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Seguro que alguna vez has tenido una conversación difícil. Tal vez haya sido para
expresar tus preocupaciones sobre un proyecto con un colega, para decirle a un
empleado que tiene que mejorar o incluso, apartarlo del empleo; o cuando vas a
pedir un aumento de sueldo y, en tu vida personal, al discutir con alguien cuando las
diferencias parecen insalvables.
Lo concreto es que cualquier conversación compleja no es divertida y puede ser
angustiosa. Y, como son inevitables, el primer paso es que aprendas a manejarlas
con mayor eficacia, porque este tipo de diálogos son indispensables si quieres
solucionar problemas, avanzar en tu carrera, negociar cualquier cosa y resolver
conflictos.
- “Por lo que observo, nos vamos a desviar del tema y terminaremos hablando de
cosas pasadas...”
Puede darse el caso de que la otra persona empiece a responder con agresiones o
en actitud de defensa, y lo que quieres es evitar entrar en el modo hostil.
Aquí te propongo dos fórmulas que puedes seguir para arribar a un mejor resultado
de este tramo de las conversaciones difíciles:
Es decir, exclusivamente en lo que se dice, obviando las formas por más que no te
parezcan las apropiadas; incluso si percibes que serían destructivas desde tu
visión.
Una técnica que funciona es que le des un giro a tus expresiones, donde le hablas
involucrándote en la situación, y le invitas a seguir adelante. Por ejemplo:
- “Sé que estás molesto. Puedo darme cuenta de que estás enfadado porque estás
levantando la voz. ¿Podríamos hablar de otra manera más calmada?”
Para afrontar una discusión difícil, es bueno buscar un lugar privado. (Foto: Adobe Stock)
3 – Aprendiendo a decir “No”
¿Verdad que te ha pasado? Es que estas situaciones ocurren cuando nos piden un
favor, nos invitan a una actividad, quieren que asintamos en una opinión de otros o
un acuerdo, o cuando no queremos acceder a una petición y pensamos que la
persona se puede enojar si lo hacemos.
Otra cosa que pasa es que muchas veces solemos pensar que si decimos “no”
tenemos que expresar el motivo y la argumentación, y que debe ser claro y
entendible por la otra parte.
Aquí conviene que recuerdes que nadie puede manipular lo que sentimos si no le
damos permiso, y que tenemos el derecho a opinar distinto, y a cambiar de opinión,
aunque no sea lo que los demás deseen escuchar.
Hay varias formas de decir “no” y dependerán de factores como el entorno (si es
algo personal, laboral, en una charla pública o privada, y el contexto); el contenido
(el tipo de pedido que nos hacen, la invitación, etc.); las personas implicadas y la
relación que tenemos; y nuestro carácter y estilo personal.
a) Para decir “no” siempre se empieza por analizar la situación, no solo desde la
emoción que te genera, sino del impacto, implicancias, y, sobre todo, de la
conciencia de lo que implica para ti esa respuesta.
b) Si de alguna forma toca tus valores o tu identidad privada (es decir, tu ser, la
persona que tú eres), considera el factor de coherencia, porque, a la larga, la
incoherencia tiene un costo muy alto para ti y repercute en tu autoconfianza.
c) Ten en claro tu objetivo
f) Usa un lenguaje gestual que sea acorde: la postura frente a la otra persona, tono
de voz firme, aunque sin enojarte, y mirar fijamente a los ojos (es importante que no
desvíes la mirada).
f) Para responder:
Hay varias técnicas que te permitirán mejorar las relaciones con los demás, y
ayudarán a que puedas llegar a un ganar – ganar apropiado para ambas partes.
Estas técnicas las puedes usar cuando no quieras que se desvíen del tema, quieras
que escuchen tus puntos de vista y los consideren, para bajar la tensión y hostilidad,
para disminuir el espíritu criticón si es que aparece, y para pedir lo que quieres en
forma apropiada.
- A continuación, repetirás una y otra vez (como un disco rayado) tu posición, sin
alterarte y manteniendo contacto visual. Lo harás una vez que la otra persona
insista, y tú volverás con la misma respuesta siempre.
- Cuando expreses un acuerdo parcial no significa que estás de acuerdo con todo.
