


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misma significatividad que en la histeria, pero se tratan de vivencias placenteras y activas (es decir,
una actividad sexual).
Las representaciones obsesivas son siempre reproches mudados, que retornan de la represión y
están referidos siempre a una acción sexual de la infancia realizada con placer. Su desarrollo se


dispone de la siguiente manera:


- En un primer período (inmoralidad infantil) ocurren los sucesos que contienen el germen de la
neurosis posterior.
- En un segundo período (madurez sexual) el recuerdo de aquellas acciones placenteras se anuda
con un reproche, y el nexo con la vivencia posibilita reprimir ese reproche y sustituirlo por un
síntoma defensivo primario
- El tercer período es el de la enfermedad, donde la defensa está plenamente lograda. Se
caracteriza por el retorno de los recuerdos reprimidos (fracaso de la defensa), pero no devienen
de forma inalterados a la conciencia, sino que devienen concientes como representación y afecto
obsesivos (formaciones de compromiso entre las representaciones reprimidas y las represoras
/síntoma).

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El contenido de la representación obsesiva está doblemente desfigurado: En primer lugar, algo
actual reemplaza a lo pasado, y en segundo lugar, porque lo sexual está sustituido por un análogo
no sexual. Estas modificaciones son el efecto de la represión todavía vigente que es ejercida por el
yo.
Junto a estos síntomas de compromiso, que significan el retorno de lo reprimido y, con él, un
fracaso de la defensa originariamente lograda, la neurosis obsesiva forma una serie de otros
síntomas defensivos. Sucede que el yo procura defenderse de los retoños del recuerdo
inicialmente reprimido, y por ello crea unos síntomas de “defensa secundaria”. Éstos constituyen
“medidas protectoras” con la finalidad de conseguir efectivamente volver a reprimir los síntomas

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del retorno de lo reprimido impuestos al yo y así se crean las acciones obsesivas.
Entre estas acciones e impulsos obsesivos, las fobias desempeñan el máximo papel como
limitaciones existenciales del enfermo.

Análisis de un caso de paranoia

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La paranoia es también una neuropsicosis de defensa, puesto que, al igual que la histeria y las
representaciones obsesivas, proviene de la represión de recuerdos penosos y sus síntomas son
determinados en su forma por el contenido de lo reprimido. Aquí también se reprime una vivencia
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sexual infantil, y una parte de los síntomas brota de la defensa primaria (ideas delirantes de
desconfianza, la persecución de otro, etc.). El reproche es reprimido por el camino de la
proyección, puesto que se erige el síntoma defensivo de la desconfianza hacia otros (en la neurosis
obsesiva la formación de síntoma es la desconfianza de sí mismo). Los reproches reprimidos
retornan como unos pensamientos enunciados en voz alta y se ven forzados a consentir una doble
LA

desfiguración: una censura lleva a sustitución por otros pensamientos asociados o a su


encubrimiento por modos imprecisos de expresión, y están referidos a vivencias recientes,
meramente análogas a las antiguas.
En cuanto a los síntomas de la defensa secundaria, no se hallan como tales presentes en la
paranoia. Como sustituto de ello, las ideas delirantes que llegaron a la conciencia en virtud del
FI

compromiso (síntomas de retorno de lo reprimido) proponen demandas al trabajo de


pensamiento del yo hasta que se las pueda aceptar exentas de contradicción (delirio de
interpretación, que desemboca en la alteración del yo –que debe adecuarse a las ideas delirantes-)


2-HIPOTESIS DE LA FIJACION LIBIDINAL

Introducción del Narcisismo (1914)


El término narcisismo designa aquella conducta por la cual el individuo da a su cuerpo propio un
trato parecido a que daría al cuerpo de un objeto sexual hasta alcanzar la satisfacción plena.

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Los enfermos parafrénicos muestran dos rasgos fundamentales de carácter: el delirio de grandeza
y el extrañamiento por el interés respecto del mundo exterior (personas y cosas), sin sustituirlas
por fantasías (como en el caso de la Neurosis Obsesiva e Histérica). El destino de la libido abstraída
del mundo exterior fue reconducida al yo.

En las neurosis de transferencias (Neurosis Obsesiva, Fobia e Histeria) la libido yoica y sexual son
separadas, y esta última es conducida al mundo exterior.

El estudio directo del narcisismo parece bloqueado para el psicoanálisis. La vía regia de acceso a él

OM
son las parafrenias. Así como las neurosis de transferencia nos posibilitan rastrear las mociones
pulsionales libidinosas, la dementia praecox (esquizofrenia) y la paranoia nos permitirán inteligir la
psicología del yo.

3 – HIPOTESIS GIRO DEL 20

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Acá aparece el quiebre de 1920, los textos de "más allá del principio de placer" y el segundo
dualismo pulsional, es decir la diferenciación del yo, el ello y el superyo, deja lugar a nuevas
conceptualizaciones.
DD
En 1923, en "Neurosis y psicosis", Freud tiene la conclusión de que las neurosis son resultado de
conflicto entre el yo y el ello. Se sofoca un fragmento del Ello. En las psicosis, el conflicto es entre
el yo y el mundo exterior. El yo suprime un fragmento de la realidad al servicio del Ello, lo que
hace que se suprima la realidad. En las neurosis narcisistas, se conceptualiza la melancolía como
una forma que adopta el narcisismo en su aspecto patológico (puesto que Freud aclara que cierto
delirio de grandeza y cierto extrañamiento de la realidad hay en todos). El conflicto en la
LA

melancolía es entre el Yo y el Superyo.


En 1924, Freud avanza sin detenerse en el conflicto. Escribe "la pérdida de la realidad en la
neurosis y en la psicosis". La diferencia entre ambos (neuro y psico) se nota en el punto inicial, en
el conflicto entre las instancias. En las neurosis hay una obediencia de la realidad y en la psicosis
hay una supresión de la realidad (una HUÍDA). Luego viene el segundo paso: el neurótico intenta
FI

evitar la realidad y lo encuentra en la FANTASÍA. La fantasía se apoya en la realidad material pero


ahora SIMBOLIZADA, ésta empieza a tener un carácter SECRETO. En las psicosis, hay un intento de
reconciliación intentando crear una realidad nueva. En ambos casos hay intentos de SUSTITUCIÓN


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