Está en la página 1de 2

Graciela Astorga <gracielastorga@yahoo.com.

ar> 26 de noviembre de 2013 20:29


Para: <taquion@gruposyahoo.com.ar>
Responder a: taquiontrainning@gruposyahoo.com.ar
[taquiontrainning] UNA SEMANA DE VIAJE INTERIOR, DIA 2 ...

1 archivo adjunto, 11 KB

Algunos cambios parecen negativos en la superficie pero pronto te podrás dar cuenta que se está creando un espacio en tu vida para que algo nuevo emerja.
Eckhart Tolle

UNA SEMANA DE VIAJE INTERIOR, DIA 2 ...

Entrénate para decir no cuando quieres decir no

La asertividad es una habilidad social entrenable, y básicamente, consiste en decir “sí” cuando queremos decir “sí”, decir “no” cuando queremos decir “no”, y sentirnos bien con el monosílabo que hemos
escogido. Es decir, sin sentirnos culpables de nuestra decisión. Es la comunicación óptima de lo que realmente sentimos, teniendo en cuenta nuestras necesidades y respetando las de la otra persona. En
los polos extremos habría la comunicación agresiva (dominar a los demás) y la pasiva (subordinación a los demás).

Si una persona te pide que le ayudes a hacer un trabajo, cuando tú tienes que irte. ¿Qué opción utilizas habitualmente?

1. Siempre, haces igual. Ya estaba a punto de irme. ¡Ahora imposible! ¡Apáñatelas! (Agresiva)
2. De acuerdo, ahora mismo me pongo a hacerlo (pasiva)
3. Lo siento, pero hoy tengo que marchar y me es imposible hacerlo. Si te parece, me pongo mañana a primera hora (asertiva)

¿Por qué dices “sí” cuando realmente estás deseando decir “no”?

Quizá por vergüenza, por miedo al qué dirán o pensarán, para agradar o complacer a la otra persona, por miedo a mostrarte como eres, por pensar primero en las necesidades de la otra persona antes que
en las tuyas, porque te sientes en un nivel inferior respecto al otro, para evitar conflictos, para evitar sentirte mal … Los motivos pueden ser diversos. Sea lo que sea, lo que tenemos que tener en cuenta es
que realmente, cuando lo hacemos, engañamos a la otra persona, y sobre todo, nos engañamos nosotros mismos. En consecuencia, no nos respetamos.

A menudo, nos imaginamos muchas cosas que pensará o dirá la otra persona, nos da miedo su reacción. En cambio, seguro que si intentas recordar una ocasión en la que nos hemos atrevido a decir no,
nos damos cuenta de que no ha pasado nada, que la otra persona lo entiende y respeta perfectamente, y nosotros nos sentimos muy bien. Son las malas jugadas que nos hace el pensamiento; siempre
nos adelantamos y tendemos a escuchar nuestro diálogo interno, a menudo sesgado por nuestra educación y cultura.

Como de bien lo escribía Benedetti, “ya lo sabemos, es difícil decir que no, decir no quiero”. La buena noticia, es que podemos aprender a ser asertivos, lo podemos entrenar.

En primer lugar debemos tener claro que todas las personas tenemos derecho a

Cambiar de opinión (por eso somos seres en constante evolución).


Equivocarnos.
Decir NO.
No dar argumentos o excusas para justificar nuestra decisión.
Decidir si queremos buscar soluciones o ayudar a la otra persona.
Decir que no lo sabemos, que necesitamos más información o que no lo entendemos.
Expresar nuestros sentimientos y / o pensamientos positivos y negativos.
Tener opiniones diferentes de los demás.

Beneficios al escoger SÍ cuando queremos decir SÍ, y NO cuando realmente queremos decir NO

Defender nuestros derechos.


Manifestar lo que necesitamos.
Expresar claramente lo que queremos.
Decir lo que pensamos, mostrar firmeza en nuestras opiniones.
Evitar que otros se aprovechen de nosotros.
Ser coherentes (entre lo que pensamos y sentimos, con lo que decimos y hacemos).
Dejar de autoengañarnos, de justificarnos, de sentirnos culpables, de renunciar a lo que queremos.
Reforzar nuestra autoestima y confianza.
Entrenar la conducta asertiva

1. Autoconocimiento: si nos conocemos bien, y sabemos qué queremos, qué nos gusta, qué no, podremos establecer mejor los límites hacia los demás. Esto les dará pistas sobre qué y cuándo nos pueden
pedir o no, y a que se muestren respetuosos cuando digamos “no”.

2. Identificar situaciones habituales concretas que no nos gustan o molestan, en las que decimos que “sí” cuando queremos decir “no”, en las que quisiéramos ser más asertivos, etc. y escribirlas en una
lista. Ordenarlas de menor a mayor dificultad para afrontarlas.

3. Escribir cuál sería la respuesta asertiva a las situaciones marcadas de menor dificultad (si no lo sabemos, podemos imaginar qué diría una persona que admiramos y que habla de forma asertiva).
Ensayar mentalmente, ante el espejo o con una grabadora las respuestas preparadas. Ponerlo en práctica en próximas situaciones concretas que se presenten (cuantas más veces mejor, para ir creando el
hábito y ganar seguridad a la hora de decirlo), y progresivamente ir haciendo lo mismo con las de mayor dificultad.

4. No juzgar a la otra persona. En vez de enfocarnos al por qué ha dicho o hecho tal cosa, enfocarnos en QUÉ. Enfocarnos en los “que” nos ayuda a que la otra persona no se sienta herida, ni juzgada, nos
expresamos de forma objetiva. Es mejor decir “No me gusta que llegues tarde” que “no entiendo porque siempre eres impuntual”.

5. Argumentar / proponer con educación y convicción nuestra idea respetando la del otro. Con buena educación, se puede decir todo.

Decir no cuando realmente queremos decir no, nos refuerza la autoestima, mejora nuestras relaciones, y sobre todo, nos predispone y prepara en la lucha por nuestros objetivos y nuestros sueños. Nos da
el poder de ser quién queremos ser, de ser nosotros mismos.

Artículo original escrito por Roser Claramunt (@kaizensingular)

__._,_.___
Responder a remitente | Responder a grupo | Responder mediante la Web | Crear un tema nuevo
Mensajes con este tema (1)

ACTIVIDAD RECIENTE:
Visita tu grupo

Cambiar a: Solo Texto, Reseña Diaria • Cancelar suscripción • Condiciones de uso

__,_._,___

También podría gustarte