Básicamente, hay tres formas de expresar los acuerdos parciales:
1ª. Estar de acuerdo con la verdad contenida en el mensaje del interlocutor, y hacer
los agregados que quieras. Por ejemplo: “Es cierto, y aun así deseo que…”, “Sí,
entiendo lo que dices; no obstante, quiero agregar que…”
2ª. Estar de acuerdo con el hecho de que la otra persona haya actuado de otra
manera, según su punto de vista. Puedes decir: “No me caben dudas de que tienes
razones para…, y quiero señalar que…”, o “Es posible que (lo que dice la otra parte),
sin embargo, quiero señalar que…”
3ª. Estar de acuerdo en principio con que existan distintas visiones de un tema, lo
que justamente origina el debate presente. Frase que puedes utilizar: “Ya sé que (tal
cosa que dijo la persona), y, yendo más allá de eso…”
- Si vas a responder, hazlo solo al comentario literal y textual, que puedes repetir sin
tono agresivo.
¿Qué significa esto? Es sencillo: todos cometemos errores, por lo que, si puedes
aceptar algunos de ellos frente a la otra persona, se generará una reacción menos
agresiva cuando hagas alguna observación sobre ella, para seguir adelante con lo
que quieres expresar.
Frases como ejemplo: “Es cierto que no estuve acertado con mi comentario (no
repitas el comentario al que aludes, porque al hacerlo, lo refuerzas)… Sin embargo,
quiero remarcar que mi intención es la de…”; “Asumo que cometí un error, y de todas
formas deseo expresar que…”; “En mi caso, asumo el error en el que pude haber
caído; te pido disculpas por eso, y quiero decirte que…”
7 – Interrogación negativa
Esta técnica consiste en que pedirás que te transmitan sus críticas para sacarle
provecho, por ejemplo, si es útil para ti, o gestionarlas convenientemente si vienen
del lado de la manipulación.
Haz preguntas para tener la mayor precisión al escuchar la crítica. El objetivo aquí
es llegar al fondo de lo que de verdad quieren decirte, y abrir el espacio para que se
aclare todo lo que desees saber, y la otra persona, expresarte.
Leé también: Las diez claves para despertar la buena suerte
8 – Afrontar la hostilidad
La hostilidad tiene cinco fases, de menor a mayor intensidad, que conviene que las
conozcas, porque así sabrás identificar el punto crítico. Este modelo es adaptado
del de Allaice y Mc.Nail.
Fase 1: Disparo o salida. Aquí, si quieres frenar a la otra persona o hacerla entrar en
razón posiblemente fracases.
Fase 3: Afrontamiento. Esta es una fase crítica a partir de lo que se dice y cómo se
dice. En vez de dar la razón, sí te conviene mostrar que entiendes cómo siente la
otra persona, con frases como “Comprendo cómo te sientes…” o “En tu lugar me
sentiría igual.”
- Reconocer la hostilidad
- Escuchar cuidadosamente
- Negarte a escuchar
- Decir todos los “debería” de la persona (juicios hacia lo que expresa) por más que
su forma no sea la más apropiada.
- Mostrar agresividad
Puedes utilizar frases como “Desde mi visión”, “Lo que he percibido es…”, “Mi
intención es ayudar, y en este sentido…”, “Siento que haya un desacuerdo en x punto
en particular; sin embargo, quiero señalar especialmente sobre eso que…”.
De esta forma te haces cargo de lo que expresas, en vez de señalar con el dedo
acusador a la otra persona.
El lenguaje no verbal ocupa un lugar importante en todo tipo de comunicación. (Foto: Adobe
Stock)
- No critiques aspectos que afecten la identidad de la persona (su ser), sino que
más bien te sugiero que te enfoques en puntos bien específicos de su
comportamiento o accionar.
Además de lo gestual, cuida tu mensaje para evitar agredir y que eches más leña al
fuego.
Como regla general, sugiero que siempre describas el problema o lo que te molesta
muy específicamente. Por ejemplo: “Considero desde mi perspectiva que…”, y que
siempre busques remarcar que es para mejorar la situación, no para empeorarla,
con una frase como: “Mi objetivo es buscar una solución, no complicar un
problema.”
Aplica la empatía para que la persona sienta que le comprendes más allá que no
coincides en ciertos aspectos en particular; e incluso puedes aceptar tu parte de
responsabilidad en algo. El “Tal vez yo…” puede ayudarte.
Para finalizar, siempre agradece el intercambio, por más que no hayas arribado a
ningún acuerdo por el momento.
Más allá del resultado, debes saber que las conversaciones difíciles quizás no se
resuelven en una sola charla, sino que es posible que quieras planificar una
secuencia de encuentros para ir sumando acuerdos parciales que, al final,
conformarán el acuerdo marco entre ambas partes.
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